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Felias Snape Triviani

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Todo lo publicado por Felias Snape Triviani

  1. Fredson regresó pocos minutos después con las pociones que Felias le había pedido las cuales traían finos envoltorios y un delicado moño encima. El vampiro no estaba seguro si aquel pequeñísimo detalle sería necesario pero no le dijo nada. Mientras este le entregaba las pociones a las señoritas Yaxley y Weasley, una tercera se acercó. Era más baja que la primera y a Felias le llamaron la atención sus ojos, de un color similar a la miel y, casualmente, del mismo color que su ojo derecho. -Buenos días señorita, ¿en qué puedo serle útil?- Parecía joven, incluso recién graduada de Hogwarts. Hacía mucho tiempo que Felias no veían jóvenes promesas deambulando por el Magic Mall y menos aún con la posibilidad de realizar compras. No hablaba de independencia, sino más especificamente de dinero. Seguramente era una bruja proveniente de una familia adinerada y con una buena bóveda en Gringotts como que andar comprando descaradamente. O, por otro lado, quizás simplemente de verdad necesitaban aquellas pociones y habían roto el chanchito para juntar el metálico necesario. Tomó el pergamino que había completado con una pluma del mostador y leyó el pedido. Sabía que el filtro de la Seducción Eterna era una versión pobre y más barata (claramente) de la Amortentia, aquel filtro que pertenecia a los los Siete Filtros Emocionales a base de Eléboro. Claro, no lograba el mismo efecto pero podría decirse que su fin era algo similar. -Seducción Eterna y Cerebro de Mermelada; déjeme chequear si tenemos ambas por favor...- hizo unos movimientos con su varita de ébano sobre un pequeño libro que llevaba la contabilización de stock de pociones y al consultar por las solictadas, el libro emitió un pequeño brillo verde. -Si, tenemos ambas. Mientras le cobro nuestro amable Fredson se las traerá.- chasqueó sus dedos y Fredson se acercón; le sonrió al hombre mientras este con un bufido se daba la vuelta para traer lo solicitado. -Por cierto, señorita JunnyCo Wright... Tengo que advertirle, tenga cuidado al utilizar el filtro Cerebro de Mermelada. Si lee la etiqueta del mismo podrá ver que su uso excesivo puede causar pérdida de memoria. Por favor, sea precavida en quién la usa- le guiñó un ojo y le cobró los galeones correspondientes. -No nos haremos cargo de daños colaterales- ___________________________ @ todo en orden, compra aceptada
  2. Se sentía extraño el volver a pisar el suelo de aquella planta como parte de los trabajadores. Habían pasado muchos años desde el pequeño altercado que había incurrido con el viejo y cascarrabias Livúa por lo que podría decirse todo había quedado en el pasado. Aunque tratándose de seres casi inmortales y que vivían muchos más años de lo normal, el joven Snape podía asegurar que cinco años era apenas un pestañeo para alguien como ellos. Pero se sentía extasiado y eso era mucho decir. Había ingresado a la tienda ministerial con un semblante que había olvidado poseer, una mueca risueña que creyó haber perdido mucho tiempo atrás. Pero si había algo que amaba y por lo que dió cientos de años y recursos era precisamente aquel lugar que ese día le daba cobijo. Y por ello, la sonrisa cubrió su rostro durante todo el día que se paseó por la segunda planta de la tienda junto al joven Fredson (al menos joven para él). Felias estaba preguntándose cuando retomaría aquel trabajo que había dejado muchos años atrás en las viejas oficinas del Concilio cuando se acercó un bruja de aspecto extraño, no por sus saltones ojos azules o su cabeño castaño, sino precisamente porque se encontraba descalza. Le saludó con cortesía y pareció intimidarse ante la presencia del Snape. Acomodó su oscuro cabello hacia atrás dejando sus bicolores ojos a la vista y le saludó. -Buenas tardes señorita, ¿en qué puedo serle útil?- y al momento la joven respondió que venía a gastar parte del contenido de su monedero. Snape se preguntó si tendría mucho para gastar ya que, una vez que alguien entraba en la tienda, era difícil salir. -Y no te preocupes si no encuentras lo que buscas, dime qué necesitas y veré en qué puedo ayudarte.- Pero la mujer parecía saber qué es lo que quería porque completó el pequeño pergamino que Felias le había entregado con la solicitud de dos pociones que por suerte tenían en stock y en gran cantidad. -Todo en orden señorita, ya mismo haré que le traigan sus pociones. Fredson...- se dirigió al hombre que ya había estado más días que él en aquella planta y conocía cada rincón a la perfección. -¿Podrías traerle a la señorita una...- leyó nuevamente el pergamino -... Poción Mágica Reveladora y una Herbovitalizante? Gracias querido.- Mientras Fredson se alejaba para traer las pociones, una segunda bruja le saludó. Tenía un cabello similar a la primera mujer solo que más largo y la verdadera diferencia estaba en su altura; era esbelta, bien marcada, con una piel márfil que enmarcaban una belleza pocas veces vista. -Buenas tardes señorita...- hizo una pausa mientras tomaba el pergamino que había llevado ya completado y leyó su nombre. -...Weasley.- le sonrió. Vio que quería comprar Zumo de Mandrágora y una fría expresión cruzó por su rostro. Ultimamente muchas personas llevaban esa poción (había visto las órdenes de compra al ingresar nuevamente aquel día) y se preguntó porqué era tan popular. ¿No es que era una poción peligrosa y que requería recaudos para ser consumida? Supuso que sería alguna bruja medimaga que trabajaba en San Mungo o que al menos sabía lo que hacia. -Está todo en orden. En unos minutos ni bien mi compañero regrese, le traerá sus pociones.- ___________________________ @ y @ todo en orden, compras aceptadas. ZUMO DE MANDRÁGORA AGOTADO
  3. Nombre del Negocio: Sànix's Link a la Bóveda del Negocio: Bóveda nro. 109795 Trámite a Realizar: Agregar familias de Felias Snape Triviani y actualizar formato general. http://i.imgur.com/kjNWM.png 1.- Link del tópico de la ficha del o los dueños y links a sus respectivas bóvedas personales Arcanus: Ficha | Bóveda nro. 78166 50% Felias Snape Triviani: Ficha | Bóveda nro. 80665 50% 2.- Link del tópico de registro del negocio aprobado Registro del Local Aprobado 3.- Link del local aprobado Local aprobado 4.- Link de las familias del o los propietarios Arcanus | Gryffindor || Potter Black | Felias Snape Triviani | Triviani | 5.- Link de la bóveda de las familias del o los propietarios: Bóveda de flia. Gryffindor (Arcanus) Bóveda de flia. Potter Black (Arcanus) Bóveda de flia. Triviani (Felias Snape Triviani)
  4. <<Las guerras seguirán mientras el color de la piel siga siendo más importante que el de los ojos.>> Bob Marley. Y aquello podría decirse era verdad. Bueno, Candela y Felias no estaban peleando precisamente por el color de sus pieles pero cabía mencionar que la del vampiro se había oscurecido lo suficiente como para no ser detectado en la oscuridad. Ahora se encontraba manchada de negro de la sustancia espesa y aceitosa que él mismo había conjurado de su propia varita. Y entre el embrollo de brazos, manos y rugidos de ambos mientras forcejeaban al mejor estilo muggle, el color oscuro había sabido esparcirse con simplicidad. Parte de la túnica verde oscuro de Felias que ya se había tornado negra y caído lo suficiente para dejar su parte superior al descubierto mas aún cubría la parte inferior. Lamentablemente. Nada que Candela o Gyvraine no hayan visto con anterioridad. -Esto no quedará así maldita usurera.- susurró cuando hubo podido librarse de las fieras garras de su prima. Pero tenía la necesidad imperiosa de quedar con la última palabra por lo que tomó El Hombre que Calculaba de su pila de libros el cual voló raudo hacia la sien de su prima. -¡Calcula esa Gitana Malas-pulgas!- Felias tomó su varita de ébano y comenzó a pasarla sobre su rostro intentando quitar aquel líquido que se había arraigado a su piel como alquitrán, antrax y aceite, todo en uno, tan negro y venenoso como su propia alma. O la de sus primas. Emanaba un fuerte olor e irritante al tacto. Era díficil quitarlo y le costó aún más luego de la aparación de su otra prima, Gyvraine. Sufrió un tercer semi-infarto y se llevó la mano al pecho. ¡Aquellas mujeres iban a matarlo! Y encima su mano quedó adherida al pecho debido a la pegagoza sustancia. -Gracias Candela. ¿Y no decía yo que tu hermana te seguiría? Para qué he hablado...- quizás no había sido simple suposición sino que de verdad había sido su ojo interno indicándole que no serían los únidos dos Trivianis. Mientras Candela le introducía los nombres de los presentes a su hermana señalando la negra piel de Felias (que por un momento se sintió como su viejo amigo Obama), Felias continuó limpiándose hasta que lo hubo logrado, sin reprimir sus deseso de expresarle a su prima cuánto la quería. Cabe aclarar que en un índice de "nada" a "muy poco" aquel sentimiento poco desarrollado por el vampiro estaba muy por debajo de la media. -Las grageas me encantan Candelaria, lástima que tu la tocaste- le respondió mientras se acomodaba en su asiento y procedia a cubrirse nuevamente la parte superior del cuerpo. -Y ya he dejado de ocultar mis intentos de ligue, quedate tranquila. El bueno de Kira no podrá resistirse a mis encantos- volvió la vista hacia él y le guiñó un ojo a pesar del silencio que este venía manteniendo durante los últimos minutos. -Y aunque te denomines Engendro creo que podremos advertir bien a qué te refieres. Ni bien termine esta clase y podamos aprender a sumar saldrás conmigo y sabrás a quién llamar Engendro. - Se acomodó en su asiento al igual que lo hicieron los demas, esperando que la profesora hablara. ¿O acaso tendría que él ponerse frente al grupete y comenzar a enseñar? No sería tan difícil, después de todo dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho deciseis.
  5. El silencio entre la instructora y el vampiro era perfecto. No se sentía con ganas de entablar conversaciones inútiles, vanas o con comentarios aduladores. Estaba en una época de su vida en que prefería un silencio prolongado a una charla sin sentido alguno. Pero allí estaba, al filo del cañón a la espera que algo o alguien rompiera la monotonía improvisada. Por ello se cruzó de brazos cansinamente mientras adoraba el astro sol que reflejaba los rayos de aquel día sobre su pétrea piel. Tan diferente era el clima con respecto a Londres que sonrió con amargura. Escuchó unos pasos a lo lejos de alguien que subía por la ladera del volcán. Era una silueta conocida pero Felias había conocido tantas mujeres en su vida que podría ser cualquiera de ellas, pero no estaba preparado para la visión de una Malfoy. Su traje de cuero enterizo le trajo recuerdos antes de siquiera identificar el rostro de la mujer. Supo quién era únicamente por su forma de vestir. ¿Quién acaso vestiría con cuero en un traje parecido al neoprén de los buzos marinos? Nadie. Ella era la única. No pudo evitar exhalar una sonora carcajada al verle y el sonido le pareció extraño. Hacía años que su labios no emitían tal sonido que lo había olvidado por completo. La observó completa, la pequeña nariz y sus curvilíneos labios, los ojos saltones, el cabello negro entrecano que mostraba una madurez mágica tan única como adorada. -Avril- le saludó en un gesto cordial con una leve inclinación de la cabeza. No pudo evitar recordar aquella visita que ella le había hecho como Directora del Departamento de Control y Regulación de Criaturas Mágicas, cuando había acudido a las mazmorras de la mansión Slytherin para certificar no solo la existencia de sus cuatro basiliscos sino algo muchísimo más importante, que estos se encontrasen en perfecto estado, que recibían el debido cuidado y que nadie era una amenaza para ellos. Exacto, para personas como Felias o Avril, el peligro real estaba en el miedo de las personas hacia aquellas bestias que les llevaba a actuar indebidamente porque, una criaturas debidamente comprendidas podían ser un compañero de por vida. -Ha pasado tanto tiempo. Y mira dónde el destino nos ha traído. Nunca te he comentado pero...- sintió un leve remordimiento interno al tener que confesar aquello, le dolía en el alma. -...hace unos años me confiscaron los cuatro basiliscos.- Sin poder evitarlo terminó la frase con fría voz, con dolor y odio. -Alegaban que no podría cuidarlos, que eran un peligro. Creo que ignoraron por completo tu informe sobre el estado de los mismos y la forma en que yo los protegía. Creo que poco han sabido que personas como tu o como yo muchas veces nos sentimos mejor entre criaturas tan puras y nobles. Hoy por hoy solo me permiten criar a mis cuatro caballos alados y un ghoul tan i****** como su mismo nombre.- ella podría entenderle perfectamente. No quiso pensar en el galés verde que le robaron mucho tiempo atrás. Aún recordaba el calor de su aliento cuando era tan pequeño que apenas superaba su altura. Le había conseguido con la ayuda de Marco Livúa y había sido confiscado en el revuelo ministerial del año 2010. Bufó por dentro y echó un vistazo a la profesora, silenciosa. -No me he leído los libros aún pero al verte aquí Avril, me pregunto de qué van estos poderes. ¿Tú sabes algo?- @@Avril Malfoy
  6. Aquella mañana había amanecido con un cielo cubierto de espesas nubes que alertaban una tormenta que, según la pequeña visión que surcó los ojos del vampiro, no tardaría en caer sobre Londres. Pero poco le preocupaba la meteorología y todo lo que tuviese que ver con ella pero había reparado en ese pequeño detalle por el cambio de temperatura. Los pasados días habían sido más calurosos de lo que una persona normal hubiese podido soportar por lo que fue notorio que aquel día tuviesen un respiro. Snape estaba preparándose para partir en un viaje que tenía previsto hacia la Biblioteca de Alejandría cuando un pergamino apareció frente a él. Era pequeño, gastado y con las puntas quemadas; emanaba un pequeño aroma a aire libre, a campo abierto y aún así parecía que estuviese chamuscado. Snape extendió una pálida mano para tomarlo en el aire y lo leyó rápidamente. Era la nota que le invocaba al punto de encuentro para la próxima instrucción que recibiría. Aún era difícil poder entender cómo funcionaban aquellas objetos mágicos y que por sobre todo hayan sido aprobados por el Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes, especialmente la oficina que se encargaba de confiscar objetos encantados. No que no funcionasen o fuesen peligrosos dado que él mismo había podido saborear el poder de alguno de ellos pero le resultaba difícil de comprender que, aparte de la varitas mágicas (el único objeto legal con el cual canalizar la magia), se haya habilitado el uso de otros objetos. ¡Anticuados! Pero si había algo que tuvo que admitir era el poder que conllevaba vincularse con tales objetos. La varita que guardaba en el bolsillo trasero de su pantalón de mesclilla, de ébano y una pluma de fénix, era uno de los pocos objetos que Snape había utilizado en su larga vida para canalizar su magia y el único con el que aún hoy en día se sentía seguro. Su extensa carrera como creador y fabricante de varitas le habían enseñado el poder que esos objetos podrían guardar, algo que nunca se había podido ver en otra clase de objetos. Y que objetos. Existieron, existen y han de existir miles de ellos que se encantan y que poseen poderes mágicos, objetos que realizan una paupérrima magia al ser tocados, utilizados, lanzados u observados, pero no deja de ser una mágia controlada, miserable y ocasional, resultados que nunca podrían igualar a aquella creada con una varita dado que estas aprenden y crecen con el tiempo, creando un vínculo con los magos que no se puede equiparar. ¿Pero quien era él para cuestionar las determinaciones que tomaba el Ministerio de Magia? Pues claramente era alguien y durante mucho tiempo se había opuesto a la utilización de dichos objetos. No por nada había trabajado durante tantos años en el Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes como jefe en la oficina Contra el Uso Indebido de la Magia. Si no fuese porque había decidido abandonar el puesto, aún hoy estaría prohibida la utilización de aquellos libros y la consecuente vinculación. Se preguntó qué funcionario permitió aquello, y le repudió por dentro. Pero tenía curiosidad. Habían llegado a un punto con aquellos magos-guerreros de medio oriente cuyos conocimientos en la magia pudo crear algo que nunca se pudo igualar en Londres, ni siquiera en Europa o al menos no durante los últimos siglos luego de la creación del Estatuto International del Secreto de los Brujos. Y por ello, había tomado la decisión de regresar una vez al Magic Mall, aquella institución que él mismo había ayudado a crear junto a Livúa, Macnair, Haughton y tantos otros, para adquirir los libros de dudosa magia. Pero ya lo había pensado; antes de comenzar con las demandas ante la utilización de aquellos libros, necesitaba comprenderlos, "vincularse" como les gustaba llamarlos y aprender la magia que tuviesen que enseñar. Pero si algo era seguro es que todo lo que sucediese los próximos días sería registrado. Por ello no dudó en posponer el viaje a Alejandría y aparecer con ayuda del traslador donde este le enviase. No se preocupó en vestirse como mago; había dejado aquellas inmundas costumbres mucho tiempo atrás. Vestía el mismo pantalón de mesclilla que antes, una remera blanca con mangas cortas y unas converse muggles. Nada fuera de lo común. Aspiró el aire tan diferente de Londres y cerró los ojos unos minutos, sintiendo aquel aroma a libertad que tan difícil era de conseguir en Londres, Ottery, Diagon o cualquiera lugar de Gran Bretaña. Podía oler los árboles, la hierba, las cenizas de un volcán que dormía desde siglos atrás, sentir la humedad en el aire del mar que les rodeaba, el olor a sal. Era una isla tan antigua como la misma magia, un lugar que nunca había visitado pero que desde ya había oido: La Isla de Pascuas. Y allí, junto al volcán Rano Raraku era donde se encontraían. Snape no tenía vértigo pero tuvo que admitir aquella vista era tan fascinante como aterradora. Podía ver la isla completa a su alrededor cuyo verde cubría todo lo que pudiese ver y, debajo de ellos, el interior del volcán: roca sólida. Miró sus manos cuando la mujer que lo recibió preguntó por los anillos y precisamente allí estaban, en sus dedos, al igual que un collar colgaba de su cuello. Era extraño vestir aquel tipo de joyería cuando nunca fue un hombre de tales costumbres. Pero las tenía consigo al igual que ambos libros en su pequeño monedero de piel de moke en uno de sus bolsillos. -Buenas tardes Rouvás. Felias Snape Triviani, a sus órdenes- saludó con cortesía a la mujer. Era una mujer delgada, baja, de piel clara como la suya, cabello rubio. No había ningún rasgo extraordinario en ella por lo que se preguntó si estaba cualificada para enseñar los secretos de los libros. ¿O es que aquella magia era todo un engaño y no eran más que simples encantamientos aplicados a ordinarios objetos? Por el momento, esperaría. -¿A quién más esperamos?- Acomodó su negro cabello hacia atrás dejando ver sus bicolores ojes y miró en rededor, esperando a quien tuviese que llegar.
  7. El Snape se sintió contrariado cuando aquel joven no le estrechó la mano, por lo que hizo un extraño movimiento con la misma volviendo a su posición original e intentó mantener la sonrisa en su lugar. Podía entender que quizás el chico se sintiese acosado con su actitud pero sabía que en el fondo no era ningún inexperto y él estaba dispuesto a llegar al fondo de la situación. Como quien dice: donde pone el ojo pone la bala. Al escuchar el nombre del joven, que resultó llamarse Kira, pudo notar la expresión escéptica de Candela ante el apelativo mencionado. ¿Le parecía un extraño nombre o quizás el recuerdo de su vieja lechuza también llamada Kira había retornado a su singular cabecita? Felias tosió débilmente para evitar el resurgimiento de aquel recuerdo que seguramente intervendría en la demente cabeza de su prima. Según recordaba le habían quitado aquellas memorias para evitar futuros problemas con él, Felias, y claramente estaba agredecido. ¿Qué tipo de relación tendrían ahora si ella supiese que Kira, la lechuza pequeña y amada, fue víctima de una pelea entre él y uno de sus hermanos? Aún era incierto quien había clavado la varita de Alyssa en el pecho esponjoso y suave del animal pero eventualmente ambos fueron culpables. Candela pareció no recordar ese punto porque procedió a contestar sobre la aceptación abierta y popular de todo el alumnado. -Ja, que chistosita. - dejó salir una sonrisa deliberadamente falsa. -Pues estás tu, tu horrendo elfo que aún no sé porqué lo has traído. Lo único que falta sería que Gyv te siguiera. ¡Por Zeus! Aland, ¿a donde has ido?- Candela recién pareció reparar en la presencia de Chuck por lo que le aferró por las arejas y se dispuso a salir del aula. Como había dejado de lado al verdadero Kira, volvió su vista a él y retomó la grata sonrisa que había preparado especialmente para él. -Oh, ¿Engendro de la Muerte dijiste?- repitió con una pequeña sonrisa de lado mientras acortaba aún más la distancia entre él y el joven de canas. -¿Matas con la mirada? ¿Tienes el poder de un basilisco? ¿Eres uno?- quiso saber. Y agregó casi en un susurro mientras le mirada los ojos saltones, grises, dejando que parte de su túnica se abriera y mostrara su pálida piel desnuda. -Dicen que los basiliscos son grandes y...- estaba por agregar un comentario fuera de lugar y que solo él pudiese oir pero fue interrumpido de nuevo por Candela. -Que no soy tu sirviente, mujer. Si no has de aceptar mi oferta sobre el tiempo compartido poco podemos hacer juntos. Pero como soy amable...- aceptó la varita que le había quitado y comenzó a lanzar agua hacia las manos de Candela, quien comenzó a lavarse. Por la mente de Felias cruzó un recuerdo muy muy viejo, tan viejo que no sabía aún le pertenecia, el recuerdo de Poncio Pilato lavándose las manos en un gesto de eliminar toda culpabilidad de él, todo vestigio de criminalidad previo a la crucificción del mago conocido como Jesús de Nazaret. ¿Acaso Candela había aprovechado aquel momento para, enfrente de dos testigos oculares, lavarse las manos de lo que fuere que ella misma hubiese provocado? Volvió en si cuando su prima estaba por terminar por lo que giró levemente su varita y el agua que emanaba cual peña de Horeb cambió a una sustancia negruzca, aceitosa e inflamable que manchó las manos de la bruja. -Ups...-
  8. El Snape fingió interés en las necias palabras que salían de la boca del grisáceo joven, aquel ser que cuyo monólogo referido al saber lo habían traído a aquella clase. Si supiese que nadie podría alcanzar el saber supremo quizás se hubiese dado por vencido muchísimos años atrás. ¿Se atrevería a mostrarle tal verdad? Después de todo como dijo un famoso sabio mago: Solo sé que no sé nada. Cuanta razón llevaba. -Me apena tener que traerte esta mala noticia pero el saber como tal es inalcanzable, una utopía. Mientras más cosas aprendas más te darás cuenta lo poco que sabemos- sonrió con suficiencia. Él mismo tenía casi más años que la historia misma y no se consideraba alguien culto en absoluto Lo único que le agradaba de aquel joven era su apariencia. Se veía muy bien. Volvió a mirar su cuerpo y le guiñó un ojo, ignorando plenamente la presencia de la profesora que hasta el momento parecía no importarle lo que los alumnos hiciesen. ¡Que liberal! Su humor cambió de repente con la siguiente aparición que resultó ser nada menos que su prima, la abusadora, la usurera... La gitana. Snape puso sus ojos en blanco haciendo una pequeña mueca mientras acomodaba sus libros y volvía la mirada al joven de canas. -Por supuesto hacen falta libros. ¿Cómo crees que aprenderemos?- le extrañó la falta de tacto del joven. -A propósito, ¿cómo te llamas?- le interesaba saber el nombre de su próxima victima. Le hizo recordar al joven Lestrange que otrora se había convertido en su aprendiz, sumiso y controlado. Un vampiro leal. -Mi nombre es Felias Snape Triviani, un gusto.- le extendió una cálida mano anhelando el tacto con él. Luego miró a su prima, aquella malcriada mujer que con el tiempo solo había aprendido cómo maltratar a quienes no diesen lo que ella quería. Y a Chuck. Principalmente a los Chuck. Felias se compadeció de ellos. -Claro que pensé en ti querida prima- le contestó cuando ella hubo tomado uno de sus libros. -No conseguí Numerología para est****os, solo tenían en stock "...para Principiantes"- sonrió de lado con un dejo de amargura en su fría voz. Le miró cómo vestía; un jean, una remera barata y sin calzado. ¿A donde estaban sus modales? Él vestía una perfecta túnica verde oscuro que le había costado sus buenos galeones. Si si, quizás fuese poco ético o le tacharían de amoral vestirle sin llevar nada debajo, ni siquiera ropa interior o calzado al igual que la gitana, pero al menos su túnica se veía perfectamente bien. Se giró y le habló a la profesora deseando que una vez por todas empezara la clase. -Disculpe, profesora. ¿Aquí dejan entrar a cualquiera?- miró de reojo a Candela. @@Candela Triviani @Kira~
  9. Estaba mirando a la profesora, recordando haberla visto tan solo pocos días atrás en aquel viejo y destartalado pub del viejo Mulpepper, la cantina que había perdido toda esperanza de volver a la vida mucho tiempo atrás. Pero claro, aquel encuentro había sido suficientemente clandestino (y aburrido) como para no mostrar emoción ni reconocimiento alguno. -Buenos días señorita, mi nombre es Felias Sna...- se calló de golpe cuando alguien más apareció a unos metros. El Snape se llevó la mano al pecho ante la repentina aparición que le causó un semi-infarto. Si no fuese por su condición de monstruo nocturno hubiese muerto del susto en aquella clase. ¡Qué lastima que no sucediese! Sería un manchón en la desconocida reputación que aquella profesora recibiría gratuitamente. -Por todos los cielos...- agregó mirando a quien hubo aparecido. Era un hombre de aspecto joven y lo primero que pensó Snape fue en el color gris. Todo en él era gris: su cabello corto, su fría mirada, su piel. Daba un poco de miedo su aspecto lo que le hizo preguntarse si se encontraba vivo. No parecía emitir emoción alguna. Pasó una mano por su propio cabello negro dejando a la vista sus bicolores ojos, ambarino el derecho y azul intenso el izquierdo. -Buenos días joven.- volvió a mirarle y esta vez se concentró en la forma de su cuerpo y pensó que quizás serian buenos amigos. Aunque, ¿por qué no más? ¿Era un deseo o una visión del futuro cercano? Su ojo interno a veces le confundía. -Así que también vienes a por la Aritmancia. ¿Qué te trae por aquí? Oye, ¿y tus libros?- quiso saber. @Kira~
  10. Estaba caliente. Muy caliente. El sofocante sol se colaba por la ventana del pequeño pub en que había decidido pasar la noche después de la rauda visita a su viejo local de Diagon. Debido a las altas temperaturas se había visto en la obligación, no que le molestase, de dormir completamente como dios lo había traído al mundo, logrando que los pequeños rayos de sol matinales reflejasen su pálida y rojiza piel. Sabía que faltaba poco para el inicio de las clases de conocimientos en materias de magia avanzada, aquellos cursos de pos-grados que se habilitaban únicamente para aquellos que tuviesen la capacidad de aprender algo más que simples movimientos de varitas. Pero claro, había tanto que Snape no sabia que podría cursar casi un sin fin de materias diferentes y aún así sentirse un ignorante. Pero si había algo de lo que se sentía orgulloso era su mano para las pociones caseras y el ojo interno que nunca le fallaba. Por eso, habiendo vislumbrado que las clases comenzarían aquel primer día del tercer mes, su elfo doméstico se había encargado de prepararle los libros que necesitaría para su clase de Aritmancia, los cuales se encontraban en una pila al lado de la ventana, casi a punto de ser prendidos fuegos. ¿Cuál era la finalidad de la Aritmancia? Snape era un hombre de mente aguda si no se tenían en cuenta los números, ya sea para las operaciones que los muggles eran capaces de hacer (¡Esa si era verdadera magia!) o las propiedades mágicas que alguien, hace muchos años, había intentando inculcarle a los números. Maldijo a quien le convenció de tomar aquella clase. Abrió sus hermosos y brillantes ojos al no poder posponer la molesta e inmunda presencia del sol que, con refulgentes e infernales rayos creaban una capa de sudor en todo su cuerpo. Al momento de haberlos abierto, oyó un pequeño zumbido y al levantar la miraba apareció sobre él una pequeña piedra verde, quizás preciosa. Quedó pendida en el aire por unos segundos para luego caer sobre su mejilla izquierda. -¡Me lleva el diablo!- se quejó de dolor; se incorporó y mientras se sobaba la mejilla tomó la piedra en sus manos, la cual emanaba una débil luz azulada. Era claro lo que era: un traslador. -¿De quién será esto...?- pero antes de terminar su escéptico comentario tuvo la visión de la clase de Aritmancia y a una profesora de rostro conocido, o al menos a quien hubiese visto una vez. Deseó que no fuese alguien con quien haya intimado. Estaba por ponerse de pie cuando sucedió. La piedra desapareció y, con un movimiento espiralado y concéntrico Felias fue jalado desde su ombligo, desapareciendo de la mohosa y paupérrima habitación en la que pasó la noche, para aparecer de la misma forma en que había dormido frente a la profesora, quien a diferencia de Felias, llevaba ropa. -¡Buenos días!- saludó alegre mientras se ponía de pie. -Disculpe por mi presencia, pero aún estaba durmiendo cuando me llegó esto- mostró la piedra en su mano -Y como sabrá, con este calor es mejor dormir sin nada.- Sonrió de lado relamiéndose los labios. Con un movimiento de su varita de ébano hizo aparecer una túnica verde oscuro que se la puso sin más, sin nada debajo. -Ah, traje mis libros- con otro movimiento hizo aparecer los libros que su elfo le había preparado, que aparecieron sobre la mesa. -Estoy seguro que serán suficientes.- Eran Matemáticas para Patosos; Derivadas e Integrales, la solución a tus problemas; Numerología para Principiantes y el último, el más grande, se titulaba El Hombre que Calculaba.
  11. Agatone Lestrange La mujer que ya estaba seguro era un demonio no parecía dispuesta a ayudarle. Es más, parecia ser capaz de dejarle sufrir en aquel jardín del castillo si ella no recibía nada a cambio. ¿A dónde le habían enviado? Por suerte el hombre a quien ella acudió no resultó ser tan malo y le ofreció un solicitado brazo. -Gracias... señor... - fue lo único que pudo decir mientras sentía los escalofríos que le recorrían el cuerpo y que parecía quitar las pocas emociones que podía sentir. Alzó la vista al hombre cuyo nombre no recordaba; la mujer le había llamado por el mismo pero no se había grabado en su memoria. Se sintió curioso de quien le hubo asistido, intentando recordar el rostro en caso de tuviera que agradecerle en un futuro. No fue mucho lo que pudo ver a través de su nublada vista mas la cabellera rubia que reflejada contra el sol indicaban una similitud con la suya propia que le hizo emitir una dolorosa sonrisa. -Ah, por...Zeus...- exhaló reprimiendo la sonrisa que no hubo durado más de dos segundos. Esta le había provocado un dolor en su pecho que se extensió por su brazo hasta la varita de cedro que había asido con su mano izquierda, la cual rugió contra la hierba en un rayo débil y azulado. Volvió a alzar la vista y cuestionó la bondad de la mirada azul violácea que le guiaba. -¿Ángeles?- repitió curioso, apoyando su cuerpo en el del hombre, sintiendo que caería si fuese por sus propias fuerzas. -No conozco la diferencia entre...- cerró los ojos con fuerza para reprimir la punzada de dolor en su cabeza, en su garganta. -... demonios y ángeles. ¿Acaso la hay?- estaba muy cerca de del cuello del hombre, podía sentir la sangre fluir con fuerza, vibrante y punzante, causando un fuerte estupor en su alma que ansiaba salir. De repente se sintió más vivo. -Triviani...¿A dónde me llevan?- quiso saber. _____________________________________ @@Candela Triviani @ Zamolódchikova Me siento horrible por haber tardado tanto en contetar, me he convertido en mi peor pesadilla! (?). Que va, puede llegar una trama buena xD
  12. Hola @@Mr Zurin ! Te etiqueto a vos poque es algo que había quedado pendiente de la última edición. Disculpa por ser tal molesto xD Reviendo cómo había quedado el primer posteo que, por cierto las imágenes quedaron perfectamente ubicadas, gracias por eso, se duplicó una parte de los links al final de todo, en la parte de las bóvedas. Revisé mi posteo, la solicitud de edición #80, y comprobé que yo lo había puesto bien porque me había tomado el trabajo de editar toda la ficha y arreglar los links de bóvedas (más que nada actualizarlos y ponerle un code bonito xD) por lo que supongo que la duplicación de links se te escapó a vos En la ficha aparece así: Debería quedar así: A propósito, copié el code exactamente de mi solicitud #80 (23 February 2017 - 23:45), no hice ningún cambio . Muchas gracias por todo y nos vemos en un mes! Saludos, Felias.
  13. Buenos días! Habiendo releido el primer posteo no queda claro si las actualizaciones (que sí se menciona deben realizarse una vez al mes) deben hacerse en este tópico mediante solicitud o si, por el contrario, se debe realizar un posteo en el tópico de los Personajes Secundarios en cuestión del mismo modo que se piden cambios en las fichas de personaje. No hablo de agregar un personaje, dado que el bueno de @@Mr Zurin había mencionado en el posteo anterior a este que eso directamente lo hago posteando en el tópico de personajes secundarios. So... En mi caso, según notifiqué en ESTA actualización de mi Ficha de Personaje y con el deseo de invertir el personaje principal con el actual, aquí debajo detallo en un spoiler cómo quiero que quede el posteo #1 de mi tópico de personajes secundarios. Antes que nada como primera solicitud me gustaría que le cambiaran el nombre al tópico dado que mi nick ha cambiado: debería quedar "Personajes Secundarios de Felias Snape Triviani" y modificar el Censo según corresponda. El posteo de la ficha a modificar es este --> 1er personaje secundario de Felias Snape Triviani. http://i680.photobucket.com/albums/vv161/Felias/2zzXE.png Nombre: Agatone Lestrange Edad: 24 Nacionalidad: Inglés Raza: Vampiro Personaje principal al que está asociado: Felias Snape Triviani Relación con el personaje principal: Víctima de un abuso de Felias Snape, quien causó su vampirisimo. Aspecto Físico: Es un joven de una altura considerable (casi metro ochenta), aunque este no es su rasgo característico. Lo que bien podría notarse a simple vista es, precisamente, sus ojos, una heterocromía de naturaleza extraña; el derecho es de un color naranja con rendijas negras enmarca una naturaleza única en el mundo mágico, unos genes de los cuales el mismo Agy poco conoce. El ojo izquierdo, por otra parte, es simplemente de un fuerte color miel, casi como el oro. Su cabello es de un rubio intenso, tanto que a veces se confunde con plateado. Lo lleva rapado en la nuca y un poco más largo en la parte superior. A parte de su curvilínea nariz y la pálida piel, no hay rasgos notables que se deban detallar. Bajando por su cuerpo, la única marca que posee desde que tiene uso de razón es, sin duda alguna, el tatuaje de una runespoor en su espalda. Cualidades Psicológicas: Siempre se ha destacado por su inteligencia, capacidad de cálculo, resolución de problemas y pensamientos fríos. Desde pequeño fue un joven meditador, algo que le llevó a pensar de dónde había sacado tales prácticas siendo su padre adoptivo nada semejante a él. De todas formas, siempre creyó que le faltaba algo a su personalidad. Siempre tuvo la necesidad de buscar los orígenes de su vida, su ascendencia, algo que a pesar de su inteligencia le costaba descubrir. Es compasivo, amable; ama a los seres vivientes y, aún así, nunca dejaría que nada se le cruce en su camino para completar sus objetivos. Cambió radicalmente al convertirse en vampiro por causa de Felias Snape; hoy en día a pesar de su seguridad como mago, suele encontrarse en momentos debilidad embargados por el terror, la angustia y la depresión. Historia: Agatone siempre supo que no conocía la total verdad sobre su vida. Desde pequeño fue el hijo único de su adoptivo padre; el mimado, el consentido, el niño que tenía todo lo que quería, y más. Pero no era suficiente, le faltaba algo. Y no por caprichoso o avaro dado que siempre se sintió a gusto con lo recibido. Pero sabía que ser adoptado no era algo que simplemente hubiera sucedido por casualidad; había una historia detrás que nadie quería querer contarle. Desde que tiene uso de razón, posee ese extraño tatuaje de una runespoor en su espalda, una marca de nacimiento (o al menos desde pequeño) que siempre le cautivó. Sabía que tenía un significado intrínseco y demasiado importante para él, un significado que lamentablemente desconocía. Pero de a poco, se acercaba su cumpleaños número diecisiete, un momento en que la mayoría de edad le permitiría poder buscar con libertad el verdadero paradero de su ser, la verdadera procedencia de Agatone Lestrange. Porque el saber que sus padres habían sido fieles servidores al Señor Tenebroso, no eran datos de mucha ayuda. ¿Quién había sido en realidad Bellatrix Lestrange, o, mejor dicho, Bellatrix Black? ¿De dónde provenía el clan de los Lestrange, con su padre Rodolphus? ¿Qué significado tenía el misterioso tatuaje de su espalda? Esas y muchas más, eran preguntas que para él tenían importancia, y que aún hoy en día no tenían respuesta. Pero si había una cosa de la que estaba completamente seguro, y era que él no era hijo único. A todo esto, se le debería sumar el hecho de que hacia tan solo dos años, Agatone sufrió el ataque de un vampiro quien, no permitiéndole acercarse a los brazos de la muerte, llenó de veneno maldito las venas del joven convirtiéndolo desde ese momento y para siempre, en una bestia: un vampiro. Esto llevó a Agatone a recluirse durante meses para aprender a controlar su sed, algo que al principio había sido tan difícil como pedirle a un alcohólico que se resistiese a beber teniendo cientos de botellas frente a él. Había creído encontrar el control en la reclusión y aislamiento que él mismo se habí autoimpuesto pero se dio cuenta que comenzó un proceso completamente nuevo de dolor y desesperación cuando volvió a mesclarse entre magos y brujas, teniendo la imperosa necesidad de controlar su sed que sucumbía a los inmundos deseos de su ponzoña interior. Otros datos: Hace pocos días en la actualidad y luego de salir de su reclusión, sufrió una decaída por el proceso incompleto de conversión en vampiro que, acrecentado por la magia en él, provocó dolorosos síntomas, visiones, vómitos de veneno fermentado y un claro incremento en sus deseos de asesinato, emociones que siempre intentó y sigue intentando reprimir. Su varita es de Cedro, núcleo combinado con un pelo de cola de aethonan y un pelo de veela; mide 28cm y altamente flexible a la vista. Su patronus es un aethonan. Inconscientemente sufre del Síndrome de Estocolmo. Son trillizos con su hermano Lysander Lestrange y su hermana Tara Lestrange. Aún no les conoce. Condiciones de utilización: No es un personaje compartido.
  14. @@Mr Zurin muchas gracias por la rapidez! Entonces solicito los cambios en los topic correspondientes y listo. Con respescto al code de las imágenes, no sé porqué ha quedado así. De hecho si te fijas en mi posteo las imágenes estaban bien; y eso que lo he previzualizado mínimo 20 veces, cada vez que hacia algún cambio. Ahora ya es medio tarde, mañana me fijaré qué pasó con el code. Por otro lado, sin saber que ibas a actualizar tan rápido, edité la ficha unos minutos antes que vos para poner unos premios que siempre me olvidé de agregar, en el apartado de "Premio"... Si no te es mucha molestia, agrega eso por favor Por lo demás, todo en orden y disculpa las molestias. Saludos, Felias. EDITO: No olvides el nombre del topic tambien, que lo pedí en el posteo anterior pero entre tantas cosas se te habrá pasado, lol! Gracias!
  15. Buenas! Perdí todo mientras lo estaba haciendo y tuve que volver a hacerlo. Ya estoy de mal humor. Bueno, vengo con varios cambios que tengo desde hace bastante para hacer pero estaba esperando juntar varios incluyendo el cambio de nick, y así hacer todo de una. Basicamente: Intercambio de personaje principal con el secundario Modificación de datos sobre los que tengo habilitación (historia, apariencia, personalidad, etc.). Actualización de ficha general al Nuevo Modelo de Ficha de Personaje que, como dije antes, no lo había actualizado esperando tener varias modificaciones. Solicito encarecidamente y si es posible, por favor, realizar un "backup" del primer posteo de la ficha en un posteo siguiente a este (en un spoiler si quieren, para que quede todo más ordenado) y así tener un resguardo en caso de pérdida de algún dato. Solicitaré el cambio de Personajes Secundarios una vez se haya realizado este por lo que por favor guardar el primer posteo Solicito que editen el nombre de este tópico según mi nick actual (que coincide con el del personaje): Felias Snape Triviani (obviamente con el cambio correspondiente en el Censo. Los cambios importantes que he realizado en la ficha son: Supresión de familia Snape al encontrarse inactiva/inexistente en el foro. Agregado de familia Triviani como sanguínea (y la correspondiente bóveda al final). Rango Social: actualizado de Unicornio de Bronce a Dragones de Bronce. Me he tomado el atrevimiento de mover las Criaturas en Reserva a Criaturas dado que se encontraban allí por ser Unicornio de Bronce; pero al actualizar el rango social a Dragones de Bronce se me permite controlar criaturas de hasta nivel XX (siendo el nivel de las criaturas que se encontraban en la reserva. Por favor chequear que esté correcto. Consulta: en el apartado de "Registro de XXX" no estoy seguro qué tipo de información debo poner; me he tomado el atrevimiento de incluir un detalle (con los correspondientes links a las certificaciones) de las criaturas que han sido registradas en el Ministerio de Magia independientemente de su rango (son todas XX). En caso de que esta data no deba incluirse aquí, por favor eliminar y dejar en blanco. En el caso de que esto es correcto, eventualmente iré agregando los distintos tipos de registros que vaya efectuando. En el apartado de Personajes Secundarios puse a Agatone Lestrange a pesar de que el cambio en el tópico de personajes secundarios aun no se ha realizado porque ese cambio depende primeramente de la actualización de esta ficha. En caso de que estrictamente se deba esperar, dejar ese espacio en blanco y esperar al cambio correspondiente en el otro tópico. Me tomé el atrevimiento (uno más xD) de poner los links de las bóvedas de negocios cerrados en un "spoiler" para que sea más fácil de identificar los que están abiertos. Obviamente, chequear esto y, en caso de que estrictamente deba estar todo visible, quitar el code spoiler. FICHA DE PERSONAJE http://i680.photobucket.com/albums/vv161/Felias/FirmaFelias.jpg firma creada por mitsuki Datos Personales: Nombre del Personaje: Felias Snape Triviani (Φίλιππος Φαλλοσμαλάκας) Sexo: Masculino Edad: Desconocido (aparente unos 30) Nacionalidad: Griego Familia(s): Familia Triviani Padre(s) Sanguíneo: -- Padre(s) Adoptivos: -- Trabajo: -- Poderes Mágicos: Rango Social: Dragones de Bronce Bando: Neutral Rango dentro del Bando: -- Puntos de poder en objetos: 1450 puntos Hechizos adicionales: -- Puntos de poder en criaturas: 190 puntos Criaturas controlables en asaltos y duelos: -- Habilidades Mágicas: --Conocimientos Especiales: Pociones Primeros Auxilios Adivinación (conocimiento adquirido) --> certificación Defensa Contra las Artes Oscuras (conocimiento adquirido) --> certificación Medallas: -- Perfil del Personaje: Raza: Vampiro http://i680.photobucket.com/albums/vv161/Felias/Firmas%20usadas/SnowAvy.png Aspecto Físico: Tiene una altura de 1,77 mts (un metro y setenta y siete centímetros) con una piel casi blanca pero con una tonalidad rojiza casi imperceptible. El cabello es negro bien oscuro, corto y revoloteado. Posee ojos de distintos colores; el ojo derecho es color ambarino, miel, mientras que el otro es de un celeste intenso. Su nariz es pequeña con una leve inclinación en la punta. Su boca es pequeña, y torcida en las comisuras hacia arriba. Tiene un buen físico desarrollado por los años. Cualidades Psicológicas: Siempre se ha destacado por su bondad y compasión, ya que durante sus primeros diez años de vida que vivió con su madre, ella le enseñó cómo ser una persona amable y gentil. Siempre respetando a cada ser vivo por lo que es, ha crecido con estos conocimientos y valores pero cuando su vida dio un vuelco sobrenatural con la muerta de su madre, Felias cambió en gran manera. Se tornó solitario impidiendo que muchas personas entraran en su vida; comenzó a preguntarse sobre las injusticias de la vida, del porque su madre no estaba con él y desde ese entonces su mente cambió y maduró. Pero luego, con el segundo vuelco de su vida, Felias se alejó de sus seres queridos para vivir solo durante un tiempo y reflexionar. La bondad que lo caracterizaba de pequeño ahora era muy difícil de encontrar. Tenía muchas cosas que cuestionarle a la vida y muchas filosofías personales que lo ayudaron a crecer. No se sentía cómodo en ningún bando, pero con el tiempo se dio cuenta que el bando oscuro podría proporcionarles mucho más de lo que nunca hubiese imaginado. Historia: Felias Snape Triviani, nacido con el nombre de Philippos Fallosmalakas (Φίλιππος Φαλλοσμαλάκας) un catorce de Septiembre a 300 Km. al norte del pueblo de Atenas, en Grecia, desconoce aún hoy en día el año en que ocurrió siendo la fecha más cercana unos tres o cuatro siglos previos al surgimiento del cristinismo. Vivió principalmente con su madre frecuentado muchas veces por su tío Αλέξανδρος (Alejandro) quien era hermano de Ανάξα Χεφίν (Anaya Xefín), su madre y en una pequeña cabaña de campo, solitaria y alejada de toda comunidad de magos y muggles. Philippos nunca conoció a su padre biológico ya que, según su madre, era un guerrero y había sido llamado por los dioses hacia la lucha para cumplir con su deber. A Philippos siempre la habría encantado conocerlo mas se sentía orgulloso de que él, su padre, siguiera el designo de los dioses. Por eso, no solo vivía con su madre Anaya, sino también con un primo de esta llamado Στομαξός Τικέ (Stomaxós Tiqué, con el tiempo mal llamado Tomás Tigre), quien era un carpintero destacado. Los primeros diez años de vida de este joven podrían decirse que fueron normales. A pesar de ser mago, el niño recibía cuidados y educación muggle debido a que Anaya no quería exponer a su familia frente a los ciudadanos griegos. De todos modos, Philippos era demasiado joven como para conocer los intrínsecos secretos de la magia, su uso y como desarrollarla debidamente. Durante este período el niño aprendió muchas cosas muggles; desde sus hábitos hasta sus filosofías. Nunca pudo saber porque su madre decidió educarlo entre las personas sin magia ocultando su verdadera identidad hasta su adolescencia, a pesar de sus excusas. Pero muchas de estas preguntas son cuestionadas por él aún hoy en día. Mientras vivían en esa cabaña alejada del pueblo, Alejandro se encargaba de enseñarle a su sobrino su habilidad para tallar; le mostraba todos y cada uno de sus cuchillos, cinceles y navajas que creaba enseñándole todos sus conocimientos: desde la diferencia entre un Álamo y un Sauce, las diferencias entre cada árbol para tallar objetos y, por si fuera poco, la diferencia química, sustancial y mágica de cada madera. De a poco fue aprehendiendo todos estos saberes para con el tiempo comenzar a tallar por el mismo, a pesar de ser tan solo un niño, a la edad de diez años. Su primera creación fue, sin más, un diminuto oso con madrea de Olivo. http://i680.photobucket.com/albums/vv161/Felias/Miniosito.png Cuando Philippos cumplió los once años, ya ninguno podía seguir ocultando los brotes de magia que escapaban del niño. La madre tenía miedo de no poder enseñarle debidamente por lo que decidió realizar un viaje hacia las tierras lejanas de Nepal y así, vivir en un lugar tranquilo donde un mal uso de la magia no tuviera consecuencias desagradables ni fuera visto por nadie. Y así lo hicieron; se embarcaron hacia Oriente, a las tierras del viento, de quienes meditan; tierras de poder, gloria y secretos. Fueron en busca de paz y un lugar donde desarrollar las habilidades del joven brujo. Lamentablemente, nada salió como esperaban. La nave en la viajaban sufrió un desperfecto mecánico a tan solo unos kilómetros antes de llegar a la costa de su destino provocando el naufragio de la misma. Anaya y Philippos se salvaron gracias a la suerte, o los dioses según pensó Anaya en ese momento. Madre e hijo anduvieron hacia la costa bajo un sol que poco calentaba y entre aguas dulces de un río de valle que le purificaba las pieles. Fue una ardua travesía alcanzar la costa, objetivo que en un principio parecía tan fácil como ir a la casa del vecino de enfrente. Y al llegar, ambos cayeron desmayados por la fatiga y el dolor de las heridas. Los días en aquel desconocido lugar poblado de selva, bosques o fuese cual fuera la vegetación que los rodeada, invitó a los dos magos a internarse cada vez más. No era buen momento para la educación dado que ahora debían sobrevivir mas Anaya no perdía momento para recitar alguna teoría o enseñando algún hechizo a medida que les era necesario. Las horas pasaron a ser días, los días semanas... El lugar les sentaba cada vez más a un hogar, habituándosae a él. Empezaron a ser nativos, a vivir de aquel frío bosque que les proveía el alimento necesario para la vida. La pluma de un ave que desaparecía fue suficiente para que el joven tallara su primera varita que a pesar de no ser la mejor, era suficiente para la supervivencia. Pero lo importante no fue el naufragio, ni los días que pasaron en aquel frío, desolado y desierto bosque, ni mucho menos las cosas que el joven aprendió. No, eso no fue nada en comparación a lo que sucedió el quincuagésimo tercer día. Madre e hijo viajaban en busca de un terreno más estable para pasar la noche, cuando encontraron un claro en medio de los enormes árboles que tapaban la luz del sol. Un templo, de quien sabe que época o cuando construido brillaba ante ellos, derrumbado en parte y solitario al igual que la flora circundante. Era una pequeña construcción que fácil podría confundirse con el escenario natural marcado allí como parte del hábitat. Sus techos que caían hacia los dos lados cual pagoda abandonada, y las enredaderas que crecían sobre sus paredes le daban un aspecto más siniestro de lo que debería ser. Anaya y Philippos avanzaron hacia aquel templo caminando con sigilo, buscando no algo extraño sino simplemente un lugar donde pasar la noche; si aquel lugar estaba despoblado, podrían utilizarlo para ellos. La luz del sol se encontraba oculta por la vegetación, quizás algún Olmo, quizás un Sauce, o quizás un Secuoya Sempervirens. La pesada puerta de piedra tallada en desconocidos jeroglificos se deslizó suavemente ante la fuerza de ambos que ejercieron sobre ella. En el interior, una pared solitaría de piedra también tallada de unos dos metros de ancho les impedía la entrada; al rodearla, pudieron ver la única sala que poseía aquel templo cuya ocupación era un pequeño pedestal de piedra caliza ubicada casi al fondo de la sala y, sobre este, una esfera cristalina del tamaña de un puño que emanaba un brillo dorado. Aquella sala estaba tallada en su totaliadad. Y no solo eso, sino que un círculo enorme ocupaba casi todo el centro del lugar (en el suelo) siguiendo la línea de los símbolos; el suelo se encontraba hundido justo en el borde del círculo y dentro del espacio que quedaba, había un aro. Y nada más. El lugar era frío a pesar de la abertura que había en el techo el cual se había desprendido seguramente años atrás. No había sonido alguno; solo el eco de las respiraciones de aquellos dos humanos y, a veces, el retumbe de sus pasos que se multiplicaba en las paredes. Anaya miraba a los lados, intentando ver algo anormal, extraño o vestigios de magia pero hacia tantos años que aquel lugar estaba abandonado que lo más seguro era que no hubiera nada, ni magia. -Espera aquí- anunció Anaya dejando a su hijo alejado y entró en el círculo. Anaya acercose al pedestal, con su varita de roble firme en su mano. Observó aquella esfera de cristal, seguramente algún tesoro viejo o perdido que brillaba; extendió una dudosa mano y con sus yemas tomó la esfera posicionando los mismos en unas hendiduras que tenia el cristal. Este estaba frío, su brillo iluminó los verdes ojos de Anaya que miraban con deleite aquel tesoro que vibró con serenidad. El aro del suelo se alzó con un estrép*** cual rugido de león posicionándose de forma vertical detrás del pedestal y comenzó a girar. Una neblina apareció desde ningún lado en el centro del aro, el cual parecía un espejo empañado. Philippos intentó avanzar, pero no pudo entrar al círculo; por su parte, Anaya estaba aterrorizada. Una voz irregular, distorsionada y desconocida se escuchaba del otro lado del aro, de ese extraño aro que giraba sin cesar. Anaya no entendía lo que decía, o al menos eso creía Phillipos. -¿Quién eres?- preguntó la mujer atemorizada. La voz habló con ese distorsión extraña y que era imposible entender. -¿Mi hijo? ¿Qué sucede con mi hijo?- respondió, volteándose unos segundos para observar a Philippos que le respondía la mirada. El joven pudo atisbar sus ojos de pánico. Anaya movía su varita de forma nerviosa, y la mano con la que sostenía la esfera vibraba moviéndose en perfectos círculos y pequeños. -¿Qué? ¡No, por favor! ¿La esfera?- Anaya enloquecía; no se sabía lo que le decía la voz, si se refería a su hijo o no, tampoco se sabía si en realidad entendía lo que la voz le decía o solo era una manifestación repentina de una locura. La mujer tomó una decisión, quizás creyendo que así eso terminaría. Dejó caer la esfera con fuerza contra el suelo de piedra, y esta se rompió. Los pedazos de vidrió volaron por el aire acompañados por el agudo sonido, quizás un grito, proveniente del aro. Cuando los pedazos de cristal tocaron suelo firme, una luz cegadora iluminó la sala por completo; Anaya desapareció dentro del círculo y el aro se rompió. Philippos, extasiado, se acercó al círculo y entró en él, lugar que ahora parecía más muerto que un cementerio. Se acercó al pedestal, buscó algo en él pero nada sucedió. Su madre no estaba y tampoco respondió a sus llamados desaforados. Los gritos del joven rebotaron contra las paredes de piedra, sus lagrimas caían al suelo mas no le traían consuelo. ¿Dónde estaba su madre? ¿Qué había sucedido? Solo habían ido al lugar equivocado, y eso había tenido una consecuencia terrible. Pero no podía estar muerta.... No había cuerpo, ni siquiera partes del mismo. ¿Dónde estaba? No era lógico... Aquello era extraño, y el joven se encargaría de resolverlo. *Examen de Aparición que incluye recuerdo parcial de su conversión a vampiro. Pertenencias: Objeto Mágico Legendario: -- Objetos Mágicos: Objeto: Varita Mágica Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Objeto: Reloj Mágico Familiar Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Objeto: Bowtlé Dorado Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Objeto: Espada Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Objeto: Alfombra L. Ville Clasificación: A Puntos de Poder: 10 Objeto: Lavado Especializado Clasificación: AAA Puntos de Poder: 40 Objeto: Armario Evanescente Clasificación: AAAAA Puntos de Poder: 160 Objeto: Saeta de Fuego Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Pociones Mágicas: Objeto: Poción Reabastecedora de Sangre Clasificación: AAA Puntos de Poder: 40 Objeto: Zumo de Mandrágora Clasificación: AAAAA Puntos de Poder: 160 Objeto: Poción Olvidamores (2) Clasificación: AAA Puntos de Poder: 40 x 2 = 80 Objeto: Poción de la Seducción (2) Clasificación: AAA Puntos de Poder: 40 x 2 = 80 Objeto: Felix Felicis (2) Clasificación: AAAAA Puntos de Poder: 160 x 2 = 320 Objeto: Amortentia Clasificación: AAAAA Puntos de Poder: 160 Objeto: Elixir de la Vida Clasificación: AAAAA Puntos de Poder: 160 Objeto: Esencia de Díctamo Clasificación: AAA Puntos de Poder: 40 Objeto: Poción Herbovitalizante Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Objeto: Poción Incorpórea Clasificación: AAAA Puntos de Poder: 80 Criaturas Mágicas: Criatura: Puma Categoría: X Puntos de Poder: 10 Criatura: Osito Mediador (2) Categoría: X Puntos de Poder: 10 x 2 = 20 Criatura: Aethonans (4) Categoría: XX Puntos de Poder: 20 x 4 = 80 Criatura: Porlock (2) Categoría: XX Puntos de Poder: 20 x 2 = 40 Criatura: Jobberknoll Categoría: XX Puntos de Poder: 20 Criatura: Ghoul Categoría: XX Puntos de Poder: 20 Criaturas en la Reserva: Libros de Hechizos: Libro: Libro del Aprendiz del Brujo Nivel: 1 En situación transitoria y sin poder hacer uso del libro: Libro: Libro de la Fortaleza Nivel: 5 Poderes de Criaturas: Tipo de Poder: Consumibles en Batallas: Nombre: Poción Curativa Categoría: AAAAA Elfos: Sluha: Es el nombre de su elfo doméstico heredado de su sobrino (actualmente desaparecido) y que fue siempre leal a las familias Slytherin y Snape. Tienen una relación muy estrecha con su dueño tal y Felias le confía muchos de sus bienes. Sluha se encarga de cuidar principalmente las criaturas de Felias, y mantiene su castillo en orden. Realiza todo lo que su amo le ordene. Registro Licencias, Tasas y Registros: Licencia de Aparición: Si --> rol del examen Licencia de Vuelo de Escoba: Si --> certificación Registro de XXX: Poo (Porlock) --> certificación Melty (Porlock) --> certificación Mirlo (Jobberknoll) --> certificación Gugigugi (Ghoul) --> certificación Personajes Secundarios: Agatone Lestrange Otros Datos: Otros datos: Bowtlé dorado: Objeto esférico del tamaño de un puño, con poderes mágicos disociativos en tiempo y espacio; obsequio heredado de la familia Snape aunque de origen desconocido. El Bowtlé que posee Felias lo encontró en una vieja habitación del castillo Snape, el cual tenía grabado las iniciales “AAL” (ver apartado de Pertenencias > Objetos Mágicos). Patronus: Un Marsh Harrier (busardo) según pottermore. http://i680.photobucket.com/albums/vv161/Felias/a6029820-e7f7-4c2a-98c3-aaaea13e8cce.jpg Varita: Madera de Ébano, treinta y tres (33) centímetros; núcleo combinado con un pelo de cola de fénix. Reloj Mágico Familiar: Uno de pared y tres de pulsera. Objetos que indican, en vez de la hora, la posicion de cada uno de los miembros de la familia. Adquirido en subasta navideña (2009). http://i680.photobucket.com/albums/vv161/Felias/Espada.jpg Espada: Arma plateada familiar, con forma curva y con sobre-relieve. La espada es un Emblema Familiar ya que ha pertenecido a la vieja familia original de Felias Snape, cuando aun se hacia llamar Philippos Falosmallákas. Ha pertenecido a su familia desde siempre y ha sido ocultada en un viejo monasterio de Nepal a principios del siglo VII hasta fines del siglo XVI (posiblemente en el mismo lugar donde desapareció su madre mucho tiempo antes). Lavado Especializado tomado en los Mercados Públicos del Mundial de Quidditch 2011. Alfombra L. Ville adquirida en los Mercados Públicos del Mundial de Quidditch 2011. Puma: Edad de seis años, totalmente negro. Se llama "Ekel", y solía vivir en las mazmorras del castillo Snape, aunque Felias le permitía ir a las montañas escocesas con asiduosidad para no manterlo encerrado. Su elfo de confianza Sluha se encarga de llevarlo a las montañas para que cace y pase días allí. Aethonans (x4): Son cuatro, y los compró en Grecia hace diez años cuando tenían un solo año de vida. Se llaman Nikk, el más pequeño totalemente blanco y con una mancha roja alrededor de su ojo derecho; Luc, hermano del anterior, un poco más alto y de un color arena; Martie, una yegua salvaje y pequeña que solo pudo ser domada por Felias Snape. Tiene dos aros anaranjados en la base de su pata derecha delantera que resaltan su zaino pelaje; y Tantto, el cual era el caballo preferido de Felias que lo usaba para realizar viajes largos. Tienen una relación especial con Felias Snape, ex patriarca, una relación que nadie a podido igualar con estas bestias. Los caballos vivieron en el exterior, en una reserva en las afueras de Atenas, Grecia, durante unos años, hasta que Felias decidió ingresarlos a Inglaterra para poder tenerlos más cerca. Los caballos pastan en la parte trasera de la Mansión Snape dado que esta es una gran planicie que se hunde y aleja en el horizonte en el bosque; los caballos también tienen la libertad de volar a su antojo e ir a los bosques de Londres sin problemas, dado que su dueño le realiza el encantamiento Desilusionador asiduamente. Su lugar más común donde apastan es en las montañas escocesas del noroeste, donde Felias asiste seguido. Cronología de cargos: 31/07/2009 Empieza Generales 8 (alumno nro. 21) en la Academia de Neutrales. 20/11/2009 Comienza a trabajar en la Oficina Contra el Uso Indebido de la Magia como Aprendiz (Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes). 29/11/2009 Se gradúa en la Séptima Generación de la Academia de Neutrales en la casa de los Dragones, con los conocimientos de Defensa Contra las Artes Oscuras y Leyes Mágicas. 05/12/2009 Ingresa a la Marca Tenebrosa como Mortífago Base 05/12/2009 Asciende a Empleado en la Oficina Contra el Uso Indebido de la Magia. 28/01/2010 Obtiene Licencia de Aparición de forma satisfactoria. 05/03/2010 Asciende a Unicornios de Plata con los conocimientos Pociones y Primeros Auxilios. 05/03/2010 Obtiene el rango de Base Avanzado en la Marca Tenebrosa 06/03/2010 Obtiene Licencia de Vuelo de forma satisfactoria. 12/03/2010 Asume el cargo de Jefe en la Oficina Contra el Uso Indebido de la Magia. 01/08/2010 Consigue trabajo en Gringotts como duende acreditado. 15/09/2010 Obtiene el rango de Mago Oscuro en la Marca Tenebrosa 01/10/2010 Asume el cargo de miembro en el Concilio de Mercaderes. 02/10/2010 Obtiene el cargo de Profesor de Pociones en la Academia 08/10/2010 Asciende a Dragones de Oro con los conocimientos Encantamientos y Cuidado de Criaturas Mágicas, más la habilidad "Hablante de Pársel". 05/01/2011 Obtiene el cargo de Moderador Global. Premios y reconocimientos: HL Awards 2010: http://i680.photobucket.com/albums/vv161/Felias/Gala%20de%20Premiacion/prom-rol.png http://i680.photobucket.com/albums/vv161/Felias/Gala%20de%20Premiacion/mejorpartido-1.pnghttp://i680.photobucket.com/albums/vv161/Felias/Gala%20de%20Premiacion/equipoganador.png "Murciélagos de Ballycastle" y "Murciélagos de Ballycastle vs Tutshill Tornados" El mejor rol del bosque (ya cerrado): "La Hermandad de la Rosa Negra" de Felias Snape Triviani, Cissy Macnair, Artemis Macnair Malfoy y Sagitas E. Potter Blue http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Gala%20Bosque%20Prohibido%202012/Certificaciones/0701.png - http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Gala%20Bosque%20Prohibido%202012/Estatuilla/07-Mejor_Rol_cerrado-1.gif El Rol que merecer Ser Salvado: "La Hermandad de la Rosa Negra" de Felias Snape Triviani, Cissy Macnair, Artemis Macnair Malfoy y Sagitas E. Potter Blue http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Gala%20Bosque%20Prohibido%202012/Certificaciones/1201.png - http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Gala%20Bosque%20Prohibido%202012/Estatuilla/12-El_que_merece_Ser_Salvado-1.gif Links de Interés Referentes al Personaje: Link al Perfil de Comprador MM: 03 Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 80665 Link a Bóveda Trastero: Bóveda nº 109765 Link a Bóveda de Negocios: Bóveda nº 109795 Negocio Sanix´sNegocios cerrados Link a Bóveda Familiar: Bóveda nº 78361 -> Familia Triviani
  16. ID de usuario: 54044 Nick Actual: Agatone Lestrange Nick Nuevo: Felias Snape Triviani Premio obtenido: 1er lugar en uno de los Black Jacks.
  17. No había sido una buena tarde. Los problemas que habían surgido meses atrás se habían ido incrementando con el tiempo al punto de enloquecer a cualquiera. La transformación estaba casi completa, sin rastos de náusas imprevistas, dolores de cabeza que le hicieran sangrar la nariz o desmayos espontáneos. El proceso de metamorfosis que había comenzado para transformarlo en un monstruo casi había concluido, por lo que fue sorpresivo que aquella tarde sucumbiera a las humanas emociones que lo llevaron al desastre. Necesitaba despejarse, olvidar los gestos de asco que cubrieron los rostros de los magos y brujas que le observaron cual esperpento mutilado; cuyos rugidos proveniente de lo más profundo de su alma no le habían ayudado a calmar su sed ni las opiniones entrometidas que susurraban a su alrededor. Las frases penetraban los oidos del vampiro, retorcían y machaban su espíritu doblegado para escapar antes de devolverle el libre albedrío. Para colmo, no era la primera vez que sucedia ni sería la última. Con un estruendoso "crack" el vampiro se apareció en un solitario pero bullicioso callejón en las afueras de Londres, a pocos metros de los suburbios muggles que le esconderían como tantas veces lo habían hecho. Miró hacia la avenida que mostraba buses, automóviles, peatones y ciclistas que deambulaban a ciegos objetivos, carentes de la verdadera noción de un mundo mágico que les rodeada. Los muggles no veían nada. Agatone Lestrange agradeció el olor a podrido que emanaba de los volquetes de basura; era un repulsivo olor que ocultaba su propia fetidez vampírica, la inmudicia de las emociones humanas que podía oler desde allí y la peste de la hipocrecía. Vestía una de sus chaquetas favoritas de cuero negro sobre una camisa rojo oscuro que le recordaba el color de la sangre. Había elegido un pantalón de mezclilla ajustado que enmarcaba la silueta de sus esbeltas piernas, cintura y partes abultadas. Era una vestimenta simple y demasiado muggle, ideal para el bar que tenía pensado asistir. Acomodó su cabello rubio hacia atrás mientras suspiraba con cansancio y se dispuso a avanzar hacia el lado contrario de la avenida, a la puerta trasera del bar. Se detuvo en seco, expectante. Habia detectado un aroma diferente, un esencia mágica que no debería estar allí. Entrecerró los ojos y, acercándose de forma sútil a la pared de ladrido de su derecha, miró alrededor en busca de aquella fuente de magia. Era un pequeño barrio muggle en el cual, según el Ministerio de Magia, no residían ningún mago por lo que era de vital importancia que el joven Lestrange cuidara sus pasos. Anduvo unos metros más hasta acercarse a la entrada y la visión de un enorme, musculoso cuerpo en cuero negro le detuvo la entrada. -¿Qué quieres?- le espetó el hombre con mirada taciturna, dejando ninguna duda que allí no entrarían personas sin invitación. -Estoy aquí por Mason, él me ha invitado- respondió. Era una verdad a medias; Mason le había invitado las primeras veces pero no aquella noche. Aun así, Agatone no se daría el gusto de quedar barado en la entrada y menos por un inmundo muggle. Sin esperar respuesta, ingresó al bar donde fue bombardeado por música electrónica a decibeles inhumanos. Los cuerpos masculinos en su interior se movían al ritmo de la canción y pronto lo hizo el vampiro. Era un bar de streapers, un bar que acudian los solteros y desesperados por la visión más placentera que un lujurioso humano pudiera anhelar. La humereda le impedía ver con claridad, pero no se molestó dado que su objetivo sería la tarima que estaba del otro lado y cuya ubicación conocía con precisión. Pero fue en ese momento cuando volvió a sentir aquella presencia que no debía encontrar allí; era sin dudas un mago. Agatone se preguntó cuales eran las posibilidades de encontrar a alguien como él en un bar de esas caracterísicas y para esos gustos, pero no cabía dudas: otro mago le rondaba. Sujetó la varita con su mano izquierda, solo por precaución a que le buscaran a él, y caminó lentamente entre cuerpos sudorosos. Quería una mejor vista de aquel mago pero sus sentidos de precaución eran mayor por lo que, al cruzar mirada con unos ojos verde claro, le indicó al hombre que le siguiera. Agatone salió primero y se alejó una docena de metros para tener cierta ventaja. -¡Muffliato!- exclamó y lanzó el encantamiento a la puerta del bar para que nadie puediese oir lo que hablasen. -¿Quién eres?- quiso saber cuando el hombre hubo salido, apuntándole con su varita al pecho. -¿Por qué me has seguido? ¿Acaso has hablado con Triviani? ¡¡¡Contéstame!!!-. Sintió un retorcijón de ira proveniente de su estómago, ese sentimiento que había reprimido tan solo unas de horas antes, impidiéndole así el deseo de matar otra vez. -¡Sectumsempra!-. Si el hombre era inocente, ya tendrían tiempo de excusas. _____________________________________________ Off rol: supongo está demás decir que el primer hechizo es meramente rolístico. Segundo, hagamos esto con hechizos neutrales; nada de Necrohands xD @
  18. Felias Snape Triviani Durante años no le costó mantener la promesa de mantenerse aislado del antro que durante siglos había llamado hogar dado que, entre discusiones y crímenes contra el otrora ministerio de magia, había sido la mejor decisión, esa de apartarse no solo de sus intereses como mercader sino directamente de Londres mismo. Pero durante las últimas semanas algo le había estado llamando de regreso, una sensación que creció hasta convertirse en anhelo y que lo trajo al último lugar que hubiese creído volver a pisar. Y allí se encontraba, frente al Magic Mall que una vez fue parte de su vida, de sus quehaceres diarios, de sus recorridas por el callejón, de reuniones con comerciantes de magos de todo el mundo y los concilios de mercaderes. Oportunamente había sido adquisidor de demasiados objetos, pociones y criaturas como para sentirse necesitado de más bienes materiales que, a decir verdad, nunca terminaban de serle útiles. Si había un motivo por el cual Snape gastaba sus galeones este era como método de inversión y preservar el verdadero valor de aquellos mundanos bienes. Pero si la decisión de regresar a convivir una vez más entre las calles de Ottery St. Catchpole se llevara a cabo, debía tomar los recaudos necesarios que la experiencia adquirida lo obligaban a tomar. Las amenazas estaban ahí, latentes pero ocultas, vivas aunque camufladas entre cada mago y Ser que le mirada en Diagon, entre sus túnicas abultadas y los comentarios por lo bajo. Los asaltos, que antaño él hubiese sido partícipe, redadas o ataques imprevistos podrían surgir en cualquier momento por lo que de cualquier forma y sea cual fuese la decisión que tomase en el porvenir, debía estar preparado. Así fuese como Felias Snape, ingresando y subiendo a la tercera planta de la tienda ministerial que otrora fue parte de sus cotidianos trabajos, realizó (o solicitó muy amablemente) la compra de algunos bienes Consumibles para la auto-protección que cualquier situación imprevista pudiera ocasionar. _________________________________________________ ID: 54044 Nick: Agatone Lestrange Link a la Bóveda Trastero: Nro. 109765 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Nro. 80665 Nivel Mágico: IX Fecha: 2017-02-17 Nombre del producto: Poción Curativa Consumible o Libro de Hechizo: Consumible Nivel (del libro): -- Precio: 1000 Precio total: 1000 _________________________________________________
  19. @@Niko Uzumaki no había visto ese detalle! Ya me parecía que tenía que haber algo que no noté dado que es difícil un conocimiento se pierda así y la verdad había olvidado que en la v1. del ministerio había bajado de Dragon de Oro a Unicornios de Bronce. Muchas gracias por todo y disculpen las molestias!
  20. Buenas! Vengo con una consulta. Nunca me pasé por este topic porque en realidad cuando leí la reforma vi que tenía 2 conocimientos gratuitos + 2 cursados (en el primer posteo de la ficha tanto como en el perfil) por lo que me dije todo está en orden. Pero de casualidad me puse a ver posteos en mi ficha y vi que, aparte de los dos conocimientos cursados (que son Adivinación y Defensa Contra las Artes Oscuras) había realizado un cambio de Encantamientos por Maestría en Escobas. Pero en algún momento de ediciones de ficha supongo que ese conocimiento se perdió y, obviamente pasado un tiempo, ni lo registré en mi cabeza. Incluso ahora recuerdo (un inútil me siento por haberlo olvidado xD) que fui profesor de Maestría en Escobas durante 1 o 2 meses antes de pasar a profesor de Pociones, por lo que obviamente tenía ese conocimiento. ¿Podéis chequear? Gracias!
  21. Cinco minutos después de haber salido de la tienda, volvió a entrar. Lo había pensado lo suficiente como para volver a entrar pero, por temor a que le confisquen las escobas que acababa de comprar, les hecho un encantamiento reductor y las escondió en su monedero de moke prestado. No sería suficiente para esconderlas de los detectores mágicos de hechizos tenebrosos y de encubriente pero... no las había robado. No, claro que no. Ya conocía a los dependientes de la segunda planta por lo que se dirigió directamente a donde se encontraban las pociones. La única poción de la máxima categoría de clasificación era Felix Felicis, la suerte líquida de la cual el mismísimo Lestrange se había hecho con una muestra. ¿Para qué necesitaría otra? ¿No es que él era ya demasiado suertedo en el amor o, sin haberse dado cuenta había caído bajo los efectos secundarios de la poción y se estaba volviendo adicto a la misma? Temió por un momento que así fuera por lo que no llevaría una sola, sino dos pociones diferentes para intentar minimizar los efectos de adicción. -¿Qué podría contrarrestar sus efectos?- pensó para si mismo. El problema estaba en la poca variedad que había en la tienda por lo que sus opciones eran realmente limitadas. Pero no podría darse por vencido al tener aquella poción líquida de color dorada como si fuese oro, tan perfecto a la vista que casi se le cayó la baba. Agatone era un experto en pociones y podía identificar cuando una poción era perfectamente elaborada. Aquellas lo eran. Quizás una poción incorpórea fuera una buena elección a la hora de contrarrestar los efectos no deseados dado, después de todo, un fantasmo no podría caer en la mundana tentación de una adicción. ¿No? _________________________________________________ ID: 54044 Nick: Agatone Lestrange Link a la Bóveda Trastero: 109765 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 80665 Fecha: 2017-02-16 Poción: Poción Incorpórea Puntos: 80 Precio: 4000 Poción: Felix Felicis Puntos: 160 Precio: 9320 Total de puntos: 240 Total de Galeones: 13320 _________________________________________________ Según los últimos rumores que le habían llegado, no habia stock de la suerte líquido por lo que la muestra que había visto minutos antes podrían ser nada menos que eso, una muestra para ver y no para comprar. Pero según el catálogo de compra aún quedaba una poción en stock. Quería que fuese de él.
  22. Habían pasados varios días desde su última visita a la tienda. Sabía que no había habido nuevas reposiciones de productos porque, en caso contrario el mismo estaría lleno de gente, algo que no era así. Extrañamente, el lugar se encontraba casi desierto a excepción de los empleados del Magic Mall, algunos empleados de seguridad y algún que otro eventual comprador. Como él. El joven Lestrange había visitado la tercera y segunda planta en previos días mas no la dedicada a objetos mágicos, por lo que fue la primera vez que ingresó en su ida en aquel lugar. Al igual que en los anteriores, la impresión de lo vio fue tal que quedó estupefacto durante algunos minutos, mientras la esplendorosa arquitectura mágica que habían utilizado para la construcción de semajantes edificaciones. Mármol por doquier, blanco brillante y objetos de los más variados. El joven vampiro dio varios vueltas alrededor de la planta, con un pequeño monedero con galeones en su interior, pensando en lo que adquiriría. En realidad, había tenido la necesidad de comprar un pensadero para regalar a alguien que lo necesitaba pero, al llegar a su pedestal, un pequeño cartel que ponía "fuera de stock" le hizo refunfuñar. Siguió mirando los objetos llegar a los artículos de Quidditc. -Estas escobas sí se pueden ver- exclamó al ver una Nimbus 3000 y una Saeta de Fuego. ¡No las necesitaba! No iba a comprarlas; a pesar de que volar era tan básico como saber escribir, él no necesitaba de tales mundanas emociones. _________________________________________________ ID: 54044 Nick: Agatone Lestrange Link a la Bóveda Trastero: 109765 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 80665 Fecha: 2017-02-16 Objeto: Saeta de Fuego Puntos: 20 Precio: 1000 Objeto: Nimbus 3000 Puntos: 20 Precio: 1000 Total de puntos: 40 Total de Galeones: 2000 _________________________________________________ Diez minutos después, el vampiro salía de la tienda ministerial, aquel completo dedicado a la compra de los mejores objetos mágicas, con dos envoltorios largos bajo el brazo, los cuales nunca habría creído comprar. Ni siquiera veinte minutos atrás.
  23. Nick: Felias Snape Triviani ID: 54044 Libro de Hechizos: Libro de la Fortaleza Justificante de compra del Libro: Certificación de adquisición Rango Social: Dragón de Bronce Nivel de Magia: IX Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): Graduación 7ma generación (29/11/2009) Link a la Bóveda: Bóveda nro. 80665 Link a la Ficha: Ficha de Personaje
  24. La pelirroja parlanchina siguió hablando quizás excusándose de su forma de actuar, pero Agatone no encontraba una clara respuesta del trato que había recibido. Era un buen trato, amistoso, pero no estaba acostumbrado a los mismos y menos que cruzaran su espacio personal. Se encontraba rodeado de personas que sí pertenecían a aquella familia de locos por lo que temió convertirse en uno. ¡Y alguien seguía golpeando la puerta! Por suerte la pelirroja mandó a alguien a que abriese la puerta. Mientras tanto, se vio rodeado de conversaciones familiares, abrazos desmedidos y relatos de viajes a Italia. El joven Lestrange buscaba el punto en el que abandonar la estancia. En ese momento, la mujer castaña de cabello rizado se dirigió a él, y Agatone se preguntó cuánto tiempo más debería fingir solemnidad. Cruzó miradas con la joven de piel trigueña con quien antaño había jugado a los naipes, y luego volvió la mirada. -¿Que qué es lo que hago aquí?- repitió para ganar tiempo y pensar en una plausible respuesta. Ya había dado explicaciones a Ariam, y no se veía en condiciones de volver a repetir las mismas mentiras, sean verdaderas o no. -He venido de visita- respondió con una sonrisa blasfema que no llegaban a sus ojos bicolores. Sería suficiente respuesta. -Tenía unos... temas pendientes que la señorita Ariam- concluyó. A pesar de las miradas, la pelirroja, la castaña y la trigueña comenzaron a hablar de sus familias, procedencia y ascendencia, un tema que a Agatone le tenia sin cuidado. Ya era hora de marcharse por lo que revisó tener la varita, el portátil encogido y su saco de moke antes de dirigirse a la puerta. En ese momento las mujeres ya estaban pensando en tomar un té entre chismes e historias. Con su varita, conjuró un pequeño pergamino y con un movimiento adicional, unas palabras aparecieron en él. Simplemente le dejaba un mensaje a Ariam para que le encontraba en su local del Callejón Diagon y terminar así, la charla que había prometido.
  25. Estaba claro que Ariam no lo dejaría irse así sin más, esperaba una respuesta y la iba a conseguir. Agatone pudo notar un rasgo de su personalidad aunque sutil a simple vista. Era una mujer fuerte, con convicciones y que no daba el brazo a torcer. Le gustó aquella seguridad. Le sonrió mientras le miraba los oscuros ojos. -Muchas gracias. Prometo terminar mi explicación.- En aquel momento se había acercado una bruja, claramente humana y de caballo rojizo. Dos pensamientos cruzaron la mente del vampiro. Primero, la exorbitante cantidad de mujeres cuyo cabello rojizo cubría sus sienes, en todos los casos ondulado y largo; ¿acaso era una plaga de pelirrojas? ¿Tendrían alma? El segundo pensamiento fue con respecto a su naturaleza. Desde la distancia pudo sentir el cándido fluir de la sangre por sus venas y por un momento temió que las cosas fueran a descontrolarse. La señorita le espetó una pregunta que le pareció fuera de lugar, aun cuando ella había aparecido desde el interior de la mansión. ¿Ser miembro de aquella familia le daba autoridad para presentarse como una irreverente niña? -Buenas tardes señorita. Mi nombre es Agatone Lestrange.- respondió con amabilidad a pesar de que no merecía su respecto. -¿Puedo preguntar cómo os llamáis?- quiso saber (@@Annick McKinnon). En ese momento la puerta de entrada fue golpeada con unos débiles golpecitos logrando que los presentes miraran hacia allí. Agatone no era parte de la familia, había acudido con un claro fin por lo que esperó la reacción de los demás. Quizás, seguramente, enviasen un elfo a responder. El lugar se estaba llenando de gente por lo que con un movimiento de su varita dirigido al portátil frente a él, este se encogió y se guardó en el bolsillo superior de su chaqueta de cuero marrón. Se agazapó hacia atrás apoyando su recta espalda contra el sillón, y unos segundos después decidió ponerse de pie, echando una rápida ojeada a Ariam y preguntándole con la mirada si ella conocía a todas aquellas personas. Para consternación de Agatone, una nueva chica también entró a la sala, también pelirroja y para disgusto de Lestrange, demasiado parlanchina. Habló durante dos minutos sin parar y casi sin respirar como si le hubiesen extrañado por mucho tiempo. Siguiendo a eso, se acercó a Agatone y lo fundió en un abrazo grupal. -¡Santa madre!- exclamó Agatone petrificado. Se soltó del abrazo de la pelirroja (@) y se alejó unos metros. -Disculpe señorita por no le conozco y yo no pertenezco a esta... familia- se defendió alzando las palmas de su mano en forma de barrera. -Yo solo... Estaba de visita.- se alejó un par de metros más, nervioso y ante las invasivas reacciones de aquellas personas. -Creo que golpearon la puerta, quizás alguien debería abrir.-

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