๑۩♚۩๑ Mansión Black Lestrange ๑۩♚۩๑ (MM B: 78195)

[Illidan Burke]

Se encontraba acomodando sus cosas, las valijas desperdigadas por el suelo, otros bolsos sobre la cama, material de higiene personal sobre la cómoda frente a él, que contaba con un espejo, el que consideraba innecesario, naciendo desde la base del mobiliario, alcanzando un metro de alto. El rubio un tanto aburrido seleccionaba sus perfumes habituales, para guardar los demás en un pequeño neceser, que con agravio terminaría oculto y abandonado en algún cajón. 

- pe****o... - Sunev llamaría su atención, su elfo personal, que por cierto era un elfo que el mismo había liberado de sus obligaciones, el cual se negaba a abandonarlo. - ¿Qué quieres? - Preguntaría en un tono casi muerto el rubio. - Acaban de invadir el perímetro, una joven castaña, elegante, seria y regia, de su tipo... - Explicaría el elfo. El cual bestia un pequeño kimono de su propia elección. 

- ¿Y como sabes cuál es mi tipo? - Reclamaría el mago, analizando aburrido su propio reflejo en el espejo. - Porque preguntó por usted... Hace 9 años que nadie pregunta por usted... - Diría el elfo, casi sonriente podría decirse.  Illidan dibujaría una sonrisa, idealizando a Mica en su mente, apreciando la idea que era la primera vez que estarían juntos lejos de un evento social.

- Yo me encargo... - Respondería hacia el elfo. Materializando su varita en la diestra. - Vio que si era de su tipo... - reclamaría el elfo. - Ya cierra la boca!. - Reprocharía el rubio para desaparecer. En una mezcla de un torbellino de colores se aparecería a espaldas de la Gryffindor, de pie ante las puertas de la mansión.

Aquella postal se le hizo exquisita, adoraba verla, desde cualquier ángulo, pero naturalmente la Gryffindor lo cautivaba. - A que debo el placer... - No era pregunta, ni el tono demandaba interrogante alguno. - Ya sé...  -Agregaría. - Otra orden del alto mando... - Divertido guardaba su varita acortando las distancias con la castaña. - No puedo asegurar que sea por voluntad propia... - Sin dejarla responder, ahora las distancias eran nulas, él frente a ella, centímetros de distancia. - ¿Puedo besarla señorita Gryfindor? - . Preguntaba el oji azul. 

@ Mica Gryffindor (la mod mas secy)

 

[Mica Gryffindor]

Un elfo que lucía un pequeño kimono la recibió y corrió a avisar de su presencia. Esperó ansiosa, sintiéndose así una vez que supo que él estaría por saber de su presencia. Pero no tuvo tiempo de pensar demasiado, pues la voz del rubio la sorprendió a sus espaldas. Se sobresaltó un poco y volteó para encontrarlo allí, de pie como si llevase todo el día en ese sitio. 

Se mordió inconscientemente el labio al no lograr responder a su primera pregunta, pues él de inmediato presupuso que estaba visitándolo por algún mandato. Negó tranquilamente -Lamento desilusionarte, si esperabas algún mensaje de la Orden, no traigo nada de eso -respondió con tranquilidad, intentando descifrarlo. Pero él había acortado tanto la distancia entre ambos y, tras afirmar que su visita no podía deberse a su propio deseo ahora preguntaba si podía darle un beso.  -¿Intentas decir que no cree que hago cosas por propia voluntad? -alzó las cejas, un poco inconforme con su frase, replicó intentando mantener la compostura.

Fue una misión fallida. Lo tomó con ambas manos por el pecho de su vestimenta y lo atrajo sin pensarlo hacia ella, tomando la iniciativa de besarlo con dulzura, dejando que sus labios se entreguen a aquella necesidad de sentir su contacto. 

-Puedes, pero no insinúes que solo me muevo siguiendo órdenes de alguien más- su tono era desafiante, si bien estando tan cerca de él le resultaba difícil mantener la compostura. 

@ Illidan Black Lestrange

 

[Illidan Burke]

Adoraba verla morderse el labio, podría aventurar que esa acción de la joven fue la que lo cautivo aquella noche de redada, La Gryffindor contestaba a sus interrogantes con su tono característico de voz, Illidan por su lado sonreía ante la situación, acortando las distancias. - Sería todo un halago para mí que llegases aquí por deseo propio... - Diría plantándose de pie frente a ella, con ambas manos cruzadas en su espada baja. - Eso significaría que me extrañaste... - Agregaría divertido.

Era la primera vez que la castaña podría ver al mango de manera informal, pues vestía una remera suelta de color blanco, con corte en V en el pecho, un chándal negro suelto también, y sus pies estaban descalzos. Parecía estar un tanto molesta por las palabras del rubio, por lo que fue toda una sorpresa que la dama frente a el, lo tomara por las vestiduras para acercarlo a ella. 

Sus labios se volvieron a encontrar, aquel contacto lo descolocó, exploró los labios de Gryffindor, a la vez que la tomaba por la cintura. Ella apenas cortaría el beso para decirle unas últimas palabras. - Yo no insinuó nada... no me regañes- Diría para volver a besarla, esta vez con más pasión, de verdad que aquella mujer lo volvía loco, en el buen sentido claro. 

- ¿No la vas a invitar a pasar?-  El elfo al pie de la puerta lo devolvería a la realidad. - Parece que Sunev tiene más modales que yo... - Diría el rubio soltando a joven. La conduciría de la mano hacia la sala de estar, encarando un sofá doble, de terciopelo rojo. Illidan invitaria a la dama a sentarse. 

 

@ Mica Gryffindor

[Mica Gryffindor]

El significado que él dio a su visita la inquietó un poco. No sabía qué decir al respecto a "haberlo extrañado" y, en caso de ser cierto, no lo admitiría en forma directa. Todo eso había quedado atrás con ese beso, tal vez confirmando más que refutando la teoría del rubio. Las manos de él en su cintura y el modo en que ese beso lo sacó de lo esperado, fue un regocijo para la fenixiana. 

-No es regaño, es advertencia -sonrió antes de que sus labios volviesen a encontrarse, esta vez con más intensidad. Despreocupadamente continuó ese beso, como si nada más tuviese importancia. 

Fue esta vez la voz del elfo que los había recibido lo que interrumpió el momento, haciendo que ambos cayesen en la cuenta de que estaban de pie en la puerta, besándose como un par de adolescentes. Sonrió cuando Illidan habló de los modales de su elfo y caminó tomada de su mano hasta el interior. Él la invitó a tomar asiento en aquel rojo sofá y así lo hizo ella, jalando suavemente su mano para que se sentase a su lado. 

-Bonita casa, no recuerdo haber sido invitada a estar por aquí antes...- reconoció, mirando alrededor con curiosidad - ¿Está tan vacía como la mayoría de las casonas del poblado o aquí si hay gente? -agregó en tono bromista, reconociendo la realidad en que su comunidad se encontraba en el último tiempo, con cientos de magos y brujas dispersos por diferentes ubicaciones. -Me alegra haberte encontrado aquí...

@ Illidan Black Lestrange

[Illidan Burke]

- Estaba totalmente abandonada hasta que llegue... - Confesaría mientras la Gryffindor tomaba asiento. Su siguiente comentario afirmaba lo que el decía, antaño aquel castillo estaba totalmente concurrido, hoy era el único habitante, y tal vez su hija. Aun así todo seguía en pie, impecable y pulcro. Illidan se mantuvo de pie apenas unos segundos delante de Mica. - Me encontraste porque quiste hacerlo, llegué esta mañana, no desarme las maletas aun... - Diría un tanto extrañado, pensando si era sarcasmo o pura verdad lo que la castaña decía. 

El mago lejos de sentarse junto a ella, se dejó caer en el sofá, apoyando su cabeza en las piernas de la Gryffindor, sus piernas en él apoya brazo extremo del sofá. No pidió permiso, pero de seguro aquella dama disfrutaría de tenerlo tan a su alcance. - Quería hablar contigo de algunas cosas...- Ya como el joven mirando hacia arriba, para poder conectar con su mirada, intentaba no solo sincerarse con ella en lo personal, sino también, darle su oscuro curriculum, tenía miedo de perderla por aquel pasado que el rubio había transitado, por lo que quería que de primera mano, la Fenixiana supiera, de su propia boca, quien era Illidan Black Lestrange. 

- Esto que diga a partir de ahora es totalmente serio, es difícil para mi... - Un silencio se plasmaría en el ambiente. Mientras que el joven, despreocupado al parecer, jugaba con los mechones de la mujer. - Tengo una personalidad complicada, aunque parezca que no me importa, estoy sincerándome y se me hace súper difícil... - Diría. Había creado con su dedo índice un bucle con el pelo de la castaña, de unas 5 vueltas, y la observaba, alternando su objetivo con la mirada de ella. 

- Me gustas demasiado, me haces sentir cosas que creía no volver a sentir... - Su mirada ahora estaba fija hacia arriba, estaba cómodo sobre la falda de la dama, buscando sus ojos en todo momento, sus piernas cruzadas sobre el extremo del sofá. - Quiero saber, si a ti te pasa lo mismo, no quiero que esto quede en la nada, la verdad me gustaría tener un compromiso más sólido... - Claramente no pensaba en la palabra matrimonio, pero si en un noviazgo tal vez. - Pero antes de escuchar tu respuesta, quiero que sepas más sobre mí... - Ahora su tono era un tanto más seco. 

@ Mica Gryffindor

[Mica Gryffindor]

Imaginaba que el lugar estaba poco habitado, pero el hecho de que fuese tal vez "el único habitante" la sorprendió un  poco. -Entonces he tenido buena suerte, supongo - afirmó, viéndolo acomodarse en el sofá. Sonriendo al hacerle sitio para acomodar su cabeza sobre su regazo. Sin pensarlo una de sus manos se instaló entre su rubio cabello, acariciándolo en forma inconsciente. Los verdes ojos de la Gryffindor se instalaron en los de él, pues la posición llamaba a ello. Además, el tono del joven parecía de una seriedad que no había escuchado antes. 

No logró saber hacia dónde quería llevar la conversación, y en principio se sintió preocupada. Intentó imaginar los motivos que podrían despertar ese tipo de frases ¿querría que salga de su vida? ¿o tal vez simplemente no verla en su hogar por alguna causa en particular? ¿podría ser que debía olvidar lo sucedido entre ambos por algún otro motivo? Las preguntas circularon por su mente, despertándole un temor que no sabía que podría llegar a sentir ante la posibilidad de acabar aquella relación que apenas comenzaba. 

Sin embargo él parecía calmo, jugando con un mechón del cabello de la muchacha, como si nada pasara. Él pasó a hablar de la personalidad que acarreaba y de lo difícil que era hablando así con ella. Estuvo a punto de decirle que no era necesario si no lo sentía de ese modo, pero notó que más allá de la dificultad era lo que él quería hacer. Así que se contuvo, sosteniéndole la mirada cuando por fin sus ojos azules decidieron clavarse en los de ella. 

Las afirmaciones del rubio la tranquilizaron un poco, se permitió una sonrisa  mientras las asimilaba. A ella también él le gustaba, pero era muy pronto para hablar de eso, o al menos así lo sentía hasta el momento en que él decidió mencionarlo. Estuvo a punto de responderle, pero fue interrumpida, él afirmaba que antes de hacerlo debía saber más sobre él. No pudo evitar estremecerse con esas últimas palabras, algo en la voz del Black Lestrange había cambiado, como perdiendo expresividad. 

-Puedes contarme lo que sea... estoy lista para escucharte. -Intentó romper la tención del momento, inclinándose a besarle suavemente la frente. 

@ Illidan Black Lestrange

[Illidan Burke]

Se encontraba cómodo como nunca, relajado en esa posición. Disfrutaba de la compañía de la Gryffindor, inexplicablemente el confort se hacia presente con ella, podía permitirse ser el mismo sin que le reproche. Podría estar horas o días con ella, y no se aburriría. Armándose de valor volvería a hacer uso de sus palabras.- Antes....mucho antes de volver, hablo de unos 9 años atrás... - se permitió un silencio para suspirar y fijar sus ojos en los de ella. - Fui mortifago, todos los nuev9s ingresos de la orden lo fuimos...- diría con un tono de voz seco.

Levantaría el brazo y deseándolo fue que la marca se hizo visible, enseñandosela a la castaña. - Espero no salgas corriendo...pero quiero ser sincero contigo, que sepas quien soy....- Un extraño brillo apareció en sus ojos.

Bajaría el brazo y el tatuaje volvería a ser invisible a los ojos de mundo. Se mantuvo en silencio algunos segundos, imaginando las miles de cosas que deberían pasar por la cabeza de la dama. Mica le gustaba demasiado, y en su mente, apenas conociéndola, ya trazaba un futuro con ella. - me gustas tanto, que me veo obligado a esforzarme para no perder lo que tenemos....- agregaba, silenciandose a si mismo para poder escuchar a la Griffyndor.

Era la primera vez que hablaba de su pasado con alguien, ser un mortifago conllevaba haber cometido cientos de crímenes y el Black Lestrange, no solo se estaba jugando el cuello con la.confesión, sino también su estadia en la orden del fenix.

@ Mica Gryffindor

[Mica Gryffindor]

Él se tomó su tiempo para comenzar a hablar, pero al hacerlo la Gryffindor encontró en sus ojos una sinceridad que no había captado antes. No la tomó del todo por sorpresa saber que en el pasado había sido mortífago, ya lo sabía de Ludwig y el resto le resultaba familiar... Nueve años eran mucho tiempo, definitivamente habrían pasado infinidad de cosas en la vida del rubio desde aquel momento al actual y por algo estaría ahora en la Orden. No se permitía desconfiar de él, notaba que hablaba en serio, podía darse cuenta de ello.

Sus verdes ojos se centraron entonces en la marca que se había vuelto visible para ella antes de volverlo a mirar a los ojos, notando un brillo que no había estado allí hasta el momento.

-Necesitas más que eso para espantarme...- susurró deslizando suavemente sus dedos por el brazo que él acababa de bajar, recorriendo el sitio en que  el tatuaje había estado. -Tenemos mucho por conocer el uno del otro, y estoy dispuesta a saber todo lo que quieras contarme. No vas a perderme siempre que seas honesto conmigo y no me falles -su voz y su expresión eran firmes, sin embargo acarició don dulzura el rostro del Black Lestrange. 

-Puedes  contarme lo que sea y estaré dispuesta a escucharte, o preguntar lo que necesites saber sobre mí, pero debes saber que no soporto las mentiras...  También me gustas...- tras agregar eso, relajó un poco la postura, apoyando la espalda en el respaldo del sillón. 

@ Illidan Black Lestrange

[Illidan Burke]

El sol los había abandonado, apenas caía cuando la Gryffindor llamo a su puerta, y ahora, el recostado sobre el regado de ella, eran ambos custodiados por una hermosa luna que podía verse a través de los enormes ventanales que rodeaban el norte y sur del salón. El silencio los rodeó tras las últimas palabras del rubio, que con sus ojos azules recorría las expresiones de la Fenixiana. 

El susurro de Mica le devolvió los latidos a su propio corazón, no se veía alarmada, pero tampoco preocupada. Era una mujer inteligente, y era algo que admiraba de ella. De seguro tenía ya sospechas fundadas, o información más certera. Pero lo más importante para el mago, fue que ella seguiría a su lado. 

El Black Lestrange se mantuvo en silencio, sintiendo como el tacto de la dama, dibujaba su propio rostro, cerró los ojos apenas unos segundos disfrutando del contacto, más que un acto físico lo sintió directo sobre su corazón. Eso despertaba un sentimiento en el, que no estaba seguro de poder manejar.

La Gryffindor volvería a hablar, era directa, sincera y certera en sus palabras. Cosa que el oji azul agradecía, sonrió ahora más tranquilo, se había sacado una mochila enorme de los hombros. - Yo quiero saberlo todo de ti... - Diría ahora, manteniendo la sonrisa. - y también responderé todo lo que quieras saber... - Levantaría su mano y ahora sería él el que acariciaría el rostro de la dama, apreciando su verde mirar, recorriendo sus labios, y jugando con suaves movimientos sobre la mejilla de la dama. 

- ¿Quieres cenar conmigo y pasar la noche aquí? - Preguntaría, debía organizarse si no quería que su cita muriese de hambre. - Puedo cocinar si quieres... - Diría un tanto divertido. - Nunca cocine para nadie... - Remarcaría, entrecerrando los ojos, un tanto desafiante. 

 

@ Mica Gryffindor

[Jessie Black Lestrange]

¿Hace cuánto tiempo que no venía a Londres? Era una pregunta que ni Jessie podía contestar. Hacía años que no estaba en un clima tan frío como actualmente se imponía en Londres. Los climas cálidos de Italia habían sido una delicia para su pálida piel.

 

No sabía si había fue buena idea el volver, ya no sabía nada de su madre, de su familia o su familia adoptiva; ya no tenía contactos con nadie en el mundo mágico británico ya que se había enfocado tanto en sus estudios en Italia que difícilmente creyó que pudiera volver.

 

Pero al ver la imponente mansión Lestrange le trajo gratos recuerdos. También algunos malos, dolorosos e incluso unos tantos confusos. 

 

Siendo una hábil oclumantica y una metamorfomaga cualificada el volver debería ser sencillo pero no estaba del todo segura de eso.

 

Su cabello, una vez rojo cuál carmín se había tornado de un rubio cobrizo, sus grises ojos que antes brillaban de alegría ahora estaban tan apagados cuál si la muerte se hubiera pasado en ellos y esa gran sonrisa que siempre la caracterizo la había abandonado tantos años atrás que no recordaba que esos músculos en su ahora bronceado rostro fueran a funcionar de nueva cuenta.

 

Ingreso en la mansión con paso regio, viendo todo con un deje de petulancia que se había apoderado de ella. Escuchaba voces que no conocía y eso la intriga un poco, pero no lo suficiente para ir a investigar.

 

En el pasado hubiera irrumpido para averiguar quién estaba en la mansión de su madre pero ahora... Ahora le era completamente indiferente.

 

Camino hasta las escaleras y subiendo por ellas llegó hasta la que antaño había sido su habitación. Con un simple movimiento de varita quito los hechizos de protección e ingreso en la misma.

 

-[i]De vuelta a casa, no sé si habré hecho lo correcto[/i]