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Helene Eloise Bellerose

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Todo lo publicado por Helene Eloise Bellerose

  1. ¿Cuando había sido la última vez que Weasley había cursado algo? ir como estudiante a la Universidad se le hacía tan extraño aunque bastante emocionante. Se había propuesto aprender todos los conocimientos que le fueran posibles, aunque tenía que admitir que Runas era uno de los que menos se había esperado cursar, al menos no tan pronto. Sin embargo ante la insistencia de su hija mayor, Kassandra se había propuesto intentarlo, y ahí estaba. No se le hizo muy difícil ubicar el salón de clases, sin embargo entrar en él si resultó una sorpresa, puesto que estaba tan oscuro allí que sus orbes se vieron atraídas de inmediato a las velas que iluminaban dos pupitres. ¿Así que serían solo ellas dos? Bueno, eso hacía la experiencia mucho más fácil... Se dirigió con calma hacia uno de ellos, analizando con la mirada el set de runas que sería la herramienta principal de estudio. Tomó asiento sin siquiera mirar la pizarra, y solo cuando estuvo ubicada en el pupitre que eligió, distinguió al maestro con agradable sorpresa. —¡Compi! — Saludó con una sonrisa amplia a Orión, quien lucía un poco descompuesto. Le alegraba compartir la experiencia con un rostro familiar, sentía que el aprendizaje sería mucho más personalizado. —¿Como estás? ¿todo bien? —Inquirió, acomodándose mejor en el espacio de trabajo, dejando que sus manos juguetearan un poco con la tela negra que cubría el pupitre. — Me alegra ver un rostro familiar, me emociona mucho aprender esto de las runas. — Se confesó alegremente, mientras inspeccionaba más de cerca el set de runas que tenía al alcance de su mano. Esperaba que Ania no demorase mucho más. @Orión Yaxley
  2. Muchos pensamientos cruzaron por la cabeza de la licántropa en el nanosegundo que duró lo que el vampiro se giró para encontrarse con ella. Haciendo gala de sus inolvidables dotes de duelista, la confundió con un atacante, apuntando fieramente su varita hacia ella, dispuesto a emitir un hechizo dañino. Weasley quien ya tenía el pulso bastante acelerado por los nervios sintió que el corazón se le salía del pecho en ese fragmento de segundo, en el que abrió los ojos desmesuradamente intentando no retroceder presa del susto. Sin embargo, pudo atreverse a afirmar que el más asustado terminó siendo el vampiro, quien soltó el arma con la misma rapidez con la que la supo envainar, incrédulo. La varita por su lado, rodó libremente por los adoquines de la plazoleta, posándose muy cerca de los zapatos de aguja de la castaña, quien no se atrevió a moverse ni un poquito, intentando recomponerse. Lo escrutó, los ojos verdes apuntaban al piso, incapaces de cruzarse con los suyos propios. Kris lucía bastante abatido, aunque fuera de eso se veía exactamente igual como lo recordaba. "Las bondades de la inmortalidad", pensó. Sintiendo que la rabia que le había invadido al reconocerle inicialmente se desvanecía con aquellas disculpas, el confundido cerebro de la licántropa dio paso a una sensación de alivio que le invadió por completo. Estaba vivo, estaba bien. Eso era algo que no había dudado, después de todo, que lograsen atraparle hubiese sido noticia nacional, se hubiese enterado antes. Sin embargo el hecho de no saber de él había atormentado bastante a la castaña, aunque se hubiese esforzado por admitir que no le importaba. Como si el tiempo transcurriera en cámara lenta, Seraphine depositó los ojos en el suelo, enfocándolos en el delgado trozo de madera que reposaba a sus pies. Se agachó con gracia para recogerlo, sosteniéndolo en sus níveas manos. —Gryffindor, ¡grandísimo tonto! Con una mezcla de indignación y añoranza, Kassandra acortó definitivamente la distancia que separaba ambos individuos con los brazos abiertos. Como si ni un solo día hubiese pasado, la bruja sorprendió al ex patriarca con un abrazo cálido y fuerte, dándose cuenta finalmente que estaba ahí, que era de carne y hueso y no una aparición. Se permitió disfrutar por un minuto de aquel momento, dejando para después las preguntas y los reproches que seguro vendrían. @@Kris Gryffindor
  3. Xenix, elfo encargado de la recepción La felicidad de la pequeña criatura desbordaba, evidenciándose en los ojos abiertos que se posaban en la hija de su ama con la intención de analizarla, ver que en todo ese tiempo que había desaparecido no hubiese pasado hambre o necesidades, que tuviese color en las mejillas, luz en el rostro, en fin, saber que había estado bien. Al escuchar que aceptaba su propuesta de quedarse, el elfo dio un saltito alegre tomando con prisa la llave de la suite que se le indicaba y corriendo hasta posarse junto a Ania, buscando con los ojos saltones la evidencia del equipaje que pudiese llevar consigo. —¿Y el baúl? Xenix puede ayudar con el equipaje, ¡Xenix ayudará a la señorita con mucho gusto! Emprendió así el camino, hacia las afueras, la cabañita con vista al lago que Ania deseaba para hospedarse se encontraba a una distancia prudente de la casona base, por lo que ambos tuvieron que atravesar un tramo bastante largo mientras el elfo llenaba de preguntas a la bruja. —¿Paraguay? Xenix no conoce ese país, aunque Xenix en realidad no conoce ningún país. Xenix es feliz en el refugio, donde está con los huéspedes y puede limpiar y arreglar todo para que lo vean bonito siempre. El elfo parloteaba a medida que saltaba casi, tintineando la llave de la cabaña a medida que avanzaba. Al escuchar la pregunta formulada por la muchacha, Xenix paró en seco, sin saber qué responderle. —Oh, la señora, la señora viene cada quince días a revisar la contabilidad y supervisar el trabajo de Xenix. Siempre sale contenta, evidentemente. —Infló el pecho, orgulloso. —¿Pero cómo es que la señorita no ha avisado a su madre que regresaba a Londres? Ella seguro hubiese querido saber con tiempo para preparar la mejor habitación y recibir a la señorita Ania con todas las golosinas que le gustan... —Reflexionó un momento, asumiendo que sus motivos habrá tenido para no avisar. —¡Llegamos a la cabaña del lago! —Anunció alegremente, deteniéndose sobre la puerta. @@Ania Evans Weasley
  4. @@HaynRiwer bienvenido!!! Te doy la entrada a este espacio donde podrás preguntar todo lo que se te ocurra. Mi nombre es Kassandra y junto a @Orión Yaxley somos tus tutores. Estaremos pendientes de tu desenvolvimiento foril, y en serio si tienes cualquier duda o inquietud, si te pierdes, o si quieres rolear simplemente avísanos! estamos siempre aquí para ti Atento que pronto inician tus clases!!
  5. Nick: Kassandra Weasley ID: 113123 Conocimiento: Runas Antiguas Nivel de magia: XI Link a bóveda: http://www.harrylatino.org/topic/93318-boveda-de-kassandra-weasley/ Link a la ficha de personaje: http://www.harrylatino.org/topic/93303-ficha-de-kassandra-s-weasley-bl/
  6. @@Leandro Malfoy tu caso es rarísimo porque en tu perfil no me refleja ni ficha, ni bóveda y sin embargo tienes constando 100 galeones en el avatar. WTF (? Empecemos por el principio. Esta de acá es la guía general de rol donde vas a encontrar detallado todo lo que debes hacer para avanzar en el juego. Si la quieres revisar a profundidad, ingresa al link *-* Ahora, puesto que no tienes ficha y no lo refleja en ninguna parte, habremos de crear una. Ingresa por favor al Registro de Magos y Brujas y crea un tópic con tu ficha tal y como lo señala allí. Tendremos que esperar un poco a que te la aprueben, pero una vez aprobada podremos acceder al paso dos que es crear la bóveda. En el tópic de Bóvedas Personales te indican paso a paso como abrir la bóveda. Y eso viene a ser básicamente todo. Porfa, avísame como va evolucionando eso para estar pendiente y ayudarte con lo demás *-*
  7. Xenix, elfo encargado de la recepción La afluencia de gente que visitaba el refugio se había visto reducida aquellos días, quizás porque ya no estaban en temporada alta, o porque el incesante crecimiento de Diagon había creado una serie de hoteles, hosterías y casas de retiro que habían servido para diversificar las opciones de los magos. Solo aquellos fieles huéspedes, los que habían encontrado la paz y la verdadera conexión espiritual con el lugar continuaban yendo allí. Xenix no veía a su ama desde hace tiempo por el lugar, la cantidad de ocupaciones que tenía ahora más la administración de sus demás negocios habían menguado la cantidad de veces que Weasley pasaba en el sitio. Eso sí, iba puntualmente cada quincena para ocuparse de la contabilidad y pagos varios que había que realizar tanto a proveedores como a institutos fiscalizadores. Él adoraba su estancia en el refugio, que se había convertido en su hogar permanente desde su inauguración. Adoraba pintar, barrer, cuidar de los registros, atender y mimar a sus huéspedes, así como mantener el buen nombre de la institución a través del buen servicio y trato. No habían tenido nunca un incidente incómodo o molesto (exceptuando aquel del asesinato) por lo que pasaba sus días en la mayor de las calmas, ocupándose siempre de sus quehaceres y de cuidar la actividad de los demás elfos a su cargo. Sentado en su pequeño escritorio, cuidaba siempre de todos los detalles desde su sitio privilegiado. Era quien recibía y despedía alegremente a todas las personas que allí llegaban. Aquella jornada no fue la excepción, Xenix se encontraba organizando el set de llaves a sus espaldas cuando una voz conocida y hermosamente familiar captó su atención. La primogénita de su señora a quien no veía en varios años se encontraba allí de pie, como si el tiempo no hubiese hecho mella en ella. —¡Señorita Ania! —El elfo emocionado empezó a realizar apresuradas reverencias, tocando siempre el suelo con la punta de su larga nariz. —Xenix sería incapaz de olvidarla señorita. ¡Incapaz! — Que bello era encontrar rostros conocidos así tan de repente. —¡Permita a Xenix atenderla! ¿Planea quedarse en el refugio? ¡Xenix puede prepararle la mejor suite! @@Ania Evans Weasley
  8. La tarde caía tiñendo el cielo de suaves colores purpúreos y azulados, en medio de naranjas y rojos brillantes. La luz del crepúsculo se colaba en la amplia oficina, haciendo innecesario el uso de lámparas artificiales. Cómoda en su escritorio, Weasley trazaba con maestría bosquejos de lo que serían las prendas de la nueva colección que el atelier produciría aquella temporada, aprovechando por una vez la tranquilidad de la oficina vacía, que desde hace tiempo no había visto la presencia de sus socias y mejores amigas, a quienes la vida había llevado por caminos separados a causa de diferentes circunstancias. Si bien tenía un trabajo a tiempo completo en otro lugar, Weasley disfrutaba mucho de visitar el Avant Garde seguido, para así controlar que todo estuviese fluyendo bien. Hasta la fecha no habían requerido emplear diseñadores, las tres brujas realizaban su trabajo desde los lugares en donde se encontraban, siendo Kassandra la única que se encargaba de supervisar el trabajo de manufactura y elaboración en el atelier. Cuando finalmente terminó, trazó con elegancia la firma del diseño y apartó el bocetero de sí misma, depositándolo con cuidado en la superficie del escritorio labrado. Apenas ahí, levantando los ojos del papel que había centrado su atención toda la tarde, Weasley pudo apreciar finalmente el espectáculo que el cielo estaba pintando ante sus ojos, decidió entonces acercarse a la ventana para apreciar por unos momentos el ajetreo del callejón, la gente que hacía sus últimas compras para retirarse hacia sus hogares y descansar luego de la jornada. Así permaneció por unos minutos, turnando los orbes castaños entre los individuos, disfrutando de crearles historias en su cabeza, imaginando que podía adivinar quienes eran y a dónde se dirigían. Todos estaban en constante movimiento, excepto un hombre que se encontraba demasiado quieto, sentado en uno de los bancos de la plazoleta. Intrigada por aquello, Seraphine entornó un poco la mirada intentando identificarle el rostro, la expresión. ¿Estaba esperando a alguien? Sin embargo, la oficina se encontraba varios pisos encima, por lo que las figuras de las personas eran poco distinguibles. Dándose por vencida y quitándole completa importancia, se alejó de la ventana para ir finalmente por el abrigo de cashmere que cubriría de la rudeza de los elementos a la Weasley, que vestía en aquella ocasión una sobria blusa de seda color beige, combinada con una elegante falda tubo de color negro. Tomando por último el bolso, caminó con paso firme hacia la salida, con la satisfacción de un trabajo bien realizado. Se despidió de los miembros del staff a medida que se acercaba a la salida del gran edificio. Una corriente fresca despeinó su melena castaña, en el fragmento de segundo que la mujer decidía su ruta de camino a casa. Peinó el entorno evaluado sus opciones, pero sus orbes castaños se detuvieron en la silueta del hombre que había visto antes, aún sentado en la banca de la plazoleta. Silueta que vista desde más cerca tenía un aire intrigantemente familiar. Extrañamente ansiosa y con el corazón latiéndole cada vez más rápido, Weasley dejó que sus piernas se dirigieran hacia la plazoleta, donde se encontraba el mago de espaldas. Su mente, flasheaba imágenes de un fantasma de su pasado, alguien a quien no había vuelto a ver en muchos años, demasiados para llevar la cuenta. No había vuelto antes, ¿qué iba a hacer ahí ahora? Estuvo a punto de obligarse a dar media vuelta y regresar, porque sabía que lo que su mente le sugería era un disparate. Sin embargo, a sabiendas de que al acercarse lo suficiente se llevaría un encuentro con la desalentadora realidad, continuó su avance para distinguir el rostro del extraño que se parecía a… hasta que un movimiento de muñeca por parte del hombre atrajo su atención hacia el reloj, una pieza de joyería que había visto muchas veces en incontables ocasiones. Se detuvo en seco, todavía estaba lo suficientemente lejos como para dar la vuelta sin que pareciera que lo estaba evitando a propósito, pero sabía que a él ya no le había pasado desapercibida su presencia. Ahí cayó en cuenta que efectivamente, él estaba esperando a alguien. Le estaba esperando a ella. ¿Cómo le había encontrado? Sin saber exactamente qué esperar, se acercó a él sin ninguna prisa y cuando le tuvo suficientemente cerca esperó a que él le diera la cara, insegura sobre cómo reaccionar. ¿Aliviarse porque seguía vivo o darle una bofetada por haberse largado sin decir una palabra? Manteniendo el semblante tan relajado e inexpresivo como le fue posible, Seraphine se quedó quieta, esperando a que los ojos de ambos se encontraran finalmente, después de tantos años de no haberse visto. @@Kris Gryffindor
  9. @ bienvenida! Viendo que te has inscrito a la academia, me complace comentarte que soy tu tutora y estaré para ti cuando sea que me necesites. Me llamo Kassandra y llevo ya varios años por aquí en el foro, como pronto podrás darte cuenta xDD te doy la bienvenida a este espacio que servirá para solventar cualquier tipo de duda que pudieses tener sobre el foro en general, sobre tus clases y etcéteras. Pero no estoy sola, ya que mi compi @Orión Yaxley es quien me acompañará tutorándote. No tengas pena ni miedo de preguntar nada, siempre estaremos aquí para ti cuando sea que lo necesites. Por lo pronto tienes que estar pendiente, tus clases de introducción comenzarán muy pronto *-* Nos estamos leyendo linda, un saludo! * * * * EDITO para no hacer doble post Quiero darle la bienvenida a este espacio a un viejo amigo @@Leandro Malfoy. Me complace comentarte que soy tu tutora junto a @Orión Yaxley (el inmencionable) prepárate porque voy a atormentarte hasta el final de los tiempos para ver que termines la academia y tengas todos los papeles en regla jajaja Empecemos por hacer la ficha y la bóveda, ¿sí? Cuando quieras, este es el espacio de preguntar cualquier cosa y de comunicar cualquier inquietud que puedas tener. Nos vemos * - *
  10. Me paso solo porque noto que la mención de mi compi no salió del todo y aprovechando que me dejó puente. @@Alaxel primero que todo, @Orión Yaxley y yo somos tus tutores y te damos la bienvenida a este espacio que sirve para cualquier duda que pudieras tener sobre el foro en general. Lo que ha hecho mi compi ahí arriba ha sido dejarte el link a tu clase, la que durará una fecha aproximada de un mes y será la clase inicial de dos niveles que tienes que cursar para graduarte y poder acceder a un trabajo en el ministerio, entre otras cosas. Cualquier duda que puedas tener, háznosla saber que te la solventaremos con mucho gusto!
  11. Bueno! igual que mis compañeros, paso a avisar a mis tutorados que al fin comenzaron las clases. Cualquier duda o inquietud que puedan tener, saben con gusto que es cuestión de arrobarme por aquí y apareceré lo más rápido a ayudar! @ @@Maglor Dejo el link: Introducción a la Magia Saludos amores ♥
  12. CAMBIO DE SUBNICK Subtitulo deseado: Dama del Primer Silencio Premio obtenido: Mejor Cabaña - Gala de Navidad 2017 LLAVE Llave (Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw, Slytherin o maestra): Maestra Premio obtenido: Mejor Cabaña - Gala de Navidad 2017 Muchas gracias
  13. Uno pensaría que las festividades serían fechas que tendrían una carga floja de trabajo, pero en el caso de la castaña ese pensamiento no pudo ser más erróneo. Tanto los negocios como el propio CCU habían dado tanto que hacer, que esos días había llegado tan tarde a casa que además de encontrar a los niños dormidos, había podido compartir poco o nada con su esposo. Groter era tan bueno con ella que Kassandra no podía estar más agradecida y feliz con el compañero de vida que había elegido, además que estaba enamorada de la familia que juntos habían formado. Esa tarde pidió salir una hora antes del trabajo para poder ir a casa ya que Groter le había prometido una cena romántica para ambos, así que con el permiso de Cye, partió de las instalaciones del CCU hacia la mansión Gyffindor, hogar que ahora ambos compartían. Seraphine adoraba los detalles del licántropo, siempre encontraba una forma de sorprenderla, además que siempre estaba pendiente de su bienestar. Apareció en medio de un frío entorno que le hizo estremecer un poco, haciéndole acomodar de mejor manera el abrigo gris que vestía sobre el vestido de lana que llevaba. Acortó las distancias entre la entrada exterior hacia la puerta principal y llegó al hogar con un sentimiento de alegría, primero porque la exquisita decoración de las fiestas todavía estaba colocada y eso le daba calidez al lugar, y también porque finalmente iba a reunirse con el licántropo y ambos podrían compartir un cálido momento a solas, lejos de los niños. Subió las escaleras de dos en dos, imaginándose que si había algún lugar donde encontrar a Groter, ese sería definitivamente su habitación. Le sorprendía que no hubiese más bullicio en casa, a lo mejor el resto de Gryffindors todavía se encontraban ausentes. Apresuró el paso doblando esquinas y pasillos hasta la puerta de su alcoba, abriéndola con delicadeza y asomando la cabeza curiosa para ver si él se encontraba ahí, descubriéndolo sentado en la cama, con gesto pensativo. —¡Llegué! —Anunció la bruja antes de lanzarse sobre él con toda la viada que pudo conseguir. Arrojó por donde pudo el bolso y lo aplastó entre risotadas. Luego le cubrió de besos el rostro y permaneció ahí con una sonrisa boba. Estaba en casa. @@Groter Shulton Granpié Shulton Granpié
  14. Weasley permaneció en el umbral de la puerta mientras Junny inspeccionaba el lugar. Había evitado acercarse mucho al cadáver, porque todavía seguía impresionada por su existencia en primer lugar. Vio a su hija revolotear por la habitación sin tocar o mover nada, mirándolo todo con atención y haciendo algunas anotaciones en su pequeña libreta. ¿Cuándo había crecido tanto? ahora era toda una profesional, una perfecta detective. La idea de imaginarla luchando contra magos oscuros le dio escalofríos, aunque no pudo culparla. Se sobresaltó un poco cuando la escuchó preguntar sobre la hora de la muerte. Sí, había visto muchos cadáveres con anterioridad, pero ninguno en su territorio. Con pesar, abandonó la postura cómoda que tenía y se acercó al cadáver, lamentando no tener consigo los implementos del centro médico. Se arrodilló junto al hombre mirándolo sin tocarlo, intentando imaginar qué le había sucedido. Luego lo tocó, evaluando la rigidez que tenía intentando determinar el número de horas que llevaba muerto. El olor ya dejaba ver que tenía al menos un día, puesto que su cuerpo había empezado a descomponerse. El tono verde-azul de su piel confirmaba esa teoría, pero el aparecimiento de pequeñas ampollas, daban a entender que llevaría ya al menos un día y medio en esa posición. —Creo que es un día y medio, puede que dos. Ya está empezando a podrirse, pronto estará hinchado y lleno de ampollas... —Comentó sin quitar los ojos del cadáver. —No hay signos evidentes de lucha, no tiene rasguños, tampoco tiene hematomas. A simple vista pudo haber sido el corazón, un infarto, pero... pero tú y yo sabemos que una maldición no deja marca. —Su rostro ensombreció, tratando de imaginar quien pudo hacerle eso. —¿Si buscamos sus pertenencias? sus documentos, algo. @@Junnyco Wright
  15. Perdió la cuenta de cuantas veces paseó por su oficina nerviosa, yendo y viniendo hasta que su hija finalmente llegara al negocio. El vaso en su mano indicaba que ya había bebido su segundo whisky del día. No había tenido tiempo suficiente de examinar el cadáver, pero había algo ahí que le indicaba que el asunto no era una simple muerte natural. Junny llegó y se topó de entrada con la preocupación escrita en las facciones de su madre. Esperaba que no hubiera notado el vaso de whisky que todavía sujetaba con fuerza, ya medio vacío. —Yo no estoy segura, tenemos un muerto. —Soltó de repente, sabiendo que no se había explicado bien. —Xenix vino esta mañana y me dijo que el huésped de la habitación 13 falleció. Fui a su habitación, no parece un robo pero todo está desordenado... —Como medimaga ya Weasley se había enfrentado antes a la muerte y a los cadáveres, pero esto en su negocio era nuevo y perturbador. —Mejor te muestro, ven. Guió a su hija a través de los pasillos, saliendo de la zona administrativa, pasando por el restaurante, hacia las cabañitas donde se hospedaban. Llegaron a la cabaña 13 que se encontraba propiamente cerrada, las ventanas con las cortinas corridas no daban pista de lo que estaba pasando. El interior descubría un ambiente rústico y acogedor, si se obviaba el cadáver que estaba tendido en el piso, claro. El fallecido en cuestión se trataba de un hombre de aproximadamente 40 años, de tez morena. Podía considerarse apuesto, hasta muerto conservaba una expresión amable en el rostro. La habitación no daba señales de robo, ya que todas las pertenencias del hombre estaban ahí, incluyendo algunas cosas valiosas, como un reloj mágico de bolsillo que reposaba deslumbrando con sus esmeraldas y rubíes en la mesita de noche. @@Junnyco Wright
  16. ID: 113123 Nick: Kassandra Weasley Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/topic/106850-boveda-trastero-de-kassandra-weasley/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/topic/93318-boveda-de-kassandra-weasley/ Nivel Mágico: X Fecha: 2017-11-13 Criatura: Hipogrifo Puntos: 40 Precio: 2000 Criatura: Ashwinder Puntos: 40 Precio: 2000 Total de puntos: 80 Total de Galeones: 4000 ID: 113123 Nick: Kassandra Weasley Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/topic/106850-boveda-trastero-de-kassandra-weasley/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/topic/93318-boveda-de-kassandra-weasley/ Fecha: 2017-11-13
  17. Planilla de Compras de Huevos de Dragón: ID: 113123 Nick: Kassandra Weasley Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/topic/106850-boveda-trastero-de-kassandra-weasley/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/topic/93318-boveda-de-kassandra-weasley/ Fecha: 2017-11-13 Llave utilizada: Maestra Huevo de Dragón: Huevo de Ironbelly Ucraniano Puntos por unidad: 160 Precio: 8000 Llave utilizada: Maestra Huevo de Dragón: Huevo de Ridgeback Noruego Puntos por unidad: 160 Precio: 8000 Precio Total: 16000 Total de puntos: 320
  18. Subtitulo deseado: Dama del Primer Silencio Premio obtenido: Mejor Hoguera Halloween 2017 Llave (Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw, Slytherin o maestra): Maestra
  19. El sonido agudo del grito de un elfo cortó la tranquilidad que se vivía en el refugio. Era temporada alta, lo que significaba que estaban a rebosar con huéspedes que se movían por el lugar con libertad, disfrutando de todos los rincones y las actividades que el lugar tenía para ofrecer. Kassandra se encontraba en su despacho, haciendo algunas cuentas para tener los balances actualizados, cuando Xenix ingresó atropelladamente a la oficina. Su cara era de total espanto. —Se... se...señora. —-Parecía que estaba haciendo un esfuerzo enorme por contener las lágrimas. Seraphine le miró desconcertada, ese rostro solamente podría augurar tragedia. —¿Qué sucede? —Apartó un poco los papeles, para hacer lugar a la nueva situación, empezando a impacientarse por que el elfo parecía incapaz de articular palabra. —Señora... señora esto es un desastre. —¿Pero qué está pasando, Xenix? —Weasley se levantó con la intención de acercarse al elfo doméstico, quien parecía al borde de un ataque de nervios. Él la miró con los ojos desorbitados. —El señor de la habitación 13A está muerto. La castaña se pasmó, atónita. Hizo memoria, intentando recordar al huésped en mención, no sin algo de dificultad. Luego lo recordó, era joven, parecía un buen muchacho. Se había quedado con ellos por al menos una semana, aunque no le habían visto mucho pues había pasado encerrado en su cabaña. —¿Quien más sabe de esto? —Inquirió esta, presa de un naciente nerviosismo. —Sólo usted y Xenix, señora. Seraphine suspiró, repasando las opciones que tenía en la cabeza. Lo sensato sería llevar esto de la forma más discreta, pero no podían dejar de lado el hecho de que un muerto tenía que ser reportado a la entidad competente. La licántropa tomó asiento de forma apresurada, y redactó una nota dirigida a JunnyCo, la única en quien confiaba para que se hiciera cargo del caso, sin que perjudicara a la reputación del negocio. En esta nota, Kassandra le pedía que viniese tan rápido como le fuese posible, sin realmente exponerle el problema. Ya tendría tiempo de sobra para explicarle. @JunnyCo
  20. Kassandra arribó al negocio con la preocupación reflejada en el rostro. Había recibido un mensaje de su elfina indicándole que el negocio estaba en problemas, pero no supo especificarle problemas de qué tipo. Si es que había tenido que avisar, significaba que el asunto no estaba solucionado y que estaba más allá del control de la criatura, eso era lo que le preocupaba más. Envió un mensaje de auxilio tanto a @@Little G. como a @@Hilary J. Gryffindor., pero no esperó una contestación para apresurarse e ir personalmente al local. Por fuera la cosa parecía bastante normal, aunque contrario a lo usual, las puertas estaban cerradas para el público. Weasley rodeó el edificio con rapidez, abriéndose camino a través de la entrada secreta para empleados. Una vez dentro, recibió con horror una primera visión de lo que significaba el "problema". La zona del atelier estaba oscura a pesar de que las lámparas estaban encendidas. Una mezcla extraña de telarañas, ramas y lo que parecían hojas del jardín componían una gruesa estructura que eclipsaba la luz proveniente de las elegantes lámparas colgantes. —Pero qué demonios... —Kassandra se colocó mejor el bolso en el antebrazo, haciéndose de la varita mágica por si acaso. Windy apareció en el sitio con un crack tan sonoro que causó que las estructuras se agitaran, haciendo que lo que fuese que estaba adentro emitiese un molesto zumbido. —Nidos, mi señora. —Informó la elfina haciendo eco de los pensamientos de la castaña. ¿Cómo había sido posible que hubiesen sido infestados de esa manera? —¿Qué son? —La pregunta era obvia, aunque deseaba escucharlo decir, por si acaso. —Doxys, señora. Están en todos los rincones del atelier y hemos trabajado para evitar que se escapen a la zona comercial. —La criatura parecía nerviosa, se frotaba las manos con frecuencia como si tuviera un tic. —De acuerdo, esto se nos sale un poco de las manos. —Kassandra admitió que el problema estaba más allá de su control, sabía que lo sensato sería pedir ayuda, o al menos esperar que sus socias llegasen al local y las tres pudieran ponerle cabeza al asunto. —Intenta no hacer movimientos bruscos Windy, no queremos provocar que nos ataquen.
  21. Hola! vengo a pedir una actualización en mi bóveda por favor. Muchas gracias de antemano!
  22. La brisa corría ligera a través de los árboles del bosque prohibido, creando un murmullo colectivo de hojas y ramitas al ser agitadas. Nadie tenía idea de que en ese preciso momento, cientos de invitaciones estaban siendo repartidas con tanta discreción, que los afortunados elegidos harían cuenta de la existencia de las mismas al llegar a sus habitaciones, cansados luego de un largo día de clases. Éstas estarían delicadamente posadas sobre la almohada de la cama adoselada, reposando enigmáticas en su sobre negro, esperando a ser leídas, inquietando a sus destinatarios para que aceptaran el reto que se proponía entre sus líneas. Al día siguiente, el murmullo de estudiantes anunció que ya varios de ellos sabían, que el rumor se había esparcido como la espuma, pero que nadie se animaba a denunciarlo con algún maestro por miedo a las represalias. ¿Quién era el autor? ¿En serio alguien pensaba realizar una fiesta en la mismísima casa de los gritos? ¿Pero acaso eso no quedaba en Hogsmeade? ¿Y qué tan seguro era atravesar un pasadizo secreto? Evidentemente, los elegidos habían sido cuidadosamente identificados por varias cualidades, como valentía, sed de adrenalina, imprudencia sin más… el objetivo era claro: reunir a cuantas almas vivas fuese posible y juntarlas a todas en el espacio más embrujado a la redonda, para juntos festejar la unión entre los dos mundos: el terrenal y el espiritual. Los días pasaron hasta que finalmente, la noche de brujas llegó. Se sabía ya de por sí que era una tradición que en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería se llevara a cabo un soberbio banquete que pocos estudiantes estarían dispuestos a perderse, pero… las expectativas por la fiesta ilegal eran tan altas, que varios estudiantes se escabulleron lo más discretamente posible del gran comedor y se dirigieron hacia los jardines, justo hacia la entrada del peligrosísimo Sauce Boxeador y lo atravesaron uno por uno, no sin antes pasar por algunos sustos. Se sabía que el pasadizo era largo y que atravesarlo tomaba varios minutos. Ese día el orificio estaba más espeluznante que de costumbre (para quien usara como usual atravesarlo más de una vez al mes). Estaba oscuro, húmedo y había ecos a lo lejos que alertaban de la presencia de algo, o alguien… En más de una ocasión, espectros de fantasmas atravesaban por el mismo riendo con malignidad y otros solamente esperaban la ocasión de saltar sobre los estudiantes y darles un susto de muerte. Con toda esa presión, era entendible que varios se acobardaran y regresaran hacia la comodidad y seguridad del colegio, pero ¿dónde estaba la diversión si se largaban? Los pocos que continuaron su camino a pesar de todo, llegaron finalmente a la casa, que estaba en tinieblas. Llena de polvo, con más de una telaraña de tamaño colosal, la casa emanaba una atmósfera lúgubre y mortífera. La poca luz que era visible provenía de una baba color verde fosforescente que estaba ubicada en varios puntos de la casa por donde se mirase: en los alfeizares de las ventanas que habían sido selladas con tablas, los marcos de las puertas, en huellas que tintaban el suelo… y así por toda la casa. Otra cosa que alertaba los sentidos ni bien se entraba: el olor. Olor a comida putrefacta y carne en descomposición, daba a los pobres muchachos una bofetada de disgusto que en muchos casos terminaba con arcadas. Sin embargo el malestar era pasajero, pues luego de unos momentos, el olfato se adormecía y resultaba dificultoso distinguir cualquier olor. Por último, la casa entera estaba dominada por un ruido lastimero compuesto por aullidos, arañazos, golpes sordos y sonidos destemplados. Si se indagaba un poco más, se podía llegar al salón, al origen de todo aquel alboroto, donde se podía apreciar un espectáculo que pocos ojos humanos habían tenido ocasión de mirar: una orquesta de música fantasmal, compuesta por un quinteto de fantasmas de mirada triste (aquellos que tenían cabeza) que tocaban los instrumentos con despecho y desgano, como si fuera lo más aburrido que podían hacer. En el centro, parejas de fantasmas danzaban al son de la espeluznante melodía, sin ritmo ni compás. Todos ellos estaban literalmente sumidos en la más grande miseria, lo que se podía afirmar por la expresión de sus rostros, compungidos, aburridos, tristes… Sus atuendos correspondían a todo tipo de épocas: señores con traje y sombrero de copa, mujeres con túnicas, vestidos victorianos, monjes, monjas, uniformados como pilotos, mujeres con amplios vestidos y con pantalones. Incluso había una tímida pareja que observaba el cuadro que estaba vestida con jeans, zapatos deportivos, chaquetas con hombreras, denotando que venían ¿de los 80’s? Cada fantasma tenía heridas que evidenciaban las casusas de su muerte: degollamiento, apulañamiento, ahogamiento… Y en el centro, con mirada perdida un fantasma en particular llamaba la atención: vestía el uniforme del colegio, aunque la túnica estaba hecha girones y apenas se podía ver el emblema de su casa, que era identificable nada más por los colores, amarillo y negro. Era un fantasma especial, porque era el único que provenía de aquella casa, ya que había muerto ahí una noche como esa hace quince años. Cuando vio entrar a los asustados estudiantes, su rostro cambió a una amplia y encantadora sonrisa. La música paró, los danzantes cesaron. —Amigos, nuestros invitados de honor han llegado. —El fantasma del estudiante habló, señalando a los vivos, presentándolos a los muertos. —Pasen, pasen por favor. Pónganse cómodos.
  23. Tan pronto como Weasley llegó a la clase, fue testigo del arribo de uno de sus compañeros a quien no había tenido oportunidad de conocer anteriormente. Esperó otro poco, pero nadie más llegó, lo que el profesor aprovechó para comenzar puntual la clase. Kassandra se sentía emocionada y ansiosa ante la perspectiva de empezar a utilizar la varita. De todos los campos laborales en los que había incursionado, jamás había tenido ocasión de profundizar su destreza con los hechizos como lo había tenido en pociones o idiomas. Por esa misma razón, la idea se le hacía tan emocionante. La mención de la piña fue lo que le hizo localizarla con la mirada, ahí a sus pies. Sin embargo antes de hacerla bailar, tenían que contestar una pregunta solicitada por el docente. La castaña meditó unos segundos antes de aventurarse a contestar. —Un encantamiento es un conjuro que ayuda a transgredir el comportamiento natural de las cosas o la voluntad de las personas. Simple y conciso, no veía razón para agregar detalles. Aguardó a la intervención de su compañero y a la señal para comenzar a jugar con la varita.
  24. La perspectiva de aprender algo nuevo emocionaba a la mujer, que desde sus días en la academia no había pisado un plantel educativo. De entre todas las opciones que tenía a su disposición, se inclinó por encantamientos ya que era un saber que siempre había estado en su lista de pendientes. No conocía a la instructora y tampoco tenía noción alguna de quienes serían sus compañeros de clase. Lo que sí sabía era que se esforzaría al máximo para no desperdiciar aquella ocasión, además que le provocaba una gran curiosidad saber en qué consistiría el sílabo. Siguió las instrucciones para llegar al lugar de encuentro al pie de la letra, sorprendiéndose por las especificaciones consistentes en coordenadas e instrucciones de vuelo. Vislumbró a lo lejos el risco en donde se llevaría a cabo la clase, una peña espeluznantemente alta, que auguraba la muerte para quien cayera de aquella altura. Una simple estructura se alzaba en el centro de la misma, con la palabra "Encantamientos" pintada en toda la superficie, lo que le hacía visible desde las alturas. Kassandra desmontó con gracia de su escoba, sintiendo el suelo sólido debajo de sus pies. El calor era espantoso, podía decirlo por la humedad pegajosa que había venido sintiendo desde que empezó a acercarse a la zona. Afortunadamente su naturaleza lupina le permitía regular su temperatura corporal, adecuándola a lo más parecido a comodidad. Weasley atravesó la puerta no sin antes darle un vistazo al entorno, preguntándose si aquello iba a influir en su aprendizaje. Encontró a la maestra en medio del aula de clase. Había sido la primera en llegar. —Buenos días. —Saludó la castaña con cortesía.—Kassandra Weasley. —Se introdujo con una media sonrisa.
  25. Nick: Kassandra Weasley ID:113123 Conocimiento: Encantamientos Nivel de Magia: X Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=93318 Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=93303

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