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๑۩♚۩๑ Mansión Black Lestrange ๑۩♚۩๑ (MM B: 78195)


Mia.
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Se sentía cómoda con él, aún en esos momentos en que ambos intentaban pensar qué decir o hacer, el silencio entre ambos no era en absoluto incómodo, nadie tenía la necesidad de llenarlo con palabras vacías de sentido.

Él sonreía y eso la reconfortaba, notando cómo las dudas se marchaban para dar lugar a algo más. ¿Confianza? Podría ser. Sonrió también al saber que le interesaba saber más sobre ella y que le daba la libertad de preguntar.  Cerró los ojos también cuando él le acarició el rostro, abriéndolos solo para tomar con suavidad su mano y darle un beso. 

Fingió pensar unos segundos tras su invitación, aunque realmente no tenía nada que hacer y lejos estaba de querer marcharse de su lado. 

-    Bueno, acepto… pero no intentes intoxicarme con la comida -bromeó -¿Por qué no lo has hecho antes para nadie? -quiso saber, hablando en un tono un poco más serio. Había tanto que quería saber sobre él que no sabía realmente por dónde comenzar. 

Escuchó que la puerta de entrada se abría y unos pasos distantes que luego parecieron subir una escalera.  -¿Habías dicho que estabas solo? ¿Estará bien que me quede? -indagó, sin saber de quién podría tratarse. 

@ Illidan Black Lestrange
 

Editado por Mica Gryffindor

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Mantuvieron un silencio prolongado, que nacían de sus últimas palabras, y alternadas de caricias y miradas. Quería abandonar la comodidad del regazo de la gryffindor, tomarla por la nuca y besarla hasta que saliera el sol, al menos en su mente divagaba sobre eso, cuando ella tomó su mano y besó la misma. La ternura de aquel gesto le hizo sentir un sin fina de cosas que no podría describir ni con un diccionario en la mano.

Escuchó la aceptación de la castaña, pero venía de la mano de un interrogante. No tenía que pensarlo, tal vez en el pasado no era algo que quisiese hacer por nadie. Aquellos gestos, creía, que eran significativos en una pareja. Refugiado tantos años entre los muggles, tal vez le habían inculcado eso. - Pues nunca me nació, y mis relaciones la verdad no han sido ni duraderas, ni tampoco numerosas... - La sinceridad fluía a un ritmo, que ni siquiera debía esforzarse, se encontraba en un punto donde podría decir delante de ella lo que fuera. - Pero a ti si me dan ganas de cocinarte, y soy muy bueno... - Diría sin dejar de mostrar aquella pícara sonrisa, típica del rubio.

Al mismo tiempo que ella, llevaría la mirada hacia la dirección, de donde estaba la puerta, luego unos pasos recorrerían la escalera. Parecía que poco a poco el castillo se iba poblando, no le sorprendía, donde él iba la gente llegaba a raudal.  - Yo pensaba lo mismo... - Se podría de pie abandonando su comida. - Ven... - adelantaría su mano para incorporar a la Gryfindor. Una vez estuvo frente a él la tomaría por la cintura y la besaría, con una euforia, equivalente a los minutos que había estado en ese sofá, alejado de sus labios, pero cerca de sus caricias.

Separaría sus labios de los de ella apenas un instante para preguntar. - ¿Qué quieres cenar? - Sin dejarla responder volvería a besarla, ahora dejando una sola mano en su cintura, levantando la diestra hacia su nuca, para entrelazar sus dedos con los rizos de la castaña. No quería soltarla, quería detener allí el tiempo, con la luna de único testigo, al menos hasta hacia unos infantes. 

 

@ Mica Gryffindor

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Lo escuchó, un poco sorprendida por la sinceridad en sus palabras y lo miró con una sonrisa, él empezaba a despertar sentimientos en ella que no creía poder sentir por alguien ya, y el hecho de que al menos en aquellos gestos él también la tratase en forma especial la hacía creer aún más en esos sentimientos. 

- Si eres bueno o no deja que yo lo determine... - bromeó despeinando suavemente el rubio cabello del joven. Aparentemente a él lo sorprendió de igual manera el sonido de pasos al otro lado de los muros. 

Tomó su mano sin pensarlo en el momento en que él la invitó a ponerse de pie y se entregó a ese beso eufórico que sus labios le regalaban. Las manos en su cintura, la cercanía a su cuerpo, todo hacía que ese momento fuera completamente perfecto. Solo abrió los ojos ese leve instante en que él se apartó para preguntarle qué quería comer "A tí" hubiese respondido en ese instante, pero él no le dio tregua. 

Cruzó sus brazos tras el cuello de él, sintiendo aquella mano que se perdía en su cabello. Sonrió levemente haciendo un gran esfuerzo por apartarse de sus labios. -¿Hace esto para evitar mostrarme sus dotes culinarios? -bromeó, buscando su mirada, divertida. Ya tendrían tiempo para fundirse en uno y mil besos, toda la noche o la vida si así lo decidían. 

-Anda, prepárame alguna de tus especialidades, yo te ayudo -agregó, aunque sin poder resistirse a besarlo nuevamente con mucha intensidad -me vuelves loca... ¿sabes? -no le gustaba admitir algo así, pero no podía evitarlo, era demasiado lo que sentía por él y le resultaba incontrolable.

@ Illidan Black Lestrange

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Se sintió en el cielo, apenas tenía control de su cuerpo, los brazos de ella lo apresaron, rodeándolo por su cuello, él seguía explorando los labios de la Gryffindor, intentando crear un mapa mental completo de ellos. El problema era que sentía la necesidad de no parar. Su delicado tacto, su aroma, la textura de sus labios, incluso la suavidad de aquellos rizos. Generaban un patrón de sensaciones que comenzaban a hacerse adictivos para él. 

Sus labios siguieron en contacto incluso cuando ella sonríe, con dificultad pudo abandonar ese último contacto. - Lo hago porque no puedo desprenderme de ti... - Diría contestando a la dama. - Tienes que enseñarme, a recuperar la compostura cuando estamos besándonos... - Agregaba ahora para apenas abandonar el contacto. Tras la orden de la dama, y ofrecer su ayuda, no tuvo más remedio que emprender la marcha. Tomándola por la mano, y consiente ahora de que ella le ayudaría, se dispuso a cruzar la sala. 

Apenas cruzando el arco que dividía el comedor con el salón, la joven volvería a hablar. Aquellas palabras lo obligaron a detener la marcha. - ¿Qué tan loca? - Preguntaría, con una iluminaba sonrisa plasmada en su rostro. Sin poder disimular, sin tener control sobre sí mismo, sintiendo aquel hormigueo en el estómago. - Si vamos a seguir con esto de la línea de sinceridad... - Depositaria un corto beso más sobre sus labios, y continuaría la marcha. - Tú me tienes loco a mí... - Se aferraría a su mano, entrelazando sus dedos con los de ella. 

El comedor quedó atrás, apenas pocos metros después. Un arco más, los llevaría a un amplio ambiente, demasiado grande para su gusto. Las mesadas rodeaban todas las paredes del cuarto, de unos diez metros por lado. Una nevera de doble puerta, y una mesada central. Bastante bien equipada y pulcra, moderna para la comunidad mágica tal vez. - Aún no me dices tu plato preferido... - Diría plantándose frente al refrigerar abriéndolo. 

@ Mica Gryffindor

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-¿Compostura? Pero si ya me hiciste perderla por completo... -murmuró cerca de sus labios antes de que él se resigne y, tomando su mano, la guie a través de la sala, en un primer momento hacia el salón. Su confesión lo hizo detener el paso. La sonrisa de los labios del rubio se contagió fácilmente al de la Gryffindor, correspondió a su corto beso, sin poder evitar ruborizarse por su respuesta.

Sintió que su mano se volvía a aferrar a la de ella con más firmeza, entrecruzando los dedos en un gesto cariñoso, antes de continuar avanzando por el comedor para llegar a una amplia cocina. Se detuvo un momento a recorrer el ambiente con la mirada, pocas veces había estado en una cocina que no fuese la de su mansión, no era un sitio al que se soliese llevar a los invitados pues por lo general solo los elfos se encargaban de la preparación de alimentos. 

-No sabría, ¿cuál es tu mejor platillo? - preguntó antes de acercarse a abrazarlo por detrás del cuello y besar suavemente la punta de su nariz -Quiero que me sorprendas -agregó separándose y yendo a tomar asiento sobre la mesada central, a la espera de observar las habilidades del Black Lestrange. 

Lo cierto era que estando a su lado le costaba mucho pensar en cosas tan triviales como qué comer y no tenía pretensiones al respecto, aunque sí le resultaba muy atractivo el hecho de verlo cocinar para ella. 

-Solo me dices en qué necesitas ayuda y lo haré con gusto... -afirmó, recordando que se había ofrecido como "ayudante".

@ Illidan Black Lestrange

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El trayecto de la sala hacia la cocina fue eterno, aquellos dos lo retrasaban todo, con tal de besarse o compartir cualquier tipo de tacto. Illidan duda en ser capaz de cocinar teniéndola cerca, pues la comida era lo que menos le preocupaba. Ahora reafirmaba que ninguno de los dos tenía compostura alguna. Aquella noche de seguro sería eterna y memorable para ambos. 

- No esperes nada complejo... - Diría revisando en el refrigerador a la vez que sacaba los ingredientes dejándolos sobre la mesada entre el refrigerador y los quemadores. Se giró un momento al sentir el tacto de ella, lo rodeaba de nuevo con los brazos por el cuello, otra cosa que amaba de ella, aparte de verla morderse el labio. Sintió su sutil beso en la punta de su nariz, se sintió un adolescente por momentos. Esta grande lo que sentía por ella, que tenerla no le bastaría. 

La vio partir hacia la mesada central, no puedo evitar estudiar su contorneo al caminar, antes de que ella se sentara sobre la mesada él quitaría su vista de ella, volviendo al refrigerador. Poco a poco fue posando los últimos ingredientes sobre la mesada opuesta a la de mica, la cual tenía el fregadero. Antes de cerrar el Refrigerador tomaría dos botellas pequeñas de cerveza, con un hábil roce con la mesada, como si ambas fueran a ser lanzadas al suelo, las abriría a la vez, una con cada mano. Rozando así la pequeña chapa, con el roce de la mesada.

Caminaría hacia la posición de la joven y se pegaría a ella, ocupando ese lugar entre pierna y pierna que sobresalía de la mesada. La besaría de nuevo dejando apenas un espacio entre el pecho de ambos para entregarle la botella. - Voy a hacer un salteado de pollo con verduras... - Diría para darle el primer sorbo a su botella. Y aprovechando su mano libre para posarla en la cintura de la joven, atrayéndola más hacia él. 

@ Mica Gryffindor

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Lo miró tranquilamente, posicionándose en su improvisado asiento, sin poder quitarle los ojos de encima mientras parecía pensar en qué hacer para la cena. Lo vio mover las manos dentro del refrigerador y tomar algunos productos, depositándolo en la mesada ubicada frente a ella. Por último, lo vio tomar dos botellitas de cerveza que abriría con destreza al golpear las tapas con la mesada. 

Tendió su mano para tomar la botella, pero él ignoró el gesto y se acercó para ubicarse frente a ella, en el espacio entre sus piernas. Sus labios la atrajeron nuevamente, con esa especie de fuerza magnética que ejercían en los de ella. Lo besó con ternura, tomando a tientas de su mano la botella para apoyarla a un lado en la mesada. Sonrió al escuchar el menú que él tenía ya pensado y se dejó llevar por esa mano que la acercaba al cuerpo del rubio. 

-Me parece perfecto -susurró mirándolo a los ojos, sin saber si realmente hablaba de la comida o de el hombre de ojos azules que tenía frente a ella, tan cerca. Volvió a tomar la botella para acercarla a la del rubio y golpearla con suavidad antes de dar un pequeño sorbo -¿Cómo te ayudo? - quiso saber, alzando su mano libre para acariciarle con mucha suavidad la mejilla.

No lograba comprender del todo cómo había nacido en ella un sentimiento tan fuerte y repentino hacia él, cómo de pronto le resultaba tan cómodo estar en brazos del rubio, como si así hubiese sido siempre aunque con toda la emoción que lo nuevo siempre acarrea. El corazón en su pecho latía tan fuerte que temía que por la cercanía Illidan pudiese escucharlo. Lo quería, de eso no tenía dudas, y la atraía de una manera poco racional. 

@ Illidan Black Lestrange

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Tenía años de tener el alma al aire, sin tener un porque en lo sentimental, muchos años. Y de un día para el otro aparece ella, si seriedad, y lo mucho que le costaba disimular cuando el rubio comenzaba a molestarla en las redadas. Aquella noche por primera vez, la tenía para él solo. Y quería agasajarla, hacerla sentir cómoda, que crea con todas sus fuerzas que el mejor lugar para ella era estar junto al mago. 

Volvió a la realidad con el sonido de aquel choque de botellas. Mordería el labio inferior de la castaña con delicadeza antes de separarse. - Puedes hacer dos cosas... Una es poner algo de música. - Sacaría de su bolsillo su propio teléfono, tenía tiempo sin usarlo. Si la joven desbloquea el aparato vería que de fondo de pantalla había una foto de ellos juntos, en la gala de beneficencia  - Luego pon los platos y cubiertos, si quieres podemos comer aquí mismo, hay bancos de madera allí, y cubiertos en aquella lacena  - Diría señalando un mueble alejado. - O si lo deseas puede ser el comedor, o hay una mesa en el jardín trasero... - Sus opciones se habían acabado. 

Se giraría para volver a los vegetales, los dejaría caer en el fregadero y comenzaría a lavarlos, tras dejar todo listo poso todo sobre una gran tabla de madera. Medio calabacín, cebolla, pimientos rojos y verdes, champiñones, zanahoria, dos pechugas de pollo, y un puñado de brotes de soja. Volvería al refrigerado en busca de una botella de vino blanco a medio terminar que tenía guardada. Entre que iba de un lugar a otro aprovechaba para observar a la bruja. Sorbió de su botella de cerveza y la dejo a mano, sobre la mesada.

Mientras tomaba el cuchillo para comenzar a cortar los ingredientes no puedo soltar una pregunta que le daba vueltas en la cabeza. - Mica... - la miraría por sobre su hombro. - ¿Qué es lo que te gusta de mí?, al principio creía que no tendría oportunidad alguna contigo... - Confesaría tras si primera interrogante. 

 

@ Mica Gryffindor

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Continuó sintiendo aquella suave mordida en su labio aún cuando él se apartó, dando las opciones en que podría ayudar. Tomó el aparato y lo desbloqueó, sonriendo y sintiendo sus mejillas encendidas al ver esa foto en el fondo de pantalla, pero luego lo devolvió a su dueño, al caer en la cuenta de que no conocía nada sobre música muggle y sería mejor que él pusiese algo de su agrado. 

-Me quedo con la segunda opción solamente, pon la música que más te guste - sonrió y se puso en acción, buscando en los lugares indicados los platos y cubiertos, decidiendo que el mejor sitio sería aquella mesa que él dijo que estaba en el jardín.

Cuando tuvo todo preparado, se quedó unos instantes contemplando cómo él se centraba en la preparación. Notó la habilidad con que sus manos iban y venían limpiando y cortando cada verdura. Dejó un segundo los platos en la mesada, estando a punto de acercarse a abrazarlo por la espalda mientras continuaba con su labor, cuando él soltó aquella pregunta que la tomó por sorpresa completamente.

-¿Qué me gusta de tí...?- lo pensó un instante, recostando su cadera en la mesada que tenía detrás -Me gusta que estando conmigo te muestres como eres, aunque también esa rebeldía que intentas mostrar frente al resto me parece atractiva... al principio traté con todas mis fuerzas que esto no me pasara, yo no quería que esa "oportunidad" existiera, pero no por ti, sino por mí -se sinceró, mirando el suelo unos instantes antes de volver a mirarlo. -¿Por dónde salgo al jardín trasero? Cenaremos allí...

@ Illidan Black Lestrange

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Tomaría el teléfono, buscaría algo que poner aunque lo que en verdad quería, era saber un poco más de ella, de sus gustos, seguro aprendía algo al ver su reacción sobre la elección del mago. Dejaría el aparato sobre la mesada, el cual ya comenzara a reproducir su selección. Los acordes se le hicieron amenos para el momento, y la noche acompañaba de manera ideal aquella zamba. 

Con cada corte, poco a poco iba teniendo todo listo para el segundo paso. Fue allí cuando hizo la pregunta, que al mirar sobre su hombro la vio más próxima a el de lo que imaginó. Se quedó estática allí, apenas unos segundos. Volvió a reposarse sobre la mesada, él sin embargo volvió a fijarse en lo que hacía, no quería perder un dedo, por estar mirando la sensual figura de la Gryffindor. 

La castaña dio sus explicaciones, Illidan se sonrió, pegando su mentón a su pecho intentando ocultar cualquier rasgo ante ella. En verdad estaba perdiendo el control con ella. - ¿De qué rebeldía hablas? Quiero ejemplos- Preguntaba casi interrumpiéndola, pues ella le pedía indicaciones para llegar al jardín. 

- Puedes acceder por el salón o el comedor. - Diría en cada sector, salvo la cocina, había puertas de salida. El jardín era espacioso, una mesa de piedra con bancos del mismo material se plantaba allí, redonda, con los bancos rodeándola, eran tres, con espacio entre uno y otro para dar paso a quien quiera ocuparlos. El olor a jazmín y césped recién podado inundaría a la joven de inmediato. La iluminación era perfecta, luces artificiales, saliendo de los muros externos del castillo.

Illidan tras haber terminado de cortar los ingredientes, lanzaría la cebolla a  una sartén, agregando aceite de oliva. Poco a poco iba agregando los demás ingredientes, rociando la combinación con un poco de vino blanco. Previamente condimentando todo. Pocos minutos después, tenía todo listo. Tomo un bol donde dejaría caer salteado de pollo con verduras. Llevaría el bol en una mano, con dos cucharas dentro para poder servir una vez llegue al jardín. Del refrigerador tomaría dos botellas más de cerveza, con su mano libre, y con el pie cerraría la puerta de la misma. 

Seguiría los pasos de la Gryffindor, hasta la mesa de piedra ,afuera, allí la iluminación hacía que la castaña se vea mucho más hermosa. ¿O era cosa de él?. Dejo el bol sobre la mesa, al igual que las botellas. - Amor, ¿Necesitas algo más?, lo hice a punto de sal medio... - Diría un tanto preocupado por que aquel platillo no sea de su agrado, sin darse cuenta, que habia soltado una palabra no planeada delante de la pregunta. 

 

@ Mica Gryffindor

 

Editado por Illidan Black Lestrange

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