^ High Flights ^ (MM B: 87651)

[Xell Vladimir Potter Black]

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Caso del Avión Siniestrado

 

¿Qué eran aquellos gritos? Estaba dentro del camarote, poniendo la maleta que había llevado todo el rato mi compañero John (sí, había sido algo mala abusando de él) cuando se sintieron pasos que se acercaban, susurros y golpeteos. Estoy segura que una de las voces era de Sagitas. Después, alguien golpeó la pared de mi camarote y juro que sentí la voz de Amya diciendo algo de un solar... ¿Teníamos velas solares o algo así? Pues yo no iba a salir de allá hasta que llegáramos a destino. No es que me mareara, pero tampoco estaba segura de que me gustara estar fuera, en cubierta, pasando frío.

 

Después sentí gritos a lo lejos. Aunque sentía curiosidad, la comodidad y la paz de mi camarote era más atractivo. Estaba segura que allá dentro no podía pasarme nada. ¿Seguro? El barco pareció moverse de un lado al otro e incluso me pareció que se hundía? No quería pensarlo, mejor irme a la cama. Me quité la ropa y me puse un camisón azul celeste y me dispuse a peinarme el pelo, era algo que hacía cada noche, cien cepillados, estuviera donde fuera. Sino, me salían enredos.

 

Grité al ver que se abría la puerta.

 

- ¡Amya! Se llama antes de entrar - recriminé en voz alta.

 

Pero Amya estaba como loca diciendo cosas inconexas. "Xell guardada". Si me había guardado yo sola... La curiosidad pudo a la prudencia y me levanté, aún con el cepillo en la mano, y la seguí. Iba abriendo puertas y en una dijo algo de compartida. ¿Quién estaría con quién?

 

- ¡Amya! - la llamé. - ¿Necesitas ayuda? ¡Eh, vosotros, soltar a mi tía! ¡¡Tía Sagiiiis!! ¡Unos marineros quieren violar a la jefa!

[Sagitas E. Potter Blue]

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Rol Ministerial:

Caso del Avión Siniestrado

 

Estaba algo preocupada (mucho), se sentían golpes que no recordaba que se debieran de sentir en el barco. O yo al menos no lo recordaba así, aunque hacía tanto tiempo que no veía a Krum que tal vez...

 

-- Prima, sí, es incómodo, pero créeme... Cuando Krum está enfadado, suele hacer carreras con el barco y no creo que te guste quedar estampada contra la pared mientras duré la inmersión en el lago.

 

Sabía que tenía que darle muchas explicaciones pero aquellos gritos y aquellos... ¿Era Amya quien estaba dando golpes? ¿Qué le pasaba? Tal vez debería ir a ver a sus empleados y avisarles con que se ataran al camastro. Iba a levantarme cuando la puerta se abrió de golpe y mi hermana mostró su desconcierto por vernos juntas en la cama. Sonreí, incómoda.

 

-- ¿Eledhwen y Sagitas a salvo? ¿Qué significará eso? -- y mi prima también pensaba como yo. Era raro. Bueno, Amya siempre era desconcertante, pero hoy se había pasado. -- ¿Por qué está haciendo repaso a la lista?

 

Y entonces caí. Estaba haciendo mi trabajo. Era yo quien debía pasar lista y preocuparse por el bienestar de mis chicos, no ella.

 

-- Debe de estar buscando a alguien. ¿Nos dejamos a alguien en el lago? -- ni por un momento me imaginé que nos hubiéramos dejado a nadie en cubierta, porque había sido la última, de eso me acordaba.

 

Y entonces, pasó lo peor. Xell gritaba que querían violar a Amya.

 

-- ¡Por Merlín! -- grité, desatándome de la cama y saltando fuera. -- ¿Qué está pasando ahí fuera? ¡Estamos en inmersión!

 

Salí del camarote y corrí hacia donde salían las voces. No era momento de argumentaciones porque dos rudos marineros de cara agresiva y de las que no quisieras ver en un callejón oscuro, sujetaban a mi hermana, quien se revolvía contra ellos como si se hubiera dejado la peluca en la Adler y necesitara volver a casa.

 

-- Tranquila, Amya, sólo es una inmersión, no nos hundimos ni nada, sólo debemos atarnos a la cama. Anda, ven, yo te acompaño y si quieres me ato contigo un ratito, hasta que te duermas. ¿Quieres que te cante una nana?

 

E intenté sacarla de las manazas de aquellos rudos marineros antes de que me la rompieran.

[Amya An]

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ROL MINISTERIAL

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CASO DEL AVIÓN SINIESTRADO

 

 

 

- Xell, Xeeeelly ... ¬¬ Tú taclea (=tumbar?) al de la derecha, yo le muerdo la pantorrilla al de la izquierda ... ahhh suelte, suelte o les apesto como zorrillo!!!

 

¿?

 

xDDD.

 

Continuaba con el forcejeo, ahora ya sabían por qué a los del mar no les agrada llevar féminas (!). Ahora que veían que venían los ¿refuerzos?, es decir, "otra loca bruja", aunque mas jovencita y rubia, que gritaba auxilio para el horror de los hombresotes que grandotes, toscotes y todo, tenían su corazoncito y aquellas falsas acusaciones les OwO herían en lo mas profundo ... así que hicieron lo que todo buen macho hace.

 

No, no las arrojaron por alguna escotilla o de plano por el cañón de torpedos (?).

 

Ya no eran 2, mas la de afuera 3 ... ahora también aparecía una Cuarta!!!

 

La tripulación se las cargó a todas como a ¿ganado chiquito?

 

- Ahhhhh, pero qué se han creído ... soy Jefa Ministerial, no costal de papas!?!

 

Muy tarde.

 

El otro marinero se levantó en peso a Xell, protestara y patalera. Cye de pronto igualito, era traída como bulto por uno de los otros de afuera que por fin la habrían soltado de la barandita de la cubierta ... así que quien quedara libre, ese macho-man, iba por la peli-violeta.

 

Creyó que se escaparía??? ¬¬ noooooo!!!

 

Por atrás de Ella, pensando que los otros estaban "a su delante" (?) y se trataba de un corredor sin mas salida que sus 2 extremos, apareció ... *Muahahahahahaha*

 

Impresionante postura, el Capitán del navio; Víctor Krum, de un ademán hizo retroceder a su subordinado que pretendía cargarse (=cargar de levantar) a Sagitas misma.

 

- A Ella nadie me la toca, me la "cargo" yo.

 

Horror!!!

 

Ahora el futuro de los Accidentados estaba en manos de la Directora en Jefa, ¬¬ como no le hiciera de mimitos, 0.0 echaría a todos a nadar de inmediato ...

 

Amablemente, Indebida y las 2 Revertoras fueron, llevadas a cuestas hasta sus respectivos camerinos ... ¬¬ y de no estarse tranquilitas, ^^ coordialmente amarradas a sus camas lo que durase la travesía (!).

 

De Sagitas ... éso queda a imaginación de cada quien (?).

[Ela Karoline]

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Rol Ministerial: Caso Avión Siniestrado

 

 

(Pendiente de Veredicto)

 

 

Los nudillos de las manos se le pusieron blancos por la fuerza que hacia al sostenerse, mejor dicho aferrarse de la baranda, el barco se movía de forma extraña, ¿como si pretendiera sumergirse? lo que faltaba ¿la ahogarían tan pronto? pero si se había portado bien, a excepcional de los pequeños grititos de hacia cinco segundos había sido un completo ángel, y a decir verdad no era la única que gritaba, alguien más lo hacía por allá dentro hasta que ceso luego de escuchar unos "auch, ayy, nooo, paree, basta, quieta, eh no patee, uiii" si no hubiera estado tan asustada seguro que lo primero que se le venía a la mente era que Amya era la causante de que hombrones profirieran tales quejas y peticiones.

 

-No quiero morir, no quiero- Un mono, o una garrapata estaban más sueltos que ella, y eso lo supieron dos fortachones que trataban de despegarla de la barandilla para llevarla quien sabe a dónde, hasta que por fin uno por cada lada, tomando una mano y el otro la otra la soltaron, tratando de llevarla al área segura pero Cye se resistía así que el más grande la tomo... y la cargo como si de un saco de papas se tratara, aunque estas papas acomodaban de puñetazos en la espalda del marino y mas abajito, que estaba muy, muy durita, con los pies no podía hacer nada porque los tenia sujetos y lamento zarandearse porque una mano fue a dar a su derrier en un intento porque no se cayera, ¿acaso estaban jugando un mano a mano "te toco-me toca".

 

La ira de la Lockhart había rebasado el miedo y sus ojos celestes habían cambiado a dos perfectas esmeraldas flameantes en medio de un rostro muy colorado que decía.

 

-Bruto, es un bruto, falta de respeto, me puso su manota en, en, allí- señalo a la que tenía cerca que era Amya señalando el trasero de la Adler que estaba en la misma posición que ella, es que también la tenían cargada.

 

-Espera que le diga a mi jefe Kevin y a la Directora Sagitas, los volverá papillas, y Eled lo dejara mas vació de lo que ya esta y Amya le hará algo, que es muy peligrosa, lo echara del barco y...- ya no encontraba mas insultos y amenazas que proferir, ¡oh! eso era un comportamiento indebido, una empleada ministerial con semejante gritería, que alguien le echara agüita a ver si se calmaba, pero nada de calmarse, hasta Xell estaba allí igualita de condiciones y cuando el marinero en en medio de la grisapa giro un poquito vio a Sagitas, ella si estaba de pie.

 

-Sagitas usa tu varita, paralizarlos as algo pero rápido, Keviiiiiin- grito al ver que alguien a quien no conocía pero parecía ser el mandamas del barco freno a los marinos diciendo que el se ocupaba de la directora, pronto fue llevada frente a una puerta y al abrirla pensó lo peor, ahora si no la contaba, pero para su sorpresa era un camarote, y la pusieron en la cama dándole instrucciones casi que mímicas de que se quedara allí amarrada o ya vería.

 

La prudencia pudo mas que la ira o el susto y se quedo quietamente, cuando el marine salio, corrió a la puerta a tratar de cerrarla, pero que creen, no tenia como asegurarla por dentro como la mayoría de los barcos los seguros estaban por fuera excepto el camarote del capitán y algunos llamados especiales que no era el caso del que ocupaba la rubia indebida.

 

Y como las historias esas del ser vestido con trae chistoso y antenitas de vinil expreso recostada a la puerta.

 

-Oh y ahora ¿quien podrá defendernos?- si defender a todas las mujeres porque seguro estaban igual que ellas.

Editado 5 de Enero del 2013 por Cye Lockhart

[Eledhwen]

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Rol Ministerial:

Caso del Avión Siniestrado

 

En el exterior del camarote se escuchaban ruidos y voces, e incluso algún ¿golpe? Y a través del ojo de buey se veía que descendían bajo el agua, ya que cada vez el exterior estaba más oscuro.

 

- Tengo miedo... - murmuró Eledhwen.

 

Sagitas pensaba en la actitud de su hermana, y entonces pareció darse cuenta de algo. Preguntó a Eledhwen si se había quedado alguien en cubierta. La desmemorizadora se encogió de hombros.

 

- Es que entré de las primeras, no sé quién se quedó atrás, ¿no dejarías a Adrian? Para un empleado que tengo... - comentó preocupada la bruja.

 

Sagitas se soltó, y abrió la puerta del camarote, gritando que se encontraban en inmersión. Eledhwen intentó soltarse, pero las correas que le sujetaban las piernas no querían soltarse. Tomó su varita y comenzó a dar toquecitos.

 

- Venga, venga, soltaros, demonios de ataduras... - exclamaba, mientras maldecía para sí.

 

Entonces hubo un chasquido, y las abrazaderas se soltaron. Eledhwen se puso en pie con dificultad, ya que el barco se inclinaba, y avanzó hacia la puerta. Asomó su cabeza hacia el pasillo, y observó: sus compañeras de Departamento, pegando chillidos, a hombros de los rudos marineros, y el tal Krum, como si del jefe de la horda se tratase, mandando callar, y diciendo que Sagitas era suya.

 

Eled abrió la boca, frunció el ceño, y pensó que no quería saber nada de todo aquello. Lentamente, caminó hacia atrás, y se sentó sobre la cama de nuevo. Tocó con la varita las correas:

 

- Ataros, ataros de nuevo, Por Merlín ataros de nuevo... - suplicaba.

[Sagitas E. Potter Blue]

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Rol Ministerial:

Caso del Avión Siniestrado

 

Todo esto me pilló de improviso. Yo intentaba calmar a Amya, pensé que sólo era un ataque de pánico al ver que nos íbamos al fondo. Pero el resto que vino no era lo que yo tenía previsto. En un principio me pareció de muy mal gusto que aquellos hombres del Norte me trataran como un saco y cargaran conmigo. De todas maneras, sí, fue lo mejor que hicieron porque el barco se hundía de proa y... ¡Por Merlín! ¿Qué hacía Cye fuera? Claro, todo eso lo pude analizar después, cuando Krum dijo que él se hacía cargo de mí y me tomó del brazo y me llevó prácticamente a rastras por el pasillo hasta llegar a mi camarote.

 

¡Oh, sí! Este era mi camarote, no el de Eledhwen. Era el mío, y no porque estaba allá mi mochila con mi ropa y el saco lila con lunares amarillos de mi propiedad, mal doblado, que había usado esa noche en el lago. Era el mío porque había un enorme ramo de orquídeas lilas en la mesa con un sobre a mi atención. La letra era, sin duda, de Krum.

 

Creo que me estaba metiendo en un gran problema. Creo que el Capitán pretendía algo más que dejarme su barco cuando le pedí el favorcillo. Más me valía haber alquilado una gran alfombra y haber volado sobre las olas.

 

-- Víktor... Yo...

 

-- ¿Estáis todos locos? -- me gritó.

 

Me senté de golpe en una de las sillas. Ya había vivido alguna vez la ira de aquel hombrote y no era cuestión de plantarle cara. No en aquel momento en que peligraba su barco.

 

-- ¡Habéis abierto una puerta en plena inmersión del Barco! ¿Pretendes que suframos un naufragio como en la Isla de Kalua?

 

Una sonrisa invadió mi rostro y puse cara de tonta, recordando...

 

-- ¡Oh, sí! La isla de Kalua...

 

¡Por Merlín, Sagitas! Que te quedas en tierra; que te la estás jugando y no sabes con quien...

 

-- ¡Ay, perdona, Krum! Las chicas son... impetuosas, atrevidas... Les gusta juguetear y no son nada conscientes del peligro que... Pero tus marineros le han metido mano a mi cuñada, que lo he oído. Son unos brutos y unos...

 

-- Mis... hombres... le han... salvado ... la vida....

 

Ese casteñear de dientes me sonaba. Solía estar muy enfadado cuando hacía eso. Hice un mohín e intenté poner cara de circunstancias.

 

-- ¿De... De verdad?

 

-- Estaba en cubierta. ¿Es que no puedes controlar a tus empleados? -- Y de repente, la confesión. -- Pensé que vendrías sola.

 

Así que por eso estaba enfadado...

 

-- Krum... Te dije que era una misión ministerial, estoy segura que en algún lugar te mencioné que traería a mis empleados. Yo sola no puedo hacerlo...

 

¿Habría sonado convincente?

 

-- ¿Te... te casaste?

 

Glups.

 

Mantuve la mirada y procuré poner una sonrisa dulce, aunque tenía la boca bien agria.

 

-- No, no estoy casada.

 

Y no mentía; la boda sería al volver de la misión.

 

-- Te agradezco mucho que hayas salvado la vida de mis empleadas y, te lo prometo, las vigilaré muy de cerca para que no hagan travesuras.

 

Las flores se inclinaban cada vez más. Nos sumergíamos.

 

-- Si me dejas... Les aviso a todos de que... de que nos vamos y... ya verás como no se mueven de los camarotes hasta que lleguemos al habitat de los sirenios.

 

Me quedó mirando fijamente y mantuve la mirada, intentando parecer una linda "damisela" en apuros. Después cedió y me pasó su transmisor. Era como un walkie talkie muggle aunque más pequeño. Lo tomé y carraspeé.

 

-- Hum... ¿Hola?

 

Hum... ¿Hola?

 

Vaya, era un amplificador.

 

-- Buenas, soy Sagitas, ya sabéis, la Directora de Accidentes. Este es un mensaje para mis empleados. Para los marineros no, que ya lo saben. Le estoy muy agradecida a la tripulación que haya salvado la vida de algunos de vosotros. Estábamos en una situación de inmersión y parece que no se puede abrir la puerta. Así que, hasta nueva orden... Orden del capitán, claro, yo no doy órdenes aquí... Pues estaremos en los camarotes y no saldremos para nada hasta que lleguemos a nuestro destino. Poneros en la litera y quedaréis atados durante la inmersión para evitar daños. Se liberarán de forma automática cuando entremos en navegación normal. Esto... -- no sabía más que decir. -- Portaros bien.

 

Le devolví aquello a Krum y le sonreí. El muy ladino aprovechó para atrapar mi mano. Puff... Qué situación más incómoda.

 

-- ¿Te gustaron las flores? ¿Quieres que permanezca contigo mientras estás atada en la litera? Recuerdo que eso no te gustaba nada.

 

-- ¿Ata...? ¿Atarme yo? No, qué va, si... si no hace falta... Seguro que...

 

Merde, merde... ¿Por qué no habría pensado antes en los efectos colaterales de pedirle un favor?

 

-- Las flores son preciosas. Veo que recordaste que me gustaban las orquídeas... ¿Falta mucho para llegar?

[Xell Vladimir Potter Black]

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Caso del Avión Siniestrado

 

Para mí aquello era un claro abuso de la autoridad. Aquellos brutos estaban abusando de empleadas funcionariales ministeriales. ¿Eso no significaba algo? Seguro que podríamos denunciarles y que los llevaran a Azkabán. Si hasta se habían llevado a la pobre Sagis, que sólo había venido a ayudarnos. Amya quería que les tumbáramos pero no fue posible. Ellos eran unos malvados y forzudos. Grité por John, estaba seguro que con él no se atreverían. John seguro que era más fuerte y más caballeroso que estos brutos.

 

- ¡John! ¡Socorro! ¡Adrian!

 

Pero antes de que se armara la de San Quintín allá abajo, apareció el capitán. Imponía mucho respeto y todos nos callamos. Hasta que dijo que de Sagitas se encargaba ella. Nosotras fuimos depositadas de un empeñón en nuestro camarote. En cuanto se cerró la puerta, le di un par de patadas, como si aquel marinero tosco estuviera delante.

 

- Toma, toma y toma - le dije a la puerta.

 

Ahora me sentía fatal, ¿qué le pasaría a la tía Sagis? ¿Conseguiría calmar al capitán y hacer que nos trataran mejor? ¿Presentaría queja oficial al más alto Almirantazgo del comportamiento de la tripulación de ese barco. De repente, una voz conocida atronó el barco.

 

- ¡Tía Sagis, tía Sagis! ¿Estás bien?

 

Sagitas ordenó (sí, aquello era una orden clara) que nos fuéramos a la cama y que quedáramos atadas mientras el barco se hundía. Me crucé de brazos. De eso nada, yo no me iba a meter en...

 

El barco empezó a caer en picado. ¡Por los dioses! Empecé a resbalar y resbalar del suelo y acabé estrellada contra una de las paredes. Me arrastré con mucho esfuerzo hasta la cama. ¡Si estábamos casi de punta! Mi maleta también se había estrellado contra la pared y mi ropa se había salido toda. Había una parte de arriba de mi bikini rosa en la lámpara del techo.

 

- ¡Quiero atarmeeeeeee! - le grité a la litera, a punto de caerme de ella.

 

Y unas correas me sujetaron a tiempo de no caer contra el techo del barco. ¡La primera y la última vez que me montaba en un barco mágico!.

[Adrian Wild]

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Adrian Wild, desmemorizador.

ROL MINISTERIAL: Caso del Avión Siniestrado.

 

- Tranquila, tampoco pretendía moverme mucho.

 

Cerré la puerta del camarote tras mi hermana y me dirijí a la litera. Estaba cansado, tremendamente cansado. No había dormido en toda la noche, y el mareo del viaje me había dejado aún peor. Y qué leches, tampoco iba a salir de mi camarote sabiendo que el capitán pretendía echarme como alimento a los calamares. Me quité el forro polar y me tumbé en la litera, a partir de ahí, no me enteré de todo lo que aconteció fuera.

 

- ¿Qué narices...? -estaba atado por los pies y las manos, sin poderme mover de la cama-. ¡¡Socorro!!

 

Entonces, la voz de Sagitas se escuchó por todo el barco. Nos dio la órden de que no nos moviésemos de las camas para la inmersión del barco.

 

- No si tampoco puedo moverme... A que las correas son automáticas. ¡Eso se avisa antes! -refunfuñé.

 

Vale, y ahora, ¿tenía que esperar a que las correas desaparecieran? Pues vaya rollo. Noté que el barco se inclinaba de tal forma que la cabeza quedaba hacia abajo. ¡Otra vez a marearse! Miré por el ojo de buey y empecé a contemplar el espectáculo que ofrecía la inmersión. Seguramente veía toda clase de criaturas marinas... Me empecé a preguntar qué relación tendría mi hermana con Krum. Ya la preguntaría más tarde, me lo tendría que contar todo, todo, todo.

[John Black Lestrange]

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- EQUIPO DE REVERSIÓN DE ACCIDENTES MÁGICOS -

• CASO DEL AVIÓN SINIESTRADO •

 

Ya me encontraba en la superficie del barco, después de acompañar a Xell, al dejarle su maleta en su camarote y despedirme de ella, con un beso en su mejilla, por lo que al acomodarme mejor mi maleta sobre mi espalda, me dirijo hacia mi camarote, apenas rozando el techo de los pasillos debido a su baja altura.

 

Al detenerme al frente de una puerta ubicada un poco largo del camarote que había salido, tomo el pomo de la puerta y lo abro y observo aquel camarote bastante decente, para un barco pirata y bastante grande, ya que su apariencia por fuera no lo demuestra. Coloco mi mochila sobre la silla de un escritorio que esta apoyado en una de las paredes del cuarto y me siento en la cama.

 

Saco mi varita de mi saco y la observo, mientras la coloco sobre la mesita de noche a un lado de la cama. Cuando hago eso, escucho los gritos de auxilio de alguien, por lo que me coloco de pie y abro la puerta, volteo a ver hacia mi derecha y me doy cuenta de que provienen del camarote de Xell.

 

Al avanzar hacia ese camarote, observo en su interior, pero antes sale uno de los miembros de la tripulación, que pega contra mi, debido a que cubría todo el pasillo y luego observo entrar al capitán en donde esta Xell. Al cabo de unos segundos, sale junto con otros forzudos de la tripulación y entro junto a Xell.

 

Al preguntarle que había pasado y al escuchar que habían intentado aprovecharse de su autoridad en el barco, estaba bueno que el capitán impusiera su autoridad sobre sus marineros, por eso antes de irme de ella, le doy un beso en su frente y le guiño un ojo. Para dirigirme a mi camarote, en donde escucho las instrucciones de Sagitas, al parecer sus palabras activaran las puertas que se cerraron automáticamente y me acuesto sobre mi cama. Tomo la varita y me la guardo, mientras siento como unas cintas de cuero salen por debajo de ella y me atan con fuerza contra la cama.

 

No estaba listo para eso, por lo que lucho un poco, para que no aprieten tan fuerte y sirve, ya que me logro acomodar mejor, y también que mis pies sobresalen bastante de la cama, debido a mi altura.

[Xell Vladimir Potter Black]

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Caso del Avión Siniestrado

 

El tiempo en la camilla, atada con aquellas correas, se me hizo eterno. Pensé en la situación en la que estábamos ahora y me pregunté qué estarían haciendo el resto de empleados. Seguro que Amya_An habría encontrado alguna manera de librarse de ellas y estaría correteando por su camarote. O tal vez fuera, a ella no le iban mucho las normas, aunque a mí me daban miedo aquellos marineros tan rudos.

 

Eledhwen y Adrian seguro que permanecían correctamente atados y quietecitos, a veces Desmemorizadores daba envidia de lo bueno que eran, nunca se metían en problemas.

 

Tuve que esconder una sonrisa al pensar en cómo estaría pasándolo Sagitas. ¿Estaría en su departamento o estaría en el camarote del Capitán? Seria bueno que en algún momento nos explicara su pasado, sobre todo teniendo tan cerca la boda con Jack.

 

Y después pensé en John. ¿Qué tal lo estaría pasando él? Me había sorprendido dándome un beso en la mejilla y guiñándome un ojo. ¡Era tan caballeroso! Mi camastro es algo estrecho, me pregunto si él habrá conseguido entrar en el suyo o le sobrará por todas partes.

 

Poco después, el barco parece tomar una inclinación más adecuada y noto que hace frío. Las correas se desatan y me estiro. Después pongo los pies en el suelo y miro por el ojo de buey. Ya no estamos en High Flights. Aquello es otro lugar, más azul, con animales marinos. Aquello era un lago, esto es el mar... ¿Cómo habremos pasado de un lugar al otro?

 

Huy, mejor no preguntar, es preferible no saberlo.

 

¿Podremos salir ya fuera del camarote o mejor seguir dentro sin movernos, por si acaso? Echo de menos mis compañeros.