๑۩♚۩๑ Mansión Black Lestrange ๑۩♚۩๑ (MM B: 78195)

[Marco Alcott]

Donde rayos se había metido ,todo era peor que la misma salamanca o algún loquero muggle si en algo se podia caracterizar la mansion donde su hermana menor era la matriarca es que esas mujeres eran especiales o de un potencial superior para cada situación , las locuras no tenian fin tan asi como si fueran momentos de diferentes peliculas , un moribuendo por un lado ,luego madre e hija en medio de reencuentro dramatico,chicas asesinas y para terminar un nudista que mas podria llegar a pasar.

Pero no existía la duda que la presencia de Mia pondría el orden necesario aunque aun asi el vampiro no deseaba que alguno de los presentes sufriera la cólera de su hermana.

 

-Mia es un placer volverte hermana extrañe mucho tu presencia por eso me tienes este dia aqui para ser huésped en tu morada y compartir con mis sobrinos mas toda su descendencia asi que despreocúpate que fui muy bien recibido e entretenido hasta tu llegada-sus manos tomaban la de su hermana que sostenía la varita, dando un beso y luego seguir con el mismo en la mejilla para susurrarle- tranquila disfrutemos de la familia.

 

apartandose un poco de la dama el vampiro pasaba a informar lo sucedido de la mejor manera posible que sonara razonable en algún punto mientras paseaba por la sala rodeando a los presentes en su pasar.-Todo lo ocurrido empieza por acá donde tu hijo sufrió algún ataque pero muy eficaz Jessie tu hija lo auxilio a la Perfección ,mientras por este lado esta Amelie y Paula que por un poco de mi investigación descubrí su vinculo así que estas en la presencia de la hija de tu ahijada ,Aquí Rose que la mande a llamar para entregarle su regalo al igual que Alegna que aun no baja pero como expreso Paula es cierto fue atacada por una reacción de instinto de protección a la familia que tuvo tu nieta, y mientras mi querida Susan que también mande a llamar baja sorprendida por el escenario tuvo un pequeño intercambio de palabras con Amelie nada grabe y por ultimo este muchacho que a lo mejor estaba en su mejor sueño o compañía de alguien no tuvo mas cabeza que bajar para de alguna forma controlar algo incontrolable .-y las palabras del joven vampiro pasaban a ser un argumento próximo a la defensa del diablo.

 

@ @@Mia Black Lestrange @ @Cedric @Ariel Aries Bra Yaxley @@Susan V. Goldstein @@Jessie Black Lestrange @

[Mia.]

¿Por problemas tan banales están casi matándose? Las explicaciones que le daban, la sacaban un poco de quicio, debido a que solía ser una persona cautelosa que conservaba la calma e intentaba preservarla para los demás, y quién dijese lo contrario, porque la última vez que estuvo en casa casi mata a su hijo, debía saber que sus razones tenía y que eran de suficiente peso para su actuar.

 

Escuchando las palabras de la bruja que no conocía, respiro profundamente e intentó comprender cada una de ellas, porque debido a su manera grotesca de hablar le costaba un poco de dificultad seguirles el ritmo. ¿Qué le podía haber quitado la familia? Nada, la familia era lo primero para casi todos los miembros y estaba segura que nadie haría nada en contra de algún miembro, al menos no algo que lo dañará permanentemente.

 

—Soy Mia Black Lestrange, matriarca de la familia ¿Crees que están son maneras de presentarse? —preguntó mirándola con curiosidad— ¿Qué es lo que dices te ha quitado mi familia? —completó, intentando mantenerse tranquila.

Las palabras de su hermano, en vez de ayudar a aclarar la situación la confundían. Eran muchos sucesos que habían ocurrido durante su corta ausencia, así que simplemente negó con lentitud y aceptó el saludo que este le daba. Intentando comprender lo que le decían y guardando su varita mágica, deseando no tener que usarla, para controlar a todos los presentes. Mientras continuaba mirando a su familia, comprendió que la extraña era la hija de Amelie.

Considerando la posibilidad de irse de la estancia y encerrarse en su habitación, supo que no era ninguna opción, porque todos los presentes terminarían acudiendo a buscarla tarde que temprano, así que lo mejor era solucionar los conflictos cuanto antes y darle la bienvenida a la aconsa a su hermano, que aunque le habían dicho que podía quedarse, la última palabra era la de ella como matriarca.

—Marco, bienvenido a mi hogar y ¿qué te dio por conocer a mis hijos y nietos? Eso es extraño hermanito, pero puedes quedarte unos días, no creo que haya problema alguno. —dijo mirándolo a los ojos.

Llamando a una de sus elfinas personales, indicó que prepararan la cena era algo tarde y estaba segura que una vez que todos probaran algo de comer se tranquilizarían.

—Espero que tengan hambre, porque habrá una cena familiar y todos deberán participar, así podrán terminar de solucionar sus conflictos.

@ @@Marco Alcott @ @ @@Susan V. Goldstein @@Jessie Black Lestrange @

[Beryl Serenity Hawthorne]

Recientemente había sido adoptada por una familia inglesa, ya que mis padres biológicos me abandonaron en un orfanato para magos en Francia cuando tenía solo diez años y ahora tenía que mudarme a Inglaterra con mi nueva madre.

 

Debo decir que el viaje fue un tanto placentero para mí, ya que conocí nuevos pueblos de Francia e Inglaterra y fue emocionante sentir la libertad después de estar encerrada en ese orfanato. Al llegar a Londres, una limusina pasó a recogerme a la estación y me llevo a mi nuevo hogar.

 

Me sentía nerviosa de conocer a mi nueva madre y familia, no los conocía personalmente y mi madre solo la conocía por correspondencia. Solo me rondaba en la cabeza las cosas que pensarían de mí o sus primeras impresiones, ¿Les agradaría tenerme? ¿Mi madre me querrá? Bueno, eso lo sabré cuando llegue a la residencia de los Black Lestrange.

 

Fue eterno el camino hacia la mansión, atravesamos casi diez ciudades y luego nos adentramos a un camino entre el bosque, claro, invisible para los muggles, solo podía ver la hierba en tono verde intenso y los pinos adornando el ambiente nublado del bosque y sus lagos. Estaba embelesada con aquel paisaje que tarde en darme cuenta que estábamos entrando a la Mansión, era realmente hermosa, imponente y elegante, el chofer me abrió la puerta y me dio la bienvenida.

 

Me dirigí hacia la entrada, abrí la puerta y me encontré con gran recibidor en donde se podía ver lo que parecía ser un árbol genealógico, me acerque a él y pude ver la fotografía de mi nueva madre, era bella en verdad y debajo de ella varias fotografías más de mis hermanos, al llegar a la última fotografía estaba la mía con mi nombre, es increíble como a la magia no se le escapa nada.

 

Seguía admirando el árbol cuando escuche varias voces armando un gran alboroto en una enorme sala que se encontraba justo a la derecha del recibidor, me dirigí hacia esa zona y solo vi como varias personas estaban fuera de control discutiendo y haciendo locuras, camine lentamente sin despegar mis ojos de aquel tremendo espectáculo y de pronto choque con un joven rubio, un poco mayor que yo.

 

—Oh, discúlpame, en verdad no era mi intención, estas bien?-dije.

 

@@Marco Alcott @@Mia Black Lestrange

[Marco Alcott]

La Matriarca digna anfitriona como ya era de esperarse si en ambos corría la misma sangre;con una gentil sonrisa después de las palabras de la matriarca con la decisión inteligente que acababa de tomar el joven vampiro se disponía a su lado con la intención de prestar su brazo para que ella lo tomara.

 

-Querida bella hermana no podías tomar mejor decisión esto es lo mas sensato y sera mi mas grande placer compartir con la familia tan ...tan encantadora que formaste lastima que aun no emprendí mi carrera en eso pero algún dia te prometo que asentare cabeza y veras el fruto de todos tus sobrinos pero claro mientras tanto disfrutare mi estadía aqui-su sonrisa divertida cargada de un placer oculto que solo el podría entender.

 

Terminadas sus palabras y sin poder evitarlo una joven que recién se hacia presente impactaba con el joven vampiro que antes que pudiera caer la toma rápidamente para proceder a ayudarla a estabilizarse ya que no era del todo bueno chocar con el cuerpo del Triviani.

 

-Pero que bella dama tengo presente ante mi al parecer todas las jóvenes en esta familia heredan principalmente una belleza eterna ,pero con quien tengo el gusto señorita?-mientras esperaba la respuesta de la joven este se dirigia a todos los presentes.-Sin mas vueltas me imagino que todos podremos disfrutar una cena familiar -.

 

@@Beryl Serenity Hawthorne @@Mia Black Lestrange @Paula Malfoy @Amelie Black Lestrange @Cedric @Ariel Aries Bra Yaxley @Susan V. Goldstein @Jessie Black Lestrange @Rose Greengrass

[Cedric]

¿Dónde se había venido a meter?

 

Ya era segunda vez en lo poco y nada que llevaba en su nuevo hogar que aquel pensamiento se le cruzaba por su cabeza. Ok, lograba entender hasta cierto punto -a pesar de que ya iban muchos años sin pertenecer a una familia- que existiesen conflictos al interior de un grupo de personas, sobretodo en aquellos como lo era una familia. En especial teniendo en consideración que los miembros de ésta no tenían la misma sangre por sus venas, aunque a simple vista todos sí parecían tener ese espíritu conflictivo. De alguna forma se debía sostener una familia, y uno no era quien para juzgar las formas de demostrar afecto.

 

Parecía que todo mundo se había puesto de acuerdo para hacer una aparición la misma noche que él. Quizás siempre era así, tan concurrida la mansión. Aunque claramente habían algunos de los presentes que no acostumbraban a hacer acto de presencia en los salones. Para suerte de todos, la matriarca de este circo había tenido una buena idea. Una gran cena familiar para darle la bienvenida a los nuevos, a los que regresaban, y a los inesperados visitantes. Se frotó su estómago. Estaba famélico. No tenía una cena apropiada hacía años, por lo que sentarse a cenar con su nueva familia lo hacia salivar.

 

Había demasiada gente -al menos para lo que él acostumbraba- en el lugar, gente por conocer. Ya habría tiempo de eso, no había necesidad de forzar los procesos. Quizás durante la cena podría intercambiar palabras con algunos, pero por ahora... quería empezar a instalarse, y comer. De verdad tenía mucha hambre.

 

Se acercó a Mia y se inclinó levemente para quedar a la altura del oído.— Ehm, ¿Existe la posibilidad de ver mi habitación antes de cenar? —Le susurró, para luego retomar su habitual postura. No había más que hacer allí. Él no tenía nada que tocar en el asunto que allí tenía lugar.

@@Mia Black Lestrange

Editado 14 de Julio del 2017 por Cedric

[Oriánthi]

Me encontraba entre el extenso bosque de álamos que estaba situado a los alrededores de la mansión. Luego de mi repentina desaparición de la misma, volver seria todo un desafió. Solo por rumores sabia que habían nuevos integrantes a la familia como también antiguos que no he de conocer aun.

 

Se veía muy concurrida la mansión, no sabría si algo se festejaba allí o simplemente se volvió tan frecuentada por los mismos Black Lestrange. *Uhm* - Pensé haciendo una muca con mi boca.

 

-Sera solo cuestión de presentarme nuevamente & ver que sucede allí.- Dije con firmesa.

 

Decidí emprender camino hacia la puerta cuando escucho un gran caminar, era Gran Marnier el grifo de la familia. Se encontraba paseando por el cementerio de la familia, cuando me observo quedo en un estado de alerta... Recordé como debía tratarlo, así que mostré mi respeto & el agacho su cabeza dejándose acariciar.

 

Di media vuelta para desaparecer de su vista & hacer solo dos pasos para estar frente a la puerta. *Aquí me encuentro nuevamente... espero encontrar a mi padre o alguien que me pudiera explicar que sucedía.*- Pensé.

 

Sin alcanzar a empujar la puerta alcance a ver como Tadeus, el elfo de la familia allí me recibía. **Tadeus; Bienvenida nuevamente a su hogar señorita Cissy.**

[Mia.]

—Cuando quieras, mi elfina doméstica Marie te enseñará tu habitación. —respondí al comentario de mi hermano, agradeciendo que las habitaciones de huéspedes siempre estuviesen listas para ser usadas— Algún día sentarás cabeza, de eso estoy segura y tendrás muchísimos miembros en tu familia.

 

Terminó de hablar con su hermano y en ese momento apareció una bruja delante de toda la familia conglomerada dentro de la estancia, ¿quién era? Sentía que la conocía, aunque no estaba segura de saber de dónde exactamente, ¿Quizá era la bruja a la que había adoptado? Podría ser muy posible, pero no recordaba que esta le dijera que vendría a la mansión tan pronto, pero aún así, no había problema siempre encontraban la mejor manera de darle la bienvenida a todos los miembros de la familia.

 

— ¿Beryl? Bienvenida a la mansión, que gusto tenerte en casa. —saludó a la bruja con un beso en la mejilla, para después separarse de ella un poco y observar como le pedía perdón a su hermano, Marco por haber chocado con él sin intención.

 

Se estaba volviendo loca, necesitaba un momento de paz. Por lo que agradeció el instante en que Cedric habló. Quería conocer su habitación e instalarse antes de la cena que había ordenado, eso sería perfecto pensó para sí misma, considerando seriamente la idea de llamar a alguna de sus elfinas para que lo llevará a la segunda planta, negó de inmediato, lo mejor sería acompañarlo ella misma y mostrarle algunos puntos de la propiedad.

 

Considerando como ser amable con sus visitantes, pensó en decirles la verdad. Necesitaba tomar un poco de aire y aprovecharía para servir de guía.

 

—Disculpenme, pero le mostraré a Cedric su habitación y me cambiaré esta ropa tan formal por algo más cómodo, no tardo. —se disculpó y tomó al mago por el brazo.

 

Lo guió por la primera planta, pasando por un salón que en esos momentos estaba ocupado por algunos elfos y lo condujo hasta las escaleras, las cuales subieron rápidamente. Una vez que estuvieron en la segunda planta, se detuvo delante de un pasillo que conectaba las dos alas de la planta, la de la derecha conducía a las habitaciones que ocupaban los miembros de la familia, algunas tenían vistas al bosque y otras al lago, mientras que el ala izquierda estaba destinada para los visitantes.

 

Caminando hacía la derecha, continuó con su andar hasta detenerse en una puerta que tenía grabado el nombre de Cedric, esa sería su habitación.

 

—Esta es tu habitación, si tienes alguna duda puedes llamar a alguno de mis elfos o buscarme. —le dijo al joven con una sonrisa en los labios— Puedes instalarte, te veo en unos minutos. —tras decir eso, lo dejó solo y continuó con su camino hasta su propia habitación.

[Eobard Thawne]

Tras un rato caminando, decido detenerme. Han pasado apenas unos insignificantes minutos desde mi última pausa, por lo que creo que he impuesto un nuevo récord. Aquel bosque de álamos resultaba de lo más peculiar, considerando el clima de la zona. Pero puedo percibir un aire más puro, menos contaminado, que el de Londres muggle.

Había decidido tomar un camino alterno, a pesar de las recomendaciones de seguir el lindero ya definido. Complicar las cosas es una de mis especialidades. Con todo, el asunto estaba saliendo bastante bien. Una vez que he llegado al linde del bosque, decido tomar asiento en una roca perteneciente a una curiosa formación, que además se encuentra cubierta de musgo.

-Ya llegaste hasta aquí, Eobard. No hay vuelta atrás. –pienso, aprovechando para descubrirme los ojos, que había llevado ocultos bajo unos lentes deportivos tipo goggles, populares entre los muggles practicantes de la caza. Tras acomodar dicho artefacto sobre mi frente, por si volvía a requerirlo, me dedico a observar los alrededores. Y ahí está, imponente, la casona de la que tanto he escuchado. La reputación precede a los Black Lestrange, que a mi parecer no han escatimado en gastos para la construcción de dicha edificación.

La reja parece cubrir una gran extensión de terreno, y uno pensaría que el lugar se encuentra vulnerable a simple vista, pero me es irrelevante, puesto que no planeo cometer allanamiento de morada. No, esto es diferente. Considerando mis últimas experiencias, el ser parte de una familia parece lo más normal.

-Muy bien…Aquí vamos. –suspiro con tranquilidad, deteniéndome frente a las verjas de entrada. Bajo la mirada y miro por encima de mi hombro, procurando que no me han seguido. Lo cual no me hubiese preocupado, pues era una simple excusa para practicar uno que otro hechizo. Una vez que pongo un pie dentro de los terrenos familiares, puedo percibir la presencia de los encantamientos defensivos que se han dispuesto para garantizar la seguridad de los ocupantes.

Decido tomar mi trayecto final hacia la mansión con toda la tranquilidad que me es posible, casi contando cada paso que doy. La capa verde, que me llega debajo de las rodillas, ondea con suavidad ante la brisa. Gracias a mi experiencia entre los muggles, generalmente no tengo problema para pasar desapercibido. Pero en esta ocasión, quizá la elección de vestimenta no fue muy ortodoxa.

Había decidido portar unos jeans clásicos, ligeramente ajustados, pues me permitían mayor agilidad si se trataba de desplazarse grandes distancias, otro artículo aclamado por los no magos. Sumado a ello, una playera tipo polo gris, cuyas mangas llegaban hasta mis codos. Las botas de caza, de un tono caoba, parecen desentonar a propósito. A juzgar por mi atuendo, emulo a una versión mágica de cierto “cazarrecompensas” que aparece en una película muggle, lo cual quizá hice inconscientemente al elegir las prendas.

A la espalda llevo cargando una mochila mediana, en la que había colocado algunas de mis pertenencias, pues debía dejar una parte en Londres por cualquier inconveniente. Alterno mi mirada entre las distintas edificaciones del terreno, quedando satisfecho ante la vista. Los álamos rodean casi todo, pero a la izquierda de la casona puedo distinguir lo que parece una lechucería, a juzgar por el diseño, similar al de Hogwarts. En el otro extremo, lo que da la impresión de ser un cementerio, donde un grifo se pasea tranquilamente.

Una vez que he llegado a la puerta, me vuelvo a detener. Se escucha un ligero bullicio, por lo que debe haber considerables miembros en ese momento. Normalmente habría llamado y esperado a que alguien me abriera, pero ahora era parte de la familia, por lo que decidí entrar sin más.

-Nada mal. –sonrío ampliamente una vez que cierro la puerta tras de mí, procurando no hacer tanto ruido. Uno de los primeros elementos que tengo el gusto de observar es el árbol genealógico, pintado a mano sin duda. Las voces del resto de los miembros resuenan en aquella estancia, sacándome de mi ensimismamiento.

Se puede apreciar luz proveniente del comedor, por lo que parece que he llegado en el momento justo. Bien pude haberme aparecido directamente en mi habitación y bajado como cualquier otra persona, pero había decidido emprender dicha travesía para no perderme ningún detalle.

-Esto… ¿Hola? –anuncio mi llegada a la mansión, modulando el tono de voz para que mis palabras fueran perfectamente escuchadas sin recaer en un volumen excesivamente alto. Si de mantener un bajo perfil se tratara, podría escabullirme hacia las escaleras y buscar mi habitación por mi cuenta, pero ante la perspectiva de tener la mala suerte de perderme en el exorbitante lugar, prefiero esperar a alguien. A decir verdad, no me agrada mucho la idea de asomarme al comedor con mi aspecto de viajero sin rumbo.

[Susan V. Goldstein]

Lo que pasaba por sus ojos lo hacía tan rápido que paenas tenía tiempo para reaccionar. Lo de Amelie y su hija, Aries desnudo, la llegada de Mía y dos nuevos integrantes a los que ella les daba la bienvenida. Miró a su madre y ladeo la cabeza ¿Más familia? Aquello sí que era una reunión familiar de las más polémicas ¿Cuantos más habrá allá fuera guardando en secreto el apellido? No lo sabía, pero estaba segura de que estás personas no serían las últimas. Le toque el hombro a mi hermano y le dije ''Es un placer tenerte en casa'' para luego acercarme a Rose.

 

—Prima, debaríamos revisar los arbustos, quizás aún quede un familiar por encontrar.— Reí.

 

Mientras bromeaba alcancé a ver a la matriarca que a pesar de su extravangante compostura ya parecía perder los estribos. Una cena familiar sería la peor idea en ese instante, sentarme en la misma mesa que Amelie y su hija sería una falta grave de respeto después de lo que le dije. Y aunque mi conciencia siga callada sé que debo de tener modales. Amelie tenía el apellido de la familia y aún así se atrevía a decir que sólo era ahijada de la matriarca, tal vez ese sería un tema que deberían tratar entre ambas. Le reste importancia en el momento que la matriarca partió con Cedric y me acerqué a mi madre.

 

—Antes de que empieze la cena iré por una manzana, suerte con el tío Dave.— Deposite un suave beso en su mejilla para luego largarme al comedor.

 

Le ordené a un elfo mi manzana que enseguida fue traída, por lo menos los gritos habían cesado y ya se había acabado el revuelo. Mordió la manzana dispuesta a ir a cambiarse para la cena, ero en el momento en que iba a subir la escalera escuché una voz que hace poco conocí, casi inaudible entre los que aún hablaban, pero fue lo suficientemenete clara como para que me girara en su dirección. Y ahí estaba.

 

— ¿Eobard?

 

¿Qué hacia él aquí? ¿Era amigo de la familia y no lo sabía? Tal vez me había perdido de mucho encerrada en mi habitación y está cena ya había sido premeditada hace mucho.

[Eobard Thawne]

Esa voz. La última que pensaría escuchar en un tiempo relativamente cercano. ¿No se supondría que evitaría ser el típico imán de los problemas por una vez en la vida? Vaya que he hecho un buen trabajo. Parecería como si la joven que se encuentra al pie de la escalera jamás estuvo presente en aquel desastroso incidente una tienda de bromas del Callejón Diagón. Se ve recuperada, sin secuelas de dicho evento, pero algo la aflige.

 

-Ay, dem... -pienso para mis adentros al tiempo que la sangre que corre a través de mis venas comienza a enfriarse. Puedo casi asegurar que mis manos están heladas. ¿Susan? Si esto se trata de una broma, debo decir que está resultando bastante bien. Este día en definitiva estaba resultando lleno de sorpresas. Y, dándole fin a mis cavilaciones, me percato que ni siquiera le he dirigido la palabra.

 

-Susan. Qué...agradable sorpresa. No esperaba encontrarte aquí, por lo que quiero pensar que eres parte de esta familia.

 

El inesperado encuentro me hace decir incoherencias. Pero, claro que es una Black Lestrange. Si no lo fuera, ¿qué más estaría haciendo allí? Quien no se estaba explicando era yo, por lo que decido que es momento de declarar la razón de mi presencia en aquella estancia.

 

-Es extraño decirlo, pero... -saco el pequeño pergamino de uno de mis bolsillos. Había procurado que no se maltratara, pues en éste se encontraba el texto que validaba mis nuevos apellidos. -Fui adoptado por esta familia. Por...Mia Black Lestrange. -sonrío con nervios, sin saber exactamente con qué proceder. El asunto ya era de por si un tanto extraño, considerando que mi madre era al mismo tiempo mi actual profesora en la Academia.

 

Y la verdad es que no tengo mucha idea de qué podría decirle, considerando que en nuestro primer y penúltimo encuentro, me había esfumado sin dar explicaciones. Entonces recuerdo que quiero dejar mis cosas en mi habitación, la cual aún no conozco, e intentar que el aspecto de merodeador sea menos notorio.

 

-Uh, bueno...Si me disculpas. Creo que iré a buscar mi habitación, por lo que quizá me tarde un poco en regresar. -comento, pasando junto a ella y comenzando mi primer recorrido por la mansión. Llegando al segundo piso, puedo atisbar una pequeña biblioteca. A su lado, una oficina que, sin tener que preguntárselo a alguien, sé con certeza que es privada.

 

El pequeño vistazo a la sala de gran extensión que ocupaba el resto del piso me dio a entender que las habitaciones no se encontraban ni de broma ahí. Continuo mi camino, llegando finalmente al tercer piso. Un estrecho pasillo, con habitaciones a ambos lados, se extiende ante mí. Más puertas de las que me gustaría contar. -Bien, esto es una complicación. -me cruzo de brazos, pues no quiero dar un paso en falso, literalmente. Entrar por error a la habitación de alguien más sería en extremo vergonzoso.