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Asenath

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Todo lo publicado por Asenath

  1. Este duelo amerita un análisis (si bien las respuestas a las dudas están siendo elaboradas: S: Obsistens D : Vara de Cristal - Sectusempra (impacta en la defensa) S: Silencius D : Caudex -Silenciado S: Caudex D : Expavescerent -No sale al no contar con magia para realizarlo S: Expeliarmus D : Arenas del Hechicero -No sale al no contar con magia para realizarlo S: Maldición Felicito a ambas por haber intentado aplicar los hechizos del libro y mantener un rol tan llamativo. Saludos.
  2. Asenath había conocido Hogwarts mucho tiempo atrás, cuando los guerreros Uzza habían pasado a formar parte de la Universidad ubicada en Inglaterra. Había tenido oportunidad de visitar las dependencias de la escuela mágica y darse el gusto de inspeccionar algunos aspectos que tan solo en libros de historia, una de sus aficiones, había conocido antes. Una cámara secreta, aulas en mazmorras, pasadizos, escaleras móviles, retratos… todo despertaba el asombro de la guerrera, quien provenía de una realidad muy diferente y, pese a su cultivada mente, no lograba visualizar hasta tenerlas en frente. Pero había un sitio en Hogwarts que la había atrapado más que todos los demás: la Sala de Menesteres. La atrapaba aquella magia que hacía que un día se encontrase mirando un cielo cargado de estrellas y al siguiente en una habitación rústica con un libro del que saber más. La había visitado cuantas veces pudo en su recorrido, intentando encontrar el mecanismo sin éxito. Aquello no había sido para ella una derrota, sino que había abierto aún más su mente, a sabiendas de que siempre habría más por descubrir y conocer y que nunca se lograba tener un poder absoluto. A aquel pasillo llegarían sus alumnas, de frente a un muro que, si sabían activar, pasaría a mostrarles el portal a su sitio de duelo. Allí todo comenzaría, producto de la imaginación de una o ambas, en el escenario que prefiriesen. REGLAS: No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece. Duración del duelo: Del 17 al 27 de Julio. Nos guiaremos por las reglas Nuevas de duelos existentes. Lista de Hechizos (con especial énfasis en el Libro de Merlín) Están prohibidos los Off y las ediciones. Consultas, dudas o sugerencias, al topic de Dudas.
  3. Asenath no sonreía con facilidad. Era lo normal contemplar su semblante, tal vez por demás, serio y estricto. Sin embargo, al ver a aquellas dos brujas interactuar no pudo evitar que la comisura de sus labios se plegase. Su modo de moverse las ponía en peligro constante, haciendo que la Uzza estuviese todo el tiempo a punto de intervenir. ¿De verdad acaban de usar de modo tan imprudente el amuleto? ¿De verdad pretendían que un Finite Incantatem sirviese contra magia tan poderosa? ¿Estaban realmente listas para continuar? Por fortuna, una de ellas, invocó a tiempo un portal que, tal vez de casualidad o tal vez por intervención de Asenath, las dejó justo frente a ella en la cima de la colina. -Sientense…- las invitó señalando los sitios frente a ella- creo que tienen más dudas de las que creí que tendrían, tienen unos momentos para formularlas antes de ir a su prueba. No los desaprovechen – estaba seria pero dispuesta a responder todo lo necesario, confiaba en que hiciesen un buen trabajo después de todo. Eran brujas experimentadas. Tras hablar dejó a su lado una roca que en algún momento había pasado a sostener. La roca comenzó de a poco a adquirir un tono azulado que resplandecería más llamativamente cuando terminase de activarse como traslador.
  4. Sus alumnas llegaron y pronto estuvieron atentas a las indicaciones dadas por al Guerrera. Las páginas del Libro de Merlín eran leídas por primera vez por aquellas brujas que, desde ese momento en adelante, serían desafiadas para conocer su aptitud para tenerlas en forma definitiva. La prolija caligrafía que recorría las páginas describía uno a uno: Vínculo, Amuleto Caudex, Expavescerent, Vulnera Sanentum… debían leerlos, comprenderlos y, si así lo querían, practicarlos. Sin embargo, no estaban ya solas. Debían hacerlo antes de ser descubiertas. Aún no habían percibido otras presencias que rondaban en la colina y que, en cualquier momento, podían llegar a tornarse en su contra. Muchas de ellas eran meras proyecciones creadas por la Guerrera para ponerlas a prueba, pero nunca sabrían distinguir entre éstas y los peligros reales. El frondoso bosque que cubría el terreno que deberían transitar en su ascenso era un escondite perfecto para todos aquellos enemigos ocultos ¿cuándo cruzarían al primero?
  5. Había permanecido durante la clase pasada quizá demasiado tiempo sobre la colina que había escogido para poner a prueba a su alumna, sin embargo comprendía que cada quién tenía su momento de elegir aprender. Sabía que ella volvería pronto, y eso se confirmó cuando nuevamente recibió noticias respecto a nuevos estudiantes. Darla y Sagitas. Tal vez solo las conocía de nombre, o quizá antes habrían cursado alguna de sus clases, puede que muy atrás en el tiempo... pero no se apegaba a ninguno de los estudiantes que transitaba sus desafíos, no. Eligió el mismo sitio para su nueva clase, ya que estaba pensado para Darla y de seguro con su compañera sabrían complementarse. Así que una vez más subió temprano a la colina y tomó asiento en la parte más alta, donde había un pequeño claro sin árboles. Dejó descansar su mente mirando un horizonte en que el sol se alzaba perezosamente. El aterciopelado azul del cielo comenzaba a matizarse, diversificando sus tonalidades, pasando por un violeta oscuro y cambiando para terminar en un anaranjado intenso. Siempre le agradaba mirar el cielo. Sabía que a sus espaldas aún algunas estrellas estarían terminando su guardia. Asenath permanecía sentada con las piernas cruzadas y las manos a ambos lados del cuerpo, apoyándose en las mismas. A su lado, su espada reposaba, no era momento de combatir, ese era un lugar seguro… al menos para la Guerrera. Sus alumnas serían citadas al pie de la colina, y subir la misma sería parte de su proceso de aprendizaje. Durante el ascenso pasarían por varios obstáculos, algunos que pondrían a prueba sus conocimientos antiguos y otras los nuevos... incluso algunos de aquellos desafíos serían imaginados por alguna de ellas. Para ello primero debería ponerse al día con lo nuevo que tenía para transmitirle. Así que, al arribar a la parte baja de la colina, la voz de la Uzza resonaría en sus mentes. “A partir de este momento los libros que en blanco se encontraban tienen los conocimientos que necesitan, las invito a sentarse y reflexionar sobre ellos antes de continuar su avance. El camino será una prueba para saber si son dignas de tener el último de nuestros libros, aquel libro que representa realmente a uno de los suyos, al mejor de ellos.” Solo a partir de ese instante invisibles letras recorrerían las páginas los libros, explicando en el idioma de las brujas los hechizos y objetos que podría utilizar si terminaba debidamente la clase y su prueba. Asenath se quedó esperando, desde allí podría percibir lo que pasara con las estudiantes.
  6. Desde la sima de aquella colina todo se veía diferente, más pequeño e insignificante, aunque así siempre lo veía. Dejó descansar su mente mirando un horizonte en que el sol se alzaba perezosamente. El aterciopelado azul del cielo comenzaba a matizarse, diversificando sus tonalidades, pasando por un violeta oscuro y cambiando para terminar en un anaranjado intenso. Siempre le agradaba mirar el cielo. Sabía que a sus espaldas aún algunas estrellas estarían terminando su guardia. Asenath permanecía sentada con las piernas cruzadas y las manos a ambos lados del cuerpo, apoyándose en las mismas. A su lado, su espada reposaba, no era momento de combatir, ese era un lugar seguro… al menos para la Guerrera. Su alumna no estaría citada allí, sino que debería subir como parte de su proceso de aprendizaje. Tal vez al comenzar el ascenso se encontraría diferentes obstáculos, algunos que pondrían a prueba sus conocimientos antiguos y otras los nuevos. Aunque para ello primero debería ponerse al día con lo nuevo que tenía para transmitirle. Así que, al arribar a la parte baja de la colina, la voz de la Uzza resonaría en su mente. “A partir de este momento el libro que en blanco se encontraba tiene los conocimientos que necesitas, te invito a sentarte y reflexionar sobre ellos antes de continuar tu avance. El camino será una prueba para saber si eres digna de tener el último de nuestros libros, aquel libro que representa realmente a uno de los tuyos, al mejor de ellos.” Solo a partir de ese instante invisibles letras recorrerían las páginas del adquirido libro, explicando en el idioma de la bruja los hechizos y objetos que podría utilizar si terminaba debidamente la clase y su prueba. Asenath se quedó esperando, desde allí podría percibir lo que pasara con la estudiante. @ Scarlet Akane
  7. Libro del Equilibrio Aprobados Helene Eloise Bellerose Libro de Merlín Aprobados Nate Weasley
  8. Los ojos de la Guerrera pasearon por cada detalle que se incorporaba a la habitación, más puertas, aguas extrañas... aparentemente estaba frente a un imaginativo individuo. Eso le resultó bastante interesante, pues siempre que enfrentaba a un mago solo buscaba colocar objetos que sus "hechizos de siempre" le permitirían transformar para utilizar contra a la Uzza, como si de algo les sirviese... Él comenzó, era hora de dar una respuesta. —Vara de Cristal — invocó, haciendo que la vara de madera comenzase a retorcerse y retraerse, dejando emerger la resplandeciente vara de cristal de plata, la cual brillaba como si estuviese siempre siendo iluminada. La apoyó tranquilamente, mientras sentía cómo el veneno invocado por su alumno empezaba a afectarla. —Expavescerent — una chispa en su vara bastó, el efecto que acababa de afectarla fue eliminado por completo, de hecho ya no podría utilizarse durante el resto del duelo. Estaba frente a un muchacho que aprendía rápido, había notado el uso de aquel amuleto y decidió hacer lo mismo, nunca estaría de más estar lista para aplicarlo. Deslizó sobre su pecho el Caudex antes de volverlo a colocar en su sitio. —Sectusempra— pronunció aprovechando el uso de su vara de cristal para hacer su hechizo instantáneo. De este modo, heridas sangrantes surgieron en el cuerpo del joven que la enfrentaba, pudiendo agravarse y resultar letales si éste no se defendía a tiempo.
  9. No necesitó escuchar nada para saber que la muchacha acababa de utilizar uno de aquellos hechizos recién aprendidos. Lo hacía bien, aquellas flechas era un elemento muy útil en enfrentamientos, sorpresivas y letales. Sonrió levemente mientras los filamentos de fuego viajaban en su dirección, concentrándose para lograr Salvaguarda Mágica, aquel efecto que la haría intangible al momento en que el ataque estuviese a punto de tocarla. Ahora era su turno de atacar a la joven. Si bien no pretendía llevar ese duelo hasta las últimas consecuencias, para poder aprobar su prueba debería demostrar que había prestado la atención suficiente, no solo para poder saber utilizar los nuevos ataques, sino también para lograr defenderse y sanarse de ellos. ¿Ella había comprendido esa parte? Era hora de evaluarla. —Cinaede — pronunció al igual que había hecho previamente con el oso. Esta vez el veneno surgiría donde se encontraba la joven, entrando en sus vías respiratorias y lastimándolas para pasar a su sistema circulatorio y luego el nervioso. Las consecuencias del envenenamiento podrían ser terribles si no recordaba cómo debía sanarse del mismo.
  10. A la Uzza le había caído bien aquella joven, a pesar de que no era algo que solía suceder. Había notado en ella cierta humildad que no siempre se presentaba a la hora de iniciar una clase. Por ello la clase había resultado bastante más amena y distendida, pudiendo atravesar cada uno de los aprendizajes requeridos sin necesidad de sufrir daño alguno, sobre todo su alumna. Era ahora momento de continuar. Asenath se dispuso a emprender la marcha, tras invocar un portal que atravesaría sin decir nada, sabiendo que la chica comprendería que debía seguirla. Al otro lado, las aguardaban una amplia llanura. Era ya de día en aquel sitio, por lo que la mirada de la Guerrera tardó unos minutos en acostumbrarse. La vegetación era muy diferente: el verde de todo el entorno era un tono casi inexistente en el sitio del que provenían. Grandes árboles las rodeaban, pues se hallaban en un claro en medio de un bosque muy frondoso. Todo se veía húmedo, como si acabase de caer una intensa lluvia. Disfrutó unos segundos la sensación de barro en sus descalzos pies, antes de alejarse unos siete metros de quien ahora sería su rival. No pretendería generar grandes daños, pero sí saber si todo lo enseñado había sido comprendido, por lo que no dudaría utilizar una estrategia ofensiva, solo dependería de cómo su alumna comenzara el combate. —Tu primero... ************************** REGLAS No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece. Duración del duelo: Del 17 al 27 de mayo. Nos guiaremos por las reglas Nuevas de duelos existentes. Lista de Hechizos (con especial énfasis en el Libro del Equilibrio) Están prohibidos los Off y las ediciones. Consultas, dudas o sugerencias, al topic del libro.
  11. Asenath

    Prueba del Libro de Merlín

    No necesitó decir nada a su alumno para que éste supiese que lo había logrado. El Vínculo era algo único y difícil de confundir. Era todo lo que podía enseñarle, el resto estaba ahora en sus manos, el demostrar que era realmente digno de hacerse acreedor definitivo de esos poderes. Lo miró fijamente unos momentos, en busca de alguna señal de duda, antes de girar sobre sus pasos y abrir un portal con un simple movimiento de varita. Sin esperar ni dar indicaciones, lo atravesó con paso decidido, a la espera de que el joven comprendiese que había llegado el momento de su prueba. Al otro lado del portal, la noche parecía haberse marchado por completo. Asenath requirió unos segundos para acostumbrar la vista a la nueva luminosidad. Se hallaban de pie en un amplio templo. Tanto el suelo como las paredes y el techo eran de blanco mármol. No se sabía de dónde llegaba la luminosidad, tal vez simplemente era mágica. Mientras caminaba, su mente empezaba a jugar con el recinto, creando objetos que antes no se hallaban allí: una puerta al fondo, por detrás de donde el portal se hallaba, un gran candelabro sobre sus cabezas lleno de velas encendidas, muebles anticuados pero que claramente no pertenecían a la misma época que el recinto... —Tienes unos minutos antes de que el escenario se termine de definir. Lo que crees se quedará fijo, pero cuidado que puede volverse en tu contra. —dijo tranquilamente, ubicándose a unos ocho metros de distancia del joven. No atacaría en primer lugar, le dejaría a él hacerlo en cuanto estuviese del todo listo. ************************** REGLAS: No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece. Duración del duelo: Del 17 al 27 de Mayo. Nos guiaremos por las reglas Nuevas de duelos existentes. Lista de Hechizos (con especial énfasis en el Libro de Merlín) Están prohibidos los Off y las ediciones. Consultas, dudas o sugerencias, al topic de Dudas.
  12. Observó cómo la joven había captado los usos de cada uno de los hechizos. Confiaba en que los usaría "para bien" aunque eso recaería en ella y solo en ella una vez que la clase hubiese concluido. El oso recibió en primer lugar aquellas flechas que le propinaron graves quemaduras, para luego quedar cegado e imposibilitado de atacar. Claro estaba que ese segundo hechizo era ideal contra personas y no animales, puesto que menguaría su posibilidad de atacar y esa era la verdadera relevancia de poder utilizarlo. Solo quedaba un ataque que su alumna debía conocer antes de pasar a la segunda etapa de la clase. Fue entonces cuando Asenath alzó la varita, también apuntando hacia la criatura. Esta vez lo demostraría en lugar de solo explicar. —Cinaede —pronunció, generando que el gaseoso veneno surgiese alrededor de la criatura, entrando en sus vías respiratorias en forma rápida y letal. —Se trata de veneno extraído de los Pétalos de Pensamientos. Una vez que ingresa por las vías respiratorias las cortará y pasará a la sangre del objetivo, paralizará tanto su sistema nervioso como el circulatorio para luego matarlo. Solo puede revertirse con un Anapneo de emergencia y, depende del nivel de quien lo utilice, puede requerir episkey, a veces más de uno. —miró al oso que agonizaba hasta volver a ser una —nada bonito, pero muy útil en batallas. —Concluyó, ahora sí la joven estaba lista para seguir.
  13. Asintió ante la respuesta del joven. No esperaba más, solo que fuese sincero, sobre todo llegado hacia tales instancias. La Guerrera no pretendía emitir juicio alguno, solo saber que la magia que enseñaba no recaería en manos que la utilizarían simplemente para generar mal en los demás. Aunque incluso aquella idea era relativa al punto de vista de cada quien... —Todo tipo de magia que se pretenda utilizar queda anulado, incluso la posibilidad de desaparecer quedaría anulada —aseguró, era una buena pregunta, aunque nunca se la había hecho, ya que a la hora de combatir siempre lo hacía hasta las últimas consecuencias. Aunque estimaba a aquellos que sabían cuándo era el momento de una retirada... solo que ella no lo requería. — Expavescerent, es un efecto verbal que produce una chispa en la punta de tu varita, anula cualquier efecto de hechizos que esté vigente en la batalla o acabe de ser pronunciado. También impide que éste se use durante el resto del enfrentamiento. Solo se puede utilizar una vez por batalla. Pensó en las veces en que esa pequeña chispa había sido su salvadora, en medio de las luchas más sangrientas, un simple efecto que podía generar gran diferencia al combatir, no había dudas de ello. —Ustedes, los magos, están muy acostumbrados a utilizar Sectusempra como si fuese su arma más letal, sé que a lo largo de tu aprendizaje has adquirido otras que con entrenamiento podrán serte de más ayuda aún... el Vulnera Sanentum es un efecto que elimina lo que su Sectusempra causa. Se utiliza en forma no verbal y cura por completo las heridas en esa simple acción. —No parecía gran cosa, un simple contramaleficio, pero sabiendo lo cruentas que eran las heridas que el rayo causaba seguramente consideraría como muy valiosa su utilidad. Solo le faltaba explicar un último poder, ese en que había invertido tanto tiempo perfeccionando y llevando más allá... el que, de ser suya la elección, nunca transmitiría a los magos. Pero debía ser justa, a fin de cuentas gracias a Merlín su pueblo tenía el esplendor que hoy ostentaba. —El Vínculo, permite que la mente de dos magos se vincule, como indica su nombre, generando que cada uno de ellos logre sentir en su mente la presencia del otro, incluso sabiendo sus emociones y estado anímico. Basta con que quien lo utiliza tenga adquirido dicho poder, no es necesario que ambos lo tengan. Surge desde la varita hacia las manos del mago que crea el vínculo, y penetrará desde la cabeza hacia todo el cuerpo de quien se está vinculando. Giró sin levantarse del suelo, para mirar de frente a su alumno, indicándole con un gesto que haga lo mismo. —Quien es vinculado sentirá más vitalidad, una mejora en sus sentidos, reflejos, capacidad mágica y fuerza física, mientras que, quien vincula ganará un protector y amigo... bueno, mientras el vínculo perdure, ya que solo se puede vincularse con una persona por vez... inténtalo —lo invitó, podría ser que no lo lograse desde la primera vez, pero confiaba en que podría hacerlo. La Uzza solo aguardó a que se atreviera a emplear aquel último hechizo, el más importante a su consideración, el resto podría practicarlo en su prueba.
  14. La salvaje criatura no esperaba el repentino ataque, así que el rayo lanzado por la joven la paralizó unos instantes y, luego de pasado el efecto, hizo que saliese huyendo espantada. No regresaría, o al menos no por el momento. La Guerrera asintió, mirando a la joven. Si bien había tomado dos intentos el realizar la acción, lo había hecho a tiempo como para evitar salir herida. Eso ya era un mérito. Le agradaba que la muchacha no fuese como la mayoría de los que llegaban ante su presencia, intentando mostrarse superiores y conocedores de la magia que aún no adquirían. —Continuemos... quedan dos objetos. El Amuleto de Resurrección, te permitirá recobrar la vida tras una batalla, pero consume mucha energía, así que debes esperar toda una luna hasta poder volver a utilizarlo —dijo, alzando un colgante de color esmeralda que resplandecía un poco ante la oscuridad— debes llevarlo siempre colgando de tu cuello, pues nunca sabrás cuándo podrás requerirlo. —tomó entonces el objeto restante, un frasco un poco más grande que contenía pétalos, lo agitó suavemente para que la joven pudiese apreciarlos— Son pétalos de pensamientos. Pueden utilizarse en la elaboración de deliciosos perfumes, pero muy venenosos en tanto la concentración de ellos sea alta. Si su aroma es propagado por el fuego de una vela, causarán efectos alucinógenos previos a una muerte segura... pueden también emplearse en pociones para generar mejor concentración o, por el contrario, que la persona pierda todo poder de razonar lógicamente. Guardó entre sus pertenencias aquel frasco, la chica ya tenía en su poder los distintos objetos y sería su responsabilidad saber cómo usarlos. Dependería de su equilibrio... o la falta del mismo. Asenath, mientras tanto, se puso de pie y alejó unos pasos de ella. Los siguientes aprendizajes serían más bien "prácticos". La noche empezaba a enfriarse y moverse no les haría mal. —Morphos —dijo la Uzza concentrada en la gran roca que se encontraba unos metros detrás de la joven. La criatura se acercaría de a poco, dando tiempo a que practique los ataques —Las Flechas de Fuego, como su nombre lo dice, son filamentos de fuego que viajarán hacia tu rival y lo quemarán si lo alcanzan. No necesitas pronunciarlo, solo concéntrate y las invocarás sin problemas. En caso de impactar, debe hacerse de urgencia un aguamenti que apagará el fuego y un episkey más adelante para terminar de sanar. "Luego de herirlo quiero que utilices Arenas del Hechicero... las mismas no son sino huesos cristalizados de un mago que ha muerto por causas del fuego mágico. Tampoco necesitas pronunciar nada, será un efecto que segará a la criatura. Lo ideal es lanzarlo a tus rivales, los cuales no podrán apuntar mientras dure el efecto. Por —Aguardó en silencio mientras la muchacha realizaba esa práctica, solo restaría un último aprendizaje antes de su prueba.
  15. Por fortuna su alumna no demoró demasiado en llegar, asintió tranquilamente al escucharla y se puso de pie con un ágil movimiento. La observó unos instantes a los ojos, intentando divisar si su tono era sincero o intentaba mostrarse de un modo que no era. No encontró en su mirada ningún indicio de que estuviese fingiendo, así que se apartó, volviendo a acomodarse ante los restos de la fogata. Buscó a tientas entre su ropa varios objetos y los dispuso entre ella y la fuente de calor, haciendo una seña sutil a su alumna para que se acercase también. Apoyó un anillo, un amuleto, un frasco pequeño y uno un poco más grande. Los contempló unos momentos intentando escoger por dónde comenzar, hasta finalmente decidirse por el anillo. Lo tomó y enseñó a la joven, antes de acomodarlo en su dedo anular, donde ya varios anillos se encontraban. –Siempre debes llevar puesto este anillo, bueno, como todos los que poseen nuestros poderes… –explicó– si lo llevas puesto al momento en que eres picada por una criatura venenosa, el efecto del veneno no te afectará. Pero no sirve contra el veneno de basilisco, porque es aún más fuerte –desvió su atención nuevamente a los objetos y tomó el frasco más pequeño que contiene aquel grueso polvillo de tonalidad plateada– Parece arena, pero su color ya indica que no lo es… son semillas de hielo. Una pequeña cantidad puede convertir en hielo una superficie de 100 metros a la redonda. Si bien se van agotando, con el tiempo se vuelve a rellenar por sí solo. –sonrió y colgó el frasco de su cuello. Notó a lo lejos un crujido y se puso alerta, las criaturas nocturnas podían empezar a aparecer en cualquier momento, y sabía que varias se hacían presentes para intentar robar restos de comida en cuento los guerreros se durmiesen. –Semillas de Hielo también es un hechizo, si lo lanzas contra una criatura la congelas y te da tiempo a escapar de ella. No dudes en utilizarlo si ves que corres peligro durante cualquier momento de la clase –si bien su atención estaba en la joven, parte de sus sentidos continuaban atentos a los pasos que se acercaban. Era una criatura grande, sin dudas ¿un león? ¿un chacal? Antes de poder verlo, saltó hacia su alumna ¿podría ella defenderse a tiempo?
  16. Apartó su mirada del fuego en cuanto oyó los pasos de aquel joven que se acercaba. Escuchó las palabras con las que se presentaba y se detuvo unos momentos para contemplarlo. Solía juzgar bastante a sus estudiantes, no creyéndolos merecedores de adquirirlos, pero esta vez no creía lo mismo; tal vez porque sentía que era devolver a los magos lo que uno de ellos había enseñado a su pueblo, o tal vez por el largo recorrido que sabía que ese joven había recorrido hasta hacerse con el poderoso libro. –Asenath es mi nombre –aclaró tranquilamente, invitando al joven con una seña de su mano a tomar asiento también junto al fuego.– ¿Por qué quieres aprender este último libro? ¿Crees que eres digno de sus poderes? –indagó, mirándolo a los ojos, intentando divisar en ellos el impacto que significaban sus palabras –es mera curiosidad, no trates de sorprenderme con una respuesta elaborada, no pretendo escuchar nada en concreto… –agregó enseguida, su pregunta no era una prueba, simplemente quería conocer un poco mejor a su alumno. Acto seguido, desprendió del pecho de su armadura un ópalo rojizo con un resplandor tenue. Lo sostuvo sobre la palma de su diestra para mostrarlo al joven. Unos segundos bastaron, él tendría uno similar que habría adquirido con la compra del Libro. –Parece una joya bonita y nada más, pero es un poderoso amuleto, capaz de quitar la magia a cualquier individuo por un tiempo… para utilizarlo, debes pasarlo dos veces sobre el corazón del mago o bruja a quien quieras quitar su poder. Su piel se mostrará pálida y una sutil marca blanca se marcará en su frente, ésta es un bloqueador de magia. En duelos entre magos, basta con pasar el amuleto sobre tu propio corazón. En ese caso, deberás pronunciar la palabra “Caudex” para que entre en acción. Verás una cúpula de luz que se alza y deja sin poderes a tu rival. Pero solo se puede utilizar una vez por enfrentamiento. –tras explicar, volvió a pegar el amuleto en su hombro. Una silueta se divisó en las cercanías, al otro lado del fuego, las llamas apenas permitían divisar su figura y, notoriamente, su varita alzada hacia el joven. Asenath estiró su mano y tocó su hombro, era hora de intentar aplicar aquel primer aprendizaje.
  17. Recostada sobre una gran roca, miraba las estrellas. Sentía en su espalda el frío de la superficie, pero no le importaba. Su mente iba y venía entre muy antiguos recuerdos y la simple imagen que captaban sus ojos en ese momento. Parecía no moverse más allá del ir y venir de sus ojos y su pecho al hincharse y volver a su sitio durante cada respiración. No había sonidos que invadiesen su espacio, siendo rodeada por una calma absoluta. La noche había caído casi sin que la percibiera, y allí la había encontrado, intentando encontrar en sí misma múltiples respuestas. No hablaba de sus asuntos si no era con “los suyos” y por momentos ni siquiera ante ellos revelaba sus inquietudes. Era una mujer de pocas palabras y muchos secretos. Aquella podía ser tranquilamente una forma de describirla. Sabía que su tiempo a solas tendría un límite, pues esa noche recibiría a una nueva alumna, quien debería mostrarse digna de acceder a los conocimientos que podía ofrecerle. El Libro del Equilibrio era uno de los primeros que brindaban a los magos, sin embargo, no por ello era menos importante que los demás. Cada paso en su aprendizaje fortalecía su avance hacia el siguiente, y el equilibrio era, sin dudas, una necesidad en su avance. Pero ¿qué era el equilibrio realmente? Lo experimentarían conforme avanzara la clase, o eso intentaría que suceda. Se incorporó con lentitud, sin apartar la mirada de ese cielo intenso. Buscó a tientas la gran espada que yacía a su lado y, al pararse, la acomodó en su cintura. Casi rozaba el piso con la punta de la misma, su peso resultaría incómodo a quienes no estuviesen acostumbrados a cargarla allí, pero no era su caso. Dio unos pasos hasta las viviendas en las cuales la mayoría dormía, las brazas de lo que había sido una gran fogata aún emanaban calor. Se acercó y arrodilló junto a ellas, acercando las manos para recobrar la temperatura en sus dedos. Sus piernas solo cubiertas por aquella corta falda compuesta de tiras de cuero estaban acostumbradas a los cambios de temperatura tras mucho tiempo viviendo en el desierto. Siempre vestía como una guerrera debía hacerlo, con su pecho recubierto por una mezcla de cuero, escamas de dragón y plata. Su negra y larga cabellera pendía a sus espaldas trenzada prolijamente, peinado solo digno de los guerreros según las creencias de su pueblo. Allí esperaría a la joven, la cual esperaba no se demorase demasiado, puesto que tendrían una larga aventura por delante. @Helene Eloise Bellerose
  18. El sol caía perezosamente, escondiéndose de a poco detrás del lejano horizonte. Sus rayos se sentían tibios y distantes, como si ya no tuviese fuerza para calentar cuanto debía. El cielo comenzaba a variar sus tonalidades, desde anaranjados a violáceos, para convertirse en un azul intenso. Poco a poco, las primeras estrellas comenzaban a aparecer, rodeando una gran luna en cuarto creciente. No se divisaban nubes en el firmamento, no había viento, solo una tenue brisa. Sería una noche tranquila. Asenath se había detenido a captar cada uno de esos detalles antes de continuar con su tarea. Se encontraba acomodando madera seca formando una especie de pirámide, fijándose que quede dispuesta de forma tal que lograra mantenerse encendida el tiempo necesario. Había dejado a un lado su gran espada, para arrodillarse en la tierra para cumplir con la labor. Había recibido recientemente la noticia de que tendría un nuevo alumno, tras más de un mes de descanso se había desacostumbrado un poco a lidiar con esos magos que se creían capaces de ir más allá con los conocimientos. Lo cierto era que muchos lo lograban, mas ¿eran realmente dignos de hacerlo? Muchas veces tenía sus dudas al respecto. Esta vez impartiría la tutoría del libro con el que se destacaba, aquel en que se encontraba su mayor habilidad, por la cual era temida. Resguardaba celosamente sus secretos al respecto y así seguiría siendo, tanto como el origen de la espada que yacía a su lado. Había cosas que nadie estaba preparado para conocer ni lo estaría. Apuntó su vara de cristal hacia la seca madera y encendió la fogata. Las llamas le brindaron el calor que empezaba a faltarle. Se dejó caer hacia atrás, para sentarse con las piernas cruzadas frente a ella. Dejó que su mente se vaciase unos momentos mientras se concentraba en el vaivén de las llamas. Procuraría mantenerse paciente y transmitir cuanto le fuese posible, simplemente esperaba no toparse con ningún mago cuya insolencia lograra sacarla de sus casillas. Acomodó hacia atrás la larga trenza que mantenía contenida su negra melena. Ya no quedaba rastro alguno del sol, un cielo negro salpicado de estrellas se extendía sobre su cabeza, digno de ser apreciado. @Nate Weasley
  19. Libro del Druida Aprobados Martin N Roses Ficha Gatiux Ficha Desaprobados --
  20. Había llegado el momento de que aquellos dos estudiantes continuaran su camino. Ella les había transmitido ya los conocimientos correspondientes al Libro del Druida y estaba segura de que eran dignos de rendir la prueba para adquirirlos en forma definitiva. Ambos se habían mostrado humildes y receptivos ante los conocimientos que intentaba transmitirle, siendo aquello una grata sorpresa, ya que no siempre los magos demostraban esa actitud. Fue el momento, entonces, de abandonar el sitio en que se encontraban, dejarlo atrás para pasar al que Asenath había elegido para la el enfrentamiento correspondiente. La Guerrera les dio la espalda y abrió, entonces, un nuevo portal, el cual esta vez solo ellos deberían cruzar. Al otro lado, encontrarían el peligroso sendero que ascendía por la ladera de una empinada ¿montaña? Al menos eso parecía. El sendero medía alrededor de un metro y medio de ancho y ascendía, o eso podían suponer, hacia la cima. De un lado, encontrarían la pared de piedra que componía el relieve en el que estaban, del otro una caída de al menos unos cinco metros en forma de precipicio. No tenían muchas alternativas, debían acomodarse para poder llevar el duelo de la forma más práctica posible. Al tiempo de llegar, notarían el sonido y la vibración bajo sus pies antes de sentir una abrupta calidez. Solo entonces lograrían tener la certeza de que no se trataba simplemente de una montaña, sino de un activo volcán. El mismo, entraría en erupción, pero no lanzando ríos de lava, sino apenas unas bolas de aquella peligrosa sustancia que iría hacia cada uno de los magos en forma alternada. Ambos deberían protegerse o curarse de las quemaduras, de lo contrario sus vidas correrían peligro. **** No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece. Duración del duelo: Del 15 al 24 de marzo Nos guiaremos por las reglas Nuevas de duelos existentes. Lista de Hechizos (con especial énfasis en el Libro del Druida) Están prohibidos los Off y las ediciones. Consultas, dudas o sugerencias, al topic del Libro del Druida Como describe el rol, cada tercer turno de cada uno recibirán el disparo de lava y deberán evitarlo. @@Gatiux vs @@Martin N Roses
  21. Asenath

    Libro del Druida

    El uso del Fulgura Nox era más que importante, debían estar seguros a la hora de visualizar el lugar al que querían transportarse. La primera en transportar al grupo fue Gatiux, quien invocó el portal sin dar explicaciones. Asenath observó su técnica, el modo en que éste se generó y asintió tranquilamente, estando segura de que estaba bien logrado. Se acercó con calma, dispuesta a ser conducida a donde aquella mujer había pensado llevarlos. Al atravesarlo, llegaron a un sitio del que había leído en varios libros de historia, a los cuales era muy afín. La arquitectura griega era realmente fantástica, pensar que esas estructuras estaban allí de pie tantos siglos más tarde. Miró detenidamente las columnas, sus detalles, e imaginó cómo sería en un pasado ese templo en realidad. De seguro habría sido aún más majestuoso. Fijó su vista en la mantícora que los observaba, furiosa por su interrupción. Alzó las cejas, a la espera de que fuesen sus alumnos quienes se encargaran de la criatura. Fue entonces cuando el Black se encargó de crear su propio portal, el cual los condujo a un sitio diferente pero cargado también de mucha cultura. También había leído de él en varios de sus libros, así que no pudo evitar recorrerlo con la mirada, cargada de curiosidad. Los tres lo cruzaron, sí, los tres se encontraron pronto del otro lado, viendo aquella estructura creada con rocas. El joven parecía orgulloso de su logro, y podía estarlo, pero el portal a sus espaldas no había sido creado, y la mantícora, simplemente, los había seguido. Cruzó sus brazos molesta, mientras se apartaba un poco del grupo. -Obsistens -pensó, generando un cerco luminoso de tono rojizo que la cubriría. No aceptaría ser atacada. Sus alumnos podrían hacer lo mismo o intentar reenviar a la criatura a su lugar de origen. Si los atacaba teniendo invocado aquel cerco, la criatura simplemente desaparecería. Siguió hablando a pesar de la situación, pues no había mucho tiempo. Movió sus manos en el aire al tiempo que una nube muy extraña de color violeta se generaba sobre sus cabezas. Debía explicar lo que faltaba antes de requirieran utilizar los demás poderes. -Obsintens, como han visto, es un cerco mágico -sabía que ellos recién podrían brindar su atención completamente cuando hubiesen terminado de encargarse de la criatura -repele ataques tanto físicos como mágicos. Puede usarse hasta dos veces por duelo. “Ignea, genera una capa de polen de los lírios que los cubrirá y resguardará de ataques con fuego, pero no sirve contra Fuego Compacto. “Cantar de Eleboro, genera una vibración musical que protege los sentidos, tanto del invocador como de un acompañante, haciéndolos inmunes a ataques. También los restituye si algo los ha alterado. Era todo lo que le quedaba por enseñarles. A continuación, llegaría el momento de ponerlos en práctica. La nube lanzaría diferentes ataques: Arena del Hechicero para privarlos de visión, Flechas de Fuego y por último un Desmaius. Habría un intervalo de pocos segundos entre un ataque y el siguiente, y ambos irían en duplicado, hacia el mago y la bruja. Ellos no sabrían lo que pasaría, sin embargo, deberían defenderse si querían llegar a la instancia siguiente. La Guerrera no sufriría daño alguno, puesto que su invocación no la atacaría a ella. Continuó observando cómo ellos se desharían de aquel problema. Los poderes del libro del Druida le resultaban algo pacíficos a la hora de ser enseñados, aunque muy útiles como defensas. Eran grandes poderes, sin dudas, y esperaba que esos jóvenes se mostrasen dignos de recibirlos.
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    Libro del Druida

    La primera en llegar fue una joven de cabellos violeta y ojos ambarinos rasgados. Eran rasgos extraños entre los magos que recibía generalmente allí, aunque sabía que los Arcanos estaban enseñando sus habilidades extrañas, y entre ellas estaba el poder cambiar la morfología. No me agradaba, todos deberían mostrarse orgullosos de su cuerpo, de su herencia. Tal vez no era el caso de esa chica, por lo que prefirió no juzgarla antes de tiempo. -Asenath es mi nombre -la corrigió con voz calmada. Si bien la había observado al llegar, no apartaba la vista del fuego. -Es un gusto -agregó hacia ella tras escuchar su nombre y el agradecimiento ante la posibilidad de aprender. -Bienvenido usted también, señor Black- ya reconocía a ese joven que ya había cursado dos libros previos bajo su tutela. Estando ambos aprendices, era hora de comenzar. Se acercó a la fogata y se dejó caer de rodillas a menos de medio metro del fuego. Se quitó de los dedos un anillo, del cuello uno de sus talismanes y un pequeño frasquito que pendía amarrado con una tira fina de cuero. -Tienen estos elementos con ustedes ¿verdad? – tras decir esto, los fue señalando de a uno. – el anillo, sirve para resguardarlos de la vista de los demás, les da privacidad. El amuleto, si lo llevan puesto y son apresados, los sacará de cualquier cárcel o prisión, pero solo úsenlo en caso de extrema necesidad, pues se requiere mucha energía – miró a los ojos a uno y el otro, aquella advertencia era real, más de un uso mensual podría costarles más de lo que pensaban. Tomó entonces el frasquito, en el cual se veía un polvillo amarillento, tomó un poco y se lo frotó en ambas manos, antes de acercarlas de lleno a las llamas. Movió las manos como si nada pasara, percibiendo la calidez, pero sin que esta se sintiese dañina para su piel. Miró a ambos y asintió para que intentaran lo mismo. -El polen extraído de los Lirios de Fuego tiene múltiples usos: evitar que el fuego dañe la piel, ayudar a encontrar fuentes de calor. Si se aspira, protege los órganos internos y ayuda a elevar la percepción olfativa y táctil hacia esas fuentes. Se puede usar para elaborar vestimentas a prueba de fuego, o soplarse en la piel y generar resistencia hasta por tres horas. También se usa como ingrediente para hacer una pomada para las manos, que hará que éstas se adhieran a cualquier superficie. Deben usarlo en forma prudente porque se agota, pero se repone con el tiempo. Nunca dejen que el frasco se vacíe. -parecía un discurso ensayado, un poco lo era. Eran tantos los usos de aquel polen y lo usaba en forma tan natural que solo a la hora de enseñar al respecto se paraba a pensar en la variedad. -Los Lirios de Fuego crecen en el interior de volcanes. En esta ocasión no voy a llevarlos a uno, pero sepan que si agotan el contenido deberán entrar a uno para poder conseguir más. Son flores del color de la lava, se suelen confundir con la misma. -realmente no era un sitio agradable en el que estar. Juntó los elementos y volvió a colocarlos donde cada uno iba, se puso de pie y observó a los jóvenes. Parecían realmente interesados en aprender, así que era momento de ponerse en marcha. - Fulgura Nox- pronunció invocando un portal, su atención estaba fija en el punto de llegada del mismo, más que en el portal que veían ahí mismo. Lo cruzó, esperando que la siguieran, sin dar explicaciones. Llegaron a un sitio a solo unos metros, en medio de las chozas que ocupaban los Guerreros allí. Algunas individuales, otras compartidas, todas ellas sencillas y de tonalidades amarronadas, creadas por ellos mismos. -Deben usar mucha concentración para generar el portal, y solo decir las palabras. Su mente debe estar en el sitio de llegada y su energía concentrada en ello. Algunos magos, logran combinarlas con conocimientos propios: con Nigromancia si quieren abrirlo hacia el mundo de los muertos, con Videncia si quieren abrir uno hacia el futuro y con Historia de la Magia y Runas Antiguas para poder viajar al pasado. En todos los casos, debe usarse con total prudencia, es magia muy poderosa y difícil- la explicación siempre dejaba a quienes la recibieran pensando en todas las posibilidades de aplicación que encontrarían. “Muy bien ¿quién va primero y a dónde nos llevará? -agregó trayéndolos a la realidad, estaban en una clase y debían demostrar que estaban prestando real atención -Son libres de escoger. - concluyó, deseosa de ver qué querían mostrarle sus estudiantes.
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    Había vuelto a levantarse con los primeros rayos de sol. Era algo que hacía en forma cotidiana, pero aquella vez tenía nuevamente alumnos a los cuales instruir. Le habían notificado que serían dos nuevamente. Esta vez, hombre y mujer. Por lo que supo, el caballero acababa de aprobar bajo su tutela los dos libros anteriores, así que suponía saber de quién se trataba. Esperaba que ambos se mostrasen dignos y no tener que demostrar nuevamente qué pasaba con las insolencias. La morena se desperezó mirando el sol al salir de su morada. Ya envuelta en su habitual armadura confeccionada con cuero, escamas de dragón y plata. A su espalda pendía la larga trenza negra, conformada por el cabello de la parte central de su cabeza, ya que los costados de la misma estaban prolijamente rapados. Solo los guerreros de su pueblo podían lucir trenzas en su cabellera, era un honor que solo se les concedía a los de su clase. De su cintura pendía aquella gran espada, esta vez no tendría tiempo de sentarse a darle más filo, ritual que con recelo repetía a diario. Nadie sabía cómo había conseguido esa espada, ni nadie lo sabría, solo Asenath, así debía ser. Se alejó, hoy no permanecería cerca de sus dominios. Esta vez les tocaría moverse para poder adquirir los conocimientos contenidos en el Libro del Druida. Si bien muchos intentarían demostrar que saben con anticipación, ella no esperaba que intentasen sorprenderla con eso, sino que respeten que los Uzza eran los verdaderos poseedores de esos poderes y, solo ellos, dueños de transmitirlos. Cerca de donde estaban sus viviendas, había una especie de circulo armado con piedras que a veces servían como asientos. En el centro, troncos apilados en forma piramidal aguardaban que alguien los encendiera. “Flechas de Fuego” pensó apuntando hacia las llamas con su varita y los filamentos de fuego que surgieron se encargaron de hacer el trabajo. La madera estaba seca pero se empezaría a consumir de a poco. Se quedó de pie a un lado, contemplando las llamas y esperando que pronto la clase pudiera comenzar. @Gatiux @@Martin N Roses
  24. Libro del Equilibrio Febrero 2021 Aprobados Martin N Roses Ficha Kraven Von Alexandros Ficha Desaprobados --
  25. El sol continuaba ascendiendo en aquel cielo despejado, la Uzza tuvo piedad por sus alumnos, rescatándolos de lo que podría haber sido una muerte segura. Arrojó a cada uno una pequeña piedra que al tocarla los trasladaría, quitándolos de encima de aquel nido de serpientes en que se hallaban, para llevarlos dentro de un templo, totalmente desconocido para ellos. Al arribar al sitio en que su prueba se llevaría, se encontrarían ambos a una distancia de alrededor de 8 metros entre sí. Sobre sus cabezas un abovedado techo que daba la sensación de estar metidos dentro de una copa gigante. Antorchas iluminaban todo el interior, haciendo que el mármol blanco que formaba tanto las paredes como el suelo y el techo se tiñesen de un tinte rojizo. No había nada más en el lugar. La guerrera apareció en medio de ambos, dando instrucciones antes de que su prueba comience. -Ambos han demostrado ser aptos hasta aquí, pero no se confíen -dijo fríamente a ambos -Van a tener que demostrar que han comprendido lo enseñado y que pueden ser responsables en el uso de estos poderes y los adquiridos con anterioridad. No se preocupen solo por derrotar al rival, sino en utilizar todas las herramientas adquiridas -eso no era la guerra, no era necesario matar. “Esta sala funciona con magia más poderosa de la que podrán tener. Cada uno podrá escoger tres detalles en su mente, los cuales alterarán el escenario. Pueden poner objetos donde les parezca, pero cuidado que no se vuelvan en su contra. “En el tercer turno de cada uno, les fallará uno de estos sentidos: Vista, impidiéndoles apuntar, gusto, impidiéndoles pronunciar ataques, el tacto, haciendo que sus varitas caigan y no puedan utilizarlas hasta que termine ese turno. Si se concentran podrán elegir cuál en cada oportunidad. “Que sea un duelo justo -dijo finalmente, desapareciendo del lugar. REGLAS No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece. Duración del duelo: Del 15 de Febrero al 24 de Febrero Nos guiaremos por las reglas Nuevas de duelos existentes. Lista de Hechizos (con especial énfasis en el Libro del Equilibrio) Están prohibidos los Off y las ediciones. Consultas, dudas o sugerencias, al topic del libro @@Martin N Roses @@Kraven Von Alexandros

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