Jump to content

Rory Despard

Magos Expertos
  • Mensajes

    6.630
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    87

Todo lo publicado por Rory Despard

  1. ID : 111484 Libro de Hechizos: Libro de Merlín Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): Compra Link a la Bóveda: No. 90386 Link a la Ficha: No. 90357
  2. Rory Despard

    Dilación

    Quiere entrever un futuro que prescinda del presente; acomoda los hechos con voluntad, con amor, de manera que el futuro permanezca a salvo del presente (La vida privada de los árboles) Cleo no vuelve y Harriet piensa de pronto que esa espera en su estudio será distinta cuando ella esté casada, porque deberá pensar en su marido y ya no en su criada. Porque el matrimonio está por encima de cualquier lazo ¿Cierto? Y ni siquiera ella puede escapar de eso, ya que este es un mandato ineludible para toda heredera de gran fortuna, aun cuando puede disfrutar un tiempo más de libertad comprada por el cariño de sus padres. Tarde o temprano deberá escoger un marido, y lo más triste es que se ha resignado a qué ese no será Hessennordwood Crouch. No porque el hombre sea menos apuesto de lo que fue hace unos años (ella incluso está convencida que como el buen vino, solo ha mejorado), sino porque se ha quitado por fin la venda de los ojos, esa que le impedía ver que Crouch nunca podrá estar a la altura de la imagen idealizada que, desde la infancia y de la manera más obstinada, ha construido de él. Por eso, incluso si la amara, quizá es ahora ella la que nunca podría amar al verdadero Hess, y tarde o temprano terminaría reclamándole injustamente, agobiada por la desesperanza. Cleo no vuelve y por supuesto que de esa situación y de sus propios pensamientos funestos va culpar a la nieve. La nieve que no deja de acumularse en el alféizar de la ventana y que ha teñido de blanco los campos. Un blancor que borra los colores y que Harriet siente que se parece a su interior, que se ha vaciado de colores, por haberlos volcado todos hacia sus obras, la última de las cuales representa a Gurëndriel, aunque ella misma no cayera en cuenta de eso sino hasta que dio los últimos pincelazos y retoques. Hattie puede admirar la energía de sus movimientos, la destreza para construir artefactos nacidos de la pura invención o el permanente ensayo y error. Pero hay un sentimiento adicional que se aviva cuando observa a Gurëndriel, uno que le llena el corazón de una inexplicable ternura hacia aquel muchacho con menos años que ella pero que contradictoriamente parece llevar una marca de vejez en él. Y en mitad de esa tediosa tarde, cuesta distinguir que es lo que viene primero, que es lo que finalmente aviva su corazón, si la ternura por el arte de él o si es la persona en sí misma quien la inspira. Harriet Travers nunca tuvo que lidiar con algo como eso, la posibilidad de que alguien que no fuera un puro elemento de la naturaleza contemplativa le despertara cierta calidez. Criada para ser protegida del mundo y sus amenazas, sabe que le queda todavía un largo trecho que recorrer respecto a su función como heredera, y aunque diga esforzarse, lo cierto es que todavía es reactiva a comprender la posibilidad de que quienes le rodean puedan estar para algo más que el cumplimiento simple de cada uno de sus caprichos ¿Y por qué no deberían estarlo? El problema con Gurëndriel es que terminó relacionada con ella por circunstancias inverosímiles. No puede hablar de una relación de confianza, pero tampoco es un completo desconocido. La casualidad obró para que sus caminos comenzaran a entrecruzarse, pero Hattie sabe en el fondo que perdura porque ella así lo quiso. Es a quien más puede escribirle por el móvil, pero no se ha preocupado hasta ese momento por averiguar cómo es que el muchacho puede sentirse respecto a esa cercanía, sobre todo porque a diferencia de Hess, carece de la profesionalidad para delimitar su espacio personal con los gestos más sutiles. Si tiene que mirarse desde afuera, él le recuerda su propia juventud pero también, paradójicamente, le recuerda sus deberes. Le recuerda sus silencios, y el por qué siempre resulta más fácil volver a la burbuja cómoda que su dinero le permite sostener. Durante todos esos años, ocuparse en el arte le permitió evitar que sus pensamientos más íntimos escapen, y sin embargo, a pesar de todos sus cuidados y de haber procurado confinar sus ideas a la intimidad de los espacios más recónditos de su mente, Hattie observa consternada que varias de esas ideas no solo burlaron el confinamiento, sino que han terminado plasmadas en sus múltiples bocetos y pinturas. De esta manera, lo que su boca no pudo decir, lo terminaron expresando sus dedos dibujando a veces furiosamente, a veces en silenciosa calma. De toda forma, tamaño y textura, sus sueños se han materializado en incontables lienzos en papel y tela, en sobrios y luminosos colores, en la delicadeza de la reproducción de un campo florido al atardecer, o en el escrupuloso detalle para la confección de un vestido. En la monocromía de un bosque enterrado por la nieve, o en las incontables manifestaciones de Gurëndriel que la asaltan sobre todo, en esos momentos de soledad. No es un retrato de él lo que tiene delante de ella ahora, un retrato físico al menos. Es más un repaso de esos objetos y lugares que ella ya no puede ver por sí mismos, sin que a su mente acuda el recuerdo del muchacho: Gurëndriel bosque, si sale a una visita en el campo y Gurëndriel sepulturero si visita la tumba de su madre. Gurëndriel guerrero, cuando despierta ahogada por alguna pesadilla de su efímero involucramiento en las guerras de Ottery y Gurëndriel inventor cuando lo recuerda trabajando en ese taller improvisado y mugriento (a sus ojos), rebosando esa creatividad que cree entender, pues finas fibras lo conectan con el arte al que le ha dedicado la vida. ¿Y el marido que tendrá en unos meses tolerará su vena artística? "Tolerar" es la palabra exacta y precisa que está buscando, porque no cree que quede alguien que pueda valorar genuinamente esos esfuerzos. Los hombres de la comunidad mágica, como solía decirle su madre "viven codiciando poderes secretos" y es casi seguro que el arte hecho por una mujer no esté entre esos artefactos poderosos, mucho menos si viene de alguien como ella que ha sido tantas veces tachada de tonta. O también de superficial porque le interese poco esa guerra de muggles y magos y tenga en cambio una preocupación más genuina de no quedar privada de seda de calidad si se arruinan las relaciones diplomáticas con los países asiáticos. ¿Y ahora por qué es que se ha llenado de estos pensamientos? No consigue dar con una explicación razonable, no está buscando la expresión artística esta vez, ni que el escribir termine encaminando sus energías creativas. Esta vez, y se siente mundana de admitirlo, es algo tan simple como el sentirse en una nebulosa de pensamientos que necesita sacar de su cabeza para que no amenacen su ordenada y planificada vida. Y para que sus siguientes actos sigan respondiendo, como lo han hecho la mayoría de las veces, a su ser deseante y no al deseo de alguien más. "Ah, pero es eso entonces" balbucea de repente, con el lápiz tamborileando entre sus dedos un instante. A falta de más recuerdos de Gurëndriel, de Cleo que no regresa, o de sus padres que no están más, se está inventando recuerdos, la perfecta distracción que le permite además ensayar todos los escenarios de sus temores y de sus amores. Se puede imaginar casada con el hombre más horrible, y desmenuzar con cada recuerdo falso los terribles resultados de ese matrimonio. Puede imaginar (porque realmente no cuesta tanto) la sonrisa de satisfacción de Tessa porque la única cualidad que alberga el est****o marido de ella es su hermosura. Se imagina presumiendo a cambio (para consternación de la mujer) la inmensa fortuna de su marido y eso le arranca una sonrisa silenciosa. Porque, indudablemente, solo aceptaría casarse con alguien poco agraciado, si eso le garantizase una mayor fortuna para ella y su prole. Hijos. Hijos que por el bien de ambos tendrán que salir como ella y no como su hipotético padre. Hace el esfuerzo de imaginarlos, pero el ejercicio de recuerdos inventados se detiene allí, ante la imposibilidad de imaginar sus caras, sus pasos resonando en el suelo empedrado o sus voces. Lo intenta, pero ni siquiera es capaz de imaginar su cuerpo hinchado y con el vientre abultado, porque su cuerpo no fue diseñado para esa clase de labores, y porque su casa dejará de sentirse suya cuando toque rediseñarla para que sea el espacio seguro de alguien más. Cleo no regresa de su viaje. Y Harriet lo tiene decidido: Que mientras ella no retorne de la ciudad, permanecerá allí, eludiendo sentimientos que no puede descifrar y fantaseando con el espejismo de futuros que no dependan de su yo del presente.
  3. Hace apenas unas semanas dijeron que no debía juzgar "de fuera y en un mes complicado"  y que "un bot no cambiaba las cosas". Ese es el problema cuando se  confunden causas con consecuencias, y se prefiere girar en torno a un árbol en lugar de ver el bosque x)

    1. Mostrar comentarios anteriores  1 más
    2. Darla G Dumbledore

      Darla G Dumbledore

      Aunque tengo un gran problema: me gusta tirar las cosas a la cara, y a la gente no le gusta eso, no es "educado".

    3. Ky.

      Ky.

      "Un bot no cambiaba las cosas."

      El problema fue que no solo se fue el "bot", si no que las otras personas a su alrededor también se ocuparon y entonces me pregunto... ¿el que ese bot se hubiese ido, cambia o no cambia las cosas?

       

    4. Darla G Dumbledore

      Darla G Dumbledore

      Hace rato se notaba la necesidad de actividad del bot y de las app, manejadores y acompañantes, incluyéndonos.

      mmm...

  4. Everything I touched told me it would be better shared with you🎶
    Está HERMOSA la firma, ámote.

  5. Con la misma sincera devoción bajo la cual pone su vida al servicio de los demás, Rory se pone de pie, y sonríe al mago, como si ya todo ahí fuera parte de un hábito inculcado desde la infancia, como si no hubieran tenido que pasar una serie intentos fallidos para alcanzar ese delicado equilibrio. Ha visto con sus propios ojos y en otras circunstancias la elegante frialdad con que Hess puede tratar a los otros, esa capacidad contradictoria y probablemente por eso atemorizante, de prodigar halagos y permanecer al mismo tiempo incólume, sin que ninguna clase de emociones nublen su perfecta fachada de control. Él también, no mucho tiempo atrás, se preocupaba en demasía de su trato "transparente y simple", características que su antiguo asesor Whisper no había dejado de reprocharle hasta el último de sus días en el ministerio, como inadmisibles para su posición. Pero aquellos tiempos han pasado. No necesita más sumergirse en esa complicada red de enmascaramientos sucesivos, así que aún sabiendo que no es la mejor reacción de su parte, deja que aflore algo de orgullo al escuchar al aparato electrónico de Crouch emitir un silbido que delata el ligero cambio que ha operado en el hombre al verlo. — Con la bendición de Dios, hemos podido volver a encontrarnos y eso es lo más importante ¿No lo cree? Los saludos entre ambos se han convertido en casuales oportunidades para evocar más de un recuerdo del pasado (o del presente) y compartirlo con el otro, pero aún si le preguntaran, no tendría forma de explicar la reconfortante familiaridad que ese gesto le provoca. Y siente también gratitud, de que sea un sentimiento compartido el extrañar aquellos paseos donde la vista del otro lado de la ventana, siempre fue arropada por singulares conversaciones desde dentro del auto, esas que les permitieron conocerse un poco más. Ahora que ambos han tomado asiento, Rory intenta recordar que era lo que su familia pensaba respecto a las estaciones. Porsupuesto está lejos de dar una respuesta lo mitad de interesante que la de Hessen. — A mí me gusta la primavera. La nieve se derrite y deja que el mundo vuelva a llenarse de colores. Los animales y las plantas salen del letargo, sus cuerpos recuperan el calor perdido durante el invierno, y entonces incluso tú mismo, te contagias de esa esperanza de ver florecidas las semillas que sembraste con el corazón repleto de sueños e incertidumbre - su efusividad se refleja en el brillo singular que alcanzan sus ojos azules pero prosigue su relato- no recuerdo haber tenido esa conversación con mis hermanos, pero también deben preferir la primavera, por los festivales y el derroche de cerveza. A veces, las proposiciones que le hace Hess impactan lo suficiente como para que la voz de él quede alojada en su interior, y reaparezca en los momentos más inoportunos, justo en medio de la misa dominical mientras pide perdón a Dios por los pecados de pensamiento, palabra, obra y omisión. A veces, Rory siente que podría abandonarse a esas palabras, dejarse llevar por ellas para que moldeen su actitud a los deseos de Hess, en lugar de luchar contra ellas y contra el gozo que le provoca ser el receptor de esas confesiones. ¿Qué tan malo podía ser que por esta vez, fuera él quien se animara a dar el primer paso, a sugerir una invitación? — No queda mucho para la primavera, así que quizá podríamos volver a tener un paseo para entonces ¿El sur del país tal vez? Me dijeron que alrededor de Bristol hay una maravillosa campiña y unas vistas increíbles. E incluso, si nos alcanzara la noche...también hay hospedajes sumamente confortables. No los he probado personalmente, pero la señorita Travers dijo que eran...maravillosos. El pelirrojo da un profundo suspiro, desliza la cabeza en dirección a un bollo de calabaza y lo toma con rapidez para evitar que sus ojos revelen decepción y tristeza si es que su invitación termina por ser rechazada. Está luchando arduamente para sacar cada frase de su boca, y para dejar atrás esos viejos preceptos que solían llenarlo de culpa, pero es normal que flaquee, mucho más porque ahora es consciente que no es que el amor de Dios no le alcance. Es que ha reconocido para sí mismo su necesidad de ser amado. Y no por cualquier persona, sino por quién está junto a él en ese instante, aparentemente todavía decidiendo qué responder. — Si lo prefieres, tampoco tendría que ser a solas. Quiero decir...- es inútil contenerlos así que los nervios alcanzan a su voz - un lugar así de seguro le haría bien a la salud del señor Ollivander, y probablemente también los jóvenes Gurëndriel y Quintel valorarían tener un respiro en medio de sus actividades. No ha salido tan perfecto como en su mente, tampoco necesita que lo sea. Sabe que tomará tiempo, que apenas está iniciando en ese camino honesto que ha prometido seguir para ser fiel a sus sentimientos y liberarse de la perniciosa culpa que lo embarga por cada mirada que Hessen le dedica. Pero es un paso cada vez. Hoy ha podido hablar y manifestar su deseo desde lo más profundo del corazón, una cosa muy pequeña, pero significativa a tantos niveles que lo desborda. Y debe sentirse satisfecho por ello. Y confiar en que lo siguiente se dará por añadidura, porque los tiempos del Señor son perfectos. @ Hessenordwood Crouch
  6. Buenas, espero la consulta sea en el lugar correcto ;0;. Y perdón de antemano al mod que vaya ver esto, asumo la responsabilidad por andar perdide uwu Yo pensaba que este cosi era automático y apenas me fijo que tocaba avisar. Entonces xD Paso a dejar el link de la bóveda del negocio para su aprobación. Dejo también link al registro y local en diagon del negocio Jimmys. Bóveda: https://www.harrylatino.org/forums/topic/117174-bóveda-de-negocio-jimmys/ Registro: https://www.harrylatino.org/forums/topic/116937-jimmys Local: https://www.harrylatino.org/forums/topic/117173-jimmys/#comment-5506855 Quedo al pendiente cualquier otro detalle o/
  7. «Treinta minutos» Le bastaron unos pocos segundos para comprobar que Jeniffer llevaba razón. Ni un solo ruido se colaba a la glorieta, a cuya sombra se había resguardado, a la espera de que la hora pactada para su reunión llegara. La quietud del jardín, despojado de comensales, hacía pensar que el local por entero se encontraba en silencio, pero la realidad era bastante diferente. Cómo cualquier día de San Valentín, docenas de parejas inundaban las calles del Callejón Diagon, y los rostros en su mayoría sonrientes, sonrosados y felices, daban otro aspecto a la ciudad que Rory había dejado unas semanas atrás, sumida en la nieve y en la melancolía. Restaurantes, bares y todo tipo de negocios exhibían luminosos letreros con variopintas ofertas y el ambiente en general rebosaba un optimismo contagioso. En el caso de la panadería, siguiendo el olfato para los negocios de la administradora del local, habían optado por ofrecer únicamente servicio de delivery, armando una atractiva oferta de combos que pronto salieron como "pan caliente". Lógicamente, no toda la gente toleraba las largas filas y tiempos de espera que significaba el asistir de manera presencial, así que de forma audaz, estaban ahorrando costos en mozos y lavaplatos para con ese dinero contratar personal adicional que pudiera llegar los pedidos a tiempo. Y era esta la razón por la que el jardín estaba a completa disposición para Rory...y Hessenordwood Crouch. Una mirada simple podía llevar a pensar que esta era otra reunión más, de las varias que había sostenido para poner sus asuntos en orden tras su prolongada ausencia de Londres. Probablemente los jóvenes trabajadores del local así lo creían, pero la Pâtissière que era experta en distinguir lo que escapaba a los demás, no tardó en reconocer en el cuidado que Rory había puesto para que su indumentaria combinara y en el ligero nerviosismo con que había anunciado el nombre de su invitado, que esa reunión tenía otra clase de finalidad. Discreta y eficiente como era, no había tardado en hacer llegar un carrito con los mejores dulces de la casa, incluidos, sin que Rory lo supiera, los tiramisú "para gente tímida", eufemismo que en realidad enmascaraba los potentes efectos del postre más solicitado por los clientes con amores secretos ese día. Rpry no había dicho nada porque en realidad ya estaba más que acostumbrado a que los encuentros con Crouch fueran malinterpretados, gran parte de las veces, por la propia actitud juguetona del mago y la dosis correcta de ambigüedad que despertara la imaginación de los demás. Pero se suponía que siempre habían sido eso. Un coqueteo ligero que no tenía asidero para convertirse en nada más. «Cinco minutos» Incapaz de concentrarse, la lectura de la biografía de San Antonio de Padua se detuvo y Rory cerró el libro, convencido de su pésima elección. Cómo si recién, a la luz de la soledad de la glorieta estuviera viendo el sinuoso recorrido reflexivo de su mente, estaba cayendo en cuenta que había elegido, entre muchos, leer justo sobre uno de los santos más carismáticos, deseado por hombres y mujeres y patrono de los amores terrenales imposibles. Para él, desde niño, tener la certeza del amor de Dios le había dotado de la seguridad suficiente para afrontar la difícil vida del campo y también había curtido su propio espíritu para no ceder a lo que consideraba las tentaciones mundanas de la carne. Sin embargo, su paso por Londres había arrancado de él esa certeza, y al volver a su natal Irlanda, lejos de poder retomar su antigua vida, en la distancia y la pérdida, había comprendido por fin aquellos sentimientos que subrepticiamente llevaban acompañándolo todo el tiempo, como un fuego interno amenazante, capaz de arrasar con él y todo cuánto fuera capaz de encontrar a su paso. Un fuego que en ese momento ardió con más fuerza en su pecho, cuando los suaves pasos en la fría nieve le revelaron que su tiempo a solas acababa de llegar a su fin. @ Hessenordwood Crouch
  8. Mucho polen en la canasta (?) XD así que mejor dejar mensajillo acá. Gracias por ese tulipán, hay una cierta nostalgia de lo pasado, pero seguro que pese a tode, aún aguardan aventuras en el futuro. Un abrazo enorme a la distancia~~

  9. ¿Será que ya se pueden ir sepultando los bandos o todavía +,+?

    1. Mostrar comentarios anteriores  15 más
    2. Rory Despard

      Rory Despard

      @ Hobb Graves pero creí que si querías que te metiera cosas 7w7 

    3. Juliens

      Juliens

      Cosas si, siempre. Dramas? No gracias xDDD

    4. Maida Black Yaxley

      Maida Black Yaxley

      Entonces, cuando unas che? 

  10. Un nuevo chirrido de las bisagras de la puerta alertó a Rory de la llegada de alguien más un instante después del saludo hecho a Binny. Adornada por una capa verde que resaltaba su piel pálida, Noeline no tardó en saludarlo, con unos modos amables a los que el mago correspondió con la misma actitud deferente. — Creo que los elfos encontrarían ofensiva nuestra ayuda, señorita Noeline. Pero podría ayudar a terminar este montón de galletas que nos han dejado en la bandeja. Sus poderes de lectura de auras habían alcanzado un desarrollo extraordinario debido a su convivencia en el bosque con plantas y animales, tan distintos en su sentir y vivir, que lo habían obligado a ser mucho más perceptivo que antaño. Por eso mismo, le había resultado sencillo detectar en la joven bruja no solo el hambre sino también cansancio el cansancio que experimentaba. — ¿Estuvo mucho tiempo recorriendo la ciudad? ¿Buscaba algo en especial?- con presteza sirvió dos tazas de chocolate a cada una de las mujeres, y una de café para el mismo y tomando un largo sorbo sonrió- puede ser una percepción errónea, pero vi poquísima gente en la calle. El mismo día de navidad, era lo usual que los locales se abarrotaran de gente, y multitud de negociantes ofrecieran lo impensable para esa noche entre comida, luces de colores y toda clase de objetos extravagantes para la decoración. El caos y bullicio eran la moneda corriente, y podía ser un espectáculo bochornoso ver a un montón de adultos peleando salvajemente por los últimos juguetes de temporada en las estanterías. ¿Por qué, aparentemente, todo estaba siendo distinto esta vez? Rory tenía la sospecha que toda aquella ola de violencia impulsada por Ludwig con medidas como la purga en la noche de Halloween, habían provocado un sentimiento generalizado de miedo y también de indiferencia. ¿Qué tipo de comunidad podía ser construida sobre las cenizas de vínculos rotos? ¿Qué consuelo cabía para las familias donde las sillas vacías en la mesa recordarían la injusta muerte de sus seres queridos? Incluso la sobrevivencia podía convertirse en una emoción amarga en esas circunstancias, en lugar de ser un consuelo. Este y otros pensamientos se agolpaban en su cabeza, pero no exteriorizó uno solo de ellos, pues intuía que Noelin podía tomarlos a mal, o como un ataque hacia su padre. Y lo último que él deseaba para esa noche era perturbar la paz, suya o ajena. Suponía además que ya debía haber más de uno en el círculo más privado del ministro que fácilmente debía haberle dicho todo eso. ¿Qué sentido tenía entonces contarlo? Resultaba mejor intentar ser optimista. — A lo mejor, las personas han recordado que la unión de la familia es lo más importante de la navidad y están simplemente en sus casas, compartiendo comida y bebida, con alegría. Así que nosotros...- volviendo a tomar otro poco de café, la mirada de Rory se perdió un instante en la enorme estrella dorada y brillante que los elfos acababan de colocar en la punta del pino- quizá nosotros deberíamos también buscar componer esos lazos rotos, y hacer que la esperanza vuelva a florecer en nuestros corazones, para obrar con bien, protegiendo al prójimo. @ Noeline Malfoy McFarlan @ Binny Evans
  11. — Prefiero la navidad repleta de sonidos y luz, que sumida en la oscuridad y el silencio. Sin importar cuántas veces lo presenciara, Cleo no dejaba de admirar aquella capacidad en los grandes señores de Ottery de competir y contradecirse hasta en los aspectos más simples. Con una inclinación de cabeza y un movimiento ágil se hizo a un lado para dejar que el señor Ollivander se retirase a la zona de regalos, pero su mente todavía estaba en las palabras dichas por Hattie. “Luz y ruido” ¿Y para ella que significado tenía la navidad? Cuando todavía vivía la madre de su señora, la fecha era de retorno, de vuelta a sus raíces, y al tiempo compartido junto a sus padres y el par de hermanos menores que todavía le quedaban. Los días libres dispensados le servían para volver a la cabaña de piedra de su infancia, y allí se sumergía en la vibrante vorágine que eran los preparativos de la cena navideña. Ella se encargaba de las patatas asadas y la salsa de arándanos, mientras su madre con esmero y bastante paciencia preparaba el pavo y el relleno de éste. Luego, justo como Hattie había dicho, la luz de los fuegos artificiales iluminaba el cielo, y retumbaba en los vidrios y techos haciendo que incluso la nieve se desprendiera de las cornisas. Y la gente, más o menos ebria, se animaba a salir y festejar con cantos la nochebuena, a pesar del inclemente frío del invierno. Lastimosamente, tras quedar Harriet huérfana, era Cleo la única que quedaba para hacerle compañía, y ella no había dudado en sacrificar aquellos días, a cambio de acompañar a su señora en ese enorme salón que podía sentirse el lugar más desolado del mundo, aun con un coro entero de elfos cantando esforzadamente la más sofisticada selección de villancicos. Días antes o después de nochebuena, Harriet salía a bailes, reuniones y convites, pero rechazaba cortésmente, la invitación de primas segundas y tíos abuelos para pasar la nochebuena junto a ellos. ¿Por qué? Nunca se lo había preguntado, quizá porque sospechaba que no obtendría respuesta. Un estrépito sacó a Cleo de su ensimismamiento, y la hizo notar además que Hessenordwood había dejado de lado a Hattie por asistir a Ollivander, por lo que soltó un silbido para volver a llamar la atención del mago. Prefería que el relacionamiento entre su señora y el extraño señor Grelliam siguiera en el terreno de la indiferencia, a que se convirtiera en una de tensión, en donde Harriet corría el riesgo de poder salir perjudicada, pues mucho se decía del carácter siniestro del hombre, aunque ella solo lo consideraba tan particular como su propiedad. Para su fortuna el hombre no tardó en hacer nuevas preguntas entendiendo a la perfección la situación. — Veo que no dejas de tener excelentes informantes Hess- no sin cierto nerviosismo porque Grelliam estaba ahora cerca de su preciosa fuente, Hattie volvió la vista a Crouch y le ofreció otra de sus sonrisas que parecía tener reservadas solo para un puñado de gente- los arreglos con la arrendataria ya fueron hechos, para que permanezca los próximos seis meses. Ella lo aceptó de buen grado, por lo mismo que su precioso cliente del desván ya no viene tan frecuentemente por aquí. La conversación siguió incluso cuando las puertas se abrieron en ese momento. No queriendo romper la situación entre Hess y su señora, Cleo se adelantó a hacer una reverencia, creyendo que sería Rory Despard a quien vería del otro lado, pero sus ojos destellaron alegría al ver que se trataba de Gurëndriel, acompañado de un par de inquilinos de la residencia. — ¡Que felicidad verle luego de tanto tiempo, Gurëndriel! La emoción en su saludo contrastó con el tono más formal con que saludó a los demás, invitando a todos eso sí, a que se acomodaran y disfrutaran de la velada. Sin embargo, no tuvo forma de saber el derrotero de la conversación de Hessenordwood y Harriet respecto a la estadía de la muchacha en el Palacio Rosa, pues la atención del hombre había ido a parar por completo en los muchachitos recién llegados. Afortunadamente, ahora eso parecía importarle menos a Harriet. Por la larga mirada que ella le había dirigido, había creído que se acercaría también a saludar a Gurëndriel, pero en su lugar, la joven Travers se acercó a la otra mujer presente. — ¡Qué gusto coincidir con una Rambaldi luego de tanto tiempo! – con sus elegantes maneras Hattie saludó a la muchacha y se presentó de inmediato, como la heredera Travers de la propiedad en Hampshire- un par de veces recuerdo que asistí a fiestas organizadas en la residencia de su familia, y su hermana gentilmente me enseñó la mejor manera para sostener el carné de baile. Pero creo que no había coincidido con usted. Entonces ¿tiene algún plan para esta noche? ¿Es tan buena bailarina como ella?- su voz se alzó lo suficiente como para que sus últimas palabras pudieran ser oídas en toda la estancia- Podríamos probar con algunos valses, o polka, ahora que tenemos muchos caballeros dispuestos para la tarea ¿cierto? Dando media vuelta, se quedó observando en dirección a los señores presentes. Y Cleo reconoció en aquel gesto suyo, su característico aire caprichoso, demandando que aquella orden camuflada de sugerencia se cumpliera ya. @ Hannity Ollivander Evans @ Rory Despard
  12. Quizá fuera que la última vez ahí había estado repleto de pensamientos funestos y desoladores, pero cuando asoma la vista para ver la descuidada fachada de la Mansión Potter, Despard comprueba que sobrepuesta a aquella angustia, imbuido quizá por el espíritu de la navidad y la esperanza que el redentor trae, se aloja en su pecho un cálido sentimiento de nostalgia. Guiado por aquella fuerza, que muy probablemente no es más que una prueba de fe del creador, termina ingresando al interior de la mansión ¿Y sí de pronto la casa lo rechazaba y terminaba desmemoriado en la otra punta del Valle de Godric? Afortunadamente para él, contrario a sus suposiciones, la puerta no tarda en abrirse con un sonido seco y el chirrido de los goznes le da la bienvenida. Aunque poco y nada ha hecho por el bando en los últimos tiempos, le alegra saber que la magia que protege la edificación lo sigue reconociendo como un legítimo miembro de la Orden del Fénix. Del otro lado, lo primero que le causa sorpresa es encontrar bastante limpio el recibidor y el sonido de pasos y voces que lo hacen caer en cuenta que hay más actividad de la que imaginaba ahí dentro ¿Pero cómo no iba tenerla siendo casi nochebuena? Con cierto sigilo en sus movimientos, Rory coloca su sombrero en el perchero y se limpia los zapatos manchados de nieve sucia y por último, con unas palmaditas más, adecenta también el abrigo azul marino que lleva encima. Es cuando vuelve a alzar la vista, que los enormes ojos de un elfo lo hacen sobresaltarse, y por un momento sus miradas se encuentran hasta que con gentileza, Rory se inclina a su lado para ayudarlo con una serie de adornos que la criatura está sacando de una caja. Nunca fue el más diestro en cuanto a decoración, pero le agrada lo poco que ve. El elfo sin embargo, como todos los de su raza se muestra casi ofendido de ser ayudado y rápidamente no tarda en derivarlo con quién, aparentemente, es la que tuvo la idea de aquella decoración. — Que la paz sea con usted señora- se apresura a decir pero al examinar a la joven un poco más de cerca comprueba con asombro que ya ha visto a esa mujer antes, no directamente sino en uno de los retratos en el largo pasadizo del Castillo Evans McGonagall e incluso en unas fotografías del Álbum de Bel Evans que P-ko guarda celosamente- creo que no tuvimos el gusto de conocernos personalmente antes ¿O sí? Mi nombre es Rory Despard. Y en lo que pueda serle de ayuda, cuente conmigo para que el calor y esperanza de la navidad se instalen en la residencia. @Binny Evans
  13. — De seguro los demás no tardan en llegar, mi señora. Formalmente no había una hora marcada para el inicio de la celebración. Hattie asiente y entiende por este único gesto de la heredera Travers que su explicación ha sido escuchada, aunque ciertamente la rubia señora de Hampshire no ha despegado la vista de su Sketchbook. Llevan exactamente diez minutos en aquel jardín, recientemente inaugurado y profusamente decorado de luces tenues. De una pequeña fuente, que tan generosamente su señora mandó confeccionar e hizo traer hasta el lugar, mana un chorro de agua cada tanto, cambiando de color cada vez entre tonos verdes, dorados y granates. Los colores de la navidad. Días atrás, Cleo había pensado que la invitación sería recibida con mucha más algarabía por su joven señora, pero lejos de ponerse a pensar en el traje más adecuado para ir o si debía recogerse el cabello (las preocupaciones más importantes para Hattie cuando se trataba de eventos sociales fuera del condado), ella se había limitado a indicar que se mandara una lechuza de respuesta aceptando la invitación, para luego, colocándose su sombrero de ala ancha adornado de cintas azules, regresar al pueblo a terminar de definir con los arrendatarios las celebraciones por navidad. "Al menos por una vez quise ser yo la que coordinara directamente eso" le había terminado confesando unos días después, mientras cruzaban por el cielo en el elegante carruaje tirado por abraxans, rumbo al Pink Palace. "Sabes mejor que nadie que dentro de poco, quizá muchas cosas vayan a cambiar". Pero Cleo realmente no lo sabe. O quizá sí, pero había tomado esas nuevas noticias de forma por completo distinta a su señora. Sin embargo, el cambio en el semblante de ella es ostensible en cuanto la alta figura de Hessennordwood Crouch ingresa en la habitación. A ojos de Cleo, el hombre luce igual de encantador en apariencia y maneras, que incluso resaltan más por contraste al desgarbado sujeto que lo acompaña (que no es otro que el señor Grelliam Ollivander); pero Hattie poniéndose de pie de inmediato, se ha acercado a ambos y haciendo una cortés reverencia, no ha tardado en enumerar una larga lista de cambios que van desde un corte de cabello que enmarca de mejor manera a su rostro, a la alabanza por la camisa que indudablemente reconoce desde los acabados en el detalle, que es de manufactura italiana. Y finalmente, un reclamo apenas disimulado por no haber respondido sus últimos mensajes de telegram. — No es posible que a estas alturas estropees así tus modos elegantes, Hessennordwood - termina diciendo con cierto desdén- incluso Rory a pesar de las terribles fallas ortográficas y de sintaxis, se esfuerza en responderme. Hasta me mandó una foto de él en mitad de sus compras en Hogsmeade. Así que no debe tardar en llegar. Cleo sabe que la mención a Despard por parte de Hattie no es gratuita. Casi imagina que su señora disfruta de ver de qué manera Crouch puede estar tomando esa extraña confesión de familiaridad, solo por indagar qué ha podido también cambiar en ese sentido en el mago. Muchas veces se ha preguntado si no es está observación desmedida de Hess y sus cambios, uno de los pasatiempos preferidos de su señora. Pero, casi de antemano decide ponerse al margen de ello. Total ¿Que chance podía tener una plebeya cómo ella en ese asunto? Lo único que desea, desde el fondo de su corazón, es que la velada transcurra lo más tranquila posible pero, a pesar que formalmente el compartir ni ha empezado, está casi dando por perdido ese deseo. — Señor Ollivander ¿Y qué opinión le mereció el decorado de la recepción? ¿Y este jardín?- Hattie se sentía orgullosa del resultado y de hecho, parte de andar concentrada en el sketchbook tenía que ver con la serie de mejoras que imaginaba que el espacio podía tener- Por lo mismo de tratarse de una reunión exclusiva, tenía que conservar unos altos estándares ¿No le parece? @ Hessenordwood Crouch @ Hannity Ollivander Evans
  14. Uwooh @ Mia Zoeh yo recién viendo esto (perdona, los muggles en estos días eligieron el camino de la esclavitud laboral para mí UxU) En fins que bonito que nos elijas de primera familia, no te vas a arrepentir. En cuanto a parentescos, tu decides si decides ser hija o medio hermana/prima/sobrina (esto nos va dado mucho juego luego para dramear sobre la historia atrás del lazo) así que viendo eso luego hacemos el agregado oficial al árbol. Te mandé mp por otra "cosita" 7w7 más personal también. Un abrazo grandote y aquí quedo al pendiente o/
  15. 10. Malhumorado No, definitivamente no es él quien está errado al sentir ese cúmulo de sensaciones contradictorias ante la idea de ser un eterno perseguido de uno o más entes sobrenaturales. En la estrecha habitación a la que han ido a parar, el jovencito apenas puede concentrarse en la tarea de preparar café que le ha sido encomendada, atento a esas explicaciones que Smith está dando, mientras una a una, va despojando a Lasky de toda su indumentaria de ataque y protección hasta que el bastante más pequeño cuerpo de ella queda expuesto sobre la mesa, atada por gruesas y ásperas raíces que la muy hábil mujer ha conjurado para evitar que la cazadora escape. — No es mi amiga- murmura aproximándose con la bebida lista en cuanto ve que ella culmina su trabajo, y solo sus rápidos reflejos impiden que se queme con las salpicaduras del café por la enérgica manera en que Yanna toma la taza- pero sí no la hubiera visto en acción antes, me habría sido muy difícil imaginar que bajo esa apariencia pudiera tener tal clase de poderes. En las tierras de dónde proviene, todas esas historias de demonios viniendo a ajustar cuentas con humanos son usuales, aunque estrechamente ligadas a concepciones religiosas. Sin embargo, y como muy bien ha precisado la bruja, no son seres que se caractericen por su corporalidad. Así que en esto Lasky resulta también absolutamente excepcional, como también debía serlo el trato hecho por los Ollivander, para que tuvieran que enviar a una cazadora de su nivel. E Inkill sigue todavía sabiendo tan poco (por no decir nada) de él... Por simple sentido de sobrevivencia no va dejar de responder a las preguntas que la bruja está haciéndo, pero también siente imperiosa y creciente la necesidad de que ella le comparta algo más que un trago de cuestionable procedencia que se apresura a descorchar. — Ahh, vaya, esto si que es fuerte. Apartando la nariz del envase, con el olfato resentido por el potente olor del licor, la queja de Inkill no halló respuesta en Smith, quien ya más repuesta por las pociones, no deja de observar el cuerpo de Lasky sobre la mesa. No queriendo perturbar dicha contemplación, el mago vuelve entonces a sus propias reflexiones y el mejor modo en que podría capitalizar toda esa nueva situación en la que se ha visto envuelto, hasta que el "interrogotario" es retomado. — Podría decirse que sí. Evans se compadeció de mí supongo. Mencionó algo de que ya había sido benefactora de otro muchacho antes - tras dar otro sorbo a su café, Inkill bufó con irritación por el enésimo recordatorio de la mujer de ojos ambarinos respecto a que no fuera a mentirle - pero a ella la verdad es que no la conocía de nada antes. Y si llegué a Inglaterra fue en realidad gracias a Richard Moody que de algún trato conocía a mi padrino, el brujo mas respetado de las comunidades quechuas al amparo del Apu tutelar Huamanrazu. De un modo que no encontraba el modo de transmitir en palabras, recordar a su padrino le generaba siempre emociones ambivalentes, pues el hombre había sido su verdadero modelo a seguir de niño, hasta que al crecer, viendo lo insignificante que podía ser para otros el poder que tenía, había terminado aborreciendo la voluntad familiar de que fuese el próximo curandero del pueblo, cuando él se sabía hecho para cosas más importantes. — No sé que pueda ser eso "espantosamente familiar" que está viendo en mí. Ya le dije que no tengo residencia ni parientes aquí, pues vine de Perú como parte de la banda de músicos contratados para una fiesta en el Castillo Evans Mcgonagall. Mi familia no proviene de un linaje mágico aunque... Se detuvo ahí no muy seguro de comentar la particularidad de su origen. Pero su segundo de duda fue suficiente para alentar la desconfianza de Smith y que esta renovara su "oferta" de amenazas. Derrotado, Inkill se acomodó el cabello estropeado por el zarandeo propinado por la bruja y esta vez bebió de sopetón el contenido de la bebida. — Mi nacimiento conllevó un sacrificio de sangre que mi propia madre con ayuda de mi padrino llevó a cabo. Mi nombre es el mismo del lugar donde fue llevado a cabo el rito, un terreno en las faldas de la montaña que sin importar las estaciones, siempre está lleno de flores. Así que podría decirse que desde mi concepción, mi destino quedó ligado a las fuerzas más oscuras de la magia, y por eso fue en cierto modo "sencillo" compatibilizar con la magia de la Heredad. - envalentonado por el alcohol el muchacho dejó el frasco vacío sobre la alacena y se acercó a Smith hasta quedar a un palmo de su afilada mirada - pero yo he hablado mucho ya ¿No cree también que es momento de saber un poco más de usted, del señor Grelliam o de que clase de maldición es la que Lasky quiere cobrarles? Porque si voy a ser perseguido al menos me gustaría saber el por qué. Tragó saliva, consciente del tono un tanto impertinente de su petición pero sin mostrar un ápice de arrepentimiento, porque no dejaba de ser un pedido justo. @ Hessenordwood Crouch
  16. 8. Juego Reiterativa, sin aportar en el fondo, algo más de información. "Un hogar mejor" es lo que le ha respondido, e Inkill encuentra insuficiente la explicación porque le recuerda a la de los políticos de su país, que bajo frases de ese tipo podían justificar los peores atropellos o las más alucinantes ideas de "desarrollo". Pero incluso con tan feo dejavu, Lasky no luce ni interna ni externamente, como el tipo de persona que vive de engañar a otros. Inkill concluye entonces que quizá, en lo que sea que ella trabaja o se emplea, nunca es necesario ser demasiado detallado con otros sobre la labor que se realiza. Que este trabajo suyo por tanto puede ser una labor de lo más solitaria. Y es eso último lo que termina por conmoverlo. No porque la soledad pudiese ser mala (de hecho él se cuenta entre las personas que más disfrutan de ese tiempo en dónde puede hacer lo que más guste sin tener que soportar el peso de las expectativas de los demás), sino porque en su visión a veces un tanto extremista de las cosas, no concibe que alguien, quien fuese,no pueda ser reconocido, valorado y apreciado en el trabajo que hace, si lo hace bien. ¿Es acaso por la intensidad de esa idea, que se ha traducido hacia fuera, en un hondo observar a la bruja, que ella finalmente parece querer decirle algo más? La magia a su alrededor ya no quiere escucharla y únicamente le impele a atacar, pero él sin oponerse del todo, resiste unos segundos, los suficientes para conocer que está frente a nada más y nada menos que una rompedora de maldiciones. Y está seguro que fue a la elfina de la señora Evans a quien escuchó comentar algo respecto a los Ollivander en aquella fiesta, pero ahora es que lamenta no haber prestado un poco más de atención a lo que la criatura contaba enérgicamente a otro de su especie. Sin embargo, aunque impactante, esa verdad no lo llega a sorprender porque es casi imprescindible para la sobrevivencia de una familia mágica de larga data recurrir a esa clase de acuerdos: maldiciones, posesiones, ruptura a conveniencia de la moralidad para los usos de la magia. La lista de recursos podía ser infinita, e Inkill experimenta una nueva curiosidad por saber cuál pudo ser a la que recurrieron los Ollivander para que su propiedad por sí misma tuviese poderes tan asombrosos de protección, y también cuántos fueron los miembros dispuestos a cargar con ello, y si acaso habrá existido uno antes que él, que sin poseer un lazo sanguíneo, estuviera dispuesto a sumarse a la protección de ese legado. Concentrado como ha estado en su figura, el movimiento de Lasky esta vez no lo toma por sorpresa. Mediante un hechizo no verbal de protección, consigue reducir el impacto del ataque de la bruja que ha ido directo hacia su abdomen. Sin ser mortal, el corte arruina su traje, y alcanza a hacerle una herida superficial, mas con un episkey la pequeña lastimadura se cura al instante y es ahí que la sórdida magia de la casa entra en acción para impedir que Lasky consiga siquiera tocarlo. Por una fracción de segundo, Inkill la contempla a sus pies, y le basta ese vistazo fugaz para entender que ella no está dispuesta a rendirse. Una verdadera pena, pues en ese lugar y contra lo que podía haber imaginado, son tres y no dos las fuerzas combinadas con las que está luchando en una batalla absolutamente desigual de la que no va salir victoriosa. El sonido del brazo de Lasky quebrándose lo sacude, tanto más que la virulencia del ataque de esa mujer que ha salido de las entrañas mismas de la casa. Mentalmente, el muchacho se cuestiona si es que esto es "un verdadero Ollivander" en el sentido de las palabras de la rompedora de maldiciones, pero la atención y la pregunta que la mujer le dirige una vez ha terminado con la cazadora, son más urgentes. — Yo puedo volverme un canalizador de la magia, la leo como si fuera una partitura y entonces..Me muevo a su ritmo. Inkill apresura sus pasos para no perder de vista a la mujer que ha levantado con relativa facilidad a Lasky del suelo. Lo último que desea es acabar también con alguna extremidad rota, así que no se corta en dar su nombre, ni revelar de manera pormenorizada cómo es que ha llegado hasta allí. La mención de Bel Evans produce una serie de improperios, alternados a carcajadas en la mujer de ojos ambarinos, y desembocan en una estrambótica historia que el muchacho no está seguro que pueda ser real, pero que no cuestiona pues están en mitad de un pasadizo que no ha visto antes, e Inkill ya no tiene certeza de cuánta "hospitalidad" vaya tener ella con él. Así que le sigue la corriente y ríe también, aunque casi de inmediato su gesto se vuelve más serio al contemplar la herida en la pierna de ella. — Es admirable que pudiera moverse con esa herida, pero necesita curarla ya. Y tenga este poco de poción también, ayudará a neutralizar el veneno- mas que temor es la preocupación la que lo mueve a ofrecer esa ayuda que igual y la mujer podía rechazar- el frasco lo obtuve de las estanterías de una de las habitaciones de la casa, así que no corre peligro. Lasky aún no ha reaccionado y no es más que un bulto sobre el hombro de Smith. —¿Qué hará con ella? No va durarle mucho más el estado de inconsciencia. ¿No cree que haya una forma en que pueda hacerla desistir de sus intentos? ¿O de verdad va perseguirle hasta el último de sus días? "O perseguirnos" piensa de repente, pues él ya ha tomado partido de un lado, justo el opuesto al de la muchachita. Una mala cosa pues lejos de causarle desagradado, encuentra que Lasky es como un puzzle complicado e incompleto, que le gustaría comprender mejor incluso si eso significara exponer su propia integridad. @ Hessenordwood Crouch
  17. 6. Ramo La rapidez de los movimientos de Lasky lo deja perplejo. En sus 25 años de vida, Inkill puede jactarse de haber conocido a gente muy variada, pero lo que la bruja acaba de hacer es simplemente fabuloso. La admiración es tan grande, que bastante pronto se sobrepone a la pesadez e incluso el hincón de dolor que le ha provocado el agarre de ella en su antebrazo, generando una cercanía abrupta entre sus cuerpos. El retumbar de su corazón es tan potente ante ese súbito contacto, que tiene que mirar hacia su pecho para comprobar que todo permanece en orden allí, apaciguarse lo suficiente. No necesita complicar más la situación que de por sí ya se ha tornado extraña. Necesita en cambio, que ella se convenza de lo serio que está siendo con sus palabras y su voluntad de permanecer allí al costo que sea. No comprende que es lo que Lasky está buscando esta vez en él, pero nota como está olfateando en el aire, desplegando sus sentidos y su intuición para encontrarlo, sin dejar de sujetar con firmeza su brazo, como si él fuese algo arrancado de otra parte que podría derrumbarse si lo deja ir. O un regalo colocado por alguien más ahí que ella intenta comprobar si es o no inofensivo. Casi se siente decepcionado que al final esté volviendo a insistirle en que se marche, peor aún, asumiendo cosas que no está en posición de juzgar a tan pocos minutos de haberlo conocido. — Un músico vive de la pretensión, pues siendo lo que no es, es como consigue libertad suficiente para crear. Sean sonrisas y halagos para un mecenas o para un público, de ellos depende al final del día, el valor tuyo y de tu arte. No puede evitar que su declaración se tiña de pesimismo. Su vida está llena de esa experiencia, de la frustración de la falta de reconocimiento, de sueños incumplidos y de muchas carencias y privaciones pese a sus muchos fuerzos por complacer a quienes al menos inicialmente, mostraron alguna clase de interés por sus composiciones. Hay preguntas, sospechas, que comienzan a burbujear en su interior. No tienen que ver con las razones de Lasky para estar allí, pues ella le dijo desde el principio que venía a proteger ese lugar ¿Pero de qué o quien es que va protegerlo? ¿Qué es lo que puede alcanzarlo si continúa empeñado en ser un Ollivander? La respuesta llega, pero no de la boca de la bruja, sino de la magia que Inkill comprueba que ya no está más reverberando a través del suelo, el ambiente o el aire que envuelve su alta figura, sino que se ha replegado de allí, como si la presencia de la mujer le molestaste. Acostumbrado a fluir con la magia, con aquella identidad flotante suya que tan bien podía acoplarse al vaivén que le pusiesen, Inkill se anticipa al ataque pero los segundos no le alcanzan para hacérselo saber a Lasky, quien a todas luces es el blanco, por cómo los dardos no dejan de perseguir su trayecto a lo largo de la habitación. Fuese por preocupación o solo para comprobar que solo es ella la atacada, no tiene tiempo de pensarlo allí tirado en el suelo a dónde ha ido parar por el empujón que recibe. — No esperaba a nadie. Al contrario, me esperaban a mí para amenizar un evento de beneficencia del nuevo ministro de magia- está esforzándose por mantener un tono de voz calmado, pero ver su traje arruinado por el fango que ella trajo de fuera no está ayudando nada y las siguientes palabras salen en un indudable tono de reproche- hasta hoy, jamás me había sucedido algo como esto. Estos ataques, está perturbación en la magia. A usted no le agrada este lugar y la casa lo sabe- muy lentamente, pero una explicación estaba empezando a dar sentido a todo eso y tardó poco en decirla en voz alta- ¿A qué vino realmente, Lasky? ¿"Proteger" era un eufemismo para destruir? Porque si es así, me temo que no estoy dispuesto a permitirlo. En el bolsillo interno de su abrigo, se encontraba su varita, pero no hizo un movimiento por sacarla. Cómo raíces infinitas extendiéndose bajo sus pies, él podía sentir la energía antigua de la propiedad bullendo, aguardando como él por la respuesta de la joven. No iba ser echado de allí, de esa residencia que le mostraba a todas horas distintas habitaciones, y que no se había cansado con ese ejercicio, de recordarle que si de algo tenía que morir un día, prefería hacerlo rodeado de lujos en el lugar más siniestro de la tierra, que en un indigno recoveco en medio de la más lamentable indigencia. @ Hessenordwood Crouch
  18. 4. Vieira La inspección que su interlocutor hace de él es incisiva, sus ojos azules lo examinan aún con la dudas reflejada en ellos, pero aparte de eso y el sonidos de un par de respiraciones ásperas, no hay ese algo más que le ayude a saber que tan efectivas están siendo sus palabras. Y es que es difícil intuirlo con toda esa maraña de ropa que ve que el otro trae encima, tan voluminosa y tan mojada que ha formado un charquito en el suelo bajo sus pies. Y porque ahora que está pudiendo verle más de cerca, ha comprobado que lleva también un sombrero y algo sobre la cara que no deja ver de todo bien sus facciones, por lo que bien podía haber errado en sus primeras impresiones. Con tal tensión acumulada, la oleada de alivio llega en el momento justo para fortalecer su confianza, cuando sin dejar aún traslucir del todo quien es, del otro lado obtiene un nombre, uno solo. Lasky. El repaso mental que hace de ese nombre no arroja resultados. Es verdad que no se ha relacionado mucho tampoco, en esos pocos días que lleva en Ottery, pero ninguna de ese puñado de personas de diferente índole con las que se han conocido, le han mencionado ese nombre. Siendo tan particular como la apariencia de quien lo posee, no podría haberlo olvidado. Aquella inspección inicial termina, para su fortuna, de forma positiva. Sea por mera formalidad o porque ha conseguido un mínimo lazo de confianza, ya libre del sombrero y lo que sea que le estuvo cubriendo la cara, las facciones bajo esas sólidas coraza le revelan que ha estado equivocado al llamar señor a la persona que tenía delante, engañado por su porte soberbio, cuando en realidad está ante alguien bastante joven y en óptimo estado físico. Y aunque nunca ha dominado el arte de la disculpa, ante la nueva interpelación que recibe, está más dispuesto a intentar compensar el error. — No pretendía hacerme pasar por un Ollivander, no con usted al menos- admite en un tono más bajo. Su declaración había pretendido "halagarla", pero la reacción de Lasky, dándole la espalda con irritación, le hace caer en cuenta que no solo ha errado de una forma terrible, sino que a menos que sepa dar una mejor respuesta, perderá del todo la atención de la mujer, quien ya está de hecho dando media vuelta para irse de la habitación (o quizá solo preparándose para cumplir su amenaza de sacarlo de ahí). — Escuche por favor. Soy músico. Mi nombre es Inkill y fui traído para amenizar un cumpleaños en el Castillo Evans McGonagall hace unas semanas. Se suponía que en cuanto cumpliese ese contrato, iba regresar a mi país, pero yo no quería volver, de hecho, ya muy alcoholizado, rogué a la señora de la casa que me acogiera, y no puedo recordar que pasó después...- sus ojos oscuros se entornaron intentando recordar en vano- pero al despertar, aparecí aquí, en los terrenos de esta propiedad y los fantasmas, de fuera y de dentro de la casa, me hicieron saber que me encontraba en la Heredad Ollivander. Habiendo contado su peripecia, está seguro que ella todavía podría hacerle más preguntas sobre por qué, después de todo lo ocurrido, se ha sentido impulsado a permanecer ahí, cuando él mismo ha visto como desde animales hasta otras personas evitan ese lugar, temerosos de la advertencia que se exhibe en su maltrecho borde exterior. Y casi quiere que lo haga, que esa historia haya conseguido captar su atención lo suficiente como para no dejarlo ahí solo. — Yo estoy dispuesto a lo que sea para permanecer aquí en Inglaterra. Así se lo hice saber a la señora Evans, y si me explica a qué llama usted "responder por ellos" quizá, quizá podría hacerlo- termina por decir, deseando en su interior que el marcado acento latino de su inglés no le haya jugado una mala pasada. @ Hessenordwood Crouch
  19. Benjamin Whisper Benjamin ocupó de forma silenciosa su lugar. Más allá de unos cuantos apretones de manos con algunos colegas funcionarios y uno que otro saludo coqueto de algunas secretarias, la presencia del mago había pasado inadvertida en la fastuosidad de aquella entrega de mando. Todos los ojos y atención de la comunidad mágica estaban puestos en el nuevo ministro de magia que no podía ser más distinto de Despard. Atractivo, proveniente de una de las familias de más abolengo de la comunidad mágica,con una reconocida trayectoria en el área de salud y con basta experiencia en cargos de alto funcionario por su paso en el ministerio de magia italiana, Ludwig Malfoy parecía haber nacido para ese cargo y su hija, quien había estado atrás de toda esa magnífica organización, parecía estar especialmente decidida a que eso se hiciera notar. Un año atrás, con el ministerio en ruinas, Benjamin había visto a Rory asumir el mando débil, febril y con las ropas manchadas en sangre, tras la violenta incursión de la inquisidora, en una batalla que habían ganado por muy estrecho margen y con el apoyo decisivo de la Orden del Fénix. Más que sostener el centro de Investidura, parecía que este último lo sostenía a él. En un escenario tan diferente, que ahora estén pudiendo celebrar un cambio de mando en tan excelentes condiciones y con tanta alegría, a pesar de los ataques y los sinsabores del día a día, lo hace sentirse orgulloso también. En lo profundo, él está convencido de que es una lastima que Despard no esté allí, disfrutando de ver enraizadas y en pleno crecimiento esas semillas plantadas con tanto esfuerzo a lo largo de un año, pero sabe también que no podría haberle importado menos al pelirrojo esa clase de figuración. No lo había hecho en los mejores momentos de su mandato y popularidad, tampoco en los más bajos. ¿Por qué iba importarle ahora? No veía al mago desde hace hace casi una semana, precisamente el día de la votación. Aquel día, Rory se había mantenido inusualmente activo, asegurándose que todo se llevara en la más absoluta calma, y solo cuando Ludwig había sido confirmado como ganador, fue que lo vio alejarse, para sostener una plática con Toloveus, en las escalinatas que conducían a los aposentos del "Guardián de los votos"; No había sido por respeto que Ben se había mantenido ajeno a lo que los dos hubiesen charlado, sino por la sólida barrera de protección con magia uzza que Rory había generado, pero al término del encuentro, poco era lo que había podido sacar de cualquiera de los dos hombres. Finalmente, a su insistencia, mientras subían al elegante auto que los llevaría hasta el Palacio rosa, Despard había terminado dándole unas palabras que sonaban a despedida. "Estamos en paz Toloveus y yo, Benjamin. La paz que el altísimo da a los hombres de buena voluntad. Me preocupaba que él no pudiera olvidar lo traumático que fue este proceso el año pasado, me preocupaba que como yo, a la luz de una nueva elección, el temor se volviera tan grande que lo paralizara e impidiera su actuar. Pero no ha sido el caso. Todo ha marchado como debería. Tenemos nuevo ministro, y por fin, tú estarás libre de mí y yo también estaré libre de esto que me esforcé en ser por los demás". ¿Por qué estaba recordando todo eso en esos momentos? Tras el estruendoso sonido de aplausos, Whisper volvió a prestar atención a Ludwig, que en esos momentos está por dar su primer discurso. El nuevo círculo del ministro no dejaba de llamarle la atención, tanto como el hecho de que pese a todos los rumores que lo ponían fuera del ministerio, Malfoy hubiera decidido a último momento colocarlo en un estratégico cargo, como director de oficina para las relaciones mágico - muggles. Por supuesto, lejos de darle tranquilidad, sabe que tiene que ir con cuidado, al menos hasta saber que (o quién) condujo al ministro a apostar por él, cuando no hace mucho tiempo atrás había creído firmemente que podía estar teniendo alguna clase de flirteo con su marido. Y es que a veces los sucesos transcurren con tanta rapidez en Ottery que se le dificulta seguirles el paso. Y uno de esos que aún sigue sin comprender es justamente la ausencia de Cillian, un hecho ya evidenciado durante la campaña, pero que ahora en la toma de mando, es todavía más llamativo. Tras el anuncio de las reformas, como muchos otros han hecho, se pone de pie para aplaudir al ministro. Es solo entonces, echando una mirada alrededor, que nota la presencia de Ellie Moody cerca de él. Y aunque nunca ha trabado con ella una relación más allá de las formalidades laborales, esta vez impelido por su necesidad de no querer presentarse a solas ante Malfoy, se anima a saludarla. — Permanencias pero también cambios. Malfoy sí es que es diferente a Despard ¿no lo cree?- por el gesto que nota en Ellie, ella parece compartir la afirmación aunque no sabe si para bien o para mal- ¿Ha tenido ya la oportunidad de charlar con el ministro? La verdad es que aunque ya conozca a una buena parte de los mencionados, estaría excelente que nos pudiéramos reunir todos para saber de qué manera piensa implementar todas esas reformas que ha anunciado. @ Ellie Moody @ Ludwig Malfoy
  20. Bel Evans Ollivander El sonido de una bombarda me devolvió del sueño. Atontada, apenas alcancé a acomodar los brazos y tiré de la mesa el pomo de tinta en el proceso, antes de intentar volver a dormir, pero la aguda voz de P-ko terminó de despertarme. — La fiesta ha dado inicio. Tiene que hacerse presente como matriarca de la familia. No escapó a mis oídos, a pesar de estar adormilada, el énfasis que había puesto al tiene, un recordatorio más de los muchos que había estado haciéndome los últimos días, respecto a los deberes que se acumulaban sin ser atendidos. Era por puro milagro y empeño de los elfos, que el castillo se había mantenido sin caer en el estropicio. Y había sido mi voluntad de recurrir a los Moody recordando su estupenda jornada de caridad, la que había hecho posible que ese día estuviera festejándose el cumpleaños de Matt con tanta pompa y algarabía. — Estaré allí, pequeña. "No es sano que pase usted tanto tiempo recluida en la biblioteca" fue lo último que la escuché decir antes de desaparecer con un sonoro "crack". Su cuestionamiento era chocante ¿No era acaso peor, dados mis antecedentes, estar en una fiesta donde correría alcohol a mansalva? Era cuánto menos contradictorio aquello, y aún así, no pude molestarme con ella y su actuar, sabiendo que en el fondo, no dejaba de preocuparle que poco a poco y de forma inexorable, estuviera caminando guiada por Grelliam, a otro mundo donde ella ya no podría alcanzarme, ni servirme. ... La música era suave, y los colores agradables a los sentidos, o al menos así lo percibía con la doble dosis de poción estimulante que llevaba encima. Richard parecía exultante contemplando las esculturas que adornaban el espacio, y cerca de él Catherine, en su sobrio traje negro transmitía una extraña calma mientras conversaban con Matt quien bebía alegremente del whiskey que le habían servido (o se habría servido, quien supiera). — Veo que esa cuantiosa suma de galeones fue bien invertida. El pensamiento llegó directo a la mente de Richard, mientras con ademanes corteses, saludaba a Catherine, a Madeleine que había ido directamente a la mesa de comidas y finalmente al agasajado. — Espero que disfrutes lo suficiente de la velada de hoy, como para que todos en la estación se animen a pasar aunque sea una temporada con la familia - tomando otro vaso idéntico al suyo, lo alcé para hacer un brindis- a tu salud querido, para que nunca falten razones para seguir viviendo. ¿Será que nos metemos a la piscina todos? Me intriga esa barra flotante. @ Syrius McGonagall @ Melrose Moody @ Ellie Moody
  21. 2. Escabullirse Cuando escuchó aquellos pasos sigilosos y efectuados con cuidada discreción atravesando el pasadizo, su primer instinto fue huir. Era el reflejo más naturalizado en su cuerpo y la ventana a su espalda parecía la mejor de las opciones. De uno u otro modo, sabía que ese momento iba llegar tarde o temprano. Era una lástima que justo coincidiera con la más espectacular de las tormentas que había visto desde su llegada a Ottery, pero debía moverse ya, a costa de estropear el elegante traje que llevaba encima. Sin embargo, la magia tiene caminos extraños, se encuentra en los rincones más inesperados y sus designios a menudo no son evidentes para los hombres y mujeres que intentan apropiarse de ella en lugar de solo fluir interpretando sus deseos. A punto de colocarse encima la capa invisible para salir de allí sin llamar la atención del recién llegado, la sintió vibrar en su interior, con ese cosquilleo incómodo que era el preludio a una revelación mayor. Si cerraba los ojos ¿Qué era lo que ella le susurraba en esos momentos? Medio minuto más tarde, cuando la puerta se abrió con un lastimero chirrido de los goznes, el visitante le encontró cómodamente sentado en la butaca principal, con los dedos entrecruzados y la sonrisa más despreocupada que pudo permitirse con tan poco tiempo de preparación. —No creo haber dicho que lo fuera- la manera con que aquel extraño aseguraba la muerte del señor de la casa era sobrecogedora, de la misma manera en que su mirada lo había sido antes, lo que lo alertó de que trataba con una persona de cuidado- pero si usted dice que lo es, supongo que debo creerle ¿No? Sin planificarlo, aquella residencia se había convertido en su sitio favorito de escape, y le daba solidez a la historia que tan esforzadamente había estado construyendo para no tener problemas en asentarse en los convulsos tiempos que sacudían la sociedad mágica inglesa. Era por eso que no quería renunciar a ella tan pronto, y si el tipo al frente estaba dispuesto a constituir un hogar allí, tenía que hallar el modo de ser parte. Al costo que fuera. — Aún no me ha dado su nombre, señor. Y me gustaría saberlo, porque tengo razones legítimas para estar hoy aquí- levantándose de la butaca caminó hacia él, sorprendido de que fuera ligeramente más alto - y creo que de la misma manera que la magia de la casa aceptó mi presencia, usted podría hacerlo. Afuera relampagueó una vez más, y el brillo iluminó de forma fantasmal el rostro de ambos. El hormigueo que le recorría la espalda lo inquietaba, era otra señal de su cuerpo de que lo mejor hubiera sido evitar ese encuentro, pero se mantuvo firme en sus gestos suaves y corteses, dejándose guiar por la magia tan particular de la propiedad, la cual percibía también en la persona que tenía frente a él. @ Hessenordwood Crouch
  22. Bel Evans Ollivander con Matt Ironwood ( @ Syrius McGonagall ) — Muy probablemente sea su último mensaje. Lo que le ha costado al pobre. Comprobarás cuando lo veas personalmente que Despard no es del tipo "elocuente". El tiempo compartido con el pelirrojo los últimos meses todavía era un recuerdo fresco en mi mente. Empezaba a creer que podía haberle dicho muchas más cosas en esas tardes en que él compartía todas sus dudas respecto a su posición y sus decisiones en los descansos a la investigación sobre las magias elementales, pero era muy tarde ya para pensar en todo eso. Debía concentrarme en el presente y en lo que Matt estaba contando, acerca de un compañero de trabajo bastante problemático. Sin embargo, no estaba preparada para su pedido final. Para su suerte, quizá iba tenerlo más fácil de lo que imaginaba el evitar ese encuentro. — Todo quien tiene un mínimo de relaciones frecuentes con el gobierno sabe que Whisper, el jefe del gabinete de asesores de la oficina del ministro, es quien gestiona y maneja la mayoría de cosas allí. Si contactamos con él, yo creo que tranquilamente podríamos evitar ese encuentro- ante los emocionados grititos de P-ko que había encendido la radio para oír el mensaje que daría Rory, alcé el dedo índice para llamar la atención de Matt- ¿oíste a quién presentó el ministro? Ese fue Whisper. Considerando que hoy es un día muy ocupado, quizá mañana podríamos concretar una reunión con él. Igual y si es muy urgente puedo usar el espejo comunicador y hablar directamente a Rory. Tú decides. Sacando el objeto lo coloqué con cuidado sobre la mesa. Esperaba que Matt no tardase en decidir, sobre todo porque también yo tenía un enorme favor que pedirle que casualidad de la vida, tenía que ver precisamente con Despard.

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.