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Valeskya Granger

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Todo lo publicado por Valeskya Granger

  1. Hola: Buenas, vengo a solicitar un cambio en nuestra bóveda familiar :3 Gracias desde ya.
  2. Buenos días: Supongo que tengo que pasar por acá a notificar la apertura de una bóveda, aunque no estoy muy segura igual lo dejo por cualquier cosa: Bueno, la repartición de galeones entre dueños queda 50/50 :3 Gracias desde ya.
  3. La elfina doméstica dejó caer una pieza de top sirloin (?), en el plato de la ojivioleta, la cual comenzó a cortar sin ganas. No le apetecía comer, estaba más concentrada en prestar atención a lo que su familia tenía que decir, acerca de la mudanza; todos parecían más que decididos y entusiasmados por la idea de una casa nueva. ”Una nueva vida”, pensó la Granger, mientras pensaba en los años que habían vivido en esa mansión, desde que habían llegado y todas las cosas buenas y malas que pasaron, no podía evitar dejar de sentir esa nostalgia. Sería complicado dejar todo eso atrás y quizás para la bruja, sería darle vuelta a la página a todos aquellos recuerdos que solían inquietarla y a la vez eran motivo para no aparecerse mucho por allí. Entrecerró los ojos y quedó viendo a su hermano, era una especie de duelo de miradas, parecía que cada uno transmitía sus sentimientos de no muy buena manera. La Granger podía imaginarse la cantidad de insultos que Joaquín estaba guardando para sí, su educación sobrepasaba sus emociones y era un motivo por el cual le había hecho ese comentario hiriente acerca de sus hijos. ”Hubiera sido divertido que se hubiera puesto loco frente a todos, así de una vez por todas todos sabrían la clase de persona que es” dijo la bruja para sus adentros. Mientras divagaba en las posibilidades, su hermano respondió con un comentario que tenía clara intención de empezar a discutir. La bruja no tuvo oportunidad de responderle como hubiera querido, ya que su prima Zahil dio fin a la cena para iniciar con las cosas de la mudanza y poder hablar con Apolo en el sótano. ”Esto no se quedará así”, pensó la pelinegra, lanzándole una mirada asesina a su hermano, tan intensa que con un poco de suerte tal vez podría sentir parte del odio que comenzaba a fluir por su ser (??). ¿Y él qué sabía de sus problemas personales? Pues nada, obviamente, porque desde que se apareció un día (?) diciendo que era hermano suyo, ni siquiera se había tomado la molestia de saber lo que había sido de su vida… al menos tener la decencia de saber que solo era una hija biológica, era como lo básico que debería saber (?). Bajó la mirada y notó que la carne que había estado cortando, casi estaba hecha puré, tras lo cual hizo lo que la mayoría, empujó suavemente el plato hacia el centro de la mesa y se levantó lentamente. Su intención primaria, fue seguir a Zahil al sótano, pero inmediatamente pensó que al final no sería buena idea, pues aparte de pedirle a Apolo que bajara para poder hablar con él, sentía que no era su problema, o quizás más adelante se le ocurriría discutir con su sobrino el tema… aparte, para que sintiera el doble rigor de las matriarcas (?). Escuchó a Fiamma decir que iría a buscar a su bóveda varias cosas y objetos muggles para poder vender y entonces a Valeskya se le ocurrió ver si en su habitación podría haber algo de valor… y de paso recoger algunas cosas que tenía escondidas. - Si me disculpan, tengo que ir a mi habitación un momento y quizás más adelante pueda alcanzarlos en el sótano, lo de Zahil seguro va a requerir ayuda de varias personas. – Exclamó la ojivioleta, teniendo una idea aproximada de lo que se podría encontrar en ese lugar. Se separó del grupo y subió rápidamente a su habitación, dando un portazo con fuerza, al final daba lo mismo si se caía otra puerta más, pues pronto se irían de allí y serían problema de los dueños nuevos. Sintió como una ola de recuerdos caía sobre ella y odiaba sentirse así, pero pronto pasaría ese sentimiento cuando dejaran ese lugar de forma definitiva. Su habitación seguía intacta, tal y como había estado la última vez que había estado allí. Se dirigió al clóset y vio que había ropa colgada, entre túnicas, vestidos y algunas cosas que no solía usar con frecuencia y que no recordaba que tenía allí. - ¿Será que sirva para venta? O mejor quemarlo… no creo que haya mucho de valor que vender, salvo…- La Granger recordó que en su baúl mágico, solía guardar su kit de adivinación: una bola de cristal, unas cartas, hojas de té, y otras cosas más. - ¡Breena! ¿Crees que sea hora de adquirir algo más moderno?- Le mostró un muñeco vudú (?) a su elfina, quien había aparecido tras ella con su baúl, como siempre lo hacía cada que llegaba a un nuevo lugar. - Tal vez un cambio de guardarropa completo también, señora.- Exclamó la elfina. - ¡Señora! Un lazo del diablo muere cada que dices esa palabra, Breena. – Dijo la bruja despreocupada, mientras seguía revoloteando el amplio closet . - Aunque, así como está el jardín, quizás sería bueno que fueras repitiendo ”señora, señora”, así disminuiría un poco la cantidad de esas plantas. La joven sonrió, procurando ocultar el rostro del escrutinio de su elfina. - Breena ¿Puedes decirle a Joaquín si puede venir un momento por favor?- El tono de su voz había cambiado, al parecer había encontrado algo que le hizo recordar que tenía un pollito pendiente (?) con su hermano.
  4. 1. Link del tópico de la ficha del o los dueños y links a sus respectivas bóvedas personales: Fiamma Phoenix Diggory /--/ Bóveda No. 78281 Valeskya Granger /--/ Bóveda No. 78879 2. Link del tópico de registro del negocio aprobado: Catemacos Magic 3. Link del local aprobado: Aprobado 4. Link de las familias del o los propietarios: Familia Granger  Familia Ojo Loco Potter Blue  5. Link de la bóveda de las familias del o los propietarios: Bóveda de la familia Granger Bóveda de la familia Ojo Loco Potter Blue
  5. Catemaco, Veracruz, ubicado en el gran país de Mexico, es un destino turístico que se encuentra a orillas de una laguna y el poblado es hábitat de oscuros brujos, curanderos, adivinos y hechicería que tiene sus raíces en el periodo prehispánico y es mayormente practicada por hombres. Esta actividad es conocida en el país y atrae a clientes con diferentes estilos de vida, los cuales incluyen artistas, hombres de negocios e incluso personajes incluidos en la política; la gente que habita en ese lugar, han hecho suyos los secretos de sus ancestros, los cuales se han preservado durante milenios. Con gran solemnidad y respeto, realizan cualquier tipo de trabajo de esta índole, desde una simple “limpia”, hasta la invocación de entes y espíritus, pasando por curas o remedios para cualquier mal, utilizando hierbas, granos o semillas, acompañados de cualquier elemento conformado por la madre tierra. Entrada:Tratando de llevar esa parte de la magia ancestral de Catemaco para el mundo, las dueñas del negocio en Ottery, trataron de simular lo más posible el ambiente y el misticismo. Ubicado en la parte más alejada del Callejón Diagon, existe un inmenso bosque, el cual no da lugar a que se vea más allá de la entrada, salvo por un camino de terracería formado por la misma naturaleza, el cual da la impresión de ser un lugar tenebroso. Para las personas que se atreven a seguir adelante, un par de kilómetros adelante, se encuentra un gran claro, con un pasto verde y uniforme que cubre los alrededores de un lago artificial, con tranquilas aguas, sin embargo, no tan cristalinas, lo cual no permite ver más allá de la superficie. En el centro de la laguna se encuentra un sauce boxeador, el cual se agita violentamente cuando se hacen ciertos rituales secretos, debido a que de acuerdo a los milenarios secretos ancestrales, se utiliza la fuerza de los elementos, lo cual provoca cierta agitación mágica que afecta a todo el lugar. También se encuentra una tienda de campaña, de color blanco, del tamaño externo suficiente como para dejar entrar a un par de personas caminando tranquilamente sin tener que erguirse; aparentemente frágil, sin aportar alguna clase de confianza a los visitantes, pero en su interior hay espacio más que suficiente (lo que es mejor conocido como encantamiento de extensión indetectable) para que en su interior los visitantes puedan moverse a libertad y admirar lo que el negocio tiene que ofrecer. Lobby: Al entrar se puede percibir el olor de lo que a simple vista puede verse como una gran variedad de inciensos de diferentes aromas y colores. Unas vitrinas con una gran variedad de souvenirs: antigüedades prehispánicas, cuadros, llaveros, carteras, y su principal atracción, que son los amuletos para la buena suerte, el amor, el dinero, el trabajo, que a diferencia de sus versiones muggles, contienen un poderoso hechizo que los hace funcionar… por un breve periodo de tiempo y no es que sean de dudosa calidad, al final todo consiste que funcione una vez, como una pequeña prueba de lo que se puede hacer en ese lugar y de ahí mantener el amuleto como un simple de recuerdo de la visita a Catemaco’s Magic. ¿Qué si es legal usar esos hechizos? Es algo de lo que nadie hablará. Primer piso de “Lectura”: Así como los grandes edificios, este negocio cuenta con diferentes pisos, pero son subterráneos. En la entrada, hay un velo mágico, que solo permite entrar a las dueñas y al cliente que esté interesado por la lectura de cartas, de las manos, del café, etc. Esta parte se encuentra con iluminación por medio de velas, una mesa redonda en el centro, cubierta con un mantel de terciopelo rojo, un par de sillas, y en los extremos muebles grandes y aterciopelados del mismo color. El silencio es roto por los carillones de viento, que a pesar de ser un lugar cerrado, se agita con suavidad, ocasionando un ruido relajante y suave. Segundo piso de “Pociones y amarres”: Al descender, se encuentra una puerta común y corriente, que al entrar, permite ver una gran variedad de pociones que están agitándose constantemente, algunos agitadores moviéndose solos, algunos calderos solo emanan humo, otros burbujas, de diferentes colores y un olor extraño pero soportable, provocado por la variedad de calderos. Al fondo, se encuentra un mueble grande, de madera y pintado de color negro, con formas exquisitamente talladas, tiene dos puertas cerradas con una llave especial; en su interior contiene una gran variedad de frutos, plantas, semillas, entre otros ingredientes, listos para elaborar amarres y otra clase de trabajos especiales. Si el cliente tiene un amor no correspondido, si quiere conseguir un trabajo deseado, si quiere protegerse contra la mala vibra, y muchas cosas más, éste es el lugar. Tercer piso “Clasificado”: Este lugar tiene una magia especial, pues es aquí donde se invocan a los diferentes elementos de la tierra y demás dioses (?), para lo cual, el acceso está prohibido para cualquier persona ajena, a menos que venga acompañado de una de las dueñas. Es el área para “trabajos” especiales, por este motivo, el diseño interior se adapta de acuerdo a las necesidades del trabajo que requiere la persona interesada. Al final se encuentra un cartel con la leyenda: * A F I L I A D O S * Joaquín Granger Zahil Aranel Granger
  6. Buen día: Suponiendo que para cuando lleguen a este post, ya habrán realizado el cambio anterior, vengo a molestar nuevamente xd. Gracias!
  7. Hola: Buenas noches, vengo a solicitar un cambio en nuestra bóveda familiar :3 Debido a que Thomas E. Gryffindor ha dejado de ser patriarca en nuestro árbol genealógico, y darle su porcentaje de ganancia correspondiente antes de ser retirado (25%). Y colocarme a mi (Valeskya Granger) como iniciadora y matriarca, por favor No se si tenga que dejar el link a su bóveda, pero lo hago por si las dudas: Thomas E. Gryffindor *-* Bóveda Una cosa más, para solicitar un cambio en el árbol genealógico, debo hacerlo en un post aparte? Gracias :3!
  8. El hecho de haber preguntado acerca de la mudanza, hizo que la ojivioleta se preguntara con cuánto oro disponían para poder hacer un cambio de esa naturaleza, debido a que no eran los más adinerados de Ottery, y aparte desconocía la situación que había en la bóveda familiar. Escuchó que Zahil comentaba acerca de las puertas y los nuevos aires, era una idea que no sonaba tan descabellada al fin y al cabo. ”Quizás los elfos agradecerían si conseguimos un lugar con una puerta metálica o al menos con un triple refuerzo”, murmuró en voz tan baja, que dudaba que alguno de los presentes se hubiera dado cuenta, pero pudo observar que uno de los elfos que pasaba a su lado, soltaba un pequeño chillido de alivio. Bebió un sorbo de la copa de vino que tenía, y no hizo ningún comentario cuando su prima llamaba delicadamente la atención de Apolo con respecto a la forma en qué bebía. Tenía muchas dudas con respecto a su comportamiento, sabía que había algo que no estaba bien, incluso veía algo de su juventud reflejada en él (?), se había moderado con la bebida hacía bastantes años, más de los que ella recordaba. Se dijo a sí misma que luego buscaría a su sobrino para darle algún consejo, o quizás un regaño, no era algo que supiera con exactitud en ese momento. Tal y como esperaba, Joaquín no había decidido pasar esa oportunidad de responder mordazmente a la pregunta que la joven había hecho, lo cual provocó una sonrisa maliciosa en ella y decidió guardar su comentario solo unos instantes más. Volcó su atención en Fiamma y su historia de convivencia con los hippies; “¿qué rayos estaba haciendo con esa clase de personas?” La Granger no solía discriminar gente, pero los hippies eran algo especial y esperaba que su nueva (?) prima, no hubiera adoptado algunas de sus costumbres (?). - Bueno gente, parece que la idea de una mudanza es algo en lo que todos estamos de acuerdo.- [/u] Sentenció la pelinegra, terminando de un solo sorbo la bebida en su copa y dando un golpe a la mesa. - Incluso Apolo, que anda desganado y luchando con la carne y el tenedor, está apoyando que nos vayamos a vivir a un lugar donde haya agua. Ahora el problema principal ¿Cómo está nuestra economía? Porque nada es gratis en esta vida ¡NADA! – Le hizo señas a su elfina para que le sirviera más vino. Se sentía extrañamente eufórica, como antes solía serlo, antes de que toda la maldad (?) pasara y se adueñara de ella. - … Porque supongo que van a querer un lugar nuevo y lleno de lujos ¿no? – Prosiguió la joven como si nada. - Opciones: demoler mansión, construir una casa, un castillo, otra mansión. Vender cosas para conseguir el dinero suficiente y mudarnos… o llegar de intrusos a un lugar abandonado, o echar a la gente ¡no lo sé! - La ojivioleta sonrió con lo último que dijo, pero igual en un caso desesperado, no se opondría; la situación en Ottery era totalmente diferente a lo que había visto en otros tiempos, había menos gente y no sabía si los mortífagos tenían culpa de eso. - Joaquín…- Bajó la voz lo suficiente como para que solo lo escuchara su hermano y puso su rostro serio. - Cuando “hijos”, no sabía que en verdad tendrías más de uno. Así que se llama Helena ¿Y por qué no la tienes a tu lado? Siempre hablas de Seishiro, hasta ahora ¿Acaso eres un padre con preferencias? – La bruja movió negativamente la cabeza. - Muy mal, al menos mis hijos ya son suficientemente mayores como para saber qué rayos hacen con sus vidas.- Terminando, levantó la cara , sonriente ante los demás (?).
  9. Buenas :3 Vengo con un montón de dudas xd acerca de la bóveda de la familia, principalmente. Espero que me puedan resolver *-* Yo dejé el matriarcado de la familia Granger hace bastante tiempo y vengo regresando de esa ausencia. Se solicitó el cambio de matriarca en el topic de la familia y ya está listo. Veo que la bóveda la abrió el patriarca en turno xd. Mi pregunta es: 1. Tengo que abrir un tema para una bóveda nueva? Es decir, debido a que el chico dejará de ser patriarca y se tiene pensado que yo lleve el tema de la bóveda familiar nuevamente. 2. Se haría nuevamente el descuento si llegara a cambiarse de bóveda? Me refiero al descuento inicial que se les hace a los patriarcas cuando abren una bóveda de una familia nueva. 3. No es que haya un dineral en la bóveda actual xD, pero la otra duda que tenía es, que si el chico dejará de ser patriarca, habra quedarle la parte proporcional de galeones que quedan? creo que por ahora sería todo, pues las otras dudas las olvidé xd. Gracias!
  10. Buenas tardes: No se si es el lugar correcto para solicitar un cambio en el primer post de la Familia Granger. Las razones: 1. Una buena actualizada a los nicks y de paso a la historia familiar xd 2. Quitar del patriarcado a Thomas E. Gryffindor. Dejo códigos,esperando que no haya ningún problema :3 Gracias!
  11. Mientras se dirigían a la mesa, la mente de la Granger empezó a divagar acerca de lo que había por hacer en la mansión, durante sus fugaces visitas, podía notar que su prima había cargado con una gran responsabilidad al quedarse sola al mando de la familia, esa era una de las causas por las cuales había decidido volver, no se le hacía justo que ella cargara con todo, ya que la burocracia dentro de Ottery había ido incrementándose con el paso de los años (?). Tomó nota mental de las cosas que le preguntaría a Zahil cuando estuvieran a solas, incluido el tema de Apolo, que a pesar de que era su sobrino y tenía muy poco trato con él, era algo evidente que había algo que no estaba bien con su comportamiento o quizás estaba exagerando. Un chirrido sacó a la bruja de sus pensamientos y dirigió su mirada a la puerta principal: una de las bisagras ya se había desprendido. Esa puerta vieeeejaaa - Exclamó la ojivioleta, quitándole importancia al hecho de que ella había provocado eso durante su llegada. Este lugar requiere una remodelación urgente o quizás una mudanza murmuró sin dirigirse a nadie en particular. La situación que estaban viviendo en ese momento le resultaba algo inusual: de repente, los Granger se encontraban reunidos sin siquiera habérselo propuesto, lo cual le resultaba agradable e inesperado, era algo que había deseado durante mucho tiempo en secreto: que la familia volviera a reunirse y de ahí venía la petición de obligar a Apolo a que bajara a hacer acto de presencia con el resto y de paso hacer las presentaciones pertinentes. Escuchar a Fiamma preguntar quién le había estado enviando lechuzas con peticiones para que volviera, provocó que la pelinegra soltara una risita maligna (?). - Si hacemos un recuento de fechas, creo que podría adjudicarme la mitad de las lechuzas que te envié, Fiamma. Habían llegado al comedor e inmediatamente la joven se preguntó cuántos de los que estaban presentes realmente probarían algo de lo que los elfos iban a servir. Creo que el resto fue culpa de Zahil. Ha tenido una temporada difícil al encargarse de la mansión y con dos emm.- Dudó en decir si eran niños, pues tenía mucho que no los veía. - Hijos, sí Es complicado, todo eso. Dando por hecho que yo ya no volvería y todas sus demás obligaciones - La Granger se preguntó si su prima pertenecía a algún bando, pero optó por no hacer pública esa duda que le había surgido. - No la culpo, ni yo sabía que iba a volver.- Los elfos terminaban de hacer los últimos ajustes a la comida. Ella se sentó a un lado de la silla principal, y aguardó a que nadie peleara el lugar que había tomado (?); esperaba que todos los demás se acomodaran a su gusto. No dejó de notar la presencia de Apolo y su intención de sentarse en el lugar que quedaba más apartado de donde ella se encontraba.Demasiada comida, pensó la ojivioleta con cierta preocupación escuchar a su sobrino preguntar si habría algo especial: un pollo preparado con vino y especias, lomo de cerdo en salsa de ciruela, variedad de salsas y aderezos, ensaladas y por supuesto, no podía faltar un buen vino; entrecerró los ojos al ver al Granger beber generosamente (?). - Ah ¡Claro! una disculpa a Joaquín y a Apolo.- Lo acababa de recordar en ese momento. - Con la emoción del momento había olvidado presentarles a Fiamma. Nos conocemos desde hace mucho tiempo y sin embargo, hace relativamente poco, nos hemos enterado que somos primas. Esto último no creía que fuera algo que llegara a sorprender, pues en Ottery casi la mayoría de sus habitantes resultaban tener parentesco, por muy lejano que fuera. - Fiamma, Joaquín es mi hermano y APOLO. recalcó la última palabra. - Es nuestro sobrino . La bruja rió y se sirvió una copa de vino. - Está de sobra decir que me alegra que estemos reunidos, aunque no en las circunstancias óptimas- Miró fugazmente a Apolo. - No esperen a que me echen un discurso, pónganse a comer (?) y bueno, que la recién llegada nos cuente qué hizo durante todo este tiempo eso o que Joaquín nos diga si no se ha llenado de hijos. Finalizó.
  12. Hola! Después de una muuy larga ausencia, vengo a actualizar mi ficha, esperando que todo esté acomodado de forma correcta. Acabo de ver que me actualizaron con la leyenda de matriarca ¡Qué emoción! xd. Espero que con poner el código, funcione, ya ni me acuerdo cómo se usa el foro xD. [indeed=1][b]Datos Personales:[/b][/indeed] [color=#990099][b]Nombre del Personaje:[/b][/color] Valeskya Granger. [color=#990099][b]Sexo:[/b][/color] Femenino. [color=#990099][b]Edad:[/b][/color] Joven. 23 años. [color=#990099][b]Nacionalidad:[/b][/color] Británica [color=#990099][b]Familia(s):[/b][/color] * Familia Granger [Matriarca] * Familia Slytherin [color=#990099][b]Padre(s) Sanguíneo:[/b][/color] Saya Black Heishiro Lupin [color=#990099][b]Padre(s) Adoptivos:[/b][/color] Radamantys Crouchs [color=#990099][b]Trabajo:[/b][/color] -- [indeed=1][b]Poderes Mágicos:[/b][/indeed] [color=#990099][b]Rango Social:[/b][/color] Unicornio de Bronce. [color=#990099][b]Bando:[/b][/color] Neutral. [color=#990099][b]Rango dentro del Bando:[/b][/color] -- [color=#990099][b]Nivel de Poder Mágico:[/b][/color] 5 [color=#990099][b]Puntos de poder en objetos:[/b][/color] 40 [quote][color=#990099][b]Hechizos adicionales:[/b][/color] --[/quote] [color=#990099][b]Puntos de poder en criaturas:[/b][/color] 20 [quote][color=#990099][b]Criaturas controlables en asaltos y duelos:[/b][/color] --[/quote] [color=#990099][b]Habilidades Mágicas:[/b][/color] -- [color=#990099][b]Conocimientos Especiales:[/b][/color] * Conocimiento de Maldiciones. * Runas Antiguas. * Aritmancia [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78783&view=findpost&p=3983473"](Conocimiento Adquirido)[/url] * Leyes Mágicas [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78783&view=findpost&p=4260476"](Conocimiento Adquirido)[/url] [indeed=1][b]Perfil del Personaje:[/b][/indeed] [color=#990099][b]Raza:[/b][/color] Vampiro. [color=#990099][b]Aspecto Físico:[/b][/color] Es una joven que mide 1.70 m de estatura; debido a su condición de vampiro, posee una piel extremadamente blanca. Sus ojos son de color violeta, tienen forma almendrada y cejas delgadas, nariz pequeña y fina, sus labios son delgados. Su cabello es color negro azulado y completamente lacio, lo lleva siempre a la altura de sus hombros. De complexión delgada y proporciones normales. [color=#990099][b]Cualidades Psicológicas:[/b][/color] Es una chica amigable, la mayor parte del tiempo se encuentra sonriendo. Sumamente leal a sus amigos, siempre los defenderá a costa de su propia vida si es necesario. Le agrada hacer bromas y ayudar a los demás, es tímida con las personas que no conoce. Es bastante confiada, se deja llevar por la primera impresión; por eso suele llevarse fuertes decepciones. Es bastante distraída, pues suele reflexionar mucho las cosas antes de hacerlas. Su impuntualidad es su mayor defecto; siempre sincera, suele mostrarse fría y distante con la gente que no le simpatiza. Casi nunca se enoja, su carácter es demasiado tolerante con las personas que la rodean por muy antipáticas que sean. Después de lo sucedido con aquella tiara, su carácter cambia drásticamente: se vuelve fría, desconfiada, hipócrita y comienza a sacar provecho de la gente que le conviene. A veces no puede dominar sus emociones y deja ver cierta debilidad, sacando las cosas buenas de lo que era anteriormente. Solo se muestra tal cual es, en presencia de su familia y su elfina personal, siendo extremadamente sobreprotectora con ellos. [color=#990099][b]Historia:[/b][/color] Nació el 16 de Octubre de 1987; hija de Saya Dumbledore Peverell y Heishiro Lupin. Cuando estaba recién nacida, su madre la dejó al cuidado de sus familiares para que pudiera emprender un viaje en busca de su pasado. Creció creyendo que era hija única y durante ocho años estuvo extrañando a Saya, hasta que por fin regresó para reencontrarse con ella. Poco sabía de su padre, pero no cuestionaba su ausencia; se dedicó a vivir su infancia al máximo hasta cumplir los once años, que fue cuando ingresó a Hogwarts. El sombrero seleccionador la envió a la casa de Ravenclaw, ahí comenzó a tener amigos, los cuales hiciera que su vida diera un cambio radical. Fue una niña bastante tranquila y amigable, siempre procuraba mantener contacto constante con su madre a través de cartas; al finalizar el primer curso, le obsequian una hermosa lechuza de color gris; junto con sus amigos, deciden nombrarla Xion. A medida que va creciendo, comienza a llamarle la atención las costumbre muggles. Decidió seguir los pasos de su mamá, a pesar de no haber podido estar juntas desde el principio, le tiene una enorme admiración. Realizó un viaje en busca de una persona que la ayudaría a guiar su camino para ser miembro de la Orden del Fénix. Durante ese trayecto de su vida, conoce a Coyo-t, que en aquel tiempo era un espía dentro de la Marca, y se enamora de él. Ignorando la situación de peligro en la que ambos se encontraban, continúan su relación y un 12 de junio nace su primera hija, la cual deciden nombrar Allysson. Poco tiempo después del nacimiento de su hija, se ven forzados a huir del lugar en donde vivían juntos; aunque la joven no llega a entender completamente el por qué. Se ven en la necesidad de separarse y Luna se lleva a su hija; sabiendo en la situación en la que se encontraban y lejos de su familia, decide dejarla en un orfanato muggle para protegerla de los mortífagos. Poco después es atacada y es convertida en un vampiro; por alguna razón pierde todos sus recuerdos vividos hasta ese momento. Luna abre los ojos en su nuevo hogar: El Castillo Peverell, al lado de su madre. Le explica en lo que se ha convertido, sin recordar a nada ni a nadie que haya formado parte de su pasado; decide seguir adelante, aunque siempre acompañada con una extraña sensación: la soledad. Decide entrar a la Academia de Magia y hechicería, en donde conoce a Fiamma Phoenix Diggory, Arabella Gryffindor y Artemisa Evans. Al finalizar sus estudios, es aceptada para ingresar a la Orden del Fenix; ahí se lleva una sorpresa al encontrarse con su padre y a partir de ese momento comienza a recuperar el tiempo que no habían podido convivir juntos. Después de un tiempo, conoció a Annick, quien ingresó al bando y por alguna extraña razón se llevaron muy bien desde el principio; cosa que Luna creyó que solo era simple casualidad. No pudo averiguar más acerca del extraño acercamiento que tenía con su nueva compañera dentro de la Orden, porque una de sus amigas (Fiamma) desaparece; haciendo que la joven cayera en un estado de depresión. Poco tiempo después se reencuentra con Coyo-t y él le confiesa parte de su pasado; al principio ella no le cree, pues le cuesta mucho aceptar que había tenido una hija a la que había abandonado, aunque finalmente ambos deciden emprender la búsqueda y después de un tiempo transcurrido, por fin la logran localizar en casa de la familia Poulain; la ojivioleta se siente culpable por haber abandonado a Allysson y al encontrarse con ella, le explica lo que realmente sucedió. A pesar del encuentro con su hija, Luna y Coyo-t deciden separarse; debido a las obligaciones de ambos. Transcurre poco tiempo hasta que en una de sus tantas reuniones con Zahil Aranel y Robin, descubren que las tres tienen un ancestro en común y por eso deciden mudarse a una mansión en Ottery para convertirse en la Familia Granger donde ellas tres son matriarcas. Hace poco Annick regresó a las filas de la Orden después de un periodo de ausencia, del cual la ojivioleta nunca supo el porqué. El acercamiento que hubo entre ambas, hizo que al platicar la historia de sus vidas, descubrieran que son hermanas. Debido a la partida de Robin, Zahil y Luna deciden que la pelirroja se convierta en matriarca de la familia Granger. El tiempo transcurre sin ningún acontecimiento importante, hasta que la bruja ojivioleta termina impartiendo clases en la Academia de Magia y Hechicería, considerando una parte muy importante de su vida. Aunque sólo estuvo durante poco tiempo, aprendió muchas cosas y desearía volver a dar clases otra vez. Transcurrió el tiempo y conoció a Pakami Gryffindor, con quien llevó un fugaz noviazgo y casi sin darse cuenta terminó casándose con él. En ese mismo mes, siente que su tiempo dentro de la Orden del Fénix ha terminado y con muchos sentimientos encontrados, decide pedir su baja del bando, en donde llegó a tener el rango de Knight. Un día recibe una tiara, regalo de su ahijado Enrick, la cual contenía una maldición que encerraba a una entidad desconocida (?); al probársela, la pelinegra cae inconsciente y su alma queda encerrada en un sueño profundo, tras lo cual dicha entidad sale a flote, haciendo que las emociones y el carácter de Luna cambien de manera drástica. Aunque comparten el mismo cuerpo, aquella alma maligna prefiere que la llamen [b]Valeskya[/b]. Después de haber ocurrido ese cambio importante en la vida de Valeskya, se vuelve sumamente desconfiada con la gente que la rodea. Discute constantemente con su hermano, aunque a pesar de que en el fondo lo quiere mucho, nunca se lo da a demostrar, le molesta que sea sumamente pacífico y que pueda llevar una vida tranquila al lado de su hijo, pues en el fondo le amarga que ella no haya podido llevar una vida normal al lado de una familia. Por ese y otros motivos, decide marcharse de Ottery, en busca de esa tranquilidad y paz que tanto le hace falta. Sin su habitación en la mansión, Valeskya se dedica a viajar por todo el mundo, sola y llevando la vida que siempre quiso vivir. Visita a la Familia Granger mucho más seguido de lo que ella quisiera, algunas veces para saludar, otras simplemente rondando los jardines en busca de llenar ese vacío generado por la nostalgia de los buenos tiempos. Después de algunos años, decide volver con la Familia Granger, decidida a dejar su angustioso pasado atrás. [indeed=1][b]Pertenencias:[/b][/indeed] [color=#990099][b]Objeto Magico Legendario:[/b][/color] -- [color=#990099][b]Objetos Magicos:[/b][/color] [b]Objeto:[/b] Varita mágica. Hecha de madera de narciso, 30 centímetros de largo, en el mango tiene grabado la palabra "fuerza" en runas antiguas en color plateado y su núcleo está conformado por el cabello de un unicornio. Lleva el nombre de Yvaine, cuyo nombre significa "estrella caída". [b]Clasificación:[/b] AA [b]Puntos de poder:[/b] 20 [b]Objeto:[/b] Una cadena con un dije en forma de luna, que le fue obsequiado por Zahil Aranel Granger el día de su graduación. Lo utiliza para poder comunicarse con los demás integrantes de la Orden del Fénix. [b]Clasificación:[/b] AA [b]Puntos de poder:[/b] 20 [b]Total de puntos: [/b]40 [color=#990099][b]Mascotas y Criaturas:[/b][/color] [b]Criatura:[/b] Lechuza gris con motes blancos en su pecho, su nombre es Xion. [b]Clasificación:[/b] X y no mágicas. [b]Puntos de poder:[/b] 10 [b]Criatura: [/b]Tigre Blanco, cuyo nombre es Kotaro. [b]Clasificación:[/b] X y no mágicas. [b]Puntos de poder:[/b] 10 [b]Total de puntos:[/b] 20 [color=#990099][b]Criaturas en la Reserva:[/b][/color] -- [color=#990099][b]Elfos:[/b][/color] * Elfina personal:Breena * Elfo familiar: Freddy [indeed=1][b]Licencias, Tasas, Registros:[/b][/indeed] [color=#990099][b]Licencia de Aparición:[/b][/color] Obtenida. [color=#990099][b]Licencia de Vuelo de Escoba:[/b][/color] Obtenida. [color=#990099][b]Registro de XXX:[/b][/color] [b]Registros personales:[/b] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78783&view=findpost&p=3983473"]Adquisición de conocimiento de Aritmancia.[/url] [b]Registros mascotas y elfos:[/b] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78783&view=findpost&p=3573620"]Elfos domésticos[/url]. [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78783&view=findpost&p=3624881"]Criaturas[/url]. [indeed=1][b]Otros Datos:[/b][/indeed] [color=#990099][b]Otros datos:[/b][/color] Su patronus es un tigre blanco adulto, de dos metros de largo. [color=#990099][b]Cronología de cargos:[/b][/color] * Ingresó a la Orden del Fénix en Octubre de 2009. * Estuvo algún tiempo como empleada en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional. * Fue Jefa de Casa de los Centauros de Blodwyn en la Academia. * Dio clases de Rol Avanzado * Entró a trabajar en la Oficina del Ministro, desempeñándose como enlace con aurores, el 04 de Octubre de 2010. * Dio clases de Generales en la Academia de Magia y Hechicería hasta el mes de septiembre de 2011. * Se retira de la Orden del Fénix en Octubre de 2011. [color=#990099][b]Premios y reconocimientos:[/b][/color] -- [indeed=1][b]Links de Interés Referentes al Personaje:[/b][/indeed] [color=#990099][b]Link al Perfil de Comprador MM: [/b][/color][url="http://magicmall.harrylatino.org/mago_detalle_lista.php?buscar_mago_lista=73699&button=Ver+en+forma+de+lista"]81[/url] [color=#990099][b]Link a Bóveda Personal:[/b][/color] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78879"]Bóveda nº 78879[/url] [color=#990099][b]Link a Bóveda Trastera:[/b][/color] -- [color=#990099][b]Link a Bóveda de Negocio:[/b][/color] [color=#990099][b]Link a Bóveda de Negocios Cerrados:[/b][/color] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=95760"]Bóveda 95760 - Fabricantes de Mentiras[/url] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=93055"]Bóveda nº 93055 - Night Whispers[/url] [color=#990099][b]Link a Bóveda Familiar 1:[/b][/color] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=86794"]Bóveda Familia Granger[/url]. [color=#990099][b]Link a Bóveda Familiar 2:[/b][/color] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=95441"]Bóveda Familia Slytherin[/url].
  13. La ojivioleta sonrió al escuchar una voz conocida acercarse hacia ella, se trataba de su adorada prima Zahil, a quien tenía mucho tiempo de no ver; trató de contener el montón de preguntas que llegaron a su mente en ese instante: sobre qué había sido de la familia, si Robin por algún extraño capricho del destino había decidido volver, sus hijos, sus primos y…. otras cosas más. Suspiró y quedó viendo a la rubia, al punto de casi entrecerrar los ojos, como si quisiera leer su mente; aunque ese sentimiento se desvaneció casi inmediatamente al escuchar a su sobrino dando show en la cocina. - Hola, queridita. – Exclamó la Granger. Hubiera deseado ser un poco más cariñosa, pero era un sentimiento que le resultaba un poco extraño y la situación de su encuentro no ayudaba mucho. - ¿Sabes? Quizás permanezca algo más que unos días por aquí… creo que hace falta un poco de… - Miró a Apolo -….Rigor en este lugar… - Acto seguido, apareció un elfo doméstico para llevarse al joven para volverlo presentable. La bruja alzó ligeramente la mano a modo de saludo para Polo, y dirigió su mirada a la prima, moviendo solamente los labios y distinguirse claramente un ” ¿Qué le pasa a este chico?”; antes de que Zahil pudiera responderle algo, se escuchó una voz que claramente conocía y que no sabía si las cosas acabarían bien o mal tratándose de su hermano. Escuchando el comentario que vino a continuación, sabía que las cosas no acabarían del todo bien. - En primer lugar, Joaquín – Dijo la Granger tratando de poner especial énfasis en el nombre. – Quiero mucho a Zahil, sería incapaz de irme por culpa de ella… pero no sé si pueda decir lo mismo de ti… hermanito. – Sonrió maliciosamente, era una forma extraña en la que se llevaba con el joven, pero de alguna forma, a pesar de las burlas y los insultos, era una relación que parecía funcionar bien, así como estaba. – Además, me tendrás fastidiándote durante un tiempo… para tu fortuna o para tu desgracia, como desees tomarlo. - Cruzó los brazos y quedó viendo retadoramente a joven pelinegro, lista para una discusión de bienvenida (?), cuando una voz que le resultó familiar sonó detrás de los Granger. Al ver a la figura que se encontraba frente a ellos, la ojivioleta miró de forma interrogatoria a Zahil, esperando a que ella pudiera darle una respuesta con respecto a la joven que estaba parada ahí. De todas las personas que conocía, se trataba de la visita más inesperada, aún más que su regreso de una muy larga ausencia. - ¡Por Merlín! ¿Fiamma? – Exclamó Valeskya mientras agitaba su varita rápidamente y hacia aparecer un pan de la nada. Inmediatamente se lo aventó a la chica a la cara. – ¡Oh! No eres un fantasma – Antes de terminar la frase, se acercó a abrazar a la chica. Vagos recuerdos, en su mayoría divertidos, invadieron su mente. - Hoy fue el día de las apariciones y reencuentros, parece ¿Qué te trae por esta abandonada mansión? – Le preguntó a la chica de ojos color miel. - No se ustedes, pero creo que esta es una ocasión especial que deberíamos celebrar… ¡Breena! – La elfina de la bruja apareció. - ¿Puedes ayudar a Polo y a los otros elfos a preparar algo? ¡Lo que sea! – Hizo un ademán con la mano a su elfina, quien parecía que estaba a punto de protestar para cuestionar los gustos exóticos de la mayoría de los Granger. La elfina murmuró unas palabras de bienvenida e hizo una pequeña reverencia a todos los presentes y desapareció. Valeskya le pareció escuchar a lo lejos a su elfina, poniéndose histérica al llamar a los otros elfos. Escuchó otro chasquido tras ella y notó que Apolo se apartaba de una forma educada a su habitación. – Por supuesto que no.- Hizo un ademán con la mano, indicando a los demás que empezaran a adelantarse. Hizo una señal y jaló suavemente del brazo a la rubia y le susurró en voz muy baja. - ¿Es normal esa clase de espectáculo? – Vio a Freddy, el elfo de la familia pasar rápidamente y la ojivioleta lo llamó. - Dile a Apolo que baje a la reunión ahora mismo, que no es que quiera. Después de ese espectáculo que vimos, lo mínimo que puede hacer, es bajar a convivir con la familia... Y también dile que espero que no haya necesidad de que Zahil o yo suba a buscarlo, que no hay necesidad, ya es suficientemente mayor. - Finalizó furiosa.
  14. Hola! Vengo a exigir el matriarcado de la familia de nueva cuenta (?). Za, ¿Me dejarías retomar las riendas de la mansión nuevamente? Prometo no desaparecer tanto y preparar las galletas de chocolate . Como yo estoy dando por hecho que me aceptarás, aprovecho a darle a mi querida Fiamma la bienvenida a la familia. Acepto ideas para modificar la historia de mi ficha para justificar el parentesco jajaja. Así mantengo todo en orden y empiezo mi regreso con el pie derecho (¿?). Saludos, y me doy la autobienvenida
  15. Volvía a tener esa sensación que le resultaba conocida las veces en que se aparecía frente a la mansión Granger: nostalgia, emociones, la familia y después… un enorme vacío, ese que se había generado desde la primera vez que había decidido marcharse de ahí. Recordaba aquella vez como si solo hubieran pasado minutos: el corazón destrozado, esa rabia de no querer saber nada de nadie, esas ganas de no volver nunca más… y sin embargo, ahí estaba nuevamente, y no solo esa vez, sino otras más en las que solo se aparecía unos instantes y volvía a esfumarse casi tan pronto como se había aparecido; algunas veces entraba a la mansión, otras solo se quedaba oculta entre los árboles, como si fuera una persona ajena a esa familia. En esta ocasión, Valeskya no se encontraba muy segura si esta vez volvería para quedarse, lo más probable es que solo sería una visita más. Igual que las veces anteriores que había entrado a la mansión, era para ver a su familia y volver a irse de forma tan inesperada como su llegada. La ojivioleta levantó su mirada hacia el cielo: la noche había caído y la luna brillaba tan esplendorosa, casi tan hipnotizante como todas aquellas historias ancestrales en las que ese astro siempre había sido protagonista. Solo unas cuantas nubes opacaban el panorama que la joven admiraba desde la entrada a la mansión. - ¡Por favor! – Exclamó furiosa la joven de negro cabello. - ¿Acaso es tan difícil agitar la varita para arreglar esta puerta oxidada? – Dobló las mangas de su negra túnica, dejando al descubierto unas manos delicadas y casi tan blancas como la nieve, con unas uñas pintadas de un rojo carmesí. Sus dedos recorrieron su varita y con un seco movimiento de muñeca, la agitó para que unos destellos aparecieran rodeando la estructura del enorme portón de la entrada, dejando a un lado el óxido y dando lugar a una reluciente pintura plateada, regresando una parte del antiguo esplendor de aquella mansión. Con otro movimiento de su varita, empujó casi de forma violenta la entrada y dejó que el sonido de los tacones de sus largas botas negras, se encargaran romper el silencio de la ahora silenciosa y casi fúnebre (?) mansión. Olvidándose de su protocolo al tener extrema precaución cada que aparecía de visita, esta vez parecía dispuesta a hacerse notar. Quería ver a su familia, ganas de saludarlos y saber qué era de ellos, sobre todo de su hermano Joaquín, quien era seguro que estaría encantado de fastidiarla como cada vez que intentaba platicar con él. La túnica de la Granger se agitaba con gracilidad al ritmo de sus pasos, mientras se acercaba, su rostro se mostraba impasible. Imaginaba que no encontraría nadie, así que no se tomó la molestia de tocar la puerta y solo agitó la varita para abrir la puerta casi con la misma violencia que cerró y notó que la mayor parte de la mansión se encontraba a oscuras. Suspiró y se disponía a subir las escaleras cuando escuchó un fuerte ruido que provenía de la cocina. Caminó con rapidez hacia el lugar de donde había escuchado el ruido, sin pensar siquiera que podía ser algún peligro. Al irse acercando, pudo captar el indiscutible aroma de la sangre, y se detuvo un instante, tratando de calmar un poco esa sensación de hambre que le invadía cada que percibía ese aroma que en ese momento le parecía extrañamente dulce. ”Basta, no esta noche”, dijo la joven para sus adentros mientras avanzaba y agitaba su varita para ir encendiendo las luces a su paso. Al llegar a la puerta de la cocina, encendió la luz y vio la escena más extraña que pudo haberse encontrado para lo que ella imaginaba un recibimiento más… cálido: su sobrino con mucha sangre que a simple vista no se notaba de donde provenía y en un estado más que deplorable. - ¡Pero qué rayos…! – Exclamó la Granger mientras veía con asco como en ese momento el joven vomitaba en el lavaplatos. - ¿Estuvo interesante la fiesta? – Dijo con frialdad mientras señalaba una toalla que se encontraba cerca de él. – Por Merlín ¿en qué te has convertido? – Dijo con extrema curiosidad, sabiendo que la última vez que había visto a Apolo, era alguien muy diferente a la persona que tenía enfrente en ese momento.
  16. “¿Tanto tiempo he estado fuera?”, se preguntó la Granger, mientras escuchaba a sus primas que les decían cuánto habían crecido sus hijos. Se alegraba mucho de saber que se encontraban bien y completamente felices; la invitación de visitar la mansión Gryffindor por parte de Arabella estaba hecha y solo pudo mover ligeramente la cabeza como una señal de que algún día iría a visitar a su familia. Dio un sorbo al té humeante, cuando de la nada apareció una cachorra que parecía muy juguetona, acercándose primero a la pelirroja y luego dirigiéndose hacia ella, apenas y tuvo tiempo de hacer a un lado la taza. - ¡Pero qué….! – Alcanzó a exclamar la ojivioleta, algo sorprendida. No estaba acostumbrada a tener mascotas y menos una que tuviera tanta confianza para ser la primera vez que la veía. - Niños grandes, una nueva mascota… ¿De qué otra cosa me estoy perdiendo? – Preguntó mientras veía a la cachorra que iba alegremente por la galleta que Sofía le estaba ofreciendo. - ¿Lisa? Tendrás que decirme por qué elegiste ese nombre primita, tu no haces las cosas al azar…– Dijo la Granger mientras le lanzaba una mirada suspicaz a la rubia. Pero ya no tuvo tiempo de seguir preguntando más, pues un elfo había aparecido anunciando la llegada de un visitante. Valeskya miró a la Gryffindor y de ahí vio a su prima desaparecer rápidamente de ahí; quería preguntar de quién se trataba, pero luego comprendió que finalmente la única que estaba ahí sin invitación era ella. La prima de la ojivioleta apareció poco tiempo después acompañada de un chico pelirrojo al que nunca había visto, pero que extrañamente había algo en él que le resultaba familiar. Cuando Sofía hizo la presentación correspondiente, la pelirroja lo saludó amablemente y le ofreció algo de té, y un elfo apareció inmediatamente, esperando a que el joven Gryffindor pidiera algo para beber. La joven pelinegra lo observó detalladamente, tratando de descubrir qué era lo que le parecía tan familiar en el, aunque inmediatamente se levantó y le extendió la mano para corresponder al saludo: - Hola Thomas, un gusto conocerte – Le sonrió brevemente. – Soy Valeskya, como bien lo ha dicho mi prima… ¿Así que eres un Gryffindor eh? Con razón había algo familiar en ti ¿Conozco a tus padres?- Preguntó la joven mientras su mirada violácea pasaba de Sofía a Arabella y mientras decía alegremente: – La Familia Gryffindor es tan numerosa como las estrellas en el cielo… no quiero ni imaginar qué tanto ha aumentado desde la última vez que me fui.- Y dirigiéndose al invitado, le dijo: – Como bien lo ha dicho Ara ¿gustas algo de beber? Por favor toma asiento…- Y con un movimiento, la Granger volvió a acomodarse en el sillón.
  17. Ya no había marcha atrás: la puerta estaba caída y un par de elfos la quedaban viendo sorprendidos, aunque no estaba totalmente segura si se debía a lo que había hecho o solo por su presencia. Recordó a su elfina Breena, quien durante su ausencia, le había encargado la tarea de que mantuviera su cuarto arreglado solo para que tuviera algo que hacer; casi no la veía, era muy rara la vez en que la llamaba y solo era para casos muy necesarios. Suspiró, volviendo a la realidad y a la puerta dañada mientras pensaba: ”qué desastre, debí esperar un poco más”, cerró los ojos mientras hacía una señal a los elfos para que se retiraran, ya después se ocuparían de la puerta. - ¿Gente normal? En esta casa no hay, querida prima... - Una sonrisa se dibujó en el rostro de la Granger al ver a su prima, sin saber exactamente si se debía a la alegría o al simple alivio de que todo estaba bien. Al ver la cara de pocos amigos que tenía la rubia, le dijo mientras inclinaba los hombros: - ¡Oh, vamos! ¿Qué es una puerta asesinada? Nos ha ido peor en otras ocasiones... Solo me aburrí de tocar la puerta, sabes que no me gusta esperar. - No hacía especificar a qué ocasiones se refería, la joven pelinegra no iba a arruinar el momento del reencuentro recordando aquellos asaltos que en algún momento fastidiaron tanto. Afortunadamente, eso no había sido tan frecuente, por lo menos mientras ella estuvo viviendo ahí y ahora cada que lo recordaba, sentía una leve punzada de molestia. Los pensamientos de la ojivioleta se vieron interrumpidos en el momento en el que su prima Arabella había aparecido tras Sofía. Miró a la Gryffindor sorprendida, sobretodo porque no esperaba que alguien más estuviera allí. Recibió contenta el abrazo, reafirmando una vez más que extrañaba muchísimo a su familia. - ¡Arabella! No sabes qué alegría verte y darte un abrazo… no como cierta persona que me recibe con regaños.- Dirigió una mirada asesina a la rubia y le sacó la lengua. - A ti te vendría bien un té para la histeria, Sofía… o tal vez para la paranoia – Dijo, mientras seguía a sus primas hacia el salón. Su mirada iba de un lado a otro, sintiéndose un poco extraña a pesar de estar en su casa; había aprendido a moderar un poco su carácter, al punto que volvía a bromear casi como lo hacía antes; ”al final de cuentas, creo que sirvió”, dijo la joven para sus adentros. Mientras se sentaba y le pedía un té de menta, al elfo que estaba más cercano; mientras esperaba, no estaba segura de cómo empezar una conversación, pues había tantas cosas que deseaba saber: - Me siento como en una reunión de esas donde la gente se cuenta los chismes… Aunque en este caso no creo que tenga algo de malo pedir que me pongan al día. El elfo llegó con el té que había pedido, mientras la Granger movió la cabeza levemente en señal de agradecimiento. - ¿Cómo están sus niños y cómo es que no andan corriendo por aquí?- Preguntó mientras su mirada se perdía en aquella humeante taza que despedía un aroma que le encantaba.
  18. El atardecer estaba por terminar, el día había estado caluroso y el aire comenzaba a soplar ligeramente, las hojas de los árboles se agitaban con suavidad, rompiendo el silencio que reinaba en aquel lugar. La mansión Granger se alzaba frente a la bruja de ojos violeta, quien se encontraba de pie tratando de pasar por alto aquella nostalgia que la invadía siempre que iba a aquel lugar al que alguna vez fue su hogar. Desde que se había marchado, se hizo una promesa a sí misma, diciendo que no volvería más y sin embargo no había podido lograrlo; había hecho un par de visitas tan fugaces solo para comprobar que todo se encontrara bien. - ¿Qué hago, qué hago? – Repetía la joven una y otra vez, dando vueltas en el mismo lugar. El mismo sentimiento: las ganas de quedarse con su familia por siempre. – Bah, ¿qué más da? – Dijo, inclinándose de hombros mientras avanzaba por la entrada principal. Tenía muchas dudas, incluso se preguntaba si su familia todavía habitaba aquella mansión que, aunque se veía tan impecable, parecía que no había mucho movimiento. Había intentado entablar comunicación con su prima Sofía (?) por medio de una carta, pero no había obtenido respuesta; ese era el motivo principal por el cual se encontraba allí. ”Esa Sofía… en lugar de contestar mi carta y mantenerme alejada, prefiere hacer todo de emoción y me obliga a regresar… ¿qué le costaba decir que estaba bien?” , pensaba la Granger en ese momento, aunque en su joven rostro se mostraba una pequeña sonrisa. Mientras caminaba rápidamente hacia la mansión, volteaba de vez en cuando a su alrededor en busca de alguna señal de vida. Su vestimenta era tan común, que parecía que algún muggle hubiera aparecido por accidente: llevaba jeans, tenis y una playera ajustada de color amarillo, para hacerse notar a grandes distancias (?). Su cabello lo llevaba recogido en una coleta y poco maquillaje, nada que pudiera llamar la atención; mientras se preguntaba cómo rayos aparecería como si nada frente a su familia… si es que la encontraba. Se había alejado tanto tiempo, que apenas y podía recordar el nombre de los elfos que habitaban la casa. Pero ya no había más tiempo que esperar, estaba frente a la puerta; tocó fuertemente la puerta principal, pero nadie abrió. Volvió a repetir la acción, pero esta vez más fuerte y viendo que los segundos comenzaban a hacerse eternos, pensó: ”Bah, es mi casa…¿Qué podría pasar?” y sin esperar más, le dio una fuerte patada (?) a la puerta, la cual se abrió de forma violenta de par en par. Vio la cerradura rota e inmediatamente se arrepintió: llevaba tanto tiempo conviviendo con muggles a su alrededor, que había olvidado que el dilema de la puerta podía haberse solucionado con un simple movimiento de su varita. - Ya habrá tiempo de arreglarlo después.- Dijo en voz excesivamente alta, mientra miraba alguna señal de vida dentro de la casa. - ¿HAY ALGUIEN POR AHÍ? –
  19. La Granger escuchó la explicación que su hermano tenía que dar acerca de su hija, a medida que las palabras salían de su boca, el rostro de la joven permanecía escéptico ante las circunstancias: ” Y se atreve a criticar mi comportamiento hacia mi hija… él no es mejor que yo”, dijo para sus adentros, intentando no iniciar un nuevo debate acerca de quién era mejor padre. Ella también se había visto obligada a dejar a su hija y ya era demasiado tarde para intentar recuperarla; sin duda Joaco también estaba cayendo en lo mismo. El rostro de la pelinegra permanecía sereno, más de lo que ella podía permitirse; de vez en cuando su mano apartaba algún mechón de su cabello, cruzaba los brazos, caminaba alrededor de la habitación. Había ocasiones en las que ella miraba de reojo a su hermano, la forma en la que él se comportaba con el niño y el motivo por el cual lo tenía a su lado no era ningún misterio para la joven, aunque tenía el presentimiento que ambos no querían tocar ese tema. Grande fue su sorpresa al escuchar el nombre de la madre de su hija, tanto así que no pudo evitar una media sonrisa, aunque no hizo ningún comentario con respecto a eso. - ¿Es humana? – Fue lo primero que preguntó Valeskya al terminar de escuchar los intentos de su hermano por hacerle ver que lo que ella proponía no era una buena idea. Aunque ya creía saber cuál era la respuesta. - Me refiero a Helena, obviamente… por cierto, lindo nombre. – Exclamó secamente, al mismo tiempo que se acercaba hacia donde Seishiro destrozaba los juguetes. - Es lo único que debe impedirte acercar a tu hija a este angelito.- Sonrió con algo de sarcasmo mientras estiraba la mano para sujetar uno de los cubos de madera y mostrárselo al niño. La reacción de la joven pareció confundir al rubio, quien la observaba un tanto desconfiado. La Granger le dio la espalda a su hermano y se agachó para mirar a los ojos al hijo de su amiga. ”Son tan parecidos”, dijo para sus adentros , al mismo tiempo que instintivamente sujetaba con algo de brusquedad la mano del niño, la cual había estirado rápidamente hacia ella, pero al darse cuenta que no parecía haber ninguna mala intención, la ojivioleta dejó que Seishiro se acercara a ella. - Dime Joaco, ¿en alguna ocasión has intentado preguntarle a mi prima acerca de la crianza de niños? – Aun permanecía de espaldas a él, mientras el rubio agarraba su cabello y ella le lanzaba una mirada que le decía algo como: “ni intentes jalarlo o verás cómo te va” - Ella tiene a un par de demonios… literalmente hablando, debe ser una experta en niños. Finalmente y sin saber porqué, en su rostro se dibujó una sonrisa. – Sin duda es un chico especial, ya veo porqué lo quieres tanto.- No sabía muy bien por qué lo había dicho, solo le alborotó el cabello a Seishiro y se levantó para mirar a su hermano.
  20. Mientras subía las escaleras, trataba de asimilar lo extraño que tenía esa situación. A pesar de que intentaba controlar sus palabras, Joaco parecía tener todo, menos tranquilidad; el simple hecho de que no acabaran agarrándose a golpes, ante toda esa conversación que más bien parecía una guerra de indirectas, podía indicar la gravedad de la situación. ”¿Qué rayos fue todo eso de Valeskya y Lunita? ¡Qué absurdo!” Dijo la joven para sus adentros, mientras pensaba que al parecer todos habían asimilado la partida de Luna, menos su hermano. A pesar de todo, disfrutaba el hecho de que sus palabras habían tenido el efecto deseado en el Granger: para la pelinegra no había pasado desapercibido el hecho de que si las miradas mataran, ella seguro ya estaría en un lugar parecido al infierno. El peor defecto de Joaco, y probablemente también de ella, que no podían disimular lo que sentían; ya fuera con hechos o con palabras, no podían esconder el hecho de estar furiosos, felices, en desacuerdo con algo; ”intensos” susurró una voz en una parte alejada de su mente. Finalmente, el había podido desquitar parte de su rabia, al hacer hincapié en lo que se refería a que en la actualidad seguía siendo una mala madre. Sus pasos se vieron interrumpidos ante la intervención del joven de ojos azules, y pudo notar la tensión que emanaba su presencia; ”podría poner de mal humor a cualquiera con esa cara”, pensó la joven divertida. A pesar de todos los malos pensamientos que su hermano podía tener acerca de ella, aún le tenía algo de estima, lo suficiente como para tolerar esa actitud de falsa dulzura que tanto le molestaba de él. Un breve silencio acompañó a los jóvenes mientras se dirigían a la habitación del joven. - ¿Qué clase de adorno est****o es ese? – No podía callar ante algo que era demasiado notorio. - ¿Estás de acuerdo que esta es una casa y no una fortaleza? En fin, cada quien con sus gustos… y estatuas.- Dijo la Granger secamente, mientras su hermoso rostro mostraba cierta incredulidad. Su comentario quedó ahogado con lo que Joaco le dijo a continuación, con un tono que indicaba que iba demasiado enserio, aunque quizás no empezó con la forma correcta, pues había tocado uno de los temas que más le molestaban a la joven: el niño rubio que él cuidaba. No dijo nada, solo escuchó lo que su hermano tenía que decir; antes de que pudiera responder, la horrible estatua se deslizó, dejando ver la habitación; la ojivioleta había dejado de divertirse, sobre todo al ver el rastro de destrucción que el niño había dejado, al parecer ocasionado por alguna rabieta que parecía ser de lo más común, a juzgar por la expresión del Granger. No pudo evitar lanzar una mirada asesina a su hermana, al mencionar el nombre de su amiga y el hecho de recordarle que era madrina del bebé rubio: - Esa manía tuya de meterte en problemas innecesarios… ¿Y dices que SOY una mala madre? Disculpa, pero tú no te quedas atrás. – Puso una mano en la cintura y con la otra apuntó al pecho del ojiazul, quien se encontraba en el arco de la puerta. - Ahora resulta que me largo por un tiempo y cuando regreso, me dices que tienes otra hija ¿Y quién se supone que es la madre? – Reprimió el impulso de decirle si era alguna ahijada o había alguna situación similar, pues no lo consideró prudente. - ¿TE QUIERES CALLAR SEISHIRO? – Su mirada violácea se dirigió al niño que se encontraba chillando, el tono de su voz había sonado autoritario, lo suficiente para demostrar que no era una dulce petición lo que había hecho. Evidentemente, había callado al pequeño, quien le devolvía la mirada, que era entre asustada y un tanto desafiante; la Granger desvió la mirada hacia Joaco, cargada de odio ¿cómo era posible que terminara en un problema como ese? - Y antes de que intentes decirme cuáles son mis obligaciones como madrina o quieras ordenarme acerca de lo que debo de hacer, entérate de una cosa… Seishiro no tiene padres y tú eres lo más parecido a uno, es normal que sienta que tu otra hija llevará más atención. – Hablaba como si fuera lo más obvio del mundo, el tono de su voz mostraba algo de arrogancia, pero todo lo que decía, era con la más absoluta sinceridad. - Claro… suponiendo que es hija biológica, algo que todavía no me has dicho. Quizás, si conociera a la niña, cambiaría de opinión. Solamente es una teoría, solo falta conocer lo que opinas.- Finalizó.
  21. La mirada de la Granger había permanecido perdida durante algunos minutos, o eso había creído ella, cuando una voz hizo que saliera de su ensimismamiento. Un joven se había acercado a ella para saludarla y preguntarle si se acordaba de él; ”por supuesto, cómo olvidarte” pensó la ojivioleta, recordando que en antiguo trabajo en el Ministerio de Magia, había cruzado un par de palabras con él, sin contar con que pertenecía a la familia Gryffindor; al pensar en eso último, trató de que su rostro no delatara su molestia ante ciertos recuerdos que nada tenían que ver con aquel joven. - Hola Seba – Saludo Valeskya, al mismo tiempo que hacía sus pensamientos a un lado y su rostro trataba de formar una sonrisa; trataba de portarse lo más amable posible, aunque no estaba segura de poder lograrlo. - Claro que me acuerdo de ti, mi memoria no es tan mala como crees. – Se levantó de su lugar y se acercó para darle un beso en la mejilla al joven de cabellos castaños. - ¿Gustas sentarte? – Se arrepintió casi al instante de haber dicho eso, temía haberse escuchado impertinente. - Claro, si es que no esperas a alguien más…- Había evadido a propósito la pregunta acerca cómo se encontraba, pues ni ella misma estaba segura de poder tener una respuesta certera en ese momento. Inmediatamente tomó asiento y con un ademán invitó al ojiazul a sentarse frente a ella. En ese momento vio a la joven que había visto atender una mesa minutos atrás, que se acercaba hacia ellos; tal y como había esperado, pregunto si se les ofrecía algo. La pelinegra dudó por un instante: no sabía si el hecho de pedir algo, era una forma de obligar al Gryffindor a quedarse con ella, lo cual no era lo que quería que él pensara. - Un café… sin azúcar por favor.- Dijo la joven, pensando en que al final, ella se quedaría ahí en el kiosko durante un buen rato, pasara lo que pasara. Había dicho lo primero que se le había ocurrido, ni siquiera había hojeado el menú. Esperó a que el mago ordenara y al ver que la joven dueña se alejaba, soltó sin más. - Cuéntame ¿Cómo has estado? ¿Qué ha sido de ti en todo este tiempo sin vernos? – La Granger pensó que sería una buena oportunidad de ponerse al día con las noticias, así como para saber qué había sido de sus amigos y familia. - He estado algún tiempo fuera, haciendo… nada.- Hizo una sonrisa a medias y continuó. - Así como ya te habrás dado cuenta, dejé el Ministerio y me alejé completamente de todo, supongo que era mejor para mí. Por cuestiones familiares, tuve que volver y bueno… aquí estoy. – No estaba segura del porqué había dicho todo eso, quizás era para no quedarse completamente callada. El Gryffindor siempre había representado un misterio para la joven, pues siempre lo notaba muy serio, incluso en alguna ocasión había llegado a confundir ese gesto como antipatía, pero finalmente se había dado cuenta que era parte de la personalidad del joven ser así.
  22. Los pasos de la Granger eran pausados, no tenía ninguna prisa en llegar a algún lugar, simplemente había decidido dar un paseo durante su breve estadía por esos lugares… o por lo menos eso era lo que ella esperaba, no tener que quedarse mucho tiempo, aunque los acontecimientos indicaban todo lo contrario. Lo que había pensado que sería una fugaz visita, se estaba alargando más de lo que se había imaginado; solo de especular acerca de lo que estaba por venir, hizo que la joven resoplara molesta, ya que no le gustaba que las cosas no salieran como a ella le gustaban. ”Calma, solo serán unos días”, era la frase que su mente repetía mucho últimamente. Había salido de la mansión, justamente para tomar un poco de aire y de paso, ver si realizaba algunas compras. Al llegar al callejón Diagon, la joven ojivioleta no pudo evitar tener esa sensación de nostalgia, aunque rápidamente quedó opacada por la sorpresa que le ocasionaba darse cuenta que todo lo que había visto la última vez que estuvo allí , era totalmente diferente: los locales, el ambiente y hasta las personas; casi podía hacerse pasar por alguna extranjera y nadie podría darse cuenta; avanzaba entre los negocios, aunque a medida que pasaba el tiempo, el sol parecía ponerse más intenso cada vez. La joven recogió su negro cabello en una trenza y la hizo a un lado, dejando que parte de su fleco cayera frente a su rostro. Su túnica era color verde esmeralda, de una tela de seda fina y tan fresca que cuando la había visto por primera vez, no había dudado en comprársela. Después de algún tiempo de haber caminado, decidió que lo mejor sería visitar alguna cafetería que se encontraba cerca; recorrió con la mirada el callejón, en busca de algún negocio en el cual pudiera pasar un rato agradable, en lo que se hacía más tarde. Finalmente vio un llamativo kiosko, el cual evidentemente no había visto antes y sin dudarlo dos veces, decidió entrar. - Vaya, cada vez los hacen más pintorescos…- Dijo la Granger, viendo con bastante interés el lugar. ”Espero que aquí no tengan visitas indeseables…” Pensó, mientras recordaba sus tiempos como propietaria de uno de los negocios de aquel callejón y como había sido destrozado un par de veces por los mortífagos. Optó por elegir una de las mesitas que estaban cerca de la ventana, mientras más alejada se encontrara de la gente, sería mejor para ella. De reojo observó un tablero de ajedrez mágico que se encontraba cerca de ahí y sonrió levemente, pues la ojivioleta no era muy hábil en ese tipo de juegos; se sentó y vio a una chica que parecía ser la persona que atendía el kiosko. Sin embargo, no le dijo nada y dejó que atendiera a otra mesa; finalmente se sentó y recargó su rostro en su pálida mano, mientras observaba distraídamente a las personas que pasaban por allí cerca.
  23. La Granger hizo una mueca de desaprobación al escuchar el chirrido de la puerta que hacía al abrirse: - ¡Rayos!- Exclamó molesta, olvidándose por completo de que probablemente en la mansión hubieran personas no deseadas y delatarse de esa forma podría significar una muerte segura, pero había algo más que importaba en ese momento para ella: - ¿Acaso nadie se ha tomado la molestia de tratar de hacer esto un hogar decente? –. Estaba segura que alguna razón habría para que todo luciera así y quería escucharla en ese momento, pero primero tendría que encontrar a alguien de la familia con vida (?). No había terminado de decir eso, cuando una voz inconfundible se acercaba hacia ella; la ojivioleta bajó su varita y se irguió mientras se quitaba la capucha que cubría su rostro. Con sus delicadas manos pálidas acomodó su lacio cabello negro, el cual lucía inusualmente brillante; se quitó la túnica, mostrando un pantalón negro ajustado y una blusa de tirantes, también del mismo color. Con la mirada buscó un perchero, había perdido la costumbre de llamar a su elfa para todo, de hecho lo último que recordaba de ella, es que le había pedido que se marchara y que cuando la necesitara nuevamente volvería a llamarla. Las continuas burlas por parte de su hermano, la irritaban siempre; parecía que cada vez que se veían, terminaban peleando por alguna tontería, cosa que no sucedía en el pasado… sin embargo, era inevitable no poder tenerle cariño, al final de cuentas era parte de la poca familia que le quedaba. Tenía mucho tiempo sin saber de él, pero tampoco había hecho el intento de comunicarse, pues sabía que Joaco podría arreglárselas solo y sin ayuda de nadie… por lo menos eso creyó hasta en ese instante que lo veía. A pesar de que se mostraba tan antipático igual que las últimas veces, podía notarlo más ¿tenso? - ¿Acaso importa el hecho de que me vista diferente? – Fue la respuesta por parte de la Granger, ante el comentario acerca de su vestimenta. - Da igual como me vea, de todas formas sigo siendo la misma... Para tu desgracia- Exclamó lentamente, saboreando el efecto de cada una de sus palabras. - ¿Esa es tu forma de darme la bienvenida? En serio eres un antipático.- Dicho esto, la pelinegra azotó la puerta principal, dio un par de pasos para aventar su túnica a la mesita más cercana. - Debido a que al parecer no tenías la intención de invitarme a pasar a MI casa… - Su mirada violácea recorrió rápidamente alrededor: todo lucía impecable, nada que ver con el aspecto horroroso que tenía la mansión en el exterior. La risa de su hermano se vio opacada por un chillido ensordecedor proveniente desde algunos de los cuartos; la expresión que el Granger puso, daba respuesta a las sospechas de la joven; no parecía que le estuviera yendo muy bien y antes de que pudiera preguntar qué era lo que sucedía, las palabras de su hermano llegaron solas: necesitaba su ayuda. Había quedado pasmada con la respuesta, pero se recuperó rápidamente y empezó a reírse como si nunca antes lo había hecho. - ¿Disculpa? ¿Acabo de escuchar bien? – Las palabras de la joven salía entrecortadas, la risa no la dejaba articular palabra. Le tomó un buen rato poder recuperarse, se llevó la mano al abdomen, como si de verdad hubiera dolor alguno provocada por tanta risa. - En verdad Joaco, eres taaaan divertido a veces ¿Te has cansado de jugar a la familia feliz? - Era inevitable todo eso, tenía que aprovechar el momento para poder divertirse un rato; parecía que molestar a su hermano, era un acto natural en la Granger.- ¡Por favor! De todas las personas que conoces ¿tenías que decirme a mí? Parece que no sabes qué tan mala madre puedo llegar a ser. – Dicho esto, se dirigió a las escaleras y comenzó a subirlas lentamente, esperando que el chico de ojos azules la siguiera; la ojivioleta no tenía ni la más remota idea en qué aprietos se había metido su hermano esta vez, pero parecía que el hijo que le había dejado Sil estaba dándole más molestias de las que se podrían considerar normales. Ella tenía una hija y sin embargo, nunca se había podido portar a la altura de lo que requería para ser una buena madre y siempre la había dejado a su suerte; al final Valeskya ya se había resignado a que ante eso ya no había remedio. - Y bien hermanito…- Exclamó la joven con un suspiro. - ¿Qué es tan preocupante como para que acudas a mí antes de cualquier otra persona?-
  24. El aire agitaba con suavidad las hojas de los árboles, a lo lejos se podían escuchar suaves murmullos, no sabía si era producto de su imaginación o simplemente era provocado por el hecho de que en la calle no había ni un alma que hiciera compañía a aquella silueta que llevaba un par de minutos que había aparecido. Esa sensación era la misma que las última veces que había estado allí: todo empezaba por el temor, el hecho de pensar qué es lo que sucedería una vez que llegara a su destino, de ahí pasaría a la nostalgia, provocada por los recuerdos y al final sería la ira, por haber sido tan tonta de haber vuelto una vez más. Pero el final siempre había resultado el mismo: su partida resultaba inminente, se iría a vivir a algún lugar, se aburriría y el ciclo se repetía. Solo que esta vez había perdido la cuenta del tiempo que había pasado desde la última vez que había estado allí. “¿Meses? ¿Años?” Se preguntó la pelinegra, al paso que se decidía y comenzaba a caminar por Ottery. El aire agitaba su túnica negra, la cual estaba bordada con un hilo dorado tan fino, que apenas se notaba; un broche plateado con forma de estrella, era el que evitaba que su fina prenda saliera volando (?); una pequeña ráfaga agitó su cabellera, alborotándola levemente. Las calles empedradas seguían dándole molestias, sobre todo en momentos como ése, en el que casi tenía que maniobrar con sus altos tacones para no caer. Era de noche y el frío comenzaba a hacerse más intenso, las grandes mansiones de Ottery lucían imponentes, tal parecía que cada familia hacía todo lo posible para que sus hogares se mostraran espléndidas: grandes y verdes jardines, algunas lucían espectaculares fuentes y otras parecían haber sido construidas recientemente. En las calles solo estaban iluminadas por faroles, aunque algunos se encontraban apagados en ciertas zonas en las que solo la luna podía mostrar su pálido brillo. La Granger no sabía con exactitud qué era lo que encontraría, de lo único que estaba segura es que había cambiado mucho, en su mirada podía notarse algo de lo que antiguamente era antes de que todo sucediera; parecía que al fin, después de tanto tiempo, había encontrado algo de paz. Se detuvo en seco y parpadeó varias veces antes de comprobar que aquella mansión era su antiguo hogar. - ¿Pero qué rayos sucedió aquí? – Exclamó la ojivioleta, mientras su mano se sujetaba al portón principal. Trató de que sus pensamientos no la traicionaran al imaginarse lo peor. - Tienes que calmarte y pensar todo fríamente – Dijo una vez más para sí misma, mientras comenzaba a hacerse teorías de lo que había pasado ahí. La mansión parecía totalmente deshabitada, sin embargo pareció notar que había luz en su interior. Recordó de sus últimas sospechas acerca de su prima, pero no parecía algo concreto que apoyara a los mortífagos; ”¿Será todo esto una forma de protegerse?”, pensó la joven, que finalmente entraba a la mansión. Un molesto chirrido apareció, lo que provocó que diera un portazo más fuerte de lo esperado; instintivamente sacó su varita, aunque tenía el presentimiento de que no sería necesario, pues si hubiera algo peligroso, era seguro que el golpe del portón principal hubiera sido suficiente para alertar a todos y ser el blanco de atacantes. Mientras se acercaba a la entrada de la mansión, parecía que los murmullos se hacían cada vez más cercanos. Todo parecía indicar que eran unos niños que parecían divertirse; esto provocó que la Granger soltara una media sonrisa mientras se preguntaba de quién podrían ser. ”Sophie o Joaco sin duda” dijo para sus adentros mientras que con un movimiento de su varita provocaba que la puerta de madera que alguna vez había sido hermosa, se abriera lentamente…
  25. Sintió que la sangre le hervía al escuchar las palabras de reproche por parte de su hermano, lo cual mostraba su evidente molestia ante el reclamo de la joven; tenía razón, todo lo que le había dicho era la dura verdad: ella iba y venía de la mansión a su antojo, sin avisar a alguien sobre su destino, solamente su elfina sabía dónde y cuándo encontrarla, aunque obviamente tenía órdenes específicas de no mencionar nada acerca de su paradero. También era cierto que ellos dos no podían hacer nada más que quedarse mirando y esperar a que el tiempo hiciera su trabajo. La Granger dibujó una sonrisa de suficiencia en sus labios al ver que había logrado su cometido: desquitar parte de su enojo y de paso molestar a su hermano. Pero en esa ocasión era algo especial: su prima había sido víctima de parte de esas personas que se consideraban guardianes de la justicia, el orden o solo ellos sabían qué cosa defendían; solamente de recordar lo sucedido, ocasionaban que sus dientes castañearan de rabia. No tuvo tiempo de responder a su hermano cuando la sujetó del brazo y comenzó a llevarla casi arrastrando hacia la cocina, ante la mirada atónita de Polo, uno de los elfos domésticos, que observaba curioso la escena. - ¡Ay! ¿Qué te pasa? ¿Podrías tener un poco más de consideración? ¡Me lastimas! – Exclamó arrogante. - ¿Y tú qué ves? ¿No tienes nada que hacer acaso? – Su vista se dirigió al elfo que minutos atrás se había llevado al niño rubio. Trataba de caminar a la par del su hermano, sabiendo que no era posible, dado a que la estatura de su hermano ocasionaba que sus pasos fueran más largos. Su respiración comenzó a tranquilizarse ante el comentario de Joaco, acerca de lo ocurrido y vio que un par de elfos, trataban de limpiar lo que había quedado del ataque. De repente cayó en la cuenta: el joven de ojos azules, despreciaba tanto a la Orden, igual o quizás mucho más que ella. - ¿Plaga? – Dijo con voz más tranquila, mientras jalaba su brazo con fuerza para soltarse. - Eso y más. Ignoro bajo qué pretexto se llevaron a Sophie, pero definitivamente ha de ser una bruja de extrema peligrosidad como para que tengan que venir en masa a capturarla.- Dijo en tono sarcástico y aprobando el comentario acerca de la falta de habilidad de las personas que se habían marchado de ahí. - Intentan ocultar sus actos, bajo una tela de bondad, pero en realidad son iguales o quizás peores que la gente de la Marca… Por lo menos los mortífagos, no disfrazan sus verdaderas intenciones y se muestran tal cual son. – En lugar de ir hacia la cocina, enfiló sus pasos hacia el jardín trasero de la mansión; si su memoria no fallaba (?), ahí debía de existir una fuente. La privacidad de ese lugar y la tranquilidad que le proporcionaba, era ideal para cualquier tipo de conversación. Mientras caminaba, se preguntaba qué era lo que pasaba por la mente de su hermano y qué había sido de él en todo el tiempo. Sus pensamientos estaban absortos, sin darse cuenta si la estaban siguiendo. Al llegar, pudo observar que todo lucía tal cual lo había visto la última vez (?): una fuente lucía en el centro, rodeada de ocho estatuas, de caballeros de la época medieval, acompañada de unas bancas de concreto. El agua de la fuente emanaba alegremente y en el fondo podía verse el reflejo de la luna llena que se alzaba en la oscuridad. En lugar de dirigirse a una de las bancas, la ojivioleta acomodó su toga y se sentó elegantemente en el fondo de la fuente; bajó una de sus manos para sentir el agua y se quedó así durante algunos instantes. Finalmente vio la sombra de su hermano y lo vio fijamente, esperando a que se sentara: - Mi prima sabrá arreglárselas sola ¿verdad? – Dijo vagamente, mientras en el fondo sentía algo tan extraño, que al final supo de lo que se trataba: temor.

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