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Valeskya Granger

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Todo lo publicado por Valeskya Granger

  1. Valeskya se sentía divertida y a la vez un poco extrañada por el giro que estaba dando la lectura de las cartas. Su hermano, quien al inicio se sentía atraído por todo lo que el negocio estaba ofreciendo, quizás ahora se mostraba un poco desconfiado o quizás más curioso por todo lo que la bruja le había dicho. De mostrarse aparentemente desconfiado, incluso burlón en ciertas ocasiones, ahora parecía mostrarse bastante más interesado por continuar. Entre esa parte del juego de decirse las verdades en medio de la lectura, la joven había dicho varias cosas a Joaquín y de él dependería de cómo las tomara, aunque parece que todo había resultado bastante bien. - Más que intentar tranquilizarte, la idea es que aceptes que tu futuro puede cambiar dependiendo de tus decisiones – Tomó la taza que minutos antes contenía el café que Breena le había ofrecido al Granger. - Eso sí, ni creas que voy a estar a tu disposición a cada rato para que te diga lo que el destino tiene preparado para ti. Son solo pistas, no voy a arruinar a un más tu aburrida existencia inmortal, diciéndote todo lo que te va a pasar. – Dudaba que eso pudiera pasar, más que nada no creía que su hermano fuera como esos muggles que creen que una lectura de cartas les resolverá su vida, o peor aún, que se conviertan en seres incapaces de decidir qué ropa van a utilizar ese día, por miedo a que se conviertan en un augurio de muerte o alguna cosa así. De todas formas, era mejor soltar esa advertencia por si el joven de ojos azules terminaba por convertirse en un muggle más del montón (?). A pesar de que el pelinegro había bebido por completo el contenido de la taza, aún podía percibirse el aroma del café turco, el cual era ideal para poder hacer una mejor lectura. - Es curioso hermanito – Musitó la ojivioleta, pensativa. - Nunca pensé que serías del tipo de persona que siente curiosidad por saber su futuro… – De la parte de atrás del cuarto, un bote apareció flotando hasta posarse a un lado de ella. – Las personas suelen subestimar el noble arte de la adivinación… sobretodo porque no cualquiera puede hacerlo. – Con un movimiento de su varita, hizo que el bote se destapara. Con su mano tomó una pizca de café y lo depositó en la taza, y la comenzó a girar con suavidad en contra de las manecillas del reloj. - ¿Sabes por qué pasa eso? – Hablaba con tranquilidad, al tiempo en que tomaba el plato en el que minutos antes estaba la taza, vertió el poco líquido que quedaba y lo depositó sobre este. - Mucho tiene que ver la energía que emanan las personas… es decir, no todo depende del ambiente ni de la capacidad de la persona que hace una lectura. – Retiró la taza y sonrió al ver las figuras que se habían formado de los restos que quedaban de café. - La gran mayoría ignora que la energía que transmites, en tu caso lo que pensabas al momento de tomar tu café, influye en lo que yo pueda ver. – - Dicho en palabras más simples, si tu vienes lleno de escepticismo a exigir que yo te lea tu porvenir, yo no podré lograrlo, así tuviera que invocar a todos los elementos del universo…- Dio un largo suspiro y continuó. - De la misma forma pasa cuando alguien se obsesiona con algo… con un amor, por ejemplo. En el mundo muggle, muchos acuden a ver su futuro simplemente para que les digan que la persona objeto de su amor terminará a su lado por el resto de su vida; el tipo de energía que se genera cuando ese amor se transforma en obsesión, termina por atraer lo contrario. ¿Cuántas personas están dispuestas a escuchar que nunca serán correspondidos? ¿Tú, por ejemplo? – A Valeskya no le gustaba mucho leer el café, era un tema complicado, más cuando se trataba de descifrar figuras; era algo muy subjetivo, tanto como ver las caprichosas formas de las nubes en el cielo. Donde ella podía ver un tigre, otra persona podía ver un perro y esa era la parte que complicaba la lectura, no tanto para saber el significado: se trataba de ver la figura correcta y eso era una labor difícil. Eran tres secciones para ver en la taza: el fondo, el centro y el borde. - ¿Ves eso Joaquín? En el fondo de la taza se logra ver un número… el seis – No sabía si el Granger se daría cuenta o simplemente había decidido no volver a respirar tras percibir el aroma del copal cuando había llegado. Ahora se podía percibir un aroma floral, una combinación bastante exótica que quizás podría disgustarle. - Simplemente es la armonía y la seguridad, esa que puedes encontrar solo cuando estás con tu familia, en tu casa. – Era demasiado simple tal vez, pero así se trataba ese tipo de lectura: más escueta, más directa. - También se ve de este lado, la forma de un gato: representan los secretos. Los que tú guardas y que no siempre debes decir. En este caso está situado en el fondo de la taza, lo que representa secretos familiares que simplemente surgirán. – Observó fijamente a su hermano - Es la segunda vez que sale algo relacionado con los secretos. Deberías aceptar de una vez que hay algo que ocultas, antes que toda la familia lo descubra. – Dijo misteriosamente.
  2. Valeskya asintió vagamente ante el comentario de Richard, pues él también se había dado cuenta que las llamas no eran el elemento idóneo para que ella pudiera ver… lo que sea que debería de haber visto. Cuando su tutor le extendió la mano para levantarse, pudo ver inexpresividad en su rostro, sin embargo, sabía que no era se trataba de algún gesto cordial, sino que era algo que debía de hacer. Finalmente se puso de pie, tratando de hacer el menor ruido posible para no desconcentrar a su prima de su visión. Quiso negarse, decir que estaba temerosa a ver otra horrible visión, pero no salieron las palabras de sus labios; en el fondo quería saber más y ese era el motivo por el cual siguió silenciosamente a su tutor hasta un punto de la cueva. - El aire podría ser ¿Lo mío? – Dijo, repitiendo las palabras que acababa de escuchar. - Al menos no veré imágenes ¿cierto? – Intentó devolverle la sonrisa a Richard, pero solo salió una mueca que esperaba que no la hiciera verse como alguien desagradable. No esperó respuesta, solo echó un vistazo en el punto en el que ella se encontraba; curiosamente era un área más iluminada. Miró hacia arriba y pudo notar que, en el punto más alto de aquel lugar subterráneo, justo arriba de ella había un agujero que permitía que la luz de la luna entrara hasta donde ellos estaban. ”¿Tanto tiempo ha pasado ya?” Dijo la joven para sus adentros, mientras continuaba de pie; ”dejar de respirar”, pensó amargamente, pues era algo que estaba acostumbrada a hacer, no por tratarse de una necesidad, solo trataba de comportarse de la forma más normal posible con la gente que apenas la conocía. Era algo bastante sencillo de hacer, solo tenía que concentrarse y dejar que la energía de ese lugar fluyera y sincronizara con su mente. Su negro cabello se agitó, pudo sentir el aire acariciar su cara y pasaba de largo; provenía de diferentes direcciones. La ojivioleta recordó esas noches cuando caminaba en el jardín de la mansión, las nubes grises y el aire gélido, que agitaba con gracilidad las hojas de los árboles; trató de recordar esa sensación de bienestar y tranquilidad que ese ambiente le traía. Cruzó los brazos de forma instintiva, como si intentara atrapar algo de ese viento que provenía de todos y de ningún lado a la vez. Cerró los ojos por un momento y agudizó su oído, al punto que en ese momento parecía escuchar diferentes voces, muy tenues, como si se trataran de personas que iban y venían alrededor de la bruja. No podía distinguir de qué hablaban, así que solo siguió aguardando, con los ojos aun cerrados; no bastó mucho tiempo para que esas voces se empezaran a oír con mayor claridad, hasta que hubo una que susurró su nombre con claridad: - Valeskya…- ”¿Quién eres?” Pensó la joven, al tiempo que abría los ojos. Continuaba en aquel lugar, solo que el ambiente era distinto: Richard y Fiamma parecían que estuvieran al otro lado de un espejo, incluso podía verse a sí misma, de pie con los ojos cerrados. Fue entonces cuando lo comprendió, esta era la claridad con la que debía ver las cosas; no había nadie más allí, sin embargo, podía escuchar aquella voz, que le decía quien era y de dónde venía, así como también le hacía preguntas a Valeskya, sobre su propósito y qué era lo que quería saber. Sin duda esta era la conexión que ella buscaba, sin imágenes horribles, solo tenía que hacer la pregunta correcta y si lo hacía con suficiente amabilidad, podría obtener la respuesta adecuada. Antes de hacerlo, giró hacia donde estaban su prima y pudo notar que algo no iba bien con su prima. ”¿Cómo salgo de acá?”, pensó la ojivioleta y el viento le susurró la respuesta; cerró y abrió los ojos y pudo sentir como se movía con libertad. Había vuelto y lo primero que hizo, fue acercarse a las llamas. - ¿Te encuentras bien? – Le preguntó a Fiamma.
  3. - ¡Pero QUÉ…! – Exclamó con enojo la ojivioleta, al tiempo que alcanzaba a escuchar a la perfección la voz de su prima, lo cual le indicaba que al menos no era algo que estuviera pasando en ese momento. ¿Acaso se trataba de algo que estaba por ocurrir? No estaba segura y eso le resultaba irritante, no saber si era algo que pasaría con certeza o simplemente era uno de sus tantos temores: que su familia pudiera sufrir de la forma en la que había visto a Fiamma. Cruzó los brazos, como si tuviera frío, pero lo que pasaba en realidad, es que quería que esa sensación de angustia que había vivido se desvaneciera casi tan rápido como había aparecido. Había perdido la noción del tiempo en el cual se había mantenido sentada, con los brazos cruzados, mientras la burbuja no dejaba de moverse. No había caído en la cuenta, que ni siquiera se había molestado en decirle a su prima que todo estaba bien y que todo había sido producto ¿de su imaginación? La pálida piel de Valeskya, pudo sentir el suelo rocoso y frío y notó que la pelinegra se mantenía de pie a su lado, con un aspecto mucho mejor. No hizo el intento de levantarse, solo le dedicó la peor de sus miradas a Richard, solo se trataba de que les hubiera advertido lo que pasaría en el camino al otro lado del lago. Solo bastó de terminar de escuchar las palabras de su tutor para que ella pudiera comprender una parte de lo que había pasado. Suponer que había que encontrar el mejor elemento con el cual podía tener una mejor visión de las cosas y que ella hubiera visto eso de primera instancia, le hizo dudar mucho de querer seguir adelante con la clase. Su mirada violácea se perdió unos instantes en las alegres llamas que crepitaban en la hoguera y se volvían más altas, de acuerdo con la mano de su tutor; escuchar el crujir de las ramas, y nada más que eso, provocaron que se tranquilizara un poco. - Creo que hay muchas cosas que debo preguntarte en cuanto nos hayamos ido de aquí. – Le susurró a la pelinegra que estaba a su lado. Tenía curiosidad acerca de lo que ella visto, pero no estaba segura de platicarle lo que acababa de ocurrir. - Una parte de mí me dice que no veré nada en esas llamas…- Y sin decir más, señaló a Richard y su extraña mirada. ”Al menos no gritó de forma ridícula”, repitió la Granger para sí misma, mientras su mirada pasaba de su tutor a las llamas y viceversa. Trató de concentrarse solo en el fuego de la hoguera y en algún momento podría jurar que las chispas parecían tener forma humana y danzaban alegremente; se acomodó y abrazó sus rodillas, como si fuera una niña, pensando en que si era real o falso lo que había visto y confirmando su presentimiento: el fuego no sería algo en lo que podría ver. Suspiró, no estaba segura si se trataba de no poder en realidad o solo por el temor de no querer ver en realidad. Tuvo el impulso de mostrar su inquietud en voz alta, pero no lo creyó prudente, quizás Fiamma había logrado ver algo más, o Richard la reprendería por no haber respondido la pregunta acerca de su experiencia en el agua. Intentó concentrarse una vez más, pero no lo lograba hasta que finalmente se rindió y decidió quedarse en silencio, esperando a que todo terminara. Si bien había sido bastante fatalista su visión, sintió aquel deseo de volver a intentarlo, esta vez estaría preparada para lo que fuera a pasar; sin duda era algo que haría, en cuanto todos se hubiera terminado.
  4. - ¿Tenebroso? En lo absoluto, trata de no ver lo negativo de las cosas. – Lo explicó como si se tratara lo más obvio del mundo. - Recuerda Joaquín, las cartas nos dan una visión de tu futuro, de lo que puede pasar y lo que no puede pasar si tomas las decisiones equivocadas. Incluso, con la reina de bastos, que te indica claramente que puedo ser yo la influencia femenina que haga falta… Quizás si te digo que te avientes a un pozo sin fondo y tus problemas terminarían ¿No lo crees así? – Valeskya exclamó con su habitual sarcasmo, burlarse de su hermano era uno de sus pasatiempos predilectos y no iba a perder oportunidad de hacerlo. Sin embargo, había algo de razón en lo que acababa de decir: si bien las cartas sacaban a relucir las consecuencias de su pasado, o su actitud en el presente, no debía olvidar que lo que estaban tratando de ver, era su futuro. No sabía si el Granger lo hacía a propósito, o de verdad se estaba pasando de ingenuo con las cosas que ella le decía. ”¿En verdad todo le dará igual?” Pensó la ojivioleta, con algo de malhumor, y sin embargo, decidió que lo mejor en ese momento, era continuar con la lectura de cartas. - Termina de beber tu café, terminará por enfriarse. – Exclamó secamente, al tiempo que dejaba al descubierto la siguiente carta: - La torre… y no la de Azkaban precisamente. Representa complicación y conflicto, cambios bruscos, inesperados y algunas veces desagradable – Su tono cambió de indiferencia al susurro misterioso y trágico (?). - Tus ambiciones actuales, están construidas sobre cimientos débiles, promesas falsas… - Miró fijamente al joven y preguntó en tono de burla - ¿Tendrá que ver con la mujer que metiste a la mansión? Quizás no te convenga acercarte mucho a ella… nunca se sabe. – - ¡Oh! ¡Un cuatro de oros! Dinero, dinero, el dinero lo mueve todo…- Dijo más para sí misma, que para el pelinegro que se encontraba frente a ella. - Indica estabilidad financiera, algún negocio, donación o herencia que predominarán en tu vida, y si me permites añadir, si esto es cierto, deberías compadecerte de la pobreza de la familia y donar un poco. Recuerda: poderoso caballero es Don Dinero (?)– No le preocupaba que su hermano no entendiera esa frase, pero era algo que quería usar desde hacía mucho tiempo. Comenzaba a dudar si su lectura de cartas estaba mal enfocada, no salía nada con respecto al amor, o quizás era algo que a el no le preocupaba demasiado; ”qué aburrido”, pensó la ojivioleta, pues esperaba tener a su mano más herramientas con qué molestar al Granger. Suspiró y volteó la siguiente carta: - ¡Aquí está lo que buscaba! – Dijo la ojivioleta en voz alta, tosió un poco para tratar de recobrar la naturalidad en su voz, así como si nada hubiera pasado. - Tres de espadas… Emociones interiores. Muestra que hay un dolor significativo en tu vida, un conflicto emocional. Autoengañarte con lo que verdaderamente sientes, puede traerte un conflicto interno que en un futuro puede resultar peor…. Hmmm… Todo un rompecorazones – La última frase la dijo con cierto desagrado que intentó ocultar. - El caballero de bastos… la carta del incoformista. – Había llamado su atención, el hecho de que la mayoría de las cartas hubieran salido en posición normal. Sin duda, su hermano parecía tener muy buena suerte y no estaba totalmente consciente de eso. - Puede significar muchas cosas, pero lo principal que te trae, es un cambio: puede ser un viaje o simplemente un cambio de ambiente… por conocer a alguien. Y antes de que quieras llevarme la contraria, no necesariamente tiene que ser dentro del ámbito amoroso, aunque… se te puede conceder un deseo de una forma bastante inesperada. – Bastante había hecho con decirle eso, si él no se animaba a preguntar, simplemente ella no le daría pistas sobre lo que podía significar. Solamente quedaba una carta por descubrir y probablemente la más importante; de Joaquín dependería el curso que pudiera llevar su destino, aunque ella estaría allí, para que su aparente indiferencia, no echara las cosas a perder. Además, si las cosas llevaban el curso que había visto en sus cartas, todo parecía prometer ser demasiado divertido y eso era algo que no podía perderse. - La reina de copas… asociado con el aspecto emocional. Nunca debes olvidar quién eres y qué es lo que quieres. El mostrar indiferencia ante lo que te pasa, te ha traído muchos problemas y quizás lo sepas y no termines por aceptarlo. – No esperó a que el replicara. - Particularmente esta carta no me gusta, indica que solo debes elegir un camino, uno que te guía hacia el éxito profesional y otro hacia la satisfacción personal. Agitó su varita, para hacer desaparecer las cartas y quedarse solamente con la taza de café. - Con esto concluimos, las cartas… aunque si me permites decirlo. Creo que para todo debe existir el equilibrio. No todo tiene que ser blanco o todo tiene que ser negro. Ten cuidado con lo que elijas, quizás lo mejor sea forjar un nuevo camino. Recuerda que las cartas no son un reglamento a seguir, siempre puedes cambiar de opinión en el camino. – Finalizó.
  5. Valeskya se preguntó si de verdad valdría la pena el esfuerzo que todos realizaban para poner en venta sus cosas para sacar algo de dinero. ¿En qué momento habían terminado así? No había considerado la posibilidad de que darían mucho de qué hablar en cuanto vieran a los Granger, vendiendo sus cosas, aunque al final eso no le preocupaba mucho; según sus conocimientos acerca de las costumbres muggles, una venta de garage no solo significaba una falta de oro, sino simplemente ampliar el espacio disponible en la mansión (?). Arqueó una ceja al escuchar a su hermano darle instrucciones al elfo acerca de las cosas que llevaría al jardín; la joven consideró revisar las alhajas antes de que alguien más las viera, por si encontraba algo que le gustaba. A pesar de que su hermano tenía muchos más años de los que aparentaba, podía pecar de inocente; solo una acusación a medias había bastado para que él aceptara que en realidad había llevado a una mujer a la mansión. ”Así que una bruja”, repitió para sus adentros al tiempo que esbozaba una sonrisa de esas que nunca auguraban nada bueno para la persona a quien las dirigía. Su hermano solía ser especialmente cuidadoso con las reacciones que tenía cuando estaba con ella, al menos la mayoría de las veces, cuando se trataba de pelear, era cuando sacaba su verdadero yo. Esa era la imagen que la Granger tenía de Joaquín, sin embargo, ella lo conocía lo suficiente como para notar que algo había pasado cuando se detuvo en la puerta de su habitación. - Espera ¿Qué…? – Alcanzó a decir la ojivioleta al tiempo que el pelinegro cerraba la puerta de la habitación. - … Demonios – La joven supo de inmediato lo que tenía que hacer, salió de su habitación, cuidando que el joven ojiazul no se diera cuenta que ella le seguía los pasos a una distancia más que prudente. Había entrado a una de las habitaciones en las que se supone estaban disponibles únicamente cuando llegaban visitas, lo cual no ocurría muy a menudo. Se quedó quieta en una de las esquinas que guiaban a otra hilera de habitaciones; ”esto se pon muy interesante”, pensó entusiasmadamente, pues eso significaba que la mujer que había llevado su hermano a la mansión, aún se encontraba allí. Cuando se disponía a dar el paso para alcanzar a Joaquín, vio que éste salía de la habitación, una rápida mirada a su rostro bastó para notar que algo no había salido bien. La bruja decidió aguardar al ver que se dirigía hecho una furia hacia la habitación de su hijo y ella hizo lo mismo; pudo notar que su rabia era suficiente para cegarse ante el hecho de que Valeskya lo seguía descaradamente. A unos pasos de llegar, escuchó al pelinegro que claramente amenazaba a alguien; ”ya está”, pensó triunfante, al tiempo que notaba que no era Seishiro a quien iba dirigida esas palabras. - ¡Vaya! No creí que fueras tan descarado Joaquín - Entrecerró los ojos al ver que la joven que estaba frente a él no parecía estar de forma voluntaria en la mansión. Pudo notar algo levemente rojo, apenas unas gotas de sangre, lo que hizo que la Granger lo comprendiera todo: era su comida. No entendía por qué su hermano se tomaba tantas molestias a la hora de buscar alimento; simplemente era seducir, llevar la comida a un lugar solitario y acabar el trabajo. ¿Qué había salido mal para él? La joven con su estatura y complexión delgada parecía una niña indefensa al lado de su hermano, que parecía un monstruo (?). - ¿Estás perdida pequeña? ¿Necesitas ayuda? – La bruja susurró de forma peligrosamente tierna mientras se acercaba a la chica asiática. No le interesaba tenerla de comida, sabía que, con el simple hecho de que ella estuviera allí, ya le estaba arruinando la vida al ojiazul. - Hola, mi nombre es Valeskya Granger ¿Y tú eres…? – Se acercó para darle un beso en cada mejilla. - Pasaba por aquí y te vi “conversar” con mi hermano… - Miró sonriente al pelinegro - ¿Son amigos cierto? Uff, me encanta cuando Joaquín trae visitas a la casa, es tan… agradable. – Contenía las ganas de reírse, sabía que la situación fastidiaría al joven. - ¡Ay! Debo decirte, que llegaste en un excelente momento… la familia está en el jardín ¿no te gustaría acompañarnos? – Con esa invitación, había arruinado los planes amenazantes del joven, si la chica apreciaba su vida, aceptaría cualquier cosa con tal de escapar de ser devorada. La ojivioleta había ignorado el aspecto de desorientación y la sangre a propósito, simplemente el hecho de mantener a la joven viva, era suficiente para desatar una fuerte pelea entre los Granger.
  6. Buenas madrugadas: Vengo a solicitar un cambio, espero que no haya ningún problema con eso :3.
  7. Buenas: Aviso que ya actualicé el árbol hasta acá... los que lean el mensaje, revisen si puse bien los links y cosas así. Maldeta, no tengo banner para anunciar tercera generación, perdon! D: Otra cosa, si tienen elfos domésticos (ya sea que estén registrados o no), agradeceré si me lo hacen saber, por favor. Así actualizamos el primer post para que todo vaya en orden. Dudas o sugerencias, al WA o por mensaje, total que ya todos saben dónde encontrarme xd Saludos :3
  8. A Valeskya le sorprendió el dato curioso que Joaquín acababa de darle acerca del copal, había olvidado por completo que él tenía un negocio de fabricación y venta de varitas mágicas, incluso desconocía lo bien informado que estaba; no creía que su hermano estuviera tan involucrado en ese negocio, pensaba incluso que no tenía otro tipo de oficio más que cuidar a su hijo en la mansión. ”Claro, no podía ser tan aburrido”, pensó la ojivioleta mientras observaba fijamente al Granger tomar la taza del café tal y como ella se lo había indicado minutos antes. Estuvo en silencio mientras veía cómo elegía las cartas del tarot y parecía concentrarse en algo que ella no pudo descifrar inmediatamente. - No sabía que le pusieras tanto empeño o que siquiera fueras seguido a Ollivander’s – Dijo secamente la joven, pensando que era el único negocio de varitas mágicas que ella conocía. No podía equivocarse en su deducción. - Y no, no conocía esa propiedad del copal. Francamente me sorprende que tuvieras conocimiento acerca de los diferentes tipos de madera. – Suspiró, debía contener las ganas de molestar a su hermano en ese momento. - Una curiosidad que me alegra saber: represento la vida y tú la muerte. – Lo había dicho y esperaba no desencadenar una pelea en esos momentos; por eso no dio lugar a que le respondiera e inmediatamente levantó una mano, como señal de que se mantuviera callado. ”Se le nota la emoción”, pensó la ojivioleta mientras veía las cartas elegidas con los ojos entrecerrados. Había llegado el momento de la verdad, con un movimiento de varita, desapareció el resto de las cartas y recordando perfectamente el orden en el que las había elegido, volteó la primera carta. Suspiró, daba igual que la lectura fuera acertada o no, no creía que su hermano fuera de las personas que siguieran al pie de la letra lo que dijera una carta. - Seis de copas… en posición normal – Dijo la joven en un susurro, mientras observaba fijamente la carta. - Representa las raíces profundas del pasado. ¿Has escuchado que uno cosecha lo que siembra? De donde viene la idea de este negocio, esa frase suele decirse mucho. Si haces bien en el pasado, recibirás cosas buenas en el futuro y viceversa. – La bruja observó a su hermano, como intentando que comprendiera lo que acababa de decir. - Esta carta dice que lo que has hecho en el pasado, tiene influencia en lo positivo que estás recibiendo ahora. – Arqueó una ceja, dudaba que su hermano fuera del tipo generoso y pensaba en qué cosa pudo haber hecho de bueno en el pasado, si hacía poco tiempo que se había enterado de que había metido a una mujer en la mansión. - Uuuu, el caballero de espadas – Exclamó en tono misterioso. - Representa la naturaleza de los obstáculos que podrías encontrarte en un futuro cercano, hermanito. – Y añadió inmediatamente. - No necesariamente significa que sea algo malo, puede ser inesperado… como recibir la ayuda de alguien impetuoso, como un extranjero – Valeskya se encontró con esos ojos azules que estaban frente a ella, tratando de buscar alguna reacción. - Espero que vayas encontrando sentido a lo que te voy diciendo, Granger… y obviamente que me lo hagas saber, al menos así descubro si soy un fraude o nací para estas cosas. – Dicho esto, volteó la siguiente carta: - La Justicia – Continuó despreocupadamente. - Las piezas se unen y van de la mano… esto es bueno si has actuado bien, por el contrario, si has hecho cosas malas, ten cuidado porque se pueden revertir ¿En qué rayos te has metido, Joaco? – La pelinegra lo miró extrañada, sin poner atención que le había dicho Joaco y no Joaquín, como siempre lo hacía para molestarlo. - Tus intentos por equilibrar emociones, tendrán como consecuencia el hecho de formar alianzas armoniosas. – -El As de Oros – Dijo inmediatamente – Por su posición, representa algo muy positivo. Algo muy bueno está a punto de pasar en tu vida, es un cambio que está por venir y que será beneficioso. Puede ser a nivel emocional, financieramente, un poco de suerte o quizás algún proyecto que vayas a hacer y que esta carta de augura éxito. – Se detuvo por un momento, parecía escuchar voces provenientes de la parte de arriba del local. Sin embargo, dedicó toda su atención a lo que estaba haciendo. - ¡Vaya, vaya! ¡Al fin algo interesante y que no tenga que ver con todo ese cuento de hadas que te está saliendo en mis cartas! – Exclamó casi con euforia la ojivioleta, al tiempo que soltaba una risa entre divertida y maniaca (?). - ¡La reina de bastos! ¿Lo entiendes? Ah, claro que no, no entiendes nada… – Exclamó casi de forma arrogante. - Dice que eres independiente, trabajador, hogareño y considerado… pero por la posición en que salió, dice que pronto recibirás consejo de una influencia… femenina, pero muy capaz y lo mejor es que tendrás que seguir lo que te diga para asegurar tu éxito.- Dejó la carta y dio un golpe fuerte en la mesa. - ¡Clarísimo! ¿No lo crees? – Breena. Elfina doméstica. La elfina dio un paso hacia atrás, algo asustada, al ver a uno de los visitantes que se acercaba hacia ella. A pesar de tener muchos años sirviendo a la familia Granger y a su ama, le resultaban extrañas las muestras de afecto o el intento de hacerle cumplidos y no precisamente porque fuera maltratada, sino simplemente se había acostumbrado a hacerle silenciosa compañía a la joven ojivioleta. Solo abrió sus enormes ojos, asintiendo a las instrucciones del joven que se encontraba frente a ella; sin duda se trataban de personas con gustos refinados y exigentes. - Disculpe joven amo… - Dijo Breena con algo de timidez. - Lamento decirle que no tenemos medallones malditos, sin embargo, contamos con antigüedades prehispánicas. – Señaló con sus largos dedos la vitrina que tenía a su derecha. - Ahí tenemos una serie de muñecos vudú, si les hacen cosquillas, se retuercen de forma graciosa. Sin embargo, hemos comprobado que pueden volverse agresivos e intenten atacar al que no sea el dueño original… no tienen dientes, pero seguro asustarán al intruso.- La diminuta figura estaba dispuesta a añadir algo más a la conversación, para explicar el uso de las pociones y amuletos que tenían. Algunos eran de fantasía y otros eran realmente peligrosos, pero no tuvo tiempo de hacerlo, pues la señorita que se encontraba frente a ella, parecía tener una especie de fricción con el mago que la acompañaba; de forma entusiasta, pero a la vez precavida por tal comportamiento, accedió a mostrarle las pociones sin contar con que la chica se adelantaría a ella para beber una de las tantas pociones que tenían frente a ellos. - ¡NOOO! – Chilló Breena, visiblemente asustada, volteó a ver al mago y desapareció al instante, buscando a Fiamma; finalmente la encontró sufriendo y contando varias de las cosas que aun tenia guardadas. - ¡S-S-S-Señorita Fiamma! ¡Una señorita ha bebido una de las pociones que tenemos y sin permiso! ¡Me va a matar, seguro me va a matar! – Continuó chillando la elfina mientras daba vueltas en círculos.
  9. Valeskya no dejaba de observar a la persona que impartía la clase, ver como se aproximaba al agua, desenvolviéndose con tanta naturalidad; “sin duda, no es la primera vez que está en este lugar”, pensó la joven, mientras devolvía sus pasos de tal forma en que se alejara de Richard. Por alguna causa, le daba desconfianza estar cerca de Richard, temía que la cercanía le diera una posibilidad de que él supiera más de lo que ella misma quisiera. Cruzó la mirada con su prima, buscando algún indicio de que ella supiera o tuviera idea de qué era lo que pasaría a continuación. Arqueó una ceja cuando escuchó algo acerca de “dar el primer paso”. ¿Qué rayos significaba eso? La mirada violácea de la bruja se dirigió hacia el lago que se encontraba frente a ellos ¿Era acaso que tenían que caminar sobre el agua? De repente, se vio a sí misma, nadando en las profundidades de ese lago, tal y como lo había pensado minutos antes de que Richard hablara. Aunque dudaba mucho que tuviera algo que ver con eso. Por primera vez, desde que habían llegado, dirigió sus pasos hacia donde estaba Fiamma, para susurrarle en voz baja: - A veces no sé qué tan bueno sea tener una idea de lo que está por venir – Miró el agua que reposaba con tranquilidad. - Imagina, ves en un futuro a un chico que está enamorado de ti y lo dejas ir porque en otro futuro viste a alguien que te gustó mucho más. – Sonrió y trató de no reír en voz alta, el eco delataría la falta de atención que estaba poniendo en ese momento. - Mmm… no, mejor no… Esas cosas del amor son demasiado complicadas, siquiera para poder verlas en un futuro. – Suspiró, y si entrar en más detalles, añadió algo más: - Al menos espero que una de nosotras pueda ver si encuentra un lugar bonito en donde los Granger podamos mudarnos próximamente… - Esto último que había dicho la pelinegra no era ninguna broma, pues ambas sabían que próximamente tenían una mudanza, aunque aún no sabían a dónde sería, pues ninguno había encontrado un lugar suficientemente cómodo y amplio que le gustara a todos los miembros de la familia. - La última en llegar al lago que venda sus calzones (?) – Y sin decir más, se apresuró a quitarse las sandalias y corrió hacia el agua. Esperaba que sus pies sintieran el contacto con dicho elemento, pero no ocurrió así, sino que se vio envuelta en una esfera. Evitó un grito y volteó a ver a su prima, pero ya no la veía, parecía que la burbuja acuática no era tan transparente como ella creía, pues en lugar de ver la caverna subterránea en la que estaban hace unos minutos, notó que ésta había desaparecido. En cambio, parecía ver una especie de franjas de luz, lo que le hizo preguntarse qué era lo que había pasado. ”Valeskya, cálmate y recobra la compostura. Recuerda por qué estás aquí”, dijo la ojivioleta para sus adentros e inmediatamente se quedó quieta, de pie y comenzó a pausar su respiración. Cerró los ojos por un momento, tratando de recordar que todo se trataba de entrar en una especie de armonía con los elementos para poder obtener la información que buscaba. Pero ¿Qué era lo que la bruja buscaba? Trató de dejar su mente en blanco durante unos minutos, mientras a lo lejos, parecía escuchar el sonido del agua que caía de algún lado, como si se tratara de una cascada. Pareció escuchar una voz muy tenue que provenía de algún lugar, pero por más que trataba de agudizar el oído, no alcanzaba a descifrar qué era lo que decían. Cuando la bruja abrió los ojos, notó que aun continuaba en la burbuja, pero las franjas de luz ya no se encontraban, en su lugar, parecía estar viendo una serie de imágenes, pero no alcanzaba a ver con claridad, pues pasaban demasiado rápido frente a ella. De forma instintiva estiró la mano, y fue cuando la secuencia de imágenes se detuvo: se veía a sí misma discutiendo con su hermano, aunque no escuchaba qué decía, era fácil de notar. No sabía si se trataba de un pasado o un futuro, pues era una situación bastante habitual en ellos; la Granger enfocó su mirada en la siguiente galería de eventos, que pasaban igual de rápido y solo dijo ”alto”, sin apenas mover los labios. Como si la esfera la hubiera escuchado, se detuvo en un lugar que se le hacía bastante familiar: uno de los negocios que acababa de abrir. Pero no se veía a ella misma, sino se trataba de Fiamma; no se trataba de una visión agradable: alguien la había atacado y la pudo ver en el suelo, bastante malherida. Valeskya se quedó aturdida ante tal visión ¿no se trataba de que se viera ella misma en un futuro? Se asustó de pensar de que se tratara algo así o que estuviera pasando en algún momento. - ¡FIAAAMMMAAA! ¿ESTÁS BIEN? – Gritó desesperada, al tiempo que sacaba su varita para romper esa burbuja.
  10. La bruja esbozó una leve sonrisa dirigida a Fiamma a manera de saludo, hacía poco que se habían visto en la mansión y por eso consideraba que no era necesario hacer algo más efusivo. Enfocó su mirada a la figura que se encontraba frente a ellas: Richard Moody. No pudo dejar de notar que no había hecho preguntas acerca de quiénes eran ellas o algo a forma de presentación, aunque no hizo comentario al respecto, supuso que, tratándose de una clase de adivinación, era lógico que al menos supiera de dónde provenían ellas o había visto algo que ellas no. Sintió un escalofrío al imaginarse esa situación, no le gustaba que se metieran en su vida personal; aunque también sabía que las personas que poseían el don de la videncia no solían andar pregonando por ahí las cosas que veían. Cuando escuchó la rama de la adivinación a la que se dedicarían, la Granger se preocupó un poco: los registros akáshicos era un tema en el cual no había profundizado mucho, pues no conocía a personas que se especializaran en ello. Aunque sabía perfectamente que estaba allí para entender de qué se trataba y con suerte poder hacer una exitosa lectura de registros akáshicos. No esperaba lograrlo a la primera, pero debía tener fe en que Richard lograría enseñar el camino correcto a seguir; ”si lo aprendo correctamente, sería el éxito de Catemaco’s Magic”, pensó fugazmente la ojivioleta. Continuaba de pie, caminando lentamente por la orilla del lago, cuidando de no resbalar y morir (?), cuando escuchó un par de preguntas impartidas por el tutor, hizo que la joven volviera a enfocar su mente a la clase, su prima se adelantó a contestar y decidió aguardar su turno de forma paciente. - Añadiendo a lo que menciona Fiamma – Notó a su prima algo insegura, pero no hizo comentario alguno, pues ambas estaban ahí para aprender todo lo posible. - Tengo entendido que para una lectura de registros akáshicos, es necesario entrar a un profundo estado de conciencia, es una cuestión de tipo espiritual y creo que este lugar favorecerá mucho alcanzar esa conexión. – La Granger dudó un momento, pero decidió preguntar. - En algún libro leí que se realiza una canalización con seres de luz, pero también los elementos de la naturaleza están involucrados ¿Cómo se alcanza ese estado para que los elementos puedan proporcionarnos la información que queremos obtener, si la naturaleza es caprichosa? – Lo había dicho, no estaba segura si poseía o no el ojo interior, pero necesitaba saber esa respuesta. No creía que los elementos fueran como un libro esperando a que cualquiera llegara a descubrir sus más profundos secretos. ¿Acaso se debían cumplir ciertos requisitos? ¿O solo tendrían acceso alguna especie de “elegidos”? Y si era cierto lo que había leído acerca de los seres de luz ¿Serían ellos los guardianes de dicha información? Valeskya tenía muchas dudas, pero solo externó lo que había llegado a su mente de momento. - En cuanto a la carta de tarot que me tocó – Con un movimiento de su varita, hizo aparecer la carta de la emperatriz. - Salió en posición inversa, lo que a grandes rasgos significa que hay algo de creatividad bloqueada, dependencia de otros – Hizo una mueca de disgusto, esperaba que hubiera pasado desapercibida. No quería aceptar que la causa principal de su regreso era porque extrañaba muchísimo a su familia. - También indica descontento por algo que quizás falte en mi vida, por sentirme cuestionada, y … bueno, básicamente es eso. – No quiso añadir más, le avergonzaba aceptar que lo que había dicho era cierto y había más cosas que no estaba dispuesta a aceptar con facilidad. La mirada violácea de Valeskya se dirigió una vez más al lago, quizás en otras circunstancias, consideraría ir a nadar un poco en ese lugar que tanta tranquilidad le generaba, aunque en ese momento consideró que quizás el agua calmada escondía algo en sus profundidades. Solo pensar en eso hizo que la bruja se alejara un poco de la orilla… solo por precaución.
  11. - ¡Breena! ¡Apura con esas cosas! – La voz de la Granger era apurada, pues se encontraba deshaciéndose de las cosas que no ocupaba en su habitación. Había una mudanza próxima y, sin embargo, ahí estaba la mayoría de los miembros de su familia, preparando cosas para una venta de garage al más puro estilo muggle. Necesitaban dinero y creían que la única forma para conseguir algo, sería vendiendo algunas de sus pertenencias. Para Valeskya era una oportunidad de vender las cosas que la ligaban a su pasado y abría una nueva puerta hacia el futuro. El futuro, era de las pocas cosas por la cual la ojivioleta sentía una extraña fascinación desde siempre; el no saber lo que el destino le guardaba y la posibilidad de poder descubrirlo, era una fuerte razón por la cual había dedicado mucho más tiempo del necesario a investigar todo sobre las ramas de la adivinación y a decir verdad lo practicaba desde hacía bastante tiempo, de forma ilegal claro está. Sus predicciones solían ser muy precisas, aunque sabía que no podía hacerlo de forma libre, por seguridad. Relativamente tenía poco tiempo de haber regresado a Ottery, estaba segura de que esta vez sería diferente para ella. Ella y Fiamma se habían inscrito para las clases de adivinación, era la oportunidad que esperaba para no tener que andar ocultando lo que ella consideraba una de sus grandes pasiones. Desconocía cuáles habían sido los motivos de su prima para que también ella se inscribiera, pero en el fondo lo agradecía, al menos no estaría sola y esperaba que fuera divertido al menos. El ruido de algo rasgando la ventana la sacó abruptamente de sus pensamientos: un águila se encontraba ahí y parecía que traía una carta, cosa que desconcertó a la bruja, pues estaba acostumbrada a ver lechuzas enviando correspondencias y no otro tipo de aves. Cuidadosamente se acercó al umbral de la ventana y la abrió; acto seguido dejó caer lo que traía en sus garras: una carta de tarot.”¡Pero qué curioso!” Pensó animadamente, sabiendo perfectamente de qué se trataba: el inicio de las clases. Veía la inscripción con la fecha y nada más que eso, el reverso de la carta era blanca. La volteó y vio la figura: la carta de la emperatriz definitivamente era algo que tenía muchos significados. Trató de no pensar en la infinidad de significados que podía tener y pensó en dónde se llevaría a cabo la clase, ya que la carta no traía nada más que eso escrito.”¿Y Fiamma estará enterada?”, se preguntó para sí misma, al tiempo que agitaba su varita y comenzaba a cambiar su atuendo: una falda larga y amplia color blanco, y una blusa de cuello “v” con un ligero escote cruzado, del mismo color de sus ojos, sandalias blancas, de tirantes blancos y con su negro cabello recogido en una coleta. Observó la carta mientras la sostenía en sus manos ¿Es que quizás traía oculta la dirección? Comenzó a caminar en dirección hacia las escaleras para buscar a su prima y preguntarle si a ella le había llegado una correspondencia similar. Apenas había dado unos pasos, cuando notó un brillo extraño azulado y fue cuando se dio cuenta de lo que era: un traslador. La Granger odiaba ese tipo de transportes, le causaban malestar y eran incómodos; supuso que tenía que ver con el hecho de que no había un aula como ella lo hubiera imaginado, sino una enorme compuerta de piedra, en algún lugar del mundo en el que definitivamente no había estado antes. Enseguida se arrepintió de la vestimenta que llevaba, pero ya era demasiado tarde; extendió su mano tan pálida como el papel hacia la compuerta y ésta se abrió de forma pausada, el ruido hizo un eco en su interior. Supuso que la persona que impartiría la clase ya sabría que estaría allí y finalmente decidió avanzar hacia el interior. Era un trecho oscuro y parecía que no tenía fin, avanzaba con pasos cuidadosos, pues temía torcerse un pie y perderlo en el camino (?), sus manos tocaban las paredes que parecían húmedas y frías. ”Al menos no habrá exceso de luz”, dijo la ojivioleta para sus adentros, pensando en que la luz del día era algo que no le agradaba del todo. Justo cuando pensaba en cuántos días tardaría en llegar a su destino, le pareció escuchar el sonido de gotas de agua caer en algún lado; al final del tramo, había un lago subterráneo. La joven pensó que era el paisaje más maravilloso que había visto: el sonido de las gotas, eran estalactitas esparcidas por lo que parecía una cueva, la laguna que estaba frente a ella, el agua parecía que tenía algo de azul neón en el interior, supuso que sería alguna especie de alga marina. Estaba un poco frío, pero eso no le preocupaba, parecía que había llegado primero, aunque pronto salió de su error, a lo lejos vio una silueta masculina. - ¿Hola? – Fue lo único que se le ocurrió decir.
  12. - En verdad que eres divertidamente absurdo con tus comentarios. – La Granger soltó una carcajada. - ¿Pretendes que te diga los detalles de mi vida? – Solo de pensar en esa idea, le resultaba escalofriante, no recordaba la última vez en que había platicado con alguien acerca de lo que le había pasado en un día común y corriente. Ni siquiera sentir su aliento tan cerca de ella, con esa amenaza por intentar obtener algún tipo de información a la fuerza, la inquietaba tanto. ¿Con qué derecho se creía su hermano para exigir cuentas de lo que hacía o dejaba de hacer? En el rostro de la bruja, se asomó una peligrosa mirada, de esas que anunciaban que algo malo estaba por suceder. - Yo no ando por la vida revolcándome con cualquier tipo, es una lástima que no pueda decir lo mismo de ti – Lanzó el tono más venenoso que tenía en su repertorio (?), y al final de cuentas no era ninguna mentira; siempre había resultado bastante exigente para involucrarse con las personas y no creía que su hermano tuviera altos estándares para elegir a sus parejas. Cuando estaba a punto de decírselo, apareció Breena, con aspecto preocupado y sabiendo que la ojivioleta se molestaría por interrumpir de esa manera, exclamó en un susurro… - La-lamento la interrupción… Creo-que deberíamos llevar sus cosas para la venta – Dijo temerosamente la elfina. - Tienes razón, Breena. – Exclamó fríamente Valeskya. – Espero que no tengas problema en ir adelantando aquellos baúles que están dentro del closet, y todo lo que permanezca dentro y que sea de valor… Y TÚ – Miró fijamente al ojiazul. - Antes de intentar hurgar en mi vida privada, creo que deberías prestar especial atención a la tuya… y no dejar escapar a tus aperitivos ¿Tienes idea de lo peligroso que puede ser algún muggle recorriendo Ottery como si nada? ¿Por qué se trataba de una muggle, cierto? – De repente comenzó a pensar en las posibilidades acerca de la identidad del supuesto bocadillo que el Granger decía haber dejado ir. Pocas veces le preocupaban esas situaciones, consideraba que Joaquín habría sobrepasado los límites al llevar ese tipo de comida a la mansión. El chasquido que hacía su elfina al ir y venir con las cosas, la sacó de sus pensamientos; observó el único baúl que dejarían en su habitación, el único que le hacía compañía en todos sus viajes y el que quizás se llevaría si en algún momento necesitaba huir (?). - Otra cosa Joaquín – Dijo sin mirar a los ojos al pelinegro. - El que seas más rápido que yo, no implica que dejaré que intentes agredirme de algún modo… A menos que tu velocidad sea mayor a la de un desmaius – La idea de demoler la mansión con su hermano en el interior le atraía mucho, pero tampoco estaban como para una pelea, pues seguramente el resto de la familia los estarían esperando con lo que tuviera para vender. - Pero creo que llamaríamos la atención del resto si nos ponemos a pelear como niños pequeños. Creo que será lo mejor que vayamos a alcanzarlos ¿No te parece? - Finalizó.
  13. - La ventaja de nuestra piscina es que, por ser techada, es posible que se adapte a cualquier necesidad de nuestros clientes. – Exclamó la Granger, mientras tomaba el formulario del joven y leía su nombre. - Bien Aldrich, espero que no tengas problema alguno con hacer a un lado la formalidad, creo que es lo mejor y te hará sentir más cómodo a menos que desees lo contrario… – La joven sonrió con amabilidad, aunque ser algo social, no era algo que se le diera muy bien; generalmente hablaba poco con la gente, salvo con su familia es que mostraba con total naturalidad. Sin embargo, pertenecer a un negocio como este, implicaba la participación de ella y no sería quien arruinaría el entusiasmo de los Granger al negarse a ir. Miró al Black Lestrange y a Matthew, quien parecía no decidirse a llenar el formulario; la bruja se inclinó de hombros distraídamente, olvidándose de que había gente observándola. Estaba a punto de comenzar el tour por las instalaciones, cuando llegó otro joven y saludó con jovialidad y parecía que se conocían, o al menos esa impresión le dio. La joven de ojos color violeta, se acercó una vez más a la recepción para dejar el formulario y entregarle uno al recién llegado. Decidió que sería descortés dejar que unos esperaran a otros para ponerse al corriente con la inscripción, así que optó por la solución más pronta y lo que creyó que sería lo mejor para los tres jóvenes que se encontraban presentes: - Bienvenido a Ottery Fitness… - Extendió el formulario hacia Edward. - La cuota es un poco alta, pero creo que con este tour se podrán convencer de que este lugar es la mejor opción para ustedes. – Dirigió la mirada hacia los invitados y sonrió. - Para no hacerlos esperar más, propongo que vayamos viendo las instalaciones y al final me entregan el formulario. Igual si tienen dudas, trataré de contestarlas a la brevedad posible. – - Volviendo a la duda con la piscina…- Comenzó a caminar despacio por la primera planta. - Como le comenté, la piscina posee un encantamiento en el techo, pero si hablamos de tener un clima específico, también podremos realizarlo siempre y cuando no interfiera con la incomodidad de otras personas… es por esto, que Ottery Fitness está a su disposición a cualquier hora del día. – ¿Acaso sería muy aventurado para la bruja decir eso? Por supuesto que no, pues varios miembros de su familia no dormían debido a su condición vampírica, incluyéndose. - A su derecha se encuentra nuestra cafetería, en la cual siempre encontrarán cosas saludables. Pueden pedir lo que sea, que nuestros elfos estarán encantados de atenderlos. – Sabía que no sería problema para los elfos familiares ayudar, pues últimamente andaban tan oxidados con la falta de trabajo en casa, que cuando habían decidido abrir el negocio, se entusiasmaron en exceso con la idea de ayudar. – Si avanzamos más, en la parte izquierda, sobre ese pasillo, encontrarán la entrada a la alberca techada; si desean privacidad solo nos avisan y nosotros nos encargaremos del resto. – Valeskya hizo un ademán para indicar que la siguieran a los escalones y dirigirse a la planta alta. La sección de disciplinas muggles. Decidió nombrarlos de pasada, ya que no creía que prestaran mucho interés y si demostraba lo contrario, estaría en la mejor disposición de explicarles; sentía que no debía hablar demasiado, sin embargo, le resultaba muy difícil, ya que un lugar nuevo, tenía mucho que mostrar. - En esta planta, tenemos lo que son clases especiales: zumba, yoga, artes marciales y pole dance. Son disciplinas muggles, que si están interesados en saber más, podré explicarles con mucho gusto. – Recordó la pregunta que le habían hecho un poco antes con respecto al box. - Si están interesados en alguna disciplina muggle diferente a las que nombré, podemos hacer una sección especial para ustedes. Falta decir que nosotros estamos en la mejor disposición de enseñarles, si es que tienen problemas para el nado, el baile, o dudas para hacer ejercicio. – - Y acá, en nuestro salón más grande y como se puede ver perfectamente – Señaló una gran puerta de cristal, en donde se podía apreciar perfectamente el área de aparatos de ejercicio. - Tenemos el gimnasio, el cual está adaptado para que un ser humano, licántropo, vampiro o super héroe (?), puedan utilizarlos sin temor a romper algo. – Rió despreocupadamente. - Antes de seguir viendo más ¿Qué les ha parecido el lugar? ¿Tienen alguna duda con lo que han visto o hay algo que quieran saber? – Lanzó la pregunta al aire, esperando alguna respuesta de los tres visitantes a los que le estaba dando tour. @@Syrius McGonagall @
  14. La joven Granger arqueó una ceja, riendo de forma divertida; le causaba mucha gracia que su hermano se mostrara preocupado con lo que le había explicado acerca de los amarres. Decidió guardar para sí misma, el hecho de que esas cosas no siempre funcionaban, y que no siempre traían buenos resultados. ¿Qué tal si en vez de atraer una modelo espectacular, atraía a un troll completamente enamorado hacia él? Sonrió solo de imaginarse tal cosa, pero la magia siempre traía consecuencias, buenas o malas y que todo aquel que acudiera a aquel negocio, tenía que saber la situación. Atravesaron el velo mágico, y la joven enseguida movió su varita con suavidad para que, al fondo, unos inciensos se encendieran y empezaran a destilar un aroma a copal; desconocía si Joaquín había percibido alguna vez un olor similar. Con otro movimiento de su varita, cambió su vestimenta por algo más adecuado a la ocasión (?): sus brazos se rebosaron de pulseras brillantes, de diferentes colores y formas, llevaba una falda larga de seda blanca y una blusa a juego con mangas, y un velo que cubría su rostro. Sabía que no tenía caso el cubrir su rostro, pero era algo más divertido y así su hermano podría vivir la experiencia completa (?). - Un amarre funciona bien si se realiza correctamente hermanito. Tratándose de cualquier persona o cosa, es por eso que son peligrosos. – Dijo la ojivioleta en un susurro misterioso, al mismo tiempo que se sentaba frente a él. - Pero tampoco es algo tan fácil de hacer, si no, todos irían por la vida amarrando gente. La amortentia incluso puede ser más fácil de crear, si me permites hacer una comparación, los efectos de ambos pueden ser similares. – Exclamó pensativa. - Por cierto ¿reconoces el copal? Es un aroma poco común y es el ideal para realizar este tipo de trabajitos. Atraen energías positivas y es un gran desarrollador de habilidades psíquicas. – Señaló los inciensos que se gastaban justo tras ella. - Creí que sería lo ideal, purificar este lugar de todo lo malo que seguro te saldrá en todas tus lecturas. – Esto último no era tan cierto, solo le gustaba hacer sufrir sutilmente al Granger. Con otro movimiento de varita, se pudo escuchar un tintineo de tazas y un aroma a café que se generaba de algún lado. Casi inmediatamente apareció Breena, la elfina doméstica de Valeskya con un atuendo similar al de su ama y una taza completamente blanca y rellena de un humeante café. Con una pequeña reverencia hacia ambos, dejó la taza enfrente del joven de ojos azules y se retiró silenciosamente. Esa pequeña actuación, la había practicado la joven con su elfina tiempo antes de que Catemaco’s abriera su tienda de campaña al público (?). - Bien, si no quieres echar a perder todo, lo único que tienes que hacer es con tu mano derecha, sostener el asa de la taza de café, concentrarte en lo que quieres saber y beber muy despacio, dejando al final un poco de líquido ¡Solo un poco! Que se pueda ver el fondo de la taza a la perfección. – Entrecerró los ojos mientras miraba al pelinegro. - Mientras tanto… - Como si se tratara de un acto de magia muggle (?), movió sus pálidas manos e hizo aparecer un clásico tarot, el cual comenzó a barajarse solo hasta que finalmente se reposó frente a la bruja. - Madre naturaleza, espíritus de la tierra, les pido su ayuda y su guía… - Dejó caer su mano de golpe sobre las cartas. - Les pido que me hablen a través de esta lectura y nos guíen en nuestro camino hacia una respuesta. – A medida que repetía estas palabras, la joven inhalaba y exhalaba suavemente. - Elige diez cartas, Granger… Esto solo está a punto de comenzar. – Finalizó. Breena, elfina doméstica de Valeskya Granger. Había atravesado el velo mágico del primer piso, posó su mirada al interior y tal como su ama lo había dicho, la instancia simplemente se notaba vacía, el encantamiento había funcionado a la perfección. Se encontraba muy emocionada por el hecho de que Valeskya había decidido por fin quedarse algo más que una breve temporada con la familia, a tal punto que ahora se emprendía en el mundo de los negocios. La elfina creía firmemente en que algo de estabilidad le haría bien a su ama, pues a pesar de que con la mayor parte de las personas se portaba distante, ella la había visto en su momento más vulnerable y sabía que necesitaba estar cerca de los suyos para poder sentirse mejor. Por esta razón, la elfina había aceptado sin rechistar, llevar un atuendo similar al de su ama para atender el negocio: un vestido de seda azul y un velo que cubría su nariz y su boca; le apenaba un poco estar vestida así, pero al ver que la Granger la miraba algo molesta, decidió no decir más. Mientras subía al lobby, alcanzó a escuchar un murmullo ¿serían clientes? Breena estaba extrañada, pues Catemaco’s Magic no era un negocio al que cualquiera se atrevería a entrar, mucho tenía que ver que la mayoría de las personas temían a lo desconocido. ¿Quiénes serían los valientes esta vez? Tendría que averiguarlo, pues su ama estaba en proceso de lectura con su hermano y la señorita Fiamma no la había visto por ningún lado. - Bienvenidos a Catemaco’s Magic. – Irrumpió la escena con una voz aguda. - Mi nombre es Breena y con gusto puedo ayudarlos en lo que ustedes necesiten ¿Han visto nuestro directorio? Si tienen dudas o quieren probar algo nuevo, este es su negocio. – La elfina finalizó, nerviosa de que alguna de las dueñas apareciera pronto en su auxilio. @Joaquín Granger @ @
  15. Llegó corriendo, para no variar ni desentonar con el nuevo negocio que acababan de abrir en el callejón Diagón, venía vestida con un top y un pantalón de color negro, a juego; no le importaba llamar la atención por el tipo de vestimenta que traía. ”Así que al final de eso se trata, que pregunten por qué entramos vestidos así al nuevo negocio… ¡publicidad!”, dijo la joven para su adentros, extrañamente contenta; tenía mucho tiempo que no se sentía tan entusiasmada, tal vez por los últimos acontecimientos dentro de su familia, su regreso, atender negocios nuevos y la expectativa de lo que estaba por venir. - ¡Buenos días a todos! – Exclamó fuertemente la ojivioleta, al mismo tiempo que recogía su cabello negro en una coleta. - Perdona la demora prima, me distraje un poco en otros asuntos – Le dijo a Zahil en voz baja, a manera de saludo. Se acercó en el lugar donde estaba en la recepción y aventó el bolso, el cual hizo un ruido extraño al caer. La joven Granger supuso que alguna de las tantas cosas que traía se había caído en el interior del bolso. Levantó la mirada y vio que ya habían varias personas esperando acceder; le dio un poco de vergüenza haber dejado que la rubia se las arreglara sola. ”¿Dónde estarán los demás?” Dijo la bruja para sus adentros, preguntándose por el resto de los Granger. Inconscientemente se inclinó de hombros y observó la escena. Uno de los chicos ya tenía el formulario de inscripción en la mano, había una mujer que le resultaba conocida, pero no recordaba de dónde y que al parecer parecía nerviosa o tenía la pinta de no saber qué hacía ahí; decidió acercarse a ella, pero vio que había saludado a su prima y supuso que se sentiría más cómoda si ella la atendía. Había otro joven, que parecía concentrado (?) en la decoración del lugar, decidió dejar que siguiera admirando más (??). Una pregunta acerca de las instalaciones, hizo que la joven notara la presencia de alguien más. - Mucho gusto, Valeskya Granger.- Dijo a modo de saludo, dirigiéndose hacia el Black Lestrange - Para su comodidad, la piscina se encuentra techada y al final de ese camino.- Señaló hacia el centro e interior del lugar.- Entre nuestras disciplinas muggles, por ahora tenemos lo que son las artes marciales mixtas. Sin embargo, la ventaja de estar en Ottery Fitness, es que podemos adecuar más disciplinas de acuerdo a los deseos de nuestros clientes. Si es tan amable de llenar el formulario…- Extendió un documento. - Y si gusta, puedo explicarle con mayor detalle acerca de lo que le acabo de comentar, mientras lo muestro la edificación y claro, el camino a la piscina.- Mientras aguardaba la respuesta, se acercó a Matthew: - ¡Hola! – Exclamó la joven lo suficientemente fuerte como para llamar su atención. - ¿Gusta explorar nuestras instalaciones? Si gusta, podemos hacer un recorrido, mientras le explico los servicios que disponemos en este lugar.- Finalizó. @@Leandro Malfoy @ @ @@Matthew B. Triviani @
  16. En lo que su elfina iba a buscar a su hermano, la Granger siguió buscando las pocas cosas que quedaban en su closet, incluso había dejado un joyero ahí y otras cosas que tenía de valor que sabía que no ocuparía por su viaje (?). Un golpe a la ya maltratada puerta de su habitación y enseguida ver al joven entrar a su habitación, hizo que la ojivioleta volteara al mismo tiempo que arqueabas las cejas, como respuesta: - De no ser porque le pedí a Breena que te avisara que vinieras, yo misma te hubiera aventado mi joyero a la cara por pasar sin esperar mi respuesta.- Exclamó despreocupadamente, al mismo tiempo que hacía un ademán para que Joaquín se sentara. - Y dime hermanito… ¿has visto qué cosas pondrás a la venta? – - Pensaba en que quizás los jarrones con las runas antiguas que están en la planta baja, podrían ser “divertidos” para quien los adquiera.- Dijo en voz alta para sí misma, pues esos jarrones que actualmente fungían como floreros, en realidad tenían una maldición para quien supiera interpretar las runas, así como ella. Instintivamente inclinó los hombros y se sentó en el borde de la cama y viendo fijamente al joven. Recordó las épocas en donde todo era amor y felicidad, en donde podían tener conmovedoras conversaciones como los hermanos que eran; le dio escalofríos recordar lo cursi que era Luna y que desde que Valeskya había aparecido, todo era más emocionante (?). - Dime Joaquín – La ojivioleta sonrió maliciosamente - ¿Desde cuándo metes furtivamente a mujeres en esta mansión? – Ni siquiera estaba segura si había sido más de una, pero eso él no lo sabía. - ¡Y no te atrevas a negarlo, que si de algo estoy segura, es que alguien ajeno a la familia ha estado acá hace poco y tú has estado muy cerca de ella! – Recordando que en la hora de la celebración, se había acercado a él y había percibido un aroma distinto al habitual (?). - Joaquín Granger, solamente espero que tengas la decencia de no convertir este lugar en un burdel (?) – Exclamó molesta la bruja, al mismo tiempo que sacaba su varita y apuntaba hacia él mientras su expresión cambiaba de la diversión al enojo. - No me agrada la idea de que gente que no pertenezca a la familia, conozca mejor nuestra casa que nosotros que vivimos acá…. Así que será mejor que cuides mucho la clase de personas que acostumbres a meter aquí.- La ojivioleta se levantó y se dirigió a la enorme ventana de su habitación para recorrer las cortinas. La vista hacia el enorme jardín era muy diferente desde esa perspectiva, en uno de los extremos del jardín, vio un par de siluetas, supuso que sería Fiamma, preparándose para la venta, decidió que en cuanto su hermano le diera una respuesta satisfactoria para ella, lo obligaría a ir a ayudar, igual que el resto de la familia.
  17. La ojivioleta arqueó una ceja sorprendida ante el rápido abrazo de su hermano, pues no recordaba desde hace cuánto tiempo no había una muestra de cariño entre ellos, por muy fugaz que fuera; aunque la escena fue muy breve, lo agradeció internamente, pues no estaba preparada para una conmovedora escena familiar. Internamente, también agradeció la amabilidad de Joaquín al acceder a promocionar el negocio, aunque no sabía si era algo sincero o simplemente era una forma de aprobar el pacto de paz que ambos habían acordado sin tener que pronunciar alguna palabra. Sonrió al ver la cara de confusión del Granger, pues sabía que había viajado por todo el mundo y, sin embargo, estaba segura de que ese tipo de esoterismo era algo totalmente nuevo en él. Lo dejó a solas mientras iba a su escritorio en busca de unos folletos para que el pudiera llevárselos, agitó delicadamente su varita y enseguida hizo aparecer un papel plateado, para envolver la publicidad. Finalmente decidió dejarlo sobre su escritorio de cristal, se los daría a su hermano al final de la visita y antes de regresar al lobby, agitó nuevamente su varita para hacer aparecer un pequeño florero, acompañado de un par de lirios blancos. - ¿Para empezar? Creo que necesitas decidirte por algo…- Sentenció la joven, mientras llegaba nuevamente con el mago. - Bueno, te comento que dejé la publicidad en mi escritorio. No sería muy sano que anduvieras cargando cosas antes de comenzar, y por otro lado…- Observó al Granger.- Creo que necesitas dejar tu gabardina por ahí…- Y señaló un perchero que estaba cerca de ahí. - Así estará más cómodo. - Valeskya esbozó una sonrisa, que no podría interpretarse entre malévola y divertida. - A ver hermanito – Exclamó mientras lo ayudaba a quitarse la gabardina y sacudía sus hombros con las manos, como si estuviera preparándolo para una fuerte pelea. – Creo que tooodo lo que está acá, son cosas que no puedes llevar a la planta baja, así que dejaremos lo del lobby para lo último y…- Rápidamente aventó la prenda hacia el perchero, mientras agitaba su varita para que se acomodara. - ¿Sabes qué cosa es un “amarre”, Joaquín? – - Un amarre, es un conjuro de magia blanca o… - Bajó la voz hasta convertirla en un susurro, como si hubiera mucha gente allí. – Magia de cualquier color, puede ser tan bueno o malo como tu quieras… traen diferentes ingredientes que…- La Granger hizo un ademán para que la siguiera a la primera planta, al lugar donde estaba la lectura de cartas. - Combinados perfectamente en las condiciones y palabras correctas, puedes atraer a cualquier persona hacia ti. Es como el Amortentia, pero es mucho más poderoso y con efecto permanente, aunque con ciertas… Desventajas ¿Me entiendes? - - Recuerda, que el karma existe hermanito. Eres un adulto y siempre debes tener cuidado con lo que deseas – Valeskya se detuvo en la puerta, el velo mágico se agitaba misteriosamente. Hizo un ademán para que el joven pasara. - También sabes que cualquier cosa que pase aquí, es bajo tu propio riesgo, nunca se sabe si atraerás a la persona amada o quizás… a la más indeseable de las personas y NUNCA puedas quitártela de encima, así que… piénsalo. – Finalizó.
  18. La noche comenzaba a hacer su aparición sobre el Callejón Diagon, lugar en donde se encontraban los más exclusivos negocios, y la Granger se encontraba en uno de ellos. A pesar de haber tenido poco tiempo de haber regresado, su vida había dado un giro de forma drástica: de pasar viajando y haciendo nada por el mundo, ahora se encontraba de vuelta con un par de negocios en los que se encontraba con su familia y más entusiasmada que nunca con nuevas ideas que quizás más tarde les comunicaría a los demás. Una ola de aire frío se coló por la entrada del negocio y la ojivioleta pudo notar que ya había caído la noche. Se inclinó de hombros de forma despreocupada, pues le daba lo mismo si fuera de noche o de día, no sentía la necesidad de descansar y mucho menos de algo tan trivial como dormir. Supuso que Fiamma andaría en alguna parte de Catemaco’s descansando o arreglando los últimos detalles: ese mismo día habían llegado, acomodado los últimos detalles y solo esperaban a que alguien superara ese temor a lo desconocido y se acercara a ellas (?). Se encontraba sentada en un escritorio de cristal, sobre sus manos tenía un muñeco vudú, muy similar al que tenía en la Granger, pero esta vez tenía un uso menos dañino: solo era cuestión de hacerle cosquillas para que el muñeco se retorciera un poco. Se trataba de un simple encantamiento que al menos para ella, le resultaba divertido de hacer, aunque no dudaría ni por un momento en darle un verdadero uso si alguien lograba sacarla de sus casillas. Escuchó una voz que provenía del lobby, que para su sorpresa, era de alguien que conocía muy bien. - Vaya, vaya… - Exclamó Valeskya, mientras hacía acto de aparición en el lobby, con un tono divertido y a la vez de sorpresa. - De todos los Granger, no esperaba que fueras tu quien te animaras a venir, hermanito.- Muy a su pesar, tenía que reconocer que un cliente era un cliente y tendría que moderar esas ganas de molestarlo. - Para que veas lo buena persona que soy, tendrás un pequeño descuento…- No sabía cuál era la situación económica de Joaquín, pero si era igual a la de la bóveda Granger, no sería ella quien lo llevaría a la desgracia financiera (?). -…Así tendrás la oportunidad de conocer todo lo que ofrecemos acá y de paso puedas recomendarnos.- Mientras hablaba, la joven de cabello negro hacía un ademán con la mano, mostrando todo lo que estaba a la vista. - Puedes preguntar por lo que quieras, por lo que ves y también por lo que no puedes ver. ¿Te animas a probar algo, Granger?- La bruja sonrió, sabía que algo divertido estaría por pasar.
  19. Maldetaaaa! Me alegra mucho tenerte por acá otra vez xD. En fin, a pesar de la vaguez y todo por parte de la familia y tal parece que es un mal común, pero bueno, acá ando para darte la bienvenida oficialmente en la familia ^^ Bueno, como tendrás parentesco con nadie, yo creo que te podría colocar en la tercera generación, espero que no tengas problemas con eso. Luego le paso a Za el árbol genealógico y todo eso para poder hacer el tramital xD *Abashu* Me fui
  20. 1. Link del tópico de la ficha del o los dueños y links a sus respectivas bóvedas personales:  Fiamma Phoenix Diggory /--/ Bóveda No. 78281  Joaquin Granger /--/ Bóveda No. 89498  Valeskya Granger /--/ Bóveda No. 78879  Zahil Aranel Granger /--/ Bóveda No. 78637  2. Link del tópico de registro del negocio aprobado:  Ottery Fitness    3. Link del local aprobado:  Aprobado    4. Link de las familias del o los propietarios:  Familia Granger   Familia “Ojo Loco” Potter Blue     5. Link de la bóveda de las familias del o los propietarios:  Bóveda de la familia Granger  Bóveda de la familia “Ojo Loco” Potter Blue     
  21. A Ottery llega un club de lo más exclusivo para aquellos magos y brujas que les gusta mantenerse en forma y saludables, porque en estos tiempos oscuros aun hay lugar para el cuidado personal ¿y por qué no? También para la vanidad. Ottery Fitness, el nuevo concepto del deporte y la salud, abre sus puertas a los clientes más exigentes; con amplias instalaciones, iluminadas, acondicionadas y con instructores sumamente capacitados. Servicios: - Cafetería - Clases - Gimnasio - Masajes - Piscina - Spa Recepción: El o la recepcionista en turno se encargará de atender a todo aquel que se encuentre interesado en aprender o ejercitarse. Unas macetas con unas plantas aparentemente inofensivas, se encuentran decorando la entrada principal. El piso es de mármol, con un escritorio a juego con el piso, una enorme cantidad de papeles y una vuelapluma escribiendo a gran velocidad, lista para tomar los datos del interesado. Cafetería: Ubicado desde la entrada, tomando el pasillo de la derecha, un ambiente agradable, el delicioso aroma del café por las mañanas. Para todo aquel que guste de comida saludable, ya sea miembro del club o simplemente desee pasar un rato agradable, elfos atendiendo desde la barra, dirigidos por los dueños del lugar. Música agradable y un menú para todos los gustos: carne sin grasa, carne blanca, ensaladas, bajo en sales, en azúcares, sin gluten y también alimentación exclusiva para veganos, incluyendo diferentes bebidas de hechas de frutas naturales, así como también sangre dietética para los que gustan de manjares gourmet. Clases: ¿Alguna vez han escuchado sobre diversas disciplinas muggles y les da vergüenza mezclarse entre ellos para aprender? Ottery Fitness trae todas esas disciplinas muggles: zumba, yoga, poledance, artes marciales. ¿Hay alguna disciplina que te gustaría aprender y no está en la lista? Es hora de acercarse a recepción y solicitar esa clase en ese momento. Gimnasio: Contando con aparatos de alta calidad, nuevos y con la mejor tecnología disponible, llega a Ottery el gimnasio más equipado de toda la región. Si el cliente no tiene experiencia en cómo se usan, puede acudir a cualquiera de los instructores, que con gusto lo atenderán. Con paciencia y perseverancia, pueden lograrse grandes resultados. Masajes: Después de una ardua rutina ejercitante, nada mejor que un masaje para poder relajarse y evitar dolor posterior. Ottery Fitness se adapta a las necesidades de sus clientes y es por eso, que dispone de diversos masajes, tanto para los que hacen ejercicio o simplemente desean disfrutar de un agradable rato. Piscina: Para aquellos que gustan de nadar, pero odian el mar, esta piscina es ideal. Con una amplia vista hacia el exterior, pero con la visión limitada para aquellos curiosos que deseen observar desde afuera, si el portador de la membresía del club desea nadar un poco, o si desea aprender a hacerlo, el instructor más adecuado y capaz estará para enseñarle. Las únicas reglas a seguir, es que utilicen la ropa adecuada o con mucho pesar, el personal de Ottery Fitness estará para invitarlo directamente a la salida. Spa: Nada mejor que una estancia a solas o en pareja en esta elegante área de spa, para poder disfrutar de música tranquila y con servicio de comida y bebida, en caso de ser así. Es una zona tan exclusiva, que se mantiene el acceso restringido, si el cliente desea pasar, simplemente debe preguntar si el área está disponible, ya que no a todos les agrada la compañía para poder pasar un buen rato de paz y tranquilidad. A F I L I A D O S :
  22. Nick: Valeskya Granger Conocimiento que quiere dar: Aritmancia Motivo: Es una oportunidad para poder impartir esta clase, fue una parte del foro que siempre me gustó y la Aritmancia es un tema que puede tornarse muy dinámico en cuanto al rol se refiere. Cargos y responsabilidades desempeñadas con anterioridad y actualmente en el foro: Muy anteriormente: Ex - jefa de la casa de centauros de blodwyn [antigua Academia] Clases de Generales [antigua Academia] Clases de rol avanzado [antigua Academia] Ex – miembro de la Orden del Fénix Ex – empleada del Departamento de Cooperación Mágica Internacional Ex – empleada en la Oficina del Ministro [enlace con aurores] Actual: Vengo regresando al foro, así que ninguno :/ Estado del plan de estudio: Enviado
  23. Hola: Bueno, nada mejor que un cursito para celebrar mi regreso al foro (?) Nick: Valeskya Granger ID: 73699 Conocimiento: Adivinación Nivel de Magia: VII Link a la Bóveda: 78879 Link a la Ficha: Ficha Ya está, me fui
  24. Nombre del negocio: Oterry Fitness Nombre de los propietarios: Fiamma Phoenix Diggory Joaquin Granger Valeskya Granger Zahil Aranel Granger Rubro al que se dedicará: Cuidado personal, moda y complementos Descripción: “Chécate, mídete, muévete”. “Porque cualquier mago o bruja tiene que mantenerse en forma”. A Ottery llega un club de lo más exclusivo para aquellos magos y brujas que les gusta mantenerse en forma y saludables, porque en estos tiempos oscuros aun hay lugar para el cuidado personal ¿y por qué no? También para la vanidad. Ottery Fitness, el nuevo concepto del deporte y la salud, abre sus puertas a los clientes más exigentes; con amplias instalaciones, iluminadas, acondicionadas y con instructores sumamente capacitados. Servicios: - Cafetería - Clases - Gimnasio - Masajes - Piscina - Spa Recepción: El o la recepcionista en turno se encargará de atender a todo aquel que se encuentre interesado en aprender o ejercitarse. Unas macetas con unas plantas aparentemente inofensivas, se encuentran decorando la entrada principal. El piso es de mármol, con un escritorio a juego con el piso, una enorme cantidad de papeles y una vuelapluma escribiendo a gran velocidad, lista para tomar los datos del interesado. Cafetería: Ubicado desde la entrada, tomando el pasillo de la derecha, un ambiente agradable, el delicioso aroma del café por las mañanas. Para todo aquel que guste de comida saludable, ya sea miembro del club o simplemente desee pasar un rato agradable, elfos atendiendo desde la barra, dirigidos por los dueños del lugar. Música agradable y un menú para todos los gustos: carne sin grasa, carne blanca, ensaladas, bajo en sales, en azúcares, sin gluten y también alimentación exclusiva para veganos, incluyendo diferentes bebidas de hechas de frutas naturales, así como también sangre dietética para los que gustan de manjares gourmet. Clases: ¿Alguna vez han escuchado sobre diversas disciplinas muggles y les da vergüenza mezclarse entre ellos para aprender? Ottery Fitness trae todas esas disciplinas muggles: zumba, yoga, poledance, artes marciales. ¿Hay alguna disciplina que te gustaría aprender y no está en la lista? Es hora de acercarse a recepción y solicitar esa clase en ese momento. Gimnasio: Contando con aparatos de alta calidad, nuevos y con la mejor tecnología disponible, llega a Ottery el gimnasio más equipado de toda la región. Si el cliente no tiene experiencia en cómo se usan, puede acudir a cualquiera de los instructores, que con gusto lo atenderán. Con paciencia y perseverancia, pueden lograrse grandes resultados. Masajes: Después de una ardua rutina ejercitante, nada mejor que un masaje para poder relajarse y evitar dolor posterior. Ottery Fitness se adapta a las necesidades de sus clientes y es por eso, que dispone de diversos masajes, tanto para los que hacen ejercicio o simplemente desean disfrutar de un agradable rato. Piscina: Para aquellos que gustan de nadar, pero odian el mar, esta piscina es ideal. Con una amplia vista hacia el exterior, pero con la visión limitada para aquellos curiosos que deseen observar desde afuera, si el portador de la membresía del club desea nadar un poco, o si desea aprender a hacerlo, el instructor más adecuado y capaz estará para enseñarle. Las únicas reglas a seguir, es que utilicen la ropa adecuada o con mucho pesar, el personal de Ottery Fitness estará para invitarlo directamente a la salida. Spa: Nada mejor que una estancia a solas o en pareja en esta elegante área de spa, para poder disfrutar de música tranquila y con servicio de comida y bebida, en caso de ser así. Es una zona tan exclusiva, que se mantiene el acceso restringido, si el cliente desea pasar, simplemente debe preguntar si el área está disponible, ya que no a todos les agrada la compañía para poder pasar un buen rato de paz y tranquilidad. Afiliados: Se aceptan afiliados. Recibirán galeones por su actividad. Criaturas: --- Objetos: --- Elfos: Nick con link a la ficha de personaje: Fiamma Phoenix Diggory  Joaquin Granger  Valeskya Granger  Zahil Aranel Granger  Link a la ficha de la familia: Familia Granger  Mansión “Ojo Loco” Potter Blue  Familia Yaxley Link a la bóveda del negocio: Bóveda N° 11388 Negocio Ottery Fitness Link al local del negocio: Local
  25. Bueno , bueno: Bienvenido a la familia Jon :3 , ya solo vine a hacer oficial el trámite para que pertenezcas a la familia. En unos días más, se modificará el árbol genealógico (en lo que averiguo el procedimiento para hacerlo xD) ya puedes pasar a rolear cuando gustes. Ya sabes que para cualquier duda o ayuda que requieras, sabes dónde contactarnos ^^

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