Castillo de la familia Haughton (MM B: 84511)

[Ironía Heartilly]

Todo fue muy repentino mientras las imágenes se repetían en su cabeza provocándole un insistente dolor. Quería explicarlo entero pero pensaba que no tenía perdón de los dioses. Fue entonces, que repentinamente sintió los dedos de su padre en su cuello presionando con fuerza. La capucha de la chica se había echado hacia atrás dejando ver su nueva cabellera clara, y la marca de los dos dientes relucía sobre su pálido cuello. Presionaba con fuerza y por instinto al principio quiso apartarse. Vio la punta de la varita del mago sobre su cuello y no supo que pensar. Su mirada era simplemente cautelosa y su expresión seguía siendo fría a pesar de todo.

 

―¡¿Crees que me hace gracia?! ―estalló fuera de si― Fue en ese maldito lugar al que me mandasteis. Estaba dirigiendo a ese maldito grupo para salir de aquel templo en el que íbamos a morir. Salí a buscar a uno que se había salido del grupo y me herí con una trampa. Fue solo un roce, pero luego me mordió. Lo comencé a golpear, iba a matarlo pero todos se interpusieron… ―dijo lo más rápido que pudo.

 

Había querido matarlo con sus propias manos pero Oniria había intervenido, y nadie le había dicho nada que era lo peor. La habían mordido y nadie se hacía responsable. La cosa no acababa allí, su padre no sabía que ahora ese vampiro de pacotilla la acosaba… La seguía e incluso la había besado. Luego, otro Mortífago también la acosaba, se sentía rodeada y quería matarlos a todos como siguiera la cosa así. Sin duda alguna, estaba pasando por un rato de locos. Las palabras del mago aun así, sonando duras y peligrosas, la tranquilizaron y dio un paso al frente.

 

―Hazlo… Para esto, no quiero convertirme en uno. Páralo… O mátame si lo ves necesario ―dijo con frivolidad.

 

Ella prefería soportar mil Crucciatus a perder su condición demoniaca o humana o lo que fuera. Ella no sería una sanguijuela hematófaga, no, por nada del mundo no lo sería. En esos momentos pensó en Nathan, ¿Vendría acaso el héroe a pararles los pies a todos? Realmente lo dudaba, y por eso era que no confiaba en nadie para salvaguardar su vida.

Editado 12 de Agosto del 2014 por Ironía Heartilly

[Sira Loveless Haughton]

Se levanto lo mas rápido que pudo para ir donde Irony se había quedado parada, dejando que las gotas de lluvia recorrieran su capa mojada dejando un pequeño charco donde se encontraba. No estaba bien, y eso se le notaba, las siguientes palabras que pronuncio pusieron la cara de la castaña en un color blanquecino, no podía creer que se hubiera dejado morder por un vampiro:

 

- Todo pasara mi niña- No entendía el extraño vinculo que le unía a la joven que yacía ahora en el suelo mientras su esposo posaba sus manos sobre la herida de su cuello evitando que la ponzoña se extendiera por todo su cuerpo. Los canticos en latín que su esposo recitaba permitían que aquel veneno, pues no podía llamarse de otra manera se extendiera por toda ella que comenzaba a cambiar su tono de cabello.

 

Acariciaba este con delicadeza, la miraba con miedo, no hacía mucho que la conocía, era verdad que no tenían lazos de sangre, pero no podía perder a aquella chica en manos de un neófito recién llegado:- No te preocupes mi niña, no hará falta que lo mates, ya lo hare yo- Su voz sonaba tranquila, no quería enervar mas a su hija, ya bastante mal lo estaba pasando con lo que su marido le hacía ahora:- No digas simpleces, no vas a morir- Agarro el brazo de su esposo:- Eso no bastara, la sangre esta envenenada, la sangre se cura con sangre-

 

Tomo su varita que permanecía en su antebrazo para hacerse un corte en el, no le importaría derramar un poco de sangre si la suya podía curar a su hija:- Bebe y calla- Ordenó seria mientras su esposo seguía conteniendo su ponzoña.

[Ironía Heartilly]

Sintió un dolor punzante en la zona de repente mientras su padre recitaba aquellos cánticos latinos que por fortuna lograba entender, aunque el dolor era demasiado grande como para escuchar con claridad. Sin embargo, no dejó que una mueca de angustia o dolor cruzara por sus fas, manteniéndose seria y firme ante aquella situación. Estaba furiosa en su interior, con aquel chico al cual había abofeteado con fuerza en la última clase. Nathan podía ser todo lo que ella quisiera, el que la abandonó, la dejó tirada y ahora se hacía el héroe, egocéntrico y orgulloso, pero al menos nunca le había tocado un pelo a ella y siempre la había respetado.

 

Le sorprendió sentir las manos de Sira sobre sus cabellos y escuchar sus palabras, ¿acaso estaba tan preocupada por Irony? Lo que menos entendía era aún, como en caso de peligro, Irony sería capaz de matarse por ella. Aún no había sucedido nada grave pero sentía que si algo pasaba automáticamente haría lo que fuera defendiéndoles a ambos, aunque los dos magos eran muy fuertes y habilidosos y no necesitaran de su ayuda. El problema es que sería difícil matarle siendo una escurridiza lagartija que solo podía hallarse en la Academia y en algún que otro local del callejón Diagon.

 

Niña, como ser una niña no lo era pero no dijo nada porque no estaba para agregar comentarios. El dolor se hacía más intenso, casi podía sentir como aquella ponzoña retrocedía en sus venas alejándose de las células que quería infectar. Pero dudaba que fuera a funcionar, porque sentía como si aquellos hechizos antiguos retrasaran el veneno pero no acabándolo de eliminar del todo. Esperaba equivocarse y que la teoría fuera fruto de su inexperiencia. De repente, Sira se hizo aquella herida haciendo emanar la sangre y sorprendiéndola por completo, aquello no se lo esperaba.

 

―¿Qué c…?

 

Algo dudosa optó por hacerle caso y bebió aquella sangre que pertenecía a Sira sin estar segura para qué quería que hiciera eso. Lo que la dejó helada fue que, sintió cierto placer al beber de la sangre, pero era lo suficientemente fuerte para retenerse y apartar la boca a tiempo. Todo se hizo más intenso, no estaba segura de sí ponerse a hablar de algo para ignorarlo. Fue entonces que sintió que poco a poco lo que la quemaba por dentro iba desapareciendo pero con un proceso igual que doloroso. ¿Por qué le provocaba aquello la sangre de Sira? Solo era sangre, los vampiros se alimentaban de sangre, no veía el sentido.

 

―Se llaman Damian… Brian Lawrence ―comenzó a hablar para distraerse― Va a la misma clase que yo. Ha comenzado a acosarme desde entonces. En una taberna pelee con él pero este me besó ―dijo con asco― Luego apareció un viejo compañero mío que le frenó los pies un poco aquella noche.

[Ken-Fur]

-He estado bien, he tenido momentos mejores, pero sin duda peores también. Me parece que estás enfadada conmigo ¿Es por lo de Lucie?- respiré profundamente y la volví a ver -Si- murmuré mientras agarraba lo que necesitaba, - Me parece también que debo contarte muchas cosas- <<Noo, si quieres te lo guardas todo por más de 15 años otra vez>> pensé con sarcasmo

 

- Como sabrás, al año de nacer tú tu padre murió– muchas cosas ocurrían dentro de mi cabeza cuando pensaba en eso, cuando me recordaban el asesinato de mi padre solo trataba grueso y trataba de no dejar de que mis ojos se cristalizaran. —pensé que no querrías crecer sola, por lo que adopté a tu hermana, que tenía diez años entonces. Se os veía felices, pero cinco años después Lucie recibió una carta, se fue a Beauxbatons y dejó de volver al lugar donde había crecido. Me dolió muchísimo aquello, pero te tenía a ti. Tu te escapaste de casa entonces y no pude más con ello. Hace un año volví a encontrarme con Lucie, y hace poco regresaste tu. Me gustaría que quisieses a tu hermana como si fuese tu verdadera familia, pero entiendo que no quieras que sea así. Te aseguro que de pequeñas ella te cuidaba como si fuese tu sangre, cuando yo no estaba. Aunque es lógico que no te acuerdes de nada de eso— a mi madre se le veía más aliviada se le notaba en el rostro, pero eso a mi no me hacia sentirme segura, sólo quería salir de ahí, ir a correr y pegarle a la pera de boxeo.

 

—Intentaré de aceptarla pero no incluirla dentro de mi familia- exhalé mientras sentía la lluvia caer y golpear contra la ventana, << Demonios, ahora me tengo que quedar >> pensé, —Bueno, ahora que la lluvia ha empezado haciendo esta conversación 20 mil veces más dramática de lo que debería, se que me quieres preguntar de todo así que pregunte, y por cada pregunta tuya me tienes que decir algo sobre mi padre— esbocé una sonrisa un poco sarcástica.

 

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[Emmet Haughton Gaunt]

Emmet Haughton Gaunt

El vampiro había vuelto a otro de sus hogares. El Castillo Haughton se alzaba imponente entre muchas de las mansiones que se encontraban en Ottery. Estaba orgulloso de pertenecer a dos, de las más grandes familias del mundo mágico.

 

Sentado en la orilla de la ventana de su habitación, el Haughton, descendió por ella hasta caer grácilmente en la entrada principal del lugar. La pequeña brisa que corría por el lugar movía el pelo del vampiro con una suave y fresca caricia. Cada árbol y hoja que es encontraba en el camino de la mansión seguía la corriente del viento pasando por debajo de los pies del original.

 

Sus orbes azules claros se clavaron en el camino que llevaba a la entrada principal del lugar; esperaba a Zack para volver a charlar y planear nuevamente lo de la cacería. No sabía si se encontraba dentro de la mansión pero cómo no había percibido el aroma del vampiro no estaba seguro:

 

- Espero que no me vuelvas a dejar hablando solo porque te mato -

 

Amenazó de broma soltando las palabras al viento pensando en aquella vez que Zack, uno de sus hermanos y también vampiro, lo había dejado plantado cuando le había comentado la idea de salir a cazar juntos a los muggles que se encontraban en los pueblos aledaños a Ottery. Sólo restaba esperar que aquél apareciera y volvieran a tener la conversación que les había quedado pendiente.

[Jank Dayne]

En el alba, el sol había llegado a su punto máximo. Tanto, que mientras Hank descendía sobre el lomo de un hipogrifo, se tropezó con las copas de los árboles que se encimaban en el bosque de Sherwood.

Con suerte y astucia, la criatura logró dirigirlo hasta las puertas del castillo Haughton. El detector del cuartel se había activado otra vez, y en un lugar de aclamar por algún lugar reconocido, se iba a la familia coneja preferida del pueblo. Suficientes sospechas y batallas había nacido en ese lugar como para que a Hank le temblara la mano al acceder por la verja principal con la varita en mano y la actitud más dominante. El sonido de sus pasos no podría alertar a nadie, pero sí logró ir al compás de la creación de una máscara de luz que cubríó sus ojos y partes faciales delatables.

En la entrada del castillo, justo a unos pasos de la puerta principal del hogar Haugthon, Emmet estaba. Hank lo recordó de inmediato, y el flash en su memoria hizo que se detuviera a siete metros de él. ¿Por qué cada vez que se encontraba a sus antiguos alumnos era para una situación así? ¿Acaso él daba esa influencia.. ?

- ¡Expecto Patronum! - para cuando un hermoso murciélago salió de su varita para dar la dirección exacta a sus demás compañeros, Emmet ya se había percatado que la Orden del Fénix estaba presente.

- Creo que tienes que explicarme unas cuantas cosas, Emmet.

[Ironía Heartilly]

Sira le hizo seguir bebiendo más de su sangre y sintió como el veneno desaparecía de su cuerpo. Le quedaba poco aire en sus pulmones hasta que finalmente, como por una especie de descarga su cuerpo se sobresaltó y salió empujado solo unos centímetros hacia atrás. Nada grave. Poco a poco comenzó a tomar aire para recomponerse y con pasos torpes se acercó hasta un espejo donde se llevó las manos al rostro. Se revisó los dientes, se emocionó al ver que seguían normales y no habían llegado a crecer los colmillos. Su cabello seguía demasiado claro y su piel también, era lo único que le molestaba pero al menos ya no se sentía tan diferente de sí.

 

―¿Creéis que haya una manera de eliminar lo infectado? ―preguntó mientras se miraba.

 

Comenzó a limpiarse la sangre de la boca con su brazo. Escuchó el ruido de la puerta principal lo que indicaba que había llegado a alguien, y por su aura no le conocía así que no le tomó importancia, además los elfos no habían aparecido para avisar que les buscaban, sería algún otro pariente que no conocía. Cerró los ojos para acabar de sentirse mejor aunque aún se sentía un poco débil y el dolor recorría la zona de su cuello. No sabía que decirles a ambos, gracias a ellos al menos el veneno había desaparecido por completo antes de que se convirtiera absolutamente en un vampiro.

[Jank Dayne]

- Bueno, pues vamos. ¡Ardius.. - Hank entrecerró sus ojos, concentrándose en el único objetivo a la vista: Emmet. Y completó el equipamiento con un.. - Morphos!

Existió un momento de calma. Como la que anticipa la tempestad. Y así continuó, por varios segundos, hasta que el universo se percató que la prenda de vestir superior de Emmet (con suficiente masa para utilizarla) se convirtió en un perfecto escorpión dorado israelí adulto. Por instinto, al sentir la piel del brujo, inyectó su mortal veneno en su cuerpo con la ayuda de su gran aguijón. Hank asintió en ese preciso momento, como si la mente del animal y la de él actuaran como una sola.

- Juan Valdez, redada en donde se presentaron mortífagos a defenderte - empezó - Gaunt, Abril, mismo escenario. ¿Qué tanto ocultas que los mortífagos están interesados en defenderte? Quizá vengan hoy, ¿no? ¡Expelliarmus!

El rayo escarlata salió enfilado directamente hacia la varita de Emmet, que recién salía de su bolsillo. Si llegaba a impactar, su varita volaría cuatro o cinco metros a un lateral suyo. Y si se atrevía a sujetarla, quizá el mismo veneno terminaría por paralizarlo. Aunque para ahorraselo..

<< Levicorpus >>

Conjuró. El muchacho quedó suspendido en el aire después de un sonido parecido al "blink". Su cabeza estaba, a la vez, a un metro exacto del suelo.

off:

no vi que te habías desconectado! t_t

[Ironía Heartilly]

Escuchó un grito de un hechizo y luego escuchó explosiones de aparición a lo lejos, ¿desde cuándo escuchaba desde tan lejos? Quizá sería por los restos del nuevo vampirismo. Cruzó la puerta de la sala para ir al hall y con una mano en la cintura abrió los ojos al ver que se trataba de un maldito ataque de la apestosa Orden del Fénix. Con un movimiento rápido de varita, Irony se puso en guardia y se dispuso a apuntar al enemigo antes de que las cosas se oscurecieran aún más.

 

Con otro movimiento, se deshizo de la capa escarlata mojada y se acercó poco a poco quedando a una distancia prudente del mago de la luz en la cara, alias, luciérnaga (Hank). Parecía que iban a por un mago que no conocía pero que debía ser miembro de su familia (Emmet). Se habían metido con la persona equivocada aquel día; Irony no tenía piedad. Y no lo decía por que fuera buena dueliando, la verdad es que sabía poco. Lo decía porque las cosas no se quedarían allí, ella formaba parte del Gabinete de Seguridad.

 

―Un bando ilegal, atreviéndose atacar a una familia importante, con un miembro del Gabinete de Seguridad presente. Que atrevidos ―dijo con odio en su voz― Abandonad este lugar, ¡asesinos!

 

Apuntó a uno de ellos (Hank) y exclamó: Incarcerus. Tres cuerdas salieron disparadas hacia el mago que tenía a 9 metros en aquella ocasión. Una se enroscaría entorno a su boca para que no pudiera pronunciar ningún hechizo, otra se enroscaría entorno a su cuerpo atando sus manos contra su cuerpo imposibilitándole el uso de la varita y por último otra entorno a sus ojos para que no pudiera ver. Luego sin dejar de apuntar al enemigo (Hank) exclamó: Expelliarmus. Un rayo amarillo recorrió la distancia de los 9 metros y en cuanto le golpeara lo desarmaría, lanzado su varita a 5 metros de distancia.

 

Realmente, dudaba mucho de si iba a salir viva de aquel encuentro. Total, a esos asesinos de porquería les daba igual matar a cualquier persona, eran como Mortífagos pero enfundados en una fachada que poco a poco perdía su brillo. Su deber en el Ministerio era ir contra aquel bando al igual que el otro. Así que de todas formas, los iba a odiar.

 

―Este momento, se lo dedico a la Señora Justicia y en honor a las vacaciones que se está tomando, y al impostor que ha ocupado su nombre. ―exclamó con tono de ultratumba.

[Jank Dayne]

Hank reaccionó rápido, tanto, que al escuchar a Irony alzó las cejas institivamente.

- ¿Y dónde está ese miembro de seguridad? - giró su cabeza buscando personas hacia ambos laterales. Luego enderezó su espalda y le plantó una mirada aburrida a la bruja; en cierta forma, podía imaginarse a él hacía unos cuantos años creyendo que podía resolver algo hablando con mortífagos. Solo que la diferencia era que Irony no hablaba con uno -. Hazle un favor a esta "familia importante" y hazte a un lado. No tienes la mínima idea de las atrocidades que han ocurrido aquí, de la sangre inocente que se ha derramado sobre este patio y mucho menos de la gente que provocó esos daños, y que ahora duerme en las habitaciones de este castillo - Hank señaló a Emmet - a personas como él deberías investigar, acusar, y aprisionar. Tómalo como un consejo.

Pero atacó. Y Hank respondió..

- ¡Aqueora!

Una muralla de agua lo envolvió enseguida, casi tan rápido como el descenso de la luz en los jardines Haughton. La esfera de agua repelió el Incárcerus de Ironía, haciendo que las cuerdas se dispararan hacia distintos flancos y perdiendo sus facultades mágicas. El agua se volvió transparente cuando el Expelliarmus de ella chocó contra la muralla de protección. Si Hank pudiera sonreír, lo hubiese hecho.

- Si quieres pelea, funcionaria ministerial -hizo un gesto con las manos como si fueran comillas en el aire- te la daré.

Y pensó: <<Gubraith>>

Un fuego eterno color púrpura empezó a invadir todo el ropaje de Ironía. La llama, de reducida dimensión pero igual de poderosa, se promulgó sobre la parte superior de su ropa, y un poco en la inferior. De cualquier forma, la invocación dio paso a las fuertes quemaduras sobre todo su cuerpo...

- ¡Floreus!

Y de inmediato, la varita de Ironía hizo una leve vibración: si lanzaba un siguiente hechizo, solo constaría de un par de florecillas..