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Ashley Peverell

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Todo lo publicado por Ashley Peverell

  1. La preciosa rubia había dejado ver como brillaban sus ojos, como un par de perlas en medio del entusiasmo que sentía porque le daban la bienvenida a su nuevo hogar, estaba completamente emocionada y feliz por la bienvenida que recibía ahora de la famosa hechicera que finamente podía conocer de primera mano y que le hablaba directamente. Su corazón palpitaba fuertemente contra su pecho, algo de l que al parecer no gozaba una de las presentes porque siempre era fría y malévola así que dudba que pudiera sentir como las emociones genuinas llenas de vida cruzaban por su piel, pero Ashley estaba viva y su hermosa piel de porcelana con ese matíz vivaz lo decían, la sangre si corría por dentro de sus venas y le daba vida a todo en ella, incluso la luz en su pelo. -Muchas gracias, hermosa Sagitas. Dijo cuando por fin pudo darle la vuelta a toda la pared de afuera de la mansión y pudo pasar hasta la puerta, deteniéndose en esa zona que daba lugar al salón principal de la mansión para inclinarse agarrando los bordes de su vestido haciendo la venia que a las jovencitas bien educadas siempre se les enseñaba por tradición. -Es un verdadero honor poder estar en esta casa, al fin. Sonrió con toda la hermosura y la luz de sus gestos y lo que podían transmitir, como un tono de música que lo purificaba todo y entonces, aplaudió una vez bastante entusiasta. -¡Qué hermoso lobo!
  2. -¡Ah! ¡El señor oscuro que-no-debe-ser-nombrado! Gritó con gran voz la hermosa chica haciéndose hacia atrás mientras que veía como esa pintura del hombre más temido por todos los magos brujas de la nación de Gran Bretaña y otros países y el mago tenebroso que había borrado de los anaqueles a los demás maggos malvados se asomaba o al menos, lo intentaba ya que obviamente las pinturas eran planas y no había posibilidades de que asomara la cabeza por medio de una. Aunque a veces se preguntaba si sería posible que pasara pero tratandose de alguien de quien no debían de pronunciar su nombre y menos ella que no quería mancillar sus labios con ese pecado en tinta, seguramnete se asustaría muchísimo de verlo asomarse por ahí. En verdad se preguntaba en qué pensaba la pelirroja al tener una pintura en cada sitio del que era dueña de aquella persona. No le extrañaba en mucho la oscuridad en su corazón si estaba cerca de semejante maldad. -¡Hayame! Regañó mirándola con esa mirada furiosa. -¡No deberías tener su pintura!
  3. Las mejillas de la hermosa pequeña se tornaron rojizas como las rosas que había de forma cercana y agachó la cabeza con algo de nerviosismo por lo que ahora le decía la mayor de las brujas porque era muy probable que estuviese creyendo que le estaba viendo como alguna especie de criada cuando aquello no era verdad, ella queria mucho a aquella bruja aunque a veces se pelearan de manera bastante dura. -No, tampoco me refería a eso. Su voz salió en un tono muy bajito y tímido mientras que bajaba la mirada al piso que dejaba notar que era bastante viejo y que crujía con los pasos de las personas que iban por encima de este, la madera ni siquiera lucía pulida a pesar de que estaba segura de que la escoba y el trapeador ya la habían visitado anteriormente. En su viejo castillo los pisos de madera siempre estaban pulidos y brillantes por las máquinas que utilizaba para dejarlos perfectos como espejos. -Te agradecería si pudieras darme algo de comer Dijo con un tono de voz suavecito como el de un pájaro pequeño que tiene algo de temor a entonar alguna canción
  4. La preciosa y encantadora ángel bajada a la tierra cambió su mirada y los gestos de su fino rostro de mármol a unos más serios al escuchar las palabras de la pobre e indefensa criatura que se notaba que estaba haciendo muchos esfuerzos para poderle decir a la preciosa jovencita lo que quería saber y aquello que había preguntado, Czésar era un elfo muy bueno que de todo corazón deseaba complacerla en ese deseo de conocimiento de la Ketchum. Y es que el conocimiento eran fuerza y sabiduría que todos debían de aspirar a obtener para poder sobrevivir en un mundo que era muy cruel y frío y muy despiadado con los magos y brujas que lo transitaban. Dejó el libro a un lado aún sobre las telas de su vestido para no ensuciarlo y sin sonreír porque sentía que iba a ofender al pobre elfo doméstico, asintió una vez. La historia no le extrañaba, la hechicera pelirroja desde que la conocía siempre había tenido esas inclinaciones tenebrosas que hacían daño a los demás sin que esta los notara y ahora se preguntaba si ella misma habría podido ayudarla en algún momento si se lo hubiera permitido. Quería llorar. ¿Porqué era incapaz de salvar el alma perturbada y oscura de su hermana mayor?
  5. Ashley miraba hacia un lado y luego hacia el otro como si tratase de entender porque aquel valiente profesor de Hogwarts buscaba alguna respuesta en su hermana que ahora hacía un poco el tonto con su café, siempre tomando café como si no supiera que la cafeína no era nada buena para el bebé que llevaba en su estómago lo que terminó provocando que la niña de moño rosado frunciese el ceño. A veces su hermana en verdad era tan tonta. -Hayame Llamó la encantadora jovencita de voz de ángel cruzándo sus manos por delante de su vestido y comenzando a alisarlo para dar un aspecto mucho más presentable. -Ya no puedes estar bebiendo de esa manera. Dijo con seriedad mientras alzaba suavemente la barbilla como si tuviera el poder de los cielos para regañarla y es que sí, lo tenía por ser la responsable en aquel sitio. -Tienes que pensar en tu hijo por nacer
  6. -¿Amo Snape? La joven rubia de hermosos caireles que centellaban y desumbraban como el sol del mediodia juntó las manos en pequeños puños a la altura de su barbilla y se giró de forma encantadora, como cuando una preciosa flor desea buscar la luz del sol hacia un lado donde se imaginaba que estaría el hombre y así fue, era una persona de aspecto muy huraño y que vestía de negro como su propia hermana solía hacerlo a su propia manera de vampiro. Y es que se imaginaba que debía de ser una moda regular entre ellos si es que siempre utilizaban esos mismos colores, tal vez tenían sus propias tendencias o costumbres. -Buenas noches, señor. De todas maneras Ashley era una niña educada y encantadora por lo que se tomó los bordes del vestido anaranjado y se inclinó con una reverencia hacia aquel antiguo profesor. Respeto ante todo para los maestros.
  7. -¡Oh! La preciosa chica volteó para ver con sorpresa al elfo que parecía triste por algún motivo de hablar de las respuestas a las preguntas que le había hecho la Ketchum aunque ella como era buena no había utilizado su voz para poner a la pobre criatura en una situación donde se sintiera tan incómoda o triste. Y eso verdaderamente la preocupó porque no había sido su intención ni maldad alguna el tener de aquella manera tan nerviosa al anciano que estaba teniendo la amabilidad y la compasión de acompañarla. Cerró los ojos dando un respiro profundo y cerrando el libro con cuidado se dejó caer suavemente como un pétalo de rosa al desprenderse de la flor hasta quedar sentada en el piso de la librería, con el precioso vestido anaranjado hacia los lados lo que le daba un aire mágico a la chica. Era como convertirse en Alicia del país de las maravillas entre tantas historias que podía contener ese negocio y le dirigió una sonrisa amorosa al elfo. -Está bien, yo comprendo Aseguró a este y ladeó la cabeza con una mirada llena de pureza y amor, que seguramente haría sentir aún más cálido el lugar. -No tienes que decirme nada si no quieres hacerlo Se colocó las manos cruzadas sobre el corazón. -Yo comprenderé
  8. -¿Rendirme? La niña de hermosos ojos almendra parecía bastante enojada por lo que había ocurrido pero había sido todavía más al ver como su hermana querida y adorada la había dejado encerrada dentro de aquella habitación colocando ese pesado mueble en la salida de manera que no podía hacer ningún intento de salida. Intentó empujar aquella cosa pero la rubia era demasiado delgada y delicada como para hacer peso por más que empujaba y apretaba, por lo que terminó respirando profundo y volteando a todas partes. Podía intentar... Sí, eso sonaba muy bien. Apuntó hacia un hueco por encima de ese pesado mueble con su preciosa varita de rosa y esmalte y compuso una mirada de total concentración. -¡Serpensortia! Una viborilla verde y delgada terminó cayendo en la parte de arriba de aquel armario y después de esto se deslizó por el otro lado dejando ver su delgada lenguita mientras que buscaba a la enemiga declarada de la hermosa doncella de caireles de sol para darle un buen mordisco por su maldad. Mientras tanto Ashley ya había visto una puerta cercana que seguramente comunicaba con tro cuarto por donde podría escabullirse por lo que corrió a esta y feliz por verla sin llave la abrió y corrió al otro lado.
  9. La encantadora niña se llevó una mano a la grganta con expresión de susto al ver que ya no podía hablar imitando en cierta forma a la preciosa princesa Ariel de Disney cuando la malvada bruja del océano le arrebató su dulce voz de sirena. Estaba segura de qu su hermana mayor en esos momentos era una completa bruja del mar aunque no estuvieran dentro de este pero podía sentir toda su maldad. Al menos sus preciosas aves estaban haciendo un excelente trabajo impidiéndole que pudiera hacer bien las cosas y mientras corría la vampiro, pensó en algo que la haría pagar. "Embrujo Punzante" Solo sacudió la varita y el rayo salió disparado hacia su hermana que seguía cubiert de pajarillos, ya no solamente estos le harían la vida imposible sino que ahora no podría ver bien con la cara toda inflamada. Y nuevamente con la voz en órden y dándose cuenta de que como no hiciera algo más las cosas iban a ir mal, corrió de sitio y volvió a apuntar hacia arriba de su cabeza. -¡Wingardium Leviosa! Las rocas que iban a caerle encima flotaron solo un momento para luego, volver a bajar hasta el suelo con estrépito mientras que la valiente niña corría a guarecerse corriendo a través del hueco de una pared para entrar a una habitación lateral del negocio y empujar un librero para convertirlo en un escudo. -¡No te vas a librar tan fácilmente de mí!
  10. -¡Ja! La Ketchum alzó la barbilla desde se encontraba enarbolando con mayor fuerza la varita, ya había demostrado que un montón de rocas no iban a detenerla y las súplicas de la hechicera pelirroja que seguramente ya se había dado cuenta de su desventaja no iban a hacerla tener compasión. -No voy a detenerme hasta que te disculpes en verdad y admitas que todo esto ha ocurrido por tu causa. Recitó con valentía la hermosa rubia volviendo a empujar sus largos caireles y cabellos de sol hacia la parte de atrás de su espalda, dándo la imagen ya no de una princesa si no de un caballero dorado de los que son capaces de enfrentar dragones y otros seres tan solo por el poder que la justicia les trae como dulce fruto de victoria. -Solo insultas a las personas, mientes y engañas. La hermosa rubia comenzó a andar en dirección de la puerta detrás de la cuál como buena Sytherin se ocultaba la vampiro. -Pero esta vez has de pagar, hermana. Aseguró la niña alzando de nueva cuenta la varita y señalando hacia la puerta. -¡Avis! Doce hermosos canarios que brillaban con plumaje dorado como el asto rey salieron de la varita de rosas, girando alrededor de la cabeza de la niña que volvió a apuntar con su varita a la puerta. -¡Ataquen mis ángeles! y mientras tanto ¡Confringo! Esa puerta se iba a desaparecer dejand expuesta a la otra bruja de todas maneras.
  11. -¡AH! La hermosa rubia se había sobresaltado en verdad al escuchar a su hermana mayor que la llamaba de esa manera pero no contenta con hacer que su corazón se acelerara y casi se le saliera de su tierno y doncellal pecho, empezaba a insultarla con cada palabra que le decía. -¡Mo! Volvió a quejarse y alzó un brazo dejando ver brillar la molestia en sus ojos de almendra dulces y brillantes, con un tono chocolate que antojaba de dulce hasta al más amargado. Con la excepción quizás de la hechicera vampiro que ya se estaba yendo. -¡No soy una boba! Se quejó. -Boba. Colocó los puños en la hermosa y esbelta cintura que se remarcaba elegantemente con el cinto de su precioso vestido anaranjado y comenzó a seguir a pasos livianos y sueltos a aquella mujer de pocas ropas hasta que pudo vislumbrar a la jóven bruja de cabello de colores simpáticos que estaba en el interior por lo que le sonrió con agrado y movió una de sus manos. -Buenas tardes señora Sagitas Saludó de buena gana y con tono suave y amable, carácterístico de una dama como ella.
  12. Finalmente la niña había conseguido retirar las manchas negras que se habían instalado en su bella y delicada piel blanca de porcelana y rápidamente de uno de los bolsillos ocultos de su vestido sacó un pequeño espejo de mano, tocándose con los dedos la zona afectada para después proceder a dejar salir el aire con el alivio de quien ve que no ha ocurrido nada grave como para tener que sentirse presionada. Sonrió. -Me sigo viendo perfecta como siempre. Su cara dejó de ver un signo de alegría apretando los párpados y permitiéndose una risa pequeña e ingenua que de escucharla alguien le llenaría de ternura los corazones, porque la rubia encantadora no podía evitar tener ese poder sobre los magos y brujas que se pasaban cerca de ella. Así que se puso de pie y estiró las manos hacia los lados de su cuerpo, tan solo incinándose un poco hacia el frente. -¡Muy bien entonces! Exclamó con una nueva decisión en la mirada.
  13. La preciosa ángel se colocó una mano en el pecho ofendida y se detuvo de su camino al interior del negocio, Hayame siempre había sido una hechicera bastante petulante y grosera aunque recordaba que solo solía serlo con los ajenos y no comprendía porqué extendía esas actitudes para con ella que siempre le había demostrado amor y buena voluntad, no era su culpa que su hermana optara por el camino de la maldad y la oscuridad del cuál ella ya estaba intentando sacarla de todas las maneras posibles. -Esa no es la forma de saludar a tu hermana menor. Dijo la preciosa chica alzando una mano para hacerse el hermoso cabello de muñeca en dirección de la espalda y mover la cabeza con gracia y belleza de manera que el sol le arrancaba destellos de luz y pureza que le daban el aire de poseer un halo por encima de ella. -He veido con todo mi cariño a hacerte compañía pero no me parecía de muy buena educación interrumpir asuntos importantes. Miró a las otras dos brujas presentes y movió la punta de sus dedos para saludar a la Potter Blue que la había recibido con tanto cariño en su hermosa familia. -Hola.
  14. La chica de bello pelo rubio tosió un poco para darse ánimo y después de asegurarse de que tenía el enorme vestido anaranjado bien liso y sin marcas de arrugas indebidas para que no pensaran que era una señorita descuidada que no se fijaba en tener siempre una apariencia presentable, inspiró y se enderezó con la espalda bien recta como las jovencitas bien educadas debían de tener y colocó una mano en la manija de la entrada para al siguiente momento, estirarla y abrir hacia la parte de afuera la puerta. Estaba segura de que las tensiones que había de alguna manera se tenían que disipar en cuanto pusiera un pie adentro, tenía ese ángel para hacer que todas las cosas malas se bajaran de intensidad además de que debía de ser incómodo estar de forma tan tensa cuando llegaban visitas. -Muy buenos días. Saludó la hermosa jovencita con su mejor sonrisa angelical y pura, pasando sus ojos almendra por todas las presentes en aquellos momentos.
  15. Ashley Ketchum era una de las niñas más valientes y fuertes que había y se sentía orgullosa de eso mientras que sostenía su preciosa varita rosa esmaltada que se sentía tan suave entre sus manos y dejaba ese delicado aroma a perfume de rosas mientras que la movía para alumbrarse los pasos. Sus zapatos sonaban suavemente en el piso de tierra del circo y alzó el brazo para poder alumbrar las tres pistas del circo aunque en esos momentos no le parecía que hubieran animales o personas presentes como para asegurar que ese establecimiento siguiera funcionando como debía de ser. Aunque le parecía detectar en el aire un poco de aroma de grasa de palomitas y mantequilla pero no podía ver tampoco ningún expendio de alimentos que le dijera que se seguían vendiendo esa clase de comidas. -¿Hola? Llamó en el aire aunque también estaba segura de que solo el dulce eco de su voz le ibaa responder pero aunque esperó mucho ni siquiera esto regresó a sus oídos por lo que un escalofrío la volvió a recorrer. Los circos en verdad podían ser unos lugares muy aterradores cuando estaban vacíos y no había ni público ni maestro de ceremonias para atenderlos de la manera adecuada.
  16. Levantó una mano y tomó el borde de la carpa de aquel circo que le presagiaba horrores y temores que seguramente ningún brujo o mago antes que ella hubiera podido presenciar, pero ahí estaba, la valiente heroína Gryffindor de corazón puro y valeroso que se enfrentaba a las más temibles sombras, quizás temblando y quizás con algún pesar en su espiritu pero con la decisión de quien sabe que no se va a dejar devorar por criatura alguna de la oscuridad. Giró la cabeza para voltear a ver el camino detrás de ella, todavía lucía terribe pero ya no escuchaba los horrendos aullidos que le habían hecho sentir que un montón de bestias hambrientas intentarían devorarla hasta no dejar nada menos que sus blancos huesos. -Tranquila Ashley, solamente es un circo que seguramente tendrá muchos payasos. Se animaba sin atreverse a todavía dar un paso lo que hacía que sintiera que deshonraba su sangre Gryffindor pero algo dentro suyo le decía que no era tan buena idea y que su madre no sería algo que le sugeriría. -Si encontramos algún bombillo de luz, verás que no hay nada que temer. Insistió a sus voces internas y se forzó a sonreír, las sonrisas siempre podían ser más luminosas que toda la energía de la electricidad mágica del mundo.
  17. Ha sido la mejor noticia del día dentro de todas las cosas que me han sucedido así que el poder leer esto me ha levantado mucho los animos. Gracias moderación por observar mi caso y darme una respuesta porque tenía muchas ganas de unirme al juego del Ministerio en sí y con tantas cosas cambiadas estaba algo desubicada así que dicho esto me he alegrado grandemente y me he tardado en entrar porque tuve una salida. No han tardado nada lo cuál es fantástico. Y no, no había elegido conocimientos así que de ser posible me gustaría poder obtener estos dos que me ayudarían mucho a entrar en el departamento que me gustaría: *ENCANTAMIENTOS *CUIDADO DE CRIATURAS MÁGICAS Si hay algún otro trámite que deba de realizar me puedo pasar para eso.
  18. Andaba por los caminos que conducían a aquella enorme carpa oscura del circo que había visto a la distancia con las manos muy unidas a su cuerpo y casi rezando a los santos que protegiesen su virtud como chica de luz y de corazón de oro ante las maldades que la noche y las nubes escondían para poder atrapar a las doncellas de corazón de oro. Respiraba quedito para que no se oyeran ruidos, recordaba haber visto una película muggle donde unos seres con la cabeza siendo una oreja gigante con cualquier ruido asesinaban y se comían a las personas y eso no le resultaba agradable, de hecho había tenido que taparse los ojos en la película porque había terminado llorando por las muertes de los pobres ancianos que se notaba habían pasado una larga vida de puro amor. Ella quería encontrar un amor tan duradero como aquel y que también sintiese el corazón en la mano junto a ella. Cuando llegó a la división de la tela de la carpa se detuvo y miró al color negro que la recibía como si fuera la enorme boca de un demonio que solo quería devorarla. -¿Hola? Preguntó con un tono de voz tímido y temeroso de recibir una respuesta chillante o gruñona.
  19. Hola. Por aviso de mi hermana y de un chico muy amable que me ha ayudado con una pregunta que tenía y para también terminar de cumplir con las cosas que tengo en deuda paso para dejar la constancia de las bóvedas de las familias en las que me encuentro. Bóveda de la Familia Snape: Bóveda Bóveda de la Familia Potter Blue: Bóveda También me dijeron que por haber podido llegar el rango de Unicornios de Bronce y que me emociona mucho que haya sucedido, podía pedir un conocimiento gratis que aparece en la tabla de conocimientos para los magos y brujas en el juego. Me preguntaba si podían ponerme el de ENCANTAMIENTOS porque es el que necesito para mi sorpresa. Gracias a la persona que se pase a hacer las modificaciones porque me dijeron que yo no puedo hacerlo.
  20. Esa clínica estaba muy sola, casi tan sola como el pueblo del que su hermana siempre estaba muy orgullosa y como sabía que ese edificio y negocio ya tenían una historia de muchos años porque ella misma lo había visto cuando la inauguración le extrañaba que no tuviera un pequeño grupo de personas esperando ser atendidas porque incluso recordaba que las propias encargadas siempre estaban en cualquier disposición. Hayame debía de sentirse triste, de esas cosas no tenía duda por mucho que dijera que la hechicera era una especie de pequeño demonio también sabía que le dolía ver su negocio sin personas. -¡Ya sé! Dijo de repente palmeando ambas manos por delante suyo con una sonrisa tan brillante y pura que seguramente de haber enfermos estos se habrían curado solo por el cambio en el ánimo de sus vidas ante la presencia de aquel pequeño ángel que descendia a acompararlos en sus males. -Le cocinaré un pastel. Dijo sonriendo todavía más con sus ojos brillando como un par de perlas recién descubiertas en medio del mar. -Le traeré un delicioso postre que la subirá de ánimos y seguro que si ofrecemos rebanadas en la entrada muchas personas van a querer visitar la clínica.
  21. -¡Sí! a eso me refería Decía con satisfacción la jovencita de bellos cabellos de oro que ahora se mecían por la parte posterior de su espalda ante el movimiento bamboleante del cuerpo de su dueña que parecía orgullosa del hecho de que la encargada de detenerlas en un principio ya no la había visto colarse hasta el corredor de la derecha si una se lo ponía a ver entrando en la clínica de las frutas y entonces, veía los dos pasillos que daban hacia los laterales. Se preguntaba su lo que estaba del otro lado de la ventana de la recepción daba a más puertas que era por donde pasaría el personal interno de la clínica y si tenían sus propias escaleras y elevadores mágicos para llegar al resto de las plantas, que Hayame le había contado que aquel hospital literalmente dividía todas sus plantas en pisos y que no había realmente oficinas como tales en el piso de mero abajo. -Recuerdo que lo debió de haber mencionado en alguna ocasión Se dijo mientras se tocaba el labio de abajo con la punta de uno de sus delicados dedos de uñas pulidas y suaves que tomaban distancia de esas garras largs que solía llamar la hechicera de pelo rojo como uñas. Ella se horrorizaría solo de despertar con un armatoste así en las manos.
  22. Ahora la chica caminaba por los pasillos de esa clínica u hospital con los grandes ojos de almendra viéndolo todo después de haber estado sintiendo curiosidad por ese cuadro pintura de los magos que la hechicera de pelo morado que su hermana mayor admiraba y quería tanto. Y ahora que también era parte de esa familia tampoco se sorprendía por la amabilidad de la bruja aunque todavía no la conocía del todo, en verdad que quería hacerlo un poco más. Pero por el momento tenía que tomar en cuenta que se había quedado sola otra vez dentro de aquel gran edificio por lo que sencillamente empezó a encaminarse de vuelta a la zona principal que servía de entrada para el hospital y si se detuvo fué solamente para ver a la secretaria y recepcionista de la entrada pero solo para ver que esta había regresado a su puesto y nuevamente ya no le ponía atención a ninguna de las hermanas. En parte suponía que porque la hechicera pelirroja era más escandalosa que ella misma y era la que armaba la mayoría de los alborotos y desacuerdos por lo que mientras que ella permaneciera tranquila las cosas iban a salir muy bien. Ante así las cosas solo estuvo de puntitas sobre sus encantadores zapatitos negros que no hacían ruído hasta que pasó ese amplio pasillo y pudo llegar al otro lado donde las posibilidades se habrían grandemente por montones, las aventuras que podían esperarle en un hospital eran muy ampliar y quería descubrir todas las que estuvieran a su mano.
  23. -¿Porqué tienes que llamar a los heróicos aurores y guerreros de armaduras doradas de esa manera tan fría y despectiva cuando han sido tan amables contigo? Increpó de mala gana todavía alejada de las pequeñas corrientes de agua que había creado el chorro de lluvia de las regaderas en el techo de madera y que habían terminado de arrastar el lodo para todas partes, supuestamente lejos de donde la hechicera mayor quería pero que para molestia de la rubia estaba demasiado cerca de ella y de sus zapatos, no quería tener que estar limpiándolos todo el tiempo por el barro. -Iug. Soltó levantando un pie para sacudirlo y que no se le pegara del todo la mugre que eso casi metía en la pequeña habitación de la parte de atrás.
  24. -¡Pero es que he dicho la verdad! Exclamó la hermosa niña rubia de amplios caireles que se enderezó mucho mejor para después extender los brazos hacia los lados de su cuerpo como si en ello fuesen las cosas más importantes de su vida. -¡Tu ropa es muy corta hermana, tal vez si usaras un vestido más largo o algo que te cubriera! Insistió con algo de ansiedad. -Y por supuesto que agradezco la amabilidad que ustedes han demostrado conmigo de forma que me han recibido y abierto las puertas de sus brazos y sus corazones. Cerró los ojos y un haz de luz de sol cayó sobre ella como si el techo del bar no existiera y los cánticos de los ángeles fueran parte de su ambiente. Sonreía con suavidad ahora imaginando que algo de su luz podía tocar el oscuro corazón de su hermana. A veces se preguntaba cómo era posible que el mal hubiera podido anidar en su corazón cuando estaba segura de que la hechicera de cabellos rojos aún podía salvarse. -¿Entonces me vas a traer de comer? Preguntó finalmente colocándose las manos en la espalda mientras se inclinaba suavemente en dirección de la mayor con una gran sonrisa en el rostro.
  25. La hermosa pequeña angelical tomó aire de forma profunda y cerró los ojos moviendo ambas manos hacia el frente como si con ello pudiera agarrar un valor que sentía excento desde que viese a las dos mujeres que parecía que de un momento a otro se matarían la una a la otra pero ella no quería quedar en medio del fuego cruzado. -Tú puedes, tú puedes, eres fuerte y valiente y aguerrida. Se dijo abriendo los ojos otra vez mientras apretaba los puños por delante de su cuerpo y alzaba el rostro al cielo con algunas lágrimas cristalinas y doncellales cayendo como si fueran un reflejo del augusto corazón que portaba la Gryffindor. Giró sobre sus talones y miró la puerta de aquella agencia de viajes con mirada firme. -Voy a entrar aunque se estén matando las dos en el interior y si sucede algo podré ver como le pasan las cuentas a Hayame para una vez. Dijo aquello y se rió cerrando los ojos y cubriendo los labios con la punta de sus dedos, a decir verdad el observar como reñían a su hermana seguramente sería un evento épico por sí solo.

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