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Valeskya Granger

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Todo lo publicado por Valeskya Granger

  1. Su aparición dentro de los jardines de la mansión Granger había sido tan repentina como la última vez que se le había visto por allí. Nadie sabía lo que había sucedido con ella y no estaba de humor como para darles explicaciones a todos de sus movimientos: ”¿Qué más da?” Pensaba la joven ojivioleta, mientras su rostro mantenía aquella expresión gélida que parecía a ser algo habitual en ella. ”Nadie a quien rendirle cuentas, cada quien sigue su propio camino… En fin,” repetía monótonamente, como para intentar convencerse a sí misma de que las cosas eran así. Aunque en su interior, aún contenía aquella parte de su alma que continuaba rebelándose contra aquel ser maligno que intentaba apoderarse completamente de la Granger. Sentía aquella opresión en el pecho, esa que le decía que extrañaba a su hermana, que ansiaba hacer locuras con Sophie, que extrañaba a Pakami y que deseaba ver a sus hijos. Todas esas emociones que comenzaban a acumularse poco a poco, sin poder externarlas o platicarlas con alguien más ¿Qué había sido de ella? ¿Dónde había quedado aquella joven? Valeskya movió negativamente la cabeza, mientras aquella actitud sombría hacía lo posible por opacar lo que quedaba de Luna, cosa que por momentos no podía evitar. Se llevó una mano a la cabeza, como si quisiera disipar todos aquellos pensamientos con su simple tacto. Se mantuvo de pie, inmóvil, durante algunos instantes, contemplando la majestuosidad de la mansión Granger: tan grande, tan solitaria y con tantos recuerdos guardados que, muy a su pesar, obligaron a la bruja a esbozar una forzada sonrisa. Acomodó con suavidad su túnica carmesí, mientras que una refrescante brisa matutina agitaba su negra cabellera; comenzó a caminar hacia el interior de lo que era su hogar, temiendo lo que pudiera encontrarse. Recordaba el ataque de la última vez y se preguntaba si alguien se había tomado la molestia de reparar las cosas; hizo una mueca de desdén y suspiró un tanto exasperada. Lo primero que escuchó al entrar, fue el chillido por parte de Polo, uno de los elfos domésticos; la ojivioleta podía ver que aquella criatura parecía debatirse entre la felicidad y el desconcierto por verla allí. Rápidamente se dio cuenta que había gente en la casa, al ver la bandeja de plata que llevaba en sus manos; antes de preguntar, escuchó la voz de la rubia Sophie y se dirigió a la sala de estar. Se dio cuenta que su prima estaba acompañada por alguien del Ministerio de Magia; la bruja enarcó una ceja, sorprendida por tener una visita de ese tipo. ”¿Habrá sido otro ataque?” Fue lo primero que se le ocurrió pensar. - Buen día.- Exclamó la joven Granger, observando significativamente a la rubia e inmediatamente, al invitado. - Disculpen mi aparición tan repentina, no esperaba que hubieran visitas… Valeskya Granger, un gusto.- Extendió su blanca mano para saludar al joven que se encontraba allí. - Prima, cuánto tiempo. – Finalizó la ojivioleta con una sonrisa.
  2. Era un sorpresivo y agradable atardecer para la ojivioleta, la cual se encontraba en el salón principal de la mansión, observando fijamente hacia el jardín, como si estuviera esperando a que alguien apareciera. ”¿Pero quién?” Se preguntó amargamente, recordando que la última visita que habían tenido, no había sido de lo más agradable; formó una mueca en su rostro, tratando de olvidar todo lo ocurrido. Se encontraba sola, contribuyendo al silencio que día con día parecía hacerse más habitual en aquella familia; ¿qué era lo que había sucedido para que todo terminara así? La Granger no tenía ni la más remota idea, pero confiaba en que todo cambiaría muy pronto. Las cosas habían cambiado, tanto para la familia como para ella y su prima principalmente: la forma de pensar de ambas era distinta, ahora veían las cosas diferentes. La pelinegra solo podía pensar en todo lo que el destino le tenía preparado; una sonrisa maliciosa apareció en su pálido rostro, la cual quedó oculta entre las sombras. Observó de reojo a su elfina, Breena, quien parecía estar disfrutando de aquellos instantes con el pequeño Seishiro, quien balbuceaba al ver una pequeña snitch de juguete que volaba sobre él. ”Pronto terminará todo”, pensó amargamente, al recordar que Joacoo estaba a punto de llegar a su hogar; solo ansiaba el momento en que pudiera quitarse de esa responsabilidad. Se encontraba pensando en todo eso, cuando escuchó un estruendo en la planta baja de la casa, seguido de un chillido. - Mortífagos.- Exclamó la joven sin demostrar emoción alguna. El bebé comenzó a llorar y la elfina la observó asustada. - ¡Brena! ¿Qué esperas? Carga a Seishiro y trata de mantenerlo callado, mientras pienso qué hacer.- Comenzaba a sentir dolor de cabeza, provocado por el llanto del niño; para su fortuna o desgracia, unos minutos después, bastaron para que´todo volviera a quedarse en silencio. - Parece que se han marchado ya.- Murmuró más para sí misma. - Quédate aquí con el niño, bajaré a investigar.- Dijo con tono autoritario, haciendo caso omiso ante los desesperados intentos de su elfina para que no saliera de la habitación. Su mente era un remolino de emociones: el imperioso deseo de Luna por querer defender su hogar y aquella extraña necesidad por parte de Valeskya, por querer acercarse más a aquellos atacantes que durante tanto tiempo había repudiado. Bajó con rapidez las escaleras, más dominada por la curiosidad que por otra cosa, y al llegar a la sala se topó con una escena que podría haber resultado escalofriante para ella en el pasado. Selene yacía casi [?] muerta en el suelo, justo al lado del que parecía ser su hijo; la mirada violácea de la joven se desvió hacia el desastre que yacía en la sala y, finalmente, se topó con la mirada de su hermano. - Solo Merlín sabe cuánto costará el remodelar todo esto.- Dijo fríamente, sin hacer alusión alguna hacia los heridos. - Vaya, vaya... – Dio un par de aplausos mientras se dirigía hacia Joacoo. - Finalmente te has acordado de que tienes una responsabilidad aquí. En lugar de preguntar por otros niños que apenas conoces, deberías preocuparte por el que me dejaste hace unos meses.- Exclamó, mientras observaba a su prima y a un tiburón que se retorcía [?].- Lo que sea que vayas a hacer, que sea rápido... No creo que "eso" aguante mucho tiempo.- Finalizó.
  3. Buenas noches: Años teniendo a la familia abandonada xD. Caro, ya habíamos hablado antes de todo esto, solo que no me había animado lo suficiente como para pasarme por aquí jajaja. Mi respuesta sigue siendo la misma que te di hace tiempo: sabes que siempre serás bienvenida en la familia; entiendo tus razones y no me enojo por algo tan simple como eso xD. No es un adiós, pues siempre me tendrás en el msn para cualquier cosa que necesites. Suerte con tu nueva familia n.n, te voy a extrañar :3 Ahorita edito el árbol e.e
  4. Creo que es la última vez que podré escribir en el blog antes de que deje de disfrutar de los privilegios del club de las eminencias y eso me deprime terriblemente T_T. Pero bueno, justo ahora me dio un ataque de nostalgia y fue por eso que me decidí a teclear tonterías que quiero compartir con el resto del mundo foril. No encontré otro título mejor y de antemano pido disculpas si no coincide con el contenido de este texto, pero la verdad voy escribiendo de acuerdo a lo que se me va ocurriendo ¿no soy lo máximo? xD. Muchas veces he leído cosas como: “hace algún tiempo la Orden era genial”, “la Marca Tenebrosa ya no es lo mismo”, “el juego de bandos es diferente”, “el foro cambió” . ¿Se les hace conocida alguna de esas frases? Me atrevo a decir que la mayoría de nosotros lo hemos pensado o dicho por lo menos una sola vez. A pesar de tener solo un par de años aquí, he tenido la oportunidad de ver muchos cambios dentro del foro: la aparición del rol global, solo por citar algún ejemplo. ¿A qué viene todo esto? Bueno, a veces es inevitable añorar los “viejos tiempos”: lo que hacíamos antes, los roles locos, aquellas personas con las que compartíamos aventuras y que ahora, por una cosa u otra, ya no es posible o es una costumbre que se fue perdiendo con el transcurrir de los meses. Menciono esto porque últimamente me he puesto a pensar en las cosas que hacía cuando iba en la academia y en lo que soy ahora ¿y saben qué? Lo extraño muchísimo, pero para la desgracia de muchos de nosotros, los giratiempos aún no están a la venta en la tiendita de la esquina ._. Sin embargo, habemos quienes nos quedamos viendo ese espejo que nos muestra todo lo que hacíamos en el pasado, sin mirar las oportunidades que se nos presentan ¿cuántos chicos nuevos hay ahora? ¿Cuántas nuevas aventuras podemos crear? ¿Cuándo tendremos la oportunidad de asistir a un juicio para desenmascarar a un fenixiano – mortífago? xD. Son varias cosas de las cuales nuestros personajes pueden obtener nuevas vivencias y aún así, por alguna razón, siempre nos terminamos quejando de todo lo que falta ahora ¿y todo esto para qué? Para tratar de que el juego sea como antes. ¿Era mejor? ¿Era más divertido? Depende del punto de vista de cada quién. Pero para nosotros es más fácil quejarnos ¡Soluciones! ¡Actuar! Son dos palabras que servirían de mucho para hacer de este foro un mejor lugar: hacer nuevas cosas, trabajar para que todo nos parezca mejor. Si antes el foro era “bueno”, podemos hacer que ahora sea algo “genial”; siempre hay mirar hacia adelante y pensar que todo eso depende de cada uno de nosotros (es cuestión de actitud). Yo me incluyo entre los “quejadores” (?), pero todavía creo estar a tiempo para cambiar de opinión ¿no creen? xD. Texto breve, pero escrito con mucho amor (?) xD.
  5. Su despertar fue lo menos glorioso que se pudo imaginar, solo sintió el agua helada que caía sobre su rostro, pensando en que quizás se encontraba al aire libre. Abrió los ojos con rapidez y se sentó en lo que parecía ser un cómodo mueble; inmediatamente sintió que todo le daba vueltas, aunque seguramente era un pequeño contratiempo que tenía que sufrir por tener que adaptarse a ese nuevo cuerpo. Miró a su alrededor: podía reconocer los rostros de las personas que estaban ahí, los cuales demostraban cierta preocupación; ”supongo que no se me dificultará acostumbrarme a esto” pensó la joven, sin mostrar emoción alguna y dirigiendo su mirada hacia Sophie. - ¿Se puede saber qué te pasa? – Le preguntó con agresividad mientras la fulminaba con la mirada. Inmediatamente se dio cuenta que aquel enojo pasaba con inusual rapidez y supuso que Luna tenía algo que ver con eso; ”tonta” se dijo a sí misma, y tratando de calmarse, respondió como habitualmente lo hacía, cosa que no le costó mucho trabajo. - Pude haber muerto ahogada y tú te pudiste haber convertido en homicida.- Movió la cabeza, en señal de negación mientras una sonrisa algo forzada aparecía en su rostro. - ¡Cuidado! – Exclamó en voz alta, al mismo tiempo que sacudía su negra cabellera, así tipo perro (?), para mojar a su prima y a todo aquel que estuviera a su alcance. Le hubiera parecido divertido, de no ser porque sintió la presencia de alguien totalmente extraño; se levantó y vio que Selene había llegado a la mansión. ”Así que ella es…”, dijo para sus adentros la Granger mientras la quedaba observando con desconfianza; le bastó un instante para darse cuenta que ella también había albergado a un ser tan similar como ella. - Selene…- Dijo tras una larga pausa. - Qué gusto verte por aquí.- El tono de su voz dejaba ver que no era cierto. La expresión en su rostro mostraba frialdad a pesar de que la veía un poco triste. - Dinos ¿a qué se debe tu visita? No te ves muy bien que digamos.- Se volvió a sentar en su lugar, sin invitarla siquiera a que la nueva visitante hiciera lo mismo. Su mirada violácea se posó sobre Natalie, quien parecía haber llegado recientemente y le extendió la mano para que se acercara a ella. - A veces las bienvenidas no son como una quisiera… Pero no se preocupen, me encuentro mejor que nunca.- Exclamó, dirigiéndose a su hija y a su hermana. Off: Maldeta Sopa -.- xD Selenita e hijita, bienvenidas :3
  6. - ¿Qué pasa aquí? – Se encontraba de pie, en algún lugar que no era su mansión; miró a su alrededor y todo estaba cubierto de una espesa niebla blanca. Al principio tuvo la est****a idea de pensar que se encontraba rodeada de nubes, aunque no pudo evitar reír de lo que hubiera dicho su prima si la hubiera escuchado imaginarse eso. ”Sophie… Caro… Kia…”, repetía mentalmente los nombres a medida que trataba de recordar qué era lo que había pasado antes de encontrarse allí. Cayó en la cuenta acerca de la última acción que había hecho, e inmediatamente una de sus manos fue a parar directamente hacia su cabeza. - ¿Buscas la tiara? – Exclamó una voz femenina, la cual provenía de algún sitio cerca de donde ella se encontraba. - Pues te informo que no está aquí… Seguramente cayó por ahí cuando hiciste tu acto cómico de tirarte al suelo.- Terminando de decir eso, soltó una risa divertida, que tuvo un efecto contrario en la ojivioleta, quien se cruzó de brazos intentando ocultar un escalofrío que recorrió su piel. Inmediatamente recordó lo que había pasado: solo se había puesto la tiara y todo se había oscurecido. ”¿Cómo terminé aquí?” Se preguntó, al mismo tiempo que intentó dar un paso pero sintió que algo la detenía en el suelo. Al mirar hacia abajo se dio cuenta que habían como unas enredaderas que se entrelazaban en sus piernas, impidiéndole moverse; inmediatamente comenzó la angustia por saber qué era lo que estaba ocurriendo en ese lugar. Trató de zafarse de ahí, pero fue en vano, hasta que buscó su varita entre su ropa y escuchó nuevamente aquella voz: - No la encontrarás, pues todo lo que hay aquí no es real… tu y yo somos la excepción.- Escuchó el sonido de pasos que parecían acercarse cada vez más, a espaldas de ella; finalmente todo quedó en silencio. Sabía perfectamente que aquella joven estaba ahí y no podía verla. - ¿Quién eres? ¿Y cómo acabé aquí? – Alcanzó a decir la Granger, mientras trataba de girar su cuerpo tratando de escapar de ahí; consecuencia de eso, recibió una risa gélida como respuesta. - ¿Acaso nunca te han dicho que tengas cuidado con aquellos objetos antiguos que te regalan? Nunca se sabe cuándo pueden albergar extrañas maldiciones o… personas como yo.- Hizo una breve pausa hasta situarse cerca del oído de Luna. - Tanto tiempo esperando a ser liberada… no esperaba a que fuera alguien como tú – Dijo desdeñosamente. - Aunque tendré que conformarme contigo, mientras tanto, tu alma se quedará guardada aquí… hasta que encuentre la manera de expulsarla de aquí y solo me quede yo.- Todo resultaba tan confuso para la ojivioleta, pues apenas entendía la mitad de lo que aquella voz le susurraba. Quería susurrar algo y decir que no lo dejaría, pero la voz no le salía: solo sabía que fuera quien fuera, no tenía buenas intenciones. ”No les hagas daño…” Alcanzó a pensar Luna, antes de cerrar los ojos y sumirse en un profundo sueño… Off: Como que se me cortó la inspiración -.-
  7. La ojivioleta continuaba jugando con la tiara, olvidándose por un momento el motivo por el cual estaba sentada en ese lugar. De repente todo le parecía tan extraño: un clima diferente, una casa diferente y la gente que la rodeaba parecían ser desconocida para ella; por un momento, se quedó con la mirada perdida y finalmente movió con suavidad la cabeza, para tratar de salir del pequeño trance del que se había sumergido, para volver a la expresión habitual que tenía en el rostro. Apenas le dio tiempo de asentir con la cabeza ante la disculpa de Sophie y la vio partir hacia algún lugar. - ¿El brillo de este cielo algún día podrás alcanzarlo? Aquella melodía que soñé es muy pacífica para mi…- Comenzó a cantar la joven bruja, mientras veía por ratos a su sobrina, quien permanecía callada. -Ni siquiera las lágrimas se pueden conservar en este mundo... – Su voz apenas se podía escuchar; de repente el ruido de un disparo hizo que se levantara alarmada. - ¿Qué fue eso? ¡SOOOPHHHHIIIIEEEE! – Gritó, como solo ella podía hacerlo. Antes de que pudiera gritarle a la rubia nuevamente, apareció en la sala y se volvió a acomodar en el sillón como si nada. La Granger miró a su prima de forma extraña, mientras permanecía de pie y veía que el elfo doméstico aparecía para anunciar la llegada de alguien; tras él, apareció una joven cuyo rostro se le hizo bastante familiar. La joven esbozó una amplia sonrisa al conocer a su hermana: Caroline. Las circunstancias en las que se habían conocido, resultaban un poco extrañas e incomprensibles para algunos, incluso para ella misma (?). - ¡Carooooooo! – Exclamó mientras se acercaba a ella para recibirla con un abrazo; tal vez su efusividad resultaba un poco inquietante para algunos, pero estaba segura que pronto se acostumbraría a ellas. - ¡Bienvenida a la mansión fantasma! (?) – Su mirada violácea se desvió hacia las cosas que estaban a un lado de ella. - Ven, ven, te presento a dos miembros de esta linda familia: la prima Sophhie y mi sobrina Kia… - Señaló a ambas chicas y miró al elfo. – Y él es Polo, uno de los elfos familiaraes.- - Me gustaría dar un discurso algo más conmovedor que las torpes palabras que acabo de decir, pero la verdad es que esas cosas conmovedoras no se me dan.- Se inclinó de hombros y se dio cuenta que aquella misteriosa tiara aún continuaba en su mano. - Miren.- Dijo en voz alta y sin más, se puso el objeto sobre la cabeza. Inmediatamente, la cabeza la dio vueltas, todo se volvió negro y se desvaneció. Off: Drama Caro, bienvenida!
  8. Hola, buenas noches: Bueno, después de tanto tiempo, el árbol de la familia ha sido actualizado. Hijita preciosa, ya puedes pasarte a la mansión cuando quieras :3 bienvenida a la familia y disculpa la tardanza. Oliver, ya estás en el árbol genealógico también, eres primo de Caro y por consiguiente, nuestro primo también. Solo tengo una duda con lo de tu ficha: necesito el link de tu bóveda para pasarlo a Gringotts, pero no lo encontré será que me puedas dejar por aquí, por favor? Y listo los cambios. Cualquier cosita me avisan, vale? Besos
  9. Había sido una decisión un tanto radical, sobretodo para ellas, que habían sido las matriarcas y que habían apoyado con tanto ahínco a la Orden del Fénix, que incluso pertenecían a ella… o eso había sido, pues Sophie había dejado de ser fenixiana e incluso la ojivioleta, que faltaba poco para dejarla; habían sido los mejores años de su vida pertenecer a ese bando, cuidar a la gente, a la familia, luchar por ideales y sin embargo, ahora lo dejaba todo a un lado de una forma tan repentina. Eso lo dedujo al ver la sorpresa en el rostro de su sobrina, aunque ese gesto hizo que la bruja se sintiera un poco triste por su reacción. Era una de las decisiones más difíciles que había tomado, pero las circunstancias la habían llevado a elegir su retirada de forma tan prematura. De todas las cosas que hubiera querido, ésa había sido la última en la que había pensado, pero estaba tan decepcionada de todo, de que las cosas se hubieran dado así; no era el bando, eran algunas actitudes y personas que la habían llevado a tomar esa decisión. Suspiró profundamente, pues no podía notar que estaba triste por ello, pero ya no había marcha atrás; el destino era caprichoso y nunca se podía saber con exactitud qué era lo que iba a pasar más adelante. Desde el inicio no habían tenido problemas en aceptar a chicos en la familia, independientemente de los intereses que tenían y si las cosas salían bien, una de las intenciones de ellas como matriarcas, era que todo se mantuviera igual. Probablemente habrían miembros que pertenecerían a la Orden, otros a la marca o simplemente quedarse en la neutralidad; la Granger estaba visiblemente triste por el giro que estaba dando su vida, pero tal vez un poco de tranquilidad haría que su estado de ánimo mejorara con el paso del tiempo. No supo cuánto tiempo estuvo reflexionando, pero cuando volvió a la realidad, vio que su sobrina la observaba: - Siempre estaremos bien Kia, de eso no tienes que preocuparte… La familia siempre estará primero – Soltó como respuesta, tras una larga pausa. - Teóricamente, las cosas no tienen porqué cambiar; aunque no descartemos la posibilidad de que más adelante, nuestros intereses cambien. Aunque como siempre, no obligaremos al resto de la familia a seguir nuestras locas doctrinas filosóficas - Intentó bromear mientras veía a Sophie. - ¿No es así, primita? – No hacía falta mencionar el hecho de que la rubia había cambiado mucho desde su partida de la Orden; las pocas pláticas (?) que había tenido con ella, le habían servido para darse cuenta que no quería saber nada de aquel bando. Tenía ciertas sospechas de que se estaba yendo hacia un camino equivocado, pero no había nada que lo confirmara; sus actitudes cambiaban y no podía determinar con exactitud qué era lo que ocurría con ella. Finalmente, su mirada violácea se concentró en la cajita que tenía en las manos, el regalo de su ahijado; sonrió ante la curiosidad de Kia y sin soltar el objeto, lo mostró: - Una tiara, según Enrick, pertenece a un antepasado mío ¿a que es linda? – Susurró, mientras veía el regalo con especial embeleso, mientras volvía a tener nuevamente esa sensación de no querer desprenderse ese objeto jamás. Una sombra cruzó por el rostro de la joven, quien se quedó aturdida por unos momentos, para después, volver a su sonrisa habitual.
  10. La ojivioleta dejó a Kotaro en el suelo e inmediatamente éste salió corriendo con dirección hacia las cocinas. ”Seguramente irá a saludar a los elfos”, pensó sonriente mientras lo veía desaparecer entre las habitaciones. Ya había dado el tema principal de la conversación y ahora solo tenía que comunicarlo al resto de la familia; suspiró, dejándose llevar momentáneamente por la nostalgia: ”¿Qué somos ahora?” se preguntó, mientras pensaba que la familia ya no era lo mismo de antes. Todo había cambiado, empezando por la partida de Robin y ahora, solo unas cuatro o cinco personas que habitaban la mansión; los demás, seguían el rumbo de sus vidas, a veces haciendo apariciones esporádicas y otros sin dejarse ver siquiera. Una sonrisa triste apareció por su rostro, teniendo la extraña sensación de que pronto ocurriría algo ¿qué era? Eso no lo sabía, pero su vida estaba a dar un giro radical, ya fuera para bien o para mal. La joven se dirigió hacia la sala, haciéndoles un gesto a su prima y a su sobrina para que ambas pudieran seguirla; de entrada, había conseguido que Kia preguntara con cierta preocupación, aunque por otro lado Sophie parecía hasta contenta. La ojivioleta no sabía qué pensar con respecto a la decisión que se había tomado, el camino que iba a seguir, solo quedaba confiar en que había sido lo mejor para ella. Por primera vez, estaba pensando en sí misma y dejaba a un lado los intereses de los demás. - Tomen asiento por favor.- El tono de seriedad era algo poco usual y hasta podría parecer un chiste la forma en que se dirigía a las chicas. - ¿Quieren algo de tomar? ¿Té? ¿Café? ¿Sangre? ¿Alcohol? – Sonrió y vio que Polo había aparecido de la nada, dispuesto a tomar el pedido de las jóvenes. Esperó el tiempo que consideró prudente y un ruido proveniente de la cocina, provocó que se sobresaltara; vio al elfo doméstico que salía corriendo de ahí, visiblemente alarmado. - Amm… Como les decía… Mejor dicho: Kia, has de saber que hemos tomado la decisión de retirar la bandera de apoyo a la Orden del Fénix.- - Debido a ciertas circunstancias – Murmuró la bruja ojivioleta en voz baja, dando apenas una pequeña pausa para que su sobrina principalmente pudiera asimilar la noticia. - La familia Granger quedará neutral por un tiempo, hasta que las matriarcas puedan definir sus… intereses.- Miró de reojo a Sophie y su extraño deseo de matar a un pájaro que andaba por ahí; ella solo movió la cabeza negativamente. – Mientras tanto, Kia, me gustaría saber qué piensas acerca de esto. No le pregunto a mi prima, porque es de las más contenta con la noticia.- Hizo una larga pausa y aguardó a que su sobrina le diera su opinión. Al final, sacó una cajita de terciopelo entre sus ropas y mostrándosela a ambas chicas, murmuró. - Miren, un regalo de mi ahijado Enrick.- Finalizó.
  11. - Esta gente, esta gente…- Murmuraba la joven ojivioleta, al mismo tiempo en que movía la cabeza negativamente en señal de desaprobación.- Cuando crezcas, te mandaré a despertar a Sophie con una mordida.- Susurró con ternura, mientras acariciaba cariñosamente a su mascota. La expresión en el rostro de la Granger era casi maternal, pues tenía tiempo que no tenía un bebé en sus brazos; ese simple pensamiento hizo que todo su cuerpo se estremeciera, pues de todas las cosas que tenía planeado hacer, el ser madre nuevamente era algo que quedaba completamente descartado. - ¡Ay! – Soltó un grito, al ver que el cachorro le había mordido la mano con más fuerza de la debida. - No tendrás hambre ¿verdad? – Preguntó un poco sorprendida, mientras veía fijamente los ojos de Kotaro, los cuales eran de un intenso color azul. - Eres una cosita hermosa y estoy segura que todos te van a querer mucho.- Estuvo durante algunos minutos mimando al tigre, esperando a que alguien hiciera acto de presencia. ”¿Porqué siempre tengo que gritar?” Pensó la pelinegra, pues teniendo a los elfos para comunicarse entre miembros de la familia, siempre pasaba de ellos y prefería armar alboroto para hacer que el simple hecho de reunirse se convirtiera en un asunto de vida o muerte. Tomó un poco de aire para hacer la segunda llamada (?), pero en ese momento apareció su prima, quien cargaba un artefacto que había visto en alguno que otro libro. Y por si eso fuera poco, el atuendo que portaba, era un tanto exótico para lo que la ojivioleta estaba acostumbrada a ver en Sophie: - ¿Y… eso es…? – Preguntó, mientras la señalaba. - Y no me refiero a la vara de metal que traes en la mano.- No pudo evitar soltar una risita tonta al escuchar la forma en que se dirigía a su mascota. Dio media vuelta, como tratando de que no lo viera, aunque no tuvo mucho éxito, ya que el cachorro comenzó a moverse, para olisquear a la rubia. - Te presento al nuevo Granger, el cual se encargará de jugar con Oscurus y Mith, mientras se devora a la mamá.- Exclamó como si nada. - Hasta eso, parece que le simpatizas.- Finalmente, soltó una carcajada al escuchar la última pregunta. - Te aseguro que esto es un tigre de BBBBengala, de esos que viven en el mundo muggle.- Trató de responder con seriedad, aunque la amplia sonrisa que estaba dibujada en su rostro no podía aportar el dramatismo que hubiera querido. - Esos de VVVVVVengala, deben ser una nueva especie exótica ¿son de esos que escupen luces? O a lo mejor están en peligro de extinción… En el magic mall nunca me hablaron de esos tigres– El cachorro comenzaba a pelear para que la joven lo soltara. - ¡Kiiiaaaaa! ¡Qué grata sorpresa! ¿Cuándo volviste? – Su sobrina había aparecido en la entrada del vestíbulo y respondió a su abrazo; en el fondo estaba contenta de encontrarse con un miembro de la familia. Verla nuevamente, le hizo recordar el motivo principal por el cual había roto con la tranquilidad de aquella mansión; sonrió al ver que el tigre le había dado un zarpazo a la joven, y en lugar de asustarse como cualquier persona normal, solo se le ocurrió pensar que era una de las formas en que el animal expresaba su afecto (?). - Sophie y Kia, les presento a Kotaro.- Exclamó orgullosa mientras extendía las manos, cargando al cachorro. - No es tan malo como se ve, solo que a veces se le pasa la mano… o mejor dicho, la garra. - Dijo con tranquilidad, mientras veía el rasguño que tenía su sobrina. - Chicas, necesito comunicarles algo muy importante… aunque, Sophie creo que ya sabe de qué se trata.- Finalizó.
  12. Hola! Buenas noches: No se si es el lugar correcto para preguntar esto e.e así que no me peguen si me equivoqué xD. Verán, por cuestiones de la vida (?), Silverlyn ya no podrá ser mi socia en el negocio que ambas tenemos en el callejón, así que tenía planeado asociarme con otra persona. Mi pregunta es ¿cuáles son los trámites que tengo que realizar? Tanto para quitar a Sil, como para agregar a otra dueña. Es obvio que tengo que modificar la bóveda, pero de ahí ya no se qué mas hacer y la verdad es que soy nueva en esto xD. Muchas gracias desde ya a quien me responda. Besos
  13. Varios días habían transcurrido desde que la Granger había pisado por última vez aquella mansión que pertenecía a su familia. ”Nueva vida, nuevos cambios”, repetía mentalmente, mientras su figura se hacía notar a través del extenso jardín. Contrario a muchas otras ocasiones, esa vez iba acompañada de lo que era su nueva mascota: un hermoso tigre de bengala blanco; solo de imaginarse las reacciones de su hermana y prima respectivamente, hacía que una extensa sonrisa se dibujara en el rostro de la ojivioleta. Los rayos solares se colaban en los árboles más cercanos y las hojas caían despacio, debido a la fresca brisa mañanera; por la mente de la joven pasaban muchas cosas, de las cuales tenía que hablar con las otras matriarcas. - Kotaro, bienvenido a tu nuevo hogar.- Exclamó la joven mientras veía al aún cachorro, que daba vueltas alrededor de ella, como si entendiera lo que acababa de decirle; sabía que ese comportamiento que mostraba, era debido a la temprana edad del felino y que probablemente con el transcurrir del tiempo, éste se volvería mucho más agresivo, aunque estaba segura que lograría domesticarlo lo suficiente como para que pudiera dejarse consentir por el resto de la familia. A lo mejor más de uno se preguntaría el porqué había elegido ese nombre y eso era algo que solo respondería con un: “su significado lo dice todo”, tras lo cual quedaría callada y cambiaría el tema de la conversación, como era su costumbre. Le costó un par de minutos sujetar a su nuevo compañero, pues éste no dejaba de dar vueltas, síntoma de que estaba feliz y ansioso de comenzar su recorrido por toda la casa; ”muy pronto podrás hacer de esta mansión tu hogar”, pensó la ojivioleta mientras acariciaba la oreja de Kotaro y sonreía. Era curioso que mostrara un comportamiento casi maternal con un cachorro de tigre, pero necesitaba un cambio en su vida, y su nuevo compañero formaría parte de ella. Tal y como se esperaba de Luna, pateó la puerta principal para abrirla de golpe y lo primero que se hizo notar fue un chillido de su elfina doméstica, Breena, quien corría hacia ella para saludarla. No pudo evitar reírse al ver que frenaba bruscamente y su mirada se centraba en lo que traía en sus brazos. - Dime si no es una ternura, Breena.- Exclamó la Granger sin dejar de acariciar al cachorro. - Te presento a Kotaro, y … Kotaro, ella es Brenna.- Dijo, mientras le sujetaba una de las patas y se acercaba a su elfina personal para que ésta le tomara la mando. - No te preocupes linda, no muerde… al menos por ahora.- Al terminar de pronunciar eso, su mirada violácea se desvió a su brazo para ver que aún tenía el brazo enrojecido, provocado por un zarpazo propinado por el tigre. - Eeeeen fin….- Murmuró, soltando un suspiro y haciendo caso omiso a la mirada de alarma que aún permanecía en la elfina. - ¡SOPHIE! ¡ANNICK! ¿Qué se creen? ¿Acaso no vienen a saludarme? – Comenzó a hablar en voz alta, completamente segura de que nadie más aparte de ellas estaría en su casa. - Tengo que presentarles a alguien.-
  14. Hola! Buenas noches: Enrick, pues tal y como lo hemos hablado vía msn, pues paso a aceptarte oficialmente como miembro de esta familia. Mañana haré los cambios necesarios, pues andamos viendo unas situaciones que tendrán repercusiones en la familia n.n Eres bienvenido y espero que te la pases muy bien ahijadoso Y creo que con esto completo las dos líneas. Saludos EDITO: Cambios realizados ^^
  15. Wow = descarga eterna -.- xD Oliver: o.O Seth: Nick tan raro e.e bienvenido a la familia xD ojalá disfrutes tu estadía y pases pronto a rolear a la mansión. Te agrego como hijo de Rose (:3) en un ratito y ya xD. Si necesitas ayuda o algo, ya sabes a quien acosar xD Rose: Tu Nick es lo mas molón XDD. Tenemos planes que elaborar mi maldetosa cofcofnegocioscofcof xD Seh, ando seca de ideas y de expresiones; ya no iba a pasarme por el foro, me piqué viendo un anime xD. Voy a editar! ^^ Edito: Todo listo, para cualquier duda o aclaración, con mi secretaria (?)
  16. El pobre elfo Polo había terminado bañado en jugo de calabaza, cortesía de su prima Sophie; tal parecía que la simple idea de cocinar, era tan aterradora para ella, como para los elfos, que al haber escuchado el comentario de la ojivioleta, se habían formado en grupos y resguardaban celosamente la comida que habían llevado para preparar. Inmediatamente, algo de humo comenzó a salir de aquella parrilla, síntoma de que la fiesta estaba comenzando a partir de ese momento. Pese a su resistencia, la rubia había accedido a enviar un patronus y fue entonces cuando la ojivioleta lo recordó: ese hechizo era un medio de comunicación con la Orden, por lo que supuso que a su prima no le agradaba mucho la situación; había vuelto a tomar asiento, dejando que la otra joven se encargara de todo lo demás, cuando de repente escuchó las palabras de alguien que se acercaba, y antes de que pudiera ver de quién se trataba, el ruido de un golpe seco se hizo presente y la Granger giró bruscamente para ver lo que había pasado.El patronus se había estrellado en el rostro de la joven que recién iba llegando y se quedó en su lugar, sin saber qué hacer: o reírse o preocuparse para ver si Fiamma había resultado lastimada: - ¡Por los cabellos del viejo Merlín! ¿Estás bien? – Preguntó la Granger, pero al ver el rostro de su amiga, era evidente no era así. - Discúlpanos, apenas estábamos en proceso de invitación y sabes a la perfección que tú siempre serás bienvenida aquí, amiga.- Murmuró atropelladamente al mismo tiempo que se acercaba a Fiamma para verificar que solo había sido un susto - Nos acabas de ahorrar la fatiga de tener que ir a avisarte… Y quita esa cara de amargada, que no pega para nada contigo.- Exclamó, negando con la cabeza como muestra de desaprobación. - ¡Vaya! ¡Hoy es el día de las caritas tristes! – Añadió la ojivioleta al ver llegar a Silverlyn, acompañada de un comentario sarcástico. - ¡Por amor a los chocolates! ¡Esta es una fiesta, no un funeral! Y estamos celebrando un par de días sin ataques de mortífagos, añadiendo el hecho de que ya llevamos un año usurpando esta mansión. – Comentó alegremente a la rubia de ojos grisáceos mientras la invitaba a ella y a Fiamma para que se sentaran cómodamente, pero nadie contaba con que Sophie anduviera especialmente hábil con la varita ese día.Un par de hechizos fueron necesarios para desaparecer los atuendos de ambas chicas y cambiarlos por lindos trajes de baño. - ¿Y yo qué? – Reclamó la joven mientras ponía las manos en la cintura, mostrando fingida molestia. - Solo porque soy la prima, no tengo privilegios…- Sin más, agitó su varita y su atuendo había desaparecido, dejando solamente un traje de baño con un modelo similar al que traía Sophie, solo que en color negro… el favorito de la ojivioleta. Comenzó a avanzar hacia la laguna, lista para probar la temperatura del agua, cuando escuchó la voz de Joacoo que iba acercándose a ellas para saludarlas. Sin perder más tiempo, la joven fue corriendo al encuentro de su hermano y lo abrazó cariñosamente. - ¡Qué bueno que veniste! – Exclamó radiante. - Pasa y toma asiento… Pero espera ¿ya conoces a Fiamma? Es una de mis mejores amigas.- Giró hacia la pelinegra y le dijo. - El es Joacoo, mi hermano.- No hacía falta decir más, solo esperaba que ellos pudieran llevarse bien. Más allá se encontraba la rubia, luciendo su cuerpo y olvidándose que tenía dos hijos a los cuales no había llevado a la fiesta [?]. Las sorpresas no se terminaban ese día, pues alguien había decidido ir a hacerles una visita; se quedó perpleja contemplando el rostro de Marbetz, alguien a quien quería muchísimo y a quien creía desaparecida en combate [?]. El rostro de la Granger era de sorpresa mezclada con alegría: ”los fantasmas vuelven”, pensó, mientras se acercaba para saludar más de cerca a la joven; sin duda esa sería una ocasión para reencontrarse con viejos y nuevos amigos. Acomodó su negra cabellera y se acercó hacia la recién llegada para saludarla; pero un rápido movimiento por parte de ella, provocó que Sophie quedara sin la parte de debajo de su traje. - Ahora recuerdo que no debo acercarme mucho a mi sobrinita.- Murmuró por lo bajo la joven, mientras veía correr a ambas. Comenzó a reír al ver a la rubia corriendo por todo el lugar en busca de la victimaria; bajó la mirada un tanto avergonzada, al darse cuenta que su hermano había visto aquella penosa escena. - ¡Hola Mar! ¡Bienvenida a casa! – Gritó para hacerse notar, pensando en que seguramente tardaría un buen rato en que su sobrina volviera a aparecer. Volvió a reír inevitablemente, sin darse cuenta que alguien más había aparecido en la mansión. - Hola guapo.- La ojivioleta saludó, sintiendo un leve escalofrío al sentir el beso del Gryffindor sobre su cuello. - Andamos celebrando unos cuantos regresos y creo que has visto a Sophie en su fase exhibicionista.- Aún riendo, dio media vuelta y lo saludó con un beso en los labios. - Bienvenido a la fiesta sin control de las Granger y compañía.- Off: Me proyecté escribiendo ._.
  17. La figura de la fenixiana apareció en las afueras del Magic Mall, envuelta en una túnica violeta que tenía bordes plateados en las orillas, apenas visibles; en su rostro se formó una mueca de asombro al ver la majestuosidad de aquel edificio. ”Definitivamente los rumores eran cierto”, dijo para sus adentros, recordando los elogios de todas las personas que habían asistido a realizar sus compras allí: no habían escatimado en gastos y era evidente que también habían puesto una considerable cantidad de encantamientos a su alrededor. Suspiró profundamente antes de entrar, tratando de no pensar en las amplias posibilidades de perderse en el interior del lugar. No podía perder mucho tiempo mirando, además ya tenía en mente la compra que iba a hacer: ”fácil, rápido y seguro”, pensó la ojivioleta, mientras atravesaba el amplio pasillo que seguía a la puerta de la entrada. En su mente ya tenía planeado todo: una mascota vendría a cambiar sus hábitos y probablemente su vida; al inicio había pensado en una criatura mágica, pero había desechado la idea y finalmente había optado por algo diferente. Como era de esperarse, al cabo de unos cuantos minutos, se podía considerar como una bruja oficialmente perdida en un laberinto al cual llamaban centro comercial; después de pasar por lo menos tres veces por el mismo lugar, decidió preguntarle a uno de los empleados que trabajaban en el Magic Mall. La mirada de la Granger buscó decididamente a un mago que iba pasando, el cual llevaba una túnica azul que tenían las iniciales CM; después de una breve charla, éste le indicó hacia dónde estaba la trastienda. Sin perder más tiempo, se fue directamente hasta el lugar que el empleado le había indicado; como era de esperarse, cada rincón del lugar estaba ambientado hasta el más mínimo detalle de acuerdo a las características de lo que había allí. La fenixiana fue directamente hacia el lugar donde tenían las diversas especies de felinos, deseando fervientemente que se encontrara el animal adecuado. Sus ojos resplandecieron de emoción al ver que ahí estaba, luciendo algo aburrido y mirando a su alrededor…
  18. - ¿Futuro maridín? – Preguntó la ojivioleta, tratando de retomar el comentario que su prima había hecho momentos antes que llegaran a la laguna. La expresión de susto en el rostro era más que evidente. - Tendría que estar muy enamorada o muy loca para hablar de marido y matrimonio… Pero bueno.- Sonrió y puso las manos en la cintura, como si estuviera analizando la situación. - Como bien lo has dicho prima, mi hermana debe andar ocupada disfrutando las mieles del amor con Elvis.- Dijo soñadoramente al mismo tiempo que daba un saltito y una vuelta, visiblemente emocionada, respondiendo con eso a la última pregunta hecha por la rubia. - Por cierto ¿no has pensado en emparejarte con un Gryffindor? Solo faltas tú y con eso, todos nos convertiríamos en una gran familiaaaa.- Y sin más, su mano se dirigió hacia el cielo, señalando algo inexistente. Su mirada violácea examinaba una a una las palapas que Sophie había hecho aparecer para complementar el paisaje: una serie de palapas, acompañadas de unas cuantas sillas, en uno de los extremos se encontraba un asador listo para usarse y unas cuantas hieleras. Chasqueó los dedos e inmediatamente, los elfos de la familia aparecieron, visiblemente sorprendidos ante el escenario que se mostraba ante ellos; una sonrisita de satisfacción apareció en el rostro de la pelinegra, al ver que por lo menos habían logrado impresionar a alguien. - Bien chicos y chicas.- Dijo la fenixiana, dirigiéndose a los elfos con una mirada amable. - Solo falta la comida y la bebida… Así que a vaciar esa cocina y no se preocupen en tener que preparar las cosas, que nuestra rubia favorita aquí presente, es la que se encargará de demostrarnos sus habilidades culinarias.- Exclamó maliciosamente, al mismo tiempo que se frotaba ambas manos. - Después de traer todas las cosas, se traen un traje de baño y unas pociones para la indigestión… Claro, hablando del improbable caso de que alguien resulte envenenado con la comida hecha por la prima Sophie.- Su comentario seguramente traería consecuencias, así que con la mayor discreción que pudo, comenzó a alejarse de la furia de la Granger neutralosa; finalmente se dejó caer en una de las silla, cruzando piernas y brazos con elegancia, preguntándose si al final todo eso tendría éxito. ”Pocos o muchos, hay que disfrutarlo”, pensó, totalmente convencida de que algo bueno saldría de todo eso. Volvió a levantarse para abrazar a su prima cariñosamente, aunque había algo más que la joven tramaba, pues no solía demostrar tanto afecto con las personas. - ¿Quién es la mejor prima del mundo? ¿Quién, quién? – El tono de su voz rayaba en una ternura anormal en ella. - ¿Quién es la Granger que llamará a todos con su patronus? – Era una indirecta bastante evidente, pero no tenía otra opción, a menos que quisiera mostrar a todos aquella luz sin forma que desde días atrás venía creando y el cual no podía llamar “patronus” como tal.
  19. No pudo evitar sorprenderse al ver lo que su prima había creado con simples movimientos de su varita: el paisaje recién improvisado, era algo que podían considerar seriamente para dejarlo después que la tan anhelada fiesta llegara a su fin. Eso le hizo preguntarse a la ojivioleta si en algún momento de sus vidas podrían terminar haciendo una celebración decente para el aniversario de la familia; ”siempre pasa algo que lo arruina todo”, dijo para sus adentros, mientras contemplaba maravillada lo que tenía frente a sus ojos. - Yo sé de alguien que se pondría histérico si se entera de tus planes.- Exclamó la Granger mientras reía. - Aunque… Si guardamos el secreto hasta la hora del magno evento, no creo que puedan hacer algo ¿no crees? – Decía, divertida tan solo de imaginarse las expresiones en el rostro de los chicos que estuvieran presentes. - El caminito es simplemente magnífico primita… Solo hay que añadir algo más…- Materializó su varita, mientras realizaba unos leves movimientos con ella y hacía aparecer unas esferas, las cuales iluminarían el camino en la noche; volteó a observar con sus ojos violetas a la rubia, quien le preguntaba si no se le ocurría algo más que añadir al camino. La más bella de las Granger, comenzó a caminar al mismo tiempo que le hacía señas a su prima para que la siguiera; al cabo de unos minutos, llegaron a la parte más profunda de los terrenos de la mansión: un pequeño claro. - Un charquito estará bien, primita… Es algo para disfrutar con la familia y no creo que se pongan de violentos si no les gusta ¿verdad? – Dijo la ojivioleta con tono casual, al mismo tiempo que murmurando unas palabras extrañas [?] y realizando complejos movimientos con la varita, comenzó a brotar agua de la tierra [?] hasta que finalmente quedó todo listo: http://api.ning.com/files/iwj474GcCTrq6O3J7xRCNC0daOqibgpTECyaKO7rOQbG264EAEvznub9qhIDdmEuEwyP*ynCuBkJg6WDelgZI-rzfLUN64Ml/laguna.jpg - ¿Qué te parece primita? Se ve bastante anormal (e.e) ¿Ves lo del fondo? Hace que parezca agua cristalina, pero en verdad solo es pintura azul.- Murmuró distraídamente la ojivioleta, mientras ponía una mano sobre su barbilla. - Comida, sillas, invitados, bikinis y.... ¿Dónde está Annick? - Finalizó.
  20. Se encontraba encerrada en el interior de su habitación, sentada justamente en el centro de su cama; las blancas sábanas estaban cuidadosamente arregladas, obra de la elfina Breena, quien se encargaba que todo lo concerniente a la ojivioleta estuviera en completo orden. Su mirada se centraba en una esfera de luz que daba vueltas por todo el cuarto; sin una forma definida, el patronus se deslizaba de un lado a otro, mientras que la fenixiana se preguntaba qué era lo que estaba pasando. ”Un nuevo motivo para darle forma a mi felicidad”, divagaba la Granger por ratos, mientras su mirada se mantenía enfocada en aquella resplandeciente luz. Tal vez los sucesos ocurridos dentro de la Orden le habían afectado más de lo que hubiera esperado; quizás no solo era eso, solo necesitaba una razón en la cual pudiera concentrarse para estar feliz. Suspiró profundamente, pensando en que el encierro le hacía más daño del que ella misma quería reconocer; no sabía si se debía a su estado de ánimo o era real, pero en ese momento sintió un aura extraña [?] que estaba cerca de ahí. - Aún queda algo de esos mortífagos.- Dijo despreocupadamente la ojivioleta mientras dejaba caer su varita a un lado de ella y el patronus amorfo desaparecía. En ese momento, la voz de su prima se escuchó por todos los alrededores de la mansión Granger, anunciando que acudieran a su llamado. - Por fin ha vuelto y más viva que nunca.- Susurró al mismo tiempo que una leve sonrisa se dibujaba en sus labios. Tratando de que los ánimos volvieran a ella mientras se levantaba y daba un vistazo a su aspecto: lucía unos jeans, una blusa en color rosa, con la imagen de un pollo rockero (?) y unos tenis. Su cabellera negra estaba amarrada a una coleta y su rostro aparentaba a alguien mucho más joven de lo que otros pudieran pensar; bajó rápidamente, preguntándose si su prima aún tenía esa loca idea en su mente de llevar a magos encuerados a bailar en la fiesta de aniversario. Rió de sus ocurrencias mientras llegaba a la parte de atrás de la mansión. - Ya llegó por quien llorabas, primita.- Dijo la fenixiana con malicia, mientras observaba hacia el jardín. - Veo que vienes con ganas de trabajar en la fiestecita ¿no es así? – Puso ambas manos en los hombros de la rubia, haciendo como si fuera a treparse sobre ella [?]. - ¿Los hombres singuen incluidos en tus planes originales, Sophie? ¿O ya tienes algo más planeado? – Inquirió con picardía.
  21. Una vez que la Granger hubiera guiado a su prima y a su hermana directamente hacia la sala, vio a la pelirroja acomodarse en uno de los sillones; por el contrario, ella se lanzó un clavado hacia el mueble más grande, de tal manera que quedó acostada cómodamente. No hizo caso a las miradas acusadoras de su mala educación, por parte del Freddy, el elfo doméstico que iba ingresando con una bandeja; supuso que alguien le había hecho algún pedido o probablemente había sido voluntariamente, como normalmente solía ser entre las criaturas de ese tipo. - ¡Ajaaaaá! Así que a ella si le traes cosas ¿y nosotras qué? – Exclamó la ojivioleta mientras señalaba acusadoramente al elfo. Como consecuencia, el pobre Freddy preguntó repetidamente si se le ofrecía algo a ella o a Sophie; sonrió ampliamente mientras exclamaba. - Era broma, era broma.- Con un gesto en la mano rechazó con amabilidad la propuesta, mientras la pelirroja hacía una sugerencia acerca de una posible fiesta. - ¿Cena romántica? ¿Solo nosotras tres? Cualquiera podría pensar mal de nosotras.- La joven rompió a reír con su pequeña broma, cesando casi de manera inmediata y prosiguiendo con el tema como si nada hubiera pasado. - Me agrada eso del caminito con pétalos de rosa, pero solo que fuera una cita a solas ¿ustedes saben no? – Dijo la fenixiana mientras miraba pícaramente a las otras chicas; sería interesante ver hasta qué punto podrían aceptar algo como eso. Inmediatamente Sophie hizo su propuesta indecorosa [o.o], lo cual dejó aturdida a la ojivioleta durante algunos instantes. Lo primero que hizo al reaccionar, fuer darle un zape a la rubia: ”¿strippers? ¿Convertiremos nuestra mansión en un chip & dale?” [???] Se preguntó la ojivioleta mientras hacía un esfuerzo para no reírse de la locura que se le acababa de ocurrir a su prima. Se puso a pensar que realmente no era una mala idea, de no ser porque querían festejar con algo que fuera más familiar, y eso implicaba a tener a sus primos, hermanos, sobrinos, niños y demás géneros ajenos al femenino. - Pues yo no tengo inconveniente en que medio Ottery asista, aunque particularmente preferiría que fuera algo familiar… Ya saben: Grangers y de paso invitar a los Gryffindor.- Susuró Luna, respondiendo a la pregunta que había formulado su hermana; era obvio que si había una familia a la cual no podían excluir, eran ellos precisamente. Trató de no concentrar sus pensamientos en el ojiverde abandonador [?], así que continuó con el tema como si nada hubiera pasado. - Que sea en el exterior, con un caminito que los guie hasta la laguna… Esperen ¿tenemos laguna? Podríamos hacer algo sencillo y nada de formalismos ¿qué opinan? – Hablaba más consigo misma, como si estuviera uniendo ideas. - Un caminito de piedras, una comida casera, una laguna, hombres encuerados bailando, juegos infantiles… debe tener de todo ¡lluvia de ideas! – Finalizó. Off: Flojera enorme seguir, ahí ustedes junten todo y me avisan xD
  22. La ojivioleta parecía estar disfrutando de la escena, pues aún continuaba sentada en el suelo, de tal forma que parecía que estuviera bronceándose, pero en el interior de la mansión. Podía sentir que la piel en donde había recibido el golpe, aún palpitaba debido al dolor; hizo su cabeza hacia atrás, dejando que su negra cabellera tuviera una bonita caída [?]. Observó a su hermana, quien le había preguntado extrañada sobre qué era lo que quería decir; tenía mucho tiempo que no la veía, incluso muy pocas veces habían tenido la oportunidad de platicar, pues siempre había una cosa u otra que lo impedía. - Estamos recordando nuestros años de infancia, querida Sophie.- Le respondió la Granger a la rubia rápidamente, al ver que parecía muy divertida con la situación. En ese momento se dio cuenta de lo que había dicho, pues por más que quisiera, no tenía recuerdos de niñez al lado de su hermana; su rostro se ensombreció un poco, pero sabía que así como esas experiencias, había otras que formaban parte de un pasado que ella no podía recuperar. Alcanzó a escuchar a Annick, quien mencionaba acerca algo de dos pies izquierdos, lo que provocó que Luna frunciera el ceño y le respondiera con enojo fingido. - ¡O seaaaaaa! No es mi culpa que te interpongas en mi camino ¿qué hacías parada allí? Exclamó mientras señalaba acusadoramente a la pelirroja y con la otra mano intentaba levantarse con ayuda de Sophie. - Tuuuu…. No te rías, que nunca se sabe cuando te va a tocar, primita.- Una mirada misteriosa atravesó por las hermosas [?] facciones de la joven, quien finalmente terminó riéndose y le extendió una mano a la ojiverde para ayudarla a incorporarse también. Como si nada hubiera ocurrido, la fenixiana comenzó a sacudirse la ropa, tratando de quitar restos inexistentes de polvo que se hubieran adherido a la tela durante su estancia en el suelo; finalmente su mirada violácea recorría de un lado a otro, pasando de su prima a su hermana y viceversa. ¿Cómo era posible que no lo recordaran? De Annick lo pasaba, pues ella no había estado desde el origen de los tiempos [?] ¿Pero de Sophie? - Entérense de una vez que un Aniversario, es una celebración que ocurre de forma periódica… El cual en este caso es un año.- Había adoptado un tono de voz serio, como si una profesora intentara enseñar a sus alumnos. - Y no tiene que ser precisamente una persona quien tenga que cumplirlo. El mes pasado cumplimos un año desde la primera vez que llegamos a vivir a esta mansión.- La joven se colocó entre ambas chicas y las abrazó, mientras veía con ojos soñadores hacia el techo, como si hubiera algo muy importante. - Tenemos que celebrar tan memorable día, aunque ya estemos un poco atrasadas.- Comenzó a jalar a ambas chicas, mientras se dirigía a la sala. - ¿Quién hubiera pensado que duraríamos viviendo tanto tiempo aquí? Todas las cosas que ha vivido esta mansión y solo por tenernos de huéspedes ¡es algo que no podemos dejar pasar! .- Sentenció la ojivioleta con un grito, como si estuviera regañándolas. - ¿Alguien propone algo para comenzar la celebración lo antes posible? El tono de su voz pasó de la efusividad a una ternura daba miedo. - ¿Sophie? ¿Annick? Off:
  23. ¿Cuánto tiempo había transcurrido desde la última vez que había estado allí? Los recuerdos se agolpaban una y otra vez, tratando de estar siempre presentes en la joven. Muchas cosas habían sucedido, lo cual la habían mantenido un poco alejada de su querida familia: la Academia, la Orden y otras pequeñas aventuras. Suspiró profundamente, pues ese día se encontraba un poco desanimada sin saber exactamente por qué; ”probablemente tanto trabajo me está haciendo mal”, dijo la ojivioleta para sus adentros, mientras caminaba con paso decidido en el camino que se abría frente a ella. El habitual césped cuidadosamente cortado, se extendía durante todos los terrenos que conformaban aquella mansión. La Granger se debatió si entrar directamente a la edificación, o dar un pequeño paseo a aquel jardín privado que se encontraba en las profundidades de aquel lugar. Sacudió brevemente la cabeza, desechando esa idea casi al instante, al pensar que estar sola no le ayudaría de mucho en esos momentos. Estaba tan distraída, que dentro de su mente, pareció escucharse un ”click”; ”¿qué día es?” Se preguntó a sí misma, mientras acariciaba distraídamente su barbilla. - ¡Por la cara arrugada de Merlín!- Exclamó sobresaltada, al ver que ya había transcurrido casi un mes desde aquella fecha tan especial, que le había cambiado la vida. - ¡Aniversarioooo!- Gritó, mientras corría con las manos sobre el rostro, directamente hacia el interior de la Mansión. Se sentía agotada, pero eso no le impediría hacer algo para ese día, tenía que festejar que hace un año, habían ido a habitar aquella mansión. ”¿Quién diría que aguantaríamos tanto tiempo juntas y sin tener que acabar matándonos entre nosotras?” Pensaba la joven, mientras que en su rostro se dibujaba una amplia sonrisa: todas las aventuras que habían vivido allí, ver que poco a poco la familia iba creciendo, ver que algunos se iban para buscar su verdadero ser [?], los continuos ataques de mortífagos, entre tantas cosas que aquella majestuosa edificación había tenido que presenciar silenciosamente. Le sorprendió ver que la puerta se encontraba entreabierta, pero aún así con energía, terminó de abrirla con una patada; debido al a fuerza que había utilizado, no pudo frenar y fue a caer con la persona que se encontraba en medio del pasillo. Solo se escuchó el ruido de un golpe seco y al final, se veía a una chica pelirroja y otra pelinegra… ambas en el suelo. Afortunadamente, no había nadie que estuviera de testigo para ver tal escena; la ojivioleta se quedó sentada, mientras acariciaba su cabeza, un poco adolorida. Al final, reconoció a su hermana y la saludó, como si no hubiera pasado nada. - ¡Hermanita! ¡Qué gusto verte! ¿Qué andas haciendo en el suelo? – Bromeó en un intento de hacer conversación. - Es como si te hubiera llamado con la mente… Tengo que hablar contigo y con Sophie.- Exclamó.
  24. Hola! Buenas tardes: Hace un rato, revisando la bóveda del negocio Night Whispers, noté que no tenemos ni un solo galeón T_T a pesar de que está abierto desde junio. Mi pregunta es: hay que hacer algún tipo de reporte para que ustedes hagan el pago mensual? Si es así, cuál es? Es que soy nueva en estas cosas y no se si se maneja igual que el de las familias xD. Agradeceré a quien me de una respuesta :3 Ah si! Otra cosa que estaba olvidando: en el censo de bóvedas, aparezco como única propietaria y no es así para que por favor puedan modificar y agregar a Silverlyn, como mi socia. Eso es todo Saludos.

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