Ela Karoline

La bruja de cabellos rojizos caminaba por primera vez entre los transeúntes del afamado Callejón Diagón, ella admiraba como niña las tiendas que no escondían los artilugios mágicos para promocionar sus mercancías, "Ésto si que es el mundo mágico" pensó con una media sonrisa. Unos chiquillos salieron corriendo de una tienda persiguiendo un rana de chocolate que había escapado de su envoltorio, quedándose tan solo con la foto del famoso mago en ella. Miro hacia el otro lado y una escoba solitaria barria la entrada de otra tienda, así a la vista de todos. --Acaso no pasan muggles por aquí?--- se pregunto en un susurro, siguió caminando y entonces vio la edificación de ladrillo oscuro, seria aquel el lugar que estaba buscando? Apresuró el paso y subió el par de peldaños que la alejaban de la puerta donde estaba rotulado el nombre de la tienda, agitó el llamador antiguo esperando anunciara la presencia de la posible cliente y entonces entro. Bueno si debia esperar no lo imagino, no en una tienda para el publico, a menos que hubiera que hacer cita, después de todo el asunto que llevaba a la escandinava a aquel lugar era igual de importante. Al entrar lo primero que vieron sus orbes esmeralda fue el mostrador, luego los desplazo por la habitación mientras llegaba a que alguien la atendiera, pudo notar la alfombra y las variadas vitrinas con sus objetos expuestos, eran muchas cosas que ver, mucho para comprar, hay Cye no sabia a quien le había dado luz verde para gastar... --Hola!! Aquí componen varitas?-- lanzo la pregunta mientras sus ojos se fijaban en una rara pluma, no tenia una todavía. @@Sagitas Potter Blue

Una voz a su espalda delató la presencia del mago que la había invitado, sus palabras hicieron que una sonrisa apareciera en sus labios, pero claro el no la vio, porque cuando giro ya había desaparecido. --Y tu eres un exagerado-- movió la cabeza en gesto negativo hasta que sintió que el colocaba algo en su cabello, no necesitaba verlo, el perfume de la margarita llego a ella de forma sutil, de igual forma acepto la rosa que le ofrecía. --Gracias-- susurro de forma tímida, era extraña aquella sensación, pero de inmediato dejo de pensar en ello, porque @ la condujo para presentarle a su hija. Primero se sorprendió de que la tomara de la mano, luego las orbes celestes de la bruja brillaron al descubrir a la mujer que el mencionaba y darse cuenta que era nada menos que su ahijada @. --¿Ella es tu hija?-- la incredulidad y sorpresa se apoderaron de la Lockhart e instintivamente se sonrojo al recordar que una de las manos del mago sujetaba la suya, ¿Qué podía pensar Selene? Le soltó y avanzo para abrazar a la dulce mujer a la que le tenia mucho cariño. --Yo no tenia idea de que el era tu... ¿Como estas ahijada?-- dijo al abrazandola y luego agrego --Estas muy guapa-- a todas estas el mago solo las observaba y quizás no entendiera de donde o como se conocían. --No pensaste que alguien tan lindo por dentro y por fuera no la conocería yo ¿verdad?-- bromeo un poco como si ella tuviera el monopolio exclusivo de conocer a este tipo especial de personas.

Era uno de esos días para mimarse un poco, a parte claro, de conseguir las cosas que tenia que comprar de una larguisima lista, todo con el propósito de dejar en orden tanto propiedades, como afectos, antes de su partida, un viaje del que no sabia si iba a retornar, pero que era secreto y voluntario. Un poco más allá de la vidriera en la que estaba parada había un establecimiento de lo mejor, con aquel aire parisino que tanto le gustaba, hacia mucho tiempo atrás lo visito y podía dar fe de las delicias que allí vendían. Con paso sereno consulto el reloj de pulsera que llevaba en la izquierda, aun podía desayunar algo rico en Ladurée, con más entusiasmo del que tenia minutos atrás, atravesó las puertas y busco un lugar donde sentarse. Con parsimonia se safo, dedo a dedo, un guante y luego el otro, quedando libre para elegir lo que iba a comer, a la espera de algún mesero que le tomara el pedido. Mientras tanto saco la libretilla de pergamino donde había elaborado l lista y revisaba con cuidado que podía llevar de allí, sabia que vendían velas, perfumes y ediciones de lujo de algunas delicias, si eso le serviría. -------------------- @@Helike R V PB •

Era uno de esos días fríos todavía a mediados de Enero, aunque pudiera ser que el frío solo lo sintiera la Lockhart, en todo caso el plan era pasearse por el Callejón Diagón y hacerse de todo lo que tenia puesto en una larga lista, lo cual la mantendría alejada del Castillo y de sus negocios, cosa a la que tendría que acostumbrarse de ahora en más, si es que queria consolidar su plan de un viaje secreto, o más bien de un retiro voluntario e indeterminado. Allá al otro lado de la calle se veía un local de cuya segunda planta salía una escultura de libros que parecía sostenida por el aire, abajo un bonito cartel a la entrada flanqueado por dos plumas, siempre le pareció muy original la decoración y la publicidad que aquellos elementos le daban al establecimiento. Cruzo la calle y se adentro en el lugar, todo parecía idéntico a como lo recordaba, pilas de libros por aquí y por allá, las revistas y periódicos mágicos y ese olor a sabiduría que lo inundaba todo, era en realidad una tentación casi irresistible el no perderse entre los anaqueles con los libros de distintos grosores, colores y cubiertas. Dejo escapar un suspiro, esperando que el lugar aun perteneciera a las Vladimir (madre e hija) y a la Potter Blue. --Buenas-- medio grito y luego añadió a modo de provocación --Hay auto servicio?--

Nombre: Ela Karoline Larsson Edad: joven Nacionalidad o procedencia: Nórdica (Suecia / Estocolmo) Raza: Mágica / Bruja Personaje principal al que está asociado: Cye Lockhart Relación con el personaje principal: Prima. Aspecto Físico: Es un bruja de cuerpo esbelto y curvilineo, piel blanca casi traslucida, nariz perfilada, labios rosados y suaves que cuando sonríe hace que aparezcan hoyuelos en sus mejillas que le dan una apariencia dulce, ojos verdes protegidos por largas pestañas de mirada vivaz, cabello largo de tono rojo intenso con visos platedos, estatura 1.70 cm. Cualidades Psicológicas: Alegre, de naturaleza curiosa, deshinivida, aunque cautelosa y a veces desconfiada, amante de la magia ya que la descubrió en su adolescencia, es capichosa y intenta salirse con la suya, en el fondo es una mujer compleja y bondadosa. Historia: Ela nació en uno de los países nórdicos, Suecia para ser preciso, hija de padres mágicos: Loreday y Marcus Larsson, quien a su vez fue hijo no reconocido pero probado de Gilderoy Lockhart, por tal razón la familia vivió alejada de Londres, de la magia y de cualquier vinculo que le recordara al padre de Ela Karoline su desventurado origen. La peliroja de hermosa apariencia creío feliz hasta que no pudieron negar su origen mágico y tuvieron que mandarla a estudiar a un de los afamados colegios de tal índole, donde la bruja encantada por la novedad y el universo de posibilidades formo parte de su carácter y la excesiva confianza que tenia en si misma, la magia la hizo caprichosa, pero en el fondo los principios arraigados, el amor por la naturaleza, los animales y el gusto por la naturaleza humana no pudieron desaparecer. Fue después de todo ello que descubre el parentesco con los Lockhart y se pone en contacto con Cye, quien atravesaba un momento difícil y sin más preparación que unas cuantas lineas la invita a pasar tiempo en Londres y la deja encargada de todo lo suyo, incluido propiedades, familia, afectos y amigos. Ela descubre que ponerse en los zapatos de aquella gran bruja no es tarea fácil y mucho menos ganarse la oportunidad de ser parte de la Orden del Fénix, pero no se da por vencida y se emplea a fondo en ello. Otros datos: Posee una varita de nombre Drika cuyo núcleo esta compuesto pelo de centauro y pluma de fénix una combinación difícil y poderosa, con una lealtad inquebrantable a su dueña. Hecha de madera de nogal rojo con mango de plata. Tiene una elfina personal llamada Circe. Cye Lockhart al marcharse de Londres en un retiro voluntario e indefinido, le lego la autoridad para administrar, usar y disponer de todos sus bienes, propiedades, mascotas y elfos. Condición es de utilización: uso personal (Solo por el usuario del personaje principal: Cye Lockhart).

No tenia un rumbo fijo bien podía ir a ese local o bien a otro, en realidad lo que importaba era estar rodeada de paz, disfrutar de alguna bebida en armonía y meditar un poco sobre la desicion que había tomado, no queria equivocarse y tal vez necesitaba una voz que la hiciera entrar en razón, entonces recordó un piano y por supuesto una cabellera violeta. Un suspiro abandono su pecho y los pasos la llevaron ante un local llamado La taberna de la tia, era tal cual lo anticipaba su memoria, ja un destello fugaz de Xell y ella buscando un barril de cerveza para un evento que yo no podía recordar le arrancó una sonrisa y entro. Ante sus ojos todo estaba igual incluso el viejo piano seguía allí esperando que dedos hábiles se deslizaran por sus teclas de forma armoniosa, aunque estando a disposición de todos también podrían áporrearlas sin ton ni son. Eligió una de las mesitas diseminadas en el lugar y arrastro la silla hacia atrás para poder sentarse, acto seguido se quito con total parsimonia los guantes que cubrían sus niveas manos pues aun hacia mucho frio en todo Londres.

Hacia unos días había recibido una invitación, de parte de @ para asistir a una boda, y claro allá tenia conocidos y familia, gente a la que queria, como Sagitas, Xell, Alessandra, Ariane, la novia y el novio, a pesar de eso, se sintió un poco incomoda, tentada en el ultimo minuto a darse la vuelta. Pero no era una cobarde, y... Ya estaba allí de pie ante los jardines de la imponente mansión, tenia una regalo para la novia algo insignificante quizás pero parte de la tradición y queria entregarselo, el novio, el novio ya se las apañaba bastante bien solito, aunque seguro debia de estar nervioso con tremenda decisión tomada. Camino un poco por los jardines entre los invitados que empezaban a llegar, el vestido color champán que lucía era sencillo pero de buen corte y rosaba el césped, la prenda la envolvía como guante en la parte superior dejando al descubierto un hombro y de la cintura hacia abajo caía sutilmente dándole libertad de movimiento. Desde allí levanto la mirada hacia el cielo rezando en silencio por que el clima bendijera aquella unión. También sintió la presencia de las dos sacerdotisas, Xell y Sagitas. Se mordió el labio inferior en señal de nerviosismo, mientras instintivamente su mano izquierda acariciaba uno de los rizos dorados que caía sobre su hombro desnudo. Tal vez debia preguntar por Harpó, aunque ya había mandado a su elfina con una bandeja que contenía una tetera llena de un liquido ambarino, un té muy especial para relajar a la novia y ayudantes antes del gran momento, era un blender único cultivado y producido en el jardín de té de la Lockhart y que pocos habían probado, era para deleite personal, pero la ocasión lo ameritaba, además que quizás fuera su forma de decir adiós, si los planes en su cabeza llegaban a consumarse.

Las fiestas decembrinas habían culminado en buena lid a pesar de la guerra mágica en la que estaban envueltos, todo mago o bruja fue consciente de aquel halo de sobrecogimiento que reino durante toda la festividad, la constante como en todos los tiempos fue la enorme nevada que cubría las calles, tejados y árboles junto con el frío taladrante, del que todavía quedaban rastros. La correspondencia de la bruja reposaba como siempre sobre el elegante escritorio de pino irlandés, pero la figura delgada de la mujer estaba apostada frente al amplio ventanal, contemplando el panorama. Era un escenario nostálgico del que no queria apartar la vista, sin embargo las cartas no se leerían y responderían solas. Giro sobre su eje y fue a sentarse pasando sobre tras sobre, pergamino tras pergamino hasta que se topo con una cuyo sello era del claustro educativo, entonces lo abrió descubriendo que al di siguiente daría inicio la clase de aritmancia en la que se había inscrito. Al día siguiente la rubia se desplazaba de forma serena hasta el aula donde se encontraría con el profesor y resto de compañeros si es que los había. No le sorprendió encontrar un aula medianamente dotada, era parte de los estragos que hacia la guerra, aunque rara vez las instituciones educativas eran tocadas de forma directa. --Buenas tardes caballeros-- saludo la bruja ataviada con un túnica celeste abierta bajo la que se observaba un vestido blanco que definía su anatomía, La Lockhart noto primero a @@Jeremy Triviani y luego a @@Albus Severus Black, ocupando la mesa contigua a este. --Espero no llegar demasiado tarde-- expreso en tono amable mientras jugueteaba con su cadena en la que estaban sujetos los amuletos y dijes a que era acreedora y que ya formaban parte de su propio atuendo.

Buenas noches paso a dejar mi solicitud de inscripción para un nuevo libro a ver si se me da. Saludos. Para Libros de Hechizos: ID: 73553 Libro de Hechizos: Libro del Druida Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): Aquí Link a la Bóveda: B: 78480 Link a la Ficha: Ficha de Cye Lockhart

Juraria que emoción, emoción, no destelleaban en los ojos de @ pero como intentaba entender la distancia que la actual Perenela ponía entre ellas, lo paso por alto y cuando el mago acepto ella dio un pequeño gritito y aplaudió. --Así se habla, ya me imaginaba yo que no eras un miedoso, seguro que Sagitas esta equivocada contigo-- dijo un poco en serio y otro poco para picarlo y animarlo a ir adelante. Ahora que la residencia de los Vladimir tampoco era un lugar que ella conociera muy bien, tenia vagos recuerdos, y quizás todo hubiera cambiado pues con la magia todo se podía. --Pero porque debo guiar yo si el caballero eres tu-- observo la Lockhart con toda lógica, haciendo cierto puchero que sacaba a relucir dos hermosos hoyuelos, uno en cada mejilla. --A mi siempre me dio curiosidad las mazmorras o sótanos de las casas, suelen esconder cosas...-- ciertamente aquellos lugares solían ser el epicentro de energías que la sacerdotisa lograba distinguir, tanto porque se acumulaban cosas, como porque los sucesos secretos siempre estaban bajo piso. --O tienes alguna otra sugerencia-- pregunto levantando una ceja.

La respuesta de Sean la dejo un poco extrañada, ¿descansar a pleno día? Pero que desperdicio, no, no, nada de eso ella había ido por compañía, para estar con los Vladimir y no iba a permitir que se aislaran justo cuando ella llegaba. --Me niego a que se vayan-- dijo cruzando los brazos en el frente de su torso cual niña pequeña a punto de hacer una rabieta. Pero luego sus ojos celestes parecieron encontrar algo más de luz ante ciertas palabras. --Eso de explorar la casa, si me parece buena idea pero hagamoslo juntos, quien sabe que sorpresa podemos encontrar... comento un poco expectante y emocionada, en realidad no conocía todos los recovecos de la mansión familiar y de una que otra conversación en su presencia Cye había descubierto en el pasado que esos muros podrían contar historias que ni se imaaginaban. --¿Y tu, desde cuando tan seria conmigo?-- pregunto a la supuesta Perenela que en realidad era su rayito de sol algo turbio en aquellos momentos, ósea Xell.

La caminata era lenta, aun había gente visitando los stand, y stand atendiendo a la gente a pesar del anuncio de cierre de la feria gastronómica, por eso el lugar era un poco pesado paraa avanzar, la rubia termino de darle el ultimo mordisco al dulce que había comprado y se sacudió las manos, buscando un lugar donde arrojar el envoltorio. Varios minutos después y a menos de medio metro, encontró otro stand muy apetecible para ella, era uno que mostraba muchos vacitos con variedad de dulces, de lechoza, de leche cortada, manjar blanco, duraznos en almibár, piña y coco, melocotónes encurtidos, toronja, cocada, quesillo, merengon, pumagas, jalea de guayaba... Eran muchos sabores en los que pensar, el stand decía proceder de Venezuela con sus dulces típicos, y gracias al cielo ofrecían una bandejita con pequeñas porciones de varios de ellos, Cye eligió entusiasmada coco y piña, melocotónes, merengon que era una especie de quesillo en la parte inferior y en la superior copos de merengue flameado, también había una porción de leche cortada y pequeños bastones torcidos de lechoza bañados en almibar con un toque de clavos de olor. Se alejo del stand agradecida y ocupo una de las pocas mesas que aun seguian disponible, con calma comenzó a probar uno por uno los dulces, estaban fantásticos en realidad, solo por eso y por haberse encontrado con sus amigos, había valido la pena asistir.

El rapido paneo por la recepción del pulcro lugar hicieron que Cye se quedara callada un segundo y cuando recibió la bienvenida de parte de la propietaria se lo pensó para contestar, no por la bienvenida, sino por la pregunta que iba seguida, muchísimas cosas pasaron por su cabeza como una película, y entonces mordiendose el labio inferior contesto --Gracias Zahil, es tu negocio?-- repregunto como si evitara contestar a la pregunta, podía mentir, aunque en el paso eso no funcionaba, no precisamente con su interlocutora. --Estoy... Bien, buscando el equilibro-- fue lo más honesto que se su mente le dicto decir, estaba a punto de aceptar el chocolate que por supuesto era su punto débil cuando una aparición estrepitosa rompió el silencio del lugar. Los ojos de la rubia enfocaron al mago tendido en el piso, en medio de algo de arena que seguramente a la Granger o a sus elfos no les gustaría limpiar. --@ tu tan original como siempre!-- exclamo con una sonrisa en los labios, Nicole no había pronunciado una sola palabra y la propietaria había enmudecido, así que la Lockhart intento mediar. --Íbamos por un chocolate, vienes?-- invito levantando una ceja.

Pues yo no se como me las voy a ingeniar para los regalos pero yo quiero participar, a ver como me va este año en navidad o con quien me toca. Y como no dejaron ficha para inscripción aquí dejo mis datos u-u. Pellisco a Darla Nick: Cye Lockhart Rango: knight Gustos: firmas abbys, blinkies cartelitos que pueda usar en mis negocios como bienvenida meses del año, palabras temáticos en carteles como Hallowen, amor y amistad, Navidad, etc, amo la imaginería ya saben, para firma me gustan los colores pastel, rosa, azul celeste, etc, aisss yo acepto lo que me regalen mientras seaa con cariño.

Utah Garden City Concilio de las Eras El llamado había llegado a buen puerto, pues pronto dos sacerdotisas se apersonarón, @Sagistas E. Potter Blue y @@Xell Vladimir Potter Black, ambas extrañadas y preguntando donde se encontraban, y no podía culparlas, ella estaría haciendo las mismas preguntas de estar en su lugar. --¡Oh me da tanto gusto verlas!-- correspondiendo a los abrazos que recibía, era agradable volver a tener aquel tipo de contacto después de tanta soledad, pero no estaban allí para centrarse en sus propias necesidades, habían personas que las necesitaban y mucho. --Nos debemos a nuestras hermanas, estamos aquí por dos razones-- dijo seria y de forma casi párcimoniosa, --Pero urge que cambien su apariencia, estamos en Utah y si descubren que somos brujas terminaremos en la misma hoguera con las personas que debemos auxiliar-- comunico haciendo ademánes para que emplearán su magia y se cambiaran, Quizás no les daba tiempo a procesar la información pero es que nadie lo tenia --Tenemos que encontrar la forma de salvar. Dos brujas que serán quemadas esta noche-- informo con tal expresión de impotencia que sus hermanas se habían quedado en silencio, y Cye comprendió que a lo mejor necesitaban más detalles. Detalles de porque debían arriesgar sus vidas, si las implicadas quizás las rechazaran, ese era el riesgo, el concilio no solo protegía a las sacerdotisas sino que habían solicitado la intervención para aquellas brujas que en algún momento de sus vidas significarían un lazo de supervivencia de la magia.

Bueno parecía ser que las nostalgias de unos era similar a la de otros, la perdida de un ser querido los hacia recurrentes en sitios esperando un milagro que no llegaría, al final recibían el mismo consejo " cambiar de ambiente, alejarse de la rutina compartida" eso fue lo que hizo que aquel día la Lockhart caminaba por el callejón sin rumbo fijo, pretendía, en principio tomar algo fuerte, quizás un café con algo de whisky de fuego o tal vez un cóctel de frutas, hacer algo que la sacara de aquel endemoniado pasmo. Un suspiro escapo de su pecho tal vez algo de compañía no le vendría mal, por eso busco donde escribir una nota y lo único que encontró fue la pared del establecimiento Ottery Fitness , saco una libretilla de su pequeño bolso de cuentas y una pluma, garabateo un "Necesito compañía, hacer algo loco... Vienes?, nos encontramos en Ottery fitness" enseguida su varita se encargo de duplicar las notas y convertirlas en aviones impermeabilizados y veloces que volaban a las manos de @, @ @@Edmund Browsler @@Sherlyn Stark Despachado los mensajes se giro para guardar la libretilla y la pluma y alcanzo a ver una cabellera y una mochila con aires conocidos "esa es Nicole?". Se pregunto mentalmente y como sabia que si las personas a las que le había escrito tardarían un poco en llegar empujo la puerta y entro en lo que parecía ser una pulcra recepción con pisos de mármol --Nicole, que haces yo...-- no tenia palabras solo enmudecio. @@Nicole Evans Crowley

Aparición de Eirian Niall Tonks Lockhart Feixac siempre estaba junto a Cye, pero Heyda la elfina que había sido por mucho la de la bruja ahora siempre estaba al lado de Eirian Niall, el pequeño hijo del matrimonio, y claro quien mejor que un Lockhart para probar el resultado de las delicias culinarias que salieran de aquel evento. De hecho el seria uno de los jueces, el más pequeño, pues a penas era un enanito de un año, dando tumbos, eso si con un paladar bien desarrollado, carisma y carácter que su madre no podia controlar. La elfina subió a la terraza por los columpios, pues Cye prefería evitar las desapariciones y red flu con el infante, sobre todo porque se pegaba a la energía como abeja a la miel, su don y el dolor de cabeza de su madre, hasta ahora. Los rizos dorados, el bonito traje bombache idéntico al que usaba su padre, acentuaban más el parecido increíble con Ishaya, apenas piso la terraza corrió por entre la gente sin inmutarse siquiera y cuando se dieron cuenta una cabecita rubia y un par de ojos azules aplaudía la ruptura de la bola de nieve con risotadas infantiles --Ma, ende, ende-- celebrando el descubrimiento de los duendes, ladeo la cabeza y pregunto voltenando las dos palmas de sus manos hacia arriba --Lletas on-ta?-- a el le habian dicho que habrian galletas por montón pero no las veía y las reclamaba. La madre lo tomo en brazos y estampandole un beso en la mejilla dijo orgullosa --Este es mi hijo Eirian y creanme tiene un paladar apto para galletas, así que más vale que se esfuercen o los reprobara como juez--

Lo que había comenzado como una aventura para probarse que podía volver a relacionarse con las personas y sentirse a gusto aunque los recuerdos la abrumaran estaba por llegar a su fin, había pasado la prueba y a estas alturas aun no probaba nada. Los organizadores anunciaban que el evento gastronómico llegaba a su fin y la gente se movía como loca en todas direcciones, la mesa que antes ocupaban pronto quedo desierta y ella se vio sola, como había llegado, ya que Bodrik se quedo en el camino. Un hondo suspiro escapo de su pecho, había que acostumbrarse a la nueva realidad y era esa, despacio, sin prisa alguna, se levanto y camino, aun podía comprar algo rico y llevárselo a casa o comerlo por el camino, no tenia prisa en desaparecer y perderse del bello paisaje a orillas del río. --Me da uno de esos por favor-- pidió al acercarse al stand parisino, era una especie de tartaleta dulce, con una apariencia fresca, brillante y varias frutillas y crema terminaban la decoración, se lo dieron en un platito con un tenedor y una servilleta, lo pago y le dio un pequeño mordisco, estaba delicioso, entonces empezo a caminar hacia la salida, no sin echar un vistazo de que más podía llevarse.

Ah París, eso si que era mundo, aunque a Cye la sola mención la llevaba a los brazos de su amado esposo en su luna de miel, ese había sido el primer destino... Pero estaba en Londres diez años después, sin luna de miel y sin Ishaya, por un brevisimo momento la sonrisa se opaco, pero luego el hilo de la conversación, el modo amigable de @ y la magnífica estancia la recompusieron. --Pues aquí yo te extrañe muchísimo querida-- aseguro palmeando la mano de su ahijada. Pronto la chica blanqueo los ojos con el comentario de Luna, y Cye supo que quizás la madre no estaba enterada de las andanzas de la chica. Pero por otro lado tenia curiosidad y dijo: --Churros en el Local de Sherlock Holmes...-- queria ver si la reacción de ella era parecida a la de él, aunque luego se culparía --Oh no te preocupes, la nena fue correctisima y amable, en realidad la reconoci por Seba, el siempre me hablaba de ella y ya sabes como me conectó con las personas-- confeso y es que no había otra manera, pues la ultima vez que la vio era una enanita que tomaba biberón y hacia pucheros, ahora estába convertida en una hermosa jovencita. La idea de contar con la presencia de la Dumbledore por toda la temporada navideña subió su animo al cien por ciento. --Oh en ambas...-- sugirió con picardía al mencionar la celebración navideña. --Por estos dias la red flu no esta vigilada... Podríamos conectar ambos lugares e ir de allá para aca sin problemas, el aperitivo allá y la cena aquí-- alzó una ceja en franca provocación, cuanto hacia que no se divertía, que no rompía o doblaba un poquitito las reglas? Mucho, demásido para ser tan joven a pesar de las responsabilidades y lo vivido. Además tener una nieta que trabajara en el Departamento de Transportes específicamente en red flu suponía un plus extra. --Te animas? Eso si antes tiene que ir a la Lockhart a probar mi nuevo té-- enfatizó entusiasmada pues la rubia tenia una terraza, su jardín privado de té, que era su orgullo y al que pocos podian acceder.

Con mucha ilusión la rubia vio llegar a más gente al establecimiento, una de ellas era @ con quien había coincidido últimamente en varios sitios, aunque la verdad, nunca pensó que la mujer fuera versada en artes culinarias, La ceja derecha de Cye se alzó en gesto franco de incredulidad, @ la estaba retando a una competencia culinaria en su propio local, siendo ella la reina del chocolate y los masapanes, o era muy confiado o muy ingenuo, pero eso si, tenia agallas. Antes de que pudiera contestarle una lechuza aterrizo en la humanidad del mago con un paquete que Cye suponía era lo que el había pedido antes. --Tauro bienvenida, querida-- se levanto de la mesa y abrazo a la bruja --Me alegra que el espíritu de la navidad te haya abrazado y supongo que a nadie le cae mal un poco de dulce-- dijo sonriendo y guiñandole el ojo con referencia a las pretenciones del mago que casi la había arrastrado hacia allá. En eso nuevamente el columpio dejaba en la terraza a otra persona, era @@Alexander Fox, su hijo, alguien quizás el único de los Lockhart que no se chiflaba por el dulce, pero que era un amor y aunque el lo dudará un apuesto y gallardo caballero-galán. Ella alzó una mano y ls agitó para indicarle donde estaba al mago que la buscaba con la mirada, cuando este camino hacia ellos Cye le saludo con un beso en la mejilla. --Hola cariño, esto si que es una sorpresa, escuchen todo el es mi hijo Alexander-- dijo a viva voz presentándolo cual madre orgullosa --No se si los conoces, ellos son Sherlock, Tauro y quien viene llegando Nicole-- dijo al tiempo que avistaba a @@Nicole Evans Crowley con quien Tauro se junto de inmediato. --Señor Holmes creo que nuestra competencia personal tendrá que esperar un poco, pero si lo quiero como uno de los participantes del evento, aunque necesita un compañero o compañera -- acotó, mientras su mente pensaba en más personas que pudieran disfrutar del evento como @Tamarindo, que por cierto horneaba unas magdalenas riquisimas. En ese momento, una lechuza, mejor dicho otra, hacia su aparición, esta era un poco rara, algo desgarbada al punto que parecía burlesca, sobrevoló el lugar llevando una caja que parecía descompensar el peso del ave y golperar con el paquete a cualquiera de los presentes, dio tumbos hasta que se poso en la mesa donde antes había estado ocupada por la propietaria. --¿Es de alguno de ustedes?-- pregunto después de oír tantos "ay" "cuidado" "ahh" y ver la expresión de descanso al estar sobre la mesa el paquete, sin que el ave le quitara las garras de encima y de ver la negación en sus caras. --Entonces es para mi-- dijo acercandose, la verdad con la apariencia del ave, temía que la picoteara pero la curiosidad era más fuerte que la prudencia, la elfina que era más denconfiada que su ama corrió y deposito unas cuantas semillas en la mesa contigua y el ave abandono el paquete, Cye entonces se apresuró a abrirlo delante de todos. La cinta que ataba la caja cayo y de inmediato los cuatro costados de la caja también, dejando al descubierto una hermosa bola de cristal, dentro un paisaje navideño, árboles, nieve cayendo y un trío de duendes lanzándose bolas escarchadas que de cuando en cuando impactaban contra el vidrio. --¡Que bonito!-- dijo haciendo un ademán para que todos se acercaran a verla, cuando estaban alrededor de la mesa se escucho un sonoro crak y una linea delgadisima en la bola empezo a dibujarse creando una grieta que dejaba salir un cristalino liquido y entonces se partió a la mitad liberando a los duendes que parecían congeladosn bueno no eran reales ¿ no? Solo por un instante. --Lástima se estropeo, alguien quiere a los duendes, tomelos quizás sen de masapan o sirvan para colgar en el árbol-- se le ocurrió a la bruja, sin saber que tocarlos era devolverlos al mundo quien sabe con que consecuencias.

«Así que lo sabe todo, veremos ...» pensó la rubia. @ hasta el momento, tenia la habilidad de sorprenderla, una bien delineada ceja en el rostro de la bruja se alzó ante el movimiento del mago, de pronto parte de su cabellera fue cubierta por el sombrero que segundos antes el portaba, le confiaba su bien más preciado, según sus propias palabras, y le conferia características intuitivas como si estuviera encantado. Cye apenas rozo la prensa con su diestra, mientras la sonrisa en sus labios se ampliaba, esta vez, por seguir la dirección de la iluminación y descubrir que el propietario no era otro que el bombón, ósea su gran amigo Edmund, --Yo le conozco, somos amigos, pero no sabia de este lugar...-- confeso frunciendo el ceño, como si uno no cuadrara con el otro. De repente sínto una mano que la tomaba , era él, y la invitaba con una leve presión en ella, a cambiar de postura, cosa que le impidió darle un codazo a su cuñada @ para que reaccionara e interviniera. Al aproximarse al mostrador noto lo que le mencionaba, una de las llaves en el casillero de un destino faltaba, pero se distrajo con la propuesta que escucho. --Una aventura... ¿Los tres?-- parecía tonta, claro que los tres, ella no iba sola a ningún lado y menos después que la pelivioleta se había metido al local siguiendola. --No lo sabia, son tan diferentes...-- dijo mirando a uno y otro, pues claro que no sabia que eran hermanos y menos cuando por lo general la Potter hablaba mucho y ahora estaba en completo mutismo, o es que percibía algo que a ella se le estaba pasando por alto.

Allí estaba su ahijada. Lucia tan linda como siempre, con esa tranquilidad que la caracterizaba y esa aura hermosa que Cye percibi en ella. L bruja correspondió al saludo y pronto tanto Sean como la sacerdotisa fueron invitados a parar al interior de la residencia familiar. --Pues me alegro que regresaras, porque me gustaría pasar tiempo contigo estas navidades-- si, las festividades de la época más bonita se acercaban pero en soledad... Desecho el pensamiento, mientras sus orbes contemplaban el lugar mientras que @ conducía al ministerial al despacho, luego volvía junto a ella. Allá iban ambas hacia el salón donde estaba el hogar, que por cierto era una magnífica estancia, río ante el tono curioso infantil de la pregunta de la bruja junto a ella. --Pues que me encontré un pajarito en el Callejón y me dijo que habías vuelto y no pude resistirme-- le informo en tono jugueton. --Por cierto, casi no reconoci a Luna, esta preciosa, la vi el otro día comprando churros-- a esas alturas no sabia si había metido la pata, al mencionar las andadas de la muchacha, sobre todo por la reacción del propietario del local, así que rápidamente cambio la dirección de la conversación. --Te quedaras toda la temporada en Ottery ¿cierto? Podriamos hacer tantas cosas juntas, claro, si eso no interrumpe tus planes -- se apresuró a aclarar.

Miro de reojo hacia atrás, los jardines eran hermosos, como los recordaba, aunque le entrañaba tanto silencio. Sus susurros habían sido escuchados o más bien la forma insistente en que había tocado, quien sabe por cuantos minutos, ¿Qué pasaba con los elfos de la mansión? No lo sabia pero de pronto la puerta se abrió, tras ella no estaba ningún elfo, Reena, Sagitas, Xell o Matt, sino Sean, el novio de Perenela, aquel con el que había coincidido en la fiesta de su nieta Alessandra. La bruja siguió de largo, hasta adentrarse en la mansión, como si temiera que la puerta fuese a cerrarse de nuevo dejándol afuera, cuando casi llego hasta donde estaba la escalera, se dio cuenta de que otra figura los esperaba, ¿Perenela? Pero... La energía emananda era, si distorcionada y todo seguía siendo la de Xell. ¿Qué diantres estaba pasando alli? En un par de segundo varias hipótesis pasaron por su cabeza, y claro las orbes celeste de la sacerdotisa notaron el bonito atuendo color rojo pasión en que estaba envuelto su sobrina. Tiempo en el que Sean las alcanzo y pregunto que le sucedía. --Solo queria venir a saludar, a ver como estaban todos y...-- iba a decir que quedarse unos dias si aun la recámara que una vez ocupo estaba disponible, pero las palabras no salieron de su boca. --Y lamento la interrupción... Dijo con un poco de rubor en las mejillas. ¿Donde están los demás, Taga, Sagitas, Reena, Xell?-- pregunto aun mirando de forma desconfiada a Perenela.

Buenas noches, me preguntaba si debo pasarme por el topic de animagia ya o debo esperar a que pase un mode y le avise al arcano o me de señales de que fui aceptada paraa cursar la habilidad, no sé que hacer. Por otro lado debo tener ya el animal con el que voy a tener relación y en mi solicitud deje dos, podrían revisar y responder por favor.

El mes más hermoso de todo el año había llegado y con el la nieve, las ventisca, el frío invernal, pero también la calidez de la temporada saturada con sus vivos colores, con sus ricos aromas y con ese espíritu que parecía poseer a la mayoría de los habitantes del mundo. Los Lockhart, por supuesto, no escapaban a ello, eran bullicioso, traviesos y festivos, porque no había cosa más importante que la unión, a pesar de que últimamente cada cual andaba por su lado. Pero allí estaba la matriarca con uno de sus hijos, @@Alexander Fox departiendo a orillas de una taza de té y pan, y por supuesto planeando que seria de la vida futura de ambos. Ella reía con las ocurrencia del mago de que habría una fila de quejas en el negocio, ella sabia que no era cierto, que el mago tenia muchos atractivos pero no se los creía. --El Sr. Holmes...-- se quedo pensativa, ah claro era por lo del chocolate, su hijo fue el primero en sugerir que fueran a atenderlo. --Claro vamos, quiero venderle Cacao de mi cosecha, tiene un negocio de churros de lo mejor-- le informo a su hijo de sus planes, y de la posible relación comercial con el mago en cuestión. Antes de que pudieran llegar a la estancia principal donde estaba la chimenea y por ende @ una ruma de adornos navideños casi le cae encima, era Heyda que ya estaba empecinada en tomar la delantera en la decoración, queria que fuera la propiedad más vistosa de todo Ottery.