๑۩♚۩๑ Mansión Black Lestrange ๑۩♚۩๑ (MM B: 78195)

[Maida Black Yaxley]

Maida dió dos pasos saltarines hacia el lado dónde Eobard había señalado la sala y continuó dando tumbos como si estuviera en una pradera y no sobre el fino suelo de la mansión. Quería estar bajo una cascada y olvidar lo que había estado a punto de soltarle. Contestar sus preguntas y continuar ese sinfín de nada entre ambos, solo por hecho de compartir un momento agradable. ¿Estaría en lo correcto? Por otro lado, ¿a quién le importaba ya? Lo que era seguro era que ella necesitaba ese desahogo y que secretamente, por eso estaba ahí en su casa.

 

— Creo que vine a despedirme —soltó derrepente, cuando estuvo frente a una ventana.

 

Tragó saliva, era, después de todo, la primera vez que lo decía en voz alta. El mago no sería la persona que la tomara del brazo y le dijera que estaba loca y que dejar Londres era un absurdo. Él se mantendría al margen, la escucharía al menos. O eso era lo que presumía ella. Quizá era por eso que sentía tanta confianza con él, a pesar de las constantes huidas de sus reuniones. Con él, fluía. Respiró fuertemente y lo encaró.

 

— En nuestro círculo —dijo mientras se tomaba el antebrazo dónde descansaba la Marca Tenebrosa—, todo va de perlas, y como Jefa de Oficina en el Ministerio, aparentemente no soy tan mala, —encogió los hombros— mis clases en la Universidad están viento en popa y tengo tanto que agradecer y que hacer, pero...

 

¿Cómo explicárselo sin sentirse ridícula e infantil? Puso ambas manos sobre la boca del estómago y el simple gesto casi la hace llorar. ¿Llorar ella? Desde Venecia no sentía ese nudo en la garganta. No se había dado cuenta que todo estaba tan mal. ¿Cómo había dejado que la desazón llegara a tanto? Miro a Eobard y supuso que era él o Aaron.

 

— ¿Es válido decir que me siento sola? —intentó, pero al sentir que su voz salía ronca, le sonrió con amplitud— Supongo que finalmente el vampiro no me atacó porque soy una de esas chicas dulces que uno jamás puede ver como su presa —se burló cambiando el tema—, ¿te sientes cómodo en lo que vas haciendo dentro del grupo o aún no has hecho demasiado?

 

Se acercó un poco a él y tomó la charola entre sus manos, movió la varita para sacar el corcho, esas habilidades masculinas ni si quiera las había intentado, así que, si tenía la magia, ¿por qué no hacer uso de ella? Sirvió dos copas y extendió una a su acompañante.

 

— Por una reunión sin escapes —brindó sonriéndole.

 

@@Eobard Thawne

[Sapphira Black Lestrange]

Su hija le contaba que estaba leyendo un libro y que era inevitable no perderse en la biblioteca que había en la mansión y al entendía, La vampira era igual cuando tenía un libro en la mano no se la veía

 

 

- Creo que ese hobbie por la lectura Lo heredaste de tu madre

 

 

Saori quería preparar galletas o un pastel pero tal vez podrían preparar ambas delicias ,así que las vampira toma la iniciativa y saca harina, chispas de chocolates porque las galletas debían tener chispas de chocolate.

 

 

- creo que podemos hacer ambas ,que les parece chicas pero las galletas deben tener chispas chocolate

 

@ @

[Eobard Thawne]

Empezaron por la sala, hecho que no le molestó al castaño en lo absoluto, pues era un buen lugar de esparcimiento. Le pareció un tanto curioso el proceder de la joven, una especie de pequeños trotes. Notó que su comportamiento era un tanto extraño, como si estuviera abstraída en sus propios pensamientos. ¿Y quién no lo estaba? Al ver que se acercaba a uno de los ventanales, supo que le pasaba algo.

 

-No puedo decir que no me sorprende. -comentó, metiendo una mano en el bolsillo. -No parece tu estilo. Aunque, una temporada fuera de Reino Unido puede ayudarte a despejar la mente.

 

La revelación lo había tomado con la guardia baja. Pero, no iba a impedir que realizará tal empresa. No era su forma de hacer las cosas, respetaban mucho la privacidad de otros. Tomó un pedazo de queso y lo consumió conforme la Yaxley iba contándole su pesar. Entendía a qué se refería, a su manera. Uno podía tener estabilidad en muchos ámbitos pero, el emocional, era quizá fundamental. Se tenía todo, y a la vez, nada.

 

-Es válido, a pesar de que si tomamos el plano literal, siempre estas acompañada de alguien. Me refiero a una persona a la que le importas.

 

Su fuerte no era precisamente el animar a las personas, no tenía el tacto. Quizá porque, cuando él se sentía mal, su mera motivación era que, sin importar el costo, debía resolver la situación. Miró a la castaña, cuyo cabello en ocasiones lo percibía rubio. Un efecto secundario del continuo desuso de sus lentes. No dudaba que Maida le importaba a demasiadas personas, incluyendo él mismo. Pero, no quería llevarse toda la luz del reflector.

 

-Y sí, creo que sí fueras una presa, en el momento de la verdad, tu dulzura haría que simplemente cualquier persona fuese incapaz de matarte. -admitió el Black Lestrange, esbozando una ligera sonrisa mientras se encogía de hombros. -¿Sabes? No he tenido muchas oportunidades de probarme a mí mismo. Vamos, soy un imán para los problemas, es extraño.

 

El rápido movimiento que realizó la joven sí que lo tomó por sorpresa. Sobre todo, por el hecho de que en la última ocasión que habían bebido, ella tuvo que abandonar el lugar. Aquel era el encuentro más fresco del que tenía memoria. Pero, le alegro que la situación no quedara en los mismos términos.

 

-Brindo por eso, señorita Yaxley.

 

Sostuvo en alto la copa que le había ofrecido, asintiendo mientras le miraba por encima de sus gafas. Permitiría que ella decidiera el siguiente rumbo que tomarían durante el tour.

 

@

Editado 5 de Noviembre del 2017 por Eobard Thawne

[Maida Black Yaxley]

Lo escuchaba, como siempre, con Eobard se setía a gusto. Eso era lo que había sido impactante desde la primera ocasión. En la que Maida huía de sus responsabilidades ministeriales. ¡Vaya bruja—ratón! Chocó su Copa con la del Black Lestrange, y dejó que el sonido le llenara la cabeza de pensamientos agradables, como esas campanillas orientales.

 

— ¿No te has probado a ti mismo? —enarcó las cejas casi sin darse cuenta— ¿Tú, tú eres vampiro?

 

Eso claro, explicaría su velocidad sobrenatural aunque no dejaba en claro porque a pesar de tener la misma edad de Maida, parecía mayor. Le estudió el rostro, se dio cuenta que jamás se había cuestionado nada de él. Se sonrió al darse cuenta que le había preguntado algo delicado sin tacto alguno. Y ella ni siquiera le había dicho sobre su propia naturaleza escondida.

 

— Perdóname, no fue mi intención ser tan después —intentó sonreír, pero su vergüenza pudo más y sólo atinó a acomodarse el pelo detrás de la oreja y coger unas cuantas uvas—. Descortés, quise decir. Si lo fueras, ni te tendría miedo. Tú mismo acabas de decir que no podrías atacarle llegado el momento.

 

No quiso centrarse en la palabra exacta que ambos habían usado. Eso sólo aumentaría su pena, así que terminó la fruta y volvió a llenar su Copa y bebió la mitad únicamente.

 

La mansión era grande, y con tanta historia que Maida no podía evitar preguntarse en qué parte de sus travesías, aparecía él. Tan distinto a Candela e incluso a Mía. Los únicos miembros de la familia que recordaba, su reacción ante su confesión lo dejaba aún en más alta estima. Sin duda su ingreso a la Marca Tenebrosa era un logro para todo el grupo.

 

— ¿Por qué pareces aumentar de edad con prontitud? —si, muy a su pesar, la curiosidad pudo más— Aún no lo siento muy notorio, pero si sigues así, pronto podría pasar por tu sobrina pequeña —bromeó—, me estoy pasando de curiosa, ¿No? Le voy a echar la culpa al vino.

 

Se encogió de hombros y volvió a vaciar la Copa.

 

— ¿Jardines?

@@Eobard Thawne

[Saori Rambaldi Ragnarok]

suspiro algo nerviosa al ver la cara de su tío la actitud de saori no era la indicada para nada pero como no salia de salio mucho de su cuarto y su vida se basada en trabajar y leer libros, por un instante se volteo para buscar ingredientes mientras la respuesta de su madre la dejo aun mas emocionada.

 

-Muy bien veamos que mas le podemos poner.- dijo dando una sonrisa escalofriante -Tío espero no te moleste pero mi estado sobre natural tengo mi dosis personal de sangre, ademas mi madre es vampiro y se que esto no le sabrá bien en su boca- dijo sin ningún conocimiento de la naturaleza de su tío. -Si quieres hacemos las tuyas aparte - Dijo mirando a su tío con un tierna sonrisa.

 

-Madre entonces ven ayúdame -Dijo llamando a su madre - Ahora venta también - Dijo jalando un poco a su tío - Le extrañaba no verlo mucho en la casa se pregunto por un momento de sus demás familiares donde podrían estar.

 

-Muy bien -dijo agachando un poco la mirada mostrando algo de tristeza y un poco de inseguridad pues sus recuerdos no son muy claros y nulos. -hay deberíamos echarle chocolate - Dijo mientras preparaba la masa y pidió a su tío que la ayuda a masar - Como la familia es grande, bueno tal vez no estén todos - dijo recogiendo su cabello y untando un poco de masa a su madre en la cara -Jajjaja Parecer una tortilla - concluyo.

 

@@Theodore Lestrange @

[Theodore Lestrange]

Paso algo de tiempo antes de que su sobrina sacara todos los ingredientes y empezara a realizar dichas galletas, era curioso como los jóvenes de la actualidad creían ser algo que a medida que iba pasando las cosas pudiese que no lo creyeran ser, era solo especulación o superstición.

 

– Probemos no? A ver qué tal quedan esas galletas con esos ingredientes a los que pretendes poner. Un poco de sarcasmo fue algo para inferir que no conocía de su condición, como así que no podía tener chistes o chanzas con Theodore, puede que llegara el momento de que este se molestara y tomara medidas sobre ello.

 

Seguía en su mundo por instantes, pero cuando ella le invito a masar para hacer las galletas, Theodore arqueo su ceja izquierda a modo de carencia de querer aceptar su invitación. – Querida denegare a realizar ello, no soy bueno para ese tipo de cosas, preferiría esperar.

 

@

[Eobard Thawne]

La pregunta de Maida lo tomó por sorpresa. Estaba bebiendo del contenido de la copa, cuando escuchó la palabra vampiro. Casi termina por escupir el vino.

 

¡Claro que no! negó con la cabeza, riendo con ganas. Okay, eso lo habría dicho un vampiro para ocultar su condición. Pero, no, no soy más que un frágil humano.

 

Extendió los brazos ante la castaña, como si invitara a alguien a atacarle mientras se encontraba desarmado. Y en parte, así era. Recordaba haber dejado la varita sobre la mesilla de noche de su habitación. Aunque, tal evento había sido varias noches atrás, por lo que lo más seguro es que se encontrase en otra zona de la residencia.

 

Personalmente, me hubiese gustado ser un demonio. Todo eso de las dualidad de personalidad... Bueno, con mis pensamientos tengo suficiente, en realidad.

 

Atribuyó los comentarios de la Yaxley, un tanto desorientados, al alcohol mismo. Con una sonrisa, mientras atacaba de nuevo la bebida, asintió a manera de aceptar la disculpa que ella le ofrecía. Incluso él, habiendo formado parte del círculo social de una familia de considerable estatus en Norteamérica, no era muy adepto a alcoholizarse tan a menudo. No negaba una buena copa, desde luego.

 

Una historia interesante la de mi aparente envejecimiento. comentó, jugando con sus propios dedos a manera de controlar el estrés. Maida sería la primera persona con quién habría tomado el toro por los cuernos, explicando su condición. ¿Sobrina? Depende a quién te refieras. No conoceré a todos mis hermanos pero, a sus hijos e hijas sí.

 

La siguiente parada, de cierta forma ya se la esperaba. Los jardines eran un punto bastante atractivo de los terrenos familiares. Tomó a la castaña del brazo derecho, usando su mano izquierda. Con su extremidad libre, sujetó la bandeja de los aperitivos, pues se habían convertido en parte fundamental de aquel evento. Se fundieron momentáneamente con la nada, para después aparecer de lo que parecía ser el lado este externo de la mansión.

 

Bueno, aquí estamos. Sólo, cuida tus espaldas, que Grand podría estar cerca.

 

Realizó la advertencia a la visitante acerca del hipogrifo, aunque realmente no se molestó en mencionar el tipo de criatura del que se trataba. Tenía la certeza de que Maida ya había lidiado con entes antes, y a efectos prácticos, Grand Marnier era bastante dócil si se le tenía paciencia. Aspiró la esencia que despedían los álamos a su alrededor.

 

@

[Rose Black Lestrange]

Después de tan largo viaje que la bruja se había tomado ya era momento de llegar a casa ,su dulce hogar, los tiempos festivos estaban próximos así que necesitaba fraternizar mas con la familia.

La entrada principal como siempre con uno de los elfos recibiendo a los miembros como fieles súbditos temerosos de su destino,aunque la joven no era fría con las criaturas solo aveces dependiendo su humor. Era así que dejando las valijas en el hall se daba de golpe con una fragancia agradable que provenía de cocina que la atraía delicadamente paso a paso hasta llegar a su destino dibujando una sonrisa de felicidad al ver a su prima con quien todo había empezado con el pie izquierdo la relación, a su diestra su linda tía Amelie en una expresión cómica por tener el rostro manchado y sin pensar de mas obra de su prima.

silenciosa acercándose a ellas pero en especial para sorprender a su prima por la espalda, antes pasando su mano por la masa lo mas rápido, logrando así ensuciar la cara de su prima,victima de su broma, mientras se alejaba ubicándose al lado de su tía y tio

 

-Ay primita pero si te queda tan lindo,ahora sabrás que el que ríe ultimo ríe mejor ,en especial yo que disfruto la diversión conseguida por mis trampas,apuestas todo lo que consiga a través de los demás claro mientras sacaba un pañuelo para pesar a Amelie

 

Toma tía que gusto volverla a ver ,espero que en mi ausencia no hayan surgido graves problemas y ¿como están todos? parece que llegue a buen momento para degustar por que realmente llego con un hambre,el viaje fue muy largo.

 

Girando sobre si misma con una sonrisa coqueta se disponia a observar mientras apoyaba una de sus manos sobre quien sabia que era su tio usted es mi tio no? un placer creo que no nos llegamos a presentar formalmente un placer

 

@ @ @@Theodore Lestrange

[Maida Black Yaxley]

— Si, me queda claro que no eres un vampiro —se burló mientras él le tentaba a atacarla, y la verdad es que si pensó lanzarle al menos un Aguamenti, pero eso de maltratar la mueblería ajena no era lo suyo, así que se limitó a reírse acompañándolo—. ¿Demonio? Creo que la gente no sabe lo que es la dualidad de las personalidades y por eso quizá la añora. Suena interesante.

 

Incluso para ella. Aunque no lo supiera realmente, porque jamás había confrontado esa parte prohibida de su ser, es más, durante dieciséis años no había sabido nada. Frunció el ceño, pensar en eso no le agradaba. La asustaba. Pensó en la cualidad extraña que había encontrado en Edward, su velocidad, el envejecimiento prematuro, ¿un frágil humano? No lo parecía. Palmeteó uno de los brazos calmando finalmente la risa. Lo miró a esos ojos grises que en algún momento le recordaron a dos Black que conocía.

 

— ¡Nada mejor que una historia interesante para un paseo por los jardines! —argumentó dejándose llevar por el "frágil humano", aunque una vez afuera de los ladrillos, no pudo con su genio y se sacó las ballerinas. No podía desperdiciar la belleza de sentir el césped bajo sus pies— Lo siento, eso de lucir como dama tanto tiempo seguido no es lo mío, menos con la nieve, la arena o el césped.

 

Jugó con sus dedos enredando algunas hojitas del pasto entre ellos, y sintiéndose complacida por la ligera humedad en ellos.

 

— Si Grand es un cancerbero de tres cabezas, ya tengo experiencias, y en el peor de los casos, tengo la habilidad de hacerme muy pequeña —comentó, aunque en el fondo tampoco quisiera descubrir que era realmente el tal "Grand"—, verás, no tengo demasiado centímetros para encoger. Pero no te desvíes del tema, esa es manía mía. Si no te molesta, me gustaría que compartas tu vida conmigo...la historia interesante, quiero decir.

 

Eso de los fallos verbales se le estaba haciendo costumbre en aquella conversación, pero al menos esta vez, no se había ruborizado.

 

— Y si no me la cuentas, tendré que atacar al "frágil humano" —sentenció fingiendo un tono duro.

 

@@Eobard Thawne

[Eobard Thawne]

Ver a la castaña sacarse su calzado y dejar que el fresco césped le transmitiera dicha frescura no lo inmutó. Habría hecho lo mismo, de no ser por el pequeño hecho de que comenzaba a resfriarse. Finalmente, agregar una causa más para justificar su pequeño aislamiento no era cosa del otro mundo.

 

Podré no ser un vampiro, pero sigo siendo portador de una varita. bromeó, comiéndose otra uva al momento. En realidad, estaba consciente de que la Yaxley era mucho más versada en las artes mágicas que él. Y, Grand Marnier es un grifo. No se ven muchos en el país últimamente, creo que hace años que el Departamento de Criaturas no certifica uno.

 

Sacudió la cabeza, como intentando revolver sus pensamientos. ¿Qué le sucedía? La mascota familiar era un grifo, no un hipogrifo. Una vez más, algo causaba estragos en su mente, los suficiente para hacerle confundir cosas. No sería la primera vez. No obstante, eso sería una historia que reservaría para después. En aquel momento, a Maida le interesaba saber el porqué de su aparente envejecimiento.

 

Bueno, ¿por dónde comienzo? rascó su barbilla con suavidad, dando la impresión de meditar a la perfección sus propias palabras. ¡Ah, sí! El frágil humano. Todo comenzó hace...¿unos meses? Un pequeño incidente en un pub, que me obligó a hacer uso de la magia oscura.

 

Cerró los ojos durante unos instantes. No para recordar el acontecimiento, pues lo tenía muy en mente, sino por la posible reacción de su interlocutora. Lo más seguro, es que se lo hubiese reprochado, aunque, a decir verdad, no había comprometido la integridad del bando. En ese entonces, apenas y había sido considerado como aspirante.

 

Desde entonces, se me he dado la facilidad de usarla, como la hubiese aprendido antes. Pero, a la vez, siento que... me está drenando. No sé si me doy a entender. Es algo extraño.

 

Frotó sus manos, como si intentara darles calor, mientras contemplaba a su compañera de bando a través de sus ojos grises, los cuales se percibían menos severos vistos desde el otro lado de sus lentes.

 

@