Jump to content

Adrian Wild

Magos Expertos
  • Mensajes

    2.061
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    12

Todo lo publicado por Adrian Wild

  1. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gif Accidente Ministerial, con Perenella y Xell Salí disparado de la chimenea. Sentía los pasos de Xell seguirme, asi que no me hacía falta mirar hacia atrás, aunque sí tuve que evitar correr demasiado rápido, algo que podía hacer por mi condición vampírica, pero que despistaría a la rubia revertora, y aunque ella se encontrara bien, seguía estando bajo mi cuidado. - ¡Aquí por favor! -llamé la atención de una enfermera que pasaba por el vestíbulo-. Tiene una herida en la cabeza, ha sido un... Accidente laboral. Ni yo sabía qué había pasado realmente. Recordé el agua, además, tenía el bajo de mis pantalones mojado. Miré a Xell intentando encontrar alguna especificación más que darle a la enfermera, pero no sabía cómo interpretar su mirada: ¿ella tampoco sabía muy bien lo que había pasado o no era recomendable dar los detalles exactos de lo que había pasado? Me quedé mirándola, esperando que diera alguna explicación o respondiera algo, porque la enfermera nos miraba inquisitivamente.
  2. Le voy a quitar el puesto de "el/la más pesado/a" a Sagitas de tanto pasarme por aquí a reportar errores. Y encima los mís son casi insignificantes, pero... Es que con el que vengo precisamente me afecta porque si cojo el skin oscuro es para hacerme menos "daño" a la vista, y con esto tengo que forzarla aún más U_U Dejo la imágen: Posteo de Perenela Valoren ustedes mismos... xD Perdón a Perenela si ve esto por tener que ponerla, pero es que es su post el único que veo así >.< No sé si es porque ha usado algún tipo de letra/color o lo que sea que se hace ver así o... Pero es como leer entre tinieblas :S Si alguien supiera a qué se debe esto, de si es del skin, mío o del post en sí, agradecería comentarios y sugerencias EDITO: ¡Esperen, esto es mejor!: Imagen 2 Ahí tenemos un fifty-fifty xD Ahora estoy más perdido que antes xD En un mismo post se ve bien y mal... Why??
  3. Bueno, la verdad es que vi este "fallo" que están reportando anoche cuando cambié el skin (por cierto, maravilloso el skin nuevo oscurito *3*), pero con lo cansado que estaba esperé para venir hoy a comentarlo. Y ya veo que lo han hecho por mí. El caso es simple: Imágen explicativa desde el editor Vale, visto eso, ahí mismo planteo si puede ser un error del editor, porque técnicamente seguimos el mismo proceso que con el anterior: para saltar el renglón damos UN ENTER y para saltar dos dejando el espacio en blanco para diferenciar mejor párrafos DOS ENTER. Lo que lía es que en el editor se ve como si fuera el doble de lo que luego es en el posteo. Así que si es opción predeterminada del skin o del recuadro de escritura del skin, nada, pero si es una opción independiente del cuadro de edición/escritura, ¿no se puede modificar? Hablo desde la más pura ignorancia, sólo para aportar mi granito de arena al caso. Y por cierto, detalle curioso: ahora el Quote sale raro (que es acostumbrarse, pero tal que así): Quote Saludines :3
  4. Muchas gracias Bastian por aclarar esa nueva funcionalidad del foro. Y bueno, si no se puede cambiar no pasa nada. Era más bien una petición exquisita por comodidad. Gracias por contestar Gazel, no había comprobado dándole al Save con el derecho. Así no tengo que ir a la página redireccionada para tomar la URL de la imagen. Gracias ^^ *dejo chocos por si no he rellenado las líneas* :3
  5. ¡Buenas tardes españolas! Bueno, pasaba por aquí consultando algunas de las novedades de la actualización y me veo obligado a contestar a Eled, porque yo también uso Firefox y me pasa igual que a Sagitas: si pincho en una imágen con el botón derecho (o el izquierdo) del ratón se me abre la imágen en una nueva ventanita que me da dos opciones: SAVE o CLOSE (Guardar ó Cerrar). Si le doy a Guardar, se me abre una nueva pestaña con la imágen redireccionada al lugar donde se ha subido o de donde provenga desde donde puedo ya guardarla en el ordenador, copiar la ruta, etc. si pincho con ella nuevamente. Personalmente no sé si es una opción obligatoria para el visionado de imáganes que tiene la nueva versión, pero preferiría que me saliera el menú de opciones de imagen en el primer click derecho y no tener que pasar por tantos pasos para acabar en lo mismo. Un saludo.
  6. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gif Aquello pareció un pulso entre los intentos de Amya para volver a vendar la cabeza de Xell, que ofrecía resistencia para no volver a quedarse sin respiración. Ayudé un poco a la jefa de revertores a vendarla adecuadamente, aunque quedó nuevamente con más trapos de lo debido, pero no le duraría mucho y menos si la llevaban a que la revisaran en Santos Mangos. - Sí, Amya, llévala -miré a Xell piadosamente-. Tienes que ir a que te revisen, aunque está todo curado, no es nada. Pero nunca viene mal que unos médicos autorizados te den su visto bueno. La experiencia era la experiencia, y sabía que fastidiaba mucho estar en el hospital y que se te presentasen casos resueltos por familiares o amigos de mala manera y tuvieras que arreglar los desperfectos del accidente y los agravios producidos por la inconsciencia de los susodichos. El elfo parecía haberse quedado en "shock" ante aquella escena, pues aunque detrás de mí, estaba totalmente callado con el paquetito todavía entre las manos. Entonces oí unos golpecitos provenientes de detrás del mostrador de recepción: Saburns. Todavía estaría encogido en el habitáculo, preocupado por todo lo que había pasado. Incluso un cascote del techo le había caído en el pie. Tenía que desmemorizarlo, no quería que pausara su trabajo o pidiera una dimisión tras aquel terrible accidente. Miré a mi alrededor y observé que todo estaba como nuevo. Lo único que tuve que arreglar con un simple "Reparo" fueron los pedazos de suelo resquebrajados tras la caída de Xell. No por su peso, sino por el trozo de techo que se había desprendido. - Si me permitís, he de atender a un elfo traumatizado. Me acerqué al lugar donde permanecía Saburns, mi gran organizador, acurrucado entre sus piernas y dando golpecitos con la espalda en al pared. No me vio. Perfecto. Me concentré, saqué la varita y le apunté: - Obliviate. El recuerdo salió de su oreja puntiaguda y rápidamente lo metí en un frasquito que precinté con un papel corriente hasta poder traspasarlo en el departamento a uno clasificable. Me lo guardé. - Has venido a por unas fichas de inscripción para llevarlas al mostrador y te has caído al tropezar con uno de los montones de folletos de información de las clases -terminé guardando mi varita y volviendo atrás para que no me viera. Regresé con mis compañeras y el elfo, al que amablemente dije: - Si eso es para mí o tiene algún recado démelo cuanto antes, he de ir al departamento a llevar una cosa y hacer el informe -miré a Xell y a Amya-. Y estas señoritas también, a no ser que tengan más trabajo pendiente.
  7. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gif - Sobre todo tened cuidado con los cables que se meten en el salón de actos, son de los focos. Fue la única indicación que les di a las revertoras cuando me acerqué a atender al elfo que acababa de aparecer frente al local, y esperaba pacientemente tras la puerta de cristal. ¿Cómo no se había abierto la puerta al detectarle? Saqué mi varita y con una floritura arreglé aquel fallo, y la puerta se abrió. - Buenos días, ¿en qué puedo atenderte? -miré con curiosisdad el paquete que llevaba entre sus manos. Mientras esperaba la respuesta del pequeño ser, escuchaba palabras sueltas de mis compañeras. Tenía que volver a ayudarlas, antes de que les diera por armar alguna. No es que no me fiara de ellas pero... Bueno, en sí no me fiaba ni de mí mismo. El caso era que nos debíamos cuidar los unos de los otros; así funcionaba nuestro departamento. Observé con ojos expectantes al elfo cuando de pronto, oí el grito desesperado de la jefa de revertores. - Discúlpame, están reparando unos desperfectos, enseguida vuelvo contigo... Corrí hacia donde se encontraban las dos mujeres observando cómo Amya le vendaba la cabeza a Xell con un trapo de los que usaban los elfos para limpiar. No sabía si el visitante me había seguido, pero si lo había hecho tendría motivos para asustarse. - ¡Pero qué ha pasado! -me acerqué a Xell y miré a Amya con desaprobación-. No le pongas esto en la cabeza mujer, que está sucio. Llamé a Wilmo que apareció al instante y, mientras le quitaba aquel apaño que había hecho Amya, le pedí que me trajera un botiquín con vendas. Nunca estaba de más actuar como los muggles, pues a veces la magia era demasiado complicada. Observé la herida que tenía mi sobrina en la cabeza. No era muy grande ni muy profunda, tenía sobre todo el golpe, pero había que vendársela. - Esto es limpiar un poco la herida, desinfectar y vendar... Pero con vendas limpias -y le lancé una mirada divertida a la pelinegra-. Ayúdame, pon esa gasa ahí... Y ahora le echas esto... ¡Vale, no te pases! Creo que después de todo iba a tener que desmemorizar más de lo que yo creía. No quería resultar ser el "sabelotodo" que arregla los desperfectos de las que arreglan los desperfectos (?), pero tampoco quería que salieran mal paradas de mi negocio. No iba a permitir que se lastimaran ayudándome en el arreglo. - Venga, te dejo que la vendes otra vez a tu gusto -dije con una sonrisa.
  8. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gif La alegría de mi sobrina aumentaba aún más mis ganas de trabajar en la organización de la fiesta. Se llevaría a cabo, fuera cuando fuese, aunque tardase todavía dos meses en prepararla, aunque tardase un año, pero le debía dar el gusto a Xell, a Sagitas, y promocionar el local para que la gente se apuntase a clases, y tener espectáculos fijos... - Será genial, ya lo verás -comenté sin quitar la sonrisa de mi rostro, mirando a Xell. Entonces, nos centramos en lo que teníamos que reparar. Amya se había quedado callada, revisando los desperfectos y tanto Xell como yo esperábamos su confirmación para empezar a reparar, aunque ya estábamos preparados. - Por lo visto, al final se les desmadró un poco el evento del partido -puntualicé tras la afirmación de la revertora. Sus próximas palabras me pillaron de nuevas. ¿Podía pedir reclamaciones al Departamento de Transportes por los daños? Ignoraba aquel dato, y si me pagaban ellos la reparación echaría la solicitud nada más terminar allí. - ¿Cómo es eso? -pregunté con total ignorancia-. ¿Me pagan la reparación o me dan una indemnización; o es simplemente informativo para que tengan un control de escobas más exhausto?
  9. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gif Reí al recordar a Amya en la fiesta. Espera, ¿me acordaba de aquello? Habían pasado tantas cosas que ya no sabía si lo que tenía en mi mente era real o fruto de mi imaginación. - ¿Te pusiste un traje de danza del vientre sobre la barra y empezaste a bailar? No sabía por qué, pero se me había metido aquella imagen en la cabeza, aunque estaba algo difusa. ¿O había sido yo con aquel traje de plumas que me habían colocado y que Wilmo había llevado a mi camerino? Miré a Xell pensando en aquello y sonreí al ver su entusiasmo. Ni si quiera me dejaba contestarla con lo emocionaba que estaba con la idea de subirse al escenario. Genial, había conseguido a una bailarina que no tenía ningún apuro en salir sola al escenario. - Pues claro que la dejo, es más, se lo estoy rogando -dije con una sonrisa contestando a Amya y dirigiendo luego mis ojos a mi sobrina-. Quiero hacer una fiesta que tendría que haber hecho en la inauguración del local, y quiero tener al menos tres o cuatro actuaciones para ese día. Tú y si consigo más bailarines, seréis una. ¿Te parece? No podía parar de sonreír. Estaba feliz. Por fin las cosas marchaban. Sagitas también me había prometido hacer algo, y otra vez la llamaría para que acudiese cuando pudiera y hablarlo. Y otro espectáculo corría a cargo de los elfos del local. Se lo había advertido, y seguro que Wilmo les animaba. Algo saldría de ahí. Amya me enganchó del cuello pidiéndome ayuda para limpiar y reparar. ¡Pero si nada más llegar se la había ofrecido! Aunque he de reconocer que me hizo gracia su forma de sobornarme. Hermanos, sí, aunque no fuese de sangre, pero al fin y al cabo, la pelivioleta nos unía. - ¿Seré recompensado, con, por ejemplo, un sueldo extra a cuenta de la Oficina de Revertores, "hermanita"? Y sonreí con una picardía que nunca se la había mostrado a la pelinegra. Tenía que atender también a Saburns, el cual se había encerrado en el cubículo tras el mostrador de recepción, pero tenía tiempo de sobra para ayudar a mis compañeras. Y más ahora que tenía asegurada otra actuación. - Entonces, ¿habéis tenido más incidentes con la escoba? -pregunté mirando a ambas mujeres-. Xell, luego hablaremos de la actuación; alomejor me uno y podemos hacer algún número de pareja. -entonces volví a la reparación-. Yo creo que podré con la cristalera, pero las roturas del techo y paredes os las dejo a vosotras. Miré el techo y todos sus desperfectos. Observé con atención todo lo que teníamos que reparar. Realmente la escoba se había dado el gusto de moverse a sus anchas por todo el hall y destrozar todo a su paso. - ¿Empezamos?
  10. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gifROL MINISTERIAL: Ayudando a Amya - ¿Explotar su mariquita? -le pregunté extrañado-. ¿La tarta de la fiesta? La verdad era que no me extrañaba que no pudiera venir ninguno de los dos revertores. Después de todo lo que habíamos hecho durante el mes, a ellos todavía les quedaban algunos sitios en los que trabajar, aparte del mío, claro. Por un instante quise disculparme a Amya por darle más trabajo, pero se lo compensaría ayudándola. - Pues, esto... ¿No os lo puso Wil en la solicitud? -inquirí desviando la mirada, en busca de mi elfo que había desaparecido. En su lugar estaba Mark arreglando la puerta de acceso al escenario de la izquierda, el único elfo que había en el hall. Los demás estarían organizando la fiesta. ¿Y Bolinda? Desde que se había marchado a por carteles que no la veía. ¿Se estaría tomando unas vacaciones sin informarme? Y entonces en el lugar entró Xell, realizando nada más entrar un plié que me sacó una sonrisa. Ya conocía aquella faceta de la rubia al informarnos para organizarle el cumpleaños, y seguro que se había emocionado al ver el rubro que tenía mi local. Tendría que hablar con ella para ver si se quería unir al equipo artístico o docente del Ars & Vita. Se puso a hablar con Mark, que le señaló en nuestra dirección. - Xell, aquí, estamos aquí. El vestibulo era grande, y la visibilidad de una punta a otra muy buena, pero con los destrozos ni nos había visto. Me acerqué a ella para darle dos besos y esperé a que Amya se juntara para explicarles ya a ambas lo sucedido. - Esto lo hizo una escoba voladora sin piloto, seguro que se escapó del vestuario del partido de Quidditch, fíjate hace cuanto, un mes o así. Yo alomejor tengo que desmemorizar a algún elfo, creo que Saburns se quedó traumatizado. Es muy sensible el pobrecito mío, pero un excelente organizador. -y sonreí mirando a Xell-. Por cierto, bonito plié, y bonita postura de brazos... ¿No te gustaría participar en el Ars & Vita, sobrina? Es más, si puedes preparar algo, te puedo hacer una proposición que no podrás rechazar. Dejé aquellas palabras en el aire, manteniendo mi sonrisa y una mirada emocionada.
  11. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gifROL MINISTERIAL: Ayudando a Amya - ¡Wilmooo! ¿Ha llegado ya Amya? -había aparecido en mi despacho, dejando algunos papeles sobre la mesa de los que me encargaría más tarde. Tenía una fiesta pendiente desde hacía mucho tiempo, pero habían surgido últimamente unas complicaciones, como el ataque de los mortífagos o, la más reciente, el de una escoba voladora sin mago o bruja que la controlase que me habían impedido la preparación de la misma. Bueno, reciente... Era un decir. Realmente habían pasado ya algunas semanas, pero nadie mejor que yo sabía lo desbordados que habíamos estado en el departamento, aparte de algún que otro incidente interno, y aquellos días no habíamos parado, por lo que Amya, Xell y el nuevo revertor estaban con el tiempo pegado al cuello. - ¿Contrataste los servicios mientras yo estaba fuera no? -todavía hablaba a gritos andando por toda la planta-. Estará abajo -murmuré para mí. Tomé las escaleras, me sentía con energía, y una vez abajo vi una figura femenina más que conocida. Sí, era Amya, y ya había llegado. Aquello me respondió a mis anteriores preguntas, que seguramente había oído hasta ella. - ¿Xell y Axel no vienen? -le pregunté-. Bueno, yo te ayudaré, por algo estoy aquí. ¿Y Wilmo? En ese momento apareció mi elfo con una caja vacía y un traje de neopreno en su mano, con unas gafas de buceo y una bombona de oxígeno de plástico, falsa. - ¿Y eso Wil? - ¡Adrian! Estuve colocando vestuario y esto no lo necesitamos... Esta señorita me pidió que si nos sobraba algo se lo donásemos, para vuestro departamento, pensé que no le importaría. - ¡Por supuesto que no! Además, eso nos vendrá genial. Últimamente nuestras expediciones suelen ser por medio acuáticos... Aunque esa bombona... -sonreí tomando el objeto de plástico, que no pesaba nada y era más pequeño que las de verdad-. Bueno, tenemos el casco-burbuja. Me giré apoyándome en los talones hacia mi compañera de departamento y saqué mi varita, predispuesto a reparar todos los daños. - Tú dirás, soy un mandado.
  12. Wilmo, elfo personal de Adrian Wild - Pero cuánto tarda esta gente... Si no fuera porque Adrian ya me ha hablado de su departamento pensaría que son unos irresponsables. Caja. Caja. Y otra caja. ¡Tanto papeleo para tan pocas cosas! Bueno, pocas. Después de la reparación tendría que llevarse a cabo una fiesta allí, y todo aquello implicaba siempre lo mismo: cajas. De bebidas, de folletos, de attrezzo, vestidos, focos nuevos, herramientas para Mark... - ¡Bolinda! -me giré encontrándome a la elfina a mi lado, con cara seria-. Estás aquí. Toma, llévale estas bebidas a Groulin que las coloque arriba. Se me iban a caer los tres pelos que tenía. Bueno, tenía algo más, pero era una expresión de elfos. Y entonces, una voz inundó el hall, destrozado. ¡Por fin! La de la reparación o restauración como bien había dicho ella. - ¡Sí, sí! Aquí Wilmo, elfo de su compañero. Comience por donde desée, Adrian lo mismo se acercaba más tarde, yo tengo que seguir si no le importa -y dejé una caja sobre el mostrador-. Cualquier cosa que necesite, me pega un grito. Aquello era vestuario. Tenía que ir a los camerinos. Uf. Me tocaría ordenar el de el Wild. ¿Ordenarlo? Mejor no, que luego siempre acababa igual y si se lo ordenaba me reñía porque no encontraba las cosas. Este amo mío...
  13. Hacía mucho tiempo que no visitaba el Magic Mall. Y era hora de hacer algunas compras que, tal y como estaban los tiempos, eran necesarias. Si bien mis conocimientos en pociones eran extensos, no podía elaborar una en dos segundos que durase un ataque de aquel grupo de bándalos, aparte de que muchas veces era mayor la peligrosidad la elaboración de la poción que la frecuencia con la que te pueden atacar. Y además, quería husmear un poco a ver si encontraba algo nuevo o interesante. Pero mi primera parada fue en la segunda planta, donde sabía que iba a adquirir algunos productos. Y casi prefería no saber el dinero que me iba a gastar, pues aunque había ahorrado, siempre me suponía un mal sabor de boca gastar el dinero. En aquella ocasión menos, porque era necesario si quería estar prevenido, pero aún así debía controlarme. Me conocía, y gastaba sin reparar en nada y luego pasaba lo que pasaba. Era un punto débil: no podía ir de compras, porque siempre me encaprichaba de algo innecesario. - Buenos días -saludé al dependiente con una sonrisa y me puse a contemplar los diversos frasquitos que había expuestos. Vi varias pociones interesantes. Algunas las anoté mentalmente para una próxima vez, cuando tuvera dinero extra que gastar, pues en mi mente pensaba utilizarlas para gastar ciertas bromas... ¿Cómo sería ponerle "aliento de pimienta" en la sopa a Sagitas? ¿Y qué me decís de esos "polvos verrugosos" para esparcirlos en la ducha? Sonreí distraídamente mientras pensaba todo aquello y entonces me acerqué al mostrador. - Quería adquirir algunas pociones, si es tan amable -tomé uno de los pergaminos a rellenar y comencé a anotar lo requerido. ¿Ves? Lo sabía. Había visto la "Solución de limpieza" y no me había podido resistir, aunque sí, le daría uso... Mucho uso. Más bien se la dejaría a Wilmo que lo admiraría como si fuera su bien más preciado. Tenía que ser frustrante tirarte todos los días limpiando ropa y ver que algunas machas no se van. - Gracias. Le entregué el pergamino al dependiente y me di la vuelta. Ya estaba bien por hoy. Si eso, daría una vuelta por el centro mágico y me iría.
  14. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gifROL MINISTERIAL: En busca del libro del siglo XV El buceo cada vez se me hacía más difícil. Iba perdiendo vista según avanzaba, y no podía esquivar algunos de los obstáculos que el camino rocoso nos ofrecía. Iba casi en cabeza, hasta que vi pasar a mis compañeros por lo que parecía otra calle, separada con una ristra de piedras agarradas al suelo, bien afiladas en sus puntas. A pesar de todo, no había bajado mi energía y seguía nadando como podía, con choques y apartando las algas que se me pegaban en la cara. Lo perdía. Iba perdiendo el rastro de burbujas que iba dejando el tritón a medida que avanzaba. Y entonces, vi que se perdía en una cueva oscura. Era un gruta marina. - ¡Por aquí! Lo dije sin saber si mis compañeros estaban o no cerca. Era más bien una forma de hablar para saber que seguía consciente de lo que pasaba. Y entonces, silencio. Oí los respiros agitados de mis compañeros y el grito ahogado de Amya, que se perdió tras Sagitas la cual... ¿Había desaparecido? ¿Eso era una luz? - ¿Chicos? ¿Los tritones? ¿Sagitas? -se nublaba, todo se nublaba. Y entonces, la oscuridad que mis ojos habían formado me impidió saber nada más. Nada más que algo me succionaba hacia abajo. Una vuelta, y otra, y otra, y otra... ¡Era un torbellino! En la luz, tenía que avisarles... - ¡Un torb...! ¡Glup! Desaparecí.
  15. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gifROL MINISTERIAL: En busca del libro del siglo XV ¡Todos al agua! Al final Sagitas se había impacientado y los había tirado a todos sin previo aviso. Bueno sí, su cuenta atrás. Y nada, contestó a mi pregunta sobre la compañía de Krumito con una negativa muy tajante. Apreté los labios porque hubiera preferido obtener una respuesta exagerada de Eledwhen y no un simple mandato. Saqué mi varita de los boxers tras observar a Amya que había hecho un gesto algo raro hacia mí y me puse el "Casco-burbuja" en la cabeza. Odiaba aquella sensación, pero era necesaria si no quería ahogarme. Con lo que me gustaba bucear a pulmón... Pero no, en aquella ocasión no podría hacerlo. Sonreí pícaramente al sumergirme y ver que Eledwhen todavía no se había puesto el casco burbuja. No me vería. La cogí de un pie y hundí rápidamente, soltándome y buceando junto a Sagitas. No pude evitar soltar una risilla divertida al escucharla gritar. Aquello se vería reflejado en mi sueldo... Siempre y cuando descubriese quién había sido. - Mana, ¿cómo es un tri... tón? -me quedé boquiabierto cuando vi a aquellos dos seres acercarse hacia nosotros. No podía ser. Era enormes y... ¿Tan fácil encontrarlos? Bueno, no, mejor dicho, ellos nos habían encontrado a nosotros. No me fiaba, no me olía bien. En realidad olía a pescado remojado y, ¿eso era olor a sangre? Prefería al sirenio que me había acosado en la otra expedición. Básicamente porque si a alguno de estos se le ocurría acosarme, de allí no salía vivo. Pero Sagitas los seguía, así que no tuvimos más remedio que hacer lo mismo. Le indiqué a los demás que nos siguieran, viendo la cara de espanto que todavía mantenía mi jefa, rezagada, que iba mirando para atrás todo el rato. Si me descubría, me mataba. Me tocaría limpiar el acario de Krumito con la lengua y un cepillo de dientes. Los tritones, o "pescaditos" como seguro estaría pensando Amya (sólo era cuestión de timpo que se refiriera así a ellos), nos condujeron por el fondo del lago hasta un lugar lleno de rocas y grandes columnas rocosas. Parecía un jardín de corales y rocas, con algunos pececillos asustados merodeando. Y entonces, entre dos grandes columnas romanas deterioradas por el agua, un gran tritón permanecía recostado sobre un asiento de piedra, con su imponente lanza. - ¿Humanos? -su voz era estridente; si estuviéramos en la superficie entre rocas el eco sería atronador-. ¿Cómo han llegado hasta aquí simples humanos? -entonces reparó en nuestras varitas-. ¡¡Hechiceros!! Su gesto me gustó menos que su voz. Aquello no auguraba nada bueno. Absolutamente nada. Y entonces, lo ví. Detrás del asiento de piedra había un libro forrado con algas marinas... Parte de un libro. Era ese. Tenía que serlo. Miré fijamente al tritón a los ojos y luego sostuve las posibilidades que tenía de nadar rápido hacia el libro, cogerlo y echar a correr. Pero en cuanto mis ojos oscuros se toparon con los grisáceos del ser marino, este gritó algo ininteligible: - Kvasha gurüm anshiti! Entonces, los dos tritones que nos habían llevado hacia allí gritaron y de entre las rocas, aparecieron más de su especie. No pintaba nada bueno... Claro que no. Y mucho menos cuando todos comenzaron a rodearnos y apuntarnos con toda clase de armas con filos extremadamente afilados. Alcé mi varita y, sin pensarlo, grité: - ¡Aguamenti! -el chorro de agua le dio al tritón en la cara. Aproveché el momento de sorpresa y confusión para nadar a tal velocidad que ni corriendo por el bosque, y coger el libro, comprobando que efectivamente era lo que buscábamos. Lancé unos cuantos aguamentis más y me giré hacia mis compañeros. Les había abierto un pequeño hueco entre los tritones que habían comenzado a dar estocadas hacia todas partes, dañándose ellos mismos. - ¡CORRED, YA! Y entonces, noté un golpe en la cara. El tritón me había dado con su cola, y el libro había salido disparado hacia sus manos. Entonces, vi (todo lo que pude enfocar tras el golpetazo) que se alejaba con el libro en brazos. Era importante para él... ¿Por qué? No lo sabía, pero había que seguirlo a pesar de todo. - ¡Por aquí! -señalé al lugar donde había ido el tritón-. ¡LLEVA EL LIBRO! Comencé a nadar en esa dirección con algo de dificultad. Me había emborronado la vista y ahora me mareaba un poco, pero las extremidades me seguían funcionando, así que no paré de nadar. Y esquivar una roca. Y voltear. Y nadar más sin mirar atrás, aunque sabiendo que mis compañeros me estarían siguiendo.
  16. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gifROL MINISTERIAL: En busca del libro del siglo XV Nada había servido de excusa para convencer a la directora de que no quería ir a aquel lugar. Fui todo el camino quejándome, ofreciendo motivos por los que no debíamos volver a sumergirnos en aquel lago: Krumito, Krum, el barco, el avión, el sirenio que se me insinuó... Nada. Llegamos al lugar todos algo abatidos, queriendo escapar de allí, de la misión. Pero algo había que nos mantenía juntos. Por eso, cuando Sagitas nos regañó por las excusas y quejas ofrecidas hasta el momento, no pude evitar agachar la mirada. Tenía razón, y obviamente íbamos a estar unidos. Pero éramos así. Teníamos que quejarnos para, aunque fuera, pasar el rato. - Mana, al fin y al cabo si hubiésemos querido podríamos habernos escabullido en el camino... Si no lo hemos hecho es por algo. Mientras pronunciaba aquellas palabras, me iba quitando la ropa que llevaba encima, no mucha la verdad, quedándome en boxers. Rápidamente saqué mi varita de mi ropa y con unos cuantos encantamientos, hice impermeable mi prenda interior y también protegí al resto de mis compañeros. - Tranquilos, no voy a pasar frío, y así me moveré mejor -puntualicé al ver sus caras durante mi desprendimiento de ropa. No podía pasar frío. No sabía si eran canscientes de ello o todavía no, pero mi genética vampírica imposibilitaba que me afectasen las bajas temperaturas. Aunque tampoco me podía exceder. Amya ya se había tirado al agua, salpicándonos, aunque no surtió mucho efecto, pues a excepción de Sagitas, que era la que me faltaba, todos tenían ya el encatamiento de impermeabilidad funcionando. Sagitas no. Sagitas estaba casi empapada. - Bueno mira mana, no hay mal que por bien no venga, así no te tendrás que desnudar, ya se te ha mojado la ropa. Y con aquella frase, y un "al agua accidentosos" (sí, debería ir "patos", pero la ocasión requería de aquel cambio), me lancé junto a Amya, sujetando la varita entre mi boxer y mi muslo. En cuanto todos estuvieran dentro, me colocaría el casco burbuja para poder sumergirme en las profundidades del lago... Otra vez. - Matt, ten cuidado aquí dentro, no te separes -y entonces miré a mi jefa-. Eled, ¿le llevamos compañía a Krumito, a ver si le cambia el humor? ¿Qué tal un sirenio o una sirenia para que le controle?
  17. Wilmo, elfo personal de Adrian Wild - ¡Ahhh! ¿Qué narices y narizotas había sido eso? La puerta se había abierto de repente y lo que me pareció una escoba voladora como la que tiene Adrian removió todas las partículas de aire del vestíbulo provocando varios estropicios y luego pude notarla en el piso de arriba. Me había agachado en una de las sacudidas de la escoba, que no estaba controlada por ningún mago ni ninguna bruja. Si no me hubiese llegado a agachar me hubiera dado un batacazo con el palo. Miré a mi am... amigo, eso, amigo, que estaba tan sorprendido y desesperado como yo. Y después, me fijé en la presencia de otro elfo en el lugar. No lo reonocía, nunca le había visto... ¿Nunca? No, pero había algo en él que me decía que era de la familia. - Hola, soy Wilmo, el elfo de Adrian, el dueño, ese de ahí -dije señalando al chico-. ¿Te puedo ayudar en algo? Nunca te había visto, pero no sé por qué, algo me dice que perteneces a alguien cercano de Adrian. Adrian Wild, dueño del local - ¡Cuidado! La escoba pasó por encima de nuestras cabezas, pero tuve el tiempo suficiente para agacharme y hacer que Bel también se agachara. El piano que había estado sonando en el piso de arriba paró su melodía y pude apreciar los pasos de alguien bajando las escaleras apresuradamente, una vez la escoba se hubo marchado. - ¡Jessie! ¿Eras tú la del piano? -me había encantado su melodía-. Tendré que pedirte que paricipes en el equipo del Ars & Vita... ¡Una escoba voladora sin piloto, eso es lo que ha sido! No podía salir de mi asombro. Al principio no había reparado en ese pequeño detalle del piloto, pero cuando salió si me fijé en que iba sola. Alguien habría tenido problemas con su fiel compañera. Miré todo el desastre producido. No era mucho en comparación con el último ataque de los mortífagos, pero había cosas que reparar. Busqué a Wilmo y le vi charlando con el otro elfo de la sala. Estaría preguntándole si se encontraba bien, así que decidí no molestarlo por el momento. Sabría que tendría que avisar a Saburns, Bolinda y el resto de elfos para reparar los daños. No debía preocuparme por ello. Tenía un equipo muy eficiente, aunque ahora mismo no sabía donde estaba cada uno.
  18. Adrian Wild, dueño del local - Todo se ha ido a la porra, Wil... -me desplomé en la silla acolchada con ruedas del despacho-. Meses... ¡Meses lleva esto cogiendo polvo! En sentido no literal -su cara desconsolada me remató-, ya sé que vosotros cuidáis de él, pero si yo no puedo venir y organizar las cosas, esto se hunde. Apreté el puño con fuerza sobre la madera del escritorio. Rabia,. Eso era lo que sentía al verme incompetente, al no mantener mi negocio como me gustaría por culpa de lo mismo de siempre, de mis inevitables viajes a España. Había pensado muchas veces mudarme allí y buscar cómo vivir, pero mi vida estaba aquí. Además, el mundo mágico en aquel estaba algo abandonado, incluso había oído que sus bosques eran aún más peligrosos debido a las criaturas mágicas salvajes. - Am... Adrian, con lágrimas no lo vas a conseguir. Aquellas palabras de mi compañero, pues no era mi elfo, no me gustaba tener propiedad sobre él, me hicieron darme cuenta de que por mis mejillas se derramaban algunas lágrimas. Era la rabia. La tenía que exteriorizar, y prefería hacerlo así a no de una forma peor... Mucho peor. - Wilmo... He pensado en cerrarlo o dejárselo a Cye e incluso he pensado... -no pude continuar. Sí, mi última palabra iba a ser "irme", pero nunca la podía formular, nunca podía renegar a todo aquello. Algo me ataba a Londres. ¿La familia? ¿Mi pasado? ¿Encontrar a mi madre? No lo sabía, pero cada vez que salía del país, allá donde fuera que fuese, sentía un vacío que no podía llenar más que volviendo. Aparté las lágrimas con mis manos, ya más calmado, y abracé al pequeño ser que tantas veces me había ayudado y aconsejado. Necesitaba oír de sus labios unas palabras reconfortantes, y sabía que me las diría sin pedírselas. - Podrás con ello, con todo. Ya está, no necesitaba más. Le miré a los ojos y asentí. Abrí la ventana y asomé la cabeza, viendo cómo varias personas entraban en el local. Me di corriendo la vuelta y salí por la puerta. - Gente, Wilmo, ¡a lo mejor vienen a apuntarse! Bajé por las esclaeras sin reparar en el ascensor y sin mirar si el elfo me seguía o había decidido aparecerse abajo. Efectivamente, cuando llegué al vestíbulo, él ya estaba allí. Me acerqué a los presentes reconociendo a una mujer y un elfo. - ¡Bienvenidos al Ars & Vita! -tenía que mostrarme alegre, era el momento de actuar-. ¿Bel? ¡Bel! Qué alegría verte.
  19. ¡Little! Bueno, la verdad es que si te soy sincero me da pena perderte como afiliada... Te vi venir con tanto entusiasmo, casi el mismo que tenía yo al abrir el local :3 Pero bueno, tranquila, es comprensible. Yo también me desaparezco mucho del foro y lo más triste es que yo no me fui de las afiliaciones de los locales, a mí me echaron xD Gracias por tu granito de arena y claro está, sigue pasándote cuando quieras
  20. Wilmo, elfo personal de Adrian Wild - ¿Cómo que no saben dónde... está? No podía ser. En el suelo había un gran charco de sangre... No podía ser de mi amo, no. Llegó la elfina de Cye a la que miré torpemente, pues una lágrima comenzó a emborronarme la vista. Tenía que haber estado ahí con mi amo para defenderle, no tenía que haberme apartado de él... ¡Maldita fiesta de inauguración! - Y Bolinda sigue sin aparecer... -murmuré mirando a Feixac. Con un chasquido de mis dedos hice aparecer un cubo y una fregona con las que inicié la limpieza del lugar, secándome las lágrimas de vez en cuando con las mangas de la túnica verde que llevaba ese día. Casi sin darme cuenta, al local llegaron otras dos mujeres que parecían venir del Ministerio para arreglar los desperfectos. Las ayudé en todo lo que pude sin interrumpir mucho su trabajo. Eran profesionales, y si el Ministerio las había mandado, no era yo quién para negar sus servicios. - Feixac, necesitamos comprobar todos los intrumentos del aula de música. Los tendremos que bajar al escenario para colocarlos, pues durante la actuación de inauguración la música será en vivo y en directo. Es una sorpresa para Adrián -entonces me paré al mencionar a mi amo-. Espero que vuelva pronto.
  21. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/07-Adrian_a_p_zpsf065ad4d.pngDesmemorizador ROL MINISTERIAL: Caso del Avión Siniestrado ¿Que me iba a dar qué? Abrí los ojos como platos y me centré en lo que me decía Eledwhen, apartándome del sirenio que cada vez se me acercaba más. Bien, aparecerse dentro del avión, parecía fácil, pero... - ¡Por Merlín, deja de perseguirme! -me giré hacia el sirenio-. Mira, imposible -comencé a gestualizar con las manos-. Tú... Aleta. Yo... Piernas -señalé su cola y mis dos piernas, y noté que se quedó mirando mi entrepierna-. ¡Ey, que te estoy diciendo que...! Pero, ¿qué hago dándole calabazas a un sirenio? Suspiré y me concentré. En menos de un minuto estaba dentro del avión, donde me pude quitar el Casco-Burbuja, aunque luego me arrepentí, pues el avión disponía de aire limitado, y ya eran demasiados los muggles que lo necesitaban. Un fallo. Actué rápidamente junto con Eled, intentando calmar a los muggles que, al vernos aparecer de la nada, se alarmaron. Pero peor fue cuando apareció también Xell y comenzó a gritar. - Xell, tranquilizate, sabemos lo delicado de la situación, pero va a ser difícil salir de aquí con todos estos muggles gritando y gastando aún más aire. Vale, algo estaba claro: Sagitas estaba en peligro con aquel indeseable. Entonces Eledwhen nos informó sobre un grupo de los marineros del barco que descendían a las alas del avión que John había quitado, y que probablemente era allí donde les había dicho Sagitas que estaba lo que buscaban. - Estos hombres de mar, siempre en busca de tesoros, siempre tan ambiciosos y tan... ¡¡Como vuelvas a zarandear así a mi hermana te mando a las antípodas pedazo de...!! -había estado un buen rato observando a Krum, y no parecía estar tratando muy bien a la pelivioleta-. Vale, se acabó. ¿Alguien que ataque a Krum, cogemos a los dos y los traemos al avión? En lo que Krum está inconsciente, podremos quitarle de alguna forma el collar a Sagitas... -les dije en un susurro a las chicas. No sabía que hacer, pero no iba a dejar allí a Sagitas, de ninguna de las maneras. Y sobre la pilotación del avión... ¿No sería muy difícil con el capitán allí, no? - Chicas, yo creo que yo podría poner en funcionamiento con esta señorita -saqué a Dror de la manga del traje de buceo-, y la ayuda del capitán una vez estemos en el aire. Y si John tiene más idea que yo, aún mejor.
  22. Wilmo, elfo personal de Adrian Wild - Sí, perfecto -bajaba junto a Saburns por las escaleras-. Esperemos que Bolinda llegue antes que... ¡O no! ¿Qué había pasado allí? Todo el hall estaba destrozado, y algunas personas se encontraban cerca del mostrador de información, vacío. Corrí hasta aquellas personas, que resultaron ser Cye, un muchacho al que no conocía y la hermana de mi amo, la señorita Sagitas. Estaba alterado. Había estado con Saburns preparando la azotea para la fiesta que se iba a celebrar dentro de poco en el Ars & Vita, y haciendo pruebas de sonido con Mark en la mesa de mezclas no me había enterado de nada. - ¿Qué es todo esto? -abrí los ojos como platos-. Ay, por mi difunta y querida madre... ¡Están todos los cristales rotos! Y esa lámpara... ¿Qué ha pasado? Miré a Cye, luego a Sagitas y por último al chico que no conocía. Parecían estar investigando sobre los sucesos allí acontecidos. Me di en la frente con la palma de la mano. Tonto, tonto, tonto... Tenía que haberme quedado al cuidado del hall y dejar a Saburns y a Mark a cargo de los preparativos. Entonces recordé que Adrian se había ido en busca de su hermana Sagitas... - Señorita Sagitas... Si usted está aquí, y mi amo la había ido a buscar... -tragué saliva-. ¿Dónde está Adrian? Y, ¿quién es este caballero que las acompaña?
  23. http://i54.tinypic.com/2emq6hy_th.jpgAdrian Wild, desmemorizador. ROL MINISTERIAL: Caso del Avión Siniestrado. - ¿Esa es Sagitas? Estaba solo en mi camarote, con el traje de buceo que Eledwhen me había dejado puesto. Había escuchado un grito en uno de los camarotes cercanos, y luego un murmurllo. Era sin duda mi hermana. Apreté los puños y los dientes. Como le pasara algo a la pelivioleta, Krum las pagaría, y muy caras. Me había costado mucho ponerme el estrecho traje de buceo, y me apretaba bastante, pero podía moverme lo justo y necesario. Eso sí, se me marcaba todo. Esperaba no escandalizar a ninguna sirenia como bien había dicho Eled. Guardé mi varita en la manga izquierda y salí del camarote. Todos se habían marchado ya, y yo no sabía dónde teníamos que ir para sumergirnos en el agua. - Perdona, ¿dónde esta la escotilla para bajar? -le pregunté a uno de los marineros. Rudo, me señaló unas escaleras que descendían a la bodega, en la parte inferior del barco. Descendí por allí y vi un agujero en el suelo que comunicaba con el agua. Entonces me puse las aletas en los pies hasta ahora descalzos y con el hechizo "Casco-burbuja" me cubrí la cabeza. - ¡Demonios! -exclamé cuando entré en contacto con el agua, helada-. ¿Pero este traje no conserva el calor o qué? Descendí un poco escrutando como podía el fondo marino, intentando localizar a algún compañero. Divisé a John, grande como él mismo, y me acerqué. Los sirenios me miraban fijamente y noté cierto cuchicheo indescifrable. Yo, me limitaba a sonreirles. Cuando estaba a punto de alcanzar a John, vi otra figura cerca. - Eled, por fin -me acerqué a la mujer-. Sí, vamos. Y por favor, no comentes, que demasiado tengo con el cuchicheo de los sirenios -dije en referencia al traje-. Mira, creo que allí hay una que me mira... -enfoqué la vista entrecerrando los ojos-. No, esa no... ¡Es ese! ¿Me ha lanzado un beso? Avancé a su lado sin perder de vista al sirenio, que me seguía con la mirada y a veces también avanzaba para no perderme. Lo que me faltaba, acosado por uno de aquellos seres. Y hablando de seres, no se cómo, sería que me había enfrascado en tener localizado a aquel hombre pez, que no me había dado cuenta de que otro se había acercado a Eledwhen con un Grindylow que... - ¡Habla nuestro idioma! -entonces postraron su atención, antes totalmente puesta en Eled, en mí-. Tranquilos, nos iremos enseguida, sólo tenemos que entrar en el avión y ponerlo en funcionamiento. No causaremos más molestias. Vi que el equipo de reversiones había cambiado la estructura del avión para poder sacarlo a la superficie. Un gran trabajo. Me asobraba su habilidad para aquellas cosas. Pero ahora, el trabajo lo teníamos que hacer los desmemorizadores y la ventaja era que lo haríamos dentro del avión, una vez hubiésemos conseguido salir de allí. Me acerqué a la enorme estructura y comencé a buscar por dónde entrar. Había una puerta, pero no sabía si podríamos abrirla. Si lo hiciésemos, el agua llenaría el interior del avión. Vi por allí a John. - Ey, John, os quedó perfecto el avión, pero... ¿Por dónde entramos? Miré hacia atrás buscando a Eledwhen y lo que vi fue al sirenio que me había estado observando todo el tiempo a mi espalda. Reculé hacia atrás como si de un brinco se tratase y le miré inquisitivamente. Éste comenzó a hablar, pero no le entendí ni una sola palabra. Lo que sí entendí fue la actitud. ¿Estaba intentando ligar conmigo? - Por favor, necesito algún traductor, ¡o que entremos ya en el maldito avión!
  24. http://i54.tinypic.com/2emq6hy_th.jpgAdrian Wild, desmemorizador. ROL MINISTERIAL: Caso del Avión Siniestrado. Krum me estuvo mirando durante un buen rato muy serio. No me inspiraba nada de confianza, y aquella mirada retadora me crispaba los nervios. Pero no podía hacerle nada. Sagitas marcaba mucho las palabras cada vez que hablaba y sabía que debíamos hacer lo que ella nos decía. Al fin y al cabo, era la jefa, y nadie mejor que ella sabría manejar la situación. La alegría fue cuando Xell dijo que tenían que venir con nosotros para que la pelivioleta hablara con los sirenios. Al menos no se quedaría sola en aquel barco con todos los marineros. - Bien, me alegra que al final venga con nosotros -dije falsamente. Salí al pasillo para dirigirme a mi camarote, si es que recordaba dónde estaba. A la izquierda, ahora a la derecha... ¡Sí, era por ahí! Vi a Xell y a Jhon... ¿Besarse? ¡Teníamos parejita oficial en el departamento! Pero, ¿cómo no me había enterado antes? - Ay Adrián... Deja el cotilleo para otro momento, que no eres reportero de El Profeta. Céntrate -me dije a mí mismo pasando al lado de la pareja. Llegué a la puerta de mi camarote y entonces, al entrar y coger el monedero de piel de Moke, caí en la cuenta. ¡No tenía traje de buceo! Y no me iba a arriesgar a pedírselo al capitán. Salí nuevamente al pasillo y la melena rubia de mi jefa me sorprendió saliendo del camarote que estaba al lado. - ¡Eled! Dime que tienes otro traje de buceo, por favor.
  25. http://i54.tinypic.com/2emq6hy_th.jpgAdrian Wild, desmemorizador. ROL MINISTERIAL: Caso del Avión Siniestrado. ¿Matarnos? La verdad era que no sabía de qué me extrañaba, pero no podrían hacerlo. Eramos empleados ministeriales en una misión del Ministerio de Magia, y a no ser que quisieran tener graves problemas con la justicia, no podían hacernos ni el más mínimo rasguño. Pero, ¿y si querían tener problemas? - Cye, tranquila, Sagitas vendrá con nosotros -no había apartado ni un solo segundo la mirada de mi hermana, por si me hacía alguna otra señal-. ¿Verdad capitán? -entonces desvié la mirada hacia Krum-. Si quiere puede acompañarnos usted, creo que sus marineros están suficientemente capacitados para salvaguardar el barco en su ausencia. Ahora, le aviso que es muy peligroso el trayecto, y que al más mínimo intento de violencia, los sirenios actuaran en nuestra defensa, pues sus deseos son que salvemos a los muggles y que desalojemos el avión de su hábitat. Vi la seriedad que presentaba el hombre. No estaba muy conforme con mi propuesta, pero no pensaba desistir. ¿Abandonar a mi hermana en aquel barco de desalmados? ¡Qué poco me conocía! Parecía mentira. Yo no me iba a ningún lado sin ella, sin mi pelivioleta preferida (aunque tampoco conocía a más), a mi mana. Si la pasaba algo, no me lo perdonaría nunca. - Espero que no haya ningún problema capitán, sabe perfectamente que no hemos venido de vacaciones para quedarnos en el barco -le dije totalmente serio-. Ni nosotros, ni Sagitas -entré en el tema, pues sabía ya de sobra que él la quería tener retenida-. Sin ella no podemos realizar la misión, y si no volvemos al Ministerio con el caso resuelto, el puro no nos va a caer a nosotros, pues denunciaremos un secuestro -el capitán fue a decir algo, pero le corté-. Krum, no nos puedes hacer nada, tienes las de perder y nosotros vamos con todas las de la ley. Los sirenios están observando, si nos haces algo, no les costará nada destruir el barco y salvarnos a nosotros mientras os dejan morir a ti y a tu tripulación. Solté toda la retahíla sin pausa, deseando que entrara en razón. No sabía si empeoraría las cosas o haría ceder al hombre, pero esperaba que, fuese lo que fuese, terminasemos pronto aquella misión y volviésemos al departamento sanos y salvos. - ¿Qué me dice? -dije entonces para concluir-. ¿Deja a Sagitas venir, o viene usted con nosotros?

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.