Castillo de la familia Haughton (MM B: 84511)

[Ironía Heartilly]

A penas había pronunciado aquellas palabras, la misma Sira había hecho acto de presencia, sorprendiéndola. Realmente, Irony no quería estar en contra de aquella mujer, y realmente, sentía que no sería capaz de hacerle daño. Sin embargo, tampoco podía estar a su favor en contra de Kritzai. Era todo muy complicado, comenzaba a sentir un gran lío mental. Aun encima, los otros dos críos daban vueltas por ahí sin motivo alguno y la sacaban de los nervios.

 

La observó en silencio, pasar y localizarse a su lado pero optando por sentarse, mientras la pelirosada prefirió quedarse parada. “Ocultar” pensó, y por un momento sintió aquel dolor que posiblemente Sira estuviera viviendo. ¿A caso no había matado a sus tres mejores amigos por que le habían ocultado la verdad? Eso y porque la habían abandonado, ambas cosas. Se sentó al lado de la demonio arrepintiéndose en parte por gritarle, pero nunca lo diría, y prefirió mantenerse aún inexpresiva.

 

―No pasa nada ―suspiró― Pero nada de asesinatos ―advirtió con dureza― Ahora pues, quizá será mejor que cada uno se explique cómo es debido. Seguro que los dos tenéis buenos motivos.

 

Y quiso decir mucho más pero calló, quiso decir que ellos tenían oportunidad para seguir adelante y no arruinarlo todo como hizo ella ¿O habían sido los demás? Ya no sabía. Miró al mago a los ojos cuando Sira formuló aquella respuesta. Irony solo quiso imaginar la respuesta que quería que saliera de su boca: “No”

[Sophie M.]

El hecho de que Bea también preguntara por Kelly me preocupó más que todo lo dicho hasta ahora. ¿Qué había padado para que se separan así? Respiré profundamente, prefería quedarme al margen, aunque ahora yo también quería enviar una lechuza a Kelly. Entendería si me contestaba que andaba haciendo algo importante, o incluso si no era importante. Lo que realmente necesitaba era asegurarme de que se encontraba bien.

 

Pasé de hacer una comentario al respecto, pues desconocía su paradero o asuntos así que solo me encogí de hombros. Luego de ello Bea materializó las mismas ataduras que nos impedía viajar, aunqe ella sumaba además la Academia.

 

- Tienes razón sería complicado un viaje así, pero debemos tenerlo en mente y escapar alguno e estos días - dije con contundencia pues lo decía en serio.

 

- Genial - y una sonrisa se dibujó en mi rostro cuando pasé junto a Bea camino al comedor. - ¿Te falta muy poco de la Academia verdad? - pregunte mientras bajábamos el primer tramo de escaleras. Quería preguntarle sobre ello porque moría de ganas por saber sobre sus planes futuros. Específicamente sobre aquellos que se decidían al terminarla. Involuntariamente toqué mi antebrazo izquierdo. - ¿Tienes una idea de que harás al terminar? - sabía que no podía esperar una respuesta directa, pero esperaba que para esta altura, sin importar cual fuese su decisión, estuviera segura de lo que elegiría.

 

[Bea Haughton G.]

Así que su madre tampoco tenía idea de Kelly. Parecía que no era la única que había estado desaparecida. Le entraron ganas de cruzar la sala que separaba sus habitaciones y deseaba que ella estuviera allí, les abriera y todo volviera a ser como antes. Pero obviamente no era así, tendría que esperar a que su hermana volviera. Las cosas no eran siempre como se deseaba.

 

- Oh, sí – respondió a la idea del viaje. Al menos era una perspectiva alentadora mientras no pudiera realizarse. Había demasiadas complicaciones. – En algún momento tenemos que hacer una escapada y olvidarnos de nuestras vidas.

 

En otro momento un viaje había sido su vida. A veces, cuando pensaba en su manera de hablar se daba cuenta de cómo había cambiado todo. Su vida real estaba en Ottery, era una realidad que había asimilado casi sin darse cuenta.

 

Salió detrás de su madre – Oh, sí, solo me quedaba una clase y por fin habré terminado – Había tenido abandonada la academia mucho tiempo y ya era hora de que la terminase de una vez. –Espero que tengas un espacio para venir a mi graduación- una sonrisa se dibujo en su cara. No se imaginaba ese evento sin su madre.

 

Esperó un rato antes de contestar a la siguiente pregunta. Tenía claro lo que quería hacer, quería seguir el camino que ella consideraba correcto, la marca tenebrosa, como sus ideales indicaban. Siempre lo había tenido claro. Pero no quería contestar directamente. Aunque era su madre, había temas de los que era mejor no hablar en alto.

 

- Sí, tengo claro que voy a hacer. Siempre lo he tenido, de hecho. Gracias a la excelente educación que he recibido de ti, por supuesto – aseguró, esperando que eso fuera suficiente y su madre la entendiera sin necesidad de añadir nada más.

[Anne Gaunt M.]

Un ladrido hizo que Anne diese un respingo en la cama, incorpórandose de golpe con los ojos abiertos como platos. Miró al suelo y vio a Sandía, su perrita, moviendo el rabo con emoción al ver que su dueña por fin había despertado y la Haughton se dejó caer de nuevo sobre la cama con un profundo suspiro. Aunque lo intentó, no pudo volver a conciliar el sueño y terminó levantándose, no sin cierta molestia. Sandía saltaba entre sus pies, emocionada, y tuvo que apartarla un par de veces para no pisarla.

 

— Estate quieta... ahora bajamos al jardín, y así desfogas un poco —murmuró, dirigiéndose hacia su cuarto de baño personal. Se duchó en un par de minutos y se recogió el pelo en una trenza. Se había fijado en que sus hijos no estaban en sus cunas, y tampoco Shiro andaba por la habitación. Probablemente se habían despertado temprano y los elfos los habían llevado a otra sala para que no despertaran a su madre.

 

Sin perder ni un segundo más, la pelicastaña salió de su dormitorio y desapareció con un chasquido, apareciéndose de golpe en la sala de estar, donde la esperaban dos elfos con sus mellizos. Los despachó con un gesto de la mano y se acercó hasta Sarah, a la que tomó en brazos y acunó con una sonrisa en el rostro.

 

— Buenos días, simpática —la saludó Shiro, el fantasma, que flotaba al lado de donde se encontraba Erik.

 

— Buenos días —contestó ella, con simpleza—. Hoy hace buen día, ¿no? Secajo, busca a Sandía y bájala a los terrenos del castillo. Saldremos a caminar un poco por allí, disfrutemos del buen día —propuso. Su elfo personal, que había estado escondido en un extremo de la habitación, salió corriendo para cumplir con su cometido mientras Anne se dirigía con sus pequeños hacia el exterior del edificio, seguida por un silencioso Shiro, que la miraba con extrañeza.

[Balderik Von Alexandros]

Gloucester hace tiempo...

 

Lento había entrado, moviendo con un ligero chirrido de una puerta antigua, mientras la tenue luz de las veladoras le daba la bienvenida. Wydern no era precisamente un salvador, incluso el decir sonaría como una broma para él, sobre su varita corría sangre y sus números eran rojos, mucho rojos. No ario demasiado la puerta, pero lo suficiente para adentrarse. Imágenes religiosas le miraban y las velas de las cuales colgaba la cera desbordándose no iluminaban mucho. Unos cuantos pasos lentos y el sonido del ligero eco de sus botas resonaron en la inmensa y gran cúpula de la Catedral.

 

Wydern se pregunto donde estaría Beysecker y si habría logrado encontrar a la persona que buscaban, así su mirada concentrada y evaluadora escaneaba en todos lados. Los largos mesa bancos de la iglesia estaban a su lado y el avanzaba por el medio buscando algo fuera de lo normal. No tenia miedo, ni sentimiento similar cuando el grito resonó por todos lados, como si fuera tan común he invisible su varita había aparecido en su mano de la nada. Wydern avanzo hasta el origen del ruido, pasos lentos hasta una zona amplia de la catedral, pero oculta en esa iglesia. que la figura que había gritado probablemente era la tendida en el suelo, y de pie a su lado había una chica con una espada ensangrentada.

 

Su mirada se concentro en ella lento he inexpresivo, en la chica que portaba el arma, por primera vez no sentía un ambiente hostil pero el castaño no dudara en usar su varita. — Debió haberte hecho algo no—Le dijo muy despacio con una distancia considerable. —Tranquila no te hare...daño—Ahora quedaba solo darle un poco mas de confianza. —Mi nombre es Wy...— y se detuvo, entregaría su nombre que hasta ese día seguía siendo su emblema, la organización secreta había sido su presente, tomado como suyo sus ideales pero no sabia por que, eso ya no importaba.

 

—Mi nombre es Kritzai.—

 

 

Actualidad.

 

—Yo se que aprendes rápido. —Le sonrío el castaño al recordar como se conocieron, ya tenia una idea de sus aptitudes en combate, al decirle un poco de su historia el Haughton agradeció. la familia Gryffindor no tenia el honor de conocer al castaño, y el menos de si quiera pisar sus tierras, pero conocía a ese mago que llamo squib a Irony era un partidario de ideales pero la madre que era de Irony no. Se sorprendió al escuchar que lo defendería de Rick, no pudo evitar soltar otra sonrisa pues el podría encargarse del padre de Sira sin problemas, pero dudaba que los problemas que surgieron volverían el ambiente hacer lo mismo de antes.

 

—Eso no lo se Irony...— y de pronto apareció su esposa, algo que el castaño hizo fue mirarle seriamente, pues no sabia como habrían sido las cosas con ella y su padre, así que Kritzai cuando le escucho solo bufo, sabia el error de ocultarle el pasado pero lo había hecho por su bien ahora solo quedaba resentimiento nada mas de la Loveless hacia el castaño., lo ultimo le hizo quedarse un segundo en el aire con la mirada de Irony sobre él. Sabia que había puesto a Irony en predicamentos en problemas personales, asi como el cuando sucedió lo de Ángel, la madre su hija Alexia, hacia bastante tiempo con sus padres hace mucho, el castaño no sabia que hacer sin afectar uno y otro.

 

—De haberte abandonado...lo habría hecho hace tiempo Sira.—Dijo sin mas respondiendole a lo de abandonarla, con medio giro caminando hacia un pequeño bar en esa sala, el alcohol nunca faltaba en ese castillo. —Así que dime "amor"...—Decía con voz lo más normal que podía, tomando un vaso y sirviéndose un par de hielos, así como la botella un poco de ron. —¿Tu jamás me has ocultado nada?—Pregunto con la respuesta ya conocida pero solo esperaba ver la reacción.

 

—Apuesto lo que quieras, mi vida si lo deseas pero estoy seguro que en tu lista—Bebía del trago largo y profundo. —No soy el numero uno, ni siquiera se si estoy en tu top diez, yo se que no me perdonaras, lo he grabado en mi mente que nadie lo borrara tan fácil. — Decía bebiendo más. —Me hubiera encantado que fuera mi día negro. —

[Sira Loveless Haughton]

- ¿Mas explicaciones?- refunfuño mirando a la joven- Creo que tanta información me hará estallar la cabeza, y para colmo Fyre se encuentra riendo- Dijo en un tono amargo sintiendo a su demonio reírse por dentro tras la situación, estaba segura que ella sabía todo, y la muy…permanecía callada:- Cállate Fyre- Susurro apretando los dientes y ahora su mirada se posaba en los ojos del castaño:

 

- Ya no se qué creer- Le dijo sin mas mirando como sus pasos iban hacia el bar de la sala:- ¿Qué si yo te he ocultado algo?- Pregunto incrédula sintiendo hervirle la sangre apretando los puños a sus lados, viendo como seguía hablando tan tranquilo y bebiendo de aquel trago que se había servido.

 

 

No dijo nada, con una irónica sonrisa se acerco contoneándose hacia su esposo:- Eres muy desconsiderado- Dijo con tono simpático, amoroso, estando frente a él. Se acerco para estar a escasos centímetros de su esposo:- ¿No tienes en consideración a dos señoritas?- Su voz se había vuelto dulce, aniñada:- ¿No nos invitas a tomar nada?- Su mano pasaba por el brazo de su esposo, de arriba abajo, hasta llegar a la mano donde reposaba el vaso con el licor:- Que malo eres- Susurro tomando el vaso entre sus manos. Lo que paso a continuación lo hizo sin prisa, subió el vaso hasta tenerlo sobre la cabeza de su esposo y lo vertido sobre él con una sonrisa:

 

- Como vuelvas a dudar de mi, o digas esas palabras- Su voz comenzaba a subir, parecía mas un grito:- Te juro por mi vida que terminaras bajo tierra- Sus últimas palabras se habían escuchado por todo el castillo, la ira de la castaña era tal, que ahora sí que el Haughton estaba perdido, ¿Cómo se atrevía a decirle todas aquellas cosas? La estaba como insultando insinuando que había otro hombre en su vida:

 

- Bebe lo que te dé la gana, y si tranquilo es tu día negro, ¿Contento?- La castaña tiro el vaso contra el suelo haciéndolo estallar en mil pequeños pedazos. Se separo del que era su esposo y ahora la ponía en duda, su respiración era agitada, incluso pudo notar un pinchazo en su vientre, pero se contuvo no quería que nadie se diera cuenta:- ¡Como te atreves a decir todo eso! Si querías mantenerme enojada, lo has conseguido- Sin mas la castaña no miro a nadie mas, salió de la sala con un portazo tras de ella. No iba a llorar, no después de las dudas de su esposo. Salió hacia el jardín, necesitaba aire, y aquella noche lo hacía.

[Ironía Heartilly]

Gloucester, en el pasado

 

Su respiración era ligeramente agitada, y no por miedo al acto que había cometido, sino más bien por cierta sensación de… ¿agobio? Y quizá porque pensaba que no la iba a contar por un instante, aquellos dos le habían parecido bastante fuertes. Sin embargo… si había podido con Hitomi, la lógica decía que podía con cualquiera de aquel grupo. Alzó la mirada sobresaltada dando un paso atrás y aferrando con más fuerza a Odin cuando vio al otro mago allí. Quizá quería vengarle, pues entonces… tendría que matarle.

 

Vio como prometía no alzar armas contra ella y se presentaba como Kritzai. Lo analizó de arriba abajo con desconfianza, ella no volvería a confiar en nadie más. Además, aquel individuo estaba junto al otro que había asesinado, nada aseguraba que luego no la fuera a matar. Cerró un puño, estando en el fondo algo nerviosa, pero sin expresarlo del todo.

 

―Nada hace que luego no me mates ―dio otro paso atrás― Si vienes a vengarle, estás en tu derecho. Pero yo no soy alguien que se vaya a dejar matar.

 

Pensó en romper la cristalera y saltar por la ventana pero sintió el dolor punzante de la herida que tenía en un brazo, tapada por vendas pero que no curarían la herida. Era la herida de una cuchilla afilada.

 

Actualidad

 

Miró a Sira ante las palabras directas y decisivas de Kritzai. Realmente, ella se lo había tirado en cara su mejor amiga, y luego todos la habían mirado mal por haber dudado de su “hermana menor” Tuvo que arrepentirse, y si, en ese momento era cierto, ella no ocultaba nada. La gracia era, que tiempo más tarde, confiando plenamente en ella, fuera quien ocultara el mayor complot contra su vida. Las apariencias engañaban. No obstante, no creía personalmente que Sira tuviera algo entre manos, se notaba a leguas que amaba al mago. Era por eso mismo que no se creía lo que había acabado de pasar en la sala minutos antes.

 

Se mantuvo en silencio un momento para no interrumpir, y como predijo, la reacción de la Loveless no fue buena, para nada buena. No objetó nada porque no había nada que objetar aquella vez. Tampoco es que pudiera aconsejar algo, Irony no era para nada buena en esos temas. De hecho, ya había tenido que salir de otra familia por culpa de eso, además de, obviamente, no sentirse identificada con aquel linaje. Negó con la cabeza con una mano sosteniéndose la nariz al ver como la mujer volcaba el alcohol en la cabeza de su padre adoptivo. Le dio cierto deja vu… Acababa de pasar lo mismo en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional.

 

Mirando a los ojos al hombre que tenía delante se paró pero no dijo nada. Salió de la sala siguiendo a la bruja, realmente, sin estar segura de qué tenía planeado hacer, solo lo hacía como algo instintivo. La siguió hasta el jardín de la mansión Haughton bajo una noche que podía admitir que era preciosa, pues no había nubes en esos momentos que estorbaran la visión de los astros y la Luna Creciente. Se paró a un lado de la bruja mirando el cielo e inhaló aire profundamente.

 

―¿Estás bien? ―fue la primera pregunta estú.pida que se le ocurrió. Así que se cruzó de brazos y se retractó― Me recuerdas un poco a una persona que conocí ―saltó el tema inhalando un poco de aire.

 

Ni si quiera estaba segura de si le apetecía hablar con ello. Poco lo había hablado con Kritzai incluso.

 

[Kahlan Blackthorn]

Ian Malfoy Haughton

El Londinense deambulaba por las calles de Ottery, poco sabia sobre la vida de su madre Juv dentro de esa ciudad. Jamás se había atrevido a preguntarle directamente por su historia o algo relacionado con la misma, respetando el pacto que habían establecido una vez ella le diera la vida. Compartió parte de su sangre con la Haughton, salvándolos a ambos de morir consumidos por la ira que se despertó en la ojiazul oscuro.

 

-Vivimos para contarlo, aunque ahora no estemos dentro del mismo lugar…-susurró curvándose en sus labios una lóbrega sonrisa-Somos parte del mismo plan, compartimos una inmortalidad que nos unirá para siempre…-resolvió rascando con suavidad su barbilla. Era un joven sumamente apuesto, destacando en su gallarda faz un par de orbes lapislázulis de un azul intenso, que dejaban sin aliento a quien los mirara-Es tiempo de conocer a la familia, muero de ganas por ver a mis hermanos y a mi querida tía Anne…-recordaba vagamente a la Lican-Espero que no me haya olvidado…-musitó entornando sus ojos hacia la verja del imponente Castillo Haughton.

 

Le agradaba la idea de pertenecer a esa familia, sintiéndose halagado ante el honor que le brindaba su madre Juv. Era un asunto complicado, intentar entender el proceder de las acciones de la rubia, contrastadas con los sucesos atropellados que le llevaron a provocar el nacimiento del Malfoy en Rusia-Cosa extraña, pero ya le sacaré la verdad de algún modo…-advirtió cruzando la verja, sintiendo la presencia de algunas personas en el jardín-Vaya, vaya…-murmuró quedando prendando de la belleza de una de ellas-Malos hábitos, pero no puedo erradicarlos…-ladeó la cabeza trayendo a su mente los consejos que le diera su hermano Chris.

 

-Somos ramas del mismo árbol, aunque yo soy más apuesto que él y Nathe juntos…-bromeó sacando a relucir ese aire arrogante que heredo de la Ángel Caído. Todo en su personalidad estaba íntimamente ligado a su progenitora, como si una parte de ella se hubiera anidado en lo más profundo del ser del castaño-Seré su viva imagen en todo momento, no deseo poseer nada que no provenga de esa esencia oscura que ella ha depositado en mi corazón…-afirmó captando un ardor que se extendía por todo su pecho- Los cuatro estamos unidos de por vida, Chris, Nathe, Juv y yo…-sentenció enfilando sus pasos hacia donde estaba Sira-Lamento interrumpir, pero note que no estáis del todo bien…-intervino decorosamente en el asunto que estaban tratando Sira y la chica que le acompañaba.

 

No deseaba parecer entrometido, pero no toleraba ver a una mujer mal delante de sus ojos-Mi nombre es Ian Malfoy Haughton…-se presentó inclinando ligeramente su cabeza-Mi madre es Juv Malfoy Haughton y mi tía Anne Gaunt Haughton…-continuó hablando-Espero que todo esté bien…- le extendió un pañuelo a la Loveless, esperando que esta lo tomara.

Editado 5 de Agosto del 2014 por Juve Aiiden Aiel Malfoy

[Sira Loveless Haughton]

La noche caía sobre el castillo Haughton, el sol comenzaba a desaparecer por el horizonte tiñendo el cielo y la escena de tonos anaranjados, rojos y amarillos, parecía un cuadro el cual contemplar. Aun no podía creer las cosas que acababa de escuchar de boca de su esposo, pero lo que tenía bastante claro era que no iba a pedirle más explicaciones sobre aquello.

 

Miraba no solo el anochecer, sino también el jardín del castillo que con esa luz te daban más ganas de pasear por él. Pronto sintió la presencia de Irony a su lado, se sorprendió, había pensado que se quedaría con Kritzai, sentía que lo apoyaba más que a ella, cuál fue su sorpresa al encontrarla allí con ella:

 

- Sí, estoy bien- Dijo soltando un resoplido destensando su espalda y sonriendo:- ¿A quién te recuerdo? Ahora me come la curiosidad- Vio el porte de la muchacha más detenidamente ahora que la tenía a su lado, era altiva, tenía carácter, incluso podía decir que se parecía a ella, “Que tontería ¿no?” pensó la castaña para sí.

 

Unas palabras la sacaron de su pensamiento, unas palabras que la hicieron sorprenderse y dar una pequeña encogida. Aquella voz pertenecía a un apuesto joven, de ojos penetrantes azules la hipnotizaron. Con lentitud subía su mano para tomar el pañuelo que este le extendía, casi sin escuchar lo que decía, era verdaderamente hipnotizadores sus ojos. Sacudió entonces su cabeza para volver a la realidad:

 

- ¿Perdona que has dicho?- Inquirió dudosa- ¿Ian? ¿Tu madre es Juve?- Era demasiada información, ¿Cómo podía ser aquel joven su hermano? Lo recordaba aun en la barriga de su madre, ¿Cuándo había nacido? ¿Cómo había crecido tanto? ¿Qué era lo que había pasado? Era verdad que aun las razas demoniacas y vampíricas, eran un misterio, pero no conseguía entender, porque su hermano, si lo era, había crecido tanto.

 

- Es imposible que tú seas Ian- Dijo la castaña alejándose unos centímetros del ojiazul mirando de reojo a Irony que seguro no entendía la situación:- ¡Tú no puedes ser mi hermano!- Grito la mortífaga agarrando su vientre.

[Ironía Heartilly]

Se sentía un poco incómoda sin saber que decir. Tenía una mano posada en su otro brazo y sus ojos observaban los astros que poblaban el firmamento. Sabía que a Sira le daría curiosidad que Irony, precisamente ella, saliera con un comentario así. Pero era cierto, Sira tenía algo, aunque no eran iguales, que hacía que recordara a Claire. A elegir prefería a Sira, toda la vida, además de que la bruja confiaba en que ella no la iba a traicionar… Pero quizá las reacciones, la vida similar que llevaba, su carácter, eran muy parecidos a los de su “hermana menor”. No sabía si contarle o no aunque realmente parecía interesada.

 

―A una amiga que adopté como hermana menor… Aunque eso fue hace muchos años. Supongo que se me ha ido todo sentimiento del alma a estas alturas. ―respondió con un tono carente de expresión.

 

Volteó la mirada viendo la llegada de un chico desconocido de ojos lapislázulis. Su llegada fue demasiado repentina y en primera instancia no le gustó nada la manera en la que se había entrometido en la conversación entre ella y Sira. Frunció el ceño por ello pero no comentó nada al respecto dándole el voto de la duda esperando la reacción de su acompañante. Se relajó un poco cuando se presentó, era alguien de la familia y por lo tanto no iba a causar ningún mal, es más, estaba en su deber de conocerle, o al menos tratarle educadamente.

 

―Me llamo Irony. Sira es mi… madre adoptiva ―completó.

 

No conocía a su madre pero le sonaba de haber oído su nombre. Iba a preguntarle a Sira si quería que la dejara sola con él ya que el chico realmente parecía interesado en ella más que nada, cuando la reacción de la susodicha la sorprendió. ¿Hermano? Miró al chico desconcertada para luego ver la reacción de cautela de la bruja. No sabía qué hacer, algo en su interior la hizo desconfiar completamente del chico pero se mordió la lengua porque tampoco quería meter la pata.

 

―¡Sira, cálmate! ¿Qué está sucediendo? ¿Cómo que es tu hermano?