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$$ Comercio de Muggles $$


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Matthew Triviani Black

Espía del Ministerio Mágico

 

Negó todos esos pensamientos tan rápido como llegaron y dio media vuelta. Necesitaba investigar que sucedía, si esos rumores eran verdad y porque aparecieron justamente ahora. Un poder como ese seria peligroso en manos equivocadas, incluso en sus propias manos, sabia que era tentador usarlo de una manera indebida para muchos, pero correcta para él. Sonrió satisfecho, al imaginar en tan solo un par de segundos todo lo que podría hacer con una red de trafico humano como aquella. Camino directamente hacia los puestos. Empujo a varios magos en su camino y tomo por la fuerza a uno de los elfos que acompañaban a una bruja, simplemente clavo sus negros ojos en su pálido rostro y chistó; mejor seria que no atreviera a dirigirle la palabra o le cortaría la lengua.

Primero llegó Isabella, la cual había saludado de imprevisto con un beso en su mejilla, parpadeo rápidamente durante unos micro segundos, su cuerpo se había congelado completamente por tal muestra de afecto, algo que no estaba acostumbrado a recibir de las personas y que no eran demasiado agradable para él.

 

Pateó al elfo que intentaba soltarse de las garras del gitano: ¿acaso quieres morir? murmuro bajando su mirada . ¡Entonces quédate quieto, maldito infeliz! le gritó al elfo y éste acato su misiva.

 

Luego su hermana apareció, su distintivo aroma a calas y tabaco, la podía oler a kilómetros.

 

Triviani poco había compartido con ambas, pero como era costumbre -o quizás para él que era bastante maniático, compulsivo y obsesivo- le gustaba investigar la vida de sus familiares. Así que las conocía aunque ellas no supieran con exactitud hasta que punto había llegado. Ahora tenia la coartada perfecta para meter sus manos en los asuntos ajenos.

 

Te comprare un esclavo, Oriánthi. se rió mientras tocaba su hombro.

 

¿Que le había pasado al rostro de Isabella? se desfiguro, y a unos cuantos metros una bruja parecía estar disfrutando de aquel espectáculo... Aquel parecía ser un buen indicio, jugar con las magias profanas y prohibidas del mundo eran uno de sus talentos. Extendió su brazo y de su manga, directamente hacia la palma de su mano su varita había caído; Arena de Hechicero, mientras dio un pequeño circulo de ella, los huesos cristalizados de un mago muerto a causa del fuego mágico, que el mismo Black había lanzado, se manifestaron desde el suelo en una fina capa, que dejaría ciega a la mujer de piel nívea con labios rosados.

 

Eres una despistada rodó sus ojos Deberías estar más atenta a quienes intentan jugarte bromas respiro profundo , concuerdo con mi hermana, por más que deteste hacer eso... Pero, deberías matarla.

 

Devolvió su mirada a la mujer de estatura media, su zapato ahora era una Avispa Marina, su visión se había oscurecido, ¿que haría al respecto?

 

 

@@Sherlyn Stark @Oriánthi @Isabella Hawthorne

 

edito pq no salen las etiquetas +.+

Editado por Matthew Triviani

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Sus manos comenzaban a temblar de manera incensante por lo que dejó su varita sobre mesa de aquello que simulaba ser una mesa de un bar. Era un sitio viejo, sucio y oloroso, como todo lo que se practicaba allí; por lo menos así lo consideraba Sherlyn. La cantidad de gente, el fastidioso ruido y su indignación por conocer un lugar como aquel impidieron que sus ideas se conectaran.

— ¿Qué hice? —susurró para sí misma.

Jamás había implementado la violencia, menos en un lugar público y muggle, por lo que trataba de encontrar razones que la justificaran. Estaba claro que la reacción física tras el suceso le hacía entender que había hecho algo que pudiera considerarse moralmente mal. De todas formas, trató de relajarse, primero dejando de fruncir el ceño y luego haciendo frente a la situación.

Con dificultad por la escasa luz observó, desde esa posición, las figuras que se encontraban con la persona atacada, un hombre y una mujer de apariencia arrogante. No podía oír la conversación. Fue hasta ese momento cuando se dio cuenta que la situación podía ser peligrosa y se le ocurrían diferentes desenlaces. No había dudas que había algo en ellos que le causaba inquietud.

— ¡Auch! — dejó escapar sin importar que su exclamación se escuchara a unos metros de ella.

Inmediatamente tomó su varita con firmeza. Aún le temblaban los dedos de la mano con la cual la sostenía; pero no permitiría que eso quedara de esa manera. Utilizando su otro pie, retiró la avispa marina a unos metros de ella dejando que desapareciera por sí sola. Claro, no asesinaría a una criatura mágica aunque fuera producto de una bruja imprudente y mahumorada.

Involuntariamente frunció el ceño centrándose especialmente en esa situación de manera puntual; restando importancia a todo lo demás que ocurría a su alrededor, como al mago que había encontrado a viejos amigos muggles o aquel que se dedicaba simplemente a beber las insípidas sustancias que ofrecían. Se sorprendió al notar que era la única en preocuparse en tomar medidas, claro, arriesgadas pero que podían resultar efectivas a corto plazo.

«Disparo de Flechas» pensó dirigiéndose a los tres.

Al mismo tiempo todo quedó oscuro. Podía deberse al efecto de algún hechizo que habrían implementado alguno de los acompañantes. Aún así, sólo esperaba que las flechas siguieran el trayecto indicando, dejándoles heridas graves en los puntos especificos del cuerpo. Se apresuró a pensar: «Salvaguarda Mágica».

Algunas de las flechas habían seguido un recorrido diferente al indicando, pudiendo hacer daño a otras personas del lugar.

OFF:

@ @@Eobard Thawne @Oriánthi @@Danny Lestrange @

Cualquiera que quiera unirse. @ (?)

 

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—No estoy loco, al contrario. Será un gusto ir a trabajar con una familia de magos.

 

Le responde el chico muggle frotándose la oreja mientras mira malhumorado a Danny, quien solo se cruza de brazos con una expresión seria. Al mago le preocupaba aquello, que hubiese muggles que de forma voluntaria aceptaran irse con magos así nada más. Se notaba claramente que no tenía la menor idea de lo que les podría pasar, y en su desesperación, Danny señala al grupo de magos que al pacecer estaban teniendo un enfrentamiento con magia y le hace la seña a su amigo para que se diera cuenta.

 

—¿Ese es el trato que esperas recibir?

 

Le pregunta Danny levantando la voz obviamente de mal humor, justo en el momento en que uno de ellos riñe a un elfo de forma bastante dura. El mago entendía que algunas personas (sin importar si pertenecen al mundo de la magia o no) suelen ser bastante crueles o duras con el trato a los que no consideran como sus semejantes, pero de pocos meses a la fecha parecía estar inmerso entre personas así. Totalmente. Y ese mundo le preocupaba, tenía la necesidad de salir corriendo.

 

—¿Entonces ya los conocías? ¿Sabías de su existencia y nunca me contaste nada?

 

Le pregunta el chico muggle, Danny desvía la mirada y el otro muchacho es quien cambia su expresión a una de molestia. Habían sido vecinos y amigos desde pequeños, quizá era el único amigo que el mago tenía pero por el secreto mágico era imposible revelarle su condición aunque siempre lo había deseado por la confianza que le tenía. Su amigo tenía razón, si tan grande era la amistad entre los dos y Danny había guardado secretos de su amigo, secretos importantes...

 

—Mira... yo no podía debido a un reglamento que se nos prohíbe...

 

Y fue ahí, sin darle tiempo a responder a su amigo, que Danny saca su propia varita del bolsillo de su chamarra y le hace una seña para platicarle su historia. Después de todo el mundo ya no era el de antes, todos conocían la existencia de todos y aunque en ese momento parecía existir una especie de "supremacía mágica" no siempre sería así, y qué mejor que su amigo se entere de una vez por todas por qué Danny era tan reservado para ciertas cosas.

 

—Sabía que la sordera no era lo único raro que tenías.

 

Responde el chico muggle sin rastro de estar enojado, Danny lee sus labios y ambos se ríen mientras se cuidan de no recibir un hechizo perdido. El joven mago debía hacerle entender a su amigo que no todos seres mágicos eran buenos o al menos pacíficos, sino que existían algunos bastante peligrosos y capaces de lastimar a cualquiera que no cumpliera con sus expectativas o lo consideraran inferior. Y frente a ellos tenían un claro ejemplo que pone al muchacho sin magia a pensar en el justo momento en que Danny le habla.

 

—Odio los duelos, ¿Sabes? Me falta mucho para llegar al nivel de esos magos y si se me ocurre intervenir soy un hombre muerto. Incluso usan algunos hechizos que yo ni siquiera había leído en ninguna parte... al menos no se comportan como yo lo esperaría.

 

 

 

 

@

@@Sherlyn Stark

Editado por Danny Lestrange
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CASA DE SAGITAS

 

En la casa de Sagitas, las cosas parecía que se habían vuelto bastante tensas en menos de lo que duraba un suspiro aunque debía de estarse comenzando a acostumbrar a eso

 

Ya no había pasado tanto tiempo desde que ella llegara a aquel pueblo así que cuando aquel día decidió ir a visitar a la familia lo último que habría imaginado sería esa escena

 

Su ex novia estaba en esos momentos pegada a una pared como si alguien le hubiera plantado un crucifijo por delante de las narices al menos por los ruidos que hacía fuertemente

 

El elfo doméstico de la bruja pelirroja también parecía bastante tenso y cuando los ojos azul claro de la bruja se fijaron en lo que estaban viendo, entonces pudo comprender

 

Aunque a su mente lo que venía era el recuerdo de otro clerigo, uno muy lejano en italia que casi la mataba en una trampa y por eso su corazón ahora se aceleraba con dolor

 

Y podía ver que esa persona ni siquiera era un mago, a todas luces se notaba que era un muggle así que se quedó parada en el mismo lugar antes de hablar con una voz tan chiquita como la de un pajarito

 

-Sagitas... quién es él?

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http://i.imgur.com/7WhajUW.gif ♥ TE AMAMOS SAGITAS ♥

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Para su suerte, no tuvo que esforzarse con el repentino ataque de la bruja, al contrario, esperaba que ella reaccionara ante la provocativa jugada del gitano, una media sonrisa lóbrega se dibujo en sus finos labios carmín, la situación se empezaba a caldear, disfrutaba demasiado los enfrentamientos espontáneos entre colegas mágicos desconocidos.

De su bolsillo saco un pequeño frasco que contenía Polen de Lirios de Fuego. Lo analizo por unos segundos mientras invoco un Obsistens, aquella barrera semi circular de materia luminosa absorbiera cualquier ataque dirigido hacia su persona, dejándolo totalmente intacto. Sus ojos azabache se encontraban perdidos dentro del frasco, aquellos pequeños polem chispeantes parecían desesperados por salir, lo que hizo replantear sus opciones.

Su misión era encontrar a su hermano Jeremy, raptarlo y alejarse un rato de Londres. Rápido, sencillo y sin demoras innecesarias. Y había logrado entrar al lugar sin que lo interceptaran precisamente porque conocía los juegos malditos de su hermano sino aun estuviera en la puerta lidiando con alguna trampa. Se las había arreglado para entrar por uno de los costados, escabullirse por un pasadillo oscuro cuando había escuchado las voces aglomeradas y encontrarse con ambas brujas que le servirían de cuartada. De haber sido él el bueno del cuento, habría cuestionado la seguridad de sus acompañantes pero él era el malo y, por lo tanto, quien tenia que cuestionarse era el mismo, sobre todo lo que respectaba a sus modales.

Pestañeó.

Volviendo al asunto de donde se encontraba el pelinegro, se podía notar en su expresión como estaba teniendo problemas para ubicarlo; tenia el ceño tan fruncido que sus cejas estaban formando una linea perfecta de color negra sobre sus ojos negros, únicamente separados por la linea donde el entrecejo se juntaba y tenia los labios torcidos hacia un lado, como un niño caprichoso.

Ori pronuncio mientras su voz descendía luego de cada letra.

La bruja sabia perfectamente lo que Matthew pretendía, levanto su antártica mirada hacia Isabella y simplemente se metió por el tumulto de personas. Esperaba que terminasen con la vida de aquella niña pronto, mientras tanto, un poco de escándalo dentro del galpón no vendría nada mal para concretar sus planes.



@@Danny Lestrange @@Sherlyn Stark @ @Oriánthi

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Padre Andrew

En el exterior de la Mansión Potter Black


En otras circunstancias, el Padre Andrew hubiera acompañado a las visitas a la sacristía y les hubiera ofrecido algo de pan o queso, comida frugal con los que demostrar que eran bienvenidos. Ahora, era lo contrario y algo similar. La mujer de pelo violeta me había agarrado del brazo, algo que normalmente nadie hacía, me había arrastrado por los jardines, sin dejarme parar a oler los jardines o ver los detalles de las estatuas que los adornaban. Me llevó al interior de la mansión y tuve que cruzar la mirada con varias armaduras que parecían no quererme en la mansión. Crean que él tampoco quería estar allá, se arrepentía de haber cedido al impulso de venir a verles.

 

Pero después empezó a hablar y ya no sabía parar. ¿Le habían hechizado para que no pudiera callarse? O podía ser que él tuviera tantas ganas de hablar que no podía parar. La mujer llamada Sagitas le había dicho que se explicara y en eso estaba.

 

- ¿Qué es un elfo? ¿Esos humanos altos y de pelo rubio con orejas puntiagudas que saben manejar los arcos y ven a mucha distancia, como en las películas del director Peter Jackson?

 

Al Padre Andrew le gustaba el cine. ¿Tendrían cine los mágicos?

 

- Uno de mis feligreses me dijo algo que no puedo decirles por secreto de confesión. Lo siento, son reglas sagradas. Sin embargo, sí puedo enseñarles la carta que me envió porque eso vino por correo aéreo, literal, apareció en la iglesia como si fuera un avión de papel.

 

El Padre extendió el papel desdoblado para que lo leyeran tanto Sagitas como el chico llamado Matt, su hijo.

 

Una mujer gritona entró en la habitación y se comportó de manera extraña.Le miró y cambió de cara: sus ojos se volvieron rojos y sus colmillos crecieron, sus uñas también.Detrás de ella, una criatura deforme con orejas puntiagudas que hablaba.

 

- ¡Dios bendito! ¡Un vampiro y un demonio! - Rebuscó en su bolsillo y sacó una cruz de madera con el cristo clavado en ella. - ¡¡Vade Retro, Satanas!! ¡Señora Sagitas, necesita que haga una ceremonia de Exorcismo, tiene un demonio en su casa! ¿Tiene una estaca de madera para matar al vampiro? Es una tradición religiosa muy antigua pero puedo ayudarla. ¡Dese prisa, va a atacar a esa hermosa jovencita rubia!

 

 

 

:lol: :D

Editado por Xell Vladimir Potter Black

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Mansión Potter Black:

Si pretendía que todo acabara pronto e irme a dormir, fue imposible. La situación cambió en un segundo. El Padre Andrew intentaba explicar lo que le había traído a la mansión y yo intentaba contestar sobre qué era un elfo sin entender bien qué era eso de Peter JAckson. No me sonaba entre mis familiares ni conocidos. Después nos enseñó un papel y dijo que era de uno de sus feligreses. Sólo podía enseñarnos eso porque era un secreto de confesión.

 

-- Le entiendo, Padre Andrew. Yo también soy Sacerdotisa y sé lo que quiere decir.

 

Leí aquella carta. Era muy escueta. Decía que tenía razón en que vendían muggles como esclavos y que no sabía a quien recurrir. Firmaba S.S., ¿quién sería?

 

-- Si me deja la carga, puedo preguntarle a Sean. Es muy famoso por saber moverse por los bajos fondos. Seguro que encuentra algo sobre un mago que se llame S.S. Porque es un mago puesto que si le envió como avión de papel, es un hechizo-memorandum.

 

Me parecía que eso ya lo sabía el Padre Andrew, pero yo quería que supiera que era lista. Le mandé una llamada vía lechuza a @@Sean -Ojo Loco- Linmer para preguntarle si podría hacerse cargo de esa investigación. Y fue en ese momento cuando todo se transformó en caos.

 

Sentí la voz de Hayame, algo normal y cotidiano, sin más problemas añadidos, hasta que me di cuenta que había un Padre Anglicano en la misma sala que ella. ¿En serio los vampiros y los curas se llevaban tan mal? Parecía que sí. Hayame retrocedió ante su presencia, sacando los dientes y el Párroco avanzó hacia ella con una cruz en la mano.

 

-- ¿Pero...? ¿Qué demonios...? -- Era una expresión pero entonces entró en escena el elfo Cézsar y se dispuso a defender a su Ama. Fruncí el ceño. El Padre le había llamado demonio al elfo. -- Cézsar, es un invitado.

 

Mi tono fue de enfado, no tanto por su reacción como por no darme cuenta de lo que podía suceder si estaban juntos. Hasta ahora, no se me había presentado un problema de este tipo y no tenía una solución sensata para ello.

 

-- ¡Gracias a la Diosa, Lissette! ¡Ayúdame! Es un invitado que nos trae una información importante. Se llama Padre Andrew y es amigo de Xell. Es alguien muy amable aunque ahora mismo no lo parezca por su... su... cruz alzada como una arma pero... En serio... ¡Esto es ridículO!

 

Me puse en medio de la escena, a un lado el Párroco con la cruz en alto como si fuera un estandarte; al otro lado, el elfo, Lissette y Hayame, a quien le crecían los dientes como si fueran agujas. Suspiré y di una patada en el suelo, signo de que estaba muy enfadada. ¿Por qué no me ayudaba Matt? ¿Estaba disfrutando de la situación.

 

-- Hayame, él es la persona que salvó a Xell y a Ithilion el Día que estalló la invasión de Londres por el ejército búlgaro, los refugió en su iglesia y les dejó pasar allá la noche hasta que pasó el peligro. Le debo la vida de mi hijo. Padre Andrew, la pelirroja es mi hermana Hayame. Sí, vale, es una vampiro pero a la familia se le permiten todas las excentricidades sin juzgarla. Y no va a atacar al a rubita que, por cierto, se llama Lissette y es su novia. Y el demonio no es un demonio, es un elfo. Como ve, nada de rubito y alto, es una criatura que defiende a su ama ante cualquier ataque así que... Baje la cruz y tú guarda los dientes... Espero que esto se pueda convertir en una conversación civilizada sin llegar a exorcismos ni mordeduras. ¿Entendido?

 

Vale, algo dura, sí, pero soy la Matriarca y en mi casa, impongo mis órdenes.

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Mansión Potter Black

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La bruja tenía los ojos de un rojo encendido y al ver la cruz ya se imaginaba lo que estaba por suceder... solo le venían las memorias de su etapa como humana normal, uno de los mismos que alguna vez había compartido su sangre atándola a un poste con la intención de convertirla en cenizas siendo ella apenas una cría verdaderamente pequeña... condenada sencillamente porque se había amistado con dos seres de las sombras que jamás habían atacado a nadie en la aldea donde había nacido...

 

No le importaba la cruz que alzaba sino la fuerza del espíritu de ese muggle, que a sus ojos danzaba en colores como si estuviese retándola a alimentarse de su vida para en un segundo, acabar con la de ella...

 

Apretó levemente los dientes por un segundo y los mostró una última vez a aquel sacerdote antes de finalmente, resoplar con fuerza a través de la nariz y entornar los ojos; en cierta forma le causaba gracia la expresión de Czésar, completamente ofendido por haber sido llamado "demonio" pero en esos momentos tenía otras cosas de las cuáles preocuparse

 

Especialmente porque...

 

-Salvó la vida de Xell? -dijo despacio y buscó entre los presentes con la mirada, una confirmación de ello. Además, dijo que había salvado a su sobrino así que... -y... porqué les salvó?... pensé que el clero estaba rotundamente en contra de los seres mágicos... -inquirió entornando los ojos con cuidado sin dejar de ver a aquel sujeto con gesto de sospecha

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Decidí salir de Quimela lab puesto que mi madre se había espumado quien sabe donde, mi hermana Frankie no había contestado al llamado y el niño hijo mio parecía que tampoco me prestaría atención, detestaba cuando eso pasaba me daban ganas de quemar todo a mi paso...maldito ego siempre hambriento de elogios. Caminaba de vuelta a la subasta con mi dulce sonrisa en el rostro, entonces a mi mente vino una idea, ya sabia a quien llamar para que mi día sea un poco mas entretenido, buscando en mi bolso un pergamino y mi confiable vuela pluma pensé como empezar el pequeño texto.

 

 

 

@-Eterno Black Triviani Mi amado lobito: Primero que nada te extraño, Segundo espero que no estés tan ocupado...señor canciller, Tercero quieres reunirte conmigo en una subasta?, si es así mi cielo te espero en el puerto xxxx desde ahora. Mi intención es pasar un rato con mi novio y ver que podemos adquirir. besos Lady.

 

Termine de dictar para luego hacer un elegante gesto con mi mano derecha a mi sombra y hacer surgir de ella a Court quien raudo voló a mi hombro, el cuervo de ébano y mirada roja cedió su pata derecha para que atara el mensaje en ella, luego se elevo majestuoso al cielo para cumplir su misión.

 

-Bueno...veremos a quien me encuentro por acá...- Retome mis pasos sin rumbo fijo prestando atención para ver si encontraba algún rostro familiar.

 

Me era aburrido estar sola ciertamente, me hacia falta compañía urgente, el lugar estaba lleno de personas pero nada que me llame la atención, a lo lejos la voz del subastador y de aquellos que se encontraban en la puja, parecía que los magos estaban desesperados por obtener algo sin importar el costo, podía ver sus sonrisas complacidas cuando lograban su objetivo.

 

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@ @Danny Lestrange @Oriánthi

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Mansión Potter Black

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-Demonio!!

 

El elfo definitivamente se sentía ofendido y sus ojos se abrían por el horror y la sensación que le había causado el hecho de que lo llamaran de aquella manera; la cruz que dirigía hacia su ama no lo incordiaba a él, sabía que los humanos religiosos no solían ser conscientes de que los vampiros tenían tantas razas como las tenían ellos mismos pero de todas maneras, entendía el porqué de la irritación y la agresividad de esos momentos con los que la nieta del gran Esparta intentaba colocar una barrera entre el clérigo y ella.

 

Pero al fin, la señorita Sagitas la había calmado... pero no estaba seguro de aquel sacerdote...

 

-Le quedo muy agradecido desde el fondo de mi alma, ama Sagitas -dijo Czésar caminando para quedar enfrente de la bruja pelivioleta e inclinarse agradecido -el amo Esparta siempre la tuvo en alto junto con sus nietas así que le agradezco que extienda esa amabilidad usted hacia su siervo

 

Terminó de decir para después, observar con los ojillos entrecerrados al religioso

 

-Entonces... ahora los magos traerán muggles a sus hogares como si también fueran seres mágicos? -preguntó curioso pues jamás creyó que llegaría el día en que quizá el se viera sirviendo a los muggles también

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