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Helike R V PB

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Todo lo publicado por Helike R V PB

  1. Salí del agua cómo pude, apartando los pelos de la cara, y hoqueé un poco antes de serenarme. Menos mal que aún sabía algo de natación, pero no lo suficiente, así que, me acerqué al borde de la piscina, en dónde estaban ellos. No quería reñir al niño, ya que no tenía la culpa y quizá no supiese controlar su propia magia, y que ya había echo su primera práctica conmigo. Éso siempre era bueno, pero había que hacerle entender que no había que hacerlo con los mayores... -Ithilion, no vuelvas a usar tu magia así, ¿vale? -le reñí con un poco de dulzura, pero sin dureza, no quería hacerle llorar, ya que estábamos en un día de piscina- -Puedes hacer daño a alguien sin querer -le dije y le hice una caricia en la cara. El niño asintió con la cabeza, y casi sin darme cuenta, se lanzó a mis brazos, sorprendida por el gesto, pensando que se iba a echar a llorar dijo en voz alta: -Tu vaz a zez mi pima ¿zi? -lo miré curiosa y salté una carcajada. El niño era bastante inteligente y lo pillaba todo, cómo si fuese una esponja. -Ya veremos -le respondí yo con ojos tiernos, mirando al mismo tiempo a Matt... -<<tenemos una conversación pendiente>> -le dije usando la empatía y mirándolo fijamente a los ojos, con mucha intensidad. -Bueno It, ¿Qué te apetece hacer? Bueno, si tu hermano me deja claro -comenté sonriente. El pequeño apuntó a los toboganes que iban dirigidos al centro de la piscina...(no sé si los hay, pero lo invento ) -¿Seguro? -éste asintió con la cabeza. Me dirigí a mi primo: -¿Puede un niño de su edad subirse a ellos? Si hace falta puedo hacerlo yo con él, para acompañarlo -me encogí de hombros- y que no se haga daño... El silencio se hizo patente, y el crío empezó a chapotear de nuevo para llamar la atención. Le di un beso en la cabeza: -Calma pequeñín, enseguida vamos -expresé en esos momentos. Seguro que estaba bastante ansioso por subirse, pero yo necesitaba el permiso de su hermano.
  2. Había seguido a mi tía Hayame subiendo las escaleras sin agotarme, esa era una de las ventajas de ser vampiro, podía mantenerme en ese estado durante mucho tiempo, por lo menos, en el tiempo en que mis energías se agotasen y tuviese que comer sangre. Pero sabía que sólo duraría durante un rato la subida de ese negocio, así que, no tenía nada de qué preocuparme. Me paré durante un momento y la escuché hablar. -Sí, en la segunda planta, me parece -le dije- de las últimas veces que vino aquí, una chica que me atendió, creo que era Sunar, obvió esa segunda planta, y fuimos a la primera y segunda planta -informé. -Sí, yo también lo estoy notando -y una sonrisa alegre se formó en mi cara - ¿azufre? ¿Carne quemada? -Pregunté asustada. -no, no -negué con la cabeza- no puede ser, vamos tía Hayame, hay que ayudarles -urgí con rapidez para que apurara el paso y fuésemos rápidamente. -¿Llevas algo extra, aparte de la varita? -Pregunté- creo que necesitaremos objetos mágicos para que sea mucho más fácil todo -comenté un poco miedosa.
  3. Al ver cómo saltaba Hayame furiosa y asombrada, no pude evitarlo y empecé a estallarme a carcajadas. No sabía cómo se lo tomaría mi primo Matt, pero seguro que no muy bien, al no saber a lo que me refería yo en un principio. Por supuesto, lo había dicho en doble sentido, pero para darle un toque de gracia al asunto. Intenté calmarme un poco bebiendo un sorbo de zumo de calabaza. Me dolían las costillas de tanto reírme ante la ocurrencia que había soltado, así que, suspirando un poco para serenarme le respondí a mi tía Hayame: -Tranquila mujer, que no te de algo, además, es tu sobrino. No te hará nada -y seguí desternillándome de risa. Seguro que con tanta algarabía, Sagitas acudiría a ver lo que pasaba, estaba ocupada colocando las cosas para hacer lo del karaoke. -¿Perdón? -me sorprendió al ver su pregunta- para nada tía. Soy una mujer completa -le dije guiñándole un ojo e intentando no mirar a Matt, que seguramente no entendería nada de lo que estaba pasando.
  4. http://i.imgur.com/4gxgTI0.gif Misión Ministerial Hall de la clínica, en recepción Aún recordaba la "bronca" que había recibido de mi tía, fruncí el ceño. Era casi cierto de que era la única que podía gritar en ese lugar, pero si no ponía firme a las enfermeras, éstas hacían lo que le daban la gana, cómo así a los enfermos "rebeldes". Ya que sino, no podíamos atenderlos cómo era debido. Después de que la otra empleada me dijese todo lo que había pasado, me volví hacia Mitzi y escuché su breve percance con la aparición: -Vaya, pues espero que sea pronto, la despartición no es algo que sea muy agradable en verdad -dije con un tono profesional. -¿Y porqué no? -pregunté curiosa- es cierto que llevo poco tiempo aquí, pero estoy segura de que atienden éstos accidentes mágicos, ya que éste lugar tratamos eso -le informé sonriente- seguro que hay un sanador por aquí amable, que pueda ayudarte -respondí. -La verdad, prefiero desaparecerme a usar un traslador. La escoba me gusta, pero los muggles podrían vernos, así que, la desaparición es el método más útil para eso, pero eso es tan sólo cogerle el truquillo y luego ya verás cómo te gustará más aún -le dije a la joven. -Oiga -recibí el mensaje de la recepcionista y fruncí el ceño, molesta, no me gustaba nada, pero hacía bien su trabajo, por mucho que su carácter dejara mucho que desear... -¿Sí? -Pregunté un poco arisca. -¿No deberían de arreglar los boxes? ¿Y además mirar la farmacia por si necesitan potingues? -estuve a punto de darle una mala contestación pero me contuve... -Las restantes enfermeras se encargaron de eso, según tengo entendido, vaya preparando los historiales nuevos para los muggles que pronto estarán al caer -le dije, para avisarla. Me miró mal encarada, pero me paré un momento antes de decirle nada más. Suspiré, estaba cansada de esperar. Y le di la espalda, apoyándo los brazos en la mesa de recepción. Me había conseguido sacarme de mis casillas.
  5. No sabía porqué me había quedado, por decirlo de algún modo, bloqueada. Al parecer me habían visto, pero yo tenía la mirada perdida, sin mirar en ningún punto fijo, sólo que me daba la sensación, la extraña sensación de que había alguien maligno dentro del edificio y no podía ser. Mi empatía se iba desarrollando a pasos agigantados pero aún así, podía percibir vibraciones de todas las personas, aunque, obviamente no cómo Matt, que había aprendido desde pequeño a controlarlo. Tan sólo pensando en él y una sonrisa de boba se mostró en mi cara. Pero debía contenerme y averigüar lo que estaba pasando. Suspiré. así que, dirigí mis pasos hacia dónde estaban los demás. Fui hasta los jardines y me fijé en que Sagitas estaba con un libro y un niño pequeño, al parecer contándole un cuento. Pero me dirigí hasta mi primo y me senté a su lado: -Hola ¿Cómo estás? -pregunté sonriente y un poco tímida. Desde luego, sí que estaba bastante lela cada vez que lo miraba, no me extrañaba nada que hasta un niño pequeño como Ithilion, de apenas tres años se diese cuenta. Me di cuenta, de que, por el aroma Fenrir estaba cerca, seguramente vigilando todo lo demás.
  6. http://i.imgur.com/4gxgTI0.gif Misión Ministerial hall de la clínica, en recepción Me aparecí delante de la clínica esperando a que viniesen las ambulancias con los muggles y también el autobús mágico de la agencia. Estaba algo nerviosa porque no sabía si podíamos atenderlos a todos cómo era debido. Suspiré un momento y me adentré al muelle de urgencias. Todo parecía en calma, demasiado en calma. Había detectado varios aromas pero siempre de familiares y sobre todo el de una chica que hacía tiempo que no veía. -¡Hola Mitzi! Cuánto tiempo ¿todo bien? -pregunté con curiosidad en cuánto me acerqué a la chica. Una de la enfermas a las que tenía a cargo me abordó antes de siquiera darle tiempo a la joven que me respondiese. -Ya sé que no es su día laborable, pero tenemos el encargo de tener todos los boxes libres, hemos repuesto en la farmacia todos los medicamentos necesarios y liberamos cortinas -asentí contenta- al parecer vendrán varios muggles aquí y nos mandaron tener todo dispuesto. -Así es -dije mirando a un pequeño rectángulo que colgaba de su pecho derecho, en dónde indicaba su nombre - Charlinne, me di cuenta de que aquí estuvo Perenela, la hija de la dueña -ésta asintió con la cabeza- sí, ella nos dijo lo que había que hacer para tenerlo todo coordinado -asentí de nuevo y dije- estupendo, entonces esperaré aquí en recepción para cuando lleguen. Tráeme unos guantes -le pedí, y en menos de un periquete los tenía en la mano. Rápidamente me los puse y aguardé un poco impaciente a que llegaran esos pobres humanos al que había que revisarlos y por supuesto, borrarles la memoria.
  7. Me paré un momento viendo la escena que estaban viendo mis ojos. Parecía que el crío estaba haciendo una especie de juego. Estaba casi a punto de correr rápidamente hasta lanzarme en la piscina hasta que me contuve. Suspiré aliviada. Había sido una jugarreta, pero podía salir cara. Me mordí el labio inferior, no sabía porqué, pero hoy podía ser el día ¿porqué no? Xell tenía razón, tenía que decírselo, pero con Ithilion por delante no me atrevía. No porque fuera su hermano, sino que era pequeño y no entendía muchas cosas... Me fijé en que a pesar de estar completamente mojado tenía algunas cicatrices que, no sabía porqué, pero lo hacía más interesante. Tenía un buen torso, uno muy buen aprovechado (xDDD), así que, lentamente, me dirigí hasta el agua y me fijé en que los dos estaban cerca del borde. Con voz fuerte, les hablé: -¡Hola chicos! ¿Todo bien? -pregunté con una gran sonrisa. Ithilion parecía que me miraba raro, luego a mí y luego a Matt, parecía que intentaba captar algo, pero que no entendía. -¿Sucede algo Ithilion? -y removí su pelo con cariño, el pequeño parecía que no le gustaba porque enseguida me apartó la mano, pero sin brusquedad. -brila -me dijo apuntándome a la cara. ¡Leches! me había olvidado echarme la crema en la cara! Seguro que parecía un foco de una calle muggle, menos mal que no me daba el sol de lleno en la cara. -Sí, lo sé -le dije cariñosamente y esperé a que el hermano de Matt dijese algo más, pero parecía que le costaba decir las palabras adecuadas. -¿tú vaz a zez mi mana? - lo miré confundida, sin entender, creía saber que Ithilion más o menos conocía la mayoría de parentescos que éramos cercanos a él. -no no, tu mama es mi tía, tu eres mi primo, no podemos ser hemanos -le volví a decir sin entender una palabra. Luego con su dedo pequeñito me apuntó a mí y luego a Matt. Sin saberlo me puse colorada. El pequeño se echó a reír. -no, novia de él -dijo ahora señalando a su hermano. ¿Pero cómo podía ser el crío tan avispado? ¿Acaso tanto se me notaba? -éstooo -dije balbuceando, porque no sabía dónde meterme - éstoo -y tosí un poco para tranquilizarme. Desde luego sí que estaba dejándome en evidencia. It seguía riéndose sin parar y chapoteaba en el agua, contento, al parecer había conseguido cierta información que aunque a pesar de que era pequeño no lo entendía del todo. Pero sin saber cómo sentí cómo si cierta magia había había tirado de mí y sin darme cuenta caí derechita a la piscina. Subí chapoteando y hoqueando, cuando aparté los pocos pelos de mi cara, el pequeñajo se estaba partiendo de lo lindo.
  8. -Gracias primo -y tomé el cuenco que me ofrecía, sonriendo feliz al verle. Pero de un momento a otro la locura se desastó. Miré a mi primo confundida, mi tía Hayame también decía algo de un tal James Cameron sería que vendía camarones y yo tenía la menor idea. Decía además, algo de Titanic, ¿o sería gintonic?(xDD) Desde luego, el zumo de calabaza me hacía perder la cabeza, y eso que no había pedido alcohol alguno... -Esto es una casa de locos -susurré sin decir a nadie más. Llevé un par de patatas fritas a la boca, mirando asombrada el espectáculo que estaban dando, y eso que Sagitas aún no había terminado de decorar todo el lugar para lo del karaoke. Intervení en la conversación sin poder soltar una carcajada: -Sí, ten cuidado que el trasatlántico ese que dices no estén en sus zonas bajas (jajaajajaja doble sentido), o altas- y volví a reírme cómo una desquiciada, le daba otro sentido a las frases y tan sólo por desconocer de lo que hablaban en esos momentos. Tomé un sorbo del zumo de calabaza y no pude evitar hacer ruido y en consencuencia, y por la idea que tenía en la cabeza, atragantarme. Ciertamente, debía de controlarme, porque entonces sí que tendríamos un buen problema a la hora de entender a lo que se referían tía y sobrino respectivamente. -No sé a quién te refieres en realidad. ¿Dawson? ¿Es un pájaro, cómo Jack Sparrow el pirata? -conocía la leyenda del famoso pirata caribeño- pero es que ambos apellidos suenan igual -me encogí de hombros y me rasqué la barbilla, confudida. off: el sueño me hace decir tonterías jajajajajaj
  9. ¡Al cuerno con los mapas estelares! Había evitado en grado sumo participar en esa pequeña aventura familiar pero ahora no podía negarme. No y menos aún cuando Sagitas según decía el elfo se estaba quemando dentro de un espejo. Si es que era lo que había entendido. -¿Crees que entre todos podemos sacarla? -Pregunté a Hayame preocupada -no tengo ni la menor idea de los antecedentes. He venido un par de veces a comprar por aquí, pero siempre eludiendo el echo de tener que ayudar si no era realmente necesario. Ahora lo lamento. Quizá con más magia podíamos detener toda esa locura, la verdad -respondí un poco apesadumbrada. -Ahora mismo no recuerdo en qué planta exactamente está sucediendo todo ésto. Sé que hemos pasado por algunas pero no por la que... -me callé y tomé rápidamente la varita -haré lo que sea necesario para traer a Sagitas y si hace falta invocar un ejército de demonios lo haré sin dudar -dije amenazante.
  10. Victoria Abberline La rubia bebió nuevamente un sorbo tomando el pequeño jarrito con sus dedos y miró por encima del recipiente, mientras bebía, el rostro de John. Al dejarlo sobre el platito, soltó una risa y negó con la cabeza, volviendo a recostar su espalda en la silla. Sus piernas seguían cruzadas y su mirada fija en el Netley. — No me sorprende...hasta Peter ha ido a jugar con él — Vicky rió por lo bajo — Hombres...— Musitó irónicamente negando con la cabeza para luego volver a reír. — Si a vosotros os ha gustado, me parece perfecto. Yo solo lo veo aburrido. Muchas veces he tenido ganas de anotarme al Quidditch por ejemplo, más que nada hace unos meses, pero tras el Mundial terminé de odiar todo lo que confiere a una escoba y una snitch. Resopló demostrando el agobio que sentía con respecto a su último comentario. Jamás pudo comprender por qué surgió la necesidad de involucrar a todo el mundo mágico en un simple mundial de Quidditch. Lo único que agradecía era que ya había finalizado. — Tengo bastante claro el tema de la caza así que cuando quieras te echo una mano. Tiene que ser de noche para que no haya sospecha. Sobre todo porque debemos tener cuidado a quién, cómo y en dónde porque con un mínimo de descuido podrán darse cuenta. Normalmente yo suelo seguir métodos de caza de algún animal de la zona que sepa que atacaría a un humano... pero eso depende cada uno. Y volvió a beber otro sorbo de café.
  11. Victoria Abberline La rubia estaba entretenida. Hacía tiempo que no se tomaba un descanso y ahora lo estaba disfrutando. Siempre era agradable estar en compañía de algún amigo como lo era el rubio, compartiendo un café y una interesante charla, más sobre todo cuando las obligaciones se convertían en un peso bastante interesante. — ¿No? Si quieres podemos ir un día de estos de caza. Hace mucho que no voy pero la verdad es que siento a veces la inmensa necesidad de liberar energías en ese tipo de cosas. Ya se me hace casi imposible cuando me cruzo con algún niño. Encima no se si te pasa pero, el latido de su corazón se me queda grabado en la mente...es realmente una tortura. ¡Y ni te digo cuando me cruzo con muggles de ida al Ministerio! — La voz de la rubia se mantenía en aquel tono pausado. — A Fred bastante bien, por suerte. Aunque yo detesto esa cosa. Realmente no entiendo como es que puede encontrar entretenido ver a once tipejos corriendo atrás de una pelotita que encima ni siquiera vuela!! Una locura sin duda alguna. A mi dame el Quidditch y gracias. Lo he ido a ver varias veces pero...— La rubia hizo una pausa ya que en ese momento se acercaban con su café. Ya era hora ya que andaba a pico seco desde hacía bastante. Vicky le hizo seña a la persona que le trajo el pedido agradeciéndolo y volvió a mirar al Netley. — Bueno, te decía que lo he ido a ver varias veces pero realmente me aburro. Él sabe que lo apoyo pero que también tengo cosas que hacer. Igual ¿Te digo algo? Me gustaba más cuando jugaba al Quidditch...— Bebió un sorbo del humeante café que se encontraba bien dulce dentro del jarrito de porcelana.
  12. Victoria Abberline La mujer accedió a tomar asiento frente a él, mientras se reía ante el comentario de John. Previamente había desprendido su capa para quitársela y dejarla apoyada en el respaldo de la silla. Ahora acomodaba su falda negra mientras cruzaba una de sus piernas descubiertas, apoyándose en el respaldo algo incómodo. Sus labios seguían curvados en una sonrisa cuando el chico le preguntó sobre ella. — Yo bien, pese a que no he tenido tanta suerte como tú... tendré que visitar el prado más seguido a ver si consigo alguna aventura emocionante — La rubia se había concentrado en el movimiento de la cuchara y ya se estaba exasperando por el ruido metálico que producía el roce del utensilio contra la cerámica. Sus ojos buscaron de pronto a alguien del lugar para hacerle luego la seña de un café expresso doble. Al ver que le entendían volvió su vista a su amigo. — Se puede decir que últimamente me estoy tomando la vida con sumo Re-lax...— Marcó con énfasis aquella palabra, dividiéndola en sílabas para darle mayor significado — Me cansé de la eterna rutina sinceramente. Tal vez vuelva a las épocas en que andaba de caza bastante seguido; al menos allí tenía la emoción y adrenalina de la persecución y esas cosas...— reconoció aquello último en voz baja ya que sabía que él tenía entendido a lo que se refería puesto a que era un vampiro al igual que ella. — Y cuéntame, aparte de ser violado y tener esos encuentros cercanos del tercer tipo, ¿A que dedicas tu vida?
  13. Victoria Abberline Sus pasos cesaron cuando la fachada de un restaurante se dejó ver. Estaba lo bastante presentable como para poder hacerse un break y descansar un poco. No tenía ningunas ganas de seguir trabajando y, si seguía deambulando por el Diagón, terminaría tentándose con alguna que otra delicia andante -había muchos niños dando vuelta- por lo que se asomó a la puerta de aquel sitio el cual se anunciaba con un cartel bajo el nombre de "Ladurée". Empujó la puerta y no pudo evitar soltar un suspiro demostrando una cierta decepción. Fabuloso, se dijo a si misma al darse cuenta que el local era indudablemente pensado para los de la Orden. Lo único que le faltaba era tener que cruzarse con alguien al que no pudiese evitar romperle un brazo aunque sea. Rodeó los ojos pero enseguida vio algo cómico e increíble... — ¿John? — Preguntó casi sin creerlo, en un tono de sarcasmo absoluto. Soltó una carcajada al ver que el hombre levantaba la mirada a su dirección. Se acercó con aquel paso elegante que jamás perdería, tirándose el cabello hacia atrás. Su capa negra que cubría casi todo su cuerpo se mecía conforme efectuaba los pasos hacia la mesita en donde el Netley se encontraba. — Vaya vaya, pensé que te había tragado la tierra… ¿acaso te han secuestrado y has conseguido escaparte?— Preguntó Victoria mirándolo con una sonrisa, bromeando. Hacía muchísimo que no lo veía. A decir verdad, no se acordaba de haberlo visto alguna otra vez luego de su boda. Ni en el mismísimo Ministerio donde era empleado se había aparecido durante meses.
  14. Astrid Diederich La alemana recostó su espalda a la silla mientras esperaba el regreso del camarero, no tenía mucha prisa por marcharse, pero sí le urgía ingerir un poco de alimento para poder sobrellevar los ajetreos del día. Cerró sus ojos para poder descansar un poco, tampoco le vendría mal algo de relajación antes de iniciar con sus labores. -Disculpe señorita -le escuchó decir a una vocecita pero le ignoró -Señorita... -volvió a insistir y en vista de que el camarero no dejaría de fastidiar, Astrid abrió los ojos. -¿Qué quieres? Espero que me hayas despertado por algo bueno, como por ejemplo mi desayuno -le fulminó con la mirada. El camarero se dispuso a depositar una taza de chocolate caliente con churros sobre la mesa -¿Y esto? -preguntó confundida pues eso no era lo que había pedido. -La señorita de allá me ha dicho que le trajera esto -el camarero señaló a las espaldas de la alemana que no dudó en girarse. Al notar de quién se trataba una gran sonrisa se dibujó en su rostro. -Dígale que si no es mucha molestia me acompañe a la mesa, y que gracias por el desayuno -Astrid le guiñó el ojo a su prima Evelyn y volvió a su posición inicial esperando su llegada. Tomó la taza de chocolate caliente y los churros que descansaban a su lado. Con gran habilidad se sirvió un poco. Buscó a Evelyn con la mirada y alzando la taza con su mano derecha bebió a su salud. En definitiva el inicio de la jornada laboral se haría mucho más interesante con aquella bruja ahí.
  15. Astrid Diederich Ni bien terminaba una semana de su primer empleo cuando ya empezaba la otra. Asi pasaba así su vida, pero eso parecía gustarle a la Diederich, que siempre tenía cosas por hacer y buscaba más para ocupar su tiempo. Bastante acalorada desabrochó los tres botones de su blusa dejando ver un poco su escote. Ajustó un poco su falda y continuó con el recorrido por el Callejón. Su destino era el "Ladurée". -Esperemos que el café no esté atestado de gente. Su estómago rugió, avisándole que tenía que alimentarse o en cualquier momento se sentiría lo demasiado débil para no continuar. Astrid caminaba a paso lento. Cuando llegó al lugar indicado empujó la puerta e ingresó. Lo primero que hizo fue buscar una mesa y ordenarle a uno de los camareros que atendía que le trajera unos churros calientes, antes de empezar su trabajo desayunaría un poco.
  16. -Vale, perfecto primo -sonreí mientras veía que su hermano quería tirarse. -Pues tienes razón -dije pensando- la crema haría que los rayos solares no me afectasen, y así por lo menos espero tener un buen bronceado -y no pude soltar una carcajada- bueno, espero que al menos, en los vestuarios haya. Fui en dirección hacia allá mientras veía a dos brujas, una de ellas reconocible, tenía el pelo súper rojo y lo identifiqué cómo el de Hayame. La particularidad de la familia, era que nos podíamos al menos, no los vampiriles saber quiénes éramos cada uno de ellos por el tono del pelo. La vi que hablaba con una bruja, pero estaba tan despistada que ni me fijé en ella, así que, rápidamente me colé al interior del vestuario y enseguida revisé algunos bikinis que había por ahí cerca. Algunos ciertamente eran horrorosos para mi gusto, así que escogí un modelo que más o menos me quedaba bastante bien, a pesar de ser de que, había conseguido un tono de moreno, no había conseguido del todo sacar la palidez que tenía por ejemplo, en la cara, a pesar de usar cremas solares. Rebusqué por ahí a ver si había, y finalmente había encontrado una. Estaba de suerte, era para vampiros, así que, me eché bastante cantidad y cuando terminé, me lavé bien las manos. Luego cuando estaba lista, me hice una trenza y de ahí un buen moño para que no me molestase nada, mientras guardaba la varia dentro del monedero de piel de moke y ahí en el bolsillo del pantalón. Resoplando, salí al exterior, mientras veía a Matt con Ithilion jugando en el agua, sonreí, iba a ser un buen día de piscina y sol.
  17. Mientras estaban completamente distraídas había salido sin apenas decir palabra, pero solamente porque tenía cosas que hacer, y así podría venir más tarde a seguir tomando algo con mis familiares más cercanos. Después de dos horas, más o menos en el tiempo que me llevó hacer las gestiones, decidí regresar otra vez, pero en ésta ocasión para tomar algo fresquito antes de llegar a casa... Cuando abrí la puerta del local, me recibió un aroma de limón y eso me alegró un poco el día, parecía que a pesar de todo no iba a ser tan malo. En cuánto llegué, al parecer había una elfina hablando con Hayame, pero en vez de molestar con la charla, decidí sentarme en uno de los sillones del establecimiento. Coloqué nuevamente mis ropas mejor (botas de piel de dragón, pantalón vaquero negro y camisa blanca. Había decidido ir a cambiarme a casa para estar más cómoda, también tenía mi monedero de piel de moke en el bolsillo, con la pitillera de plata y la varita). Me coloqué nuevamente y esperé que Harpo me atendiese, al parecer, se venía frotando el trasero, y un par de magos estaban en el interior, una chica y un chico, mientras veía cómo Sagitas estaba algo enfurruñada, y entonces capté que algo malo debió de pasar, pero se lo preguntaría más tarde... -Harpo, podrías por favor, ¿traerme un zumo de calabaza con hielo? -éste asintió y en pocos minutos me trajo lo solicitado, le di un sorbo y encendí un cigarro con la varita, extraído anteriormente de la pitillera de plata, que lo coloqué encima de la mesa. Di un sorbo a la bebida, ésta estaba deliciosa, cómo siempre. off: entro de nuevo, que me perdí un poco jajajaja
  18. Me encogí de hombros, los del Ministerio desde luego buscaban alguna excusa para meterse en vidas ajenas, vivos o "resucitados". -Bueno tía, siempre hay gente por todas partes -le dije sonriente, pero sin saber a lo que se refería exactamente. Harpo parecía que estaba histérico, pedía atención urgente y yo me lo quedé mirando. Parecía que estaba a punto de darle un ataque. Negué con la cabeza: -Tienes pájaros en la cabeza Harpo -refunfuñé malhumorada. Pero lo que dijo a continuación me dejó más sorprendida. -¿Qué Sagitas se quema dentro de un espejo? ¿Cómo demonios ha ocurrido eso? -Pregunté curiosa y a la vez asustada. Esperé a que el doméstico relatara brevemente lo ocurrido, para ayudar a mi tía había que saber todos los detalles posibles, así que bufé y saqué la varita nuevamente que había guardado antes en el bolsillo. -Hayame, voy contigo, los mapas estelares pueden esperar. Además, cuántas más varitas mejor ¿no te parece? -respondí con una sonrisa. -Sólo espero que se termine de una vez esa pesadilla. Sólo se le ocurre a Sagitas meterse en asuntos espirituales por muy sacerdotisa que sea -dije, quejándome y negando con la cabeza pero preparada para lo que fuese. -Sí Harpo -repeti lo dicho por mi familiar de pelo rojo -llévanos ante el espejo, por favor -le pedí.
  19. Una mañana tranquila en dónde los primeros rayos del sol iban saliendo y calentando las calles del callejón Diagón. Mi aparición apenas fue advertida por los demás viandantes que se iban ocupando de sus propios negocios. No había mucha gente ya que, era todavía temprano. Aún hacía frío y menos mal que había llevado una capa más gorda de lo habitual, así que me tapé un poco con ella. Un traje normal y corriente negro, de traje chaqueta, y mis tacones resonaban por la vía empedrada que iba hasta el centro, a mano derecha del Banco Mágico, el Magic Mall. En un paso más apurado, llegué al lugar de las compras oficiales de bichos, objetos y pociones, después de pasar por los arcos de seguridad llegué a la Primera planta, en dónde había una sección completa de objetos, a cada cual más variopinto, extraño, muggle y mágico. Menos mal que había rellenado el pergamino antes de salir de la Mansión Rambaldi, así que, esperando mi turno, lo revisé todo antes de entregarlo al mago que me atendiese. En cuánto llegué a su altura, le mostré el documento y le dije: -Espero que esté todo en orden -comenté sin decir mucho más, y esperando que validase mi compra. ID: 115845 Nick: Heliké Rambaldi Vladimir Bóveda: Bóveda Familia Rambaldi Fecha: 13-05-2014 Nombre del producto: Pensadero Objetos, Criatura o Poción: B Catalogación: AAA Puntos por unidad: 40 puntos Cantidad de unidades: 1 Precio por unidad: 2000 g Precio total: 2000 g Total de Puntos: 40 puntos Si es una criatura para personaje, colocar el Rango Social del comprador: (Aprendiz, Unicornio de Bronce, Unicornio de Plata, Unicornio de Oro, Dragón de Oro, Orden de Merlín): -- En caso de ser criatura, objeto o poción para familia o negocio: Registro Familia Rambaldi
  20. Una mañana tranquila en dónde los primeros rayos del sol iban saliendo y calentando las calles del callejón Diagón. Mi aparición apenas fue advertida por los demás viandantes que se iban ocupando de sus propios negocios. No había mucha gente ya que, era todavía temprano. Aún hacía frío y menos mal que había llevado una capa más gorda de lo habitual, así que me tapé un poco con ella. Un traje normal y corriente negro, de traje chaqueta, y mis tacones resonaban por la vía empedrada que iba hasta el centro, a mano derecha del Banco Mágico, el Magic Mall. En un paso más apurado, llegué al lugar de las compras oficiales de bichos, objetos y pociones, después de pasar por los arcos de seguridad llegué a la Planta Baja, en dónde había una sección completa de animales, a cada cual más variopinto, extraño, muggle y mágico. Menos mal que había rellenado el pergamino antes de salir de la Mansión Rambaldi, así que, esperando mi turno, lo revisé todo antes de entregarlo al mago que me atendiese. En cuánto llegué a su altura, le mostré el documento y le dije: -Espero que esté todo en orden -comenté sin decir mucho más, y esperando que validase mi compra. ID: 115845 Nick: Heliké Rambaldi Vladimir Bóveda: Bóveda Familia Rambaldi Fecha: 13-05-2014 Nombre del producto: Loba Objetos, Criatura o Poción: C Catalogación: X Puntos por unidad: 10 puntos Cantidad de unidades: 1 Precio por unidad: 500 g Precio total: 500 g Total de Puntos: 10 puntos Si es una criatura para personaje, colocar el Rango Social del comprador: (Aprendiz, Unicornio de Bronce, Unicornio de Plata, Unicornio de Oro, Dragón de Oro, Orden de Merlín): -- En caso de ser criatura, objeto o poción para familia o negocio: Registro Familia Rambaldi
  21. No sabía lo que había pasado. Había entrado a comprar o mirar si tenían ciertas plantas y todo se volvió puro caos. Se escucharon gritos, Sagitas había recibido en toda la cara un saco de estiércol, no pude evitarlo y estallé a carcajadas sabiendo que quizá estuviese en serio peligro, pero no me importaba. Me había respondido que tendría que ir a Mega ayudas, pero no pasaba nada, unos cristales rotos y el aroma de Amya se había esfumado de la tienda en un abrir y cerrar de ojos, con lo que, mi tía estaba más furiosa todavía. Mi tía Hayame en cuánto salió de la trastienda, le lanzó encima de mi otra tía de pelo violeta un trapo bastante usado, y no podía parar de reír, simplemente me dolían las costillas. Pero de un momento, todo volvió a la calma. Al parecer Hayame tenía algo roto, o quizá fuese un esguince, y con todo eso una voz melosa que se dirigía a mi tía Sagitas para hacerle ver que necesitaban un río... Murmuré: -Es buena idea, ya que da vistosidad -susurré esperando no recibir nada de nadie... Pero sin evitar obviar la escena comenté: -Sagis, no deberías de ser tan blanda -leñe y seguro que me bajaba el sueldo por el comentario. Pero no podía evitarlo a veces me salían las palabras sin querer. -Bueno titas -me dirigí a las dos mujeres- si es puedo venir en otro momento, pero puedo curar eso en un periquete Tía Hayame -le dije con una sonrisa apuntando a su pierna mala, ya que había venido al mostrador cojeando. -Y con referente a las plantas, no tengo inconveniente de comprar algunas semillas para plantarlas en casa -y me crucé de brazos sonriente ante la escena.
  22. Parecía que nadie se dignaba a contestarme así que negué con la cabeza y cómo un basilisco me dirigí hasta el lugar en dónde estaba la secretaria para buscar informes, las restantes enfermeras, parecía que se habían escabullido a causa de la furia que hacía que temblasen. Rebusqué en los archivos y sin saber lo qué realmente buscar, estuve así durante unos minutos. Estaba segura que la recepcionista del lugar me miraría con mala cara, y diría que ese no era mi trabajo, pero también era mi deber el saber quién trabajaba para mí para luego hacerle una sanción económica y se me ponía seria, laboral. No era normal que las restantes chicas no se ocupasen de los enfermos que estuviesen en boxes, seguramente aún no me habían tomado en serio, pero hablaría con mi tía que además era la directora de la clínica y esperaba que pusiese más orden del que había. Además que los sanadores, estaba segura me lo agradecerían. Encontré los expedientes de mis trabajadoras y me puse a leerlos detenidamente, al parecer no había ninguna falta en ninguna de ellas, así que, salí del círculo y me puse a leer en uno de los asientos que había en la entrada de urgencias.
  23. Asentí ante lo que me decía mi tía, tenía toda la razón del mundo... -Y no sólo eso, muchas veces los astros te pueden decir si es bueno realizar un buen ritual mágico, aunque bueno - me rasqué la cabeza- eso más bien sería con adivinación, aunque astronomía y astrología no tienen nada que ver -le informé- y eso que en un principio estuvieron ligadas, con el paso del tiempo cada una fue por su lado -dije, suspirando. -¿Escapar? -Pregunté curiosa, pero no comenté más nada, ya que no quería meterme en dónde no me llaman. - Se supone que para los del Ministerio los vampiros no morimos, si no hicieron el acta de defunción en su momento, supongo que para ellos estarás viva -le dije encogiéndome de hombros- mmm, no sé, igualmente con amenazarlos un poquito -sonreí abiertamente- creo que no se atreverían a investigar de nuevo tu vida -asentí con la cabeza y solté una risilla ante la sola ocurrencia. -Además si necesitas cualquier tipo de ayuda, puedes contar con ella -le guiñé el ojo a mi tía, mientras esperaba que el dichoso elfo me trajese los mapas estelares aunque, tal y cómo estaba semi-inmovilizado por el escudo protector.
  24. Hola Mynerva ¿Qué tal? Espero que todo bien. Bueno vengo por aquí a avisar de una cosa. Me he fijado en que en nuestro negocio, el Centro Vulturi hace días se le ingresó los pagos correspondientes de todos los meses y me fijé en que, a pesar de que en el posteo figura la cantidad, en la parte superior al lado del número de la bóveda, la cantidad está a 0. Imagino que sería un despiste cuando hiciste el trámite y te olvidaste de poner la cifra arriba y que por eso no se añadió la cifra total de pagos. La cantidad sería ésta 13600 G. ¿Podrías por favor, y cuando puedas claro, corregir ese error? Igualmente, muchas gracias por tu esfuerzo de hacer ese trámite y de todo lo demás *le deja chocos*
  25. Una voz particular había llegado a mis oídos. Alguien con la voz pastosa por el sueño me llamaba, y no sabía si en esos momentos debería dirigirme a ella o simplemente esperar a que ésta se despertase. Saqué la varita del pantalón pero por seguridad por si me encontraba con algo raro, ya que no quería sorpresas. Me fui guiando por el aroma de mi tía Hayame hasta que la encontré medio adormilada y encima de alguien que le hacía de veces de cama, pero no pude evitarlo y estallé a carcajadas, estuve así por lo menos durante cinco minutos y después de tranquilizarme, limpié las lágrimas de la risa con el dorso de la mano. Al ver que no había peligro alguno metí la varita de nuevo en su lugar, risueña y contenta comenté: -Pero, ¿se puede saber qué haces tía? -pregunté ante la escena que veía mis ojos... -Venía a ver si estaba por aquí mi prima Xell -le informé - pero vi que ésto estaba completamente vacío y preferí esperar afuera hasta que te escuché que me hablabas -si decía que había escuchado sus ronquidos, estaba más que segura que me mataría, o lo negaría, así que mantuve la compostura pero era imposible no echarse a reír ante la escena que estaba viendo... -¿Qué es lo que haces por aquí? -pregunté curiosa y esperando su respuesta, crucé los brazos risueña.

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