Le hubiese gustado seguir durmiendo, pero no, tenía la costumbre de no saber decir que a los demás, por lo que no le quedaba de otra más que cumplir con el horario. <<Juan Valdez Café>> se llamaba el negocio al cual tenía que estar antes de las diez de la mañana, ya que tenían la idea de encontrarse con sus pupilos a eso de las doce del mediodía, por lo que seguramente algo se les ocurriría.
Un jean negro, una remera manga corta y unos zapatos eran su atuendo para ese día. Luego de haber acomodado un poco su cabello salió de los terrenos del castillo Targaryen para aparecer en la entrada del callejón diagón. En uno de sus bolsillos descansaba su varita, siempre le llevaba a todas partes por si algo pasaba, mientras que, en el interior de su bolsillo izquierdo se encontraba la llave del negocio.
¿Cómo había conseguido llaves de un negocio que no era de ella? Pues bien, la explicación era un tanto complicada, ya que no lograba recordar con detalles lo sucedido una noche antes. Lo último que recordaba es que, de alguna manera, se había encontrado con su compañero León en un bar y luego de haber tomado un par de tragos habían decidido que tenían que verse en algún lugar con los magos o brujas a los que tenían el deber de guiar durante su estancia en la Universidad.
¿Y las llaves? Preguntó una voz dentro de su cabeza. Esas las había conseguido después de acordar en donde se verían, por lo que seguramente León había confiado en la joven al prestarle una copia de las llaves de su propio local.
Cuando quiso darse cuenta ya estaba parada en la puerta del café, por lo que no hizo más que introducir la llave en el picaporte, girarla un par de veces y listo, ya estaba adentro. Ahora solo tenía que aguardar a que llegara.