Jump to content

| • El pozo de Amarna • |


Rory Despard
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Annick esbozó una leve sonrisa ante las palabras que Thomas había expresado y que prefería fueran olvidadas. Por alguna razón que atribuyó a la conexión con su esposo, la pelirroja imaginó a Elvis diciéndole a su hijo que no tenía nada de malo enamorarse y que era mejor darlo a conocer; pero ella prefería complacer la petición del chico acerca de que olvidara el comentario. Así que hizo como si no hubiera escuchado y decidió abordar el tema más adelante, quizá mientras degustaran los alimentos.

 

La verdad no he husmeado dentro de la cesta –respondió mirando aquel objeto–; pero si le diste instrucciones precisas a Eneas, seguro se esmeró en satisfacer tus antojos.

 

Siguió al pelirrojo y se acercó más al pozo. La oscuridad que había en el interior le resultaba extrañamente atrayente. Comenzó a evocar algunos recuerdos mezclados con diferentes emociones, pero antes de dejarse llevar por ellos notó que Thomas la tomaba de la mano y ambos saltaron sin dudarlo, notando cómo eran obsorvidos por aquel manto negro.

 

Supongo que sí, hemos llegado –comentó reincorporándose. Observó una mesa y unas sillas de madera, pero aquello le parecía demasiado trivial para tratarse del legendario sitio del cual todos hablaban–. Salgamos a ver qué hay fuera –se encaminó hacia la salida. Un chirrido evidenció la cantidad de años que debía tener el molino.

 

Fueron recibidos por un enorme campo lleno colores. El olor del césped mezclado con la fragancia de las flores era uno de los aromas favoritos de Annick. El sol se levantaba en el cenit infundando de vitalidad todo: las aves, los insectos y la vegetación, e incluso a las personas que llegaban al lugar.

 

¿Qué deseas hacer primero? –preguntó al joven fenixiano–. ¿Prefieres probar algún bocadillo o primero damos un paseo? Con cualquiera que sea tu elección podemos aprovechar el tiempo para que me cuentes cómo te ha ido y qué tal te has sentido durante los últimos meses.

 

Mientras terminaba de decir aquello, la ojiverde se percató de que otro par de personas salían del molino. Seguramente habían saltado al pozo poco después que ellos. Se trataba de Cye, quien iba a compañada de un joven al que Annick creía haber visto antes, pero no estaba muy segura de eso. Aún así les sonrió a ambos e hizo un movimiento con la mano para saludarlos.

 

@@Thomas E. Gryffindor

gnDEgfw.gif                   ¡Gracias, Elviro! 😍

QMxjxpE.jpg
HBbtNSf.giffSL7BoU.gif ~ JJlyjO8.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Realmente no era la situación que había esperado en la que se encontraría. Nunca imagino que por acercarse hasta donde estaba el pozo terminaría succionado por el. El grito de su madrina lo desorientaba mas de lo que estaba, era realmente extraño como todo había pasado.

Sabia que todavía tenia de la mano a Cye pero por varios minutos no tenia ni la menor idea donde era arriba y donde era abajo. Como todo había comenzado todo termino, en un pestañear. Lo primero que el Myrddin hizo fue voltear para ver a la Lockhart y preguntarle como se encontraba.

-¿Estas bien, Cye?.

Trato de hacer razón a lo que había pasado y con la mirada observo en todas las direcciones hasta ver si adivinaba donde se encontraban. Sus ojos azules cerúleos se encontraron con dos pelirrojos, la señorita (@@Annick McKinnon) los saludo y el Myrddin le devolvió el saludo con su mano libre.

-Creo que estamos adentro del pozo… - dijo en voz baja pensativo -Deberíamos preguntarle a ellos, creo que saben mas sobre esto que nosotros.

El irlandés le dedico una sonrisa a su madrina antes jalarla consigo hasta donde se encontraban los extraños. Ese tipo de cosas no eran su especialidad pero nada perderían con conversar con esas personas.

-Buenas noches.

 

Las palabras salieron de sus labios con cuidado ya que no estaba seguro de exactamente como comenzar esa conversacion, una sonrisa se formo en su cara mientras se encontraba medio nervioso por la situación. El Myrddin no estaba seguro cual era su exacto cometido con todo lo que estaba pasando.

@

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La caída fue indolora, fue más la angustia al principio que cualquier daño físico, eso porque el pozo no tenia final, al menos no el final que todos esperaban, pronto la rubia y su ahijado fueron arrastrados por una corriente que en vez de agitarlos, producía una calma pocas veces experimentada en la superficie, todos los ruidos desaparecían, la frescura del agua sobre la piel era cautivante, así como la sensación de paz, esa serena soledad que los acompañaba hasta que de pronto se hallaban en una habitación pequeña de paredes blancuzcas con una mesa y sillas, y los sonidos volvían hacerse presentes, pero esta vez era el de un molino, cuyas álabes rodaban, chocándose unas con otras para mezclarse y dar paso a la cristalina agua.

 

--Si… Si estoy bien y ¿tu?-- contesto y re-pregunto la bruja, consciente de que ya no estaban dentro del agua, era como si hubieran atravesado un portal invisible hacia otra época y lugar. La puerta estaba abierta y mostraba una campiña hermosa, además de dos personas a la que rápidamente reconoció por sus cabelleras peculiares y porque les conocía, una era Annick, esposa de su tío Elvis y el otro era Thomas Gryffindor, que ahora caía que era hijo de ambos, tenía que serlo, con quien había tratado con mucha frecuencia últimamente por asuntos relacionados con la Orden del Fénix donde ambos eran militantes. Los Gryffindor notaron la presencia de @@Dylan Kyle Myrddin y Cye e hicieron un gesto de saludo con la mano que fue correspondido primero por el mago y luego por la fenixiana.

 

--¡Entonces existe un mundo alterno dentro del pozo!-- agrego sorprendida ante el descubrimiento siguiendo la línea de suposición de su ahijado quien además en un abrir y cerrar de ojos la conducía hasta Annick y Thomas en busca de respuestas. Una vez parados frente a ellos el Myrdin saludo y Cye lo imito. --Hola Annick, Thomas, la verdad no esperaba verlos por aquí-- ella misma no esperaba estar allí, pero las circunstancias, la casualidad y la curiosidad ahora los tenia justo donde la leyenda quería. --Caímos al pozo y… ¿Estamos en Egipto?-- puntualizo mudando sus orbes de uno a otro, aunque la pregunta más bien era si estaban en el Egipto del faraón sincero y su bella esposa.

 

Las emociones bullían en el interior de la Lockhart y la sacerdotisa en ella cantaba de alegría ante lo que sus ojos veían y su sentido percibía, la vida a pesar de la historia de muerte, la belleza del paisaje, los aromas y los sonidos, todos tan vividos, tan reales y naturales que era imposible no sentirse bien. El cambio del tiempo, pues habían caído al pozo siendo noche y ahora estaban frente a un día maravilloso, con la caricia de la suave brisa y el sol, seguramente al caer no solo habían traspasado el espacio sino la finísima capa de tiempo, el viaje no había sido solo de segundos como lo sintieron sino de horas, tantas que la luna había sido sustituida por el astro rey. ¿Qué harían ahora? ¿Podrían encontrarse con Akhenatón y Nefertiti? o era más bien un viaje de purificación personal.

 

@ @@Thomas E. Gryffindor

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-Está bien, mamá... Espérame, no salgas sola del molino- exclamó Elros cuando notó que Annick se reincorporaba de la caída desde el otro lado del pozo; poniéndose de pie con agilidad y prontitud antes que su madre se aproximase a una roñosa puerta que estaba frente al pilar central de la antigua construcción. -¡Maravilloso! Éstas son las legendarias tierras de Amarna, mamá- exclamó asombrado al contemplar el vasto campo floral que los esperaba a las afueras de la aceña; divisando a un enjambre de abejas que pasó de un lado a otro, hecho que le erizó los pelos de punta, pues desde pequeño les temía, además de su conocida alergia provocada por su picadura. -Creo que es una mejor opción ir a dar un paseo... Así nos dan más ganas de comer ¿No es así, ?- respondió nervioso, debido a que su instinto le llamaba a salir huyendo de aquel lugar donde le podían perseguir esos insectos. <<¿Cye?>> dijo para sus adentros tras percatarse a quiénes le hacía seña con la mano su madre, extrañándose que la Lockhart se encontrase ahí con otro mago que no fuera su esposo Ishaya. <<¿Quién será él?>> se preguntó una vez más, justo cuando los otros visitantes se aproximaron hasta ellos para platicar amablemente. -Buenas tardes- contestó con los dientes apretados, pues no entendía cómo aquel muchacho no veía el majestuoso sol que se posaba en el cénit del firmamento que los cobijaba desde las alturas. -Tampoco nosotros, Cye... ¡Vaya sorpresa! Y sí... estamos en Egipto; específicamente en una región situada en la ribera oriental del río Nilo. Es el sitio donde se desarrolla la hermosa historia de Nefertiti y Akhenatón; según lo que me contó mi pa... o sea Elvis. Con mi tía estamos de paseo para distraernos del mundo y... también para conversar algunas cosas. Así que... los tenemos que dejar. Fue un gusto verles por aquí. Disfruten su día- manifestó el fenixiano; tomando del brazo a su madre, y con la otra mano a la cesta, con el propósito de ponerse a caminar y dejar atrás a la sacerdotisa y su peculiar acompañante.


-No pensé que tendríamos compañía, ... Perdón si fui un poco descortés con ellos, pero necesitaba estar a solas contigo... ¡Ven! Vamos a orillas del estanque- expresó el paladín, acelerando el paso hasta que sus figuras se dibujaron como sombras entremedio de una pequeña arboleda de álamos; área donde el veinteañero invitó a sentarse a la McKinnon en uno de los troncos que estaban dispuestos para eso. -Me pareció raro ver a Cye con otro joven que no fuera Ishaya... pero desconozco de quién se trata, puede ser su hijo o sobrino... Vaya a saber quién es. Pero bueno, ... Cuéntame ¿Para qué me has citado?- preguntó el ojiverde mientras husmeaba al interior de la canasta; extrayendo de ella una manzana roja que no demoró en masticarla.

Editado por Thomas E. Gryffindor
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Hasta luego, disfruten del sitio –dijo la pelirroja sonriéndoles a Cye y al joven que la acompañaba (Dylan), justo antes de que Thomas la tomara del brazo y comenzaran a alejarse de ellos.

 

Había planeado aquel encuentro para conversar y compartir un poco de tiempo con su hijo, sin embargo le había parecido que se habían despedido bastante rápido de Lockhart y su acompañante. «Sí, seguro ese joven es familiar o amigo de Cye», aseguró.

 

Oh, es sólo que deseaba pasar un rato contigo… a solas –respondió la interrogante del chico–, para que pudiésemos charlar. Ya sabes, es difícil mantener una larga conversación en casa –agregó sonriendo.

 

La mansión Gryffindor se caracterizaba por las grandes reuniones familiares que ocurrían a diario. Por tal motivo Annick tenía la sensación de que no conocía bien a Thomas. Le resultaba extraño saber que venía del futuro cuando apenas había pasado un año de su nacimiento. Tal vez él conocía muchas cosas sobre Elvis y sobre ella, pero el matrimonio Gryffindor no sabía mucho de la adultez de su hijo, y así se lo hizo saber:

 

Me gustaría que este encuentro sirviera para conocernos –explicó mientras estiraba las piernas para sentarse más cómodamente. A su lado escuchaba el crujir de una manzana que era masticada por el pelirrojo–. Verás, me parece que tú sabes mucho sobre tu padre y sobre mí, aunque supongo que habrá ciertas cosas que desees preguntarme. En cambio, creo que no sé mucho de ti, excepto que eres mi pequeño bebé llegado del futuro.

Algo que parecía un pez nadó cerca de la superficie del estanque provocando que se formaran pequeños aros que se expandieron brevemente en el agua.

 

 

@@Thomas E. Gryffindor

 

 

gnDEgfw.gif                   ¡Gracias, Elviro! 😍

QMxjxpE.jpg
HBbtNSf.giffSL7BoU.gif ~ JJlyjO8.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No suelo prepararme las clases de conocimientos que imparto en el espacio académico. Es más fácil hacerlo en casa, en mi habitación, cuando todo el mundo duerme. Además, he dado tantas veces la clase de Estudios Muggles que ya ni necesito consultar libros sobre el tema. Esta vez, sin embargo, los directores de la Universidad Mágica me habían pedido que fuera la sustituta de otros conocimientos y había decidido ir a la biblioteca para repasar conceptos.

 

Estaba sentada, cerca de la vidriera del lado más alejado a la entrada de la universidad, aguantando a varios estudiantes que parloteaban sobre un pozo de los deseos y otras míticas leyendas del centro. Tras varios "ssshhh" que les lancé, cerré el libraco que estaba leyendo y les miré con cara de mala leche, sopesando si debiera lanzarles un Silencius para que aprendieran. Después recordé que eso no estaría bien visto por Elvis, mi primo, el Director del lugar; podría hasta perder mi puesto de profesora y eso no lo quería.

 

-- Silencio -- les dije, con voz firme aunque baja, para no molestar a los alumnos que estudiaban.

 

-- El pozo de Amarna existe, señora -- me contestó un estudiante descarado.

 

Suspiré y miré por la vidriera. No se veía mucho pero juraría que aquella melena rubia era de una mujer conocida. Cye... Cye Lockhart, mi cuñada. No podía asegurar si era ella pero sería normal, puesto que también trabajaba aquí, en aquel edificio universitario. Era seguida por un muchacho y arrugué el ceño al ver que no era su marido.

 

¿A dónde irían?

 

-- ¿Cye? -- dije, extrañada. Ahora, esos dos mozalbetes se atrevieron a chistarme a mí para que me callara. Me levanté de forma brusca, no quería olvidarme que no estaba permitido usar hechizos a los estudiantes y preferí salir de la biblioteca antes de cometer una falta que lamentara. Además, una vez no muy lejana, mi amigo Bastian me había dicho que tenía que luchar por reprimir los impulsos violentos y encauzarlos en positivismo.

 

Así que salí sin coger mi varita, que seguía donde siempre, en el pelo, recogiendo mi violeta melena, y caminé por el lugar hasta que calme mi impulso gamberro de vengarme ante aquellos muchachitos. Después sonreí, burlándome de mí misma por permitir que me provocaron unos niños. Me sentía a gusto en aquel sitio, pero tocaba volver a casa. Y hacia la Potter Black me hubiera ido si no hubiera sentido un grito de sorpresa y terror mezclados.

 

-- ¿Cye? ¡¡ CYE !!

 

Era mi cuñada, estaba segura. Corrí hacia dónde me pareció que venía la voz pero no la encontraba. A lo lejos, la silueta de un pozo. Ausencia total de mi familiar y de su acompañante... La brisa que corría y mecía mis cabellos parecían traer ecos de lejanas canciones en lenguaje extraño. Era un lugar agradable que podría haber calmado mi espíritu si yo no estuviera preocupada por mi cuñada.

 

-- ¿Estás por aquí, @? ¿Eras tú quien gritaba?

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Parecía que su madrina conocía a todo el mundo. Primero con los pelirrojos de temprano cuales ahora sabía que eran Annick y Thomas, madre y hijo. Cosa que sabia porque el muchacho había llamado a Annick: mamá.

Casi dijo algo cuando se tomo un momento para observar por todas partes, por lo que habían dicho están en Egipto. Cye se notaba que estaba enamorada del lugar y el irlandés por su parte podía apreciar la belleza en las pirámides y la historia. Su cabeza se volteo al escuchar a alguien gritar el nombre de la Lockhart.

-Madrina creo que deberíamos revisar quien llama por usted, quien sea parece estar preocupada - dijo despacio mientras comenzaban a dirigirse a esa voz.

El rubio se paso su mano derecha por sus cabellos echándolos para atrás en el proceso. Realmente la situación era algo subreal pero que esperar cuando se trataba del mundo mágico y especialmente en Ottery.

-Hola… Soy Dylan Kyle Myrddin - dijo algo confundido mientras se presentaba a la mujer de cabello violeta (@

 

@

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-¡Wuaooo!- respondió emocionada ante la confirmación que le daba Thomas sobre el lugar que ahora pisaban, en efecto era Egipto, una tierra faraónica por herencia y vivencia, un destino que ningún viajero y ser de mundo debía omitir.

 

-¡Es cierto!- le dio un golpecito en el brazo de modo cariñoso, se sentía un poco más cercana al pelirrojo después de sus muchos encuentros en distintos lugares a causa de la orden --Eres un sortudos tienes a mi tío Elvis de papa y también a Annick-- miro a Annick y soltó con expresión teatral --Algunos nacen de pie-- bromeo, estar en la universidad le hacía sentirse como en su época académica, le restaba la acostumbrada seriedad por las muchas ocupaciones y sacaba ese aire jovial y adolescente que yacía dentro de ella.

 

--También les deseamos un bonito día-- respondió Cye a la madre e hijo apenas se despedían, al ver la canasta de comida supo que era una salida que habían planeado quizás buscando estar a solas, lo único que lamentaba es no haberles podido presentar a su ahijado Dylan y decirles que él quería formar parte de la Orden del Fénix, pero seguramente no sería la última vez que se encontraran y entonces haría las presentaciones pertinentes.

 

-¡Eh!- era todo lo que había contestado a Dylan cuando este le decía que alguien la llamaba, Cye también había escuchado el llamado y se había negado a darle crédito porque reconoció la voz de inmediato era la de su cuñada Sagitas, pero eso no era posible no podía estar a esas horas por la Universidad y menos haberla visto, se suponía que era las ocho de la noche y ella iba camuflada, seguro que había sido su cabellera, ese rubio brillante en ocasiones era un problema, no porque se estuviera escondiendo, en fin, lo cierto es que se lo había achacado a su imaginación y que tenía una conversación pendiente con la pelivioleta para pedir un favor.

 

 

--¿Tu también oyes la voz? Entonces no lo estoy imaginando-- dijo la rubia frotándose el mentón --Es Sagitas, estoy segura, pero no la veo-- obviamente no podían verle porque Sagitas seguía estando arriba en el pozo y lo que escuchaban era la repetición de un eco que había entrado cuando se habían caído al agua. Cye dudaba que desde donde estaban les pudiera oír si es que la Potter estaba arriba, pero se arriesgo regresando al molino y gritando como lo hacía Dylan presentándose.

 

--Eeeeyyy bruja violeta lánzate al pozo si eres valiente-- grito incrédula de que el mensaje pudiera viajar en tiempo espacio pero por si acaso, en verdad esperaba que pronto la mujer cayera como ellos y se pudieran reunir en este Egipto ya quería presentarle a los fenixianos a su ahijado. Se mordió el labio inferior tomando el brazo del Myrddin y esperando a que de la nada la bruja cayera.

 

@@Dylan Kyle Myrddin @

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-Tienes toda la razón, madre... Es tan cierto aquel dicho familiar que habla acerca de la multiplicación de todos los Gryffindor cuando dos o más se reúnen entorno a una plática en casa. Resulta casi "imposible" conversar temas privados ¿Cierto? Aún recuerdo cuando arribé desde el futuro... aquella noche cuando papá me rescató desde la zona de los jardines delanteros, curó mis heridas y dejó reposar mi cuerpo en su habitación... Ese mismo día, causó una revuelta que por poco termina con todas mis hermanas adentro de la alcoba preguntando quién era yo ¿Lo recuerdas? Aún está en mi consciencia sus rostros estupefactos cuando les dije que era Elros- expresó el chico; no pudiendo controlar la simpática risa que afloró en sus labios luego de hacer memoria de aquel día. -¿Conocernos? Vaya que suena extraño que mi propia madre me lo diga... pero más raro es verla tan joven y llena de vitalidad como yo; es como si Merlín me estuviera dando la oportunidad de poder charlar con mi mamá teniendo casi mi misma edad, como si fuésemos amigos o ex-compañeros de Hogwarts. Lo que provoca un viaje en el tiempo... es fantástico ¿Verdad?- dijo sonriendo el muchacho; para después mascar, una vez más, la manzana que había extraído de la canasta. -Pero tienes razón, mamá... Tú y Elvis no saben de mí, como yo sí de ustedes. Conozco sus vidas, sus pasiones y temores, toda la trayectoria de ustedes en La Orden, sus anhelos y sueños frustrados... pero de mí, no saben nada. De verdad, les agradezco en el alma la confianza que han depositado en mí... es una de las tantas cosas que me hacen dormir tranquilo en mi alcoba todos los días, má- agregó el templario, percibiendo que algo nadaba sumergido en las aguas del lago donde ambos estaban sentados a sus orillas.


-Con la gracia de Morgana... me ha ido bastante bien estos meses, mamá... aunque el propósito de mi viaje aún no puedo esclarecerlo del todo, es... complicado. Hay muchas situaciones que me han descolocado ahora último, desde la aparición de tu "hermana" hasta el arribo inesperado de una chica que dice ser tu hija sanguínea. Quiero que sepas que yo no tengo nada, absolutamente nada, en contra de Talia y Patricia... pero su historia y sus figuras me son tan ajenas como lo fui yo para ti cuando irrumpí de golpe en tu hogar, con una versión que ni el ministro con sus warlocks creerían. Yo sé todo lo que pasó con mi tío Mark... y también con Salazar, de quien heredé bastantes más genes de lo que tengo de papá... Sé lo de los abuelos McKinnon y las reseñas que tú me contabas de Amelie y Lucien Poulain... y nunca, jamás desde que tengo uso de razón, oí el nombre de Talia- se explayó el adolescente, aprovechando de acomodarse más sobre el tronco que lo cobijaba junto a su madre. -¿Quién es Patricia? Tampoco sé nada de ella... tengo ciertas "hipótesis", pero todas se vuelven nulas. Yo soy tu único hijo directo, mamá... el resto de mis hermanos han sido apoyados por ti y papá... pero incluso muchos de ellos tienen una edad cercana a la tuya, la que podría identificarlos como hermanos, primos o amigos... pero Patri... No sé, es raro- concluyó algo confundido el veinteañero, fijando su mirada hacia el horizonte, donde los álamos bailaban al ritmo del viento que soplaba con mayor intensidad que cuando cayeron al pozo.

Editado por Thomas E. Gryffindor
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

Annick esbozó una sonrisa cuando Thomas mencionó el día que ella y Elvis lo habían conocido. Por supuesto que recordaba cada detalle de esa ocasión. Lo había rememorado durante demasiadas ocasiones debido al impacto que le había producido enterarse de que ese chico era Elros, su pequeño y único hijo, llegado del futuro.

No tienes nada que agradecer. Confiamos en ti como todos los padres confían en sus hijos –expresó antes de comenzar a hurgar en la cesta.

Tenía sed, así que extrajo una botella con jugo de calabaza y la abrió lentamente mientras escuchaba todo lo que decía el Gryffindor.

Supongo que debes tener motivos muy fuertes para no decirme el porqué de tu viaje en el tiempo, así que lo respetaré. Pero espero que algún día puedas compartirlo con nosotros.

Bebió un pequeño sorbo del líquido amarillento y permitió que el dulce sabor envolviera su paladar. Antes de tomar la palabra volvió a beber y luego suspiró. No sabía por dónde comenzar.

Nadie sabía acerca de Talia, ni siquiera a tu padre, porque ella se alejó de la familia hace mucho tiempo. La verdad, su llegada fue una sorpresa. Pensé que jamás volvería a verla –bajó la mirada como si eso la ayudara a encontrar la manera más sencilla de explicar la historia de la aludida–. En realidad no es mi hermana… me refiero a que es mi media hermana… o algo así. Lyla y Andrew McKinnon sólo tuvieron tres hijos… Talia es sólo hija de mi padre, si se le puede llarmar así, porque papá nunca engañó a mi madre... Verás, Talia es hija de… –no sabía cómo explicarlo. Incluso para ella tal idea le resultaba imposible. Pero Talia había mostrado que ciertamente no era una humana común–. Es hija de una diosa griega. Atenea.

Supuso que el pelirrojo conocía lo suficiente sobre mitología griega como para saber que no necesariamente un humano debía enamorarse de un dios para que éste procreara un hijo.

Cuando mis padres y Mark murieron, Atenea se llevó a Talia para protegerla, mientras yo fui adoptada por los Poulain y Salazar corrió con menos suerte… –guardó silencio un instante, preguntándose dónde se encontraría su querido hermano en aquel momento–. En cuanto a Patricia, he de reconocer que yo misma no comprendo su historia. Incluso he hablado con tu padre sobre el tema, pero ya lo conoces. Si alguien necesita una familia, él lo acoge sin hacer demasiadas preguntas. Pero no lo juzgo. En realidad es una de las razones por las cuales lo amo.

Nuevamente tomó otro sorbo de jugo de calabaza. Quería darle tiempo al fenixiano para que planteara alguna otra duda, o para que asimilara la información antes de que ella comenzara a hacerle preguntas.

gnDEgfw.gif                   ¡Gracias, Elviro! 😍

QMxjxpE.jpg
HBbtNSf.giffSL7BoU.gif ~ JJlyjO8.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.