Mefistófeles Evil.

Tomé un whisky seco, con un par de hielos flotando sobre aquel liquido ámbar, aunque no necesitaba nada helado con la bebida ya que el ambiente era polar, yo solo me dispuse a seguir a la pelirroja, mi mente era una maquina de idea y de recuerdos, mucho tiempo no habíamos dejado de ver, fue un silencio incómodo el que se produjo en esa caminata rumbo a la biblioteca, de pronto la decoración pasó a segundo plano. Me era difícil, a pesar de que tengo una excelente memoria, recordar la última vez que nos vimos, la última conversación que tuvimos, la imágenes vagas de lo que un día fue y ahora no será jamás, esta precisamente era la parte dura de mi vida, de mi trabajo, era casi imposible tener un lugar, no pertenecía a ningún lado y ser un ente errante era mi destino, el karma que tenía que cargar, pero en el corto tiempo que estuve con Mónica, por unos pocos meses pude probar esa miel de la estabilidad emocional, pero simplemente fue un placebo. La puerta de aquella majestuoso habitación se cerro detrás de mi, libros y libros tapizaban las paredes del lugar, me senté frente a ella, la miré fijamente a los ojos y sosteniendo su hermosa mirada que ahora solo eran un par de dagas color esmeralda que me apuntaban, acusadoras, acusador, juez y verdugo. Le de un solo trago al contenido del vaso y lo dejé sobre una pequeña mesa que se encontraba a mi izquierda, como nunca cada una de mis palabras debían ser perfectamente escogidas, no quería que esta reunión salga mal, nunca quise que todo lo que hubo saliera mal. -Primeramente quiero disculparme contigo por mi falta de educación y aparecer acá sin siquiera ser invitado ni anunciar mi llegada, la verdad temía que no quisieras recibirme, no me arrepiento porque por lo visto fue la mejor decisión para hablar contigo, pero si me disculpo por mi falta de delicadeza...-definitivamente fue la mejor decisión, ya que en casa tenía a las dos personas con las cuales anhelaba dialogar...-el preguntarte ¿Cómo estás? creo que no viene al momento, aunque te veo maravillosa como siempre...-sonreí y me acomodé un poco mejor en el sillón...-No te quiero dar vueltas, quiero hablar contigo y con mi hija, le debo muchas explicaciones, tal vez no las quieran oír, es probable que ni siquiera eso merezca, quiero exponer mis razones, no me iré de acá sin hacerlo...-en ningún instante dejé de verla a los ojos, a pesar de lo mal que me pudiera ir, quería ver lo que esos hermosos espejos verdes me decían. @ Monica Malfoy Haughton

Mientras la gente llegaba y me observaba con mucha curiosidad yo me dedicaba a admirar la belleza y la elegancia de la mansión, siempre me había gustado y los cambios eran mínimos con respecto a la ultima vez que estuve en aquel lugar, tal vez unos cuadros menos, unos muebles más, pero siempre aprecié aquel gusto exquisito. Sonreí al recordar que no fue muy positiva mi última visita, los problemas eran mi dulce compañía y eran pocas las casas donde me recuerden con particular cariño, algo que hacía acrecentar mi ego. Caras conocidas, otros rostros nuevos, algunos me reconocían y otros fingían no haberme visto, pero en este mundo tan pequeño seguramente los hilos del destino nos habrán cruzado, no sabía que festejaban ni el motivo de la reunión, por lo pronto mi prioridad era dialogar con la pelirroja. Cuando estaba observando uno de los cuadros sentí claramente la llegada de Mónica a la Mansión, a una de las habitaciones de la parte alta, estaba acompañada y definitivamente por fuerza y esencia era Emma, mi hija, la energía no era particularmente positiva, tenía que ser cauto y moverme despacio como si caminase sobre huevos. Miré exactamente por el lugar en que ella iba a realizar su entrada, cuando la vi caminar hacia mi, miles de recuerdos llegaron a mi mente, todos gratos, estaba hermosa como siempre, aquella forma de caminar ralentizaba el tiempo, como un buen vino, un buen vino tinto. -Buenas noches querida-...recalqué el "buenas noches" para acentuar el saludo que no recibí...-veo que tienes una hermosa reunión y aunque no quiero té un trago no nos caería nada mal...-asentí al momento en que ella me pidió que le acompañase algo alejados de aquella reunión familiar, me encaminé detrás de ella, no me interesaba a donde íbamos, el instinto de conservación me abandonó...-Veo que las cosas no han cambiado mucho por acá, aunque tu recepción no fue la más cálida...-solo esperaba que sea una charla pacífica, aunque el tema era delicado y mi forma de ser tampoco ayudaba mucho, esperaba tener una conversación con altura, entre dos adultos, pero había un punto álgido de por medio y del cual tampoco estaba dispuesto a negociar, Emma. @ Monica Malfoy Haughton

El sentirse sorprendido no es algo que conmigo se pueda hacer con facilidad, pero aquel húmedo rose de sus labios con los míos me dejó casi en shock, no atiné mas que tratar de disfrutar cada una de las sensaciones que cayeron como cascadas sobre mi, el miedo irracional que tenía a sentirme atrapado por aquellos dulces lasos del amor, el fuego voraz de la lujuria, la sorpresa de que todo suceda tan rápido sin que haya plan de por medio, mi ego inflado por haber conquistado a tan hermosa mujer y darme cuenta que mi charm está intacto y cientos de cosas más mezcla de todo; aquellos segundos en que se posó Verónica en mi boca en mi cabeza se sintió como una eternidad pero en una tortura el momento en que nuevamente se alejó de mi. Las cosas estaban trascurriendo demasiado rápido para mi racionalidad, regresé a ver a la barra y estaba mi trago listo, tomé el vaso de cristal entre mis manos observando al moverlo como pintaba el licor las paredes del recipiente, aquel liquido de color ámbar similar a sus ojos, de los cuales quería beber como hacía con aquel licor, apuré aquel trago sintiendo como el licor despertaba todos mis sentidos, mire nuevamente el vaso prácticamente vacío y lo coloqué nuevamente sobre la barra. Tenía que analizar todo lo sucedido, no podía dejarme llevar por mis instintos, no era prudente, no con todo los planes que tengo, pero no puedo negar que aquel beso fue lo más excitante que he vivido en mucho tiempo. -La verdad es que no tengo definida aún el lugar donde pernoctaré hoy ni donde será mi residencia permanente, pero ten por seguro que cuando lo tenga claro, vas a ser la primera en saberlo...-aun tenía en mi aquella sensación de sus labios, no pude evitar y me pasé uno de mis dedos por ellos, cuando me di cuenta, fingí que era algo de licor en mi boca...-creo que es prudente ahora que me marche...-mientras tengo control de mi, pensé...-hay algunos destinos que tengo para esta noche que cumplir, dime cuándo y dónde paso por ti para ir a la despedida, todavía no me voy y ya quiero volver a verte...- @ Veronica Prince Rambaldi @ Malum Luxure

La noche, aquellas horas de obscuridad eran las que más disfrutaba, donde me sentía mayor comodidad, en mi ambiente, dentro de mi elemento, podía moverme entre la sombras a voluntad, recorría distancias inimaginables por la primitiva mente humana en solo un parpadeo, definitivamente la mejor forma de viajar, esta vez mi destino era la Mansión de la Familia Malfoy para poder ver después de mucho tiempo a mi hija, seguramente debe haberse convertido ya en una hermosa señorita. Cualquiera diría que he sido un padre ausente, pero siempre he estado en contacto con Emma, ya sea en sus sueños, en sus pensamientos; la he acompañado en sus tristezas y alegrías, velando por ella, tratando de no intervenir hasta que llegase el tiempo, y este al fin ha llegado. Las sobras de aquel elegante jardín me brindaron el espacio preciso para poder emerger de la obscuridad, en pocos segundos estaba apoyado en un enorme seto en forma de dragón. Empecé a dirigirme hacia la puerta principal, mis zapatos se hundían el cesped mientras caminaba, una tormenta de pensamientos llegaba a mi mente, ¿Sabría Mónica que iba en busca de mi hija?. No finalizamos nuestra relación en mal termino, pero mi ausencia seguro nunca fue bien vista, las cosas se habían dado como se dieron y nada se podía hacer, ahora estaba ahí. Ya cerca de la entrada a la puerta principal una figura conocida me esperaba, con aquella mirada de desdén que siempre tuvo hacia mi, nunca fui de su agrado. -Chávez, que gusto volverte a ver...-me detuve a un par de metros del elfo quien me observaba de pies a cabeza, siempre me pareció una criatura fea y odiosa, al menos conmigo siempre lo fue...-el tiempo ha sido bueno contigo, tu simpatía no a disminuido con los años, creo que ha desaparecido...-traté de aguantar una carcajada y solo dibujé una sonrisa burlona al ver su cara de enojo...-ahora por favor, ve a buscar a Mónica y dile que Mefistófeles la busca, quedo agradecido por tu celeridad mi viejo amigo...-su rostro dibujó una mueca de desagrado y desapareció, esperaba que sea en busca de la pelirroja, había tanto que hablar, solo esperaba que la mala cara de Chávez sea la última que vea por esta noche. @ Monica Malfoy Haughton

Cada segundo que pasaba, cada palabra, cada gesto, venía con una oleada de fuego sobre mi, sentía que mi pecho ardía, era una atracción que pocas veces he podido sentir por alguien y sobre todo en tan corto tiempo, una mezcla de sensaciones que cayeron con rayo desde el momento en que la vi entrar por la puerta del bar, toda atención, todo pensamiento ahora se centra en ella. Pero debía calmarme, no ir tan aprisa, las cosas se tenían que dar a su tiempo y a su momento, pero por lo visto lo que sucedía ahí, rompía todo tipo de esquema que haya trazado, definidamente Vero se había convertido en el más hermoso imprevisto que pensé tener esta noche. -Mis hijos, bueno...-me quedé pensando que palabras ocupar, no era el tiempo de que sepa que soy, no se si por prudencia o miedo a alejarla, si bien sentía y sabía que ella tenía esencia demoníaca, no quería apabullar con todo lo que implica estar cerca de un ser como yo...-eso es un tema de conversación demasiado complicado y creo que nos faltarían tragos para que te lo lograse explicar, las cosas a su tiempo...- No quise dar detalles, fui firme en la respuesta, esperaba no sonar brusco pero era la única manera de que se deje ese tema aún lado por lo pronto, había muchas cosas que tenía que poner en orden con mis hijos, tenía aún que hablar con Emma y Alex, ya era hora que cada cual ocupe su lugar, pero como dije, a toda tarea su lugar y su tiempo. Al escucharla con respecto a que quería disfrutar el tiempo juntos no me pude resistir y nuevamente tomé su mano, esta vez con más fuerza que la primera vez, como queriéndole transmitir en ese apretón, todo lo que pasaba en mí esos momentos. -Créeme Verónica...-le miré fijamente a los ojos, esperando que pueda ver a través de mi...-créeme que lo que mas quiero es disfrutar muchos más momentos contigo, a quien el moleste me tiene sin cuidado y lo que tenga que pasar, que así sea...- @ Veronica Prince Rambaldi @ Malum Luxure

La espera se convertía en tortura, nunca me había gustado esperar, seguramente ese elfo no quiso volver, o Mónica simplemente no desea que yo esté por acá, de todas formas iba a buscar la manera de ver a mi hija a como de lugar, a pesar de que no he sido un ejemplo de paternidad a lo largo de mucho tiempo, tenía derecho a ver a mi bebe, le guste o no a la pelirroja. Escuche un poco de ruido, seguramente alguien acaba de llegar al castillo, aquella era mi oportunidad de oro para ingresar, no tendría problemas en encontrar la habitación de Emma, en caso de que esta haya cambiado, el lugar lo conocía de memoria, ya que pasé algún tiempo ahí, el momento en que pase quien quiera que fuere entraría detrás de él. Me adentré en el jardín agazapado, como depredador esperando su presa, y una pareja pasó muy a lado mio sin percatarse de mi presencia, al fijarme bien, mis ojos no daban crédito a lo que veían. Era Mónica acompañada de alguien a quien no he tenido el "gusto" de conocer, pero la Malfoy lucia muy distinta, estaba cambiada, había perdido mucho peso y su tez que siempre fue lozana y tersa con la perfección del mármol, se notaba pálida, algo malo había ocurrido con ella. Los vi pasar y con mi mano toqué la sombra que proyectaba la pelirroja, casi de inmediato fui como absorbido por está y prácticamente caminaba mezclado con su obscuro reflejo. En ese instante me di cuenta que en verdad algo malo pasaba con ella, ya que mi presencia siempre la ha sentido aun a kilómetros antes de que yo llegara, y ahora ni siquiera se percató que me desplazaba utilizando su sombra como transporte. Entré con ella a la casa escuchando lo que hablaba con aquel, todo era tan raro, dos años fuera de este mundo y las cosas habían cambiado de una manera que jamás pude sospechar, pero al caminar con ella notaba que se sentía perdida, no sabía por donde ir, parecía que no recordaba su propia casa. Subimos por las escalera llegando a aquella alcoba que tanto recordaba, entramos los tres y el lugar aun conservaba ese sutil y delicioso aroma, su aroma, muchos recuerdos llegaron a mi mente, la mayoría buenos, pero debía concentrarme o simplemente aparecería en medio de ese cuarto y lo que menos quiero es que alguien más que no sea Monica me viera. Pero la diosa fortuna me sonrió y a penas ingreso al cuarto fue directo a su baño. La verdad no me hubiera disgustado quedarme con ella mientras tomaba un baño pero creo que eso iría a una larga lista de las tantas cosas que "adoraba" de mi. A penas cerró la puerta me fui separando suavemente de su sobra hasta estar detrás de ella, el no asustarla sería imposible así que, al mal paso darle prisa. -Espero que de mi no te hayas olvidado...-le dije sonriendo recargado...-Porque eso de verdad me dolería...-solo esperaba que no llevase su varita, ya que si me recordaba miraría muchas luces verdes y si no, creo que de la maldición no me libre nadie.

Lo había hecho de nuevo, siempre que podía sacaba algo para herirla, creo que era ya una costumbre muy difícil de quitar, una muy mala costumbre, creo que en parte aún me dolían ciertas cosas que pesaba enterradas en mi pasado, cosas que en verdad a pesar de mi frialdad y malicia, me terminaron lastimando, cosa que jamás nadie a logrado. Respiré profundamente dándole la razón con un movimiento positivo de mi cabeza y mirando al piso, como tratando de buscar las palabras precisas para disculparme, pero sin mostrar tampoco debilidad ante la situación, además lamentaba que fueron dichas en un mal momento, en si las palabras mismas, para mi forma de ver, estaban "a lugar", tomando una terminología legal. -Tienes razón, tenemos otros asuntos mas importantes que atender, no es el momento ni el lugar para tratarlos...-ese "tienes razón" me supo a vinagre, además era una de las palabras preferidas de Sol, sobre todo cuando de mi boca salían, en muy contadas ocasiones. La comida estuvo excelente y creo que la disfrutó, no necesitaba preguntárselo ya que la conocía demasiado, muchas veces no necesitábamos decirnos las cosas, nos bastaba solo con mirarnos. -Espero que te haya gustado la comida, creo que es momento de salir de acá, necesito caminar y algo de aire puro...-en verdad había otras cosas en que pensar, que planificar, y aquel lugar ya no era el adecuado para hacerlo...-que te parece si me llevas a algún lugar donde podamos caminar y conversar mas tranquilamente...-

Sentí un pequeño coqueteo por parte de la pelirroja, la verdad no quería malinterpretarlo, tal vez simplemente era atenta, pero a cada segundo sentía como que la temperatura aumentaba y definitivamente nada tenía que ver con el clima de Ottery, trataba de calmarme, siempre he sido muy bueno para ocultar mis verdaderos sentimientos, en ese momento se me ocurrían muchas cosas, pero las guardaba en mi mente para cuando el momento sea el correcto, nunca daba un pasa sin saber donde iba a terminar el siguiente. ¿Que podría hacer para que este día sea el mejor para Billie?. La verdad es que mi mente generó miles de posibilidades, desde la mas sublime hasta la mas perversa, pero me deba cuenta que la Malfoy jugaba, seguramente muchos otros antes hubieran resbalado ante sus insinuaciones, tal vez queriendo robarle un beso para al finar quedar en ridículo acusados de tergiversar las intenciones de la bruja. Encadene mis instintos dentro de mi, y deje que saliera mi fría lógica, ella (la lógica) sería la que tome las riendas en esta reunión, y esperaría el momento oportuno para los demás entren a hacer lo suyo, pero todo a su debido tiempo. -Una de las características de los ingleses no es justamente la diversión...-le dije sonriendo y levantándome para ver que frutas se encontraban sobre la mesa...-creo que te equivocaste de sitio para ello, Amsterdam era la mejor opción...- Tomé un racimo de uvas verdes y regresé a sentarme en las escaleras, una a una las sacaba de sus pequeños ramilletes y los llevaba a mi boca mientras me dejaba acobijar de la misma brisa. -Todo depende de ti, que estuvieras dispuesta a arriesgar...-tome una uva y se la puse en sus labios, sus ojos aun cerrados...-puedo tener gustos muy excéntricos, tal vez aún no estés preparada para alguien tan loco como yo...-no estaba para nada más lejos de lo que en realidad era...-Puedo llevarte hasta la estrella mas lejana, tocar el fondo del mar, hacerte experimentar cosas que nadie en este mundo te podría enseñar, pero todo de pende de que tan loca estés tu también...-

El momento de tensión había pasado, y un muy incomodo ambiente perfecto estaba empezando a rondar en aquel lugar, eso era en extremo peligroso ya que cuando eso ocurría muy pocas veces se terminaba de comer y la verdad, en esta ocasión, no era lo adecuado, ni la circunstancia correcta para que sucediera algo más, que para ser sincero y mis recuerdos no me falla, no era para nada. para nada malas. La comida estaba exquisita, cuando organizo algo siempre debe salir perfecto, cada cosa fríamente calculada, aunque en algunos momentos mientras organizaba este almuerzo, no pesaba que llegaríamos a estar juntos mucho tiempo, lo que cambió por completo el tema fueron los niños, siempre cuando se trataba de mis hijos bajaba la guardia, pero el tema ya fue solucionado y Azazel se estaba ya encargado de eso. -Creo que el que peleemos era más por la forma de reconciliarnos, se convertía en nuestro "éxtasis"...-sonreí y le guiñé el ojo con picardía...-para personas normales se cumple lo que dice la canción: "el afrodisíaco mas cumplidor no son los mariscos sino el amor", para nosotros era el querernos matar, el odiarnos al punto de querer hacer desaparecer al otro de la manera mas cruel, raro ¿no?...- Nuestra relación para que funcionara no necesitaba de un consejero de parejas, sino de un psiquiatra, era algo que estaba tan fuera de logia, era una completa guerra auto destructiva, pero perfecta. -Pero todo tiene su lado positivo ya que muchos salieron ganando, tus hermanos por ejemplo, al menos los que se dejaron llevar por el juego y algunitos por ahí que se convirtieron en carroñeros o en pañuelos de lagrimas, que triste...-

En algunos momentos entendí como se sienten los peces dentro de un estanque en el acuario, observados, analizados, la verdad no me incomodaba, simplemente me sentía intrigado por todo esto, aveces la gente cree que es hermoso observar a criaturas de caprichosos colores y formas, nunca se dan cuenta que mientras mas llamativo es más peligroso, a veces los depredadores utilizan eso para atraer a sus presas, pero en vez de molestarme estar bajo su escrutinio, francamente lo que mas hacía era incorporar levadura a mi ego. No pude evitar sonreír cuando escuche dos palabras "descubrir y divertirme", a veces la gente muy poco me conocía, muy pocas personas en mi no muy corta existencia han tenido el gusto de conocerme a fondo, y aún así nunca dejo de sorprender, lo más cómico de estas pocas personas lo que menos utilizarían conmigo la palabra "divertirse", me encantaba jugar pero casi siempre al final terminaba riendo solo. No pronuncié palabra alguna mientras caminábamos hasta la glorieta, quería escuchar, la dulzura de su tono de voz era algo realmente encantador, sabía apreciar lo bueno y para ser sincero despertó mi interés, si como salmón, ella sola quería saltar a la boca del oso. -Nunca en mi vida he subestimado a nadie, hasta el ser mas insignificante tiene su peligro, el aparentar inocencia es un arma astuta, pero para los que la compran, como te digo, nunca hago de menos a nadie, aún cuando los esté pisando...- Traté de no sonar tan duro como en verdad se escuchaba, pero las palabras me habían salido naturales y para sorpresa mía cargadas de verdad, siempre me he dejado llevar por el lema "de vez en cuando di la verdad, para que te crean cuando les estés mintiendo", a ratos es positivo tener algo de honestidad, y sentía que no tenía para que fingir con la joven Malfoy. Se sentó en las gradas para subir al gazebo, yo me quedé de pie, de igual manera la observaba, el camino al éxito se empieza con gente arriesgada, pero de esa gente también están llenos los cementerios, la pelirroja me estaba agradando sobre manera. -Debes tener mucho cuidado con tus juegos y aficiones, algunas veces las cosas no son como la ves, la naturaleza disfraza de bello lo que es peligroso, mira las manchas del tigre, los hermosos colores de las serpientes, las chispas que saltan de los leños cuando están en una chimenea, ten cuidado y tus victimas pueden ser tus victimarios...-le sonreí y me senté en la lado opuesto de ella, un escalón más abajo...-Me esta agradando conocerte, espero cumplir con tus "expectativas" y hacer de este día de los mejores que recuerdes, tengo esa habilidad...- @@Billie Malfoy Crowley

En ese momento me dí cuenta que aquella adorable criatura era la persona que me había enviado aquella invitación. Sentía mucha curiosidad por las razones por las cuales había yo sido el elegido, ¿qué sabía ella de mí? y lo que más me intrigaba, ¿qué quería ella de mi?. De apariencia era una muchacha muy dulce, no solo por su fisonomía sino también por su manera de vestir, natural, sencilla y sobre todo segura, era una belleza natural muy pocas veces vista, un diamante que a pesar de aún no estar pulido deslumbraba luz por todo el castillo, había despertado en mi más que una simple curiosidad. Rompió absolutamente todo protocolo con el beso en la mejilla, a pesar que me sorprendió no aparenté emoción alguna, simplemente me limité a sonreír al sentir el rose de sus labios color rosa en mi rostro aun frío por el viaje. Había algo que hacia poner todo a favor de mi anfitriona, era que estaba tan intrigado por la razón por la cual me encontraba ahí, no me importaba el peligro que represente, al fin alguien dio en una de mis debilidades...la curiosidad. -Mucho gusto Billie Malfoy Crowley, dos besos en las mejillas, no es una costumbre muy inglesa, por lo que deduzco que eres extranjera no has estado mucho tiempo por acá...-los detalles eran mi don, podía contar una historia simplemente con ver una pisada...-ahora bien, dime...¿a qué se debe que este humilde servidor haya recibido el tan grande honor de ser invitado a este, tu castillo?...-la pregunta estaba planteada, no me gustaba irme por las ramas, directo, siempre directo, claro...en lo que me conviene.

Las copas iban y venían, no llevaba la cuenta pero ya fueron varias y el brandy poco a poco iba calentando el cuerpo y soltando mas la lengua, la reunión era amena, la charla muy buena y la compañía excelente, por lo que el tiempo fluía tan rápido como vasos se acumulan a nuestro alrededor. -Pues si, te comento que el "destino" es mujer...-le dije mientras apuraba un trago mas de brandy...-ya que al igual que las mujeres es caprichosa y constantemente cambia de humor y nos lleva al lugar menos pensado a encontrarnos con menos queremos...- Al momento de hablar de la vida y del propósito que tenemos en ella me quede un poco meditando mientras escuchaba a la bruja preguntarme sobre las razones por las que uno lucha para quedarse acá, para ser sincero nunca me había puesto a pensar en el propósito de estar acá, el poder, el placer y la gloria fueron las tres palabras que se me vinieron a la cabeza ya que con las tres, lo demás viene añadido y en eso coincidíamos, pero la razón por la cual Lex Luthor vive hasta para mi era un misterio, pero algo tenía que decir. -Yo vivo por mí y para mí...-le dije sonriendo...-nunca espero nada de nadie y tampoco confío, vivo tranquilo alejado del amor ya que amar te hace vulnerable a tus enemigos, como siempre lo he dicho, en esta vida no quiero hacer cosas buenas, quiero hacer cosas grandes...- Luego levante mi copa y le dije: -Bibere humanum est, ergo bibamus, Beber es humano: por tanto, bebamos, salud...-

Habían cosas muggles que siempre me habían gustado, cosas que a veces me parecían mas alucinantes que una escoba o una simple desaparición, una de esas era el sentir la adrenalina y la velocidad de un auto. Me dirigía al Castillo Crowley en mi coche por una invitación anónima que había llegado a mis manos. Siempre carecí de algo que se llama instinto de conservación, por lo que la curiosidad fue más que cualquier lógica que quiera poner al asunto, simplemente acepté aquella "cita a ciegas". Me detuve justo frente a la muy vistosa y decorada verja de hierro que se encontraba a la entrada del castillo, pesaba bajarme del auto para de alguna manera hacerme presente pero aquel impulso quedo en nada cuando dichas puertas se abrieron de par en par. Por lo visto, me estaban esperando. Avance por la vía rodeada de majestuosos jardines a cada una de las orillas y al final me detuve frente a una pileta en donde decidí aparcar, estaba a solo unos metros de la escalera que me llevaba a la puerta principal de aquel majestuoso lugar. En la puerta, recargada en el umbral de la puerta principal una hermosa bruja de cabello rojizo aguardaba, la verdad es que no sabía si era mi llegada o la de alguien más, ella sonreía, la verdad es que era una hermosa sonrisa que invitaba a hacerlo también, subí las escaleras hasta estar a un par de pasos de la mujer. -Hola...-incliné mi cabeza a manera de saludo formar hacia la dama...-mi nombre es Lex, Lex Luthor, recibí una invitación a venir a este castillo, tal vez usted me pueda ayudar...-

Pocas personas realmente me conocían en este mundo, contados con los dedos de una sola mano, siempre he sido un ser alejado de todo aquello que después podría ser usado en mi contra, sentimientos tales como el amor y el encariñarse con alguien siempre se convirtieron en talón de Aquiles en mi vida, es por eso que cuando esto ocurría cometiendo error tras error, lo que me había llevado a herir a muchas personas a las cual jamás quise hacerlo, es decir, no estaba en los planes al corto plazo, pero mi naturaleza no la podía cambiar, siempre la oscuridad de mi corazón muchas veces salía a flote, manipulando y lastimando con tal de alcanzar mis objetivos, no me arrepiento de nada, solo me apena que algunas cosas no salieron como yo las esperaba. El encontrar a mis hijos no sería problema, pero estaba tranquilo, el estar solos, el no depender de nadie les hará bien. Sol los ve como unos bebes, para mi forma de ver, el estar alejados de casa les serviría para madurar y estaba seguro que cuando los encuentre ya podré ver el camino que el destinó preparó para ellos. -Lo mejor que hicimos juntos han sido nuestros hijos, esa es la verdad mas grande que se ha dicho, por lo demás, cometimos demasiados errores y creo que lo pagamos caro...-era una de las pocas veces en la reunión en la cual no utilizaba ni el sarcasmo ni el doble sentido, mis palabras era honestas...-pero ninguno de los dos murió, cada cual ha hecho su vida y hemos trazado un nuevo rumbo, cada cual a distinto puerto, pero a pesar de la inmensidad azul del océano, siempre hay la posibilidad que aunque sea de lejos podamos observarnos al pasar...- El mundo era un pañuelo, a pesar muchas veces de decir que el universo es infinito, que es extremadamente grande, existen casualidades que llevan a que dos almas se junten sin importar a que mundo estos pertenezcan. -Pues soy Alexander Luthor, pero mis amigos me llaman Lex, tu puedes decirme como te de la gana, tienes ese privilegio, de todos modos me has llamado de miles de formas, desde las mas dulces hasta las que hasta un alma tan oscura como la mía se le hace difícil repetirlos...- Segundos depues Azazel irrumpió con la comida, la verdad había tardado mucho pero confiaba que fue por guardar la prudencia del caso, no me extraña que haya estado escuchado todo detrás de la puerta. ENTRADA PLATO FUERTE POSTRE -Bon Appétit...-le dije una ves la mesa estaba servida, luego miré a Azazel y le dije...-Sabes que es lo que tienes que hacer, desparece y hazlo ya...-inclinó su cabeza en señal de sumisión hacia mis ordenes y desapareció en frente de nosotros dejando solo una estela de humo negro en el ambiente que se desvaneció de inmediato...-espero que la comida sea de tu agrado...-

El encontrarlos no sería difícil pero tomaría su tiempo, puedo poner a mucha de mi gente a trabajar en ello, pero algo que jamás me ha gustado hacer es pedir favores a nadie, luego tienden a creer que eso les da a lugar a pedir uno cuando necesitan, por ello prefiero no deber favores a nadie, además es algo que me va a gustar hacer personalmente. Tenía muchas ideas de donde buscar, el problema era organizarlas, saber por cual empezaría primero, pero no sabía si incluir a Sol en las búsquedas, la mayoría peligrosas, que definitivamente dada su mortalidad se le harían complicadas, es algo que tenía que hacerlo solo. -Tranquila, yo mismo me pondré en marcha para buscarlos, pero ahora no sacas nada con desesperación, eso muchas veces lleva a cometer error tras error, hay que hacerlo todo con sangre fría...- Sabia que el tratar de tranquilizarla provocaría el efecto contrario, pero tenía que intentarlo. La miré a los ojos fijamente y tome su mano apretando con suavidad, tratando de darle algo mas de confianza. -Hoy mismo en la noche empiezo a buscarlos, sabes que me muevo mejor cuando la luz se va, ellos están bien, relájate y disfruta de la velada que Azazel debe estar a segundos de traer la comida, tanto drama me abre el apetito...-

Sus ojos estaba llenos de lagrimas y su corazón latía con fuerza, a pesar de los muchos años en los cuales estuvimos juntos aún no tenía idea de lo que yo era y lo que mis hijos podían ser, yo estaba seguro de que ellos se encontraban bien, las conexiones familiares o lazos de "sangre" que existen entre los de mi especie son muy fuertes y solo la muerte en si, rompe ese vinculo, en ese momento es como si una parte de uno fuera arrancada, no importa en el mundo en que estés, no importa el lugar en el que te encuentres, eso ocurre. La solté y fu a sentarme nuevamente en mi silla, le serví otra copa de vino, tratando de que se calme ya que el revivir un momento duro para ella fue devastador pero el saber que toda una idea que llevaba en mente no era la correcta seguramente le traería confusión. -Tranquila, lo primero que tienes que hacer es tranquilizarte, y asimilar que nuestros hijos estén donde estén, se encuentran bien, sanos y salvos...-le extendí la copa de vino a rebozar...-¿que tiempo es desde que tu los distes por muertos?...- Aquella información era vital, ya con ello podría más o menos determinar que rumbo pudieron tomar y donde ahora podrían estar, lo que estaba seguro era que estaba juntos, ellos tenía una relación muy estrecha, dudo que Josué deje a su hermana sola, a pesar que saben muy bien que a pesar de su corta edad se pueden cuidar solos, sobre todo en este mundo.

El cambio de semblante y de actitud me preocupo un poco, por lo que mi sonrisa fue desvaneciéndose poco a poco, su piel cambió de aquel delicioso rosa a un libido blanco,definitivamente algo que dije le afectó sobre manera, no hablaba, era como buscando las palabras adecuadas. De pronto me soltó aquella noticia de la muerte de mis pequeños. Me levanté de la mesa y fui a abrazarla con mucha fuerza para que se calmara y de pasó ordenaba mis ideas. Sentí como la sangre se me helaba y un frío inexplicable recorrió toda mi espalda, al principió creí oír mal pero después cuando pude poner en orden las palabras, ya que muchas de ellas para mi no tenían sentido alguno, pude entender que mis hijos, según Sol estaban muertos y que habían fallecido en un incendio junto a sus hermanos. La copa que tenia en la mano se quebró, la apreté tan fuerte que los cristales simplemente salieron disparados derramando aquel líquido color carmín sobre el blanco mantel de la mesa con tanta precisión que no maché el traje de Sol, respiré profundamente y después de unos segundos empecé a reír con fuerza aún con la Lestrange en mis brazos. - Sol, Sol, Sol...-moví la cabeza sin parar de reír, y traté de calmarme para poder articular palabras e ideas...-me sorprende que aún seas tan ingenua en algunas cosas...- La verdad es que a veces subestiman la naturaleza de mis hijos, y lo que más me decepciona es que su propia madre no conozca los alcances que algunos mestizos pueden alcanzar, ellos eran MIS HIJOS y a pesar de su corta edad demostraron mucho progreso, tal vez les faltaba algo de dirección, lo cual hago mea culpa. -En primer lugar si les hubiera pasado algo malo yo lo sabría de inmediato, ¿encontraste los cuerpos de los niños?-...le pregunté para luego llevar uno de mis dedos a mi sien...-Sabes que tanto Nadime como Josué manejaban los elementos de manera sorprendente, ¿como puedes creer que un simple fuego mortal los podría consumir?...- Los mestizos eran casi como semi-dioses, sobre todo con demonios, si bien no eran del todo inmortales destruirlos era algo demasiado complicado, para hallar sus debilidades tendrían que haber estudiado perfectamente a sus padres, en este caso a mí, y dudo que haya nacido ya aquel mortal o inmortal que conozca alguna debilidad, creo que yo todavía la ando buscando. Los demonios no somos corporales en si, somos simplemente energía y materia que toma forma a voluntad, se puede destruir nuestra imagen exterior, la que presentamos a los mortales, pero la esencia perdura por siempre. Los mestizos no pueden mudar de forma pero sus cuerpos son casi indestructibles. -Cálmate mujer, bueno, es una pena por lo de mis cuñaditos...-le dije con tono fúnebre demostrando mi profunda pena....-solo se que mis hijos están bien, no se donde, pero están bien, seguramente es un berrinche y huyeron ya que papi y mami no están juntos, no me extrañaría que ellos haya provocado el incendio y lo de sus tíos fue simplemente daño colateral...-

Su familia, tanto como la mia siempre fueron motivos grandes de disputas y peleas tanto por un lado como del otro, no nos soportaban, lamentablemente siempre fueron arrastrando por nuestros problemas, pero nunca entendieron que en los problemas del pareja "ni el diablo" se debe meter, ya que siempre pasaba lo mismo, una gran discusión, peleas a gran escala, corte total de todo tipo de relación, la familia se metía a opinar mal del uno o del otro y de pronto terminábamos en la cama toda disputa y siempre los que opinaron terminaban mal parados y después la rueda volvía a girar. Vi como se levantó de la mesa, estaba dispuesta a irse, completamente ofendida y molesta por mi comentario, el cual diría salió del corazón si de verdad tuviera, pero para venir de mi fue demasiado directo y sincero. Cómodamente sentado, solo bajé un poco mis gafas para poderla ver directamente a los ojos, con total tranquilidad llené nuevamente su copa. -Vamos Sol, no seas tan sensible, no cuestiono a tu "perfecta" familia Ingalls, para nada, simplemente, a pesar de que sus motivos tendrían, pienso que siempre debieron guardar su distancia...-mantenía la sonrisa en mis labios y el tono serio en mi voz...-y yo nunca fui un ejemplo es verdad, pero creo que sabias como era, que querías ¿cambiarme?, no se porque a veces las mujeres creen que uno es arcilla para ser moldeada, los humanos son hechos de barro y saliva, pero algo que debes recordar querida es que yo soy único, podrán haber miles, pero como yo, nadie...- Más que una frase fue como sentencia, no era para nada modesto, pero que podía hacer, era una verdad. -Toma asiento, no te sulfures, quédate un rato mas, no vuelvo a topar el tema tu familia, quedare, ordené camarones y el postre es helado de fresas con queso, háblame de los niños, tenemos mucho por hablar, ¿esta bien?- Me retiré los anteojos y levanté de la mesa, la tomé de la mano y suavemente le dije...-Por favor-

El ambiente paso de algo que definitivamente parecía una catástrofe de proporciones bíblicas a una verdadera conversación de gente civilizada, hubo un silencio algo incomodo después de las ultimas palabras de Sol, la verdad dos seres que han coexistido tanto tiempo juntos y que se conocen a tal punto de saber hasta el más pequeño detalle uno del otro, el discutir o el pelear simplemente se convertiría en un dar y recibir puñaladas sin defensa esperando que el primero que se desangre pierda. -La verdad Sol es que traté de romper aquella conexión, pero creo que es algo difícil, no te niego que uno de los principales motivos de estar acá era el sacarte de casillas, sabes cuanto me divierte eso...-sonreí al decirle aquello...-no te voy a decir que la he pasado durante todo este tiempo, tu sabes que mi "trabajo" hace muy entretenidas las cosas, este mundo se ha convertido en mi lugar de descanso, donde vengo de vacaciones a pesar que si estoy por acá es que algo vengo hacer y aunque se que no me preguntarás a que realmente vine a Ottery, sabes que lo que menos pienso hacer es decírtelo, a menos que quieras escuchar una mentira...- Ya la etapa de las mentiras entre la Lestrange y yo habían terminado, y hablo de lado y lado ya que con ella fui un buen maestro, no me iba a disculpar, ya que siempre he pensado que todas las cosas que ella vivió conmigo le sirvieron muchísimo, a pesar que me robé de ella lo mas preciado que se puede tomar de un ser humano...la confianza a los demás. -Tenía pensado ir por el Castillo, pero creo que esta fue una manera algo más sutil de poder conversar contigo, tengo la ligera impresión que no seré ni bien visto y peor aun bien recibido allá, si antes no me quería pienso que ahora menos, tu sabes que disfruto del odio ajeno pero la verdad ya esa situación como todo lo que a uno lo divierte en la vida, me llegó a aburrir, sobre todo con algunos de tus "familiares" allegados...-la miré alzando la ceja y le susurre...-ahora, saqué una conclusión de porque el comportamiento de tus parientes, creo que el incesto es común en tu familia y por eso he llegado a entender que su forma de actuar se debe a algo patológico por esto de los genes...-terminé mi copa y tomé la botella para servirme más...-¿mas vino?...-

Definitivamente no había perdido aquel delicioso toque de sarcasmo, al menos sabía que si bien no lo había aprendido de mi, le ayudé a perfeccionar, el conocernos tan bien me hacía sentir como que conversaba frente a un espejo, como jugar tenis contra una pared, la bola siempre regresaría a la misma velocidad y con la misma fuerza con la que la envío. -El dejar de fumar es un hábito muy complicado, cuesta mucho hacerlo, sobre todo al buen fumador, que le gusta el buen tabaco, al principio el dejarlo es sumamente doloroso, uno se acostumbra a esa excitante sensación de la nicotina, síndrome de abstinencia, pero luego como todo en este mundo.........pasa...-me retiré las gafas y las deje sobre la mesa, mis ojos se cruzaron con el ámbar de los suyos...-pero así el fumador no vuelva a dar una sola pitada de aquel delicioso tabaco, al menos se llena con el simple aroma y con ello no se hace daño...- No era mucho de palabras, la verdad es que a pesar de todo lo que pasó, el daño que nos causamos de lado y lado, siempre quedó aquel recuerdo de que era una buena amiga, tal vez era lo que significaba el aroma, el recuerdo de lo bueno. -Mis gustos siempre fueron, como es la palabra...-mi mano fue al mentón y mis verdes ojos al cielo como tratando de encontrar entre los adornos del techo la palabra correcta...-exóticos, sabes que soy un catador de almas, además tu jamás entendiste mis negocios, a veces creo que creías que de mi ibas a sacar una Madre Teresa y sabes que lo que menos tengo es madre...- Le di otro trago al vino, con ella no tenía para nada que ocultar quien soy, un tigre dentro de una piel de cordero, podía ser tal cual, tal vez eso también era algo que extrañaba, sacar el Evil que muchas veces tengo que esconder. -En cuanto a mi, he viajado de un mundo a otro, ya sabes como es lo mio, no hay descanso, a veces creo que venir a Ottery son mis vacaciones. mas bien tu cuéntame, ¿como va esa vida?...-

Había algo que definitivamente gozaba sobre manera era ver a aquella mujer que siempre se consideraba tan segura, tan correcta, tan fuerte, tan orgullosa,perdiera el control cuando me tenía cerca, no me sentía muy orgulloso por muchas cosas que había hecho en el pasado, muchas fueron demasiado crueles hasta para un ser como yo, pero son los gajes del oficio, cosa que nunca nadie comprendió de mi, por eso mi solitaria y triste existencia, la cual disfrutaba mucho. -No digas esas cosas, si bien recuerdo la mayoría de cosas no eran del todo malas...-baje mis gafas para verla a los ojos soltando una sonrisa cargada de sarcasmo...-Además, más fácil es deshacerse de una mala costumbre que de mi, creo que que tu mas que nadie lo sabe...- Tomé la copa y le di un sorbo al carmín del licor, definitivamente Azazel sabía de buenos vinos, tanto su buqué como su sabor estaba en perfecto estado, de los mejores que he probado en mi no muy corta existencia. La Lestrange se empezó a exaltar un poco, sentía su impaciencia, cargada de infinita curiosidad, siempre ese fue uno de sus pecados, no le gustaba quedarse intrigada ante nada, quería saberlo todo así lo que encuentre la destruya, solo le importaba saber la verdad y es raro que me pregunte algo a mi, porque la verdad en mi jamás la encontró. -Calma, por favor, calma, me ofendes...-la seriedad por primera vez se vio reflejada en mi rostro...-no necesito nada de ti, lo he tenido todo, así que no vengo a buscar absolutamente nada, simplemente quería una charla de amigos, no creo que después de todo lo que hemos compartido no podamos llevar una amistad, madura, sólida y verdadera, en lo que cabe el termino...- Habian veces que simplemente las palabras salían de mi boca sin siquiera analizarlas antes de escupirlas, creo que ese era uno de mis dones, ya que mi lengua siempre buscaba las palabras adecuadas, pero siempre estaba afilada, cargada de veneno para cuando se necesite. -Así que por favor, relájate, disfruta de esta velada, todo esta pagado...-lo ultimo fue simple ironía...-cuéntame de ti, háblame de tu vida...-

Me encontraba sentado metido en mis propios pensamiento, todas mis ideas eran magnificas, pero dudaba que tal vez esta haya sido una de mis mejores, pero después de tanto tiempo ausente, mi regreso no iba a pasar desapercibido, así que tarde o temprano se habría enterado, me parecía lo más caballeroso de mi parte. Sacudí una partícula inexistente de polvo en mi TRAJE y observaba el reloj con algo de rabia, no se si por costumbre o porque siempre me ha molesta la impuntualidad, a pesar de que ella siempre llegaba en punto a todo, mi duda era saber si en verdad iba a ser tan confiada de ir a un reunión sin saber siquiera con quien iba a tratar, pero segundos después al verla pasar por el umbral del privado donde me encontraba, me di cuenta que hay cosas que ni el tiempo y las aguas logran cambiar. - Un "buenas tardes" es algo más cortes...-sonreí mientras la observaba su desconcierto...-los modales nunca se deben perder para una dama, al menos eso era algo que siempre predicaste...- Miré al host y el inmediatamente entendió que tenía que retirarse, tenía la orden de entrar a tomar el pedido cuando en el ambiente reine la paz, o a recoger lo que quede del lugar, lo que ocurra primero, Azazel siempre ha sabido interpretar mis deseos con una mirada, pero de todos modos parecía que iba a probar en carne propia cuan inmortales son los demonios. -Estoy de regreso por el mundo mágico, como me ves, con traje nuevo, pensé que no me ibas a reconocer, pero veo que no importa que me ponga, siempre sabrás que soy yo...-aquel don era algo que francamente no me agradaba. En ningún momento dejé de sonreír, no era porque aquel asunto me daba gracia, simplemente era porque la reacción que Sol tuvo era casi exactamente la que yo esperaba, aquel don era algo que seguramente a ella no le agradaba. -Que te parece si nos sentamos, conversamos un poco, tomamos algo...-no terminaba la frase y Azazel entraba con una botella de vino tinto y la servia sobre un par de copas que estaban puestas sobre la mesa...-y discutimos lo que tengamos que discutir, ¿que opinas?...-luego miré nuevamente al Host que había traído a la Lestrange...-si recuerdas a Azazel verdad...-