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Ashley Peverell

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Todo lo publicado por Ashley Peverell

  1. La chiquilla se quedó viendo como su hermana mayor pasaba de largo para retirarse con aquella bruja que tenía una forma de lenguaje que en gran parte era muy parecido al de la hechicera vampiro y al escucharla llamarla sobrina le hizo abrir mucho los ojos con una gran sorpresa ante las posibilidades de lo que aquello podría significar de igual manera. -¿Soy tía? Preguntó al aire para después llevarse las manos abiertas hacia los lados de las mejillas al tiempo que su expresión cambiaba para mostrar un poco de miedo ante esas posibilidades. -¡Pero si soy muy jóven! Exclamó. -¡No puedo tener arrugas cuando soy una flor lozana y pequeña, con los pétalos meciéndose en la suave brisa de mis años más primaverales! Gritó de manera aguda con fuerza sin pensar que tal vez asustaría a la hechicera a su lado y que parecía realmente una mezcla de severidad y de algo que no alcanzaba a descubrir todavía.
  2. Ashley Ketchum suspiró con alivio y sonrió encantadoramente como tenía acostumbrado hacer ante la tranquilidad que le daba el pensar que no iban a ser castigadas o encerradas por aquellas personas especialmente cuando ya habían llegado más personas que seguramente las iban a ayudar o que al menos, por el tono de voz de la que acababa de llegar, tampoco estaban muy dispuestas a aceptar que las cosas se saliesen de control. Se rió un poco con gracia y con aquel encanto que relucía como mil rayos de sol lo que dejaba ver que las estrellas que la rodeaban para resaltar su hermosura y ternura infantil. -Me alegra que las cosas se hayan solucionado entonces. Caminó con gracia y soltura para dejar las ropas de su hermana y entonces moverse por un lado de esta de manera que ya resultaba visible a las demás mujeres pero entonces se dió la vuelta de golpe para con su sonrisa y sus brillantes ojos de infantil alegría, observar a la mujer de curioso cabello. -Mi hermana mayor habla mucho de usted. Aseguró para después tomarse los bordes del anaranjado vestido e inclinarse con una pierna por delante a la usanza de las viejas costumbres que tenía muy bien arraigadas. -Soy Ashley Ketchum Se presentó con un tono de voz ligero.
  3. Buenas noches, quisiera aprovechar para poder matricularme al colegio en Quinto Año y poder conseguir las cosas que me hacen falta. Gracias. Nick en hl.org: Baby Catwoman Nombre: Ashley Ketchum Casa de Hogwarts: Gryffindor País: México
  4. La rubia continuaba aferrada a las ropas de su hermana aunque no estaba muy segura de qué o de quién la protegia al menos hasta que recordó a los dos hombres que querían llevárselas a alguno de los pisos donde según escuchó a la mayor de las hechiceras presentes era a dónde solían enviar a los locos del país. Tembló solo de imaginarlo, ella no estaba loca y no quería pensar en sus últimos momentos de vida angustiada por que la habían encerrado en una habitación con muchos colchones y nada de color. Ahora se preguntaba el porqué de que no pusieran algo de vida para las pobres personas enfermas, seguramente que unos tonos pastel les alegrarían mientras estaban en recuperación y ayudaría a que sus mentes fuesen más tranquilas y seguras. -Hayame. Los ojos grandes de la pequeña buscaron a la hechicera vampiro que parecía discutir acerca de una recién llegada que la rubia había visto anteriormente en la taberna del pueblo. -¿Nos van a castigar?
  5. Buenas noches, vine para hacer la petición de que se pueda abrir mi bóveda y ya está colocada para que la puedan aprobar. Estoy muy agradecida. -Nombre de la Bóveda: Bóveda de Ashley Ketchum -Link a la Bóveda Personal: Bóveda -Trámite a Realizar: Tópico de registro
  6. 1.- Link al tópico de su ficha de personaje: Ashley Ketchum 2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el usuario: 3.- Link del tópico de registro de sus familias: Familia N° 1: Peverell Familia N° 2: Potter Blue 4.- Link a las bóvedas de sus familias: Bóveda Familia N° 1: Peverell Bóveda Familia N° 2: Potter Blue Saldo en Bóveda previo a la Migración 2021: 59505 G
  7. La rubia de grande moño rosado continuaba asomada por las ventanas de aquella mansión a la que se suponía que ahora pertenecía pero le seguían ganando la verguenza y la pena porque no se había presentado de forma adecuada además de que se había olvidado de comprarle un obsequio adecuado a quien ahora también era su hermana mayor y se le veía herida en el sofá. ¿Cómo podía presentarse sin verse repentina? Suspiró como cuando las chicas se enamoran de ese primer amor en primavera y se colocó en una posición más cómoda de puntillas sobre los dedos de los pies de forma que sus pequeñas zapatillas se doblaban un poco aunque esperaba que a pesar del mal trato estas no se maltrataran mucho. Además ese hombre se veía xtraño y su hermana la hechicera vampiro no se veía nada feliz al respecto de lidiar con éste. ¿Sería muy peligroso si entraba y los interrumpía? Alzó una mano y dió un par de pequeños golpecitos en el cristal desde el que se asomaba esperando que al menos el elfo de su hermana mayor pudiese verla.
  8. -¿Tengo visitas? La niña de cabellos dorados se talló rápidamente los enormes ojos sin percatarse de las molestias que probablemente le estaba causando al señor a su lado pero que de todas maneras había tenido la gentileza de no correrla de aquel cuadro de pintura mientras que ella se enderezaba un poco para ver hacia el frente, apretando un par de puños cerca de su rostro sin dejar ver ya más lágrimas de las que ya había dejado salir. -Hermana, me has dejado abandonada. Se quejó la Ketchum para al siguiente momento mover la vista a los alrededores de aquel bonito y agradable salón, aún desordenado por lo que seguía insistiendo en que su hermana debía de hacerse una mujer un poco más apegada a la limpieza pero lo que no se esperaba era finalmente tener frente a frente a la famosa Sagitas. Aunque en realidad ella era solo una pintura en esos momentos, era lo más cerca que se había visto de la hechicera de la que su hermana mayor hablaba tanto. -¡Ay! Soltó poniéndose de pie para empezar a sacudirse las enormes y amplias faldas anaranjadas y luego inclinarse hacia delante como su hermana mayor la había educado. -Ashley Ketchum, es un honor señora Sagitas Potter Blue.
  9. Datos Personales: Nombre del Personaje: Ashley Ketchum Sexo: Femenino Edad: Jóven Nacionalidad: Británica Familia(s): Familia Peverell (Matriarca) Familia Potter Blue Padre(s) Sanguíneo: --- Padre(s) Adoptivos: --- Trabajo: Jefe de oficina en el área de Desmemorizadores para el Departamento de Accidentes bajo el mando del Director Matt Blakner Poderes Mágicos: Rango Social: Unicornios de Bronce Bando: Neutral Rango dentro del Bando: --- Hechizos adicionales: Criaturas controlables en asaltos y duelos: Habilidades Mágicas: * Habilidad 1 * Habilidad 2 * Habilidad 3 Conocimientos Especiales: Encantamientos Cuidado de Criaturas Mágicas Estudios Muggles Medallas: * * * Perfil del Personaje: Raza: Humana Aspecto Físico: Soy una chica rubia con caireles, de aspecto dulce e infantil con grandes ojos castaños y un vestido anaranjado amplio, mi cabello está adornado con un extenso lazo de moño rosado y soy aún más bajita que mi hermana mayor. Cualidades Psicológicas: Soy tierna, amable y dulce pero con un carácter de mucha energía. Historia: Nació de una familia de maestros pokemon y en cuanto pudo cursar Hogwarts llegó a Ottery para construir el castillo Ketchum pero debido a malas causas naturales se reconstruyeron las demás casas del pueblo y su anterior hogar quedó destruído. Iba a formar parte de la Órden del Fénix a la cuál apoyaba y le gustaba, llegando a ser aspirante durante la época de su primer madre adoptiva que fuera líder pero después, solo quedó siendo aspirante y no pudo unirse al grupo que tanto quería. Ahora que está de regreso se ha unido a la familia de su hermana mayor y de una de las hermanas de la hechicera vampiro para poderse unir a todos y ser parte de una familia todavía más grande. Pertenencias: Objeto Mágico Legendario: Elfos: * Elfo 1: -- * Elfo 2: -- Licencias, Tasas y Registros: Licencia de Aparición: Obtenida Licencia de Vuelo de Escoba: Obtenida Registro de XXX: Personajes Secundarios: * Personaje 1 * Personaje 2 * Personaje 3 * Personaje 4 * Personaje 5 Otros Datos: Otros datos: Cronología de cargos: Premios y reconocimientos: Links de Interés Referentes al Personaje: Link al Perfil de Comprador MM: 344 Link a Bóveda Personal: Bóveda Nº 111282 Link a Bóveda Trastero: Bóveda N° 112566 Link a Bóveda de Negocio: -- Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Nº 111383 Familia Peverell. Link a Bóveda Familiar 2: Familia Potter Blue Bóveda nº 78439
  10. -¡Hayame, me duele! Había gritado la niña pequeña al tener que verse forzada a correr por aquel largo pasillo por culpa de su hermana que se decía la dueña de aquella verdulería pero era evidente que no porque de ser lo contrario no estarían habiendo dos enormes hombres queriendo atacarla de aquella forma tan brutal. Le estaba doliendo mucho la muñeca estirada. Y luego para colmo había aparecido una hechicera, una que en especial le metía miedo por la manera que tenía y porque su hermana mayor nunca dejaba de hablar de ella por lo que palideció de los nervios hasta que terminó chocando de frente contra la espalda de la hechicera vampiro pelirroja que ahora se escondía de forma infantil detrás de la recién llegada. Y le parecía que lo más correcto era intervenir porque si no todas las cosas iban a dar lugar a malas interpretaciones. -Estamos buscando el frutero con frutas que mi hermana parece ser que dejó en la entrada y se llevaron a la bodega o se lo robaron. Trató de explicarle a aquella mujer nueva y que lucía mucho más fina y elegante que Hayame. -Unos mangos que al parecer son santos aunque no sé que hayan hecho para tener semejante definición en realidad Agregó asintiendo un par de veces con la cabeza.
  11. Ashley había tomado el sandwich que le había entregado su hermana mayor y sonreía con mucho cariño al recibir un trato tan bonito y especial. A final de cuentas Hayame no era del todo mala o al menos no lo era cuando estaba de buen humor y con ese cariño que la sangre les daba para ser unidas. Pero parecía que no todo era paz y tranquilidad en esa tienda de abogados por que de inmediato un sonido llamó la atención de la hechicera vampiro que cambió sus gestos por unos de cautela que la rubia no solía ver, no era nada común y le recordaba a esos tantos años atrás cuando la mujer vampiro tuviese un trabajo muy peligroso que la hacía peligrar de la vida y estar en constante paranóia de que la atacarían. Ahora lucía como si todos esos momentos empezaran a repetirse lo que terminó provocando que la niña dejara con cuidado el lonche en el plato y la preocupación apareciera en su cara. -¿Quién es Hayame? Preguntó con un tono de voz bajo. -Sí, yo me quedo aquí Respondió. -Pero ten cuidado, no quiero que te mueras
  12. La pequeña niña se había estado acercando despacio a donde sabía que se encontraba el cuerpo de su hermana, Hayame estaba viva, lo sabía, podía sentirlo en ese sexto sentido que tenía como entrenadora pokemon y como hechicera, como ya le había dicho antes era ella poderosa independientemente de las dudas que tuvieran las personas al respecto, no por ser chiquita significaba que no llevara la magia en las venas. -Hermana, no te escondas. Ordenó con tono de voz firme, alzando la barbilla y empezando a caminar de manera elegante como era lo correcto, la varita siempre apuntando hacia donde su enemiga podía estar porque solo un mago tonto no estaría preparado para cualquier intento de ataque de los vencidos. Y no se había equivocado porque antes de poderse defender de manera adecuada una luz había brillado bajo sus pies, haciendo que saltaran las cosas pero con su buena habilidad empezó a saltar sobre las piedras que estallaban hasta que pudo alejarse bastante. -¡Querías matarme! Exclamó con gran sorpresa y ahora cubierta de polvo por el enorme agujero que estaba en el piso y que con suerte, no estaba tumbando las paredes todavía.
  13. -¡No hay banderitas blancas cuando intentas matar a tu dulce y hermosa hermana que lo único que está intentando hacer es educar a una bestia rebelde como tú! Exclamó la niña de cabellos dorados como el sol y que esperaba algún día cuando grande, poder decir que sus labios eran rojos cual carmín así como en la historia de la Bella Durmiente que aunque esperaba que apareciese un hermoso príncipe para llevársela con él, no le gustaba la parte donde la bruja malvada hechizaba a la pobre princesa. Y su hermana vampiro podía ser la bruja malvada sin esfuerzo alguno, ella estaba segura de que su alma tenía que ser tan negra como los carbones que entregaba San Nicolás el día de Navidad. Alzó nuevamente la varita y algunos estantes salieron volando para empezar a caer sobre las piedras que ya estaban por encima de su hermana mayor.
  14. -¡Oye!. La niña se volteó a ver a la hechicera más alta por la manera en la que era empujada sin cuidado ni decoro a un sitio que se veía todavía más abarrotado de lo que había estado ese cuarto cuando entrara según ella a comprar unas bonitas plantitas para tratar de alegrarse la vida. Flores doradas y rosadas como su vida y sus cabellos, que reflejasen su pureza y su inocencia como persona que podía enamorar hasta a la bestia más violenta. Pero en esos momentos la bestia más violenta era su hermana Hayame que a base de empellones la dejó en un cuarto que daba olor a: -Aquí apesta a estiércol. Se quejó dándose la vuelta en el marco de la puerta de madera para poner una mirada de enojo y molestia, tratando de encarar a la mujer más alta. -Ese bebé tuyo va a nacer con tu cara despiadada y de mal humor por maltratar a las niñas como yo. Le mostró la lengua con un gesto tierno. Ella siempre era buena.
  15. -Muy bien. Asintió con la cabeza aquella chica ante las palabras de su hermana mayor y una ligera sonrisa pareció asomar en su rostro a sabiendas de que no tenía de qué preocuparse si le daba una mano amiga. -Pero a decir verdad no se muy bien cómo moverme en un pueblo como este, ha cambiado demasiado desde la última vez que vine. Dejó escapar lo que parecía ser un gemido de completa tristeza y los ojos se humedecieron de manera que brillaban un poco por el líquido de las lágrimas. -Ni siquiera está mi castillo y yo quería llegar ahí y acostarme en mi cama gigante con dosel de seda y todos los peluches que había estado comprando por las temporadas nuevas de pokemon Comenzó a caminar hacia el mostrador de plantas aunque parecía que su hermana la hechicera vampiro estaba retirando las cosas a la parte de atrás de la tienda -¿Qué haces?
  16. La pequeña y encantadora niña no respondió de inmediato sino que anduvo un poco más observando los lomos viejos y sintiendo lo que era el abandono de aquel sitio durante tanto tiempo que se sorprendía que siguiera de pie. Era como estar en una especie de castillo mágico solo que en lugar de tapices en las pare3des de piedra, todo parecían madera y libros. Libros grandes, libros pequeños, libros repujados en cuero. -En verdad luce como una librería debería de ser. Aseguró la jovencita de enormes ojos castaños dando pequeños pasos y encantadores de hada hasta que llegó a una estantería y extendió una mano para tomar uno de esos libros y sacarlo de su lugar, no había problema claro, porque ella era muy bien educada y lo regresaría a su sitio. -¿No tendrá cuentos de princesas e historias para niños pequeños? Le preguntó al elfo doméstico que la vigilaba.
  17. La niña no lucía convencida del todo pero todas las demás opciones no eran buenas, como aquella donde se le indicaba en el instinto que quizá lo mejor sería retirarse hasta tener una mucho mejor oportunidad de conocer a la persona dueña del negocio pero el elfo sonreía y por su voz le parecía que quizá la hechicera de la que su hermana siempre hablaba, no se la iba a comer aunque las alarmas de no querer morir también le decían que no estaba a salvo y que en cualquier momento una trampa se activaría y la mataría de forma irremediable. No quería morir, solo era una niña o al menos una jovencita de excelentes costumbres y educaciones que aún tenía mucho por vivir y aprender. Y también estaban sus pokemon que dependían de que ella los sacara de sus transportes para sobrevivir y comer de forma adecuada. Como desearía tener a pikachu a un lado. -¿Y aquí no tienen dragones? Dijo con algo de curiosidad y miedo tal vez.
  18. En el piso superior la niña de cabello rubio se volteó en dirección de las escaleras por las cuáles había subido hasta el segundo piso y cerrando las manos en un par de puños se los colocó en la cadera dándo el aspecto de una madre que se encontraba bastante enojada con su hija como si esta le estuviese ocultando alguna cosa mala o que la heredera del castillo Ketchum no pudiese escuchar por su edad. ¡Estaba bien que era una señorita pero de todas maneras también ya era una persona lo suficientemente grande como para oír conversaciones de los adultos! Pero estos siempre querían esconderlo todo, ella estaba segura, al llegar a cierta edad parecía que todo lo que hablaban era retorcido y con muchos sentidos lo que transformaba toda frase que cruzase por sus lenguas en una inadecuada para el público en general. Resopló y luego, suspiró para encaminarse de manera más tranquila hacia la ventana del segundo piso que daba al exterior y hacia la calle de manera que podía pasar un pequeño rato ahí, distrayéndose en lo que su hermana mayor acababa con sus asuntos.
  19. "¿Kepchut?" La niña en la pintura tenía una expresión bastante fuerte de indignación por las voces que estaba escuchando que se acercaban cada vez más a dónde ella se encontraba todavía intentando razonar porque no había sido su hermana mayor la que ya había ido a recibirle, no le molestaba el elfo doméstico que había sido muy educado con ella y la estaba tratando bien y que además le había secado las lágrimas con suavidad de forma que nada se despintase. ¿Pero que alguien un poco más allá estuviera diciendo cosas malas de ella y que la mayor no la defendiese? Se cubrió los ojos con ambas manos y comenzó a llorar con fuerza y a lágrima viva, sentándose de nuevo en el piso del retrato sin ver al hombre que era el que vivía ahí. -¡Mi hermana mayor ya no me quiere y no me defiende ni me protege y muy pronto voy a morir con los hechizos que me tire su otra hermana que todavía no conozco y que es más famosa que yo! Empezó a llorar con mucho mas fuerza y se imaginaba por dentro que la pintura que ahora estaría formando las largas lágrimas que correrían por su falda terminarían pintando alguna especie de cascada que se saldría del marco y terminaría sobre la chimenea. Aunque si lo pensaba de un modo mucho más divertido entonces sería pintura lo que terminaría por manchar el piso de madera o las alfombras y toda la chimenea ya no podría encenderse. Ella no era mala, ella era un sol pero una pequeña hada traviesa que tal vez aparecería en su hombro la estaba empujando a quizás ser un poquito traviesa con la hechicera pelirroja y su acompañante.
  20. La niña de cabello dorado parecía que se quería asomar a esa mansión grande, su hermana Hayame le había dicho que no iba a haber ningún problema si quería ir y unirse a la casa como teniendo una segunda familia pero seguía muy asustada por la fama de la poderosa bruja que habitaba en el lugar y ella seguía pensando que si se descuidaba probablemente se la iba a terminar comiendo. La hechicera pelirroja y vampiro le había dicho que no, que no la iban a comer pero es que a través de los retratos y pinturas se oían muchas cosas y en la otra casita no le había parecido que la hechicera con la que su hermana se hablaba tuviese muy buena opinión sobre ella. ¡Pero ella era un dulce, un ángel pisando la tierra y un ser lleno de luz que solía derramar bondad por dónde estuviera! ¡No le podía caber en la cabeza que alguien no la pudiera querer también! Sin contar a la mujer de cabello rojo fuego que aunque la abrazaba, le regalaba dulces y se portaba bien con ella la mayoría del tiempo parecía que quería meterla en un saco y secuestrarla de malas maneras. Dejó escapar un gritito y comenzó a asomarse un poco por las ventanas, de esa manera estaría más segura de que no iba a haber trampas y podría saludar a las personas quizá la verían antes que la dueña de la casa.
  21. -Ahora están hablando de un pasaporte Asintió durante varios momentos tomando nota en su pequeña libreta de pastas rosadas y doradas que además adornaba con flores por lo que hacía que las portadas olieran rico, al menos ella esperaba que olieran a rosas porque había tenido el aroma de las hojas normales y del cartón y eso le desagradaba bastante, se le figuraba a los viejos libros de su abuelo el Espartano. -Es una lástima que pikachu no haya venido conmigo, el hubiera podido entrar a oír mejor a mi hermana Habló con ella misma, esa era una costumbre que no debía de haber copiado de la hechicera pelirroja que lo hacía muy a menudo y en voz muy alta pero a veces esas cosas se quedaban y no había nada que pudeira hacer en realidad. Siguió pasando la pluma por la libreta pero entonces, miró a la bruja con la que su hermana hablaba y recordó el comentario de la mujer vampiro sobre que si se le acercaba al menos la primera vez fuera con ella presente. Pero ahora tenía mucho miedo y trató de esconderse mejor. No quería que se la comiera.
  22. La niña de rizos dorados se había tensado y había enderezado mucho la espalda al ver a aquella hechicera que se parecía mucho a su hermana, solo que esta era más bonita porque definitivamente su hermana mayor cuando quería vestirse de vaquera que atendía tabernas lucía hasta rara, solamente le faltaban los shorts con apariencia de calzones para parecerse a esa mujer que los humanos llamaban lady Duke. O creía que se llamaba lady Duke. Al menos sabía que a Hayame le daba risa ese programa y solía decir que tal vez si ella misma crecía un poco podía conseguir una figura como la de esa mujer de los muggles pero Ashley negaba con la cabeza. Ella no quería parecer una cualquiera. -Es un placer conocerla, señorita Inclinó la cabeza ante la recién llegada y se puso de pie para tomarse los bordes del vestido naranja y hacer una reverencia pronunciada. -Soy Ashley Ketchum Aseguró pero entonces al ver las señas de la hechicera pelirroja que era su hermana, dió un golpe al suelo de madera con un pie y apretó otra vez los puños a los lados de su cuerpo dejando ver su enojo. -¡No es justo Hayame, nunca me dejas escuchar nada interesante! Se quejó comenzando a ir rumbo a las escaleras para subir al segundo piso y dejar a las dos mujeres solas, lo que en parte le dolía pero tomo su jarra de bebida y se la llevó con ella. -¡Yo también soy una bruja adulta!
  23. Ashley continuaba golpeteando fuertemente la campanilla que parecía de plata aunque seguramente era de latón o de algún otro material similar, pero lo que le interesaba era que el DING que sonaba cada que le daba con la mano abierta le hacía pensar en un montón de campanillas, quizá parecidas a las que las hadas de los cuentos sonaban al acercarse a las personas puras y de buenos corazones para que se enteraran de que estaban cerca y que por ende eran capaces de concederles los más bondadosos deseos de sus corazones. Pero en ese momento no era tanto el hecho de que estuviera entusiasta por la aparición de alguna hada mágica que les concediese un buen deseo como una cama cálida. Solo querían que algún administrador se acercara y ya les fueran separando una suite o una cosa de esas porque estaba a punto de quedarse dormida con la cabeza recargada en la mesa del mostrador y casi podía jurar que su hermana la hechicera a su lado estaba con su cara de estar a punto de matar a alguien, ya fuera bestia, humano o mago. -Hayame, ya tengo sueño. Dijo con tono de niña y una lágrima falsa en uno de sus ojos. -Quiero ir a la cama. Consigue una habitación, me prometiste un jacuzzi o una alberca si te acompañaba a venir a este lugar y no he visto ninguna de esas cosas y alguna vez, dijiste de una pista de hielo. Agregó inflando los cachetes.
  24. La niña que era mencionada por su hermana mayor y que parecía burlarse de sus intentos de permanecer vigilante pero escondida abrió mucho los ojos e hizo un ruidito que podía asimilar a un grito frustrado y muy, muy agudo, no tanto como para romper cristales pero al menos lo suficientemente agudo como para molestar las finas orejas de la vampiro porque ella siempre presumía de ser muy buena escuchando por su condición inmortal y bueno, pues ahora le podían ir sangrando porque lo iba a hacer a propósito. Apretó las uñas un poco contra la pared del exterior del negocio y sus ojos soltaron chispas eléctricas parecidas a las de su pikachu cuando lo llevaba consigo, lástima que en esos momentos no podía o la arrestarían. O algo así le había comentado la de cabello rojo acerca de que si veían un animal que no debería de existir en el mundo real entonces vendrían los de la policía mágica y la meterían a la cárcel por experimentar con animales que no debían de tener esa forma. -Yo no te estaba siguiendo. Murmuró por lo bajo pero de todas maneras se asomó un poco por la puerta para que la hermana mayor pudiese ver que estaba enojada. Pero entonces vió a la tan famosa bruja de la que siempre le contaban todos y se escondió poniéndose su cara toda roja de vergüenza. ¿Y si se enteraba de que le habían destruido un edificio?
  25. -¡No soy una niña chiquita como para que me digas que me tengo que ir a jugar a no se dónde, hermana tonta! Gritó Ashley bastante enojada apretando los puños a los lados de su cuerpo y frunciendo el frente con mucho enojo ya que no le gustaba que su hermana mayor le levantara la voz y menos cuando aquellos hombres las estaban viendo muy feo y parecía que estaban a punto de atacarlas. ¡No era justo! No estaban haciendo nada malo, ella solo quería ayudar a la otra hechicera a encontrar lo que ella llamaba el símbolo de un hospital pero que a ella le parecía mas bien la estatua de lo que serviría para un supermercado humano. O al menos en lo personal no encontraba la relación entre un mango y una pobre persona enferma que seguramente no sabía que iba a ser confundida con algo venido de un árbol y quizá hasta quisieran meterla en una maceta. Ok tal vez estaba exagerando un poco pero es que también estaba asustada porque no quería que esos señores se la llevaran arrastrando a quien sabe donde cuando ella era una señorita y no un saco de papas. -Bien, me iré pero debo de decir que encuentro muy ofensivo todo esto Hizo un puchero para enfatizar aquello.

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