Ollivander's (MM B: 94928)

[Ada Camille Dumbledore]

Los sonidos no me eran familiares como era de esperarse las personas que alguna vez había conocido y no estab cerca de mí: mis hermanas, mis padres, mis amigos más cercanos.

 

Hubiera querido soñar con ellos pero al ser medio mortal no tenía como. Pero si podía tratar de recordar esas maravillosas épocas donde todo había sido tan loco y al mismo tiempo tan lindo.

 

Me reincorpore de un salto, que me estaba pasando esta tarde, el haberme visto con Thiago acaso me había causado todo esto. En diez años jamás me había preguntado qué hubiera pasado si él hubiera preferído estar conmigo que ser un Fenixiano tan eficiente.

 

No era hora d e pensar en tonterías, me levante del diván y fui hace la ventana, de pronto necesitaba aire frío.

 

No era momento de llorar sobre la leche derramada, Ya debía dejar todo atras.

 

De un salto me anime a sentarme en el alfeizar de la ventana, no era nada malo estar desde ese segundo piso en el atardecer, la brisa era fresca y mi mente se despejaba con el viento

[justo]

Acebo: El acebo es una de las maderas para varitas más raras. Tradicionalmente se la consideraba protectora. Con los que se lleva mejor es con los que necesitan ayuda para vencer su ira y su ímpetu. A la vez, las varitas de acebo a menudo escogen dueños que están metidos en alguna búsqueda peligrosa y a menudo espiritual. El acebo es una de esas maderas cuyo funcionamiento varía más dramáticamente dependiendo del centro de la varita y es conocida por ser extremadamente difícil de combinar con la pluma de fénix, ya que la volatilidad de la madera entra en conflicto con la indiferencia del fénix. Si se da el extraño caso de que esta combinación encuentre un dueño, nada y nadie debería ponerse por delante de ellos.

 

En este caso concreto, su mas famoso poseedor es Harry Potter. Hasta tal punto amaba a su varita que, cuando tuvo en su poder la Varita de Sauco, la uso para reparar la suya. Y la conservo.

[Ada Camille Dumbledore]

Estaba demasiado compungida, no entendía la razón exacta de ese sentimiento de falta, pero sentada en aquel alfeizar de la ventana solo logre en pensar en que si aquella persona con la que intercambiaba misivas con regularidad y que hacía que su inerte corazón se alegrará su vida sería diferente.

 

Tal vez esa inherente soledad a la que estaba condenada sería dejada de una vez por todas. Había planteado jamás volver a casarme después de haber quedado viuda por segunda vez, pero eso algo acaso lógico si se presentaba la oportunidad de compartir su vida con alguien que valía la pena y que la hacía sentir viva de nuevo.

 

Ahogue un leve suspiro y moví mis piernas como una pequeña niña, había sido convertida en vampiro a los 16 años, no podía ser diferente. Bromee conmigo misma, demasiadas cosa en poco tiempo.

 

No creía en qué el regresara, el le había asegurado que sí, pero y si no era cierto no podía darle alas a algo intangible.

 

Solo en ensoñaciones podía darse a la idea de estar a su lado y que aún estaba destinada a ser felíz, aunque sabía que eso sólo eran sueños imposibles.

[Invitado Arcanus]

¿Cuántas veces ya había regresado pensando que no volvería a desaparecer? Quizás fuera todo obra de un poderoso hechizo que lo atraía una y otra vez a las mismas calles que siempre intentaba dejar atrás. Una vez más, cómo tantas otras, el joven se encontraba caminando por el callejón Diagon. Casi todo había cambiado nuevamente, los lugares que él conocía, las personas y hasta, al parecer, el mismísimo ministerio dela magia. Caminaba lentamente sin saber dónde ir y deteniéndose en cada negocio para tratar de encontrar algo familiar. Algo de aquella época que lo había hecho tan feliz. Cuando utilizaba su vieja y querida varita para derrotar a los magos y brujas más poderosos de Londres. Cuando estaba por darse por vencido llegó a la puerta de Ollivanders.

 

Se quedó parado como recordando cosas de una vida muy lejana. No le parecía tan increíble que el negocio siguiera en pie. Después de todo, siempre habían magos que necesitaban una varita. Decidió entrar a dar un vistazo. Tal vez podría encontrar a alguien conocido o por lo menos podría ver cómo fue avanzando la creación de varitas durante este último tiempo. Al entrar divisó la figura de una persona sentada en el alféizar de la ventana y de inmediato su corazón comenzó a latir más fuerte.

 

- Hola... ¿Ariane eres tú? - Preguntó con un tono de voz suave, pues no quería sobresaltarla. Se alegraba mucho de verla nuevamente después de todo este tiempo.

 

- Me da muchísimo gusto verte. Sigues tan bella como siempre - Exclamó mientras se acercaba lentamente hacia ella.

[Ada Camille Dumbledore]

Estaba disfrutando de mover los pies desde la ventana, pensaba en que momento uno de mis zapatos de tacón caía y golpeaba a alguien en la cabeza. No me imaginaba lo histerica que podía estar esa persona al ser golpeado, una risita burlona salió de mi.

 

Suspiré una vez más dándome ánimo y subí mi rostro hacia las nubes cerrando mis ojos. Era inspirador sentir el viento frío, debía ir a los campos de la universidad a jugar con las hojas caidas de los árboles.

 

Depronto escuche mi nombre y me sobresale, era una voz muy familiar y sentí como los nervios se apoderaban de mí. El era alguien a quien no veía hace mucho, solo recordarlo me alegraba profundamente.

 

Baje despacio, para esta vez evitar perder un zapato accidentalmente y una gran sonrisa dibuje en mi rostro cuando lo vi: tan gallardo y guapo como lo recordaba.

 

-Arcanus que gusto verte

 

No dije nada más y estando ya cerca de él le abrace fuerte, en estos días en que todo estaba tan lleno de silencio la voz de alguien querido era una maravillosa canción.

 

- Es toda una sorpresa verte aquí...

 

Me sépare de él un poco y bese su mejilla, estaba emocionada de saber que había vuelto, ya tendría un gran interrogantorio de mi parte para que me contara todas sus aventuras en otras tierras.

 

@@Arcanus

Editado 25 de Octubre del 2019 por Ariane Dumbledore

[Invitado Arcanus]

Por suerte, Ariane estaba tan emocionada como él. Eso lo alegró bastante, ya que sinceramente no esperaba que nadie lo extrañara. Correspondió a su abrazo con fuerza y le devolvió el saludo con otro beso.

 

- Creeme que hasta a mí me sorprende estar aquí. - Dijo con una sonrisa. Era difícil abandonar aquel lugar del todo, al fin y al cabo, todos los que se iban tarde o temprano siempre volvían.

 

- Veo que todo está bastante cambiado. Pero por suerte Ollivanders sigue en pie desde hace mucho tiempo. Así que se que cuando quiero ver un rostro amigable y hermoso debo venir aquí y encontrarte- la verdad es que él no tenia mucho para contar su vida se había vuelto bastante rutinaria y aburrida. Se sentía raro, como si tuviera que empezar desde cero, porque todo lo que conocía había cambiado. Escrutó el lugar con su mirada y notó que estaba vacío a pesar de ser una de las mejores tiendas de varitas de todos los tiempos.

 

- ¿Cómo estuviste todo este tiempo? ¿Qué has hecho últimamente? - le preguntó a la vez que se apoyaba un poco contra la pared. El viaje lo había cansado bastante pero tenía muchas ganas de platicar con Ariane.

 

@

[Ada Camille Dumbledore]

Aquel mago la conocía desde hace muchos años y realmente era para ella una alegría inmensa el poder compartir un momento. Regresar a veces era difícil, pero con personas que te aprecian y quieren todo era más fácil.

 

-Este lugar no cambia es cierto, a veces he pensado que mi tío abuelo debió conjurar algo en esta tienda para que siempre permanezca.

 

Arcanus se recostó en la pared y note que estaba algo cansado, sin pensarlo dos veces y con una sonrisa pícara en sus labios le halo suavemente.

 

-ven, vamos a mi oficina, que te apetece... Tengo vino tinto, vino blanco, café y una tabla de quesos y carnes curadas que mis elfos prepararon para mi.

 

Le guió por las escaleras de caracol hacia la segunda planta donde estaba su oficina, sin soltarlo de la mano. Casi pensaba que si lo soltaba iba a desaparecer, como un fantasma. Con su mano libre abrió la puerta de su despacho y le hizo seguir tras ella llevándolo hasta el diván.

 

-Aquí estaremos más cómodos, quiero que me cuentes cómo está todo, debemos ponernos al corriente de estos años que no nos hemos visto.

 

Tomé asiento a su lado, mire en sus ojos y logre ver casi la misma soledad que yo sentía, al parecer no era la única a la que el pasado había llenado de nostalgia.

 

@@Arcanus

[justo]

Álamo: La gran máxima de Gerbold Ollivander, era «si buscas integridad, la encontrarás en el álamo», y mi propia experiencia de las varitas de álamo y sus dueños corresponde con ello. Esta es una varita en la que se puede confiar, es consistente, fuerte y de poder uniforme. Trabajando con una bruja o un mago con una clara visión moral es cuando la varita se siente más feliz. Existe una vieja broma entre los fabricantes de varitas menos experimentados que dice que ninguna varita de álamo ha elegido jamás a un político, pero es ahí donde muestran su lamentable ignorancia, puesto que dos de los Ministros de Magia más hábiles del Ministerio, Eldritch Diggory y Evangeline Orpington, fueron dueños de finas varitas de álamo hechas por Ollivander.

[Invitado Arcanus]

Para su fortuna, Ariane había sugerido que la acompañara hacia su oficina. Arcanus sonrió al recordar su viejo y breve negocio de varitas y lo genial que era su oficina. Eso le hizo pensar que tal vez debería unirse a algún negocio para hacer unos galeones extras que nunca venían mal. Ariane tomó su mano y él comenzó a seguirla lentamente. Tras subir por una escalera, se encontraban en la segunda planta. La oficina era bastante bonita y extensa, cosa lógica, ya que uno pasaba mucho tiempo en su negocio y seguramente querría tener un buen lugar para descansar.

 

- Bonito lugar - Dijo sonriendo mientras se sentaba en un díván que había allí, mientras observaba la decoración. Acto seguido, ella se sentó a su lado. - Me apetece un poco de vino, si no es mucha molestia - El joven no era muy asiduo de aquella bebida, pero la ocasión lo ameritaba.

 

- Realmente no es que haya pasado mucho. Las cosas por aquí se habían vuelto un poco complicadas y decidí tomarme un tiempo. Viajé por gran parte de Europa, viajes más aburridos de lo que esperaba. Tal vez porque iba solo, no lo sé - Comentó mientras veía como Ariane servía un poco de vino en dos copas y se la acercaba.

 

- Muchas gracias - Exclamó con cortesía. - Ahora estoy aquí porque quería saber si las cosas habían mejorado. Hasta ahora no vi ningún altercado entre miembros de la Orden y la Marca y te confieso que es algo que extraño bastante. Tampoco se quienes aún están por aquí de las personas que conocía. Por eso cuando vi que Ollivanders seguía abierto, decidí echar un vistazo y para mi fortuna te encuentras aquí - Bebió un largo sorbo de vino y pasó su brazo por el hombro de Ariane que se encontraba sentada a su lado.

 

- La verdad es que me da mucho gusto verte. Te extrañé

[Ada Camille Dumbledore]

Le costaba aún creer que su amigo estuviera cerca, lo miraba un vez que otra para cerciorarse que no era una ilusión de sus sentidos.

 

Con una floritura de varita atraje dos copas de cristal a la mesita ratona y serví el vino, le ofrecí la copa para que bebiera.

 

-Europa es fascinante, hace no mucho estuve viviendo en París, pero siempre extrañas casa...

 

Tomé un sorbo de vino, los rumores de guerra eran muy fuertes pero no estaba segura de lo que sucedía.

 

-Muchos dicen que los mortífagos están alistando se, pero me preocupa mas la inemistad de Italia, hace poco se publicó en el profeta clandestino que las relaciones diplomáticas están algo difíciles

 

Suspiro pensando en su familia, se de donde viniera la guerra no era una buena noticia.

 

-También te extrañe, no tuve noticias de tu parte desde hace mucho.

 

Me quedé pensando un rato que en realidad no mantenía sino correspondencia con sus hijos

 

-Desde hace unos años no mantengo comunicación con ningún amigo y siempre es bueno verlos

 

Le ofrecí mi copa para brindar con él

 

-Que sea un motivo nuestro reencuentro

 

Voltee a verlo a los ojos, era costumbre mirar a los ojos mientras se brinda con alguien, la costumbre decía que era de buena suerte

 

@@Arcanus