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Mia Zoeh

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Todo lo publicado por Mia Zoeh

  1. Estaba tan ensimismada observando a mi alrededor los artefactos nuevos que habían llegado a la tienda que casi había olvidado por completo por qué había ido hasta allí. Una voz familiar me sacó de mi cabeza, a pesar de que me tomó por sorpresa y me hizo sobresaltar. Mis pensamientos me habían alejado de allí a tal punto que no había notado que el local se había comenzado a llenar de gente que se pasaba largos minutos mirando las fotografías, los uniformes exclusivos y las escobas que se encontraban a la venta. Más de uno parecía estar repasando en su cabeza con cuántos galeones contaba en Gringotts para gastar en la tienda. Me volteé hacia la voz que me saludaba y allí estaba Antoni, mi jefe, preguntándome cómo estaba. También quería hablar con el castaño. Le sonreí amablemente. -Hola, Antoni. Estoy muy bien, gracias, ¿y tú?- pregunté, devolviéndole el saludo. Siempre era ameno encontrar rostros conocidos por Diagon, sobre todo si no eran por trabajo o malas noticias. Esperaba que no fuera por malas noticias. De repente, un par de manos cubrieron mis ojos. El tacto era suave y no estaba haciendo fuerza contra mi rostro, pero sentí su cuerpo bastante cerca. Mi corazón se aceleró y me mordí el labio inferior. La voz que me preguntó a continuación si sabía quién era hizo que mi corazón se detuviera definitivamente. Había extrañado esa voz; todos mis sentidos habían extrañado a esa persona que ahora se encontraba detrás de mí. Tomé sus manos con mis manos y las bajé lentamente, saboreando ese momento y el suspenso que se había generado entre ambos. No necesité voltearme ya que él lo hizo por mí. Suspiré mientras contenía la emoción de volverlo a ver. Llevé mis manos a su pelo castaño en lo que él se acercaba a besarme. Era tal cual lo recordaba de nuestro último encuentro. -Y yo te extrañé tanto a ti...- le susurré, separándome apenas de su rostro. Nos apartamos y el castaño se dirigió hacia Antoni para saludarlo. Preguntó si nos conocíamos, a lo que asentí con la cabeza. -Trabajamos juntos. Él es mi jefe...- me encogí de hombros tras la breve explicación. Supuse que también se conocían, ya que ambos se llamaban por el nombre. El Gaunt nos invitó a su oficina, a lo que comencé a seguirlo hasta el segundo piso. Había dejado a sus elfos a cargo, por lo que el negocio podía funcionar tranquilamente sin él por allí. Entramos a su oficina y nos ofreció algo para beber. -¿Tienes algún licor dulce?- pregunté, sentándome en una de las butacas. -El trabajo va bien, por suerte... El Ministerio ha estado tranquilo con el nuevo año, pero siempre hay misterios por resolver.- le conté, con un dejo de emoción en mi voz. Me encantaba mi trabajo y sabía que el castaño lo entendería a la perfección. Jugué un poco con el anillo de oro en mi mano, haciéndolo girar por mi dedo. Ya tenía la marca en la piel de llevarlo puesto, ya que hacía meses que ese era su lugar. @ @
  2. Había recibido la lechuza del castaño y desde entonces había estado contando los días para nuestro reencuentro. Sabía que había tenido que irse, aunque no sabía el porqué. De todas maneras yo había estado ocupada por mi parte también, por lo que no me molestó mucho. Tenía planeado lo que me pondría desde hacía un par de días. Unos jeans ajustados, una blusa de color verde marino y unas botas altas habían sido los elegidos. En su mensaje había dicho que volvía a reabrir el negocio, así que mi idea era sorprenderlo allí y ayudarlo a organizar todo. Tomé una chaqueta de cuero del guardarropa, me guardé la varita en el bolsillo del jean y me dirigí a los jardines del Castillo para desaparecerme fuera de los límites. Me dirigía a un lugar específico y era todo lo que había en mi mente. Así que allí aparecí, frente a la puerta del negocio. De repente me puse nerviosa. ¿Y si lo encontraba en un mal momento? ¿Y si las cosas ya no eran como antes? Tragué saliva y di un paso al frente, volviendo a detenerme. Volteé sobre mi hombro para ver a la gente pasar por el Callejón. Era un día concurrido por allí, pero nadie parecía notarme allí parada. Recorrí la distancia que me separaba de la puerta y golpeé con los nudillos. El cartel había sido puesto del lado donde decía "Abierto", así que imaginé que el mago ya estaba allí dentro. Me aclaré la garganta y entré al negocio. -¿Krit? ¿Estás por aquí?- comencé a adentrarme dentro del negocio, observando que todo a mi alrededor parecía haber sido desempolvado recientemente. @Kritzai
  3. -¿Por qué no puedo combinar la parte de arriba de este con la falda de este otro?- suspiré mientras me colocaba por encima por enésima vez los dos vestidos entre los que tenía que decidir para la cena. Ambos eran vestidos de invierno, a la rodilla, pero el escote de uno y la caída en la falda del otro hacían el vestido perfecto. Suspiré y opté por el de la falda que me gustaba, volviendo a guardar el otro en el guardarropa. Medias de invierno y borcegos acompañaban al vestido color ciruela que había sido el ganador de la ardua batalla que se había llevado a cabo frente al espejo de cuerpo completo que ocupaba un rincón en mi habitación de la mansión. Le sonreí a mi reflejo mientras me movía para ver cómo se comportaba el vestido y comencé a escuchar ruido escaleras abajo. Alisé la falda con las dos manos y me dirigí hacia el Hall, escuchando cada vez más cerca las conversaciones, las risas y los chillidos de los niños de la familia. Adoraba las cenas familiares y no se daban todo lo seguido que me gustaría, por eso intentaba aprovecharlas al máximo cada vez que ocurría alguna. A medida que me aproximaba más y más distinguía mejor a quién pertenecía cada voz. Identifiqué a mi madre, a mi tía Dennis, a mi hermana Wendolyn... Pero había muchas otras personas que aún no tenía muy claro quiénes eran. Llegué a donde todos se encontraban y comencé a saludar uno por uno. Primero me dirigí hacia mi madre, a quien abracé con fuerza y planté un beso en su mejilla. Me detuve a observarla un momento; aún no me acostumbraba a lo parecidas que éramos físicamente. Era innegable el parentesco; siempre había sido así. Luego me acerqué a mi hermana, a quien también abracé con fuerza. Por último me dirigí donde mi tía, tomándola por la espalda y plantando un beso en su mejilla. Extendí luego un saludo general a los demás. En ese momento, llamaron al comedor para sentarnos en la mesa, a lo que me dirigí hacia allá. Se sentía genial estar rodeada de familia; era una época del año que me encantaba. Lancé una mirada a una de las ventanas y vi que afuera nevaba. Suspiré. Era hermoso estar en casa. @ @@Dennis Delacour @@Wendolyn Maxwell
  4. ID: 119097 Nick: Mia Zoeh Link a la Bóveda Trastero: Bóveda 111602 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 105367 Link al Premio obtenido: --- Nivel Mágico: VI Fecha: 2019-01-03 Nombre del producto: Libro de la Fortaleza Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): 5 Precio: 5000 G Precio total: 5000 G
  5. ID: 119097 Nick (con link a la ficha): Mia Zoeh Link a la Bóveda Trastero: 111602 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 105367 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2018-11-02 Objeto: Navaja mágica multiuso Puntos: 80 P Precio: 4000 G Objeto: Ajedrez mágico Puntos: 10 P Precio: 500 G Total de puntos: 90 P Total de Galeones: 4500 G
  6. Hola madrinosa. Estaba segura de que no tenía formato (la copié desde el primer post) pero quizás sea por el skin (eso puede ser?). Así que aquí vamos de nuevo: ID: 119097 Nick (con link a la ficha): Mia Zoeh Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) 111602 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 105367 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2018-10-13 Objeto: Vuelapluma Puntos: 10 puntos Precio: 500 G Objeto: Águila de la Sabiduría Puntos: 80 puntos Precio: 4000 G Total de puntos: 90 puntos Total de Galeones: 4500 G
  7. ID: 119097 Nick (con link a la ficha): Mia Zoeh Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) 111602 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 105367 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2018-10-13 Objeto: Vuelapluma Puntos: 10 puntos Precio: 500 G Objeto: Águila de la Sabiduría Puntos: 80 puntos Precio: 4000 G Total de puntos: 90 puntos Total de Galeones: 4500 G
  8. Caminaba por Diagon como tantas otras incontables veces lo había hecho. Iba con paso apresurado; era día de trabajo y estaba aprovechando mi hora del almuerzo para ir a hacer aquel recado de una vez y por todas. Debería haberlo solicitado mucho antes, pero con una cosa y otra, incluyendo un inesperado viaje al extranjero, todo mi tiempo se había esfumado. Suspiré de sólo pensarlo: siempre ocurría lo mismo. Cuando estaba intentando rehacer mi vida, algo sucedía. Jugué un poco con el anillo de oro en mi dedo anular; ese anillo que significaba tantas cosas tan diferentes... Suspiré de nuevo y tragué saliva con dificultad. Apuré el paso; el tiempo corría más rápido que nunca. Finalmente llegué al lugar que llevaba unos minutos buscando. Nunca lo había visitado, y si era sincera, nunca lo había visto desde la calle. Entré, desconfiada, empujando la puerta con una mano y aferrando la varita con la otra. Nunca se sabía lo que podía estar esperando del otro lado. Sin embargo, lo que me recibió fue una estancia sumamente agradable, con bastante público en ese momento, pero no tan ruidosa como solían ser los bares que poblaban el Callejón. Me acerqué al mostrador, buscando a alguien. Un elfo diminuto se asomó por encima del mismo, con sus enormes ojos mirándome fijamente. Le sonreí a la criatura y me acerqué apenas. -Buenas tardes. ¿Podrías darme un formulario, por favor? Quisiera un pedido.- solicité amablemente y vi cómo la criatura se alejaba y regresaba con un trozo de pergamino y una pluma. Me dediqué a completarlo, y cuando finalmente lo tuve listo, se lo devolví. -Muchas gracias.- respondí al elfo. Me ubiqué un taburete, esperando.
  9. Consumibles en Batallas Nombre: Descripción: Tarjeta Categoría: Precio pagado: Fecha de compra: Link a la certificación: enlace Nota: No se permiten más de 5 consumibles en inventario.
  10. Poderes de Criaturas Tipo de Poder: Descripción: Tarjeta Precio pagado: Fecha de adquisición: Licencia de uso:
  11. Libros de Hechizos Nombre: Libro del Aprendiz de Brujo Descripción: Tarjeta Nivel: 1 Precio pagado: 1000 Puntos obtenidos: - Fecha de compra: 18.06.2018 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: Sí Nombre: Libro de la Fortaleza Descripción: Tarjeta Nivel: 5 Precio pagado: 5000 G Puntos obtenidos: -- Fecha de compra: 03.01.2019 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: Sí
  12. Criaturas Mágicas Nombre producto: Micropuff Descripción: Tarjeta Categoría: X Precio pagado: 500 Puntos obtenidos: 10 Fecha de compra: 21.08.2016 Link a la certificación: enlace Criaturas en la Reserva: Total de Puntos en Criaturas: 10
  13. Pociones Mágicas Nombre producto: Descripción: Tarjeta Categoría: Precio pagado: Puntos obtenidos: Fecha de compra: Link a la certificación: enlace
  14. Objetos Mágicos Nombre producto: Varita Mágica Descripción: Tarjeta Categoría: AA Precio pagado: gratis Puntos obtenidos: 20 Fecha de compra: 01.12.2014 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Medallón para Avisar Peligro Descripción: Tarjeta Categoría: A Precio pagado: 500 Puntos obtenidos: 10 Fecha de compra: 10.12.2017 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Espejos Comunicadores Descripción: Tarjeta Categoría: AAA Precio pagado: 200 Puntos obtenidos: 40 Fecha de compra: 10.12.2017 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Vuelapluma Descripción: Tarjeta Categoría: A Precio pagado: 500 Puntos obtenidos: 10 Fecha de compra: 13.10.2018 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Águila de la Sabiduría Descripción: Tarjeta Categoría: AAAA Precio pagado: 4000 Puntos obtenidos: 80 Fecha de compra: 13.10.2018 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Navaja Mágica Multiuso Descripción: Tarjeta Categoría: AAAA Precio pagado: 4000 Puntos obtenidos: 80 Fecha de compra: 01.11.2018 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Ajedrez Mágico Descripción: Tarjeta Categoría: A Precio pagado: 500 Puntos obtenidos: 10 Fecha de compra: 01.11.2018 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Aletiómetro Descripción: Tarjeta Categoría: AAAAA Precio pagado: 8000 Puntos obtenidos: 160 Fecha de compra: 10.10.2022 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Capa de Invisibilidad Descripción: Tarjeta Categoría: AAAAA Precio pagado: 8000 Puntos obtenidos: 160 Fecha de compra: 10.10.2022 Link a la certificación: enlace Total de Puntos en Objetos: 570
  15. Indice de Bienes Objetos Mágicos: Objeto: Varita Mágica Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Objeto: Medallón para Avisar Peligro Clasificación: A Puntos de Poder: 10 Objeto: Espejos Comunicadores Clasificación: AAA Puntos de Poder: 40 Objeto: Vuelapluma Clasificación: A Puntos de Poder: 10 Objeto: Águila de la Sabiduría Clasificación: AAAA Puntos de Poder: 80 Objeto: Ajedrez Mágico Clasificación: A Puntos de Poder: 10 Objeto: Navaja Mágica Multiuso Clasificación: AAAA Puntos de Poder: 80 Objeto: Aletiómetro Clasificación: AAAAA Puntos de Poder: 160 Objeto: Capa de Invisibilidad Clasificación: AAAAA Puntos de Poder: 160 Pociones Mágicas: Objeto: Clasificación: Puntos de Poder: Criaturas Mágicas: Criatura: Micropuff Clasificación: X Puntos de Poder: 10 Criaturas en la Reserva: Criatura: Categoría: Puntos de Poder: Libros de Hechizos: Libro: Libro del Aprendiz de Brujo Nivel: 1 Libro: Libro de la Fortaleza Nivel: 5 Poderes de Criaturas: Tipo de Poder: Consumibles en Batallas: Nombre: Descripción: Categoría:
  16. En el Castillo Rambaldi. Atardecía apenas en Ottery cuando cerré estrepitosamente el libro que tenía entre mis manos. Un par de motas de polvo se desprendieron del mismo, pero rápidamente se perdieron en el aire que entraba por la ventana. Me levanté y lo coloqué en su sitio perfectamente, devolviéndolo al estante del que lo había retirado. Me acerqué al escritorio que había debajo de la ventana y con una pluma anoté el nombre del libro que acababa de terminar. Llevaba una lista mensual de libros leídos, la cual luego guardaba hasta el final del año. Me dirigí escaleras abajo, tomando una chaqueta fina antes de cerrar la puerta de mi habitación. Necesitaba estirar las piernas y estaba preparándome para salir a dar un paseo cuando pasé por la habitación de Beryl, mi hermana gemela. Me detuve; no solíamos cruzarnos por los pasillos del Castillo por lo que era raro coincidir. Golpeé con delicadeza en la puerta y abrí una rendija. No quería espiar, sólo hablarle. -¿Vamos a dar una vuelta?- le pregunté y guiñé un ojo. -Te espero abajo.- añadí sin esperar respuesta y volví a cerrar su puerta, corriendo escaleras abajo hasta el vestíbulo. ~ ~ ~ ~ ~ En el Callejón Diagon. Habíamos aparecido a un par de calles de donde comenzaban los bares en el Callejón Diagon, pero nos habíamos entretenido todo el camino hasta Bratvá riéndonos y mirando las vidrieras y los escaparates de las tiendas que corrían a ambos lados de la calle. Se sentía genial pasar tiempo con mi hermana, a quien había echado mucho de menos mientras había estado de viaje. No sabía si mis padres muggles sabían de la existencia de la otra Rambaldi, pero supuse que en algún momento debería decírselos. Entré adelante al bar y sostuve la puerta abierta para que Beryl pasara.-Elijamos una mesa para ambas.- le dije, cerrando la puerta detrás de ella y dirigiéndome a la barra del lugar.-Hola, una mesa para dos si es posible.- pedí, y me coloqué junto a mi hermana, evaluando a la concurrencia del lugar. @@Beryl Serenity Hawthorne
  17. “¿Qué tantos objetos importantes puedo llegar a tener?” había pensado en alguna oportunidad, y ahora, ese pensamiento parecía más un desafío para conmigo misma más que una idea hipotética y alocada. La bóveda en cuestión se encontraba en un nivel superior, y para entrar en ella había que sortear una serie de acertijos, además de poseer una curiosa llave con forma de la espiral de Fibonacci, que yo llevaba como pulsera y que normalmente era del tamaño de un dije cualquiera, pero que se volvía del tamaño de mi mano cuando la necesitaba. Los acertijos, por su parte, implicaban pensar por fuera “de la caja”, y no tenían solución aplicando el sentido común. Aquello hacía honor a mi casa, Ravenclaw, de la que siempre había sido una orgullosa miembro. Una vez dentro, la estancia rectangular es amplia, llena de estanterías y estantes por todos lados. Grandes vitrinas de cristal con pequeños almohadones en su interior están ubicadas para albergar los objetos más pequeños y frágiles; aquellos que corren extremo riesgo si son colocados en las alturas de un estante. Las repisas en las paredes flotan, y pueden cambiar su altura si se necesita tomar algo de ellas, retornando luego a su lugar. Las paredes se encuentran teñidas de un color azulado, como si uno se encontrara bajo el agua. Desde la entrada se divisan dos estandartes en las esquinas de la pared enfrentada a la puerta; uno es el de la Casa de Ravenclaw, y el otro, en el mismo tono azul, el de los Tritones del Río Wye, una extinta casa actualmente pero que supo ser mi hogar en mi paso por la Academia de Magia y Hechicería. Los estandartes están animados mediante magia, por lo que ondean levemente aunque no haya brisa, y tanto el águila como el tritón en ellos interactúan con quien entre a la bóveda, saludando amablemente (y a veces discutiendo entre ellos). Luces decorativas cuelgan alrededor de las cuatro paredes, normalmente en color blanco o amarillo muy tenue. Una alfombra en tonos verdes y azules adorna todo el suelo de la estancia, cubriendo hasta el último rincón de la misma. El techo se encuentra encantado para que muestre las auroras boreales cuando es época, o los distintos cielos estrellados el resto del año. La bóveda está lista para recibir las nuevas pertenencias que vayan llegando a ella, y tiene los mecanismos necesarios para protegerlas ante miradas indiscretas e intentos de penetrar en su interior, ya que de no tener la llave ni resolver los acertijos, la bóveda es completamente impenetrable incluso mediante magia. Perfil de Comprador del MM: 286 Indice de Bienes Objetos Mágicos Pociones Mágicas Criaturas Mágicas Libros de Hechizos Poderes de Criaturas Consumibles en Batalla Fecha de Próxima Actualización:
  18. ¡Hola! Vengo a pedir una actualización de ficha, porque las familias que figuran por aquí ya no existen y va siendo hora de actualizar y colocar en los campos correspondientes las nuevas familias a las que pertenezco ^^ Dice: Debe decir: Dice: Debe decir: Dice: Debe decir: Dice: Eso quiero que sea borrado de allí. Además, ahí mismo en la historia, dice: Y debe decir: Además, al final de la historia quiero agregar un pequeño inciso: Y eso sería todo! Además dejo los links actualizados de mis nuevas familias, y espero que estén bien pedidos los cambios. Cualquier cosa me avisan ^^ Links a actualizar: Saludos, y muchas gracias al mode que realice las modificaciones!
  19. Pues bien (? Luego de pensarlo bastante decidí dejar mi ficha de inscripción por acá para ver si hay lugarcito para mí en esta familia La tendría como adoptiva, pero prometo ser activa de todas formas. No sé si deba completar las dos líneas, pero por las dudas acá están. Saludos a todos! +.+ Ficha de inscripción: Ficha: Ficha de Mía Zoeh Bóveda: Bóveda de Mía Zoeh Sanguínea o Adoptiva: Adoptiva Mascotas u elfos domésticos: -- ¿Por qué quieres pertenecer a esta familia?: Porque me resulta una familia con una historia interesante. ¿Con quién quieres tener alguna clase de parentesco y cuál?: Hija de @
  20. ID: 119097 Nick: Mia Zoeh Link a la Bóveda Trastero: -- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda de Mia Zoeh Nivel Mágico: Nivel IV Fecha: 2018-06-18 Nombre del producto: Libro de Aprendiz de Brujo Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): Nivel I Precio: 1000 G Nombre del producto: Consumible o Libro de Hechizo: Nivel (del libro): Precio: Precio total: 1000 G
  21. Si el tiempo mientras bailábamos parecía haberse detenido, en aquel instante estaba segura que de verdad lo había hecho. Mantenía mi cabeza en su hombro mientras sentía su mano subir y bajar por mi espalda. Había caído sobre mis rodillas sin importarme absolutamente nada; había sido una reacción totalmente espontánea, pero nadie más parecía haberlo notado. Aquel momento era sólo nuestro y estábamos aprovechándolo al máximo. Me aparté para mirarlo, con los ojos aún húmedos y le sonreí. No podía creer nada de todo aquello. Me ayudó a ponerme de pie, yo aún temblando sobre aquellos tacones. Le extendí la mano donde con un movimiento tembloroso el mago colocó el anillo dorado y labrado. La tenue luz del lugar apenas le sacaba destellos, pero era aún más hermoso de lo que se veía en la cajita. El metal estaba algo frío, pero rápidamente dejó de sentirse incómodo. No estaba acostumbrada a usar anillos, pero por lo que representaba aquel tenía muchas ganas de llevarlo puesto. Nos volvimos a sentar. Había cosas que charlar, aunque yo no podía pensar con claridad en nada. No podía dejar de observar la argolla en mi dedo anular, brillante, del tamaño perfecto. Era demasiado hermoso... No podía creer que me lo hubiese dado a mí. Tomé sus manos mientras la elfina desaparecía a buscarnos otra bebida. Era necesario concentrarnos y charlar; teníamos mucho que organizar. -Tendría que preguntar. Pero quizás en un momento en el que estemos todos. Sabes que mi familia es muy importante para mí y me gustaría poder anunciarlo a todos. – le dije al castaño. Proseguí. -Con respecto a visitar a tu familia, organiza las cosas con ellos y yo voy. – sonreí, aunque los nervios me carcomían. No conocía a la familia del castaño, pero no compartíamos ideales y no estaba segura de que le gustara yo para esposa de un miembro de la familia. No quería que él notara lo nerviosa que estaba de sólo pensar en cómo íbamos a anunciar el compromiso a nuestras familias, pues sabía que a ninguna de las dos partes les haría demasiada gracia. Respecto a la propuesta de Siberia, asentí sin pensarlo. Quizás alejarnos de Ottery unos días me ayudaría a aclarar la mente y a caer en que todo aquello era real. Quien más me preocupaba era Alessandra, mi madre, aunque el resto de la familia tampoco sabía si lo aceptarían. Pero conocer a la familia de mi ahora prometido me emocionaba, y me daba bastante miedo a la vez. -Cielo, ¿pedimos algo de comer? Esto hay que celebrarlo. – le dije, sonriendo, mientras acariciaba el dorso de su mano con mi dedo pulgar. @Kritzai
  22. Suspiré, aún recostada en su pecho. El tiempo se había detenido, el ruido de la taberna ya no se oía. Éramos sólo él y yo, y lo único que podía oír era cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. ¿Podía quedarme ahí para siempre? Era lo que en aquél momento más quería; sin embargo el castaño se separó lentamente del abrazo, plantó un nuevo beso en mis labios y me invitó a sentarme nuevamente, tomándome de la mano. Lo seguí; nuestros martinis seguían allí a medio beber, por lo que no lo dudé mucho y le di un sorbo al mío. Vi que el mago me imitaba. De repente, su rostro cambió. Su expresión se volvió seria y algo nerviosa; podía notar que no estaba cómodo en aquella situación, y que parecía estar buscando la manera de decir algo. Me preocupé, al punto de sentir cómo se formaba el nudo en mi garganta. ¿Era lo que yo creía? ¿Iba a dejarme? Iba a hacerlo. No podía ser otra cosa; mi mente no contemplaba otra posibilidad. Cuando comenzó a hablar, por unos segundos, me costó regresar de mis pensamientos a lo que decía. Pero lo hice, y con cada palabra que salía de su boca yo acababa más y más aterrada. Cuando se llevó la mano a la manga de la camisa tragué saliva, pero nada me preparó para ver la Marca Tenebrosa en su antebrazo. Contuve la respiración un segundo que pareció eterno. Era apenas nítida, pero ahí estaba. Instintivamente me toqué el antebrazo, deslizando mi mano por él. En mis muñecas no había nada, ni en mis antebrazos. Y así se iba a quedar pues mis ideales no cambiarían. Pero no podía apartar la vista de la marca en la piel del castaño. Tragué saliva nuevamente; mis ojos alternándose entre la marca en su antebrazo y su rostro, inexpresivo, serio, cargado de un nerviosismo muy mal disimulado, que parecía esperar por mi reacción o por algún tipo de respuesta motora que indicara que no me había dado un ataque. -Yo... Kritzai... es que no sé qué decirte.- comencé a decirle cuando pude encontrar mi voz. Continué. -No me malinterpretes, es sólo que me tomó totalmente con la guardia baja.- y me incliné sobre la mesa hacia él. -Sí sabes que esto puede causarnos problemas, ¿verdad? No es que me importe, pero de seguro seremos el eterno cotilleo de Ottery...- susurré por lo bajo, intentando no llamar demasiado la atención. Ese pequeño acercamiento había sacado de mi vista aquella Marca que dibujaba una clara línea entre ambos. Pertenecíamos a bandos distintos, pero no podíamos negar que estábamos perdidamente enamorados el uno del otro. Y eso no había bando que pudiese romperlo. ¿Era peligroso? Sí, mucho. En una época de extrema sensibilidad a nivel de la población, y con ideologías tan distintas y tan contradictorias, temía que tuviésemos que enfrentarnos en algún momento (porque eso iba a ocurrir), o simplemente que nos hiciesen elegir. No quería elegir; lo quería a él y quería a mi bando. O mejor dicho, a mi futuro bando. -No quiero que pienses que te amo menos por esto. Sólo... tengo miedo. Y por tu expresión, sé que tú también lo tienes. Te conozco demasiado bien y puedo intuir que tanto tú como yo tenemos en este momento los mismos sentimientos respecto a esto que nos divide.- le espeté, sin saber de dónde había sacado las palabras para mencionarlo. El castaño había vuelto a bajar su manga, por lo que por un momento intenté convencerme de que no había visto nada. Di otro trago al martini, uno más largo esta vez. Cuando escuché lo que decía a continuación, palidecí. Sentí que el alma se me había ido del cuerpo sin yo poder hacer nada, y agradecí el estar sentada. Distintos escenarios cruzaban por mi mente; lo que acababa de pasar me había descolocado considerablemente y ahora lo que decía el castaño resonaba en mi cabeza como un eco constante. No vi venir lo que estaba ocurriendo en ninguno de esos escenarios. Cuando regresé en mí fue en el momento justo en que el mago se levantaba de su silla y, colocando una rodilla en el suelo frente a mí, me pedía casarme con él. ¿Casarme? Tuve que hacer un esfuerzo por no gritar, y me cubrí la boca con ambas manos mientras lo miraba sacar una cajita negra y exhibir frente a mí el anillo que contenía. Lo vi brillar, radiante, hermoso. Alternaba la mirada entre el mago y el anillo y lo único que se movía en mi cuerpo era mi corazón, acelerado, que parecía quererse salir de mi pecho. Flashbacks de muchas cosas cruzaban mi mente a gran velocidad. Flashbacks del Casino donde había conocido al mago, flashbacks del fin de semana antes del viaje, flashbacks de mi familia, flashbacks de mi madre... Flashbacks, imágenes, ideas, pensamientos, todo se arremolinaba en mi mente y no me permitía reaccionar. Flashbacks de lo que había ocurrido en la mesa sólo un par de minutos antes. Pensaba además en el futuro, que ahora se veía más amplio de lo que lo hubiese imaginado. Había dedicado mi vida a perfeccionarme como bruja, y ahora... Ahora estaba evaluando la posibilidad de casarme. Sonaba raro hasta para mí. ¿Debía seguir a mi corazón? ¿Ignorar a todo el mundo y sus opiniones, y pensar de una vez por todas en mí? ¿Debía, acaso, hacerle caso a mi razón que era quien siempre me había hecho de guía? No me gustaba lo que ésta me decía, no quería que una tonta batalla entre ideologías diferentes arruinara aquello por lo que llevaba tiempo luchando. ¿Había pasado mucho tiempo? Quizás sí, quizás no. Salí del lío que había en mi cabeza y me encontré nuevamente con la mirada del mago, que no parecía haberse movido un milímetro. Sentía ¿lágrimas? correr por mis mejillas, pero no estaba triste... Al contrario. -Claro que sí. Acepto.- las palabras salieron de mi boca y me lancé a abrazarlo con fuerza, escondiendo la cara en su hombro. No podía creer lo que estaba pasando, pero tampoco era que íbamos a casarnos a la mañana siguiente. Yo necesitaba tiempo para procesarlo, de seguro él también. Además tenía asuntos que solucionar, y las bodas no se organizan de la noche a la mañana. Iba a llevar tiempo todo aquello, pero ese anillo en ese momento representaba más de lo que a simple vista parecía. Representaba que íbamos a permanecer juntos a pesar de tomar caminos distintos. íbamos a permanecer juntos contra viento y marea. Y yo, simplemente, no podía esperar. @Kritzai
  23. El castaño no paraba de sonreír, y yo sentía que me ruborizaba más y más bajo su mirada. Agaché un poco la cabeza y sonreí también. Vi por el rabillo del ojo a la elfina que nos traía nuestros Martinis, por lo que tomé una de las copas y le di las gracias. Vi al mago inclinarse levemente y decirle algo a la elfina por lo bajo, pero no pregunté qué era. Probablemente estuviese pidiendo algo. La pequeña criatura desapareció y retomamos la conversación. -Eso es genial. Son lugares hermosos. – asentí, y di otro trago a mi bebida. –No te preocupes. Disculpas aceptadas, cie… Krtizai. – me sonrojé. Su comentario sobre mi viaje a Grecia me regresó a la realidad. ¿Debía o no decirle que mis padres lo sabían y que estaban ansiosos de conocerlo? No sabía cómo se lo tomaría; aquella familia muggle que me había criado y que aún me acogía en su casa un tiempo cuando iba de visita eran definitivamente una parte importante de mi vida, y había encontrado necesario comentarles la situación. Decidí guardarme ese pequeño gesto para mí. –Gracias. Por suerte sí, la pasé genial. Mi hermano, el mayor, se graduó de la Universidad. Fue una ceremonia hermosa, más que emotiva. Me dio mucho gusto poder estar ahí para verlo recibir su diploma. – comenté. Mi hermano mayor había decidido ser Arquitecto, y el que le seguía (aún mayor que yo) estaba estudiando para Médico. Mis padres, sin embargo, siempre habían estado orgullosos de los tres, y yo los mantenía al tanto de mi vida y mis estudios mediante cartas que les enviaba con suma frecuencia. De repente, la música cambió. No en estilo, pues este seguía siendo lento y melódico, pero ahora la canción tenía letra. En español. Identifiqué sin problemas el acento propio de este idioma, y aunque no era el que se me daba mejor, sin dudas que podía entenderlo en su mayoría. La mano del castaño tomó la mía, y en una incertidumbre total vi cómo se levantaba de su asiento. Temí que ya se fuera, ¡teníamos tanto de qué hablar aún! Pero lo siguiente que dijo me tomó completamente con la guardia baja. –Claro que quiero bailar. – sonreí y me puse de pie. Al segundo siguiente, una de mis manos reposaba sobre su hombro, mientras la otra estaba firmemente entrelazada a su mano derecha. Sentía el calor que desprendía su zurda en mi cadera, pero no me incomodaba. Comenzamos a movernos lentamente al ritmo de aquella melodía que sonaba tan bien, tan relajante… Tan para nosotros. Era un poco más alto que yo, por lo que tenía que inclinar levemente la cabeza hacia atrás para observar su rostro. –Créeme que lo sé. Las noches y los días fueron eternos sin ti a mi lado… - susurré por lo bajo, girando al mismo tiempo que el ritmo de la música así lo requería. Estábamos tan cerca uno del otro… ¿En qué momento nos habíamos acercado tanto? De golpe, nuestros labios se encontraron. No sabía cómo había ocurrido, en qué momento la cercanía había sido tal, pero podía sentir nuestros cuerpos moverse al compás de la música mientras nos besábamos. Me di cuenta de que extrañaba la calidez de sus besos, y de que jamás había notado que la forma de sus labios parecía complementar a la de los míos. El beso fue breve, pero no pudimos alejarnos demasiado el uno del otro. Solté su mano y eché ambos brazos por encima de sus hombros, recostándome a él por debajo de su barbilla. Suspiré. Sus palabras eran tan reconfortantes… @Kritzai
  24. Hola, vengo por primera vez a pedir el cambio de puntos por Galeones. Es lo que hace la necesidad, y como en realidad los puntos no me suben de nivel ni me costean cosas, pues, aquí vengo a que me los cambien por oro (? ID: 119097 Puntos: 6319 Saludos y gracias ^^
  25. Había cruzado y descruzado las piernas varias veces, cambiando cuál pierna cruzaba por encima de cuál. Removía inquieta la aceituna de mi Martini, preguntándome por qué aún no llegaba. En las extensas cartas que habíamos intercambiado, yo en Grecia y él en alguna otra parte del mundo, se lo notaba efusivo, emocionado por volvernos a ver. Nada había sido indicio de que aquella noche el mago no llegara. Tan ensimismada en esos pensamientos estaba que no oí la puerta abrirse. La tenía a mis espaldas, y de todos modos no iba a girarme. Seguramente no era él. Tampoco escuché los pasos apresurados que cada vez se hacían más intensos en mi dirección; por lo que cuando una mano se posó sobre mi hombro no pude no dar un respingo. Miré por encima de mi hombro y allí estaba el castaño, tal y como lo recordaba. No había sido mucho el tiempo, pero parecía haberse detenido en la última vez que lo vi. El lugar donde su mano me tocaba generaba una corriente eléctrica que se esparcía por todo mi cuerpo, haciéndome erizar. Seguía mirándolo, embelesada, cuando se agachó hacia mí y me dio un beso en la comisura de los labios. Cerré los ojos ante el gesto y llevé una mano a su cabello, enredando mis dedos en él. El contacto fue breve, pero pareció detener el mundo entero. Lo invité a sentarse frente a mí. Ahora era el momento de charlar y, como adultos, no podíamos posponerlo. Le sonreí; aún no podía creer tenerlo frente a mí. -Estoy muy bien, gracias. ¿Qué hay de ti? - pregunté también sonriendo. Comenzó a excusarse sobre su llegada, pero me incliné sobre la mesa y coloqué mi dedo índice sobre sus labios para hacerlo callar. -No es necesario. No ahora. – le dije y regresé a mi silla. Di un trago a mi Martini. - ¿Quieres algo de beber? O quizás tienes hambre… - le pregunté. De ser así, podía llamar nuevamente a la elfina y pedir algo para él. Sus palabras, sin embargo, hicieron que mi estómago se hundiera. Sentí el calor subir por mi cuello. ¿Era real todo aquello? Aquel mago castaño a quien conocía desde hacía tiempo, con quien había pasado el último fin de semana antes de regresarme a Grecia y a quien aún llevaba tatuado a fuego en la piel estaba ahí, frente a mí, diciendo que aún me amaba como si el tiempo no hubiese pasado. Me quedé en silencio; no sabía qué decir. No porque no tuviese claros mis sentimientos, sino porque estaba sin palabras. -Yo… No sé qué decir. – balbuceé, pero en seguida intenté armar una oración con algo más de sentido. –Disculpa, si sé qué decir… Sólo necesito ordenarlo en una frase. – me excusé, esperando ganar algo de tiempo mientras mi cerebro procesaba la información y me daba una respuesta válida. Bebí otro trago de Martini y llamé a la elfina. –Hola nuevamente. ¿Podrían ser dos Martinis esta vez? – pedí y la vi alejarse con prisa entre la gente. Regresé mi vista a mi acompañante y pude ver cómo nuestras miradas se conectaban. Extendí mi mano encima de la mesa y toqué su antebrazo por encima del saco. –No tienes que disculparte por irte, porque yo también me fui. Estuve en Grecia, con mis padres, ya sabes… - tragué saliva. Nuestros Martinis llegaron por lo que me aferré a mi copa, más para jugar con ella que otra cosa. –Y que me escribieras fue grandioso. No estaba segura de si seguirías interesado en mí luego de aquel fin de semana que pasamos juntos; quizás había sido algo pasajero, no lo sé. – me reí nerviosa ante mis propios pensamientos y agaché la cabeza. Suspiré. –Lo que quiero decir es… Yo también aún te amo. Y no sabes lo feliz que estoy de volver a verte. – lo miré nuevamente a los ojos, esperando su respuesta. Ahí estaba, lo había dicho. Sentía que el pecho me dolía menos y que un gran peso había sido quitado de mis hombros. Me relajé un poco en mi asiento; no había notado el momento en el que me había tensado pero mis músculos comenzaban a doler de contraerlos tanto. @Kritzai

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