๑۩♚۩๑ Mansión Black Lestrange ๑۩♚۩๑ (MM B: 78195)

[Romalo_LPZ]

-Hola ma', me decida mi mismo en forma de ensayo para cuando la viera, "si alguien me viera en este momento" pensaba creo que no es normal ver en la calle aun joven de pelo negro y revuelto con una maleta llena de cosas sentado junto a un muy gracioso Elfo domestico, saque un pequeño espejo que encontré en mi maleta, y me observe, había pasado tiempo desde la ultima ves en Inglaterra, pera ese entonces solo era un niño mocoso de 13 años, ahora recién cumplido los 17, me miraba mayor, o al menos eso sentía, mi cara era la misma, redonda y alargada a la ves, como si la hubieran estirado en todas las direcciones, mis ojos mas grises y brillantes que nunca, tales por la emoción, una pequeña espinilla en la frente, por dicha mi pelo la cubría.

 

"Espero no sea demacrado tarde para volver" pensaba cuando escuche la inconfundible vos de la elfina de mi madre, voltee y vi a la pequeña y gris criatura, sus palabras al principio me confundieron, pero luego me dieron el valor que necesitaba, luego ella desapareció con mis cosas.

 

Empezamos a caminar el patio con cierto temor hasta llegar a la puerta principal que se abrió ni bien pusimos un pie en el pórtico, -Es hora- le dije a Peat, y este me devolvió una cálida y confortante sonrisa.

 

"Volvi" pensé en gritar, pero no pude, quede paralizado al ver a mi madre, tan fina y tan peligrosa, con su cabello desordenado apuntar a personas totalmente desconocidas, mi shock aumento a ver al lado de ella a una joven muchacha de la misma estatura, pero con una expresión un poco mas psicopata.

 

"Mal momento" pense.

 

@@Susan V. Goldstein @@Jessie Black Lestrange @@Beryl Serenity Hawthorne @@Marco Alcott @@Eobard Thawne

[Jessie Black Lestrange]

Volteo confundida a Susan cuando está mencionó que uno de los magos que estaban con ella era su hermano.

 

-Otro más se suma a la lista... Qué falta ¿qué aparezca después de tantos años?

 

Rodó los grises ojos cansada. Tomó una gran bocanada de aire y la soltó lentamente cerrando sus ojos en el proceso.

 

Observó al otro chico, el tal Marcus, evaluandolo. Que fuera hermano de su madre no cambiaba nada pero que aparte fuera el hermano adoptivo de su hija era demasiado confuso.

 

Cerró sus puños con fuerza, debía de tranquilizarse. Pero una presencia detrás de ella la hizo quedarse paralizada en su lugar.

 

Conocía esa sensación que aquella persona emanaba. Esas ganas de protegerlo como lo haría con Susan. Lentamente se dió la vuelta temerosa de lo que fuera a encontrar y no se equivocaba pues lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas y ella no podía evitarlo.

 

-Creciste mucho, pequeño

 

Exclamó observando a Romalo con detenimiento. Intento sonreír pero no podía. Verlo ahí, parado, mayor a como ella lo recordaba le rompía el corazon.

 

Aferró la mano de Susan y comenzó a caminar para acercarse a Romalo, alargó su mano derecha sin soltar a Susan y tocó con cuidado el rostro de su hijo. Sus facciones se habían endurecido, signo de los años que habían pasado alejados. Volteo de uno a otro y al fin pudo sonreír.

 

-Susan... Hija, te presento a Romalo... Romalo ella es Susan, tu hermana... Hija mía y de... Otto ¿Sigues molesto conmigo por eso?

 

Observó a sus hijos, temerosa por la reacción de ambos ya que no por nada Romalo había sacado sus ojos y tenía un carácter similar al de ella y Susan... Susan era la combinación perfecta de Otto y ella, por lo tanto era peligrosa.

 

@@Susan V. Goldstein @@Romalo_LPZ

[Mia.]

¿Cuánto tiempo había pasado desde que se había encerrado en su habitación a descansar días o horas? No lo sabía, lo único que tenía claro en ese momento era que habían id arribando más miembros de la familia, porque se escuchaban a lo lejos las voces de algunos de ellos, mientras que otros se retiraban para realizar sus actividades diarias, tal y como ella debía estar haciendo en ese preciso momento, porque no podía darse el lujo de no ir a trabajar.

 

Sin embargo, con la pereza mental que tenía, lo que menos deseaba era levantarse. Por lo que, con una mueca de fastidio, se encaminó hasta su baño, en donde al ver como la bañera se encontraba lista para su uso, esbozó una media sonrisa, amarrandose su cabellera en una coleta alta, se deshizo de su ropa y se metió, dejando poco a poco que el agua caliente, comenzará a surtir el efecto relajante sobre su cuerpo, que rara vez podía darse el lujo de disfrutar plenamente.

 

Con los ojos cerrados, se perdió lentamente en sus cavilaciones. Deseando, que el tiempo no transcurriera, que se quedara estático por al menos un par de horas, para poder recuperarse por completo del cansancio acumulado que le había dejado el último mes su trabajo en el banco, con el que había tenido la grandiosa idea de mezclar con tres cursos en la universidad, los cuales estaba aprobando casi por su insistencia y constancia, que porque realmente los disfrutara.

 

—Tráeme un vodka. —pidió a su elfina doméstica.

 

La criatura no demoró más que un par de minutos en llevarle su pedido, por lo que aún dentro del agua, bebió un par de sorbos y continuó con los ojos cerrados, dejando en claro que no deseaba ser interrumpida en un largo, largo tiempo. En cuanto la temperatura del agua comenzó a descender, salió de la bañera y tapó su cuerpo con un sencilla bata de baño, y se encaminó hasta su habitación.

 

Sobre la cama, un vestido de color blanco esperaba por ser usado, así que simplemente se lo colocó sobre su cuerpo y finalmente, dejó libres sus rizos, para después, dirigirse hasta la terraza, por donde comenzaba a filtrarse alguno que otro rayo de sol, y mirando uno de los camastros que tenía allí, se tumbo y colocó unos lentes de sol, para cubrir sus ojos y continuar disfrutando del momento que tenía para sí misma.

 

—Otra copa y de una vez trae la botella. —ordenó a su elfina, mientras consideraba la posibilidad de ingerir algún alimento, pero la descartó, no deseaba comer nada, era demasiado temprano, aunque también para el alcohol, pero no le importó demasiado, al menos no ese día.

[Sapphira Black Lestrange]

La vampira no sabía realmente que estaba ocurriendo adentro de la mansión , solo le interesaba saber cómo se encontraba su hija , la notaba algo extraña como si aun le costaba adaptarse a su nueva familia y es que había recibido muchas noticias de golpe

Sabía que habían ingresado nuevos miembros a la familia pero no sabía muy bien quienes era , solo quería saber cómo se encontraba su hija y que se sintiera a gusto estando con nosotros , que no se apartara y que era lo que veía que estaba haciendo

- Saori se que todo esto es nuevo para ti pero no te aísles , ya verás que te llevaras bien con los demás miembros de la familia y permíteme ser la madre que nunca pude ser porque me negaron esa posibilidad , me preocupo por ti y quiero saber qué te pasa , no te alejes de nosotros

Quería que su hija le diera la chance de ser esa madre que una vez le negaron la posibilidad , que la viera como una persona en la que podía confiar y pedir concejo si algún día lo llegaba a necesitar , no queria que su hija se alejara ahora que la había reecontrado

@

[Susan V. Goldstein]

Todo iba bien con los celos de mi madre, todo, hasta que un muchacho pelinegro la llamó madre. Era la primera vez que lo veía, y al parecer también los presentes. Tenía que ser un chiste, uno bastante pesado, ya que por años les había rogado a sus padre que no le dieran un hermano. Pero el hombre que estaba en la entrada del comedor parecía de antes de mis años ¿Como diablos ignorar ese tamaño? Si ya con traerlos al mundo costaba.Miré a mi madre, hace un momento estaba hecha una parca, con las ganas de quitarle la vida a cualquiera, pero ahora sus ojos lloran por el tipo nuevo.

 

Tenía la esperanza aún de que lo llamara loco y lo echara, no fue así, tomó de mi mano sin apartarle la vista y nos acercó. Primer error. Nos miró a ambos y sonrió para luego presentarnos, su voz dulce toco mi nombre seguido de unas palabras que no quería escuchar ¿Hermano? Fruncí el ceño como mueca, ella debió habérmelo dicho antes. El hombre me miró y una sensación amarga se plantó en mi consciencia. Mis padres ambos tenían ojos muy claros y cristalinos, pero ninguno como los míos, que parecían amatistas. Tenía el cabello negro como la noche, cosa que debía ser de otra descendencia pues ninguno de sus padre tenían ese color. La piel era suave, blanquecina y cremosa, de esas que provocaban con tal sólo mirarlas. Sus rasgos eran finos como los de su madre y tenía lo mismos lunares que su padre. Todo concordaba que yo era su hija, pero, este chico también tenía parecidos.

 

Me acerqué a él, olvidándome de los demás. Noté que su cabellos tenía el mismo color que el mío y con un paso más cerca me di de cuenta que compartíamos la misma piel. Tenía rasgos de hombre, pero algunos pocos se parecían a los de mi madre. Me acerqué tanto a él que invadí su espacio, estando tan cerca podía oler su respiración y comparar lo único que sí parecía una prueba de su parentesco: Sus ojos. Tal vez sería una escena muy rara para los presentes, ya que se acaba de decir que este hombre era mi hermano, pero, con todo esto yo sólo buscaba algo en sus ojos que no concordaba con los Jessie. Pero no fue así.

 

—Puede haber algo que te salve de lo que viene...—Le susurré—Podrías ser adoptado y quizás no me tomaría tan apecho la desconfianza que ahora le tendré a Jessie y Otto, pero...esos ojos, esos ojos son los de Jess.

 

Me solté de la mano de mi madre y empujé al hombre con tanta fuerza que pegó de la pared del comedor, me importaba un bledo si la cena se arruinaría o si alguien salía vivo de allí, mi propia familia me había mentido. No quería ser la víctima, quería ser el asesino. Tomé de mi varita y apunté al hombre dispuesta a maldecirlo, pero mi madre se interpuso. La miré con una ira genuina, tratando de que sintiera culpa por no decirme todos estos años que tenía un hermano ¿Otto también me había mentido? Bufé, por supuesto que sí, los hijos no se hacen con magia.

 

—Supongo que no esperaste que esto sucediera algún día ¿Debería ser comprensiva?—Mi voz era suave y dulce, tanto, que era alarmante. Me enderece.—Quizás debería tener paciencia y esperar a que sus ojos se cierren y ayudarlo a que jamás se abran.

 

Negué con la cabeza.

 

—Me mentiste Jess, tú y Otto lo hicieron.—La miré—Pude haberlo comprendido antes, no habría mucho que hacer entonces, pero mentirme y esperar a que nada pase, teniendo un hijo que deambula por el mundo ¡Por Voldemort! ¡Pudiste habérmelo dicho!

 

 

@Romalo_LPZ @Jessie Black Lestrange

[Ashura Lestrange]

Tenía bastante sin visitar a su familia que sintió deseos de verla nuevamente y tal vez descansar un poco y estirar los pies de vez en cuando era algo bueno, ademas deseaba ver a su minina que había dejado dentro de su habitación, su compañera que había sido siempre fiel con ella. Suspiró y decidió aparecer dentro de la sala de la Mansión, tenía pocos ánimos y lo único que quería hacer era de disfrutar de una buena copa de vino y la compañía de un libro no le iban a caer nada mal aquella tarde. Bastó con chasquear los dedos para que una pequeña elfina apareciera ante ella para cumplir con todos sus caprichos.

 

- Señorita Lestrange, Bienvenida a casa ¿Qué desea? - Mustió la pequeña criatura haciendo un pequeño gesto de reverencia en señal de respeto.

 

- Solo tráeme un trago, el mejor que haya en la casa, si no veo a nadie mas de mi familia por estos pasillos, subiré en seguida a mi habitación - Se quitó los tacones negros que llevaban machacándole los pies durante un buen rato. Sacó un libro de su bolso y se dispuso a leer mientras esperaba a que la pequeña elfina atendiera su capricho. > pensó, sabía que había gente nueva rondando por la mansión o al menos eso decían los chismes por ahí. Cerró un poco los ojos y descansó su espalda sobre el respaldo del sofá que a ella le parecía mas cómodo de la sala mientras colocaba el libro sobre su regazo esperando el trago que ansiaba para poder comenzar con su lectura. Esperaba al menos ver a su madre tambien, aunque con lo ocupada que era ella, no estaba segura si pasaría en aquella ocasión.

[Romalo_LPZ]

Paralizado asustado y un poco desuhubicado, "¿Por que volví?" me pregunte a mi mismo mientras vei llorar a mi madre.

 

Estaba a punto de hecharme a llorar hasta que se me acerco la pequeña pelinegra que mi madre había acercado a mi, tenia un aspecto familiar, una piel tan clara y blanca como la mía, el pelo de ella era exactamente del mismo tomo del mio, si no fuera por el color de ojos, y por las pecas que la inundaban diría que era mi versión femenina, ella invadía mi espacio, nadie había estado tan cerca de mi en años, a nadie se lo permitía, pero no podía evitarlo, estaba paralizado.

 

-¿Porque vine?-dije en forma de susurro antes de ser enviado de un solo golpe a la cocina, el golpee hizo reaccionar y volver a na tierra, y vi la singular escena en la que estas metido, una joven pelinegra, mi propia hermana, apintandome con su varita, mi madre asustada viendo lo que pasaba, muchos extraños, al menos para mi, viendo perplejos la guerra, me incorporé lo más rápido que pude y saque mi varita dispuesto a defenderme aun hasta la muerte.

 

Por suerte para mi, mi madre se interpuso, lo que me hizo bajar mi varita, "¡Que dicha!" pensé pué estaba un poco oxidado en los duelos.

 

Mi hermana seguía gritando como loca, estaba muy isterica, preferi callar ante sus gritos, durante mi tiempo de soledad aprendí que el silencio es la mejor forma de responder al enojo, decidí alejarme de ellas. -Si me buscan estaré durmiendondo arriba- dije mientras me alejaba de ellas.

 

-Ojala arreglen sus problemas familiares- les dije con una sonrisa picara mientras salia de la habitación -¡Y así tal ves alguien por fin me explica quien demonios es Otro!-Grite desde la otra habitación.

Editado 2 de Septiembre del 2017 por Romalo_LPZ

[Valentina Ricci Yaxley]

La suegra.

Esa figura tan odiada durante generaciones y generaciones por todo aquel que tuviera una, ya fuera de sangre pura, mestizo o muggle.

La pobre muchacha no había tenido un entrenamiento previo, ni tan siquiera unas palabras de su figura materna alertándola sobre ello. Nada de nada. Tan solo las leyendas urbanas que se comentan. Pero sabía que, tras formalizar el compromiso en la intimidad con su chcio, era hora de hacerlo público. Sabía que tenía delante a una familia un tanto tradicional en ese aspecto, y no quería que se enteraran por rumores de boca en boca, Valentina era más respetable que todo lo que las malas lenguas pudieran decir de ella.

Y allí estaba. Con un precioso vestido de domingo color nude que le llegaba hasta la rodilla, estilizando su figura. Decidió ir andando hasta allí, pues necesitaba tomar un poco de aire fresco para meditar. A fin de cuentas, la familia política no es tu familia. Esperaba causar buena impresión, o al menos, la mejor impresión posible.

Desde luego, la familia Black Lestrange era una de las más poderosas de Ottery desde hacía décadas. Un extenso jardín se expandía tras la verja de hierro. La muchacha caminó hacia la puerta principal mientras se observaba las sandalias. Esperaba no tropezar y sufrir un traspiés antes de tiempo.

Utilizó el llamador para tocar la robusta madera de la puerta principal con tres golpes secos. Pero no parecía haber sido escuchada. Esperó un par de segundos, veinte, treinta, mientras se retocaba el pelo, y justo cuando se disponía a llamar nuevamente...

—Buenas tardes —saludó Tadeus, uno de los elfos de la familia—. Tadeus, para servirle. Si me permite saber su nombre...

—Oh, eh, s-soy Valentina. Valentina Ricci, hija de los Yaxley. Vengo a visitar a la señora Mia, si es que está en casa —dijo dubitativa—.

—Adelante, pues —y el elfo le sujetó la puerta para que pasara—.

Un gran árbol familiar adornaba toda la pared de delante. En él se podían observar todas las caras de los miembros de la familia, pintadas cuidadosamente a mano y enmarcadas con su respectivo nombre. El elfo se dirigió a Valentina.

—Si me disculpa, será mejor que tome asiento. He de avisar a la señora Mia de su llegada.

Y así fue. La pelirroja se sentó en uno de esos enormes sillones que desencadenaban en una chimenea, la cual estaba apagada. Mientras, el elfo subió escaleras arriba en busca de la habitación de la matriarca mientras su elfina se paseaba llevando y trayendo copas de vodka. Se detuvo ante la puerta y llamó antes de entrar.

—Señora, tiene una visita esperándola en el hall. Una tal... Valentina Ricci.

@@Mia Black Lestrange

[Oriánthi]

Cissy se encontraba en una de las habitaciones de la mansión, luego de recordar que debía hacer una tarea para cumplir con su departamento. -Rayos, la campaña...- Murmuro. -Debo dejar de holgazanear & hacer mis tareas.- Concluyo.

 

Tomo su túnica & la calzo sobre ella, parada frente al espejo flotante que había conjurado se arreglo un poco para que los presentes no la vieran en un estado poco formal. Tomo su bolso con un sin fin de cosas dentro de el & los pergaminos para dejar flotando por las mazmorras de la casa.

 

http://i.imgur.com/XUfzJG0.jpg

La vampira se cruzo con algunos de los presentes; -Hola! esta es la campaña para registrar a sus criaturas mágicas & muggles, una criatura legal es una criatura feliz.- Sonrió. -Cualquier duda estaré aquí para responderlas.- Concluyo dejando unos cuantos volantes colgando por allí.

 

Bajo por las escaleras para ir hacia la cocina & tomar un refresco, luego seguir con su trabajo por los demás hogares...

[Ashura Lestrange]

Siguió esperando pacientemente a que el torpe elfo familiar regresara con la bebida que le había pedido hace mas de cinco minutos mientras al mismo tiempo comenzaba a zapatear un poco el piso para distraerse logró escuchar desde la sala como llamaban a la puerta principal de la mansión...

 

pensó mientras se ajustaba un poco la chaqueta que traía puesta, al parecer el ambiente comenzaba a amanerarse y empezaba a sofocarse un poco.

 

- Vengo a visitar a la señora Mia, si es que está en casa - Había sido lo poco que había alcanzado a escuchar. O se estaba volviendo loca o se estaba confundiendo con aquella voz que le resultaba familiar, trató de hacer memoria pero en esos momentos era súmamente imposible, su cerebro se negaba a trabajar irremediablemente. La pequeña criatura había dejado pasar al visitante hasta la sala en la que ella se encontraba esperando su bebida. Se puso de pie en cuanto había reconocido aquella figura femenina.

 

- ¿Valentina? ¿Qué haces aquí? - Masculló mientras dejaba escapar una sonrisa cálida hacia la visitante, dudando o no si corresponderla con un abrazo, después de todo, llevaba bastante tiempo sin verla.

 

@