Metamorfomagia

[Felicity]

Una vez dentro de la cabaña de la Arcana, Felicity extendió el pequeño trozo de pergamino, deshaciéndose de él. Ya había completado todas las tareas que Amara les había indicado y empezaba a estar un poco nerviosa por acabar aquel entrenamiento. ¿Qué más faltaba por hacer? Al parecer Dennis había rememorado sus primeros momentos cambiando de aspecto. Amara les pidió lo mismo tanto a Jock como a ella, pero esto era algo que la Malfoy no podía hacer.

 

- Yo empecé a tener cambios nada más nacer. Entonces, no recuerdo nada. Nací con el pelo marrón oscuro como mi madre, eso sí, y lo tuve de este color hasta hará unos años que por culpa de un incidente se me volvió de este color tan ceniza - explicó.

 

Intercambió una fugaz sonrisa con la Delacour , dándole ánimos a seguir con aquella sesión instructiva. Se preguntó si ésta era metamorfomaga de nacimiento o bien había desarrollado la habilidad por algún tipo de magia muy avanzada.

 

La arcana preguntó si ambos Malfoys estaban listos para realizar la prueba de vinculación con el anillo y ambos asintieron. De hecho, Jock hizo como ella anteriormente y adoptó el mismo aspecto físico que Amara, demostrando que estaba más que preparado para cualquier cosa.

 

- No me mencionaron nada de ninguna prueba con ningún anilló - musitó la ex mortífaga, llena de curiosidad - pero claro que estoy lista.

 

Se palpó el bolsillo derecho del traje gris y aferró a la varita mágica que volvía a estar en su bolsillo. Siempre le daba seguridad saber que la llevaba encima. ¿Cambiarían de estancia? ¿consistiría en pasar alguna prueba con algún curioso ser o sería algo totalmente inesperado?

 

- Por mí podemos empezar.

 

 

 

 

[Dennis Delacour]

El primer punto de la lista en aquel pergamino no había sido tan complicado aunque tampoco había resultado algo fácil, después de un poco de frustración lo había logrado pero si algo tenía claro la rubia era que no podía depender de las emociones negativas para lograr esos cambios de lo contrario estaría limitándose demasiado a la hora de poder desarrollar aquella habilidad. Tenía que encontrar un punto de equilibrio que le permitiera cumplir sus objetivos sin desgastarse tanto en el intento.

 

El segundo pedido de aquella lista dependía de cambiar su tamaño, por lo que ubicando una marca guía en el borde del espejo trato de enfocarse de la mejor manera posible, respiro profundo y juntando la rabia, la determinación que la habían llevado a tomar esa habilidad y todos los buenos sentimientos que venían a ella cuando tenia presente a las personas que amaba trato de dar el siguiente paso. Sentía una energía fluir y en medio de eso cuando miro al espejo se dio cuenta que se ubicaba por encima de la marca trazada.

 

Nuevamente uso todas sus emociones y en cuestión de unos segundos tenía varios centímetros menos de los que ella habitualmente manejaba, no pudo evitar sonreír ante la idea de que había funcionado mezclar todos los centímetros y sensaciones que habitaban en ella para lograr generar los cambios que buscaba llevar a cabo.

 

Algunas voces se escuchaban provenientes del interior de la casa lo que hacían pensar a la Delacour que se encontraban algo ocupados sus compañeros de habilidad. El siguiente paso no sería sencillo, se concentro en la imagen frente a sus ojos, su mirada azul le hablaba desde el reflejo en el espejo. Se quedo mirando fijamente a aquella imagen manejando su respiración, de pronto su rubio cabello empezó a teñirse de negro como si le hubiese derramado un frasco de tinta, su piel se coloreo de un tono moreno parecido al de las personas de oriente y por ultimo la mirada que le regresaba aquel reflejo era un negro azabache, la imagen frente a ella era de cualquier otra persona en el mundo menos la suya.

 

Logró mantener los cambios por varios minutos hasta que sintiendo un poco el agotamiento por el esfuerzo volvió a tener su imagen habitual, el rubio y los ojos azules de nuevo en su cuerpo, estaba un poco cansada pero había conseguido llevar a cabo las tareas que le habían sido asignadas, ahora esperaría a lo que la Arcana tuviera decidido para ella.

[Amara Majlis]

—No lo sé.

Respondió al sarcasmo con el que le había respondido el patriarca de los Black Lestrange, por un momento los iba a hacer que hicieran otro tipo de pruebas, pero lo mejor era que demostrarán que podían hacer esos cambios en la prueba. Así que cuando recibió la respuesta afirmativa por parte de ambos les indicó que podían irse a descansar por unas cuantas horas, que los vería hasta el momento de la prueba y tras verlos salir de su cabaña les siguió para encontrarse con Dennis que acaba de terminar de hacer sus cambios frente al espejo.

Estando con Dennis la invitó de nuevo a pasar al interior de la cabaña, ahí la miró con una pequeña sonrisa como si con su silencio le dijera que esperaba le mostrará sus primeros recuerdos de aquellos cambios gracias a su habilidad, pero al ver que Dennis la miraba expectante, se dirigió a ella y apoyando una de sus manos en su hombro le habló de forma tranquila y pausada.

—Pequeña, nos quedamos en que me ibas a mostrar tus primeros cambios, pero antes de que lo hagas, entrégame tu varita.

Camino hasta el pensadero que se encontraba a la mitad de la estancia, se volvió a situar alrededor del objeto que le mostraría aquellos primeros cambios de la jefa de la oficina del ministro, dependiendo de las imágenes que Dennis le presentará, le iba a pedir una acción más. Quizás ella podía realizar un reto que llevaba tiempo que quería completar.

[Dennis Delacour]

La rubia se hallaba aún frente al espejo con una mezcla de satisfacción y un poco de cansancio a la vez por el objetivo conseguido, pero sabia que eso solo sería el principio de un camino largo y complicado que debía recorrer si quería desarrollar la habilidad por completo y convertirse del todo en una metamorfomaga, razón por la cual se encontraba en ese lugar.

 

De pronto vio salir a Felicity y a Jock seguidos de la Arcana, el par de magos se marcharon quedando ella con Amara quien nuevamente la invito al interior de su hogar. Ya dentro de la cabaña la miro con una sonrisa amable, realmente la confundía un poco porque esa sonrisa no le dejaba ver si estaba haciendo las cosas bien o mal puesto que era una forma de ocultar cualquier expresión que le indicara como iba en su proceso por conseguir lo que quería.

 

Apoyando una mano en su hombro le indico que esperaba por los recuerdos de sus primeros cambios y luego pidió su varita. La Delacour se sorprendió un poco ante la petición de la Arcana pero sabía que si era parte de aquella instrucción no podía negarse, lentamente saco la varita del bolsillo de su túnica y se la tendió a Amara, en ese momento se sintió un poco desvalida, la varita se había convertido en parte de ella y siempre la llevaba consigo, pero la ojiazul suponía que todo era parte del conjunto que representaba desarrollar la habilidad.

 

Se acercó al pensadero que estaba esperando por ella y se enfoco en el hasta que sintió dejarse llevar por los recuerdos, una vez más pero de manera rápida volvió a ver el recuerdo que había tenido camino al jardín de cuando llegó nuevamente a la mansión Delacour, pero esta vez su mente no se quedó en ese punto sino fue mucho más atrás.

 

Entonces frente a ella como si de nuevo estuviera en ese punto de su vida se vio cuando tenía 5 años en la casa de sus padrinos en Estados Unidos jugando con la hija de ellos y su mejor amiga, Antonella. Se vio correr en el jardín entre los rosales riendo y divirtiéndose, acaban de recibir una cantidad enorme de dulces como regalo por su buen comportamiento y estaban tan felices que jugaron todo el día. Cuando al fin tomaron un descanso no podían parar de reír era tanta su dicha que cuando Antonella la miro con cara de sorpresa pensó que bromeaba. La niña frente a ella le informó que tenía un ojo azul y el otro dorado a lo que la rubia solo pudo reírse pensando que era una broma.

 

Antonella no tuvo más remedio que llevarla de la mano frente al espejo más cercano y fue tanta su sorpresa y diversión que empezó a reír con más fuerza y por cada carcajada sus ojos cambiaban de color y después algunos mechones de su cabello, cuando al fin paro de reír y se tranquilizo todo volvió a la normalidad, Antonella considero que era algo simplemente genial y a ella era algo que le había encantado poder hacer aunque después lo volvió a intentar y no pudo, quedando ese momento de su vida en el olvido.

 

El recuerdo terminó y algo trataba de llevarla más atrás pero debió estar tan pequeña que no pudo traer su recuerdo por más que intento volviendo al presente y a la realidad en la que se encontraba en ese momento, en la cabaña de la Arcana Amara. Una sensación de nostalgia se instauro en su pecho, ese día había sido uno muy feliz en su vida y lo había olvidado, se preguntaba que tantas otras cosas pudo olvidar.

[Amara Majlis]

Amara entró a las memorias de Dennis, a diferencia de otras infancias que a lo largo de su vida había conocido, la de la joven Delacour era muy alegre y llena de color. La vio reír, bailar, cantar, correr, jugar, todas esas actividades de la mano de una chiquilla a la que la propia bruja de sólo 5 años de edad le había llamado Antonella, misma que la llevó a ver como su cabello cambiaba de color. Al menos era capaz de recordar como ocurrió su primer cambio con ayuda de la habilidad, cuando dejaron de ver aquel recuerdo, Majlis esperó en silencio a que Dennis hiciera alguna pregunta, pero al parecer no habían dudas por lo que decidió continuar con la clase.

—Mi querida niña, al parecer tienes un poco más desarrollada la habilidad, no he visto fallos en tus cambios frente al espejo. ¿Te gustaría intentar algo más? —le pregunto.

Esperaba que la respuesta de la ahora Directora del SAW, fuese afirmativa. Tenía la intención de llevarla a un bosque junto con la nueva alumna, que respondía con el nombre de Juv Black Lestrange. La cual esperaba que no tardará mucho tiempo en hacer acto de presencia en sus aposentos, ya que justo con ella sumaban cinco miembros de aquella familia que visitaban su hogar para ser certificados con la habilidad. Si hubiesen llegado todos juntos quizás les haría un descuento por familia, pensó mientras sonreía.

—En cuanto llegue Juv, nos vamos a ir a los jardines del ateneo, veremos si pueden hacer camuflaje ayudándose con la habilidad. ¿Crees que puedas hacer eso?

[Dennis Delacour]

Después de haber visto sus memorias en el pensadero la Delacour se había quedado en silencio y pensativa, por un momento se olvidó incluso de la presencia de la Arcana y que estaba en su hogar, eso hasta que la mujer habló sacándola de sus pensamientos y haciéndola retornar toda su atención a ella y a las razones que la tenían en ese sitio en esa ocasión. Muchas veces había pasado por aquellos terrenos anhelando tener lo que se necesitaba para iniciar su habilidad y ahora ya era un hecho, motivo por el cual estaba tratando de dar lo mejor de si para lograr cumplir su objetivo.

 

Escuchó las palabras de la Arcana y sonrió, el ejercicio del espejo le había resultado un poco agotador pero lo había conseguido sin embargo una duda cruzó por su mente y quiso aclararla antes de ir más lejos en su aprendizaje. — Arcana Amara, frente al espejo he logrado cambiar la forma de mi nariz por la de una animal, sin embargo me pregunto qué tanto podemos hacer cambiar nuestra forma y adoptar la de un animal o criatura sin ser animagos?. Es posible hacerlo por completo o simplemente podemos cambiar algunas partes del cuerpo pero no todo el conjunto de nuestro ser? — inquirió a la mujer quien la observaba fijamente.

 

Sabía que para convertirse en forma animal debían vincularse a otra habilidad pero era solo a un animal en especifico, tal vez la metamorfomagia podría permitirles no solo cambiar su forma humana a la de otra persona sino también a una forma animal, o solo podían tener indicios de aquello. Esa duda había surgido mientras generaba sus cambios pero no se había atrevido a querer averiguarlo por su cuenta sin antes estar segura de que eso no iba a causarle un daño irreversible al de pronto estar rompiendo alguna regla.

 

— Y sí claro que me gustaría intentar algo más — dijo mientras esperaba por la respuesta de la Arcana, que antes le había comentado de que esperaban por alguien más para pasar a otra área e intentar algo nuevo, camuflaje? no se le había ocurrido antes que esa habilidad pudiera también funcionarle de esa manera pero la verdad resultaba algo interesante de probar y la ojiazul haría lo posible por abarcar todas las opciones que pusieran frente a ella durante su trayecto por conseguir avanzar en la habilidad.

[Kahlan Blackthorn]

Sus orbes lapislázulis estaban fijos en la ventana de su habitación, pequeñas gotas de lluvia golpeaban el cristal. Mirando de cuando en cuando hacia la cama, le sonría al verlo dormir tan plácidamente, deseaba tanto poder quedarse a su lado y velar su sueño, pero la cita que tenía con la Arcana Amara, no podía esperar por nada del mundo. Levantándose del suelo sacudía polvillo inexistente en sus jeans color vino, el corsé azul oscuro se amoldaba a la perfección a su estilizada figura, enmarcando sus curvas de una forma elegante y sensual. Sus botas de piel de dragón y su chamarra de piel, remataban el outfit casual y desenfadado de la Black Lestrange—Te echaré de menos —le dejaba esas palabras acompañadas de un beso que lanzó la viento. No podía experimentar amor o alguna clase de sentimiento similar a eso, no le estaba permitido, no luego de terminar con la poca humanidad que aún residía dentro de ella.

—No otra vez —poniendo los ojos en blanco detectó que su iris se puso azul celeste. ¿Cómo era posible cambiar el color de sus ojos de esa forma o mutar otra clase de características o detalles en sus rasgos físicos?. Recordaba vagamente tener visiones y poder sentir a los seres del bajo astral, pero mutar el color de su cabello o sus ojos, al grado de poder cambiar su piel por la de una serpiente, no hacía más que despertar su inquietud sobre la habilidad de la metamorfomagía—Sólo ella puede despejarme estas dudas y ayudarme a manejar está clase de habilidad que poseo, sólo espero que no me pida revelar vivencias de mi infancia o cosas como esas —entrecerrando sus ojos, acomodaba su dorada cabellera sobre su hombro derecho. La marca de Caín que tenía en su cuello, permanecía sin reaccionar o causarle algún tipo de ardor en esa parte de su cuerpo.

Coraje estaba a pocos metros debajo de está, latiendo como lo hacía en órgano que poseían los seres vivientes. Pero en el caso de Juv, no tenía esa capacidad y su corazón, sólo estaba dentro de su pecho, pero no emitía un solo latido o rastro de vida que le diera conocimiento de que en algún momento ejerció alguna función vital dentro de ella. Al nacer como vampiro, jamás necesito de este para mantenerse con vida dentro del mundo mágico, porque nunca le sirvió para nada en particular a diferencia de la sangre que era su alimento primordial. Beberse litros de aquel liquido vital, siempre le mantuvo medianamente cuerda y deseosa de aprender las diversas artes que se conocían dentro del mundo mágico, Nigromancia y Animagia eran las que desde su infancia captaron su atención, seguidas por la Oclumancia y la Videncia, ahora la metamorfomagia ocupaba por completo sus pensamientos.

El verse con otro color de cabello y facciones diferentes a las propias, nunca le causó un malestar mayor. No hasta que Jaén le confesará que percibió en ella, la misma peculiaridad que el poseía en sus ojos. Pero en el caso del castaño era una anomalía de nacimiento que no tenía nada que ver con un cambio que el pudiera manejar a placer o cuando se le antojará. Su cuerpo se tensó como una tabla, siempre se destacó por ser una hechicera diferente al resto, pero esto era mucho mayor a todo lo que pudo vivir en sus años como estudiante dentro de Hogwarts.

—Espero volver pronto, nos veremos —desapareciendo envuelta por un mar de manos oscuras que le rodearon de pies a cabeza, dejaba detrás de ella una estela azul metálico que se disipó en el acto. Su destino era la morada de la Arcana Amara Majlis, aprendería de ella, lo que tuviera para enseñarle y se empeñaría en entender desde el inicio. ¿Cómo es que la metamorfomagía formaba parte de su esencia y como manejarla de forma mesurada y consciente?. Su cuerpo se sentía liviano y relajado, descendiendo poco a poco sobre el suelo, cayó firmemente sobre esté admirando a pocos metros de ella la morada de la fémina.

Sus pasos le atrajeron hacia dicha cabaña, seducida por un magnetismo que le condujo directamente hacia la puerta, llamando a la misma con dos golpes secos espero respuesta, al instante esta se abrió de par en par y le permitió entrar al recinto que le dejo sin palabras—Soy Juv Black Lestrange, espero no haber llegado demasiado tarde —se presentó ante su nueva mentora dedicándole una sonrisa afable y cortés. Ahí estaba la directora de la oficina del ministro, Dennis Delacour, obsequiándole una ligera reverencia como saludó espero las palabras de la Arcana.

[Amara Majlis]

—Señorita Black Lestrange, nos alegra mucho que se una a nosotras, no le invito una taza de infusión de varias hierbas, ya que nos encontramos a punto de ir a los jardines del ateneo.

Amara bien podría agregar que la última vez que Juv se había presentado en aquella habilidad, se había quedado dormida varios minutos después de que tomara la infusión que lograba despertar la habilidad, así que lo mejor era hacer que tanto la Black Lestrange como la señorita Delacour trabajaran en equipo. La argelina caminaba por delante de sus alumnas, hasta que llegó a un lugar con demasiada vegetación.

—Chicas hemos llegado, vamos a jugar aquí a las escondidillas. ¿Aceptan jugar conmigo? Será muy divertido. —sus ojos recorrieron todo el lugar, a simple vista no había lugar donde esconderse, los troncos de los árboles eran de diferentes tamaños, los arbustos unos eran muy pequeños y otros eran un tanto más altos que ella, pero no tan altos como los árboles que le rodeaban.

—Yo contaré, ustedes se esconden.

Para aquel juego deberían hacer uso de la habilidad, de esa forma lograr camuflarse con la naturaleza del lugar. Así que en cuanto terminó de explicarles la dinámica del juego, cerró los ojos y comenzó a contar en voz alta.

—Uno, dos, tres… —siguió el conteo hasta el número veinte. Sabía que ninguna lograría esconderse por completo en aquella cantidad de tiempo, pero entre más tiempo jugaran lo iban a lograr.

[Dennis Delacour]

La Delacour no tuvo que esperar mucho tiempo para que la persona que la Arcana estaba esperando se hiciera presente y poder continuar con el aprendizaje que estaban llevando. A quien esperaba Amara no era nada más y nada menos que la nueva jefa de Oficina de su departamento, su nombramiento era reciente y no habían podido cruzarse en muchas ocasiones pero si un par de veces cortas mientras realizaban su trabajo por lo que hasta el momento tenían un trato cordial pero seguía sin saber mucho de la Black Lestrange.

 

La Arcana saludo a la bruja indicando que estaban por salir al exterior motivo por el cual no podía tener en ese momento la atención que había tenido con ella, aunque no sabía si ese te había sido para tratar de calmar un poco la ansiedad de la rubia ya que estaba algo nerviosa por estar en ese lugar, pero de ser así con ese te y los ejercicios que ya había realizado se encontraba más tranquila y segura.

 

Le dedico un saludo con la mano a la recién llegada para luego ponerse en pie y seguir a la Arcana hacía donde ella considerara pertinente continuar. Después de caminar unos minutos llegaron a un sitio bastante cubierto de vegetación, era un buen lugar para desconectarse del mundo entero. Escuchó las palabras de Amara la cual la sorprendieron un poco, jugar a las escondidas? una sonrisa se dibujo en el rostro de la ojiazul, la verdad es que desde que estaba muy pequeña no lo hacía e incluso había estado tan ocupada con el trabajo en el ministerio que no había podido jugar con sus sobrinos y ahijado, así que porqué no.

 

Asintió a las palabras de Amara indicando que estaba de acuerdo, aunque si bien era cierto que esto era mucho más que un simple juego se dijo así misma que por que no divertirse un poco, además recordando sus primeros cambios habían sido cuando se sentía muy feliz. Cuando la mujer empezó a contar se sintió como una niña llena de ansiedad tratando de encontrar el lugar adecuado que a decir verdad no había muchos por que todos parecían no ser suficientes para ocultarlas por completo.

 

Camino lo más rápido posible tratando de hacer el menor ruido y se arrodilló detrás de unos arbustos más o menos altos pero aún así su cabellera rubia sobresalía de aquel lugar haciéndola muy obvia, era difícil tomar forma completa de algo en ese momento pero cambiar una parte de ella no representaría problema. Con el corazón un poco acelerado por la adrenalina del juego se concentró hasta lograr que su cabellera tomará un tono de verde igual al del arbusto delante de ella, ahora parecía que simplemente sobresalía un poco más aquel arbusto pero de sus rubios cabellos no había rastro.

 

Sabía que debía lograr más cosas pero al menos mientras se acoplaba a aquel juego eso sería algo para poder comenzar a desarrollar un poco más su habilidad dentro de esa tarea.

[Kahlan Blackthorn]

—No son necesarias las disculpas, creo que me atrasé más de la cuenta —soltó respondiendo al saludo de la Delacour—Para mi es un placer estar bajo su tutela, no tengo la menor duda de que aprenderé a controlar y manejar los cambios que se han suscitado en mi persona desde que tengo memoria —extrañamente las palabras de la Arcana, le sacaron ligeramente de balance. No recordaba haber cursado esa habilidad en el pasado, tal vez su suerte le estaba jugando una mala pasada y eso le arrancó una lóbrega sonrisa de los labios. A ella le gustaba pasar un rato ameno y sumamente relajado dentro de sus clases, aunque no siempre las cosas resultaban como lo esperaba y ahí radicaba lo interesante de aventurarse a conocer a cada uno de los arcanos.

—Excelente idea la de jugar a la escondidillas, porque hace años que no tengo tiempo para dedicarle a actividades como esas parte de mi tiempo —indicó caminando detrás de la Arcana. Se mantuvo en silencio todo el tiempo, agradecía a la Oclumancia dicha forma de actuar y proteger sus pensamientos, aunque no dudaba que Amara pudiera penetrar la barrera que le enseñará a crear Sauda. Todos los Arcanos contaban con un mundo de conocimientos dentro de sus cabezas y las habilidades, no era la excepción. Esconderse era su especialidad, no por nada pudo desaparecer casi 15 años de la vista aguda de Jaén Malfoy.

La vegetación era variada y frondosa, aunque los arboles no daban la talla necesaria para esconderse tan secretamente como uno lo deseará. Pero jugar a transformarse en parte de la naturaleza, despertó sin duda alguna su lado salvaje, pero la Animagia, no tenia nada que ver con todo aquello. La cuenta por parte de la mentora de la Black Lestrange dio comienzo, uno, dos, tres y los siguientes números escaparon de los labios de la fémina. Cerrando sus ojos permitía que su nívea piel, adquiriera una tonalidad café oscuro que se extendió desde las puntas de sus dedos hasta sus hombros, mezclándose con un verde hoja que le ayudaba a formar parte improvisada del tronco y parte de un arbusto que le quedaba muy cerca. Mutaba el resto de su cuerpo con tonos más claros y diversos, adquiriendo un camuflaje perfecto ante sus ojos.

Pero la última palabra, la tenía la Arcana, ella dictaminaría si su mimetización con el ambiente era la adecuada o aún carecía de credibilidad y sería sencillo. Sus ojos eran lo más inexplicable en ese cambio, el derecho se veía verde como una esmeralda recién pulida y destellaba con fuerza, mientras que el izquierdo era azul oscuro y se mantenía con un brillo inquietante en la parte de la pupila, aquel cambio se volvió más evidente desde que se reencontró con el vampiro. La conexión que mantenía con otros seres, pocas veces le afectaba de ese modo, pero con Jaén las cosas llegaban a los extremos sin lugar a dudas.

Relajándose se quedo quieta, al ver que todos los cambios en su cuerpo estaban completados con éxito. Su respiración desapareció casi por completo, no necesitaba mantenerse con dentro de sus pulmones, ya que el órgano vital que tenía en el centro del pecho, no era capaz de generar latidos. Vivía de la sangre de los seres desdichados que se cruzaban en su camino y terminaban destrozados por sus afilados y letales colmillos. Reforzando nuevamente la pared oscura que resguardaba sus pensamientos y recuerdos se quedo quieta como una rama sobre el verde pasto.