Romina Black Lestrange

Romina y Diego Recorrían el callejón diagón con toda naturalidad, como cualquier pareja normal haría. Habían acordado en encontrarse con Nicole en Ink Master, que era una tienda de tatuajes. Si bien les había costado trabajo convencer a Romina de ir a un lugar como aquel, decidió aceptar, solo los acompañaría para que ellos se hicieran un tatuaje ya que ella todavía no se atrevía a hacerse esas cosas en la piel. Después de haber caminado por aproximadamente media hora, llegaron al lugar y lo apreciaron desde afuera. Las maquinas eran enormes y seguramente servían para cualquier tipo de cosas. Diego tomo por la mano a Romina, él esperaba poder convencerla de que, por lo menos, se hiciera un tatuaje pequeño, estaba completamente seguro de que lo conseguiría ya que al final, después de insistir, la bruja cedía. Al entrar al lugar se encontraron con Nicole en uno de los sillones, se acercaron lentamente hasta la bruja y ambos la saludaron con un hola y un beso en la mejilla. Se sentaron en los otros sillones; seguramente alguien aparecería en cualquier momento y les haría los tatuajes, o quizá tendrían que esperar un buen rato hasta que algunos de los dueños se dieran cuenta de que tenía clientes. —Me costó convencer a tu prima para que viniera a este lugar— comentó Diego a Nicole, para romper el silencio que se había formado entre los tres —Lo que aún no logró es convencerla de que se haga un pequeño tatuaje, pero si nos ve a nosotros seguramente se decida— dijo con una sonrisa, moviendo ligeramente la cabeza en busca de algún dueño o empleado. @@Nicole Evans Crowley

Romina Evans Targaryen Se encontraba en la parte más alta de una verde colina. A cada parte donde miraba se encontraba con árboles completamente verdes, un par de rocas del tamaño de una bellota y nada más, al parecer en el lugar no había animales o al menos ella no los veía. Se sentó en el pasto y estiro una mano, no estaba buscando nada en especial, hasta que sintió que algo caminaba por su piel y se dio cuenta que se trataba de una araña. Se paró de golpe y la quito de su mano, al parecer en el lugar había insectos, ni siquiera sabía si estos tenían o no veneno. Camino unos pasos recorriendo el lugar, estaba bastante aburrida y no se había dado cuenta que en un par de horas caería la noche, por lo que tendría que apresurarse para regresar a su casa. Llevaba puesto un vestido corto, era raro que se vistiera de aquella forma, pero ese día así lo había decidido; también tenía unos zapatos negros y sostenía su varita fuertemente en su mano derecha. Miro al cielo, y por primera vez vio pasar una gaviota que volaba rápidamente encima de su cabeza y se quedaba en el nido de uno de los árboles. A lo lejos logró ver una figura, pero desde allí no lograba distinguir si esta pertenecía a un hombre o a una mujer. Levanto su varita, no sabía si era alguien en quien debía confiar o no, pero era mejor estar prevenida ya que nadie podría salvarla en un lugar tan abandonado como aquel. Cuando esta se vio mucho más cerca, a menos de diez metros levanto su varita y apunto hacía ella —Desmaius— dijo. De su varita salió un rayo que recorrería la distancia que los separaba y si llegaba a impactarle en alguna parte del cuerpo, logrando que se paralice y tirarlo al suelo.

Romina Evans Targaryen Se sentó en la mesa, y, de cierta forma, estaba acostumbrada a esperar un largo rato hasta que alguien le atendiera. Por suerte, y pasa su sorpresa, este lugar era completamente diferente ya que una elfina había notado su presencia y la recibió de una forma que no pudo evitar sonreír. Antes de poder responder a la pregunta de Feixac, notó la presencia de Diaspora, su hermana. Se levantó de la silla y la saludo con un beso en la mejilla y le indicó que si podía sentarse. —¿Tú quieres algo en especial?— le preguntó a Diaspora con una sonrisa. Si bien no conocía muy bien a su hermana, esperaba poder llevarse bien con esta y no tener ningún tipo de discusiones o cosas por el estilo porque solía tener de estas cosas con su familia. —Me decías de una degustación especial— ahora se dirigía a Feixac, la elfina —¿Puedes traer eso? Y bueno, también lo que quiera mi hermana— dijo, esperando que la elfina no tuviera problema con aquello. —¿Qué haces por aquí?— preguntó a su hermana con una sonrisa; quizá ella si tenía una buena razón para estar ahí, y no como ella que solo estaba ahí para no estar en su casa aburrida. @Diaspora @

Diego La fiesta parecía estar algo concurrida. Diego saludo a todos con una hola y una sonrisa; incluso saludo a su prima, al que era su hermano y a la madre de la chica, aunque desde el primer momento se habían llevado mal. Estuvo a punto de caminar hasta el mar, las olas parecían llamarlo, pero antes de encaminarse hasta allí escucho la pregunta que el Stark les hacía y no dudo ni por instarse en quedarse. —Nos conocemos hace seis o siete años— respondió tomándola de la mano, sabía perfectamente que a la chica no le gustaba ese tipo de preguntas, y mucho menos que se metieran en su vida, por lo que le agarró la mano para que recordase que debía estar tranquila. — El mar parece estar perfecto para un día como hoy, aunque también estaría bien unas bebidas. Como todos quieran— comentó, como haciendo una respuesta a lo que Nicole preguntaba. Romina Al llegar saludó a su prima, y simplemente esperaba que ella si aceptara a Diego, no como lo estaba haciendo su madre; y en parte su tía, Bel. No pudo evitar poner cara de sorpresa ante la reacción de su madre; ¿Ya habría aceptado a su novio o tenía que controlarse al estar con muchas personas?, sea cual fuere la razón, estaba feliz de que no le haya dicho nada al respecto. Segundos después saludó a su hermano, al cual conocía y sabía que tenía ese parentesco hace muy poco tiempo. La pregunta que este hizo le tomó por sorpresa, ¿Por qué todos querían saber eso?, se preguntó, de todas formas Diego había respondido y ella aclararía algunas cosas ya que Robb parecía interesado en saber muchas cosas. —Es como él dice, nos conocimos hace un par de años— reafirmó, a pesar de que esto no era necesario —Nos conocimos en un Instituto, éramos compañeros hasta que nos hicimos buenos amigos— respondió para después agregar — ¿Algo más que te interese saber?. @@Robb Stark

Romina Evans Targaryen El día había empezado de maravilla, se había levantado temprano y el sol estaba radiante por lo que eso también influyó en el estado de ánimo para que la joven estuviera feliz. Se encontraba en su habitación del Castillo Targaryen, se acercó hasta su guarda ropa y de allí saco una remera manga corta, un jean negro y unas cómodas zapatillas ya que tenía planead caminar un buen rato por el callejón. Cuando por fin termino de arreglarse salió de su habitación, cerró la puerta con llave y se digirió hasta el jardín en donde con un simple movimiento desapareció del lugar para reaparecer en otro completamente distinto: las calles del callejón diagon. Empezó a caminar por el lugar como siempre solía hacerlo, y, aun así, se sorprendía por la gran cantidad de negocios que había en el lugar. Continuo caminando, no supo por cuanto tiempo pero así lo hizo, hasta que sintió un ruido proveniente de su abdomen y en ese mismo instante recordó que al salir de su casa no había comido ni bebido nada por lo que empezó a buscar un buen lugar en el cual pasar un rato. Llegó hasta un lugar que le llamó mucho la atención por lo que no dudo en entrar al mismo. El lugar era hermoso, nunca había visto un lugar como aquel por lo que se vio obligada a sentarse en una mesa y observar todo desde allí.

Romina Evans Targaryen No sabía cuál era su objetivo; ¿matar o herir?, no lo sabía, pero no le gustaba hacer ninguna de las dos cosas. En estas ocasiones su mente se transformaba, pensaba de otra manera completamente diferente. En ese momento las cosas se le empezaban a aclarar un poco más; y al parecer todos o la mayoría se habían centrado en un solo objetivo por lo que ella decidió hacer lo mismo. -- Sectusempra—dijo apuntando al pecho de Agatha al tiempo que veía como de su varita salía un rayo que no tardaría nada en llegar y provocarle una herida. El hechizo había dado en su objetivo momentos antes de que esta decidiera usar un Seccionatus; había intercalado al Seccionatus con un Sectusempra, y, por ende, Agatha no tenía posibilidades de evitar que el hechizo le impactara. -- Floreus—pronunció nuevamente en dirección a Agatha para hacer que de su siguiente hechizo salieran simplemente un ramo de flores.

Romina Evans Targaryen Las cosas se estaban volviendo un tanto confusas; simplemente no lograba entender que es lo que estaba pasando. Una de las mujeres que estaba ahí había muerto, y, al parecer, la otra se había salvado. Otra mujer apareció en el lugar en el que se estaba dando la batalla, al parecer era la dueña de la casa porque no estaba muy conforme con lo que estaba pasando y empezó a fritar demasiadas cosas que la joven decidió no escuchar o simplemente ignorar. Y fue en ese mismo momento, que uno de sus compañeros le hacía un hechizo protector formado por agua. -- Silencius—al decir esto lograría que Agatha no pudiera hablar, y, por consiguiente, no pudiera efectuar ningún tipo de hechizo—Silencius—pronunció nuevamente en dirección a la misma persona, Agatha, el hechizo era el mismo, solo la silenciaria temporalmente sin posibilidad de decir hechizos verbales o hablar.

Romina Evans Targaryen Estaba algo confundida, camino nuevamente hasta el jardín y aunque solo era una distancia menos a diez metros, se sentía más cómoda si efectuaba los hechizos desde ahí y no desde dentro donde la vista se le dificultaba un poco, no del todo, pero podía mandar los hechizos a cualquiera y eso no era para nada bueno. Al llegar se encontró con otra perspectiva; dos personas más habían llegado al lugar de la batalla y por lo que ella notaba eran del bando contrario. -- Silencius—dijo al tiempo que apuntaba con su varita a Nats y se posicionaba a unos siete metros de esta, si bien lo que había lanzado no le haría mucho daño, lo único que haría era impedirle el habla por un tiempo—Sectusempra—dijo clara y fuertemente apuntando con su varita directamente al abdomen de Nats con la única intención de que el hechizo impactara y, así, su abdomen se abriera dando paso a un par de heridas que si no llegaba a curar a tiempo lograrían llevarla a la muerte. Se quedó en el lugar, observando los movimientos de todos para ver que estaba pasando.

Romina Evans Targaryen Camino siguiendo las indicaciones que su madre había dado, no estaba prestando atención a nada de lo que se encontraba a su alrededor por el simple hecho de que se distraería y no lograría entrar al lugar. El recorrido que hicieron fue bastante corto, llegaron a done había una especie de chimenea o al menos eso es lo que parecía ser por su aspecto. Al llegar inmediatamente empezaron a atacar a una mujer, ¿No era que ese era el trabajo de los mortífagos?, se preguntó, pues lo normal era que un miembro de la Orden no atacaba, sino los del bando contrario. Permaneció a unos seis metros, mirando todo lo que estaba pasando hasta que decidió hacer algo para ayudar a sus compañeros. — Floreus—dijo fuerte y claramente, al ser un efecto no tenía necesidad de apuntar con la varita, pero aun así apunto a Agatha con su varita, esperando que de su siguiente hechizo salieran unas simples flores. — Silencius— seguía apuntando a Agatha con su varita, pero esta vez el hechizo evitaría que las palabras salieran de su boca.

Romina Evans Targaryen Los últimos días habían sido de paz y tranquilidad para la joven Targaryen, pasaba todas las horas del día haciendo muy pocas cosas y apenas salía de casa. Estaba acostada en uno de los sofás que tenía en su habitación hasta que se dio cuenta de la presencia de un patronus con forma de cobra en frente de ella dando el mensaje que debía ir al Castillo Haughton. Se levantó de un salto de donde estaba y se puso lo primer que encontró: una remera y un pantalón de jean y arriba una capa que pocas veces solía utilizar. Salió de su casa lo más rápido que pudo, y al percatarse de que el lugar al cual debía ir estaba demasiado lejos decidió desaparecerse. Aunque la sensación no le gustaba, solo fueron unos segundos y después apareció a unos treinta metros del lugar. Mientras caminaba hacia los jardines para encontrarse con algunos de sus compañeros, saco su varita de uno de sus bolsillos y la paso sobre su rostro el cual se había cubierto de una luz para que nadie pudiera reconocerla. Al llegar saludo a todos con un simple hola y espero a que alguien actuara o diera indicaciones.

Romina Evans Targaryen No pudo evitar sonreír al notar que al chico no le molestaba su presencia—La verdad que no, es la primera vez que entró a este sitio—respondió con completa sinceridad tomando asiento en la mesa al lado del joven y espero a que le respondiera sobre qué estaba haciendo al hacer desaparecer algo que le habían traído. Decidió no responder por el momento y no hacer ningún tipo de comentario puesto que la elfina se había acercado hasta ellos para pedirles las ordenes. Sinceramente ella no sabía que pedir, pero no tuvo que esforzarse más en tomar aquella decisión porque en la mesa habían servido verías cosas que el lugar ofrecía. Mientras la elfina desaparecía tomo varios pedazos de sushi y le sonrió a Antoni, probo un bocado. Si bien nunca comía este tipo de comidas, le había gustado. Cando estuvo completamente segura de que nadie los escucharía decidió hablar—Si quieres puede decirme Romi—comentó sonriendo, después de todo eso no era lo único que quería decirle al joven—Espero que no te parezca entrometida o algo por el estilo—comenzó, pues no quería parecer descortés frente al chico—Creo que nadie en este mundo tiene un buen pasado, o al menos yo tampoco lo tengo. Pero no debemos vivir siempre con nuestros miedos, es más, deberíamos intentar solucionar o intentar vencer nuestros temores—dijo. Si bien no le había preguntado el porqué, quería darle unas palabras de ánimo al chico. Ella no era buena consejera y mucho menos con catorce años, ya que apenas estaba comenzando a vivir. En ese momento empezó a recordar su estancia en el Instituto, los castigos que impartían y otros tipos de cosas. @

Romina Evans Targaryen No pudo evitar sonreír al notar que al chico no le molestaba su presencia—La verdad que no, es la primera vez que entró a este sitio—respondió con completa sinceridad tomando asiento en la mesa al lado del joven y espero a que le respondiera sobre qué estaba haciendo al hacer desaparecer algo que le habían traído. Decidió no responder por el momento y no hacer ningún tipo de comentario puesto que la elfina se había acercado hasta ellos para pedirles las ordenes. Sinceramente ella no sabía que pedir, pero no tuvo que esforzarse más en tomar aquella decisión porque en la mesa habían servido verías cosas que el lugar ofrecía. Mientras la elfina desaparecía tomo varios pedazos de sushi y le sonrió a Antoni, probo un bocado. Si bien nunca comía este tipo de comidas, le había gustado. Cando estuvo completamente segura de que nadie los escucharía decidió hablar—Si quieres puede decirme Romi—comentó sonriendo, después de todo eso no era lo único que quería decirle al joven—Espero que no te parezca entrometida o algo por el estilo—comenzó, pues no quería parecer de

Romina Evans Targaryen Definitivamente la joven no sabía qué diablos contenía esa botellita; lo único que sabía de esta era que esta no tenía etiqueta alguna y era de un color que ella no podía describir, ¿Sería algún tipo de poción?, se preguntó. Estuvo a punto de estrellar la botella en el suelo al darse cuenta que se estaba sacando la cabeza por descubrir que era; por lo que decidió quedársela y averiguar más tranquila, en su casa, el contenido de dicha botella. Apretó la botella con mucha fuerza y asintió ante la insinuación de su compañera de mostrarle la botella a Lisa; por lo que caminaron hasta ella y se la enseñaron. No supo cuánto tiempo llevaba en aquel sitio; pero siempre era hacer lo mismo, buscar algún objeto o algo que nos pareciera sospechoso y después desaparecer del lugar llevando las evidencias, aunque seguramente aquello no serviría de nada ella había cumplido con su parte por lo que decidió que ya era momento de irse. Vio que varios de sus compañeros ya se estaban marchando del lugar. Camino nuevamente hasta la salida, no tenía intenciones de pasar más tiempo en aquel sitio y ya empezaba a hacer mucho más frío. Salió del local y empezó a caminar por las frías y oscuras calles hasta que se dio cuenta que venía acompañada; era su prima por lo que se ofreció llevarla hasta el castillo. De un momento a otro ambas desaparecieron y aparecieron en el Castillo Evans McGonagall.

Romina Evans Targaryen Ya habían llegado varios al lugar citado y entre ellos pudo reconocer a Nicole, su prima y se puso contenta al saber que ella también era de participar en este tipo de cosas. Cuando por fin Lisa, la cual había creado el hipogrifo para convocarlos, dio las órdenes para que todos pudiéramos entrar la joven camino los treinta largos metros que la separaban de la puerta del lugar. Cuando por fin llego a la puerta espero primero a que varios entraran para entrar ella por detrás. Se encontró con un enorme bar, botellas y todo tipo de cosas abundaban en el lugar. Seguramente se le haría bastante difícil encontrar alguna evidencia que pudiera servir para comprobar que los mortífagos solo querían hacer cosas malas. Se quedó mirando una de las mesas y negó con la cabeza; ¿Cómo era que con estas marcas que tenían nadie se daba cuenta de que seguramente eran mortífagos?, se preguntó, y aunque no tenía “evidencias” para comprobarlo estaba segura. Camino hasta el fondo en donde había una gran estantería con un sinfín de bebidas, todas eran de diferentes tamaños y colores; pero hubo una de ellas que le llamó especialmente la atención. Se acercó aún más y la tomo con mucho cuidado para no romperla o simplemente para que el líquido no se escapara. Era una botella pequeña de unos diez centímetros; era de un color raro y no tenía etiquetas como todas las demás. Se acercó hasta una de sus compañeras; ¿Sería Nicole?, no lo sabía, puesto que la había perdido de vista al entrar al lugar—No lo sé—respondió y levanto la botella para verla más de cerca.

Romina Evans Targaryen El conocido patronus de hipogrifo hizo acto de presencia en la habitación de la joven. Siempre que este aparecía, o al menos la mayoría de las veces, era por cuestiones de suma importancia para el bando y estaba segura que esa no sería la excepción. Se levantó lo más rápido posible de su cama, era de noche y hacia bastante frío por lo que le costaría aún más poder concentrarse en el mensaje del patronus. El mensaje que este le había dado era claro; tenía que asistir a una investigación en el negocio Wishes Banned and Strange Passions. Lo pensó varias veces antes de decidir si cambiarse o no; después de todo cada vez que hacían eso no lograban nada con las pruebas que encontraban, de hecho siempre le costaba e intentaba evitar asistir cuando le llamaban por aquel motivo. Se colocó un jean negro bien ajustado, unas botas de cuero negras, una remera y por encima de esta una campera para tapar el frío de la noche. Tomo la varita que estaba en la mesa de luz de su habitación y paso esta sobre su rostro para que una luz le cubriera el rostro; solo sus compañeros y los que le conocían lograrían reconocerla, el resto no lo sabría. Salió del Castillo Targaryen; como este estaba demasiado lejos del callejón diagon tomo la decisión de aparecerse en este. Cuando por fin llegó camino hasta el negocio Wishes Banned and Strange Passions en donde encontró a varios de sus compañeros en el lugar. Los saludo con un simple hola y espero a que dieran indicaciones.

Romina Evans Targaryen Constantemente escuchaba que se celebrarían fiestas; y, últimamente, se había propuesto asistir a todas las que pudiera ya que, después de todo, en su casa estaba sola y se aburría. Estaba caminando por el jardín del Castillo Targaryen junto a Diego, su novio, que había decidido pasar con ella unos días aunque tenía que andar escondido por los rincones para que nadie lo descubriera. Se mantuvo sentada debajo de un árbol, en silencio hasta que vino a su mente la idea de invitar a Diego a una fiesta; después de todo era su novio y estarían en muchas partes juntos. Espero a que él se sentara junto a ella y después de dirigirle una leve sonrisa se dispuso a hablar-- ¿Quieres venir a una fiesta? — Preguntó y al obtener una respuesta positiva de este no pudo evitar sonreír aún más— Es en la playa— agregó al tiempo que se ponía de pie y se dirigía a su habitación para cambiarse dejando al joven solo en el jardín. Llegó lo más rápido que pudo hasta su habitación y saco del armario un vestido de playa, seguramente eso sería lo más cómodo para la ocasión. Escogió un par de sandalias y salió de su habitación para encontrarse fuera del castillo con Diego. Lo tomo de la mano y desaparecieron para segundos después reaparecer en la Academia, ahora llamada Universidad. Llegaron rápidamente hasta lo que parecía ser un comedor; le indico a Diego que tomara los lentes de sol al mismo tiempo que ella. Al tocarlo sintió la horrible sensación que había sentido momentos atrás antes de desaparecer por completo del castillo; y si bien no le gustaba usar trasladores y ese tipo de cosas algunas veces no les quedaba de otra. — Buenos días—saludo a todos con una sonrisa. Diego *a petición de Nicole* El muchacho había llegado solo con una mochila a la vivienda de la joven, esta le había invitado a quedarse unos días, aunque tuvo que mantener su visita en secreto para que nadie se enterara. Pasaban la mayor parte del día en el jardín o en los alrededores; el terreno era muy grande por lo que él tenía espacio de sobra para esconderse durante algunas partes del día ya que durante la noche se escabullía hasta la habitación de la chica. Se sentó y apoyó la espalda en la superficie del tronco cuando su novia se lo indico y sonrió feliz ante la idea de asistir a una fiesta— Me parece perfecto— respondió para después ver como la joven se marchaba a su habitación. Él era nuevo en todo esto del mundo mágico; por lo que todavía no sabía utilizar correctamente la varita. La saco del bolsillo de su pantalón y lo transformo inmediatamente en un short de playa; hizo lo mismo con sus zapatillas que se transformaron en unas ojotas y, finalmente, su remera desapareció dejando al descubierto su abdomen. Espero a Romina en el lugar que habían acordado y cuando está apareció la tomo fuertemente por la mano y desaparecieron para llegar a un lugar completamente diferente. Si bien esa sensación no le había gustado para nada, haría todo lo posible para llegar a la fiesta. Miro desconcertado los lentes de sol que ella le indicaba, ¿Sería para poder entrar a la fiesta?, se preguntó, pero al tomarlos sintió exactamente lo mismo que la vez anterior. Sonrió feliz al notar que habían llegado a la fiesta. — Buenos días. Soy Diego, su novio— se presentó con una sonrisa en el rostro.

Romina Evans Targaryen La joven fue guiada por un elfo quien amablemente le ofreció el menú que el local disponía. Lo pensó durante varios minutos antes de encender el incienso, sinceramente la joven no conocía ninguna de estas comidas por lo que seguramente al momento de elegir tardaría demasiado y no quería hacer eso. Antes de poder decidirse un muchacho, al parecer tendría su misma edad o un poco menos, capto su atención por lo que le pidió permiso para sentarse en su mesa. La actitud que estaba tomando el chico le sorprendió, pero a la vez no pudo evitar que una carcajada se le escapara— ¿Qué haces?—se atrevió a preguntar, pero esta vez intento contener su expresión de asombro y de risa, puesto que no conocía al joven y su actuar podría parecerle incorrecto o podría molestarlo. — Soy Romina, Romina Targaryen— se presentó al tiempo que se sentaba en la misma mesa donde él estaba sentado y le dirigía una sonrisa. Miro nuevamente el menú, estaba demasiado desconcertada por lo que decidió prender el incienso a la espera de que alguien apareciera y le tomara su orden. @ @

Romina Evans Targaryen Una de las muchas cosas que la joven jamás entendería por nada del mundo seguramente era el hecho de que muchos negocios entraban en el callejón diagon en el que al parecer había lugar para muchos más. La bruja solía recorrer constantemente el callejón, pero muy pocas veces se decidía por entrar a algún negocio. Tenía hambre, sestaba buscando un buen sitio para comer hasta que... ¿Hace cuanto tiempo que estaba ese negocio? Fue lo primero que se le vino a la mente al ver el negocio de comida oriental o al menos eso parecía para ella. Nunca había estado en un lugar como aquel, y, a decir verdad, el sitio que se encontraba visitando e parecía raro pero a la vez muy interesante. Se paro en frente del lugar, estaba muy curiosa por entrar además de que solo había escuchado de ese tipo de comidas en libros o en lugares muggles. El lugar era hermoso. @

Romina Evans Targaryen Se quedó observando el lugar y hasta podría decirse que ya le dolía un poco la cabeza al no recordar cuándo y porque había estado en el lugar. Lo más probable era que el motivo anterior de la visita no se lo acordaba porque no había sido tan importante, pero si se detenía a pensar el porqué estaba ahora, tampoco era muy importante puesto que solo quería conocer gente y salir un poco del encierro en el cual estaba. Camino un poco adentrándose más al lugar y se detuvo en seco, no supo porque, solo se detuvo para después ver como una chica se acercaba hasta ella. — Hola—saludo a la chica con una sonrisa e intentaba acorarse de donde es que se le hacía tan familiar— Si mal no recuerdo, creo que nos conocemos del castillo Targaryen, de la fiesta de karaoke— comentó Romina que ya estaba casi segura de haberla visto allí aunque no se habían presentado en ningún momento. — Soy Romina— se presentó— Puedes llamarme Romi— agrego, pues la chica le había dado la “confianza” para llamarla Yari— Pues Yari, no vengo por ninguna cita, solo que me aburro demasiado en el castillo y creo que necesito socializar un poco— respondió con total sinceridad y una sonrisa en el rostro. — ¿A qué familia perteneces? — pregunto para conocer un poco más a la chica y se acerco hasta una mesa e indico a la chica con un gesto que se sentara. @@Yara Sarahi

Romina Evans Targaryen Al parecer todo estaba llegando a su fin o eso es lo que se notaba ya que la mayoría había muerto o estaban heridos y seguramente tendrían que curarse. Se acerco hasta donde estaban Mei y Hank y no pudo evitar reírse un poco al verlos colgados de cabeza, después de todo aunque no era un buen momento para reírse tenía que verle el lado divertido a las cosas y sin duda alguna ese lo era o al menos para ella. — Liberacorpus—dijo apuntando con su varita a Hank, haciendo que su cuerpo volviera a su posición original, con los pies en el suelo—. Liberacorpus— repitió el mismo efecto, pero ahora se lo hacía a Mei para que en ese mismo instante volviera a la normalidad. No pudo evitar sonreír, al parecer todo había llegado a su fin y era la primera vez que la chica terminaba una de esas redadas.

Romina Evans Targaryen Estaba confundida, no entendía muy bien que era lo que estaba pasando. Lo único que sabía hasta ese momento era que Hank la había salvado de unas manos fantasmales y de que un Seccionatus le impactara. Y nuevamente se dispuso a seguir las ordenes que recibía por lo que volvió a pronunciar—Silencius—el efecto iba dirigido a Zack, le impediría hablar momentáneamente como lo había hecho ya muchas veces por lo que seguramente tanto él como ella se estaría cansando de aquel hechizo. Y como si no supiera que más hacer ni que decir volvió a pronunciar un Silencius que nuevamente iba dirigido hacía Zack para que no pudiera hablar nuevamente. Romina rodó los ojos, ya se estaba cansando de estar allí y quería volver a su casa.

Romina Evans Targaryen — Silencius—volvió a pronunciar, el efecto iba dirigido hacía Zack para que este no pudiera efectuar por el momento ningún hechizo verbal, si bien eso no le produciría ningún daño, no tendría posibilidad de atacar con los hechizo más fuertes que casi siempre eran los verbales o eso era lo que pensaba. — Silencius— murmuro nuevamente al mismo rival (Zack), el efecto sería el mismo que el anterior impidiéndole temporalmente el habla sin la posibilidad de decir palabra. La chica vio como atacaban a sus compañeros de bando y estos intentaban defenderse, las cosas parecían difíciles pero ella solo seguía las ordenes que le daban. Los pájaros que había invocado minutos atrás seguían revoloteando cerca de ella al igual que el tigre que se la pasaba caminando en círculos alrededor de su creadora.

Romina Evans Targaryen — Avis— dijo y vio como de la punta de su varita salía una bandada de doce pájaros negros que tenían la orden de defenderla y de interceptar cualquier rayo o cualquier cosa que viniera hacía ella. Se estaba empezando a aburrir, ya era un poco tarde y estas cosas no eran para ella. Prefería estar en su casa haciendo nada a que estar allí atacando o viendo ese tipo de cosas que nunca le había gustado y que siempre intentaba evitar. — Morphos—apunto a una estatua que tenía un tamaño considerablemente grande. Logro ver como esta se transformaba rápidamente en un tigre de bengala que tenía la orden de atacar o defender según fuese necesario en ese momento. El animal tenía unos hermosos colores blanco y negro siendo su pelaje muy suave y bien cuidado.

Romina Evans Targaryen Agarro su varita con mucha fuerza antes de intentar poner un pie dentro del lugar. Se había tomado unos minutos para pensarlo bien, hacía ya bastante tiempo que no hacia estas cosas y además había participado en muy pocas por lo que no era tan rápida a la hora de actuar y eso no servía de nada. Y después de tanto pensar y pensar decidió por fin acercarse hasta el jardín en donde ya se encontraban varios de sus compañeros enfrentándose a aquellos que se hacían llamar mortífagos. — Silencius—dijo al tiempo que apuntaba con su varita a Zack, aunque esto no era necesario ya que lo que estaba conjurando era un efecto. Al decir esas palabras lo único que la chica esperaba era que, en su siguiente acción Zack no pudiera hablar y tuviera que usar hechizos no verbales. — Silencius— hablo de nuevo, pero esta vez iba dirigido a Leah con la misma intención que el hechizo anterior. Aunque solo le impediría hablar por un tiempo, era lo único que se le ocurría hacer en ese mismo momento y esperaba tener ideas más adelante.

Romina Evans Targaryen La llegada repentina de un patronus con forma de esfinge le tomo por sorpresa, la muchacha escuchó el mensaje que le había dado por lo que tuvo que salir rápidamente de su habitación tal como estaba; con simple pantalón y una remera gastada de tanto uso. Intentaba caminar lo más rápido posible hasta el lugar indicado, tenía que llegar hasta una especie de reja recién pulida y tocarla, aunque no sabía para que. Al tiempo que caminaba paso su mano lentamente sobre rostro para cubrirlo con una luz que la haría irreconocible para después no levantar sospechas. Llego hasta lo que parecía ser una brillante reja de metal de un color plateado. Se acerco hasta esta cuidadosamente, no estaba del todo segura de que tenía que hacer por lo que mantuvo su varita en alto por cualquier cosa que pudiera pasar. Alzo su mano lentamente y la fue estirando hasta que, con un simple roce, sintió esa horrible sensación que le daban los trasladores. No le gustaba para nada, pero logro aparecer a las afueras del Castillo Ivashkov en donde seguramente ya sus compañeros de bando habían llegado. Se mantuvo a las afueras del lugar, todavía no estaba segura de ingresar o no al lugar en donde se estaría llevando a cabo la batalla.