Jump to content

Helene Eloise Bellerose

Magos Expertos
  • Mensajes

    1.391
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    11

Todo lo publicado por Helene Eloise Bellerose

  1. Donaciones desde Bóvedas de Negocios: Nombre con link de Bóveda del Negocio que permite la donación: Avant Garde Nick de los propietarios con link al perfil: Little G (Porcentaje de ganancias 10%) Kassandra Weasley (Porcentaje de ganancias 80%) Hilary J. Gryffindor (Porcentaje de ganancias 10%) Link al registro aprobado en el Ministerio: Registro Bóveda de la que se extraerá la donación: Avant Garde Cantidad de Galeones de la donación: 25400 G Beneficiario(s) de la Donación: Nick del Usuario con link al perfil: Kassandra Weasley Relación Familiar con Donante y porcentaje de ganancias: Dueña, 80% Nombre con link a Ficha del Personaje: Kassandra Weasley Número con link a Bóveda Personal: 93318 Cantidad de galeones: 25400G
  2. HISTORIA DE LA FAMILIA El ejército del Rey de Francia Felipe Augusto, perseguido por la coalición, llegó a Bouvines con el fin de atravesar el puente del río Marque. Los cristianos tenían prohibido combatir los domingos, pero Otón, uno de los líderes de la coalición, procuró sorprender al ejército del rey mientras atravesaba el puente. Al mismo tiempo que Felipe Augusto y Otón se enfrentaban cara a cara en el centro de la batalla, en el flanco derecho francés se encontraban los flamencos dirigidos por Fernando. Fue a éste último quien Raboz de Rune, un joven y afamado combatiente, desmontó del caballo y capturó como rehén. Luego de esa batalla, Raboz recibió el título de noble y un singular castillo próximo a Aumale. 27 de julio de 1214 ~ Fragmento de la Batalla de Bouvines La historia de la familia de Rune puede remontarse a 1214, año en que por primera vez el apellido aparece mencionado en los libros de historia. Raboz fue el primer de Rune del que hubo registros por su participación activa en la Batalla de Bouvines. Desde el siglo XIII hasta el XVIII, el noble linaje fue extendiéndose dentro de Francia, ramificándose en diferentes localidades y atravesando las fronteras de países próximos. En 1798 surge un hecho que cambiaría para siempre el devenir de la rama principal de la familia, que continuaba residiendo en el castillo próximo a Aumale. Nace Jacques de Rune, el primer mago de todo el linaje. Jacques no tenía ningún antepasado mágico por su lado materno, lo que lo convertía en el primer no-muggle de ambas familias. Años después de sus estudios mágicos y de casarse con una bruja que conoció en Beauxbatons, Jacques regresó al castillo de Rune para vivir y criar a sus cinco hijos, todos magos y brujas como sus padres. El relacionamiento con la comunidad muggle continuó durante los siglos venideros, aunque de forma paulatina las defensas mágicas que fueron realizándose de forma inevitable y también el aire aristocrático de la familia hicieron que los vínculos fueran más reducidos. En la actualidad los últimos dos miembros que siguen con vida y portan el apellido, viviendo en las originarias tierras de la familia, son Amicia y Auxerre de Rune, hermanos tan inseparables como diferentes. Lo cierto es que desde Jacques de Rune varios magos y brujas de Francia, Reino Unido y Bélgica portan algún vínculo sanguíneo, por más lejano que sea, con Jacques y, varias generaciones después, con Amicia y Auxerre. Dos claros ejemplos son Hélène Éloïse Bellerose —cuyo abuelo materno era de Rune— y Martin Black de Rune —cuya madre era de Rune—, quienes en la actualidad, y tras convencer a los jóvenes Amicia y Auxerre, son los verdaderos patriarcas de la familia cuya residencia se ha trasladado, manteniendo el mismo castillo, a las afueras de Ottery St. Catchpole. DESCRIPCIÓN DEL CASTILLO En las afueras de Ottery St. Catchpole, un pequeño pueblo situado en el condado de Devon en Inglaterra, se erguía imponente el castillo medieval de la familia de Rune. Fortificado con protecciones mágicas ancestrales, la residencia había sido traída allí desde su ubicación original en el condado francés de Normandía. Rodeada por un domo mágico que impedía su avistamiento y protegía su ubicación de los curiosos, la imponente estructura abarcaba una extensa área de construcción, resguardada por un espeso bosque. Edificado en el año 1185, el castillo había sido cimentado en medio de un lago natural que actuaba como foso, para evitar la aproximación indeseada de los enemigos. La estructura renacentista de estilo neogótico no podía pasar desapercibida, debido a lo inusual de su arquitectura. Al haber recuperado la propiedad de la ruina absoluta luego de un largo periodo de abandono, sus actuales dueños no solamente se encargaron de la refacción de la estructura señorial, sino que también la modificaron para que fuera más acorde con las necesidades del tiempo actual. El amplio terreno consistía en varias hectáreas de bosque y jardines externos, en los que se habían adaptado varios establos y pesebreras para dar hogar tanto a criaturas mágicas como no mágicas. Un cuidador se encargaba de dar mantenimiento a los establos y habitaba en una pequeña cabaña, bastante alejada de la residencia principal. El ingreso a la edificación se daba a través de un único camino, consistente en un puente que atravesaba el lago. Al cruzar el portón principal, los invitados eran recibidos por el antiguo patio de armas, el que daba acceso al ingreso residencial. Se había conservado la fachada original en piedra caliza y se distinguían al menos 4 torres que albergaban en su interior múltiples habitaciones y salones de usos varios. El interior del castillo se caracterizaba por sus salones y habitaciones revestidos de madera vista, lo que aportaba mucha calidez al ambiente. La iluminación natural que daban los amplios ventanales era complementada con lámparas de araña y finos candelabros, ubicados estratégicamente en pasillos y habitaciones, las mismas que también conservaban en su gran mayoría los tapices originales restaurados. Sus ocupantes habían puesto especial esmero en conservar lo mejor posible el mobiliario original. La estructura interior se dividía en cuatro alas: norte, sur, este y oeste. ALA NORTE: esta era la más visitada por los ocupantes, se ubicaba en la entrada inmediata del castillo. En ésta se encontraban las siguientes habitaciones: • Salón principal • Biblioteca • Salón de armas • Comedor principal ALA SUR: Se caracterizaba por tener su propia entrada. Se utilizaba principalmente para el almacenamiento de recursos y residencia del servicio. • Cocinas • Habitaciones de servicio • Sótano ALA ESTE: El espacio en el que residían realmente los habitantes del castillo, ubicada en la antigua torre del homenaje, la torre más alta de la estructura. • Habitaciones residenciales • Torre de observación • Salón de entrenamiento • Sala de arte • Ático ALA OESTE: Se había dedicado principalmente para el ocio y disfrute de los habitantes del castillo. • Torre de observación • Salón de juegos • Salón de té • Invernaderos • Palomar Bóveda de Gringotts: Link al Topic de Registro : link http://i.imgur.com/pADtxVG.png
  3. Hélène Eloïse Bellerose Hacía muy poco que había llegado a Inglaterra y la castaña aún no conocía bien su entorno, ni había tenido ocasión de hacer muchas amistades. Muy por el contrario, con una apatía impropia de su especie y de su entorno, se había dedicado ciento por ciento a la renovación del castillo familiar y no había invertido ni una décima del tiempo en hacer contactos o crear nuevas amistades. Hélène disfrutaba de su soledad, no solamente había aprovechado para reconectar un poco mejor con sus raíces familiares, sino que también había tenido oportunidad de tomarse unos días de tranquilidad y calma, lejos del correteo parisino del que tanto estaba acostumbrada. Recibía ocasionalmente visitas de amigos de la familia, quienes, en un favor especial hacia el padre de ella, acudían de cuando en cuando a la residencia con la excusa de charlar y tomarse un té. La heredera siempre supo que eran iniciativas paternas para de cierta forma protegerla y tranquilizarse porque no podía estar físicamente con ella en ese nuevo país que la muchacha tan obstinadamente había decidido hacer su hogar, y a ella no le molestaba, más bien agradecía las atenciones y la compañía brindada, y así había dejado transcurrir uno, dos, tres meses… Una de estas visitas recurrentes había sido la de su madrina, una mujer amable y ya de edad que siempre le hacía reír con sus ocurrencias y a quien le gustaba que le llamaran simplemente Madame. En una de las últimas visitas, madame había estado especialmente insistente con la idea de presentarle a un muchacho. Un joven, sobrino de un conocido con quien esperaba que la castaña pudiera salir y a socializar un poco. Hélène se había rehusado a la idea en principio, encontrándola un poco anticuada, sin embargo, la insistencia de la mujer finalmente le había convencido y hasta le había entusiasmado. No supo cuando ni cómo, pero había terminado accediendo a una cita, una cita a ciegas, la primera en su vida. Y es así como la mujer movió los hilos sin compartirle un mayor detalle de sus planes hasta que fue netamente necesario. No supo el nombre de su acompañante hasta ese mismo día y los detalles que conocía sobre él eran realmente mínimos. Un nombre y una dirección era todo lo que tenía hasta ese momento y aunque estaba bastante nerviosa ante la incertidumbre, puso especial esmero en los detalles hasta el último minuto. Madame había elegido para esa velada un circo, como adivinando lo mucho que emocionaría esta idea a la francesa. El lugar que había elegido era bastante peculiar, pues además de tener un circo que era la atracción especial, contaba con amplios terrenos rodeados de mucha naturaleza, donde se podía tomar paseos relajantes y ver varias criaturas mágicas. Bellerose llegó al recinto cuando la tarde empezaba a caer, justo a la hora del crepúsculo. Una suave pero gélida brisa le despeinó los cabellos y la hizo estremecerse levemente. Caminó unos pasos rodeando la propiedad, insegura sobre dónde debía esperar a su acompañante y decidió que lo mejor sería hacerlo en la peculiar puerta de metal que guardaba la entrada hacia la propiedad. Se detuvo allí con suavidad y se acomodó ligeramente el chaleco de piel para cubrirse un poco mejor. Alzó los ojos al cielo y se maravilló del espectáculo de luces que estaba teniendo lugar. Un magnífico atardecer tintado de magentas, naranjas y fucsias se desarrollaba ante sus ojos. Casi no había nubes, lo cual era un augurio de una noche despejada y sin riesgo de lluvias súbitas. Ese pensamiento hizo sonreír a la muchacha, pues definitivamente el atuendo que llevaba no le hubiese ayudado mucho de ser el caso. Revisando el reloj de muñeca comprobó que faltaban tan solo unos minutos para la hora, por lo que quizás en un acto de nerviosismo previo empezó a peinarse los cabellos y alisarse los vaqueros negros. Quería estar completamente presentable para dar una buena primera impresión. @@Syrius McGonagall
  4. Hélène Eloïse Bellerose Hélène ingresó a la casa recibida por un hombre cabellos de fuego. Sonrió encantadoramente al hombre y trató de hacer una conexión en su cabeza, asociarlo con algún nombre. Se le había dicho que el pelirrojo era el líder de la Orden del Fénix, así que le dedicó una mirada solemne antes de pronunciar de manera gentil. —Enchantée, Hélène Bellerose. Con amabilidad depositó el paquete de macaroons en las manos del hombre y cruzó la estancia con paso decidido. Le habían dicho que se pusiera cómoda donde quisiera, así que se acercó a un saloncito donde ya habían varias personas. Eligió un sillón mullido y se sentó, sonriendo con amplitud a los presentes. ¿Kassandra ya habría informado a sus ex compañeros de bando sobre quien era ella y de dónde venía? sino lo sabían estaban a punto de averiguarlo. La bruja había cruzado el Atlántico desde Francia, sabiendo que tenía una misión más grande que ella misma. Y no había sido tarea sencilla. Esperaba que ahora, residiendo en Gran Bretaña pudiera tener un marco de acción más amplio. No supo ni quien le tendió un vasito de ponche, pero agradeció el gesto con un pequeño asentimiento de cabeza. Ahora al menos tendría las manos ocupadas mientras iba conociendo un poco más de este grupo al que algún día esperaba poder llamar familia. Un par de ingresos nuevos más tarde, ahora no solamente tenía un ponche sino también un pastelito que agradeció bastante. Esta gente si que sabía como hacerle sentir a uno contento. La charla empezó a tomar un rumbo realista y triste a medida que se iban recordando las muertes y finalmente se repasaba la causa por la que todos estaban luchando. Luna, como la identificaron sus compañeros le pareció una muchacha llena de esperanzas y fe, hubo manifestado más de una vez su temor porque uno a uno empezaran a morir, sentimiento que la semiveela encontró válido. No podían darse más el lujo de perder vidas. —En Francia las cosas están muy complicadas. —Intervino mientras jugueteaba con el vaso de ponche, girándolo entre sus dedos. —La persecución muggle ha dividido mucho a las familias allí. Ahora apoyarlos y defenderlos significa ponerse un target en la frente. La prensa no reporta lo que ocurre realmente, aunque bueno. ¿Cuándo lo hace? Rió amargamente ante la ironía de sus palabras, sabiendo que en realidad existían muy pocas fuentes fidedignas de las cuales informarse de los hechos del mundo. —Este hecho a ocasionado que muchos de los pro muggles se retiren por miedo. Se escondan o simplemente se recluyan por temor a que los supremacistas o los muggles temerosos tomen represalias. Hay muchas familias que han optado por migrar y empezar de cero en otro lado, aunque hemos quedado unos pocos que hemos formado un pequeño frente para intentar defender la causa, aunque sobra decir que lo hemos tenido que hacer desde las sombras, con absoluta discreción. La sonrisa amarga que se dibujaba en su rostro, se acentuó aún más cuando se dispuso a decir lo siguiente. —De ese pequeño frente no quedamos más que tres personas. Hemos sufrido bajas importantes. Decidimos que lo mejor sería separarnos y que cada uno de los sobrevivientes intentara fortalecer el frente con otros grupos de resistencia y bueno, heme aquí. Reveló mucha información importante en un lapso muy corto de tiempo. El silencio que siguió a su intervención era palpable, por lo que decidió romper la tensión degustando el pastelito. @@Rory Despard @@Luna Gryffindor Delacour @@Mica Gryffindor @@Emily Karkarov @@Hannity Ollivander Evans @@Darla Potter Black
  5. @@Niko Uzumaki Hola Niko! pues lo quito y ya está sin problemas. Nick: Kassandra Weasley (cuando me cambie el nick vendré a actualizarlo) Link a la Bóveda: Link Rol de Personaje: Embajadora de Francia en Gran Bretaña/ Empresaria Información Adicional: Proveniente de una familia de pureza mágica y defensores de los muggles, viene de un amplio linaje de políticos y empresarios. Desde muy joven incursionó en la carrera diplomática mágica en favor de la relación con los no mágicos. Una vez adulta también se hizo cargo de las empresas familiares en el mundo muggle.
  6. Nick: Kassandra Weasley (cuando me cambie el nick vendré a actualizarlo) Link a la Bóveda: Link Rol de Personaje: Embajadora de Francia en Gran Bretaña/ Heredera/ Empresaria Información Adicional: Proveniente de una familia de pureza mágica y defensores de los muggles, viene de un amplio linaje de políticos y empresarios. Desde muy joven incursionó en la carrera diplomática mágica en favor de la relación con los no mágicos. Una vez adulta también se hizo cargo de las empresas familiares en el mundo muggle.
  7. Seraphine se detuvo un momento confundida. Quizás por todo el amor y la bondad que emanaba Luna a través de sus palabras sinceras y reconfortantes. Weasley debió admitir que no se esperaba menos que un reproche, pero toda esa súbita comprensión y gentileza derribaron todas las barreras que tenía encima. De aquella familia solo quedaba Luna y Annick y a ellas dos les debía mucho tiempo perdido que quizás jamás podría recuperar. Seguidas de las palabras amorosas, Luna reveló una información que la castaña no esperaba escuchar. ¿Shelle seguia allí? ¿aquella mujer que había entregado al auror a las manos de sus verdugos? una mueca de disgusto se dibujó en sus facciones y trató de hacer lo posible por conservar la compostura. Judas. Judas ahora era jefa de familia. El nombre de Mael le sonó desconocido, pero era hijo de aquella mujer no era de sorprenderse que compartieran los mismos ideales. Suspiró con pesar al imaginar que Elvis tenía suerte de no haber vivido para ver a la familia que tanto amada poblada por adoradores de la oscuridad. De ningún modo él lo hubiese permitido. Luna se veía tan determinada a quedarse, lo sentía tanto como un deber y Kassandra no pudo menos que atolondrarse por el gesto de la muchacha. Ella definitivamente no hubiese podido asumir el rol de jefa de familia como Luna lo estaba haciendo, menos ahora que sabía que ya no quedaba nadie en quien confiar en esa familia. Se había podrido hasta el núcleo y aunque Luna y Annick quedasen, nada volvería a ser igual. Weasley deshizo con suavidad el abrazo fuerte que unía a ambas brujas aunque no cortó el contacto físico que las juntaba. Con cariño recorrió los dedos en el cabello pelirrojo de su hermana, organizando mechones desordenados y colocándoselos detrás de las orejas. No respondió de inmediato pues estaba meditando con sabiduría y prudencia sus palabras, no quería herir mucho más la susceptibilidad de la vampiro. —Yo siempre, y escúchame bien, siempre, voy a estar de tu lado. Jamás voy a volver a dejarte sola Luna, no vas a volver a sentirte vacía de nuevo. ¿Estás segura de que eso es lo que quieres pequeña? ¿Quedarte aquí, en medio de este... nido de serpientes?— Tenía la mandíbula tensa, quizás porque el autocontrol que estaba manifestando estaba costándole bastante. Tenía muchos calificativos poco gentiles para Shelle su prole. Excluía absolutamente a los demás Gryffindors que aunque no conocía lo suficiente, sabía que tanto como ellas dos sentían en lo más hondo de su ser la partida del patriarca y veían con incertidumbre el futuro de su legado. —¿En verdad se piensan quedar? —Casi susurró, todavía incrédula hacia Luna y Annick. No pudo dejar de sentir una punzada en el corazón al ver a Elros, era como una mini versión de Elvis. Tan pequeño y huérfano, ella podía entender perfectamente lo que eso a la larga iba a implicar para el pequeño, pues ella lo había vivido en carne propia. —Estoy absolutamente segura que Elvis está muy orgulloso de ti. No habría forma de que no lo estuviera. Mírate, eres una gran mujer, dulce, buena y noble. Eres todo lo que él nos inculcó. —Esbozó una pequeña sonrisa que pretendía ser reconfortante. Quedarse sin embargo, era una tarea compleja. —Bueno, Luni. No sé si me sea posible mudarme a Inglaterra de nuevo. Groter y yo nos fuimos de aquí para darles un mejor entorno a nuestros hijos y lo hemos conseguido. ¡Allá donde vivimos es tan bonito! hay tanta naturaleza, estamos rodeados de gente buena y noble. La manada de Groter se ha vuelto nuestra gran familia y él es su Alfa, no podría dejarlos y de hecho esa es una de las razones por las cuales él no está aquí ahora conmigo. Está con nuestros hijos y la manada en Irlanda... —No eran excusas, pero así se sentían. Hubiese deseado con toda su alma decirle que si podía dejarlo todo por volver y vivir juntas y reconstruir aquella familia, pero Weasley ahora tenía que poner a sus hijos por sobre todas las cosas y traerlos de vuelta a un mundo en guerra no era una opción. —Puedo ponerme en contacto con él y explicarle que mi regreso tomará algunos días, los que hagan falta. Puedo quedarme aquí mientras lo organizan todo, yo no las voy a dejar solas. —Aseguró, aun deseando que esa promesa pudiera ser más completa. @@Luna Gryffindor Delacour @@Annick McKinnon
  8. Parecía que la ultima vez que había cruzado las puertas de ese castillo era otra persona completamente diferente. La primera vez que Kassandra consideró ese lugar su hogar se había sentido tan feliz, tan dichosa y protegida... Ahí había recibido el amor de una familia, el amor de un padre incondicional, ¡de hermanos! de una madre amorosa... se había enamorado, había formado una familia y ahora... No había estado segura hasta el último momento sobre si quería volver y enfrentar esa situación tan dolorosa. Seguía teniendo un sabor de boca tan amargo y el corazón aún se sentía muy pesado. Había dudado hasta el último minuto, no quería verlo ahí inerte en un cajón, no quería enfrentarse a la oscura realidad. El dolor de Annick, el dolor de Luna, eso solamente iba a hacer la situación tan real y tan indescriptiblemente difícil que había pensado que lo mejor era irse de vuelta a esa burbuja de felicidad que había construido con Groter tan lejos de allí y huir como una cobarde de sus sentimientos. Pero su padre no se merecía eso y el sentido del deber y gratitud que le invadían le habían obligado a presentarse allí y darle sus últimos respetos, muy a su pesar. Pasó inadvertida entre todos los dolientes, desconocía a la gran mayoría en realidad. No quería socializar, no quería responder preguntas sobre qué hacía allí o dónde había estado. Ya se sentía suficientemente mortificada por si misma al haberse ido todos esos años y no haber podido compartir con su familia unos días más. A pesar de todo, sabía que debía estar allí para Luna, para Annick. Observó desde lejos a todos y cada uno acercarse al cajón y despedirse. Vio caras nuevas, vio caras que creyó no volver a ver jamás. Esperó que todos y cada uno rindieran su tributo especial y al final, muy al final cuando ya creyó que todos tuvieron su momento, se animó finalmente a enfrentar la situación. Weasley se acercó despacio, agarrando con fuerza las dalias blancas que llevaba en las manos. Su tez pálida de por si se veía aun más fantasmal en medio de sus negros atavíos. Una tremenda tristeza le invadía el rostro. La pira funeraria ya se estaba preparando y Mica se dispuso a darle un último beso a su hermano. Kassandra la dejó hacer y le dio espacio y cuando hubo terminado se acercó simplemente a él, intentando evocar todos sus recuerdos felices, intentando invocar una imagen de él vivo. Con gentileza depositó las dalias en el cajón, intentando dejarle un pedazo de ella consigo. Quiso decirle tantas cosas, agradecerle, expresarle cuanta falta le iba a hacer y sin embargo ni una sola palabra salió de sus labios. Se detuvo en el cajón el tiempo suficiente para sentirle una última vez, haciendo lo posible porque esa no fuera la última imagen que guardase del gran auror. Se alejó y varias cosas empezaron a pasar. La ceremonia daba comienzo y Arabella pidió a todos que dejasen ir a Elvis. Era lo correcto a hacer, claro que sí, sin embargo era tan difícil... Weasley no supo cuando, pero las lágrimas ya empezaban a correr por sus mejillas. Luna honró a su padre con unas últimas canciones y eso fue el punto de quiebre para muchos de los presentes. El momento se sentía tan irreal y Kassandra se encontró por un momento sin saber si lo correcto era acercarse a alguien o esperar en su lugar a que todo terminara. Una muchacha se desmayó, Annick corrió en su auxilio, Luna se acercó a ayudarlas y Kassandra consideró que ese era pues el mejor momento de encarar a madre y hermana luego de tanto tiempo. Sin saber qué cara poner o cómo empezar, atinó a sacar la varita e invocar su patronus al cielo, deseando con toda su alma que con él pudiera volar también Elvis. Suspiró al ver que el firmamento empezaba a lucir uno a uno los patronus que subían y refulgían como estrellas. Esos patronus que estaban construidos de la esencia más pura y noble del alma de un mago. Su rostro se giró nuevamente ante su hermana y no atinó a hacer otra cosa que abrazarla. Sentía tanto su dolor, un dolor intenso de una hija devota quien hasta el último minuto intentó salvar a su progenitor. —Ay @@Luna Gryffindor Delacour... lamento no haber estado contigo, lamento no haber podido hacer más por ustedes. ¡Lamento tantas cosas! — Suspiró apesadumbrada sin saber qué más decir. Luego miró a @@Annick McKinnon quien tan amorosamente la había acogido como hija. No supo qué decirle, no supo qué hacer. Sin embargo, logró dirigirle unas palabras torpemente. —Yo lo siento tanto...
  9. Hélène Eloïse Bellerose Los pasos firmes de la heredera resonaban con el eco de sus tacones a través de la estancia. La Francesa lo miraba todo a través de sus gélidos ojos azules, analizando cada centímetro del edificio con mirada crítica, la mirada de una persona que estaba evaluando todos los detalles de un gran negocio. Era cierto que se había sorprendido muchísimo cuando Kassandra le dijo que deseaba dejarlo todo en Gran Bretaña, incluídos varios de los negocios de los que era propietaria. No era de apresurarse en sus inversiones y lo había pensado mucho. ¿Un atelier? ¿En Ottery? no es que dudara de la capacidad de la Weasley para acertar con sus inversiones, pero era de reconocer que la moda en Gran Bretaña era lejos de ser un estilo de vida como lo era en París. A pesar de ese pensamiento escéptico inicial, debía reconocer que lo poco que veía hasta el momento le sorprendía de sobremanera. Las dueñas anteriores lo habían planeado todo, y el lugar poseía la elegancia suficiente para llevar el apellido Bellerose. Hélène sonrió. Ya un poco más aliviada luego de los nervios de la primera impresión, la bruja se puso un poco más cómoda mientras continuaba con su recorrido. Un pálido dedo rozó la superficie más cercana con el fin de comprobar el estado de la limpieza del lugar y la semiveela asintió satisfecha de no haber encontrado ni una mota de polvo. A pesar de la ausencia de sus propietarias el lugar se había mantenido bien, tal y como Kassandra le había dicho. Con elegancia, Bellerose subió al ascensor que la llevaría directamente a las oficinas. Sabía que debía revisar todo con sumo ciudado, quería ponerse al corriente de los números cuanto antes. —Un café bien cargado S'il vous plaît. —Ni siquiera se lo dijo a nadie en específico, pero sabía que su petición no pasaría desapercibida. Contenta con lo que sus ojos veían en lo que sería su nueva oficina, se dirigió directamente al antiguo escritorio de Kassandra y se preparó para pasar una larga jornada.
  10. Buenos dias!! Por favor su ayuda cambiando los siguientes datos : Está así: Familia(s): * Familia 1: Familia Weasley (Sanguínea) * Familia 2: Familia Gryffindor y debería ser: Familia(s): * Familia 1: * Familia 2: Familia Karkarov (adoptiva) De la Weasley no he pedido baja porque ya no está activa, por eso la he quitado solamente. Gracias mil!
  11. Hola chicos!!! Antes que nada, quiero agradecerles de todo corazón por haberme dado acogida en este el que fue mi hogar foril por mucho tiempo. Aqui pasé cosas hermosisimas y es un sitio que siempre voy a guardar en mi corazón Elvis, gracias por ser mi apá! aunque ya no te llames Elvis, que sepas que Elvis siempre va a ser el papá de Kass eh ññ Lamentablemente como saben, estoy en proceso de cambiar de personaje y de historia y no he logrado hacer que ambas cosas sean compatibles. Por favor, que sepan que con mucho pesar pido la baja de la familia. Los quiero a todos y les deseo muchos éxitos
  12. Hola! vengo a dejar ficha a la familia ya que me dijeron que si no lo hacía era una mala ecuatoriana. me quedé sin familia foril y estoy viendo para donde me puedo expandir voy buscando casa y sé que aqui me van a dar mucho amor comprensión y ternura *-* Así que eso, gracias de antemano al que revise mi humilde solicitud *-* Nombre: Kassandra Weasley ¿Qué parentesco quieres tener y con quién? (en caso de existir preferencias): Ahijada de Little G Relación con la familia (adoptiva/sanguínea): Adoptiva Ubicación de la habitación dentro del castillo: ay .-. pues preferiblemente segundo piso con balcón hacia algun jardin bonis Link a una imagen de tu habitación para el castillo: emmm la busco luego que estoy en el cel *-* Fecha de cumpleaños: 21/07[/b] Contacto (Opcional: skype, facebook, WA, Telegram, etc.)*Opcional: ya tienen todos mis contactos xDDD Gracias ♥
  13. Hélène Éloïse Bellerose Una vez el fuego se extinguió, Bellerose notó que se encontraba a pocos metros de su compañera, quien también había resuelto todos los acertijos con éxito. Antes de que pudiera hacer algún intercambio verbal, el familiar mensajero apareció y al fin por vez primera Hélène no se sobresaltó por su presencia. Sonrió con encanto cuando le escuchó decir que le siguieran, de alguna forma sabiendo que la divertida lección estaba llegando a su fin. Caminó con calma a través del bosque siguiéndole y sorprendiéndose absolutamente de lo joven que era la muchacha que se presentó ante ellas como la maestra. ¿Cuántos años tendría? No más de 18 seguro. Bastante impresionada, la francesa le dedicó una amplia sonrisa que expresaba admiración y respeto. La vio preparar una fogata para amenizar el espacio y lo agradeció, súbitamente consiente de la temperatura gélida que les envolvía. Tomó asiento con delicadeza en el suelo, revisando el espacio minuciosamente primero y tanteando el césped con la mano para evitar sentarse sobre hierba mojada. Después de todo, los pantalones khakhis no se llevaban bien con las manchas verdes. Una vez cómoda, puso toda su atención en la maestra, la que ni lenta ni perezosa lanzó una pregunta directa a sus estudiantes. Eloïse meditó por un momento su respuesta y la transmitió con toda la seguridad que poseía. —Un encantamiento le da ciertas propiedades a un objeto o criatura, se encarga de cambiar lo que el objeto hace, y no lo que el objeto es. —Citó aquello que recordaba de memoria del libro estándar de hechizos, que había ojeado poco antes de ir a clase. No le pasó desapercibido que respondió las preguntas en orden inverso, pero es que era la primera pregunta la que más le emocionaba y por ende la que decidió dejar para el final. —Quiero aprender encantamientos, porque sé que es una herramienta necesaria. Creo que es uno de los más básicos, si no es el más importante de los conocimientos mágicos. —Debió contenerse. ¿Como explicar que ambicionaba en lo más profundo de su ser aprender sobre todas las ciencias? Cualquiera que conociera a la heredera sabría que desde muy pequeña siempre fue amante de los libros. Ahora que era adulta, ese amor por el conocimiento se había potenciado mucho, mucho más. Dejó que su silencio diera pie a la respuesta de su compañera, mientras jugueteaba nuevamente con la varita mágica entre sus pálidas manos. @@Sherlyn Stark
  14. Hélène Éloïse Bellerose Aunque la heredera era una muchacha de mucha vida social, la perspectiva de conocer a todos los miembros del bando al que se había afiliado muy recientemente y del que ahora formaba parte le ponía demasiado nerviosa. Había sopesado por muchos días con la invitación en la mano, pensando si era prudente ir, no ir… pero es que la curiosidad era tanta y en realidad nunca había formado parte de una causa tan importante, que eso le inquietaba muchísimo. Se le había invitado a una quedada casual, aunque ella siempre se tomaba las invitaciones con demasiado formalismo y solemnidad. Extrañaba a Kassandra, estaba segura que la Weasley hubiese sido una gran compañía en este momento –sobre todo porque ella ya había tenido el placer previo de conocer a toda esa gente- pero entendía que sus obligaciones con su familia le mantenían lejos del ojo del huracán y de la vida mágica en general. Suspiró. Sorprendiéndose de lo rara que se sentía, Hélène decidió que no iba a dejar que algo tan extraño como la ansiedad social le invadiera y menos en ese día tan especial. Se arregló con esmero, como siempre poniendo especial atención a los detalles. Con un toque final de perfume francés, la semiveela le dedicó un guiño al espejo y antes de desaparecer en dirección a la residencia donde se le había citado, se aseguró de tomar la caja que Hildegarde le había dejado en el rellano de la entrada. Se sentía un poco graciosa, pero le había parecido necesario llevar un detalle, como hacía cada vez que le invitaban a cualquier evento. Llegó envuelta en una niebla plateada y se sintió un poco confundida al no reconocer el entorno en el que estaba. Era cierto que hace poco había llegado a Gran Bretaña, sin embargo, no estaba acostumbrada a sentirse desubicada. Absorbió lo que más pudo con los ojos claros, intentando recordar para una próxima vez. Cruzó con paso decidido el espacio que le separaba de la residencia y finalmente llegó a la puerta, donde se detuvo un momento, sorprendida por las varias voces que provenían del interior. Tocó dos veces con suavidad y esperó que le escucharan, de repente muy ansiosa de descubrir la experiencia que se escondía al otro lado del rellano.
  15. Hélène Éloïse Bellerose Aunque la heredera había ya superado dos pruebas, no podía negar que la ausencia de la maestra le causaba cierta inquietud. Pensó que para esas alturas ya se habría encontrado con su mentora y sin embargo, con el paso de los minutos consideró que más bien era lo opuesto y que cada una de las pruebas que pasaba le alejaban más de su destino. ¿Estaría esperándolas en un punto fijo o más bien se estaba dedicando a orbitar toda la arena para ver su desempeño de cerca? Sonrió ante el pensamiento –y debió reconocerlo- hasta el momento la clase estaba resultando dinámica, lo que le hacía más interesante que la típica lección de salón de clases. Deseó entonces haber previsto que eso iba a suceder y no estar cargando consigo el bolso con tantas plumas y pergaminos, ya que de cierta manera eso le proporcionaba un peso que ya no estaba segura que fuera justificado cargar. Aliviada de ya no sentir el calor de hace un momento y revisando de tanto en tanto que los honguitos caminantes le siguieran el paso, se vio nuevamente sorprendida por la materialización de su guía, quien, a pesar de seguir causándole respingos con su súbita materialización, le agradaba, aunque no siempre respondiera a sus preguntas. Esta vez no pronunció nada más que el nombre de la castaña de manera dramática y acto seguido con un fogonazo, los árboles que le rodeaban empezaron a incendiarse. Primero, uno, después otros dos…. Si no hacía algo pronto iba a ser la responsable del incendio de tan bonito bosque y la verdad era que pirómana accidental no era una característica que quisiera en su CV. Hélène apuntó el árbol con la diestra, insegura sobre qué hechizo era el que debía pronunciar. Su guardián además de sobresaltarle todas esas veces le había dado una bonita lección sobre algunos hechizos y para qué servían, seguro que si se concentraba un poco podía evitar que el caos se hiciera más grande. Sin darse cuenta la mano izquierda jugueteaba con los cabellos castaños, retorciéndoselos en una onda. El rostro generalmente risueño mostraba una seriedad sin precedentes, mientras la heredera repasaba con toda rapidez sus opciones. —Aguamenti!—Exclamó entonces, agradecida que la palabra no le fuera tan extraña. La décima de segundo que tuvo que esperar para asegurarse de haber tenido éxito fue demasiado larga. Sin embargo y con una sonrisa radiante comprobó que un pequeño y luego firme chorro de agua fueron expulsados de la varita, la que tuvo que sostener con mayor fuerza todo el rato que se dedicó a extinguir las llamas que la envolvían. @@Sherlyn Stark
  16. La vida había dado giros inesperados en los últimos años que Weasley se hubo ausentado de Gran Bretaña. La idea de formar una familia en un mundo más tranquilo había presionado a Kassandra y a Groter a viajar a los parajes más remotos con los niños, alejándose del caos y de la causa momentáneamente. Ambos habían mantenido cercano contacto con la familia en los primeros meses, sin embargo al pasar el tiempo la pequeña familia dejó de recibir y enviar correspondencia con frecuencia, encerrándose quizás en su pequeña burbuja de amor y perfección. Un día, sin embargo, la vida del feliz matrimonio se vio marcada por la tragedia. La carta urgente de Luna llegó con retraso y noticias que dejaron devastados a Groter y Kassandra. Ella no entendía cómo, no tenía noción del mundo mágico desde hace mucho tiempo, pero el mensaje era claro: Elvis estaba secuestrado y había que buscar la manera de salvarle. La logística entre la pareja fue compleja. No podían dejar solos a los niños y Shulton Granpié tenía que organizar a la manada de la cual era alfa y orquestar la manera de poder unirse en la búsqueda. Así pues, se determinó que Kassandra sería la única capaz de partir inmediatamente, cosa que la licántropa hizo sin demora. Al haberse recluido en un sitio tan lejano de la civilización mágica, llegar no fue cosa fácil. Cada segundo que la castaña demoraba en arribar a Escocia constituía una persona menos para ayudar con la recuperación de su padre. Estaba nerviosa y una gran desazón dominaba su estado de ánimo. Si bien no era la hija biológica del Gryffindor, sentía por él un profundo amor y admiración, algo que la genética no podía cambiar. A pesar de que había intentado mantener un estrecho contacto con Luna desde su llegada, los mensajes que ella le enviaba cada vez eran más breves y desesperados. El último que recibió indicaba que se infiltrarían en una reunión mortífaga en el palacio de Holyrood y hacia allí se dirigía la castaña. A breves rasgos su hermana le había explicado el plan, aunque pensaba que quizás no iba a llegar a tiempo para ejecutarlo junto a ella. Intentaría mezclarse como le fuera posible, eso sin duda. Llegó al sitio indicado justo cuando los seguidores del señor oscuro empezaban a ingresar, unos pocos lanzando salvaguardas mágicas en contra de todos los indeseados. Ya ataviada con su disfraz, ingresó como pudo intentando mantener la compostura, pose altiva y mirada fija en encontrar el rastro de los suyos, pero como estaban tan bien mezclados con los demás, no le fue posible ubicarles hasta estar dentro de la estancia. El corazón le latía a mil por hora mientras veía todo desarrollarse frente a sus ojos, como una obra teatral de mal gusto. La marca tenebrosa refulgió frente a sus ojos, allí en el cielo y todos a su alrededor se regocijaban. Weasley no podía ver bien entre tanta gente, pero el corazón se le cayó al piso cuando reconoció ahí, bastante maltratado y tratando de resistir a Elvis Gryffindor. ¿Era esto real? El corazón le dio un vuelco desagradable y el estómago se le encogió al verlo ahí a merced de todos ellos. La mano acariciaba la varita en el bolsillo de la túnica y ella luchaba con todas sus fuerzas contra las ganas de dejar el disfraz y empezar a luchar allí mismo contra todos ellos, aunque el número de adversarios le hubiese asegurado una derrota absoluta. Luna… Luna… ¿dónde estaba ella? Intentando no desatender el show que se estaba llevando a cabo, peinaba con los ojos la estancia en busca de alguna señal de que su hermana estaba cerca. El líder de los mortífagos canturreaba alegremente, se regodeaba, pero Weasley no le puso mayor atención, hasta que…. “tu hija ha elegido el lado correcto” Los ojos cafés de Kassandra se alzaron con un profundo odio, no sabía hacia quien mirar primero, pero sabía que nunca antes había sentido tanta repulsión por nadie en su vida. Y entonces…. La escena transcurrió en cámara lenta. Kassandra vio formarse la idea en la mente del mortífago, lo vio apuntar a su padre, el fulgor verde del maleficio tocándolo…. La bruja quedó completamente paralizada, mientras ahí veía caer al hombre que más admiraba en el mundo, inerte, en el suelo. Quiso gritar, maldecir, llegar a él y a su cuerpo inerte y decirle cuanto lo sentía, cuanto lamentaba haberle dejado y no haber llegado a tiempo. Tensó tanto la mandíbula tratando de contener su dolor que mordió sus propios cachetes y sintió el metálico sabor de la sangre. Un grito de dolor la sacó de su ensimismamiento y creyendo haber encontrado a los suyos, se acercó como pudo hacia la figura femenina que blandía el arma, hasta que todo se volvió oscuro y no pudo ver nada más. —¿Luna? ¡LUNA! —Chilló Weasley envainando la varita y abriéndose paso entre la oscuridad, llegando a ver luz. Escuchó gritar el nombre de Darla y supo que estaba infaliblemente con los suyos. Extendió una pálida mano hacia la figura pelirroja que sabía era su hermana casi al mismo momento que Darla y la tercera bruja que aún no lograba identificar atravesaban un portal, llevándose a Kassandra con ellas, por los pelos. Apareció confundida en una estancia desconocida, no sabía qué hacer ni qué pensar, solamente el dolor de lo atestiguado invadía cada célula de su ser. Las lágrimas rápidamente nublaron su vista, a lo que ella reaccionó sacándose la máscara de un tirón y enjugándoselas de un manotazo. Luna musitaba palabras que a la Weasley casi no hacían sentido. —Yo… —Habló con voz ronca, manifestando su presencia por vez primera. Pudo sentir el sobresalto de sus acompañantes y era normal, todo había sido tan rápido y no estaba seguro de que nadie le esperara. —Yo lo siento. Kassandra se dejó caer de rodillas, en la infamiliar estancia. Contrario a Luna no sabía qué decir, las palabras no llegaban a formar oraciones con sentido en el cerebro. —Lo siento. —Repitió amargamente, dejando que las lágrimas cayeran libremente. @@Luna Gryffindor Delacour @ @@Sophia Elvira Mackenzie Off: Casi que no llego, pero es que apenas me entero! perdón por la intromisión tan abrupta *-*
  17. Hélène Éloïse Bellerose Avanzó unos cuantos pasos, cuando sintió al fin el calor atenuándose a su al rededor. La castaña suspiró con alivio mientras sentía aquel cambio atmosférico como una reafirmación de que estaba haciendo las cosas bien. A pesar de que la brújula le guiaba hacia el norte, no logró encontrar a la maestra, pero si que fue interceptada por la estatua nuevamente, encuentro que le causó un respingo que no pudo ser contenido. —¡Mon dieu! —Exclamó entonces llevándose la mano libre al pecho, haciendo movimientos reconfortantes sobre su alborotado corazón. Sus orbes celestes se dirigieron con resentimiento a la estatua, casi al mismo tiempo que un lago empezó a formarse en frente suyo bloqueándole el paso. Justo cuando estaba empezando a pensar que no iba vestida para nadar y empezaba a desagradarle mucho la idea de arruinar el atuendo que llevaba encima, la voz profunda de la estatua se hizo escuchar nuevamente. Hélène asimiló con atención cada nuevo concepto que se le presentaba, agradecida que la estatua fuera capaz de transmitir con claridad los movimientos y la pronunciación correcta de los hechizos. La francesa suspiró tanto afligida, ya que a pesar de manejarse en un perfecto inglés, ciertamente habían palabras y sonidos que su lengua madre no le permitía dominar. Sería quizás que el estrés que el pensamiento le provocaba, pero percibió que la negrura de la noche se intensificaba. La luna y las estrellas seguían allí, sin embargo su luminosidad pareció no hacer efecto en el paraje. Creyendo que era mejor para su predicamento que la luminosidad no fuera un problema, imitó el ejemplo dado recientemente por la estatua y murmuró: —Lumos. Casi de inmediato el extremo de la varita se encendió como una lámpara brillante, dándole ahora una perfecta visión del entorno en el que se encontraba. La heredera sonrió satisfecha de si misma al haber logrado el cometido al primer intento, aunque suspiró nuevamente al ver aún frente a ella el lago que le impedía avanzar con su camino. Afianzando la improbabilidad de nadar para no arruinar el chaleco de piel que llevaba, concluyó que lo más práctico era en efecto congelar el lago para pasar. Evocó la memoria reciente del ejemplo recibido y con voz firme pronunció. —Glasiiú. Nada pasó. Bellerose frunció entonces su entrecejo y lo intentó nuevamente. —Glasssssiú. Empezaba a frustrarse, pero intentó con todas sus fuerzas que el sentimiento no le afectase la concentración. Intentó centrarse nuevamente en la pronunciación, recordando que los ingleses no omitían la última letra de las palabras como era usanza común en francés. Respiró hondo y repitió con mayor seguridad. —¿Glaciuss? Sonando más a pregunta que a afirmación, logró felizmente su cometido. El agua cristalina que hace poco reposaba frente a si en estado líquido, brillaba como el más fino de los cristales, ahora en estado sólido. —¡Já! —Exclamó entonces, muy orgullosa de si misma. Volvió la vista a sus pequeños honguitos caminates y los apresuró, aun insegura de saber si le escuchaban o no. —¡Allez allez mes petites! Cruzó el lago con toda la elegancia que le fue permitida a través del resbaloso y cristalino hielo y siguió su camino, expectante sobre qué esperar a continuación.
  18. Hélène Éloïse Bellerose —Ahh, ¡sacre bleu! Windy, apresúrate ¡llegaré tarde!— Los pasos de la heredera eran presurosos, a medida que corría a través de la habitación metiendo en el bolso todo lo que fuese de utilidad para la lección de hoy. La híbrida no había pisado las aulas estudiantiles hace tanto tiempo, que estaba llena de ansiedad y nerviosismo mientras pensaba en la perspectiva de haber pedido el hilo. ¿Tareas? ¿Asignaciones? ¿cómo se hacía eso? Respiró hondo, deseando con todas sus fuerzas haber podido contar con Hildegarde para que hubiese tenido todo preparado, pero es que la mujer necesitaba sus días de vacaciones y la heredera había tenido que dejarle partir con mucho pesar. Ahora solo contaba con la elfina, y aunque no dudaba de su eficacia, no estaba acostumbrada a tener seres mágicos en su servicio. Tomó con apuro la agenda que le tendía la criaturita y se la metió en el bolso, no sin antes darle un último asentimiento aprobador a su reflejo en el espejo. —¡Magnifique! —Suspiró y salió precipitadamente a los jardines, intentando enfocar en su mente la idea de su destino. Castelobruxo…. Desde su estancia en Gran Bretaña no había tenido mucha ocasión de viajar y aunque la perspectiva le resultaba inquietante, se entregó por completo a la nueva experiencia. Cerró los ojos mientras una inesperada y helada brisa nocturna le despeinaba los cabellos, y desapareció sosteniendo la carta traslador en las falanges, dejando tras de si una ligera niebla perlada. La llegada fue tanto desagradable, ya que la sensación de ser absorbido a través del espacio era abrumadora. Abrió los ojos y empezó a colocarse de nuevo los cabellos en su sitio, al tiempo que los orbes celestes absorbían todos los detalles que componían el espacio. Con algo de alivio notó que no estaba sola. Supuso que se trataría entonces de algún compañero de curso, por lo que asintió con cortesía hacia su dirección. A pesar de que los árboles detenían el golpe del viento, el susurro de sus hojas ante el estímulo del mismo resultaba reconfortante y le indicaba de igual manera que había varios árboles, más de los que podía distinguir a simple vista. Sin embargo, aunque sentía una suave brisa, le inquietó darse cuenta que la temperatura era más bien cálida y que esta calidez parecía aumentar de intensidad. Un tanto confundida, Hélène revisó sus alrededores buscando el rastro de la maestra, sin embargo lo único que encontró fue una estatua, hacia donde se dirigió a pesar de sentirse un poco incómoda por el incremento de la temperatura a su alrededor. Poco le sorprendió notar que la estatua tenía en efecto instrucciones y aunque dijo lo que debía decir, las instrucciones fueron poco claras. La Semiveela le miró entonces, confundida y exasperada. —¿Esa dirección? ¿Quelle direction? ¿Puedes ser más claro? — A pesar de su breve interacción anterior, la estatua permaneció como lo que era y no explicó más de lo que ya había hecho inicialmente. Bellerose suspiró entonces, e intentó enfocar su mente en el reto que se le presentaba en la cabeza. Crear una criatura, mágica o no mágica…. Jugueteó con la varita entre los dedos, sopesando sus opciones. Barrió el entorno con la mirada nuevamente, encontrando un yacimiento de Hongos silvestres, Amanita Muscaria para ser más exactos. Tanto embelesada por la brillantez de los colores, los seleccionó entonces como objeto de su experimento y se arrodilló cerca de ellos, intentando no tocarlos en lo absoluto. Su varita realizó una simpática floritura en el aire, mientras la francesa pronunciaba el conjuro que animaría a las Amanitas y les daría la capacidad de caminar. Esperó unos segundos, expectante, y cuando el calor que sentía ya empezaba a hacerse muy incómodo, comprobó con entusiasmo que habían crecido bracitos y piernitas en dos de los tres hongos que se encontraban a sus pies. Vale, la parte uno estaba hecha, pero ahora, ¿a donde?. Decidió que lo mejor sería hacer un encantamiento de brújula y empezar por alguna parte. —On y va—Susurró hacia sus pequeñas creaciones, sin saber bien si tenían orejas y la capacidad de escuchar y empezó a caminar hacia el norte, esperando que la temperatura fuera una señal de lo lejos o cerca que podría encontrarse de su destino.
  19. Ay, es que soy despistada :c Aquí está corregido *o* ID: 113123 Nick (con link a la ficha) Kassandra Weasley Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) 106850 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 93318 Nivel Mágico: 13 Fecha: 2020-12-11 Poción: Elixir de la vida Puntos: 160 Precio: 9500 Poción: Zumo de mandrágora Puntos: 160 Precio: 8000 Total de puntos: 320 Total de Galeones: 17500 Gracias bella♥
  20. Hola hola! Vengo a realizar un peque trámite en uno de mis negocios, ya que no teníamos asignados los porcentajes: Nombre del Negocio: Avant Garde Link a la Bóveda del Negocio: Bóveda N° 108676 Negocio Avant Garde Trámite a Realizar: (especificar el trámite y dejar los datos a cambiar, sin texto de relleno) Colocar el porcentaje que corresponde a cada socia de la siguiente manera: Little G. 10% Hilary J. Gryffindor 10% Kassandra Weasley 80% Gracias ♥
  21. ID: 113123 Nick (con link a la ficha) Kassandra Weasley Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) 106850 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 93318 Nivel Mágico: 13 Fecha: 2020-12-11 Objeto: Pergamino de Fabricación de Horrocrux Puntos: 160 Precio:10000 Objeto: Capa de invisibilidad Puntos: 160 Precio: 8000 Total de puntos: 320 Total de Galeones: 18000 Gracias ♥
  22. ID: 113123 Nick (con link a la ficha) Kassandra Weasley Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) 106850 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 93318 Nivel Mágico: 13 Fecha: 2020-12-11 Poción: Elixir de la vida Puntos: 160 Precio: 9500 Poción: Zumo de mandrágora Puntos: 160 Precio: 9500 Total de puntos: 320 Total de Galeones: 19000 Gracias ♥
  23. ID: 113123 Nick (con link a la ficha) Kassandra Weasley Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) 106850 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 93318 Nivel Mágico: 13 Fecha: 2020-12-11 Criatura: Crup Puntos: 40 Precio:2000 Criatura: Cangrejo de Fuego Puntos: 40 Precio: 2000 Total de puntos: 80 Total de Galeones: 4000 Gracias ♥
  24. ID del foro: 113123 Número de Comprador Frecuente:142 Link al perfil en la Web del Magic Mall: http://magicmall.harrylatino.org/mago_detalle.php?buscar_mago=113123&button=Ir Gracias ♥
  25. Nombre con link de Bóveda del Negocio que permite la donación: El refugio Mágico Nick de los propietarios con link al perfil: Kassandra Weasley Link al registro aprobado en el Ministerio: http://www.harrylatino.org/topic/98467-%e2%9c%bf%ef%bd%a1el-refugio-magico%ef%bd%a1%e2%9c%bf-mm/ Bóveda de la que se extraerá la donación: El refugio Mágico Cantidad de Galeones de la donación: 25.000 Beneficiario(s) de la Donación: Nick del Usuario con link al perfil: Kassandra Weasley Relación Familiar con Donante y porcentaje de ganancias: dueña, 100% Nombre con link a Ficha del Personaje: Kassandra Weasley Número con link a Bóveda Personal: 93318 Cantidad de galeones:25.000 Gracias ♥

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.