Historia de la Magia y Primeros Auxilios

[Anne Gaunt M.]

No podía decir que estuviera nerviosa, pero tampoco se encontraba tan cómoda como en otras ocasiones. Esa incertidumbre de saber que iba a hacer algo por primera vez y la inquietud por el desconocimiento de si conseguiría hacerlo bien era los sentimientos que reinaban en la pelicastaña. Llevaba una sencilla túnica oscura ceñido a su atlética figura y sus habituales botas anchas con suela de goma, que rechinaban ligeramente en el suelo. El pelo lo llevaba sujeto en un moño alto que dejaba a la vista el níveo color de la piel de su cuello. Sus ojos grises estaban posados en el suelo mientras andaba, y apretaba con la mano izquierda un sobre en cuyo interior se encontraba el pergamino con la breve lista de alumnos que cursarían la asignatura de conocimientos especiales que le habían asignado recientemente.

 

La historia de la magia era una materia interesante e importante que su padre le había enseñado a amar desde muy pequeña. Ella había conseguido transmitir ese sentimiento a uno solo de sus hijos, mientras que los demás se interesaban por otras materias que Anne apenas conocía como la Herbología, Meteorología o Adivinación. Sí que existían otras por las que sentían interés común, pero no con la misma intensidad con la que Anne se había especializado en Historia de la Magia.

 

No iba corriendo, pero llevaba una considerable velocidad. No tenía intención alguna de llegar tarde. Pero de repente, algo se interpuso en su caminar. Ese algo era más alto que ella, y también más fornido. Y ese algo había hecho que casi terminara en el suelo, aunque había conseguido mantener el equilibrio en el último momento y todo había quedado en un seco choque que la había devuelto unos pasos hacia atrás. El sobre con su lista de alumnos se le había escurrido y ahora quedaba en el espacio que había entre ella y el algo que había allí. ¿Quién había puesto una columna en mitad del pasillo? Cuando alzó la mirada para ver de qué se trataba, descubrió que la columna tenía ojos y pelo. Y también ropa. Y no, no llegaba al techo. Y ella le conocía. Abrió la boca a causa de la sorpresa y luego, esbozó una sonrisa.

 

— ¡Elvis! Maldita sea, siento haberte atropellado —se disculpó mientras tomaba del suelo su sobre—. Iba pensando en la próxima clase y me despisté. ¿Vas hacia allá? Vamos. Tengo clase de Historia de la Magia ahora —añadió. Había trabajado con Elvis tan solo unas semanas atrás dando clases y, además, él era uno de los directores de la Universidad mágica. Ambos compartieron camino y terminaron entrando a la misma aula.

 

Al llegar allí, Anne abrió el sobre y frunció el ceño al ver que sólo había un nombre en la lista.

 

— ¡Un solo alumno! ¡¿Qué le pasa a la gente de hoy en día?! Qué poco interés tienen en aprender, de verdad —bufó, con cierta molestia, mientras tomaba asiento. Luego miró mejor el único nombre que figuraba en el papel y el mal humor desapareció—. ¡Ay, por Morgana! Clases con Juv... esto se presenta interesante. Hoy se invertirán los papeles después de tantos años.

 

Luego miró a Elvis, que también estaba allí. ¿A quién esperaría él?

 

— ¿También tú das clases hoy, Elvis? —le preguntó, con verdadero interés. Luego miró de reojo su reloj y, a continuación, hacia la puerta. Suponía que Juv sería puntual, como siempre.

[Mael Blackfyre]

Me levanté del sillón en el que me encontraba y algunos pergaminos se cayeron al suelo. Hacía horas que me encontraba dentro de mi despacho sin que mi compañera me ayudara. Aquel día era uno de los que marcaría la historia dentro de la Universidad, porque los aspirantes tanto a los Uzza como los que estudiarían con los Arcanos, empezaban en unas horas. Por eso estaba invadido de papeles y no me había dado cuenta de la hora que era. No entendía cómo hacía, pero ser Director de la Universidad no me había sido algo tranquilo.

 

Hacía algunos meses que había adquirido aquel puesto y ya había tomado suplentes varias clases y no se repetía ninguna. A veces no me daba cuenta de lo mucho que había avanzado porque gracias a Merlin, todo el conocimiento estaba dentro de mi cabeza. Claramente que había estudiado y deseado ser mejor en el transcurso de los años, pero no era de las personas que solía detenerse en el pasado. Con un movimiento de mi varita, ordené todos los papeles en diferentes categorías que terminaría de leer después. Salí de la oficina y a la mitad del pasillo, se abrió un pasadizo secreto. Desde que había asumido en mi cargo, la Universidad hacía eso para conmigo.

 

El pasillo era oscuro, tenía unas cuantas antorchas que iluminaban aquel techo, paredes y suelo de piedra. Corría alguna que otra rata y una lechuza estaba dispuesta a cazarlas de a una, aunque me observó largo rato mientras pasaba por su lado. ¿Cómo había entrado? Mi mente estaba concentrada en los Guerreros Uzza que había estado hablando aquella mañana. Al parecer los Arcanos se estaban empezando a mover por zonas donde éstos consideraban sagradas. Era una guerra continua. Y éstos grandes viejos magos, muy sabios, no parecían querer recibir ordenes.

 

Pero todo eso se me olvidó cuando me impactó algo de lleno, ni bien salí del pasillo. La puerta por la que iba se desvaneció y la bruja que había chocado casi se había caido. Había estado a punto de pedirle que tuviera cuidado por dónde iba, pero el que había salido de golpe era yo. Pero luego, vi que se trataba de nada más y nada menos que Anne, una ex compañera. La saludé con una enorme sonrisa y una reverencia, mientras juntos ibamos en la misma dirección. Recordaba el número de aúla que me tocaba para impartir la clase de Primeros Auxilios y miré extrañado cuando ella entraba a la misma.

 

— Si, Anne. Hoy me toca dar clases, Primeros Auxilios —miré de reojo la hoja que había estado leyendo Anne. Mágicamente debajo de Juve apareció el nombre de Dylan. ¿De dónde lo conocía? El pequeño número 12, indicando el aula estaba en la hoja de la bruja. Y en la mía, justo encima del alumno que me tocaba instruirlo, mi ahijado Adam Lockhart. ¿Se nos habría traspapelado? ¡No podía ser! Todas las aulas estaban ocupadas. Pero una idea surgió en mi cabeza—. ¿Te molesta si compartimos aula? Creo que hubo un traspapeló y no hay lugar. ¡Dime si te molesta! Que puedo ir cerca del lago con mi alumno para impartir la clase.

 

Asentí a las palabras que la bruja dedicaba por los desinteresado en aquellas especializaciones. Si compartíamos aula, tal vez los otros alumnos escucharían las palabras del otro profesor y eso sería un incentivo para que se anoten de manera cruzada. Aunque no estaba seguro durante cuanto tiempo debía estar con aquel cargo. Como ex Auror y actual miembro de la Orden, que además trabajaba como Curandero en el centro clandestino de mi bando, tenía los conocimientos necesarios para impartir aquello. ¿Anne se mantendría en el aula? ¿Hablaría durante horas? Pude recordar que jamás había tomado una clase de Historia. Tal vez si escuchaba algo que me interesara, podría anotarme luego. Me senté sobre el escritorio, a esperar que los otros dos alumnos lleguen.

[Adam Lockhart]

Ya un nuevo año había comenzado y aun estaba atareado por el trabajo en el sexta plata del ministerio , a aparecer ser director de un departamento no nada facil, ademas tenia que hacer un poco de actividades con el bando, seguir con su entrenamiento, ir a la casa a visitar a mis familiares que quede en ir durantes las fechas pero nunca fui.

 

En eso un pergamino llega hacia a mi, cuando lo abro me dio cuenta que ese mismo día tenia que ir a mi próximo curso en la academia esta vez aprenderé primeros auxilios una de las asignatura recomenda para los miembros de la orden ya que pudimos adquirir los conocimientos necesario para poder atender en caso de una herida, seguí leyendo y solo indicaba la hora y el lugar la aula 12 del instituto.

 

Así que me levante y deje una nota para que mis empleados supieran donde encontrarme, me acerque a la chimenea y así mismo como estaba vestido con el uniforme oficina del ministerio me prepara para asistir, tome pergamino, y plumas, eche unos polvos flu y grite fuerte y claro - a la universidad- el juego cambio de color señal que estaba todo listo, eche una mirada rápida a la oficina desaparecí.

 

Cuando llegue, me di cuenta que estaba muy concurrida la universidad se ve que los nuevos curso avanzado había llamado mucho la atención de los magos por se veas que de todo el mundo vino a buscar nuevos experiencias, claro esta yo mismo había venido por ese mismo motivo, mire la hora del reloj que se encontraba en el pasillo y me di cuenta que estaba a tiempo así que me decidí a ir con calma, al aula ir recodando un poco las experiencia que tenia en esa materia y todas las veces que habia necesitado curarme mediante de magia.

 

Cuando llegue miro la puerta veo que había 2 materias asignada para el mismo salón y para mayor sorpresa que era de nuevo mi padrino el encargado de darme esa clase, a parece mi maestro jedi aun tiene que darme mucha enseñanza del lado de la luz, y la fuerza me lo vuelve a colocar en el camino por 3 vez como instructor, sera esa una señal o sera que aun no estoy listo.

 

Sin pensarlo mas pase y tome asiento, desde ese lugar podía apreciar los 2 profesores, como era en los tiempo de los primeros cursos, como siempre nos toco el turno de presentarme me levante y lo hice de primero - me llamo Adam Lockhart, seré estudiante de primeros auxilios, quiero aprender para poder ser de utilidad a la sociedad en alguna situación de emergencia - a terminar de hablar le lance una mirada a mi padrino, el sabe cual el principal objetivo de que estuviera aqui, ya que fue siguiendo su ejemplo que termine en este lugar.

[Dylan Kyle Myrddin]

Solo algunos copos de nieves seguían cayendo del cielo, las fiestas ya habían pasado y el nuevo año llegó sin muchos contratiempos; parecía mentira que ya estuvieran el 2016 casi no lo podía creer. Mientras algunos descansaban con sus vacaciones, algunos tenían que ir a la universidad. No le causaba ninguna carga tener que venir en esas fechas después de todo su primera acto de presencia al regresar a Londres habia sido ir a la universidad a inscribirse para tomar algún conocimiento.

 

Había estado mucho tiempo fuera del país, las calles de Ottery se habían vuelto desconocidas aunque no parecían haber cambiado casi nada en el tiempo que estuvo fuera. Guardó sus manos en los bolsillos de sus pantalones grises a juego con un suéter del mismo color, camisa de cuatros negra y gris, encima un chaqueta y gorro negro. Aunque no sentía frío como los mortales siempre le gustaba andar a la par con el clima. Se detuvo por un momento para observar la estructura del castillo Myrddin antes de pensar la universidad y desapareció en un pestañeo.

 

Su aparición había sido sin problema pero casi había resbalado y caído de pompas al suelo gracias a la nieve en el suelo. Con pasos firmes comenzó a caminar por los pasillos de la universidad sin rumbo fijo pero no necesitaba direcciones, no le importaba tener que caminar por un rato extra después de todo había salido casi de inmediato que había recibido su carta. Solo le tomo un par de minutos encontrar el aula número 12 que correspondía el salón donde tomaría clases.

 

Ya varias personas se encontraban adentro de la habitación, dos de ellos (Elvis y Anne) mantenían una conversación corta de la que apenas pudo oír el final, algo sobre tener que compartir el aula para sus materias. Se quitó el gorro y lo depositó en su pupitre mientras su compañero de clases se levantaba y se presentaba, Adam Lockhart, estaba aquí para aprender Primeros Auxilios; la mirada profunda que le lanzaba a uno de los profesores me daba a entender que estaba por estos lares por más razones de las que compartía con la clase.

 

Un suspiro escapo sus labios mientras su mano derecha paso cabello rubio tratando de acomodarlo. No estaba seguro si todavía faltaba alguien más pero lo mejor era dar su presentación en esos momentos antes de que alguien más llegara o los profesores decidieran comenzar con la asignatura.

 

-Bueno creo que es mi turno - dijo con tranquilidad mientras dejaba su cabello - Yo soy Dylan Kyle Myrddin, estoy aquí para cursar Historia de la Magia y bueno mis razones... Creo que se darán cuenta de mis razones para tomar el conocimiento durante el transcurso de la materia.

 

Una pequeña sonrisa de lado se formó en mis labios mientras tomaba asiento y esperaba a que las cosas tomaran su rumbo.

[Mael Blackfyre]

En aquel transcurso, aparecieron dos personas más en el aula. Me agradaban cuando los alumnos eran puntuales, porque aquellos procedimientos de esperarlos, de darles la bienvenida y todo los protocolos que se acostumbraban, me aburrían demasiado. La última clase que había tenido, era aquella, así que podía decir que toda la información la llevaba muy fresca en mi cabeza. Me levanté del escritorio para mantenerme en pie. ¿Quedaba mal que siendo director y profesor de ése sitio me sentara allí? No lo creía.

— Buenos días Adam... —le guié un ojo. La disimulación había sido muy poca, así que entendí a la perfección de porqué quería especializarse en aquella magia. Yo lo había hecho por lo mismo. Miré al joven que conocía de vista de algún lado. Se presentó como Dylan y tras dirigirle una sonrisa y una reverencia con la cabeza, le hablé: — Es un gusto, Dylan. Mi nombre es Elvis. Lamento haberles interrumpido su espacio, pero hubo un pequeño desentendido. Aquí Anne será tu bella profesora. ¡Y so se olviden de Juve! Una hermosa señorita que parece que va a matarte, pero en realidad es alguien muy especial.

Le dije riendo de mis propias bromas. ¿Cuántas veces me había parecido eso de Juve y cuántos momentos juntos habíamos compartido? Siendo ambos directores de un departamento, habíamos hecho más que una simple reunión con café. De hecho era con una de las mejores directoras que me llevaba. Le dirigí una reverencia, sabía muy bien que no se iba a tomar mal aquello, de echo esperaba que sonriera por eso. Luego me di la media vuelta y miré a Adam. Apoyé una mano en su hombro para dirigirlo al punto contrario del aula, para no molestar tanto a Anne.

— Nosotros dos iremos hacia ése rincón. Esperamos a que alguien más aparezca y mientras vamos entrando en tema —cuando llegamos, nos sentamos en dos pupitres enfrentados. Debía repasar que todo estuviera en orden antes de ir a la práctica. Con un movimiento de mi varita, después de que Adam tomara asiento, hice aparecer una media docena de pergaminos. Y una pila de papeles que indicaban muchas cosas. Mientras quería que el joven alumno se relajara. ¿Y porqué no empezar con hablar del tema?—. ¿Qué nociones tienes de los Primeros Auxilios? ¿Haz realizado alguno en tu familia o trabajo? ¿Para tí, cuáles son realmente los primeros auxilios?

Sabía que mi alumno contestaría a todas y cada una de mis preguntas sin problema. Nuestras voces no iban más allá de dos o tres pupitres, para que no se mezclara con la charla de Historia. Claramente que no quería que me contara en detalle, sólo lo suficiente para que me diera pie y poder empezar con la introducción. Aproveché esos segundos mientras hablaba, para revisar los papeles. No encontraba lo que buscaba pero levantaba la vista y asentía por cada respuesta.

 

@ @@Adam Lockhart @@Dylan Kyle Myrddin

[Anne Gaunt M.]

Mientras esperaba a que llegaran los alumnos, la Gaunt se cruzó y descruzó de piernas varias veces, tardando entre cada acción pocos segundos. Quería comenzar ya, porque las esperas la ponían de los nervios. Elvis le propuso compartir aula, aunque luego quiso saber su opinión para no molestarla. La Gaunt negó con la cabeza y acentuó la respuesta gesticulando con las manos.

 

— No, no, no, no, tranquilo. Será perfecto compartir aula. De hecho, nosotros estaremos un ratito nada más.

 

Y así era, según había planeado. La puerta se abrió de repente y estuvo a punto de saltar de su silla. Pero se trataba de Adam, el alumno de Elvis. Anne le saludó con la mano y luego desvió sus ojos grises hacia el pergamino con el nombre de Juv y se dio cuenta de que había un nombre más. Alzó los ojos sorprendida y miró a Elvis con intenciones de preguntarle al respecto. Pero no llegó a hacerlo, porque la puerta se abrió y un joven de cabellos rubios entró en la clase. Sí, era su alumno. Y la warlock no pudo evitar sonreir abiertamente. Elvis le saludó y se presentó, al igual que la presentó a ella. Movió la cabeza en un asentimiento cuando la mencionó y luego vio cómo se llevaba a Adam a un extremo de la clase para repartir así el espacio del aula.

 

— Gracias Elvis, nosotros nos quedaremos en este lado. Igual, como te dije, estaremos solo un rato —le dijo, dirigiéndole una fugaz sonrisa. Luego miró a Dylan y se levantó por fin, alisándose la túnica con las manos—. Bienvenido a clase, Dylan. Yo seré tu profesora de Historia de la Magia. Tendremos una compañera más en clase, aunque aún no ha llegado. Así que, mientras tanto, hablemos un poco de esos motivos que, según dices, descubriré conforme avancemos en esta lección —dicho aquello, caminó un par de pasos hacia la izquierda—. Y dime, ¿por qué Historia de la Magia y no otra materia? Es importante para mí tener claro eso de cada uno de mis alumnos. Además, me gustaría que me dijeras qué época de la historia es la que más atención te llama la atención, porque así podremos centrar nuestro estudio en algo que realmente te apasione. Aunque también tendremos en cuenta las preferencias de la otra alumna, así todos saldremos beneficiados de la experiencia. Por cierto, trajiste tu varita, ¿cierto? En esta clase, no basaremos el aprendizaje en una charla, tenlo muy presente.

[Adam Lockhart]

Luego de mi llegada al salón , note que entro otro alumnos, su rostros me recuerda conocido pero no recordaba muy buen de donde era, no fue hasta que tomo la palabra y escuchar su apellido cuando recordé que era hermano de mi amigo Lestat y el cual nos encontramos encerrado en su masion hace mucho tiempo atrás, desde esos días no había sabido mas de el, espero que se acuerde igual que yo, sin su ayuda no estaría aquí en estos momentos.

 

Me quede un poco intrigado de por que se reservo el motivo de hacer elegido este curso, pero estare pendiente lo mas que pueda de el, a ver si le pasaba algo malo o si solo es un poco de privacidad, pensadolo mejor que tanto misterio puede tener historia de la magia, en eso se termino de presentar y hice un gesto con mi mano en señal de saludo, espero que algun momento de la clase me de la oportunidad de ir a saludarlo como se debe.

 

Mi padrino había tomado la palabra según lo pude observar pude adivinar que su nivel de exigencia hacia mi sera cada vez mas alto, cosa que puede comprobaría de una vez cuando vi caer una gran cantidad de pergaminos sobre mi silla todos con información sobre la materia, fue como si un estante completo de la biblioteca viniera a mi.

 

al mismo tiempo me hizo unas pregunta, menos mal que yo ya estaba preparado para eso, no dude en responderla fuerte y claro - los primeros auxilios, son aquellas atenciones medicas que se presta a cualquier persona mágica o no mágica, contar de restablecer su vida, para eso los signo vitales son de primordial importancia, son los valores que nos indicara que estado esta la persona- luego sentí como se me secaba la garganta solo en pensar en las diferentes veces que mi vida he necesitado de una curación para seguir vivo - en mi familia, hay 2 curandera del hospital san mungo , así que siempre he tenido muy buena atención medica siempre - le respondí sin tener que aclara o decir nada mas de mis acciones como miembro de un bando.

 

luego seguí leyendo un poco mas el material que me había traído, tratando de atender todo tipo de magia que en ellos había, por si acaso tenia algo mas preparado el profesor, en su manos nunca se sabe que me puede hace, eso me vino un par de preguntas que quise realizarlas - ¿en que situaciones, se puede usar magia para revivir a alguien?- eso es algo que tenia en su cabeza desde que renací en esta nueva vida -¿es ético que las misma persona que curan hagan daño a otras personas?- espero que el pueda responder, no me asombro que sea experto en primeros auxilio por el estilo de vida que lleva como alto rango, director de la universidad, debe de tener técnicas curativas muchas mas avanzada de las que me enseñara en este curso basico

[Mael Blackfyre]

— Muy bien, Adam, excelente —comenté cuando el joven alumno, había empezado a explicar son sus palabras, aquellas respuestas que le pedía. Dejé de revolver los pergaminos. Ya había encontrado lo que necesitaba. Lo miré—. Recuerda que con los muggles hay que ser muy precavidos. ¿¡Te imaginas si llegan a vernos curando heridas en un abrir y cerrar de ojos!? O restaurando piel quemada como si fuera lo más natural. Los muggles son avariciosos y nos querrían para eso y muchos más. No podemos solucionar sus problemas, nosotros ya tenemos los nuestros.

Tomé los pergaminos con algunas imágenes. En el primer cuadro mostraba a un hombre con heridas. Éste no podía ni moverse ni hablar, así que una figura lo estaba curando al lado. En el segundo cuadro, predominaba el fuego y se encontraba una víctima con quemaduras. El humo ocupaba toda su garganta, sus ojos lloraban, pero la imagen cambiaba a un salvador, apagando el fuego, aliviando sus heridas y despejando sus vías respiratorias. En la tercer y última imagen, el cuerpo casi inerte de una bruja. Se notaba que su pecho casi ni se movía, su piel pálida era demasiado alarmante. Estaba casi desmayándose.

— Como verás, éstas son algunas emergencias que requieren primeros auxilios. Claramente que algunos encantamientos nos pueden servir mucho. ¿Conoces algunos? ¿Sabes realizarlos? Por ejemplo, el Ennervate. En el tercer cuadro aunque sea te daría tiempo para hacer algo más. El joven que está quemado claramente necesita Episkey y algo que le permita respirar, como un Anapneo. ¿No crees? Son hechizos sencillos. Estoy seguro que puedes sanar heridas muy bien. De momento vamos a practicar eso y luego continuamos. ¿Te parece?

Me levanté del pupitre, dejando aquellas imágenes por si Adam necesitaba repasarlas. ¿Y por qué no, algún que otro alumno que estuviera aburrido esperando a que la clase empiece? Apunté al espacio vacío que había en el aula, cerca de dónde estábamos nosotros para no interrumpir la zona de Historia de la Magia, y con unos movimientos complicados de mi varita, aparecieron tres figuras en el suelo. Claramente que no eran personas de verdad, pero se podían tocar, se escuchaban los gemidos, la sangre era muy real e incluso el olor a chamuscado que largaba uno de ellos, inundó el salón.

— Tenemos éstos tres casos. Me gustaría ver cómo te desenvuelves con ellos, con lo que hablamos recién —apunté al pupitre que tenía más cerca, y aparecieron montones de pociones, de frasquitos con líquidos de colores extraños y otros con soluciones viscosas. También había otras cosas que ayudarían a curarlos—. No sólo son los hechizos que hablamos. Van a requerir pociones, otros encantamientos, ungüentos y lo que tengas en tu arsenal. Puedes preguntarme lo que necesites

Me hice a un lado para que éste comenzara con su trabajo. Claramente que si hacía algo mal, se daría cuenta porque la persona, o un reflejo de ésta, se moriría como si fuera una persona normal y desaparecería del aula. Asi que esperaba que para cuando terminara, los tres ejemplos que habíamos visto en los cuadros, fueran restaurados y le hubiera aplicado primeros auxilios como se debía. La persona que estaba quemada gemía de dolor. Sabía que la ibamos a curar pero en el transcurso emitía esos sonidos. El que se desangraba pedía que lo ayudáramos, mientras se sostenía las heridas para no perder más sangre. Levanté la vista y me pregunté si aquello no habría sido mejor llevarlo fuera, para no molestar a mi compañera Anne.

 

@@Adam Lockhart

Editado 5 de Enero del 2016 por Elvis F. Gryffindor

[Dylan Kyle Myrddin]

Los brazos del demonio se cruzaron en sobre su pecho mientras lentamente se recostaba en la butaca. El Myrddin esperaba que solo seria por el principio de la clase y se imaginaba que no se quedarían por mucho tiempo en el salón, ya que este era solo era un punto de encuentro. Un pequeño suspiro escapo sus labios mientras su mirada divagaba por el salon sin puntos fijo.

Aunque estuviera distraído se dio cuenta cuando uno de los profesores se le quedo mirando por un par de un segundos. Le devolvió la sonrisa que le dedicaba el maestro que se presento como Elvis, también dio el nombre de la joven que seria su instructora, Anne. <<Donde exactamente he oído esos nombres antes>>

El rubio no necesitaba seguir con la mirada al profesor y estudiante de primeros auxilios mientras se alejaban, ya que todavía los podia oír con sus super desarrollados sentidos auditivos. Los ojos grises de Anne lo observaban y eso para nada le inquietaba al Myrddin, el mismo estaba realizando una acción parecida mientras prestaba atención a la dulce voz de la profesora. <<Interesante, ¿cuales serán las posibilidades de que mi profesora sea Irlandésa?>> pensó mientras una pequeña sonrisa se formaba en sus labios.

-Bueno mis razones para estudiar Historia de la Magia son sencillas me gusta la historia, es la forma en que nosotros hemos guardado información por siglos. Es una forma de entender una cultura sin necesidad de haber estado en esa época - Pauso un segundo para acomodarse en su asiento y poner sus manos sobre su escritorio - Creo que me gustaría que la conversacion se centrara en la guerra de los gigantes o tal vez en la rebelión de los elfos aunque no soy quisquilloso cualquier cosa que usted tenga planeado como asignatura estará bien para mi. Y claro, nunca salgo de casa sin tener mi varita conmigo… Disculpe, pero sino le molesta que pregunte señorita ¿Usted es Irlandesa? no tiene que responderme si no desea hacerlo es que me parece muy peculiar encontrarme con alguien de la misma nación por Ottery.

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[Adam Lockhart]

a parecer, vivir con personal calificado en san mungo, me va a ayudar en esta clase, solo tengo que conectarme con los recuerdo de Luis, que algunos no puedo acceder aun , desde que soy Adam aunque tengo mi misma conciencia hay cosas como los recuerdo personales son distante y borrosos como si no me permitiera verlos.

 

En eso el profesor continuo con la clase indicando ahora una de las primeras técnicas de curación mediante el uso correcto de hechizo, miraba como me mostró unos ejemplo en los pergaminos y me menciono lo hechizos que se utilizaba en cada caso, por ejemplo cuando era quemadura es un caso muy común dentro de mi día ya que lo uso cuando los morti hacer uno de su hechizo como el fuego maldito, era el famoso hechizo episkey, el otro lo usaba mucho mi madre como ejemplo cuando una tubería estaba tapada, desciendo que esto lo que necesita es un anapneo, pero el otro si que nunca lo había escuchado - profesor me puede hablar mas ese del tercer caso ese si nunca lo había escuchado en que consiste -

 

Mientra el profesor respondía mira el otro lado del salón donde el rubio seguía explicando a su profesora de donde venia su pasión por la historia y por que quería aprenderla, para mi era una perdida de tiempo la historia no era cuestion de estudiarla es mas bien de hacerla, cuando volví a mirar lo que hacia Elvis ya tenia 3 pacientes que atender con los ejemplos anteriores, así que comencé a hacer lo hechizos que conocía.

 

al paciente quemado, primero hice un - aguamenti- un pequeño chorro de agua salio de mi varita directo a la herida para limpiarle la zona afectada luego pensé un episkey así fue como el hechizo con sus propiedades curativas dejo su herida ya esta sana y limpia, luego mire hacia el que estaba a su lado.

 

por su movimiento y sus quejidos este se estaba ahogando con algo así que , lo apunte con mi varita y le dirigió el hechizo directo para su pecho - anapneo- un gran cantidad de moco verde salieron disparada de su nariz dejando una sola del suelo con sus residuo pero sana.

 

ya el tercero que estaba mas grave por que su cuerpo casi no se movía tenia que aplicar el tercer hechizo el cual no sabia cual es, a ver el cuerpo me imagine a mi padre en esa situación capaz aunque no era en mi mente solo pensaba en el y si estuviera en algún peligro así y no tener alguien que lo ayude, mi corazón comienzo a acelerarse y mi manos se colocaron sudorosa - padrino ayuda no se que hacer con este - fueron mis palabras casi en tono de suplica mientras caí en rodilla a lado del cuerpo.

 

Cuando ya el Gryffidor se había encargado de la situación y se me paso la crisis que tuve , reaccione que mi padre no esta y todo estaba en mi mente, fue que me acerque a ver las pociones que había colocado para que me ayudara en el ejercicios a pasar por ella reconocí varias y las comencé a mencionarla - esta es crece huesos, este otro zumo de madragora, mas allá crece pelo, y el este de aquí delante es un bezoar muy utilizado para los venenos comunes- había muchos otros que a simple vista no conocía pero capaz si lo había utilizado en alguna otra oportunidad, luego se quedo hay parado que su profesor tomara de nuevo la palabra indicando como seguia su progreso en la clase