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Ela Karoline

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Todo lo publicado por Ela Karoline

  1. La Vladimir le contaba un poco sobre la distribución del local y la existencia de una imprenta, pero no era cualquiera, sino la que había usado El Quisquilloso originalmente, --¡Wuaoo! nunca he visto una real, solo fotos-- informó. Luego la convención giró en torno a los libros, la idea de llevarse alguno de pastelería mágica no le disgusto, pero cuando tocó el tema de pociones quedó prendada de inmediato --Eres muy bonita y tienes un cierto aire siempre me recuerdas a mi prima-- soltó de pronto ladeando la cabeza en medio de la conversación, luego volvió a las pociones pues recibía información novedosa, una estantería llenita lista para explorar, la mención de Hayame a quien solo conocía por la foto del álbum que Cye le dejará y el hecho de que estuviera versada en aquel arte, y luego el aviso de lo poco confiable de las pociones resultantes de las mezclas de Sagitas. --Malfoy, ¿No era ella familia del anterior Ministro de Magia? -- preguntó al hablar sobre las novedades y noticias del acontecer mágico --No, no lo sabía, pero me alegro y también de que hayas participado en la devolución de su salud-- --¡Hola Sagitas! a mi también me da mucho gusto verte, a ti, a Xell-- dijo con total sinceridad y añadió --Xell me platicaba de los calderos e ingredientes en vuestra casa-- hizo un puchero --A la que no me han invitado, por cierto--
  2. De pronto la magia innata en Ela Karoline regresaba o el hechizo que la inhibia se debilitaba, lo que hace que la percepción de las auras sea más potente, una bendición de la diosa que estaba perfeccionando en medio de aquella misión, miro escaleras arriba donde iba Sagitas y se detuvo. --Sagitas, Sagitas hay más gente abajo, no la vimos, tenemos que ayudarlos, pueden ser de los nuestros-- grito y desando los peldaños subidos, al llegar a la base del faro, se quedó mirando la puerta, todo parecía igual, solo que percibía las auras, solo tenía una manera de saber y era eliminando la corrupción mágica aunque fuera de momento, si había algún fenixiano dentro le daría una mano con la ”Purificación Espiritual” que se ejecutó ante el requerimiento mental de la bruja. Cómo si una cortina hubiera caído Karoline empezó a ver lo que Zahil, hacia las paredes estaban confinadas las personas en camillas delgada sujetos con gruesas correas, quizás tuvieran algún encantamiento que les impedía hablar o recuperar la conciencia y luchar por sus vidas, era obvio que aquel era solo un sitio de tránsito hacia un destino final del cual parecía que no volverían. Debía desatarlos y llevarlos a otro lugar, lejos de la niebla, pero esta no desaparecería hasta que amaneciera. Dos cosas pasaron casi a la vez, una, más presencias, criaturas para ser exactos (armadillos) pero las intuía benéficas pues de inmediato comenzaron a cubrir las camillas con los cuerpos. Lo segundo que paso fue un desplome desde la parte superior del faro, los muros cedían en parte como si un enorme y poderosísimo bloque de demolición hubiese sido soltado desde el cielo y quebrará todo a su paso y no sólo a nivel físico, sino también mágico, y como era lógico la magia oscura se defendía. De la nada rayos como los emitidos en una tormenta en el mar comenzaron a caer electrificado el suelo que tenía rastros del agua salada entrante haciendo que un vapor azufrado y quizás, solo quizás, fuese venenoso, asfixiante o paralizante, el vapor ascendía para alcanzar a los que los rayos no impactaron de lleno. Sin pensárselo dos veces reúne sus fuerzas en vista de la amenaza latente, extiende sus manos al frente y conjura un Absorbio absoŕviendo la magia de los rayos y protegiendo a cuantos puede dentro del faro, reza porque ni los rayos ni el desplome hiera a Sagitas o a alguno de los fenixianos o a ella misma que se ha desestabilizado a causa del conjuro. Sabe que alguien muy poderoso quebró el mal dentro de las paredes, pero no alcanza a ver a su líder y cae al costado de uno de los armadillos que protegen a los otros, si hubiera podido hubiera enviado un patronus con un sencillo y único mensaje “el faro, estamos adentro con muggles” pero de momento no puede.
  3. Las tortugas marinas son animales bellos y ágiles dentro del agua a pesar de su pesado caparazón y lo corto de sus extremidades, Ela con los pies colgando a ambos lados del caparazón, surcaba el agua salada, fría, deliciosa a decir verdad, de cuando en cuando, algo la rosaba, otro animal, que en realidad es su hermana de sacerdocio Sagitas, quien además emitía unos sonidos tan agudos que un par de veces le hicieron desear tener a la mano un par de orejeras. La niebla no permitía visibilidad, era curioso lo rápido que se había extendido y como en dirección a aquella luz, a lo lejos, parecía hacerse más y más densa, lo que karoline no entendía era el efecto perturbador, que de seguir expuesta le acarrearía, pero sus sentidos aún estaban alerta, el anillo de nigromante vibraba en su dedo anunciado a gritos la magia oscura en la que se adentraba, y para completar no recibía respuesta de su compañera. Continuaron así un poco más, no supo si fueron segundos, minutos u horas, pero habían avanzado hasta la luz que en realidad era un faro, cuando llegaron al acantilado la tortuga parecía querer deshacerse de la carga, Ela se resistió pues su mente de forma inconsciente le mandaba señales de alerta ¿Cómo volvería? ¿volvería? se obliga a pensar: su varita mágica, es bruja, se niega a rendirse al magnetismo de la niebla, aprieta sus piernas al caparazón y el animal marino la sigue transportando, abre los ojos tanto como puede y por un segundo ve a Sagitas avanzar hacia algo, la siguió, sea como sea, no la dejaría sola, y cuando casi está cerca ve la puerta de madera, la lógica acude a ella y la relaciona con un faro de gruesas paredes donde podrían refugiarse y encontrar la seguridad de que carecen a la intemperie. --Si-- arrisca a decir ante la pregunta de si esta bien, aunque no sea del todo cierto o si lo dice de forma audible, pues está a nada de perder la capacidad de razonar y tomar decisiones, de perder toda fuerza, pero algo pasa, la limpia y libera, ya ha sentido ese efecto antes y es obra de una sacerdotisa purificandola, lo agradece y entiende que necesita ayuda si quieren salir de todo aquello con bien. aun así permanece callada, quieta a donde la ha arrojado la corriente o la tortuga que ya no ve. Siente que no está sola, percibe auras pero no son sus compañeros de bando, de sacerdocio, estos, estos caminan entre los no vivos, tal vez puedan ayudar, cierra los ojos y concentra su energía en aquel susurro que parece más una plegaria que una invocación sacerdotal --Espíritu en silencio, requiero tu refuerzo, hazme de ti ayudar, guardián de este faro a lugar-- de inmediato el guardián del faro acude en su auxilio, primero la puerta se cierre de un golpe como si con ello la niebla y la propia vestía en la figura de madeleine no tuvieran poder para entrar y luego le informa que aquello (la niebla) es un poderosísimo hechizo de fuerzas oscuras unidas, que un par de brujas buenas no tenían tal poder, palabras con las que trajo de vuelta la rebeldía de Karoline --Pues ya veremos y no somos solo un par, somos la orden del Fénix con tanto poder que quienes hicieron esto va a parecer unos principiantes-- aseguró la sacerdotisa con poca humildad pero con total fe en los poderes de los tres clanes. Se puso de pie y empezó a subir las escaleras, hasta que le dijo a su compañera a quien había alcanzado --¿Escuchaste? El guardián dice que es magia oscura--
  4. Conversaba plácidamente con @@Seba Granger, uno de los amigos de su prima Cye, permitiéndose conocer de esta forma a nuevas personas en la enrevesada comunidad mágica de la que ahora formaba parte, estaban allí sentados, ajenos a lo que ocurría en el exterior del Cacao Café. De pronto los ojos esmeralda de Ela se posaron sobre la figura desaliñada de una joven que abandonaba el columpio que subía a las personas desde la calle hasta la terraza, sus ropas parecían haber visto tiempo mejores, y el conjunto en general encendían las alarmas de la compasiva bruja, estaba por disculparse con Seba cuando otra figura ingresó, en realidad eran dos, Sagitas y Xell, ambas hermanas de sacerdocio, compañeras de la Orden del Fénix, familia. Las vio tomar asiento en una de las mesas más cercanas y desocupadas gracias a la poca circulación de la gente por los negocios del Diagón, parecían agitadas y juraría que hasta nerviosas, aunque no alcanzaba a comprender la razón. El que la llamarán en voz alta no disminuyó para nada su curiosidad. --Discúlpame un momento por favor-- le dijo al mago y se levantó, antes de llegar a la mesa de las dos sacerdotisas, se encontró con la muchacha que abrazaba una lechuza, la contempló por un segundo y decidió que no podía dejarla allí parada, tal vez tuviera hambre y no dispusiera de dinero, o que tal si estaba herida o pérdida, no, no, definitivamente no la dejaría a su suerte, ya después se lamentaría. --Ven conmigo muchacha-- le dijo tomándola de un brazo y conduciendola de prisa hacia donde estaban sus dos amigas --Siéntate por favor, soy la propietaria y ellas mis amigas-- informó en tono amable, luego ocupó la otra silla desocupada y mirando a la rubia y a la pelivioleta preguntó. --Bienvenidas, me da gusto verlas, aunque parece que las persigue el diablo-- @@Patri Gryffindor L.
  5. Ela Karoline correspondió al la sonrisa detallando a la bruja que tenía ante sí, había estado tan preocupada e inmersa en sus planes para una vida en Londres, ocupándose de los Lockhart, de los negocios heredados y de todo lo demás, que había pasado por alto su propio bienestar, gustos y necesidades. Ahora que veía a @Xell Vladimir Potter Blue parada allí, con su delantal blanco, la sonrisa cordial y la mirada franca, es que se percata de que la bruja más o menos debía tener su misma edad, eso le gusta y la hace sentir más cómoda de lo que ya se sentía en su presencia. --¿Bromeas?-- pregunto al enterarse de que Xell no era una empleada sino la propietaria de la librería --¡Wuaoo! pues felicidades, tienes un bonito negocio-- dijo con toda honestidad al pesar de que sólo había estado un par de minutos allí dentro. Luego fruncio el entrecejo al escuchar que la gente ya no compraba libros, eso era una lástima, es que leer para la Lockhart era como comer o beber agua, no era alimento físico pero si para el alma --Eso es una pena, yo no podría vivir sin libros a mi alrededor-- dijo mordiéndose el labio inferior como si sopesara esta posibilidad --De hecho quiero comprar algunos de pociones, me fascina-- lo decía recordando el bonito y bien preparado cuarto que había en el castillo para dicha práctica. --Y claro, el periódico y la revista Corazón de Brujas-- dijo tamborileando los dedos de su diestra en la barbilla, entonces sabiéndose en confianza, con una compañera de la Orden del Fénix pregunto --¿Tienes alguna noticia? ya sabes, sobre los nuestros-- y contuvo el aliento esperando que de haberlas no fueran malas noticias, compañeros caídos o apresados.
  6. Ela Karoline había pasado muchas veces por el frente del establecimiento, siempre con curiosidad y ganas de entrar, pero al final se resistía girándose o siguiendo de largo, hoy era diferente, la pelea interna entre el deber y el placer rindió frutos, ganando por supuesto, el gusto innato por los libros y el conocimiento que devengaba cada ejemplar. Le sonrió a la ola de libros, la escultura sobresaliente en el balcón del piso superior de la casona blanca, avanzó hasta situarse entre las dos plumas que flanqueaban la entrada y camino al interior hacia donde estaba el mostrador de cristal que exhibía varias obras. Aún no tenía claro que comprar, seguramente llevaría algún libro, el periódico y por supuesto, la infaltable revista Corazón de Bruja, con los chismes y dramas sociales, además de los romances sonados o las y los solteros cotizados, si es que aún quedaba alguno con fortuna atrayente en medio de aquella guerra mágica. Y claro, estaba abierta a sugerencias, novedades o algún ejemplar inesperado que saltaría a sus manos, todo era posible. Había preguntado a falta de ver a algún empleado o propietario que le saliera al paso Hay autoservicio y escuchó desde dentro, en algún lugar, la pregunta de quién era y que le atenderia de inmediato, lo que le dio apenas tiempo de notar las pilas de libros que parecía que iban a caerse en cualquier momento. --¿Tú?-- preguntó al descubrir que quien la atendía era @@Xell Vladimir Potter Black hermana de sacerdocio y familia, bueno de Cye, aunque secretamente esperaba que aunque no tenía lazos directos con Ishaya, la vieran y adoptarán de algún modo como familia. --¿Trabajas aquí? ¡Que lujo!-- exclamó realmente maravillada de tal oportunidad, es decir, todo el día rodeada de libros, de clientes a los cuales orientar, animar e ilustrar, las mejillas de Karoline estaban sonrosada, sus orbes esmeralda brillaban y su voz denotaba la excitación que bullía en el cuerpo de la bruja.
  7. La amabilidad del policía la hacía sospechar, y es que últimamente sospechaba de todo y de todos, no se sentía segura en ninguna parte, frunció el entrecejo, así debían sentirse los muggles ante el azote especialmente de los magos tenebroso que se divertían en tiempos pasados cazandolos como si fueran venados a campo abierto. Negó con la cabeza al hombre por el ofrecimiento del dispensario. --Así estamos bien, de todas formas no es muy larga la cola-- concluyó con cortesía escudriñando el rostro del que ella presumía era un muggle. Si tan sólo pudiera adivinar sus intenciones, parpadeo lentamente y para su sorpresa vea algo que antes no, su mente se había abierto permitiéndole percibir de forma básica las intenciones del funcionario que en efecto, no eran ni simples no buenas, pero sobre todo, podía ver su aura, esa energía interna y particular en cada individuo, y sintió deseos de sacar su varita y hechizarlo o usar un poco de veritaserum, por desgracia no podía hacerlo. Ela supo de inmediato que la diosa la premiaba con este nuevo conocimiento, y que estaba en medio de descubrir muchas cosas y de perfeccionar otras tantas. Apenas alcanzó al escuchar la oferta de Sagitas de ir a dar un paseo por las rocas, casi dice la palabra sanadora pero a tiempo la cambio por doctora, y no le hacía... era sanadora, tanto por su trabajo en un hospital, como por el hecho de ser sacerdotisa, que ciertamente estaba vinculado a la percepción, el crecimiento, perfeccionamiento y bienestar. --De acuerdo, te alcanzo-- le había dicho mientras le daba un poco de poción pimentónica a una mujer que no paraba de limpiarse la nariz con un pañuelo y tenía los ojos enrojecidos, por supuesto solo una medida y en una presentación como los jarabes que podían comprar en la botica del pueblo. Por fin había terminado de atender a las personas en la fila, lo que la dejaba libre para elegir sus próximos pasos y ya sabía a dónde ir. Con prisa guardo todo y comenzó a andar rumbo a la playa, estaba muy cerca cuando un par de personas casi la atropellan, pues iban en sentido contrario, alcanzando a escuchar el motivo de la prisa, la niebla, había oscurecido tan rápido y de pronto la bruma lo envolvía todo --¿Sagitas?-- se aventuró a preguntar en un susurro al escuchar un chapoteo en el agua que ya tocaba sus pies descalzos, por lo bajo despotrico al pisar una concha que lastimo su pie y la hizo caer de bruces sobre un duro caparazón, apenas pudo palpar y tanto la forma como la rugosidad le indicaron que era una tortuga de mar que pronto se puso en movimiento con ella a cuestas. --Sagitas si esto es obra tuya dime al menos a donde vamos-- volvió a susurrar, esta vez sintiendo el aura familiar de la sacerdotisa.
  8. El café era una de las adicciones a las que Ela Karoline prestaba especial atención sobre todo por las mañanas y cuando su nivel de energía bajaba o el estrés y la ansiedad se manifestaban, era la forma en que todo mejoraba, si, si. con una taza o un vaso del aromático producto en cualquiera de sus prestaciones, caliente o frío, negro o con crema, leche, especias o helado, lo importante era el café, ese bálsamo que le devolvía el equilibrio a su cuerpo y a su día. Para ello hoy había escogido un lugar muy tranquilo y bonito, Juan Valdez, café colombiano, que se vanagloriaba de los granos selectos y del cultivo con respeto en el mundo, según lo que le habían recomendado, bueno, hoy lo disfrutaría en el propio Callejón Diagón en el país inglés. --¡Genial!-- exclamó cuando entro en los jardines, las plantas de café, allí mismo, al aire libre perfumaban ofreciendo un preámbulo al disfrute de la bebida, un oasis que permitía la vista de los transeúntes de forma relajada, así se sintió cuando ocupó una de las mesitas. --Un tinto, por favor-- pidió al tiempo que se quitaba los guantes de ambas manos y los colocaba en su regazo esperando que su pedido llegará.
  9. Las cosas no van bien, ni en los negocio, ni en la familia y mucho menos en la Comunidad mágica, el motivo todos lo saben y lo sufren a diario, a cada minuto, tras la llegada de algún desconocido, tras la sospecha de ser observado o perseguido, la verdad es que ni magos, ni muggles se sienten a salvo, para colmo los mágicos deben lidiar con un ministro demente, despótico y su grupete de seguidores, y para colocar la guinda al pastel esta el inquisidor y la ya más o menos famosa píldora anti-magos, que efectiva o no, Kariline no quiere probar. Todo esto por ratos la colapsa, y desea lo que todos, que aquella situación acabe, que vengan épocas felices o al menos sentirse segura entre los suyos. Pero ¿quienes son los suyos? si apenas conoce a uno que otro miembro de la familia de la que ahora es matriarca, pues todos han desaparecido, al llevar tan poco tiempo en Londres, apenas si esta formando lazos de amistad debido a su timidez, entonces a dónde ir, su mente responde de inmediato y su magia casi de forma inconsciente la lleva a las cercanías de una propiedad cuyos dueños eran los Potter Rápidamente como temiendo que una mano se alargue y la sujete alcanza el picaporte de la puerta, lo gira, entra y cierra violentamente tras de sí, tanto que la madera cruje, se estremece y produce un sonoro ruido que alertaria hasta a un dormido, pero que a la Lockhart la deja exhalar un suspiro. Se aleja de la puerta un par de pasos hacia el interior con los ojos cerrados y el corazón a marcha forzada, necesita tomar algo, platicar y enterarse de los pasos que la Orden del Fénix dará de ahora en más. Entonces nota que hay alguien más, voces provienen del salón aunque también de la cocina.
  10. La llegada de @@Seba Granger a la terraza del Cacao café fue providencial para sacar a Karoline de aquella maraña de pensamientos oscuros sobre el porvenir de la comunidad mágica, se saludaron como corresponde a dos personas que han tenido pocas coincidencias pero con la semilla que parece puede sembrarse para que resulte una amistad. --Cye esta ausente, sé que puedo confiar en usted-- dijo con cautela luego que tomaron asiento en una de las mesas menos céntricas para poder platicar --Ay perdón pero puedo tutearte, es que sino voy a sentir que hablo con mi abuelo-- lo decía porque el mago no aparentaba tener tanta edad como los ancianos a que ella se refería y era a quienes ella guardaba distancia. --Ella estaba muy abatida, su centro de pronto desapareció y necesitaba alejarse para recoger los pedazos y reconstruirse, pero lo está logrando, me ha escrito y así parece, además os manda saludos y un paquete que me pido llevará en persona a vuestro negocio-- confesó y la verdad es que así lo haría en los próximos días. --No volverá en un largo tiempo, y bueno yo estoy a cargo de los negocio y la familia, aunque sospecho que mi propio abuelo me esta saboteando y aleja a los Lockhart del castillo para que yo me sienta más sola y me rinda abandonandolo todo-- confesó con tristeza y se estremeció como si de pronto se hubieran trasladado al polo norte --Ya sabes soy la nieta no reconocida, mi padre la oveja negra, pero Cye tiene un extraño modo de hacer justicia-- esta vez sonrió más animada y las orbes esmeralda cobraron vida. --Todo bueno en realidad, para ella eres un caballero de la mesa redonda, seguro y confiable y espero tener yo el tiempo de granjearme tu amistad y la de tu novia Darla-- el Granger sin duda alguna era como Cye lo había descrito todo un caballero de esos que según su prima solo Darla y la rubia tenían la suerte de encontrar, al menos a este lo podía conocer pero a Ishaya.. Era obvia la juventud e inexperiencia de karoline, sobre todo en el ámbito mágico, pero lo compensaba con esmero, entusiasmo y calidez, esa propia de los Lockhart, era inevitable corría por sus venas aunque la mayor parte del tiempo intentará parecer dura e indiferente.
  11. Apenas los pies de Ela Karoline ttocaron suelo un mundo de tela se le vino encima, cuando se suponía que debía quedar detrás de ella, el caso es que aquel bombin de hermosos colores junto con las cuerdas que debía manipular, todo se enredo hasta causarle una especie de ahogo y la rápida pedida de auxilio. Por suerte Sagitas Potter Blue estaba cerca. Su petición fue escuchada y pronto la bruja de cabellos violeta estaba sanbullida apartando telas y sacándola de en medio de todo aquello, a su vez le preguntaba entusiasmada cual niña, si ella también podía volar como los muggles con aquel artefacto --¡Claro que puedes!-- dijo contagiada del entusiasmo para segundos después fruncir el ceño informando --Aunque eso va a retrasar nuestro compromiso con los demás-- puntualizó mirando en dirección al monolito que era el punto de encuentro con el resto de los miembros de la Orden del Fénix. Por toda respuesta la Potter termino de auxiliarla y pronto ambas estuvieron libres, para su sorpresa y agrado Sagitas la abrazo sin motivo aparente alguno, nada más que el hecho de conocerla, o quizás de ser prima de Cye, aunque Karoline prefería pensar que era porque había una real conexión entre ambas, la promesa de una amistad floreciendo, además de los lazos sacerdotales que no eran poca cosa, ella también correspondió al abrazo y apoyo su mejilla en el hombro de la bruja, por un momento no se sintió tan sola y sin familia. Animada por el gesto de cariño y también porque la pelivioleta la animaba avanzaron hasta encontrarse con los compañeros, dos magos y varias brujas, Sagitas había mencionado a Scavenger, una sacerdotisa, Ela contempló a las demás personas, sentía curiosidad por Vera y Madeleine, tal vez porque no aprecian fotografiadas en el álbum que Cye le dejará con información de cada conocido. Miro el carruaje y frunció el ceño, los muggles no lo verían tan común pero segura estaba de que Elli y Madeleine ya habían pensado en el asunto, supo que contenía provisiones, ella llevaba algunos remedios efectivos producto de la herbologia y el conocimiento mágico como sanadora, pero en presentación de jarabe y gagreas, tal vez pudiera ayudar desde esa perspectiva. Cuando llegaron al poblado entre la iglesia y la escuela la gente se aglomero al ver el carruaje, Ela llevaba en el brazo una estructura plegable que al abrirla se convertío en una mesita sobre la que puso las medicinas y ella misma llevaba una bata blanca y un estetoscopio colgado al cuello, sabia que los médicos, los sacerdotes y las monjas inspiraban confianza y se convertían en voces guías en medio de los conflictos, tal vez aquí funcionará igual. --Pasen por aquí si sienten alguna molestia-- dijo en voz alta, de inmediato un policía muggle le pregunto si necesitaba un par de asientos y un biombo del pequeño dispensario que estaba al final de la calle cerrado, que estaban muy agradecidos porque el medico del pueblo era uno de los desaparecidos, acercándose un poco más a la bruja agregó que debido a las desapariciones al caer la noche, ahora todos se refugiaban temprano en sus casas, "tenga cuidado esta niebla maligna no distingue entre propios y forasteros. Ela pensó que allí iba su primera oportunidad de obtener información y rezo en silencio porque alguno de sus compañeros estuviera escuchando.
  12. Ela no sabia a dónde les llevaría la actual situación, esa de la caída del estatuto internacional del secreto 6mágico, ahora los magos y brujas del mundo entero eran perseguido, asediados y cazados como delincuentes, solo por su naturaleza, no podía imaginarse a dónde los llevaba luego de capturarlos, pero estaba segurisima que el pasar por aquella situación no era para nada agradable o sana. Por qué no podían coexistir en armonía, un hondo suspiro escapo de su pecho, iba a tomar tiempo, mucho tiempo lograr una normalidad y ella se negaba a pasarlo de brazos cruzados o huyendo. Por esta misma razón es que sentada en una de las mesas, a orillas del barandal, en la terraza del Cacao Café, dibujaba algo en una servilleta, era un boceto para una nueva publicidad de su negocio, algo tenia que hacer para mantener la clientela, la bancarrota no era una opción, no para la testaruda mujer. De cuando en cuando las orbes esmeralda de la chica abandonaban los trazos y discurrían por el medio vacío callejón, --¡Malvados supremacistas!-- exclamó con vehemencia y claro, de su pensamiento no escapaba un poco de ira para el primer ministro británico, él precisamente tenia mucha culpa de aquella desolación, ah pero con los Lockhart que no contará. Volvió a suspirar para tratar de alejar el enojo que ahora bullia en su pecho y regreso al boceto, era mejor ocuparse que preocuparse. En eso el columpio que subía desde la calle hasta la terraza a los clientes comenzó a ascender, solo cuando el mago lo abandono y piso césped fue que Karoline le reconoció, bueno no es que le conociera en persona, pero por el álbum de fotos con notas al margen, su prima Cye le había dejado información sobre amigos, familiares y conocidos de ella y de los Lockhart, instintivamente espero ver descender a alguien más, la mujer con que fue retratado que según la nota era la pareja del mago, pero no venia, se levantó de la mesa y fue a recibirlo. --¡Bienvenido Señor Granger!-- dijo a la vez que extendía su nivea mano para presentarse --Soy Ela Karoline, prima de Cye, ella menciono la bonita amistad que los unía, junto con su novia, pero no nos quedemos aquí parados, siga-- la verdad estaba contenta con la visita del cliente amigo y por la oportunidad de conversar y empezar a conocer a gente en la que seguramente como Cye, podría confiar, apoyar y apoyarse. @@Seba Granger
  13. La brisa era fantastica, tanto, como el paisaje que los ojos esmeralda podían contemplar desde las alturas, un aeroplano modesto pilotado por un zorro viejo en aquellos menesteres de decendencia muggle lo movía a su antojo, haciéndolo subir o bajar a capricho, incluso lo hizo girar un par de veces como si fuera un tornillo cuya madera al perforar era una enorme nube. Esa había sido la elección de la Lockhart para matar dos pájaros de un solo tiro, por un lado llegaba al punto de encuentro con los miembros de la Orden del Fénix, y por otro lado, además de disfrutar del viaje, justificaba de alguna manera, su presencia en las cercanías del poblado, ya que el hombre podía dar fe de haberla traído. El hombre gritaba para informarle que estaban cerca del pequeño poblado pesquero llamado Ravenrock, cercano al canal de la mancha, decía con orgullo que era su hogar. Karoline le sonrió y levantó el pulgar en gesto positivo, le agradaba, pero no podía quedarse para socializar más, puesto que los acantilados se veían ya y sí se pasaba del punto de salto terminaria, sin magia, adherida como ostra a las rocas y no descendiendo sobre el monolito de encuentro. Se despidió con la mano y se lanzó al vacío, era por supuesto su primer salto en paracaídas, para el hombre, de una médica en busca de una planta para medicina natural, no era muy elaborada la fachada, pero si creíble y le daba la oportunidad de actuar llegado el caso. El descenso fue más rápido de lo que imagino, menos suave y más movido, en un punto perdió el control y casi le cae encima a una bruja que abordaba el sendero al monolito, por suerte soplo un poco más fuente el viento en aquel momento y Ela con su paracaídas desplegaďo aterrizó a poco menos de un metro de la mujer con mochila en la espalda. Karoline manoteo, empujó, resoplo y finalmente grito --¡Ayudaaaa me ahogo!--
  14. Syrius McGonagall: Agente Especial del FBI: División de Asuntos Mágicos y Fuerzas de Seguridad Nacional del MACUSA (5 puntos) Rory Despard: Predicador Católico / Granjero Irlandés (3 puntos)
  15. Calles de Londres : 5 ptos. Robo del Fragmento desconocido del Libro de Thot : 3 ptos.
  16. guerra mágica, el derrumbe de los principio fundamentales de la sociedad, los muebles detrás de los magos, todo aun desde la distancia parecía caótico, y aunque por momentos estuviera tentada al volver no lo haría, no por el momento, sin embargo, no podía dejar de preocuparse por las personas que amaba, así que pluma en mano empezó al escribir. la pluma quedo en suspenso y luego fue al tintero, doblo el pergamino percibiendo el sutil perfume del papel, uno de los pocos lujos que se había llevado de Londres y que la había acompañado desde que descubriera aquella tienda de materiales escolares cuando aún era una estudiante. Poco después Lock, su lechuza blanca se hacía con el mensaje para entregarlo al una de las dos mujeres, pues la rubia sabia que compartirían la información. Al cabo de un tiempo la lechuza revoloteo alrededor del Tejo, aquel hermoso árbol, luego fue directo al Elfo que se acercaba con escoba en mano y finalmente se poso frente a Xell.
  17. Avalón era el lugar más sagrado para un sacerdote, teniendo presente el hermoso templo de piedra, en el cual estaba Ela Karoline luego de un velada de meditación profunda en la que elevaba su conciencia, mejoraba la concentración y percepción, todo con miras a ser más eficiente en el aprendizaje y uso de los poderes otorgados por la diosa. Abandonó la posición de meditación cuando un fuerte viento se coló extrañamente por entre los muros y apagó las delgadas y largas velas que la Lockhart había encendido como parte del ritual. ¿Qué sucedió? se preguntó la pelirroja un poco sorprendida, negó con la cabeza al ver que seguía sola en la humilde celda, tal vez el frio solo lo había sentido ella, pero al mirar las velas... la llama se había extinguido. Algo no estaba bien, lo sentía. Justo donde estaba cerró los ojos y abrió su mente, un nuevo poder la invadía, no necesito sus ojos físicos ni sus pies para captar varios puntos de energía, lo que ellos llamaban aura, al menos de los más cercanos al templo. Karoline supo que se trataba de sus hermanas de sacerdocio, las auras más brillantes aunque cada una tenía una tonalidad distinta, pero eso era parte de la percepción propia de cada sacerdote, también sintió que había un par de auras menos brillantes quizás animales, pero la forma en la que percibía la vibración de las auras le produjo un angustiante escalofrío, debía salir de allí y averiguar qué estaba pasando. Tomó su varita mágica y se encaminó por el corredor, rumbo a la salida,pero tenía que pasar por la sección de las bifurcaciones, un modo de decirle a las distintas direcciones que tomaba las zonas del templo, ya saben: comedor, cocina, sala del conocimiento o biblioteca, celdas de descanso? aseos y salón sagrado, donde estaba el altar y donde descansaba la espada que ahora custodiaban, también donde confluye cada elemento de forma viva y peculiar. Se detuvo al escuchar ruido en la sala del conocimiento, allá estaba una sacerdotisa evidentemente concentrada en un gran libro de lomo antiguo y muy voluminoso --¿Qué buscas con tanto ahínco?-- pregunto desde la puerta a @@Scavenger Weatherwax --¿Sabes que está pasando?-- vio como la chica devoraba visualmente las páginas de compendio --Por cierto soy Ela Karoline Lockhart-- aunque poca importancia tenían los apellidos en la isla, donde lo valioso no dependía de abolengos ni condición social, sino de la esencia misma del individuo y de su disposición y entrega. Ela desconocia que fuera de los muros del templo una fuerza maligna amenazaba con destruirlo todo, tomando a mansalva lo que requería para sus siniestros planes, pero pronto @@Lillian Potter Evans y @@Xell Vladimir Potter Black la sacarían de su ignorancia, revelandole que más hermanas como @Sagita Potter Blue y @ luchaban por conseguir respuestas en las cercanías del templo.
  18. Ela Karoline

    Animagia

    Pronto ambas brujas estaban en el interior de la vivienda, las orbes esmeralda de la Lochart lo examinaban todo, los muros, el mobiliario, el piso, todo, no porque con su escrutinio calculará el valor económico de la propiedad, sino porque con aquella observación podía conocer a la anciana, pues generalmente parte de los gustos y esencia personal quedaba impresa en el lugar donde se habita. El aroma a sopa recien hecha se esparció por la estancia, pero también otro aroma muy familiar para la pelirroja, sin duda alguna era té, con una de las teteras más famosas en el callejón Diagon era imposible no reconocer el olor seductor del producto. Vio como la anciana tomaba asiento en uno de los dos lugares servidos y luego la imito. --Muchas gracias por invitarme a su mesa-- dijo con humildad. Probó la sopa, era una mezcla de verduras cocinada de tal manera que solo quedaban pequeños tropezones en el caldo espeso y bien sazonado, en paladar se sentía untuoso y lo que quedaba de las verduras se deshacía en la boca, el calor del platillo y la profundidad de los sabores era capaz de calentar al cuerpo más helado. La respuesta a su pepitorio de guía la desconcertó, la arcana pareció no entender el trasfondo de sus palabras, eso la inquieto y la hizo depositar el tazón en la mesa, para removerse con las manos libres y apoyadas en los costados del sillón --¿sentimental? no, no, no, yo me refería al...-- las palabras murieron en los rosados labios ante el cambio en la expresión de la bruja. Cuando la escucho decir que entendía, una expresión de aĺivio escapó de su ser, así que la anciana tenia sentido de humor o la estaba probando, igual eso pareció perder importancia ante la comparación que hacía de su enseñanza con la magia surgida de la varita, aquello confirmaba que en efecto estaba en el lugar y con la persona correcta y que pronto obtendría respuestas. --Fue fue accidental, supongo-- contesto de inmediato ante la pregunta de como había sucedido. Las pupilas de la Lockhart centellearon dándole una luz nueva a sus ojos --Solo ocurrió una vez, pero sé que esta dentro-- estrujar sus manos contra el propio pecho, la voz había pasado de serena a angustiada --Esperando emerger-- Había bajado la mirada temerosa de mostrar lo mucho que la trastornaba el no tener el control y el desconocimiento de aquella habilidad. --Entonces era una niña y no sabia que era mágica y que eso que eso era natural en mi-- contó apesadumbrada. --Era tan chica que me asuste muchísimo, primero me enoje y luego me asuste-- explicó aunque su explicación era vaga porque no se había enojado por la transformación, sino porque la molestaban otros niños muggles, de hecho la perseguían gritando allá va la rara así que palabra más, palabras menos empezó a contarle a la mujer todo. Con 8 años era fácil pasar de la calma a la angustia, de este al enojo, y finalmente al susto. La entonces pequeña Ela había corrido por el sendero para huir de los niños, hasta que llegó al lago dentro de la propiedad escolar, aun recordaba su deseo ferviente de desaparecer ante los ojos de los chicos, tanto que intento esconderse tras el grueso roble olvidando que parte de sus raíces descansaban en el agua, y cuando pensó que todo estaba perdido, que sus zapatillas escolares estaban arruinadas, algo más que explicar, sus pies desaparecieron y ya no era tan alta pero se movía hacia el centro del lago, los chicos la miraban murmurando que precioso cisne, pero donde esta, donde esta la rara --Recuerdo que el corazón se me iba a salir del pecho y luego quede congelada cuando me acerque a la orilla y en el espejo de mis gafas que quedaron en una raíz vi lo que era-- también le contó a la arcana que no supo cuanto tiempo paso ni como logró regresar a su forma humana y en adelante se había vuelto controlada, más que serena, para no permitirse el lujo de la ira que es con lo que asociaba aquel evento. --Por favor, dígame que puede ayudarme-- casi rogó con las manos juntas sobre su regazo.
  19. Las cosas se estaban agitando en el mundo entero tras la caída del secreto de la existencia de los magos y brujas auspiciado por el loco ministro de magia inglés, porque no existía otro calificativo para tal acción después de décadas de sigiloso silencio. La guerra era solo una parte de ese gran todo al que se sumaban persecuciones, matanzas y por supuesto, cada cual trataba de sacar la tajada más grande y jugosa posible. El pequeño poblado mágico no escapaba al nerviosismo de esta nueva realidad. ¿Cuantas matriarca o patriarcas en ese momento estaban intentando tomar decisiones para proveer seguridad y estabilidad a los suyos? ¿Cuantos pensaban abandonar Inglaterra? o ¿Cuantos se sumaban al desquiciado levantamiento de Aaron Black Lestrange? Ela Karoline, por su parte como nueva matriarca de los Lockhart, no pensaba huir a ningún lado, se quedaría y daría la cara, si los muggles venían por ellos intentaría razonar y si no se podía comenzaría a moverse para evitar dañarlos, después de todo ¿quien no le teme o considera amenazante lo desconocido? y eso eran los mágicos para los muggles. Absorta en sus pensamientos no supo en que momento un gato de Birmania, de patitas blancas hacia su aparición, entregando elegantemente un mensaje: Grimmauld Place, con la primera luz del alba. Tenemos mucho trabajo que hacer y poco tiempo Sorprendida aún de la magia que podía desplegar un patronus intentaba en vano reconocer la voz del emisario, pero era nueva y no conocía a todos los miembros de la orden. No importaba, lo que si, el mensaje, era un claro llamado a asistir uno de los lugares seguros de la Orden del Fénix. Consulto su reloj de pulsera y aún le quedaba tiempo para asistir, aunque prefería llegar temprano y no retrasada. Busco su varita, la capa de viaje negra y el bolso de cuentas, donde bajo un hechizo expansor mantenía un sinfín de cosas necesarias en caso de tener que pernoctar o ir en alguna secreta y excitante misión. Justo entonces un pergamino chocó contra el cristal del ventanal medio abierto y empezo a deslizarse, antes que cayera al vacío lo tomo y examinó su contenido, bufo, lo enrollo y guardo en el bolso para luego desaparecer. Minutos más tarde estaba en la plazoleta cerca de su destino, examino los alrededores para evitar miradas indiscretas, pensó en el número 12 y cuando la propiedad emergió ella rápidamente ingreso cerrando la puerta tras de sí, estaba oscuro, un poco de luz no haría mal y evitaría que alguien perdiera los dientes. Hizo una floritura aunado a cierta concentración y una solitaria esfera de suave luz apareció disipando la penumbra, el sonido de voces la guió hasta la cocina donde ya habían varias personas, reconoció de inmediato a tres, el tío de Cye debió ser el creador del patronus. ---Espero no llegar tarde-- dijo al tiempo que se desabrochaba la capa de viaje y la dejaba sobre el respaldo de una de las sillas vacías, ---Señor Gryffindor es un placer conocerlo, mi prima Cye lo respeta y admira mucho-- claro que no iba a confesarles que sabía todo esto por un álbum que la Lockhart le había legado a Ela, con fotos y notas a pie a modo de guía, para que se integrará más fácilmente. --Señoritas-- hizo una inclinación de cabeza a modo de saludo.
  20. Ela Karoline

    Animagia

    Estaba absorta en la contemplación de las tres esferas sobre el tejado de la casita, residencia de la arcana de animagia @@Suluk Akku sin percatarse de que estaba siendo observada, la persona que aparecía a la entrada de la cabaña era una anciana y la sonrisa que le dedicó tras el raro comentario cimatologico, le pareció que le daba una dulzura propia de la edad que tenia o que más bien aparentaba, ya saben, en el mundo mágico no siempre es lo que se ve. Hasta que la arcana menciono la ligereza de su atuendo no había notado el cambio en la temperatura, ciertamente hacia más frío y se preguntaba si la elección había sido la correcta, aunque un poco de tela no le iba a privar de conocer a la arcana y de beneficiarse de sus enseñanzas, nooo, claro que no. La cordialidad de la bienvenida, la invitación a adentrarse en la cabaña y la oferta de una rica y cálida taza de sopa fueron más que suficientes para vencer la timidez inicial de la pelirroja, quien con paso firme se acercó a la dulce mujer y paso al interior de la edificación, solo entonces contesto a su última pregunta. ---Muchas gracias por recibirme, yo vengo en busca de guía-- aun le costaba hablar abiertamente de su ser mágico, ya que toda su vida vivió temiendo que alguien la descubriera o que alguna de aquellas manifestaciones se presentarán en momentos y compañía inapropiada, era la desventaja de vivir entre muggles. Pero ahora que estaba entre iguales, que la mag ia era cosa de todos los días y que sabía del posible potencial que podía tener aquellos cambios, antes aterradores, ahora transformación mágica, quería aprender, escudriñar y descubrir todo lo que pudiera ofrecerle. ---No se si comprende a que me refiero-- dijo bajando un poco el tono de su voz y rogando mentalmente porque la arcana no se negará.
  21. Aquella declaración del Ministro había dejado a muchos sin habla, replanteandose la vida bajo aquel nuevo panorama, ser mágicos 1al ojos del universo entero Abajo el estatuto del secreto de la magia, arriba la libertad así lo habían anunciado algunos medios entre fanfarrias, por supuesto, de inmediato se generaron tres corrientes, los que estaban a favor, los que estaban en contra y los que se mantenían neutrales esperando una señal que de algún modo inclinará la balanza a un lado o al otro. Lo cierto es que Ottery ya no parecía un poblado seguro. Ela Caroline estaba abierta a las aventuras, pero sobre todo amaba la paz y tranquilidad que seguramente perderían después de semejante locura, si, si, para ella el Ministro estaba de atar e ingresar en el pabellón psiquiátrico de San Mungo. El caso es que había escuchado un comentario sobre irse a un lugar más apropiado por una temporada, como ir al campo en verano y quedarse en la urbe en invierno. Y claro, también escucho quien era la anfitriona de dicha idea o donde podía enterarse de más detalles. Llego hasta la propiedad y en los jardines había gente, una chica conversaba y ponía a todos al tanto de los planes y de la partida que se iniciaría en tan sólo media hora. De todos los presentes reconoce al Xell, y le pregunta --¿Yo también puedo ir?--
  22. No había mucho que hacer ahora que todo estaba listo, arreglado y limpio, solo esperar a que los clientes fueran apareciendo tras elevarse en el columpio para ingresar a la fresca y tranquila instalación. La elfina de nombre Feixac, desde la partida de Cye se había aficionado mucho a la elaboración de postres, su paladar tenia buenas referencias ya que siempre acompañó a su amita a los recorridos por el callejón en busca de nuevos platillos y sabores, y en la actualidad el tiempo disponible para ejecutarlos no era problema. Cuando por fin su creación vio la luz luego de varias horas y técnicas, se sentía orgullosa, se veía precioso y apetitoso, tanto que daba pena cortar alguna rebanada para la prueba degustativa, suspiro y salio de la estación donde había estado trabajando, entonces vio a elfito comiendo de un cazo y sonrió, el seria su conejillo de indias. --Elfito ¿quiere probar mi creación?-- aun no le ponía nombre por la variedad de texturas, pero primero había que ver si era apto para los clientes.
  23. Ela Karoline

    Animagia

    Animagia Tras la llegada de Ela Karoline a la Comunidad mágica británica, la bruja se esforzaba día a día por encontrar su propio lugar, por disfrutar de la magia que seguía significando el mayor cambio en su vida, aquella libertad para expresarla en cada ámbito, incluso en lo interno, ya no tenía miedo de probar, y debía buscar respuestas a sucesos del pasado que ni siquiera se atrevió a mencionar a sus familiares. Con el paso de los días, las palabras: escuela de magia, conocimientos, Universidad, habilidades ya no resultaban tan extrañas aunque seguían generándole curiosidad, sobre todo porque pensaba que allí podría estar la respuesta a aquel suceso ocurrido solo una vez, pero que ha permanecido en la memoria de la pelirroja desde entonces. Animagia repetía mientras que las sandalias en sus pies abandonaban el sendero y se iban por el césped verduzco, un poco menos controlado a medida que se alejaba de la parte más transitada, la Lockhart amaba las caminatas, la naturaleza y el contacto con la vegetación, la tierra, la madera de los árboles y el agua, antagónico con su naturaleza de fuego, o quizás es que aquella faceta acuática equilibraba su yo interno. Sin darse cuenta y con total deleite sentía la brisa en su rostro, moviendo la larga cabellera así como su prenda de vestir exterior que era una túnica blanca abierta. Delante de ella un muerte de barro rojizo bordeada un bonito jardín, la casa, nada fuera de lo común o al menos eso aparentaba, aunque de inmediato las tres esferas en el tejado atrajeron la atención de la joven bruja quien sobrio y pensó Aja común un cuerno ¿Qué secretos escondes Suluk Akku?"
  24. Ela luego de posar la mano en el hombro del mago sintió una corriente energética desconocida, que provocó un estremecimiento, no, no se necesitaba habilidad alguna para que el propio cuerpo reconociera como se sentía estar en contacto con alguien a quien conocías de cierta forma, y este Dick no le gustaba, pero en algún lugar estaba el verdadero, amable y entusiasta. Retrocedió ante la orden de Sagitas que parecía haberse transformado en una versión mandona y oscura de ella misma, Karoline busco con la mirada a Xell, era la única que seguía siendo ella, como intentando que le aclarara que había querido decir, pero ella ya estaba envuelta en otra tarea. Las cosas pasaron muy rápido, ni siquiera estaba segura que había ocurrido primero, si la lanza atravesando al Dick, Xell olisqueando o Excalibur abandonando la mano del mago, pero algo si estaba claro, el guardián de hojarasca los observaba, los probaba en esencia y protegía el templo de los impuros que debían limpiar su esencia antes de poder entrar al corazón del clan. Horrorizada grito cuando la lanza mágica atravesó al Holmes y luego vio salir a otro de las aguas, miró en ambas direcciones y sólo entonces comprendió el desdoblamiento que acababa de ocurrir. Xell auxilio al Dick que no pudo mantenerse en pie solo, Sagitas también parecía disminuida, todos a su manera había enfrentado obstáculos y ahora eran libres, fue entonces cuando la pelirroja se arrodilló y tomó la legendaria espada y susurro en dirección al guardián --Déjanos pasar-- para cuando se puso de pie la vegetación que antes le impedía pasar se había apartado de forma sabia y armónica, como si hubiera estado allí desde siempre Los cuatro sacerdotes con la poderosa reliquia lograron entrar al templo de piedra, sencillo y hermoso a la vez, la espada parecía fulgurante cada vez más hasta emitir vibraciones, como si quisiera salirse de las manos de Ela, entonces lo vio, el altar --Vamos, todos juntos-- y así lo hicieron todos tocando de alguna manera la espada, la colocaron en el altar donde un derroche de luz y energía comenzó a tocarlo todo Excalibur estaba segura, Avalón renacía de cierta forma y los sacerdotes como antaño se constituían en hijos de la madre naturaleza y guardianes de su magia.

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