Jump to content

๑۩♚۩๑ Mansión Black Lestrange ๑۩♚۩๑ (MM B: 78195)


Mia.
 Compartir

Publicaciones recomendadas

En momentos era algo irritante para Theodore la forma de ser de su sobrina, pero era alguien paciente y mucho menos era de culparle por algo así, solo era pasajero y así debería estar, si pudo ver como al no estar atento a sus acotaciones pudo haberse molestado un poco por ello, en momentos la mente de Theodore le invadían pensamientos, pensamientos de los cuales desearía liberarse de algunos de ellos en algún momento de esa eternidad.

 

– Esta bien. Respondió. – Unas cuantas galletas no sería nada mal en ese momento. Aquel ese alimento mundano no le ayudare más que de poder degustar el mismo sabor a tierra como el de todos los alimentos a veces era interesante fingir el saborear algo “delicioso”.

 

– No te confundas en este momento estoy de buen humor… Hizo una pequeña pausa tomando un sorbo de su taza. – El tema de confianza conmigo es fácil, no se gana esta me debe nacer para poder yo poder, hablar más? Con confianza o sin ella soy igual, amigos o enemigos soy igual, desconocido o no es imperativo todo es igual, no hay denuedo para cambiar para nada.

 

@

lETgkPj.gif


gPR9P8Z.gif | 2kmEJAV.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Menos mal que lo que le debía al Black Lestrange eran visitas y conversaciones y no galeones, caso contrario, su bóveda en Gringotts se vería seriamente comprometida. Caminaba alegremente cerca a la verja que protegía los terrenos de los oscuros magos que ahí habitaban, no había enviado ni una lechuza de advertencia ni nada, sin embargo, dada la ausencia en la Fortaleza Oscura, albergaba la esperanza de encontrarlo en casa, como casi todos en esos días. Apenas y había hallado fuerzas para salir de su propia reclusión en la Manor, y ante la perspectiva de encontrarse nuevamente con personas indeseables, visitar un viejo conocido sorteaba su cabeza.

 

Nada demasiado complicado en el vestir, un vestido a la altura de la rodilla con algunos estampados florales y de falda amplia, unas ballerinas a tono con los pétalos del diseño y una chaqueta sencilla de jean, todo como siempre, aconsejado por su guró personal, su adorada tía. Ya le había reprochado varias veces aquella manía de salir descalza de la habitación, de la casa, del pueblo, del país. Se rió antes de atreverse al camino de piedras que conducían a la puerta principal.

 

Tocó unos instantes y prontamente fue recibida por un elfo doméstico que la investigó de manera poco cortés.

 

— Busco a... — ¡bloqueo mental!— , ¿el hijo de Mía? ¿Eobard? ¿Aldrich? Si, él...eh, soy Maida Yaxley —se disculpó con el tono de voz mientras admiraba la opulencia del recibidor.

 

Jugó a caminar en círculos luego que el elfo doméstico desapareciera y ella terminara de trenzar su cabellera a un lado. Movía la varita entre los dedos.

 

@@Eobard Thawne

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Se quedó en el descansillo de las escaleras, sosteniéndose del pasamanos. Había escuchado voces bastante estridentes venir de algún lado de la planta baja de la mansión y dudó si seguir su camino, no tenía muchas ganas de encontrarse con ninguno, realmente. Durante su estancia en ese lugar, tuvo éxito en ocultarse de las miradas tan curiosas de sus habitantes, pues parecía que todos querían saber todo y esa especie de misterio, que a la gitana tanto le gustaba conservar, estaba en peligro.

 

Bajó un escalón más cuando le pareció escuchar el origen de todo ese bullicio, y ya cuando hubo llegado por fin a la planta baja, se desvió un poco de su ruta inicial que era la cocina; primero iría en busca de un relicario que había dejado oculto en una maceta en el vestíbulo. Era un objeto bastante antiguo que había encontrado en las pertenencias del antiguo dueño de la habitación que ella usurpaba, suponía que nadie lo había encontrado aún y, si lo habían hecho, supondrían que la única que podría encontrarle algún tipo de valor era la demente bruja llena de harapos que vivía con ellos.

 

Candela se inclinó para rebuscar en la tierra hasta encontrar lo que buscaba, algo que guardó en el bolsillo de su vestido apenas lo hubo hallado. No se percató del elfo que pasaba por su lado y sólo lo hizo cuando trajo a una muchacha consigo. ¡Terrible descuido! Aunque no sería demasiado raro ver a alguien escondiendo cosas, ¿verdad? Bueno, es que la Triviani creía que todos tenían algo para ocultar y seguramente la joven que había ingresado no sería la excepción.

 

― Se te ha olvidado cerrar la puerta. ―observó cuando el elfo se dio media vuelta en busca de un nombre tan extraño como lo era aquella escena. La recordaba, debía ser la tercera vez que se la topaba.― Oh, descuida, soy una persona tan acomedida que la cerraré yo. ―pasó por su lado, a paso silencioso, y la cerró.

 

Se tomó la libertad de examinarla descaradamente, no tenía reparo alguno en la integridad de la chica. ¿Cuál era su nombre, otra vez? Sintió curiosidad, mas se contuvo de iniciar una charla innecesaria.

 

― ¡Sunev! ―llamó al anciano elfo y éste apareció a un par de metros de la bruja, con el odio reflejado en sus ojos llenos de arrugas― Oh, genial. Una maravilla que hayas venido tan rápido, lleva esto a mi habitación. ―le entregó el relicario que acababa de sacar de la maceta― Y espero que tengas mucho cuidado en ponerla a buen resguardo. ―su voz tenía tintes de amenaza.

 

Hacía mucho tiempo que el elfo había dejado de protestar por las órdenes de la Triviani, estaba algo así como regicnado.

 

― Sí, señora. ―la criatura dirigió una mirada cansina a la figura de la bruja y echó un vistazo a sus pies desnudos, antes de esfumarse.

 

Candela giró apenas la cabeza para observar por encima del hombro, una última vez, a la recién llegada, una vez que Sunev desapareció, y se marchó hacia la biblioteca. Allí tenía más por explorar.

 

 

 

 

 

**********

 

Toca destruir la biblio (?) :rolleyes:

Editado por Candela Triviani

d9apmla-81cee8e5-ae8e-4972-ae18-a8b27455ry0MviC.gifCazador-TT.gif

y3QqRim.png

~ Mosquito ~          Ianello 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Dada su última experiencia conociendo a los miembros de su propia familia, el castaño se había recluido en su habitación durante algunos días. Los suficientes como para adquirir un aspecto un tanto descuidado. Seguía usando el cabello largo y un poco descuidado que había exhibido durante su ceremonia de iniciación a la Marca Tenebrosa. No obstante, no se había pasado seguido por el bastión mortífago.

 

No me sorprendería si enviaran a alguien a buscarme, pensó, pasando la toalla húmeda por su frente. Terminó de abotonar la camisa azul cielo, que despedía chispas del mismo tono al movimiento, y juzgó su atuendo. El pantalón de vestir oscuro y los mocasines grises le hacían parecer más joven de lo que en realidad era. Pero no tuvo mucho tiempo de cambiar de vestimenta.

 

-Horace, vaya sorpresa. ¿Qué haces aquí?

 

Miro a su elfo doméstico a través del espejo de su baño, mientras esté anunciaba que alguien le buscaba en el vestíbulo. ¿De quién se trataba? Recibió su respuesta casi a la brevedad, escuchando un nombre del que no había tenido noticias desde hacía semanas. ¿O meses? Su percepción del tiempo estaba fallando.

 

Agradeció a la criatura, desvaneciéndose tras un pequeño remolino de arena. Más de uno habría considerado innecesario usar la Aparición, considerando que su habitación se situaba en el primer piso, pero él lo veía como una forma graciosa de hacer acto de presencia en la planta baja.

 

-Debo admitir, pensé que se trataba de una broma. -saludó a la visitante, intentando fingir despecho. Considerando que siempre salía huyendo, debía tomar sus precauciones. -Descuida, no habrá reproche. Bienvenida a la mansión Black Lestrange, me da gusto que hayas venido.

 

Terminó de bajar los pocos peldaños de la escalera desde el escalón en el que se había materializado. Le dedicó una amplia sonrisa a la Yaxley, en verdad le agradaba verla. Era la primer visita que recibía en la casona, por lo que podría contar como una ¿ocasión especial? Notó que otra joven había estado en el recinto segundos antes, pues había atisbado una silueta desapareciendo con dirección a la biblioteca. Probablemente otro familiar suyo. Quizá no, no conocía a todos sus parientes.

 

-Soy un pésimo anfitrión. ¿Puedo ofrecerte algo de comer, o de beber?

 

 

@

Arania.gif
ObiFirma.png
Gringotts.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La voz masculina la sacó del conteo mental de pasos al que se había sometido desde la extraña aparición de Candela en la estancia. La recordaba de su primera vez pisando el Castillo Triviani, y resultaba más que curioso topársela justo ahora que hacía la primera visita a los Black Lestrange. ¿Sería una especie de omnipresencia en el pueblo de Ottery? Tenía que volver a revisar los árboles de las familias. Carraspeó para volver a tomar valor y afrontar la sorna con la que Eobard se dirigía a ella. Con todo el derecho, había quedado en su retina como una escurridiza bruja, sin duda alguna.

 

— Gracias, te ofrecería una disculpa, pero debes ya tener una colección entera de mi parte —dijo sonriente mientras se doblaba en una graciosa reverencia—, ¿algo de beber? Uy si, una copa de vino blanco se me antojaría un poco.

 

Se sonrojó. Quizá porque se sorprendió un poco a sí misma con el pedido. Ella no era habitual en el arte de beber, y si lo hacía, era para sacarse los nervios de encima. Y apenas ahora descubría su nivel de ansiedad. Paseó un poco más por el recibidor dándole la espalda y sonrió cuando giró a verlo.

 

¿Algo de queso? —comentó adicional al pedido— Sospecho que si bebo algo sin tener algo que morder, la voy a pasar mal. ¿Cóm has estadoo?

 

@@Eobard Thawne

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-Creo que estamos predestinados a repetir el acto de la huida y el perdón cada cierto tiempo, para no perder la costumbre.

 

Black Lestrange asintió con la cabeza, dejando escapar una breve risa por lo bajo. Se colocó los lentes, que guardaba en el bolsillo izquierdo del pantalón, y enfocó un poco para observar el atuendo de su visita. El diseño del vestido de la Yaxley le había llamado la atención, pues las flores no eran precisamente del agrado de todos. No obstante, parecía sentarle bien.

 

-¿Vino blanco? - rascó su barbilla con suavidad, donde una ligera barba se arremolinaba. -Creo que no es el predilecto de mi madre, pero debe haber alguna reserva en la cocina. Esto...¿Horace? Necesitaremos dos copas, y una botella de blanco, por favor.

 

Sabía que la sola instrucción era suficiente para que el elfo atendiera a la tarea sin necesidad de aparecerse en el recinto. El ente y él se llevaban a la perfección, cosa que no siempre sucedía entre los magos y dichas criaturas. Tras escuchar el comentario referente a la elección de bocadillo, no pudo evitar imaginar a la joven bajo los efectos del alcohol. Aunque, confiaba que era capaz de mantener la compostura.

 

-Buena elección. Quizá un racimo de uvas, se complementan bastante bien. - aclaró su garganta antes de responder a la pregunta de Maida, como pensando cuidadosamente qué decir. -Un poco hecho pedazos, supongo. No me he mantenido en buen estado, como podrás contemplar.

 

Extendió sus brazos, como intentando ejemplificar sus palabras. Sabía que una parte se debía al descuido de su persona, pero otra, aún más curiosa, no tenía mucho qué ver. Estaba envejeciendo físicamente, a un ritmo que consideraba acelerado.

 

-¿Qué hay de ti? Ha pasado tiempo desde la última vez que tuve noticias tuyas.

 

@

Arania.gif
ObiFirma.png
Gringotts.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El gato y el ratón, o los dos ratones. ¿Cómo definirlo? Después de todo, ni los escapes, ni las huidas formaban parte de ningún protocolo predispuesto entre ambos. Resopló al recordar la última vez que tuvo que dejarlo solo en la mascarada de los Ivashkov. El impulso que había tenido de mostrarle su habitación y el siniestro personaje —si, ahora le recordaba así—, que había ocasionado su abrupta salida del castillo. Giró a verlo una vez más, y decidió enfocarse en el vino, las uvas, ¡El queso!

 

Supuso que cuando se refería a Horace, se trataba de alguna criatura que al menos de momento, no podía ver.

 

¿Uvas? Llevo siglos sin probarlas —comentó sin darle importancia hasta que él mencionó eso de estar bastante desmejorado.

 

Se preguntó si Eobard tendría alguna sospecha acerca de lo que había sucedido aquella noche en el Centinela. Y no recordaba con claridad si él había sido víctima de algún ataque por parte de su primo, o de alguno de los integrantesde aquella extraña velada. Lo observó con detenimiento, como si aquello pudiera hacerle recobrar la memoria. No había sido ella misma aquella noche, algo más de lo que disculparse, aunque él no tuviera la menor idea. A lo mejor era más gato que ratón, porque lo que sí recordaba era la sed de sangre que tenía esa noche. Las ganas de ver hasta dónde eran capaz de llegar las ganas de los muchachos por pertenecer al bando.

 

Afortunadamente, se vio interrumpida por un elfo doméstico. Bastante menos agraciado que su propio servicio, con una botella, dos copas, fruta y queso. Una amplia selección, que de pronto, sintió ajena. Tuvo que volver a pensar en el Centinela.

 

No creo que estés tan mal como dices, sigues siendo el mismo chico guapo que conocí en la tienda ¿o fue en una cafetería? —se confundió sola y tuvo que pasarse los dedos por el cabello, a ver si así se ordenaban las memorias— Recuerdo que fuimos a un parque luego de eso y entendí que jamás debía retarte en una carrera, yo que a duras penas camino.

 

Carraspeó un poco, y le sonrió.

 

— Es una de las casas que más tenía ganas de visitar en el pueblo, pero nunca tuve motivo real para hacerlo —comentó señalando el vestíbulo o bueno, una parte de él.

 

 

@@Eobard Thawne

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-Siglos, eso es bastante tiempo. - se pasó una mano por el cabello, pensando si hablaba literalmente, o era una mera expresión relativa a que tenía bastante sin consumir dicha fruta esférica.

 

Él tenía un problema con el tiempo, aquella maniquinacón de la naturaleza que le daba cierto sentido a lo que las personas hacían. Para los muggles, era de vital importancia. Los magos, por otra parte, llegaban a tomárselo menos en serio. Sonrió al recordar cada ocasión en que había llegado tarde, aunque fuera por apenas segundos. Consideraba la puntualidad un aspecto relevante en una persona. Un legado de la familia Thawne, que finalmente no había resultado ser su lugar de pertenencia del todo.

 

-Te lo agradezco, Horace. Me encargaré de aquí en adelante, así que puedes retirarte.

 

Asintió levemente ante el ente, que después se alejó a grandes zancadas, haciendo relucir la toga azul que portaba desde que lo conocía. Sostuvo la bandeja con una mano durante unos segundos, pues bastó que chasqueara los dedos para que ésta levitara sin necesidad de tener que asirla. No era un prodigio de los encantamientos, pero siempre encontraba la forma de simplificar situaciones así. Tomó una uva y la mordió con suavidad mientras escuchaba a Maida.

 

-¿Guapo? Probablemente una palabra que no me describe bien. -rió, negando con la cabeza, ante la recapitulación de los últimos encuentros entre la Yaxley y él. -Era una cafetería, me parece. Lo del parque, lo recuerdo, porque pensé que te había asustado. Y en cierto museo, supuse que te habías aburrido de las exposiciones.

 

Sacudió la cabeza, intentando acomodar el quebradizo cabello.

 

-Bueno, en ese caso, sabes que eres bienvenida aquí. Tampoco puedo decir que conozco todos los rincones pero, ¿te gustaría un pequeño tour? Digo, para la suerte de todos, no hemos tenido situaciones de alto riesgo. Sólo un caso de colgados en el marco de la puerta por la que acabas de cruzar, nada fuera del otro mundo.

 

Esbozó una amplia sonrisa. Todo aquel asunto en el que se había visto implicado, le parecía un tanto extraño, dejando de lado el hecho de lo divertido que había sido despertar de esa forma. Sus recuerdos de la noche previa, no eran muy claros. De hecho, parecía que cada vez que intentaba acceder a ellos, o estaba cerca de, experimentaba lagunas mentales. Quizá su inconsciente no quería recordarlo. ¿O era obra de algo más? Se lo podría atribuir al alcohol, pero no estaba tan seguro.

 

@

Arania.gif
ObiFirma.png
Gringotts.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

— No, siglos no es bastante tiempo, no cuando se pueden volver a foja cero cada vez que se quiere —estipuló retomando el tema del tiempo.

 

No lo decía en vano, aunque no quisiera ahondar más en el tema. Sobretodo porque era poco lo que ella misma sabía acerca del tiempo y de su propia existencia. Apenas rozaba la veintena de años, sin embargo, su alma no era tan joven, eso lo descubrió con dieciséis años y siendo incapaz de tolerar la cantidad de información que Agares intentaba manipular para ella. Se tuvo que empinar un poco para coger un poco de queso de la bandeja, Eobard había puesto la charola a la altura de alguien como él, y de nuevo, pensó que sería mejor el ratón en esa extraña ecuación. Hizo un mohín con la boca antes de morder el queso. Si, definitivamente un ratón.

 

Un ratón que casi se atraganta cuando le escuchó decir la palabra "guapo". ¿Realmente había dicho eso delante de él? En ese preciso instante hasta pensar en no ruborizarse la sonrojaba. ¡Merlín! Las cosas que se le escapaban cuando estaba tratando de parecer sociable. Terminó de masticar el queso como pudo y carraspeó para despejar el color de sus mejillas.

 

— Las exposiciones de arte no me aburren —intentó—, aunque tuve un par de conversaciones raras en un museo. ¡Alguna vez conocí a un vampiro que era protagonista de uno de los cuadros! —intentó no reírse al recordar el vano intento de Emiliano para asustarla en cuanto le contó que la fiesta roja se debía a uno de sus ataques de ira— Si fuera porque el señor tenía cierto gusto por las rubias, creo que esa conversación pudo terminar en mal puerto.

 

Se apoyó en una de las barandas de la escalinata que imponía presencia en el lugar y escuchó con atención, para comenzar, su invitación, luego el tema de quedarse colgados en las puertas. Si, sin duda hablaba del tema del Centinela. ¿Eobard la creería capaz de algo así? Finalmente la idea de dejarlos botados fue de Aaron, no suya.

 

— Creo que un tour estaría bien, espero que la familia no se sienta invadida. Soy una Yaxley inofensiva, lo prometo —y alzó la mano derecha para probarlo.

 

@@Eobard Thawne

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-Una cosa extraña, el tiempo. Sanador y verdugo al mismo tiempo, aunque, no debemos preocuparnos por eso en mucho tiempo.

 

El 2017 había sido, por mucho, el gran año de cambios en su vida. Desde descubrir que su verdadera familia era la Black Lestrange, hasta finalmente unirse a la causa mortífaga, su vida había dado un vuelco curioso en tan poco tiempo. No se imaginaba nada de eso cuando, hacía ocho años, se encontraba a sí mismo colándose a Reino Unido a través de medios de transporte muggle para no llamar la atención.

 

-¡Maldición! Una disculpa por eso. También por mi exceso de estatura. -hizo una mueca, haciendo que la bandeja descendiera los suficientes centímetros como para que la joven no tuviese que apoyarse sobre la punta de los pies.

 

Cedió ante su pobre intento de ocultar la risa que emanó al contemplar la reacción de la rubia. Había dado en el clavo con su comentario y, por lo que entendía, su visita había hablado un poco de más, cosa curiosa. Normalmente, a uno se le iban las palabras ya entrado en copas, resultando irónico el hecho de que la botella permanecía cerrada.

 

-Lo dije entonces, no es mi lugar predilecto, pero tampoco está mal. Pero, vampiros, ¿en serio? Con tu habilidad, dudo mucho que la suerte haya estado en tu contra. Eso déjamelo a mí, considerando que mi mejor amigo es un vampiro, la mitad del tiempo quiere matarme.

 

Pensó durante unos segundos en dicha persona. Una de las razones por las que había huido de Norteamérica. Debido a su longevidad, cambiaba de nombre cada cierto tiempo. Malcolm Merlyn, James Reagan, William Clayton. El rubio, líder del aquelarre vampiro de Nueva Orleans en 2009. Estaban en paz, pero ambos tenían deudas que saldar. Sonrió ampliamente cuando Maida aceptó su invitación para recorrer su hogar.

 

-No creo que les moleste, la mayoría se limita a sus asuntos, a veces, incluyéndome. -se encogió de hombros, pensando en acontecimientos recientes. -En ese caso, si quisieras seguirme...comenzaremos aquí, la planta baja. -señaló a su alrededor, donde podían visitar la sala, el comedor y la cocina. Aunque eran lugares comunes en la mayoría de las casas de los magos, más aún, de los Sagrados Veintiocho, nunca estaba de más dar un breve vistazo.

 

@

Arania.gif
ObiFirma.png
Gringotts.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.