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Ela Karoline

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Todo lo publicado por Ela Karoline

  1. Una pregunta,  las notificaciones que recibo se borran solitas o ¿como se borran? porque sino las páginas siguen subiendo

    Spoiler

     

     

  2. No puedo ponerle color a las letras y no me sirven los códigos de color uuuuu

  3. La verdad es que Londres para Ela Karoline nunca perdía su atractivo, a pesar de los tiempos revueltos de la actualidad. La magia siempre estaba presente en cada lugar, en cada cosa que hacía, en todo, y eso era maravilloso y constituía por si mismo una novedad que no dejaba de asombrarla, sobre todo porque se sentía libre, confiada y dichosa, por fin la bruja en su interior estaba floreciendo como los cuernos de aquellas estatuillas. Pasear por los comercios sola no era divertido, pero cotillear con una amiga y mirar escaparates si que lo era, por eso había insistido en que Sagitas se aventurara con ella en aquel recorrido, abandonando la comodidad y seguridad de su hogar. Y allí estaban mirando estatuillas de cuernos florecidos bajo la supervisor y platica de un dependiente que defendía la veracidad de la historia, leyenda o como quisiera llamarse. La ingenua y credula bruja en el interior de Ela bullia, mientras que la Potter, más experimentada, cauta y desconfiada arrugaba el entrecejo en una clara advertencia de que no estaba para timos. Aún así y bajo métodos de los que la Lockhart no estaba convencida, salían de la tienda con una bolsa y dentro las dos estatuas. -Te pasaste- aseguró Karoline frunciendo el ceño -¡Pobre hombre! no había necesidad... miro la varita de su amiga -De eso- pero enseguida el argumento de la reunión familiar acallo sus protestas y la mención de un pergamino antiguo atrajo toda su atención. Le gustaban los libros tanto como el chocolate, mientras más antiguos mejor, pues los secretos eran más jugosos y las historias menos fáciles. Carraspeo como si con eso limpiase sus pensamientos y encontrara la llave que abría posibilidades -Y supongo que además de enseñarme el pergamino iremos de cacería al bosque de los espinos- sus palabras claramente demostraban que creía en la historia, una que había escuchado de niña como tanta atención que incluso recordaba el nombre de la bruja malvada. -Adrihatis no estará feliz con nuestra visita, te lo puedo asegurar- la bruja oscura no admitía visitas en el bosque del que se creía ama y señora y menos cuando un dulce cervatillo salia de su escondite. En el fondo, esta vez, la oscuridad que intuía en su amiga podía resultar… buena. Suspiro mirándola con sus grandes ojos esmeraldas -¿Qué estamos esperando? vallamos a por ella- dijo entusiasmada y segura de haberse embarcado en una legendaria aventura, cuyo final aun no esta escrito.
  4. Buenas, yo hasta ahora estoy dando vueltas, ya saben como en casa nueva, cuando entras y vas de habitación en habitación, viendo, saboreando, imaginando colores, en este caso cambios, oportunidades y aventuras. Muchas gracias por el esfuerzo y por luchar para seguir vivos después de 21 años.
  5. gracias a ti y a todo el equpo por el esfuerzo que hacen para darnos este nuevo foro.

    1. Crazy Malfoy

      Crazy Malfoy

      Gracias a ti por acompañarnos en este viaje

  6. dejo grageas de todos los sabores.

    1. Ada Camille Dumbledore

      Ada Camille Dumbledore

      Madrinaaaaaa te adoro, te extrañe mucho 😘😘😘

  7. No me acostumbro a no verte por aquí.  Abrazos

  8. Pronto el negocio empezaba a llenarse de vida, osea de clientes, lo cual desde luego, le entusiasmaba muchísimo a la propietaria, que desde la barra observaba el movimiento. Uno de los elfos hizo movimiento para ir atender la mesa recién ocupada, pero ella decidió atenderla en persona, un poco de ejercicio en aquel frio día no le caeria nada mal. Libretilla y pluma en mano salio de detrás del mostrador, serpenteo las distintas mesas a su paso para dirigirse a la ubicada un poco más distante del pequeño lago, lo cual indicaba que los clientes buscaban un poco de tranquilidad para la degustación o tal vez para la plática, dos asuntos que serian respetados en Cacao Café. --¡Bienvenidos a Cacao Café!-- dijo la bruja de roja cabellera --Soy Ela y tomare sus pedidos el día de hoy-- informo en tono tranquilo y jovial, mientras se presentaba pudo notar la elegante vestimenta del mago, indudablemente de buena calidad, ¿a qué familia pertenecería? Ela Karoline que tenia pocos conocidos en el poblado mágico a pesar de ser la reciente matriarca de la familia Lockhart, siempre se hacía aquella pregunta, intentando hacer nuevos amigos y estrechar lazos que la arraigaran al entorno británico. Mientras esperaba respuesta fue descubriendo una hoja en blanco de la Libretilla para poder apuntar las órdenes. @@Martin N Roses @@Beryl Serenity Hawthorne Sereno y Hawthorne
  9. ¿Cuánto hacia que no paseaba por un parque? uff ni se acordaba, pero le apetecía aire fresco, puro y por supuesto, plática amistosa, contacto con algún ser querido, familia, ya fuese de esa que lleva la misma sangre, o esa que se elige con el corazón y cuyos lazos se van entretegiendo como lianas con el paso del tiempo, las circunstancias y lo vivido. Con aquel pensamiento en mente abandono los terrenos del solitario castillo Lockhart, hacia poco y por casualidad había escuchado de un parque sin igual y también de un circo por la misma dirección, también se entero de que su amiga Sagitas estaba vinculada a ambos, quizás podría aprovechar y visitarla, si, si, era una buena idea, aunque no tanto presentarse con las manos vacías. Antes de llegar a su destino se aprovisiono con algo para la Potter y luego en nada estuvo allí, el parque estaba cerrado, ¡vaya desilusión! aunque no creía que saltarse un barda y husmear un poco, sobre todo buscando a la propietaria se calificará como delito… en todo caso, aplicaría el dicho de “mejor pedir perdón que pedir permiso” Y así lo hizo, para su sorpresa todo era hermoso, fragante, la hierva verde, salpicada de florecillas, los asientos claros para descansar por aquí y por allá, al cerrar los ojos e inspirar le llegaba un aroma a rosas, y también la indiscutible presencia del agua a través de un murmullo. Al abrir los ojos había mucho terreno que explorar, le llevaría horas encontrar a Sagitas, o podía usar la magia, saco una libretilla y desprendió una hoja perfumada, le escribió un sencillo “Sagitas te estoy buscando. Ela Karoline Lockhart” lo dobló en forma de avión y le dio un toque con la varita al tiempo que lo hechizo para que buscará a su destinataria. Con una mano a modo de vicera intentaba identificar de donde provenía aquel ruido y que clase de animal lo producía, mientras caminaba despacito por e sendero.
  10. Una sonrisa trémula afloraba a los labios de la Lockhart, si una joven Lockhart, la matriarca actual, pero no era la rubia que todos conocían Cye no, era una bruja de cabellos rojizos, de temperamento efervescente, modales delicados y unas ganas de socializar contagiosa. En principio extendió la nivea mano para entregar la invitación que recibiera con antelación, esperó a que el elfo la tomará y corroborara su nombre o al menos su apellido dentro de la lista de invitados, agradecía enormemente llevar un antifaz porque así quizás no se notará tanto el rubor que cubría sus mejillas por tomar el lugar de su prima. Poco después fue conducida hacia los hermosos jardines donde circulaban invitados envuelto en espléndidos trajes, también circulaban las copas de champán como la nota introductoria de una velada que prometía mucho. Era la primera vez de Ela Karoline en aquel chateau de la familia Dumbledore, pero sabía que ambas familias tenían lazos de amistad, incluso una de las matriarca, Adda, era ahijada de Cye, así que presentaría sus respetos en nombre de los Lockhart y aprovecharía para conocer a miembros de la sociedad mágica que estaban presentes. Las orbes verde tras el antifaz blanco perlado brillaban como preciosas esmeraldas, y el rosado pálido de los delicados labios acentuaba la palidez tanto de la piel como del vestuario, de blanco, como sugería la invitación. Ela tomo una copa del líquido ambarino mientras con la mano libre deslizaba una arruga imaginaria del vestido, a la vez que con la mirada buscaba algún conocido, aunque con los rostros cubiertos seria casi imposible.
  11. Id: 73553 Puntos: Todos los que tengo Gracias.
  12. Los vestigios de año nuevo seguían presentes en el local, en el que aún caían pequeños copos de nieve de azucarados que no llegaban a tocar el suelo gracias a la magia conjurada. Los elfos y meseras ya están despojando las mesas de telas rojas y verdes para cubrirlas con manteles impecablemente blancos y caminerias (sobretodo) cafés, sobre las que reposaban bonitos menús. En la cocina, los elfos pasteleros y cocineros ponían manos al la obra para renovar vitrinas y cumplir con las expectativas de los posibles clientes. Ela, por su parte, estaba de cara a la terraza contemplando el columpio que subía a las personas a la terraza del Cacao Café, a los transeúntes despreocupados que circulaban haciendo las primeras compras del año. Optimismo, esperanza y magia era lo que la Lockhart deseaba para cada ser viviente sobre el planeta, era lo que esperaba tener a mano los próximos doce meses. También esperaba que el Cacao Café fuera punto de encuentro para muchos y que bajo el encanto de aquellos dos granos algunos pudieran cotillear, afianzar relaciones o encontrar un poco de paz.
  13. Últimamente la Lockhart no había tenido tiempo de hacer tour por el impresionante Callejón Diagon, aparte de que había estado ausente una larga temporada, recién empezaba a ocuparse de los negocios y la familia. Había estado tan inmersa en los destrozos sufridos en el Castillo Lockhart, que todo lo demás se había quedado en suspenso. De camino al Banco Mágico un par de barriles apostados a la puerta de un local llamaron su atención, hizo un movimiento negativo con la cabeza, ese era otro problema a resolver, la gran cava de Cye había desaparecido junto con las varias docenas de botellas de vino que había elaborado y también coleccionado, iba a dar el grito al cielo cuando se enterará, y Ela Karoline lo único que podía era intentar reconstruir el lugar y tener a mano unas cuanta botellas y barricas llenas y listas para el consumo. --¡Quizás aquí logre solucionar algo!-- dijo para si misma con un cambio de animo que le venía muy bien. Toco instintivamente uno de los barriles y se aproximó hasta la puerta de doble hoja, sin abrirla husmeo el interior a través de la ventana circular en la puerta, luego más determinada empujó la madera y entro. --¡Woaooo!-- exclamó fijándose en la exquisita decoración, de inmediato un aroma a frutos secos la envolvió, habían mesas redondas y cómodos asientos, luego sus ojos en tono esmeralda divisaron la barra, limpia, lujosa, y con copas levitando listas para el uso. --¡Hola!-- dijo a la persona tras la barra, notando los barriles y también los letreros que indicaban el autoservicio, la sonrisa floreció en los rosados labios. Se lo estaba pensando si servirse una copa de esos barriles o pedir algo más exclusivo. Aunque claro, el local estaba por lo que parecía de inauguración, por los adornos y el ambiente festivo y la gente circulando.
  14. Mientras esperaba a que más clientes llegarán al establecimiento, los olores de mazapán recién horneados, mezclados con las fuentes notas de los distintos cafés y el dulce chocolate que emanaban de la fuente invadían los sentidos de la Lockhart, le gusta y mucho aquel aroma familiar, el sentido de pertenencia al Callejón, lo mágico de todo aquello. Lo único que podía mejorar la experiencia era hacer amigos, algo que parecía no haber logrado con mucho éxito desde su llegada a Londres, excepto por unos pocos, muy valiosos, eso si, pero que estaban en lo suyo y ella se sentía por días invisible. Movió la cabeza en gesto negativo apretando los dientes, como si con ello logrará disipar sus pensamientos. --Va a mejorar, lo sé-- dijo con una punzada de anhelo y buena disposición, abierta a lo que el universo le regalará ese día. Sonrió y volvió a repasar las mesas con la vista, fue cuando noto que la llamaban de la mesa donde había servido aquellos cafés exótico. Con rapidez se acercó preguntando que deseaban ordenar --¿Cañitas de nevazucar? umm-- el vuelapluma tomo nota en la libretilla perfumada a canela y jengibre, claro que Ela no era una reputada pastelera, por eso sintió curiosidad y dudo si preguntar, aunque por supuesto los elfos cocineros seguramente lo tenían clarisimo. --Mm ¿esas son las cónicas huecas rellenas con crema y espolvoreada con azúcar pulverizada?-- pregunto un poco colorada, lo cierto es que dependiendo del lugar en el mundo donde se preparaban ciertas recetas los nombres cambiaban. --Y el ratón ¿ese es el pastel con esa forma características cubierto con fondant?-- rió para calmar los nervios que de pronto sentía. --Tendrás que disculparme, mi prima Cye Lockhart es la experta, claro que en cocina seguro que saben...-- dicho esto se mordió el labio inferior cual chiquilla. @@Albus Severus Black @
  15. Entrando en el Atrio Los últimos meses habían sido una locura, Ela recién llegaba de viaje, había estado un temporada con su prima Cye Lockhart, fuera de Londres y del mundo mágico en general, ajena a las intrincadas vueltas en que había desembocando la guerra y las actuaciones de Aaron Black Lestrange y sus seguidores y la revelación del secretismo mágico. Por suerte, según su propia opinión, había sido nombrada una nueva ministra de magia, una bruja a la que conocía, sabia que era una mujer de acciones, con valores, el carácter y los nervios necesarios para llevar adelante esa tarea, desde luego no lo tenia fácil, pero seguramente contaba con personas que arrimaran el hombro para recuperar la paz de ser posible, y también sanear el emiciclo mágico. --¡Ojalá tambien de mortifagos puñeteros!-- lo dijo con tanto énfasis que hasta la misma pelirroja se sorprendió y se tapó la boca con una mano enguantada la boca, mirando a su alrededor para ver si alguien la había escuchado, por suerte apenas iba entrando en el ministerio y cada cual andaba en lo suyo con las acostumbradas prisas. Ya en el atrio aspiro aire y se detuvo a contemplar a su alrededor, la gente con sus distintos atuendos que iban desde altos y puntiagudos sombreros con túnicas sencillas o muy elaboradas hasta trajes al la moda elegantemente cortados y confeccionados, quizás con algún aderezo de magia, altos, bajos, promedio, rubios, blancos, morenos, todos mágicos, según su percepción, lo que importaba era esa sensación de lo familiar y de estar donde debía. --Por mucho que te quiera Cye, este es mi lugar-- susurro más para si misma que para otros, saco una moneda de oro de su monedero de piel de moke y se acercó a la fuente para lanzar la al agua de espalda, por aquello de los buenos augurios.
  16. La rubia que ocupó el asiento frente al mago que estaba atendiendo Ela Karoline recibió una serie de justos cumplidos, cada palabra le hacía justicia y también reflejaba admiración y cierta devoción por parte de su invocador, la Lockhart volvió a sonreír antes de recibir el pedido. --En seguida lo traigo-- dijo en tono amable y se retiró discretamente, pensando que ambos clientes sabían lo que querían, ambas excelentes opciones para paladares exigentes, aunque le sorprendió in poco la elección del kopi luwak expresso, uno de los cafés más caros del mundo, debido al procesamiento del grano. En la cocina los elfos se pusieron manos a la obra, poco después los granos indonesios habían sido transformados en una exquisita bebida, La pelirroja llevo la bandeja de nuevo la mesa, colocó la taza de porcelana con el humeante líquido ante la bruja además de una diminuta fuente con galletitas variadas de almendra, chocolate y naranja para acompañar las bebidas cortesía de la casa, aunque la propietaria estuvo a punto de sustituir las galletas por donut, no entendía porque la chica le recordaba a los Potter y a los accidentosos. --¡Que lo disfrute!-- luego se retiró hasta la barra desde donde podía observar toda la terraza y estar pendiente de la clientela. ---------------------------------------- @ @@Albus Severus Black
  17. Pronto se dio cuenta de que los clientes empezaban a ocupar las mesas después de subir por el columpio hasta la agradable terraza, allá junto al barandal a vista de todo el que ingresará y también pudiendo observar a los transeúntes abajo en la calle, un mago se sentó, Ela que estaba más que dispuesta a atender a la floreciente clientela, materializó una libretilla y un vuelo plumas y fue a tomar el pedido. --¡Bienvenido a Cacao Café!-- dijo a modo de saludo, sonriendo la pelirroja agrego --Soy Ela y le atenderé en esta ocasión, ¿Qué le apetece ordenar? -- en seguida el mago ordenó un café venezolano, --Excelente elección, ya se lo traigo-- anuncio de forma relajada y fue por el pedido. Unos minutos después regreso con una bandeja cargada, colocó frente a él una hermosa taza de porcelana llena de un aromático y humeante líquido negro, sobre un plato en el que reposaba una cucharilla de plata, una azucarera con perfectos terrones del endulzante y una jarrita con leche, por si lo prefería acompañado. --Que lo disfrute-- se atrevió a decir antes de dirigirse a la bonita chica que lo acompañaba, --¡Bienvenida al Cacao Café! ¿Desea revisar la carta o tiene en mente lo que le gustaría ordenar?-- dijo mientras observaba el bien cortado y confeccionado vestido color cereza, tenia un aire familiar, aunque la actual matriarca de los Lockhart no conociera a tanta gente como su prima Cye, pero no se atrevió a insinuarlo ya que conocer, solo conocía a Sagitas, Xell de los Potter y algunas otras personas de otras familias. ---------------------- @ @@Albus Severus Black
  18. Cambio Nick: Ela Karoline Link a la bóveda: Bóveda Rol del Personaje: Canciller para América Latina, Investigador Privado, Directora de del periódico Despierta América y de la afamada revista mágica Corazón de Brujas, Suma Sacerdotisa del Concilio de las Eras, Sanadora de San Mungo e Historiadora Mágica, herbologa-pocionera. Información Adicional: Ejerce como canciller mágico para el conglomerado de América Latina, mientras recaba información como investigadora privada, su vena periodística sigue latiendo a medida que regenta el periódico y la revista mágica y aviva los sentidos y corazones de sus lectores. Apasionada por historia del mundo, con la capacidad de sanar tras su larga carrera en San Mungo, conjuga todo lo que es y lo que sabe para ir a donde se le necesite, ya sea preparando pociones, sanado o investigando y todo ello sirve a otro propósito más grande: mantener, fomentar y proteger el Concilio de las Eras que agrupar todo el conocimiento mágico sacerdotal del mundo que amenaza con desplomarse tras las inminentes guerras. Las sacerdotisas y sacerdotes del mundo en todas las épocas han sido garantes del origen de la magia, de objetos milenarios y de lugares que muchos ni se imaginan. Ahora el Concilio debe asegurarse de que nada de esto se pierda o caiga en manos indebidas o el mundo como se conoce en breve no existirá.
  19. El ambiente era extraño, una calma que no sabia explicar ni de donde provenía se hacía casi tangible, muchas cosas habían cambiado desde la última vez que estuvo en aquella terraza, algunas que hubiese preferido con todo su corazón que no ocurrieran, como el vacío y la certeza de que no volvería a sentarse en una de esas mesas a platicar con su amigo @@Seba Granger, porque el universo lo había reclamado demasiado pronto en otro plano, donde seguramente conquistaria a todo el mundo con su simpatía, trabajo y determinación, con su caballerosidad y genuina empatia, Cye y Ela habían perdido al mejor amigo que hubieran tenido en cambio el cielo había ganado un verdadero ángel. --¡Ya te extraño muchísimo Seba!-- no quería ni pensar en cómo se sentía Darla, difícil de asimilar era una palabra amable en comparación con lo que debía estar pasando, no sabia si acercarse a la bruja o darle espacio, aquella pareja fueron los primeros en abrirse ala pelirroja al su llegada a Ottery y los consideraba amigos reales. Otro largo suspiro escapo del pecho de Ela, mientras los elfos terminaban de decorar la terraza con y poner las calabazas como centros de mesa, alusivos al las fiestas de Hallowen. Por otro lado habían cosas que si le gustaban y mucho, como el hecho de que @@Sagitas Potter Blue fuera la actual ministra de magia, en cuanto se lo había contado a Cye en la visita que acababa de hacerle, esta se había emocionado hasta las lágrimas porque al fin, tanto trabajo de parte de la peli-violeta era reconocido. Ahora, allí mismo, Karoline no tenia idea de cómo estaban las cosas en Londres, el callejón diagon o el pueblo mágico, deseaba que la estabilidad fuese el fruto del cambio ministerial, pero tampoco era tan ingenua para pensar que eso se conseguía de la noche a la mañana. ¿Sería oportuno invitar a una merienda a la Potter en su local? quizás estuviera muy ocupada...
  20. Buenas tardes yo no me voy a extender, ambos candidatos tienen méritos de sobra para ser ministros, tanto por rol, como por historia propia del personaje, yo que no participe en la anterior elección y vengo regresando apenas pero voy a dejar mi voto. Sagitas Potter Buenos.
  21. La situación en la que se encontraba la Comunidad mágica era precaria, por un lado el ministro de magia demente, ese Aaron Black Lestrange, luego el inquisidor, la ONU y todos los que perseguían a los magos y brujas en todo el mundo, por desgracia había sido el ministro británico el desencadenante de la casería actual. Así que incluso entre los suyos no eran bien vistos los ingleses. Había ido a una de esas galería de arte muggle sofisticada y elitista en el centro de Londres, había llegado sin problemas y se había colado de igual forma gracias a la magia, pero mientras examinaba una de las esculturas, un hombre se le acercó, llevaba una copa con un líquido incoloro burbujeante en una mano y en la otra un frasco de cristal lleno de píldoras, le sonrió con amabilidad y en perfecto inglés le preguntó si ya las había probado, también dejó saber que todos los presentes habían sido sometidos al mismo procedimiento garantizando así que sólo hubiera gente normal. --¿Normal?-- preguntó como tonta, pero pronto, como si un balde de agua fría le cayera encima entendió que los anormales a los que se refería eran ellos, los mágicos, y también que las píldoras en el frasco eran las inventadas en su contra, a la vez un susurro sobre su hombro le decía “corre, no la tomes” volteo y solo pudo percibir un aura en trance, un muerto por decirlo de otra forma. Ela sintió que estaba clavada al piso y el hombre ante su mutismo, se limitó a sacar la píldora y ponerla en la palma de la mano enguantada de la Lockhart. --Soy alérgica al alcohol, ¿podría conseguirme un poco de agua? por favor-- sugirió con la única excusa que pasó por su mente, el hombre la miró a los ojos y Ela, sabiéndose bonita, abanico las largas pestañas luego de sonreír cándidamente, cuando el muggle asintió y fue por el petitorio de la bruja, ella corrió hacia la puerta más cercana, no era la de la salida pero de allí apretó el paso hasta encontrarse en un cubículo del baño para damas, temblaba y sin cerrar la puerta con pasador desapareció. Lo primero que había pensado era en Ottery, pero no en el castillo Lockhart donde estaba sola hacía meses, pensó en sus hermanas de sacerdocio, la familia heredada que Cye le dejo y a la que nunca había visitado en su residencia. Allá en el camino de entrada a la propiedad, se debatía entre irse o seguir y decido lo segundo a toda prisa al darse cuenta de que aferraba en una de las manos la píldora, corrió el último tramo hasta llegar a la puerta que raramente estaba de par en par, su corazón dio un vuelco y luego otro, temiendo lo peor pero rezando porque fuera algún despiste de los elfos. --¡Hola! Que alguien me esconda, seguro vendrán por mi-- gritó, pensando que aquel muggle seguramente daría la alarma, o que por su temor y prisa la hubieran visto desaparecer, alguien diferente al muerto que le había susurrando que escapará.
  22. Sentada en la mesa, Karoline observaba a su alrededor, la verdad es que Cye había hecho un magnífico trabajo describiendo el lugar, era uno de los recomendados por su prima para que visitará una vez estuviera instalada en la mansión familiar. Ahora que la persecución contra los magos estaba en su punto álgido, era casi un lujo dedicar tiempo al esparcimiento fuera de casa, ella, despreocupada o temeraria, se negaba a dejar de hacer lo que le apetecía, y era precisamente eso, sentarse en un lugar agradable a disfrutar de algún platillo, una bebida refrescante o quizás de ambos. En la barra, un par de elfos realizaban trabajos cotidianos, pero uno dejó de lado lo que hacía y se acercó a la mesa, presentándose y ofreciendo atenderla y presentando la oferta del día. --Hola Cabernet, me gustaría, primero saber de quién es este local tan bonito-- preguntó elogiando la decoración, la sencillez y lo ameno, y claro, tratando de satisfacer su curiosidad --Y tomaré el té de menta para empezar, tienes algo rico de comer-- preguntó esperando alguna sugerencia gastronomía. @@Lisette Ryddleturn
  23. Para cuando se unió al trío de sacerdotisas su propia energía había cambiado de forma positiva, la diosa de Avalón había confiado en cada una de ellas, las educaba y adiestrada día con día, perfeccionando sus habilidades, haciéndolas partícipes de aquellos conocimientos y hechizos que sólo quienes transitaban el camino del sacerdocio real tenían acceso, entonces, cómo no estarían bien las cuatro, juntas y en armonía. Aquél razonamiento infinitamente sencillo le arrancaba la sonrisa con la que las miraba. Sagitas fue la primera en contestar y de alguna manera abrir el compás, y también la primera que noto la transfiguración en pantera --¿La viste? fue maravilloso-- reconoció entre fascinada y agradecida Pero era momento de actuar con relación a Violeta y todo lo que le ocurría, avanzaron hacia la habitación donde la chica se encontraba, una mesa un par de sillas, en realidad el mobiliario era lo de menos, lo importante era ese temor de ella hacia las sacerdotisas y viceversa, porque en el fondo todas sentían la oscuridad y la magia oscura dentro la aparecida. --Hagámoslo-- dijo Ela y siguió a Sagitas y su invocación, sin duda era magia avanzada a la que la pelirroja aún no accedía. --¡Hola Violeta! venimos a tratar de ayudarte, imagino que estas cansada, confundida y temerosa y no es para menos-- dijo sonriendo y usando un tono de voz suave que invitaba a la calma, los movimientos de la sacerdotisa también eran suaves, nada que la chica pudiera interpretar como agresión o amenaza. --Mi nombre es Ela, Ella es Sagitas, ellas son June y Sherlin, ¿te apetece comer algo mientras conversamos? Traigo unos bombones si gustas-- ofreció sacando del bolsillo de la pijama un par de bultitos plateados que expedian olor a cacao y frutos del bosque, ganar su confianza era vital para avanzar.
  24. Los acontecimientos ocurridos en Ravenrok, aquel poblado de pescadores, era solo una de las muchas situaciones a las que se enfrentaban los muggles y mágicos alrededor del mundo, ¿de qué lado había provenido la culpa o el primer golpe? a estas alturas ya no era tan importante y mucho menos determinante, ya que al menos, entre los mágicos habían divisiones, agresores, agredidos, y porqué no decirlo, salvadores. La Orden del Fénix, por el momento había conquistado una batalla, en Ravenrock, según ĺa visión de Ela, pues sabían que eran magos y brujas e intentaban convivir en armonía, mientras que los fenixianos continuaban investigando, juntando pistas y protegiendo a la gente común de posibles ataques, porque si bien la niebla había cesado junto con las desapariciones, no todos los secuestrados habían vuelto a casa, ni tampoco se tenía a los culpables de tales desmanes. Como desde hacía varias noches la sacerdotisa compartía habitación con Sagitas, en aquella edificación frente a la plaza, era un cuarto doble, más bien triple, con una cama vacía que alguien más podía ocupar, de momento sobre ella sólo hay un par de mantas extras y el bolso de Ela, que sacerdotisa y todo, es un poco desordenada y a la vez vanidosa con su arreglo personal, humildad pareció leer en una mirada que le daba la pelivioleta mientras la Lockhart cepillada con deleite su larga cabellera para luego meterse bajo las sábanas, pero no dijo nada porque quizás tenía razón. Diez minutos después estaba rendida en los brazos de Morfeo ajena a la contemplación de su compañera desde la ventana, apenas si la escucho susurrar algo y se incorporó en la cama para verla saltar, pensó que era un sueño y se frotó los ojos, pero las explosiones la espabilaron, corrió a la ventana abierta y pudo ver a una joven y a varios acercándose, no lo medito dos veces, aún con el pijama rosa pensó que el tiempo era oro para desperdiciarlo en desplazamientos humanos así que recito: Invocando un ser más allá de lo racional, presto mi cuerpo en sagrado ritual, Invocando la fuerza sobrenatural, de una pantera real de inmediato la transformación se realizó convirtiéndose en una hermoso espécimen de negro pelaje, el animal en el que ahora se había convertido le era conveniente pues podía aprovechar su agilidad y visión, eso le permitió saltar e ir rauda a inspeccionar los alrededores por si existía alguna amenaza oculta alrededor de donde ocurrían las explosiones o en los recovecos de la plazoleta, al no encontrar nada volvió hasta pararse a pasos de la chica y sus compañeros justo antes de que el domo conjurado por Madeleine los separará del resto, era majestuoso y tan poderoso como el rayo conjurado con el mazo por Graves, verdaderamente todos los clanes podían interactuar sin romper el equilibrio. Para cuando volvió a pronunciar palabra estaba en su forma humana, ya que la transformación se produce por poco tiempo, pero aquella agilidad era algo que no había sentido nunca y que gracias al sacerdocio de Avalon le era otorgado --Wuaoo-- pronunció cuando Violeta se elevó y fue bañada con el hechizo sacerdotal, todos, desde Darla, Sagitas, Madeleine, Zahil, Graves, June, Roxana aportaban para hacer que la muchacha cuya magia estaba descontrolada despertará y se calmará, Ela percibía en el aura de la chica inestabilidad y confusión y fluctuaciones energéticas, no debía ser fácil estar en su zapatos, sobre todo al reaccionar y ver lo que había hecho durante aquel trance, sentía compasión, curiosidad y simpatía por la muchacha, lo que se le hacía raro era ver que efectuaba su magia sin conducto, es decir, sin varita, ¿dónde la había dejado? Al fin todo estaba aparentemente controlado, el domo desaparecía y ella junto con algunos otros se dedicaban al reparar con magia los daños, de tal manera que cuando el sol calentará la estatua del pescador nadie podría decir que algo no estaba como el día o la semana anterior. La sugerencia de llevar a Violeta y su familia a la casa del compañero de bando sonaba lógica y fue bien acogida, aunque otros no estaban de acuerdo con desvincular a la chica de sus lugares familiares. Karoline les seguía rezagada, cautelosa, veía los grupos, escuchaba los cuchicheos y conclusiones a las que se llegaba y seguía sintiendo un miedo interno que no podía explicar. Vio a Sagitas con June y las dejo por su cuenta, luego cuando se usó la purificación espiritual aprovechó la limpieza del entorno y junto a la invocación de un Foraoise varias plantas crecieron al borde del césped, entre ellas algunas que florecieron de la nada, la Lockhart las tomó y puso en un frasquito para poder hacer un té curativo, también varias plantas de fresas con frutos maduros, ricos y con propiedades curativas, las recolectó y se acercó al grupo de sacerdotisas que estaba por entrar a la casa. --Esperenme-- pidió y cuando se emparejó con ellas puso un par de fresas en la mano de cada una y ella misma mordía una con avidez, ya que habían pasado muchas horas son comer y todas mediante los hechizos habían consumido mucha energía.

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