Metamorfomagia

[Felicity]

El tiempo había cambiado... Aunque había estado alejada mucho tiempo de aquel ambiente de Londres, Fee notaba que algo no era igual. Tal vez iba más allá del ambiente enrarecido de la ciudad, magos con prisas que apenas se saludaban los unos a los otros, funcionarios que te trataban sin una sonrisa, un Ministerio que parecía más gris que de costumbre... Algo había cambiado...

 

Tal vez era sólo una percepción propia y, en realidad, era ella la que había cambiado. Fee había permanecido alejada mucho tiempo, años quizás. La vida en aquellos pueblos montañosos de Austria le habían proporcionado una visión de la vida que le habría hecho cambiar su forma de ver el Mundo.

 

Sí, no podía negarlo. La muchacha de pelo ceniza notaba el cambio, algo que le producía una incertidumbre, un desasosiego inquietante que deseaba hacer desaparecer. Cuando notó ciertas transformaciones en su cuerpo, pensó que estaba afectada su capacidad de Animaga. Lo había intentado varias veces y no había tenido ningún problema en convertirse en Lobo, por lo que tuvo que descartarlo. Entonces... ¿Qué era aquello que sentía?

 

El volver a Londres tal vez fuera la solución. Allá, donde había aprendido a dominar su animagia, tal vez pudiera encontrar explicación a sus nuevas sensaciones. Añoraba la calma de aquellos lugares de Austria en los que había vivido todo este tiempo pero ahora estaba allá, en la entrada de la Universidad Mágica, en busca de la Arcana de Transformaciones. Intuía que ella podía ayudarla...

 

Sus pasos nerviosos, apenas sonoros en aquel jardín que ahora atravesaba, la dirigían hacia su vivienda. ¿Cómo sería la Arcana? ¿Le ayudaría? ¿Sería realmente que todos aquellos cambios que presentía podrían significar que tenía dormida la Habilidad de la Metamorfomagia?

 

Tras los jardines, junto al lago, la vivienda de la Arcana, tal como le habían dicho. Iba a llamar a la puerta cuando se abrió, como si no estuviera cerrada. Aturdida, Fee contempló una riqueza visual de rostros que la contemplaban, casi con el mismo asombro que ella miraba tantas imágenes de gente diversa. ¿Quienes serían...?

[Jock]

El patriarca de los Black Lestrange estaba expectante con su encuentro con la Arcano de Metamorfomagia. Antes de abandonar por completo el mundo mágico de Londres formaba parte del grupo de magos y brujas que preparaba la llegada de los Arcanos a la Universidad y él, en lo particular, se había hecho cargo de hacer los preparativos para recibir a la mujer que recién ahora iba a conocer.

Fue en ese contexto en donde supo que todos aquellos retratos que adornaban su residencia habían sido tomados por ella misma y que, incluso, algunos decían que un gran porcentaje de ellas eran imágenes de ella misma. Recordaba muy vívidamente la extraña sensación que recorría su cuerpo completo al observar las imágenes que parecían devolverle la mirada, curiosos.

—No quiero ni imaginar cómo sería de extraña la sensación si todas estas fotos fueran cuadros —recordaba haberle dicho a uno de los miembros del equipo a cargo de desempacar las pertenencias de la Arcano que, en ese entonces, tenía el aspecto de una mujer adulta y madura.

«Me pregunto qué aspecto tendrá hoy por hoy» pensó Jocker mientras recorría el pasillo que lo llevaría hasta los jardines que darían paso a la vivienda de la bereber.

En su mente, trataba de recordar algunos datos que seguramente Amara querría saber a modo de introducción tales como el origen de su habilidad y el descubrimiento de la habilidad que solo podía ser heredada y no aprendida. Había un dejo de preocupación en el ojimiel al respecto, pues, desde que tenía memoria era capaz de modificar algunos aspectos básicos de su apariencia física; según le habían contado aquellas personas que estuvieron en su nacimiento, el rubio que caracterizaba a los Malfoy había desaparecido de sus cabellos a los minutos de haber nacido “como por arte de magia”.

Al llegar a la cabaña, la puerta se abrió para dejarle entrar. Al hacerlo se encontró con un rostro conocido.

—Si me dices que en realidad no eres Felicity y que eres Amara, mi mente explotará ahora mismo —bromeó al tiempo en que se acercaba para besar la mejilla de la bruja.

[Felicity]

Un mago entró tras ella a la casa.

 

- ¡Vaya! Hola Jock - saludó, devolviendole al mago el beso en la mejilla - cuanto tiempo...

 

Y así era. La mortífaga no sabía cuando fue la última vez que habia visto a al mago. Puede que en la Marca tenebrosa la última vez que frecuentó el bando o puede que en alguna de las últimas batallas libradas por Ottery años atrás.

 

- Por el momento sigo siendo Felicity. No sé donde se debe de haber metido la Arcana, ¿cómo se llamaba? ¿Samara? - preguntó, arrugando el ceño e intentando recordar el nombre en aquel trozo pergamino arrugado que había arrojado al fuego de una taberna en el callejón knockturn la noche anterior - me recomendaron volver a este lugar y aquí estoy, pero no hay rastro de nadie.

 

Devolvió su atención durante un momento a los rostros. Todos brillaban ligeramente como si alguna luz incidiera sobre ellos.

 

Sacudió su túnica blanco opaco, la desabotonó, dejando entrever un elegante conjunto gris cuyos pantalones anchos tapaban parte de sus brillantes botas marrones.

 

-¿Tú también sufres cambios? Yo ya pasé por esto en el pasado... Dejé de metamorfosearme y ahora... estoy descontrolada.

[Amara Majlis]

Amara llevaba unos días esperando a que los magos londinenses se presentarán en su cabaña, pero al ver que tardaban un poco salió a la parte trasera de su cabaña donde había empezado a hacer un pequeño huerto al que le dedicaba unos cuantos minutos al día para matar el tiempo con algo de provecho. Había dejado al fuego una tetera con agua, la cual sonó cuando los magos llevaban unos minutos en el lugar. Aquel sonido del vapor escapando de la tetera fue lo que hizo que Majlis entrara a su cabaña encontrándose con ambos magos, les dedico una sonrisa para después darles la espalda por unos segundos.

—¿Mis niños quieren una taza de té? —les pregunto.

Pero la argelina, no espero a la respuesta de la bruja y el mago, para ese momento ya estaba sirviendo el té a la tercera taza de porcelana. Al momento de terminar de servir el té, con ayuda de un poco de magia, les acercó una taza a cada uno mientras ella los miraba con cierta curiosidad, se preguntaba qué le dirían ellos para que ésta accediera a ayudarles a controlar su magia de cambio. ¿cuáles eran sus motivos que los llevaban a querer controlar aquella habilidad de nacimiento en esa etapa de su vida?

La metamorfomaga tenía muchas preguntas en su cabeza, pero en lugar de exteriorizarlas se había quedado en silencio mirándolos mientras cambiaba un poco. Se había quitado algunos años, de aparentar ser una mujer sexagenaria pasó a ser una mujer treintañera, la cual bebía con calma el contenido de su taza, mientras pensaba a dónde era que podía llevarlos a que lograran controlar la metamorfomagia en un momento que no tuviesen bajo control.

—Mis niños, tengo dos preguntas que hacerles, ¿cuál es su nombre? y ¿qué los trae hasta mis aposentos? Si me dicen que vienen a que les enseñe a controlar esta habilidad, es momento de que den media vuelta y se retiren. —sentenció mientras los miraba con una sonrisa amable y su mano les señalaba la puerta por donde habían llegado.

[Felicity]

Felicity no se percató en qué momento la arcana había entrado a la estancia. Ésta apenas les saludó y se puso a servir té a los pocos que habían hecho acto de presencia en aquella visita que esperaba fuera corta. La mortífaga observó divertida la escena y extendió ambas manos con cuidado de no quemarse con la taza caliente de la que emanaba un humo exagerado. Ella no era muy fan de esas bebidas pero quería conseguir que la arcana la ayudara así que no declinó la invitación.

 

- Gracias - se llevó la taza a los labios y aprovechó el silencio de Jock para presentarse - Soy Felicity Malfoy. Solía cambiar de apariencia en el pasado para... despistar - concluyó, refiriéndose a los incesantes ataques en los que había tomado parte - pero desde hace unos pocos años soy incapaz de volver a cambiar de apariencia y nací cambiando de aspecto , así no creo que haya dejado de tener esta habilidad de la noche a la mañana.

 

Observó el rostro joven de la arcana y se preguntó para sus adentros si realmente tenía la edad que aparentaba en aquel momento. Le parecía demasiado apacible pero aquello no tranquilizaba del todo a la bruja, quien desconfianba siempre de todo el mundo.

 

- Quizá lo que sufro es un bloqueo ¿qué opina, Amara? ¿me puede ayudar? - esperaba que la respuesta de aquella mujer fuera que sí, quizá ella también pasara por lo mismo que la bruja de cenizas cabellos.

 

Se arremangó el traje a la altura de los hombros y siguió bebiendo del té. Empezaba a tener un poco de calor.

[Jock]

Jocker no alcanzó a responder a Felicity cuando una mujer anciana entró a la habitación y les dio un poco de té sin esperar la respuesta al ofrecimiento que había hecho; el dúo que miraba atentamente no cómo preparaba la infusión sino cómo cambiaba sin ningún problema su aspecto físico al de una mujer de unos treinta y tantos años sonreía divertido por la escena que presenciaba.

«O es muy arrogante o está como una cabra» pensó el ojimiel mientras sonreía divertido, al tiempo en que hacía un gesto de brindis con la taza que había llegado volando hasta él.

El patriarca de los Black Lestrange bebió un sorbo de la infusión que la Arcano había preparado. Gracias a sus habilidades con pociones, notó que estaba compuesto por una exquisita mezcla de té verde sencha con té oolong, una leve nota a durazno, grosellas, vainilla crema, pétalos de flor de aciano azul y flores de girasol.

—Jocker Black Lestrange —respondió el animago, mientras Felicity se llevaba la taza a la boca para dar un primer sorbo —Y no, no quiero controlarla… quiero poder usarla. Sé que soy metamorfomago porque aunque no me gusta decirlo en público, soy un Malfoy… y como todo Malfoy nací rubio, aunque según cuenta la historia familiar, perdí el rubio a los minutos de haber nacido… y aunque trataron de hacer que cambiara de color mis cabellos, nunca entendí por qué no pude hacerlo, nunca.

Al terminar de responder, Jocker volvió a llevar la taza a sus labios para continuar bebiendo el té que la Arcano había preparado. Felicity aprovechó de responder. Al parecer, ella había tenido dominio de su habilidad por años, demostrando que por la genética de ambos el don estaba presente; Jocker se preguntaba qué había ocurrido con él y se extraña de la ausencia de razones por las cuales jamás le dio importancia.

—Cuando estuve aquí, antes, tuve la intensión de llevarme una de tus fotografías, ¿sabes? —dijo de pronto el Black Lestrange.

Había dejado de lado el té y desvió la mirada hasta donde se encontraba el rostro de un joven de veinte y tantos años, de piel blanca, ojos color miel y cabellos negros, aunque los cubría con un gorro de lana blanca y líneas café. No entendía por qué le llamaba la atención, aunque tenía el profundo sentimiento de conocerle, aunque jamás en su vida le había visto, pues el nombre “Álex Oliva Silva” que rezaba en el marco de álamo no le sonaba de ninguna parte. Lo que Jocker no sabía era que, en otro universo, él era su creador.

[Amara Majlis]

Ninguno de los dos pareció entender a lo que ella se refería con su pregunta, así que se les quedo mirando en espera de alguna respuesta que de verdad valiera algo de su tiempo, la voz del Black Lestrange se hizo escuchar muy por encima de la voz de la joven Malfoy, lo escuchó atentamente mientras bebía su infusión de hierbas. La mayoría de los jóvenes creía que contarle de sus primeros cambios cuando niños o recién nacidos les generaba un derecho de estar ahí frente a ella y la verdad era que si, a ella les parecía interesante escuchar sobre de esos primeros cambios que nadie recordaba, pero casualmente ellos si lo recordaban.

Tras escuchar las respuestas de ambos Malfoy se quedó callada unos segundos tratando de asimilar aquellas respuestas, se dirigió primero al patriarca de los Black Lestrange.

—Entiendo Malfoy, esa fue la única vez que presentaste un cambio en tu aspecto… ¿No es así? —le dijo para después mirar a Felicity con una sonrisa y dirigirse a ella. —Entiendo que tu has sufrido más cambios que los de tu compañero, pero de un momento a otro ya no pudiste cambiar. ¿Quieres saber lo que opino? Bien, creo que aquello que dejaste en tu pasado y que te hacía cambiar de aspecto es lo que te tiene así. Pero tu dime, ¿Vas a contarme de aquello que has dejado atrás para que pueda ayudarte?

Se había dedicado a mirar únicamente a la mujer rubia, pasando de largo al Black Lestrange, que cuando escuchó la voz del mismo hablando de una de las fotos que se encontraba en aquel lugar le hizo girar a ver la foto a la cual este se refería. Sonrió. Siempre había considerado a Alex un gran amigo, una persona la cual le había forjado en los cimientos, al igual que todas las personas que se encontraban en cada uno de los portarretratos que adornaban su cabaña haciéndole parecer un tanto más familiar y hogareña.

—Si quiere, puede llevarse la fotografía, puedo conseguir otra imagen de aquella persona. —le dijo como restándole importancia a aquella conversación.

Amara aún no tenía idea de lo que debía hacer con aquel par de personas, al parecer ambos habían bloqueado sus poderes, como la mayoría de las personas que se habían presentado con ella, con otras personas el bloqueo había sucedido cuando empezaron a hacer uso de su varita, controlando con ello su magia que les permitía cambiar sin control, en otros casos, las situaciones por las que habían pasado era lo que les había dificultado tener el control de dichos cambios. Pero hasta ese momento no había conocido a una persona que de la nada dejará de cambiar a no ser que ellos mismos no hubiesen encontrado sentido en aquellos cambios, así que trato de empezar por lo básico.

—Empezaremos por un cambio fácil, van a tener que dejar de usar sus varitas por unas cuantas horas, tratemos de que ambos cambien el color de su cabello. —les dijo a ambos mientras les acercaba una canastilla tejida donde debían dejar su varita hasta que decidieran dejar su cabaña.

[Jock]

—Black Lestrange, mi apellido es Black Lestrange.

Jocker no tardó en corregir a la Arcano con un tono áspero en la voz. Aunque sabía que la mujer era superior a él en cuanto a rango social y conocimientos, jamás había permitido que nadie le llamase con el apellido de nacimiento. Amara no sería la primera.

La Arcano no se dio por aludida y continuó hablando; esta vez, dirigiéndose a Felicity. A los minutos, le ofreció al animago quedarse con la fotografía que hace años le había llamado la atención. Jocker no hizo ningún gesto al escuchar a Amara, pero tendría en mente sus palabras hasta cuando decidiesen que su tiempo allí acababa.

—Empezaremos por un cambio fácil —dijo de pronto la mujer —van a tener que dejar de usar sus varitas por unas cuantas horas, tratemos de que ambos cambien el color de su cabello.

Esta vez Jocker no pudo contener un gesto de reproche en su rostro. La ahora mujer de treinta y tantos años se hacía acercado con una canastilla en donde esperaba que tanto Felicity como él dejaran la varita.

—¿Cómo se supone que haga eso sin ninguna instrucción? —se quejó el ojimiel —De haber podido hacerlo solo con la voluntad, ¿no crees que podría haberlo hecho cuando niño y mi madre me animaba a cambiar de regreso al rubio? Ni siquiera recuerdo haber cambiado la primera vez… solo lo sé porque me lo contaron.

El ojimiel dejó su varita de álamo en el canastillo de mala gana y se alejó unos pasos para ver a su compañera hacer el primer intento de cambiar. Esperaba poder encontrar la manera de cumplir con lo que la Arcano estaba pidiendo pues no quería reprobar aquella materia.

[Felicity]

Por la forma de hablar, Fee notó que sus palabras no habían sido del todo del agrado de la Arcana. Ella había dicho que si los dos, por Jock y por ella, querían controlar la Habilidad, podían dar media vuelta e irse. Pero la muchacha no podía mentir sobre la necesidad que le había llevado hacia la casa de la Arcana.

 

- No sé que ha sido lo que produjo el cambio. Sólo sé que antes cambiaba por completo y, ahora, soy como fui, la original, sin cambios.

 

No entendía qué era aquello de la fotografía que hablaban el compañero y Amara; la muchacha fruncía el ceño en un intento de recordar cuando fue la última vez que había cambiado. Le encantaba aquella figura de pelo gris, casi blanco. Poppy se hacía llamar cuando transformaba todo su cuerpo para no se identificada en aquellos ataques con su bando. Echaba de menos aquella facilidad para cambiarse, sin importarle el dolor que había asumido en el cambio y que ya no notaba.

 

Notó que su mente se había ido un poco al escuchar la protesta de Jock sobre cómo iban a conseguir aquella transformación simple que les pedía la Arcana. Sacó su varita, bien guardada, como siempre la llevaba, dejándola en aquella cestilla que les mostraba.

 

- Me siento desnuda sin la varita, Arcana confesó mientras perdía el contacto con la madera con la que se sentía tan protegida. - Lo intentaré pero... ¿Cómo se aprende a hacer lo que no me sale? Es como si se hubiera borrado la teoría que me permitía hacer cambios en mi físico.

 

Fee levantó la mano y tocó la melena. Sabía que, antes, con sólo pensarlo le habría cambiado lo largo y el color de su pelo y ahora, por mucho que rogaba, ni un mechón cambiaba , por mucho que lo intentara.

 

Este fallo le causaba frustración, un sentimiento que no le gustaba. Sabía que estaba fallando en algo y no conseguía superar esta sensación de fracaso. La mujer levantó la mirada, preocupada.

 

- ¿Qué se hace cuando tu mente no obedece, Arcana?

Editado 3 de Febrero del 2019 por Felicity Malfoy

[Amara Majlis]

En un principio creyó que ambos magos sólo habían sufrido cambios gracias a que no podían controlar su magia cuando eran chicos, por lo que ninguno era realmente un metamorfomago, sin embargo, la bruja había logrado varios cambios después de cumplir los once años cuando obtuvo su primera varita, así que aquella situación le hizo pensar que realmente el bloqueo que tenían venía gracias a otra cosa. Posiblemente era que estaban pensando mucho al momento de querer hacer un cambio y no, los cambios se daban sin necesidad de pensarlo.

Tras tener ambas varitas de los magos bajo resguardo, Majlis se alejó de ambos magos por unos minutos, buscaba entre sus pertenencias unos tapetes que usaría para continuar su clase, cuando los encontró camino rumbo a la salida, sólo se detuvo en la puerta para dar una pequeña instrucción a ambos pupilos que seguían expresando sus inconformidades sobre cómo no podían cambiar aun cuando quisieran hacerlo con muchas ganas.

—Está bien jóvenes, acompáñenme, vamos a hacer un pequeño ejercicio que los ayudará a hacer sus primeros cambios. Pero antes por favor dejen las tazas sobre la mesa si es que han terminado de beber su infusión. —dijo

En el jardín dejó los tapetes y se sentó sobre uno de ellos, desde aquel sitio y en una formación de flor de loto les pidió a Felicity y a Jock que le acompañarán en sus respectivos tapetes, esperó a que le hicieran caso y cuando estuvieron ambos sentados frente a ella les volvió a dirigir la palabra con una gran sonrisa.

No tenía recurso auditivo, sólo unos pequeños pájaros que cantaban de manera armoniosa. Aun así, siguió adelante tratando de que realizaran sus primeros cambios en aquel lugar, tenía la esperanza de que después de aquellos primeros cambios la habilidad fluiría sin problema alguno.

—Confíen en mí, quiero que cierren los ojos. —pidió e hizo una pausa, para continuar con sus instrucciones.

Les pidió respirar de forma lenta y profunda, enseguida les pidió que sintieran como toda la energía que contenía su cuerpo fluía sin detenerse. Su intención de la Arcana es que los jóvenes Malfoy pudieran hacer un cambio sin pensar, pero antes de llegar a ese pasó debían abandonar todas sus preocupaciones o todo lo que no dejaba a su mente estar completamente tranquila.

 

—¿Cómo se sienten? ¿Pueden sentir la magia fluir? No piensen.