Jump to content

Asenath

Magos Expertos
  • Mensajes

    201
  • Ingresó

  • Última visita

Todo lo publicado por Asenath

  1. Libro del Equilibrio Abril 2020 Aprobados Dick Grayson - Ficha Adrian Wild - Ficha
  2. @@Adrian Wild La Arena del Hechicero cuenta 2 turnos a partir de tu siguiente turno. En este caso, Dick aplicó la Arena del Hechicero en su 1er Turno y tú llevas las intercalaciones. Usaremos la tabla que pusiste más arriba: T1 Adrian: Cinaede T1 Dick: Anapneo (de urgencia contra Cinaede) T2 A: Zancadilla (impacta) T1 D: Arena del Hechicero (afecta y ciega) T2 A: Flechas de Fuego (no impactan) T2 D: Immolo Oppugnare T2 D: Cinaede T3 A: -- T3 A: -- Tus turnos 3 y 4 deberían ser durante los cuales te ciega la Arena del Hechicero. A partir del turno 5 ya podrías ver con normalidad si nada más afecta ese sentido.
  3. @ @@Adrian Wild Buenas tardes. Vamos por partes con sus dudas así pueden continuar el duelo. Dick: 1. No, los efectos no requieren puntería. Basta con saber dónde está el mago, pero no requieren forzosamente puntería. 2. Olvidé colocar que la lista que estamos usando de hechizos Neutrales y Graduados es ésta. Zancadilla es un hechizo de Neutral Graduado. Adrian Las reglas de intercalaciones hablan de que un efecto puede evitar siempre siempre y cuando repercuta en las capacidades "mentales" del contrincante (como confundus, silencius, floreus o maldición, por ejemplo). En este caso, el Zancadilla es un efecto pero no repercute en la capacidad de tu contrincante de lanzarte la Arena del Hechicero, por lo que el hechizo impacta. Además, los efectos, como bien expliqué a Dick, no necesitan puntería para lanzarse, a diferencia de los rayos y las invocaciones. Ahora pasemos a los tiempos. Adrian es quien lleva las intercalaciones. T1 Adrian: Cinaede T1 Dick: Annapeo (de urgencia contra Cinaede) T2 A: Zancadilla (impacta) T1 D: Arena del Hechicero (afecta y ciega) T2 A: Flechas de Fuego (no impactan) T2 D: Immolo Oppugnare T3 A: -- T2 D: Cinaede T3 A: -- Voy a citar el rol de Dick porque aquí hubo una confusión. Como las intercalaciones las lleva Adrian, el Immolo nunca intercalaría las Flechas de Fuego, sino que saldría después de éstas, por lo que Adrian aún puede intercalar el Cinaede y defenderse (o atacar). No puedes usar la regla de rayo definible porque no llevas las intercalaciones.
  4. Asenath

    Adrian Wild vs Dick Grayson

    Los dos alumnos habían demostrado estar medianamente preparados para enfrentarse a la prueba, aunque Asenath notaba que aún poseían ciertas dudas con respecto a los usos de algunos hechizos. Había tratado de aclarar todas sus dudas y esperaba -aunque sin demasiada esperanza- que aquello hubiera sido suficiente para que ambos pudieran desarrollar el duelo que tendrían a continuación de forma efectiva. -Bueno, siguen vivos- dijo cuando habían terminado de cruzar el desfiladero de la montaña y se encontraron con ella del otro lado-. Sé que les ha costado, que quizá aún posean dudas, pero ha llegado el momento de que demuestren que han estado prestando atención a mis palabras- indicó. Comenzó a caminar, dándoles la espalda, internándose en un pequeño bosque no muy frondoso que había del otro lado de donde habían comenzado la clase. La montaña en la que se encontraban era particular, porque a pesar de tener un alto pico que se perdía en las nubes, poseía algunos claros y pequeños bosques que discurrían en esos "descansos" entre pico y pico, como si hubiera sido diseñada apropósito. Y quizá lo había sido, después de todo los estudiantes de cientos de años de Mahoutokoro habían desfilado por allí en búsqueda de paz y conocimiento. Se detuvo en medio de un pequeño claro, quizá de no más de veinte metros de diámetro, por el que se colaban pequeños y perezosos rayos de sol que hacían saltar destellos en las gotas de rocío que perlaban siempre el pasto que crecía libre, aunque nunca demasiado alto. De vez en cuando una nube alta los cubría y la claridad se apagaba un poco, pero las ramas no estaban estrechamente entrelazadas, por lo que la luz natural era suficiente. -Bien, como dije antes, llegó el momento de que demuestren que han prestado atención- hizo una pausa, en la cual extrajo su varita y con una floritura "apartó" un poco más los árboles. En realidad, era una ilusión, como si los árboles hubieran dado un paso atrás para alejarse de los magos-. Esta será su Arena de Combate y espero que hagan buen uso de los hechizos del Libro del Equilibrió, así como otros conocimientos de hechizos de los cuales posean conocimiento. Si bien es un duelo, recuerden que son compañeros- aseveró la guerrera, antes de retirarse de forma segura hasta apoyar su espalda en uno de los árboles del borde. Automáticamente con aquel movimiento, una cúpula invisible pero tangible rodeó a los hechiceros, de modo que el círculo de árboles quedaba excluído de la batalla. Asenath respetaba mucho la naturaleza y no quería que rompieran o quemaran ninguno, así que sus hechizos no la alcanzarían a ella ni a la vegetación que quedaba por fuera del campo mágico de fuerza. Sin embargo, había piedras, troncos y otros elementos dentro de la Arena que podían utilizar los alumnos. -Cuando quieran- indicó. ************ No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece. Duración del duelo: Del 16 al 25 de Abril. Nos guiaremos por las reglas de duelos existentes. Hechizos: Neutrales, Graduados, y los Libros de Hechizos hasta el Libro del Equilibrio. (Con especial énfasis en este último). Están prohibidos los Off y las ediciones. Consultas, dudas o sugerencias, al topic de consultas @@Adrian Wild @
  5. @@Adrian Wild @ Es un poder rolístico. Como yo lo veo, en un rol pueden decir que un Cinaede no les afectaría si lo están llevando, aunque seguiría claramente aplicando la aclaración de que no sirve contra el veneno de Basilisco. Pero el Cinaede es un hechizo que se utiliza en duelos, por lo que aplica las reglas que allí se menciona: el bezoar no actúa y se necesita, dependiendo del nivel del mago, un Anapneo o un Anapneo y un Episkey (o 2 Episkeys si el nivel es mayor a 30) *** Aunque en la definición no lo aclare, es sólo un hechizo que afecta criaturas, no personas. Por lo que no sería válido congelar una extremidad.
  6. Asenath

    Libro del Equilibrio

    La mujer alzó ambas cejas cuando Adrian comenzó a hablar, sorprendiéndose de que fuera tan bueno para expresar los poderes que le había encomendado explicar. Aún así, ese fue el único gesto que hizo mientras hablaba y tampoco emitió opinión mientras Dick le seguía, pues se encontraba absorta en la forma en la que los dos chicos se iban desenvolviendo en aquella pequeña y simple parte de su clase. Cruzó, entonces, las manos frente a su pecho mientras Adrian pedía permiso para realizar su primera pregunta. -Curioso que preguntes eso, Adrian, porque resulta que la utilización del anillo antiveneno siempre trae dificultades cuando se trata de comprender con el Cinaede- hizo una leve mueca con la comisura del labio, casi imperceptible, como si el haber nombrado aquellas dos cosas juntas le trajeran ciertos recuerdos que la molestaban-. La definición en realidad no dice mucho, excepto dos palabras que juntas pueden responder en parte tu pregunta. "Venenos comunes". Al ser el Cinaede un veneno no común, entonces el anillo no tendría efecto y el hechizo seguiría afectándote hasta que lo contrarrestes con un Anapneo, para liberar tus vías respiratorias- realizó una breve pausa mientras esperaba para ver si el alumno tenía más dudas al respecto, pero el que habló entonces fue Dick-. Todos los hechizos poseen una debilidad. El Anapneo no es un contrahechizo del Cinaede, sino más bien una solución rápida a una muerte segura por obstrucción de las vías respiratorias. >>Verán, el Cinaede es un hechizo de tipo efecto, eso significa que afecta de forma instantánea. La única forma de contrarrestrar un efecto es lanzando un hechizo de tipo efecto que afecte las capacidades del contrincante, como un Confundus o un Silencius. Asenath movió su cabello trenzado cuando hizo además de girarse para emprender un camino de piedra por el que iba a guiar a sus alumnos, cuando Dick volvió a hablar para realizar otra pregunta. Ella se volvió nuevamente hacia sus alumnos y estaba por responder cuando Adrian la interrumpió. De nuevo, ambas cejas se elevaron en señal de sorpresa, pero dejó que Wild hablase antes de intervenir ella misma para aclarar las dudas. -Bien dicho, señor Wild. Las Semillas de Hielo se utilizan sólo para dos propósitos: congelar una superficie alrededor del mago de unos cien metros cuadrados y, cuando se lanza como hechizo, paralizar una criatura. No afecta a las personas, aunque la idea de congelarle una extremidad a un enemigo sea tentadora, señor Grayson, quedará en grave desventaja cuando se encuentre habiendo desperdiciado un hechizo- sonrió con cierta malevolencia-. Si no tienen más preguntas, síganme- indicó, encarando nuevamente un camino pedregoso que había unos diez pasos detrás del lugar donde había estado sentada, meditando. El camino se extendía primero por el resto del claro sobre la montaña y, luego, continuaba por el borde de ésta, creando un sendero peligroso que bordeaba un acantilado. No tenía ni siquiera que explicar que para avanzar por allí debían ir en fila, uno detrás del otro, pues el metro de ancho que tenía el camino sólo bastaba para dejar pasar una persona a la vez. Del lado derecho, la montaña de piedra casi totalmente lisa ofrecía una pared de la cual sostenerse de forma pobre, mientras que del lado izquierdo se extendían cientos de metros de caída hacia el vacío. -Tómense con cuidado y tengan sus varitas listas, las van a necesitar- dijo, alzando la voz por sobre el sonido del viento que se arremolinaba en aquellos picos. La velocidad que llevaban era suficiente como para apartar las nubes bajas y dejar ver no sólo el cielo azul por encima de sus cabezas, sino también el extenso valle verde debajo de ellos, por el que discurrían algunos ríos que parecían simples grietas celestes que cortaban la tierra. Se detuvo al comienzo del camino angosto, antes de rozar la pared lisa y se giró hacia los chicos-. El viento aquí es traicionero, así que les aconsejo estar atentos y sostenerse bien. Una vez que comiencen a caminar, descubrirán que la arenisca que desprende la pared de la montaña es muy resbalosa, así que no intenten correr: si el viento no los derriba, sus propios pies lo harán y caerán ciento cincuenta metros al vacío... al menos el primer tramo- mostró una hilera de blancos dientes en una aterradoras sonrisa antes de seguir-. Descubrirán que hay algunas criaturas voladoras que se alimentan por esta zona y no le gustan los intrusos, así que intenten no molestarlas. Yo los esperaré justo del otro lado. Y no les dijo más nada antes de desaparecer. Metros más adelante, en el otro claro que había cruzando el camino de la montaña, Asenath tomó asiento sobre una roca casi plana y comenzó a afilar su espada con parsimonia, esperando a sus alumnos. ¿Cuánto tardarían en darse cuenta de los peligros además del viento, la arenisca y los hipogrifos que habitaban, salvajes, aquellas montañas? Por supuesto, la pared estaba congelada con Semillas de Hielo y el viento arrastraría hasta sus ojos la Arena del Hechicero que había colocado estratégicamente para que se soltara apenas ellos comenzaran a transitar. Oh, si, y antes de terminar, unos Flechas de Fuego volarían hasta ellos desde arriba de la montaña, amenazando con quemarlos vivos. Sería divertido ver eso. Y claro, si sobrevivían, entonces les tocaría el duelo.
  7. Asenath

    Libro del Equilibrio

    Asenath se encontraba sentada con las piernas cruzadas sobre el pasto verde que permanecía húmedo debido a las nubes bajas que solía haber en la montaña. La humedad era agradable un rato, pero para ella que había crecido y entrenado en un lugar seco y caliente como el desierto, debía mantenerse en movimiento para no sentir que sus pies se entumecían. Por supuesto, cuando comenzara realmente el entrenamiento con las varitas su sangre comenzaría a calentarse y no necesitaría desviar el calor a sus extremidades de forma consciente, ya que manejar el propio flujo de sangre por tanto tiempo lograba tornarse agotador. Una voz rompió la paz y tranquilidad que había estado experimentando en tan bello lugar y tuvo que levantar la vista al ver acercarse a los alumnos. Dick Grayson se presentó el primero y Adrian Wild el segundo. Desde luego ella conocía los nombres pero ahora tenía rostros a los cuáles ponérselos. Su cabello negro trenzado que rozaba el pasto crecido estaba húmedo en la punta y cuando se levantó para encarar a los dos alumnos notó que éste le mojaba la parte baja de la espalda de una forma que le hizo sentir calosfríos, más no se movió para demostrar emoción alguna. Sus ojos escudriñaron a los dos jóvenes delante y decidió que les daría una oportunidad, pequeña y agotadora, de demostrarle que podían con aquello. -Bienvenidos. Mi nombre es Asenath y seré quien los instruya en las magias del Libro del Equilibrio- pasó al vista de uno a otro y notó que ambos habían llevado sus anillos y amuletos. Bien, al menos estaban preparados. Quizá sus colegas Uzza habían hecho demasiada mella en esos chicos ya-. Comenzaremos estudiando los hechizos sin agitar nuestras varitas, para comprender mejor cómo es su funcionamiento y, si tienen alguna duda les pido que me la digan, porque cuando llegue el momento de la batalla no estaré allí para ayudarles sino para poner en práctica lo que se aprenda aquí y ahora- hizo una pausa-. Dick, quiero que me digas qué son y para qué sirven el Anillo Antiveneno y los Pétalos de Pensamiento. Adrian, a tí te toca decirme qué son y para qué sirven las Semillas de Hielo y el Amuleto de Resurrección. Luego pasaremos a algo más entretenido que la teoría- sonrió pero no de forma divertida, sino más bien con autosuficiencia. Una sonrisa que seguro helaba la sangre de sus adversarios. @ @@Adrian Wild
  8. Asenath

    Libro del Equilibrio

    El equilibrio era algo que Asenath había tenido que aprender a tener a lo largo de toda su vida. Desde que había nacido, las pruebas habían sido un desfile de responsabilidades para ella y su familia y para todos los que pertenecían a su pueblo. Pero esas pruebas la habían hecho quien era hoy en día: una mujer fuerte, poderosa, diestra en la batalla, sanguinaria si se lo precisaba pero, por sobre todas las cosas, una mujer equilibrada y era algo que la enorgullecía. A veces miraba a los discípulos de otros Uzza practicar, mover la varita como si no fuera más que un simple pedazo de madera y pensaba en todos los magos, como ella, que alguna vez habían esgrimido su arma de aquella manera tan burda y falta de gracia pero, sobre todo, falta de conocimiento y destreza duelística. Se había entrenado duro para poder llegar a donde estaba y quería que sus alumnos también lo vieran pero en ellos mismos, esa fortaleza que bien serían capaces de poseer para alcanzar lo que se propusieran. No sin antes tener que sufrir un poco por ello, claro estaba. La guerrera les había enviado notas gemelas a sus dos alumnos, invitándolos esta vez no ha la arena de combate de Uagadou que les habían cedido para su clases, o al Osasis en el desierto en el que había dado sus últimas dos clases, sino a las montañas nubosas donde se encontraba oculto Mahoutokoro, la escuela de magia de Japón. Sabía que allí estaban los Arcanos, por años enemistados con los Uzza, pero de todos modos quería que sus alumnos tuvieran la experiencia de combatir en uno de los lugares más hermosos que conocía y, además, cuna de artes marciales milenarias que poseían tanta fortaleza y espíritu como las magias que se enseñaban en los libros de los Uzza. Era una zona de claro bosque en la montaña nubosa, donde la niebla los cubriría de la vista no sólo del resto sino, por momentos, de su contrincante. Aunque en primera instancia quería que ellos aprendiesen la teoría de cada hechizo que iban a utilizar, cuando llegase el momento del combate, la arena que había elegido iba a ser un verdadero desafío para sus pupilos. @@Adrian Wild @
  9. Libro del Equilibrio Febrero 2020 Aprobados Sean -Ojo Loco- Linmer
  10. Asenath vio a su alumno invocar la daga del sacrificio y sonrió abiertamente sabiendo que él no podía verla por la Arena del Hechicero. -Bien hecho Sean- dijo en tono de burla, mientras el chico lanzaba el siguiente hechizo, aunque su boca no emitió ningún sonido y ella movió su varita, rápida como pudo, también manteniendo la misma directo hacia el muchacho. Las Flechas de Fuego invocadas de forma no verbal salieron disparadas de forma irrevocable hacia su alumno. La Maldición que Sean había intentado utilizar quedó rápidamente sin efecto al ella no haber pronunciado hechizo alguno, así que volvió a agitar su varita-. Cinaede- el veneno envolvería a su objetivo y lo paralizaría de no actuar él de forma inmediata. Aún así, le había dejado suficiente tiempo como para que respondiera a su contraataque. La guerrera Uzza estaba segura de que aunque Sean estaba imposibilitado de ver, aún tenía la daga en su mano y unos cuantos hechizos a su disposición, si su mente era rápida para actuar. -No te quedes atrás, muchacho... No quieres reprobar una clase conmigo, ¿cierto?- lo retó, picándolo para ver qué era capaz de hacer.
  11. El duelo había empezado de forma tranquila, tal como Asenath quería, pues su máxima intención era ver cómo ejecutaba su alumno lo que había aprendido. Matarlo con dos hechizos hubiera sido poco efectivo para el propósito que perseguía su clase, así que había optado por hechizos sencillos mientras poco a poco el ambiente se iba poniendo más denso y el mago frente a ella se iba tensando. Por supuesto, su ejecución de un escudo protector fue por demás bueno, pero al levantar su varita para pronunciar su siguiente hechizo, la guerrera Uzza no dejó que él pudiera proseguir. -Silencius- Asenath sólo observó cómo se movían los labios de Sean antes de sonreír-. Al menos lo has pronunciado de manera correcta- casi bromeó, aunque su rostro no mostró ningún atisbo de sonrisa. La mujer movió su varita nuevamente pero sus labios no se movieron cuando invocó la Arena del Hechicero, cuyo efecto era cegar a su oponente para que no pudiera realizar ningún hechizo que requiriera de su puntería. Era sólo un contratiempo, por supuesto, sabía que Sean podía hacerlo mejor de lo que estaba siendo. -Recuerda que puedes usar los hechizos de los otros libros que ya estudiaste- le dijo, haciendo un ademán con un dedo hacia su cabeza y dando dos golpecitos en su sien con la mano libre.
  12. La noche se había asentado en el desierto, haciendo que el sol dejara de calentar el mar de arena para dar paso a la brillante luna creciente, que ahora comenzaba a enfriar el suelo bajo sus pies. El Oasis, que antes había sido bañado por una incipiente luz cegadora y caliente, ahora soltaba las sombras de las palmeras, los pequeños arbustos y las piedras, que parecían estar vivas. Asenath vestía su usual vestimenta de tela roja conformada por un top y una falda, aunque la forma en que se ajustaba a su cuerpo no dejaba ver absolutamente nada. Sobre ello, su armadura confeccionada con piel de tebo le ofrecía resistencia y protección, aunque la llevaba en sus clases más por costumbre que por necesidad. Habían pasado la tarde y parte de la noche estudiando teóricamente los hechizos del Libro y Sean había estado a la altura. Ahora debía demostrar si sabía aplicarlos y Asenath se encargaría de que el mago demostrara a fondo lo que sabía. Por eso, se habían alejado un poco del fuego que seguía crepitando en la pequeña hoguera rodeada de troncos cortados que servían de asiento, eligiendo un lugar más amplio en una de las dunas, a unos diez metros del oasis. Allí, sólo la arena y el enorme cielo azul plagado de estrellas se interponía entre ellos. -Varita lista- dijo, simplemente-. Rictusempra- el rayo salió disparado de su varita de cristal para golpear directo al pecho de su oponente, Sean. Por supuesto, la intención de la guerrera no era derrotarlo, ganarle, sino enseñarle todo lo que pudiera. La guerra que había estallado hacía poco más de un año y que poco a poco había cubriendo el mundo mágico de desdicha, ahora había cambiado de curso durante la Navidad, cuando una Reina de Nieve los había atacado. ¿Qué otras cosas guardaba el mundo? ¿Qué secretos les quedaba todavía por descubrir a los magos y brujas que habitaban esta Tierra? Asenath quería que sus pupilos estuvieran preparados. Nadie la tildaría de mediocre por no haberles enseñado a defenderse. *** No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece. Duración del duelo: Del 19 al 27 de Febrero (inclusive). Nos guiaremos por las reglas de duelos existentes. Hechizos: Neutrales, Graduados y de los Libros de Hechizos hasta el Libro del Equilibrio (con especial énfasis en este último). Están prohibidos los Off. Consultas, dudas o sugerencias, al topic correspondiente. @@Sean -Ojo Loco- Linmer
  13. Asenath

    Libro del Equilibrio

    Un atisbo de sonrisa hizo que el rostro de Asenath se crispara en la comisura de sus labios, pero no cedió aquella sonrisa con facilidad a su -ya conocido- pupilo. Escuchó a Linmer hablar y comentar los efectos del hechizo Cinaede y sólo lo interrumpió para corregir su pronunciación: -CinAEde. Si Sean pronunciaba mal el hechizo en un duelo, podía ser su fin. Asenath se encargaría de que eso no sucediera, sino la acusarían de ser una pésima instructora. -Si quieres practicar los efectos del Cinaede y ver si el anillo te permite curarte podemos contemplarlo cuando comencemos el duelo. Pero aún seguiremos con la parte teórica me temo. Como bien dice la definición del anillo antiveneno, protege contra los venenos más comunes, excepto contra el veneno de basilisco. A su vez, el mismo Cinaede dice que el Bezoar no funciona, por lo que por definición podríamos entender que el Bezoar no es un veneno en sí, sino el efecto que causa el hechizo sobre el cuerpo al ser aplicado. Por eso en su definición explica que el hechizo para contrarrestrar sus efectos es el Anapneo, que destapa las fosas nasales. A su vez, mientras más poderoso sea el mago que lo conjura, la víctima precisará Episkeys además del Anapneo. ¿Eso responde tu duda sobre el anillo?- preguntó finalmente la Uzza, mientras decidía cuál sería su siguiente pregunta sobre el Libro del Equilibrio. Quedaban pocas horas para que se terminara la parte teórica de la clase y pasaran al duelo, donde Sean debería demostrar que en verdad había prestado atención no sólo al Libro, sino a las explicaciones que daba Asenath sobre su uso. Por supuesto, en el mismo duelo podrían ir surgiendo dudas que la guerrera resolvería, pues su intención seguía siendo la de enseñar, no la de ganar. Aunque demostrarle a un alumno que no estaba listo si así era.... eso tampoco lo dejaría de lado. -Viendo la definición del hechizo Semillas de Hielo, podemos encontrar que dice lo siguiente: "De la varita surge un viento helado que paraliza cualquier criatura, recubriéndola de hielo, durante un turno. No válido contra criaturas de sombras u ofuscables". ¿A qué se refiere con la última parte de la descripción? ¿Cuáles serían las criaturas de sombras y ofuscables?- preguntó, mientras hacía girar la varita de cristal entre sus dedos, mirando hacia el fuego y luego hacia las formas danzantes de brillo que proyectaban al chocar contra su arma.
  14. Asenath

    Libro del Equilibrio

    La guerrera esbozó una sonrisa que no llegó a sus ojos mientras escuchaba a su alumno responder a las preguntas que le había formulado. Bien. Le gustaba que leyeran los libros, pero también que interiorizaran sus poderes en un duelo o una batalla, de modo que no sólo importaba la teoría allí, sino si el alumno tenía medianamente clara la forma de aplicar esos conocimientos cuando lo requiriera. -Muy bien Sean- lo felicitó-. Aunque apenas hemos comenzado, así que espero que hayas podido interiorizar bien lo leído. Veamos...- hizo una leve pausa mientras pensaba en su siguiente pregunta-. ¿Puedes decirme la función del hechizo Cinaede?- preguntó, cruzando los dedos de sus manos mientras recargaba los antebrazos sobre sus rodillas y se inclinaba un poco más hacia el fuego que ardía en el suelo, en aquella fogata que había cuidado y alimentado al igual que lo hacían otros Uzza y estudiantes. La luz restante del sol estaba ocultándose en el horizonte, tiñiendo el cielo de amarillo claro, naranja pálido, rosa, lila, violeta y, por encima de su cabeza, el azul intenso ya bañaba gran parte de la visión y las titilantes estrellas comenzaban a salir. Había elegido el momento del día pensando precisamente en el desafío de una lucha durante la noche, sólo con la luz de la fogata. Nunca había utilizado el oasis para llevar a cabo un duelo pero siempre había una primera vez. -Y también quiero que me digas las cualidades del Anillo Antiveneno y el Amuleto de la Resurrección- dijo al fin, echando un largo vistazo a los últimos rayos del sol que finalmente cayeron por la masa de arena del desierto, haciendo titilar los diminutos cristales que lo componían y lanzando destellos de todos los colores sobre su rostro y ropa, como si el mismísimo arcoiris la estuviera bañanado con su gracia-. Recuerda que esto sólo es un repaso, luego tendremos un duelo como se debe y espero que demuestres que no sólo sabes leer, sino también interpretar... No me decepciones- fue más una advertencia que una petición y un atisbo de sus blancos dientes destelló en el fuego que ahora era la única luz que los iluminaba a ambos.
  15. Asenath

    Libro del Equilibrio

    La Arcana sonrió al ver llegar a su alumno e inclinó la cabeza hacia adelante, dejando que su trenza sobrepasara su hombro y cayera larga sobre su pecho voluptuoso, ahora escondido tras una tela que le daba firmeza y su pechera de tebo que le daba protección y seguridad. La sonrisa estaba lejos de ser divertida o amable. No, era una sonrisa feroz, cargada de entendimiento hacia su alumno y de recuerdos que poco a poco caían en el espacio entre los dos. -Bienvenido Sean- le señaló con una mano una roca plana del otro lado de la hoguera-. Ya estás familiarizado con mi forma de enseñar, así que no esperes clemencia o consideración de mi parte- mostró sus dientes, aún esbozando aquella aterradora sonrisa y luego se enderezó en su lugar, tomando una rama gruesa que tenía a su lado y que utilizó para avivar el fuego-. Sabes que mi intención no es ganar, sino enseñar. Así que empecemos sin mayores preámbulos. ¿Has leído el Libro del Equilibrio?- preguntó en tono serio. Ella misma lo había leído un centenar de veces y siempre volvía a tomarlo en sus manos y pasar las páginas llenas de magia y sabiduría. Se lo conocía de memoria, cada párrafo, cada pasaje, cada oración. Pero aún así gustaba de volver a leerlo, como le sucedía con todos los libros de magia que caían en sus manos. Conocimiento. Ella era una guerrera que más allá de comerciar sus habilidades en duelo y batalla con riquezas terrenales, las comerciaba con conocimiento. -Si lo has leído, no deberías tener problema en decirme cuál es la definición del hechizo "Arena del Hechicero", en qué momento sería mejor utilizarlo y por qué- continuó-. ¿Lo usarías durante un combate mano a mano o contra dos oponentes? ¿Por qué crees que sus efectos son útiles en la batalla?- preguntó. Empezarían tranquilos. Luego, quizá, le lanzaría un hechizo. O dos.
  16. Asenath

    Libro del Equilibrio

    El Libro del Equilibrio era, en opinión de Asenath, uno de sus favoritos. Sí, el de Auras tenía algo muy especial ciertamente y el del Caos era... caótico pero divertido, dentro de lo que se podría esperar sobre un Libro meramente ofensivo. Pero el del Equilibrio representaba cosas por las que la guerrera había tenido que luchar en su viaje en el desierto para realizarse como guerrera Uzza. Aunque era más afín al de la Sangre y, en efecto, ella era experta en el Libro de Merlín, este libro de poder medio era uno de sus favoritos y tener la posibilidad de enseñar a un alumno sobre él siempre le había parecido enriquecedor. El espacio que había elegido para comenzar la clase era parecido al de Lisette, sólo que en aquella ocasión no estaba cocinando nada en el fuego. El oasis que se abría para ellos estaba conformado por una pequeña laguna que era abastecida por los ríos que corrían debajo del desierto. A su alrededor había todo tipo de vegetación, incluyendo unas palmeras más anchas que altas que generaban una sombra agradable para los cuarenta y largos de grados que estaba haciendo en el desierto. En esta ocasión, había citado a su alumno Sean al atardecer, cuando el sol comenzaba a ponerse en el horizonte. La temperatura bajaba y había que abrigarse, ya que el viento era crudo. Asenath estaba dispuesta sobre una roca plana, con los pies inclinados hacia la fogata que ardía en medio de aquella especie de campamento montado cerca de los terrenos de Uagadou. Allí, los alumnos iban con frecuencia a pasar la noche, se contaban historias e intercambiaban experiencias. Era uno de los espacios que los Uzza habían tomado para dar sus clases, ya fuera por lo apartado del ajetreo del colegio o simplemente porque el espacio abierto les hacía acordar a sus propias tierras, que si bien estaban cerca, ellos aún no podían regresar debido al trato que tenían aún con el gobierno mágico inglés. La guerrera esperó paciente a su alumno. Había redactado una corta misiva que le indicaba que acudiera a la clase con ropa cómoda pero que llevara un abrigo para las inclemencias del desierto nocturno. A pesar de que comenzarían su clase con teoría, él debía prepararse para tener un poco de práctica con los hechizos del libro antes de lanzarse a la arena de combate. @@Sean -Ojo Loco- Linmer
  17. Libro de la Fortaleza Aprobados Lisette Ryddleturn Desaprobados --
  18. Asenath negó con la cabeza cuando Lisette se disculpó y la escuchó mientras hablaba, luego de recuperarse del Rictusempra. La observó ir por su varita y esperó, mientras su joven alumna se ponía en posición de ataque nuevamente. -No debes disculparte por nada, Lisette, estás aquí para aprender y sería tonto que ya vinieras con todo el conocimiento, me quedaría sin trabajo- sonrió la guerrera-. En los tiempos que se vive en el mundo mágico, con la guerra entre Inglaterra y Bulgaria, pensar los hechizos a utilizar sería una pérdida de tiempo ya que debes actuar rápido ante un ataque. Pero esto es una práctica, para que pienses mejor tus ataques y defensas, por lo tanto, pensar cada hechizo que lanzarás está bien. Llevo muchos años perfeccionando mis habilidades en batalla, ya no debo pensar en cómo mover la varita o verbalizar un hechizo, simplemente salen... Es como poner un pie delante del otro para avanzar- explicó, pensando en que esa sería quizá la mejor metáfora que podría utilizar. Lanzar hechizos, ya fueran ataques o defensas, era exactamente eso: poner un pie delante del otro para avanzar. Y Lisette lo había hecho de forma estupenda. Entonces, su estudiante atacó con un hechizo no verbal y Asenath levantó su propia varita. -Protego- dijo, simplemente-. Se nos ha terminado la clase, joven Ryddleturn- dijo luego, sin contraatacar-. Siempre debe recordar que si se encuentra en desventaja con respecto a sus atacantes, la Salvaguarda sólo la salvará de un hechizo como un rayo o una invocación, pues los efectos no pueden ser esquivados con la Salvaguarda. En mi experiencia, evitar posibles hechizos que la inmovilicen siempre será la mejor opción, como un Incárcerus, un Petrificus Totalus o un Obscuro. Puede seguir practicando en la Sala de Duelos, así podrá probar diferentes formas de defenderse- Asenath se había acercado a la joven bruja mientras hablaba. Finalmente hizo una leve inclinación de cabeza en su dirección-. Como dije, espero seguir viéndola en las prácticas de los otros Libros.
  19. El zancadilla hizo que Lisette cayera y soltara una exclamación de dolor, algo que a la guerrera Uzza le pareció gracioso por la expresión utilizada, como si fuera una niña. También su embrujo punzante dio en el blanco y el rostro de Ryddleturn se deformó hasta hincharle tanto los ojos que no podía ver, pero aún así envío un disparo de flechas hacia Asenath. -Expelliarmus- el rayo impactó en la joven y su varita salió volando tres metros fuera de su alcance, hacia la izquierda, haciendo que el hechizo que había estado a punto de pronunciar no saliera. Sin embargo, las doce flechas impactaron en la guerrera que tuvo que utilizar el hechizo "Curación" de forma no verbal para curarse las lastimaduras que le habían causado, ocasionando que cayera sobre una de sus rodillas. -Rictusempra- contraatacó. Había observado cómo su contrincante se curaba el embrujo punzante con uno de los hechizos del Libro de la Fortaleza -. Muy bien- la felicitó. -Lo estás haciendo estupendamente, Lisette- Asenath sintió que sus palabras se enroscaban en su lengua, reacias a salir, pero sinceramente sentía orgullo de que una joven bruja estuviera haciendo su mejor esfuerzo para defenderse de los ataques de una guerrera como ella lo era, experimentada, casi invencible-. Has utilizado muy bien el Libro y será satisfactorio ver tus próximos duelos en los Libros que siguen- agregó, pensando en realidad en presentarse en las diferentes arenas de combate para poder seguir de cerca el proceso de su pupila-. Vamos, ve por la varita y comencemos de nuevo... esta vez, ataca tú- sonrió la Uzza, invitándola con un movimiento de la mano a alcanzar su arma y continuar así el aprendizaje. @@Lisette Ryddleturn
  20. La joven estudiante se defendió utilizando uno de los hechizos del Libro de la Fortaleza, como bien Asenath pudo comprobar al notar que el Sectusempra que le había enviado la traspasó sin causarle daño, impactando contra las gradas que había en el fondo de la arena y haciendo saltar escombros hacia varios lados, por lo que tuvo que girar un momento la cabeza para impedir que algunos trozos le dieran en los ojos. No podía quedarse sin visión mientras estaba dando una lección. Apenas sonrió, muy levemente, encantada de que su aprendiz tuviera en cuenta en utilizar los hechizos del Libro. Luego, la muchacha conjuró un Avis e hizo que doce palomas salieran de su varita y se dirigieran hacia ella con la orden clara de impedirle lanzar hechizos correctamente. Eso también le pareció bien a la Uzza, que notaba que al menos la joven Lisette había estado prestando atención en sus clases en Hogwarts. -Zancadilla- el hechizo salió disparado de la varita de cristal de Asenath directo hacia la joven Ryddleturn, quien caería de bruces inexorablemente ante el efecto y haría que el siguiente hechizo de la joven no pudiera ser hecho con suficiencia (Avis). -Embrujo punzante- nuevamente atacó la guerrera Uzza, lanzando un rayo al rostro de Lisette que lo desconfiguraría, hinchándolo al punto de que pareciera una reacción alérgica. El dolor como de agujas clavadas en el rostro sería suficiente para que también le impidiera ver con claridad a la estudiante, quien debería buscar la forma de evitar que aquel hechizo le diera de lleno. Como ya había pensado con anterioridad, Asenath no tenía intención de ganar aquel duelo, mucho menos de hacer sufrir a su oponente que no era más que una estudiante intentando aprender el arte milenario de los guerreros, pero debía aprender también que en una batalla real, su oponente no tendría esa misma consideración que la tutora, por lo que la mejor forma de enseñarle era la difícil y dolorosa. Aún así, Asenath presentía que la fortaleza física y mental de su joven alumna era mucho mayor que lo que aparentaba. @@Lisette Ryddleturn
  21. Le gustaba entrenar novatos y se había dado cuenta de eso de forma reciente. A pesar de que los magos y brujas burgueses no eran de su especial agrado y confiaba plenamente en su sensación de que no eran aptos para aprender aquellas, había encontrado, al menos, una forma de pasarla bien en aquel arreglo que ella creía que estaba mal. Podía sacar una tajada de diversión del asunto. Su alumna era una jovencita apellidada Ryddleturn que tenía intención de conocer la magia que encerraba el Libro de la Fortaleza, uno de los más básicos en cuanto a la magia que enseñaba por la sencillez de sus hechizos, más, en sí, la magia que guardaba era sumamente poderosa y la base para aprender los Libros siguientes, si es que resultaba ser una persona apta. Y de eso se encargaba precisamente la guerrera, de comprobar que su alumna fuera realmente apta para la tarea que le iba a poner delante. Habiendo dejado su armadura a un lado, Asenath lucía una sencilla tela en tonos rojos y naranjas que cubría su pecho, se enrollaba alrededor de su cintura y caía como si fuera una falda, corta de un lado y larga por el otro. Estaba descalza como siempre, pues la arena de combate sobre la que se paraba poseía propiedades para canalizar su magia y la mejor forma de hacerlo era sintiéndose uno con la tierra y los elementos. -Bienvenida, joven Ryddleturn- la saludó con semblante solemne, mientras la invitaba a pararse sobre una marca que había frente a ella, a unos siete metros de distancia-. Mi nombre es Asenath y en esta ocasión seré tu instructora del Libro de la Fortaleza- continuó-. Deja tus pertenencias en un costado, fuera del círculo de combate y párate sobre la marca. Hoy mantendremos un duelo en el que deberás demostrarme que puedes manejar estos poderes- finalizó. Si Lisette prestaba atención podía observar que se encontraban en medio de la Arena de Combate de los Uzza que enseñaban y aprendían las artes duelísticas en Uagadou. Alrededor de donde se encontraban ellas había unas tribunas de piedra colocadas en círculo donde la gente podía sentarse a presenciar el duelo. A ese círculo de gradas le seguía otro delimitado por piedras de diferentes tamaños y colores, que delimitaban la arena de combate y, justo dentro de ese círculo es que las dos contrincantes se iban a situar. Además de eso, no había más que un suelo duro desértico donde la tierra se había ido resquebrajando por la falta de vegetación, ocasionado por las constantes pisadas de los duelistas. -Comenzaré yo- Asentah levantó su varita y apuntó a la joven-. Sectusempra- el rayo salió directo hacia el pecho de Lisette y, de impactarle, le causaría tres cortes sangrantes que la dejarían rápidamente fuera de combate. Bienvenida. Te dejo algunas indicaciones: No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece. Duración del duelo: Del 20 de enero (inclusive) al 30 de enero Nos guiaremos por las reglas de duelos existentes. Hechizos: Neutrales, Graduados, y los Libros de Hechizos hasta Fortaleza. (Con especial hincapié en este último). Están prohibidos los Off. Consultas, dudas o sugerencias, al topic correspondiente. @@Lisette Ryddleturn
  22. Asenath

    Libro de la Fortaleza

    Asenath escuchó a la chica responder bien a sus preguntas y confirmó que sí había leído el libro y estudiado los hechizos, lo que la dejó más tranquila. Luego, soltó una larga risotada cuando la joven chilló por el susto, utilizando el hechizo "Salvaguarda Mágica" para evitar que su Sectusempra le impactara. -Recuerda siempre pronunciar las palabras cuando muevas tu varita para atacar o para defenderte- dijo e hizo un movimiento con la suya-. Salvaguarda Mágica- pronunció claramente, logrando así que su cuerpo se volviera intangible un momento y luego regresara a su estado normal-. Es importante que durante una batalla recuerdes los movimientos precisos y la pronunciación exacta de los hechizos que utilizarás. Por supuesto, no siempre podrás anticipar lo que tu contrincante vaya a hacer y es por ese motivo que siempre debes estar preparada para cualquier cosa- sonrió con suficiencia y luego volvió a sentarse frente al fuego. Sirvió la poción en dos tazones confeccionados con algún tipo de madera oscura y brillante y le tendió uno a Lisette. -Bebe- no fue tanto una orden como una petición-. He estado investigando una nueva receta y quiero saber tu opinión sobre ella- y acto seguido, ella misma bebió la poción para darle a entender que era seguro hacerlo-. Continuemos- hizo una pausa mientras pensaba un momento-. ¿Has leído el Libro del Aprendiz de Brujo? De ser así, te haré unas preguntas sobre los hechizos que se encuentran en él- hizo otra pausa para esperar a que Lisette respondiera a su pregunta antes de proseguir. -¿Cuántos anillos y amuletos menciona el Libro del Aprendiz de Brujo y para qué sirve cada uno? Además, quiero que me des un ejemplo de cómo y cuándo los usarías. Siendo una muchacha de campo, seguramente este libro te habrá interesado mucho más que el de la Fortaleza- Asenath alzó ambas cejas y volvió a beber su poción. Era una suerte de té en el que había mezclado algunas hierbas como Valeriana, Tomillo y Clavo, también había agregado miel y una pizca de orégano. La intención de aquel té era sumir el cuerpo en una tranquilidad suspendida que activara los sentidos pero no los hiciera extremadamente sensibles. Aquel té sería bueno para relajarse mientras se mantenía la concentración.
  23. Asenath

    Libro de la Fortaleza

    Asenath se quedó mirando a Lisette mientras la chica hablaba y arqueó una ceja. Para ella, la ropa cómoda era su ligera armadura de tebo y las telas que envolvían su cuerpo debajo para evitar el roce brusco del cuero. -Tu ropa es fácilmente utilizable para cambiar su aspecto con el hechizo Morphos y atraparte en el ataque de una criatura. Deberías empezar a pensar que en batalla algo más ligero será mejor, aunque estés acostumbrada a tus grandes vestidos campestres- le sugirió. Escuchó sobre la forma en que resolvería el problema para saber si había enemigos y sonrió muy levemente-. Bien, has estado leyendo. Entonces pasaremos a algo un poco más difícil- la bruja movió su varita y el caldero se elevó en el aire, abandonando las brasas y depositándose en el suelo junto a éstas, de modo que la poción dejó de borbotear y se asentó en una mezcla plateada que parecía sangre de unicornio. Se puso de pie y le dio la espalda a Lisette un momento y luego se giró lentamente. -Ahora quiero que imagines una situación en la que utilizarías el Anillo de Salvaguarda Contra Oídos Indiscretos y me expliques por qué lo utilizarías. Y quiero que pienses otra ocasión en la que utilizarías el hechizo de Salvaguarda Mágicas- la guerrera miró a su estudiantes de forma seria. Quizá era uno de los libros más sencillos, pero no por eso debía tomarse las cosas a la ligera. Luego de que la joven contestase, sin previo aviso, levantó su varita y apuntó a la muchacha. -Utiliza lo que has leído en el libro. ¡Sectusempra!- el rayo salió disparado de su varita directo al pecho de la jovencita que estaba sentada frente a la fogata, con la intención de hacerle tres largos cortes en su pecho que la desangrarían. O ese sería el efecto si le impactaba, en cuyo caso Asenath la curaría para continuar con la clase. Pero esperaba que la joven bruja fuera capaz de reaccionar a tiempo y defenderse, porque luego no sería tan buena cuando se encontraran en batalla para su examen final.
  24. Asenath

    Libro de la Fortaleza

    -Pensé que mi carta indicaba "ropa cómoda", señorita Ryddleturn- la guerrera ni siquiera miró a su pupila cuando ésta tomó asiento frente a ella en el tronco y, sin embargo, continuó mezclando su poción-. Esto no es una clase de moda sino de duelo, por lo que le recomendaría que buscara una forma de colocarse un par de pantalones de montar al menos, sino le resultará algo incómodo cuando pasemos a la parte de la acción- Asenath ahora sí levantó la vista para encontrarse con la chica que parecía algo asustada, reservada, como si creyera que aquel no era su lugar. Bien, detestaba a los estudiantes pedantes-. Mi nombre es Asenath y seré su Maestra el día de hoy, en el que aprenderemos sobre el Libro de la Fortaleza. Espero que además de haberlo traído también lo haya leído- continuó. Dejó de revolver la poción un momento, que ya comenzaba a burbujear impaciente y se quedó sola en silencio unos segundos, observando a Lisette. ¿Por qué querría aquella niña aprender duelos de aquel estilo? Los que daban en su escuela era suficiente... aquello era magia avanzada. Y aunque la guerrera no quería juzgar, ya lo estaba haciendo de nuevo. Su naturaleza le decía que esos magos y brujas estirados de Inglaterra no estaban listos aún para esa magia. -Bien, comenzaremos con un poco de teoría sobre los hechizos. Si los has leído, deberías poder resolver estas situaciones sin ningún mayor problema- Asenath, con su marcado acento extranjero, se puso seria y cruzó los dedos de ambas manos al unirlas, apoyando los antebrazos en sus rodillas e inclinándose hacia el fuego y, por ende, hacia Lisette-. Te plantearé una situación y quiero que la analices y respondas con la información del Libro de la Fortaleza. Estas en tu habitación mientras que el resto de tu familia se encuentra preparándose para cenar en la planta inferior y presientes que algo está por suceder, más no tienes indicio de ello, pues todo parece tranquilo y normal. ¿Qué puedes hacer para comprobar si hay enemigos cerca y si tu familia corre peligro real?- preguntó. Aquello era sencillo, comenzaría con algo simple para que la joven estudiante comprendiera sus métodos y luego haría preguntas más difíciles, de ese modo podría despejar las dudas de Lisette si surgía alguna y cuando llegara el momento de enfrentarse en duelo, le resultaría más simple a la muchacha resolver los problemas. Asenath no tenía motivo para querer que la chica desaprobase, parecía muy capaz a pesar de su aspecto delicado y si ya había llegado hasta allí era algo, intención de mejorar en las artes de batalla había, así que le daría una activa oportunidad de demostrar que detrás de aquella delicadeza había una muchacha fuerte, una guerrera.
  25. Asenath

    Libro de la Fortaleza

    La guerrera se encontraba sentada sobre un tronco en una zona apartada de los terrenos de Uagadou. Allí había abundante vegetación, como un pequeño oasis en medio del desierto. Las palmeras daban un poco de sombra que permitía apartarse del fulgurante sol, más quizá no era la suficiente para menguar el calor que hacía durante aquellas primeras horas de la mañana. El horario había sido escogido por la guerrera justamente porque durante el mediodía y parte de la tarde el calor era tal que no dejaría que su estudiante se moviera con comodidad y ella necesitaba que estuviera cómoda para poder llevar a cabo las labores que le propondría. Frente al tronco donde ella se sentaba había una fogata encendida en la que estaba calentando unas hierbas en un caldero, cuyo vapor se elevaba hacia el cielo en tonalidades rosáceas y lilas. Era una poción, en efecto, pero no le diría cuál a su aprendiz aún. Del otro lado de la fogata, otros dos troncos ofrecían asiento suficiente para otro tanto de estudiantes, aunque ahora sólo tuviera uno. Como aquel espacio, había otros tres dispersos en el Oasis, donde los Uzza se reunían a veces, sobre todo durante la noche, para contar sus relatos y compartir comida y bebida. Por supuesto, a esas reuniones no se les permitía asistir a ningún mago o bruja que no perteneciera a su pueblo. Apenas llegara, Asentah tenía preparada una tarea para su pupila que requería ropa cómoda, como había redactado en la misiva que le había hecho llegar por medio del colegio. Había pensado primero en obligarla a cambiar su atuendo una vez llegara pero le había parecido más eficiente que ya fuera con ropa adecuada, de ese modo podría comenzar la enseñanza de inmediato, sin distracciones. Atizó el fuego con una varilla de madera y agregó otro tronco para conservar el calor que la poción necesitaba para cocerse. Iba a disfrutar de aquel día, lo sabía. @@Lisette Ryddleturn

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.