Septiembre 8
Había llegado el día, definitivamente las cosas habían salido mejor de lo que había podido planear. En algo tenía razón su padre, eran muy buenos en lo que esas personas hacían de forma individual, pero pese a todo pronóstico del Ollivander, en equipo todo había salido muy bien, de hecho la decoración sencilla, la comida y hasta la bebida qué Yanna había mencionado, todo era más de lo que ella había podido pedir.
Días antes había enviado invitaciones a los Moody, con la esperanza de que les acompañasen en esa pequeña reunión familiar para celebrar a su madre y esperaba que así fuera, además de que había pedido de manera especial que Catherine o la profesora Ellie Moody le hicieran el enorme favor de llevar a su madre a la Heredad, hasta donde ella tenía entendido Bel Evans no sabía lo que se llevaría acabo esa noche en los terrenos de los Ollivander.
Antes de entrar a la casa para cambiarse en su habitación y salir a tiempo para la reunión había color una pequeña mesa junto a un bonito árbol decorado con luces, en ella ya había colocado algunos regalos, unos llevados por los miembros de la familia, entre ellos de ella y de su padre, pero había uno especial qué no había colocado allí, ese quería entregarlo personalmente, posarlo en sus manos y ver su reacción en cuanto lo abriera, no era mucho y tal vez no fuera el más especial, pero lo había hecho ella para su madre, para compensar de alguna manera lo que ella había tenido que sacrificar.
De alguna manera al estar en su habitación, la ventana daba justamente al sendero que guiaba hacía el lugar de la celebración, sabía que aquello había sido obra de la casa y lo agradecía enormemente, al igual que estar en su hogar después de tanto tiempo y tantas cosas que habían pasado allí.
Parecía que ya había movimiento abajo, podía ver a Quintell terminar de arreglar los jardines, escuchar la estridente risa de Montpellier, llegar el auto de Crouch, era demasiado vanidoso como para andar a pie.
Subió el cierre lateral de su vestido corto en color marino, calzo sus altos zapatos y al salir se dirigió a la habitación de su padre, debía ver que se encontraba bien y listo para bajar a tes de que la festejada llegara.
Estaba emocionada, la última fiesta que hubo en ese lugar fue en su graduación y de eso ya habían pasado algunos años.
Al llegar a la habitación del Ollivander tocó un par de veces, por los suaves susurros qué provenían de dentro sabía que Grelliam no tardaría en salir, se recargó en el marco de la puerta. Tal vez Nasha tenía razón, ella era una ingenua por bajar a la reunión acompañada por su padre, ¿cómo no escucharla con esa voz y esa risa ta estridente qué tiene? Pero aquello, y estar acompañada de Evans, era de los pocos momentos que disfrutaba sin la preocupación de sentirse acorralada por cosas que no recuerda y le da la seguridad de que todo saldrá bien.
@ Rory Despard @ Hessenordwood Crouch @ Ellie Moody @ Melrose Moody