Mia Zoeh

Hola! Vengo a dejar el modelo de mi ficha actualizada según las reformas, agregándole cosas que quería cambiar. Espero puedan hacerse los cambios esta vez ^^ Y si se pudiesen mantener las imágenes y el formato como está ahora, sería genial. Las imágenes a la misma altura, la alineación igual; obviamente, si es posible. Espero ahora sí esté bien el modelo. Cualquier cosa, me avisan y lo cambio. Un saludo y gracias!

@ No entiendo a qué te refieres. Acabo de revisar el nuevo modelo de ficha y la modificación que pedí no elimina ninguno de los campos. Simplemente pedí que se agregara un nuevo reconocimiento al apartado de Premios y Reconocimientos (que sigue existiendo en la ficha). No pedí que se eliminase nada ni creo haber solicitado que se agregue un campo inexistente. Por favor, si me explicas qué tengo que rever, te lo agradezco. Un saludo.

Hola! Vengo a pedir un nuevo cambio en mi ficha. Es algo pequeño y casi insignificante, pero cuando solicité la primera edición no lo tenía aún así que aquí está. Me gustaría que en el apartado de Premios y Reconocimientos se cambiara esto: Por esto: Creo ya haber llenado las líneas. En realidad es sólo agregar el segundo reconocimiento a la lista; esperono sea molestia ^^ Muchas gracias desde ya! Un saludo.

¿Criaturas sueltas por los terrenos? Fruncí el ceño. ¿Era posible haber cruzado los mismos no mucho tiempo antes y no haber notado un montón de peligrosas y enormes criaturas por allí? A veces terminaba asombrándome mi propia falta de atención.Llegaba a creer queera incluso una condición médica grave. Eso, o las criaturas tenían la habilidad de camuflarse muy bien; lo que también era una posiblidad. Comencé a barajar más la segunda cuando el rostro de mi compañera también reflejó incredulidad ante las palabras de la Malfoy, quien había seguido hablando, comentándonos lo que deberíamos hacer. No fue necesario que acabara con la frase; podía imaginarme perfectamente el caos que podrían ocasionar aquellos libros que solían estar celosamente guardados bajo llave en las manos equivocadas. Estaba por dar un paso al frente para adentrarme en la habitación que la Malfoy tenía detrás cuando ésta se me adelantó. Me detuve en seco cuando noté las partículas de luz que se desprendían de su piel, como si fuese a desintegrarse frente a mis ojos. La bruja intentó conjurar un hechizo, pero la mano en la que sujetaba la varita no pareció recibir ninguna señal. Su cuerpo no respondía. Mi compañera intentó meterse dentro a ayudarla, sin éxito alguno. El grito desgarrador de la Malfoy cortó como con un cuchillo el pesado aire que se cernía sobre nosotros. La pelirroja logró salir, exhausta, tras realizar lo que pareció el movimiento más complicado de su vida. Y yo seguía allí, varita en mano, sin saber qué hacer. Estaba inmóvil, observando la escena sin parpadear. Me acerqué a mi compañera para asegurarme de que estuviera bien. ¿Lo estaba? -¿Estás bien?-le pregunté, dándole tiempo a que se recuperara. Volví la mirada a la habitación donde aquella magia extraña parecía alojarse. Tragué saliva, pero no iba a dejar que el miedo me ganase. Había enfrentado cosas peores. El recuerdo del encuentro con mi gemela maligna en una de mis clases me provocó un escalofrío que no pude reprimir. -Tenemos que hacer algo por ella. Pero... ¿Qué?-pregunté, intentando encontrar alguna manera de entrar sin sufrir los efectos de la magia.

El calor era abrasante, pero aún así avanzaba con paso firme por lo que ahora constituía el campus de la Universidad. Habían pasado varios meses desde la última vez que había pisado aquél sitio y ahora volvía a él, como quien vuelve al pueblo que lo vio nacer tras una temporada recolectando experiencias. Mis botas se hundían en la arena, dejando marcadas huellas a mi paso. El sudor se deslizaba por mi pálida frente, en forma de grandes gotas, que daban un aspecto irreal de vida a mi cara. Fijé mis ojos azules en la mujer que esperaba en la entrada de la Universidad. No recordaba su rostro de oportunidades pasadas pero al acercarme a ella, se dirigió a mí. Me indicó a dónde debía dirigirme, cosa que estaba dispuesta a preguntarle a alguien en cuanto me cruzara con algún conocido. Parpadeé un par de veces, algo confundida, pero agradecí las amables palabras de la mujer, enfilando hacia donde ella me había indicado. Caminé por un interminable pasillo, detrás de una bruja de capa blanca que parecía no notar mi presencia. Desconocía si era una actitud consciente o no; en aquél momento sólo quería llegar a mi clase. Se rumoreaba que nada era como estábamos acostumbrados, y yo, que era graduada del viejo sistema, no podía evitar detenerme a contemplar las nuevas adquisiciones del lugar. ¿En qué momento había comenzado a subir por el edificio? No lo había notado, pero al voltear a ver por una de las ventanas pude darme cuenta de que ya no estaba a nivel del suelo. La bruja de capa blanca seguía caminando con paso firme; segura de a dónde se dirigía. Yo iba detrás de ella, rezagada unos metros pero sin querer acercarme demasiado. ¿Era ella la profesora? Llevaba varios libros con ella. Supuse que sí, y seguí caminando. Me sequé el sudor de la frente con el dorso de la mano mientras intentaba no chocar con la bruja que venía siguiendo desde hacía rato. Se había detenido de golpe y yo, distraída, casi no logro detenerme. Abrió la puerta de la habitación al final de ¿la torre? y entró. Yo me introduje en la estancia detrás de ella, y me aclaré la garganta para que notara mi presencia allí. Lo que faltaba era que me lanzara alguna clase de maleficio por irrumpir en el lugar. -Eh... Buenos días...-comencé a balbucear y carraspeé.-Soy Mía Zoeh. Una mujer me dijo que viniera para aquí; ¿es correcto?-pregunté, cerrando la puerta detrás de mí pero sin avanzar un paso más.

Hola! Creo que es aquí donde debo hacer el reclamo, sino me avisan y lo cambio. He detectado un error en la lista de alumnos. Yo me inscribí a Conocimiento de Maldiciones, no a Transformaciones, como aparece. Ahora Valkyria se cambió, pero a mi me gustaría cursar el conocimiento que pedí si es posible. Creo que ya llené las líneas espero pueda hacerse el cambio ya que realmente me interesa mucho cursar el conocimiento al que me inscribí. Cualquier problema me avisan Un saludo! PD: Mi nivel mágico cambió de 1 a 2 en la espera a que abriera la clase. Lo menciono por si lo necesitan para algo.

Hola! Vengo por primera vez desde que creé la ficha a pedir algunos cambios. Postearé la ficha de nuevo, ya que creo que era hora de cambiar algunas cosas en la historia y algunos otros apartados. Además de que el formato me aburrió, así que era tiempo de darle vida de alguna forma. Así que dejo la ficha completa editada aquí. Gracias a quien se encargue de los cambios y, posiblemente, en un mes me tengan aquí de nuevo pidiendo más cambios Un saludo! FICHA DE PERSONAJE Datos Personales ~ Nombre del Personaje: Mía Zoeh Targaryen Hawthorne Sexo: Femenino Edad: 17 años. Nacionalidad: Inglesa Familia(s): Familia 1: Familia Targaryen Familia 2: Familia Hawthorne Padre(s) Sanguíneo: -Alessandra G. Delacour Padre(s) Adoptivos: -Keaton Ravenclaw Trabajo: -- Departamento de Transportes Mágicos. Aprendiz Poderes Mágicos ~ Rango Social: Unicornio de Bronce Bando: Neutral Rango dentro del Bando: -- Puntos de poder en objetos: 20 Hechizos adicionales: -- Puntos de poder en criaturas: -- Criaturas controlables en asaltos y duelos: -- Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: ~ Idiomas ~ Primeros Auxilios Medallas: -- Perfil del Personaje ~ Raza: Vampiro Aspecto Físico: Cabello rubio largo y ondulado hasta las caderas. Ojos azul grisáceo. Piel pálida, debido en parte a su condición de vampiro. Labios ni muy gruesos ni muy finos, bastante carnosos. Brazos largos y fuertes. Espalda no demasiado ancha. Presenta pechos del tamaño normal para una joven de 17 años. Es delgada y tiene un abdomen plano. Piernas largas y torneadas debido a las horas de entrenamiento dedicadas. Muslos firmes, pantorrillas fuertes. Tobillos y muñecas finos, muy delicados. Dedos de las manos largos y delgados, como de pianista. Presenta una sonrisa blanquísima y muy perfecta llena de dientes relativamente pequeños y dos grandes colmillos que sobresalen apenas sobre su labio inferior. Mide 1.80; una altura poco convencional para su edad. Cualidades Psicológicas: Es una joven tímida e introvertida, pero no tiene problemas en hacer nuevos amigos siempre y cuando no deba ser ella la primera en hablarle a la gente. Es una apasionada por la música; toca el violín y el piano a la perfección desde pequeña. Es muy inteligente y capaz; le ha gustado desde siempre saber sobre todo, por más poco que sea. Perseverante al extremo, lo que también la ha llevado a convertirse en perfeccionista. No se detiene hasta que no consigue lo que quiere, pero sólo si está haciéndolo lo mejor posible. Prefiere no hacerlo a hacerlo mal. Se preocupa por su aspecto físico, por lo que también adora el ejercicio; salir a correr, las artes marciales y la natación constituyen sus mayores fuentes de salud física. Es audaz y siempre está atenta a lo que ocurre a su alrededor. Si bien es una chica sensible, nunca muestra sus emociones. Rara vez deja que los demás la vean triste o preocupada; sin embargo, si está feliz se le nota a la distancia. Historia: Hija de Alessandra G. Delacour por línea sanguínea, nació el 23 de Agosto de 1997. No nació siendo una niña vampiro, sino que fue mordida a los seis años. Por circunstancias ajenas a ella, fue separada de su madre sanguínea apenas con unos días de nacida. Tras una corta estancia en un orfanato muggle, fue adoptada por una familia de inmigrantes griegos que se encontraban viviendo en el Reino Unido. La familia ya tenía dos hijos más, ambos varones. Mientras que su familia tenía los característicos rasgos griegos (si bien ambos varones habían nacido en tierras Británicas), Mía era rubia y tenía ojos de color azul grisáceo. Sin embargo, siempre fue criada como una hija biológica, sin diferencias con sus hermanos. Por esto, Mía fue criada como muggle, asistiendo al colegio al que iban sus hermanos. Era una buena escuela cerca de donde vivían. Sin embargo, a los siete años, comenzó a mostrar signos de lo que, hasta los once, no supo que era magia. Sus padres, extrañados, la hicieron ver por médicos, sin resultado alguno. Para evitarle burlas o aislamiento, la sacaron de la escuela a los ocho y continuaron su escolarización en casa. Su padre era un abogado, y su madre, profesora. La sorpresa apareció en Agosto de 2009, cuando llegó una carta a nombre de la joven Zoeh. Tenía un sello raro, con un escudo que nunca había visto en su vida. No le sonaba de ninguna escuela secundaria de la zona. La abrió y leyó junto a sus padres y hermanos, quienes también se asombraron de las noticias: Mía era una bruja, y debería asistir al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería a partir del primer día de Septiembre. Si bien al principio no lo creía, la emoción de la niña durante ese mes parecía no acabarse jamás. La familia se lo tomó de buena manera, lo que alentó aún más a la pequeña. Fue junto a sus padres al Callejón Diagon a comprar su material escolar. Todo era nuevo para ella, y era todo muy emocionante. El primero de Septiembre del mismo año tomó el Expreso de Hogwarts rumbo al Colegio de Magia. Allí fue seleccionada para la casa de Ravenclaw. Los años pasaban y la chica retornaba al colegio cada Septiembre; volviendo a casa al final del curso. Sus notas siempre fueron buenas, llegando a ser nombrada Prefecta en su quinto año allí. Un día, sin saber muy bien el por qué, decidió buscar a su madre biológica. Debía de ser una bruja, ya que de su familia, nadie había hecho magia jamás; ni siquiera sus antecesores. Por lo que, dedujo, debía estar en Ottery. Las vacaciones de invierno de ese año las dedicó a averiguar un poco más sobre su pasado, hasta que finalmente, se dirigió al Ministerio de Magia para intentar averiguar realmente quién era. Si era una bruja, debía haber registro de ella en algún lado del mundo mágico. Y al final lo encontró. Su apellido era Targaryen y su madre se llamaba Alessandra Delacour. Vivía en Ottery, así que hacia allí se dirigió a buscarla. Cuando finalmente la encontró, se presentó como su hija. Su madre la reconoció al instante y aceptó que se quedase allí en el Castillo de los Targaryen. Le comentó que tendría que hablarlo con su familia muggle, y que para el inicio del próximo año escolar se mudaría para Ottery. Eso hizo, y tras pasar su último verano en Londres, empacó sus cosas y viajó a Ottery a fines de Agosto, para disfrutar de su corta estancia allí antes de tener que volver al colegio. Si bien al principio era raro estar en una familia de magos las veinticuatro horas del día, luego se acostumbró. Al fin y al cabo, se pasaba el año escolar rodeada de magos y brujas. Pasó, además, una temporada con la familia Hawthorne, quien la acogió en su castillo mientras buscaba a su familia sanguínea. Keaton Ravenclaw hizo el rol de padre adoptivo, brindándole el resguardo de un hogar y tratándola como una hija sanguínea. Actualmente, Mía se ha graduado de la Universidad y se ha unido a las filas de la Orden del Fénix, ansiando velar por la justicia de la comunidad mágica. Aún conserva enseñanzas y aprendizajes de los muggles, los que aplica para resolver situaciones cotidianas que a veces sus compañeros magos no logran solventar con magia. Pertenencias ~ Objeto Magico Legendario: -- Objetos Magicos: Objeto 1: Varita mágica de Fresno, dura, de 36,25 centímetros y con centro de pluma de Fénix. Clasificación: AA Puntos de poder: 20 puntos Mascotas y Criaturas: -- Criaturas en la Reserva: -- Elfos: -- Licencias, Tasas, Registros ~ Licencia de Aparición: Aprobada Licencia de Vuelo de Escoba: Aprobada Registro de XXX: -- Otros Datos ~ ~ Si bien fue convertida en vampiro a los seis años, pudo crecer debido a un tratamiento realizado en secreto por su familia sanguínea, del cual supo ya de mayor. Este tratamiento, además, la exime de la necesidad de beber sangre, cosa que no hace con frecuencia. ~ Para Mía, la Amortentia huele a rosas blancas, chocolate, limón, hojas de libro nuevo y tierra mojada de lluvia. ~ Su Patronus es un tigre de bengala; el cual es su animal favorito. ~ Su bebida muggle favorita es el té de limón. ~ Domina el tiro con arco a la perfección. ~ Es novia de Stanley Crowley. ~ Durante su niñez, estudió varios instrumentos y domina dos de ellos; el violín y el piano. Cronología de cargos: 10 Diciembre 2014 – Ingreso a la Academia de Magia y Hechicería (Generales 124) 13 Diciembre 2014 – Ingreso al Ejército del Fénix (Aspirante a la Orden) 07 Enero 2015 – Ingreso al Departamento de Transportes Mágicos (Aprendiz) Febrero 2015 – Reingreso al Departamento de Transportes y Deportes Mágicos (Aprendiz post-Reformas) Marzo 2015 – Graduada de la Academia de Magia y Hechicería (Generación 65) Fines de Marzo 2015 – Ingreso a la Orden del Fénix (Initié) Premios y reconocimientos: ~ Alumna más activa actual – Premios Academia 2015. Links de Interés Referentes al Personaje ~ ~ Link al Perfil de Comprador MM: -- ~ Link a Bóveda Personal: Bóveda Nº 105367 ~ Link a Bóveda Trastera: -- ~ Link a Bóveda de Negocio: -- ~ Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Targaryen ~ Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia Hawthorne PD: El foro me odia T_T y no puedo agregar imágenes aquí, así que las dejo con las especificaciones de dónde van. Si esto causa algún problema, háganmelo saber y veo cómo solucionarlo

¡Hola! Pues vengo a inscribirme a mi primera clase de Conocimientos. No sabía si iba a tomarla o no, pero finalmente me decidí y aquí estoy. Soy Recién Graduada, así que tengo las clases aún bastante frescas en la memoria. Además de que disfruté mucho de las mismas, siento ganas de probar este nuevo sistema Nick: Mia Zoeh ID: 119097 Conocimiento: Conocimiento de Maldiciones. Nivel de magia: I Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/105367-boveda-de-mia-zoeh/ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/105361-ficha-de-mia-zoeh/ Un saludo!

@@Adryanie dado que ya puedo elegir dos conocimientos, vengo a solicitarlos por aquí. Teniendo en cuenta mi trabajo en el Ministerio y alguna que otra afinidad personal, me he decantado por los conocimientos de Idiomas y Primeros Auxilios, que ambos me sirven para mi puesto (o al menos, uno de ellos sí es requerido).

La pelirroja había podido deshacerse mis cuerdas como quien se deshace de una pelusa en la ropa. Fruncí el ceño; era muy buena a pesar de que se notaba que su experiencia en duelos no era la más alta. Aún así yo estaba segura en mí misma; me había enfrentado a magos y brujas más poderosos y experientes que yo, saliendo ilesa. Suspiré, dándome cuenta de que había estado conteniendo el aliento todo el rato. Que respirar ya no fuese necesario para mí lo volvía fácil de olvidar. -¡Sectusempra!- un rayo verde salió de mi varita directo al pecho de mi hermana. Pude ver que ella levantaba su varita, pero para mi sorpresa, un rayo fue lo que voló hacia mí. Decidí defenderme, sabiendo que mi rayo impactaría en el pecho de Luna. -¡Protego!-un escudo que se materializó delante de mí absorbió el rayo que se dirigía hacia mí, impidiendo que me tocara. No quise observar la escena; si bien la luna iluminaba bastante el ambiente, no era suficiente para ver qué ocurría con mi hermana. Esperé; era lo único que podía hacer.

Sí, en efecto era ella. La luna arrancó un reflejo rojizo del cabello de la bruja y eso me permitió identificarla. Ensanché mi sonrisa al ver cómo se defendía de mi hechizo. Sí, era buena. No se le hizo para nada complicado conjurar un escudo que absorbiese mi hechizo, aunque el duelo recién comenzaba. Ahora tocaba ver sus habilidades de alguna otra forma. Alcé mi varita de nuevo antes de que ella se dispusiera a lanzar y me aclaré la garganta. -¡Silencius!- sus labios se movieron pero de éstos no salió ningún sonido. Nada. Mi efecto había sido instantáneo. -Yo estoy muy bien, hermanita. ¿Qué hay de tí?- pregunté sin intenciones de sonar burlona. Parecía que, por ahora, yo llevaba ventaja, pero ella aún podía contrarrestar mis hechizos e incluso atacarme, por lo que volví a lanzar. -Incárcerus.-tres gruesas cuerdas salieron de la punta de mi varita, completamente separadas, dirigiéndose hacia Luna. Una iba hacia su boca, la cual haría de mordaza, impidiéndole lanzar hechizo alguno. La segunda iba hacia sus brazos para atarlos a su torso e impedirle apuntar correctamente. La tercera se dirigía hacia sus tobillos para atarlos juntos y hacerla perder el equilibrio. Nada grave. Sonreí. A ver cómo se defendía de aquello...

La noche había caído como un manto sobre la capital Inglesa.Un cielo negro cubierto de estrellas me arropaba mientras caminaba con paso firme hacia mi destino. Había citado a mi hermana para un encuentro amistoso, en el que nos mediríamos con las varitas. Ambas seguíamos en la Academia; yo si bien iba en las clases Avanzadas y ya tenía alguna que otra experiencia en duelos, no era ni de cerca la mejor. Y simplemente, necesitaba algo de práctica, como sabía que mi hermana también la necesitaría. Iba ataviada con una capa de viaje negra, cuya capucha me cubría por completo la cabeza. Debajo llevaba una camisa a cuadros rojos y negros, unos jeans negros rasgados y ceñidos a mis torneadas piernas y unas zapatillas Converse rojas. Iba cómoda, como solía ir a los duelos a los que me tocaba ir. Las calles londinenses estaban bastante concurridas; en su mayoría por jóvenes adolescentes que aprovechaban el fin de semana para salir en la noche con sus amigos, ya fuese a beber o simplemente a desconectarse de la rutina semanal. Yo caminaba cabizbaja, por lo que la mayoría no me notaba. Doblé a la derecha en una calle, encontrándome en un callejón sin salida.-Perfecto.-me dije mientras sonreía y seguía avanzando. Una pared de ladrillos de unos tres metros de altura daba fin a la pasada. Botes de basura a rebozar y un par de gatos callejeros que dormían por ahí era todo lo que había a mi alrededor y lo que nos acompañaría aquella noche. La luna llena bañaba todo el lugar con su oscura luz. Me desprendí la capa, dejándola caer detrás de mí en el momento en que una figura oscura aparecía por la calle. Debía ser ella... La ejé que se acercara, guardando la distancia de ocho metros entre nosotras. Sonreí.-Que comience el juego.-dije. -Buenas noches, hermanita.-dije, haciendo una escueta reverencia y volviéndome a enderezar, mirándola. No tenía intenciones de matarla, simplemente quería práctica. A ambas nos vendría bien. -¡Expelliarmus!- exclamé y vi un rayo salir de la punta de mi varita directamente al pecho de Luna. De impactarle, su varita volaría tres metros hacia la derecha, obligándola a irla a buscar. Sonreí, esperando a ver qué hacía ella.

Me sentía débil,y que la demonio siguiera enviando ataques contra mí no lo mejoraba en lo absoluto. Nos lo estaba poniendo difícil; yo no estaba segura de cuánto tiempo más podría aguantar. Un águila real negra de fuego volvió a darme esa sensación abrasadora, pero esta vez en la espalda. Resiste, me dije a mí misma. Me volví a apuntar con mi varita; parecía que lo único que hacía era curarme de las heridas. -¡Episkey!- sabía que no estaba bien del todo, pero no me quedaba más que esperar. El efecto fue inmediato; la piel quemada comenzó a sanar aunque sólo fuese un poco. Ardía; ardía demasiado. Intenté concentrarme en algo más, como en mi siguiente ataque. Sin embargo, no pude avanzar mucho más ya que mi mente volvió a sumirse en aquél vacío que ya había experimentado una vez. Me sentía hundida, como si estuviese en el fondo de un pozo. ¿Qué estaba pasando? Me froté las sienes, sin resultado alguno. No podía hacer nada en ese estado, y tras darme cuenta de aquello, un nuevo hechizo me golpeó, esta vez elevándome en el aire, inmóvil.

Las palabras de la Croft entraban y salían de mis oídos sin dejar huellas. La veía mover la boca, pero no prestaba verdadera atención a lo que la demonio tuviese que decir. No me importaba; seguro era una sarta de frases provocativas y cargadas de odio. Estaba seria; la sonrisa que minutos antes se había dibujado en mi rostro se desvaneció al ver caer mis cuerdas como si fuese invencible. Y es que lo parecía; yo ya estaba comenzando a agotarme y fastidiarme mientras que ella no tenía ni siquiera un rasguño. No tenía idea del verdadero poder de la demonio. Sentí cómo la piel de mi pecho se abría de par en par, formando un corte profundo que comenzó a sangrar en seguida. Caí de rodillas, debilitada por la pérdida de sangre. Sin embargo, el Episkey de emergencia que una de mis compañeras (Romina) realizó en mí, impidió que perdiera la conciencia del todo. Sin embargo, al intentar incorporarme, sentí el Fuego Negro que la rubia había enviado hacia mí abrasarme la piel. Odiaba esa sensación; era inaguantable. Me apunté a mí misma con mi varita sin saber qué más hacer; no me quedaba más que intentar no morir. No iba a ser esa mi última noche. -¡Episkey!- el efecto fue instantáneo, pero aún no estaba bien del todo. Aunque el que Romina había conjurado antes había cerrado el corte en mi pecho, éste iba dirigido a las quemaduras por el Fuego Negro de la Malfoy. Clavé mis ojos castaños en los suyos, esperando a que el efecto de su hechizo cesara por completo.

La demonio había parado todos nuestros ataques sin problemas. Seguía ilesa, y yo ahora estaba bajo los efectos de un Confundus que no podría detener. Me resigné, sintiendo cómo mi mente se sumía en un pozo de oscuridad y confusión. No había podido conjurar un hechizo; ni siquiera podía recordar cuál era. Me sentía perdida, vacía por dentro. Podía ver a la rubia parar más y más ataques; supuse que eran los de Romina, quien era la otra allí. No podía verla ni a ella ni a Jess, pero estaba segura de que seguían por allí... ¿verdad? No quise imaginarme en una situación de duelo a solas con esa mujer. Podía matarme simplemente enarcando una ceja; mejor no arriesgarse. Cuando sentí que mis ideas volvían a acomodarse y lograba pensar con claridad, fue cuando reafirmé la guardia. Apreté con fuerza la empuñadura de mi varita para asegurarme de que no se me resbalase. Me sudaban las palmas de las manos; podía sentirlo claramente. Tragué saliva, me concentré en lo que haría... y lo hice. -¡Incárcerus!- tres gruesas cuerdas salieron de la punta de mi varita y recorrieron sin problemas los cinco metros que me separaban de la demonio (Juv). La primera cuerda impactó en su boca, sirviendo como mordaza e impidiéndole hablar. La segunda fue directo hacia el torso de la rubia (Juv), atando sus brazos a los lados de su cuerpo. Una tercera cuerda hizo su camino hacia los tobillos de Juv, atándolos juntos y haciendo que perdiese el equilibrio. Me permití sonreír satisfecha por un minuto; eso sin dudas nos daría algo de ventaja sobre ella.

Todos habíamos conjurado nuestras defensas, por lo que una extraña sensación de seguridad se esparció brevemente por mi espalda, haciéndome sentir más o menos protegida. Tragué saliva; ¿por qué tenía ese tic cada vez que estaba nerviosa? El nudo en mi garganta estaba muy apretado, casi impidiéndome tragar con normalidad. Intercambié miradas con mis compañeras; sabíamos que era el momento. Di un paso al frente, comenzando a avanzar. Entramos a la mansión. El Hall era enorme; estaba lleno de retratos y cuadros variados por todas las paredes. Teníamos la orden de revisar, pero no sabía exactamente qué era lo que teníamos que encontrar por allí. ¿Cómo se veían los objetos mortífagos? Me estremecí. En ese momento, el sonido de pasos inundó la estancia, haciéndome voltear. Una mujer con el rostro cubierto por una máscara y portando una katana se colocó frente a nosotros. En seguida tomó su varita y comenzó a lanzar hechizos, pero Nicole fue más rápida y la silenció. Me coloqué a una distancia de unos cinco metros y me alejé un poco de la Evans, para darnos espacio. -¡Sectusempra!- exclamé y pude ver cómo un rayo salía de mi varita en dirección a Juv. De impactarle, heridas y cortes profundos abrirían su piel, provocándole una hemorragia que la debilitaría hasta el punto de matarla si no se curaba a tiempo. No satisfecha con eso, me dispuse a lanzar un segundo ataque, esta vez no tan sangriento sino más táctico. Estaba nerviosa, pero no iba a dejar que eso me jugara en contra. Respiré profundamente para calmarme, esperando a poner en orden mis ideas. -¡Expelliarmus!- un nuevo rayo salió de la punta de mi varita hacia Juv. Si no conseguía pararlo, tendría que resignarse a que su varita saliera volando tres metros hacia su derecha, lo que implicaría el tenerla que ir a buscar y quedar desarmada por un período de tiempo.

Sin respuestas; sin palabras cruzadas. Pude ver que más gente se nos sumaba, lo cuál me alegró. Ya no estaríamos tan solos. Dudaba que me reconocieran, pero esa era la idea. Tragué saliva, nerviosa, y aferré mi varita tan fuerte que llegué a clavarme las uñas en la palma de la mano. Intenté calmarme, respirando. Siempre habría una primera vez para todo; si realmente quería ganarme el puesto, debía demostrar que me lo merecía. Cerré los ojos y volví a desaparecerme; esta vez materializándome en los jardines de la Mansión, al otro lado de la verja de entrada. Miré a mi alrededor. Estaba todo tan calmado... Pero sabía que era el tipo de calma que precedía a la tormenta. Esperaba salir con vida de allí; haría todo lo posible por conseguirlo. Aunque prefería que no nos atacaran. -¡Avis!- conjuré el primero de mis hechizos de defensa. Doce aves salieron de la punta de mi varita, no más grandes que una paloma, pero que servirían como defensa ante un inminente ataque. Se colocaron a mi alrededor, protegiéndome. Volví a conjurar otro Avis, repitiendo la operación. Me encontraba rodeada por un escudo de aves. Esperaba no tenerlo que usar, pero nunca estaba de más protegerse, y más en una circunstancia así.

El mensaje había sido claro. Un brillante Patronus en forma de cobra me había convocado a aquél lugar. ¿Estaba lista para aquello? Tragué saliva y le di un trago a la poción multijugos que utilizaría para evitar ser reconocida. No tenía idea de en quién me estaba convirtiendo; sólo había tomado un par de cabellos de una bruja que pasó cerca de mí en el Callejón Diagon un par de días antes, sin saber realmente que los acabaría usando para un cateo. No nos parecíamos en nada, lo cual era imprescindible. ¿Para qué iba a tomar la forma de alguien que se parecía a mí? La transformación no fue agradable; podía sentir los restos del brebaje espeso cayendo gota a gota por mi garganta. Aguanté las náuseas y esperé a que todo cesara, mirándome al espejo detenidamente luego de que la transformación llegase a su fin. Sonreí mientras me tocaba la cara y jugaba con mi cabello, ahora de color negro azabache. Mi piel, habitualmente pálida, ahora era aceitunada; y mis ojos, antes de un azul grisáceo casi innatural lucían color café oscuro, casi mezclándose con mi pupila. Salí de mi habitación y bajé las escaleras, tomando mi capa de viaje al pasar junto a ella. Repasé mi atuendo; vaqueros y una camisa negra. Me aseguré de tener mi varita antes de salir por la puerta principal y desaparecerme. Luego de que la incómoda sensación desapareciese, volví mi atención al lugar donde me encontraba. Era la Mansión Malfoy, y junto a mí, se encontraba Adryanie, la dueña de aquél Patronus que nos había convocado al lugar. -¿Es aquí?- le pregunté, sintiendo temblar mi voz debido a los nervios. Me coloqué la capucha, cubriéndome la cabeza. Nunca se era lo suficientemente precavida.

El beso en la coronilla y las palabras tranquilizadoras de la Gryffindor asegurándome de que no me había tardado nada hicieron que el repentino peso que se había instalado sobre mis hombros desapareciera de la nada. Le sonreí y esperé junto a ella a que alguien abriera la puerta. Sin embargo, si bien el Callejón lucía concurrido como siempre pero tranquilo, mi mamá no dejaba de voltear a ver sobre su hombro. Podía notar que algo le preocupaba. Como nadie abrió la puerta y el local se veía completamente cerrado al público, Alessandra sugirió irnos a otro por si "aparecía algún extraño". Creía saber a lo que se refería; mortífagos. Asentí y la dejé que me guiara por el Callejón; al fin y al cabo, era ella quien tenía la lista de lugares a visitar y la que sabía dónde estaban. Yo estaba segura de haberlos visto incontables veces, pero nunca les había prestado la atenciónn debida ni me había puesto a pensar a qué bando pertenecían. Esperaba que ese día no hubiese Mortífagos en la zona. Mamá comenzó a caminar hacia otro local sin decirme cuál era; ya me enteraría luego. Me preguntó sobre la Academia para romper un poco el silencio que se había establecido entre ambas, a lo que sonreí.-Muy bien, la verdad.-me encogí de hombros.-Las clases son apasionantes, aunque se vuelven un poco más difíciles con el tiempo. Pero es lo lógico, ¿no?

Estaba bajando las escaleras del castillo Targaryen. Llevaba un par de jeans ceñidos a las piernas de color celeste claro y un suéter de color negro que me mantenía abrigada en la parte superior del cuerpo. Mi madre me había invitado a recorrer los negocios de la Orden junto a ella, a lo que había aceptado gustosa. Sería la primera vez que lo haría y estaba emocionada. Atravesé los terrenos y una vez fuera de los límites, me desaparecí. Aparecí detrás de la pared que conducía al Callejón Diagon, dentro del Caldero Chorreante. Golpeé los ladrillos en el orden correcto usando mi varita y esperé a que se abriera la entrada. No fue difícil encontrar el lugar; pude ver a mi madre parada fuera, esperando que le abriesen la puerta. Me dirigí hacia allí para comenzar la recorrida junto a ella. -Hola, mamá.- saludé al llegar a su lado y la abracé.-Espero no haberme tardado mucho...- me disculpé. La verdad no estaba segura de cuánto llevaba ella esperando allí. Me dediqué a observar el local, o al menos, la fachada del mismo. "El Refugio Mágico", así se llamaba aquél lugar de la Orden. Esperaba que todo estuviese bien.

Tengo una duda parecida a la de Isabella, sólo que yo estoy cursando Rol y Duelo Básicos actualmente u.ú Sin embargo, como dijo ella, Rol se encuentra en el Nivel 1 y Duelo en el Nivel 2. Cuando me gradúe, tendré ambos aprobados? Se cerrarán mis clases de ahora y se establecerá el nuevo formato o comenzará a regir luego de que las clases que se están dictando actualmente se acaben? D:

Bien, hola! Primero que nada, gracias y felicitaciones al staff detrás de todas estas reformas! Aunque ahora estoy en exceso perdida, sé que en cuanto entienda todo la pasaré tan bien como hasta ahora por aquí. Mi pregunta es; al leer el apartado de Universidad habla de los dos niveles de la Academia. En el primero se mencionan los TIMOS y en el segundo los ÉXTASIS. Yo que estoy actualmente cursando clases en la Academia, y tengo un tópic en cada nivel, de cuál de los dos me graduaré? La modalidad nueva se aplicará para las siguientes clases que curse o ya se establecerá a partir de ahora? Sobre la entrada a los Bandos; si yo ya soy aspirante a uno de ellos y tengo los permisos y todo, eso se me va a retirar o va a permanecer tal cuál así? Y el Modo Lectura de los temas antiguos del Ministerio será por mucho tiempo? Porque no puedo responder en el Departamento donde trabajo ni nada. Agradezco a quien me ayude a evacuar dudas, porque la verdad se me está dificultando un poco entender todo! Reitero mis felicitaciones para el staff; el foro necesitaba una reforma!

1.- Link al tópico de su ficha de personaje: Ficha de Personaje 2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el usuario: Bóveda N° 110879 Negocio La Snitch Dorada Negocios Cerrados: Bóveda N° 108637 Negocio La Tierra de los Faraones 3.- Link del tópico de registro de sus familias: Familia N° 1: Familia Rambaldi Familia N° 2: Familia Delacour 4.- Link a las bóvedas de sus familias: Bóveda Familia N° 1: Bóveda Familia Rambaldi Bóveda Familia N° 2: Bóveda Familia Delacour Saldo en Bóveda previo a la Migración 2021: 23693 G

Hola! Veo varios compañeros de la Academia por acá. Como me he decidido por este camino, ya que no me veo como un Mortífago, paso a dejar mi ficha para unirme al rol Supongo que eso es todo. Un saludo!

Hola! Paso a informar que ya he creado mi ficha recién. Espero que esté todo bien y que quede habilitada pronto. Cualquier cosa, mi lechucería está disponible, por si hay algo que no está correcto. Así que ahora sólo me queda esperar a que un Moderador la apruebe Me uno al juego! Un saludo y gracias de antemano!