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Aaron Black Yaxley

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Todo lo publicado por Aaron Black Yaxley

  1. La fiel copia de Caleum atravesó pasillos y salones hasta salir de la mansión por un lugar del que nadie lo vio. Una negra túnica apegada al tronco, pero con pliegues que sueltos bajo el grueso cinto armonizaban su determinante andar, le distinguían de las grises ruinas de la mansión del sangre sucia más temido de todos los tiempos, el famoso Tom Riddle. La varita que portaba tampoco era un problema, pues era aquella de la propia víctima del líder mortífago la que lo defendería o lo volvería osado de darse la ocasión. Como siempre, el cielo nublado auguraba una que otra llovizna propio de los parajes del UK junto con brisas y una que otra ráfaga que blandía las copas de los árboles aledaños. El césped a media pierna, por manchones e intervalos de tierra mojada y una que otra lápida escondida al paso, decoraban el lúgubre entorno. Detenido y con un pie sobre un escombro cuan conquistador, Caelum esperó a que apareciese lo que se presentía en el ambiente. *** ¿Amigos? aquella palabra quedó bailando en mi mente. Ni siquiera el mago tenebroso más impuro de todos los tiempos había tenido un amigo y yo, muy por el contrario, tenía un vínculo más fuerte con los miembros de la casta tenebrosa... les había prometido, ¡libertad!, ¡hermandad!, ¡pureza! y vaya que lo habíamos logrado; aunque sin perjuicio de ello, no me temblaría la mano en matarlos a sabiendas de alguna traición. He ahí la hegemonía del gran Gellert Grindelwald y los principios que tras profesarlos, me habían llevado a la cabeza de la celosa serpiente que enroscaba la calavera. -¡Un cumpleaños!- exclamé con cierta ironía luego de darle una nueva vuelta a la muñeca- gracias, no olvidaré este gesto de, ¿humanidad?...- proseguí sin perder lineamiento alguno-... en fin, un cumpleaños dijo. Déjeme aclarar una cosa señor ministro, que si bien ha sido invitado por una de mis lugartenientes y atacado por otro de ellos, mero ying y yang como dicen los est****os muggles, es usted quien debe darnos una garantía a nosotros...- mi voz era pausada y en una armonía plena que tomé luego de enlazar mis manos por mi espalda y darle una vuelta a Ilidian como quien estudia un objeto- dice usted que antes respetaba los ideales de este grupo. Yo me pregunto, ¿qué esperaba? ...-esbocé una ligera sonrisa que no se apreció pero bien podría admirarse, para quien me conociese, en la mirada gris e insidiosa que me caracterizaba- ...¿una bolsa de grajeas quizás?, ¿alguna broma de los pelirojos esos?...- observé al resto, Mónica incluida- ¿Qué no lo oyeron? ¡bajen sus varitas!... y ustedes también- ofrecí a los miembros de mi bando con ambas manos indicando la baja de tensión- ¿saben? hoy podríamos comportarnos civilizadamente, que nadie perderá el alto prestigio que puedan ostentar, ¿no es así?- pregunté a algunos camaradas; apostaba porque lo comprendían a cabalidad. Finalmente volví a Idilian, quien a su vez parecía ser el único capaz de sacar la voz. Los demás oían y cotilleaban entre murmullos que mataban el silencio que de vez en cuando recaía por al estancia. Fue el instante en que Serpens se acercó hasta nosotros y se disculpó conmigo por su crítico temperamento. Elevé la mano hasta su hombro y como un padre que no sabe realizar un acto de cariño, le atraje bruscamente al rodear su cuello y posé la metálica frente en su cabello. -Ve Serpens, caza al intruso en los jardines... es tuyo- le susurré. Observé luego al ministro Italiano- no tengo criaturas como para ponerle una correa señor Black Lestrange. Los fieles miembros de mi bando han comprendido la libertad en el uso y conocimiento de la magia como también la manera de no perder la pureza que nos destaca...- le miraba a él y hablaba también para el resto, conectando con una que otra mirada que aún parecía estar perdido en el tiempo- ... España, Francia, Alemania...-fui contando con los dedos de mis manos. Apunté con mis índices a los pies- nuestra tierra. Japón, China...- y así fui nombrando otros paises, reinos, estados- nos deben fidelidad, ¡no a mí!, al movimiento, ¡a los principios de la marca tenebrosa!... Quizás usted, quizás esté aquí por intermedio de Shiva para darnos a nosotros la misma fidelidad, que de equivocarse no le haríamos nada ahora, no no...- negué poniendo una mano en su hombro en son de férrea empatía- ... cuando oyen la palabra mortífagos seguro imaginan tripas volando por los cielos. Somos más letales, ¡venenosos! ...como serpientes. ¡De hecho! ustedes son libres de salir o quedarse aquí, a discutir lo que queremos para el mundo mágico y presentarles novedades que de seguro podrían serles a ustedes de utilidad, que yo ya conozco sus rostros. No tema al ataque señor ministro, tema a la gente desencadenada que ronda el mundo...Usted es un mago que creo, sabrá utilizar la varita. Ya me entiende. Dicho tal, liberé la presión del Necrohand sobre Shiva para que pudiese orientar la reunión que llevábamos en la Riddle. Unas cuantas confusiones y un par de hechizos mal dirigidos habían caldeado un poco el ambiente, no obstante, tampoco dejaría que tratasen a mi gente como animales o un grupo de mercenarios... ¡éramos clase! ¡magos y brujas valientes de defender los linajes y los conocimientos para quienes realmente lo merecían!... ¡augurábamos el derecho de poder sobre el mundo que nos vio nacer! -Vuelvo a preguntar ¿qué tienen ustedes para ofrecernos a nosotros?...- me acerqué hasta un estante esperando una respuesta sólida y descorché una botella de vino mientras elevaba algunas copas hacia los oyentes. Mi naturalidad era ser indiferente- ¿beben?... Concluida la pregunta, indiqué a algunas de las mortifagas y mortifagos presentes, una seña que se sabrían por libro. El índice en mi sien. "No matar. Desmemorizar" ellos sabrían con quienes sí y con quienes no. OFF: ¡Pipol! he intentado mantener un juego de rol para esperar a que Shelle pase. Démosle tiempo que de seguro estará con quehaceres muggles, ¿sí?. Por mi parte aprovecho de comentarles que no podré rolear el finde, así que de responder lo haría con suerte Domingo en la noche (esta hora) o bien, Lunes y semana jeje. ¡Juguemos! son libres de presentar giros de rol que vayan con el contexto y la armonía del juego. De eso trata esto. Nadie sabe quiénes son tras las máscaras como otros no sabemos si algunos son fenixianos. La idea es crear un juego en conjunto. Un abrazo a cada uno y si me necesitan, mi lechucería siempre está disponible. ¡Tengan un buen fin de semana! ^^
  2. Justo en aquél momento en que decidí a presentarme ante los presentes, a calmarme y tal vez evitar una matanza que no nos llevaría a ninguna parte, la llegada de unos cuantos camaradas, las botellas de alcohol y mi hijo con el ginebra en su sangre, explotaron como era costumbre...¡mala costumbre!. Sin duda alguna teníamos el mismo temperamento, pero aquellas arrancadas de criterio eran la copia exacta de su madre y sus negocios truchos, ¡gitanos!... Lo único que querían ver era sangre derramada por el suelo y oro puro en sus muñecas y cuellos. Así y todo, alguna vez pude haber querido a su madre, no por nada casi formábamos la familia feliz de Ottery... ¿o habrá sido magia gitana?... Justo en aquél momento en que Serpens elevaba su varita, la cúpula mágica que había invocado ralentizaba un poco el espacio tiempo, momento preciso para alcanzar la mano de quién tenía en frente y estrecharla en un apretón propio de los varones. El murmullo de un immolo ad protegendum fue tan claro como la daga de un puñal básico y sin mayor detalle que se materializaba entre la mano de Ilidian y la mía. Como era propio del ataque que vociferaba Triviani y el conjuro que yo mismo acababa de concluir, mi muñeca se quebró en un sonoro crujido que terminó por volver el tiempo a su rutinaria realidad. -¡Miii...erda! .... ¡woww! JÁ....Ahhggg ¡cómo duele esto!- exclamaba entre sacudidas que parecían acrecentar el dolor y algunas risas propias de un carácter desquiciado como el mío. Idear un curación mientras elevaba una mano muerta a la vista de todos no fue gran problema, es más, ya comenzaba a mover los dedos poco a poco en contraste con la tenue luz de la lámpara de araña en el techo. Llevé la muñeca hasta mi oído y sentí un pequeño sonido que me daba la sensación de que faltaba algo más de sanación, entonces y estando cerca de Ilidian, hice lo mismo cerca de su oído para que lo oyese. - ¿Quedó mal, no crees?...- consulté con el mago- ¿me harías un episkey?... Quizás la interacción para el resto sería algo extraña, pero pocos comprenderían que si Shelle los había llevado hasta allá debía de ser por algo. Era mi lugarteniente ¿porqué no confiar en ella después de haber asesinado a su padre?... observé a Serpens y luego a Black Lestrange. -No lo culpo, ni tampoco deberías hacerlo tú. Son fieles y nuestro lema lo dicta- le aclaré. Miré al resto de desconocidos y les hablé aún ahí, de pie junto con un erguido Ilidian- ¡Si quisiera matarlos ya lo habría hecho!...-apunté a Shiva con mi varita- ...ella ya lo hubiera hecho o cualquiera de nosotros en realidad. Si están aquí es porque nos serán útiles ¿ no es verdad?... ¿Quién no podría reconocer al ministro de Italia?...- me apegué hacia un costado para hablarle bajo secreto a voces- lo eres, ¿no?... de otra manera, qué tendrías para garantizar tu vida aquí. Seguro crucé miradas con Persefone y alguna otra bruja que me reconocía. De haberme visto el rostro, seguro se responderían con un: ¿Qué? ¡estoy intentando encontrar mi lado amable!.
  3. -He sido invitado...- repetí tras las palabras de quien se presentaba como uno del linaje traidor a los principios volderistas. Poco quedaba ya en el mundo mágico sobre ellos, quienes al parecer habían comenzado a decaer de las fuerzas tenebrosas luego de la desaparición de Joker. Quise punzar un poco más la varita sobre el hombro del muchacho cuando otro pareció acompañarlo en su valentía. Cabello negro y lacio que enmarcaban un serio semblante; también decía haber sido invitado. Empuñé aún más firme el mango de la varita mientras denostaba una mueca de rechazo tras la rústica máscara de plata. Fue entonces cuando la última bruja que había llegado se presentó con un acento oriental... mi temperamento era frágil. -¡Silencius!...- rasgué hacia la posición de Minji (Ashley. "Tengo el mismo interés que ust..." no había oído más. Me di otra vuelta más sobre el eje, inclinado hacia adelante como el sabueso que buscaba a su presa... ¡desconocidos! ¡en la mansión de los Riddle! Las palabras de Mónica persuadieron la poca elocuencia a la que estaba acostumbrado. Al punto de que mientras pensaba qué hacer, ante la situación, en esos pocos segundos, su mano alcanzó el antebrazo que extendía mi elegante varita. Craso error, solo desató un poco de la ira e insuficiencia que tenía en ese momento; quité bruscamente el brazo y enarbolando como un lazo sobre mi cabeza apunté hacia el guardia que aún se encontraba en aquella estancia, para que en el mismo momento mi mano se empuñase deteniendo a Shelle en su lugar, mera teatralidad del necrohand que le acompañaba. -¡Avada Kedavra!- el haz de luz verde iluminó los rostros y contorneó los perfiles de quienes allí estábamos, inclusive destellando ante la bruja que recientemente se mostraba en el umbral de entrada, Perséfone, mi prima. El guardia caía muerto ante los pies de la enmascarada Maida Yaxley. Nadie se había percatado, que en aquél momento en que la maldición asesina salía desde mi varita, una cúpula mágica nos había envuelto para ralentizar o acelerar el tiempo a mi antojo. Necios los que se atrevieran a levantarse en mi contra. Observé a un par y llevé ambas manos a los pliegues de mi túnica para enlisarlos de un seco tirón. ¡De pronto! sentí un piquete suave a la altura de la rodilla y otro en repetición. Uno de los elfos de la mansión aparecía con la intención de querer susurrarme algo al oído; un látigo de mi varita le envolvió por el cuello para elevarlo a la altura de mi tormentosa mirada mientras que con sus huesudas manos intentaba aferrarse al cuero que le asfixiaba mientras pataleaba. -¡Habla ya!- le ordené sin una pizca de paciencia. -AAghhaygg...gghhhgente....aghhhfu...eragggg...- le solté. Era evidente lo que me decía. Se alivió, tomó una bocanada y suspiró-... en los jardines... -¡Es obvio que hay gente desconocida vagabundeando por aquí!... ¡míralos a ellos, elfo tarado!- la voz que expresaba la identidad mortífaga que me caracterizaba seguía siendo de ásperos y graves acentos susurrantes. Apunté a la túnica del asesinado y la atraje con un accio murmurado; el resto fue lengua ancestral, de aquellos libros de madame Boswell- tú... Y soplé un vaho que pareció ser infinito. Por las rendijas de la máscara se expidió una nebulosa azabache que pareció rellenar y dar forma a la túnica que tenía entre mis manos, la misma fue adaptándose hasta que finalmente una copia exacta de mí se paró a mi costado. Era magia oscura, muy oscura y de antiquísimo conocimiento sobre horrocruxes. -Ve...- le ordené. Y como si fuese el mismísimo Caelum, se aventuró a los pasillos de la Riddle para ir hacia los jardines. Observé al resto luego de eso- guarda esa varita y tú también... ¡SHIVA!...- exclamé- ¿A qué ha venido esta tropa de desconocidos?... - me volví hacia otro distinto del que se había presentado primero y sin siquiera amenazarle con la varita acerqué mi rostro velozmente hacia él- ¡¿ERES UN ESPÍA?! ¡¿LO ERES?!...¡¿Quién sería tan necio de entrar a un nido de víboras con las ganas de salir vivo?!... ¡no me hagan perder el tiempo!... Calma Aaron, calma... aquella voz, a veces, parecía volverme loco. ¡Me sacaba de quicio oírla en momentos como este!...llevé ambas manos a mi cabeza como quién se lava un largo cabello y suspirando profundamente volví a intentarlo. -¿Qué tienen para ofrecer acá si es que tuviesen la oportunidad de salir...vivos?...- les pregunté. me posicioné en medio y extendí la mano hacia el último muchacho a quien había levantado la voz- Caelum...
  4. Planilla de compra: ID: 115687 Nick: Aaron Black Yaxley Link a la Bóveda Trastero: Aquí Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Aquí Link a Tópic de la clase o a la prueba: Aquí Nivel Mágico: 20 Fecha: 2021-08-18 Nombre del producto: Libro del Caos Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): 20 Precio: 20.000g Precio total: 20.000g
  5. Aquí me tienes... Shiva arribaba la mansión de los Riddle. Una vez que cruzó el umbral hacia el salón donde me encontraría, el taconeo de sus pasos se sintió algo tímido al querer acercarse un poco más hacia mi posición. Dándole la espalda a la entrada, aún me erguía frente a la opacidad del único ventanal allí, observando la llegada de uno que otro individuo, brujas y magos, que acudían al llamado. ¿Alguien alguna vez se preguntó qué hacían ahí?, ¿Por qué se dejaban llevar por el ardor en sus marcas?, ¿miedo?...¿poder?, ¡ambición quizás!... -¿Alguna vez te preguntaste porqué asesiné a tu padre?...- mi voz suave pero tan fría como indiferente golpearía cada eco de la estancia. Aún me encontraba de espalda a ella, después de todo, era mi lugarteniente. Ladeé un poco el rostro, enseñando el metálico y rústico perfil de la máscara que me caracterizaba intentando encontrar alguna respuesta. Volví a observar la llegada de Nemétona, otro futuro condenado al arte oscuro de la magia y me volteé de lleno ante la hija del fallecido auror-... Shiva, de seguro lo comprenderías si estuvieses en mi posición...- me acerqué con dar tan solo un par de pasos y tomando sus hombros, me incliné hasta su oído- pero no te olvides de algo. Ese odio que esconde tu alma...me pertenece- concluí entre dientes. El vínculo que había logrado con su entrada en escena, me había dado la oportunidad de sentirla a ella en mi presencia, ¡una conexión de almas!... ese era el poder de un senescal, conocimiento que podría adquirir cualquiera que se aventurase al puerto tenebroso de la fortaleza y a las turbulentas aguas que alguna vez dominó madame Boswell. ¿Lo comprendería ahora?... Junto con Nemétona, llegó un mago a quien jamás había visto. La ministra de magia inglesa sonrió bajo su oscura apariencia y después de la tregua que habíamos logrado en la taberna hace varios días atrás, asentí para que pasase junto con aquel tipo. Tras ellos, Galia, ministra de magia por Francia y de alguna extraña manera, mi nieta, nos acompañó también. -¿Son todos?- cuestioné a Gryffindor, a quien le conjuraba una de mis necrohands para que tomara asiento como si los dedos fantasmales fuesen un sitial. Pero no alcancé a oír una respuesta cuando Arya se dejó ver entre los pocos presentes. Alguien, al igual que con Nemétona, le acompañaba alguien y otro mago más tras de él. Me deshice en una inestable voluta de humo negro para envolver a Macnair y materializarme a su costado, sin antes haberle plantado la máscara en el rostro. Conjuré la otra mano del necrohand y tal cual hice con Shiva, le invité a tomar asiento. Aparecí unas cuantas sillas con un seco latigazo de la varita quedando en medio de los que habían acudido. El ambiente podría cortarse con un suspiro. Manos atrás, mentón en alto y una gélida mirada gris que distinguía en las cuencas de la máscara que portaba, analicé el rostro de los recién llegados. Varita en mano, les fui apuntando uno por uno, entrecerrando los ojos en quienes me causaban cierta desconfianza, hasta que por fin me detuve en alguien. Levanté su rostro con mi arma mágica bajo su mentón para luego ladearlo hacia un lado y después al otro con la punta en cada mejilla. -¿Quién eres y qué haces aquí?... Pero como si fuese salvado por la campana, para que al menos pensase en una respuesta útil que evitara la prematura muerte a manos de la Marca Tenebrosa, uno de los guardias impidió la entrada de alguien que al parecer llegaba tarde. Me erguí lentamente y tras cruzar mirada con el mortífago custodio del salón, le hice una seña para que se hiciera a un lado. -Mónica Malfoy... Haughton- sí, el apellido que mi hermana habría llevado alguna vez, también lo poseía aquella bruja. No le veía desde hace mucho tiempo, años en los que nos encontramos en un callejón del Londres mágico. Sin embargo, ella no podría reconocerme, después de todo, llevaba la máscara- pasa, pasa... hay muchos, brujas y magos, que de seguro estarán complacidos de saludar... a una vieja amiga. Entonces me volví hacia uno de los nuevos, a quien le hundí la varita en el hombro esperando una respuesta. -¿Y bien?... OFF: Holas gente ^^ !! Bienvenidos a la mansión de los Riddle! creo que Dana ya les ha dado una guía y ha tenido la dicha de invitarlos a rolear un poco aquí dentro. No se sientan incómodos si es que algunos figuran hoy con el estandarte del bando contrario... siempre podemos desplumar a destajos (?) jajaja pero no, hoy no se come pollo. Estamos aquí para orientarlos un poco de cómo va el mundo mágico y sus alrededores, como así también, para jugar y sacar a relucir un poquito los perfiles y personalidades que cada uno de nosotros elabora día a día en nuestro querido HL. Que de eso se trata, de contextuar el ON rol para que siempre tengan un hilo del qué jugar. Demoré unos días en responder, porque pensaba que iban a pasar otros y otras, pero dont worry be happy... rolearemos con el que vaya pasando también. Que esto tampoco tiene una estructura ni galeones de por medio, sino más bien, una pequeña muestra de cómo va el juego hoy en día, así que lo que quieran preguntar ON rol, pues adelante... sáquenle jugo a sus personajes. Y si tienen dudas en el OFF, está el MP o un espacio cortito como este. Si se han dado cuenta y han leído, les comenté más o menos de qué va el asunto. En el mundo mágico, tiempo atrás, cayó el estatuto del secreto y eso generó una cadena de consecuencias que hoy nos tienen en una guerra contra el muggle. La comunidad mágica internacional (CMI) es una zona de amplio juego ON rol donde ya no basta con escribir en el pequeño Londres, sino que ahora podemos contextualizar estados, naciones, ¡hasta continentes! ...que no hemos llegado a eso último, pero quién sabe... como siempre he dicho "al rol lo que es del rol". Me es grato leer gente nueva, así que eso... los leo ❤️ ¿jugamos? La pregunta que hace Aaron es abierta, así que el que tome la iniciativa, adelante. << para los nuevos, obvio. @ Aaron Black Yaxley @ Matthew B. Triviani @ Arya Macnair@ Juv Macnair Hasani @ Mael Blackfyre @ Sagitas Potter Blue @ Maida Black Yaxley @ Xell Vladimir Potter Black @ DonTau @ Illidan Black Lestrange @ Luk Vaak @ Luke Abbott @ Lord Cubias @ Thanatos L. Lestrange @ taison logan greyback @ Ada Camille Dumbledore @ Malum Luxure @ Ashley Emily Black Lestrange M. @ Monica Malfoy Haughton
  6. Ideando un episkey para curarme por completo, protegido por el gas del detritus que Goldor había conjurado y viendo como éste caía a mi lado, chisté molesto pensando en qué hacer en ese momento. Miré hacia todos lados en una fracción de segundo y me hinqué junto al cuerpo que ya estaba mis pies- el de Maida- y plasmando ambas manos en el pecho de mis mortífagos, idee un haz de la noche que se abrió bajo mis pies. Lo demás era cuento propio. El pozo mágico nos tragó hacia tierras desconocidas, quizás algún puerto cargado de magia oscura o una biblioteca de hechizos prohibidos. El bosque de Lucan también podría ser una opción. Había sido una buena batalla después de todo; la recordaría con orgullo (?). Hice un símbolo de paz cuando nos caímos para desaparecer de los terrenos de aquellos valerosos leones que ahora rugían los morsmordre por todo Londres. Ideando un episkey para curarme por completo, protegido por el gas del detritus que Goldor había conjurado y viendo como éste caía a mi lado, chisté molesto pensando en qué hacer en ese momento. Miré hacia todos lados en una fracción de segundo y me hinqué junto al cuerpo que ya estaba mis pies- el de Maida- y plasmando ambas manos en el pecho de mis mortífagos, idee un haz de la noche que se abrió bajo mis pies antes de cualquier otro ataque. Lo demás era cuento propio. El pozo mágico nos tragó hacia tierras desconocidas, quizás algún puerto cargado de magia oscura o una biblioteca de hechizos prohibidos. El bosque de Lucan también podría ser una opción. Había sido una buena batalla después de todo; la recordaría con orgullo (?). Hice un símbolo de paz cuando nos caímos para desaparecer de los terrenos de aquellos valerosos leones que ahora rugían los morsmordre por todo Londres.
  7. Con la orden de ofuscarse cuando fuese necesario, ya sea por un ataque o porque querría mirar la cara de los famosos, me concentré genuinamente en un par de necrohands una vez que pegué mi espalda a la de Goldor (Mael). Al no ser tipos corpulentos, las manos fantasmales nos protegerían desde todos los flancos posibles, de arriba hacia abajo y del lado al otro lado ¡que dicha!... enarbolé la varita y queriendo pensar en un ataque para incinerarlos a todos observé a una de las brujas al tiempo que le hablaba a mi camarada... -¡Libertad! Libertad Goldor... que no se olvide jamá...cof cof...JAMAS...- tosí nuevamente producto del cineade. Si el muchacho comprendía, destaría su ira enc ontra de los negacionistas a los principios de la marca tenebrosa. Por mi parte, ideando un anapneo, pude respirar antes de seguir obstruyendo las vías respiratorias proudcto del maldito cineade.
  8. NO entendía nada, tenía que ser sincero(?) y quería darme el gusto de sentirme así, tal cual! . Y es que a veces perdía los estribos cuando se presentaban muchos emplumados. De lo que sí estaba seguro, es que de morir ¡eso jamás!, pues ya había creado dos horrocruxes y nadie más que un par de cercanos conocían de su existencia. Sin perjuicio de ello, me lo estaba pasando bien ¡en grande! como decían los magos y brujas más adolescentes. Y es que ver a unos cuantos fenixianos defendiendo a una familia que ya nos pertenecía, me hacía gracia. ¿Los defendían, no? Lo primero que pensé fue en un obsistens, para evitar cualquier ataque que pudiese provocar cualquier daño o cambio en mí. Segundo, un episkey que como siempre, nunca estaba de más, pues mejor ponerse el parche antes de la herida. De todos modos y bajo apreciación de los espectadores, estaría allí hasta esfumarme en una columna de humo sobre las cenizas de un mago que podría revivir una cuantas veces... era lo propio de la magia oscura.
  9. Ideando un detritus que murmuré antes de la llamarada, para proteger todos los flancos posibles de pies a cabeza, quedando en medio de un gas que nos cubrió a Elvis y a mí, observé a mi alrededor con suma determinación. Les haría pagar por la osadía de querer desarmarme; tensando la mandíbula hasta encontrar a mi próxima víctima, aligeré la varita. -¡Séneca!- la exclamación varita en frente hacia Ellie Moody fue con un circundante y elegante movimiento de varita. El efecto, propio del silencio que me gustaba, le haría perder la voz al punto de no poder elaborar palabra alguna; al menos que nosotros y ellos la oyesen.
  10. -¡Vaya!...- la imponente luz del strellatus me había cegado producto del ardor que efectuaba su conjuro. ¡mi**....! Es lo que realmente había exclamado- ¿Qué otros truc....COF COF- el cineade también había impactado sintiendo una cúmulo de aire seco en medio de la tráquea. Tosí un par de veces mientras me concentraba en un anapneo para luego observar con lujo de detalle a mi alrededor. Curación, fue lo siguiente en idear mentalmente para evitar el daño del strellatus y en parte, del cineade. Justo en aquél momento, con lujo de detalles, pude observar como un mago de primeras a revueltas me apuntaba con su varita convocando un expelliarmus que concentraba un rojo color en la punta de su arma mágica. -¿Qué quieres niño?- pregunté alzando los brazos al tiempo que me concentraba en un episkey. El detritus me protegía- ¡te mata...-
  11. -Detritus...- sujetando mi varita el murmullo fue oído y una fina capa de gas incoloro y sin olor, cubrió el cuerpo de la Yaxley junto con el mío al posicionarme a una distancia prudente de la suya. Mera protección antes de cualquier ataque en contrario- ¿Qué buscan?...- miré de soslayo a mi prima - ¿qué quieren estos emplumados?... La pregunta era vacía y sin ningún sentido... ¿quién querría ponerse a conversar dentro de una batalla?. Rasgando la varita en mi frente de batalla, idee en mi mente un arenas del hechicero para cegar a Rory, el muchacho que había visto la última vez allí, en el funeral de Elvis Gryffindor. El polvillo mágico interceptaría como una tormenta de arena concentrada en los pocos metros que nos separaban, ipso facto, el cosquilleo en sus párpados le haría imposible fijar un punto de ataque.
  12. La marca ardió de sobremanera en el antebrazo, como si la misma serpiente hubiese hincado los colmillos en la piel. El dolor era propio y genuinamente paradójico a la vida de un mago enraizado en la magia oscura. Desenvainé la varita y la crucé sobre el rostro para que una nebulosa oscura diera forma a la máscara cuyo seudónimo ya era conocido por el mundo mágico... Caelum. Consumido entre lenguas de fuego negro, desaparecí desde lo alto de la torre del castillo Black para reaparecer tras la verja de los Gryffindor, familia del auror caído y actualmente seguidora de los principios volderistas. Vi un montón de gente a lo lejos... - ¡La orden del fénix no aprende a respetar los lugares donde no son bienvenidos!... Mi voz no era más que un susurro silente y decoroso de la brisa perdida en la mente de los cercanos.
  13. El mundo había dado un vuelco desde la caída del velo mágico hacía ya mucho tiempo atrás. Luego de ello, la llegada del Inquisidor y sus ansias de obtener algo que jamás lo haría parte de nosotros como lo era la pureza de sangre. El suero anti magia, su ejército de brujas y magos creados a partir de la ciencia no mágica, lejos de la alquimia y las bases primitivas de nuestros ancestros, todo ello conjuntamente con la libertad que alguna vez le había prometido a la gente del bando, había desencadenado en un levantamiento muggle para querer borrarnos, como era propio de su naturaleza inferior, de sus vidas y la faz de la tierra... ¡Qué se creían ellos! ¡SERES INFERIORES!... ¡¿Qué esperaban que hiciéramos?! Los ataques a Kings Cross y el aeropuerto de Heathrow habían sido solo una pequeña respuesta de nuestro poder ante los primeros atentados de aquellos que no eran capaces de lograr que algo levitase con un simple movimiento de varita, ¡de los fastidiosos muggles!... ¡Pero ellos no eran los únicos que se oponían a la libertad mágica y su poderío! también estaban los molestos fenixianos, una facción completamente opuesta a nuestras costumbres; y es que hasta el día de hoy no lograba entender su lógica de querer mezclarse con aquellos que hoy en día nos querían muertos... ¡Nos dirigían directo a nuestra extinción! ¡Y yo...Aaron Black Yaxley! ¡El cincel! ...Caelum, no lo permitiría. La vieja mansión de los Riddle siempre había sido un centro de reunión de brujas y magos tenebrosos. Sus paredes guardaban los más viles y oscuros secretos. Sin embargo, jamás había sido de mi agrado por el simple hecho de que era una casona de linaje ajeno a lo que más me aferraba, la magia. Sin perjuicio de ello, había accedido a la presentación de nuevos integrantes a lo que hoy era conocido como el movimiento más grande en toda la historia de la magia ¡el bando mortífago!... lejos quedaban los años donde se les temía y se prohibía hablar de ellos, hoy en día íbamos más allá, ¡éramos una concepción política a nivel mundial! una facción oculta entre las redes interpersonales y mafias o partidos que apostaban todo por la distinción de sangre y el libre conocimiento de la magia como así también su uso... ¡Hoy teníamos países a nuestros pies! ciudades enteras donde la magia era lo que por naturaleza le correspondía....PODER. -¿Dónde está Shiva?...- pregunté a uno de los miembros de bando que custodiaba la entrada al salón. Eran dos, siempre eran dos. No supo responderme. Observé la estancia que se iluminaba lúgubremente por dos lámparas de araña colgadas al techo y me acerqué hacia una de las opacas ventanas que entregaban algo de la luz del ocaso. Manos atrás, espigado y con una seriedad única destacando mi semblante, me volví nuevamente hacia los dos guardias del salón. -¡Ve a buscarla hombre!...- dicté desenvainando mi varita para cruzarla sobre el rostro y extender una nebulosa sobre mis facciones que terminaría por conformar la máscara que me distinguía bajo el seudónimo de Caelum. Mi voz, producto de la misma, eran susurrantes ecos que parecían originarse dentro de la cabeza de quién me oyese-... si no están acá en lo que demora una petrificación de basilisco te mataré y a ella también...
  14. ATRIBUTOSVelocidad: 15Giro: 11Percepción: 10Evasión: 13Agarre: 11 HABILIDADES ESPECIALES- Agarre de Potter.- Perspicacia.
  15. PERFIL Nombre: Kalevi Rosier Black Nacionalidad: Búlgara Edad: 17 años Posición: Buscador Equipo: Tutshill Tornados ATRIBUTOS Velocidad: 15 Giro: 11 Percepción: 10 Evasión: 13 Agarre: 11 HABILIDADES ESPECIALES - Agarre de Potter - Perspicacia (1) EXPERIENCIA 0 puntos ESTADÍSTICAS Partidos: 4 Avistamientos: 0 Capturas: 2 Intentos de capturas: 3 Evasiones: 7 Daño recibido: 9 PREMIOS (premios individuales y colectivos serán mencionados en este apartado)
  16. Un momento como este era de esperarse, ¡un enfrentamiento de clanes! ... por magia. El poder era algo a lo que genuinamente me había entregado ¿quién no lo haría?, sobre todo por la contingencia que atravesaba el mundo mágico. Sin embargo, no había apostado por los líderes de clanes, aquellos nuevos maestros de conocimiento que habían llegado a la ciudadela de magos tenebrosos; sin ir más lejos, habían tomado posesión del puerto, el bosque y la biblioteca de la Torre Negra ¡nos tenían a su merced! ... y no me gustaba para nada. A pesar de ello, era cauto y observaba a menudo sus quehaceres, después de todo y gracias a uno de ellos, la capitana Asra Boswell, había conseguido dos horrocruxes, pergaminos y rituales que se habían perdido desde la guerra mágica de Tom Riddle y el niño que sobrevivió. - Sería más sencillo con Cassian muerto... -comenté a Sagitas- así como con muchos otros. Vámonos de aquí, todo esto será útil para el bando... - les dije tras dar media vuelta y murmurar una seca despedida a la maestra del puerto bajo una sutil muestra de indiferencia. Los pasos de mis botas resonaron por la sala de capitanía dentro del barco en que nos encontrábamos y justo al llegar a la puerta, sentí el reproche de madame Boswell. Una cortina de hielo se interponía bajo el umbral -Por cada pago, un día menos Aaron Black... Eso había dicho tras mirarle por el rabillo de la gris mirada que me caracterizaba, observando la punta de sus dedos apuntando hacia la salida con un degradé de hielo compacto que se evaporaba como disparo de cañón muggle. Eso era lo que había venido a aprender, el pago del alma por el uso de aquellas condenadas al sufrimiento eterno. ¿A qué se habrá referido con un día menos teniendo un par de horrocrux de por medio? ¿Sería el destino algo real ante los diversos caminos que la adivinación pudiese enseñar según y la suerte del individuo?... Que curiosa y filosófica era la naturaleza que nos daba la vida, aquella que nos había formado como seres distintos del muggle, aquellos idílicamente especiales.
  17. Cuarto turno especial de buscador Kalevi Ni tan mareado, el joven buscador de los Tutshil Tornados buscaba obtener la delantera en la persecución de la snitch. Por las gradas se coreaban las anotaciones que mantenían un peleado marcador y así también los gritos con los que alentaban a cada persecutor de la veloz pelotita dorada cuando se acercaban a las galerías en búsqueda de su objetivo; veloces cuán aves en picada, iban bajando los dos en una diagonal que les hizo rozar la punta de los botines con el césped. Pocos eran los metros que separaban a Kalevi de Helene, a quién solo lograba verle la tiesa paja de su escoba y un abultado por encima al ir a ras del palo de su comet. El viento en su rostro le mantenía fresco pero a su vez solo hacía que aumentase su sed al ir secándole cada vez más la boca; las manos aferradas a la madera recogieron las escoba hacia su pecho para elevarse en giros cuando tuvo que esquivar una bludger que por poco le vuelve a volar los nuevos dientes que estaban en desarrollo. ¡Justo en el momento que estuvo a punto de sobrepasar a su contendora!

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