Constelación perdida - Marzo 2024

[toji]

Fushiguro, Toji 

Primeros Auxilios 

Fushiguro no se había fijado en que ya se encontraban frente al árbol sagrado, lopuna, la neblina de la que habían intentado escabullirse lo había engullido. El encantamiento que Toji utilizó no re había resultado de mucha utilidad, aunque al menos había llegado junto a sus compañeros, quizás debido a su instinto de supervivencia, quien sabe... La densidad de la niebla era mayor a medida que escuchaba con más nitidez las voces de las personas que conformaban el grupo de expedición. Fushiguro sentía como los párpados le pesaban cada vez más y más, su cuerpo se debilitaba de manera rápida, sentía como si su alma quisiera salir huyendo despavorida de su cuerpo y solo su piel y huesos la mantuviesen encerrada. Estaba agotado... exhausto.  

--No puedo más-- susurró con agotamiento, pero al parecer nadie lo podía escuchar. Los compañeros estaban cada uno con sus cosas, como si el nipón ni siquiera estuviera ahí junto a ellos. --Es que no me escucháis? —continuó intentando alzar la voz, pero sin apenas conseguirlo. Calló rendido sobre sí mismo y se desplomó en el suelo, junto al árbol y sus compañeros que ni se inmutaron... quizás no lo veían o quizás ellos mismo estaba experimentando sus propias complicaciones.  

Su espíritu/alma salió de su cuerpo y fue transportado a la villa en la que vivía de pequeño. Era tal y como la recordaba, incluso más más clara que en muchos de los sueños que tenía sobre su infancia. --¿Por qué estoy aquí? --preguntó Fushiguro.  

Normalmente cada que soñaba con su familia era el mismo sueño, la misma pesadilla. Era el instante en que el hermano de su padre se alzó contra él y lo asesinó dejándolo huérfano. Toji era hijo único y heredero de la familia real japonesa, pero su tío, un hombre ambicioso quería el poder para él. Pero, en esta ocasión había sido llevado momentos antes de la caída de su familia. ¿Quizás estaba allí para salvarles? ¿Ese era su cometido? El corazón del nipón iba a mil por hora, se encontraba en una encrucijada, podía salvar a su familia y no quedar huérfano o quedarse como mero espectador y dejar que el hilo del destino siga su curso. --¿Qué podrías hacer para salvar a tu familia? -- dijo una voz femenina que Fushiguro no conocía. -- ¿Acaso crees que puedes burlar a la muerte? --añadió seguidamente la voz femenina.  

El tiempo pasó muy deprisa como en una película que se avanza a cámara rápida. El alma de toji se encontraba en el salón de la casa de sus padres mirando la escena que tanto le había marcado en la infancia y lo que había constituido a formar su carácter y estilo de vida. Los cuerpos sin vida de sus padres yacían en el suelo, desangrados. Su tío, que había formado parte de su vida desde que nació, también estaba junto a ellos sosteniendo la katana ensangrentada con la que los había asesinado. Fushiguro no perdió oportunidad y se avanzó a hacia los cuerpos con la varita en mano pensando en los conocimientos que había adquirido sobre magia sanadora para poder salvar la vida a sus padres. Se llevó las manos a al colgante que guardaba debajo de la camiseta y lo sacó para apretarlo y convocar la magia de curación. Colocó las manos sobre el cuerpo de su madre primero, pero no pasó nada, al cabo de unos segundos lo intentó con el cuerpo de su padre, pero el resultado fue el mismo, nada...  

--No insistas... hay cosas que no puedes curar con el escaso poder que tienes ahora...-- la voz de la mujer volvió a retumbar en su cabeza. --sí accedes a la magia que te ofrezco quizás tengas la oportunidad de salvar a otros...-- prosiguió retumbando en su8s pensamientos. --Quiero poder salvar a la gente que me importa—dijo fushiguro sin dejar de mirar los cuerpos sin vida de sus progenitores.  

De pronto, la sangre que cubría el cuerpo de los padres del nipón se tornó transparente y espesa como la savia de los árboles. --Con ello puedes ayudar a las personas que necesites salvar... úsalo con cabeza—Fushiguro sintió como su alma volvía a su cuerpo mientras la voz que le hablaba se alejaba lentamente de su cabeza. El pelinegro seguía tumbado en el suelo junto al árbol sagrado que habían venido a ver. Nasha y el guía local esperaban pacientes junto al lupina. —Señorita Montpellier, creo que savia no nos vendría mal para potenciar algún hechizo o encantamiento sanador—dijo el japonés mientras se acercaba a la líder de equipo. --Si mi compañero Yaxley está de acuerdo conmigo para intentar algunos contramaléficos o encantamientos sanadores mientras combinamos la magia de la naturaleza que nos ofrece el gran árbol-- finalizó exponiendo el medio plan que había trazado en el último segundo.  

Editado 11 Marzo por toji
poner en rojito los hechizos

[Rory Despard]

Nasha Montpellier

La bruja empezaba a impacientarse. Solo Heberth parecía medianamente encaminado, aunque Montpellier no sabía si Pés Leves realmente sería buen maestro o el muchacho un buen aprendiz. Alzó la vista entonces para inspeccionar la lupuna. Las voces se habían retirado pero todavía la energía mágica se percibía, y perturbaba el ambiente.

Era un fenómeno muy extraño realmente. Pero comprensible en una planta con siglos de vida. Mientras más antigua, la magia tenía alcances más poderosos y la lupuna no era la excepción. ¿Qué otros poderes secretos tendría esa planta? ¿Sería que debido a su antigua estirpe de generaciones de magos, tanto Malfoy como Yaxley estaban teniendo pruebas mucho más difíciles que los demás?

Su observación contemplativa se vio interrumpida de repente por la voz de Fushiguro. Nasha esbozó una sonrisa de alivio al comprobar que el muchacho había superado la prueba, quizá la primera sonrisa que se permitía en esas largas horas de misión  y asintió a lo que mencionaba respecto de la savia. 

— Si la visión te ha revelado eso, puedes proceder. a recolectarla Asegúrate de reunir la suficiente, porque son casi una veintena los que han caído en el mal del sueño. Yaxley podrá ayudarte, es probable que el árbol madre le  asignara la misma misión que a ti, pero no podremos saberlo con certeza hasta que despierte.

Apenas había terminado de decirlo, cuando el bosque por entero retumbó y bandadas de pájaros saliendo volando desde las copas de los árboles.  Nuevamente Nasha percibía oleadas de turbación mágica en el ambiente. El desequilibrio roto por la desaparición de la constelación estaba afectando cada vez más a los seres vivos. La intuición de los animales no era algo que pudiera permitirse eludir.

Se les acababa el tiempo.

Había visto a unos cuantos de ellos usar la magia de los uzza, y eso la animaba a creer que lo que estaba a punto de decirle a Toji resultaría.

— En cuanto termine tu misión, parte de regreso al castillo, Fushiguro. Tú que conoces de esa magia uzza, emplea los portales para que llegues de inmediato. Me temo que ese retumbar solo es augurio de malas noticias. Me encargaré que Yaxley vaya contigo en cuanto le sea posible.

Era un compromiso enorme en el que se estaba metiendo, pero no dejó que trasluciera a sus gestos una sola de sus muchas dudas. 

@ toji

[heberth portillo]

Heberth Portillo Delacour

Transformaciones

 

La sueva brisa que hacía mecer las hojas de la Lupuna, era algo que relajaba; y al ver que el caipora Pés Leves me miraba con cierta fijeza, puede sentir nuevamente el suelo en donde me encontraba acostado; aunque no recordaba haberlo hecho; pero si tenía claro la visión que había visto; al ponerme nuevamente de pie, puede ver como el Caipora, se encontraba junto al tronco del árbol y me miraba fijamente como en aquella visión; así que tome la iniciativa y me acerque un poco más, evitando tropezar con las raíces que sobresalían del suelo.

 

~ Disculpa Pés Leves; es que acabo de tener una alu... ~ Fui interrumpido cuando este comenzó a explicar ― Las hojas de la lupuna solo pueden ser sacadas por medios mágicos. Entre los nuestros, los más antiguos cuentan historias de que sus hojas devuelven el alma a los que la perdieron y ayudan en general a que toda cosa perdida encuentre su camino. A mí, la madre lupuna me mostró que debo enseñarte el arte de la transformación, así que compartiré esa sabiduría contigo, pero cuando todos los demás se hayan ido. Hasta entonces recolectemos las hojas. ― Al terminar de decir esas palabras, solo asentí con la cabeza en forma de aceptación a la condición propuesta por el caipora, para comenzar con el arte de la transformación.

 

Después de unos minutos y gracias al consejo del Caipora Pés Leves, sobre como recolectar debidamente las hojas, utilizando el encantamiento Wingardum Leviosa; hacía unas hojas que estaban en el suelo, haciendo elevarse para tomarlas; pues el Caipora me comento que si estas se levantaban directamente del suelo con las manos, esto haría que perdieran su efecto mágico y se convirtiera directamente en hojas secas sin ninguna propiedad mágica.

 

Tras terminar de recoger la cantidad de hojas que el Caipora me indico, de la manera como me había indicado; pude ver que prácticamente ya todos los demás se había ido de la zona donde estaba la Lupuna; Encontrándome solo con Pés Leve, me quede esperando que este me diera las indicaciones para continuar con el arte dela transformación.

 

 

@ Rory Despard  @ Noeline Malfoy McFarlan  @ Orión Yaxley  @ toji

[Rory Despard]

Nasha Montpellier

Un nuevo retumbar del bosque hizo que Nasha decidiera ir del otro lado del enorme árbol de lupuna,  decidida a saber definitivamente qué era lo que había sucedido con Yaxley y Malfoy. Su demiguise de usul, en cambio, permaneció cerca del árbol, observando como Pés Leves y Heberth iban recolectando las hojas del árbol madre.  

Ella sabía lo que vendría después, pues cuanto más veía a ambos trabajando en esa recolección, más fuerte se hacía la visión del mago, aprendiendo los antiguos hechizos de transformación no verbal.

La transformación era un arte propio de los cairporas transmitido de generación en generación. En realidad, recelosos de su conocimiento no solían compartirlo con humanos, peor ya extranjeros, pero esta vez era distinto, pues el propio Pés Leves había tenido la visión del árbol madre y había visto con sus propios ojos que ella aceptaba a Heberth. ¿Si ella que era capaz de ver en los corazones de la gente había dado su consentimiento, cómo una criatura ínfima como él podía oponerse?

Fue por eso que dejó que el mago pacientemente recolectara las hojas, utilizando para eso encantamientos propios de su cultura de magia con varita. A la criatura se le hacía sumamente extraña la necesidad de los europeos de usar esa clase de recursos, en lugar de aprender el control de su propio cuerpo y convertir cada parte de él en un conductor de la magia de la naturaleza, pero el chico era excelente, mostraba mucho cuidado y serenidad, y era justo eso lo que necesitaba que reforzara para dar el siguiente paso.

Nada dijo entonces, hasta que lo vio concluir la tarea. Solo entonces, con paciencia, le pidió que cerrara los ojos, que se concentre solo en su voz y que escuchara atentamente los sonidos de su propio cuerpo y de qué manera tenía que sentir la magia corriendo de él, desde la planta de los pies hasta la cabeza.

— Transformarse implica moldear nuestro cuerpo. Comprender cada parte minúscula que lo compone y entender de qué manera la magia puede influir en él. Ahora muchacho, necesitas sentir la magia fluir, piensa en como esa magia se extiende por tu cuerpo, llega hasta tus manos y te da el poder para cambiar la naturaleza a tu alrededor. Visualiza ¿para qué servirán estas hojas? La madre árbol te ha dado el camino, así que si conectas con tu interior, verás que no es necesario pronunciar las palabras para transformar cada ser vivo que tienes a tu alrededor. Y llegará a ti de manera clara, de qué manera esas hojas deben ser transformadas para sanar.

@ heberth portillo

[toji]

Fushiguro, Toji 

Primeros Auxilios 

Para el nipón las apariencias eran esencial en el desempeño de su trabajo como investigador, no levantar sospechas para no ser descubierto era fundamental para su cometido allí en la selva amazónica. La visión del árbol sagrado le llegó como anillo al dedo, las innumerables propiedades mágicas que ofrecía el líquido transparente que empezó a recolectar de la lupina eran perfectas. —De acuerdo, señorita Montpellier... empezaré a recolectar suficiente material para ayudar a los que lo necesiten— sonrió mientras destapaba un bote de vidrio y recogía la savia. El japonés había guardado varios botes en otro de sus bolsillos, mientras que los demás frascos los guardaba en el maletín junto al resto de su material médico.  

Una vez acabado el trabajo de recolectar la savia y habiendo preparado todo, el nipón sacó su varita y conjuró el hechizo que abre portales, de esa manera podía regresar cuanto antes a la base y ponerse manos a la obra para encontrar la cura a la condición de la constelación perdida. Toji se concentró fuertemente y visualizó la gran sala en la que se habían reunido al empezar con la expedición. De pronto, un haz de luz se rasgó en frente del mago y este lo cruzó para aparecer justo donde quería.  

El japonés ehcó la mirada hacia atrás para asegurase que su compañero Yaxley no lo seguía. Definitivamente el nipón se encontraba solo en la sala, solo sin compañeros, perro si con los habitantes del poblado. --Por favor, lléveme donde se encuentran los afectados, necesito ponerme cuanto antes con los estudios del material que obtuvimos del gran árbol-- Fushiguro fue llevado junto a los enfermos, que descansaban cada uno en una larga sala llena de camas de sábanas blancas. Al principio de la sala, le habían preparado un par de mesas de trabajo para colocar todo el instrumental para la empezar la investigación.  

Toji levantó la varita apuntando directamente al maletín encantado. Los instrumentos salieron cada uno del fondo del maletín y se colocaron sobre la mesa cada uno en la posición que el nipón había dispuesto mientras encantaba el instrumental. --Bien, lo único que necesito es silencio... no me molestéis a no ser que sea necesario o alguien este picando la puerta del inframundo-- sentenció con un tono un poco más seco al del habitual. El nipón fue colocando la savia en vario de los instrumentos que goteaban entre sí, buscando la destilación y el filtrado de la sustancia que había recolectado. Era un proceso un poco largo incluso con ayuda de la magia el tiempo necesario era alto.  

Mientras el proceso de purificación y destilación seguía su curso, el japonés se dirigió hacia los pacientes para chequearlos y poder aclarar un poco lo que sucedía. Se. puso en frente del primer paciente y lo auscultó con su estetoscopio. Luego de auscultar a un par de pacientes, Toji pasó la punta de su varita mientras recitaba encantamientos para detectar maldiciones o hechizos complicados... A pesar de ser experto en detectar magia oscura y maldiciones, en este caso no detectaba nada, al parecer se había topado con algo más complicado... Para finalizar su primer cheque de los pacientes, Fushiguro guardó su varita y colocó sus manos sobre la cabeza del paciente e intentando con magia sanadora obtener alguna pista para encontrar la solución al problema.  

--No entiendo por qué— masculló entre dientes mientras se llevaba la mano a la cabeza.  

[heberth portillo]

Heberth Portillo Delacour

Transformaciones

 

Al terminar de recoger las hojas, mire al Caipora Pés Leve, quien se acercó un poco y comenzó a darme un consejo; al parecer el también había pasado por una vision o trance similar al que yo había pasado. El lugar y al estar junto al árbol Lupina, se sentía una excelente energía; escuche con atención lo que decía mi guía en aquel momento.

 

Me dijo que cerrará los ojos y que me concentre para escuchar a mi propio cuerpo así como la energía que recorre por este. Me dispuse a hacerle caso, siguiendo cada una de las indicaciones, me enfoque en escuchar, sentir y apreciar la energía que recorría por todo mi cuerpo; mientras seguía escuchando la voz del Caipora.

 

 

La energía comenzaba a sentirla fluir por todo mi cuerpo, recorrer por todo el brazo hasta llegar a la punta de mis dedos; por un segundo me sentí como en la visión nuevamente, pero esta vez vi como una salamandra que sangraba, dejaba caer su gota de sangre en la tierra y de hay se vea el pasto más verde y más vivo, en tan solo segundos comprendí que esa sangra no sólo era de la salamandra sino de la Lupuna, por eso era necesario las hojas que se habían recolectado.

 

Tras volver a escuchar las pisadas de Pés Levés, puede sentir como de más manos desprendía cierta energía, que iba directo hacia las hojas y las convertía en unas pequeñas Bolitoglossa, las cuales son un tipo de salamandra, al abrir los ojos puede ver que habían 7 salamandras donde se encontraban antes las hojas. 

 

~ Ya la Lupuna, me dijo que era lo que hacía falta para ayudar a los demás ~ dije mientras tomaba a las salamandras y las colocaba en una bolsa ~ Estas salamandras contienen una sangre especial al ser transformadas de las hojas del árbol, por eso debemos sacrificalas y extraer la sangre necesaria para que los estudiantes se recuperen. ~ dije mientras miraba al Caipora y sacaba un frasco para realizar el sacrificio y recolectar la sangre.

 

Tras haber recolectado dos frascos con la sangre de las salamandras, mire el camino de vuelta y al Caipora para comenzar a volver al colegio y que la sangre fuera utilizada en las pociones que estarían usando aquellos que estaban en el colegio con los estudiantes.

 

 

[Rory Despard]

Nasha Montpellier

Los dos muchachos habían salido finalmente de los confines del bosque. La neblina en torno al árbol de la lupuna se había disipado por fin, pero no había rastros de Noeline ni de Orión. ¿Qué habría ocurrido con ellos? Nasha no tenía tiempo para detenerse a averiguarlo cuando el peligro de la inestabilidad por la constelación perdida se aproximaba a un trágico final de manera inexorable.

Alzó la vista hasta el enorme árbol entonces. Pés Leves había asegurado que conocía un camino secreto para que tanto Heberth como él llegaran a tiempo así que no tenía que preocuparse. Ella había sopesado por un momento irse con ellos, pero había sido su demiguise la que se lo había impedido, tirando de su falda para señalarle de nuevo el árbol. ¿Debía una vez más hacer contacto con la lupuna y el mundo de los muertos? Pasar dos veces por semejante proceso agotador asustaba a la bruja, pero consciente que no tenía muchos otros caminos a tomar, finalmente lo hizo, no sin lanzar una última mirada hacia Pluie, como esperando que si todo salía mal, quedara ella para avisar a los otros.

El laberinto de voces la hizo caer a tierra, pero no opuso resistencia. Podía sentir a un sinfín de insectos pululando por su cuerpo, pero esa conexión con el mundo de los vivos se fue debilitando a medida que las voces se hacían más fuertes. Nasha imaginó la oscuridad insondable de la primera vez, sin embargo, en lugar de verse en sombras, se encontró en el mismo bosque, rodeada de una serie de espectros a quienes no terminaba de reconocer el rostro,  pero que llevaban todos el uniforme de Castelobruxo.

"Las estrellas nos vigilan, conocen de cada ser vivo que habita el planeta"
"Si las estrellas hacen sacrificios, corresponde a los vivos corresponderlos"
"Pagos de sangre y almas"
"Nosotros fuimos los antiguos sacrificios"

"Ahora hay nuevos elegidos"

Las últimas palabras resonaron en la cabeza de la bruja. "Nuevos elegidos" decían ellos, espectros adolescentes de diferentes edades pero Nasha apostaba que ninguno debía superar los 15 años. El misterio mayor de como el mal de los durmientes se conectaba con ese cúmulo de estrellas extraviada de pronto tenía sentido, pero era uno que horrorizaba a la bruja.  Por supuesto, los pueblos más antiguos conocían la magia poderosa que traía el sacrificio humano, pero ¿de qué terrible mal estaban protegiendo las estrellas para que el costo fuera la vida de tantas personas?

¿Si Portillo Delacour y Toji conseguían su cometido eso significaba que los demás quedarían arruinados? ¿Debía detenerlos acaso? En medio de sus tribulaciones, la potente voz de la madre del bosque, la lupuna, se alzó por encima de todas las demás acallándola.

"Yo seré sacrificada. Mi cuerpo, sangre y alma garantizarán un milenio de existencia para todos los demás seres"

Gritos, desgarradores, graznidos de humanos, aves, mamíferos, agitación de árboles. La tierra viva clamaba de indignación ante las palabras del árbol madre, y fue entonces que Nasha comprendió el origen de todos esos retumbares. Era la madre árbol arrancándose a sí misma del suelo, y eran todos sus hijos vivos del bosque, protestando por su decisión. Los muertos lanzaban acusaciones, dolorosas de oír, contra los vivos.

— Ni siquiera somos útiles como sacrificios.

La conclusión dicha en voz alta sonaba amarga, pero absolutamente cierta. Desde ella que había aceptado aquel trabajo por la recompensa prometida, hasta el hecho mismo que la comitiva designada no había podido cumplir lo que las profecías vaticinaban. Les había quedado demasiado grande la misión y como representantes de los humanos, habían fallado estrepitosamente. O quizá no. Quizá solo habían mostrado que al final de cuentas, los único que les importaban eran otros humanos como ellos y no los demás seres.

Las figuras a su alrededor comenzaron a girar más y más deprisa, hasta convertirse en un revoltijo de colores y voces que la aturdieron hasta la inconsciencia. Cuando despertó, consternada, observó al que había sido el más alto y hermoso de los árboles, caído justo a su lado, el tronco quebrado en dos, y con él la fauna entera de ese bosque congregada para despedir al último ser vivos sabio y fuerte, habitante de un tiempo que ya no existía más.

Se quebró entonces y solo rogó que en el castillo, al menos aquellos niños y adolescentes tuvieran un final feliz. 

@ toji  @ heberth portillo

[toji]

Fushiguro, Toji 

Primeros Auxilios 

 Los sucesos que ocurriendo a continuación no se podían entender del todo, al menos eso era lo que reflejaba el rostro del nipón cuando algunos de los que esperaba por noticias sobre sus familiares, víctimas del mal de los durmientes. Fushiguro seguía desconcertado, si respuesta favorable que comentar con los familiares de las víctimas, ni con la mínima pista de como seguir adelante con la recuperación de aquellas personas que habían sido puestas a su cargo y su responsabilidad. Si bien, otros motivos lo llevaron hasta allí eso no le daba el derecho a no hacer todo lo que estuviera en sus manos para ayudar con lo que pueda.  

--Quizás... -- pensó mientras ejecutaba otro de sus hechizos sanadores. -- ¡NADA FUNCIONA! --exclamó rabioso ante su último fracaso. Echó la mirada hacia atrás, hacia la mesa en donde se seguía destilando y purificando la savia que la lupuna le había otorgado y se dio cuenta que el proceso ya había finalizado. El japonés dejó a los pacientes y se acercó a la mesa de trabajo para asegurarse que el proceso se había completo con éxito y, efectivamente así había ocurrido   

Toji sacó otros ingredientes medicinales que había guardado en su maletín, los mezcló y el resultado, fruto de los esfuerzos propios de y de los de sus compañeros y con la bendición del gran árbol sagrado, fue la de un tónico bebible mucho más potente que la poción vitalizante. Fushiguro se sintió un poco decepcionado porque no era lo que esperaba, esa poción resultante no despertaría a los durmientes, solo ayudaría a su recuperación inmediata y a saltarse todo lo en un tratamiento normal se debería de pasar para su total recuperación. Sin embargo, al mirar fijamente el frasco de tónico, al nipón se le vino una de las frases que la lupuna le había dicho mientras lo evaluaba para ver si era digo o no de su ayuda. --No siempre se puede salvar a todo el mundo, debes saber cuándo actuar y cuando dejar que el curso siga su propia trayectoria.  

Las palabras del gran arbol reconfortaron al japonés, que se acercó nuevamente a las camas de los durmientes, llevando varios frascos consigo para colocarlo sobre la mesita de noche que se encontraban junto a las camas. El mago dio las pertinentes indicaciones a los ayudantes que le habían puesto a su servició y les explicó que debían de darles este tónico solo luego después de que despertaran.  

Echó una última mirada a las camas mientras se quitaba la bata blanca que llevaba puesta. Una especie de tristeza inundó su corazón, era muy repentino porque no provenía de él sino de otro ser, alguien con el que aún tenía un vínculo. Acto seguido escuchó la voz femenina que le había hablado antes. -- Has hecho lo que tenías que hacer... no más, ni menos... solo lo que debías de hacer—el tono de voz era cálido, acogedor e inmediatamente la tristeza de su interior se esfumó de su cuerpo. --Gracias por ayudar a los míos... ahora es mi turno de...  

Toji se percató de que poco a poco los durmientes se despertaban, estaban desconcertados, desubicados sin entender siquiera por lo que habían pasado. As enfermeras que ayudaban al japonés se apresuraron a darles de beber la tónica para recuperar exitosamente a las víctimas. Sacudió la cabeza un par de veces para despejarse, tenía un cúmulo de sensaciones suyas y ajenas que apenas se distinguía. Se sentró en sus propios intereses antes de que alguien más acudiera a él. Guardó los frascos de savia purificada en un bolsillo oculto de su maletín y lo cerró mágicamente para que no sea detectado si se sometía a alguna revisión o cacheo aduanero o ministerial según el caso.  

--Ha sido un placer hacer equipo con vosotros, compañeros-- Fushiguro dejó una nota escrita sobre la mesa de trabajo que le habían asignado y acto seguido desapareció.  

 

 

_________________

gracias! @ Rory Despard  @ heberth portillo  💚

[heberth portillo]

Heberth Portillo Delacour

Transformaciones

Al llegar al castillo y tras haber entregado la sangre de las salamandras que fueron transformadas, gracias a la enseñanza que me había brindado la lupuna a través del Caipora Pés Leves, y después de una caminata no tan larga como la que fue para llegar a la madre del bosque; me puse a disposición de ayudar a las personas que cuidaban de los estudiantes.

 

Mientras ayudaba con tareas simples, pude ver como el compañero @ toji  se sentía frustrado, pues estaba haciendo todo lo que él conocía para poder ayudar a aquellos estudiantes; en cierto momento se vio la decepción en su rostro, hasta que vio que la preparación de un brebaje que podría ayudar a los estudiantes estuvo finalizado. Su forma de actuar rápidamente tomando aquello y comenzando a dárselo a los estudiantes fue algo que demostraba que era su último esfuerzo.

La cara de todos los presentes estuvieron atentos al primer estudiante que se le dio el contenido del frasco; esperando con ansias la respuesta a favor; sin embargo, este no tuvo respuesta inmediata; tras la cara de frustración nuevamente de todos al ver que el joven no reaccionaba, escuche una suave voz —" Gracias por haber realizado la tarea que te encomendé; ya entiendes y sabes todo lo necesario para las transformaciones; es hora de partir para ayudar a estos jóvenes, muchas gracias, extranjero”— Al terminar de oír las palabras, gire rápidamente, buscando quien los había dicho.

 

Al escuchar el grito de felicidad de una de las enfermeras, que estaban apoyan, mire al primer estudiante que se estaba despertando; al parecer un poco confundido y perdido; pues no sabía que era lo que había sucedido; Y fue en ese entonces que sentí y comprendí; que la Lupuna era la que me había dicho las palabras y que posiblemente ella fuera realizado un sacrificio que nadie más podría hacer. Mi trabajo allí ya había terminado; así que era hora de marcharme.

 

 

"@ Rory Despard  Gracias por todo; excelente historia"