Kiosko: Una mordida rapidita (MM B: 95066)

[Only Marauder]

** Queathon y Betty, elfos domésticos.

 

Una o un par de horas les tomó tanto a Betty como a Queathon, asegurarse que la fachada no tenía ningún desperfecto, que las sillas y las dos únicas mesas que había estuvieran en perfecto estado y que ningún rastro de suciedad, mancha o similar a estos, arruinara el aspecto del Kiosko. Ya les había tocado atender a cuatro o cinco personas durante la mañana, pero habían contado con suerte, pues todas habían pedido para llevar, o quizá, era que tenían el suficiente tacto como para no pedir ser atendidos ahí mismo, puesto que en esos momentos aún les había faltado cosas por poner en su sitio.

 

El horno funcionando y horneando deliciosos pastelillos cuyo aroma atraía a quienes pasaban cerca al kiosko, ya fuese a prisa o con tiempo. Queathon que sacudió el delantal violeta que llevaba, pese a que no hacía falta. No había encontrado otro delantal seco y menos mal había encontrado ese de ahí. La otra opción había sido ponerse uno de Betty, pero no sabía si soportaría la vergüenza.

 

- ¡Si, un momento! – pidió el elfo a su compañera, quien lo llamaba desde la cocina.

 

- ¡mamá papá! – gritó de pronto un niño que se había parado frente al kiosko y en esos momentos regresaba corriendo por el callejón llamando a sus padres.

 

Muy seguramente en caso de que aquel pequeño de cabello pajizo volviera, tendrían que dividirse el trabajo como solían hacer siempre, o bien atendía a los clientes o bien a la cocina. En la cocina una Betty muy nerviosa lo esperaba; Betty revisaba un pergamino, queathon lo tomó y lo leyó. Era un pedido de entrega, 25 pastelillos, lo bueno era que todos eran para la tarde de mañana. Dejó el pergamino a un lado y se dispuso a ayudarla con el orden de algunos recipientes y vajillas que tenían pendiente.

[Gabyxlllsiby Rambaldi Tao]

*Tsuki Unemiya*

 

El callejón diagon era un gran lugar para ver el mercado de Londres, ya tenía listo algunos lugares el cual necesitaba ir. Tenía una gran capa que cubría en gran parte su rostro, por suerte ninguno de los magos o brujas que transitaba allí le importaba si ocultaba su rostro o no.

 

Continuó caminando y al pasar, el aroma de café, mezclado con chocolate caliente y de pastel recién horneado, le hizo agua la boca y pensó que era una buena hora de tomar algún refrigerio. Miró el gran estante que era el nombre del loca. Agudizó la vista y miró que en uno de los bordes estaba en parte carbonizado, supuso que era parte del adorno del lugar.

 

Ingresó y tomó asiento en uno de los asientos del lugar, no había mucha gente y solo vio a dos elfos que iban y venían. Charlaban en voz baja por lo que la bruja no pudo entender. Levantó la mano intentando llamar la atención, ya pocos segundos después llegó el elfo quien tenía en una mano varios menús y le entregó uno de ellos.

 

-Buenas... quiero una taza de café con donas, por favor -dijo mientras hacia sobresalir su rostro para que el elfo escuche bien su pedido.

[Akiza Ravenclaw H.]

Christine, elfina de Akiza

 

Nuevamente la elfina, salía de los límites de la mansión Ravenclaw. Tenía el deber de ayudar en un kiosko que Akiza era propietaria con otras personas que no conocía. Christine veía todo en su lugar buscando en el gran callejón el local que buscaba, hasta que logró divisar un pequeño kiosko. Caminó con gran rapidez mientras la elfina veía que un cliente estaba esperando ser atendida. Recordó las palabras de su dueña, que con ojos de odio le mencionó lo siguiente <<Atiende a toda la clientela que puedas, o ya sabrás que te ocurrirá si no lo haces>>. Un escalofrío rozó por la espalda de la elfina así que rápidamente fue a atender a la señorita Tsuki Unemiya.

 

-Buenas noches, ¿Qué desea del menú?.- preguntó la elfina, sacando un papel y un pequeño lápiz y poder anotar la orden, estaba con mucho miedo a no ser que no hacía un buen trabajo, y si se enteraba Akiza, tendría el peor castigo para un elfo. Christine no quería recibirlo, ya que eso a causado mucho trauma en la niñez de la elfina, por su madre que tuvo aquél castigo. Esperó que la chica pida ya que parecía pensativa y servirla cómo se merecía.

[Gabyxlllsiby Rambaldi Tao]

*Tsuki Unemiya*

 

Dado el pedido que quería, cerró el menú y le entregó a la elfina. Esta sin perder tiempo pasó con gran velocidad y esquivando algunas sillas, magos y uno que otro elfo hasta perderse de vista. La joven bruja hurgó en su bolso su monedero haciéndose a la idea del dinero a costar su pedido. Se relajó por momentos en el mullido asiento mientras observaba como el lugar llegaba y salía la gente.

 

Pocos minutos después la misma elfina aparecía con una bandeja de donas, una taza de café y un pequeño plato de cubos de azúcar, entre su movimiento la taza hacia un sonoro tintineo con amenaza a poder caerse. Ya en la mesa entregó todo a la joven bruja y finalizó realizando una gran reverencia.

 

-Gracias! -expresó la bruja con una gran sonrisa. La elfina con sus grandes ojos continuó con su exagerada inclinación, se irguió rápidamente y desapareció a la vista.

 

Aprovechó el ambiente y se enfrascó en sus propios recuerdos, estaba segura que una conocida de ella trabajaba en un local de comida rapida. Ahora con el vistazo de todos los negocios del callejón probablemente era este local. Miró en varias direcciones pero no estaba allí. Con un mordisco a la dona rellena de mermelada continuó esperanzada en ver a aquella bruja que hacía años no la veía.

[Akiza Ravenclaw H.]

Akiza entró al local con un aire de duda, y un poco de decepción. No sabía que realizar pero quería ver si las cosas marchabas todo en orden. Suspiró ya que hace mucho tiempo no estaba en el local, ya que la Orden del Fénix quería atraparme y no sabía porqué asunto, no eran los que cuidaban al mundo mágico y no secuestrar gente cómo lo hace la Marca Tenebrosa...bueno eso era otro asunto para La Ravenclaw, con cara de enojo siguió su camino hacia el kiosko. En esa ocasión vestía ropa pegada al cuerpo de color morado combinado con negro. Su cabello lo tenía liso y entró a ver si no había ningún problema.

 

Vio al elfo de la otra vez y sonrió ya era hora de molestar un poco al pequeño nuevamente. Él al darse cuenta de mi presencia, trató de huir, pero con un poco de velocidad, llegué hacia la pequeña criatura.-Buenos días querido, ¿Qué tenemos para hoy?.- preguntó la ojiazul.-Espero que en esta ocasión me obedezcas.- acariciando lentamente su cabezita de elfo que luego tendría que lavarse las manos.-Ya sabes si no me obedeces tendremos serios problemas ¿Verdad?, bueno ve a lavar todos los platos de las cocinas espero que sea pronto.- dijo con voz autoritaria. Así que el pequeño elfo desapareció. Akiza le gustaba tener bajo control y a las criaturas domésticas era su primordial objetivo.

[Gabyxlllsiby Rambaldi Tao]

*Tsuki Unemiya*

 

En el lugar inundaban varios aromas debido a los diferentes postres, bebidas o alimentos que se servían en el lugar, pero sutilmente, en la que ningún cliente pudiera quejarse, mas bién apreciaba aquellos vanos aromas y ayudaban a que la gente se deciciera a lo que más le apetecía.

 

La joven bruja luego de beber aquel café y terminarse las donas tomó un tiempo de relajación inclinando su cabeza hacia atras y admirando el color azul del cielo. Aunque no podía evitar mirar con exasperación a los niños que jugaban en el lugar, pero al instante volvía a apreciar las nubes y descansar.

 

En una de estas ocaciones el chillido feliz de un niño hizo que por doceava vez girara donde era origen el ruido. El pequeño miraba algunos jugetes que tomaban vida por unos pocos segundos. Cuando se disponía a inclinar la cabeza para dormitar, de reojo miró una figura imponente la cual le llamó la atención. Miró más detenidamente y se decepcinó pues había creido que era su amiga hacia tiempo no la habia visto. Aunque estaba segura su rostro le parecía conocido y atendía el lugar.

 

Para despejar cualquier duda, levantó la mano y llamó a la mujer

 

-Disculpe... me gustaría un batido de frutas...

[Seth Weasley.]

Llamé a mi elfo para que me ayude a atender el kiosko. Hobbit vino enseguida y se colocó a mi lado.

 

Inmediatamente pude ver que una mujer levantaba la mano pidiendo un batido de frutas [Tsuki Unemiya], me acerque a paso rápido y le llevé una copa de Batido de Frutas recién preparada.

 

-Buenas tardes, mi nombre es Seth Weasley, trabajo aquí. Todo lo que necesites puedes pedírmelo que yo estaré bajo tus órdenes.- Apoyé el batido en la mesa y me coloqué a un costado esperando más indicaciones.

 

http://img.vitonica.com/2009/02/smoothie.jpg.

 

Elevé la vista para poder enterarme de que Queathon y Betty estaban haciendo su trabajo, el primero cocinando y la segunda atendiendo a un cliente que recién llegaba.

Editado 7 de Octubre del 2012 por Seth Weasley.

[Leslie Ashryver PB]

Estaba caminado por el callejón Diagon, quería comprar un rico desayuno para hoy, seguí caminado esperando encontrar un lindo lugar hasta que un olor delicioso inunda sus sentidos, seguí al aroma y me encontré en un lindo kiosco, entre sin dudar, entre y me dirija a una mesa, que estaba vacía, me senté y espere hacer atendida.

 

Luego de esperar vi a un joven detrás del mostrador, lo llame con la mano y espere a que llegara para atenderme, llego a mi lado y le pregunte.

 

Hola, me gustaria un cafe y donas por favor- le pedi

[Seth Weasley.]

Me acerqué a la joven bruja de cabellos oscuros con leves reflejos rojizos y le ofrecí tomar asiento.

<Hola, me gustaría un café y donas por favor> Dijo ésta.

-Enseguida.- Me dirigí a la cocina donde se encontraban Hobbit y Betty, ambos conversando.- Pst.- Les siseé.- Menos charla y más trabajo, vamos! Un café y unas donas.- Los elfos se separaron rápidamente y al parecer se sonrojaron un poco.

 

-Lo siento amo.- Respondió Hobbit.- Enseguida.- La joven elfa "Betty" se dirigió a la cafetera mientras que Hobbit sacó de la vidriera unas dulces y mugidas donas. Cuando el café ya estaba listo, tomé el azúcar y me dirigí a la mesa donde se encontraba la antes encontrada "angelcullen".

 

-Sírvase.- Le dije con sutileza apoyando la bandeja de Café y donas en la mesa.

 

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[Akiza Ravenclaw H.]

Akiza vio a un chico nuevo que atendía el Kiosko, <<<Por lo visto tenemos un nuevo empleado>>> pensó. Había pasado tanto tiempo que no se había dado cuenta que había nuevo personal en nuestro servicios. La Ravenclaw decidió tomar un pequeño descanso en las mesas del restaurante, sabía que estaba flojeando en el trabajo pero, aprovecharía cada segundo de su tiempo libre al menos por un momento. Pero luego se percató que la chica que iba atender, miraba mi silueta, cómo si me conociera, a pesar de no saber de quien se trataba. Se acercó a la mesa para verla mejor, reconociendo su rostro a ratos.-Disculpa, me sentí observada por tí, ¿Qué deseas de mí?.-preguntó la ojiazul. Se sentó en una de las sillas que estaban en la mesa de la chica que parecía japonesa.

 

OFF:

 

Bienvenido Seth =)