Castillo Lockhart (MM B: 78568)

[Ela Karoline]

La matriarca había recibido una sorpresa grata, el regreso de su nieta @ quien se había ausentado largo tiempo de Londres y de esta, su familia adoptiva. Aquel día simplemente se había aparecido luego que tanto Cye como Alex y Patri estaban conversando, a la Lockhart siempre le gustaba estar al tanto de las actividades de sus familiares y la voz de su nieta le hizo levantarse tan rápido como su barriga se lo permitía.

 

--¡Roxanee!-- grito eufórica, le abrazo con cariño y le beso en la mejilla para luego fruncir el entrecejo por el cabello un poco diferente a como lo recordaba pero fiel al temperamento de su dueña y también porque la chica había advertido que no debía comer tantos dulces o enfermaría. --No es cierto yo soy de azúcar, nunca enfermare a causa de ella-- se defendió, aunque poco servia ante la estricta vigilancia que Heyda le montaba desapareciendo cualquier cosa contraindicada por Bodrik aunque estuviera a un milímetro de pegarle un mordisco. Las dos mujeres se habían embobado poniéndose apenas al tanto, pero el tiempo era inclemente y la Lockhart tenía que ir a trabajar por lo que, luego de darle otro beso y abrazo, le prometió que conversarían luego y que su habitación estaba lista para ser ocupada si eso deseaba, aunque dado la independencia de la bruja seguramente iría y vendría a su antojo. También había prometido reunirlos a todos para que se conocieran porque apenas hubo tiempo de una escueta presentación “chicos ella es Roxanne Rambaldi, mi nieta, Rox ellos son Patri Gryffindor y Alexander Fox tus tíos, aunque claro Patri era más que sociable y le había dedicado unas palabras y Alex también aunque en marcha debido al arrastre de su hermana hacia el interior del castillo. Con aquello había concluido el encuentro y las horas habían pasado sin piedad.

 

Afortunadamente la matriarca podía desaparecerse y aparecerse en cualquier lugar o tomar los pasadizos secretos. Por eso cuando los pendientes en San Mungo habían quedado finiquitados ella apareció nuevamente en la seguridad de la alcoba matrimonial, estaba cansada, el bebe cada vez requería más energía de Cye o de Ishaya, al no estar el mago la tomaba toda de ella, por eso es que ella le había pedido a su esposo que no se alejara tantas horas de ella y el bebe, para que ambos pudieran aportar, un privilegio que la mayoría de padres no tienen, pues solo pueden saber y depender de lo que pueda hacer la madre, pero el pequeño era especial y tanto los padres como Bodrik y ciertas criaturas y personas lo sabían.

 

Una sensación de desasosiego la invadió, las cortinas que durante el día permanecían abiertas para que entrara la luz fueron cerradas de golpe y no precisamente por la matriarca, el bebe usaba la magia de la madre para protegerse y apenas Cye se había acercado a la puerta semi abierta del balcón el campo protector alrededor de su barriguita se había activado, una brisa helada se colaba por lo que la rubia simplemente cerró la puerta, pero a través de los cristales observaba hacia el exterior como temiendo que algo apareciera.

 

Estaba paranoica, debía tranquilizarse porque toda su ansiedad se la transmitía a él intento respirar y tocar su vientre y un corrientazo hizo que apartara su mano, nunca había ocurrido, ella siempre había podido traspasar el campo, ¿Qué estaba pasando? Toco la medalla en su cuello y pensó “Amor te necesito” sin darse cuenta la había activado y tanto Ishaya como Bodrik que tenían las mismas joyas sincronizadas recibirían el aviso. Abrió la puerta del pasillo asomándose hasta el barandal que daba a las plantas inferiores pero no vio a nadie ¿Dónde estaban todos? parecía como si de pronto el castillo estuviera desierto y solitario.

 

 

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Mientras tanto Jops el Elfo mayordomo acudía solicito a abrir la puerta tras la campanada que anunciaba la presencia de un visitante. Los ojos marrones de la criatura se encontraron con la figura de una fémina a quien no habi visto antes. Luego de la reverencia a modo de saludo, el elfó se entero de que la joven venia a visitar a la matriarca.

 

Como indicaban las buenas costumbres la hizo seguir hasta el vestíbulo donde estaba la fuente de plata ademas de las puertas a los distintos espacios y las escaleras en madera labrada, cubierta por una alfombra que impedía que el calzado produjera sonidos molestos, sobre todo a horas nocturnas cuando el tránsito y los sonidos disminuian.

 

Se asomo al salón principal donde colgaba el reloj familiar y vio que a Cye le marvcaba como "en casa" así que debía ir a avisarle, desapareció con un plop para cumplir su cometido, mientras que una voz adulta y masculina saludaba a Maegi, se trataba de Gilderoy Lockhart, atractivo e imponente desde el cuadro de tamaño natural que había en el luminoso vestíbulo.

 

--Así que busca a mi nieta, permitame presentarme bella dama, soy Gílderoy Lockhart fundador de esta familia, miembro de la Orden de Merlín, ganador de la sonrísa mas encantadora en varias ediciones de la revista Corazón de bruja y a sus pies-- concluyo haciéndole una reverencia caballeresca y desplegando todos sus encantos con la visitante.

 

@ @@Alexander Fox @@Bodrik @@Roxanne Rambaldi @@Patri Gryffindor L @@Maegi Gaunt

[Maegi Gaunt]

Mientras seguía admirando el lugar la voz de un hombre retumbó en el lugar y comencé a buscar con la mirada y no entendía de donde venía, hasta que di con el cuadro con el hombre que me estaba hablando. El hombre de cabello rubio y ojos azules me saludaba desde el cuadro y se estaba presentando como el abuelo de Cye.

 

- Mucho gusto señor Lockhart - Le dije al cuadro el cual mientras más lo miraba más podía ver la semejanza entre Cye y su abuelo. Ahora si era miembro de la Orden de Merlín tendría que ser una persona muy importante porque hasta en Escocia se sabe que la Orden de Merlín es algo muy importante y exclusivo y no cualquiera puede formar parte - La casa donde vive su familia es impresionante, debe estar muy orgulloso.

 

Por un momento creí que el abuelo de Cye estaba mostrando sus cualidades físicas y hasta me pareció que estaba más orgulloso sobre ser ganador de la sonrisa más encantadora que ser parte de la Orden de Merlín. Pero esas ideas se fueron de mi cabeza rápidamente y pensé que lo más probable es que estaba equivocada al respecto.

 

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[Ela Karoline]

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La bruja le parecía al mago retratado, una jovencita muy linda, de esbelta figura a la que había que sumarle el encanto de esa cabellera rojiza y esos ojos marrones expresivos, aaaah como tuviera unos años menos y más corporeidad seguramente le haría la corte, pero desafortunadamente faltaban para Hallowen única época del año donde su cuerpo se hacía tangible y podía andar a sus anchas por el castillo y no de cuadro en cuadro, Cye lo había conseguido el año anterior y como lo había disfrutado, aunque claro había quedado una distorsión temporal en la propiedad que con el paso de los meses y una serie de encantamientos se había disipado.

 

--Me encantaría hacerte pasar al salón principal, pero es que lo están decorando para…-- miro escaleras arriba asegurándose de que la matriarca no estuviera bajando y escuchara. --Darle una sorpresa a Cye, una fiesta pre-nacimiento para su bebe, lo que llaman baby shower o algo así, ¡estos magos modernos!-- agrego en tono y gesto confidencial, donde Ishaya se enterara que andaba chismeando sus planes no le iba a gustar, sobre todo si había la posibilidad de que se los desbarataran.

 

--¿Y de donde conoces a mi nieta?-- pregunto curioso, aunque Cye le hubiera bromeado con el término “metiche” --Por cierto, ¿a qué familia perteneces? Quizás conozca a algún familiar tuyo-- volvió a interrogar con marcada curiosidad usando su mano derecha para acomodarse la corbatín rojo que llevaba puesto a la usanza londinense.

 

--Oh pero que maleducado soy ¿Puedo invitarte una copa? La serviría yo mismo, pero no puedo abandonar el cuadro, así que siéntete libre de tomarla y beber del liquido de la fuente, es muy refrescante sea que quiera algo con alcohol o una dulce limonada-- dijo señalando hacia la bandeja que permanecía en una mesita lateral con copas heladas listas para usar, solo debía tomar una y ponerla bajo el liquido que constantemente caía de una primer nivel cual cascada en la fuente.

 

--Luego puedes acompañarme y tomar asiento para que platiquemos mientras mi nieta baja, sé que está un poco indispuesta, para mí que pronto tendremos al pequeñito en casa-- sugirió haciendo referencia a dos cómodas sillas victorianas con terminaciones iguales a las del cuadro, en oro puro, que estaban situadas frente al retrato donde por lo general Cye se sentaba a conversar con el fundador, o cualquier miembro de la familia. Mientras tanto Jops había subido para anunciar a la Gaunt.

[That is not my name]

- Debemos de mantener todo en orden, - decía mientras llegaba hasta el jardín trasero - acomoden los globos floantes con una separación de unos seis metros, no queremos que todo esté demasiado amontonado. ¡Ah, y que alguien se quede en la recepción de criaturas voladoras! No quiero que se genere un caos en estos terrenos.

 

Mi grupo de elfos domésticos libres que vivían en la Hacienda Tonks estaban demasiado emocionados que apenas hablaba se desaparecían para hacer todo lo correspondiente. Auror y Mortio, los gemelos, comenzaron a acomodar la decoración en los jardines mientras que Jatziri y Merari acomodaban las flores en general, las plantas, de esta forma no se maltrataran por todo el revoltijo de sus compañeros; justo en ese momento Beel alzaba la mano para estar al endiente de las criaturas voladoras, con ayuda de Vero, o eso notaba.

 

- Rubens, necesitamos encontrar a mi familia, - le comentaba en seguida - los hermanos Dobby estarán en los negocios dándose una vuelta, tanto los de Cye como los míos para que nadie quede en espera o, por otro lado, que tengamos que cerrar durante la celebración.

- Claro señor, en seguida voy en búsqueda de todos ellos. ¿Su esposa?

-No, ella no, tiene que se runa sorpresa cuando salga por este sitio.

 

Justo en ese momento mis Auror y Mortio cayeron al suelo, quejándose, por lo que me apresuré hasta ellos para ver que era lo que ocurría ya que, sí, eran demasiado juguetones pero jamás habían sufrido algún accidente.

 

- ¿Todo bien?

- No lo sabemos, señor. - Contestaba Auror mientras Mortio seguía insultando al aire en un extraño idioma.

- ¿A qué te refieres?

- Una barrera de protección se creó alrededor del castillo, de la nada, sin aviso, y no pudimos atravesarla, simplemente nos botó hacia el interior.

- ¡Nos aventó! - Dijo al fin Mortio.

 

Miré hacia una de las ventanas del castillo, donde se encontraría mi esposa, y encontré las cortinas cerradas, de hecho todas las ventanas estaban con las cortinas cerradas a pesar de que podía jurar que hace unos segundos todo el interior del castillo estaba iluminado por completo de luz natural; inclusive la puerta por donde había salido estaba cerrada, todas las ventanas, todas las peurtas... ¿Qué había sucedido?

 

@@Alexander Fox @@Bodrik @@Roxanne Rambaldi @@Patri Gryffindor L

Editado 18 de Octubre del 2016 por Ishaya

[Maegi Gaunt]

El señor Lockhart me comento sobre el embarazo avanzado de Cye, el cual pude notar cuando nos conocimos, pero como comenzamos hablar de tantas cosas se me había pasado preguntarle para cuando tenía previsto el nacimiento.

 

- Tranquilo, no diré nada al respecto - Y al momento pensó que lo más probable la mandarían del Profeta para que escribiera una nota sobre el evento - Conozco a su nieta de su negocio en el Callejón Diagón, fui un día a tomarme un chocolate caliente y ella fue muy amable comigo y con otra chica que esta en el mismo año que yo en Hogwarts - Le conteste al cuadro, el cual inmediatamente me pregunto sobre mi familia - Bueno aquí en la ciudad no pertenezco a ninguna familia, lo que pasa es que yo vengo es de Escocia mi familia es Quintin - Aclaré al ver la cara del mago el cual no podía creer que no tuviera familia.

 

- Gracias, iré por una refrescante limonada - Dije mientras caminaba a la fuente que me había llamado la atención anteriormente y deje que la copa se llenara con el líquido que salía de la fuente, al tomarla pude verificar que en verdad era limonada - ¡Esta muy rica! - Declaré mientras me sentaba en uno de los sillones para seguir hablando con el cuadro.

 

- Entonces pronto será el nacimiento del bebe ¿Ya tienen todo listo? - Le pregunte al mago, mientras me imaginaba al bebe aprendiendo a caminar en el Castillo. Sin ninguna duda el bebe tendría mucho espacio para jugar en este lugar.

 

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[Ela Karoline]

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El abuelo de Cye no podía creer que aquella chica, @[Maegi Gaunt] estuviera sola en Londres, sin familia que la respaldara, en sus tiempo ninguna bruja estaba sin la protección de una familia o un noble caballero que ofreciera su brazo en respaldo a la estadía de la dama, pero claro, los modernismos estaban acabando con las buenas costumbres de la sociedad, hizo un movimiento desaprobatorio, no a la chica, sino a la vana transformación de la cultura.

 

--Quintin, Quintin… no, no creo haber conocido a los pilares de tu familia, pero si viaje a Escocia en innumerable ocasiones, hay una caza maravillosa en esos lados además del clima que es una delicia-- enfatizó con ojos llenitos de ayer el mago desde el amplio marco de oro, a veces daba la impresión de que simplemente lo iba a traspasar y unirse a la chica en la silla desocupada.

 

--Espera, yo en una ocasión me aloje en el Castillo Dunnottar y allí conocí a un hombre de apellido Quintin su nombre era… Walker-- le miro para ver si el nombre provocaba alguna reacción en la pelirroja. Luego tuvo que aceptar que aquel injerto mágico en la fuente era todo un éxito y resultaba atrayente para todos sus invitados, al menos eso le había salido bien y finalmente la conversación fue a dar al punto álgido por aquellos días, el nuevo heredero.

 

--Si, si, si, ese bebe ya está por venir, yo solo espero que su llegada sea de buena ventura-- dijo en tono reflexivo, hasta el retrato sentía que un mal presagio flotaba en el ambiente, pero rápidamente sonrió no quería contagiar de sus locas percepciones a la nueva amiga de Cye y de la familia Lockhart. --Sera un bebe con mucha suerte, ha sido muy planificado, aunque ignoro si todo está listo, Cye no deja saber, el único que puede contestar a eso es Ishaya, le conoces ¿verdad? Es el esposo de mi Cye, un mago decente-- dijo con gesto de más o menos, pues para el ningún mortal estaba a la altura de su tesoro, pero ese mago si que había jugado bien sus cartas para haberse robado el corazón de su princesa y si ella le quería el no tenía nada que objetar mientras la hiciera feliz. --Se apellida Tonks, y es el director de El Profeta, debo reconocer que tiene encanto y modales-- dijo muy a su pesar pues no le gustaba ver ojos bonitos en caras ajenas.

 

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Mientras tanto el elfo que había ido a darle la noticia a la rubia de la llegada de la Gaunt no pudo accesar a la habitación, apenas toco la puerta esta lo boto contra la pared más cercana dejándolo medio atolondrado, Feixac trato de aparecerse dentro de la habitación para corroborar que su ama estuviera bien y tampoco pudo. Así que alarmados el elfo bajo corriendo a buscar al Tonks, mientras que la elfina se quedo cerca de la puerta vigilando.

--Amito, amito @, tiene que venir-- dijo apenas lo encontró en el jardín trasero con las decoraciones de la fiesta sorpresa.--La amita tiene una visita y fui a avisarle y no pude, algo extraño pasa, Feixac trato de aparecerse como siempre dentro de la habitación y no pudo y la niña Cye no contesta-- dijo tan a prisa que era posible que el mago no hubiera entendido la mitad de lo que decía, hizo una pausa tomando aire y repitió las palabras de la elfina.

 

--Feixac dice que algo mal va a pasar, que el único que puede calmar a la niña y al bebe es usted y quizás sea el único que pueda entrar, las apariciones no funcionan y la red flu tampoco, puede que sea cosa de nada, pero es mejor que lo vea usted con sus ojos-- insistió el elfo con la frente perlada de sudor, el había estado con Cye cuando tenía días de nacida y la había cuidado desde entonces, ahora que su retoño estaba por venir no iba a dejar de hacerlo, lo malo es que si su magia elfica no funcionaba esta casi maniatado, Heyda enloquecería cuando se enterara. Y quizás por eso es que la niña Bodrik no había llegado del hospital, porque la red y las apariciones no funcionaban dentro de la propiedad, aunque… si alguien había tenido privilegios en aquellas tierras fuera del patriarca era Bo, se estaba pensando ir a avisarle al propio San Mungo, lo único que lo detenía era la duda de si luego no podía entrar.

[Maegi Gaunt]

El abuelo de Cye me había preguntado por un Quintin, creo que había escuchado su nombre siendo el primo de mi abuelo. Pero en realidad yo nunca le había prestado mucha atención a la familia y en parte por eso es que me había ido. No quería seguir los pasos de mi familia del negocio de producir Quintin Black.

 

- Si, escuche su nombre un par de veces era el primo de mi abuelo - Le dije el señor Lockhart ya que me había quedado pensando y se había creado una especie de silencio incómodo - Si, Escocia es un lugar increíble no se como ha logrado mantener ese ambiente como oscuro y gótico.

 

Creo que eso era lo único que extrañaba de la ciudad, poder salir a caminar con ese ambiente que se le podría llamar hasta tenebroso. Y la ciudad estaba como para caminar todo el tiempo, lo único malo eran los muggles turistas que arruinaban el ambiente y siempre preguntaban por el monstruo del Lago Ness. A veces eran tan irritables que simplemente los ignoraba o en el peor de los casos les daba cualquier instrucción totalmente errónea.

 

- ¿Ishaya? Claro que lo conozco, es mi jefe en el Profeta. Trabajo ahí como Aprendiz - Le dije al cuadro, el cual se mostro muy complacido al saber que trabajaba en el Profeta.

[That is not my name]

- ¡Amito ishaya, necesita venir!

 

Jops, el elfo doméstico del castillo, había aparecido de inmediato junto a mi tomándome por sorpresa, por supuesto, porque aunque estaba con los elfos de la Hacienda, estaba acostumbrado a que ellos se presentaran con cierta anticipación más no de sorpresa.

 

- ¿Qué pasó? ¿Todo bien?

- La ama Cye se quedó encerrada en su habitación, no puedo aparecerme dentro.

- Justo como acá afuera, - mencionó atinadamente Rubens - una barrera que no podemos atravesar los elfos. Ya lo intenté, no puedo llegar hasta su habitación.

 

No respondí, simplemente salí corriendo hasta el interior del castillo, preparándome para romper puertas pero, para mi sorpresa, pude abrir la del jardín así que subí hasta donde se suponía que estaba mi esposa, abriendo la puerta sinn ningún tipo de problema y corriendo hasta mi amada mujer.

 

- ¿Estás bien amor? - Pregunté después de tomarla entre mis brazos. - Jops quiso entrar y no pudo, se cerraron todas las cortinas, puertas y ventanas y al parecer hay una barrera mágica alrededor del castillo, ¿has hecho algo tú?

 

Apenas terminé de hablar, nuevamente la puerta del cuarto se cerró de golpe mientras sentíamos un calor desde el vientre de la Lockhart. ¿Acaso había sido...?

[Ela Karoline]

Cye permaneció sentada a los pies de la cama con la vista fija en la puerta, estaba asustada, nunca el bebe había reaccionado así, ella misma podía oler el peligro, pero sus ojos eran incapaces de verlo, se mordió el labio inferior en un gesto de impotencia, de intranquilidad y sus dedos de la mano derecha comenzaron a moverse acariciando la sortija de matrimonio como hacia siempre que estaba nerviosa o estresada.

 

 

Había escuchado el llamado de Jops desde fuera y a Feixac pero no había intentado abrir, porque sabía que cuando el bebe activaba campos era porque se sentía en riesgo, su varita permaneció en su mano izquierda y sus sentidos estaban completamente alerta, lo que hacía que su cuerpo completo adquiriera una tensión que en su estado no necesitaba, en su regazo descansaba el bolsito de cuentas donde tenía las pócimas de uso personal, una muda de ropa para el bebe y para ella misma y su daga de sacrificio sacerdotal.

 

 

La puerta se abrió e Ishaya apareció tras ella, con lo cual Cye dejo de apuntarle, el mago se acerco a ella y la abrazo poniéndose en contacto con el bebe quien de inmediato reacciono positivamente, pero al instante reacciono con mayor fuerza, la que usaba de su madre y la que podía absorber de su padre. La puerta se cerró con fuerza quedando de nuevo aislados. Obviamente Cye sentía el calor pero no era ella la que lo estaba generando.

 

 

--Es él amor, está asustado y me está asustando a mi-- un par de cristalinas lagrimas bajaron por sus mejillas. --Algo no está bien allá afuera, sé que él puede percibirlo como yo, pero no puedo verlo y si no puedo verlo…-- confeso apretando la mano del mago. --¿Estás seguro que no hay mortifagos dentro del castillo?-- pregunto, ya que su esposo estaba abajo y ella no había podido abandonar su alcoba, era como una bóveda, un espacio que el bebe reconocía. Obviamente la madre estaba cansada y al parecer el único que podía proporcionarle algo de descanso era Ishaya y de ayuda con los requerimientos especiales del nene que estaba por nacer.

 

 

--Creo que ya no falta mucho-- dijo acariciando su vientre e hizo un puchero --Y aun no hemos acomodado esta habitación, no lo quiero perder de vista-- le dijo con un reproche mudo en los ojos, si, resentía que estuviera metido hora tras hora en el profeta, lo necesitaba con ella, con las cosas del bebe, mimándolo desde su vientre, y no es que no lo hiciera, es que no quería separarse de él, para Cye era su primera vez como madre biológica, la primera vez que su cuerpo enfrentaba los cambios, que alguien dependía de su propio ser, era el primer bebecito que estaría en el castillo desde el día 1 a su cargo, temía no hacerlo bien, sin una madre para ella y una abuela para el nene que le aconsejara o guiara. Pasaban tantas cosas por su cabeza y se ahogaba en un vaso de agua.

 

 

Aunque la habitación matrimonial no había sufrido cambios, las cosas del bebe reposaban en la habitación contigua, unas colchas, algunas prendas de vestir, mantas, biberones, pañales osos, un hermoso moisés porque aun no se había decidido por una cuna, que eran las cosas básicas, pero para ella estaba todo a medias, sin terminar y el tiempo parecía escaparse.

 

 

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Mientras tanto abajo Gilderoy Lockhart se hacía cargo de una visita importante para Cye, Maegi Gaunt, una bruja que la rubia había conocido en su negocio y que resultaba ser empleada en El Profeta donde @ era su jefe, que pequeño era el mundo en verdad. El mago retratado sonrio al escucharlo de boca de la invitada.

 

 

--Así que Tonks es tu jefe, seguramente serás una gran reportera-- alago para luego agregar --¿Ya has hecho escritos? quizás quieras hacerme una nota a mí, tengo muchas cosa que contar-- y como si escuchara el “Abueloooo” que Cye le hubiera dicho si hubiese bajado, pero por suerte para él la sacerdotisa estaba presa en su propia alcoba. Lo cierto es que el Lockhart siempre había estado ávido de publicidad, pagado de sí mismo por su apariencia física, lo veía como parte de su sinceridad o forma habitual de ver las cosas, lo cierto es que todo ser cargaba defectos a cuestas y el no era la excepción aunque los manifestara con cierto encanto.

 

 

--Seguramente te harán subir, no creo que Ishaya la deje bajar para darse cuenta de la sorpresa-- comento, tanto porque el elfo había tardado mucho cuando sabia lo diligente que era, como porque su nieta no se aparecía y había visto entrar al mago y correr escaleras arriba, en aquella propiedad no era como en otros lugares que cuando pasaba algo se formaban alborotos, aquí el silencio se hacía regio y tangible, pero disimulo de nuevo obsequiándole una encantadora sonrisa.

 

 

--¿Y estas en escuela mágica ó ya eres muy grande para eso?-- bromeo el mago, claro que no se veía grande para pasar por Hogwarts, al contrario parecía tener la edad, la juventud y la energía apropiada para estar viviendo esa etapa de la vida que formaba en cierta forma el carácter de los magos y brujas y que los empujaba a tomar decisiones que posiblemente llevarían sobre sus hombros el resto de su vida. Pero esa era la parte seria, porque del otro lado estaban las amistades que se hacían, las aventuras que se corrían y las destrezas o habilidades que cada individuo iba descubriendo en sí mismo.

[Reena Vladimir]

Había recibido una lechuza la mar de interesante y por ello cogí el sonajero de plata que deseaba regalar y lo metí en uno de mis bolsillos. Ahora solo tenía que echar a andar por el pueblo hasta alcanzar el castillo de mis tíos.

 

Fui hasta la puerta teniendo una sensación rara en el cuerpo, ya no era la euforia lo que me arrastraba hasta allí, los últimos metros hasta la entrada casi los había corrido. La ultima vez que había hablado con Cye me había dejado preocupada, pero al saber que la fecha había llegado hizo que la angustia cayera sobre sobre mi.

 

Toqué con insistencia a la puerta y al que me abrió, sin mirar si era persona o elfo, le solté:

 

-Soy Reena y quiero ver a mi tía, algo no va bien.

 

Avancé hacia el interior, casi arroyando al que me había abierto, en aquel momento me daba lo mismo la educación y las buenas impresiones y el no estar en mi propia casa, pero tenía la certeza de que algo malo ocurría y necesitaba estar a su lado para asegurarme de que sólo eran nervios y paranoia.