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Patrick Colt

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Todo lo publicado por Patrick Colt

  1. Hola a todos chicos/as, Sólo a modo de curiosidad me es interesante conocer qué le sucedió al foro en la última semana, donde era imposible dejar un posteo en ninguna dependencia del foro. También, conocer si es posible que ésto siga pasando en un futuro ya que en Mayo sucedió que el foro estuvo caído creo que por un periodo de 10 días, y éste mes ocurrió una especie de congelamiento que impedía postear. Sin más, gracias por su orientación y saludos.
  2. Hola Hades, Vengo para consultarte en qué quedaría la clase del Libro de la Sangre, toda vez que no entiendo la trama y si estamos en la parte de la prueba o el rol introductorio de la clase, Sin más, quedo de tí, saludos.
  3. Al preciso instante en que la puerta volvió a abrirse, el aura del Cardenal de la Muerte se comprimió hacia sí mismo. Al punto en que nuevamente la luz se coló a través de las ventanas demostrando la fresca mañana que guarnecía por completo a la universidad. Las sillas no estaban repletas por todo el aula como era de costumbre, Tauro se había encargado de volver el entorno, un óptimo laboratorio para practicar con libertad el arte de las pociones. Ella, más que a nadie en este mundo, le conocía por su afán desmedido en cuanto a pociones. Los magos aprendices del arte de cocción y utilidad de brebajes mágicos eran dos, sin embargo hasta ese momento solo tenían a un alumno conocido. Por su parte, a clases de encantamientos asistieron ambas alumnas. Mahía Black era conocida para él. Y no sería nada fácil sobrellevar la tensión en el aula, más cuando era el mismo Patrick Colt que debía contenerse para no responderle con la muerte. Por su parte a Bon, y a Ariam, los conocía nada. Era primera vez que se topaba con estos dos magos que a todas luces se veían bastante interesados en la clase. Al saludo de los tres alumnos, contestó con una mirada carente de brillo. Y los siguió a todos a sus puestos. Quedaba uno vacío, pero su compañera del claustro inició materia dando breves explicaciones y conceptos iniciales. Poco a poco fue tomando forma y repartió instrucciones a cada uno. Cuando la mortífaga terminó de hablar, el mago tenebroso alzó su varita y hechizó a sus tres alumnos: ¡Incárcerus! Nueve largas y gruesas cuerdas viajaron hasta los cuerpos de Mahía, Ariam y Bon. Dos sogas se ataron en sus extremidades inferiores a la altura de tobillos y rodillas. Y la tercera fijó sus brazos a sus propios cuerpos. Esto con la intención que ninguno pudiera moverse. - Para atender las instrucciones de la profesora Tauro, tendremos que hacer uso de la magia. Los libros de los estantes, y los calderos deberán ser atraídos sin necesidad que ustedes se muevan - y bien que debía cumplir dicho proceso al modo de Patrick Colt. Pero el mortífago se aseguró de no lastimar a ninguno de los alumnos con sus mecánicas - en esta ocasión utilizaremos encantamientos verbales, que para su utilización se requiere emplear una instrucción a viva voz. Pueden elegir utilizar algún hechizo del tipo efecto, o alguno de tipo rayo. Espero puedan encontrar varias formas para atraer los utensilios de la clase de Pociones.
  4. >> Se enojaron << pensó y la sonrisa en su rostro se convirtió en mueca. Tuvo que retroceder dos pasos para apañar el sentimiento de asombro. Por un momento había olvidado donde se encontraba y tropezó con los cimientos del arco de entrada al lugar; una roca bastante robusta, que dentro guardaba la vista de un camino adoquinado hacia el colegio. El frío también estaba presente, debido a las palpitaciones de las tinieblas en las que el mortífago podía revolverse hasta perderse. Madeleine lo sabía. Frunció el ceño someramente, sin esforzarse y sin poder cobrar el costo de quien lo hubiere obligado a adoptar el gesto. Sin embargo, su varita negra no respondía a la prudencia y vibraba con la intención de hacer daño. Por unos pocos segundos intentó alcanzar su tatuaje tenebroso, solicitar ayuda, pero ser incógnito ató su mano y la mantuvo casi inherte a su lado. Tenía que buscar la forma de salir librado, y aunque hubiera querido enfrentarse a Madeleine para matarla; desconocía totalmente que Nathan fuese también un Miembro de la Orden del Fénix, quien saltó a su lado inmediatamente para respaldarla. - Ayuntamiento de gallos - dijo, simulando un tono de aburrimiento, tratando de buscar desviar la atención de aquellos que ahora lo apuntaban, lo amenazaban y lo acorralaban. No pudo ir más atrás, de pronto una esfera de fuego los rodeó completamente. De haber caminado dos pasos más hubiese quedado fuera de su prisión, pero era tarde y la pared de fuego ardió tras de él furiosa. Acto reflejo, la varita del mortífago se posicionó frente su rostro y de su punta empezó a emerger una nube, y bajó como un gas tóxico hasta sus pies para subir por si silueta como un remolino capaz de acumular sus emociones y levantarlas alrededor. La protección estaba para repeler cualquier ataque que le lanzaran esos dos. - Sólo, maltrecho y con hambre - dijo tras el cúmulo de gases grises -, así atacan a un pobre alumno y aprendiz. Y la verdad, estar ahí no representaba más que un tráfico de influencias que logró informarle a Patrick Colt dónde iban a estar Madeleine y Sagitas, según la programación educativa de dicha Universidad.
  5. La noche se abría como un libro para recibir a sus lectores convertidos en asesinos. Vetado de sangre en forma de estrellas que se regaba cómplice por todo el cielo. Al mortífago no le costó nada ponerse en pie, seguido de sus elfos que lo custodiaron hasta que tomara su varita y en medio de las tinieblas desapareciera sin rumbo definido. Pero era ahí, en los terrenos de una mansión con la fachada de completo abandono, era el lugar donde había hecho aparición. Era un paradero desconocido, y aunque su tatuaje empezó a arder, no le prestó atención a sus alrededores en lo absoluto. Ignorado por el Cardenal de la Muerte, el lugar estaba repleto de la presencia de magia negra, magia muy avanzada y que a pesar de todo él era capaz de poseer. Sin ella, fue el autor de sanguinarias masacres y asesinatos seriales alrededor de todo Londres. Las artes tenebrosas no eran poderes que el mortífago ignoraba y a los que nunca rehuía. El espeso de las tinieblas lograba abrigarse junto a la gabardina que vestía. Lo único sobresaliente en medio de la carencia de luz eran sus manos y su rostro que alzaba orgulloso dos faros color oro tras una máscara de titanio, que servía para que el mortífago pudiese observar, examinar y acechar sin sospecha alguna. El profesor del Libro de la Sangre debía ser capaz de enseñarle al Mago Tenebroso todo lo referente a aquel libro sin necesidad de identificarlo. Al fin y al cabo, ambos pertenecían al mismo puñado de ideales. - Rápido - sentenció empuñando su varita contra los presentes que fueron apareciendo posteriormente, uno a uno. Y sonrió.
  6. El suelo también se quejaba anunciando los pasos de sus visitantes. Él, se mantenía sobrio bajo la tutela del arco de entrada. Vigilante. No había otra misión para el Mortífago que presenciar cómo se aproximaban, resignadas, como si la muerte las hubiese seducido lentamente. Y qué bien lo hacía aquella quejumbrosa compañera de mil batallas que vibraba intensa bajo su gabardina, apuntando al suelo y absuelta de haber sido empuñada. En aquel punto incómodo del vespertino lo alcanzaron, al fin y al cabo debían cumplir el protocolo de esas clases universitarias que Patrick no necesitaba, y reunidos bajo la ya debilitada luz de la tarde, fueron hábiles de intercambiar miradas como si aquello no tuviese ningún tipo de costo. El aire se permitió gozar de su atributo abstracto para pasar en medio de la tensión generada y salir ileso. Así como la tarde que se deshojaba con la luna desfilando hacia el cielo en medio de lo que parecían ser los rastros de las estrellas. Poco a poco todo se ocultaba ante la presencia del Mago Tenebroso a excepción de ese cuarteto de brujas que se agrupaban para celebrar la clase de Artes Oscuras y cómo defenderse de ellas. Tenía que estar preparado para todo, Madeleine era una de las más osadas. Y aunque Sagitas a ese punto podía ser la más peligrosa, Madeleine tenía convicciones sólidas y dispuestas en contra del mago; sin olvidar, que la mujer de pelos violetas se había descubierto confesa ante el demonio que nada perdona, y que tampoco olvida. Y en efecto, habló Moody. Patrick sonrió. Disimular no era una habilidad, y si lo fuera, no sería parte del arsenal del mortífago. Abrió su gabardina con la mano zurda y extrajo su varita con la diestra. El arma de madera negra vibraba, pero solo era posible ver los tañidos de luz que de su punta emergían como láminas volcánicas. Sagitas habló y un chasquido de la varita del hombre respondió a la bruja a quien fijó con su mirada. El gesto duro en el rostro del mortífago no daba espacio para bromas, y el comentario de la Potter Blue había llegado donde ella quería. - Defenderme de ellas no - dijo con calma, pero una gran tensión podía verse subir desde su pecho hasta su cuello, marcando venas en todo su recorrido - pero sí de tus amenazas. Acomodó su varita entre sus dedos y negó con la cabeza. Game is on, pensó.
  7. Ese electrizante sonido de la madera quejándose era una de las cosas que más detestaba. Estaba acostumbrado a acabar cualquier cosa de un único esfuerzo. Sin embargo, aquel sonido fue largo y pesado, lo que le obligó a fruncir el ceño ligeramente. El incómodo momento terminó cuando un último estruendo unió la superficie con el barco, por sobre un puente que otorgaba el navío para el desembarque. Frente a éste, la silueta del hombre apilado contra la roca era casi imperceptible. La opacidad del arco de entrada se mezclaba perfectamente con la vestimenta oscura que vestía. ¿Quién decía que el hombre era incapaz de llegar a Durmstrang por sus propios medios? El dominio que poseía sobre las Artes Oscuras lo había llevado a vincularse directamente con los altos jerarcas del Instituto de Magia Durmstrang, y por ésto también era un orgulloso egresado de sus aulas. Él, más que cualquier otro de aquellos que visitaban las fundaciones de su colegio, conocía perfectamente tanto el castillo y sus alrededores, como la depresión geográfica en donde se encontraban, que permitía a las embarcaciones encallar ahí. Estar en Durmstrang lo enaltecía, hinchaba su pecho de orgullo, y lo hacía sentirse aún más seguro de sí mismo. Como si lo necesitara. Había conocido a la doctora Vulchanova y padeció su misteriosa desaparición. Aunque para él estaba claro que la bruja se había batido a muerte en duelo en un encuentro entre varios aurores y mortífagos. Secreto de estado. Pensó, y el pensamiento le robó una sonrisa para cuando los visitantes se encontraban casi frente a él. No pudo evitar mostrar que su mirada en oro incandescente los fulminaba a todos, y una varita negra empuñaba en su diestra. - Pensé que no vendrías, Sagitas - susurró para sí mismo, como si un depredador sedujera a su presa en la distancia. Su lenguaje corporal la llamaba y los tañidos asesinos de su varita la apañarían. Y, si algo pudiera salir mal, ahí se encontraba Tauro y, de última instancia, sus amigos mortífagos que habitaban el castillo. Su sonrisa no pudo ser peor.
  8. Hola a todos chicos, gracias antemano por pasarse para ayudarme a estar claro en algo. Creo que los stock del Magic Mall están muy bajos y es casi imposible comprar cosas, o que te interesen cosas para ir avanzando en el juego. ¿Regresarán algunos productos para la venta?
  9. El olor a sangre inundaba el pasillo. Era incómodo y repugnante para un mago regular; para él, un éxtasis ineludible. La varita negra aún vibraba inquieta entre sus dedos, que diestros, la sostenían repelentemente. Logró esquivar un bulto en su camino, levantó su pie descalzo lo suficiente como para pasarle por encima. Sin embargo, su mirada imperturbable iba de frente, irradiando ira a través del oro fundido que caía por sus cuencas. El gesto en su rostro era sombrío, la completa frialdad lo acompañaba cada vez que pasaba sobre otro cuerpo inerte. Ese era el resultado que dejaba a su paso cada vez que sus planes tomaban un giro inesperado. - Infames - susurró para él, respiró profundamente y hundió su pisada en otro charco de sangre; ésta vez viscoso y frío - al Cardenal de la Muerte no se le miente. El tatuaje en su antebrazo ardía. Los trazos azabaches burbujeaban intensamente y así mismo era su dolor. Patrick Colt era un hombre que cuando enmascaraba su rostro bajo el titanio, se convertía en un enigmático tutelar paradójico. Detrás de él lo seguían sus elfos cabizbajos. El de piel oscura, llamado Morgan, caminaba desprendido del aparente terror del que Jacaré sí era presa. Su compañero, de tez más clara, aún no había experimentado el azote iracundo de su amo. Pero ambos estaban convencidos que el plan del que participaba Sagitas en Richmond, se trataba simplemente de una estrategia. - ¡Siempre estuvieron en la Malfoy! - indicó un segundo hombre que luchaba para alcanzarlo y evitar que el Mago Tenebroso se sintiera presionado, pero con un aparente grado de complicidad ante Patrick Colt que lo único que logró fue detenerlo inmediatamente. Para el asesino, fruncir el ceño era un esfuerzo con un precio importante; un nudo en la garganta fue inevitable y sintió la obligación de ladear su rostro sobre su hombro izquierdo, para estirar su diestra con violencia hacía el asustado acompañante. - Sectusempra - gruñó. - Incárcerus - vació sus pulmones. Las heridas no se hicieron esperar, salpicaduras de espesa sangre brotaron del cuerpo abatido hacia el suelo ya manchado y ultrajado por el vital líquido que antes se había proliferado debido a toda la muerte ya había sido esparcida. El atacado se desplomó sin fuerzas, apilándose descolocado sobre otro difunto. El lugar empezó a apropiarse de un olor fétido, y sus paredes de un tenso ambiente. Por su parte y sin preocupación, el victimario giró sobre sus talones junto a sus dos elfos dejando a toda la desangrada mortandad en el pasillo del vestíulo del Castillo Potter Blue. El lugar fue librado de esa densidad asfixiante, solamente reemplazada por esa desolación que dejara la masacre. Al aparecer en la Universidad, no llevaba máscara puesta. Desde el aula del claustro avanzó rápidamente hacia el lugar pactado. Debía olvidar la situación del Castillo Malfoy, en esos precisos instantes podrían estar terminando de desmantelar la residencia de los Embajadores de la Magia de Inglaterra en la búsqueda de pruebas que los vincularan a la Marca Tenebrosa. Ese ausentismo del patriarca Malfoy no era beneficioso para el bando. Y si en algo respecta a Patrick Colt, aquél mago no le afectaba directamente en nada. La última esquina que giró lo llevó a unas escaleras, mismas que ascendió para toparse frente a frente con la puerta el aula de Pociones. Aquello le recordó su paso por Estudios Muggles, en la oficina donde los empleos eran repartidos a cualquiera cuyas aptitudes no eran aptas para ejercerlos. Era otro episodio al que debía aferrarse ahora que se topaba con Tauro nuevamente. La primera imagen que reveló el recuadro al apartar la puerta, era la silueta ella, quien se volteó para corroborar al que ingresaba a su espacio de docencia. El cruce de miradas fue intenso y quizás no poco de lo desafiante. Parecía mentira cómo el mortífago siempre encontraba la manera de responder a una amenaza. Sin embargo, y a pesar que el recinto albergaba mucha luz, el manto de tinieblas que se desprendían del hombre se apoderó de los dominios de la bruja. Lo que antes era un ropaje negro de corte recto que vestía al mortífago, ahora se extendía a todas partes, abstracto e inalcanzable como dedos en la noche oscura, colándose bajo todos los muebles y las sillas. Los tañidos del diurno provenientes del astro rey se veían repelidos por dicha oscuridad que guarnecía los ventanales desde adentro. Y la mirada dorada e incandescente respondió la interrogante de Taurogirl, junto a una socarrona sonrisa. - Estoy aquí para reclamar lo que es mío, "señora Líder" - le indicó a la mujer, con suspicaz entonación en sus últimas palabras, sin apartar ese gesto de burla de su rostro y casi cercenándola con la mirada. Tenía un porte altruista e invasivo, y aunque varios metros lo separaban de ella, su presencia la tocaba sin necesidad de aproximarse -, es tu última oport... Pero la puerta del aula volvió a abrirse... ---- Hola chicos afortunados, bienvenidos a la clase de Pociones & Encantamientos de éste mes. Siéntanse libres de entrar a una realidad paralela, Tauro y yo nos encargaremos de guiarlos en el recorrido. ¡Provecho! Pociones @@Bon Kure @ Encantamientos @@Mahia Black @AriamAshar016
  10. Hola, vengo a matricular el curso para conocimiento del mes de Julio 2017. Anexo ficha de inscripción Nick: Patrick Colt ID: 77536 Conocimiento: Pociones, Transformaciones, Historia de la Magia Nivel de Magia: 18 Link a la Bóveda: 77694 Link a la Ficha: 77536
  11. Había tenido un tropezón. Eso me hizo ver un poco torpe, pero no me interesó. Estaba contento porque había podido salir del calabozo en el que vivíamos y por aquellas escasas horas, descansar de la personalidad de mi amo. El Señor Oscuro era un hombre temible y del que no podíamos escapar nunca. Sin embargo después de todo me gustaba servirle, y aunque la paga de ese placer era vivir bajo constante miedo, no cambiaba estos paseos por nada del mundo. Tomé el Libro de la Sangre del suelo y recogí también las monedas de oro que habían caído tras el libro. Era de un color intenso, rojo como la sangre, y es que así se llamaba el libro por lo que lo honraba plenamente. Avancé hasta el mostrador para pagar el objeto de magia avanzada, que dicho sea de paso me distraía bastante. Lo suficiente como para captar que una extraña voz provenía de su interior. También de sus hojas escapaban pequeños destellos de luz sangrienta. ----- ID: 34186 Nick: Patrick Colt Link a la Bóveda Trastero: 109943 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 77694 Nivel Mágico: XVIII Fecha: 2017-05-27 Nombre del producto: Libro de la Sangre Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): VII Precio: 7000
  12. Patrick Colt

    Inscripciones

    Nick: Patrick Colt ID: 34186 Libro de Hechizos: Libro de la Sangre, nivel 7 Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): He comprado el libro con tiempo, pero no me atienden la compra. No quisiera afectar mi ingreso por esto. || Certificación: Libro de la Sangre Rango Social: Dragones de Oro Nivel de Magia: 18 Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): 2008 Link a la Bóveda Link a la Ficha
  13. Hola, vengo a matricular clases de conocimientos para el mes de Junio 2017. Gracias antemano, adjunto ficha de inscripción. Nick: Patrick Colt ID: 77536 Conocimiento: Defensa contra las Artes Oscuras, Pociones. En ese orden de preferencia. Nivel de Magia: 18 Link a la Bóveda: 77694 Link a la Ficha: 77536
  14. - Aurores - pensó rápidamente. La imagen mental que se le vino a la mente lo detuvo. No podía creer que el actuar del Ministerio de Magia fuera tan eficaz. Era imposible. Y sí, recapacitó. El trance había pasado y debía dejar de permitirle a su cuerpo que fuera dominado. Él, mejor que ellas, sabía lo que era pertenecer al Ministerio de Magia. Retrasar procesos, estancar veredictos y extraviar documentos en virtud de su bando. La burocracia la hacían ellos, eran un grupo de personas con un fin en común. Finalidad que era manchada por mortífagos como Patrick Colt, pues la misión de la Marca Tenebrosa no era una misión para villanos, lo eran sus métodos arcáicos y estrafalarios que él aplicaba para obligar a la sociedad a seguir dicha misión. Por muchos años, el grupo de Mortífagos había sido considerado una asociación criminal y organizada para delinquir. Pero, era todo lo contrario, había sido creada con el objetivo de llevar un mensaje positivo a las generaciones de brujas y magos de preservar su raza y los genes mágicos que todos compartían. Dicho mensaje se vio turbio por lazos afectivos y amistosos que mantenían brujas y magos con muggles dentro de la sociedad, y que los obligaba a mantenerse unidos de manera clandestina. También producto de la persecución y matanza de brujas y magos por la inquisición y los cleros religiosos que los veían como abominaciones. Violencia trajo violencia, y estas tramas hicieron evolucionar la mentalidad de algunos mortífagos quienes quisieron tomar venganza de mano propia. El Cardenal de la Muerte era uno de ellos. Mortífago que por años enteros se dedicó a arrancarle la vida a culpables e inocentes de manera injustificada, cosa que empañaba la misión mortífaga, pero que lo había enaltecido y destacado dentro de su bando. Hoy por hoy, era considerado un asesino en serie, autor de exterminios y uno de los peores criminales de la historia. Pero el Ministerio de Magia estaba tan corrupto, que fue más tiempo que el demonio pasó en el averno, que tras las celdas de Azkabán. Aquella vida había pasado por su mente como un cuento. Bastaron escasos minutos para volver a entender que frente a él tenía a Sagitas, y que podía aniquilarla. Pero también estaba ella, la hija de un Crouchs y cuya familia era de ascendencia mortífaga. Aparte era la líder del bando. A veces el hombre tenía que volverse astuto y abstenerse para conseguir sus frutos más adelante. Ahora, Crouchs sabía las intenciones de Patrick Colt y no tendría ninguna otra arma posible para negarle la confianza. Y él estaba deseoso de volver a sentir ese ardor vibrar sobre su piel nívea. - Sagitas - negó con la cabeza -. Tanto alarde y necesitas mayoría de número para enfrentarte a Patrick Colt - ladeó la cabeza y simuló examinar su mirada. Acechaba fuertemente como una serpiente ve de comida a una ardilla. Pero había mucha similitud en esos ojos saltones y grandes, cuya miel oscura era sinónimo de inocencia, incertidumbre y, quizás, torpeza - pensé que podría jugar con tu cuerpo a placer, pero veo que hoy no nos presentamos como magos, sino como miembros del Ministerio de Magia, y tú, como miembro de la Orden del Fénix. Desvió su mirada a Taurogirl Crouchs, sonrió ampliamente y mostró los dientes. - Mucho cuidado con quien andas. Su cuerpo giró bruscamente, y tras una cúpula de humo negro, desapareció.
  15. Tenía que hacerlo rápído. El humor de mi amo aquella tarde era de espanto y no había podido salir a realizar la encomienda, y aunque él mismo me privara de cumplir con esta tarea, yo debía hacerme cargo que el Libro de La Sangre estuviera listo para el mes entrante. Puse la cena en la mesa que ya estaba lista, y giré sobre mis talones. El callejón Diagon siempre me había parecido un lugar interesante. No había hora en el día de la cual no lo disfrutara estando ahí. Pocas veces podía estar en él, pero cuando podía me sentía muy afortunado. Avancé pasos ligeros y me adentré al espíritu de los comercios, muchos de los vendedores salían al camino adoquinado para dar a conocer sus enceres a la venta o los servicios que prestaban con la intención de provocar ganancias al local donde trabajaban. Sonreí cuando logré ver a una bruja rechoncha gritar que tenía sapos saltarines a la venta. De seguro más de dos alumnos de Hogwarts o Durmstrang pasarían para comprar uno; pues los padres de familia cuyos hijos iban a Koldovstoretz preferían utilidad en las mascotas de sus hijos, y a varios con el atuendo de espavientos y lana había visto con lechuzas enjauladas. No me enteré que había llegado hasta que tropecé con la puerta del Magic Mall, al que entré para subir al tercer piso. Ahí, como siempre, me encontraba fascinado con el contenido de cada estantería, mostrador y altillos. Tenían en exhibición para la venta una alta gama de mercancía mágica muy interesante. Al llegar al sitio donde estaban los libros, tomé el rojo. Un gran siete brillaba en color oro en su lomo y me sentí dentro de un profundo trance. Lo llevé donde debía pagarlo sin apartar de él su mirada, y lo puse sobre el mostrador junto a una bolstia de galeones que costearían la adquisición de mi amo Colt. ----- ID: 34186 Nick: Patrick Colt Link a la Bóveda Trastero: 109943 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 77694 Nivel Mágico: XVIII Fecha: 2017-05-23 Nombre del producto: Libro de la Sangre Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): VII Precio: 7000 Edité para agregar el precio, por favor tomen la compra para ir ganando tiempo. Les aseguro que en cuanto me hagan puente, reconfirmo sin edición y con la plantilla.
  16. Todo había sucedido muy rápido. Patrick Colt mantenía a la mujer presa no solo físicamente, sino también del miedo. La presión que el hombre ejercía en su cuello era incontrarrestable y estaba apunto de causarle una muerte por asfixia. Eso, no era algo que el mortífago se había detenido a analizar, pero una vez lo consiguiera aunque de manera inconsciente, no se arrepentiría. Ninguna de las dos había entendido la verdadera intención del hombre gracias a sus anillos protectores, mismos que portaba gracias a que todo mago que conociera las virtudes del Libro de la Fortaleza, portaba conocer alertas a sus alrededores. Éste le había indicado que Sagitas era una potencial enemigo, por lo que presentía que en algún momento ella lo atacaría. Para un mago de cabeza analítica, hubiera sido fácil entender que Sagitas no representaba un peligro para nadie salvo que se le provocara. Pero él, era de cabeza fría, lo que le ayudaba a no sentir sensación de rechazo ante los asesinatos seriales de los cuales llevaban su autoría. Por lo que el mortífago consiguió provocarla efectivamente, y por ello, la premonición del anillo era la correcta. Ella intentó atacarle, quizás con la habilidad de algún libro que él desconocía, y que por ende no tenía la experiencia para adelantarse. Soltó su varita. No entendía qué pasaba. No porque no supiera que la pelivioleta era la causante de todo ese trance del que era consciente estaba sufriendo, sino que ella misma acababa de hacer una confesión loca, propia de ella misma, que atrajo a él una sonrisa en sus labios. La marca de la rana desapareció, Patrick Colt tomó inmediatamente su varita, se alejó de Sagitas unos seis metros, y la apuntó al pecho. - Decide, Sagitas - le respondió a la bruja con un rostro lleno de una sarcástica expresión. Su mirada sumergida en un negro acuoso, brillaba, estaba extasiado ante una posible victoria - ¿nos iremos al infierno, o con los Aurores del Ministerio? Miss Orden del Fénix - Y sonrió tan ampliamente, que fue evidente en el rostro de Patrick Colt que tanto ella, como él, estaban en igualdad de condiciones y lo sabía. Uno por ser Mortífago, y la otra por ser Miembro de la Orden del Fénix confesa. Y Tauro, Taurogirl, había visto todo ese espectáculo. Beltis debía enterarse y de ello él se encargaría. No podría verse en su rostro mayor gesto de placer que el de esa sonrisa socarrona y de su mirada astuta. * +.+ me prendo a roles consecuentes, pero que no involucren al Ministerio xD esa burocracia me va a aburrir seguro y no quiero dejarlas tiradas ni perder la trama xD pero está bueno todo, las amo! *
  17. El lugar estaba bastante lleno de gente como para que el mortífago lo pudiera tolerar. El bullicio, los murmullos, el sonido de pasos arrastrados, iban y venían de una forma absolutamente abrumadora. Aquel lugar no era tan tranquilo como estaba acostumbrado, y no se asemejaba en nada a sus aposentos dentro de la Fortaleza Oscura. Miró de un lado a otro y su mirada marrón de pronto estaba siendo abordada por un resplandor intenso como el oro. Y eso no era una buena señal. - Al parecer tu relación con Sagitas es tal, que te estás contagiando de este vago mundo asqueroso - dijo en respuesta a Crouchs -, ¿desayuno gratis? Sabes quien soy - le indicó a la bruja haciendo referencia tácita a su varita mágica. Patrick Colt no necesitaba monedas de intercambio, ni dinero, para conseguir lo que quería. La fuerza mágica lo conseguía todo. Sagitas, en su intento de turismo a través de las oficinas donde los muggles se desarrollaban, empezó una tertulia sobre unos temas que a él no le interesaba en lo más mínimo. Solo quería la certificación de aquel conocimiento en su prontuario profesional, lo que le regalaba un paso más para adueñarse de la Universidad Mágica. Esa institución también debía estar bajo el control de la Marca Tenebrosa. Avanzaron de tal manera que sus pensamientos fueron abarcando su mentalidad y el paso del tiempo pasó desapercibido. Inadvertido hasta el momento en que Sagitas les recordó la prohibición del uso de la magia. Sin embargo, más adelante, Tauro tuvo que relacionarse con una trabajadora de nombre Funcy, y tras el maltrato de la mujer, la reacción de Patrick no se hizo esperar. El hombre rodeó el cuello de Onaria con su antebrazo izquierdo e hizo tal presión que ella empezó a quejarse por falta de oxígeno. La varita reluciente y negra del mortífago salto a relucir en su diestra, la cual hundió la piel en la sien de la muggle que amenazaba. - Sabes quienes somos nosotros - las intenciones psicóticas del mortífago se veían claramente en su rostro, con ojos saltones y expresión de evidente ansiedad - tengo mucho tiempo de no ver correr la sangre, ¿sabes? desde hace unos meses que la desaparición de la Orden del Fénix fue certificada. Los maté a todos - siseó finalmente, y succionó el aire con sus labios para secar su garganta. Pero no pudo, estaba sediento y se notaba.
  18. - Piltrafa - susurró. La voz del hombre era tan ronca que ni los búhos se atrevían a ulular fuera de su habitación. Estaba amaneciendo; y prueba de ello el celaje de la pequeña sombra del papel que había achurrado y tirado en el jardín del Castillo. Los primeros rayos del sol ya se dejaban ver. Era irónico. Patrick Colt jamás se había sometido a ningún régimen, ni siquiera a los que el infierno le presentaba como un esquema de eternidad. Pero ahora, una institución del mundo mágico lo requería a través de esa nota que había desechado, pues lo citaba a un encuentro en la cafetería de la Oficina de Empleo, cercano a la Calle Peel en Londres. Tomó su varita, que de haber podido hubiera partido para canalizar la ira que sentía en el momento, giró hacia la ventana con forma de arco, y desapareció. Una sombra hizo aparición en la entrada de alguna cafetería de Londres, concurrida, conocida. Ella era anexo a una Oficina de Empleo, cuya función desconocía el hombre que se materializaba. Frunció el ceño, y volteó la mirada. A unas cuadras el letrero verde que nombraba a la Calle Peel podía observar con su mirada dorada. A pesar que él le servía a los ideales que buscaba preservar la pureza de la sangre, aquella mañana no llevaba máscara. Pero sí su gabardina oscura, negra y abismal. Lo vestía completamente, cubría sus tobillos y su cuello. Se extendía como un seductor abrazo por sus extremidades y cubría cada porción de piel y cualquier gramo de tatuajes. Ladeó la cabeza y apartó la entrada. Al ingresar al local, la muchedumbre le robó la paciencia aún más. Era un lugar bajo, en el cual debía compartir espacio con terceros. Tan solo el hecho de poder masacrarlos a todos lo hubiese llevado al éxtasis de regodearse de manera exquisita. Jugueteó con su varita, la promotora de aquella idea pagaría caro y... no, debía contenerse pues al encontrar su cabellera púrpura entre la multitud, identificó a la Líder Mortífaga que la acompañaba. Debía hacer un esfuerzo por sobrellevar lo que diría Sagitas, que hacía un tiempo atrás sus elfos estarían rastreando sus pasos en aquel parque que finalmente sería una jugarreta para desviar la atención del mortífago. - Listas para la danza de la muerte - susurró con una voz mortífera, lastimera y seductora. La crueldad teñida en su rostro contagiaba aquellas palabras y, no solo su mirada acechaba el alma de ambas, sino también su varita pendenciera y mortal.
  19. Hola, aportando a eso que dice Athena, yo lo utilicé en mi rol de manera individual. Aunque el duelo ya acabó, si lo mencioné para el turno de Lestat y en teoría tiene que también hacerme efecto, sin embargo en mi rol no menciono el trol en mi contra debido a que ya en teoría terminó el duelo entre él y yo.
  20. Las hostilidades habían cobrado vida dentro del redondel. Las luces iban y venían, embistiendo todo lo que podían con sus resplandores característicos. Destellos explotaban y eran detenidos en una danza bélica por mantener el poder y salir victoriosos. Myrddin, en su contraparte, respondía los ataques del Mago Oscuro con desconcierto sin duda alguna. Pues había mandado a su hipógrifo a volar por encima de todos los presentes, mientras que Patrick Colt había mantenido al suyo propio a su lado. En el intento del hombre por defenderse fue complicado, unas aves deambularon para intervenir la maldición del sectusempra. En efecto así lo hicieron, unas seis de ellas cayeron sobre el suelo ensangrentadas y con cortes muy graves. A los segundos, cayó el resto al lado de las primeras y juntas desaparecieron solo dejando el rastro sangriento y plumífero por todas partes. - Fenixianos - pensó mientras Lestat le enviaba una criatura marina que se adherió a su piel e inyectó su veneno en él. El dolor era agudo y le obligó a fruncir el ceño. Mientras tanto, un expeliarmus se dirigía directo al pecho de Lestat, pero su hipogrifo se encontraba volando, por lo que al momento en que su dueño lo utilizó para ir en contra de Patrick Colt, de una manera perpendicular y oblicua al rayo que se dirigía de mago a mago, provocando que Lestat resultara desarmado. - Accio Varita - dijo dirigiendo su varita a la de Lestat, misma que había caído a tres metros de Colt. Ésta se dirigió directo a la mano libre del mago tenebroso, acabando con el duelo de inmediato. El trol alcanzó a Lestat y lo acabó a pedazos. El hipogrifo de Lestat alcanzó a Patrick y empezó a lastimarlo. Golpeó y de paso mató a la avispa marina que el tenía adherido a su pecho. - Morphos - alcanzó a decir Patrick y embrujó una piedra del tamaño de una vesícula que se encontraba a su alcance, la cual tomó e ingirió pues ahora era un bezoar que erradicó el veneno de su cuerpo. Curación pensó inmediatamente para curar mientras tanto las heridas del hipogrifo que lo atacaba, hasta que el suyo propio saltó en su defensa y embistió al de Lestat. Se puso en pie, sacudió sus ropas y negó. El duelo había terminado.
  21. Aunque sí parecía que la lluvia se anunciara a través de toda la extensión del cielo, la nube que se había desprendido desde allí era vivaz. Era lo que Athena había provocado. Largos y rizados cabellos de oro danzaban al compás del viento primaveral, acompañando la mirada azul que se perdía en los detalles de la plaza donde el olor a otoño era bastante perceptible. Giró sobre sus talones como si añorara el verdor que la rodeaba, pensativa en si aquel pequeño redondel sobreviviría a la embestida de sus invitados. La nube negra que había caído desde el cielo impactó a un lado de un banco de madera. Inmediatamente sus gases oscuros se disiparon en dirección al suelo, provocando una falda traslúcida alrededor de Patrick Colt, que desapareció a sus pies. La aparición del hombre reveló sus intenciones: una larga varita negra era empuñada en su diestra, su tosco gesto en el rostro era repelente y su característica gabardina a juego lo vestía por completo. Aún así, una mediana y paradójica sonrisa en sus labios lo convertía en un ser desconcertante. Las palabras de la rubia eran bastante claras. Patrick Colt escuchó sin emitir juicio alguno. Avanzó dos pasos, levantó su varita en contra de Lestat justo antes que el hombre desapareciera de su visión. Recordó el llamado de Athena y aquellas criaturas que había citado. El mortífago se dirigió al hipógrifo café inmediatamente. Era un hipógrifo robusto, de patas adustas y brillante crin. Sus alas, unas enormes, agitaba de manera que el aire no podría quedarse quieto bajo ellas. Aunque al hombre no le parecía adecuado que los magos fueran asiduos compañeros de las criaturas, era su deber demostrar que el dominio del libro había sido sencillo para él. Acarició al animal con su mano zurda unos segundos, mientras la acción en la que Lestat habría desaparecido cesara, y pudo ubicarlo nuevamente a ocho metros de distancia de él. Estuvo también interactuando con el hipógrifo hasta que la bestia se entregó al hombre, al igual que el hipógrifo café a Patrick. Sin embargo, y como era sabido desde siempre, la movilización no era una vía para evadir ataques de duelos mágicos, por lo que su hipógrifo se elevó solo, sobre su cabeza. Por su parte, el anillo de amistad con las bestias en el dedo anular de su zurda, tuvo contacto con su hipógrifo café, y lo ayudó a dominarlo al punto de mantenerlo a su lado para lograr utilizarlo más adelante. En tanto, Patrick Colt atisbó su mirada marrón, alzó su varita en contra de Lestat, quien se encontraba en frente, y susurró: - Sectusempra - El rayo plateado estalló desde la punta de su arma mágica, el cedro oscuro fue testigo del flujo de luz que salió despedida hacia el pecho del hombre, que de impactarle, provocaría en él múltiples heridas mortales. - Expeliarmus - y nuevamente de su varita se botaron luces, esta vez de color sanguinario, que de impactarle a Lestat, haría que su varita volara cinco metro delante suyo, colocándolo a tres de Patrick, a disposición del hombre para acabarlo.
  22. Es una circunstancia muy abierta, porque hay los romperoles que lo tiran al borde completamente. Me pasó reciente con un jugador, que posteó en el rol sin antes haber leído nada y en su rol se notaba claramente que estaba a destiempo. Yo lo que hice fue pasar de él olímpicamente. Sé que no es lo adecuado, pero toca muchas veces hacer esto. Otras veces, he intentado acoplarlos al rol sin decir nada para que se acondicione a las circunstancias. Si es un buen jugador de rol, con el solo rol entenderá cómo encaminarse. Pero depende de la circunstancia, y a veces, si sabes que es un jugador de rol dispuesto a entender. Buena iniciativa mi Sagi!
  23. En cambio para Patrick Colt, las Artes Oscuras sí tenían una definición, y más allá de ella, un sentido y un placer en su práctica. La fresca brisa que corrió libre después de varios minutos de tensión, se apoderó de su cuerpo entero a modo de escalofrío. Sus dedos intangibles se multiplicaron por cada extremidad a través del torso, dedicándole esa confirmación de que tenía sus músculos relajados luego de aquella alucinación; que cada vez que le daba la gana se volvía una cruda e intensa realidad que terminaba haciéndole sostenerse de su propio pecho, de su propia alma, y rogando por su vida. Esos momentos de debilidad lo hacían vulnerable, característica del hombre que jamás alguien había podido ver en carne propia. Sin embargo, era una escena que se repetía día y noche en la más oscura intimidad en la que Patrick Colt se sometiera para que las persecuciones del rey del averno fueran no solo exitosas, sino mas bien nada mediáticas. Al sacudir un poco su cabeza, pudo notar la expresión introvertida de su compañera de cátedra. Era tosca, mal intencionada, y si hubiese tenido a bien sus sentidos fortalecidos, habría logrado analizar que Madeleine escondía algo. En ese momento no lo entendería y tampoco se iba a detener para interpretarlo, tenía mucho por hacer aparte de contribuir al desarrollo de la clase; como por ejemplo anteponerse a los deseos carnales de Satanás en ese preciso momento en que una miembro de la Orden del Fénix lo tenía a su merced. Y si ella estaba nerviosa, o a la expectativa, o asqueada por su presencia no lo iría a notar, porque adicionalmente la quietud de la mujer era irrevocable y repelente. El olor a abandono subió por sus narices nuevamente, indicándole sin emitir sonido alguno, que debía retornar a la clase. Había olvidado inclusive que no llevaba su varita en medio de una clase de Artes Oscuras, que a simple oído sonaba bastante práctica; y nuevamente opinó: - Me atrevo a decir que la hematomancia radica en alguna habilidad predictiva en base a la sangre, no estoy seguro delt odo, pero lo que si puedo asegurar es que el elemento transforma a esta habilidad en otra Arte oscura - e invocó su varita tras sus palabras, una alargada y fina vara de cedro negra que lo obligó a observar a Moody de reojo.
  24. En efecto, el libro en su interior traía dos destellos de luces que se alzaron en el aire para rodear al mago tenebroso. Extrañado, frunció el ceño al ver cómo ambos tintos de luces deambulaban alrededor. Eran como dos ardillas que volaban y jugueteaban entre ellas mismas, se pisaban, se empujaban y finalmente se estrellaban contra el pecho del hombre. El impuslo llevó a Patrick Colt a alzar su mano contra su pecho, donde ambos destellos parecieron pertenecer. El cálido lengüetazo calentó la palma de su mano y abrió el puño que con ira parecía intentar arrancarlas. Pero les pertenecía, Patrick Colt era el dueño de aquestras auras que no tenían ninguna intención de abandonarlo. Al abrir la mano, sobre su dedo anular un lazo luminoso siseó. Para su pecho, otra serpiente de luz, más gruesa aún, rodeó su cuello. Sin pedirlos, las propiedades del Libro de la Fortaleza lo habían dotado de elementos poseedores de una magia defensiva, curativa, y de utilidad, magia que El Cardenal de la Muerte no había pedido pero de la que no estaba poseído. A los pocos segundos, un collar de oro con un dije que para él, había adoptado al forma de una luna. Dicha luna brillaba en sobremanera producto de su material: topacio amarillo y reluciente. Resplandecía como una estrella. Dicho amuleto iba a juego con el anillo en su anular. - Interesante - solo alcanzó a decir, bufó aburrido. Lestat era un mago conocido por él, y no podía creer que aquella sesión estaba contenida en su mayoría por Miembros de la Orden del Fénix, el rostro de Rambaldi lo reconocía a leguas de distancia; mal trecho y sufriendo en los antiguos pasillos oscuros como calabozos de la prisión mortífaga Nurmengard; y él, precisamente Patrick Colt, era quien lo había torturado hasta casi enloquecerlo. Aquel recuerdo le robó una sonrisa de burla.
  25. Nick: Patrick Colt Conocimiento que quiere dar: Leyes Mágicas Motivo: Rol, galeones y más rol. Cargos y responsabilidades desempeñadas con anterioridad y actualmente en el foro: Nunca me ha gustado esta parte, pero para que me critiquen de egocéntrico ahí va: Ex-Miembro del Wizengamot, Ex-Líder de Bando, Ex-Director y creador del Departamento del Cuartel General de Aurores, Ex-Jefe del Magic Mall (cargo rolístico), Ex-Fiscal Mágico, organizador y presentador de los HL Awards 2010, profesor de la antigua Academia de Neutrales (Generales, Duelo Básico, Duelo Avanzado, Bando y Perfil), etc. Estado del plan de estudio: En proceso.

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