Jump to content

Patrick Colt

Magos Expertos
  • Mensajes

    5.723
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    23

Todo lo publicado por Patrick Colt

  1. - Buenas noches - la escuchó decir. El cabello dorado relucía debajo de las faldas de la luna. Dedos luminosos que se escapaban de cada estrella, capaces de detener consigo toda oscuridad que atentara contra el buen funcionamiento de la vida. Pero estaban tan lejos, que eran incapaces de tan siquiera tocar o detener el flujo del nocturno. La bruja había hecho una reverencia, un gesto que, pensara ella, sería capaz de apaciguar los pensamientos del asesino. ¿Sangre? Le escuchó decir, qué le hacía pensar a ella que Patrick Colt sólo buscaba sangre. En la sangre no había gloria, no había victorias, solo había una satisfacción pasajera por un infundido temor abstracto. Ladeó la cabeza con ironía, deteniéndose en seco y dirigiendo a Di Médizi una ligera sonrisa. - La Marca Tenebrosa - susurró el hombre, sin quitarle la mirada de encima. Mirada que se perdía entre las hebras de cabello tocayos de su mirada, igual de dorada refulgente. La sonrisa se vestía con un leve cincel de ironía, mostrada levemente bajo el final de la máscara que le cubría. Levantó su varita, y susurró - Absorvere. Delicioso. Cerró los ojos y respiró profundo. Buscaba conocer qué olor tenía aquel sufrimiento, aquél dolor, tormento causado por la ruptura del cubito de su mano diestra. El eco de aquella fractura se devolvía, imploraba piedad en el silencio de la noche, anunciando con su vaivén que la tranquilidad para la bruja había cesado de inmediato. El Mago Oscuro clavó su mirada en ella y sus facciones retorcidas.
  2. - ¡¿Qué es lo que quieres, morir?! - lo pateó como quien no quiere la cosa, y le prestó mirada de gesto inexpresivo. Contagiaba un sentimiento absorto de incertidumbre, como esa absurda duda de preferir entre la vida o la muerte. Ante él, era mejor agachar la cabeza, ignorar los detalles de su carácter, y esperar lo peor. Pero en ocasiones como aquellas pocas, el mortífago enmascarado se daba la vuelta y avanzaba hacia la oscuridad de la noche - Imposible que no puedan esperar la visita del Cardenal de la Muerte. La voz profunda y rastrera del hombre estaba distorsionada, producto de la magia recelosa de la careta de titanio que reemplazaba sus facciones. Su varita, acorde a sus pasos bajo la bóveda lunar, iluminaba el sendero delanterio de la Mansión Ojo Lovo Potter Blue, hacia la calle de Ottery St. Catchpole; decepcionado, quería un poco de acción y no la había encontrado. Quizás, por algún hechizo que deprimía la realidad, cosa que a lo mejor ignoraba el comandante mortífago. Él, quien alguna vez ocupó las filas de alto mando como Ángel Caído, hubiera deseado aquélla noche remembrar las oleadas de masacre que caracterizaban a Ottery día tras días, épocas oscuras sumidas bajo el velo del luto, tituladas a su nombre, teñidas de desolación y mucha sangre. Tiempos en los que nadie se atrevía a salir de sus casas, y que aún así quienes merecían sentir la devastadora magia de su poder, eran encontrados hasta debajo de sus propias camas si era posible. Ese pasado volvería, se convertiría en el presente y el futuro de Ottery St. Catchpole. Patrick Colt se encargaría de limpiar a Inglaterra de aquéllos impuros, al mundo, de esos a quienes no merecían ser llamados magos y brujas y que usurpaban el verdadero honor de pertenecer a la comunidad mágica. Eso, de seguro, lo haría aún cuando su vida tuviera que acabarse y fallar en la misión impuesta a él contra Godric Aaron.
  3. - Ilusos - rió por lo bajo, sintiendo que una fuerza, como la de un Impedimenta, lo obligaba a soltar a Cye. El aire volvió a fluir como hacía unos instantes, mientras el mortífago, con su mirada perdida, miraba a lo lejos. El gélido sobrevolar de la brisa acarició las mejillas sin vida bajo la dureza de su máscara, y lo devolvió al Bosque -. Ilusos. Repitió sin ganas, levantando su varita para murmurarle alzarse a la niebla que lo acompañaba. Ella lo hizo recelosa. Ponderó la silueta de su ordenante, y lo rodeó centinela de todo el daño que quisieran hacerle. Lo protegió, y se mantuvo vigorosa; tal como si con cada hechizo absorbido por su inconsistencia la fortificara. Y aún cuando también era gaseosa, se prohibía a sí misma mezclarse con el aire. - ¿A qué juegan? - preguntó, ladeando su cabeza y permitiendo que los grotescos dedos de la luna iluminasen su rostro metálico. Era espejo vivo de ese cielo tan oscuro como su propia alma, veteado con los toques centelleantes de las estrellas que melodiosas, acompañaban a la armonía nocturna -, no busques en mi protagonismos, que yo no te conozco y te equivocas con mi nombre. Yo soy el Cardenal de la Muerte, jovencito. Respondió a Ishaya que bien lo conocía por las tantas veces que había arrebatado el alma de su cuerpo, tumbado a sus pies y desangrándose la vida. Sin embargo, ninguno de los presentes podría leer sus pensamientos de asesino ante el regocijo de aquél placer de mortandad gracias a la siempre inmaculada Oclumancia que mantenía activa y resguardaba su mente como una esposa entregada. Su máscara de titanio, manchada por las marcas de la sangre de sus víctimas, sólo obedecía a las manos voluntarias de su amo, que en momentos como ésos le ordenaban a mantener sus facciones protegidas. - Por hoy los dejo con vida - la sonrisa se anchó impía sobre su quijada pronunciada. El aire volvía a detenerse y la niebla que había rechazado todo el daño en su contra, volvió a sus raíces. El hondear de la túnica negra se había detenido, y su mirada punzante volvía a cobrar vida -. Pero de El Cardenal de la Muerte nadie se puede esconder. Retrocedió dos pasos, el viento a su alrededor comenzó a agitarse, y en un lazo de tinieblas sumergieron la silueta de Patrick Colt y junto a él se elevaron al nocturno hasta desaparecerse. ---- Pensé que sería un poco más divertido el rol. Me disculpo haber ignorado todos sus ultra súper poderes de los cómics de Marvel, pero para un rol mágico como el que llevamos en HL no me pareció coherente seguir. Al menos no de mi parte, por ahí roleamos otra vez y espero que sea más divertido que ahora. Saludos humanos... y Torch"¿woman?" xD
  4. - ¡Incárcerus! - dirigió su varita en dirección de la osada. Tres gruesas cuerdas emprendieron una carrera hacia la mujer. Su cuerpo quedaría aprisionado. Manos sujetas, tobillos sujetos y visión anulada. Patrick Colt volvió su sonrisa cuando vio a la chica caer amarrada por su invocación y negó con la cabeza. Su máscara enardecida mostraba vertiginosa los tenues dedos de la luna que descendían sobre la escena. Lenta, cautelosa, había salido impresionante sobre los frondosos poblados de vegetación del Bosque. Como siempre, como todas las noches, inocente de lo que sucedía en sus alrededores. - Tus amigos ministeriales estarán satisfechos de conocer al grupo que perteneces -. dijo rebosante en motivos, viendo como Alexandra Eirian peleaba sin fuerzas contra las mágicas cuerdas que la ataban. Que diera gracias que aquél mortífago deseaba torturarla y no acabar con su vida en ese mismo instante. Después de todo era Patrick, Patrick Colt -. Con que aprendiz de Auror, ¿eh? Y unas simples cuerdas... - bufó de cansancio, apretó fuerte a la mujer, y retomó la perorata -. Esos buenos tiempos, en que los Aurores daban buenas batallas y dejaban buenos recuerdos. La brisa se había detenido, al igual que los gritos, los murmullos, los secretos. Era como si la vida del festejo hubiera desaparecido con la llama extinta de la fogata que ahora yacía en la imaginación del conglomerado de festejantes. No había más nada qué apreciar, nada qué celebrar, nada qué adolecer, tan solo por el simple hecho que la vida de Cye pendía de los antojos de ese crudo mortífago con modales poco coloridos. - ¿Qué tal un truco de magia? - preguntó -. Que el próximo panelista diga algo mejor que esta pena de mujer tirada en el suelo. Quiero mi información por las buenas, y la quiero ahora. @
  5. Había caído la noche muy rápidamente, como siempre, cuando el mar furioso se tragaba al cielo con fervor por allá en el horizonte. La brisa era fría, muy fría. Capaz de congelar vellos, gargantas y pezones. Se paseaba por todos los paredones aledaños a la cámara, de paredes robustas y techo pedregoso que encerraba la oscuridad de esa mirada alimentada por la furia. Intentaba refrescar en un intento de supervivencia vano. Al final, el sofoco del lugar extinguía la fluidez de su abrazo fresco y sus intenciones sanas. Al final de la cámara el tarugo de la mesa cimbró. Sus ojos se activaron como una lanza fría de oro fundido en medio de las entrañas del nocturno. Y sonrió. Tenía una larga lista de cosas qué hacer para satisfacer dicho regocijo. El tatuaje en su zurda empezó a doler. Aún más gratificante todo. Y sin pensarlo tomó su arma. En ese momento, la nube negra descendió por el claro hacia el corazón del bosque. Estaba poblado, una decena importante de rostros parecía gozar una velada cualquiera. Sobre el inicio de algo importante para ellos; pero para el mortífago esto no removía su alma ni por un instante. Apretó el amarre con su brazo izquierdo donde aún el tatuaje ardía, y subió con vigor la varita en su diestra apretando su punta contra la garganta que aprisionaba. - Señores. Presentes - se sentía un tono a burla carmesí en su voz a través de su careta de titanio. De esas ironías sangronas que lograba despertar antipatía en sus receptores. El césped a sus pies se desmayaba, y las copas de los árboles intentaban repelerse a esa presencia oscura, que en vez de contagiar rechazo, infundía pavor -. vamos al grano -. Levantó la quijada y su mirada oro se enganchó en Cye; una miembro de la Orden del Fénix, como si buscara el escrutinio de rostros que pudieran ayudarlo por las buenas. - No quiero ser precipitado -. Patrick Colt volvió a reírse ahogado por un leve gorgoteo. Apretó su varita en el cuello de su víctima cuyo rostro era lienzo blanco de finas lágrimas de resignación. Los cabellos dorados se resbalaban en sudor por su frente y sus mejillas. El mortífago cambió su tono de voz de sublime a firmeza - ¿ Dónde están Lisa Weasley y su novia inseparable ? Quiero lugar, y lo quiero ahora. Mis locarios y yo no fuimos llamados a esta celebración, pero estoy a punto de repartir las invitaciones.
  6. Entiendo @Adryanie Ahorita no haré el cambio del nuevo modelo de Ficha. No tengo tiempo y este navegador no me ayudará. Tengo una consulta: Esto de las varitas, en el rol de mi personaje no cabe meterlo en la bóveda trastero por que según el rol de mi personaje (una posesión demoníaca) los objetos del poseído están confiscados. Esto puede quedar así para la coherencia de mi rol?
  7. Vale, todo de acuerdo Julio. Al paso que voy, con cada metida de pata, terminaré conociendo las reformas por quotes del equipo xDDDD Enlace de ficha: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/77536-ficha-de-patrick-colt/ Conocimientos: Leyes Mágicas, Encantamientos. Esos dos. Y... si podemos llegar a un acuerdo bajo mesa, dame 7000 de experiencia por los que me van a quitar :buajaja: (?) xD
  8. Godric Aarón Evans McGonagall Buscador de Ravenclaw Quinto Año La sujetó fuertemente con sus dedos y levantó su brazo en todo lo alto. Había sido un partido difícil, muy agitado y tenaz. Estaba desorientado. Pero, tenía la esperanza que su equipo hubiera anotado los goles necesarios para que los ciento cincuenta tantos de la snitch que tenía en sus manos, les alcanzara para pelear el campeonato. Tenía el labio roto y un dolor intenso en el costado izquierdo del tórax. El buscador de Slytherin le había complicado todo, a tal punto que logró interceptar al Ravenclaw para que una bludger lo golpeara con la intención de mermarlo. Fue una jugada cruel pero legal, sin embargo el bullicio de la fanaticada hizo notar que las intenciones del rival de Godric eran claras. El sol de invierno bañó su mirada carmesí. Esos ojos nacidos del fuego que penetraban las gradas. Encontrar a la profesora McGonagall o a sus amigos, en esos momentos, hubiera sido un aliciente. Pero la luz del día fue obstruída por la figura arrogante del buscador del otro equipo, quien lo examinaba con mirada repelente; y aunque seguía botado en el césped entumido en el cansancio, sacó fuerzas para reincorporarse y celebrar su victoria con los de su equipo. La sangre en el labio ya la cobraría después, ese Slytherin tendría su regalo de navidad.
  9. Hola, ando con poco tiempo y solo me gustaría saber para nosotros los jugadores que ya pasamos por la academia (ahora hogwarts) y no podemos/debemos volver a cursar esto al pertenecer ya a un bando, ¿Qué otras posibilidades, teniendo casa asignada, tendremos para recolectar puntos aparte de posteos? Otra duda, los posteos que cuentan son solo aquí, o en todo el foro? saludos.
  10. Nick en hl.org: Patrick Colt Nombre: Vicente País: Panamá
  11. Hola Mack, gracias por el anuncio, me sirvió para ir a hacer el test y vengo a compartirles mi orgullo de toda la vida. Soy Ravenclaw por que sí. El sombrero no se equivoca y ya ves cuñadita. jejeje Vengo a hurtarles la copa a las otras casas de las miradas xD ¡Viva Ravenclaw!
  12. Enlace de ficha: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/77536-ficha-de-patrick-colt/ Conocimientos: Leyes Mágicas, Encantamientos y Transformaciones. Hola, vengo a solicitar los conocimientos con que me voy a quedar. Los demás voy a obtenerlos en alianza con alguien. Shaludoz
  13. La tarde se desgranaba segundo a segundo, el sol se desgastaba al horizonte y con su rastro solo quedaba una gran sombra bajo las alas del mar profundo. Ucrania, nunca había pisado en vida aquélla civilización. El mar de Azov se extendía bajo sus pies mientras caminaba por el muelle, un muelle viejo que veía partir diversos rompeolas que en dicha época del año cumplían la función de abrir caminos por las aguas congeladas. Sin embargo, la escasez de combustible era lo que motivaba la soledad en la costa de Azov, en la que era imposible mover las embarcaciones por el mar helado de enero; y por ende, estaba tan calmo como la piedra blanca en la que se había convertido. La delgada túnica negra caía a su alrededor. La vestimenta interior sólo él la conocía y lo único que dejaba libre a la vista era esa sonrisa que la mediana careta de titanio no lograba cubrir. Su mirada era como el sol: dorada y penetrante. Que lo delataba en su avance por el camino de madera que bajo sus pies anunciaba su llegada chirriante. La madera era tan suave y fría, que se amoldaba ligeramente a la planta de sus pies. El sonido crujiente de la madera sacó a la mujer de sus pensamientos. Estaba sentada y el infinito parecía robar su atención hasta que el Cardenal de la Muerte acudiera al encuentro, varita en mano, dispuesto a acabar con su vida. Al ponerse en pie y encarar al mortífago confirió al hombre un sentimiento de vacío. Dentro de su pecho una fuerza ajena a él lo sacudió, obligándolo a llevarse la mano al pecho como si estuviera asfixiándose. Fueron pocos los segundos, pero suficientes para que Adryanie supiera que esa palabra había causado algo en Patrick Colt. La confusión pasó pronto y avanzó para acortar distancias. Levantó hacia el hombre su varita y envió el primer hechizo. - Vitae - susurró sin afán. En frente del hombre se alzó una pared de lianas de madera que interceptaron el sectusempra de su rival. Al percatarse, la protección provenía de un grupo de tablones que conformaban el suelo del gran muelle, pero que habían prestado su masa para que el mortífago permaneciera con vida. Y sonrió. Estaba sin visión de la mujer, pero ella tampoco tenía visión del mortífago, por lo que sería complicado que la mujer asestara algún golpe al hombre, quien aprovechó la visibilidad nula del campo para posicionarse a diez metros de Adryanie; si esta quisiera recuperar la poca distancia entonces Patrick Colt no se lo permitiría, dando la misma cantidad de pasos al mismo tiempo que ella lo haría para así mantener, sin lugar a dudas, los diez metros que ahora teían el uno del otro.
  14. Lanzó su varita, ésta dio media vuelta en el aire, y cayó nuevamente en su mano. La sonrisa que se dibujó en el rostro, en medio de la oscuridad. No era algo normal. Su mirada encendida refulgió dorada, como llena de ira, calcinando las tinieblas y revelando parte del lugar. Esa parte de la fortaleza oscura siempre había sido tenebrosa. Era de ambiente hueco y frialdad incalculable. Resultaba totalmente inhabitable para el ser humano regular. Pero, él, la habitaba diariamente. Su sola presencia arremetía con el vacío opresor de aquestra habitación llena del oscuro poder; ese poder que luchaba sin descanso para hacer sucumbir la roca en donde la Fortaleza edificada se alzaba victoriosa. Estaba acostumbrado a lidiar con esos impulsos de impotencia ante la necesidad de aniquilar algo para sentirse satisfecho. Ese sentimiento lo llenaba de ira y el pecho se le apretaba. Por ello, podía ver Ottery con esa energía negativa que lo transportó a sus calles a través de la subconsciencia. Estaba vacía. Intransitada. Solo el frío primaveral se paseaba valiente con su abstracto atributo intangible. Sólo por eso no temía ser atacado y deambulaba despreocupado como si tuviese voluntad. Tras un sorpresivo segundo, la vida perdió su fuerza en Devon. Ottery fue objetivo de una aparición inusual. La capucha caía desde la copa de su cabeza vistiendo su rostro de una sombra impecable; sólo superada por la mirada dorada que no se detenía en su radio de poder. La capucha se extendía, cayendo hasta el suelo por todo lo que parecía ser el cuerpo escuálido del ser inamovible. Dos manos salían de largas mangas a cada lado del cuerpo. Lo huesudas evidenciaban la palidez del incógnito ser, quien atravesó las verjas del palacio sin obstáculo alguno. Los hierros habían caído al césped y habían hundido la grava verde como ahora lo hacía cada paso descalzo que daba el invasor. - Con que - susurró para sí mismo mientras llegaba a la puerta de entrada que con un movimiento de varita cedió -, esta es la Haugthon, uhm - la sonrisa bajo la sombra se reveló. Si tuviese una careta colocada, ésta fuera la mitad de su rostro. Dejando su identidad inadvertida y su varita libre para actuar sin ser señalado -. Quisiera un poco de acción, eh, ¿Mónica? Se adentró a la oscuridad del vestíbulo sin temor de ser arrastrado por las garras frías de las tiniebla nocturna.
  15. Hola, vengo a reclamar mi premio. Por sobre todas las cosas, por que lo vengo a reclamar nada más para llenar unas cuantas líneas, por que lo vengo a reclamar. Un pequeño formulario que llenaremos debajo da los detalles. Subtitulo deseado: El Cardenal de la Muerte Premio obtenido: Equipo más hiperactivo del coso de momias que te capturaban como dementores. Equipo 5, se llamaba: El Sheik, el que se transforma "Abajo + B" cuando eliges a Zelda. Saludos.
  16. El ciclón desapareció sin mayor repercusión, ya que no hería, y si la persona era capaz de sostenerse con algo sólido, no habría forma de "batirlo". Y eso había hecho Colt, pues aparte tuvo el tiempo necesario ya que ese hechizo se invoca en la mitad de la distancia entre creador y víctima, por lo que al estar al lado de un objeto sólido como lo es la pilastra de un castillo, el ciclón no tuvo mayor efecto. Por ello, las cosas no iban a ser tan fáciles, debía pensar rápido si no quería morir. Tenía que llevar el mensaje al Ministerio de Magia cuanto antes, no, mejor aún, llevarlos a ambos a las oficinas del primer piso, donde la operativa gubernamental de las leyes del Ministro de Magia eran incesantes. Por un momento se olvidó del grueso procesal que ocurría en las paredes de su organización y levantó su varita; solo interrumpido por la repentina aparición de Lisa Weasley Rambaldi, su compañera. - Sectusempra - exclamó el Nigromante, haciendo que un gran rayo verde se dispersara desde su varita hacia el cuerpo de Hank para desangrarlo de impactarle -. Aunque intentes matarme no lo lograrás con tus circulitos de viento. - ¡Lisa, capturemos a estos delincuentes! - le gritó a su compañera, mientras ella preguntaba los acontecimientos y alborotos -, no creo necesites que te los presente. Confundus - pensó Colt finalmente, apuntando a Hank, para desorientarlo mientras tanto el sectusempra lo golpeaba. - ¡POR MERLÍN! - dijo mirando a Adryanie y Lisa, actuando no haberlo hecho. Pero nadie podría pensarlo ni sospecharlo, por que él llevaba su Oclumancia activa y era un hechizo no verbal -, ¡esto es cosa de locos!
  17. Fue difícil recuperar la compostura luego del gaznatón mental que sufrió. Patrick Colt estaba envuelto en una marea de confusión que lo único que logró hacer fue desorientarlo. Desorientación que le sirvió a su oponente para esclarecer su campo de batalla y brindarle el tiempo suficiente para elevar su magia a un exponente máximo en el cual pudiera conjurar hechizos de alta dificultad. Por un momento, había servido entrar a los terrenos de la Haughton sin medirse, pues había quedado justo al lado de la entrada del Castillo, lo que reconoció cuando regresó de aquél trance que le robó segundos valiosos. Pero cuando recobró la conciencia, se cercioró de llevar activa su Oclumancia y con varita en ristre se sostuvo de la pilastra del Castillo a la que quedó aferrado mientras el ciclón creado a ocho metros de distancia de Patrick Colt, fuera enviado en su contra. Sostenerse por el momento le serviría mientras: - Expeliarmus - dijo como pudo, apuntando a Hank quien estaba a dieciséis metros de distancia de Patrick, al igual que Adryanie, por lo que de impactarle lo desarmaría. Pero sería lo último en mucho rato que lograría pues un Limitate había golpeado en su varita. - ¿Once años y juegas a la Magia Oscura tan bien? ¿Once años y juegas a ser un delincuente que hace alboroto en El Atrio? ¿Once años y quieres que te mire con ojos de piedad? ¡Alto ya en nombre de la ley, te lo ordena el Defensor del Mago! - dijo, iracundo mientras el ciclón dejaba de arrastrar todo cuanto podía y silenciaba el viento a su alrededor. Mientras todo llegaba a su calma, Patrick Colt volvía a estar alerta. El niño era un onceañero peligroso, pero el Cardenal de la Muerte no se podía permitir ser un mortífago en aquéllas circunstancias.
  18. El ardor en su antebrazo izquierdo era insoportable para un ser humano cualquiera, para él era un placer único, una experiencia irrepetible y solo degustable cuando se trataba de un aviso de batalla. Y ese era el tema, en aquel momento salió al pasillo conexo a la habitación donde se encontraba, lo que lo llevó hacia las escaleras que descendió hasta la planta más baja de la Fortaleza Oscura. Miró a un lado, al otro, con su varita de Cedro negro en la mano, y desapareció luego de comprobar el estado de alarma que había en el bastión mortífago. Ottery St. Catchpole se abría paso en un cálido otoñal donde una brisa fresca deambulaba hasta perderse entre las comisuras del cuerpo del Nigromante. Aunque la mirada de los espectadores dictaminase una prenda verde esmeralda que caía hasta sus tobillos, el cuerpo de Patrick Colt no dejaba de percibir la frialdad de aquella época del año que la ilusión que lo vestía era incapaz de repeler. Giró la esquina y desembocó una calle al oeste, donde vio destellos emerger del borde superior de las verjas de la Haughton, y varita en mano caminó rápidamente hacia el lugar. Entró sin medirse, sobre las verjas caídas y varita en ristre apuntó a Hank. - Hemos estado buscándote por todo Londres -, le dijo sin pensarlo dos veces - pero, resulta ser, que decides dar la cara mucho más lejos, Clearwater. Entrégate.
  19. - Definitivamente, no sé de donde sacan tantas Poshadas - negó con la cabeza Patrick Colt, quien rápidamente caminó a través del lugar. Rondaba en el café un hedor a sangre y a caucho quemado... la piel de los Miembros de la Orden del Fénix fue cocinada y el Nigromante no podía sostener la cordura ante el putrefacto olor a muerte - tendré que pedirle tutorías para comprenderlas. Avanzó, en medio del caos y el desastre, hacia la esquina cercana donde Valkyria parecía pelear contra la pared para escaparse, o meterse dentro de ella. Un fortificum la había salvado de morir, de quedar desarmada, armarrada y muerta, pero tenía heridas que debía dar prioridad, y tras eso se aplico la magia necesaria. La mujer podía ver y seguir viva tras erradicar los efectos del Strellatus y una avispa marina rara que se creó a partir de algo raro, pero el Nigromante no prestó atención, tomó a Valkyria de la nuca, y la alzó por un tobillo. Una vez, ambos magos fuera del local, se dispuso a desaparecer. Tenía la necesidad de comunicarse con sus rivales, decirles lo tan pésimo que eran, pero ya no valía la pena. Era terminación de un contrato roto desde el primer día. Así que tras solo pensarlo, desapareció junto a V alkyria para decirle adiós a semejante pelea estafa.
  20. - ¡Bravo, son mayoría! dijo Patrick Colt alzando la voz a la multitud que se congregaba ante los mortífagos es la única forma en que puedo ver sus plumajes cobardes fingiendo valentía. Negó con la cabeza, aún en son de burla. Lestat no aprendía a pelear. Patrick parecía reconocerlo pues cuando Abaddon llegó a existir el muy miembro de La Orden del Fénix se dejó ver, al haber olvidado su linterna en casa. De todas formas, el Mortífago sabía que tenía un compañero de apellido Slytherin, que era católico. Y por ello tenía la fe que el compañero hiciera las cosas bien, al menos tenía en alguien en quien confiar. En cuanto a los nuevos visitantes, el Mortífago Nigromante les puso el ojo encima y sonrió. Lo que le sorprendió a Patrick era que Arya pensaba que sus Aves habían desaparecido tras recibir las llamaradas de Nigromante del Fuego Maldito, tremendo pensamiento absurdo. Arya había caído muerta tras recibir esas llamas. Mientras tanto, sus bolas de fuego negro seguían creciendo y creciendo. Eran temibles ya, y aún les faltaba por crecer. Crepitaban como rugidos mientras su creador volvía a esgrimir su varita. - Necromantia Lingua - dijo Patrick Colt y en seguida el efecto terminó con el aquéora de Lestat Rambaldi. El chico aún no se aprendía sus hechizos. Prueba de ello, era el Morphos que intentó hacer a un pedazo de vidrio roto en el suelo que solo se tambaleó, quizás producto de la algarabía, por que a nadie se le hubiera ocurrido usar algo tan pequeño para crear nada a partir de alli. Ni siquiera un insecto. - Fuego Maldito - las dos lenguas de fuego se volvieron a alzar, esta vez en contra de Lestat, una lo quemaría por la izquierda y la otra por la derecha, listas para calcinarlo, Patrick entonces pensó en un Confundus para que confundido, Lestat no tuviera forma de salir.
  21. No se iba a quedar de manos cruzadas, tenía que atacar. Sabía que no debía parar la operativa ofensiva; sin embargo, a veces era necesario hacer un alto y empezar una estrategia. La mente de Patrick Colt trabajaba a mil por hora detrás de esa máscara de titanio, a diez metros de sus contendores. Sonrió, inclusive cuando sabía que nadie podría ver esa sonrisa. Y volvió a levantar sus manos. - Fuego Negro - dijo impaciente, sintiendo cómo las llamas negras se avivaban en sus dedos de la mano izquierda, creando ese calor característico que siempre sentía cuando lo realizaba. - Fuego Negro - repitió, esta vez sabiendo que diferentes llamas crearían una segunda esfera que se colocaría al lado de la primera, a dos metros y medio sobre su cabeza, con las órdenes de crecer, atraer poder, y esquivar por ahora, todo lo que enviaran en su contra. Debían permanecer aisladas de cualquier intento de contacto. - Expectro Protego - esta nueva invocación de oscuridad salió esta vez de su varita y, por más que quisieran impedirla, defendería junto a las manos fantasmales del Cardenal de la Muerte, que él mismo había creado. Mientras los ataques habían dado en su objetivo, Patrick Colt hacía todo un arsenal para más adelante. Lestat había intentado silenciar el Necrohands de Patrick pero al ser no verbal, estas manos fantasmales lo defendieron del disparo de Flechas. - Qué tonto - se burló de Rambaldi.
  22. Así levantó su varita, tras esas palabras que renegaron la presencia del grupo opositor a su hermandad oscura. Un bando que bregaba con la bandera de la pureza y el rechazo a la inequidad del linaje. No podían ser más déspotas y tajantes en cuanto a la raza de Magos y Brujas auténticos, y por ello existían sus filas. No obstante, debían navegar con su estandarte tras aquellas máscaras. Pues en antaño la sociedad se alzó en contra del ideal que lo único que buscaba era preservar a largo plazo que Magos y Brujas no se extinguieran. Por esta razón, levantó su varita dispuesto. Tumbar sus cabezas era su principal objetivo y sabía que la Magia Tenebrosa lo ayudaría, debía invocarla y posicionándose a unos diez metros de Juve, y unos diez metros frente a sus agresores, dijo. Celerus Absorvere y de inmediato tres crujientes sonidos se alojaron en las muñecas con las que Adryane, Arya y Lestat sostenían sus varitas. El nigromante sonrió al notar que su voz sería irreconocible. Necrohands de inmediato dos manos de su mismo tamaño y doble de grueso que él, lo rodearon sin preguntar para defenderlo de cualquier ataque en su contra. Fuego Maldito y dos lenguas viperinas de fuego ardiente se alzaron sobre su cabeza, y sobre las manos mismas sin tocarlas, en dirección a Adryane y Arya, con la intención de devastar sus humanidades y dejarlas con quemaduras semejantes a heridas putrefactas que darían la viva intención de dejarlas al borde de la muerte.
  23. La brisa acariciaba la ilusión de la túnica negra que cubría su silueta desnuda. Se blandía al compás de esa fuerza indeleble pero imperceptible que daba frescura y sosiego a los tañidos del verano, incluyendo sus noches que parecían ser un infierno en medio de la espesura de la flora. Así recibió el llamado, incapaz de pasar inadvertido, sobre un tatuaje que trazado sobre su antebrazo izquierdo se extendía hasta su espalda, y abrigándolo ardía sin compasión. Lo asimiló y respiró profundo. La máscara de titanio se movió sobre su rostro clamando la súplica que en algún momento sintió su fuente: un mago que fue blanco del látigo de la magia negra del Cardenal de la Muerte y su deceso dejó impávida el alma del vasallo. Y de pronto apareció en el Café del que había salido el llamado. El nigromante avanzó entre los ribetes de una espesa capa de humo gris que lo rodeaba en incomprensible lazo de oscuridad. La mirada color oro despilfarró su luz hacia los agresores, incompetentes magos y brujas de la Orden del Fénix que amenazaban en vano erradicar las Artes Oscuras de los tiempos que se avecinaban. — Es imposible ser tan inoportunos — dijo detrás de ese rostro de metal que distorsionaba su voz a leguas de distancia — la valentía sólo les da por mayoría… de menos no hay Orden del Fénix que valga.
  24. Ni bien había terminado de proponerle apoyo a Josh, Ariane interrumpió. La dulcecita y fingida voz de la ex Miembro de la Orden del Fénix incomodó a Patrick Colt casi inmediatamente. <<Qué mujer para hipócrita>> dijo inaudiblemente tras su máscara. Y para asegurarse aún más de sus pensamientos, refrescó la protección indeleble de la oclumancia que ahora protegía su cabeza como una burbuja de aire. Se volteó abruptamente contra Ariane y la señaló con su varita. — Cállate — y de manera repentina, a un lado de sus pies dos manos fantasmagóricas emergieron. Eran tan altas como un humano, aterradoras y traslúcidas. Tenían un aspecto putrefacto y su piel estaba coartada y llena de cicatrices. Las manos envolvieron completamente a la Dumbledore, a quien Patrick Colt conocía lo suficiente. La familia Dumbledore era una familia repelida por él, pues Sally, su matriarca, había sido expulsada de la Ryddleturn por su deslealtad y su poca participación en ella. El Cardenal de la Muerte siempre presintió que era una infiltrada en la familia. ¿Qué más podría esperar de otra Dumbledore? Seguramente esta también era Miembro de la Orden, pero eso aún tendría que comprobarlo como lo había comprobado con Hank y Adr, quienes en un asalto a su prisión habían aparecido para impedir que nos fugáramos con nuestros compañeros, y sin portar sus linternas en el rostro. Las manos la envolvieron mientras ella intentaba escapar del agarre que impedía que la mujer hablara con libertad, y la ahogara en su propio cansancio producto de la fuerza vana que ejercía para zafarse. No sería fácil, porque los dedos eran gruesos, y requería de sus dos manos para quitar dos dedos de la mano fantasmal de si, mientras las otras la apresaban. Era un ciclo sin final. — Y bien — recalcó enérgicamente mientras sonreía, fulminando a Josh con la mirada — no irán a ningún lado, no ahora.
  25. El mortífago no pudo evitar soltar dos largas carcajadas. — Hay dos cosas que me gustan del nuevo — dijo dándole la espalda y encerrándolo en una circunferencia invisible que dibujaba solo al caminar alrededor de Cameron — tus grandes habilidades para hallar amigos en desconocidos — dijo alto, con un tono de desfachatez y descaro inigualables. Llevaba su varita en la mano y la barbilla demasiado alta, como si le hablara al techo —, y tu grandioso afán por la valentía. Sí. No tenía dudas. Josh parecía no saber con quién estaba tratando. Patrick Colt se había caracterizado por ser un mortífago que dejaba su rastro donde iba, era un mortífago repudiado y repelente. Si él hubiera tenido acceso a una información abierta sobre lo que el gran Patrick Colt era capaz de hacer, sin duda alguna alguien que hubiera sobrevivido a su paso devastador le hubiera contado al joven irlandés su autoría en la mayoría de las muertes que se registraban de manera mediática. Inclusive la muerte del neonato de Laura de Ryddleturn, a quien le había provocado una cesárea involuntaria sin cuidados médicos para extraer el feto de su vientre. Tan solo por ser una descarada espía en la familia a la que Patrick Colt lideraba, quien se había desangrado hasta su muerte en medio del llanto de desesperación y tortura en los jardines del Palacio de los Ryddleturn. — Tienes agallas en tu pecho, muchacho — le dijo sin mirarle al rostro directamente. El Cardenal de la Muerte podía oler su respiración entrecortada por la rabia — eso es algo que podrías encaminar bien en el lado Tenebroso — negó con la cabeza y miró al suelo. El ambiente era tan tenso que varios de los clientes aledaños abandonaron el lugar, nadie querría sentir arder el local ante la furia del Mortífago —, te tengo en la mira. No hay nadie en este país que no sepa de sus pasos. ¿Cuántos habían caído ante su poder? Eran incontables las víctimas, muchas de ellas pobladores de las filas de la Orden del Fénix. Organización casi extinta en todo el pueblo cubierto por los ideales tenebrosos. — Estamos perdiendo la genética mágica, joven mago — chasqueó la lengua actuando decepción, como si no pudiera hacer nada para remediarlo —. Y nuestro estatuto del secreto, Ley Mágica Internacional, está siendo rota por los mismos miembros de la Orden del Fénix, ¡PROMUEVEN LA PROMISCUIDAD CON LOS MUGGLES! — el local cimbró desde sus cimientos ante la voz gruesa del demonio —, y eso, mi querido amigo estoy seguro que querrás detener; detendremos juntos a esos delincuentes. Y finalmente, sonrió.

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.