† Mansion Ragnaventus † (MM B: 88988)

[Boss Elessar]

-Sectusempra- Rugió apuntando a la mortífaga Ludmyla. Su túnica ondeó al compás del viento que fue empujado hacía el gracias a la velocidad inhumana que llevaba el rayo verde, que se dirigía sin menguar el paso hacía Ludmyla. Su varita vibró en sus manos y pensó algunas acciones que serían provechosas en esos momentos, pero no.

 

Ludmyla estaba a diez metros de Boss, en línea recta hacía el frente, ambos cara a cara.

[Lucas Dumbledore]

Se había puesto aburrido aquello, los mortifagos no habían aparecido a defender a su compañera, al parecer la dejaban abandonada para que fuera a Abaddon. Lucas suspiró y llamó a su lobo plateado que andaba hurgando por los terrenos, el animal corrió hacía su invocador, el joven se puso de cuclillas de frente al plateado lobo y le palmeó el hocico amablemente.

 

-Es hora de irnos compañero, parece que no van a llegar y los demás tienen controlado todo. -susurró.

 

Juntos, el animal mágico y el joven sanador salieron de allí con rumbo desconocido.

[Mey Potter Black]

Aparentemente, su poder mágico comenzaba a menguar, por lo cual su presencia comenzaba a disiparse lentamente. Era hora de despertar y volver a la realidad. Su elefante Trompita hacía tiempo que ya no se encontraba, y sus compañeros Fenixianos comenzaba a salir, no había nada más que hacer en aquel lugar…

[Karla Evans Crouchs]

Al ver que la acción no era lo que ella esperaba, dio media vuelta, al parecer los mortífagos de aquella familia tenían asuntos más importantes que defender a su compañera. La joven de inmediato se imaginó a los enmascarados regando sus plantas o planchando sus largas y horrendas túnicas de mortífagos, rió ante esa idea, vaya que para dejar morir a una compañera tenía que ser demasiado despiadado y cruel. No entendía cómo se juraban lealtad en aquel bando.

 

Seguramente aquellos magos oscuros simplemente se preocupaban más por su cabello o su ropa que por sus compañeros y su magia, así que mejor pensó en algo más importante, su ex novio y su hija. Con una risotada giró sobre los talones y se desapareció del lugar, con rumbo a su hogar junto con una de las más respetadas familias de la Orden del Fénix.

[Edmund Browsler]

No sabía cuanto tiempo había pasado exactamente, pero se le había hecho eterno. El tigre de bengala comenzó a juguetear por todo el salón de aquella mansión tan tétrica. Ed sentía que ya los mortífagos no iban a acudir a ayudar a su compañera, pobre de ella, ahora le tocaría un buen tiempo en la prisión fenixiana.

 

Ludmyla se hallaba en el suelo, atada y varios hechizos impactados, así que la joven sangraba. Ed entonces la tomó entre sus brazos y blandió su varita, por lo que desapareció de allí para dirigirse hacia la Torre Abbadon con aquella mortífaga. No hacía falta que se moviera ni nada para desaparecerse ya que aquella mansión no contaba con los servicios ministeriales. Era hora de continuar.

[Gitax Weasley]

Lo que decía Lucas era verdad, pero no quería aún irme, quería quedarme un poco más y ver qué era lo que podría pasar. Por mi parte esperaría un poco más. Con mi varita en alto, esperando las reacciones, miré a mis compañeros y pregunté:

 

-¿Creen que no se atreverán a venir y nos tendremos que ir?- era ridíc***, ¿cómo no enfrentarse? Yo quería acción, atacar y defenderme… pero al parecer nosotros, los buscadores de la verdad y la justicia no podríamos encontrarla por el momento, ya que no se atrevían a dar la cara nuestros rivales.

 

No bajaba la guardia, en cualquier momento podrían pasar millones de cosas y debía mantenerme en ese estado, sano y salvo. Mordía mis dientes mientras pensaba algunas cosas personales, no estaría todo el momento pensando en mortífagos. Qué lindo era pensar en el bien, los logros y la responsabilidad.

 

La respuesta a lo que anteriormente había preguntado había aparecido, varios compañeros ya empezaban a retirarse del lugar y no era para menos. No podía quedarme solo allí, no me gustaba la soledad y mucho menos en el lugar en el que los mortífagos pudiera hacer su aparición gloriosa de a muchos y de ese modo aprovecharse de un solo mago.

 

Sin más, salí nuevamente a los patios y montándome en mi Saeta, di un pisotón que empezó a elevarme por los cielos. Cada vez a más altura y más velocidad, me alejaba de aquella mansión a la que los mortífagos no habían acudido en defensa, un muy mal gesto.

 

[Juliens]

El mortífago se enontraba en su alcoba, en uno de los pisos más alto del castillo Black, en ese momento sintió como su marca tenebrosa escocía, por ello rápidamente se levantó de la cama, pasó su mano por su rostro y una macara blanca apareció sobre este, cubriendo su identidad. Además su tigre desapreció tomando al froam de la amrca tenebrosa, una larga túnica negra en su ceurpo.

 

Girando sobre sus talones se desapareció, apareciendo a 10 metros del fenixiano más cerca, la distancia sería conservada, retrocediendo si ellos se acercaban.

 

[Invitado Arcanus]

El Líder Mortífago llegó a la Mansión Ragnaventus porque había presentido que algo sucedía allí. Inmediatamente surcó el jardín a gran velocidad con la varita en mano y su máscara de Mortífago que protegía su identidad.

 

Entró a la mansión de su amigo Hades y observó que las cosas estaban algo complicadas con demasiados magos con lucecitas en las caras. Se colocó a diez metros de todos ellos y decidió comenzar con el rescate a la pobre Ludmy que estaba siendo atacada por media Orden del Pollo.

 

- Creo que llegamos tarde

[Juliens]

Bastian decidido a atacar levantó su varita, apuntando al fenixiano (Boss) que más cerca de él se encontraba, bastó que de sus labios brotaran las siguiente palabras:

 

--Sectusempra-- para que un rayo de un extraño color saliera de la punta de su varita, buscando el pecho del fenixiano (Boss)

 

Repitiendo su anterior accionar, dijo suavemente:

 

--Sectusempra-- un nuevo rayo se desprendió de su varita, buscando al mismo fenixiano (Boss) pero esta vez el destino era el estomago del mismo.

 

 

 

[Aysha Potter Black T.]

La odefa se había quedado como callada a diversos tipos de consecuencias por que estaba pensando en sus bebes mas allá que otra cosa, esos bebes que la estaban esperando en la rider con su abuela.

 

Todo estaba resuelto, teníamos en nuestras manos a una mortifaga así que por fin teníamos orden de poder desaparecernos y ir a nuestras casas para disfrutar de una libertad para poder hacer cosas que lamentablemente no podían hacer muchos que estaban en la cárcel.

 

--Adios mis queridos compañeros--

 

Tras decir esto, desapareció.