Elecciones

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Nunca me habia esperado ver esa chispa de maldad en los ojos de Hayame. Sabia que me odiaba pero ese era un odio, como decirlo, tonto. Sin embargo esa maldad en los ojos era tan natural, tan profunda que me dejo claro que apenas si conocia la punta de ese iceberg que era la peliroja. Eso si, yo contento de que tuviesemos mas matices de negro, en la oscuridad en la que nos moviamos. Al menos ahora mismo tenia una colega del crimen, algo que desde mi hermana Alicia no tenia y por experiencia propia con apoyo era cuando mas malvado podria convertirme. No tanto como regresar al punto de torturador de las mazmorras mortifagas pero si muy malo.

 

Claro con todo esto de organizar rusticamente el movimiento, no faltaba mas que incluir a todos aquellos que aceptaran participar. Le hice un guiño a Harpo cuando sin preguntarsele se ofrecio. Para tremendo fichaje, imposible ser malo maloso sin tener la barriga satisfecha. Y claro tambien estaba el valiente de Babila que una vez mas me daba la razon y se apuntaba.....porque si....porque el era el gran Babila..o gran B como se le conoceria en clave a partir de ahora. Asi que sin mas pase la pluma. Hora de firmar.

 

Si que era una simple hoja de papel..pero cosas mas importantes se habia escrito en servilletas de restaurantes....asi que eso valia.

 

-Bien, con esto la MUCA queda fundada....-dije sonriendo mientras me recostaba en el espaldar de la silla.- Todo el que quiera firme aqui.

 

No sabia si habria otros magos que quisiesen pararle los pies a Aaron, pero al menos ya en esta habitacion eramos 5 mas un elfo. Eso ya casi nos hacia una multitud. De seguro que cuando Xell y Sagitas pusiesen su carisma a funcionar seriamos mas. Ademas tenia en mente a algunos apoyos no convencionales pero con enemigo comun. Si, a lo mejor tenenos de enemigos no seria muy producente.

 

@@@Hayame Snape Potter Black

[Matthew Black Triviani]

Atrio - Proclamación a Ministro del Black.

Sus orbes negros estaban fijados en su padre, sobre aquel altar, todo un ególatra de primera.

Muchas cosas se conservan con el tiempo, se rehusaban a permutar consientes de que son dueños de una casi perfección. Muerte, sangre, familias rotas, seres queridos en el más allá... Y con cada tragedia más terror entre la población. Pocos eran quienes salían a las calles solos, sin compañía alguna. Incluso se veía a más de un padre de familia tirar la basura por las noches mientras alguien vigilaba tras la puerta con varita en alto... Durante siglos, la penumbra producida por la ausencia del sol había sido utilizada para fines mucho mas macabros que el solo descansar. Sus ojos se fijaron en su madre, quien aun mantenía una actitud bastante sospechosa -Candela ya era rara de todas maneras- pero básicamente, no conocía sus intenciones con la daga que había invocado momento antes, se paro entre el tumulto de gente y recito palabras con sus orbes mercurio en dirección a su padre. -sonrió- Si, a veces se emocionaba de querer causarle daño, pero desde aquella vez en la Manor, nunca se atrevió a hacerlo.

¡¿Su padre, el nuevo Ministro?!, suspiró.

Matthew levantó la vista. Un grupo de sombras se deslizaban entre la multitud y entre ellas, el mayor de los Triviani y Candela habían desaparecido. Lanzó la última mirada molesto antes de cerrar su chaqueta, moverse de donde estaba y salir de ahí, en eso, Aaron lo intercepto y saludo, jugueteando con su chaqueta de forma amistosa, no lo iba a negar, su presencia lo ponía nervioso... Quedo atónito, trago saliva y lo saludo con un leve reconocimiento por su victoria -la cual fue participe, campaña sucia- no solía ser una persona cariñosa, después de todo el Black no lo mataba, porque era su primogénito. Y se alejo suavemente, para que terminara de saludar a los presentes, quienes lo elogiaban sin parar cuan loros.

Antiguas instalaciones de Cooperación Mágica.

Arrugo el ceño, no había entendido nada de lo que decían aquellos extraños, pues hablaban de forma que poco le prestaba atención. ¿Cómo había sido arrastrado hasta acá? pensó. Cruzo sus brazos y se paro en la puerta negando la entrada a todo aquel que quisiera entrar, tal como la misiva de la bruja indicaba.

Se sorprendió por la reciente aparición, ladeo su cabeza buscando la perdida figura de la Zingara, mientras la visita -su padre- lo tomaba por las prendas casi del cuello con suma rudeza, en un tono amenazador, Matthew solamente materializo su varita y la hinco en el estomago del Black. Su rostro permanecía sin reacción, a veces podía lograr, mantenerse a raya frente a él, y solamente le murmuro que no le tenia miedo -aun que por dentro, puede ser que si lo sintiera- y como salvado por una campana, Candela reacciono y confeso haberlo invocado.

En cuanto el Black se giro, y lo soltó, este acomodo sus prendas, con un gesto de fastidio.

 

Ahora estamos todos juntos, Padre se movió, sellando la puerta mágicamente para que nadie saliera Madre sostuvo mientras se apoyaba en una de las paredes de la descuidada oficina.

PD: Me perdí en todo el rol u_ú -lamento si encare mal algún tema- prometo contestar con frecuencia. ♥ los amo *-*
PD2: Las menciones, ññññ. Si no no me entero, padre u_ú

@ @@Candela Triviani @

[Xell Vladimir Potter Black]

En la "Ojo Loco", asimilando las consecuencias de lo sucedido:

 

¿Desde cuándo estaba callada? Desde que había llamado al bando para que nos ayudaran a protegernos pero nadie había venido. NADIE. Una palabra muy corta que se dice muy rápido y que, sin embargo, dolía como una brasa dentro del corazón. Nadie...

 

En la cocina, el elfo Czesar de la tía Haya, nos comunicaba los daños que habíamos sufrido.

 

"Los jardines de este hogar han sido destrozados..." Nadie.

 

"... con franjas, pedazos quemados y zonas de cesped despedazado por todos lados..." Nadie.

 

"... como si alguien que odiara los jardines haya decidido con el pobrecito jardin..." Nadie.

 

"... y en cuanto al pueblo mágico señorita, han elegido a un Ministro que se ha declarado abiertamente mortífago señorita, un mortífago elegido por el pueblo"

 

Abrí los ojos y no vi a nadie, sólo murmuré al aire: "Los mortífagos hubieran venido a ayudarnos. Ellos sí, hubieran venido".

 

Me quedé rumiando esa frase mientras sentía que el odio, la rabia, la frustración, toda una serie de sentimientos negativos que no había sentido hasta ahora, se apoderaban de mi cuerpo. Sí oía a la familia allá reunida, a Tamarindo hablando de su novio y confesando que se había comido mi tarta de cumpleaños, la llegada de la tía Lisette y la tía Hayame, como todos se preocupaban por la ausencia del Sagitas... Sean parecía dominar la conversación en aquella gran cocina de la Ojo Loco.

 

"Si yo fuera del bando mortífago, todos se preocuparía de buscarme y me ayudarían, hubieran venido", seguía pensando, sin intervenir en lo que decían.

 

Babila fue el único que me hizo reaccionar. Acabé centrando mi mirada en él mientras decía que había ganado @ en aquellas elecciones a ministro. Clavé los ojos en él mientras murmuraba su nombre. No le había votado. Había creído que la tía Sagitas era muy capaz de ser la ministra del país pero ahora, ahora mismo, con todo lo sucedido, sonreí al sentir que un mortífago era nuestro Ministro de Magia.

 

¿Alguien me vio sonriendo? Tal vez algún elfo despistado mientras Babila entraba y salía para poner la mesa. Sean y Hayame hablaban de la formación de un grupo en contra de él; ahora me espabilé del todo. No sabía cuanto tiempo había estado así, en silencio. Pero tocaba despertarme, y no que ahora me hubiera dormido, en aquel instante de la cocina. Nooooo... Me refería a toda mi vida, dormida en unos ideales de bondad y buenos pensamientos.

 

Era la hora de despertar y encontrarme con los mortífagos, convertirme en miembro de su bando.

 

¿Y qué mejor que llevarles la noticia de un movimiento en contra del recién nombrado Ministro de Magia? Volví a sonreír y me incorporé de la silla donde había estado sentada todo aquel rato.

 

- ¿El MUCA? Magos Unidos Contra Aaron... - Intenté que no sonara extraña la forma en que dije la frase. - Magos... Unidos... Contra... Aaron... Suena muy interesante, primo Sean.

 

Así que Sean iba a encabezar aquella maniobra, unido con la tía Hayame... Aún no sabía que ella era mortífaga así que me quedé con los dos nombres. Babila entraba y salía y se ofreció a ser el cabecilla, sin saber en qué le metían. ¡Pobre Babila! Lo estaban metiendo en un problema que, si le pillaban, le harían cargar con el muerto. Sonreí un poco más fuerte y me acerqué a los dos.

 

- Yo quiero formar parte de esta rebelión. - ¡Por supuesto, lo quería! Iba a ser quien informara de este intento tan poco serio al Ministro! Si se llegara a convertir en algo más serio, yo estaría aquí para lo que él precisara. En aquel momento, no pensé en nadie como miembro de la familia sino en que el bando mortífago iba a ganar con mi presencia en este nido de contrarios al régimen que se había instalado en el Ministerio.

 

- Deberíamos encontrar a la tía Sagitas - les dije, ahora sí preocupada. No dejaba de querer a la familia. Pero yo sabía que ella pertenecía a la Orden del Fénix porque ambas nos habíamos encontrado en las reuniones. Nunca le causaría ningún mal, la quería muchísimo, pero la podía convencer de que volviera al bando oscuro. Lo sabía, ella nos lo había dicho en alguna ocasión, que estuvo en La Marca y lo vivió como una grata experiencia. Conseguiría que abandonara a esos cobardes y que volviera a donde todos estaban unidos y acudirían a nuestra llamada.

 

¡Lo conseguiría, estaba segura! Ahora mi sonrisa era muy sincera porque Babila me hacía reír. Sí, estaba feliz en aquel momento, con la idea fija que tenía en mi corazón. Me sentía más fuerte, más segura...

 

- Yo firmo, ¿aquí dices, primo Sean? Ayudaré en lo que sea para que esta Rebelión contra Aaron funcione - tomé la pluma y estampé mi firma: Meritxell Vladimir. A partir de ahora, ese sería mi nombre. Xell había muerto en los destrozos de la mansión que la Orden no había defendido.

[Hayame Snape Potter Black]

Cocina

Hayame

Tenía que decirlo. Estaba sorprendida

Después de la llegada de Xell se había esperado algún reclamo, algún intento de la chica de hacerlos entrar en razón o de calmar el asunto en favor de la calma familiar y de algún modo de mantenerlos a todos unidos en aquella guerra que tenían sobre las cabezas; parecía que las elecciones solamente le habían arrojado mayor combustible a las llamas de los países vecinos que ansiaban con todas sus fuerzas el ver arder todo aquel territorio y quien sabe, quizás hasta conquistarlo. Porque después de todo, aplastar un territorio mágico no era lo mismo que tomar el territorio muggle aunque seguramente, estos últimos tendrían consecuencias tangibles si alguien ajeno al país comenzaba a influenciar en las esferas de alto mando

Ni se quería imaginar al primer ministro muggle dominado por un primer ministro italiano

Vaya situación

Y por eso mismo era que la calma y hasta el entusiasmo de su sobrina le sabían tan anti-naturales, tan fuera de sí como una salamandra de fuego arrojandose de repente a un río

Se rascó la frente y entonces, miró el pergamino que Sean les había colocado por delante para que lo firmasen

-Ah!... claro, porque ahora vamos a convertirnos en el ejército de Dumbledore para que cualquiera que lo lea, pueda ver nuestras firmas y entender que somos una bola de traidores y nos capturen más fácilmente... querida, yo que tú cubría mi firma ahora mismo -le dió un par de palmaditas a Xell en el brazo -no, no, no... Sean, prepara un nuevo pergamino, mucho más maldito que este... y si hemos de firmar, hagámoslo usando a los elfos

Dijo con algo de seriedad y casi sintiendo la mirada de pánico y rabia de su propio elfo. Hayame resopló

-Ellos son capaces de disminuir su rastro de magia o modificarlo levemente de manera que si intentaran sentir la magia de estos en las rúbricas, sería muy difícil para ellos saber de qué elfo se trata o a quién le pertenece. De igual manera, ordenemos a nuestros elfos usar nombres falsos que nos representen pero que de todas formas, nosotros podamos ligar entre nosotros para entender el compromiso que estamos haciendo

Les dijo y se cruzó de brazos, antes de voltear a verlos con algo de sorpresa

-Qué?... nunca les pidieron falsificar papeles en el departamento de Accidentes como lo hacíamos Heliké y yo?... oO

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[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Al fin y tenia la atencion de todos. Claro, a Hayame, despues de ver ese brillo en los ojos la tenia mas que bien metida en el barco, tal vez y podria pensar que seria mas dificil convencer a Xell. No la conocia extremadamente belicosa y si como un hermoso ser rubio de luz. A tambien faltaba Sagitas pero de seguro que Hayame me ayudaria a convencerla. Sin embargo todo comenzo a fluir mejor de lo esperado, pues xell o puso reparos. Y es que no esperaba menos si ya habia visto de primera mano las implicaciones de las palabras de Aaron contra la familia...de hecho habiamos peleado codo con codo. Interesante ver esta nueva faceta de Xell, tal vez derrumbaba mi idea de ella como bruja de demasiado gran corazon por una llena de matices mas interesantes.

 

-mmmm si, en eso tiene razon Hayame..aunque bueno la idea era crear algo formal y despues quemarlo la lista en la hoguera-dije en broma ante las muy atinadas declaraciones de Hayame- Aun asi solo hay un problema...yo no tengo un elfo que firme por mi.

 

Ademas, aun estaba eso de los posibles pseudonimos con los que nombrarnos. La verdad es que yo tenia multiples opciones para mi. Claro, no seria el primero en proponerlo, sabia que Hayame era buena en los epitetos asi que tal vez y me sorprendiera.

 

@@Hayame Snape Potter Black@@Xell Vladimir Potter Black

[Hayame Snape Potter Black]

Cocina

Hayame

La bruja dejó escapar una buena risa por lo que ahora decía Sean

-Bueno, convertir en cenizas el contrato no es mala idea sobre todo ahora que tenemos el nombre de Xell en él lo que la pondría en un riesgo innecesario, cierto? -comentó la pelirroja sacando la varita para moverla de modo que un momento después aquel pergamino se diblaba tan apretado, que terminaba del tamaño de una estampilla y la Snape se lo guardaba en sus ropas

Su elfo doméstico rodó los ojos levemente y entonces, la bruja volvió a ver al chico

-No te preocupes por lo del elfo, justamente acabo de obtener uno nuevo en uno de los trabajos que he hecho recientemente por lo del Ministerio... que debo de decir, Matt no se ha presentado a trabajar desde que se hizo el cambio y nadie me ha dicho si van a renunciar!

Soltó de pronto alzando ambas manos antes de colocárselas en la cintura

-A mi me conviene, estoy haciendo su trabajo y eso me deja leer un montón de papeles a los que no debería tener acceso con mi rango normal, pero de todas maneras he visto un goteo levemente invasivo de los demás departamentos en esos donde no les corresponde estar... por no sumar todos los espías que he tenido que estar destazando cada dos días porque se piensan que Accidentes está tan vacío como un falso ataúd

Resopló

-Pero en fin... quedamos con hacer un pergamino nuevo y esta vez, lo maldeciremos apropiadamente antes de utilizar sobrenombres, cierto?

Miró a los chicos y luego, observó a Xell

-Tú que dices?

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[Lisette Ryddleturn]

-Al menos yo no sé que tan buena idea sea el hacer este tipo de cosas justo en este momento... suena a que de todas maneras, se tratará de algo peligroso y en mi caso, me pone algo nerviosa el pensar lo que va a pasar

Suspiró la chica negando un par de veces con la cabeza mirando no solamente a los elfos sino también a la otra mujer que estaba presente y tenía un aura muy rara

Al menos cuando la había conocido no se había imaginado que iba a ser de aquella manera o que al menos, la iba a sentir de una forma que le haría pasar algunos escalofríos

Cuando había conocido a Xell siempre le había parecido un ser de luz, muy parecido a lo que solía ser Ashley dentro de la familia pero era como si alguien le hubiera colocado una mano encima a eso

Y tenía que decirlo al menos para ella misma, se sentía descolocada ante aquella manera de cambio de la bruja y le provocaba removerse el delantal en pequeños espasmos

-Bueno, ella firmó sin sombra de dudas así que algo debe de significar

Comentó en un tono de voz bajito y tímido

[Hayame Snape Potter Black]

Cocina

Czésar

El elfo doméstico les miraba de un lado a otro y dejó escapar un suspiro pesado, negando varias veces con la cabeza aunque trataba de hacerlo de manera discreta: ya no le sorprendía que utilizaran a los de su raza para aquellas labores aunque al menos la Snape tenía razón en una cosa y eso era, que ellos solían ser los seres con mayor control mágico de lo que hacían y en cierta manera, tenían gran poder algo que los magos solían menospreciar de ellos

Al menos hasta que se enojaban y terminaban dándoles a sus amos un buen susto

Este solo pensamiento le hizo sonreír aunque entonces ocultó ese gesto puesto que no quería asustar a nadie en esa cocina; solo faltaba que le dijeran al elfo anciano que estaba teniendo pensamientos homicidas cuando lo que menos necesitaban era una orden de captura distinguida antes de ayudar con las firmas

Suspiró

-Creo que podemos ayudar y quizá firmar hasta dos veces -dijo Czésar alzando una ceja mientras se cruzaba de brazos -pero me parece un poco extraño que tengan que ocultar tanto, pensé que los magos siempre estaban seguros de todo lo que hacían

Comentó alzando la vista al techo de la cocina para luego, ver a Tamarindo y a su novio

Ellos dos se habían portado de forma magistral con él y ahora que estaba despierto era obvio que se sentía muchísimo mejor, ya que se había levantado y ahora, hablaba con ellos otra vez; pero eso no significaba que no sintiera dolor, por lo que emitió un fuerte quejido después de unos momentos y se sostuvo de una silla cercana, como si el mismo recuerdo de sus heridas lo hubiera empujado a sentirlas con mayor fuerza otra vez

-Malditos magos y sus malditas varitas...

[Lisette Ryddleturn]

Lisette negó varias veces con la cabeza y dejó salir un suspiro cuando escuchó al elfo, casi como si este la hubiera apoyado en cuanto a la idea de que era terrible usarlos a ellos

Al menos ella no apoyaba esa inclinación de que para todo tuviesen que depender de ellos como si fueran la única válvula de escape para que tuvieran que esconder su magia

Miró a Tamarindo y a Xell

-Ustedes que piensan de que en verdad tengamos que firmar esto y de que hagamos un grupo anti-Ministro de magia justamente cuando en medio de la guerra, todo esto que hagamos se podría volver en contra de nosotros y nos arrastraría a bueno, problemas bastante más graves que un simple ataque?

Les preguntó mientras que arrastraba una silla hacia atrás para poderse sentar, como si el hecho de estar pensando en tener que esconder algo como aquello fuese bastante cansador

-No lo sé, no me convence del todo y tengo que admitir que incluso me siento bastante asustada de lo que están pensando

Cerró los ojos y se pasó la punta de los dedos por los parpados, volviendo a negar con la cabeza

[Hayame Snape Potter Black]

Cocina

Hayame

La bruja ladeó la cabeza por unos momentos y alzó la mirada mientras intentaba no desesperarse y se cruzaba los brazos, escuchando toda la conversación que sacaba Lisette; entendia que estuviera asustada, entendía el punto de que aún con la ayuda de los elfos no quisiera involucrarse en aquello pero era justamente cuando estaban metidos en todo ese lío de la guerra y cuando el Ministro actuaba de forma tan extraña, que necesitaban más que nunca todas las manos posibles

Unos momentos después la Snape levantó una ceja y ladeó la cabeza, mirando a su renqueante y viejo elfo que se unía a la conversación con su eterno gesto de malas pulgas

-Ya comienzas a parecerte a Harpo, sabías eso? -le soltó a Czésar fingiendo que comenzaba a reírse para entonces sacudir la cabeza y mover la varita en dirección del elfo, apareciéndole una silla para que pudiera acomodarse, al menos una silla tamaño elfo -no deberías moverte pedazo de tonto, mira que vas a hacer que lo que hicieron el pobre de Colter y las preocupaciones de Tamarindo sean en vano

Bufó de mala manera y se golpeó el hombro con la varita un par de veces

-No seas tan desconsiderado y descansa, que si vuelves a salir lastimado nomas porque por tu trapo caderón se te dió la gana levantarte, tú y yo vamos a tener una conversación bastante fea sobre lo que es cuidar de la salud personal -le riñó aunque intentó no ser tan severa, ya que agradecía que hubiera demostrado tanto porte durante un ataque en contra del pobre Hufflepuff