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Ashley Peverell

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Todo lo publicado por Ashley Peverell

  1. EIT. Me dijiste que esta era tu familia ¿verdad?. Entonces, ¿crees que puedas añadirme de una vez? Ya sabes, como tu hermana pequeña, dulce e inocente que quiere tener en tu castillo o mansión una habitación llena de peluches de pokemon, sus pokebolas y mis cosas ya que no creo que pueda abrir el viejo castillo Ketchum y mantenerlo. Y creo que dijiste que aquí son dos líneas para no hacer spam y creo que ya las he llenado, así que me avisas que te dicen.
  2. Una niña rubia llegó corriendo para ver los alrededores e intentar localizar al elfo de su hermana mayor que según le habían dicho que se había ido a colar a una librería por lo que Hayame deseaba que le diese un vistazo y que mantuviera los ojos en este en caso de que el pobre se fuera a perder, después de todo se trataba de una criatura mágica muy anciana y cualquier accidente podía ocurrirle. La jovencita abrió las puertas y se permitió ingresar en el sitio aunque comenzó a toser en cuanto traspasó la entrada. Hayame no exageraba: era por demás evidente que aquellos sitios estaban casi abandonados, si acaso mostrando una poca de vida o recuerdos de esta en las esquinas o por los rastros en el suelo que indicaban que al menos hacia poco alguien había ido a visitar el negocio. Se dió una vuelta en el mismo punto con la boca levemente abierta.
  3. La cría observó por unos momentos a su hermana y sonrió ampliamente y una sola vez por el cariño recibido de parte de la mayor de las dos que parecía intentar inculcarle animos de alguna manera para que no pasase por un momento triste. Los ojos grandes de la chica vieron por unos momentos a la vampiro y entonces se acercó al recibidor y apoyó los dedos de las manos en el borde de la fría mesa detrás de la cuál se suponía que debía de haber una persona para poder atenderlas y que sin embargo, solo las regalaba con el vacío de la nada. ¿Las arrestarían acaso si ambas decidían colarse a los pisos superiores tomando una de las llaves del otro lado del mostrador y buscaban su propio cuarto presidencial? O suite. Una mirada de la bruja más alta le indicó que era una pésima idea por lo que la rubia tan solo extendió una mano tanto como podía para alcanzar la campanilla que estaba un poco más allá y sin dilación inició un timbreo continuado y seguido, subiendo y bajando la mano rápidamente para que el sonido fuera más intenso. Quizá con eso llamaría la atención de alguien.
  4. Los ojos de la chica rubia se entornaron pensativos y por primera vez dejó ver un gesto serio que cubría su normalmente luminosa mirada. Solo se encontraba de pie al lado de su hermana, aguardando a que alguien fuese a atenderlas para darles un cuarto donde descansar pero parecía que incluso el personal se había guarecido de la temporada de invierno por lo que no eran visibles ni siquiera en lo que pensarían sería los puestos de trabajo normales. -En verdad que las cosas han cambiado ¿cierto Haya? Estaba segura de que a su hermana mayor le preocupaba la ausencia del alma, la pérdida de la voluntad o de la luz de los habitantes del lugar. Recordaba como en una platica de muchos años atrás su hermana mayor le hubiese contado sobre una visión de esa clase de futuro pero no esperaba en verdad ser testigo de algo como eso con sus propios ojos o que ocurriese justamente en su época. A pesar de su verdadera edad, la rubia se consideraba muy joven.
  5. La niña abrió mucho los ojos y pareció comenzar a boquear ante el atrevimiento de aquel sujeto calvo que no parecía sentir ningún agrado por ella. Pero claro, lo conocía de los retratos en aquel castillo que tenía muchos libros e información de los magos malvados ¡era el terrible Voldemort, el sujeto que asesinaba personas indiscriminadamente! Se puso de pie con aire ofendido y alzó la cara para mostrarle orgullo. -Pues no lo siento señor, porque mi hermana es una persona cariñosa aunque a veces algo gruñona que tiene gran cariño por sus amigos y familiares y nos protege de todo mal, como lo es usted Movió la cabeza de manera afirmativa para voltearse después a ver al elfo y sonreírle con gran cariño y unos ojos tiernos que pocas brujas podían imitar. Que cuando se trataba de convertirse en un rayo de sol, la bruja rubia sabía que era su máximo poder y que podía explotarlo de forma muy personal. Además, quería mucho a los elfos domésticos. -Eres muy amable querido Czésar Se tomó los bordes del vestido e hizo una venia a la preciosa criatura mágica.
  6. La niña de largos cabellos rubios y enorme moño rosado aún seguía con los brazos cruzados pero no por eso no volteó a ver a ese hombre de nariz en forma de gancho que parecía no estar muy contento con su presencia. Bueno, en ese caso eran dos con un sentimiento de incomodidad al tener que estar apretados en una pintura bastante vieja, al grado que la niña sentía como si le estuvieran saliendo arrugas cada cierto tiempo y eso la preocupaba verdaderamente, no quería terminar con la apariencia de una abuelita para los hijos de su hermana sobre todo pensando que la mayor era una vampiro y por lo tanto siempre lucían jóvenes. Ahora se preguntaba si su hermana era de esas criaturas que bebían sangre de mujeres vírgenes para permanecer lozanas. -Solamente quiero que giren la pintura, deseo volver a hablar con mi hermana Aclaró la bruja emitiendo una respiración sonora al sentir como si comenzara a ahogarse dentro de las oscuras formas del lienzo. No le gustaba, ni siquiera un poco el hecho de tener que esperar como todos a ser atendida. Que no era solo una visita ¡era la hermana menor de la dueña! En pintura. Obvio.
  7. Una voz volvió a brotar de los cuadros en el piso de abajo donde algo golpeteaba de forma insistente ante el lienzo que se había girado por lo cuál, la niña rubia ya no podía ver nuevamente la casa de su hermana. Y eso la hacía enojar en cierta manera puesto que no había un motivo que ella sintiera justo como para verse colocada en esa situación. -¡Hermana! Gritó la niña en vestido rosa aunque fuera solo una pintura encantada no se sentía contenta, sobre todo porque cada emoción la extendía hacia su versión real que dormitaba cómoda y fresca sobre uno de los sillones del castillo Ketchum que en verdad lucía triste y abandonado por el deterioro. Esperaba que Hayame pudiera ayudarla a recobrar su casa, siempre los ayudaba a todos. ¿Porqué sería diferente con ella? Haciendo un gesto donde inflaba los cachetes y se cruzaba de brazos, la niña pequeña se sentó en el suelo cruzando las piernas de manera que las faldas caían grácilmente sobre sus rodillas mientras tapaba con esto cualquiera indiscreción. @ ¿así se llama a la gente? @
  8. Ashley sonrió enorme y casi pareció convertirse en un sol a pesar de la oscuridad que las rodeaba. Ya por su cabello siempre parecía ser una luz en medio de la noche pero en ese instante debido a su alegría todavía relucía más. Su hermana se estaba portando bien con ella, seguramente algo quería pero no lo averiguaría en ese lugar por lo que tendría que preguntar en el hotel. Además, ella dijo que conocía a los dueños por lo que pikachu probablemente podría dormir calientito en sus brazos y en una gran cama como las que solían aparecer en los programas de los famosos. En verdad quería tratar de ver si alcanzaban a rentar una habitación estilo princesa. Eso era ser algo mala con Hayame pero le debía eso por arrastrarla hasta unas albercas vacías y unos juegos que aún estaban apagados. -¡Gracias! Dijo con entusiasmo regalándole un abrazo a su hermana para al siguiente momento caminar a su lado tomándola de la mano para llegar pronto al edificio.
  9. Esta vez fué Ashley la que levantó una ceja mientras se cruzaba de brazos por la energía exagerada que salía de su hermana que era evidente se había puesto muy nerviosa. No era la salida que le había prometido y tal vez las hormonas del embarazo que al parecer tenía la estaban empujando a complacerla o al menos a intentar remediar el haberse equivocado. Y ni siquiera parecía saber en qué día andaba la pobrecita. -Ya no es navidad ¿sabes? La rubia se talló un ojo para después volver a ver en dirección de lo que ahora se enteraba era un hotel para los magos y brujas que iban a aquel parque, por lo que solo volteó a verlo unos segundos antes de volver a hablar. -¿Son pet friendly? Preguntó colocándose un dedo sobre los labios -Ya sabes, por que tengo a pikachu conmigo y no me gustaría que nos corrieran solo porque él va conmigo. Dijo.
  10. -¡Hayame! La pequeña corrió en dirección de su hermana mayor que se había adelantado en lo que le había prometido que era un gran parque de diversiones pero que al parecer por la época del año estaba más que cerrado. Los ojos de la chica se movieron por todas partes pero un silencio sepulcral lo llenaba todo y eso le producía sentirse profundamente incómoda por lo que se abrazó a sí misma. -Oye, esto no parece lo que me prometiste Se quejó un poco pero bueno, era culpa de la bruja más alta por no haber revisado con tiempo las fechas de apertura aunque a la distancia había un par de edificios iluminados que apostaba si tenían personas en ellos.
  11. El ruido hizo saltar a la jovencita que no se esperaba semejante estruendo cuando recién acababa de entrar a la tienda que ya bastante oscura se veía por el tiempo en desuso. Inmediatamente sacó a su pequeño pikachu que sacudió las orejas y pareció tan sorprendido como la rubia y esta en un acto de seguridad, se agachó para tomar al pequeño animalito entre sus brazos. -Tranquilo, estaremos a salvo Aseguró para después comenzar a dar varios pasos tímidos en dirección de la parte de atrás pero antes de poder avanzar demasiado unas flores muy grandes salieron de la nada y comenzaron a ondear sus pétalos gigantes en su dirección. Era evidente que no querían que cruzara más alla de lo que estaba permitido para los clientes pero como quiera la habían asustado. -Ah!! Gritó con fuerza y miedo.
  12. Aquella noche a la chica le apetecía comprar un pequeño ramo de flores y quizás hasta una maceta con rosas para poderlas llevar a la casa de su hermana. Esa casita ya casi destruída que le pertenecía al maestro de pociones y que por algún motivo que ella no alcanzaba a vislumbrar había heredado la bruja de cabello rojo. Era hora de que alegraran un poco esa estancia. -Pikachu, ¿tú crees que haya alguien en esta tienda? Preguntó la jovencita adentrándose a través de la puerta envejecida para después comenzar a toser debido al polvo y los aromas que llegaban hasta su nariz. Era tan extraño y tan picante, no olía a nada de lo que se había imaginado y eso no le parecía apropiado de un negocio que se hacía llamar "Floristería" porque de ese tipo de plantas no parecían tener muchas.
  13. Se vió una gran explosión al lado de donde la bruja se había recargado y es que la jóven Ashley sin dudarlo al siguiente momento se había guardado la pokebola y con gran agilidad ahora enarbolaba la varita rosa que con tanto cariño le habían fabricado. Una varita que refulgía en oro y que dejaba escapar el dulce aroma de las flores pero que era capaz de ser letal si así lo proponía su feroz dueña, que lo que tenía de amable y bella también lo tenía de peligrosa. Los ojos miel castaño de la jóven parecían brillar con gran poder conforme el humo se levantaba desde el mostrador que se reducía a astillas y cenizas. -Me disculparé con la dueña cuando termine con esto Aseguró con un tono enojado pero que al mismo tiempo pretendía ser educado. -Ahora dime ¿quién está jugando? Retó con firmeza.
  14. Los ojos de la muchacha se abrieron mucho por las palabras que salían de la mayor de ellas y que solo reflejaban un desprecio bastante evidente para todos hacia su querido pokemón. ¡Ese precioso pokemón que para ella significaba un gran amigo que la protegía de todo! Se hizo hacia atrás soltando a la bruja de cabello rojo y con expresión de enojo se llevó la mano a la cintura para tomar la pokebola de su amigo y la apretó con fuerza, sabiendo que estaba a segundos de armar un verdadero problema. -No es una mascota ¡es mi mejor amigo! Exclamó y se enderezó aún señalando con su pokebola en dirección de su hermana. A veces era más que obvia la diferencia entre la luz y la oscuridad por causa de ambas. -¿Quieres que te muestre su gran poder?
  15. -¡Hermanota! Una chica había llegado corriendo por detrás de la más alta y antes de que esta pudiera decir nada para quejarse o siquiera para retirarse de su agarre, la menor de las chicas tanto en edad como en estatura se prendió de la cintura de la pelirroja y se dispuso a observar todo desde la seguridad que tenía en el sitio. Después de todo nada mejor que un peligroso vampiro come sangre para alejar a las personas malas o que busquen hacer daño. -¿Qué lugar es este? Preguntó con sus grandes ojos impresionados. No le parecía que fuera uno de los negocios de su hermana ni por poco a pesar de que también se veía abandonado. Para nada, aquel estaba mucho más limpio de lo que su hermana solía tolerar. A Hayame si le gustaba el mugrero.
  16. -Un mango dices Dijo la rubia mientras que sus gestos cambiaban a uno de dudas, no se hubiera esperado ni en cien años que su hermana tuviese por patrono de un hospital para magos a un mango. Bueno, sabía que las frutas eran nutritivas y que una manzana al día mantiene fuera al doctor pero de ahí a convertir la fruta en símbolo de la buena salud mágica ¿en verdad?. Bueno, no era su negocio así que tampoco podía opinar al respecto siempre y cuando parte de las ganancias ella pudiera cobrarlas también. -Me pareció ver un retrato de un frutero por tu casa vieja, deberías intentar buscar ahí Dijo con expresión pensativa.
  17. Una cabeza rubia cruzó las puertas del negocio o como fuera que lo llamara su hermana, al menos ese no se veía como una tierra de ruina y desgracia pero su pequeño pokemón y fiel seguidor le había informado que podía encontrarse con la bruja pelirroja en ese hospital por lo que no tuvo dudas de que era ahí a dónde debía de encontrarla. Por supuesto que no se esperaba el escenario que tenía delante ya que solo cruzar las puertas y pudo detectar a su hermana que comenzaba a reclamar algo sobre una pintura que debía de estar justo en la entrada. Levantó la mirada para intentar localizar al susodicho sin éxito. -¿Acaso también tiene una pintura gigante de quien no debe ser nombrado en un hospital? Soltó dudosa
  18. -¡Oh! La chica abrió mucho los ojos ante la sorpresa de la figura regia que se mostraba por delante de ella pero que de todas maneras mostraba un gesto irritado que no era acorde a lo que conocía del mago anciano que tanta inspiración diese a generaciones enteras de magos y brujas. Se rascó la cintura donde llevaba sus pokebolas y mantenía la varita rosa claro con adornos de flores tratando de encontrar un sentido. -¿Es para que no te arresten? Preguntó casi dejando ver algo de preocupación en su tono de voz después de todo, no quería que alguien fuera a hacerle daño cuando recién se habían reunido. Y Hayame era casi un pasaporte a regresar a su casa cosa que tenía muchas ganas de hacer. Aunque ahora ya no fuese un castillo si no una casita destartalada y literalmente en ruinas.
  19. -De manzana No quería ser así de cortante pero era demasiado divertido ver a la bruja de poderes malévolos cuando se estresaba por su presencia. Sabía que toda su luz a veces le era insoportable pero bueno, por algo los vampiros le rehuían a la luz del día y ella misma siempre se había clasificado como un ser por demás luminiscente. Dejó escapar una risa cantarina mientras que se apoyaba en una mano con elegancia. -Pero yo sé que me amas y amas mis visitas Dijo -Sabía que necesitabas de mi así que hice espacio en mi apretada agenda como líder de gimnasio para venir a Se interrumpió y observó los alrededores. -¿Comprarte algo? uf Hayame, ¿cómo puedes tener semejante nivel de descuido en todas tus cosas? ¿no tienes a nadie que te regañe? además, no me has respondido lo de Dumbledore
  20. -Aún La joven ingresó en aquel sitio y se cubrió suavemente la nariz con un pañuelo debido a los vapores de alcohol y demás espíritus que podía olfatear en el lugar. A ella no le gustaba mucho el alcohol, en realidad no le gustaba ninguna bebida de ese tipo pero no le sorprendía que por el contrario la mujer de mayor edad si fuese más dada a probar aquellas cosas. La rubia prefería el té y los buenos jugos naturales. -Otra vez hablando con retratos parlantes Se rió la chiquilla caminando hacia donde se encontraba la más alta para terminar por acercarse una silla de madera que primero sacudió con un pañuelo, de forma que podía evitar el ensuciarse el bonito vestido amarillo. -¿No solías tener un Dumbledore antes?
  21. La niña entornó los ojos con frialdad al verle quitado ese juguete. ¡En verdad su hermana la creía débil e incapaz de alzar una herramienta como aquella! era injusto pero bueno, al mismo tiempo no era una cosa que las señoritas recatadas debían de tener entre manos. Se las observó un segundo y su rostro pasó a uno de asco al verse grises y polvosas las dos manos a lo que trató de sacudirlas en el aire, no se limpiaría en su vestido ni aunque la vida dependiera de hacerlo. Recibió el trapo de las manos de Hayame y lo vió unos segundos antes de preguntar. -¿Sacudir? Hizo un fuerte sonido con la nariz. -¿Sólo crees que sirvo para eso? Por la expresión de su hermana podía decir que estaba asustada. Pero al siguiente momento sonrió y pareció más alegre que de costumbre. -¡Me gusta esa idea! vas a ver que te dejo todo reluciendo en nada, esta es mi especialidad. Aseguró con una mirada decidida y corrió a las mesas más cercanas dispuesta a cumplir con su labor de dejarlo todo como debía de ser para un negocio de abogados. -A cambio, quiero que me adoptes en la familia Snape, ya que parece que no puedo tener mi propio castillo otra vez
  22. La chiquilla dió un grito de sorpresa al recibir tan pesado artefacto y después le dirigió una mirada molesta a su hermana que seguía pareciendo alguna especie de anciana con tanto polvo blanco sobre la roja cabeza. ¿Qué se creía, que era alguna clase de criado que obedecería sus órdenes sin quejarse y que era un señor plomero para tumbar paredes?. De todas maneras suspiró y alzó como si nada el enorme martillo para descansarlo en uno de sus hombros y andar hacia una pared que tenía cerca y donde unos cuadros muy viejos y tan destartalados como el propio edificio se deslucían por el paso del tiempo. Parecía que su hermana gustaba de puros lugares anticuados y semi caídos. -¿Quieres que tumbe esta? ¿Estás segura? Dijo mientras que ahora usaba las dos manos para balancear el pesado martillo con todas las intenciones de en verdad ayudar, para eso había ido después de todo. Y si quería que derrumbara eso ¿quién era ella para negarse a divertirse un poco?.
  23. -Tienes un negocio muy feo hermanota Una niña rubia de ojos marrón claro había entrado al viejo edificio y observaba los alrededores con un gesto inquisidor y reprensivo a pesar de que sabía que aquello no le iba a hacer ninguna gracia a la más alta que ya estaba cubierta de polvo como si fuera nieve. Se rió al verla tan polvosa aunque dado que la mayor era de piel blanca tampoco era como que se viera extraña. -Luces graciosa, deberías usar seguido el polvo para maquillarte Volvió a reírse para después darle una vaga mirada a los alrededores sin dejar de sonreír pero al mismo tiempo dejando ver lo que opinaba de un sitio tan sucio y maltratado. -Así que este es tu famoso negocio de abogados
  24. La más joven emitió un grito desde la parte de atrás del cuadro donde la habían dejado apretándose con el sujeto de cabello negro que parecía de muy mal humor y que ahora se iba casi plantando pies por un extraño túnel que la rubia imaginó que era para que las pinturas pudieran visitarse entre ellas cuando estaban aburridas. Ashley Ketchum no era una chica mala pero tampoco permitía que la gente la maltratara así que aunque su otra hermana no podía verla, sacó la lengua con los brazos estirados a los lados y los puños cerrados. -¡Tonta! Dejó salir con fuerza sin saber si la habían escuchado o si había sido ignorada. Cualquiera de las dos maneras no le importaba un rábano pintado, pronto se apersonaría en esa casa y ya verían las personas cuál de las dos era más salvaje. No importaba que su hermana fuera un mago oscuro, ella se encargaría de hacerla pagar un día de esos.
  25. La chiquilla se sacudió las faldas unos momentos y la ratita amarilla saltó sobre su hombro dejando salir un fuerte PIKACHU al tiempo que movía sus encantadoras orejitas. -No tiene nada de malo ¿no es éste método el más sencillo? Levantó la cabeza para ver a la bruja que no parecía muy feliz de verla en su casa al menos, en pintura ¿quién la entendía? se suponía que la adoraba -Tú me enviaste una invitación a venir Dijo mientras que desde el cuadro pintado levantaba una hoja de pergamino con el sellito de los Vladimir en cera roja apretada, imaginándose que la mayor no recordaba que le había escrito esa carta para que fuera a verla ¡y ella que se tomaba las molestias! la haría pagar el precio del cuadrito mágico con el que estaban pudiendo hablar. -¿Qué pasó con tu castillo? Movió la cabeza hacia los lados abriendo mucho los ojos por la sorpresa de ver tanto polvo y manchas por todas partes, definitivamente no se parecía en nada al precioso castillo que ella tenía o su hermana. Casi le caía la boca hasta el piso de la impresión. -¡Mi sobrino Akira no puede vivir aquí! no cuando quiero casarlo pronto

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