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Danny Lestrange

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Todo lo publicado por Danny Lestrange

  1. El joven mago estaba tan emocionado que no se daba cuenta del concurso de carreras que su hermana estaba llevando a cabo junto con los niños que correteaban delante. Las risas y los gritos de emoción obviamente pasaban desapercibidos para el mago, pero no así lo que pasó después, justo en el momento en el que Danny se da la vuelta para mirar. ―¡Oh, por Merlín! ―deja las cosas al lado del mostrador y camina rápidamente hasta donde se encuentra ella ―¿Estás bien? Le pregunta conteniendo una risita al darse cuenta de que Ada no parecía haber salido lastimada. Se inclina un poco para recoger el tiradero y acomodarlo en su lugar y así no recibieran algún regaño por el encargado de la tienda, cosa que pensaba que no sucedería ya que por suerte ninguno de los objetos estaba dañado. ―¿Quieres que consiga una cuerda para atarlos? ―pregunta tratando de aparentar la mayor seriedad posible, pero finalmente no se contiende y empieza a reír ―parece que acabas de despertarte, mira tus cabellos ―le dice sin contener su sinceridad. Decir las cosas que pensaba muchas veces había llevado a Danny a meterse en problemas, pero afortunadamente hacía tiempo (al menos desde su llegada a Ottery) que no había pasado nada malo, por suerte para él. Se le notaba alegre, aunque ciertamente un poco pálido. @@Ada Camille Dumbledore @ @@Hades Ragnarok
  2. Hola ^^ Por fin llego al lugar que se llama carpa jajaj, al principio no sabía donde estaba y después que la encontré creí que no podría decir nada que no tuviera relación con las ideas para el concurso del mes que viene, por eso no había hablado vine de pasada a saludar y a comentar también que por fin regresé a mi trabajo, así que mi tiempo en el foro será mucho más limitado aunque prometo que estaré por aquí sin falta ^^ Anthony seguro que te decían angelito con cuernos por las travesuras que hacías, casi te puedo imaginar ^^
  3. Danny presta atención a lo que aquél hombre le respondía, y al entenderlo su expresión cambia mostrando señales de vergüenza. Mira a su alrededor para fijarse nuevamente en él, y sonríe con más nerviosismo que antes ya que hacía mucho tiempo que nadie le hablaba de esa manera, y durante un momento al ver las expresiones faciales del otro, el mago siente que su presencia le molestaba. No sabía qué hacer, ni siquiera... —No era mi intención ofender —menciona bajando sus brazos para mantenerlos en los costados. El chico a esas alturas no sabía qué hacer, al parecer había familias que claramente rivalizaban con otras y aquello le producía demasiada incomodidad. Se había dado cuenta anteriormente que no siempre existen buenos términos entre los clanes, grupos u otras organizaciones, pero quizá no estaba tan bien instruido en cuestiones interfamiliares. —El apellido que lleve no es algo que me defina, al menos a mí no de forma tan marcada —responde con un poco más de frialdad en su mirada —pero le haré caso y olvidaré sus palabras —continúa mientras lo mira con expresión más indiferente. No debería haberse sentido insultado por algo así, pero extrañamente se encontraba sensible por el efecto de su reciente transformación —así que licántropo. Lo entiendo, no es sencillo. Y qué lamentable que haya salido mal lo que sea que estaba haciendo para controlar eso. @
  4. Danny le comienza a dictar su nombre y demás, y en el domicilio da la dirección de sus padres aclarando que es ahí a donde deseaba que la obra se envíe. Quizá más adelante consiguiera más obras pero por el momento con una sería suficiente así que se conforma. Si de casualidad vendieran materiales con los que pudiera él mismo pintar (que dicho sea de paso lo hacía bastante mal), estaría muy agradecido. ―Eso sería todo, muchas gracias ―menciona dirigiéndose al elfo. El joven mago estaba buscando los galeones necesarios para cubrir el costo de la pintura, pero se interrumpe cuando el elfo reacciona de una forma bastante peculiar cuando le había preguntado sobre una imagen en especial. Le observa extrañado, apenas podía entender las frases incoherentes que sus labios estaban formando. ―No te estoy entendiendo ―responde con una risita divertida. Iba a preguntar nuevamente y a pedir que le repita lo que acababa de decirle, pero se queda callado al mirar a otro elfo entrar corriendo para esconderse detrás de él. Danny ríe asombrado moviéndose un poco pero sin quitarse del sitio puesto que el elfo se sentía más o menos protegido. ―¿Y ahora qué pasa contigo? ―las palabras de este último no las había entendido debido a la rapidez con las que las decía mientras había llegado corriendo, además que ahora no se encontraba dentro de su campo de visión ―¿Me podrías explicar lo que sucede? ―pregunta nuevamente al primer elfo, el que atendía la tienda. @@Anthony Ryvak Dracony
  5. Por favor >.< Planilla de Compra​s Normales para Personajes: ID: 121413 Nick (con link a la ficha): Danny Lestrange Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla): Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 114343 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2020-07-07 Objeto: Navaja Mágica Multiuso Puntos: 80 Precio: 4000g Objeto: Espejo comunicador Puntos: 40 Precio: 2000 Total de puntos: 120 Total de Galeones: 6000 Gracias
  6. Ese domingo el chico decide regresar a casa después de beberse su café, ya que era cuestión de horas para la luna llena y su segura transformación. La frustración no se hacía esperar, era lo mismo cada luna llena, el tener que esconderse y mantenerse alejado o sujeto para no lastimar a nadie. Y como si eso fuera poco, el soportar el dolor que conllevaba el cambio tanto para transformarse en bestia como para volver a ser un ser humano. —Oh, buen día —había estado tan distraído que no había notado que le acababan de hablar, además, su sordera no le ayudaba nada —todo bien... quizá nos lleven al estadio. Escucha luego de llegar hasta el día martes y responde después de leerle los labios. Sonríe de buen humor a pesar de su aspecto decaído. Danny se encontraba débil, soñoliento, pálido y con varios moretones dispersos en su cuerpo al verse golpeado al transformarse en licántropo. Era esa la razón por la cual el mago no se había quitado la chamarra de mezclilla que por lo regular llevaba atada a la cintura. —Qué gusto verte —menciona sin saber qué decir. El chico tenía suerte de contar con un traslador que le llevaba de forma alternada por diversas partes del pueblo, e incluso de una ciudad a otra. En esos días, además, estaba a cargo de la seguridad de la Ministra además de su verdadero trabajo que no revelaba a nadie. Excepto su oficio de locutor, por supuesto. —Me presenté el domingo a trabajar por error —le confiesa —¿Hoy quedarás tú a cargo? —pregunta con tranquilidad mientras presta atención al movimiento de sus labios. @
  7. GUARDA GOLF HOTEL, CRANS-MONTANA, SUIZA A Danny se le había ocurrido enviar un par de mensajes más mientras esperaba que la Ministra abriera la puerta, y tales mensajes habían sido respondidos al instante. No habría nadie que pudiese descubrir quienes eran ni el motivo por el que se encontraban ahí. Echa un vistazo desde su sitio, recorre detenidamente los muros hasta donde le alcanzaba la vista, comprueba que ninguna cámara o micrófono ajenos a las del hotel se encontraban ahí (excepto los que él mismo había colocado con ayuda de su equipo de vigilancia, claro está). —Señorita —saluda cuando la ministra sale, y responde a su saludo con educación. Realiza un gesto de asentimiento con la cabeza inmediatamente después de leerle los labios. A palabras de la mandataria, su habitación no era el mejor lugar para hablar en ese momento por lo que tendrían que cambiar de lugar, cosa que al mago no le molesta. Tranquilamente se hace a un lado para que la joven pueda pasar y mira hacia el interior de la habitación con total discreción, solo para darse cuenta de que un hombre que jamás había visto se encontraba conversando con la consejera ministerial. —Vamos —le ofrece su brazo y camina hacia su habitación. Danny saca cuidadosamente la llave de su dormitorio sin dejar de recorrer el pasillo, por lo que al llegar a la puerta de la misma, la pasa por la ranura destinada para ella y de inmediato los seguros ceden con un chasquido que el muchacho no percibe, pero sí el cambio de color de la luz que indica que podía abrir y hacer pasar a la joven. Un segundo después, él da una última ojeada y entra con sigilo cerrando la puerta tras él. —¡Me alegra verte! —le confiesa con alegría ya dejando de lado la formalidad que su trabajo requería, ya que no podía controlar más la emoción de que la joven estuviera bien —¿Algo para beber mientras te pongo al tanto? ¿Prefieres algo de comer? Le ofrece sentarse en uno de los sillones de la pequeña sala y él se acerca al mueble en cuyo interior guardaba una botella de vino y un par de vasos. Danny no acostumbraba a beber, salvo uno que otro sorbo para relajarse, por lo que regresa con ella y coloca las cosas en la mesita de centro. S relajaba un poco, pero era obvio que en ningún momento bajaba la guardia. @@Ada Camille Dumbledore @ @@Lady Luxure Grindelwald @taison_greyback
  8. Castillo Ravenclaw - Inglaterra (Antes del partido Gales contra Grecia) Danny continuaba tratando de hacer funcionar aquellos hechizos que lo único que provocaban eran zumbidos, chispas y una especie de "ronroneo" por parte del pequeño radio que al mago no le servía de mucho. Ya tenía alrededor de una hora con aquello, inventando un hechizo, otro... pero de pronto se comienza a cansar y hace una pausa para disfrutar la brisa que soplaba y le despeinaba los cabellos. Algunos minutos de paz quizá le ayudaran con alguna buena idea. —Estoy perdido —pronuncia el mago con voz clara, como siempre. Después de alrededor de diez minutos el muchacho levanta la varita para continuar con sus experimentos en hechicería cuando de pronto nota algunas hojas que caían del árbol bajo es que estaba sentado y mira hacia arriba. Al no ver nada continúa con su lista de hechizos como si estuviese leyendo una aburrida receta de cocina. Era muy fácil para Danny lograr concentrarse y por eso no se da cuenta de que las ramas se sacuden más, ni tampoco que un chico caía de las mismas. —¿Eh? —se sobresalta casi tirando la pequeña radio al ver al niño agazapado frente a él —yo... intento hechizar esta cosa —le responde tranquilo mostrándole la radio —¿Quién eres? Danny fija muy bien su vista en el movimiento de labios de ese niño desconocido, pero que a la vez le parecía algo familiar. —¿Quidditch? —pregunta curioso. Había oído hablar de ese deporte pero no era tan fan del mismo —¿Eso es lo que se está escuchando? —le pregunta con un poco de vergüenza a sabiendas que el niño quizá comprendiera el problema que tenía el joven mago —¿A ti te gusta? Dicen que hay un mundial este año, ¿Es cierto? —le pregunta con curiosidad sin dejar de mirarle. Quizá no le gustaba tanto por desconocimiento, pero podría ser bastante interesante @
  9. Buen día, o tarde, vengo a cambiar mis puntos ^^ ID: 121413 Puntos: Todos los que tenga Muchas gracias
  10. Castillo Ravenclaw - Inglaterra (Antes del partido Gales contra Grecia) Danny había decidido salir un momento a los jardines después del mal rato que acababa de pasar con aquella extraña familia a la que él también pertenecía. Llevaba en sus manos un sencillo radio mágico con el que tenía pensado hacer un experimento, y de funcionar, el mago podría darse cuenta de todo lo que se transmitía sin necesidad de escucharlo. Esto para él era crucial debido a su sordera congénita que le limitaba para percibir estímulos sonoros. —Qué fastidio... —menciona sin importar el volumen de su voz ya que a esas alturas le daba lo mismo si alguien alcanzaba a escucharlo o no. Se sienta bajo un árbol un par de minutos más tarde, enciende la radio y la coloca sobre sus rodillas flexionadas. El chico podía sentir las vibraciones del mismo muy fácilmente, ojalá que tales pudiesen traducirse a palabras que el muchacho pudiera entender. Si no funcionaba al menos podría tener el periódico que siempre había sido su forma de mantenerse informado así que sin dudarlo demasiado saca la varita del interior del bolsillo de su chamarra y toca la radio pronunciando algo ininteligible. —Funciona. Quiero entenderte —Danny era muy dado a inventar encantamientos por lo que estaba muy divertido. Al menos pasaba un rato distraído, lejos de toda la presión que comenzaba a provocarle el vivir lejos de la que había pensado que era su familia durante toda su vida, y recordar los extraños comportamientos de los Ravenclaw no le estaban facilitando mucho su adaptación. ¿En las familias mágicas "normales" era costumbre del patriarca lanzar maldiciones imperdonables al resto de los miembros? Luego desecha la idea, Danny no debería preocuparse por aquello, lo importante era mantener suficiente distanciamiento para pasar desapercibido (si es que esto era posible debido al atuendo y a las actitudes que el chico tenía), y aquí estaba, sentado bajo un árbol probando una radio mágica que pedía por todos los magos no explotara en sus manos. @
  11. Por favor >.< Planilla de Compra​s Normales para Personajes: ID: 121413 Nick (con link a la ficha) Danny Lestrange Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 114343 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2020-07-05 Poción: Poción herbovitalizante Puntos: 20 Precio: 1000 Poción: Poción Matalobos Puntos: 40 Precio: 2000 Total de puntos: 60 Total de Galeones: 3000 Gracias ^^
  12. El chico era sordo, pero no era necesario escuchar para darse cuenta de lo que estaba pasando. Se asoma un poco mas para ver el momento justo en el que uno de los muchachos cae al suelo mientras se revolvía en el suelo formando una mueca que parecía de dolor. Se cubre la boca para no emitir una exclamación de sorpresa, aquél hombre que sostenía su varita en mano acababa de realizar una de las maldiciones imperdonables. Luego se oculta nuevamente. ―Por Merlín... ―susurra sin quitarse las manos de la boca, luego vuelve a asomarse. Al ver cómo el elfo se retorcía formando lo que parecía una mueca de dolor, el chico se aterra tanto que se paraliza por completo, ¿Quién podría ser capaz de torturar de semejante manera a una criatura inocente? El corazón de Danny latía con fuerza, tenía que salir de ahí si no quería ser la siguiente víctima de aquél que posiblemente estaba muy enojado, ¿Para torturar a alguien? No estaría enojado sino furioso. O al menos eso era lo que el mago creía. Su cabeza daba vueltas y estaba a punto de irse de ahí cuando el chico que había sido torturado lograba ponerse de pie y tratando de desarmar al primer mago, cuando se da cuenta de que le hablaban desde el interior de la mazmorra. ¿Era una broma? Definitivamente su curiosidad le costaría muy cara, de eso estaba seguro, ¿Salir? ¿Presentarse? ¿Qué estaba ocurriendo con esa gente? Danny lo piensa un poco pero decide salir por miedo a hacerlos enojar. ―Hola... ―pronuncia echando un vistazo a cada una de las personas que se encontraban ahí ―soy Daniel Lestrange, Danny ―termina tratando de disimular el miedo, sus manos se encontraban en el interior de sus bolsillos y una de ellas sostenía disimuladamente su varita atento a lo que pudiera pasar. @ @ @ @@Keaton Ravenclaw
  13. Otro día había llegado, era un día fresco por lo que el mago llevaba un termo relleno de chocolate con leche caliente, el que iba bebiendo mientras se dirige hasta la estación de radio con paso relajado. Era temprano, aún faltaba alrededor de media hora para su programa por lo que no se preocupa y se sienta en uno de los sillones de la recepción a terminar con su bebida después de saludar a la recepcionista. El chico tenía que concentrarse en su trabajo pero le estaba costando mucho. Se recarga un poco en el respaldo del sillón y cierra los ojos mientras mantiene sujeto el termo con ambas manos. Danny se sentía bastante decaído y con mucha debilidad, era una suerte que no le hubiese dado fiebre ya debido a la cercana fecha de la luna llena. Era normal que como licántropo sufriera altibajos en su salud poco antes de la noche de luna llena, al igual que algunos días después a causa del esfuerzo que implicaba la transformación. Era la primera vez que tendría que lidiar con ese problema fuera de la casa en la que había vivido toda su vida, por esa razón sentía más miedo de lo habitual: ya no solo era el miedo al dolor de la transformación y la pérdida de la conciencia, sino que también implicaba el peligro de no terminar lo suficientemente aislado e impedido para salir. No se imaginaba lo que podría pasar si lograba librarse de su encierro, no soportaría en su conciencia enterarse de que había lastimado a alguien. —Danny, ¿Qué haces aquí? —pregunta con curiosidad la recepcionista, a lo que el mago le contesta que obviamente, su programa de lectura. La sorpresa del muchacho no se hizo esperar cuando la joven le recuerda que el programa no se transmitía los domingos, sino solamente de lunes a sábado, y éste lo sabía perfectamente ya que desde un inicio había recibido los horarios establecidos, ¿Como había olvidado algo así? —Oh... cierto, sí —responde tratando de ocultar la debilidad que sentía, aunque era imposible después de haberse presentado a trabajar el día equivocado. La chica de la recepción le sonríe para no aumentar la vergüenza que se notaba en el rostro enrojecido del muchacho. Ella desconocía su condición pero notaba algo en él, aquel ánimo que mostraba todos los días al sonreír y su actitud animada no se veían por ninguna parte, pero tampoco quería entrometerse, así que le ofrece descansar y otra taza de bebida caliente junto con algún aperitivo, cosa que el muchacho acepta de buena gana. Quizá eso ayudara un poco.
  14. Título de la canción: "Dime" Nombre del cantante/grupo: José Luis Perales Género musical: Balada A quién la dedicas: A nadie en particular. Dedicatoria completa: Me gusta mucho, la escuché hoy y se me ocurrió ponerla ^^ Letra de la canción: "Dime" Dime ¿Por qué la gente no sonríe? ¿Por qué las armas en las manos? ¿Por qué los hombres malheridos? Dime Dime ¿Por qué los niños maltratados? ¿Por qué los viejos olvidados? ¿Por qué los sueños prohibidos? Dime Dímelo Dios quiero saber ¿Por qué te niegas a escuchar? Aun queda alguien que tal vez rezará... Dímelo Dios quiero saber ¿Donde se encuentra toda la verdad? Aun queda alguien que tal vez lo sabrá Dime ¿Por qué los cielos ya no lloran? ¿Por qué los ríos ya no cantan? ¿Por qué nos has dejado solos? Dime Dime ¿Por qué las manos inactivas? ¿Por qué el mendigo de la calle…? Link al vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=Yl646vzotpw
  15. GUARDA GOLF HOTEL, CRANS-MONTANA, SUIZA (FUERA DE LAS HABITACIONES DE LA MINISTRA) Tranquilamente da un recorrido a lo largo del pasillo del piso donde se encontraba la habitación de la mandataria y su consejera, llevaba el móvil dentro del bolsillo de su chamarra de mezclilla negra, ya que necesitaba estar al pendiente de cualquier contratiempo o cambio de planes en la misión. Afortunadamente eso no ocurre y al notar que todo estaba en orden y que los aurores estaban atentos a sus puestos, decide dirigirse a las escaleras esta vez para echar un vistazo. Era verdad que poco a poco se habían instalado cámaras ocultas pero verificar no estaba de más, por lo que baja por ellas al siguiente piso, y al encontrar todo en orden saca su celular para revisar los horarios que se habían calendarizado para los descansos de los magos que vigilaban el edificio completo. Un mensaje había sido suficiente para comenzar los turnos de cada uno de ellos, quienes conocían muy bien la organización de los mismos. ―Buenas ―saluda con un movimiento de mano dirigiéndose a la sala de la planta baja. Al llegar a ella se sienta cómodamente en uno de los sillones y abre su pequeño ordenador portátil para revisar un poco los libros en electrónico que había guardado en ella, busca uno en especial y finge leer un momento haciendo alusión a su papel de aprendiz de escritor. Desde ese lugar podía ver a uno de sus compañeros quien le hace una señal discreta para confirmar que todo se encontraba en orden, por lo que Danny dirige su atención a la pantalla de su ordenador y escribe unas cuantas líneas. ―"Todo está en orden" ―responde el mensaje que acababa de recibir de Ada, la Ministra a quien estaba sirviendo para coordinar la vigilancia ―"En un momento más estoy con usted. Dos golpes fuertes, uno débil, dos fuertes." Regresa el celular al bolsillo, cierra el ordenador y, llevándolo bajo el brazo, se pone de pie para volver, esta vez utilizando el elevador, el que lo lleva rápidamente a su destino, camina hasta la habitación asignada. Ya frente a ella espera algunos segundos, mira su reloj de muñeca y toca a la puerta tal como se lo había indicado por mensaje. @@Ada Camille Dumbledore @@Lady Luxure Grindelwald
  16. —"Creo que todas las chicas estaban enamoradas de él por la forma en que se comportaban cuando estaban entre bastidores y se acercaba el momento de su entrada." —continúa leyendo la historia, hace una pausa para mirar el aparato muggle que le daba la pauta para la modulación de su voz —"Eso no le habría importado mucho (las chicas siempre se enamoran de un hombre u otro), de no haber sido porque varias mujeres casadas empezaron a comportarse igual. Para mayor vergüenza, algunas de las que iban siempre detrás de él llevaban a sus propios maridos." Se escucha una melodía que servía como un pequeño intermedio seguida de un comercial pequeño de alrededor de quince segundos. Danny se estira, mira hacia afuera para confirmar que todo estaba en orden, suspira y sonríe bajando ambos brazos para descansarlos sobre sus rodillas. Pasado el tiempo y con la indicación de que continúe, sube de nuevo el libro y continúa con la lectura. —"Era una situación bastante peligrosa y difícil de soportar para un hombre que quería ser decente a toda costa." —a estas alturas el joven mago se encontraba tan emocionado con el hecho de leer al micrófono, que comienza a hacerlo acompañado de mímica a pesar de que nadie podía verlo —"Pero el verdadero tormento y el auténtico problema lo era la joven esposa de mi propio jefe, Jack Haliday, el tramoyista jefe. Ella era demasiado para la sangre y la carne de cualquier hombre." Se aparta del micrófono reprimiendo una risita. No debía perder el ambiente que estaba creando en la lectura o su proyecto sería un verdadero fracaso. Las llamadas de los radioescuchas quejándose con el director no serían nada agradables, podría terminar en la calle y eso era algo que no podía permitirse. Así que recobrando la seriedad que merecía su trabajo de locutor, continúa. —"Había empezado en el mundo del teatro la temporada anterior como gimnasta. Podía saltar más alto que las chicas que le sacaban medio metro de altura." —toma aire —"Era una chiquilla menuda, tan bonita como un pastel, una muchachita delgada, de pelo rubio y ojos azules, que bien hubiera podido pasar por chico de no ser por dos detalles que no dejaban lugar a dudas." Nuevamente otra pausa corta, la adecuada y utilizada cuando se termina una frase y comienza otra respetando la puntuación. —"Jack Haliday se volvió loco por ella y, cuando la noticia saltó, y puesto que no se presentó ningún otro joven brillante ni con posibles, ella se casó con él. Fue lo que suele llamarse un matrimonio de conveniencia pero, después de cierto tiempo, comenzaron a llevarse muy bien." —El muchacho se prepara, pues después de aquél párrafo daría fin a la transmisión de esa tarde para dar paso a la que tocaba la siguiente hora —"Todos pensamos que le empezaba a gustar el viejo (Jack era lo suficientemente mayor como para ser su padre y aún le sobraban años). En verano, al terminar la temporada, él se la llevó a la isla de Man y, a la vuelta, no ocultó a nadie que habían sido los días más felices de su vida. Ella también parecía dichosa y lo trataba con cariño. Todos empezamos a creer que aquel matrimonio saldría bien." Se escucha una melodía más larga que anunciaba el final del capítulo, y el chico cierra el libro colocando en éste un separador. Así no se perdería para continuar al día siguiente en la página que se había quedado. —Y con esto damos por terminado a la primera emisión de su programa, nos escuchamos mañana a la misma hora, por esta su radiodifusora, "La Radio" —deja de hablar y espera la señal de que se encontraban fuera del aire. Danny no se reprime y ríe esta vez completamente lleno de alegría. Aquél trabajo le hacía volver el ánimo que había estado perdiendo de un tiempo a la fecha. Luego de dejar en orden la cabina, el chico se pone de pie, toma sus cosas y sale de la misma, cierra la puerta y se despide de su compañero de controles para retirarse a su casa.
  17. ―Excelente ―pronuncia el mago al leer las especificaciones de los equipos de protección para volar en escoba. Mientras tanto revisa los estantes en busca de algo que sirviera para los niños, ríe un poco al imaginarlos atados a las escobas pero el mundo de la magia era tan sorprendente, que sabía que existirían algo que funcionara como cinturones de seguridad mágicos e invisibles para evitar las caídas. Quizá no era mala idea buscar también algo parecido para él así que reanuda su revisión. Todo aquello con el máximo cuidado. ―Me pregunto qué me dirían... ―se queda callado un momento al recordar a la pareja de magos que habían cuidado de él durante toda su vida y sus ojos muestran un asomo de lágrimas que no llegan a salir. Sacude la cabeza para apartar ese sentimiento de su mente pues el chico no se apartaría de ellos por completo, habían sido sus padres y lo seguían siendo para él en su interior, y no había ningún motivo que le impidiera visitarlos cada que tuviera oportunidad. Aquella idea le animaba más y le daba energía para continuar con lo que estaba haciendo. La necesitaba para estudiar, trabajar y en general para su crecimiento personal. ―Mira, encontré esto ―le muestra equipo de protección para los niños y un par de correas ―parecerán perritos ―dice con una risita sabiendo que él quién sabe qué cosa parecería con tanto equipo de protección encima. Deja la escoba y el equipo de protección en el mostrador para que le hicieran la suma y pagar para poderlos llevar. Danny estaba ansioso por comenzar sus prácticas, y ahora no tenía miedo de elevarse demasiado debido a que con ayuda de la protección no se lastimaría. No quería interrumpir la conversación de Alessa y Hades, así que espera. @@Ada Camille Dumbledore @ @@Hades Ragnarok
  18. —Deja de hacer eso —le pide el muchacho sin dejar de quitarle la mirada de encima a ese horrible muñeco. Danny jamás entendería como es que a los chicos magos les agradaban ese tipo de cosas. Y sinceramente a pesar de su aparente calma, el mago estaba a punto de llorar, así de extremo era su temor. Un momento después da un paso atrás cuando el muñeco se cae al suelo moviendo los brazos, era horrible para él ver algo así. Hasta ese momento el joven mago no se había puesto a pensar que además de su temor a las serpientes (irónico, siendo un Slytherin), también sentía pánico a aquellos juguetes que simulaban seres humanos y que se movían por sí solos. Quizá de haber sido alguna figura de criatura mágica lo habría comprendido sin asustarse así ni ponerse tan pálido como el papel. —Bueno, yo no le hice nada —le responde al chico después de leerle los labios, ¿Así que ella no solía seguir instrucciones de nadie? —lo hizo porque se lo pedí, solamente eso. Le responde justo cuando Luve se acerca y puede notar el rubor de sus mejillas. Danny sonríe pensando que aquella pequeña se habría avergonzado por asustar a un adulto con un simple juguete común. Aunque realmente quien debería sentirse así era el propio joven, ya que quizá no eran comunes ese tipo de temores en las personas con sangre mágica. Mientras pensaba todo aquello, trata de no demostrar que había notado las curiosas actitudes de la niña hacia Rowan. —Oh, ya veo. Bueno entonces se conocen la tienda por completo, yo pertenezco a los Luxure, —no deseaba agregar más por el momento —¿Puedo pedir su ayuda? Hace tiempo he deseado una recordadora, ya saben, mi memoria —ríe al mencionarlo —y sé que esta es una juguetería pero me preguntaba si pudieran tener... @
  19. Había comenzado la presentación, de pronto se escucha la melodía de introducción al nuevo programa y Danny, con una sonrisa en sus labios mientras sostiene el libro con ambas manos, espera el momento para comenzar con su narración. El joven mago siempre había sido un chico tímido y nervioso, que solía tener dificultades para controlar sus emociones cuando algo le sacaba de control, por esa razón jamás se habría imaginado que trabajaría en una radiodifusora, precisamente de locutor. Sin embargo el haberse animado le probaría que podría dominar su miedo. Ahora se tenía que concentrar para darle l emoción necesaria a la narración que estaba a punto de leer: Muerte entre bastidores de Bram Stoker. —"Supongo que algunos de ustedes recordarán el caso ocurrido no hace mucho del acróbata que murió en un accidente durante una representación." —Comienza a relatar como si se encontrara platicando en vivo con un grupo de personas. Hace una pausa y luego continúa tranquilamente —"No hace falta mencionar nombres. Nos referiremos a él como Mortimer, Henry Mortimer." En ese momento los efectos especiales simplemente consistían en sonido de respiraciones tal y como se escucharan las personas que guardaran silencio para escuchar, mientras que se removían con cuidado en sus asientos para escuchar la historia de manera más cómoda. Danny hace una nueva pausa, para posteriormente fijar su mirada en las líneas del libro y continuar con la narración. —"Nunca se supo la causa de su muerte, pero yo sí sé cómo se produjo. He guardado silencio durante todo este tiempo, y ahora puedo hablar sin miedo a herir a nadie. Ya han fallecido todos los interesados en su muerte o en la del hombre que la planeó." Finaliza la lectura del primer párrafo y deja una pausa un poco más larga, dejando escuchar una suave melodía cuyas notas atraían a los escuchas a incrementar su curiosidad. Hasta este punto el joven mago había perdido todo nerviosismo, levanta la mirada hasta la persona que se encontraba controlando desde fuera de la cabina, Danny sonríe, emocionado como un niño al entender sus señales, antes de comenzar a leer otra vez. —"Cualquiera de ustedes que conozca el caso recordará lo apuesto, bien parecido y elegante que era Mortimer. Creo que es el hombre más atractivo que he visto nunca." —menciona dando una entonación de que aquél narrador se queda pensativo, y luego de una pausa más, continúa —"Además, era el tipo más ágil que haya pisado nunca un escenario. Estaba tan seguro de sí mismo que utilizaba peso extra; así, cuando caía el contrapeso, saltaba cinco o seis pies más alto de lo que nunca nadie ha podido saltar." —Prosigue dando un toque de seriedad —"Además, levantaba las piernas en el aire de tal forma, parecida a como hacen las ranas al nadar, que daba la sensación de que saltaba mucho más arriba." Hasta ese momento, lo único que Danny pensaba más allá de que las personas estuviesen atentas al cuento, era lo divertido que era leer y formarse las imágenes y escenas dentro de su cabeza. También se sentía muy afortunado por ser él quien narre aquellas historias, ya que de encontrarse del otro lado, no habría sido capaz de disfrutar debido a su incapacidad para escuchar.
  20. GUARDA GOLF HOTEL, CRANS-MONTANA, SUIZA (FUERA DE LAS HABITACIONES DE LA MINISTRA) Había pasado mucho tiempo desde la última vez que saliera a un país desconocido. El muchacho jamás había viajado en avión por lo que se sentía un poco nervioso aún después de haber pasado media hora de su arribo a la ciudad de Suiza. Camina tranquilo entre la gente que iba y venía en el aeropuerto hasta que por fin llega al vehículo que lo conduciría a su destino. Mientras descansaba en el asiento trasero del taxi, se entretiene observando a través del cristal de la ventanilla de la puerta, la arquitectura tan distinta, pero a la vez encontrándole algo en común... ―¿Llegamos? ―pregunta al chófer del auto cuando este se detiene frente a la entrada del hotel. Se asoma por la ventana y se sorprende al confirmar que efectivamente estaba ahí ―aquí tiene, muchas gracias. Se baja del auto y camina hacia el interior después de haber recibido la maleta con su equipaje tratando de no demostrar los nervios que sentía al encontrarse en el extranjero. Los nervios, el cansancio... el mago se sentía verdaderamente incómodo pero mantiene una postura y expresión tranquilas mientras camina hasta la recepción a dar sus datos y mostrar sus credenciales: obviamente, debido a lo delicado de su trabajo, todas eran falsificadas. Cinco minutos después se dirige al elevador después de haber confirmado la reservación y recibir su llave. Realmente era una suerte que aquél edificio se encontrara lejos del barullo de la ciudad, Danny se estresaría mucho menos y podría concentrarse mejor en la primera misión bajo el mando de la Ministra de Magia Francesa y a su asesora, a quienes debía apoyar a proteger. Al menos en mezclarse con los muggles no tendría ningún problema debido a su tendencia a vestir y a actuar como ellos. En los registros del edificio, Danny Lestrange era un joven escritor que viajaba algunos días como asistente en un congreso que le ayudaría a pulir su redacción literaria. ―No tengo remedio ―ríe al salir del elevador justo en la planta número siete. Los aurores que se encargarían de la vigilancia se encontraban todos en sus puestos, confirmado todo aquello con algunos mensajes a través de su teléfono celular muggle, el que había tenido cuidado de conseguir para pasar desapercibidos ―todo en orden ―es la respuesta que recibe de lo magos que se encontraban distribuidos en lugares estratégicos del hotel. Ahora le tocaba a él llegar a su habitación y una vez que lo hace, asegura la puerta, abre la maleta y saca su pequeño ordenador portátil, tecnología muggle por supuesto, desde donde podía infiltrarse fácilmente a las cámaras de seguridad del hotel. Al asegurarse que había funcionado, sale de la habitación y recorre el pasillo del piso para confirmar que efectivamente todo se encontraba bajo control, ya que como suplente del encargado de seguridad no podía dejar nada al azar. @@Ada Camille Dumbledore @@Lady Luxure Grindelwald
  21. ―No, es cierto. Por lo regular no suelo recordar nada ―le responde mirándose las manos para voltearlo a ver algunos segundos después ―en casa de mi familia adoptiva me solía quedar en una habitación hecha en el sótano. Poco a poco le costaba menos trabajo hablar sobre su condición afortunadamente, ya que quedaban pocos días para su transformación y aún necesitaba asegurar que no lastimaría a nadie. Lo único que le preocupaba era despertar y darse cuenta que se había cobrado una vida con sus propias manos, cosa que no podría perdonarse nunca. Quizá el bosque era una buena solución, aunque le producía un poco de inquietud, ¿Y si lograba salir de él? ¿Qué pasaría si encontrara exploradores por casualidad? Ese tipo de cosas no las podía tomar a la ligera. ―Oye y... ―deja de hablar súbitamente al sentir cierta esencia que le parecía un tanto familiar. Danny se queda en silencio totalmente paralizado de la impresión, lentamente voltea a ver a aquél hombre cuando Demian hace alusión a "su hijo", y entonces cree comprender de quién se trataba ese hombre. El mago no dice nada, solo lo mira en completo silencio dejando ver en su rostro lo turbado que se sentía al encontrarse frente a frente con nada más y nada menos que su padre. Ese demonio que le había enviado a una familia adoptiva para ser criado debido a su ausencia de sangre demoniaca. ―Ah... ―se queda sin palabras, esa mezcla de enojo, miedo, desesperación le provocaban un nudo en la garganta. Era increíble. Siempre había sabido que aquellos que poseían sangre mágica eran capaces de sentir a aquellos de su misma especie. ¿Entonces era real? Danny sigue sin decir nada, solo mira a ese ser que ciertamente le intimidaba pero a la vez le provocaba molestia, ¿Ese hombre era su progenitor? @ @@Lady Luxure Grindelwald
  22. Hola, vengo a solicitar un trabajo, ojalá que la ficha no tenga ningún error: Nick: (Con link a la ficha) Danny Lestrange Link a la Bóveda: Bóveda 114343 Rol de Personaje: Espía para el Ministerio Mágico de Francia || Locutor en la radiodifusora "La Radio". Información Adicional: Como espía se dedica a recabar toda la información de cualquier tipo que se requiera en el Ministerio de Francia a petición y necesidad de la Ministra de Magia. Como locutor, se dedica a difundir un poco de cultura literaria muggle a través de la lectura de novelas escritas por autores no magos. Gracias ^^
  23. El mago regresa a las instalaciones sintiéndose nervioso, pero también muy contento. La semana anterior había recibido la autorización para poner en marcha su proyecto y eso lo llenaba de ánimo. Así que con esa actitud ingresa a la radiodifusora y camina hasta donde se encontraba el área de recepción, recibe su pase y camina hasta una de las cabinas de radio. En ese lugar es donde recibe las instrucciones y la explicación de cómo se manejaban todos los controles y las señales cuando podía entrar al aire. —Perdone... —responde a la persona que se encargaba de enseñarle —¿Habría una forma de darme cuenta por medio de señales visuales? —le pregunta tímidamente. En ese momento le cuenta su dificultad: la incapacidad congénita que tenía para escuchar. Aquél hombre le miraba con extrañeza y un ligero asombro que Danny podía notar perfectamente. Le mira voltear a su alrededor, pensando. El joven mago era un chico muy sensible, extremadamente, demasiado. Siempre había tenido grandes dificultades para mantenerse controlado y en ese momento estaba tan estresado, tan asustado y avergonzado, que estaba a punto de romper a llorar cuando lee los labios de su instructor. —Mu-Muchas gracias —le responde sin soltar el libro que llevaba en sus manos temblorosas. Luego suspira con alivio por la respuesta, en la cual le explicaba que no sería necesario y que habría formas de avisarle por medio de señas desde afuera de la cabina, y debido a que no se trataba de un programa en el que los radioescuchas tuviesen que llamar, le sería bastante sencillo. Minutos más tarde, el mago ya se encontraba dentro de la cabina, sentado cómodamente en su silla frente a aquel aparato armado de un pequeño micrófono a través del cual transmitiría su novela. Danny sonreía completamente emocionado. Espera a la instrucción y una vez que recibe la indicación, el chico comienza. —Muy buenas tardes tengan todos ustedes, mi nombre es Danny Lestrange hablando para La Radio —sonríe tímido. Era la primera vez que se dirigía a un público a través de un medio de difusión —están escuchando un programa completamente nuevo, en el que podrán disfrutar de cuentos, novelas e historias narradas por su servidor —se retira del micrófono para contener una risita. Aquello era realmente divertido. Hablar en la radio para él no sería tan complicado, ya que se le había enseñado que dentro de la cabina podía contar con un aparato que normalmente se utilizaba para medir la intensidad, frecuencia, entonación... las cuales podría controlar porque se encontraban señalados sus límites inferiores y superiores. Gracias a toda una vida de experiencia, Danny había podido copiar un poco los movimientos faciales y podía asociarlos con emociones, lo cual ahora le sería de mucha utilidad para darle la debida entonación a cada una de las historias que leería a partir de ese día.
  24. ―Oh, entiendo ―responde el muchacho mirándolos con atención ―no tendría que impresionarme, ¿Cierto? Aquí muchas familias mágicas pertenecen a diferentes razas. Se queda pensativo. Quizá las razas distintas en cuanto a vampiros, demonios, etc, podrían ser bien aceptadas en la comunidad mágica, más no así serían los licántropos debido al problema que conlleva el controlarlos al estar transformados. Danny sabía por experiencia propia que aquellos que se transformaban durante la luna llena perdían toda conciencia humana y su instinto salvaje afloraba al cien, por lo que su nivel de peligrosidad era extrema si no se hacía nada para evitarlo. ―No gracias ―les responde cuando los niños le proponían sostener a ese extraño muñeco al que el mago le tenía cierto "respeto" ―no me gusta. Fueron las palabras que pronuncia mientras les mira tratando de no hacer evidente su nerviosismo frente a ese juguete. A pesar de que sus padres adoptivos eran magos y había crecido conociendo mucho sobre el mundo de la magia, el lugar en el que vivían (una ciudad muggle), lo habían llevado a acostumbrarse un poco más a las situaciones poco fantásticas. Por esa razón el muchacho solía actuar más como alguien sin magia, e incluso vestir como ellos tal como se encontraba ese día. ―Mejor devuélvanlo a donde lo tomaron ―finaliza el tema. El mago ya no sabía qué decir, realmente no tenía muchas excusas ―¿En donde están sus padres? ¿O el adulto con el que vinieron? ―en ese momento Danny ya caminaba distraído mientras observaba otras cajas que contenían un ajedrez mágico, gobstones y otros juegos de mesa que tenían exhibidos en ese mismo lugar. @
  25. Definitivamente Danny amaba la pintura, la escultura, la fotografía. Lamentablemente no era capaz de disfrutar de la música también debido a su problema auditivo, pero eso no le era impedimento para mantener siempre una actitud de buen humor y alegría (sin dejar de lado su personalidad nerviosa, claro). Así que camina tranquilo, emocionado, dejándose impresionar por todas esa obras. Como sabía que le estaban dirigiendo, el mago volteaba de vez en vez hacia el elfo para darse cuenta si este le estuviera diciendo algo. ―El pintor es alguien con mucho talento ―le responde después de que el elfo terminaba de hablar ―no me imagino el peligro al que se sometió para poder pintar ese cuadro ―señala el de las enormes criaturas que le seguían con la mirada. Continúa mirando con atención y de pronto se sienta en una de las banquitas que estaban dispuestas en distintas áreas de la sala, voltea a ver al elfo con curiosidad y desvía la mirada hacia un cuadro que mostraba palmeras y vegetación del lado izquierdo, y del otro la orilla de la playa. Danny imaginaba rápidamente que se trataba de una isla, o al menos podría creerlo. Sonríe, aquel cuadro en el que las enormes hojas de las palmeras se mecían agitadas por el viento suave y el agua de la playa se movía también formando olas era increíble. ―No le veo letrero de apartado, ni vendido a ese cuadro ―habla en dirección al elfo ―¿Qué precio tiene? ¿Me lo podrías apartar a mí? ―pregunta con su acostumbrada voz enronquecida y sin cambio de tonalidad, pero mostrando la emoción en su rostro y la mirada de sus ojos. El joven mago estaba seguro de que a sus padres adoptivos les encantaría tener un cuadro como ese, ya que adoraban los paisajes de la playa. Había pasado alrededor de cinco minutos contemplando la pintura para posteriormente cerrar los ojos y transportarse con ayuda de su imaginación al paisaje aquél, en el que disfrutaba caminando por la orilla sintiendo la suavidad de la arena y la espuma cálida en sus pantorrillas y pies. ―Ese cuadro también tiene algo... algo que atrae ―pronuncia señalando el misterioso cuadro del galéon bajo las aguas, el cual le dejaba un poco desconcertado debido a que no le transmitía las mismas sensaciones que había hecho el paisaje de la playa. @@Anthony Ryvak Dracony

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