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Helike R V PB

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Todo lo publicado por Helike R V PB

  1. Ni tiempo me había dado a reaccionar, que había sentido el impulso y tanto yo cómo mi primo nos zambullimos debajo del agua. Intenté zafarme de él, pero era más fuerte que yo. Pero después de unos minutos, sonreí al ver que a pesar de ser licántropo, necesitaba aire. Ambos nos impulsamos hasta salir al exterior. Pero algo que no había previsto, era que mi primo en ésta ocasión, había tomado las riendas y me besó. Un beso dulce, cálido. Pero tan pronto como había sucedido, acabó tan rápido que apenas pude articular palabra. Él se disculpaba, murmurando. Negué con la cabeza. Intenté hacerle una carantoña, pero ya había salido del agua. Una chica se acercaba por allí y entrecerré los ojos a causa de la rabia ¿pero quién era esa? Por lo que pude escuchar, al parecer era una chica que iba a buscar trabajo al parque <<¿No podría irse a otro sitio?>> Me pregunté en esos momentos, enfadada. Una pena no tener la varita en esos momentos, porque la retaría al duelo ahí mismo, o mejor, matarla. Pero sabía que eso causaría pánico entre las demás personas que frecuentaban el lugar. No. Mejor dejarlo estar y luego atacarla en el momento menos inoportuno para ella... Pero, antes incluso de salir, reaccioné <<¿qué me estaba pasando?>> Me volví a cuestionar. ¿Eran celos lo que estaba sintiendo? Eso parecía, hacía mucho tiempo que no sentía algo así por nadie. Siempre mostraba seguridad ante las adversidades, no me consideraba una cobarde, pero intentaba por todos los medios no involucrarme en cosas que no me concernían. Pero en éste caso, era todo diferente. Para evitar que me doliese la cabeza de tanto pensar, dirigí la vista a mi pequeño primo Ithilion. Ahí estaba, todo divertido ante la escena que había presenciado tan sólo hacía unos minutos. Para mostrar su alegría, empezó a salpicar el agua por todos lados. Con eso conseguí que lanzara una carcajada, para por lo menos así que el ambiente no se pusiese tenso... -¿Qué pasó eh pequeñín? -Le dije con dulzura al pequeño de la familia. -Os he visto -dijo divertido el niño. Asentí con la cabeza, y sentí cómo unos colores se me estaban formando en la cara. Sabía que no entendía lo que había sucedido, pero que era algo bueno. Y siguió chapoteando el agua, salpicándome toda por completo. En esos momentos, tomé las riendas de la situación y empecé a mojarlo a él también, pero despacio, para que el agua no le hiciese daño. Igualmente mi vista no paraba de ir hasta dónde estaba Matt y la chica, además del pequeñajo. -Oye, ¿no te apetece descansar y tomar un helado? -Pregunté al niño. -Ziiiiiiiiiiiiiiii -exclamó contento Ithilion y solté una sonora carcajada. -Venga vamos, te ayudo a salir del agua... Sin perder de vista a la "pareja", con fuerza me senté en el bordillo para luego ponerme de rodillas en el suelo. El pequeño nadó tan aprisa cómo le daban sus pequeñas piernas, y en cuánto estuvo a mi altura, con un poco de fuerza lo agarré por debajo de los hombros y con delicadeza lo puse a mi lado. Con unas toallas que tenía cerca empecé a secarlo para que no se resfriase. El sol aún daba fuerte, pero ya se sabía que los resfriados de verano, eran peor que un virus dragonil. Puse otra toalla en mis hombros, básicamente para que se secase el pelo, ya que no me hacía falta. -Espera aquí ¿vale? -Le hice una caricia suave y me dirigí a mi primo. -Disculpa -Le dije a la chica, apartando un poco a mi primo, y comprobando que a pesar de sus cicatrices, le hacían más atractivo, que la primera vez que lo había visto con el torso desnudo. Carraspeé un poco y le comenté: -Verás, voy a llevar a tu hermano a tomar un helado. Te espero por allá al fondo ¿vale? -y cómo si estuviese marcando "territorio" le di un beso suave en la mejilla, para hacerle recordar además, que no me había olvidado de lo que había pasado hacía tan sólo unos minutos. Me giré y con una sonrisa de oreja a oreja, le indiqué a Ithilion que empezase a caminar hasta la zona en dónde además de bebidas, esperaba que hubiese refrescos para el pequeño.
  2. Cuando habíamos llegado yo y mi tía Hayame, habíamos visto algo sorprendente, con lo cual no habíamos tiempo siquiera a actuar. Por fin había acabado todo y gracias a todo lo que conocíamos, había salido bien... Días más tarde, había decido ir a ver cómo estaba todo. Por si necesitaban alguna cosa más, o limpiar el lugar, pero seguramente Sagitas ya lo habría hecho, para que no hubiese ningún residuo de esa magia, y de todo lo que pasara. Me fijé en que aún no había abierto, así que, esperé en la puerta, a ver si alguien se pasaba a recibirme, sino, vendría mucho más tarde. Pero algo me indicaba que por el aroma de Matt que estaba dentro. Aguardé un poco nerviosa, mientras esperaba a que preparase todo para que abriera la tienda.
  3. http://i.imgur.com/4gxgTI0.gif Misión Ministerial: salida -Que no tratas las cosas con cuidado -dije susurrando para evitar que me diese una colleja. -También puedo desaparecerme -solté entrecerrrando los ojos. Aunque, tan sólo esperaba calmarme un momento y mientras subían los demás al autobús, esperé de última, cuando todos ya estaban en su interior me adentré en el. Suspiré esperando a que al menos dejase a Harpo conducir... Tal y cómo esperaba el doméstico hacía lo mejor que podía, a pesar de que ésta vez al parecer Sagitas le había dejado guiarlo por todo el lugar hasta llegar a la clínica Santos Mangos. Hubo momentos en que pensé que el transporte se inclinaba peligrosamente hacia la derecha... Sobre todo cuando daba mal las curvas.. Pedía a todos los seres espirituales que nos protegiesen hasta llegar a nuestro destino final, sin un hueso roto.
  4. Hola Emilia Malraux ¡¡Bienvenida a la Mansión Rambaldi!! Bueno, veo que has rellenado todos los datos, pero que te falta la ficha y también la bóveda. Con eso no vamos a negar tu entrada, nono, para nada. Sólo cuando la tengas, avisa con un pm a cualquiera de las matriarcas (el fundador no está en el foro; que es Deiwan) con los datos requeridos, para luego colocarlos en el árbol familiar, básicamente por si damos oros que tengas un sitio para recibirlos Ante todo, siéntete libre de rolear en la mansión. Actualmente estamos llevando una trama, en dónde estamos haciendo un funeral y posterior entierro de Ash (una de las matriarcas, para integrar un personaje secundario que tiene) pero igualmente, te recibiremos encantadas =D De nuevo, bienvenida Emilia!
  5. Hola Kytta!! Me alegro un montón de que te hayas decidido por fin, a ser parte de ésta honorable familia!! ahora te paso a poner en el árbol familiar. Siéntete con libertad de rolear en la mansión, alguien de nosotros te recibirá encantad@ en la mansión. O incluso yo jejeje que ando con Roxanne roleando en la mansión. Ahora le pido a un moder que te ponga ahí en el registro off, ya que yo no puedo D: pero te meto en el árbol familiar del tópic 1 de rol de la familia. Aquí en éste topic nos hablamos off rol para conocernos un poco más y hablar de todo que no sea on, aunque si quieres aportar ideas para roles en la familia, también son bienvenidos. Y bueno, nuevamente, bienvenida a la mansión Rambaldi
  6. http://i.imgur.com/4gxgTI0.gif Misión Ministerial Hice girar mis ojos mientras escuchaba a Sagitas alabar a su "hermana de sacerdocio", mientras yo recogía y llenaba el espacio de la mochila con las hierbas que necesitábamos en esos momentos. Creía que teníamos suficiente, para preparar al menos diez litros de poción desmemorizadora y nos hacía falta. Después de guardar lo que necesitábamos, cerré la mochila con dos cuerdas que tenía, vi las cosas de Xell esparcidas por el suelo y me dio pena. -Prima, perdona, nuestra tía es así de delicada... Tomé uno de los bolsillos de la mochila y con un encantamiento extensor hice que así, cogiesen más cosas, con cuidado los fui metiendo en su interiror. Cuando hube realizado mi trabajo, guardé la varita en el bolsillo delantero. -Más te vale tener de todo -dije entrecerrando los ojos a causa de lo que me había dicho de la clínica- ten por seguro que prefiero tu hospital al ministerial, hay más confianza y ahí tengo mi historial -le comenté con una sonrisa. -Yo por mí sí, podemos irnos cuando quieras -asentí con la cabeza y puse el "saco" al hombro para demostrarlo- estoy de acuerdo, confío más en el elfo que en... -me callé, porque seguro que me iba a ganar una buena reprimenda. -Pues, cuando quieras, vámonos ya -dije suspirando y algo "cansada".
  7. http://i.imgur.com/4gxgTI0.gif Misión Ministerial Estaba charlando animadamente con Matt, cuando sentí un pequeño golpe en la cabeza, me giré y vi que Amya me había "golpeado" con unos informes de la clínica. -Por supuesto tía Amya, toda ayuda es bienvenida -le dije con una sonrisa. Crucé los brazos al escuchar a Sean: -Cariño, dudo que tengas alguna queja de mis enfermas, ya que éstas trabajan al 100%, salvo que alguien les toque las narices -comenté frunciendo el ceño, un poco enfadada por el desmemorizador y que ahora era de mi personal, ya que, directamente era su jefa. -¿Algún problema? -Pregunté hacia Sean, mientras mi tía le estaba encargando de informarle de que era la nueva jefa del departamento desmemorizador. -Ten cuidado Sean, porque para la próxima estarás en el despacho revisando ¡historiales! -solté enfadada. -Adelante, puedes adelantar el trabajo si quieres Amya. Dile a mis enfermeras que yo te di permiso para ayudarles -le dije con una sonrisa. Tiempo más tarde, una de las chicas me había informado de que la mayoría de los muggles ya estaban desmemorizados y yo asentí con la cabeza, contenta. -Bueno, ya ves Matt, Sean se encargó de desmemorizar a todos los muggles -volví a esbozar una sonrisa. Ni siquiera me dio tiempo de avisar a mi desmemorizador que redactase un informe sobre lo ocurrido, pero ya lo avisaría en cuánto llegase al Ministerio. Al menos ahora estaba segura de que nada interferería en los asuntos muggles ni mágicos, ambos mundos estarían protegidos. -Bueno Amya, ahora tendrás que buscar una buena excusa para justificarlo, aunque, dudo que te pongan pegas. En cuánto los muggles lleguen a sus lugares de origen, retomarán lo que habían hecho. Me reí ante la mención de tía Amya, las pobres, sí, tendrían que tener mucha paciencia para aguantarla, aunque supongo, que ella pondría las cosas más fáciles (?) mientras iba detrás de una de las chicas.
  8. Gracias Reena por pasarte, y me alegro de que se arreglaran las cosas. Estoy de acuerdo contigo Sagitas es la mejor en colocar las cosas para que se pongan cómo es debido. Bueno, y aquí paso a dejarte puente por si necesitas añadir cosas... Con referente a los negocios, aquí te paso el enlace al centro vulturi, para ponerlo en el tópic uno de la mansión o aquí en el tópic off de la mansión. Cuando queráis pasaros sin problemas a rolear... Éstos días no estuve así asá para rolear por los ánimos y eso, pero hoy me paso por todos los negocios referentes a la familia y a los que hagan falta Gracias!!
  9. http://i.imgur.com/4gxgTI0.gif Misión Ministerial Enseguida Xell y Sagitas se preocuparon por el árbol mientras que la segunda me pedía que recogiese yo la Belladona, entrecerré los ojos, enfadada. ¿Y para eso me hacía sacarme los guantes? Volví a ponérmelos de nuevo, y miré sorprendida como mi tía de pelo violeta cogía la mochila de Xell y la vaciaba. -No cuela Sagitas -comenté haciendo un mohín de disgusto. -Sabías de sobra que había que coger la belladona y que hay que emplearla con cuidado. Haber traído guantes de la clínica -solté, un poco enfadada. Sonerí al ver el comentario de nuestra directora con respecto a las plantas: -Bueno, podemos decir que no necesitará ovejas para hacer una limpieza por ésta zona -y solté una risilla- además casi nadie usa la belladona, al menos en su estado natural.. Me dirigí a mi prima que ya había sido informada por Sagitas: -Lo siento prima, siento manchar tu mochila, en cuánto la vaciemos, la lavo y te la devuelvo nuevecita -le dije con una sonrisa y un poco culpable. Con los guantes de piel de dragón por lo menos no tendría peligro de picarme. Pero recordando la receta para la poción de olvidar, me dirigí a mi tía. -Tía Sagitas -Llamé mientras esperé a que terminase su trabajo. -Por si acaso, voy a coger valeriana y muérdago, espero poder encontrarlo por aquí -comenté- aunque sea una poción para desmemorizar, prefiero tener todos los ingredientes... -y recordé- ¿Hay "Agua del Río Lethe" en la clínica? Digo, para añadirlo al final -me encogí de hombros- es uno de los ingredientes fundamentales para hacerla bien -informé. -Por mí no tienes problema Xell -le dije con una sonrisa- pero ten cuidado con los volantazos de quien lleve el autobús -solté con una risotada.
  10. http://i.imgur.com/4gxgTI0.gif Misión Ministerial Después de conseguir la maldita planta, entre berrinches, picotazos y demás en el negocio de Mackenzie; la viceministra, nos aparecimos con el cacharro muggle en la puerta de la clínica. En ésta ocasión había ido en el interior de ese autobús pero, aún así con tanto volantazo, no sé cómo llegamos vivos, a pesar de estar en el interior ya que podíamos salir despedidos por los cristales del coso ese. Las piernas me temblaban en cuánto saqué el cinturon de su lugar. Suspiré en cuánto pisé el suelo y susurré: -Nunca más -definitivamente, usaría la aparición para trasladarme, o en tal caso, le diría a Harpo que conduciese y a Sagitas la tendría amarrada en una esquina para que fuese un viaje al menos, tranquilo. Intenté tranquilizarme, y puse de nuevo la insignia ministerial, actuaría también como Jefa de enfermeras aunque no estuviese en mi horario laboral. -¡Dichosos los ojos! -exclamé contenta al ver a mi primio Matt por allá. -¿Puedo servirte yo? -Pregunté entre curiosa y sonriente, mirándolo fijamente. -Soy jefa de enfermeras en éste lugar -le informé. Una de las chicas enseguida llegó a mi altura y entre cómica y enfadada me explicó algo curioso... -Hay un viejo que nos anda molestando a todas, un viejo verde que no sabe contenerse, se cree que es joven. Varias estuvieron a punto de abofetearle pero se contenieron, por miedo a que le abriera un expediente. Además su tía Amya lo anda persiguiendo, supongo que se ocupará de él -me dijo con miedo la enfermera. En ese caso, solté una carcajada. -No te preocupes, es Sean, lo que pasa es que por culpa de un hechizo o algo así. Además si le dais un buen cachete, no os abriría expediente por eso. Y con respecto a Amya, yo creo que enseguida acabará ese asunto y lo volverá a su estado natural -refunfuñe un poco y después alegré la cara. Evidentemente, el estar Matt allí me alegraba un poco el día, mejor dicho, la tarde. Despedí a la joven para que siguiese haciendo sus tareas y me dirigí a mi primo: -Perdona. Me estaban informando de lo que pasaba aquí. ¿Qué sucede Matt? -Pregunté con algo de cariño. Esperando a que lo notase y sobre todo, que no se diese cuenta Sagitas.
  11. http://i.imgur.com/4gxgTI0.gif Misión Ministerial La cara que tenía era bastante de mala lechue, parecía a punto de estallar, pero me callé, básicamente no porque fuera mi tía, o la directora misma, sino porque no quería tener bronca ya ese mismo día. Pero la ira se me estaba acumulando y eso era bastante peligrosa. Negué con la cabeza y quité los pelos o parte de ellos que se me habían pegado a la cara. Refunfuñando y soltando improperios. Iba a seguir hablando pero Hayame y Sagitas cómo hermanas que eran, ya estaban dispuestas a tener bronca, o eso parecía. Me gustaban mucho esas riñas, pero cuánto más lejos mejor, básicamente para que no se me cayera ninguna cosa rara en la cara, cómo había pasado en la "Floristería de las Tres hermanas". -¡Ni siquiera me diste tiempo a decir nada más y tuve que apurarme! -Protesté mostrando mi enfado pero con "suavidad". Salí del agua sintiendo toda la ropa completamente empapada, y no sólo eso, la sentía cómo si tuviese en el cuerpo un kilo de piedras en cuánto poco a poco me iba acercando a la orilla y Xell hablaba con Sagitas. Sonreí siempre estaba preocupada por los animales y más cuando eran mágicos como los gnomos, siempre me recordaría a mi tía de pelo violeta, que también era muy protectora. La "Dire" habló y al parecer encontró la hierba que estábamos buscando. Lo que desconocía por completo era la historia de esa planta. Solté una risilla al ver cómo en esa época, los muggles no daban más de sí. -Hayame, no digas esas cosas mujer. Tú eres la más legal del mundo -menudo peloteo estaba haciendo. Pero es que tampoco había visto hacer nada malo, tan sólo travesuras. Me encogí de hombros: -Además, yo poco te conozco pero eres genial -dije abiertamente y con una gran sonrisa. -Eso te pasa por tocar las plantas sin protección. Parece mentira siendo sacerdotisa -y solté una carcajada. Ahora me preguntaba sobre los guantes. Los había tenido durante todo el tiempo que estaba en la mansión, pero no recordaba dónde los había dejado. Miré mis manos y solté un gran: -¡Merde! ¡Seré boba! -solté con una gran carcajada- mira, los tenía puestos yo, espero que por lo menos te sirvan -le dije, sacándolos y dándoselos. -Me temo que lo hemos cabreado un poco, espero que Xell intente tranquilizarlo -comenté- luego estoy contigo si quieres prima y charlamos un rato en cuánto recogamos la belladona y la llevemos a la clínica -le comenté sonriente.
  12. http://i.imgur.com/4gxgTI0.gif Misión Ministerial ¿Pero a quién se me ocurría a mí ir subida en ese trasto maldito? Bueno, el autobús no tenía culpa ninguna. Tan sólo las personas que lo llevaban. Ciertamente, conducían fatal y no sabía en dónde habían conseguido la maldita autorización para llevar algo tan serio cómo eso. Habíamos conseguido esquivar a varias personas y la verdad no sabía si eran muggles o mágicos, pero sabía que íbamos a tener problemas por descubrirnos, básicamente, violando el Estatuto del Secreto. Estábamos a punto de llegar, se notaba básicamente por el verde de la zona, que a pesar de ir muy rápido, el clima se iba haciendo algo más fresco. Las montañas poco a poco se iban acercando. Bueno, poco a poco no. Ibamos tan deprisa, que temía que tuviésemos un accidente. A mí en parte me subía la adrenalina una pasada, pero apenas me quedaban "algo de fuerzas" para agarrarme. Vi un árbol cercano, tan cercano que no pude evitar gritar: -¡¡SAGITAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASS!! -chillé tan fuerte, que cuando creía que tenía el dicho arbolito a tan sólo unos metros delante nuestra. Cómo pude me subí y viendo por el rabillo del ojo que había un lago, di unos pasos grandes y rápidos y salté directamente al agua. Salí chapoteando y hoqueando, fastidiada por el viaje que habíamos hecho. Para la próxima, usaría la desaparición, más segura y menos llamativa. A unos metros adelante mío vi a un pelo rubio que también estaba en el agua ¿Xell? Me pregunté a mi misma. -Primaaaaa -voceé y nadé un poco hasta llegar a su altura. Pero ella ya gritaba a nuestra tía y no me extrañaba para nada. -Es la última vez que viajo con ese par de locos -solté enfadada - ¿Quién me mandaría ir a mí encima del techo haber? -resoplé, notando cómo las ropas estaban completamente empapadas, al menos el monedero de piel de moke que llevaba en el bolsillo y había cogido antes de salir de la clínica con la varita en su interior, estaba segura que no se había roto.
  13. http://i.imgur.com/4gxgTI0.gif Misión Ministerial hall de la clínica, en recepción/salida -Yo tampoco tenía ni idea Sagitas, a mí nadie me informa de nada -me quejé, enfadada. -Ya ves tía Hayame la verdad mi padre, Deiwan, tiene una buena colección de libros sobre hierbas en la mansión Rambaldi. Si algún día necesitas de ellos, vente y yo te los presto -le dije guiñándole un ojo. -Bah -hice un ademán con mi mano- pasemos de ellos. Es mejor ir nosotros mismos a buscar esas hierbas... Cuánto antes las recogamos antes podemos tener esa planta para hacer las pociones. Mi otra tía Sagitas, había dado con algo, al parecer al decir yo algo de una reserva, se había acordado de una. Menos mal que conocía a la mayoría de los comerciantes del lugar. Pero por supuesto, Harpo no le hacía gracia que condujese. -Bueno, yo puedo ir arriba, si no vais muy rápidos -comenté titubeando un poco, ya que desconfiaba claramente a cada palabra que decía el elfo doméstico. De un gran salto me subí a la parte superior, para que no me viese ningún muggle. Pero enseguida empezamos a arrancar, y no sabía quién demonios llevaba ese trasto, pero cada volantazo hacía que casi volase literalmente de la zona en dónde tenía yo agarrada mis dos manos...
  14. http://i.imgur.com/4gxgTI0.gif Misión Ministerial hall de la clínica, en recepción Estaba charlando animadamente en el hall de la clínica, cuando escuche hablar a Hayame del monopolio sobre el tema de la curación de los magos y todo lo que eso conllevaba, cuando escuché una aparición delante de la clínica y vi que Sean, estaba acercándose para desmemorizar a los muggles, que, supuestamente ya deberían de haber llegado... Pegué un bote del susto, al ver como mi tía Sagitas se había aparecido en el interior de la clínica. Había olvidado que como directora tenía ese derecho. Iba a informarla, pero dio tal traspiés contra Hayame que pensé que se había partido la crisma (cabeza). -¡Sagitas! -intenté socorrerla, pero después de varias órdenes un tanto que daban risa, por su voz nasal, el elfo Harpo, por fin había aparecido transportando el autobús y en un periquete le había curado la herida. -Bella ¿qué? -la enfermera me había interrumpido la conversación, le restaría parte de su sueldo, ésta no sabía con quién se metía. Pero al parecer había una urgencia real, porque enseguida informó a la Jefa. -Pues, si hay huelga de transportes habrá que buscar en un lugar en dónde si la haya. ¿No te parece? -Pregunté con una sonrisa. -A ver, piensa tía Sagitas. ¿Hay algún lugar en Ottery o Callejón Diagón en dónde haya esa hierba? -saqué la varita dispuesta a salir al exterior. -Bueno, veamos, la belladona es uno de los ingredientes para la fabricación de pociones. No di herbología, pero sé que es importante -comenté- y más aún para la desmemorizadora -me rasqué la barbilla -habría que buscar en algún parque natural, alguna reserva. Porque así se recogen frescas y son más fuertes y sus propiedades se conservan casi intactas. Había dejado a medias la charla con mi tía Hayame, Mitzi también Amya, pero claro, eso era mucho más urgente, me dirigí a las otras enfermas. Además me dirigí a una en especial para que atendiese a mi prima: -Cualquier cosa que necesites, ya sabes a quién acudir -le dije con una mirada severa. Ésta asintió con la cabeza. -Chicas, en cuánto acabéis con los pacientes, atendedlos bien a nuestro regreso. Haced todo lo que os digan los sanadores. No quiero tener quejas de ningún enfermo ¿entendido? -un murmullo de "sí jefa" y se pusieron manos a la obra.
  15. Parecía que finalmente Sagitas había terminado de colocar todo el asunto del karaoke, pero ni siquiera le prestaba atención. -Oye, yo no echo a nadie de ningún sitio -dije algo con pena- sólo decía que aún tiene tiempo de venir esta noche al karaoke... -Imagino que tendrán suficiente licor para los clientes que vengan ¿no? -comenté con curiosidad- no sé, quizá es mejor que vaya a revisar al almacén, por si está todo cómo debería -dije inclinando los hombros. -Anda vente -animé yo también a mi tía Hayame- si es cierto que cantas bien cómo dice tía Sagitas, será un placer escucharte. Yo no tengo voz para hacerlo, sino, también me animaba y si lo hago será con varios tragos de whisky de fuego -y estallé a carcajada limpia sólo de imaginármelo.
  16. Estaba siendo un día bastante animado ahí en la piscina, con mis dos primos. Vi cómo Matt finalmente se había decidido a tirarse con nosotros. El agua estaba muy buena y yo estaba contenta. La dulce voz de Sagitas se dejó escuchar por el lugar, recriminando algo a su hermana Hayame, negué con la cabeza al pensar que esas dos nunca cambiarían. Me fijé en que mi primo no había salido a la superficie después de bajar de la rampa, algo que me chocó, miré hacia a ambos lados y no había previsto que saldría del agua por detrás de mí. Pegué un grito del susto, Ithilion parecía que no se sorprendió por eso, al cambio se rió de mí al ver mi cara de susto. -¡¡Matt!! Casi me matas chico -le dije sonriente. Pero empecé a sacudir el agua hacia los dos, para mojarlos completamente... -¿Queréis guerra? ¡¡Pues tendréis guerra!! -exclamé contenta, mientras iba moviendo el agua hacia ellos, para que así acabasen completamente empapados, más de lo que estaban. Ithilion se animó a la fiesta y empezó a reírse a carcajada limpia.
  17. -Me alegro -le respondí contenta- si quieres puedo echarte una mano con la plantación de esas flores -comenté sin dejar de ver los surcos que, al parecer estaban frescos. -Sí bueno, es cierto, ahora hace más calor y se agradece la verdad -dije. -Supongo que serán para adornar mejor ésto, ¿o son plantas medicinales? -Pregunté con curiosidad. -Sí, estoy bien -respondí a su pregunta -pero no sé si es cosa mía, pero cuando entré, percibí algo maligno -me encogí de hombros -quizá sea una tontería, y veo cosas dónde no las hay. ¿O acaso tú lo has notado también? -pregunté preocupada- bah, mejor no hacer caso. Quizá sea ésta calor que me hace ver cosas dónde no las hay -y estallé en carcajadas.
  18. -ésto, gracias -dije sin entender a qué venía eso y por supuesto, sintiéndome cómo si me atravesara con rayos x todo el cuerpo. Al parecer estaba buscando algo que no había. -Para seducirme hace falta mucho más que unas bonitas palabras tía Hayame -dije sonriente y a punto de estallarme de risa, al ver cómo seguía lanzándole vasos a Matt y éste los convertía en polvo. -¡Basta ya! parecéis críos -exclamé enfadándome. -Además que luego no tendremos con qué beber luego si nos apetece tomar algo más... Pero parecía que Hayame no quería hacer más comentarios al respecto que cambió de tema. -¿Tienes prisa tía? -pregunté curiosa -si quieres puedes venir en otro momento, ésto está cerrado hasta tarde -le dije sonriente pero enseguida caí en la cuenta y me apuré a decir: -No quiero que entiendas que te estoy hechando, no no, para nada -comenté negando con la cabeza.
  19. No podía parar de sonreír, a pesar de lo que había hecho hacía tan sólo unos minutos, controlaba que el crío no se hubiera hecho daño. Pero no, ya estaba subiendo por el primer tobogán que había encontrado. Ya estaba subiendo las escaleras, despacio, porque al ser pequeño le costaba un poco al tener las piernas tan cortas, sonreí divertida al verlo, pero me puse detrás, para controlar que no se cayese de espaldas y que no se hiciera nada. -Así me gusta, despacito Ithilion -animé al pequeño Blackner. En cuánto se subió a lo más alto, me fijé en que se hubo agarrado bien al pasamanos del tobogán, se sentó y se deslizó, chillando alegre por haberlo conseguido. Estallé en carcajadas y luego se escuchó un chapuzón bastante grande. Giré la cabeza para ver si ciertamente todo estaba en orden y así era, el crío ya había conseguido salir a flote. -Bueno creo que tu hermano ya se animó el primero -respondí contenta a la pregunta de mi primo. -Creo que es mi turno -y me dirigí rápidamente hacia la rampa, repitiendo los pasos del niño. Enseguida me lancé a través de la superficie mojada, con lo que me daba el aire, y en un segundo después ya estaba en el agua. Salí braceando un poco fuerte y salí a la superficie del agua. -¡¡vamos Matt te toca!! -grité con fuerza y cómo estaba el niño cerca, nadé un poco más hasta que me acerqué a su altura, para llevarlo al otro lado por si su hermano mayor bajaba demasiado rápido, mientras tanto esperaba que mi familiar bajara cómo lo hicimos nosotros.
  20. -¡No te atacaba maldita sea! -exclamé enfadada, aún con la varita en la mano. -Aún había algún libro hechizado que revoloteaba encima de tu cabeza, estabas tan ocupada regañando que ni siquiera te diste cuenta -me excusé. Me estaba poniendo furiosa, a pesar de que ver el espectáculo había sido bastante divertido, a decir verdad, ahora no me estaba gustando nada. -No tienes porqué regañarle a Xell, ¿Qué pasa, acaso no sabes hacer un hechizo y la pagas con ella? ¡Para eso vuelve a la Academia! -solté chillando- no es justo que la trates de esa manera, cuando fuisteis vosotras dos, las que armásteis todo este follón... Sentía cómo la sangre, poco a poco, menos que la rapidez de un humano, se me estaba subiendo a la cara. Sentía que todo me daba vueltas, pero debía calmarme, sobre todo, por si a mi varita se le daba hacer magia sola. Ya había provocado un accidente sin querer en el departamento por mi humor cambiante, pero debía permitir que no fuese a mayores. Suspiré y luego seguí: -Si os quitáis de en medio puedo arreglar ésto en un periquete, y hacedme el favor, no os tiréis encima de mi prima cómo dos hienas, que la pobre nada tuvo que ver en éste lío... No había bajado la varita y si viesen mi cara de mal genio entenderían que era mejor ponerse a retaguardia, pero el problema es que mi tía Sagitas y yo, chocábamos en el carácter, si una era cabezota, la otra más, y si una sacaba más genio, pues, más follón todavía. Pero sobre todo, sin dar el brazo a torcer tan fácilmente. Ahora me dirigí a Hayame: -Deja de hacer drama y si quieres ayudarme a arreglar el estropicio eres bienvenida -No andaba de muy buen humor, pero ya que no había ayudado a mi prima a controlar a esas dos locas, ahora por lo menos podía hacer algo, para remediar el tiempo que estuve silenciosa.
  21. No había caído en la cuenta en que a pesar de estar en un lugar mágico, obviamente no iban a dejar eso a la ligera la seguridad de los niños. Debía darme cuenta en un principio, sabía que mi primo estaba en todo y más aún, cuando había abierto el negocio. Dudaba mucho que tuviese que aguantar muchos procesos judiciales por la muerte de un pequeño y más aún, que le cerrasen el negocio por no tener las medidas de seguridad requeridas. Así que, asentí con la cabeza contenta, pero Ithilion el muy pillo, ya había empezado a dar sus primeras brazadas hacia los toboganes. Suspiré negando la cabeza, pero a parecer, sin saber cómo, percibí que mi primo estaba nervioso. En parte me divertía lo que veía así que con una sonrisa tierna, y avanzando un poco más le susurré al oído: -¿Tranquilo vale? No has hecho nada malo. Todo lo contrario -y con ese comentario un poco enigmático, sin poder evitarlo, le di un beso cerca de la comisura de los labios... Un gran alboroto había hecho que girara la cabeza en esos momentos. No entendía lo que estaba pasando pero parecía que la gente estaba un poco alborotada escapándose de algo. La verdad es que yo estaba más ocupada vigilando a Ithilion, y estaba tan a gusto con Matt, que apenas me daba cuenta de lo que estaba sucediendo a mí alrededor. Pero una bruja en particular, de tonos rojos estaba por ahí cerca. Me daba en la espina que mi tía vampira era la que había provocado ese tumulto y sin parar de reír, me abalancé nadando apresuradamente para ir detrás de mi primo pequeño, que ya se estaba apurando en salir del agua para subir a los toboganes: -Ithilion ¡espera! -le pedí, y al momento el niño se paró un segundo y con una sonrisa de oreja a oreja, y con su pequeña mano me decía que fuese hasta su altura, desde luego, iba a ser un buen día.
  22. Asentí con la cabeza a lo que me dijo la veterinaria, así que, fui con Tequila que se movía algo revoltosa. -Tranquila pequeña, no será nada -le dije susurrando al oído para calmarla. Ahí la llevé al mostrador para iniciar el chequeo. La puse con cuidado y ésta ladró un poco pero se tranquilizó. -Bueno creo que puedes empezar -comenté contenta a la veterinaria que estaba dispuesta. Y rogué que la pequeña cocker se comportara, ya que al ser pequeña podía asustarse, o morder a la chica que la estaba atendiendo. Iba a ser su primera experiencia y esperaba que fuese agradable. off: un poco soso, espero que el próximo sea mejor jeje.
  23. La verdad, es que me parecía muy interesante todo lo que me estaba contando mi tía Hayame. Me sorprendió al ver cómo su propia vara poseía cómo núcleo un pelo de su propio cabello, tenía razón. Cualquier mago que se batiese en duelo para arrebatársela, dudaba que su lealtad cambiase. -Es interesante, pero la verdad, nunca me imaginé eso, el centro con un pelo de mi propio cabello -comenté, mientras seguíamos avanzando por las escaleras. -Quizá, cuando pueda, adquirir una, lo suficientemente poderosa, sobre todo, con la madera para que sea extraordinaria -sonreí con picardía ante ese comentario. -Pero la verdad, con dos es más que suficiente, jamás me han fallado hasta ahora, así que -me encogí de hombros- no veo la necesidad de comprarme otra... Por el momento claro. Me quedé asombrada al no darme cuenta de la belleza de su propia varita que en esos momentos me estaba mostrando. Era tal cuál cómo me la había descrito. -¡Es hermosa! -dije contenta- ciertamente, con los colores que me dices, has entrado en la casa de Slytherin -negué con la cabeza un poco molesta. Pero debía de dejar a un lado la mala fama de esa casa, además de los prejuicios ya que la bruja, que era mi tía, era extraordinaria. Pero recordé que en esos momentos en el negocio Gran Reserva que poseía, había dicho que aún no había entrado en la Academia: -Ah, es cierto, pero si tú no fuiste, creo rememorar... -Bueno, los horrocruxes son, mejor dicho es, magia muy muy oscura, jamás los utilizaría... Me parece demasiado tenebroso emplear ese tipo de magia -recordé las clases de Artes Oscuras, a pesar de que habíamos tocado poco el tema, me había dejado mal cuerpo, al recordar los de Voldemort. Seguía escuchando mientras poco a poco, íbamos llegando a nuestro destino final: -¿El padre de Akira? -musité sorprendida- pero, ya sabes que no todas las varitas funcionan igual en todos los magos, puede que si Akira sabe de esa varita, cuando sea grande, quizá te la reclame, ya que es de su padre -comenté, esperando que no se enfadara, y sin poder acordarme de la espada de Excalibur, evidentemente, eran dos cosas muy diferentes- pero si la usas en ocasiones especiales, mejor. Yo prefiero no usar varitas de otros la verdad. Porque dependiendo de la persona y del núcleo, puede ser que su magia sea inestable -hice el gesto de antes, encogerme de hombros.
  24. Tenía razón a veces por muchos objetos que llevásemos en ocasiones todas las razas, siempre portábamos nuestra propia arma mágica, y a veces era más efectiva que cualquier otra. Me rasqué la barbilla a modo de costumbre... Y cuando me preguntó sobre el centro de mi varita me sorprendió: -¿Es necesario? Quiero decir. Creo que la propia varita a pesar del núcleo que tenga, lo que importa es el poder del mago que la porta -dije sonriente, no quería parecer borde ni mucho menos, pero le respondí a su pregunta. Daba la casualidad, de que en ese momento llevaba una de álamo. -Imagino que te darías cuenta -le dije mostrándosela -es de álamo, madera blanca y de grano fino -le dije describiéndosela, tal y cómo había hecho Ollivanders cuando la compré, teniendo más de once años- pues, verás, el centro es de unicornio y de veintinueve centímetros y medio, inflexible -comenté orgullosa. -Ésta varita la compré años después en Ollivanders -repetí mis propios pensamientos- es buena para duelos, aunque no lleve el centro de fibras de corazón de dragón. Pero es muy leal -hablé, presumiendo de mi arma mágica que llevaba en mi mano. -También tengo otra, la que uso más habitualmente, la llamo Maat, la diosa egipcia de la justicia. En su mango está grabado una pequeña pluma de avestruz. Esa en cambio es de Haya con centro de unicornio y veinticinco centímetros. Esa la compré cuando empecé a ir a la Academia -comenté contenta- también lleva muchos años conmigo. -¿Y la tuya, de qué es? -Pregunté curiosa, vampiras sí, pero brujas, y sabiendo que teníamos dones poderosos usando las varitas correctas en su momento adecuado. -Yo, a decir verdad, cualquiera de las dos varitas, jamás las usé para matar a nadie. Bueno, a nadie que no hiciese daño a mi familia claro -dije tenebrosamente.
  25. Todo se había vuelto en un caos. Debí de ayudar a mi tía Sagitas, pero en cambio no pude evitar estallarme a carcajada limpia al ver la escena que estaba viendo, de un modo u otro, Hayame había conseguido que su hermana fuese convertida en una especie de cama. Sagitas gritaba cómo una loca, y no era para menos. Yo si estuviese en su misma posición haría lo mismo. El genio era bastante palpitable, y lo que menos me apetecía era acercarme a echarle un cable (de ayudar, no al cuello xDD) porque seguramente recibiría la misma bronca por tardar en usar la varita. Mi tía pelirroja decía que huyese ¿Por qué?, si la diversión estaba ahí dentro. -No, me quedo, ésto es más divertido -decía sin parar de reír. Al parecer una de las dos había hecho que cayesen los libros y todo se había vuelto patas arriba. Me aparté unos cuántos metros atrás, al sentir cerca de mí a mi prima Xell. Le hice caso. Lo que había visto me había dejado patidifusa, algo había hecho Hayame que había conseguido subir encima de los estantes, y desde luego cómo no tuviese el menor cuidado caerían todas las estanterías de forma peligrosa. Lo que menos me preocupaba era arreglarlo, pero mientras me reía al ver cómo mi tía pelirroja se excusaba diciendo que no era culpa suya... -Claro que no tía -negaba con la cabeza sonriente. Luego vi que Sagitas movía la varita para hacer que los libros persiguieran a su hermana... -Desde luego, ésto es mejor que el circo, es gratis y más gracioso -exclamé contenta. Por un momento todo pasó rápido, Hayame no estaba, en su lugar había una especie de murciélago al que no se le reconocía, pero sabía que era ella. En su lugar había dejado una voluta de humo negro tras su fransformación, algún día le pediría cómo se haría eso, para llegado el momento, poderlo hacer con gran habilidad. Ahora sí, las estanterías una a una iban cayendo cómo con una pila encima de otros. Me aparté unos cuántos metros atrás para que ninguno de ellos me diese en todo el cogote. A pesar de todo, Sagitas consiguió hacer un morphos, en dónde salieron mariposas, o bueno, algo parecido a ellas, ya que no se habían convertido cómo mi tía de pelo violeta había pretendido. Vi que Hayame nuevamente, se había transformado en una "persona" normal, quejándose por el dolor, que, seguramente tenía en la cabeza. Por supuesto Xell se cabreó muchísimo, era la primera vez que la veía enfurecerse, y eso me enorgulleció muchísimo. Por lo menos se notaba que también era de la familia, sacaba el mal genio cuando hacía falta y en esa ocasión no le faltaba razones. Yo mientras tanto observaba la escena complacida ante lo que veía. Al final Hayame había hechizado los libros para hacer que éstos tomasen a su voluntad, y yo no pude evitar sacar la varita en ese instante, que grité al mismo tiempo que Xell: -Finite incatatem -ésta vez, con la fuerza de los dos conjuros habíamos conseguid parar el encantamiento que había producido nuestra querida tía, hasta que un aroma familiar y que había echado de menos entraba en la librería. -Desde luego, sois de lo que no hay -respondí ésta vez, para ayudar un poco a Xell... -No sé cómo sois capaces de armar semejante jaleo.. y ¡tú! -dije apuntando mi dedo hacia mi tía Sagitas, seguro que después, me haría trizas, estaba segura y más aún en el departamento, seguro que me encargaría cómo castigo, revisar todos los expedientes del mes y para acabar sin magia, pero no me importaba en absoluto - deberías de comportarte, ya no eres una cría para andar haciendo éstas cosas. Pero el espectácu.lo que habéis montado, es digno de alabar -sonreí ahora, pero seguro que ahora me reñirían las tres, las dos tías y la sobrina, por hacer el comentario que había echo. -Hola primo Matt -saludé radiante- no, no nos han atacado, simplemente ciertas personas creyeron prudente armar jaleo en la trastienda -dije entre una sonrisa y un gesto de fastidio. -Una pena no haber traído palomitas -y me aparté unos cuántos metros atrás por si se les ocurría lanzar algún hechizo en contra mía por lo que había soltado.

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