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Joaquín Granger

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Todo lo publicado por Joaquín Granger

  1. Vaya uno a saber donde estaría Valeskya, o con quien, que todavía no había aparecido a saludar a su hermano favorito que dejaría unos cuantos galeones para su disfrute personal. Sin embargo los elfos estaban versados en el arte de la venta y estaban otorgando una asesoría por lo menos decente, aunque no dejaba de pensar que la Granger de cabello negro y ojos violetas necesitaría un refinado paladar humano que conociera de chocolate para hacer más confiable la elección. Sin dudas se lo sugeriría en cuanto hiciera acto de presencia. No pude resistirme a probar las trufas champagne y las 24 K, había cosas de humanos a las que no me resistía, ni quería hacerlo, y esas eran el champagne y el oro. Si bien el oro comestible era una simple fruslería sin sabor, las trufas rellenas de aquel vino gasificado eran toda otra historia. Las burbujas daban una textura aireada a la densa masa y las hacían ligeras, por lo que uno podría ser víctima de la gula y comer una tras otra hasta darse cuenta que pararse nunca había sido tan difícil y que un mareo al estar de pie, o trastabillar era algo que podía esperarse. Pero no yo, así que comí otra. -Entonces, quiero treinta cajas, todas variadas, ya sabes que tengan un poco de todo ¿me estás escuchando? -pregunté a la criatura que asintió frenéticamente- bueno, presta atención. Quiero que veinte sean grandes, y que en la caja aparezca el logo de mi local "Ollivander's"; las otras diez, que sean pequeñas y no tienen que tener ninguna distinción especial. ¡Ah! Y prepara también quince botellas de licor como las cajas grandes y otras cinco como las cajas pequeñas -di un vistazo a la elfina, que sabiamente había optado por tomar nota- Eso es todo. Avisaré cuando quiera algo más, y si tu ama está por ahí, dile que estoy aquí. Mientras miraba en los escaparates algo para mis niños, y también para los hijos de Zahil, y en mi mente evaluaba la posibilidad de llevar un pastel para que los menores que estuvieran en Londres compartieran, tomé una copa de agua gasificada para limpiar los restos de chocolate que pudieran pegarse en mis blancos dientes. No había decidido cuando sentí una amistosa palmada en el hombro y al darme vuelta, resultó ser uno de los empleados del Ministerio que se encargaban de la correspondencia. Como empleado, me relacionaba con los escalafones más bajos. Charlamos cordialmente y más que nada nos quejamos de lo pesado que se vuelve el trabajo en aquellas épocas decembrinas, cuando no creyendo lo que veía, una rígida jovenzuela de cabello y ojos negros como la noche, se dirigió a mí con palabras forzadas. El poco agraciado hombre se despidió y continuó con lo suyo tras un deseo de felices fiestas, y yo me concentré en la joven. Hacía un tiempo quería verla y aquella tarde en la que creí que tendría que encargarme de aburridos recados, la encontraba en aquel local de mi hermana. ¿Habría sido una colaboración de mi hermana? Ella conocía mis planes... -Puedo decir lo mismo, señorita Liu. Bienvenida al local de Valeskya -dije con una sonrisa. Sin embargo la muchacha no estaba nada feliz con mi presencia. No la culpaba. Era una presa a quien había pensado en liberar, y se había visto envuelta en un complicado malentendido gracias a la metiche de mi hermana. ¡Pero claro, yo era el malo! Aunque si debía reconocer que me habían hecho perder los estribos y tal vez me había excedido un poquito. Era extraño y fascinante a la vez ver como la joven que había huido de nosotros sin pensarlo dos veces, aún rondara las calles que eran tan conocidas para mí y mi familia. Yo hasta diría que era algo est****o huir para quedarse en la jaula de los leones. -Espera, Li -dije dejando la copa sobre el aparador- Hace un tiempo llevo pensando en lo que pasaría si te volvería a ver. Tengo una propuesta interesante para ti ¿Aceptas una taza de chocolate caliente en la cafetería, mientras te cuento los detalles? Yo pago, por supuesto. -Aquello quizás le generaría una especie de deja vú nada agradable- prometo no usar mis poderes para influenciarte -finalicé, levantando mi palma de manera solemne.
  2. Nick: Joaquín Granger ID: 110990 Conocimiento: Leyes Mágicas Nivel de Magia: IV Link a la Bóveda: Bóveda N° 89498 Link a la Ficha: Aquí
  3. Que suerte la de mi hermana y que mentalidad empresarial la de abrir una boutique de chocolate en aquella altura del año en la que personas como yo, que si bien no compraba chocolate para consumo personal, lo compraría como detalles por estas fiestas navideñas. Era de buen empresario tener detalles con los proveedores y los clientes habituales, lo había aprendido desde que había iniciado mis actividades empresariales propias. También era de buen hermano desembolsillar unos cuantos galeones en los locales de mi hermana. Más vale ella que otros. Por eso es que aquel día había decidido terminar mis pendientes de forma veloz, para quedar libre antes de que la tienda cerrara y poder quitarme también aquella obligación de arriba. Caminaba tranquilo pero constante por el callejón, con mi traje chaleco gris, sin embargo mi gabardina era beige y mis zapatos de punta fina color café, así no tenía un aspecto completamente sobrio, pero tampoco llamativo; mas no dejaba de reconocer, que por aquellas épocas en que todo estaba decorado con luces de colores y el verde, rojo, blanco y dorado, me sentía tentado a elegir otros colores. Sumido en mis más superficiales pensamientos, llegué a un local con puertas y ventanales de cristal, que daban una visión a un exquisito paraíso de chocolate, ya que como había podido captar, incluso las paredes eran de aquel marrón. Antes de entrar me permití tomarme unos momentos para ver lo que exhibían, pasteles, trufas, bombones con varios tipos de rellenos o sin relleno, los que a mi parecer eran mucho menos apetitosos, también habían cuestiones más divertidas, y en ese momento me vinieron a la mente mis hijos, ambos amantes del chocolate. Con Helena era más fácil, estaba de viaje con su madre, bastaba con enviarle una caja, con la promesa de que próximamente la traería al local de su tía a quien dudaba que conociera, sin embargo, con el perspicaz Seishiro la cosa era bastante más complicada. Si el niño de ojos dorados descubría que había ido a una dulcería sin él, y que esa tienda de puro chocolate era de su tía favorita, lo que para él era sinónimo de chocolate gratis al borde del descontrol, seguramente tendría que atravesar una rabieta. Aquello requería una táctica delicada que planearía en su debido momento. Pero al entrar me di cuenta que bajo ningún concepto podría dejar que Valeskya lo trajera sin mi supervisión, o al menos con suficiente medicina para el estómago. -Buenassss. -Saludé alegremente, mientras miraba los escaparates de cristal, y levantaba la vista al menú. La variedad era abrumadora.- Todo se ve tan delicioso... seguro Valeskya pueda aconsejarme -comenté casi en un susurro, más para mí que para nadie.
  4. -Me quedaré para ver como sacudes las caderas, y comprobar que la rigidez no sea un mal de familia -comenté con una risa sin pena ninguna mientras tomaba la copa. Era innegable par mí al menos que la estaba pasando bien, y ya no quería cuestionarme el ridículo que podía estar haciendo, porque al menos si aquello era un ridículo de verdad, tenía compañía, y alcohol, mucho alcohol, que aunque no hacía nada, la botella era un consuelo de lo más extraño. ¿Cuantas horas habían pasado ya? No podía recordarlo ni queriendo, pues sentía que incluso había olvidado las primeras canciones que habíamos cantado tanto Valeskya como yo, mucho menos recordaría las de los demás. -Se siente raro pero bien, ¿no crees? -pregunté a mi acompañante- dejar de pelear aunque sea unas horas, y poder montar semejante espectáculo sin comentarios hirientes. -Aclaré. Quizás aquello se volvería una costumbre, pero de momento era una frágil tregua. Aplaudí en cuanto Valeskya fue a tomar su lugar en el escenario para entretenernos a todos con otra de las canciones de desamor con las que habíamos colmado la noche. Y para mi sorpresa, aquella en español, lo que me sacó una sonrisa divertida. Al parecer el desamor no conocía barreras mágicas, ni idiomáticas, muggles y magos, humanos y sobrenaturales, hispanohablantes y angloparlantes, todos conocían la crueldad del desamor, pero al final, como en la realidad, todo estaba en como lograra sobrellevarlo cada uno. Era tan fácil decirlo... -Ha sido maravilloso -dije, intentando imitar el acento, pero comencé a reír. Aquella ni siquiera era una expresión típica de España- no, de verdad, me ha gustado mucho. Por cierto ¿conoces Madrid? -Quise saber como para sacar conversación. Al cabo de un rato consideré que era mi turno de deslumbrarlos a todos (?) y me puse de pie tras vaciar la copa de un solo trago y hacerle señas a Valeskya de que ya volvía. "Venus and River" On an island, stuck together You're the vinyl, I could play forever Down a mountain, through the desert Chase the water, and change the weather You remind me of a soundtrack From a movie, a throwback Don't keep me waiting, don't make me wonder Don't alert me about the spoiler You got this sweetness My body needs this You are my Venus I'm River Phoenix Be my rock and never move I won't dance unless you do You are my Venus I'm River Phoenix Don't you know me, the last crusader I need a lover, no not a hater Let's save the forest, 800 acres In Costa Rica, I wanna take you You got this sweetness My body needs this You are my Venus I'm River Phoenix Be my rock and never move I won't dance unless you do You are my Venus I'm River Phoenix Rising like the sun 'til sunset A shady bar on the boulevard Rising like the sun 'til sunset A hazy star, you went too far Rising, rising like the sun You are my Venus I'm River Phoenix Rising, rising like the sun You are my Venus I'm River Phoenix Be my rock and never move I won't dance unless you do Rising, rising like the sun You are my Venus I'm River Phoenix https://www.youtube.com/watch?v=EDawHxehawQ Aquella no era una canción de desamor. Para variar un poco había optado por una canción que demostraba un amor tan enfermizo que era una necesidad. Era la otra cara de la moneda. La dependencia. Sonriendo porque sentí aquello como una hazaña al cambiar un poco la temática, aunque otra de mis canciones recordaba lo mismo a decir verdad, volví con Valeskya y el alcohol.
  5. -¡Lo puedo jurar sobre la vida de mis hijos! -afirmé con cierta indignación ante la incredulidad de la mujer- ¡Cocinar! ¡así como lo escuchas! ¡en una playa y al mediodía! ¡Esas son las locuras que se le ocurren a su sobrinito Apolo! -dije con reproche como si las damas allí fueran las responsables del joven que ya era mayorcito de edad. Me sentí orgulloso de mí mismo cuando ya había logrado acertar con la elección musical, desgraciadamente solo conocía esa que fuera más o menos como lo que tenía en mente. Tendría que realizar un trabajo de investigación. Pero aquello no era suficiente trabajo para la matriarca de cabello negro y ojos violeta y ya me había cargado con la nada despreciable, pero nada fácil tarea de buscar "bailarines" para promocionar el local. No pude evitar una sonrisa lasciva al escuchar las palabras de mi hermanita, para quien parecía que no disfrutaba de las blancas navidades sino de las rojas navidades, y sonreí aún más. -Para mí es un placer ayudar a proveer a este local, y en consecuencia a mi amada familia -dije pomposamente, y aparecí un pergamino y una pluma- ¿cuántos quieren? ¿todos chicos? ¿tienen alguna preferencia por la procedencia? puedo traer lo que quieran: Asiáticos, latinos, morenos enormes, pelirrojos de tiernos rostros pecosos o rubios magnánimos. Ustedes pidan y yo cumplo. Y tengan lista la ropa con la que los humillarán. Antes de partir y acabar con aquella junta de socios tan improvisada, a Valeskya que parecía estar superdesarrollando su lado empresarial de una forma impresionante, se le ocurrió otra idea de lo más aprovechable. Recordaba la hierba a la que se refería la eterna joven, había alcanzado su boom cuando todavía era ilegal en la década de los 70s, y desde hacía ya unos años, se veía una marcada tendencia entre los muggles y humanos en general por su consumo, algunas veces no tan moderado... Incluso varios países habían legalizado y regulado, como podían, su consumo. -¿Y si mejor les ponemos unas gotas de alguna poción vigorizadora? Pasarían más tiempo en el gimnasio, bajarían de peso más rápido bajo sus efectos, nosotros recibiríamos más galeones y ellos obtendrían el resultado deseado con un estímulo de lo más inocente. ¡Todos felices! -Exclamé con una sonrisa taimada.
  6. -La hipnosis es mi primera opción, sin dudas -asentí, escuchando sus "peros"- considero que Li se escapó por su propio carácter fuerte y su rebeldía, no creo que los padres tengan esa suerte, no creo que sea cosa de sangre -dije encogiéndome de hombros ante las advertencias de Valeskya- yo solo me ofrezco, naturalmente le plantearé la posibilidad a la chica, ya es cosa suya si acepta o no. No la forzaré -clavé los ojos en los violeta de mi hermana. Era fácil soltar cosas como aquella cuando uno casi tenía la certeza de que la muchacha no volvería a pisar Ottery en su vida, y china no era un país de mi agrado, por lo que tampoco saldría de mi confort para solucionarle la vida a la chica. Sin embargo había una pequeña parte de mí que insistía en que la volvería a ver, y suponía que era esa misma la que me hacía comprometerme con la causa y cumplir mi palabra, al menos de ofrecerme a la joven de ojos y cabello negro a ser la llave de su real libertad. Yo había visto su lado huraño que guardaba en casa, y le mostraría un lado servicial que muy pocas veces sacaba a relucir con extraños. Escuché la explicación de mi hermana, con una mezcla de sorpresa, pena, y rabia. Ahora comprendía un poco mejor por qué su rechazo a su naturaleza, si todo aquello había sido una locura desdichada del amor. No era el primer caso que conocía, en realidad era bastante común, salvo que... aquellos que se habían visto en una situación similar a la de Valeskya y luego vilmente traicionados, no solían vivir mucho, no soportaban la presión, la soledad, ni el vínculo que los unía al ser que una vez habían amado con tal pasión como para entregarse a una eternidad juntos que nunca llegaría. -Al fin puedo entender por qué eres tan reacia a nuestra naturaleza, hermanita... -dije con suma cautela- la verdad, no te culpo por cargar con ese resentimiento, estás atada a algo de lo que no puedes escapar, porque creíste que otra persona haría las cosas bien... Y no fue así. Me molesta mucho, pero es admirable que sigas resistiendo. Creo que hay pociones para eliminar esta condición. La idea no me agrada, pero me agrada menos que vivas algo que no te gusta -dije acercándome al borde por el que ella estaba. Sinceramente no me gustaría verla marcharse en algún momento. Aquello se ponía extraño así que me apresuré a agregar- Solo me gusta que pases malos ratos cuando nos peleamos. -Le guiñé un ojo por la broma. -Por cierto... yo nunca convertí a nadie con promesas de amor eterno -quizás no me creyera, pero era la más pura verdad y podría defenderla- a mí me convirtieron porque reconocieron mi valía, y me acogieron como un hijo. Me consintieron, educaron, y forjaron el carácter tan especial del que todavía no me desprendo del todo -hice una mueca,- siempre que ofrezco mis dones, mis habilidades, lo hago porque considero que la persona resulta interesante, porque tiene algo especial. Pero así y todo, le otorgo la más amplia libertad para decidir, no la embeleso con las posibilidades de riqueza, de poder o de juventud y salud eterna. Mucho menos uso la hipnosis o la coloco en peligro inminente a propósito. Obvié el comentario sarcástico de la matriarca Granger de cabello negro y ojos violeta, para escuchar lo que tenía que decir sobre el ritual que en realidad no existía. En el fondo sentí una punzada de desilusión, quería que Valeskya se pusiera a cantar e hiciera danzar las aguas con aire místico, pero apreciaba que no me mintiera. Mi alma estaba tan lacerada que seguramente tendría que convertirme en el tritón de aquellas aguas para que sanaran mis heridas, sin embargo lo intentaría. Cerré los ojos recordando buenos momentos con mis hijos, mi familia, y demás personas que han formado parte de mi camino, y me permití sonreír distraído. -¿Tú tienes pensamientos felices? En mi caso resultan un poco difíciles de encontrar...pero allí están.
  7. Supuse que Valeskya comentaría algo sobre mi gusto musical tan variable. Sonreí luego de dar un sorbo a la copa y le guiñé un ojo. A nadie le iba a negar que era bastante crítico de los tiempos modernos, sus costumbres y sus modas extravagantes, la música llegaba a ser la excepción en varios casos. Naturalmente no disfrutaba de toda la música moderna, así como con el tiempo dejé de disfrutar mucha de la música clásica que tanto me gustaba. Debía admitir que en cuanto música se trataba los gustos se adaptaban a las épocas en las que vivía. La adaptabilidad era el secreto para una eternidad feliz y plena. -¿Verdad? Pasa es que me parecía que si me ponía a cantar ópera se iban a aburrir y Fiamma me iba a echar del local -y vacié la copa de un sorbo, guardándome adentro el pensamiento de que todavía tenía ocultas muchas sorpresas.- Claro, la terminaré más bien y pediré otra -dije sirviéndome- ¡No mates a nadie! -dije alzando la copa mientras se iba al escenario. Escuchaba a mi hermana entonar de forma casi profesional, al punto de que algunos de los que estaban allí comenzaron a bailar abrazados aquel tema un tanto lento lento, yo en cambio me abracé a la botella y me balanceaba lado a lado sin gracia ninguna. Me vi tentado a invitar a alguien pero pronto me arrepentí, prefería la compañía de la botella y las palabras de mi hermana. Además comenzaba a cavilar que los hermanitos Granger estábamos metidos en canciones de amor desesperado en los que se denotaba que los artistas no podían con la soledad y se entregaban hasta perder la dignidad (?). Que no se malinterpretara que en nuestro caso era igual. Aplaudí efusivamente, y me permití unos "uuuh uuuuh uuuuuh" entre silbidos. Asentí a su invitación de sentarnos en unas mesas que acaban de quedar vacías. Aquella planta se había descongestionado luego de que Marilyn hubiera abierto la segunda. Le hice sueñas a nuestro Elvis favorito para que trajera otra botella a la mesa que íbamos a ocupar y al instante ya había aparecido una en el centro de la mesa y al apoyar ambas copas que tenía en la mano, se llenaron mágicamente. -Me gustó la canción Val, salud por eso -dije levantando la copa cuando llegaba a la mesa, y daba un sorbo- pero voy a cambiar un poco el ritmo... Prepárate -y esbocé una sonrisa nada confiable, yendo al escenario. Heartbreak (Make Me A Dancer) Heartbreak (heartbreak) I've tried to hold myself together Tried to forget you've gone away The tears I've cried They won't subside Unless the music starts to play Heartbreak, make me a dancer, dancer DJ, give me the answer, answer Love, stop getting me down, down, down (Do it alone, I couldn't do it alone) Heartbreak, make me a dancer, dancer Keep my heart beating faster, faster Love, stop bringing me down, down, down (Do it alone, I couldn't do it alone) I need to feel I'm getting stronger Long as I'm moving it feels true And with each step (with each step) I will forget (I will forget) Forget all of those memories of you (Keep it coming) Keep it coming on and on and on Heartbreak, make me a dancer, dancer DJ, give me the answer, answer Love, stop getting me down, down, down (Do it alone, I couldn't do it alone) Heartbreak, make me a dancer, dancer Keep my heart beating faster, faster Love, stop bringing me down, down, down (Do it alone, I couldn't do it alone) Heartbreak (heartbreak) Heartbreak (heartbreak) Do it alone, I couldn't do it alone Dancer (dancer) Heartbreak, make me a dancer, dancer DJ, give me the answer, answer Love, stop bringing me down, down, down (Do it alone, I couldn't do it alone) https://www.youtube.com/watch?v=bWkP-mt_bOk Esta vez me había permitido bailar un poco, como lo hacía la cantante con el micrófono, al fin y al cabo no eran movimientos muy intrincados. Reí luego de que el micrófono se apagó y volví con la de ojos violeta. Había sido una canción de corazones rotos pero al menos era una de superación...
  8. -Nada -dije sin más, sosteniendo su mirada por un segundo- también fue la última vez que la vi, y al no haberle dado de mi sangre, no podré rastrearla -me encogí de hombros- bien por ella que pudo escapar, aunque no la hubiera matado, lo creas o no, por muy fastidioso que me viera. Había perdido los estribos quizás un poquito, algo tan simple como alimentarme había terminado en un embrollo de lo más complejo, incluído que se habían llevado a Seishiro a un cumpleaños al cual ninguno tenía invitación. Había demostrado aquel día lo mal que resultaba todo cuando las cosas salían de mi maniático control; y aunque al final todo había terminado bien, nadie había muerto y mi pequeño estaba sano y salvo, todavía me generaba incomodidad pensar en aquel día. Además me había dado cuenta que debía "dejarme fluir" un poco más. No había pensado en asociar a Li Xue con la gente de Ottery, quizás por su procedencia tan marcadamente distinta al occidente del que la gran mayoría proveníamos, pero no podía menos que asentir a lo que había dicho: La gente que llegaba a Ottery eran gente especial. Tampoco era que me hubiera atrevido a probar mi hipnosis con mucha gente de Ottery; pudiendo aparecer en cualquier lugar lleno de muggles, mucho más débiles y sin correr el riego de terminar embrujado, no iba a pasar trabajo... Sin embargo, de vez en cuando quería probar sangre especial. -Es cierto, la gente de aquí es especial -asentí con sinceridad- y Li Xue lo es aún más; se resistió a la hipnósis, logró escapar, y hasta logró ganárselas a ustedes, las matriarcas. Si de algo estoy seguro es que no volvió a China, ella estaba huyendo de su compromiso arreglado -reí un poco resignado.- ¿Ves? sus padres son humanos y deciden sobre su hija mayor. Quizás pueda redimirme un poco si lograra hacer que cancelaran ese compromiso... ¿Qué opinas? -Tu pensamiento me suena triste -dije, haciendo una mueca- ¿No crees que es triste ver como una persona, la persona que amas, envejece, pierde poco a poco sus capacidades físicas, a veces incluso las cognitivas, lo que es peor; mientras tú caes todavía más en la cruel realidad de que se irá al otro mundo y tu seguirás intacta. Mi consuelo es que cuando encuentre a la persona de mi vida, entenderá esto y querrá compartir la eternidad y no hacerme pasar por ese sufrimiento. -Val, no siempre hago lo que hice con Li Xue, por lo general es algo rápido, algo de mera supervivencia; nunca dejo marcas ni recuerdos, ni siquiera cuando me permito divertirme un poco más -la miré sin atreverme a sonreír para no comenzar a pelear- y sí, hay veces que disfruto de ser cruel. Es mi válvula de escape. -Esto último lo dije yendo al punto opuesto de la alberca natural.- Por cierto ¿acá no hay ningún ritual purificador?
  9. -Menta... -inspiré profundamente, llenando mis pulmones muertos de aquel vibrante aroma. Ella tenía miedo de lo que podía pasar con las artes más oscuras y tener que arrastrar la inmortalidad con eso y en cambio yo me había pasado mucho tiempo experimentando, ella era un ser más abierto que yo en cuanto a relacionamiento y sin embargo era algo a lo que yo temía sin más. Los hermanos Granger éramos polos opuestos, siempre lo habíamos sido si me lo preguntaban, sin embargo en el pasado habíamos tenido algo que se perdió y fue un sentimiento de complicidad y apoyo incondicional que hacía que las diferencias no se notaran porque las usábamos como complemento. Lo cierto era que llegando a un punto medio había que admitir dos cosas: La primera era que cargar con una inmortalidad y no darse el lujo de probar todo tipo de cosas, sobre todo las prohibidas, hacía que la vida se volviera terriblemente monótona, por lo que uno tenía que tener una constante curiosidad para poder resistir. La segunda era que debía admitir que luego de conocer personas que se volvían especiales en la vida de uno, era difícil volver a la cómoda soledad, sin embargo todavía y a raíz de lo mucho que se sufría, lo evitaba. Los humanos tenían un dicho "no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que aguante" bueno, para los vampiros sí lo hay. Que aquella coordinación de pensamientos fuera un acuerdo silencioso. -No podemos estar más de acuerdo, hermanita -comenté con una pequeña sonrisa- me encanta tener el control, sobre todo sobre las personas, porque no tengo la paciencia de escudriñar en su interior buscando certezas. Cuando comentó lo de la hipnosis enseguida vino a la mente la joven asiática que hacía poco había sido mi presa, y que la dueña del negocio en el que estaba se había encargado de frustrar mi comedido. La joven en cuestión, por unos escasos segundos, había mostrado una resistencia a mi hipnosis, y aquello me había fascinado, tan solo por aquello había decidido que Li Xue tendría que vivir. Claro que daba una imagen de asesino despiadado y en la familia nadie creyó mis verdaderas intenciones, ni me dieron la chance de explicarlo, pero supongo que yo tengo parte de la culpa... -No es que fuera a hipnotizarla para fines impuros, pero... -dudé un segundo- Li Xue, la chica asiática de hace unos días, mostró una sorprendente resistencia a la hipnosis por unos segundos. Me hubiera gustado investigar con ella, mas ni siquiera quisieron escuchar mi versión de los hechos -finalicé lanzando una mirada acusadora. -Para comida siempre es necesario, los humanos no van por ahí ofreciendo el cuello -dije frunciendo el ceño- pero cederé y reconoceré que efectivamente es lindo saber que encantas a alguien por cómo eres y no porque se usen encantamientos o poderes sobrenaturales, por útiles que sean. Reconozco que también quisiera alguien que no solo se fascine por mis intereses porque lo fuerzo a eso, sino que con sus intereses distintos y comunes a los míos, me fascine a mí también. Una eternidad es algo largo para estar con una persona que no tenga nada relevante para decir. ¿Lo ves? También sé cómo funciona este escabroso tema, pero mientras no llegue, me divierto. Siempre puedo hacer que me olviden y no sufran, es lo mínimo que merecen luego de que me aburra.
  10. -No te entendí ni Jota -dije levantando una ceja- pero está bien me quedó claro que me tengo que quedar con ustedes. Por cierto, la decoración navideña siempre ha sido de las mujeres y los niños, y no elegían un Santa que en lugar de dulces dejaría granadas en los calcetines de la chimenea. Las oscuras intenciones de la Granger de cabello oscuro no tardaron en hacerse notar, y con una simple mirada de sus ojos violetas hasta logró incomodarme. Yo era una persona de comportamientos cambiantes, entonces un día podía ser muy feliz presumiendo mis músculos y haciéndome el gimnasta olímpico, y a los pocos días la idea de verme con una trusa minúscula a rayas rojas y blancas y un muérdago en el lado derecho de la pelvis, obviamente con un gorro de santa o al menos de elfo, para completar la ilusión me cohibía bastante. Quizás podría ser el suplente los días que me levantara con mucho ego. De todas formas mi hermana estaba como alterada e imperiosa aquel día por lo que continuaba hablando antes de que yo pudiera meter alguna palabra, por lo que me limitaba a escuchar y levantar una ceja porque se le ocurría cada cosa a esa mujer. La última vez que había cocinado fue por obligación en la clase de Encantamientos que había tomado meses atrás, y no había sido nada elaborado. Además creía recordar que nadie se había atrevido a probar nada porque todos nos dejábamos estar en los elfos y sus fascinantes habilidades. Éramos pobres pero no tanto como para no exigirles más. -La última vez que cociné fue cuando Apolo nos obligó en su fatídica clase al rayo del sol, también fue la primera, creo. Nadie se atrevió a probar nada de nadie, puedes preguntarle a Fiamma, ella cursó la clase conmigo. En definitiva, puedo intentar, pero no creo que vaya a ser una masa suave y deliciosa... El secreto para que te quitaran trabajo de arriba era lo más rastrero de todas las artimañas que la humanidad había inventado: "Si ya saben que soy inutil ¿para qué me piden que haga las cosas?" Era todo un arte dominarlo sin exagerarlo pero llevarlo hasta un punto en el que sonara creíble, con Valeskya había usado la exquisita técnica de "Yo me ofrezco, pero no me hago responsable de lo que pueda salir" No sabía si funcionaría realmente, así que me apresuré a contestar lo que resultaba bastante obvio y suponía que lo preguntaba por mero compromiso. -¡No! -exclamé levantando una mano- tú y yo no tenemos gustos musicales parecidos y acabaríamos peleando, sin embargo... -dije pensativo- ¿qué te parece si ponemos el "Jingle bells rock"? Es más animado que los villancicos comunes, creo que hasta sería motivadora (?) sobre las otras opciones, puedes mandonearme lo que quieras, si quieres salgo a buscar un par de lindos humanos para que nos bailen, y mientras estén en eso yo me ofrezco a trabajar en recepción, para comprobar que mi hipnosis funciona, claro está.
  11. -Que gran idea, Val -dije chocando mi copa flauta contra la suya, y di un sorbo a la burbujeante bebida- llevaba años sin beber un buen champagne ¡Salud! ¡Por más ideas como esa! -Y vacié la copa sin elegancia alguna. No se lo dije pero desde el escenario la había visto tener el atrevimiento de pasar al otro lado de la barra y autoabastecerse de un buen alcohol, me recordó aquellos tiempos en los que ella aún se llamaba Luna Granger y tenía un bar al que iba de forma bastante habitual, aquel en el que podía servirme yo mismo y no pagar la cuenta, porque eran tiempos de bonanza para la familia. Ahora todo era tan diferente que aquello parecía haber ocurrido en otra dimensión o en un sueño por demás agradable, de esos que por más que uno quiere, luego de despertar nunca más los vuelve a soñar. -No me retes, creo que ya siento que el alcohol me está haciendo efecto como a un humano cualquiera y te arrastraría como mi corista con un traje de lentejuelas -hice un gesto como de arco iris imaginario con las manos y reí. Lo mejor era dejar la nostalgia para otro momento. En cuanto me dejó a cargo de la botella y su copa, la cual dejé en la barra para poder servirme más de aquella clara bebida a gusto, la escuché cantar con cierta indignación ¿me reclamaba algo más movido pero cantaba aquello tan conmovedor? Odié sentirme un poco tocado por aquella letra y obviamente fingiría que no fue así en cuanto ella bajara, así como tampoco le diría nada de como se había congelado a lo último. En cambio me apresuré a llenar su copa; ella siempre había sido más humana que yo, incluso ahora después de perra. -No sabía que pudieras alcanzar esos agudos, hermanita ¡brindo por eso! -y choqué su copa para luego vaciarla y casi lanzársela- ¡Mi turno! -exclamé mientras saludaba a Fiamma que merodeaba por allí luego de inaugurar la segunda planta. Quizás debería invitarla a cantarla cuando la gente empiece a mermar. De momento el escenario era mío. "Drop Everything" Go go go, go wake me up Go go go, give it away, it all away Go go go, go wake me up Go go go, give it away, it all away I don't care what the circumstance is I don't care, what my other plans is I'm here for you, so take advantage I don't care what the circumstance is Like even if the president says "You need to come to my defenses" I'd tell her sorry, no offences But someone needs my full attention I would drop everything For you I would drop everything, for you For you I would drop everything I would drop, drop, drop, drop everything Go go go, go wake me up Go go go, give it away, it all away Go go go, go wake me up Go go go, give it away, it all away I don't care if there is consensus That I finally lost my senses I'm jumping hoops and hopping fences I don't care what the circumstance is I used to think about finances Now you supply all my demands My bank account is big as France's I'd give it up and take my chances I would drop everything For you I would drop everything, for you For you I would drop everything I would drop, drop, drop, drop, everything Drop everything For you I would drop everything for you For you I would drop everything I would drop, drop, drop, drop, everything Go go go, go wake me up Go go go, give it away, it all away Go go go, go wake me up Go go go, give it away, it all away I would drop everything For you I would drop everything for you For you I would drop everything I would drop, drop, drop, drop, everything Go go go, go wake me up Go go go, give it away, it all away Go go go, go wake me up Go go go, give it away, it all away https://www.youtube.com/watch?v=_MU59VX4h0I El micrófono estaba encantado y me había ayudado en ciertas partes de la canción. Recibí los aplausos con una sonrisa y volví a donde me debía esperar mi bebida. Acaba de recordar la ultima vez que había estado dispuesto a dejarlo todo.
  12. La monotonía de autónoma con la que el lycantropo hablaba lejos de tranquilizarme, me ponía los pelos de punta, sin embargo no dejaría que se notara aquello por nada del mundo, con una mirada serena y una expresión seria, escuchaba cada palabra, sintiendo cierta empatía... con el muchacho, ya que destilaba que aquella advertencia que incluía al Cuartel de Seguridad Mágica y la frase "medidas correctivas" eran parte de un protocolo al cual el empleado debía atenerse una y otra vez. Si no hubiera estado tan nervioso, seguramente hubiera fantaseado ligeramente sobre las reacciones de los distintos dueños. El muchacho que explicaba todo hasta que nos vimos interrumpidos no solo por la charola de plata con la copa de agua tibia, sino un intruso que si bien había sido descubierto hacía unos momentos, no era esperado en mi oficina con la tienda cerrada. Fruncí el ceño, ya que ni yo entendía aquello del todo, una cosa era que pasara a saludar, pero otra cosa muy distinta era que husmeara detrás de mi puerta. Lo miré con cierto reproche ¿su madre no se había hecho cargo de educarlo? si bien era la hermana con la que tenía un trato nulo, no podía concebir aquello. -Buen día, Apolo -saludé con una sonrisa más forzada de lo que me hubiera gustado- tu presencia es siempre bienvenida, sobrino, incluso cuando la tienda está cerrada... Para mi sorpresa, Grelliam y Apolo se conocían, empezaron a entablar una conversación sobre un tema del que era completamente ajeno y comenzaba a sentirme absolutamente fuera de lugar en mi propia oficina. Sin contestar aun la pregunta que Apolo nos había hecho sin dirigirse a ninguno en particular, escuchaba lo que el Ollivander decía, y que incluso se permitía sonreír, pero no de una forma cómoda, también las expresiones como "recuperarse" ¿recuperarse de qué? Si bien Apolo era un adulto y yo estaba lejos de ser su tutor me hubiera gustado saber su tuvo que atravesar algún problema. Pero no podía preguntar nada de aquello. -Por lo que veo se conocen, y no hace falta que los presente -interrumpí, al fin, antes de que la curiosidad me traicionara- Apolo -dije desviando la vista de los heterocromos ojos del muchacho, y los clavaba en los ojos negros del otro Granger- Al parecer ha habido una denuncia en contra de este negocio y el señor Ollivander viene a aclararlo todo ¿no es así? -pregunté y proseguí- si el caballero no tiene inconvenientes, puedes quedarte, con una condición: Ni una palabra de esto a la familia. No quieres preocupar a nadie ¿verdad? -y continué una vez más sin esperar una respuesta- En cambio, si él considera tu presencia inoportuna, vas a tener que retirarte de la oficina. Aclarado esto, puede continuar, por favor. -Finalicé volviendo a clavar mis ojos en el Ollivander No confiaba del todo en las intenciones de Apolo, no era un mal chico pero algunas veces tenía actitudes extrañas, como cuando apareció apestando a alcohol y cubierto de sangre que no era suya. Que apareciera con la excusa de comprobar mi seguridad no hacía más que alarmarme, y no podía olvidar que tuvo la desconcertante idea de entrar por atrás, incluso cuando parecía conocer al otro hombre que estaba en mi oficina. Nada de aquello tenía sentido. Con suerte al pasar el rato, podría entender más, y en ultimo recurso, lo aclararía en la mansión. @ @@Apolo Granger
  13. -¿No lo estás viendo, Apolo? -el que no entendía la voz de desconcierto del muchacho era yo.- ¿No tienes espejos en tu habitación? ¡Son iguales! ¡Solo cambia el color de cabello! Aquella situación me comenzaba a exasperar, Zahil no me dejaba matarlo, el Apolo rojo no se dejaba comer, y a mí me gustaba tener el control, pero cada vez era más consciente de que en aquella ocasión todo escapaba de las manos de todos. Al menos el comentario del extraño con el que estaba compartiendo la habitación me hizo reír de forma estridente. Pobre alma inocente sin conocimiento de cómo funcionaban las cosas; los vampiros "vegetarianos" pedían permiso y se desgarraba su alma cada vez que secaban algún sucio animal. Pero no era lo que yo acostumbraba. -Apolito -comenté, sonriendo divertido- si yo pidiera permiso a mis víctimas, ya me hubiera muerto de hambre hace mucho, mucho tiempo. Mínimo podrías agradecerme que no te hipnoticé para que cedieras. Hubiera deseado que Apolo terminara con lo que tenía que decir sobre mí, lo miré de soslayo, pero bien sabía que no era aquello lo que lo había detenido de seguir dando sus impresiones sobre mí. Había otras cosas que apremiaban, así que lo dejaría para más tarde... Una Fiamma decidida se había hecho presente y era la clase de Fiamma que me agradaba, la que empuñaba su varita y solucionaba todo con un par de movimientos, aunque impidiera que salvara a las damas que yo mismo arrojaba de los tejados. Además aquella vez los dos teníamos las mismas intenciones. -No, Fia -dije dejando ver el pesar en mi voz- Zahil no nos deja matarlo hasta comprobar que no daña al otro -dije señalando al Apolo de la cocina, y mirándolo por encima del hombro.- Oye, sobri, ¿Nos dejarías patearlo para ver si a ti también te duele? Hay que salir de dudas. Pero aquel muchacho de estridente cabello rojo logró lo que ninguno de nosotros había logrado hasta aquel momento, salir de la habitación en la que estábamos encerrados, y lo miramos incrédulos ante la facilidad con lo que lo había logrado. Pronto el chico demostró una inocente incapacidad de no hacer comentarios inoportunos, cargando la desconfianza en Zahil, aunque la llamó por el otro nombre, al salir detrás del chico no pude evitar enviar una mirada de reproche divertido a mi prima «¡Ja! ¡y tú que no querías hacerle daño ¡Mira con la moneda que te paga! ¡Sólo dame una señal y lo hago pagar» le transmití aquello con el pensamiento pero sabía que la de pelo bicolor no podría descifrarlo. Ahora estábamos todos en el vestíbulo, y podíamos confirmar lo que había dicho Valeskya sobre los sonidos en el segundo piso que a decir verdad, yo también había escuchado, pero suponía que podían ser los niños. Sin embargo pronto pude confirmar que no fue así. Una figura irrumpió apresuradamente desde la segunda planta y apuntando al suelo, lo hizo estallar, haciéndonos caer al subsuelo de la mansión, y no había atinado siquiera a exclamar una advertencia cuando ya había sentido el impacto contra el duro suelo de piedra del sótano. Aunque me había golpeado con fuerza en la cabeza, y como para no perder la costumbre, el Apolo de cabello rojo estaba sobre mí, no había sido nada mortal. Busqué con la mirada a mis parientes humanos, puesto que tenía plena certeza de que Zahil y Valeskya se encontrarían en óptimas condiciones. El que estaba más próximo era Apolo, el de verdad, el Azul, mi sobrino, y no estaba siendo aplastado por ninguna de nuestras esbeltas familiares mujeres, sino que tenía un pesado mueble encima, y sangre en la cabeza por un fuerte golpe de un candelabro. -¡Aparta! -exclamé, quitando al intruso de encima y me apresuré a socorrer al otro chico. Lo despojé del peso del mueble sin mayor complicación, pero había que atenderlo rápido y no tenía ninguna poción. Pero tenía algo mucho mejor...- No hay de otra -murmuré de forma imperceptible, antes de clavar mis colmillos en mi labio inferior, y en el momento en que la sangre comenzó a manar, los posé sobre los suyos, tibios, asegurándome que la sangre entrara en su boca y se pudiera beneficiar de los efectos sanadores.- Es mejor que cualquier poción... -fue lo único que atiné a decir quitando mis labios teñidos de rojo de los suyos en el mismo estado. -Y ahora... -Murmuré, ya con los ojos de un color naranja intenso- ¡Kraven! -llamé y el elfo apareció con un sonoro «crack» e hizo una reverencia- ¡Llévate a los niños, ya sabes a donde! -asintió, hizo otra reverencia y desapareció con el mismo sonido con el que había aparecido. Lleno de furia, y habiendo encaminado al menos dos problemas era momento de encargarme de nuestro agresor, porque si había algo que no iba a permitir era que se violentara la seguridad y la integridad física de mi familia, y mucho menos en mi propia casa. Y para su desgracia, yo había visto y en realidad antes de vernos envuelto en el polvo, todos habíamos visto que se trataba de un tercer Apolo con un cabello de un azul más claro. De un salto, emergí del boquete que se había hecho en el piso y corrí hacia las escaleras donde estaba nuestro agresor, lo tomé con fuerza asfixiante, lo que lo obligó a soltar su varita, y con él en el aire, volví velozmente sobre mis pasos a donde estaba el boquete. -¡Oigan, chicas! -exclamé, para llamar su atención, y esbocé una sonrisa sádica,- ¿No tienen hambre? ¡Se me ocurre que pueden llevarlo al calabozo, encadenarlo, y divertirse un rato! ¡Atrápenlo! -y con excesiva fuerza lo arrojé al lugar donde momentos antes habíamos caído. En el peor de los casos si no se amortiguaba su caída, se rompería algunos huesos. Me di la vuelta cargado de desconfianza, cuando capturé a mi presa, me había parecido sentir la presencia de alguien más en la casa, pero estaba tan cegado por la furia que no podía asegurar nada, como fuera, no había impedido que lo capturara... sin embargo esta vez, empuñé mi varita y me puse en guardia. @@Apolo Granger @ @@Valeskya Granger @
  14. -Llegamos al punto que quería -dije señalándola- justo lo que quería saber era eso: que los amarres tampoco eran infalibles y que al final terminarían por no surtir efectos en la persona. De todas formas me sentí un poco defraudado por aquello, pero no dejé que se notara; mis preguntas no habían sido con ánimo de cuestionar las habilidades de la joven de cabello negro y ojos violetas, tampoco habían sido con ánimos de fastidiarla, sin embargo y sin real intención lo había conseguido, al podía resultar que fuera una persona un poco desesperante, o mejor, que Valeskya tuviera muy pero muy poca paciencia. Lo cierto era que en mi hambre de conocimiento lo que quería pero en definitiva tampoco esperaba, era que aquello fuera infalible. Los inmortales necesitábamos cosas duraderas. -¿Trauma? -repetí mientras apuntaba con la varita a los pantalones, transformándolo en un bañador verde oscuro, iba a ser blanco, pero para aquellas prendas que se mojaban, era traicionero ese color.- Ya puedes voltearte, no estudié encantamientos y transformaciones para nada. Amo jugar con la materia y manipularla -comenté como un niño entusiasmado- Es físicamente imposible que puedas verte como esas brujas de cuentos muggles, lo quieras o no eres vampira. Pero si algún día te ves en la obligación de usarla y llega a pasar lo que dices, puedo ayudarte, también estudié artes oscuras. ¡Y mira que bien me salen los shorts! No era que su cara fuera comparable a una trozo de tela, pero salvo que pidiera otra, era la única prueba que podía darle. Miré de soslayo a la matriarca Granger, si bien alguien más ya me había dicho que "no solo salía con gente guapa" en aquel caso siempre había algún rasgo, una cicatriz algo que lo hacía resaltar, y lo entendía. En el mundo abierto de los magos, la belleza era siempre la excepción y variaba mucho dependiendo la región de este basto mundo, por eso en cada una de esas regiones, un extranjero era considerado alguien cuando menos, llamativo. En Ottery, las cicatrices, los rasgos etareos, incluso algunos kilos de más eran sin duda algo llamativo. -Sé bien que hay cosas más allá de lo físico, hermanita -comenté, mientras me sentaba en el borde de la humeante piscina- lo he comprobado en cuanto pisé este lugar en el que al ser la gran mayoría una verdadera delicia a los ojos, al punto que ya es costumbre, no queda de otra que ver el interior de las personas, sus pensamientos, sus capacidades, sus habilidades. Es algo bastante complicado ¿sabes? nos vemos obligados a no dejarnos llevar por los ojos y tener que indagar de buenas a primeras en las almas. Si los humanos fueran conscientes de eso, y más allá, lo aplicaran, serían más felices. A mi me tomó casi cuatro vidas darme cuenta. -Creo que te entiendo -dije ya metido dentro de las aguas ahora teñidas de verdes por las sales- quizás no usaría la palabra "vacíos" porque seguro son bastante liberadores y desatadores -quedé un momento mirando un punto fijo- aprovéchalo hermanita, no tienes nada que te ate aquí, así que mientras te haga bien, no dejes de hacerlo -quizás el consejo a ella no le importara para nada, pero sentí una obligación familiar- pero regresa, nosotros no te atamos, pero te pensamos... -dije mirando a otro lado.
  15. -Disculpe... -trataba de recordar cada letra de lo que había pronunciado para comprobar que yo no había entendido mal- ¿ha dicho una denuncia, de que expendemos magia oscura? Por favor, muéstreme la información pertinente. Miraba pasmado hacia la ventana ¿quién sería capaz de una mentira tan atroz? vendíamos varitas, y accesorios para estas, lo más oscuro que se podía encontrar allí eran trozos de azabache para encastar en el mango. Éramos, más allá de un negocio respetado, un negocio querido por generaciones y generaciones de magos y brujas, incluso, había veces en las que veía padres y abuelos con sus pequeños, señalaban la tienda y les contaban la anécdota de cómo a sus once años habían encontrado su varita para toda la vida, gracias al ojo experto de los propietarios de esta ilustre tienda. Tenía los ojos en un tono naranja sangriento a causa de aquello, que seguramente no era más que un malentendido, o en el peor de los casos una difamación absurda que no llegaría muy lejos, cuando a través del ventanal, diviso la figura de una persona más que conocida: mi sobrino, Apolo. Pero el chico logró que mis ojos volvieran a su profundo azul, cuando pasó apresuradamente como sin querer ser visto y me hizo fruncir el ceño un segundo, cuando comencé a percibir sonidos de la parte trasera de la tienda. Rezaba para que si el licántropo lo escuchaba, no tomara aquellos sonidos como una sospecha.Aunque ignoraba si se conocían. -Sinceramente no esperaba algo así -comencé a responder- así que, si usted lo prefiere, podemos ir a mi oficina y no ser interrumpido por los clientes. Por aquí, señor Ollivander -dije señalándole la escalera de caracol. Con mi varita en mano apunté a la puerta y un cartel que decía "volveremos más tarde" se materializó. Si bien mi semblante no podía dejar de mostrar una justificada preocupación, mi mente clamaba venganza y a la vez trataba de sosegarme, y no se podía decir que aquello fuera algo fácil. En todos los años en los que pisaba sobre la tierra, nunca había podido luchar contra aquel fatal defecto que significaba la capacidad de guardar la calma cuando las cosas escapaban de mi control o como decían en aquellos días "dejarse fluir". Las únicas veces que lo había conseguido había sido cuando tenía algún romance, y aquella tranquilidad duraba lo que duraba el rato con la persona en cuestión. A la mitad del pasillo, a la derecha estaban las enormes puertas que daban paso a mi oficina. -Adelante, puede sentarse en el sofá -dije señalando el elegante sofá tapizado en tela esmeralda, mientras yo me sentaba en un sillón del mismo estilo contra el brazo derecho del sofá- ¿puedo ofrecerle algo de beber? Kraven, Elfo doméstico de Joaquín Granger. La fea criatura se pasaba el día yendo y viniendo, apareciendo y desapareciendo, su rutina era ir de la tienda de varitas al gimnasio y a la mansión a vigilar al pequeño Seishiro, y resultaba agotador, pero el incansable elfo no dejaba que aquello se notara, era un honor para él servir, asistir, y aprender de su amo, y lo hacía con real dicha, pues en su mente no se concebía un elfo que no sirviera a un amo, y más si se trataba de un ser tan especial como el suyo y los pequeños de él; aunque hacía mucho no veía a la ama Helena, y eso le apenaba. Chasqueaba los dedos con esmero para limpiar la parte trasera de la tienda y que su amo se enorgulleciera de su diligencia, cuando para su sorpresa, de repente ya no se encontraba solo, sino que estaba en compañía de otro humano, uno que no frecuentaba la tienda, y que no era del agrado del elfo. Sin embargo, le clavó los ojos e hizo una reverencia profunda, como haría con cualquier mago, todos superiores a él, por supuesto. ¿Qué haría el amo Apolo en aquel lugar de la tienda que estaba reservado solo para propietarios y empleados? -Amo Apolo... el amo Joaquín está en una reunión ¿desea usted que Kraven lo anuncie? Kraven cree que el amo se enfadará si le permito estar aquí, Kraven cree que puede esperar en la sala de descanso. Tiene que subir las escaleras y seguir hacia el fondo del pasillo. Sería un honor para Kraven guiarlo. @@Apolo Granger @
  16. La época decembrina en la que todo era rojo, dorado, blanco y verde, y el aire parecía más cálido gracias a esa decoración, a pesar de que la verdad era que el invierno se acercaba, bueno, todo aquello no se notaba en mi oficina, pues también era la época en la que el Ministerio más exigía formalidades, de las que buena gana me encargaba con tal de no tener que estar en la recepción. Terminaba de llenar unos papeles para el Control de Comercio Universal y así terminar también los pendientes de aquel día, pues solo faltaban las firmas de las chicas. ¿Qué hacer a continuación? esa era la incógnita. Sin duda a aquella lúgubre oficina le vendría bien un poco de decoración navideña a la cual no me oponía, incluso me gustaba, sin embargo, no tenía cabeza para seguir tomando decisiones, así que lo relegaría en las chicas que seguro tenían mejor gusto, ideas más modernas y mucha más voluntad que yo. Además me parecía haberlas escuchado tocar el tema antes, por lo que tenía cierta seguridad al respecto. Miré alrededor y me encogí de hombros. Lo importante era que la parte que viera el público destilara amor y calidez navideña. Por mi parte iría a darme un chapuzón a la alberca, y si los masajistas estaban libres quizás aprovecharía su disponibilidad. No era que tuviera contracturas, pero me gustaba ser toqueteado (?) y era gratis, aquella sin dudas era la mejor parte. Al salir de la oficina miré a ambos lados, me gustaba comprobar que todo estaba bajo control y en orden, los humanos sudaban y después iban a recuperar las calorías quemadas en la cafetería y ese circulo vicioso solo podía compararse con el éxito de los casinos y las instituciones financieras que otorgaban préstamos. -Hola chicas... ¿qu -dije al pasar al lado de algo que comenzó a moverse y casi me hace revivir para infartar y morir otra vez- ¡Por Merlín! casi se me juntan las presiones -dije a tono de reproche para ver la cosa que me había asustado y automáticamente sonreír encantado- ¡Me gusta este Santa! es como "si santa puede lograr estos brazos, ¡tú también puedes!" es una buena promoción -les di el visto bueno con el pulgar- toda la decoración está quedando muy linda, iba a la alberca, pero si quieren las ayudo.
  17. Compartí la carcajada de mi hermana, no era para menos. Ni ella había podido verme en ese estado tan chispeante, y a pesar de las protestas ella me había seguido la corriente, pero ni ella podía negar que se había podido llevar a cabo aquella actuación espectacular porque la había forzado a subir conmigo al escenario. A aquello se refería la gente cuando decía que para que las cosas avanzaran debían empujarse los límites. Di un sorbito ocultando una sonrisita cuando la escuché decir que me encantaba la atención de la gente. -¡Perdón! ya sé que me emocioné al final y te opaqué, pero con los coros la rompimos ¿o no? -pregunté con alegría- deja que crezcan mis niños y emprendo mi carrera de solista -bromee, siguiéndole la corriente. La gente nos miraba y nos sonreía con cierta burla quizás, y el barman sería despedido si no dejaba de lanzar miradas extrañas, lo acusaría ante mi prima y se le acabaría la osadía (?) pero preparaba buenos tragos, así que quizás debía ignorarlo y en cambio prestar atención a mi hermana y a la chica que ahora cantaba una triste canción que me sabía y coreaba en silencio. Cuando terminó y se sentó en la barra con una indecorosa botella de tequila que seguro no durarían llena muchas canciones, la saludé levantando la copa. Lo que vino seguido a aquello, fue mi hermana volando al escenario, disponiendo cosas a Elvis, entre otras cosas, bebidas gratis para mí, y casi tan importante como aquello fue ver como mandaba a volar de un empujón a una chica que hacía la fila. El karaoke también podría sacar la violencia de las personas al parecer. Reí ante aquella escena, y por supuesto, se la echaría en cara cuando bajara. De momento me limitaba a gritar y aplaudirle desde abajo. Se me vino a la mente un dúo de hermanos, Argentinos, los Pimpinela, pero al recordar un par de canciones de ellos me vinieron calosfríos, me terminé la bebida y no osaría mencionárselo a Valeskya. La mujer de cabello negro y ojos violetas bajó, cargada de osadía. le pasé su bebida, que el Elvis acababa de preparar obediente, y la miré poniendo los brazos en jarra, echándome hacia atrás, abriendo mucho los ojos, asintiendo con una sonrisa entre arrogante e indignada: Era el gesto de "¿Ah sí? ¿Estás retándome? ¡Prepárate!" "It's my life" Funny how I find myself in love with you If I could buy my reasoning I'd pay to lose One half won't do I've asked myself How much do you commit yourself? It's my life Don't you forget It's my life It never ends Funny how I blind myself I never knew if I was sometimes played upon Afraid to lose, I'd tell myself what good you do Convince myself It's my life Don't you forget It's my life It never ends I've asked myself How much do you commit yourself? It's my life Don't you forget Caught in the crowd It never ends https://www.youtube.com/watch?v=5ixRWvrkUHo Bajé del escenario entre aplausos ebrios y algún vitoreo, mientras volvía con los brazos abiertos hacia mi hermana, y escuchar sus impresiones. @@Valeskya Granger
  18. -Lo sé, lo sé -solté un largo suspiro- tampoco es que ame vender varitas, sabes bien que lo hacía porque resultaba fácil, Ariane tiene, tenía, una práctica impresionante, pero se ha marchado, y resulta dificultoso llevarlo adelante sólo -dije mirando al aire- ¡Oh! otra declaración impensada, Joaquín Granger reconoce el trabajo en equipo. El copal me hace mal. Lo cierto era que nunca había visto tanto compromiso por parte de los Granger para con un problema, y me incluyo; hasta ese momento había sido bastante apartado de la familia, aunque todos me agradaban mucho, simplemente me costaba acercarme a ellos. Pero desde que la bóveda familiar estaba casi vacía, todos nos habíamos visto obligados a colaborar para mantener un nivel de vida decente, decente para aquel lugar ostentoso. La inversión del gimnasio del que la mayoría éramos propietarios, era en aquel momento la fuente principal, y los miembros de la familia, ahora ya no echábamos mano de los fondos familiares para nuestros placeres, sino que trabajábamos más horas para mantenernos por nosotros mismos. Aquello resultaba hasta irónico, nunca tuve la real necesidad de mantenerme por mi mismo, en mi infancia y primeros años de adultez, era como un objeto, así que me mantenían, horriblemente, pero me mantenían, y cuando Gabrielle me convirtió, se habría ofendido muchísimo si osaba mover un dedo para ganarme la vida de forma digna. Incluso cuando me separé de ella, fui beneficiado con parte de su riqueza, así que no había tenido que preocuparme de nada. Era cierto que tuve mi pasado de trotamundos explorando lugares místicos, pero las cosas que encontré allí eran en su mayoría coleccionables, que no podría considerar vender sin terminar en Azkaban. -Hermanita, si la misma persona viene diez veces a pedirte un amarre con la misma persona, ¿no te parece que es más que un pasatiempo? -hice una mueca- pero hablando de dinero, a los vampiros, que no sean yo, porque soy tu hermano, puedes cobrarles pequeñas fortunas, ya que estamos limitados con nuestra hipnosis a los mortales. Imagina que uno quiera conquistar a otro vampiro, solo uno de tus amarres sería la solución. No estaba seguro de llegar a un acuerdo sobre ese tema con ella, sin embargo quería comprobar si al menos estábamos de acuerdo en que una persona podía usar las habilidades de ella de una forma no tan inocente, y a la vez, ver si la joven rechazaría un... cliente habitual. Escuché la respuesta burlona y no pude esperar menos, así que me limité a hacer una mueca, para luego sonreír divertido al adorable saquito. Era cierto que aquel día estaba enfrascado con el tema del amor. Intentaba ocultarlo, pero desde que había conocido la realidad en la que vivía hacía ya varios años, me había vuelto un romántico empedernido. -¡Yo soy un caballero incluso cuando fuerzo a la gente! -respondí indignado- como dije antes, ya pasé por eso de enamorar a la gente, es sumamente complicado aquí. Todos somos guapísimos, todos somos ricos, está plagado de seres sobrenaturales, mis características ya no me hacen tan especial y eso no me da tranquilidad para socializar -abrí los ojos como platos cuando me di cuenta de la última confesión- ¡Por Merlín! no sé si le pusiste veritaserum a mi café o los vapores de este lugar me nublan los sentidos, pero no dejo de destaparme. Te odio -finalicé con una sonrisa. Lo cierto era que estaba cómodo allí... -No, quédate, no sé si me tengo que meter con estos pantalones o los convierto en un bañador o qué onda -la miré como diciendo «si me tengo que desnudar, desaparece»- de todas formas, ya hablamos del pasado, hablemos del presente, ya no sabemos nada el uno del otro, cuéntame de tus viajes en los que llegas colmada de conocimientos, cuéntame cómo estas -La tregua seguía, ¿quizás aquello fuera un "borrón y cuenta nueva"? @@Valeskya Granger
  19. -¡Da igual! solo es para cantar hermanita, ¿no te quejas que siempre estamos peleando? Esto es un rato de paz. Di un sorbo mirándola de soslayo, creo que en realidad nunca se había quejado de que nos pasábamos peleando, si hasta por lo general, la que tenía poca paciencia, explotaba y comenzaba la discusión, y yo, aunque victima (?) no podía no defender mi honor y dar pelea, y era un círculo vicioso, que se repetía una y otra vez. Ya que venía pensando los beneficios de la música en todos nosotros, no estaba de más someternos a un pequeño experimento para ver si tenía también en vínculos fraternales fuertes pero maltratados. -Nadie quiere tu mugrosa rubrica -protesté con un chasquido, tomándola de la muñeca para guiarla al escenario- pero la querrán luego de esta canción -dije, con un guiño. "Private Emotion" Every endless night Has a dawning day Every darkest sky Has a shining ray And it shines on you Baby, can't you see? You are the only one Who can shine for me (Chorus) It's a private emotion That fills you tonight And a silence falls between us As the shadows steal the light And wherever you may find it Wherever it may lead Let your private emotion come to me (Come to me, come to me) come to me When your soul is tired And your heart is weak Do you think of love As a one-way street? Well, it runs both ways Open up your eyes Can't you see me here? How can you deny? (How?) It's a private emotion That fills you tonight And the silence falls between us As the shadows steal the light And wherever you may find it Wherever it may lead Let your private emotion come to me (Come to me, come to me) Every endless night Has a dawning day Every darkest sky Has a shining ray It takes a lot to laugh As your tears go by But you can find me here 'Til your tears run dry It's a private emotion That fills you tonight And the silence falls between us As the shadows steal the light And wherever you may find it Wherever it may lead Let your private emotion come to me Let your private emotion come to me Let your private emotion come to me Come to me, come to me https://www.youtube.com/watch?v=N-m9fn1yeEI La melodía había comenzado a sonar entre los aplausos de los magos y brujas de aquel lugar, que ya se los notaba bastante pasados de copas, y soportarían a aquellas alturas, cualquier canción. Sumido en mi papel de estrella del pop, ignoraba si la rígida mujer de ojos violetas y cabello negro me seguiría la corriente o no. @@Valeskya Granger
  20. Tonteaba con aquella bebida a base de caña, limón y azúcar que había sustituido a la tradicional bebida roja y tibia que solía beber, cuando en el escenario veo una figura más que conocida, puesto que con varios centímetros menos y ojos de otro color, era sumamente parecida a mi, aunque de rasgos más delicados y femeninos, obviamente. No era ni más ni menos que mi querida hermana, querida a veces, la verdad, últimamente aquello era como un decir, porque nuestra actividad favorita era tener peleas infantiles, como para recuperar el tiempo perdido en la niñez. -Y no canta mal la infeliz... - murmuré con los labios en el borde del popote. Por alguna extraña razón encontré cierta... ¿sintonía? en la canción elegida y hasta podría decirse que me gustó y por un momento me transporté a un pasado que tenía muy bien guardado y me sentí un tanto identificado. La música era algo que simplemente no podía despreciar, casi toda era de mi agrado y hasta la más bizarra tenía algo que me agradara, así fuera tan solo el ritmo porque la letra fuera pésima. Cantar lograba ponerme de buen humor o por lo menos calmar mis emociones, pues si la letra me llegaba, me sentía contenido y entendido, aunque fuera lo más humano de todas mis costumbres. Aplaudí con entusiasmo viéndola bajar del escenario, pero me contuve de gritar o hacer algún comentario, pues no estaba seguro si ella estaba consciente de mi presencia en aquel lugar; suponía que no, no creía que tuviera la capacidad de aguantarse algún comentario mordaz tras mi canción elegida. Sin embargo, a mi me encantaba provocarla, meterme en la boca del lobo, esas cosas, y esperé hasta que estuviera distraída para ejecutar mi plan que acaba de asolar mi mente y que no me dejaría ser feliz si no lo ejecutaba en aquel instante. -Hola guapa... -dije en su oído, habiéndome acercado por la espalda y tapándole los ojos, tratando de modificar mi voz, para que sonara más sensual- te vi en el escenario y no podré vivir si no hacemos un dueto -pero ya para la ultima palabra me había traicionado la risa y me puse frente a ella- apuesto a que venderías el alma que no tienes para que algún soltero te dijera algo así -comenté riendo- ¡pide alcohol, yo te invito y cantemos a duo! @@Valeskya Granger
  21. -Esa es una buena forma de hacer dinero, no darles la solución definitiva -asentí, con una sonrisa taimada. No lo había dicho con ánimos de molestarla, pero ya había entendido que aquello significaba más que una fuente de ingresos para la matriarca Granger de ojos violeta, y cabello negro, era su entretenimiento, incluso su servicio a la comunidad; por algún motivo del que no estaba tan seguro, porque tampoco era que la conociera tanto, se me ocurría que la que estaba más pendientes de los galeones, era Fiamma, nuestra prima. Claro que seguro su amor por mí era más grande y mínimo conseguiría un descuento, porque Valeskya no parecía muy dispuesta aunque se las jugara de portadora de artes en pos de la humanidad (?) No dejaba de pensar en lo conveniente que podrían resultar las varitas con magia limitada, desgraciadamente, no creía que aquello fuera capaz de hacerse y de poder, seguro que los del control de comercio universal no estarían nada felices, porque claro, aquello necesitaría advertencia, no era algo que pudiera hacerse de forma secreta, y luego fingir sorpresa. Solo había que imaginar: Un auror en una misión oficial, con una varita de magia limitada, aquello terminaría en un desastre fatal. Seguro terminabamos en un juicio famoso y aunque no existe la mala publicidad, dicen, perderíamos gran parte de la fortuna, eso si no terminábamos en Azkaban. -Si, lo del alma sobra, somos entes corrompidos, matamos para vivir -dije, encogiéndome de hombros- tampoco es que vayamos a terminar en el infierno o algo así, y tienes toda la eternidad para estudiar como deshacer maldiciones. Pero bueno, está bien, ya no te voy a insistir, si no quieres investigar es cosa tuya. -dije levantando las manos como excusándome.- Y tranquila, no te diré mis "negras intenciones" pero... ¿para hacer amarres de amor, por ejemplo, no necesitas el nombre? porque si conocieras a las personas, podrías tener un indicio de las intenciones de la persona que lo pide. Si me lo preguntas, cualquiera que quiera forzar el amor, no es bueno. Abrí los ojos como platos, y di vuelta la cara al escucharme hablar así, ¡yo! ¡qué siempre había forzado todo! había usado un tono de condena al haber expresado lo que pensaba. Miré con una sonrisa un tanto sádica pero forzada a mi hermana, como queriendo convencerla de que ya sabíamos todos que yo no era una buena persona y podía vivir con aquello. Con un poco de suerte se imaginaría que el tono de reproche era para expresar algo como "nadie más puede hacer las cosas malas, salvo yo" que dicho sea de paso, también era un pensamiento muy recurrente. -No lo sé, hermanita -dije pensativo- hay emociones y situaciones por las que no me gustaría volver a pasar, hay otras que no he explorado y no estoy tan seguro de querer hacerlo, pudiendo forzar todo y evitarlas... -medité unos segundos- ¿dónde están esos estanques? creo que los teñiré de negro con mi energía -bromee, no del todo convencido que aquello fuera una broma. Aquella noche ya dudaba de todo. Sobre todo de mí mismo. @@Valeskya Granger
  22. Otro día más en el que me encontraba en la silla de director de mi oficina en el prestigioso y muy pero muy antiguo local de venta de varitas. Debía reconocer que había veces que olvidaba lo importante que era aquel negocio, y si bien la globalización tenía un impacto importante también en el mundo de magos y brujas, nadie podía negar que una varita de Ollivader's era no solo una varita, sino una especial, creada con técnicas ancestrales, ahora adaptadas, y acunada entre una larga historia y tradición. Allí había varitas incluso más viejas que yo. Suspiré y sonreí un poco indignado conmigo mismo. Era cierto que con dos locales y un trabajo en el Ministerio de Magia, los tiempos se acortaban bastante, y casi sentía la necesidad de tener un par de clones, sin embargo, no sería Joaquín Granger, si no tuviera una fortaleza extraordinaria y un metodismo exquisito que me ayudara a lidiar con todo aquello y las responsabilidades paternales. Levanté la cabeza con dignidad y continué firmando permisos y corroborando que tuvieran los sellos correspondientes. Ya pasaba demasiado en la oficina en reformas de Cooperación Mágica Internacional, como para tener que ir a otra a resolver problemas formales. Por un momento miré fijamente la puerta de mi oficina, aquel mes me era especial en muchos sentidos, y me volvía un poco más sensible y apegado con los que quería. Quizás por eso lo que anhelé en aquel momento fue que entraran con su alegría habitual mi socia y nuestra adorable hija, y que riéramos los tres juntos, sin embargo tras unos minutos de contemplación, nada pasó. Volví a concentrarme en mi trabajo, ya no quedaba mucho papeleo por hacer allí y podría desaparecer a cumplir con otras obligaciones. Era algo que quería y a la vez no quería. La campanilla me sacó de mi ensimismamiento. Clientes. No era lo más grato para mí atenderlos, sin embargo, sin Ariane allí, había aprendido a hacerlo por el bien de nuestra economía. Me puse de pie y en un par de segundos ya estaba tras el mostrador, con un joven del otro lado. Esbocé mi sonrisa amable de vendedor, aquella que intentaba dar calidez y hacer sentir bienvenidos a los que pisaran aquel lugar, una que había requerido mucha práctica. -Bienvenido, mi nombre es Joaquín Granger ¿En qué puedo ayudarle? -pregunté con diligencia. @ @@Apolo Granger
  23. Aplaudí cada actuación con un entusiasmo poco usual, yo sabía que en realidad era para dilatar un poco más mi actuación, ya que, siendo completamente sincero, tenía la esperanza de que mientras más tarde se hiciera, más sumergidos en el alcohol estarían los presentes y vitorearían mi ridículo. Pero luego de que una muchacha de cabello violeta cantara una canción que incluso me había gustado por su mensaje, poderoso, ya era tiempo de mi show. Subí al escenario, sonriendole a todos, casi con descaro, creyéndome la estrella de talla internacional, y busqué alguna canción que al menos me conociera, y cuando vi una, sonreí con un tanto de sadismo. Aquello sería revolucionario, o al menos cambiaría el idioma. "Es mejor así" Si fuera por ti, me harías sufrir casi sin pensarlo, podrías mentir. Si yo nunca fui, tu historia de amor, no juegues conmigo, es mejor tu adiós Tal vez esto es lo mejooooor, que sufrir de amor No lo hago por ti, no quiero seguir Ya no quiero de ti nada, no puedo creerte nada Vete y busca quien te quiera Quien te aguante a tu manera Por mi parte está perdido Te he dejado en el olvido Tan cansado estoy de ti... es mejor así, es mejor así... No puedes luchar contra la verdad Por mucho que llores, no voy a cambiar Tal vez esto es lo mejooooor, que sufrir de amor, No lo hago por ti, no quiero seguir... Y aunque esta noche estoy despierto Puedo decirte que me siento, mejor así, mejor, mejor así... Ya no quiero de ti nada, no puedo creerte nada Vete y busca quien te quiera Quien te aguante a tu manera... https://www.youtube.com/watch?v=cYAuMqb5Un8 Luego de finalizar aquella actuación, me di cuenta de la canción que había elegido, y en aquel momento, entre aplausos por compromiso, aunque no tenía una mala voz (?) me arrepentía un poco de no haber tomado una poción multijugos antes de cantar... Ahora ya era tarde y volví a la barra para pedir otra dulce bebida. Off: Les vine a matar el inglés con el despecho (?)
  24. ID: 110990 Nick Joaquín Granger Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero N° 112046 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda N° 89498 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2018-11-28 Objeto: Águila de la Sabiduría Puntos: 80 P Precio: 4000 G Objeto: Navaja Mágica Multiuso Puntos: 80 P Precio: 4000 G Total de puntos: 160 P Total de Galeones: 8000 G
  25. Buenas! ID: 110990 Nick: Joaquín Granger Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero N° 112046 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda N° 89498 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: III Fecha: 2018-11-28 Nombre del producto: Libro del aprendiz de brujo. Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): AAAAA Precio: 1000 G

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