Libro del Equilibrio #3

[That is not my name]

Justo en es emomento mi buen amigo Stephanus en silencio, uniéndose a nuestro pequeño grupo de aprendizaje, así que lo imité y me quedé callado, de todas formas ya había dicho lo suficiente. Estaba seguro que aquellas palabras no eran las más apropiadas, por decirlo de alguna manera, teniendo en cuenta mis eternos roces con el Ivashkov además de que el Gryffindor era director de la universidad, pero era parte de mi naturaleza el despreocuparme por lo que los otros pensaran de mi.

 

Ya había utilizado los hechizos en la anterior clase, por lo que los conocía lo suficiente para comenzar con nuestra travesía, pero sabía que la mayoría de los presentes apenas habían leído el interior del libro del equilibrio, así que me supuse que sería bastante lento nuestro avance, al menos al principio. Lo único que agradecía era no estar en medio de un grupo de jóvenes poseídos por algún hechizo para atacarnos a todos.

 

Mientras esperaba las indicaciones de los profesores de aquella ocasión, verifique en mi monedero de moke que trajera todos los utencilios necesarios mientras me acomodaba mi enorme túnica de delgada tela; no quería tener ningún tipo de dificultad al momento de avanar o moverme de manera abrupta y en ese tipo de cursos, de verdad que tenía que estar alerta en todo momento.

[Mael Blackfyre]

Escuchaba atentamente a todos los alumnos que se animaban a hablar de a poco. Al parecer estaban más acostumbrados y por ésa misma razón, soltaban un poco más la lengua. Aquello no era un examen de todo lo teórico que tenían que saber, sino que nosotros teníamos que conocer sus expectativas y conocimientos para saber por donde empezar. Zack estaba más callado que yo, al menos yo asentía o les dirigía una sonrisa. Todos opinaban, pero ninguno se acercaba demasiado. Tampoco quería aburrirlos. Lo verían allí mismo:

— Todos tienen un buen punto de vista. Pero lamentablemente, no hablamos de la sociedad en general, sino de cada uno —comenté esperando que entendieran a qué me refería—. Estoy seguro que los Guerreros le darían más importancia al dueño de tales objetos que a la comunidad donde pertenecen. Asi que debemos tener un motivo más centrado —les continué hablando, mientras en mis dedos esperaban aquellos anillos y amuletos. Todos habían hablado y eso era bueno. Miré a Zack de reojo— ¿Por qué no lo demostramos acá mismo? ¿Qué creen que es lo que verdaderamente importa? Ishaya fue el que estuvo más cerca.

Una sonrisa surgió en mi rostro cuando miré al joven. Parecía el más desganado, tal vez se había quedado toda la noche redactando noticias. Al contrario de Goderic, que había estado comentando mucho más que de costumbre. Me alejé unos dos pasos, para ponerme más cerca de los chicos. Pero no me centraba en ellos, sino que miraba directamente al suelo. Entre la arena, las pequeñas ramitas y el césped que aparecía por momentos, aparecieron dos circulos de piedra, separados un metro entre sí. Con un movimiento de mi varita, éstos empezaron a ascender. Pero no era una piedra, sino dos pilares de roca, con diferentes runas, que se levantaron a un metro. Se detuvieron.

— Los Guerreros Uzza quieren algo. Algo que siempre se cree que es un mito —levanté la vista. Ya habíamos pasado por eso muchas veces. Encontrar un objeto. Pero lo que los Uzza intercambiaban, no era el objeto en si, estaba seguro que de eso se encargarían ellos. Sino que requerían lo que se necesitaba para entrar y el nombre de aquel libro lo indicaba: Equilibrio—. Debemos controlar algo, para entrar. Debemos demostrarlo. Y eso es Equilibrio. Los Uzza necesitan de nuestro Equilibrio para llegar hasta el objeto deseado —iba a decir su nombre, pero me alcanzó recibir la mirada de Zack para no hacerlo—. ¿Cómo demostramos el equilibrio entre el Agua y el Fuego? ¿Como podemos equilibrar éstos dos objetos para que se muestre la entrada?

Miré a los chicos. Señalé las dos pequeñas columnas. No necesitaban pensar demasiado para que entre todos, viéramos como poner en la balanza el fuego y el agua. Teníamos poderes, teníamos hechizos y objetos. Habilidades allí sobraban. Teníamos que encontrar el equilibrio y ver cómo depositarlo en ésos pilares. El ruido del mar no dejaba nunca la isla. Les hice un gesto con la cabeza. Podían intentar cualquier cosa que se les viniera a la cabeza. Ellos tenían que obtener lo necesario para realizar el pago.

[Zack Ivashkov]

Era muy cierto que los Uzza cambiaban conocimiento por conocimiento, así como también que no siempre usaban buenos métodos para realizar el cambio, tal cual era aquél caso. En aquella clase Zack estaba rompiendo las reglas como de costumbre, faltando a su compromiso con el ministerio de magia al jurar colaborar como instructor de aquellas clases por el bien del aprendizaje de la comunidad londinense. Mientras que Elvis, si estaba rompiendo unas cuantas reglas más dado que ostentaba el cargo de Director. En algún punto tendrían que decirles a los pupilos el verdadero motivo de la locación de la clase… o tendrían que descubrirlo.

Mientras escuchaba la intervención de cada uno de ellos, y lo peligroso que podría resultar todo aquél atrevimiento, Zack se cruzó de brazos manteniendo el rostro inexpresivo. Su mirada rodaba de unos ojos a otros a medida que cada quién tomaba la palabra. Cuando finalmente se detuvieron él tuvo oportunidad de intervenir, iniciando por lo que más llamó su atención.

—La información que manejan ciertas organizaciones como el Concilio de Mercaderes, son tan privadas que ni siquiera uno de nosotros podría tomarse el atrevimiento de permitir que unos Uzza se aprovecharan de ella — Dijo haciendo contacto visual con Goderic —. Así mismo, tampoco alguno de los que haya trabajado con nosotros debería divulgar ciertos secretos — Aseguró a sabiendas de que él había pertenecido a la Logia Eligentium —. Así que no, no tiene nada que ver con el Concilio.

A continuación, comenzó a desplazarse por el lugar mirando el suelo como si buscara algo en él. De todas formas, Elvis le ganó la partida apareciendo los dos pilares de roca con las llamativas runas frente a ellos, habían emergido muy cerca de la posición donde el menor de los Ivashkov se encontraba. Observó con atención a sabiendas de que entenderían que no se quedarían en la isla durante toda la clase. Esperó que alguno entendiera las indicaciones del Gryffindor. Pero al ver que nadie avanzaba, elevó ambas cejas señalando con una mano los objetos, esperando que eso les diera el empujón para equilibrarlos.

—Bien, parece que a nadie se le ocurre nada — Dijo acercándose a Goderic, el primero en llegar. Con toda libertad, hundió la mano en un bolsillo del pantalón corto que vestía el pupilo. Al verlo abultado asumió que ahí guardaba alguno de sus amuletos y objetos que incluían los libros de hechizos. Dio con el frasco de las semillas de hielo y lo extrajo mostrando al resto de los pupilos su nueva adquisición hurtada descaradamente —. Estas son semillas de hielo, se las presento. Ellas van a representar el agua en esta ocasión.

Caminó hasta uno de los pilares de roca procurando no distraerse con las llamativas runas. Tras abrir el frasco dejó caer una pequeña porción de la arena plateada sobre el objeto permitiendo que se recubriera de hielo. Dado que no había excedido los límites de aplicación, nada más en el lugar se congeló.

—Ahora nos resta su contraparte, algo que nos permita obtener el equilibrio — agregó mientras enarbolaba su varita —. Flechas de Fuego — Conjuró lanzando filamentos de fuego hacia el mismo objeto que se mantenía congelado. La forma de las llamas era muy similar a unas flechas, pero en realidad su composición era únicamente de fuego. Lo lógico sería que la superficie helada se derritiera, lo lógico para quienes aún no entendían el propósito del libro. Pero para ambos profesores, y algunos pupilos, quizás, era de esperarse que aquello sucediera.

—Como este frasco — lo mostró al resto antes de entregarlo a su dueño —, y el hechizo, pertenecen al libro del equilibrio, ambas cosas son de igual poder. Eso demuestra por qué las semillas de hielo se mantienen heladas y los filamentos de fuego ardientes, aun cuando se encuentran en contacto directo. Juntas forman el equilibrio — Tras finalizar su explicación, era de esperarse que sus rostros dejaran las expresiones de intriga y confusión —¿Quién hace los honores con el siguiente pilar? — Cuestionó haciéndose a un lado.

Estando tan cerca de la roca, podía sentirse el frío y calor a la vez, no había forma de que un sentimiento opacara el otro, era como experimentar cambios climáticos a cada segundo. El Ángel Caído se mantuvo ahí, a la espera de que otra persona hiciera lo propio con el segundo pilar. Se suponía que luego de eso encontrarían algún camino que los llevara a otro lugar, a uno donde debían comprobar la existencia de los objetos que los Uzza querían.

Tarde o temprano tendrían que explicar a los pupilos que estaban ahí por las sospechas de los Uzza. Ellos creían que los objetos más importantes pertenecientes a la comunidad mágica londinense se escondían en diferentes lugares para protegerlos de enemigos o ambiciosos que pudieran usarlos para un fin no aprobado por el Ministerio, pues hasta entonces ese tipo de objetos eran otorgados por el Ministro a las personas que consideraran habían aportado en gran medida, y en diferentes aspectos, al pueblo inglés.

Hasta entonces desconocían por qué los guerreros querían ese tipo de información, pero era lo que pidieron a cambio por una clase adicional del libro del equilibrio. Encontrar las locaciones de esos objetos sería fácil, esa era la única tarea que le correspondía a Elvis y Zack, mientras que para ellos, sería difícil robarlos si eso era lo que buscaban.

[Goderic Slithering]

La brisa marina le daba una sensación de tranquilidad tal que le hacía olvidar que se encontraban en una clase para vincularse con un libro de hechizos sino en una fiesta en la playa donde se encontraban alrededor de una fogata disfrutando de una charla filosófica de borrachos. Elvis insistía en preguntarles qué era lo que realmente importaba como si alguien lo supiera y le hubiera contestado anteriormente cualquier cosa sólo para no parecer demasiado listo.

Unos círculos de piedras aparecieron entre la arena y comenzaron a ascender para mostrarse como unos grandes pilares. En su cuerpo se encontraban tallados diferentes runas que el mago no supo leer aunque le hubiese encantado poder entender qué describían. Escuchó atento a las palabras del profesor que mostraba los siguientes pasos que debían seguir.

Goderic se mantuvo callado esperando a que alguien más respondiera la pregunta planteada por Elvis. No porque le aburriera la pregunta pues, por el contrario, le parecía interesante sino porque sus palabras insinuaban claramente que existía una respuesta correcta. Al mago le fascinaba filosofar y resolver acertijos, de hecho había gastado mucho de su tiempo en ello sin embargo no le gustaba mezclar ambas.

Sabía y comprendía luego de tanto filosofar que nunca podía decir que su respuesta fuera correcta o la verdad absoluta sino que simplemente era su respuesta... su verdad. Su forma de entender el equilibrio no necesariamente sería el que le pedían demostrar. Menos si su forma de demostrar equilibrio consistía en una simple fórmula lógica como lo parecía ser. No, una palabra tan potente como el equilibrio no podía verse reflejado así. Había conocido muchos genios que podían resolver cualquier problema como aquel pero no se encontraban precisamente equilibrados ni emocional ni espiritualmente.

Por lo mismo esperó paciente a que uno de sus compañeros tomara la iniciativa y, con suerte, encontrara el equilibrio que los Uzza buscaban. Goderic solo podía mostrar y demostrar el equilibrio que él había encontrado hacía un tiempo atrás, el equilibrio que él había escogido seguir. Un equilibrio de vida y muerte, el equilibrio en el flujo natural de la vida. Quizás Emily que había sido sacerdotisa lo supiese luego de sus años manejando los elementos o quizás Bodrik con su conocimientos de pociones sabría cómo trabajar con el fuego y el agua sin que uno se apoderase del otro.

El Dumbledore solo esperaría paciente que alguien encontrase la respuesta que se acercara a lo que buscaba Elvis.

— ¡Vamos!— dijo mirando a su sobrina animándola a abrirnos paso al fin a la aventura.— Confío en tu razonamiento.

Sin embargo antes que siquiera tuviera su oportunidad de responder Zack se había adelantado a resolver el misterio. Instintivamente el mago se alejó levemente al sentir como la mano del profesor tocaba el bulto, el que se encontraba en su bolsillo. Suspiró, últimamente todos se tomaban el derecho de invadir su espacio personal primero Edmund tocándole la pierna y ahora Zack siendo aún más osado. No obstante no tuvo oportunidad de reclamar nada pues el profesor rápidamente se encargó de satisfacer la curiosidad sobre el equilibrio que buscaban.

Miró con atención como el fuego y el hielo se mantenían en armonía. Se mantuvo ensimismado viendo aquella escena hasta que el profesor le devolvió el frasco con las semillas de hielo. Zack continuó con su explicación y, al finalizar, pidió que alguien más realizara lo mismo con el segundo pilar. Aunque le hubiera encantado realizar la misma hazaña Goderic se mantuvo calmo, sabía que las semillas se reabastecen rápidamente pero no podía darse el lujo de malgastarlas incluso antes de comenzar la aventura o de la ya típica demostración de poderes.

[Emily Karkarov]

Le sonrió a Bodrik en cuanto saludó, contenta por saber que se había aventurado a aquel libro, igual que en las ocasiones anteriores. No respondió el saludo tan apropiadamente como le hubiera gustado, pues en ese momento los demás empezaban a lanzar sus ideas y Emily sentía la necesidad de escucharlos con atención. Le pareció interesante la diversidad de opiniones entre sus compañeros pero más aún, le sorprendió que ella no era la única que se preguntaba sobre las intenciones de los guerreros Uzzas. Emily no desconfiaba de ellos, como había dicho Ishaya, pero sí creía que debían tener una muy buena razón para impartir sus conocimientos, extremadamente valiosos, con extraños.

 

Por un momento pensó que quizás eran ellos quienes tuvieron alguna deuda, alguna vez, con Inglaterra y lo que hacían en ese instante era su manera de pagar, pero desechó esa idea casi tan rápido como llegó a su mente, no conocía la historia de los Uzzas, tampoco entendía al cien por ciento cómo los habían convencido de, incluso, tener la universidad,. Miró a los dos magos que eran sus profesores e intentó determinar si había algún cambio en sus expresiones con lo que todos decían, muy probablemente estuvieran divagando mucho más lejos de la respuesta correcta.

 

Pero se equivocaba. Ishaya había estado más cerca de dar con la razón que los demás. Intentó recordar qué había dicho ¿probar sus debilidades? ¿explorar nuevas estrategias? Aquello la hacía sentir un poco incómoda, tanto que no escuchó con demasiada atención las siguientes palabras de Elvis, por lo que se sorprendió cuando dos columnas surgieron del suelo, muy cerca de donde todos estaban. Se tornó un silencio algo incómodo. La primera pregunta que les realizaron los había dejado a todos o muy pensativos o muy alejados de la clase, demasiado para tomar la iniciativa.

 

Emily no era la excepción, por muchos ánimos que su tío pudiera tratar de infundir, realmente no tenía idea de a qué se referían. Sin embargo, cuando Zack comenzó a explicar todo parecía muy claro, casi para darse una palmada en la cara. También había perdido la oportunidad de retratar un momento incómodo para Goderic, conociéndolo, tendría que haberse sentido extremadamente incómodo con la mano de Zack entre sus pantalones.

 

—¡Yo quiero! — dijo Emily con voz baja pero emocionada, le gustaba que ya podían empezar a usar los poderes que corresponden al libro que estaban estudiando. Dio un paso hacia adelante mientras con su mano libre desenroscaba el frasquito del collar donde lo cargaba.

 

Imitó a Zack y dejó caer una pequeña cantidad de la arena sobre el pilar de roca correspondiente. Solo estando tan cerca notó las runas que formaban figuras extrañas para Emily, que pensaba que ya era hora de que viera ese conocimiento, que muy probablemente le sería útil en ocasiones como esa. La arena convirtió la roca del pilar en el hielo que estaban buscando, reluciente. No había quedado tan perfecto como el que había hecho su profesor, pero se había cubierto la cantidad necesaria. Se alejó con delicadeza, sintiendo la punta de los dedos algo helados. Decidió solo usar las semillas de hielo, alguno de sus compañeros se encargaría de completar el proceso, con las flechas.

Editado 20 de Mayo del 2016 por Emily Cartwright

[That is not my name]

Emily y Goderic estaban entusiasmados por las enseñanzas de aquel libro, así que me mantuve en la periferia para que pudieran probar los hechizos que contenía el conocimiento del libro mientras que yo, por mi lado, me recargaba en una palmera para obtener un poco de sombra mientras jugaba con mi varita entre mis manos. El equilibrio, el balance interno, todo aquello que venía escrito en las hojas de aquel libro que previamente debíamos de haber leído para lanzar los conjuros con la mayor precisión posible.

 

- ¿Por qué no vas a encender rocas? - Comenté a Stephanus que se mantenía en silencio. - Yo lo intentaría desde aquí, pero si "accidentalmente" falla mi puntería y se lanzan las flechas de fuego hacia nuestro profesor Ivashkov... puede que termine con algunos problemas estando frente al director.

 

Lo mío no era apatía en ese momento, simplemente que ya había experimentado el uso de todos los hechizos en la clase anterior y prefería que mis compañeros tuvieran la libertad de tener el primer contacto con ellos, sobre todo porque algo me decía que el viaje hasta ese sitio no sería simplemente por el paisaje.

 

Ya había utilizado el mes anterior el amuleto de la resurrección para una jovencita, por lo que en esta ocasión nuevamente podía tener ese recurso por si las cosas se ponían emocionantes aunque de nuevo tenga que esperar un ciclo lunar para que se cargue de energía y eso era justamente lo único bueno que había tenido el no tener el certificado de la universidad del uso del libro, así si salía a batalla no me frustraría por su poder ya que no lo tenía activado.

 

Miré desde mi distancia a Bodrik, mi pequeña princesa, que se encontraba dentro de los estudiantes que más cerca estaban de los profesores, con ganas de acercarme a ella sin embargo no quería mermar su aprendizaje, ya tendríamos tiempo después para convivir en familia, una vez que nos fuéramos de ese sitio.

[Bodrik]

 

 

Después de la llegada de sus compañeros las cosas comenzaron a ponerse feas en medio del círculo. Primero Elvis estuvo hablando insistentemente de un objeto que se pudiera intercambiar con el pueblo Uzza y que según las cosas mencionadas no se trataba de nada que ellos hubieran mencionado en respuesta hasta ese momento. Parecía que el que más había acertado con su respuesta era Ishaya el amoroso abuelo de Bodrik y que desde su llegada se había acercado a ella permaneciendo a su lado, lo malo es que tenían tanta información y los profesores era tan insistentes que en realidad era más que complicado compartir muchas palabras con el Mago francés – Te adoro Abu- le susurró mientras Elvis continuaba con su discurso.

No estaba prestando completa atención a las palabras del Gryffindor pues sentía que ella no era la más idónea para responder ese tipo de preguntas sobre la vida-¿Lealtad, Honor?- Pensó imaginando que aquel pueblo conocía tales valores pes aun recordaba a la mujer que había herido a Elvis en la clase de la fortaleza. Eran sin duda palabras muy fuertes para personas que no escatimaban y no valoraban alianzas – Dudo que ellos conozcas conozcan valores como la amistad y mucho menos el significado de una alianza- dijo finalmente aunque en voz baja y dudando haber sido escuchada.- amor – en realidad no lo sabía.

De pronto sus cavilaciones fueron interrumpidas por la aparición de dos rocas que después se convirtieron en dos pilares flotantes adornados por runas que Bodrik no conocía pero suponía que tenía que ver con el equilibrio. El equilibrio entre el fuego y el agua- Es un equilibrio entre los cinco elementos que están simplemente en diferentes fases- dijo tratando de responder a las preguntas lanzadas por Elvis. Ella era Paladín al Igual que el Gryffindor y también su abuelo por eso estaba familiarizado con la energía que manaba de los elementos, Aire, Agua, Fuego y Tierra. Elementos que estaban tan relacionados con la vida, pero también con la muerte.

Pronto la intervención de Zack los saco de la duda acerca de cómo unirían el agua y el fuego aunque sus métodos dejaban mucho que desear pues no imaginaba la incomodidad que debió sentir Gode después de su manera particular de acortar el espacio personal entre ellos. De todas formas Zack hizo una demostración algo inesperada utilizando las semillas de Hielo que Gode mantenía celosamente guardas y un Hechizo que convertía el fuego en flechas que no consumían el agua pero que no sucumbía ante ella. Se trataba de un perfecto equilibrio.

Un Bosque puede morir ante el fuego, pero renace a partir de allí. El agua por su parte, representa la vida pero es capaz de destruir una montaña, derribar una edificación e igualmente matar. A ella le quedaba claro este equilibrio. Entonces Zack los invitó a participar y Fue Emily la primera en hacerlo imitando al Ivashkov al usar las semillas de hielo, pero Bodrik estaba decepcionada pues había pensado que el próximo pilar no se abriría utilizando los mismos elementos sino otros, entonces habló

-El equilibrio modo de ver seria entre la vida y la muerte, la luz y la oscuridad. Yo hubiese esperado que el nuevo pilar se abriera utilizando otra cosa. Por ejemplo – dijo un poco nerviosa pues ni ella misma habría esperado levantar la voz y sacó de su bolsito su bolsita de pétalos de pensamiento mostrándolo a la clase- Estos pétalos son capaces de crear un veneno en forma gaseosa y esto- dijo sacando la varita puede hacer – Arena del Hechicero- pensó lanzando la arena al pilar – representan ambos el aire y la tierra y a su vez representan la muerte así como el fuego y el agua representan la vida.- explicó. Esperaba que alguien utilizara el hechizo para hacer el veneno. Claro tal vez estaba equivocada y el nuevo pilar abría de la misma manera que el otro.

[Mia.]

Las palabras de los profesores demeritando de cierta forma las participaciones de los alumnos y dando la respuesta correcta a la pregunta realizado no tardaron en llegar. Prestando total atención en la situación que se llevaba acabo delante de sus ojos, guardó silencio, analizando cada uno de los movimientos de los profesores y compañeros, aprovechando un segundo de silencio para comenzar su meditación acerca de un tema que comenzaba a ser recurrente dentro de sus estudios en la universidad.

 

¿Qué era el equilibrio? De acuerdo a las definiciones dadas por sus compañeros podía llegar a la conclusión de que se trataba de ese punto medio que iba a manifestar una equidad de oportunidades entre vida y muerte, agua y fuego, día y noche, era ese punto que muchas veces podía catalogarse como muerto, sin embargo, para ella iba más allá de eso, porque no era el equilibrio objetivo sino al subjetivo al que se referían los profesores, o eso era lo que pensaba en esos momentos.

 

Debían conseguir encontrar su equilibrio interno para conseguir dominar y controlar algunas de sus habilidades, pero ¿qué era ese tipo de equilibrio? eso dependería totalmente de cada uno de los alumnos, por lo que continuó prestando atención, disfrutando del sonido del agua batir contra las rocas, en un ir y venir que nunca tendría bien. Observó como Elvis lograba hacer aparecer un par de pilares de piedra con inscripciones sobre la arena y como posteriormente Zack utilizaba dos de sus poderes del libro para crear un aparente equilibrio que permitió la apertura de un pilar.

 

Las siguientes en intentar abrir el segundo pilar fueron Emily y Bodrik, ¿lo conseguirían? podría decirse que sí, porque estaban logrando un equilibrio tal y como lo había expresado la última antes de realizar su hechizo. Pero, debían esperar un poco más antes de continuar con la sucesión de la clase. Igual que sus demás compañeros, prefirió esperar y guardar sus poderes para ocasiones venideras, porque estaba segura de que las necesitarían.

 

Mirando la arena, consiguió notar la presencia de un par de hermosas serpientes que se podían confundir con el color de la arena, con una media sonrisa en los labios siseó un casi inaudible <Hermosas... no deberían ser curiosas>, sabía que las criaturas le habían entendido porque estás fijaron su mirada en ella. Pero, no le causo mayor temor, porque sabia que las serpientes en el fondo eran amigables si se les sabía tratar.

[That is not my name]

Invoqué unas flechas de fuego de mi varita, lanzándolas directamente hacia el cielo mientras veía como llegaban hasta la orilla de la playa, jsuto donde las olas rompían la arena y el agua calmaba aquel conjuro. Sabía que no era la indicación de los profesores, pero estaba listo para el verdadero reto que se presentaría en dicha isla, demostrando con mi conjuro nuestra ubicación a quien estuviera cerca de nosotros.

 

Volví a lanzar las flechas de fuego hacia el cielo, esta vez más alto para que pudieran verlo desde más lejos, cayendo de igual manera en las orillas del mar para que el océano se comiera el peligro. Miré de reojo a Elvis, mientras lanzaba por tercera vez el conjuro aunque en esta ocasión lo había hecho casi de forma directa contra una enorme roca que sobresalía de la arena, sobresaliendo del agua.

 

- Quizás el equilibrio que necesito es una buena batalla, - mencioné a nadie en específico, sin interrumpir a mis compañeros que estaban practicando frente a los profesores - como siempre soy una persona calmada en mi vida personal, necesito la adrenalina de los enfrentamientos de vez en cuando para equilibrarme.

 

Sonreí ampliamente cuando Stephanus curzó mirada conmigo.

 

- Mientras siguen descubirendo su equilibro, ¿qué te parece si vemos quien lanza más lejos sus flechas de fuego? - Miré a Bodrik en es emomento y le guiñé el ojo - Prometo no ahcerme daño... o a otro ser vivo.

[Mael Blackfyre]

Miré las cosas que iba haciendo Zack, intentando animar a los chicos. Tenía mucha menos paciencia que yo y estaba seguro que de haber sido por él, los habría tomado a todos del cuello de sus túnicas y los habría llevado justo frente a la Puerta. Pero ya habíamos hecho todas las investigaciones y para llegar a ése sitio, teníamos que de verdad estar equilibrados.

Los chicos empezaron a pensar, empezaron a desenvolverse y todos los hacían bien. Algunos rostros estaban empezando a aburrirse pero ignoré aquello. Nadie estaba por obligación y podían irse si así lo querían. No entendían que los Libros de Hechizos no era un juego dentro de Hogwarts, era algo que aprendias y empezaba a ser parte en tu forma de ser, era algo que empezaba a cambiar tu personalidad. No se podía tomar a la ligera los poderes Uzza. Y un punto importante es que aquel era el último libro enseñado por magos comunes. Los que seguían eran todos impartidos por Guerreros.

— ¡Eso es si! ¡Excelente! Miren... —los chicos estaban empezando a envolver el pilar en hielo. Y también lo estaban atestado de flechas de fuego. Pero la que dio el toque importante fue Bodrik, agregándole más variables al equilibrio, y demostrando que no siempre era un balance entre dos objetos. Aquel libro eran casi todos elementos que jugaban mezclados con la magia, así que la ayudé a lanzar el hechizo que faltaba—. Cineade —aquel gas verdoso rodeó el pilar y casi retrocedí un paso, pero nadie quedaría envenenado. Señalé con mi varita.

En el centro de la isla empezó a elevarse una especie de luz tan blanca como la nieve y tan resplandeciente como el sol mismo. Pero se divisaba si uno miraba fijamente aquel punto, nadie sabía que había en la base de aquella luz. Parecía como si un foco casi tan grande como la isla, estuviera iluminando el cielo. Los chicos habían logrado el equilibrio externo. Lo que tenían que hacer era demostrar lo que los caracterizaba. Miré a los jóvenes.

 

— Lograron abrir la entrada. En el centro vamos a encontrar como adentrarnos en aquella especie de cueva. ¿Conocen el Cuerno de Cristal? Eso es lo que debemos buscar. ¿Quieren acción? ¿Quieren usar sus poderes? ¡Demuestren que merecen llegar a la prueba encontrando ése objeto! —les comenté mientras algunas pequeñas esferas de luz aparecían marcando un camino. Un camino que era invisible para cualquiera que mirara a simple vista, pero la cueva llamaba a los culpables de haber activado los pilares.

 

Los chicos se irían encontrando con diferentes situaciones. Tanto afuera de como adentro, asi que esperaba que empezaran a utilizar ése libro porque lo necesitarían.

 

— Anda, ve. Allí podrás usar tus flechas más a gusto, Ishaya —le expliqué al joven alumno que en vez de concentrarse en lo que sucedía, quería ponerse a jugar con alguien más como si fueran dos pequeños magos de cinco años.